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JULIO 2001
Universidad Toulouse III – Paul Saba tier
U.F.R. de Ciencias de la Vida y de la Tierrra
Escuela Doctoral de C iencias del Universo, del Medioambiente y del Espacio
TESIS DE DOCTORADO
Para l a obtención del título de
Doctor de la Universidad Paul Sabatier Toulouse III
Disciplina : Geolo gía
Especialidad : Tectón ica y Sedim entación
Presentada por :
Este trabajo de fue financiado por ELF EXPLORATIO PRODUCTION, en el cuadro de un convenio
de investigación con el IRD (ex ORSTOM).
Agradezco en primer lugar a las personas que participaron en el establecimiento de este convenio y
por todas las facilidades permitidas durante mis diferentes estadías en el Centro Científico y
Tecnológico de ELF EP en la ciudad de Pau, y en la filial de Lima-Perú entre los años 1996-1999:
Patrick Sorriaux, Jean-François Ballard, Jean-Marie Flamand, Michel Le Vot, Jean-Yves Froute y a
todas las personas que hicieron agradables mis días en Pau. De la misma manera mis agradecimientos
al Profesor Joachim Déramond, de la Universidad de Toulouse, por aceptarme en su laboratorio de
Análisis de Cuencas.
Todos mis agradecimientos van a Patrice Baby y Gérard Hérail por sus aportes y criticas durante la
realización de esta tesis, sin olvidar a Stéphane Brusset, por su contribución durante estos últimos 6
meses en Toulouse.
Mis reconocimientos y agradecimientos a los Profesores Marc Tardy e Yves Hervouët que aceptaron
juzgar y dictaminar esta tesis. También agradezco al Profesor Jaques Rey por aceptar participar como
examinante.
También quisiera expresar mi reconocimiento a René Marocco y Miriam Soto por su participación y
hospitalidad al seno de la misión del IRD en Lima.
Agradezco a todas las personas del Laboratorio de 36 Ponts, Frédéric Christophoul, Gilbert Bessiere,
Jean-Claude Soula, Pierre Débat, Martin « el Gringo » Roddaz, Rodrigo Riquelme (por las cenas
kebab), Babeth y Emmanuel Robert, Luisa Pinto, Joseph Darrozes, sin olvidar a Mmes Nicole
Guerrero, Yvette Tambareau y Marie-France Perret; por la amistad ofrecida, que contribuyo mucho
para que mi estadía en Toulouse fuese agradable.
Finalmente agradezco fervientemente a mi familia por su apoyo constante e incondicional durante mis
numerosas ausencias durante estos 3 años
Dedico este trabajo a mi hija Viviana y a sus “sapitos verdes”, canción que ella me
dedicaba por teléfono, y a mi esposa Miriam, por su comprensión y apoyo.
RESUMEN
La complejidad de la evolución estructural de la Zona Subandina entre 0º y 16º de latitud sur, en la que
están comprendidas las cuencas subandinas del Ecuador, Perú y norte de Bolivia, está directamente
ligada a la herencia del substrato y por ende a la paleogeografía pre-andina. La evolución estructural
norte-sur, que se propone fue obtenida gracias a la construcción de secciones estructurales balanceadas
seriadas. Las restauraciones obtenidas por el despliegue de estas, muestran el rol de la paleogeografía
en la propagación de la deformación.
Entre 0º y 5ºS, las cuencas Oriente del Ecuador y Marañón Y Santiago del Perú, fueron estructuradas
por una tectónica de basamento como resultado de la inversión tectónica en transpresión de los
sistemas de rifts triásicos y jurásicos orientados NNE-SSW. A nivel de la Cuenca Santiago, ésta
tectónica de inversión interfiere con una tectónica salífera debido a las evaporítas depositadas en los
dominios occidentales del rift.
En la Cuenca Huallaga, (5ºS y 8ºS), al sur de la deflexión de Huancabamba, éstas evaporítas
constituyen un excelente nivel de despegue srcinando importantes sistemas de corrimientos con
vergencia al Este, y con una orientación NNW-SSE. Estos corrimientos se encuentran deformados en
profundidad por probables inversiones tectónicas transpresivas, que aun se hacen sentir en estas
latitudes de las cuencas subandinas.
Es solo a partir de 12ºS que los efectos de la tectónica de inversión de los rifts triásicos y jurásicos no
se manifiestan en las cuencas subandinas. Efectivamente, en la porción meridional de la Cuenca
Ucayali y en el ámbito de la Cuenca Madre de Dios – Beni, la zona subandina se estructura por
sistemas de corrimientos clásicos, desarrollados en las series sedimentarias de la plataforma
paleozoica, bien preservada, donde se sitúan los niveles de despegue. Estos corrimientos srcinan
importantes acortamientos horizontales (50% en promedio) y el desarrollo de sistemas de cuencas de
antepaís comparables a los modelos propuestos por DeCelles & Giles (1996), y que no son más
antiguos que el Mioceno Superior.
De otra parte, la interpretación de facies sedimentarias terciarias de las cuencas subandinas muestra
que ellas responden a una dinámica de sistemas de antepaís directamente controlada por la tectónica
andina. Este sistema de antepaís migró progresivamente hacia el Este bajo el efecto de la propagación
del frente orogénico, que comenzó a desarrollarse desde el Cretácico Superior, entre tanto que la zona
subandina s.s. comenzó a estructurarse más o menos entre 10 Ma.
Contenido
CONTENIDO
Página
CAP 1 : INTRODUCCION
1.1. Interés et objetivos del estudio 1
1.2. Contexto geodinámico andino 1
1.3. Las grandes etapas de deformación entre 0º y 16°S 2
Tectónica ante Andina 2
Tectónica compresiva Andina 5
1.4. Limites y grandes rasgos estructurales de las cuencas subandinas entre 0º y 16ºS 5
1.4.1. Cuenca Oriente – Marañón – Santiago 5
1.4.2. Cuenca Huallaga 7
1.4.3. Cuenca Pachitea – Ucayali 7
1.4.4. Cuenca Madre de Dios – Beni 7
1.5. Metodología 7
Fig. 1.2 La Cordillera de los Andes y la subducción entre la placa oceánica Nazca y la placa continental de
América del Sur. Arco volcánico (cuadrados rojos), con lagunas al norte del Perú y centro de Chile. La
topografía (amarillo = 2000 m), refleja el espesor crustal (70 Km en Perú y en Bolivia). Los trazos verdes
muestran la profundidad en kilómetros del techo de la placa subductada. La edad de la litósfera oceánica
varia a lo largo de América del Sur. 1= Cuaternario, 2= Plioceno, 3= Mioceno, 4= Oligoceno, 5= Eoceno, 6=
Paleoceno. Las flechas indican la dirección de convergencia de la placa de Nazca relativamente a la placa
sudamericana. Según Dewey & Lamb (1992)
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CAPITULO 1: Introducción
A partir del Jurásico, una zona de subducción se estableció sobre la margen occidental de América del
Norte y de América del Sur y fue acompañada de un magmatismo de arco (Mégard 1978; Pardo &
Sanz, 1979; Aspden et al., 1987; Jaillard et al., 1990; Roperch & Carlier, 1992; Litherland et al., 1994;
Romeuf et al., 1995). Al Este de est e arco volcánico se desarrolló una cuenca extensiva de tipo de tras-
arco o "back arc". Al Oeste del arco volcánico secuencias sedimentarias volcano-clásticas son
interpretadas como depósitos de ante-arco o " fore arc" (Mourier 1988).
Entre el Jurásico terminal y Cretácico precoz el régimen tectónico se manifestó por un tectónica
transtensiva que srcinó una cuenca de tras-arco, asociada a importantes movimientos transcurrentes.
En efecto, Jaillard (1994) describe en el NW peruano, al sur del Ecuador, una compresión oblicua
asociada a una colisión oblicua de bloques alóctonos individualizados durante el Titoniano. Durante
esta época, el oriente ecuatoriano y el conjunto peruano-boliviano, se caracterizaron por eventos
extensivos (Moulin, 1989; Soler & Sempere, 1993; Litherland et al., 1994; Rivadeneira & Baby 1999).
El Albiano es distinguido por importantes efusiones volcánicas (parte occidental del Perú y sur de
Ecuador) que desaparecen entre el Albiano y Senoniano (Pitcher, 1978; Cobbing et al., 1981; Atherton
et al., 1983; Soler, 1991; Reynaud et al., 1996). Al mismo tiempo se desarrolló un evento tectónico
compresivo importante que afectó solamente la porción oeste de la margen y es llamada "Fase
Mochica" (Mégard 1984, Vicente 1989, Jaillard 1994). En el Perú central, esta época es marcada por
el emplazamiento del Batolito de la Costa (Soler & Bonhomme 1990).
Es así, que se considera que los movimientos tectónicos andinos comienzan desde el Triásico
Superior, con la extension que guía la sedimentación mesozoica. Sin embargo, la tectónica andina
propiamente dicha, o sea la tectónica en compresión se manifestó a partir del Cretácico (Audebaud,
1971; Dalmayrac et al., 1980; Frutos, 1981; Bussel & Pitcher, 1985; Jarrad, 1986; Soler &
Bonhomme, 1990; Jaillard & Soler, 1996)
Las cuencas subandinas, que son el tema de estudio, fueron reagrupadas en función de sus
características estructurales y/o sedimentarias (fig. 1.3). en un contexto general, las cuencas
subandinas corresponden al antepaís s.l. que implica del Oeste al Este la zona subandina propiamente
dicha (foothills) y el antepaís s.s..
La Cuenca Oriente situada entre 0° y 3°S (fig. 1.3) presenta una orientación NNE-SSW y es limitada
hacia el Este, al igual que la Cuenca Marañón, por el Escudo Guyanés. Hacia el Norte se extiende
hasta la Cuenca Putumayo de Colombia. Su extremidad occidental limita con la Cordillera Real u
Oriental de los Andes ecuatorianos. El Sistema Subandino de la Cuenca Oriente comprende del Norte
hacia el Sur: el Domo de Napo, la Depresión de Pastaza y el Domo de Cutucú.
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CAPITULO 1: Introducción
Entre 2°S y 6°S, la Cuenca Marañón se desarrolla con una orientación estructural NNW-SSE en su
porción norte, mientras que hacia el Sur su orientación general cambia a NW-SE. Hacia el Este es
limitada por la Zona Subandina (cuencas Santiago y Huallaga) y su limite meridional corresponde al
Arco de Contaya (fig. 1.3).
La Cuenca Santiago esta enmarcada dentro de la zona subandina, y es limitada al Oeste por la
Cordillera Oriental peruana y al Este por la Cuenca Marañón. Al Norte, esta cuenca se cierra
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CAPITULO 1: Introducción
La Cuenca Huallaga es una de las cuencas más amplias de las cuencas subandinas de la zona estudiada
(fig. 1.3). Esta cuenca que se desarrolla entre 5°S y 9°S, se encuentra limitada al Oeste por la
Cordillera Oriental. Ella se extiende hacia el Norte hasta la Cuenca Santiago, mientras que hacia el
Sur, su cierre estructural corresponde a la Zona Subandina Interna de la sub Cuenca Pachitea. En su
porción septentrional es limitada, al NE, de la Cuenca Marañón por el Arco de Contaya, entre tanto
que hacia el SE es limitada por la Cuenca Ucayali.
Desarrollada sobre la margen Este de la Cordillera Oriental entre 12°S y 16°S, la Cuenca Madre de
Dios – Beni se extiende desde el centro del Perú hasta Bolivia con una dirección general NW-SE (fig.
1.3). Su limite NW corresponde a los arcos de Fitzcarrald - Manu y hacia el SE se extiende hasta 17°
de latitud sur. Es a esta latitud que su orientación general cambia a N-S. En dirección Este, esta
extensa cuenca, se prolonga hacia el Escudo Brasileño, mientras que su margen occidental es
materializada por la Zona Subandina.
1.5. METODOLOGIA
Adquisición de datos de campo. Los datos de campo han sido obtenidos, desde el centro el Perú
(Cuenca Pachitea) hasta el subandino nor-boliviano (Cuenca Beni), por una exploración de las
márgenes de ríos navegables y cortes de carreteras donde los afloramientos eran de buena calidad.
Para la cuenca Pachitea, se realizaron 4 campañas de campo entre los meses de julio y agosto de 1996
(Gil, 1997). Para la Cuenca Ucayali, una campaña de campo realizada en Río Alto Urubamba y para la
Cuenca Madre de Dios diferentes campañas de campo entre las zonas de Pongo de Coñeq e Inambari
entre los años 1997 y 1998 (Gil et al., 1999ª).
Para la Cuenca Beni una campaña de campo ha sido realizada el año 1999 (Gil & Baby, 2000)
Construcción e interpretación de líneas sísmicas y datos de pozo . Para las cuencas Marañón,
Santiago y Huallaga las secciones estructurales han sido construidas basados únicamente en el análisis
y la interpretación de líneas sísmicas, datos de pozo y mapas geológicos de propiedad de
PETROPERU (Convenio ORSTOM-PETROPERU). De otra parte, para las cuencas Ucayali y Madre
de Dios – Beni, las secciones estructurales han sido controladas con datos de campo, líneas sísmicas y
datos de pozo (convenciones ORSTOM-YPFB e IRD-ELF EP).
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CAPITULO 1: Introducción
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CAPITULO 1: Introducción
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CAPITULO 2: SERIES SEDIMENTARIAS IMPLICADAS EN LA DEFORMACIÓN
SUBANDINA
2.1. GENERALIDADES
Entre 0° y 16°S, la zona subandina se desarrolló sobre un substrato muy heterogéneo que guió la
geometría de la deformación del frente orogénico. Esta heterogeneidad es controlada por el
emplazamiento de antiguas cuencas pre-miocenas, que evolucionan de Norte a Sur y que pueden
desaparecer muy rápidamente. A fin de comprender mejor este control paleogeográfico, es necesario
revisar las secuencias sedimentarias implicadas en la deformación subandina para definir su medio
ambiente sedimentario y tectónico. Los datos presentados en este capitulo son el resultado de la
compilación de publicaciones, informes petroleros y de un trabajo de campo que ha consistido en
reexaminar numerosas secciones estratigráficas.
Las series sedimentarias mio-pliocenas y cuaternarias que son sincrónicas a la estructuración de la
zona subandina no serán abordadas en este capitulo, ellas serán presentadas en detalle en el Capitulo 5.
Las cuencas Oriente-Marañón (fig. 2.1) y Santiago (fig. 2.2) integran rocas sedimentarias de edad
paleozoica a cuaternario reciente (fig. 2.3). Estas unidades sedimentarias yacen sobre un substrato
precámbrico. En la Cuenca Oriente, numerosos niveles volcánicos han sido diferenciados en series
mesozoicas y cenozoicas (Tschopp, 1945, 1953; Hall & Calle, 1982; Canfield et al., 1982;
Rivadeneira & Baby, 1999; Baby et al. 1999a). La mayor parte de formaciones sedimentarias post-
paleozoicas afloran en toda la zona subandina, mientras que las unidades paleozoicas son conocidas
solo a nivel de la Cordillera de Cutucú (subandino sur-ecuatoriano), al Sur de la Cuenca Marañón
(Arco de Contaya) y en ciertos pozos exploratorios que las han atravesado o alcanzado parcialmente.
2.2.1. PRECAMBRICO
2.2.2. PALEOZOICO
- Ordovícico. Esta unidad litológica ha sido descrita solamente en el Arco de Contaya (Newell
& Tafur, 1943), sin embargo, Benavides (1956) y Wilson & Reyes (1964) la mencionan
también al SW de la Cuenca Marañón sobre el Arco de Contaya (fig. 2.1), y comprende
intercalaciones de lutitas negras fosilíferas con cuarcitas marinas. Estos niveles estratigráficos
fueron alcanzados por los pozos exploratorios Tapiche, Palmera, La Frontera, y Yarina 1,
localizados en el límite sur-oriental de la Cuenca Marañón (Velarde et al., 1978).
pozos exploratorios Sacha Profundo, Pichincha y Pañacocha (fig. 2.1) (Rivadeneira & Baby,
1999).
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CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina
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CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina
- Cenomaniano. En la sección del Boquerón del Padre Abad (región norte de la Cuenca
Pachitea: fig. 2.4), la Formación Agua Caliente engloba todo el Cenomaniano (Müller,
1982). En la zona sur de la Cuenca Pachitea (Puente Paucartambo), esta formación
caracterizada de capas rojas finas versicolores, comprende intercalaciones calcáreas hacia
la base e intercalaciones de areniscas blancas hacia el tope (fig. 2.10). La parte inferior de
la sección esta compuesta de 150 a 200 m de capas rojas finas, presentando una facies de
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CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina
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CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina
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CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina
- Maastrichtiano Superior . Las series sedimentarias del fin del Cretácico corresponden a la
Formación Cachiyacu. Definida al Norte de la Cuenca Ucayali por Kummel (1948) en la
zona de Contamana (región del Ucayali medio), esta formación esta constituida de lutitas
oscuras, limos margosos y limos con fósiles de ambiente somero, y que hacen un espesor
de 150 m. En la región del Pachitea, Singewald (1928) describió 30 m de sedimentos con
las mismas características que las de Contamana, sobreyaciendo a la Formación Vivian.
Según Kummel (1948), la Formación Cachiyacu está presente también en las riveras del
Río Tambo, pero no fue observada en la sección del Boquerón del Padre Abad (Seminario
& Guizado, 1976). En los pozos de la Cuenca Ucayali, la Formación Cachiyacu esta
ausente o muy reducido.
En la zona de Puente Paucartambo, la Formación Cachiyacu esta compuesta de 100 a 150
m de argilitas marinas negras con escasos bancos de caliza o de areniscas finas negras (fig.
2.12). Este conjunto forma un cortejo transgresivo, en el cual la superficie de inundación
máxima (MFS) sería de edad maastrichtiana inferior (Jaillard, 1996)
2.4.4. TERCIARIO
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CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina
En la Cuenca Madre de Dio – Beni (figs. 2.13 y 2.14), las series estratigráficas deformadas
corresponden esencialmente a rocas sedimentarias de edad paleozoica, jurásica, cretácico superior,
oligocena, neógena y cuaternaria, y rocas metamórficas precambrianas a cambrianas (fig. 2.3). Estas
rocas son conocidas en afloramientos y en pozos.
Rocas metamórficas de probable edad precambriana a cambriana afloran al Oeste de la Cuenca Madre
de Dios, a nivel de la localidad de Quincemil (fig. 2.13). Estas series metamórficas constituidas de
gneis, andesitas, anfibolitas, cuarcitas y esquistos son conocidas bajo el nombre de Complejo de
Iscaybamba (Laubacher et al., 1984). En la Cuenca Madre de Dios del Norte de Bolivia, el pozo Pando
1 fue el único en tocar el basamento cristalino, probablemente de edad precambriana (Isaccson et al.,
1995).
2.5.2. PALEOZOICO
Las rocas sedimentarias paleozoicas corresponden a series marinas de plataforma detrítica y aveces
carbonatada. Ellas afloran en el ámbito de la zona subandina y tienden a biselarse hacia el Este
(escudo brasileño) a nivel de los arcos de Fitzcarrald, Manu y Madidi.
- Ordovícico. En la Cuenca Madre de Dios, el Ordovícico aflora bien en Cárcel Puncco (fig.
2.15). En esta zona esta conformado por cuarcitas blancas y grises, lutitas y esquistos negros a
gris, y lutitas en finas bandas “Lutitas Bandeadas” (Laubacher, 1977). Esta serie sedimentaria
comprende el Ordovícico Medio y Superior, denominados respectivamente Formación San
José y Formación Sandia (Laubacher, 1977).
La Formación San José esta compuesta de lutitas y limos de color gris a negro con abundantes
fósiles. Esta unidad litológica de 1200 m de espesor (fig. 2.15) tiene una edad que varia del
Arenigiano a Llanvirniano, según la fauna encontrada por Dávila & Ponce de León (1971).
Ella esta seguida por 250 m de cuarcitas finas a gruesas, intercaladas de delgadas capas de
argilitas de color gris claro y estrato-crecientes, denominada Formación Sandia y atribuida al
Caradociano (Laubacher, 1977).
En la Cuenca del Beni, el Ordovícico del subandino nor-boliviano comprende únicamente al
Caradociano. En esta zona esta conformado a la base por sedimentos finos intercalados de
areniscas y denominado Formación Enadere, mientras que su porción superior esta
principalmente constituido de areniscas cuarcíticas blancas de la Formación Tarene (Canedo
Reyes, 1960). En la zona subandina, el Ordovícico aflora únicamente en los corrimientos
frontales de la parte septentrional (Serranía de Coquiahuaca), donde presenta un espesor de
620 m (Oller, 1986). Luego reaparece mas al Oeste, en la zona interandina (fig. 2.14).
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CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina
CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina
Nota: El emplazamiento del Arco de Madidi (fig. 2.3 y anexo 1) es probablemente responsable de una
importante superficie de erosión, ya que al Oeste de su charnela, en la zona del Río Inambari y del
Río Heath, una gran parte del Paleozoico Superior esta ausente.
2.5.3. MESOZOICO
- Jurásico Superior (?). En la Cuenca Madre de Dios, en el Pongo de Palotoa (al norte del
Pongo de Coñeq), Valdivia (1974) describió una serie sedimentaria compuesta de areniscas
cuarzosas blancas y rosadas, que hacia su tope presentan facies eólicas a fluvio-eólicas.
En la zona subandina del norte de Bolivia, la edad de la formación Beu a llevado a numerosas
polémicas. Atribuida inicialmente al Cretácico, esta unidad estratigráfica, fue posteriormente
interpretada como perteneciente al Triásico-Jurásico (Oller & Sempere, 1990). Nuestras
campañas de campo, nos ha permitido levantar nuevas secciones de la Formación Beu y de
definir mejor su base y tope, así como su ambiente sedimentario. Correlaciones con ciertas
formaciones del Norte del Perú y del Ecuador son propuestas.
Según Oller (1986), la Formación Beu comprende dos miembros. El miembro inferior
comienza por un conglomerado basal poligénico, seguido de areniscas argilíticas poco
estratificadas y con laminaciones entrecruzadas. El miembro superior netamente mas arenoso
(facies eólica) bien estratificado e importantes laminaciones entrecruzadas. Estos dos
miembros afloran en la carretera de la Serranía del Pelado (localidad de El Chorro) donde los
conglomerados (brecha poligénica) reposa en discordancia erosiva sobre la Formación
Copacabana.
Las observaciones de campo realizadas nos permite presentar dos nuevas secciones que
ayudaran a completar la descripción de la Formación Beu.
- Sección de Yucumo : esta primera sección (fig. 2.18) se encuentra situada sobre la carretera
que lleva al Norte de Yucumo, a algunos kilómetros del pueblo (fig. 2.14). La sección
muestra importantes niveles de bloques caóticos de areniscas y cuarcitas que pueden
alcanzar 1 m de diámetro, intercaladas de areniscas tufáceas y cenizas volcánicas. Esta
facies corresponden a depósitos de escarpas de fallas que testifican una fuerte actividad
tectónica y volcánica. La parte superior de la sección presenta areniscas con facies eólica,
pero siempre tufáceas. Esta secuencia reposa sobre areniscas, cuyo srcen es difícil de
identificar, con una importante superficie de desecación ( hard ground).
- Sección Angosto del Quiquibey. Esta sección que fue levantada en el Río Quiquibey (fig.
2.14) y corresponde a la parte superior de la Formación Beu (fig. 2.19). Tradicionalmente,
esta serie sedimentaria, que reposa en discordancia erosiva sobre las areniscas eólicas de la
parte inferior de la Formación Beu, constituida de importantes conglomerados, fue
atribuida a la Formación Bala. La sección debuta por una importante superficie de erosión,
donde reposa un importante banco de conglomerados poligénico de 5 m de potencia con
cemento siliceo, con bloques subredondeados de areniscas, cuarcitas y calcedonia, con
diámetros que varían de 15 a 70 cm. Estos bloques se presentan una pátina eólica. Estas
secuencias gruesas son seguidas por una alternancia de areniscas tufáceas, cenizas
volcánicas, piedras pómez y paleosuelos. La sección termina por bancos métricos de
areniscas eólicas, aveces tufáceas.
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CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina
Fig. 2.18. Sección estratigráfica de la base de la Fig. 2.19. Sección estratigráfica del tope de la Fm
Fm Beu en Yucumo, ver anexo D Beu en el Angosto de Quiquibey, ver anexo E
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CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina
Se puede encontrar, también, intercalado entre bancos eólicos, un nivel de carbón (troncos
calcinados). Ciertos niveles de areniscas presentan pequeñas fallas (decimétricas) normales
sinsedimentarias.
Las facies presentadas en esta sección muestran un ambiente de depósito eólico sometido a
erupciones volcánicas, y no pueden en ningún caso ser atribuidas a la Formación Bala.
- Correlaciones y edad . La Formación Beu no fue datada. Las secciones descritas muestran
un ambiente de depósito desértico, dentro de un contexto de volcanismo activo y explosivo.
Las fallas normales sinsedimentarias y las facies de escarpa de falla observadas (sección de
Yucumo) ponen en evidencia un contexto tectónico extensivo.
Estos datos, y el hecho que la Formación Beu yace siempre sobre una superficie de erosión
regional nos lleva a concluir que esta formación esta asociada a un cambio geodinámico
muy importante. Una superficie erosiva comparable, acompañado de un cambio de
ambiente de depósito (marino a continental) y la aparición de un vulcanismo andesítico,
esta documentado en el Norte del Perú y en el Ecuador, con la sedimentación de las
formaciones Sarayaquillo y Chapiza, respectivamente, que marcaría el inicio de la
subducción andina (Christophoul et al., in review). Estas formaciones fueron datadas del
Jurásico medio a superior y pueden ser correlacionadas con la Formación Beu (fig. 2.3).
El espesor de la Formación Beu puede sobrepasar los 500 m.
A nivel del antepaís, los datos de pozo no permiten definir bien las series sedimentarias
cretácicas y jurásicas, sin embargo las líneas sísmicas muestran una importante superficie de
erosión que puede estar asociada a la base del Jurásico. Estas probables series jurásicas que
alcanzan hasta 250 m de potencia, están conformadas de areniscas blancas bien clasificadas.
Recientemente, en el sistema subandino de la Cuenca Madre de Dios, el pozo Candamo
perforado por MOBIL en 1998, atravesó una secuencia arenosa datada (palinología) del
Jurásico (Carpenter & Berumen, 1999).
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CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
o Secciones sísmicas. Desde el punto de vista estructural, los perfiles sísmicos ponen
en evidencia fallas lístricas (fig. 3.4) que controlaron la deformación de la margen
Este de la Cuenca Marañón (Sistema Invertido Oriental). En su extremo meridional
la sísmica muestra estructuras en flor positiva.
Fig. 3.4. Línea sísmica en la estructura Belén – Cuenca Marañón – Ubicación en la fig. 2.1
En las cuencas Oriente – Marañón y Santiago, dos secciones estructurales fueron construidas: la
más septentrional (fig. 3.1 sección A) atraviesa el Domo ó Cordillera de Cutucú (Rivadeneira &
Baby, 1999), la segunda sección, que atraviesa la Cuenca Santiago y una parte de la Cuenca
Marañón (fig. 3.1 sección B), es el resultado del informe final del convenio suscrito entre el
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CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
- Sección Estructural Cutucú (A) . El Domo de Cutucú (fig. 3.5) corresponde a una
estructura en flor positiva. Esta cabalga hacia el Este la Cuenca Oriente, y se propaga sobre
un nivel de despegue, constituido probablemente por las evaporítas triásicas o jurásicas que
afloran hacia el Sur en la Cuenca Santiago. Este sistema de cabalgamientos se amortigua a
nivel de la Serranía de Shaime (frente subandino) bajo la forma de un prisma intercutáneo
(Charlesworth & Gagnon, 1985). Que srcinan importantes retro-corrimientos. El domo de
Cutucú se prolonga hacia el Sur donde constituye la margen Oeste de la Cuenca Santiago.
Fig. 3.5. Sección estructural a través del Domo de Cutucú (Rivadeneira & Baby, 1999)
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CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
series sedimentarias cretácicas y terciarias hacia el Este. Del Oeste hacia el Este, el Grupo
Pucará (Triásico Sup. Jurásico Inf.) se bisela rápidamente ( toplap) por debajo de la
discordancia de la base de la Formación Sarayaquillo que a su ves es erosionada por la base
de la Formación Cushabatay (Cretácico).
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CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
o Sistema Invertido Oriental . Este dominio estructural presenta mayor amplitud que
el Corredor Central. En la Cuenca Oriente, presenta una orientación NNE-SSW y
funciona también en transpresión dextral, sin embargo este dominio corresponde a
la inversión de un sistema de fallas lístricas mas recientes y que controlaron la
sedimentación del Jurásico Superior (Díaz et al., en prensa ). En la Cuenca
Marañón, este dominio estructural se prolonga, pero con una orientación NNW-SSE
(figs. 2.1 y 3.1). Este cambio de orientación estructural es probablemente ligado a la
Deflexión de Huancabamba que limita al Sur la Cuenca Santiago.
La Cuenca Huallaga ubicada en la zona subandina del Perú septentrional entre 5º30”S y 9ºS, es
asociada a estructuras de orientación NW-SE, y corresponde a la cuenca subandina más amplia y se
desarrolló en la prolongación meridional de la Cuenca Santiago. Sus limites morfo-estructurales
corresponden a la Cordillera Oriental al Oeste y al Arco de Contaya al Este, mientras que al Norte por
la Deflexión de Huancabamba. El Arco de Contaya, que aparentemente corresponde a una estructura
en flor, marca el limite entre el frente subandino y la cuenca flexural de Marañón.
Al Este, en la parte meridional de la Cuenca Marañón, la deformación resulta menos compleja y el
estilo de estructuración cambia un poco con respecto a su porción norte.
La data utilizada para construir la sección estructural fue obtenida gracias al convenio ORSTOM-
PETROPERU. Esta sección estructural atraviesa la parte sur-occidental de la Cuenca Marañón y la
Cuenca Huallaga (fig. 3.1, sección C).
La interpretación de la líneas sísmicas y el análisis de perfiles de pozo nos permitió identificar
discordancias regionales y de precisar la geometría de las estructuras.
53
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
Fig. 3.8. Línea sísmica a través de la estructura Yanayacu – Cuenca Marañón – ver la estructuración en flor
del basamento. Ubicación en la fig. 2.1
Fig. 3.9. Línea sísmica a través de la estructura Nahuapa – Cuenca Marañón – Ubicación en la fig. 2.1
La sección estructural será descrita del Este (Cuenca Marañón) al Oeste (Cuenca Huallaga).
Sección Estructural Marañón (C’) . En esta sección, la Cuenca Marañón (fig. 3.10) no
presenta
terciarias una geometría hacia
se adelgazan de cuenca de antepaís
el frente clásica.
orogénico, En la
donde efecto, las seriesessedimentarias
deformación compleja y
presenta tres tipos de inversión tectónica.
54
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
- Sección Estructural Huallaga (C) . La Cuenca Huallaga (fig. 3.11) esta caracterizada por
importantes corrimientos que se conectan sobre un nivel de despegue regional situado a la
base de las evaporítas del Grupo Pucará, como lo indican los afloramientos conocidos a la
base del corrimiento Tarapoto (MOBIL, 1993). Como en la Cuenca Santiago, la tectónica
de cobertura es controlada por la presencia de éstas evaporítas triásicas que tienden a
desaparecer hacia el limite de la zona subandina – cuenca flexural.
55
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
En la parte meridional de la Cuenca Marañón, la deformación más importante esta situada entre el
Plioceno y el Cuaternario (como en la porción norte de la cuenca), pero se conocen también - al igual
que en la Cuenca Oriente - inversiones tectónicas que se iniciaron entre el Turoniano – Paleoceno y
Eoceno Inferior (Gil et al., 2000).
Las estructuras Loreto y Shanushi (entre las más espectaculares) muestran una deformación muy
tardía, ya que deforman el conjunto de las series neógenas.
En la Cuenca Huallaga es posible establecer una cronología relativa de la deformación. El corrimiento
de Tarapoto es efectivamente deformado por inversiones tectónicas profundas. Como en la Cuenca
Marañón, estas inversiones tectónicas deforman toda la cobertura sedimentaria neógena y deben de ser
plio-cuaternarias. Contrariamente, en el flanco oriental de la estructura Ponasillo, los corrimientos
parecen ser más antiguos y contemporáneos a la sedimentación neógena que muestra variaciones de
espesor. Del análisis de trazas de fisión en apatita ponen en evidencia una estructuración alrededor de
15 Ma (MOBIL, 1993), luego entre 10 y 15 Ma, y una reactivación alrededor de 5 Ma (Alvarez-
Calderón, 1999). En necesario remarcar localmente la presencia de 10000 m de espesor de sedimentos
terciarios (7500 m de Neógeno) en el centro de la Cuenca Huallaga, netamente superiores a los 3500
m de la Cuenca Marañón, y deformados en la parte dorsal del corrimiento Tarapoto.
Entre 9ºS y 12ºS, las montañas del Shira, con dirección estructural N-S, dividen la Cuenca Ucayali en
dos partes (figs. 3.1 y 2.4): la sub-cuenca Pachitea y la Cuenca Ucayali s.s.
La Zona subandina s.s. está localizada en la prolongación sur de la Cuenca Huallaga, y se encuentra
limitada al Oeste por la Cordillera Oriental, mientras que hacia el Este por el Alto del Shira. Esta zona,
se presenta deformada por importantes corrimientos, los que se amortiguan hacia la Cuenca Pachitea
(fig. 2.4).
El Shira, donde afloran sedimentos paleozoicos y cretácicos, comenzó a individualizarse
aparentemente a partir del Paleozoico Superior. Este elemento estructural se extiende hacia el Sur
hasta la Cordillera de Vilcabamba y al Norte hasta la confluencia de los ríos Ucayali y Pachitea. La
estructuración interna del Shira no esta bien documentada, sin embargo una estructuración en flor
probablemente srcinó que este elemento estructural cabalgue la Cuenca Ucayali s.s., o antepaís
andino. La Cuenca Ucayali es limitada de la Cuenca Marañón por el Alto de Contaya, mientras que al
Este por al Alto Moa Divisor y al SE por el Arco de Fitzcarrald–Manu.
La revisión de campo así como la adquisición de nuevas líneas sísmicas por ELF EP en 1996 y 1997,
nos ha permitido proponer un nuevo modelo estructural para la Cuenca Pachitea y su zona subandina.
Para la el extremo meridional de la Cuenca Ucayali, la interpretación geométrica fue establecida a
56
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
partir de datos de campo, y del análisis de ciertas secciones sísmicas del Bloque 52 (sur-este de la
cuenca).
Algunas publicaciones e informes inéditos han sido también consultados para estas interpretaciones.
Los datos de campo de la Cuenca Pachitea fueron adquiridos el año 1996 (Gil, 1997) y los de la
Cuenca Ucayali (Río Alto Urubamba) el año 1997 (Gil et al., 1999ª). Estos datos fueron de tres tipos:
estructurales, estratigráficos y paleogeográficos.
- Cuenca Pachitea.
57
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
Fig. 3.20. Sección estructural a través de los dominios interno y externo de la Cuenca Madre de Dios
67
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
Fig. 3.21. Sección estructural a través de los dominios interno y externo de la Cuenca Madre de Dios – Río
Inambari –
- Sección Estructural de Ixiamas (H). La sección estructural de la figura 3.22 (anexo 8),
muestra que al NE, el corrimiento frontal subandino (próximo a la localidad de Ixiamas) es
relativamente horizontal y deformado, y cabalga un aproximado de 4000 m de sedimentos
neógenos. El nivel de despegue se encuentra ubicado a la base de lutitas y areniscas
ordovícicas (formaciones Enadere y Tarene) y devónicas (Formación Tequeje). Mas al SW,
sobre el flanco oriental del sinclinal de Madidi, afloran en continuidad el Jurásico (Fm.
Beu), el Cretácico Superior (Fm. Eslabón) y los depósitos neógenos. En esta zona el
Silúrico esta ausente y probablemente no se depositó, mientras que el Carbonífero (fms.
Kaka y Toregua) y el Pérmico Inferior (Fm. Copacabana) fueron erosionados por debajo de
la discordancia de la Formación Beu. Sin embargo, las series sedimentarias carboníferas
reaparecen sobre el flanco occidental del sinclinal de Madidi al techo de un sistema de
retro-corrimientos. Mas al SW (parte central de la sección), el sistema de corrimientos esta
constituido principalmente de escamas de rocas carboníferas y jurásicas (Beu). La sección
estructural termina al Sur por un sistema de anticlinales y sinclinales de rocas siluro-
devonianas y ordovícicas.
68
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
Para la parte externa de la zona subandina, algunas líneas sísmicas de bloque de Madidi nos
han permitido construir la sección estructurales en profundidad. El corrimiento frontal
subandino (Serranía de Susi), se presenta deformado en sinclinal y anticlinal por un pliegue
pasivo de rampa que se emplaza en profundidad. Entonces, el flanco sur-oeste del sinclinal
de Madidi es interpretado como la acomodación frontal de un duplex que en profundidad se
emplazaría sobre toda la zona subandina interna, y que en superficie se manifestaría por un
sistema de retro-corrimientos pasivos al techo del duplex. Este duplex tiene como nivel de
despegue basal la interface Ordovícico – Basamento, y como nivel de despegue de techo
las argilitas de la parte superior de la Formación Tomachi (Devónico Superior). En la zona
interna, otro sistema de retro-corrimientos acomoda en superficie una parte del
acortamiento del duplex.
A nivel de la zona interna, la interpretación estructural muestra un bisel sedimentario de las
series sedimentarias silurianas. En efecto, estos sedimentos solo afloran en la Serranía de
Retama. Mas al SW, el Ordovícico aumenta considerablemente de espesor, y aflora en los
núcleos de anticlinales de rampa. La presencia del Ordovícico en esta zona, nos obliga a
implicar el basamento en la parte profunda de las escamas.
La tasa de acortamiento total calculado gracias a la construcción de la sección balanceada
(anexo 8) es de 61%, o 131 Km.
Fig. 3.22. Sección estructural a través de los dominios interno y externo de la Cuenca del Beni – Ixiamas –
- Sección Estructural Rurrenabaque (I). En esta sección estructural (fig. 3.23 y anexo 9),
la deformación del frente subandino es comparable a la sección de Ixiamas, pero mucho
mas intensa. La presencia de un sinclinal entre dos corrimientos frontales (localidad de
Rurrenabaque) es materializado entre las serranías de Susi y Caquiahuaca. A la base de los
corrimientos frontales afloran rocas devonianas (fms. Tomachi y Tequeje) sobreyacidas
directamente por la Formación Beu (Jurásico) y el Neógeno (fms. Bala y Quendeque).
A nivel de la Serranía de Toregua (parte central de la sección), se manifiestan los
afloramientos más orientales de las series sedimentarias permo-carboníferas (fms.
Copacabana, Kaka y Toregua). Hacia el SW, en la parte dorsal del corrimiento de Toregua,
la zona interna es caracterizada por un sinclinorio (sinclinal interno) que se desarrolló mas
ampliamente al Sur (fig. 2.15). El relleno sedimentario neógeno de este sinclinal, nos
permitió comprender mejor la cronología de la deformación (Cap. 5). Al SW de la sección,
en la Serranía de Caranavi (Zona Interandina), la base de las escamas tectónicas está
constituida de rocas silurianas y en el extremo SW por rocas ordovícicas.
En profundidad, la interpretación geométrica de la sección fue realizada a partir de algunas
líneas sísmicas que atraviesan el sinclinal de Madidi. En superficie, los corrimientos
frontales subandinos (serranías de Susi y Caquiahuaca) tienen como nivel de despegue a las
argilitas de la Formación Tequeje (Devónico). En profundidad, este despegue se propaga
probablemente como en la sección de Ixiamas, en él los sedimentos ordovicianos.
El sinclinal deformado al dorso de la Serranía de Susi se puede explicar, como en la
porción norte, por una deformación profunda debido a un pliegue de rampa pasiva. Al SW
de la Serranía de Caquiahuaca, un retro-corrimiento da srcen al anticlinal de rampa de
69
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
Tuichi (perforado por un pozo) camuflado bajo los depósitos neógenos del sinclinal de
Madidi.
En la zona interna, los corrimientos y retro-corrimientos que limitan y afectan el sinclinal
del Alto Beni son el resultado de la transferencia del acortamiento de un duplex profundo –
ya documentado en la sección de Ixiamas – que implicarían rocas sedimentarias
ordovícicas y silúricas. Por debajo de la serranía de Toregua, la sísmica parece mostrar una
flexión del basamento que correspondería probablemente a un arco comparable al de
Madidi. La parte que corresponde a la Zona Interandina, donde afloran esencialmente rocas
ordovícicas y silúricas, es deformada en profundidad por escamas de basamento.
El acortamiento horizontal calculado es de 57% (162 Km: anexo 9).
Fig. 3.23. Sección estructural a través de los dominios interno y externo de la Cuenca del Beni –
Rurrenabaque –
- Sección Estructural Lliquimuni (J). Esta sección (fig. 2.24 y anexo 10), fue publicada en
dos artículos por Baby et al. (1995ª, 1995 b), y fue objeto de modelizaciones analógicas y
petroleras. En consecuencia no entraremos en muchos detalles para su descripción. La
sección de Lliquimuni se inicia al NE por la Serranía de Eva Eva, y continúa en la zona
externa con las serranías de Fátima, Chiñe y Palacios (Angosto Quiquibey). Las unidades
sedimentarias implicadas en la deformación son siempre las mismas, y se biselan también
hacia el Este por debajo de la discordancia erosiva de la Formación Beu. Al SW del
Angosto Quiquibey, en la zona interna, la deformación se hace más compleja y es
materializada esencialmente por retro-corrimientos (Serranía el Pelado) y estructuras
verticales (Serranía de Marimonos, anticlinal de Lliquimuni), que afectan el sinclinal
interno bien desarrollado. Las rocas sedimentarias deformadas en superficie corresponden
al Permo-Carbonífero (Retama y Copacabana), Jurásico (Beu) y al Neógeno (Bala,
Quendeque y Charqui).
Fig. 3.24. Sección estructural a través de los dominios interno y externo de la Cuenca del Beni – Lliquimuni –
70
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
- Sección Estructural Río Manique (K). La construcción de está sección se realizó sin
datos de sísmica, sin embargo, la sección de Río Manique (fig. 2.35 y anexo 11), presenta
una estructuración comparable a la de Lliquimuni, pero, en esta zona la deformación es
mucho más intensa. Esta sección muestra al NE que el corrimiento frontal es materializado
por la Serranía de Eva Eva, donde aflora la Formación Beu. Hacia el SW, en la Serranía de
Fátima, la Formación Beu reposa en discordancia sobre las rocas sedimentarias del
Devónico. Entre la Serranía de Palacios y el anticlinal de Chispani el Beu yace a rocas
permo-carboníferas. Entre la Serranía de Palacios y el sinclinal de Inicua, el Pemo-
Carbonífero aumenta progresivamente de espesor hacia el SW, mientras que en la parte
subandina interna, los depósitos neógenos fueron intensamente deformados.
En la interpretación estructural, el nivel de despegue regional esta siempre localizado en la
interface Ordovícico – Basamento. En la zona subandina interna, un segundo nivel de
despegue aparece localizado a la base del Permo-Carbonífero. En comparación con la
sección de Lliquimuni, el estilo de la deformación no varía, pero el acortamiento horizontal
es más importante (60.5%, o 121 Km).
El sinclinal interno se presenta menos desarrollado – probablemente erosionado – y
seccionado por una escama suplementaria (estructura Inicua). La deformación queda ligada
a la acomodación del acortamiento de un duplex profundo emplazado en rocas ordovícicas
y devónicas (anexo 11).
Fig. 3.25. Sección estructural a través de los dominios interno y externo de la Cuenca del Beni – Río Manique
Recapitulación – La Cuenca Madre de Dios – Beni, presenta un dispositivo controlado por una
tectónica de corrimiento de cobertura, por consiguiente muy diferente a las cuencas subandinas más
septentrionales. Esta cuenca comprende una zona subandina muy deformada ( wedge-top zone, Cap. 5)
y un antepaís poco deformado ( foredeep zone ). La zona subandina esta constituida por dos zonas, una
interna y otra externa, presentando ambas dispositivos estructurales diferentes.
o Zona subandina interna. Esta zona, limitada al Oeste por la Zona Interandina o la
Cordillera Oriental, se presenta intensamente deformada. Esta se estructura en
profundidad por el emplazamiento de duplex, los que se desarrollan en las potentes
series paleozoicas. En superficie, la acomodación (o transferencia) del acortamiento
de tales duplex es compleja y evoluciona lateralmente. Este acortamiento se
manifiesta por el desarrollo de pro- y retro-corrimientos directamente en el contacto
71
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
del techo del duplex, y aveces por un pro-corrimiento que se propaga remotamente
en el antepaís y constituye entonces el frente subandino. Cuando los pro-
corrimientos son de amplitud regional, en la parte dorsal de estos se desarrolla o
emplaza una cuenca transportada que sigue el modelo propuesto por Baby et al.
(1995b).
o Zona subandina externa . Esta zona esta caracterizada también por un sinclinal de
sedimentos neógenos de amplitud regional, menos deformado y menos complejo,
pero que evoluciona lateralmente. En el caso más simple, como en Madre de Dios,
este sinclinal externo es relativamente simple y resulta de la acomodación del
acortamiento de un duplex de la zona interna.
En la Cuenca del Beni, este sinclinal es más complejo, y su borde nor-oriental,
formado por los corrimientos frontales subandinos, es independiente del duplex
interno. Estos corrimientos frontales presentan acortamientos importantes, y se
amortiguan siguiendo un dispositivo en echelón bajo la forma de rampas o pliegues
de rampa en los sedimentos del antepaís s.s. (foredeep zone). En algunos casos,
estos corrimientos se amortiguan rápidamente bajo la forma de rampas laterales.
Esta evolución lateral discontinua es generada por problemas paleogeográficos
complejos.
La cronología de la deformación de la zona subandina de Madre de Dios y del Beni presenta una
similitud en todo el conjunto, con una propagación en foreward sequence del sistema de corrimientos
y el desarrollo relativamente reciente de un sinclinal externo y de sus corrimientos.
El sinclinal interno, cuando existe, alberga a series sedimentarias neógenas estrato- y grano-crecientes,
que evolucionan de facies distales (a la base) a facies proximales (hacia el techo), presentando
variaciones de espesor y discordancias progresivas ( foredeep a wedge-top depozone según DeCelles &
Giles, 1996, ver Cap. 5)
Efectivamente, las columnas estratigráficas levantadas en el sinclinal externo de Punquiri (Cuenca
Madre de Dios: anexo 12) y en el sinclinal interno de la Cuenca del Alto Beni (anexo 13), muestran un
paso progresivo de facies Quendeque (llanura de inundación) a facies Charqui (conglomerados sin-
tectónicos, barras de canal), registrando un control tectónico de la sedimentación debido a la
propagación de los corrimientos hacia el Este. En la Cuenca del Beni, la facies Charqui registró la
estructuración del sinclinal interno, mientras que el sinclinal externo (sección de Yucumo, anexo 14)
no presenta la facies sin-tectónica (solo la facies Quendeque), lo que indica que este ultimo se
estructuró muy recientemente. Geométricamente, la sísmica muestra en el sinclinal interno la
presencia de discordancias progresivas y 5000 m de sedimentos que se depositaron – al menos para la
facies Charqui – dentro de un dispositivo de cuenca transportada que describimos anteriormente. El
desarrollo de este tipo de cuenca fue modelizado analógicamente con éxito (Baby et al., 1995 b). La
deformación tardía del anticlinal de Lliquimuni, que acomoda una parte del acortamiento del duplex,
que forma la base de la cuenca, muestra que éste ultimo continúa propagándose tardíamente hacia el
Este (reactivación out of sequence). En el sinclinal externo, la sísmica no muestra variaciones
importantes de espesor en el relleno sedimentario neógeno que atestigüen un control tectónico
importante.
Los mismos índices cronológicos aparecen en la zona subandina de la Cuenca Madre Dios. En el
flanco sur de los sinclinales externos, los sedimentos neógenos están en posición sub-vertical y no
parecen haber registrado una deformación sin-sedimentaria, lo cual está confirmado por la
información sísmica que no muestra variaciones de espesor en estas series sedimentarias. Entre las
secciones estructurales de Pongo de Coñeq y Río Inambari, lateralmente una parte de los horses de los
duplex de la zona interna parecen erosionados y sellados por depósitos neógenos no deformados.
Aveces, se observa una reactivación out of sequence de algunos de estos horses que deformaron
sedimentos cuaternarios que sellan el sinclinal de Patria (sección estructural de Pongo de Coñeq).
Como en la Cuenca del Beni, parece que se tiene una estructuración relativamente precoz de los
72
CAPITULO 4: RECONSTRUCCIONES PALEOGEOGRAFICAS Y ROL DE LAS
PALEOESTRUCTURAS EN LA DEFORMACION SUBANDINA
4.1. GENERALIDADES
En la zona subandina, las series sedimentarias ordovícicas son conocidas solamente en algunos pozos
en la parte meridional de la Cuenca Marañón y en el sector norte de la Cuenca Ucayali, mientras que
en afloramientos están presentes al limite de la zona subandina con la zona interandina de la Cuenca
Madre de Dios – Beni, y al frente de los corrimientos subandinos de la Cuenca del Beni. Hacia el
Oeste, estas series afloran sobre gran parte del Altiplano y de la Cordillera Oriental, donde se
encuentran intensamente deformadas (Dalmayrac et al., 1980; Benavides 1991; Gohrbandt 1992; entre
otros).
La reconstitución paleogeográfica (fig. 4.2) muestra que entre 10ºS y 16ºS, el depocentro de esta
cuenca se situaba a nivel de la Cordillera Oriental y del Altiplano actual (Dalmayrac et al., 1980;
Benavides, 1991). A nivel de la margen occidental, en el contacto con el macizo pre-cambriano de
Arequipa (Cobbing & Pitcher, 1972; Cobbing et al., 1997; Dalmayrac et al., 1977), corresponde a una
zona metamórfica en la que se pueden encontrar facies detríticas aparentemente proximales (zona de
Torán: Paredes, 1964; Gómez, 1964). El srcen de estas series sedimentarias ordovícicas son tema de
investigación en el Macizo de Arequipa y en su extremo oriental.
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina
75
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina
Los espesores más importantes de la cuenca ordoviciana son reportados al Sur de 12ºS, y tienden a
disminuir hacia el Este, y al Norte en dirección de la Cuenca Marañón. Hacia el Este, estas series
sedimentarias se biselan a nivel de los arcos de Moa Divisor, Fitzcarrald, Manu y Madidi. En
consecuencia, la geometría de la cuenca parece haber estado controlada por el emplazamiento de estos
arcos, que aparentemente funcionaron durante la sedimentación, demostrada por la ausencia de
depósitos del Ordovícico Medio al SE del Arco de Madidi (zona subandina de la Cuenca del Beni).
De otra parte, la interpretación geométrica (anexos 6 al 11) muestra que la cuenca ordoviciana fue
afectada por fallas normales que controlaron el hundimiento de la cuenca hacia el Oeste. Estas fallas
normales fueron invertidas durante la orogenia andina y probablemente srcinaron los duplex que se
encuentran actualmente en la margen occidental de la zona subandina. En efecto, la interpretación
propuesta muestra que cada escama (o horse) de los duplex presentan un aumento de espesor hacia las
zonas mas internas. Es entonces la margen oriental de la cuenca ordoviciana que parece haber
controlado la estructuración de la zona de transición entre la Cordillera Oriental y la zona subandina.
De otra parte, si bien es cierto que la cuenca siluriana es mas reducida, ésta presenta una geometría
comparable a la de la cuenca ordoviciana. El paso Ordovícico – Silúrico, en esta región, es marcado
por la ausencia de depósitos ashgilianos y por una ligera discordancia regional (Dalmayrac et al.,
1980). Las series sedimentarias silurianas son esencialmente marinas y comienzan por un nivel glacio-
marino, que en Bolivia, esta circunscrito a la Cordillera Oriental y al Altiplano, mientras que hacia el
Norte, éste llego hasta la zona subandina del Perú Central. El Silúrico se extiende hacia el Norte hasta
los 11º de latitud S (fig. 4.2) y presenta un espesor promedio de 200 m (nivel glacio-marino).
Entre 0º y 16ºS, en la zona subandina, las unidades sedimentarias devonianas fueron reportadas en
pozo en la parte SW de la Cuenca Marañón, en el borde oriental de la Cuenca Ucay ali y en la mayoría
de los pozos de la Cuenca Madre de Dios – Beni.
La reconstrucción paleogeográfica (fig. 4.3) muestra que, entre 8º y 12º de latitud sur, los depósitos
devonianos se biselan hacia el Este en dirección de los arcos Moa Divisor, Fitzcarrald y Manu,
mientras que más hacia el Norte, a nivel de la parte meridional de la Cuenca Marañón, estos se
extienden hasta la Dorsal de Carahuari (Baldis, 1992).
En la Cuenca Madre de Dios, las series sedimentarias del Devónico Inferior (Formación Ananea) se
biselan sobre el Arco de Madidi, para desaparecer hacia el Sur de éste, en la zona subandina del norte
de Bolivia. En los dominios de la Cordillera Occidental, entre 12ºS y 15ºS, las series sedimentarias del
Devónico Superior están ausentes (Dalmayrac et al., 1980; Benavides, 1991), sea por efectos de una
erosión, sea por no depositación. Mas al Norte, en la Cuenca Ucayali, aparentemente todo el Devónico
esta ausente. Esta laguna (Velarde et al., 1978) es acompañada, aparentemente, con un cambio de
orientación del Arco de Contaya, lo que parece indicar que un sistema de arcos en echelón visibles
actualmente en el antepaís andino, jugaron un rol importante en la sedimentación devoniana.
Al Sur de 11ºS, los depósitos de la zona subandina son considerablemente potentes (Laubacher, 1974;
Dalmayrac et al., 1980; Benavides, 1991; Aceñolaza 1992), y dan srcen a los niveles de despegue
regionales de los sistemas de corrimientos neógenos.
76
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina
Fig. 4.2. Mapa paleogeográfico del Ordovícico incluyendo la extensión geográfica del Silúrico
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CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina
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CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina
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CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina
En las zonas que corresponden al dominio del Altiplano y de la Cordillera Occidental, las unidades
litológicas mississipianas, se caracterizan por presentar depósitos netamente continentales (Mendivil
& Castillo, 1960; Paredes, 1964; Audebaud et al., 1976; Laubacher 1977) o facies litorales de cuenca
mixta (Dalmayrac, et al., 1980; Benavides, 1991). Estas series continentales están constituidas de un
material terrígeno, mal clasificado, formado de conglomerados, arcosas, areniscas conglomeráticas y
algunos niveles carbonosos.
En consecuencia, parece que los dominios de la Cordillera Occidental, al Oeste de Tarma y al Sur de
Puno, correspondían a las zonas de aportes de la cuenca mississipiana.
Esta evolución lateral de facies continentales a facies marinas y mixtas hacia el Este, puede ser
interpretada debido a la instauración de un reajuste isostático posterior al funcionamiento de la cuenca
de antepaís devoniana. La migración de facies continentales (gruesas) hacia el Oeste puede ser
explicada por este reajuste isostático, el cual estaría asociado al emplazamiento de un arco volcánico,
como lo demuestra el vulcanismo ácido descrito en el centro del Perú (Newell et al., 1953; Mégard,
1973) y los depósitos que atestiguan un arco volcánico marginal entre 6ºS y 17ºS (Dalmayrac et al.,
1980; Díaz-Martínez, 1995; Díaz 1999). Sin embargo, la naturaleza de este reajuste isostático, que es
acompañado de una disminución gradual de la intensidad de la fase tectónica eoherciniana, es aún un
problema para investigar.
El mapa paleogeográfico propuesto para el Pensilvaniano (fig. 4.5), ilustra la edificación de una
plataforma carbonatada. La amplitud de esta plataforma esta documentada al Norte hasta la Cuenca
Oriente (Tschopp, 1945; Rivadeneira & Baby, 1999) y al Oeste, hasta la dorsal de Carahuari (Baldis,
1992; Gohrbandt, 1992).
En la zona subandina y el antepaís, entre 0º y 14ºS, los sedimentos pensilvanianos se depositaron
esencialmente en un ambiente de plataforma mixta carbonatada, mientras que al Sur de 14ºS, ellos
corresponden a depósitos de tillitas de ambiente marino (Oller, 1986).
Estas unidades sedimentarias se biselan sobre los arcos de Moa Divisor, Fitzcarrald, Manu y Madidi.
Entre 6ºS Y 12ºS, el Pensilvaniano esta ausente en la zona central del Shira y en el sector comprendido
entre los pozos Pisqui y Coninca (Velarde et al., 1978). Entonces, estos relieves continuaron a emerger
en esta época.
En los dominios correspondientes a los Amotapes (Thomas, 1928; Newell et al., 1953) y a la
Cordillera Oriental, entre 12º y 16º de latitud sur, el Pensilvaniano estaba caracterizado por depósitos
continentales y litorales (Mégard, 1973; Laubacher, 1977; Dalmayrac et al., 1980). Mas hacia el Oeste
(10ºS y 14ºS), estas series sedimentarias estaban representadas por areniscas verdes de srcen
volcánico (Martin & Paredes, 1977; Dalmayrac et al., 1980). Estas mismas facies son reportadas en la
base del Pensilvaniano de la zona subandina (Valdivia, 1974; Martin & Paredes, 1977; Benavides,
1991).
Parece entonces, que a nivel del dominio de la Cordillera Occidental (entre 6ºS y 15ºS), un arco
volcánico se emplazó durante la sedimentación pensilvaniana. Estas facies volcánicas fueron descritas
también en los dominios del Altiplano y de la Cordillera Occidental (Laubacher, 1977; Dalmayrac et
al., 1980) al Sur de 16ºS, constituyendo estos sectores zonas de aportes detríticos.
El mar pensilvaniano arribó desde el Norte y el Oeste (Dalmayrac et al., 1980). A nivel de 14ºS, este
mar incursionó en el actual dominio subandino de la Cuenca Madre de Dios pasando entre los arcos de
Madidi y Manu.
Al Pérmico Inferior, una plataforma mixta carbonatada (Gr. Copacabana / Macuma) invadió todo el
dominio actual del subandino, toda la Cordillera Oriental y una gran parte del Altiplano (fig. 4.6).
Así como las anteriores series paleozoicas, esta plataforma se bisela sobre los arcos subandinos, sin
embargo se encuentra ausente sobre una gran parte de la zona subandina del Beni.
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CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina
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CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina
Fig. 4.6. Mapa paleogeográfico del Pérmico Inferior y Superior, mostrando la extención geográfica de la
Formación Ene.
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CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina
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CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina
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CAPITULO 5: Sístema de cuencas de antepaís
En la Cuenca Madre de Dios – Beni, los primeros depósitos que registraron el emplazamiento del
sistema de antepaís andino son las unidades sedimentarias del Cretácico Superior y del Paleoceno,
conocidas como Huchpayacu y Casa Blanca (Madre de Dios) y Eslabón y Flora (Beni).
A nivel de la Cuenca Madre de Dios, la base de la Formación Huchpayacu puede corresponder a una
zona de depósito de foredeep distal, mientras que sus unidades sedimentarias superiores mas maduras
y gruesas (Formación Casa Blanca), parecen corresponder a una zona de depósito de foredeep
proximal o back-bulge (?).
Mas al Sur, en la Cuenca del Beni, las series sedimentarias de las formaciones Eslabón y Flora,
pertenecerían a una misma secuencia transgresiva
Una importante serie sedimentaria continental fina que determinaría una zona de depósito de foredeep
distal, esta representada por el Grupo Huayabamba de la Cuenca Madre de Dios. Estos depósitos,
aparentemente ausentes en la Cuenca del Beni, pueden ser correlacionados con la base de la
Formación Quendeque, que presenta estas mismas facies sedimentarias, pero que lamentablemente no
fueron nunca datadas.
A nivel de la Cuenca Madre de Dios – Beni, el reajuste isostático del Eoceno Medio – Oligoceno,
evidenciado mas al Norte no trascendió o fue menos marcado en el registro sedimentario. En efecto, la
Formación Pozo de la Cuenca Madre de Dios presenta facies continentales, fluvial a la base y lacustre
hacia su tope. En la Cuenca del Beni, la Formación Bala s.s. (areniscas continentales con un
conglomerado basal localmente) puede ser considerada un equivalente lateral de la Formación Pozo.
Si consideramos que el fenómeno de reajuste isostático no afecto la Cuenca Madre de Dios – Beni,
entonces se puede interpretar a las formaciones Pozo y Bala como depósitos de la zona de back-bulge.
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CAPITULO 5: Sístema de cuencas de antepaís
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CAPITULO 5: Sístema de cuencas de antepaís
En la Zona Interandina (Cuenca Tipuani – Mapiri) que cabalga la Cuenca Beni, una toba inter-
estratificada en los conglomerados fluviales de la Formación Cangalli fue datada ( 40Ar/39Ar) a 7.96 ±
0.058 Ma (biotita) y 7.9 ± 0.03 Ma (feldespato) (Hérail, et al., in press). Estos autores consideran que
la Formación Cangalli corresponde a la facies proximal de la Formación Charqui.
En los conglomerados de la parte superior de la Formación Charqui de la zona subandina de la Cuenca
Madre de Dios (Río Inambari), un nivel de toba volcánica, muestreada en nuestra campaña de campo,
viene de ser datada ( 40Ar/39Ar; Oregon State University) a 3.23 ± 0.3 Ma (biotita) y 2.96 ± 0.34 Ma
(plagioclasa).
En consecuencia, la Formación – o sobre todo la facies – Charqui de la Cuenca Madre de Dios puede
ser mas reciente que la facies Charqui de la Cuenca del Beni. Este diacronismo es coherente con la
repartición espacial de esta facies, que en la Cuenca Beni se emplazó en el sinclinal interno del Alto
Madidi, y a nivel de la Cuenca Madre de Dios, se depósito en el sinclinal externo de Punquiri.
Las formaciones Tutumo y Pagorene, que fueron descritas sobre la Formación Charqui, presentan una
distribución local, motivo por el cual no fue posible observarlas. Sin embargo parece que las facies
muy gruesas, descritas por los geólogos petroleros que exploraron estas regiones, corresponden a
facies de conos aluviales, las que puedan pasar lateralmente a la Formación Charqui.
Esta observaciones permiten mostrar que le termino de formación es impropio, y que sobre todo hace
falta hablar de facies Quendeque (foredeep zone), de facies Charqui ( wedge-top zone) y de facies
Tutumo (wedge-top zone proximal), que en algunos lugares son sincrónicas y registraron una
migración hacia el Este del sistema de antepaís. En efecto, en el sinclinal interno del Beni y en el
sinclinal externo de Punquiri (Madre de Dios), la facies Quendeque pasa progresivamente a la facies
Charqui y muestra así evolucionan progresivamente de la zona de depósito foredeep a la zona de
depósito wedge-top con una propagación de los corrimientos hacia el Este. Esta observación esta de
acuerdo con la evolución en cuenca transportada ( piggyback) propuesta para la zona subandina interna
de la Cuenca del Alto Beni (Baby et al., 1995 b)
5.4. CONCLUSIONES
La interpretación de facies sedimentarias terciarias de las cuencas subandinas entre 0º y 16ºS muestra
que ellas responden a una dinámica de sistema de antepaís directamente controlada por la tectónica
andina (fig. 5.12). Este sistema de antepaís migró progresivamente hacia el Este bajo el efecto de la
propagación de un frente orogénico.
El análisis realizado en este capítulo nos lleva a proponer la siguiente evolución geodinámica.
Los primeros depósitos continentales encontrados en las cuencas subandinas, que atestiguan la
instauración del antepaís andino, corresponden esencialmente a sedimentos caracterizados de facies de
zona de depósito de foredeep distal de edades comprendidas entre en Cretácico Superior y el
Paleoceno. En la Cuenca del Beni, estos depósitos corresponden a las series sedimentarias marinas
poco profundas a continentales de las formaciones Eslabón y Flora, emplazadas probablemente en la
zona de depósito de back-bulge.
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CAPITULO 5: Sístema de cuencas de antepaís
Fig. 5.12. Evolución de facies de depósito del sistema de antepaís entre 0º y 16ºS
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CAPITULO 5: Sístema de cuencas de antepaís
Al Oligoceno Superior – Mioceno Medio, las secuencias sedimentarias de las cuencas subandinas
caracterizaban a depósitos continentales con facies de zona de foredeep distal, que progresivamente
pasaron a facies de foredeep proximal. Esta evolución vertical muestra una colmatación de la cuenca
de antepaís, y que probablemente registró una reactivación de la tectónica andina “ Orogenic loading”,
debido al incremento de la velocidad relativa de convergencia de las placas entre 25 y 15 Ma (fig.
5.13).
Al Mioceno Medio – Superior, en la cuencas Oriente y Marañón, la transgresión marina registrada por
las formaciones Curaray y Pebas es interpretada como el resultado de otro reajuste isostático. Estas
series sedimentarias marinas debieron de haberse depositado en la zona de foresag.
Este segundo reajuste isostático “Orogenic unloading”, correspondió a un nuevo descenso de la
velocidad relativa de convergencia de placas evidenciadas entre 15 y 10 Ma (fig. 5.13). Sin embargo,
este descenso de la velocidad de convergencia fue menos importante que del Eoceno Superior –
Oligoceno Inferior, lo que puede explicar la menor amplitud que alcanzó la transgresión Curaray –
Pebas al invadir el sistema de antepaís andino.
Este modelo propuesto esta de acuerdo a la propagación hacia el Este de los corrimientos y de la
wedge-top zone subandina, donde comenzaron a individualizarse las cuencas transportadas de tipo
piggyback.
Fig. 5.13. Evolución del sistema de antepaís y su relación con la convergencia de las placas de Nazca y
Sudamérica
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LISTA DE FIGURAS Y DE ANEXOS
Lista de figuras y anexos
Fig. 3.24.
Fig. 3.23. Sección
Sección estructural
estructural aa través
través de
de la
la Cuenca
Cuenca Beni
Beni –Lliquimuni
–Rurrenabaque 70
70
Fig. 3.25. Sección estructural a través de la Cuenca Beni –Río Manique 71