Está en la página 1de 61

TESIS DE DOCTORADO

Para la obtención del título de


Doctor de la Universidad Paul Sabatier Toulouse III
Disciplina: Geología
Especialidad : Tectónica y Sedimentación

Willy Fernando GIL RODRIGUEZ

EVOLUCION LATERAL DE LA DEFORMACION DE UN FRENTE


OROGENICO :

EJEMPLO DE LAS CUENCAS SUBANDINAS ENTRE 0° Y 16°S

JULIO 2001
Universidad Toulouse III – Paul Saba tier
U.F.R. de Ciencias de la Vida y de la Tierrra
Escuela Doctoral de C iencias del Universo, del Medioambiente y del Espacio

TESIS DE DOCTORADO
Para l a obtención del título de
Doctor de la Universidad Paul Sabatier Toulouse III
Disciplina : Geolo gía
Especialidad : Tectón ica y Sedim entación

Presentada por :

Willy Fernando GIL RODRIGUEZ

EVOLUCION LATERAL DE LA DEFORMACION DE UN FRENTE


OROGENICO :
EJEMPLO DE LAS CUENCAS SUBANDINAS ENTRE 0° Y 16°S

Disertada el 03 de Julio de 2001, delante del Jurado compuesto por :

PatriceBABY Investigadordel IRD(Director de Tesis)


Jean-François BALLARD Ingeniero de TOTALFINAELF (Examinador)
Joachim DERAMOND Profesor de la Universidad de Toulouse III (Director de Tesis)
GérardHERAIL Directord eI nvestigacióndelI RD(Examinador)
Yves HERVOUËT Profesor de la Universidad de Pau et des Pays de l’Adour (Dictaminante)
Jac q u es R E Y Profesor de la Universidad de Toulouse III (Examinador)
Marc TARDY Profesor de la Universidad de Savoie, Chambéry (Dictaminante)

DYNAMIQUE DES BASSI


NS
AGRADECIMIENTOS

Este trabajo de fue financiado por ELF EXPLORATIO PRODUCTION, en el cuadro de un convenio
de investigación con el IRD (ex ORSTOM).

Agradezco en primer lugar a las personas que participaron en el establecimiento de este convenio y
por todas las facilidades permitidas durante mis diferentes estadías en el Centro Científico y
Tecnológico de ELF EP en la ciudad de Pau, y en la filial de Lima-Perú entre los años 1996-1999:
Patrick Sorriaux, Jean-François Ballard, Jean-Marie Flamand, Michel Le Vot, Jean-Yves Froute y a
todas las personas que hicieron agradables mis días en Pau. De la misma manera mis agradecimientos
al Profesor Joachim Déramond, de la Universidad de Toulouse, por aceptarme en su laboratorio de
Análisis de Cuencas.

Todos mis agradecimientos van a Patrice Baby y Gérard Hérail por sus aportes y criticas durante la
realización de esta tesis, sin olvidar a Stéphane Brusset, por su contribución durante estos últimos 6
meses en Toulouse.

Mis reconocimientos y agradecimientos a los Profesores Marc Tardy e Yves Hervouët que aceptaron
juzgar y dictaminar esta tesis. También agradezco al Profesor Jaques Rey por aceptar participar como
examinante.

También quisiera expresar mi reconocimiento a René Marocco y Miriam Soto por su participación y
hospitalidad al seno de la misión del IRD en Lima.

Agradezco a todas las personas del Laboratorio de 36 Ponts, Frédéric Christophoul, Gilbert Bessiere,
Jean-Claude Soula, Pierre Débat, Martin « el Gringo » Roddaz, Rodrigo Riquelme (por las cenas
kebab), Babeth y Emmanuel Robert, Luisa Pinto, Joseph Darrozes, sin olvidar a Mmes Nicole
Guerrero, Yvette Tambareau y Marie-France Perret; por la amistad ofrecida, que contribuyo mucho
para que mi estadía en Toulouse fuese agradable.

Finalmente agradezco fervientemente a mi familia por su apoyo constante e incondicional durante mis
numerosas ausencias durante estos 3 años

Dedico este trabajo a mi hija Viviana y a sus “sapitos verdes”, canción que ella me
dedicaba por teléfono, y a mi esposa Miriam, por su comprensión y apoyo.
RESUMEN

La complejidad de la evolución estructural de la Zona Subandina entre 0º y 16º de latitud sur, en la que
están comprendidas las cuencas subandinas del Ecuador, Perú y norte de Bolivia, está directamente
ligada a la herencia del substrato y por ende a la paleogeografía pre-andina. La evolución estructural
norte-sur, que se propone fue obtenida gracias a la construcción de secciones estructurales balanceadas
seriadas. Las restauraciones obtenidas por el despliegue de estas, muestran el rol de la paleogeografía
en la propagación de la deformación.

Entre 0º y 5ºS, las cuencas Oriente del Ecuador y Marañón Y Santiago del Perú, fueron estructuradas
por una tectónica de basamento como resultado de la inversión tectónica en transpresión de los
sistemas de rifts triásicos y jurásicos orientados NNE-SSW. A nivel de la Cuenca Santiago, ésta
tectónica de inversión interfiere con una tectónica salífera debido a las evaporítas depositadas en los
dominios occidentales del rift.
En la Cuenca Huallaga, (5ºS y 8ºS), al sur de la deflexión de Huancabamba, éstas evaporítas
constituyen un excelente nivel de despegue srcinando importantes sistemas de corrimientos con
vergencia al Este, y con una orientación NNW-SSE. Estos corrimientos se encuentran deformados en
profundidad por probables inversiones tectónicas transpresivas, que aun se hacen sentir en estas
latitudes de las cuencas subandinas.
Es solo a partir de 12ºS que los efectos de la tectónica de inversión de los rifts triásicos y jurásicos no
se manifiestan en las cuencas subandinas. Efectivamente, en la porción meridional de la Cuenca
Ucayali y en el ámbito de la Cuenca Madre de Dios – Beni, la zona subandina se estructura por
sistemas de corrimientos clásicos, desarrollados en las series sedimentarias de la plataforma
paleozoica, bien preservada, donde se sitúan los niveles de despegue. Estos corrimientos srcinan
importantes acortamientos horizontales (50% en promedio) y el desarrollo de sistemas de cuencas de
antepaís comparables a los modelos propuestos por DeCelles & Giles (1996), y que no son más
antiguos que el Mioceno Superior.

La restauración de las secciones estructurales balanceadas permite visualizar la geometría y la


amplitud de las cuencas precedentes a la deformación subandina, permitiendo la construcción de
mapas paleogeográficos temáticos desde el Paleozoico Inferior. Las paleogeografías propuestas hasta
la fecha, no tomaban en cuenta los acortamientos horizontales de la zona subandina, es así que la tasa
de acortamiento calculada para cada una de las secciones estructurales restauradas posibilita conocer
de manera más precisa la amplitud inicial de la zona subandina, y en consecuencia de reposicionar
hacia el Oeste su limite occidental al igual que los dominios tectóno-sedimentarios de la Cordillera
Oriental. Durante todo el Paleozoico, los depósitos sedimentarios ocuparon casi la totalidad de los
dominios estructurales, sin embargo al Norte de 12ºS, estos no son bien conocidos por que fueron
erosionados y deformados durante el emplazamiento del rift permo-triásico. Este rift se desarrollo de
manera diacrónica (más joven al Norte) siguiendo una orientación NNE-SSW a N-S, oblicua a la
cadena andina actual. Hacia el sur, en los dominios de la Cuenca Madre de Dios – Beni, la
preservación de las series sedimentarias de la plataforma paleozoica permitió el desarrollo de
importantes sistemas de corrimientos.

De otra parte, la interpretación de facies sedimentarias terciarias de las cuencas subandinas muestra
que ellas responden a una dinámica de sistemas de antepaís directamente controlada por la tectónica
andina. Este sistema de antepaís migró progresivamente hacia el Este bajo el efecto de la propagación
del frente orogénico, que comenzó a desarrollarse desde el Cretácico Superior, entre tanto que la zona
subandina s.s. comenzó a estructurarse más o menos entre 10 Ma.
Contenido

CONTENIDO
Página
CAP 1 : INTRODUCCION
1.1. Interés et objetivos del estudio 1
1.2. Contexto geodinámico andino 1
1.3. Las grandes etapas de deformación entre 0º y 16°S 2
Tectónica ante Andina 2
Tectónica compresiva Andina 5
1.4. Limites y grandes rasgos estructurales de las cuencas subandinas entre 0º y 16ºS 5
1.4.1. Cuenca Oriente – Marañón – Santiago 5
1.4.2. Cuenca Huallaga 7
1.4.3. Cuenca Pachitea – Ucayali 7
1.4.4. Cuenca Madre de Dios – Beni 7
1.5. Metodología 7

CAP 2 : SERIES SEDIMENTARIAS IMPLICADAS EN LA DEFORMACION


SUBANDINA
2.1. Generalidades 10
2.2. Cuenca Oriente - Marañón – Santiago 10
2.2.1. Precámbrico 10
2.2.2. Paleozoico 10
2.2.3. Mesozoico 14
2.2.4. Terciario 17
2.3. Cuenca Huallaga 18
2.3.1. Precámbrico – Paleozoico 18
2.3.2. Mesozoico 18
2.3.3. Terciario 20
2.4. Cuenca Pachitea – Ucayali 21
2.4.1. Precámbrico 21
2.4.2. Paleozoico 21
2.4.3. Mesozoico 29
2.4.4. Terciario 33
2.5. Cuenca Madre de Dios – Beni 34
2.5.1. Cámbrico - Precámbrico 34
2.5.2. Paleozoico 34
2.5.3. Mesozoico 42
2.5.4. Terciario 45
2.6. Conclusiones 46

CAP 3 : GEOMETRIA Y CRONOLOGIA DE LA DEFORMACION


3.1. Generalidades 47
3.2. Cuenca Oriente - Marañón – Santiago 47
3.2.1. Data y estilo de la deformación 47
3.2.2. Secciones estructurales y geometría de la cuenca 50
3.2.3. Cronología de la deformación 53
3.3. Cuenca Huallaga – Marañón 53
3.3.1. Data y estilo de la deformación 53
3.3.2. Secciones estructurales y geometría de la cuenca 54
3.3.3. Cronología de la deformación 56
3.4. Cuenca Pachitea – Ucayali 56
3.4.1. Data y estilo de la deformación 56
3.4.2. Secciones estructurales y geometría de la cuenca 61
3.4.3. Cronología de la deformación 62
3.5. Cuenca Madre de Dios – Beni 62
3.5.1. Data y estilo de la deformación 63
Contenido

3.5.2. Secciones estructurales y geometría de la cuenca 67


3.5.3. Cronología de la deformación 72
3.6. Conclusiones 73

CAP 4 : RECONSTRUCCIONES PALEOGEOGRAFICAS Y ROL DE LAS


PALEOESTRUCTURAS EN LA DEFORMACION SUBANDINA
4.1. Generalidades 74
4.2. Paleogeografía del Ordovícico – Silúrico 74
4.3. Paleogeografía del Devónico 76
4.4. Paleogeografía del Mississipiano 79
4.5. Paleogeografía del Pensilvaniano 81
4.6. Paleogeografía del Pérmico Inferior 81
4.7. Paleogeografía del Permo-Triásico al Jurásico Inferior 84
4.8. Paleogeografía del Jurásico Superior 86
4.9. Paleogeografía del Cretácico Inferior 88
4.10. Paleogeografía del Paleógeno 88
4.11. Paleogeografía del Mioceno Superior – Actual 88
4.12. Conclusiones 88

CAP 5 : SISTEMA DE CUENCAS DE ANTEPAIS


5.1. Generalidades 92
5.2. Las zonas de depósito y organización de facies sedimentarias 94
5.2.1. La zona de depósito wedge-top 96
5.2.2. La zona de depósito foredeep 96
5.2.3. La zona de depósito forebulge 96
5.2.4. La zona de depósito back-bulge 96
5.3. Las cuencas subandinas entre 0° et 16°S 96
5.3.1. Cuenca Oriente – Marañón – Santiago 97
5.3.1.1. Series sedimentarias sincrónicas a la estructuración de la zona
subandina 98
5.3.2. Cuenca Huallaga 99
5.3.2.1. Series sedimentarias sincrónicas a la estructuración de la zona
subandina 100
5.3.3. Cuenca Pachitea – Ucayali 100
5.3.3.1. Series sedimentarias sincrónicas a la estructuración de la zona
subandina 102
5.3.4. Cuenca Madre de Dios – Beni 102
5.3.4.1. Series sedimentarias sincrónicas a la estructuración de la zona
subandina 103
5.4. Conclusiones 104

CAP 6 : D ISCUSION Y CONCLUSIONES


6.1. Evolución el lateral del frente orogénico entre 0° y 16°S 107
6.2. Evolución sedimentaria del sistema de antepaís 109
6.3. Interpretación geodinámica 110

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 112


ANEXOS
LISTA DE FIGURAS Y DE ANEXOS
CAPITULO 1: Introducción

Fig. 1.2 La Cordillera de los Andes y la subducción entre la placa oceánica Nazca y la placa continental de
América del Sur. Arco volcánico (cuadrados rojos), con lagunas al norte del Perú y centro de Chile. La
topografía (amarillo = 2000 m), refleja el espesor crustal (70 Km en Perú y en Bolivia). Los trazos verdes
muestran la profundidad en kilómetros del techo de la placa subductada. La edad de la litósfera oceánica
varia a lo largo de América del Sur. 1= Cuaternario, 2= Plioceno, 3= Mioceno, 4= Oligoceno, 5= Eoceno, 6=
Paleoceno. Las flechas indican la dirección de convergencia de la placa de Nazca relativamente a la placa
sudamericana. Según Dewey & Lamb (1992)

4
CAPITULO 1: Introducción

A partir del Jurásico, una zona de subducción se estableció sobre la margen occidental de América del
Norte y de América del Sur y fue acompañada de un magmatismo de arco (Mégard 1978; Pardo &
Sanz, 1979; Aspden et al., 1987; Jaillard et al., 1990; Roperch & Carlier, 1992; Litherland et al., 1994;
Romeuf et al., 1995). Al Este de est e arco volcánico se desarrolló una cuenca extensiva de tipo de tras-
arco o "back arc". Al Oeste del arco volcánico secuencias sedimentarias volcano-clásticas son
interpretadas como depósitos de ante-arco o " fore arc" (Mourier 1988).
Entre el Jurásico terminal y Cretácico precoz el régimen tectónico se manifestó por un tectónica
transtensiva que srcinó una cuenca de tras-arco, asociada a importantes movimientos transcurrentes.
En efecto, Jaillard (1994) describe en el NW peruano, al sur del Ecuador, una compresión oblicua
asociada a una colisión oblicua de bloques alóctonos individualizados durante el Titoniano. Durante
esta época, el oriente ecuatoriano y el conjunto peruano-boliviano, se caracterizaron por eventos
extensivos (Moulin, 1989; Soler & Sempere, 1993; Litherland et al., 1994; Rivadeneira & Baby 1999).
El Albiano es distinguido por importantes efusiones volcánicas (parte occidental del Perú y sur de
Ecuador) que desaparecen entre el Albiano y Senoniano (Pitcher, 1978; Cobbing et al., 1981; Atherton
et al., 1983; Soler, 1991; Reynaud et al., 1996). Al mismo tiempo se desarrolló un evento tectónico
compresivo importante que afectó solamente la porción oeste de la margen y es llamada "Fase
Mochica" (Mégard 1984, Vicente 1989, Jaillard 1994). En el Perú central, esta época es marcada por
el emplazamiento del Batolito de la Costa (Soler & Bonhomme 1990).
Es así, que se considera que los movimientos tectónicos andinos comienzan desde el Triásico
Superior, con la extension que guía la sedimentación mesozoica. Sin embargo, la tectónica andina
propiamente dicha, o sea la tectónica en compresión se manifestó a partir del Cretácico (Audebaud,
1971; Dalmayrac et al., 1980; Frutos, 1981; Bussel & Pitcher, 1985; Jarrad, 1986; Soler &
Bonhomme, 1990; Jaillard & Soler, 1996)

Tectónica compresiva andina


El ciclo sedimentario andino se estableció sobre la margen continental a partir del inicio de la
subducción bajo la placa sudamericana desde el Jurásico Superior, no obstante, la tectónica
compresiva que afectó la extremidad Este del back-arc, se manifestó desde el Turoniano.
La tectónica compresiva andina se establece en respuesta a los cambios de velocidad y de la dirección
de convergencia de las placas subductadas bajo la placa sudamericana. En efecto, estos eventos se
caracterizan por largos periodos de inestabilidad tectónica y breves episodios de relativa quietud
tectónica (Noblet et al., 1996). De una manera o de otra, después de la instauración de esta tectónica
en compresión ella se desarrolla de manera continua, es decir desde el Albiano-Cenomaniano
(dominio andino) y Turoniano (dominio subandino) hasta el Cuaternario. Esta deformación "continua"
se desarrolló en el tiempo y el espacio con diferentes intensidades y con un control probable de la
paleogeografía pre-cretácica. El análisis, efecto y la respuesta sedimentaria de la tectónica en
compresión sobre las cuencas subandinas (0° y 16° de latitud sur) serán abordados en el capitulo 3 y 5.

1.4. LIMITES Y GRANDES RASGOS ESTRUCTURALES DE LAS CUENCAS SUBANDINAS


ENTRE 0° Y 16°S

Las cuencas subandinas, que son el tema de estudio, fueron reagrupadas en función de sus
características estructurales y/o sedimentarias (fig. 1.3). en un contexto general, las cuencas
subandinas corresponden al antepaís s.l. que implica del Oeste al Este la zona subandina propiamente
dicha (foothills) y el antepaís s.s..

1.4.1. Cuenca Oriente - Marañón - Santiago

La Cuenca Oriente situada entre 0° y 3°S (fig. 1.3) presenta una orientación NNE-SSW y es limitada
hacia el Este, al igual que la Cuenca Marañón, por el Escudo Guyanés. Hacia el Norte se extiende
hasta la Cuenca Putumayo de Colombia. Su extremidad occidental limita con la Cordillera Real u
Oriental de los Andes ecuatorianos. El Sistema Subandino de la Cuenca Oriente comprende del Norte
hacia el Sur: el Domo de Napo, la Depresión de Pastaza y el Domo de Cutucú.

5
CAPITULO 1: Introducción

Fig. 1.3. Mapa morfo-estructural y ubicación de las cuencas subandinas

Entre 2°S y 6°S, la Cuenca Marañón se desarrolla con una orientación estructural NNW-SSE en su
porción norte, mientras que hacia el Sur su orientación general cambia a NW-SE. Hacia el Este es
limitada por la Zona Subandina (cuencas Santiago y Huallaga) y su limite meridional corresponde al
Arco de Contaya (fig. 1.3).
La Cuenca Santiago esta enmarcada dentro de la zona subandina, y es limitada al Oeste por la
Cordillera Oriental peruana y al Este por la Cuenca Marañón. Al Norte, esta cuenca se cierra

6
CAPITULO 1: Introducción

estructuralmente y corresponde a la terminación sur del Domo de Cutucú. A nivel de la deflexión de


Huancabamba, la Cuenca Santiago toma una dirección estructural NW-SE, en su porción meridional.

1.4.2. Cuenca Huallaga

La Cuenca Huallaga es una de las cuencas más amplias de las cuencas subandinas de la zona estudiada
(fig. 1.3). Esta cuenca que se desarrolla entre 5°S y 9°S, se encuentra limitada al Oeste por la
Cordillera Oriental. Ella se extiende hacia el Norte hasta la Cuenca Santiago, mientras que hacia el
Sur, su cierre estructural corresponde a la Zona Subandina Interna de la sub Cuenca Pachitea. En su
porción septentrional es limitada, al NE, de la Cuenca Marañón por el Arco de Contaya, entre tanto
que hacia el SE es limitada por la Cuenca Ucayali.

1.4.3. Cuenca Pachitea – Ucayali

Desde un punto de vista morfo-estructural, la Cueca Ucayali (7°S-12°S) presenta dominios


estructurales complejos, que resultan del emplazamiento del Alto del Shira que divide la Cuenca
Ucayali en dos sub cuencas: al Oeste la Cuenca Pachitea y al Este la Cuenca Ucayali s.s. de dirección
NW-SE (fig. 1.3).
Al NE, la Cuenca Ucayali s.s. es aislada de la Cuenca Marañón por el Arco de Contaya, mientras que
hacia su terminación meridional su limite corresponde al Arco de Fitzcarrald. A esta latitud, la cuenca
presenta una dirección estructural E-W. Al Oeste, el Alto del Shira y la zona subandina constituyen su
limite estructural, mientras que hacia el Este, la cuenca se extiende sobre la llanura amazónica.
La Cuenca Pachitea hacia el Oeste es limitada por la Cordillera Oriental y hacia el Este por el Alto del
Shira. Hacia el Norte la cuenca se confunde con las cuencas de Ucayali s.s. y de Huallaga. Mientras
que su prolongación SE viene a corresponder a la Cuenca Ene.

1.4.4. Cuenca Madre de Dios – Beni

Desarrollada sobre la margen Este de la Cordillera Oriental entre 12°S y 16°S, la Cuenca Madre de
Dios – Beni se extiende desde el centro del Perú hasta Bolivia con una dirección general NW-SE (fig.
1.3). Su limite NW corresponde a los arcos de Fitzcarrald - Manu y hacia el SE se extiende hasta 17°
de latitud sur. Es a esta latitud que su orientación general cambia a N-S. En dirección Este, esta
extensa cuenca, se prolonga hacia el Escudo Brasileño, mientras que su margen occidental es
materializada por la Zona Subandina.

1.5. METODOLOGIA

Adquisición de datos de campo. Los datos de campo han sido obtenidos, desde el centro el Perú
(Cuenca Pachitea) hasta el subandino nor-boliviano (Cuenca Beni), por una exploración de las
márgenes de ríos navegables y cortes de carreteras donde los afloramientos eran de buena calidad.
Para la cuenca Pachitea, se realizaron 4 campañas de campo entre los meses de julio y agosto de 1996
(Gil, 1997). Para la Cuenca Ucayali, una campaña de campo realizada en Río Alto Urubamba y para la
Cuenca Madre de Dios diferentes campañas de campo entre las zonas de Pongo de Coñeq e Inambari
entre los años 1997 y 1998 (Gil et al., 1999ª).
Para la Cuenca Beni una campaña de campo ha sido realizada el año 1999 (Gil & Baby, 2000)

Construcción e interpretación de líneas sísmicas y datos de pozo . Para las cuencas Marañón,
Santiago y Huallaga las secciones estructurales han sido construidas basados únicamente en el análisis
y la interpretación de líneas sísmicas, datos de pozo y mapas geológicos de propiedad de
PETROPERU (Convenio ORSTOM-PETROPERU). De otra parte, para las cuencas Ucayali y Madre
de Dios – Beni, las secciones estructurales han sido controladas con datos de campo, líneas sísmicas y
datos de pozo (convenciones ORSTOM-YPFB e IRD-ELF EP).

7
CAPITULO 1: Introducción

Construcción de secciones balanceadas - método GeoSec® . GeoSec® es un sistema interactivo


utilizado para la construcción y balanceo (validación) de secciones estructurales (en compresión,
extensión, transpresión). Este programa permite modelizar estructuras a partir de cartas geológicas y
topográficas, líneas sísmicas, datos pozo y campo. A partir de una sección estructural deformada
(deformación finita), GeoSec® permite restaurar la sección a un estado inicial ( backward modelling) y
de simular su deformación y en consecuencia de validar el modo de deformación ( forward modelling).
Las secciones estructurales presentadas en este trabajo fueron construidas manualmente respetando las
reglas geométricas elementales de secciones balanceadas, luego fueron digitalizadas para utilizar
GeoSec®.
En la mayor parte de sistemas de corrimientos de antepaís, las estructuras compresivas de desarrollan
en rocas litificadas o parcialmente litificadas. En ambos casos, si se construyen una sección estructural
paralela a la dirección de transporte, las longitudes de los horizontes y las superficies se preservan.
GeoSec® reproduce, aproximadamente, y modeliza este tipo de deformación. El mecanismo de
deformación corresponde a un cizallamiento simple.

Fig. 1.4. Método GeoSec (según CogniSeis Development, 1996)

8
CAPITULO 1: Introducción

Análisis cinemático de la deformación. Para el análisis cinemático de la deformación, la construcción


de secciones estructurales seriadas a través de la zona subandina nos permite comprender mejor la
cinemática de la deformación paralelamente al eje de la cadena del Norte hacia el Sur. En efecto, entre
0° y 10° de latitud sur, la estructuración corresponde a la interferencia de tres tipos deformación:
tectónica de basamento, y tectónica de cobertura acompañada de diapirismo. Al Sur de 12°S, la
estructuración se traduce exclusivamente por una tectónica de cobertura (Cap. 3).

Reconstitución paleogeográfica. A partir de las secciones estructurales restauradas se ha podido


desplegar en mapa los principales elementos morfo-estructurales andinos. De esta manera se han
elaborado mapas palinspásticos que muestran la geometría y los principales alineamientos
estructurales de las cuencas pre-orogénicas. Esta reconstitución paleogeográfica muestra que el estilo
de deformación es controlado por el rift permo-triásico, que se emplazó oblicuamente en la cadena
andina (Cap. 4).

Interpretación geodinámica . La interpretación geodinámica de las cuencas subandinas situadas entre


0° y 16°S, ha sido realizada a partir del análisis de zonas de deposito del sistema de antepaís basado en
DeCelles & Giles (1996) y a la organización de facies sedimentarias en términos de estratigrafía
reciproca (Catuneanu et al., 1997; 1999; 2000).

9
CAPITULO 2: SERIES SEDIMENTARIAS IMPLICADAS EN LA DEFORMACIÓN
SUBANDINA

2.1. GENERALIDADES

Entre 0° y 16°S, la zona subandina se desarrolló sobre un substrato muy heterogéneo que guió la
geometría de la deformación del frente orogénico. Esta heterogeneidad es controlada por el
emplazamiento de antiguas cuencas pre-miocenas, que evolucionan de Norte a Sur y que pueden
desaparecer muy rápidamente. A fin de comprender mejor este control paleogeográfico, es necesario
revisar las secuencias sedimentarias implicadas en la deformación subandina para definir su medio
ambiente sedimentario y tectónico. Los datos presentados en este capitulo son el resultado de la
compilación de publicaciones, informes petroleros y de un trabajo de campo que ha consistido en
reexaminar numerosas secciones estratigráficas.
Las series sedimentarias mio-pliocenas y cuaternarias que son sincrónicas a la estructuración de la
zona subandina no serán abordadas en este capitulo, ellas serán presentadas en detalle en el Capitulo 5.

2.2. CUENCAS ORIENTE - MARAÑÓN - SANTIAGO

Las cuencas Oriente-Marañón (fig. 2.1) y Santiago (fig. 2.2) integran rocas sedimentarias de edad
paleozoica a cuaternario reciente (fig. 2.3). Estas unidades sedimentarias yacen sobre un substrato
precámbrico. En la Cuenca Oriente, numerosos niveles volcánicos han sido diferenciados en series
mesozoicas y cenozoicas (Tschopp, 1945, 1953; Hall & Calle, 1982; Canfield et al., 1982;
Rivadeneira & Baby, 1999; Baby et al. 1999a). La mayor parte de formaciones sedimentarias post-
paleozoicas afloran en toda la zona subandina, mientras que las unidades paleozoicas son conocidas
solo a nivel de la Cordillera de Cutucú (subandino sur-ecuatoriano), al Sur de la Cuenca Marañón
(Arco de Contaya) y en ciertos pozos exploratorios que las han atravesado o alcanzado parcialmente.

2.2.1. PRECAMBRICO

El substrato precámbrico implicado en la tectónica de basamento, que caracteriza estas cuencas, es


constituido de rocas magmáticas y metamórficas. Los pozos exploratorios, que han alcanzado el
basamento cristalino son: Parahuacu, Atacapi, Shushufindi, Yuturi, Zaparo, Ron y VHR, en la Cuenca
Oriente (Rivadeneira & Baby, 1999) y Tangarana, Valencia, Rayo 1, Yarina 1 y Santa Elena, en la
Cuenca Marañón. (fig. 2.1).

2.2.2. PALEOZOICO

De manera general, estas rocas sedimentarias presentan un ambiente sedimentario de plataforma


marina poco profunda. En las cuencas Oriente-Marañón y Santiago, el Paleozoico se encuentra
preservado dentro de sistemas de grabens o semi-grabens, y afloran en la Cordillera de Cutucú y en el
Arco de Contaya. Algunas líneas sísmicas muestran que el Paleozoico se bisela hacia el Este.

- Ordovícico. Esta unidad litológica ha sido descrita solamente en el Arco de Contaya (Newell
& Tafur, 1943), sin embargo, Benavides (1956) y Wilson & Reyes (1964) la mencionan
también al SW de la Cuenca Marañón sobre el Arco de Contaya (fig. 2.1), y comprende
intercalaciones de lutitas negras fosilíferas con cuarcitas marinas. Estos niveles estratigráficos
fueron alcanzados por los pozos exploratorios Tapiche, Palmera, La Frontera, y Yarina 1,
localizados en el límite sur-oriental de la Cuenca Marañón (Velarde et al., 1978).

- Siluro-Devoniano. Esta unidad sedimentaria comprende intercalaciones de lutitas y areniscas


de srcen marino y continental. A nivel de la Cuenca Oriente, es denominada Formación
Pumbuiza (Tschopp, 1945) y se encuentra intensamente deformada, fue alcanzada por los
CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina

pozos exploratorios Sacha Profundo, Pichincha y Pañacocha (fig. 2.1) (Rivadeneira & Baby,
1999).

Fig. 2.1. Mapa estructural de las cuencas Marañón y Oriente

11
CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina

Fig. 2.2. Mapa estructural de las cuencas Santiago y Huallaga

12
CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina

A nivel de la Cuenca Ucayali, la sección tipo de la Formación Sarayaquillo se encuentra en los


Cerros de Cushabatay (Kummel, 1948), donde esta caracterizada por areniscas rojas con
laminaciones entrecruzadas, conglomerados y argilitas rojas, que hacen un espesor de 2000 m.
Los pozos que han registrado a la Formación Sarayaquillo en esta cuenca son: Rayo (57 m),
Santa Clara (16 m), Zorrillos (>25 m), Aguaytía (>29 m), Tahuaya (>61 m). Y se encuentra
ausente en los pozos Agua Caliente, Cashiboya, Maquia y Pisqui (fig. 2.4).
En los Andes Centrales del Perú, Mégard (1979) atribuye una edad jurásica media (Dogger) a
la base de la Formación Sarayaquillo.

- Cretácico. Estas series sedimentarias afloran en la zona subandina de la Cuenca Pachitea, en


el subandino del sur de la Cuenca Ucayali, y en el subsuelo han sido atravesadas por la
mayoría de los pozos exploratorios.

- Aptiano – Albiano. Este intervalo de tiempo corresponde a la Formación Cushabatay


(Kummel, 1946). En la Cuenca Pachitea, la Formación Cushabatay aflora en la Cordillera
de San Matías (fig. 2.4), donde descansa sobre una secuencia conglomerática (Mitu). Mas
hacia el Oeste, en la zona subandina interna de Bella Esperanza, esta formación yace sobre
rocas (principalmente cuarcitas) que las asimilamos a la Formación Ene (Gil, 1997).
En la zona de Puente Paucartambo (limite Subandino - Cordillera Oriental), la Formación
Cushabatay descansa sobre la Formación Sarayaquillo, y a la base (primera secuencia)
presenta areniscas claras bien clasificadas y lutitas grises, pasando a areniscas argilíticas y
lutitas negras carbonozas (fig. 2.10). La segunda secuencia es caracterizada por el arribo de
areniscas argilíticas y conglomerados depositados en un ambiente fluvial, en bancos
espesos, masivos y con base erosiva. La tercera y ultima secuencia es mas argilítica , y esta
formada por intercalaciones de areniscas y argilitas rojas, que presentan laminaciones
oblicuas curvas de poca pendiente, aveces bimodales y características de un ambiente
marino litoral.
En el alto del Shira, en Nevati (fig. 2.4), la Formación Cushabatay reposa sobre el Grupo
Copacabana y aveces sobre el basamento precambriano (norte del Shira), con un espesor
promedio de 350 m (Velarde et al., 1979).
En la Cuenca Ucayali, la distribución de la Formación Cushabatay parece estar controlada
por el Alto del Shira. En efecto, en el Pongo de Mainique (Martin & Paredes, 1977) y sobre
los campos petroleros de Camisea (Geuns et al., 1997), las series sedimentarias
tradicionalmente consideradas del Cretácico Inferior (Neocomiano), fueron datadas del
Pérmico Superior. En consecuencia, la Formación Cushabatay estaría presente únicamente
al Oeste y Norte del Shira.

- Albiano Superior. Este intervalo de tiempo corresponde a los depósitos de la Formación


Raya – Esperanza (Kummel, 1948). Según Müller (1982), la Formación Raya (Esperanza)
esta constituida de sedimentos de edad albiana. Mas al Sur, esta formación aflora en la zona
de Puente Paucartambo, donde ella comienza por areniscas amarillas, seguida de margas
grises y termina con secuencias margo-calcáreas (fig. 2.11). Una segunda secuencia
formada de areniscas finas blancas (intertidales) es sobreyacida por calizas de plataforma
poco profunda y correspondería a la Formación Raya de Kummel (1946). En la Cuenca
Ucayali, esta formación es difícil de diferenciar en las líneas sísmicas, pero fue registrada
por la mayor parte de pozos situados sobre las partes central y norte de la cuenca. Esta
formación tiende a disminuir de espesor en las zonas comprendidas entre los pozos Agua
Caliente, Maquia, Cashiboya, y Pisqui (Velarde et al., 1978).

- Cenomaniano. En la sección del Boquerón del Padre Abad (región norte de la Cuenca
Pachitea: fig. 2.4), la Formación Agua Caliente engloba todo el Cenomaniano (Müller,
1982). En la zona sur de la Cuenca Pachitea (Puente Paucartambo), esta formación
caracterizada de capas rojas finas versicolores, comprende intercalaciones calcáreas hacia
la base e intercalaciones de areniscas blancas hacia el tope (fig. 2.10). La parte inferior de
la sección esta compuesta de 150 a 200 m de capas rojas finas, presentando una facies de

30
CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina

planicie costera. La parte intermedia esta constituida de lutitas, limos, y margas


versicolores (rojo ladrillo, negro, verde), con intercalaciones de yeso claro laminado. Los
ambientes sedimentarios van de marino poco profundo a continental costero. La parte
superior comienza por areniscas transgresivas bien seleccionadas, sobreyacidas por un
delgado nivel de lutitas negras marinas, seguida de limos y margas rojas. Este conjunto es
seguido por una secuencia de margas y calizas grises bioturbadas, conteniendo numerosos
fósiles de ostras, y otros bivalvos, seguidas de limos y margas rojas continentales y
localmente yeso laminado. Entre los fósiles encontrados, las ostras probablemente
Ilymatogyra africana (A. Dhondt) indicarían una edad cenomaniana.
En la Cuenca Ucayali, en el subsuelo, las series sedimentarias de la Formación Agua
Caliente corresponden a areniscas de ambiente litoral a fluvial (pozo Runuya). Al igual que
la Formación Raya, la Formación Agua Caliente se adelgaza hacia los pozos Pisqui,
Maquia, Agua Caliente y Runuya (fig. 2.4).
En la zona de Pongo de Mainique y en los pozos Oxapampa 7-1 y Cashiboya, el tope de la
Formación Agua Caliente fue datado del Turoniano - Coniaciano (Müller, 1982).

- Turoniano – Coniaciano – Santoniano. En la Cuenca Pachitea, las series sedimentarias


del Turoniano corresponden a la Formación Chonta. En la zona de Puente Paucartambo, la
Formación Chonta esta constituida principalmente de calizas que alcanzan 125 m de
espesor. Esta unidad corresponde probablemente al evento anóxico del limite
Cenomaniano-Turoniano (Jaillard, 1996). Al tope, la secuencia presenta depósitos de
plataforma carbonatada poco profunda y de poca energía, organizadas en secuencias
progradantes para terminar en areniscas calcáreas blancas, finas de ambiente inter- a
supratidal. Este conjunto es sobreyacido por tres unidades. La parte inferior comienza por
80 a 100 m de capas rojas versicolores, finas, continentales, sigue a esta sección una
secuencia de argilitas negras sobreyacidas de secuencias margo-calcáreas poco bioturbadas,
para terminar en laminaciones tidales y localmente lechos de yeso laminado (55 m). Según
Jaillard (1996), este conjunto pertenecería al Coniaciano p.p.. La parte media se inicia con
100 m de depósitos margosos, poco calcáreos, aveces gruesos, seguida por 125 m de calizas
arenosas con laminaciones tidales y abundantes figuras de desecación. Según Jaillard
(1996), esta parte intermedia sería de edad coniaciana superior a santoniana. Los
equinodermos estudiados por N. Néraudeau corresponden a Mecaster fourneli y son
especies que caracterizan el Senoniano Inferior y principalmente el Santoniano de Africa,
América del Sur y del Medio-Oriente. Finalmente, la porción superior comienza por 5 m de
areniscas calcáreas, seguidas de delgados niveles de margas verdes, luego por limos rojos,
aveces verdes, con figuras de desecación, laminaciones lacustres y algunos pseudomorfos
de evaporítas de medio continental.
En la porción norte de la Cuenca Pachitea, en el Boquerón del Padre Abad, el límite entre
las formaciones Chonta y Agua Caliente fue datado del Cenomaniano Superior. En el pozo
Oxapampa 7-1, este límite es considerado del Turoniano – Coniaciano (Müller, 1982).
En la Cuenca Ucayali, el límite entre las formaciones Chonta y Agua Caliente corresponde
al Cenomaniano Superior (pozo Runuya), Turoniano Coniaciano (pozos Tamaya y
Cashiboya), y al Santoniano Inferior en el Pongo de Mainique (Müller, 1982).
La Formación Chonta fue alcanzada por todos los pozos de la Cuenca Ucayali. A nivel del
Shira, esta formación esta caracterizada por lutitas intercaladas con calizas y dolomitas,
limitadas a la base y tope por limos rojos y verdes (Velarde et al., 1978)

- Campaniano – Maastrichtiano. En la zona de Puente Paucartambo, la Formación Vivian


comienza con 15 m de areniscas claras masivas (ambiente marino litoral) intercaladas de
lutitas negras (fig. 2.11). La porción media de la sección esta constituida en gran parte por
lutitas marinas negras y de secuencias de progradación de playa de regular energía,
decrecientes hacia el tope. La parte superior parece corresponder a la base de la
transgresión de la Formación Cachiyacu. Por su posición estratigráfica y los análisis
bioestratigráficos del nor-oriente peruano, Müller & Aliaga (1981) le atribuyen una edad
del Campaniano-Maastrichtiano.

31
CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina

32
CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina

- Maastrichtiano Superior . Las series sedimentarias del fin del Cretácico corresponden a la
Formación Cachiyacu. Definida al Norte de la Cuenca Ucayali por Kummel (1948) en la
zona de Contamana (región del Ucayali medio), esta formación esta constituida de lutitas
oscuras, limos margosos y limos con fósiles de ambiente somero, y que hacen un espesor
de 150 m. En la región del Pachitea, Singewald (1928) describió 30 m de sedimentos con
las mismas características que las de Contamana, sobreyaciendo a la Formación Vivian.
Según Kummel (1948), la Formación Cachiyacu está presente también en las riveras del
Río Tambo, pero no fue observada en la sección del Boquerón del Padre Abad (Seminario
& Guizado, 1976). En los pozos de la Cuenca Ucayali, la Formación Cachiyacu esta
ausente o muy reducido.
En la zona de Puente Paucartambo, la Formación Cachiyacu esta compuesta de 100 a 150
m de argilitas marinas negras con escasos bancos de caliza o de areniscas finas negras (fig.
2.12). Este conjunto forma un cortejo transgresivo, en el cual la superficie de inundación
máxima (MFS) sería de edad maastrichtiana inferior (Jaillard, 1996)

2.4.4. TERCIARIO

- Paleógeno . Como en la Cuenca Huallaga, el Paleógeno esta representado por la Formación


Huchpayacu, probablemente la Formación Casa Blanca y la Formación Pozo (cf. fig. 2.3).

- Paleoceno Inferior. En la zona de Contamana, Kummel (1948) describió una serie


sedimentaria de lutitas limosas, limos calcáreos rojos, grises y violetas, denominada
Formación Huchpayacu. A nivel del contacto basal, carofitas de edad cretácica superior
fueron encontradas, mientras que al techo, restos de algas parecen indicar una edad del
debut del Terciario (Pardo & Zúñiga, 1976). En el Boquerón del Padre Abad las carofitas
encontradas corresponden a: Porochara gildemeisteri, Porochara gildemeisteri costata,
Sphaerochara brewterensis, Rhabdochara rolli, Tectochara cilindrata minuta y Tolypella
biacuta. Estas son atribuidas al Paleoceno Inferior por analogía con las carofitas descritas
en las cuencas Huallaga y Pachitea (Seminario & Guizado, 1976).
En la Cuenca Pachitea, en la zona de Puente Paucartambo, una serie sedimentaria análoga
aflora a lo largo de la carretera de Purus. Según Jaillard (1996), esta comienza con 100 a
150 m de limos rojos o verdes (fig. 2.12), y localmente, esta serie presenta niveles ricos en
grandes cuarzos eólicos. Esta secuencia aporto abundantes carofitas, las que al ser
determinadas por M. Feist como Porochara sp., son probablemente del Cretácico Superior.
La Formación Huchpayacu parece estar en continuidad con la Formación Cachiyacu, y
descansa aveces sobre la Formación Vivian sin presentar una superficie de erosión.

- Eoceno Superior - Oligoceno. En el ámbito de la Cuenca Pachitea, la Formación Pozo


aflora en la zona de Puente Paucartambo, en la Quebrada la Sal. En esta zona, la Formación
Pozo Basal esta conformada por 80 a 100 m de areniscas algo masivas, divididas en 3
conjuntos. La parte inferior esta formada de 30 a 40 m de areniscas claras y masivas,
areniscas gruesas a microconglomeráticas, organizadas en potentes secuencias transgresivas
grano-decrecientes de ambiente fluvial a marino (probablemente estuariano). La porción
intermedia esta compuesta de lutitas y areniscas finas a medias, blancas bien clasificadas,
organizadas en secuencias grano- y estrato-crecientes de progradación de plataforma
clástica marina poco profunda. La parte superior esta conformada de areniscas masivas
claras. La granulometría y las figuras sedimentarias indican una energía creciente hacia el
techo y el paso progresivo de un ambiente marino a continental. Estas areniscas son
sobreyacidas por argilitas verdes y granates de ambiente continental que contrastan con los
depósitos mas gruesos de la base la Formación Pozo s.s. infrayacentes. La edad atribuida
tradicionalmente a esta formación corresponde al Eoceno Superior, sin embargo, ella fue
también datada del Eoceno Inferior-Medio por ROBERTSON RESEARCH (1990).
En la Cuenca Ucayali, las series sedimentarias equivalentes de la Formación Pozo
corresponden a las series de la Formación Yahuarango. En el Río Cushabatay, esta
formación (925 m) esta constituida de argilitas rojas a púrpuras, limos rojos y

33
CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina

conglomerados con clastos redondeados a sub-angulosos. Su parte media presenta limos


grises con concreciones ferruginosas, yeso e intercalaciones de argilitas negras y margas
con concreciones calcáreas. Su porción superior (80 m) esta conformada por argilitas grises
intercaladas de limos grises y argilitas rojas, que comprenden también restos de fósiles de
plantas, pelecipodos de ambiente continental, y huesos y dientes de peces, y concreciones
de pirita (Velarde et al., 1978).
En el subsuelo de la Cuenca Ucayali, esta secuencia sedimentaria se presenta entre las
formaciones Casa Blanca y Chambira.

- Neógeno – Cuaternario. Las unidades litológicas que corresponden a los depósitos


sedimentarios neógenos son caracterizadas por las formaciones Chambira, Ipururo y Ucayali
(Kummel, 1948). La Formación Ucayali se encuentra cubierta por los depósitos cuaternarios.

2.5. CUENCA MADRE DE DIOS - BENI

En la Cuenca Madre de Dio – Beni (figs. 2.13 y 2.14), las series estratigráficas deformadas
corresponden esencialmente a rocas sedimentarias de edad paleozoica, jurásica, cretácico superior,
oligocena, neógena y cuaternaria, y rocas metamórficas precambrianas a cambrianas (fig. 2.3). Estas
rocas son conocidas en afloramientos y en pozos.

2.5.1. CAMBRICO – PRECAMBRICO

Rocas metamórficas de probable edad precambriana a cambriana afloran al Oeste de la Cuenca Madre
de Dios, a nivel de la localidad de Quincemil (fig. 2.13). Estas series metamórficas constituidas de
gneis, andesitas, anfibolitas, cuarcitas y esquistos son conocidas bajo el nombre de Complejo de
Iscaybamba (Laubacher et al., 1984). En la Cuenca Madre de Dios del Norte de Bolivia, el pozo Pando
1 fue el único en tocar el basamento cristalino, probablemente de edad precambriana (Isaccson et al.,
1995).

2.5.2. PALEOZOICO

Las rocas sedimentarias paleozoicas corresponden a series marinas de plataforma detrítica y aveces
carbonatada. Ellas afloran en el ámbito de la zona subandina y tienden a biselarse hacia el Este
(escudo brasileño) a nivel de los arcos de Fitzcarrald, Manu y Madidi.

- Ordovícico. En la Cuenca Madre de Dios, el Ordovícico aflora bien en Cárcel Puncco (fig.
2.15). En esta zona esta conformado por cuarcitas blancas y grises, lutitas y esquistos negros a
gris, y lutitas en finas bandas “Lutitas Bandeadas” (Laubacher, 1977). Esta serie sedimentaria
comprende el Ordovícico Medio y Superior, denominados respectivamente Formación San
José y Formación Sandia (Laubacher, 1977).
La Formación San José esta compuesta de lutitas y limos de color gris a negro con abundantes
fósiles. Esta unidad litológica de 1200 m de espesor (fig. 2.15) tiene una edad que varia del
Arenigiano a Llanvirniano, según la fauna encontrada por Dávila & Ponce de León (1971).
Ella esta seguida por 250 m de cuarcitas finas a gruesas, intercaladas de delgadas capas de
argilitas de color gris claro y estrato-crecientes, denominada Formación Sandia y atribuida al
Caradociano (Laubacher, 1977).
En la Cuenca del Beni, el Ordovícico del subandino nor-boliviano comprende únicamente al
Caradociano. En esta zona esta conformado a la base por sedimentos finos intercalados de
areniscas y denominado Formación Enadere, mientras que su porción superior esta
principalmente constituido de areniscas cuarcíticas blancas de la Formación Tarene (Canedo
Reyes, 1960). En la zona subandina, el Ordovícico aflora únicamente en los corrimientos
frontales de la parte septentrional (Serranía de Coquiahuaca), donde presenta un espesor de
620 m (Oller, 1986). Luego reaparece mas al Oeste, en la zona interandina (fig. 2.14).

34
CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina
CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina

el porcentaje de lutitas y margas grises (Oller, 1986), y aveces acompañado de un fuerte


aroma a hidrocarburos. Los afloramientos de la Formación Bopi están restringidos a la
extremidad sur-oriental de la zona subandina interna, donde el espesor máximo es de 280 m
a nivel del Río Bopi (Oller, 1986), y no pudo haber sido datada con certitud.

Nota: El emplazamiento del Arco de Madidi (fig. 2.3 y anexo 1) es probablemente responsable de una
importante superficie de erosión, ya que al Oeste de su charnela, en la zona del Río Inambari y del
Río Heath, una gran parte del Paleozoico Superior esta ausente.

2.5.3. MESOZOICO

Las unidades sedimentarias mesozoicas pertenecen solamente al Jurásico Superior y al Cretácico


Superior (fig. 2.3). Las rocas sedimentarias consideradas como jurásicas afloran sobre todo en el
sistema subandino de la Cuenca del Beni (Bolivia), mientras que en la Cuenca Madre de Dios, estas
aparecen de manera muy esporádica.

- Jurásico Superior (?). En la Cuenca Madre de Dios, en el Pongo de Palotoa (al norte del
Pongo de Coñeq), Valdivia (1974) describió una serie sedimentaria compuesta de areniscas
cuarzosas blancas y rosadas, que hacia su tope presentan facies eólicas a fluvio-eólicas.
En la zona subandina del norte de Bolivia, la edad de la formación Beu a llevado a numerosas
polémicas. Atribuida inicialmente al Cretácico, esta unidad estratigráfica, fue posteriormente
interpretada como perteneciente al Triásico-Jurásico (Oller & Sempere, 1990). Nuestras
campañas de campo, nos ha permitido levantar nuevas secciones de la Formación Beu y de
definir mejor su base y tope, así como su ambiente sedimentario. Correlaciones con ciertas
formaciones del Norte del Perú y del Ecuador son propuestas.
Según Oller (1986), la Formación Beu comprende dos miembros. El miembro inferior
comienza por un conglomerado basal poligénico, seguido de areniscas argilíticas poco
estratificadas y con laminaciones entrecruzadas. El miembro superior netamente mas arenoso
(facies eólica) bien estratificado e importantes laminaciones entrecruzadas. Estos dos
miembros afloran en la carretera de la Serranía del Pelado (localidad de El Chorro) donde los
conglomerados (brecha poligénica) reposa en discordancia erosiva sobre la Formación
Copacabana.
Las observaciones de campo realizadas nos permite presentar dos nuevas secciones que
ayudaran a completar la descripción de la Formación Beu.

- Sección de Yucumo : esta primera sección (fig. 2.18) se encuentra situada sobre la carretera
que lleva al Norte de Yucumo, a algunos kilómetros del pueblo (fig. 2.14). La sección
muestra importantes niveles de bloques caóticos de areniscas y cuarcitas que pueden
alcanzar 1 m de diámetro, intercaladas de areniscas tufáceas y cenizas volcánicas. Esta
facies corresponden a depósitos de escarpas de fallas que testifican una fuerte actividad
tectónica y volcánica. La parte superior de la sección presenta areniscas con facies eólica,
pero siempre tufáceas. Esta secuencia reposa sobre areniscas, cuyo srcen es difícil de
identificar, con una importante superficie de desecación ( hard ground).

- Sección Angosto del Quiquibey. Esta sección que fue levantada en el Río Quiquibey (fig.
2.14) y corresponde a la parte superior de la Formación Beu (fig. 2.19). Tradicionalmente,
esta serie sedimentaria, que reposa en discordancia erosiva sobre las areniscas eólicas de la
parte inferior de la Formación Beu, constituida de importantes conglomerados, fue
atribuida a la Formación Bala. La sección debuta por una importante superficie de erosión,
donde reposa un importante banco de conglomerados poligénico de 5 m de potencia con
cemento siliceo, con bloques subredondeados de areniscas, cuarcitas y calcedonia, con
diámetros que varían de 15 a 70 cm. Estos bloques se presentan una pátina eólica. Estas
secuencias gruesas son seguidas por una alternancia de areniscas tufáceas, cenizas
volcánicas, piedras pómez y paleosuelos. La sección termina por bancos métricos de
areniscas eólicas, aveces tufáceas.

42
CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina

Fig. 2.18. Sección estratigráfica de la base de la Fig. 2.19. Sección estratigráfica del tope de la Fm
Fm Beu en Yucumo, ver anexo D Beu en el Angosto de Quiquibey, ver anexo E

43
CAPITULO 2: Series sedimentarias implicadas en la deformación subandina

Se puede encontrar, también, intercalado entre bancos eólicos, un nivel de carbón (troncos
calcinados). Ciertos niveles de areniscas presentan pequeñas fallas (decimétricas) normales
sinsedimentarias.
Las facies presentadas en esta sección muestran un ambiente de depósito eólico sometido a
erupciones volcánicas, y no pueden en ningún caso ser atribuidas a la Formación Bala.

- Correlaciones y edad . La Formación Beu no fue datada. Las secciones descritas muestran
un ambiente de depósito desértico, dentro de un contexto de volcanismo activo y explosivo.
Las fallas normales sinsedimentarias y las facies de escarpa de falla observadas (sección de
Yucumo) ponen en evidencia un contexto tectónico extensivo.
Estos datos, y el hecho que la Formación Beu yace siempre sobre una superficie de erosión
regional nos lleva a concluir que esta formación esta asociada a un cambio geodinámico
muy importante. Una superficie erosiva comparable, acompañado de un cambio de
ambiente de depósito (marino a continental) y la aparición de un vulcanismo andesítico,
esta documentado en el Norte del Perú y en el Ecuador, con la sedimentación de las
formaciones Sarayaquillo y Chapiza, respectivamente, que marcaría el inicio de la
subducción andina (Christophoul et al., in review). Estas formaciones fueron datadas del
Jurásico medio a superior y pueden ser correlacionadas con la Formación Beu (fig. 2.3).
El espesor de la Formación Beu puede sobrepasar los 500 m.

A nivel del antepaís, los datos de pozo no permiten definir bien las series sedimentarias
cretácicas y jurásicas, sin embargo las líneas sísmicas muestran una importante superficie de
erosión que puede estar asociada a la base del Jurásico. Estas probables series jurásicas que
alcanzan hasta 250 m de potencia, están conformadas de areniscas blancas bien clasificadas.
Recientemente, en el sistema subandino de la Cuenca Madre de Dios, el pozo Candamo
perforado por MOBIL en 1998, atravesó una secuencia arenosa datada (palinología) del
Jurásico (Carpenter & Berumen, 1999).

- Cretácico Superior - Paleoceno. En la Cuenca Madre de Dios, el Cretácico corresponde a las


formaciones Chonta, Vivian, Cachiyacu, Huchpayacu y probablemente Casa Blanca, mientras
que a nivel de la Cuenca del Beni, están comprendidas las formaciones Eslabón y Flora (fig.
2.3).
En el antepaís de la Cuenca Madre de Dios, las series sedimentarias cretácicas están
débilmente discordantes sobre posibles secuencias jurásicas (líneas sísmicas). En la zona de
Pongo de Coñeq, el Cretácico aflora de manera continua, y puede ser observado, en parte, en
el núcleo de anticlinales de rampa. Esta secuencia se inicia por areniscas fluviales, que pasan
progresivamente a un ambiente de estuario a fluvio-estuariano. Cerca del Pongo de Coñeq,
estas areniscas son sobreyacidas por niveles de calizas y margas fosilíferas, que por análisis
palinológicos (Müller, 1982; Gutiérrez, 1982) dieron una edad santoniana, lo que nos permite
correlacionarlas con la Formación Chonta.
Las areniscas de la parte basal se esta serie parecen corresponder a las de la Formación Ene
(Pérmico Superior).
A nivel del Río Inambari (fig. 2.13), el Cretácico aflora parcialmente en las partes superiores
de un importante sistema de escamas tectónicas. La figura 2.17 es una compilación obtenida a
partir del análisis de diversas escamas. Esta secuencia estratigráfica comienza por argilitas
rojas y verdes sobreyacidas de niveles arenosos (facies de estuario). Siguen a esta sección
niveles argilíticos grises, verdes o rojos según la zona, y calizas con laminaciones algáreas de
espesores decimétricos. La parte superior de la sección esta constituida de alternancias de
areniscas y argilitas verdes, localmente con brechas calcáreas de disolución. Globalmente, los
sedimentos cretácicos parecen haberse depositado en un ambiente estuariano. La edad
obtenida para estos sedimentos, por palinología, es Senoniana. – Formación Chonta – (Gil et
al., 1999ª). El espesor total puede variar entre 400 m (a nivel de las escamas) y 800 m
(sinclinal de Nusiniscato). Otras dataciones realizadas anteriormente en los mismos lugares
dan edades muy próximas: Senoniano (Dávila & Ponce de León, 1974); Santoniano
(Gutiérrez, 1982); Campaniano Inferior (Müller, 1982; A. Tarazona, in Jaillard, 1995);

44
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

Al Este de la Cuenca Oriente, en el Sistema Invertido Oriental (Baby et al., 1997;


Rivadeneira & Baby, 1999), ciertas secciones sísmicas muestran fallas lístricas que
se conectan sobre un plano sub-horizontal (Balkwill et al., 1995; Díaz, 2000). Este
sistema de fallas (fig. 3.3), que controlaron la sedimentación de los depósitos
jurásicos de esta parte de la cuenca, fueron invertidas gracias a la orogenia andina y
forman un dominio estructural independiente del Corredor Central (fig. 3.1).

- Cuenca Marañón – Santiago .

o Estratigrafía. Las unidades estratigráficas implicadas en la deformación son


comparables a las de la Cuenca Oriente. El Triásico-Jurásico (Grupo Pucará) esta
caracterizado en la Cuenca Santiago por un importante nivel de evaporítas. La edad
de estas evaporítas fue hace mucho tiempo objeto de discusión, si embargo esta
edad fue confirmada por dataciones isotópicas (Cap. 2).
El Jurásico Medio-Superior (Formación Sarayaquillo) esta separado del Grupo
Pucará por una discordancia erosiva. Esta representado por una secuencia de
sedimentos continentales (Cap. 2), y se bisela hacia el Este. En la parte central de la
Cuenca Marañón, estas unidades sedimentarias son afectadas por fallas normales
lístricas sinsedimentarias. La discordancia basal de esta formación corresponde a un
reflector sísmico de muy buena resolución.
La base del Cretácico corresponde a la Formación Cushabatay, separada del
Jurásico por una discordancia de carácter regional. Un diacronismo importante es
observado a la base de estas series cretácicas (Jaillard, 1995).

o Secciones sísmicas. Desde el punto de vista estructural, los perfiles sísmicos ponen
en evidencia fallas lístricas (fig. 3.4) que controlaron la deformación de la margen
Este de la Cuenca Marañón (Sistema Invertido Oriental). En su extremo meridional
la sísmica muestra estructuras en flor positiva.

Fig. 3.4. Línea sísmica en la estructura Belén – Cuenca Marañón – Ubicación en la fig. 2.1

3.2.2. SECCIONES ESTRUCTURALES Y GEOMETRIA DE LA CUENCA

En las cuencas Oriente – Marañón y Santiago, dos secciones estructurales fueron construidas: la
más septentrional (fig. 3.1 sección A) atraviesa el Domo ó Cordillera de Cutucú (Rivadeneira &
Baby, 1999), la segunda sección, que atraviesa la Cuenca Santiago y una parte de la Cuenca
Marañón (fig. 3.1 sección B), es el resultado del informe final del convenio suscrito entre el

50
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

ORSTOM y PETROPERU, el cual fue modificado en vista de nuevos datos e interpretaciones


relativas a la Cuenca Oriente (Convenio IRD-PETROPRODUCCION).

- Sección Estructural Cutucú (A) . El Domo de Cutucú (fig. 3.5) corresponde a una
estructura en flor positiva. Esta cabalga hacia el Este la Cuenca Oriente, y se propaga sobre
un nivel de despegue, constituido probablemente por las evaporítas triásicas o jurásicas que
afloran hacia el Sur en la Cuenca Santiago. Este sistema de cabalgamientos se amortigua a
nivel de la Serranía de Shaime (frente subandino) bajo la forma de un prisma intercutáneo
(Charlesworth & Gagnon, 1985). Que srcinan importantes retro-corrimientos. El domo de
Cutucú se prolonga hacia el Sur donde constituye la margen Oeste de la Cuenca Santiago.

Fig. 3.5. Sección estructural a través del Domo de Cutucú (Rivadeneira & Baby, 1999)

- Sección Estructural Marañón (B’) . A nivel de la Cuenca Marañón (fig. 3.6) la


estructuración de su porción oriental corresponde a un sistema invertido en los que se
desarrollan pliegues suaves asociados a inversiones tectónicas. El sistema occidental
corresponde a inversiones mas localizadas de bloques basculados a lo largo de fallas con
pendiente al Oeste. El srcen extensivo de este sistema de fallas se remonta al Triásico y
Jurásico, el cual fue peneplanizado antes de ser recubierto por los depósitos cretácicos. La
geometría de estas inversiones tectónicas es algo compleja, que sumado a la regular calidad
de la información sísmica de subsuelo, no nos permite hacer una buena definición sobre el
estilo tectónico propiamente dicho.

Fig. 3.6. Sección estructural a través de la porción norte de la Cuenca Marañón

Cualquiera que sea la posición de la Cuenca Marañón en la prolongación de la Cuenca


Oriente, nos hace pensar que podemos encontrar también el Sistema Invertido Oriental y el
corredor Central puesto en evidencia mas al Norte.
Desde el punto de vista de la geometría de los cuerpos sedimentarios que constituyen esta
cuenca, el análisis de la información sísmica muestran un acuñamiento generalizado de las

51
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

series sedimentarias cretácicas y terciarias hacia el Este. Del Oeste hacia el Este, el Grupo
Pucará (Triásico Sup. Jurásico Inf.) se bisela rápidamente ( toplap) por debajo de la
discordancia de la base de la Formación Sarayaquillo que a su ves es erosionada por la base
de la Formación Cushabatay (Cretácico).

Sección Estructural Santiago (B) . En la Cuenca Santiago (fig. 3.7), la deformación es


controlada por la presencia y ausencia de las evaporítas de la base del Grupo Pucará. En
efecto, estas evaporítas que constituyen en nivel de despegue de la Cuenca Santiago, se
biselan bruscamente hacia el Este y provocan así un bloqueo de la propagación de la
deformación (Baby, 1995) y el consecuente desarrollo de retro-corrimientos pasivos (Pardo,
1982). En otros términos, este retro-corrimiento está ligado a la propagación de un prisma
intercutáneo sobre la interface cobertura-basamento. Este tipo de frente de deformación esta
bien documentado y descrito al frente de numerosas orogenias (Montañas Rocosas
canadienses: Charlesworth & Gagnon 1985; Pirineos: Muñoz, 1992; Vergés et al., 1998;
Baby, 1988; Specht, 1989; Magrébides Tunisia: Brusset, in press).
Mas al Oeste, la Cuenca Santiago es estructurada por una tectónica de cobertura y una
tectónica de basamento asociadas también a fenómenos diapíricos. En esta parte de la
cuenca, se estructuran sinclinales relativamente amplios y anticlinales cerrados. Las
estructuras anticlinales se desarrollan al techo de corrimientos, se trata entonces de
anticlinales por propagación de falla o de amortiguamiento ( fault-propagation folds :
Jamison, 1987; Suppe & Medvedeff, 1991). La sísmica muestra antiguas fallas normales
sub-verticales que pudieron haber sido reactivadas y aun transportadas pasivamente por los
corrimientos.

Fig. 3.7. Sección estructural a través de la Cuenca Santiago

El acortamiento horizontal de la Cuenca Santiago, a nivel de esta sección estructural,


calculado a partir de su balanceo, es de 12%, es decir 15.5 Km (anexo 2).

En síntesis, estas tres secciones presentadas a la escala de la Cuenca Oriente – Marañón –


Santiago, muestran con claridad que de Norte a Sur se puede seguir el Corredor Central y el
Sistema Invertido Oriental (Gil et al., 2000), que hasta el presente estaban documentados
solamente en la Cuenca Oriente (Baby et al., 1999a; Rivadeneira & Baby 1999).

o Corredor Central . En la Cuenca Oriente, el Corredor Sacha – Shushufindi o Central


(Baby et al., 1997; Baby et al., 1999a; Rivadeneira & Baby, 1999) es limitado y
deformado por mega-fallas transpresivas dextrales con una orientación NNE-SSW
(figs. 2.1 y 3.1), que resultan de la inversión tectónica de los bordes o márgenes del
rift triásico-jurásico (Christophoul et al., en prensa). La inversión tectónica de este
rift srcinó importantes estructuras en flor que emergieron a nivel del Domo de
Cutucú, el cual se prolonga hacia la Cuenca Santiago y se hunde parcialmente por
debajo del borde occidental de la Cuenca Marañón.

52
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

o Sistema Invertido Oriental . Este dominio estructural presenta mayor amplitud que
el Corredor Central. En la Cuenca Oriente, presenta una orientación NNE-SSW y
funciona también en transpresión dextral, sin embargo este dominio corresponde a
la inversión de un sistema de fallas lístricas mas recientes y que controlaron la
sedimentación del Jurásico Superior (Díaz et al., en prensa ). En la Cuenca
Marañón, este dominio estructural se prolonga, pero con una orientación NNW-SSE
(figs. 2.1 y 3.1). Este cambio de orientación estructural es probablemente ligado a la
Deflexión de Huancabamba que limita al Sur la Cuenca Santiago.

3.2.3. CRONOLOGIA DE LA DEFORMACION

A nivel de la Cuenca Oriente – Marañón, la deformación se manifiesta esencialmente por inversiones


tectónicas. Estas inversiones tectónicas que empezaron entre el Turoniano-Paleoceno fueron
reactivadas al curso del Eoceno y del Plio-Cuaternario (Baby et al., 1999; Rivadeneira & Baby, 1999).
En lo que concierne a la Cuenca Santiago, análisis de trazas de fisión sobre apatita ponen en evidencia
un levantamiento a 10 Ma (Aleman & Marksteiner, 1993) que es ligado muy probablemente al sistema
de corrimientos subandinos. De otra parte, las observaciones de campo y de subsuelo (sísmica)
muestran una intensa deformación de estas estructuras durante el Plio-Cuaternario.
Si bien es cierto que las primeras inversiones tectónicas de esta región datan del Cretácico Superior,
parece que la zona subandina s.s. – como unidad morfo-tectónica – empezó a estructurarse a partir del
Mioceno Medio.

3.3. CUENCA HUALLAGA - MARAÑÓN

La Cuenca Huallaga ubicada en la zona subandina del Perú septentrional entre 5º30”S y 9ºS, es
asociada a estructuras de orientación NW-SE, y corresponde a la cuenca subandina más amplia y se
desarrolló en la prolongación meridional de la Cuenca Santiago. Sus limites morfo-estructurales
corresponden a la Cordillera Oriental al Oeste y al Arco de Contaya al Este, mientras que al Norte por
la Deflexión de Huancabamba. El Arco de Contaya, que aparentemente corresponde a una estructura
en flor, marca el limite entre el frente subandino y la cuenca flexural de Marañón.
Al Este, en la parte meridional de la Cuenca Marañón, la deformación resulta menos compleja y el
estilo de estructuración cambia un poco con respecto a su porción norte.

3.3.1. DATA Y ESTILO DE LA DEFORMACION

La data utilizada para construir la sección estructural fue obtenida gracias al convenio ORSTOM-
PETROPERU. Esta sección estructural atraviesa la parte sur-occidental de la Cuenca Marañón y la
Cuenca Huallaga (fig. 3.1, sección C).
La interpretación de la líneas sísmicas y el análisis de perfiles de pozo nos permitió identificar
discordancias regionales y de precisar la geometría de las estructuras.

o Estratigrafía. Al igual que la parte norte de la Cuenca Marañón, aquí también se


pueden encontrar las discordancias erosivas de las bases de las formaciones
Sarayaquillo y Cushabatay. El Grupo Pucará es preservado en grabens
relativamente importantes, los que son bien definidos en las líneas sísmicas, donde
se distinguen, localmente, fallas extensivas de crecimiento. De otra parte, sobre el
flanco oeste de la estructura Ponasillo, los depósitos terciarios pueden alcanzar
10000m de espesor. Estos espesores son anómalos con respecto a los espesores
existentes a nivel de la Cuenca Marañón.

o Líneas Sísmicas. En esta porción meridional de la Cuenca Marañón, la sísmica


muestra estructuras en flor positivas anteriores a los depósitos jurásicos (fig. 3.8).
Este tipo de estructuras fue descrito en la Cuenca de Acre de Brasil (Barros &
Carneiro 1991). En la extremidad NE de la sección, se puede observar las series

53
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

sedimentarias paleozoicas afectadas por fallas normales y se puede notar también


un basculamiento hacia el Oeste (fig. 3.9).

Fig. 3.8. Línea sísmica a través de la estructura Yanayacu – Cuenca Marañón – ver la estructuración en flor
del basamento. Ubicación en la fig. 2.1

Fig. 3.9. Línea sísmica a través de la estructura Nahuapa – Cuenca Marañón – Ubicación en la fig. 2.1

3.3.2. SECCIONES ESTRUCTURALES Y GEOMETRIA DE LA CUENCA

La sección estructural será descrita del Este (Cuenca Marañón) al Oeste (Cuenca Huallaga).

Sección Estructural Marañón (C’) . En esta sección, la Cuenca Marañón (fig. 3.10) no
presenta
terciarias una geometría hacia
se adelgazan de cuenca de antepaís
el frente clásica.
orogénico, En la
donde efecto, las seriesessedimentarias
deformación compleja y
presenta tres tipos de inversión tectónica.

o La más oriental (estructura Nahuapa), corresponde a la inversión de fallas normales


que afectan el Paleozoico (fig. 3.10), como lo atestigua el pozo Nahuapa que
atravesó el Carbonífero y el Devónico por debajo de la Formación Cushabatay. Lo
que perece indicar que la edad de estas fallas normales esta comprendida entre el
Carbonífero y el Cretácico Inferior.

54
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

o El segundo tipo de inversión tectónica corresponde a la estructura en flor de


Yanayacu en la porción central de la cuenca. La sísmica muestra que las fallas
permanecen verticales en profundidad. Esta estructura en flor fue erosionada y
sellada por los sedimentos cretácicos y jurásicos, lo que indicaría un estructuración
en flor pre-jurásica, una extensión jurásica y una peneplanización pre-cretácica, con
una consecuente inversión andina.

o En la porción occidental de la cuenca, un tercer tipo de inversión tectónica


corresponde a la inversión de grabens triásico-jurásicos, que preservaron
sedimentos del Grupo Pucará (estructura Loreto). Aparentemente, esta
estructuración corresponde a la prolongación sur de las inversiones tectónicas del
rift evidenciado en el Corredor Central de la Cuenca Oriente y de la parte norte de
la Cuenca Marañón. En consecuencia, el borde oriental de este Corredor Central
estaría materializado por la expulsión del graben Loreto – Shanushi.

Fig. 3.10. Sección estructural a través de la porción sur de la Cuenca Marañón

- Sección Estructural Huallaga (C) . La Cuenca Huallaga (fig. 3.11) esta caracterizada por
importantes corrimientos que se conectan sobre un nivel de despegue regional situado a la
base de las evaporítas del Grupo Pucará, como lo indican los afloramientos conocidos a la
base del corrimiento Tarapoto (MOBIL, 1993). Como en la Cuenca Santiago, la tectónica
de cobertura es controlada por la presencia de éstas evaporítas triásicas que tienden a
desaparecer hacia el limite de la zona subandina – cuenca flexural.

Fig. 3.11. Sección estructural a través de la Cuenca Huallaga

Al interior de la Cuenca Huallaga, las inversiones tectónicas interfieren con el diapirismo. La


estructura Biabo (fig. 3.11), que en este trabajo es interpretada como un anticlinal de rampa,
fue considerada como un domo da sal en base a mediciones gravimétricas que muestran una
anomalía en el núcleo de este anticlinal (MOBIL, 1993). Si bien es cierto que esta anomalía
gravimétrica indica la presencia de evaporítas, ello no sugiere de ninguna manera un
mecanismo de emplazamiento diapírico. En efecto, la geometría tridimensional de esta

55
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

estructura es la de un pliegue cilíndrico y esta de acuerdo con la interpretación de pliegue de


rampa pasivo. Mas al Este, la estructura Ponasillo resulta de la interferencia de una inversión
tectónica profunda que deforma el corrimiento Tarapoto.
En el borde oriental de la sección, la estructuración de los sinclinales internos es interpretado
como el resultado de la acomodación del emplazamiento de duplex de basamento. Este tipo
de deformación (duplex de basamento) es clásico en zonas de transición entre cordilleras y
sistemas de corrimientos de antepaís (Royse et al., 1975; Harris, 1978; Mitra, 1979; Mitra &
Elliott, 1980; Roeder, 1989; Elliott & Johnson, 1980; Boyer & Elliott, 1982; Stanley &
Ratcliffe, 1983; Coward & Butler, 1985; Schirmer, 1988; Schonborn, 1992; Yonkee, 1992;
Rodgers, 1995)
El acortamiento calculado a partir de la construcción de secciones balanceada de la Cuenca
Huallaga es del orden del 26 %, ó 72 Km (anexo 3).

3.3.3. CRONOLOGIA DE LA DEFORMACION

En la parte meridional de la Cuenca Marañón, la deformación más importante esta situada entre el
Plioceno y el Cuaternario (como en la porción norte de la cuenca), pero se conocen también - al igual
que en la Cuenca Oriente - inversiones tectónicas que se iniciaron entre el Turoniano – Paleoceno y
Eoceno Inferior (Gil et al., 2000).
Las estructuras Loreto y Shanushi (entre las más espectaculares) muestran una deformación muy
tardía, ya que deforman el conjunto de las series neógenas.
En la Cuenca Huallaga es posible establecer una cronología relativa de la deformación. El corrimiento
de Tarapoto es efectivamente deformado por inversiones tectónicas profundas. Como en la Cuenca
Marañón, estas inversiones tectónicas deforman toda la cobertura sedimentaria neógena y deben de ser
plio-cuaternarias. Contrariamente, en el flanco oriental de la estructura Ponasillo, los corrimientos
parecen ser más antiguos y contemporáneos a la sedimentación neógena que muestra variaciones de
espesor. Del análisis de trazas de fisión en apatita ponen en evidencia una estructuración alrededor de
15 Ma (MOBIL, 1993), luego entre 10 y 15 Ma, y una reactivación alrededor de 5 Ma (Alvarez-
Calderón, 1999). En necesario remarcar localmente la presencia de 10000 m de espesor de sedimentos
terciarios (7500 m de Neógeno) en el centro de la Cuenca Huallaga, netamente superiores a los 3500
m de la Cuenca Marañón, y deformados en la parte dorsal del corrimiento Tarapoto.

3.4. CUENCA PACHITEA - UCAYALI

Entre 9ºS y 12ºS, las montañas del Shira, con dirección estructural N-S, dividen la Cuenca Ucayali en
dos partes (figs. 3.1 y 2.4): la sub-cuenca Pachitea y la Cuenca Ucayali s.s.
La Zona subandina s.s. está localizada en la prolongación sur de la Cuenca Huallaga, y se encuentra
limitada al Oeste por la Cordillera Oriental, mientras que hacia el Este por el Alto del Shira. Esta zona,
se presenta deformada por importantes corrimientos, los que se amortiguan hacia la Cuenca Pachitea
(fig. 2.4).
El Shira, donde afloran sedimentos paleozoicos y cretácicos, comenzó a individualizarse
aparentemente a partir del Paleozoico Superior. Este elemento estructural se extiende hacia el Sur
hasta la Cordillera de Vilcabamba y al Norte hasta la confluencia de los ríos Ucayali y Pachitea. La
estructuración interna del Shira no esta bien documentada, sin embargo una estructuración en flor
probablemente srcinó que este elemento estructural cabalgue la Cuenca Ucayali s.s., o antepaís
andino. La Cuenca Ucayali es limitada de la Cuenca Marañón por el Alto de Contaya, mientras que al
Este por al Alto Moa Divisor y al SE por el Arco de Fitzcarrald–Manu.

3.4.1. DATA Y ESTILO DE LA DEFORMACION

La revisión de campo así como la adquisición de nuevas líneas sísmicas por ELF EP en 1996 y 1997,
nos ha permitido proponer un nuevo modelo estructural para la Cuenca Pachitea y su zona subandina.
Para la el extremo meridional de la Cuenca Ucayali, la interpretación geométrica fue establecida a

56
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

partir de datos de campo, y del análisis de ciertas secciones sísmicas del Bloque 52 (sur-este de la
cuenca).
Algunas publicaciones e informes inéditos han sido también consultados para estas interpretaciones.
Los datos de campo de la Cuenca Pachitea fueron adquiridos el año 1996 (Gil, 1997) y los de la
Cuenca Ucayali (Río Alto Urubamba) el año 1997 (Gil et al., 1999ª). Estos datos fueron de tres tipos:
estructurales, estratigráficos y paleogeográficos.

- Cuenca Pachitea.

o Estratigrafía. Las revisiones de campo nos lleva a proponer importantes


modificaciones en la estratigrafía de la región, que fue objeto de numerosas
confusiones.

 Presencia de la Formación Ene: Al tope del corrimiento de San Matías (fig.


3.15 y Cap. 2.4), por debajo de los conglomerados tradicionalmente
atribuidos a la Formación Sarayaquillo (Jurásico), afloran cuarcitas masivas
con estratificaciones entrecruzadas que sobreyacen a un importante nivel de
argilitas grises a negras, que constituyen un importante nivel de despegue.
En la quebrada del Río Gavilán (Gil, 1997) del flanco oriental de San
Matías (en la prolongación de la línea sísmica B de la fig. 3.13) puede
observarse que estas cuarcitas son sobreyacidas por argilitas negras y
bancos calcáreos de 1 a 2 m de potencia, encontrándose estas secuencias
muy compactadas. Al tope del corrimiento de Bella Esperanza (anexo 4), se
puede observar la misma sucesión litológica.
De acuerdo a las observaciones de campo, esta sucesión litológica y las
facies observadas no pueden ser mas que paleozoica y no jurásica como son
indicadas en los mapas geológicos existentes. En efecto, esta sucesión
litológica y de facies observadas no son conocidas ni en el Triásico ni en el
Jurásico. Contrariamente, ellas parecen corresponder a la descripción de la
Formación Ene que aflora en el Pongo de Paquitzapango. En consecuencia,
esta serie litológica constituiría la base de del sistema de corrimientos de
San Matías y Bella Esperanza como perteneciente a la Formación Ene
(formación tradicionalmente considerada ausente en esta zona).
Lamentablemente, todas la tentativas de dataciones palinológicas (ELF EP)
fracasaron ya que el material es térmicamente muy evolucionado. Sin
embargo, el análisis de macro-fósiles (erizos marinos) ubicados a la base
del corrimiento de Bella Esperanza dieron una edad Permo-Triásica, lo que
nos lleva a proponer que los conglomerados que sobreyacen a esta serie
sedimentaria corresponderían al Grupo Mitu, que fue reportado más al Este,
por el pozo Oxapampa 07-1.
 Presencia del Grupo Pucará: Hacia el SW de Bella Esperanza, al tope del
corrimiento de Yunculmas, se puede observar una sucesión litológica de
dolomitas masivas intercaladas de areniscas grises, argilitas violetas y
calizas dolomíticas bioturbadas atribuidas al Terciario. La misma sucesión
litológica se observa en la carretera hacia Iscosazín. En consecuencia, esta
serie sedimentaria parece corresponder al Grupo Pucará documentadas en el
pozo Oxapampa 07-1 (Gil, 1997)

o Paleogeografía. Las observaciones de campo muestran que de una unidad


estructural a otra, del Este hacia el Oeste, aparecen o desaparecen espesas series
sedimentarias.

 Al limite oriental de la Cuenca Pachitea (al pie del Shira) la Formación


Cushabatay yace directamente sobre el Grupo Copacabana.

57
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

3.5.2. SECCIONES ESTRUCTURALES Y GEOMETRIA DE LA CUENCA

En la Cuenca Madre de Dios – Beni, se construyeron 6 secciones estructurales balanceadas, de ellas,


dos ilustran la geometría de la Cuenca Madre de Dios (fig. 3.1: secciones F y G) y 4 secciones a nivel
de la Cuenca Beni (fig. 3.1: secciones H, I, J y K). Las secciones estructurales de la Cuenca Beni
fueron elaboradas en el cuadro del Convenio ORSTOM-YPFB (1988-94), y fueron reconstruidas,
modificadas y balanceadas con el programa GeoSec® para esta síntesis.

- Sección Estructural Pongo de Coñeq (F) . Al Norte, la sección estructural de Pongo de


Coñeq empieza con el corrimiento frontal subandino que es materializado por el anticlinal
de Pantiaccolla (fig. 3.20, y anexo 6). Hacia el SE, el flanco meridional del sinclinal
externo de Salvación (Pongo de Coñeq) esta constituido de rocas sedimentarias terciarias,
cretácicas (superior) y paleozoicas. Continuando hacia el Sur, el anticlinal Coloradito
corresponde a una zona triangular, que al Norte es cabalgada por el Siluro-Devoniano y al
Sur por el Ordovícico. En la zona interna, el sinclinal de Patria es cubierto por series
sedimentarias cuaternarias y/o probablemente pliocenas.
La interpretación en profundidad muestra el emplazamiento de dos duplex desarrollados en
el Paleozoico. Para la construcción el duplex más externo (entre los sinclinales), los
espesores del Paleozoico Inferior son los mismos que fueron observados en el Río
Inambari, mientras que para el duplex interno (limite de la Cordillera), fueron calibrados
con los espesores obtenidos sobre la carretera al Sur de Chontachaca.
El nivel de despegue de base de estos duplex se encuentra situado en la interface
Ordovícico–Basamento, mientras que su despegue de techo es desarrollado entre las
argilitas y las diamictitas de la interface Ordovícico Medio–Silurico. El corrimiento frontal
subandino (anticlinal Pantiaccolla) corresponde a un pliegue por propagación de falla que
se conecta a un nivel de despegue situado entre el Silúrico y el Ordovícico. El acortamiento
del duplex externo es transferido hacia delante en los retro-corrimientos desarrollados a la
base del flanco sur del sinclinal de Salvación y en el corrimiento frontal de Pantiaccolla. En
la parte sur de la sección estructural, el acortamiento del duplex interno es acomodado por
el emplazamiento del sinclinal de Patria.
El acortamiento horizontal calculado para esta sección es de 56%, o igual a 121 Km (anexo
6).

Fig. 3.20. Sección estructural a través de los dominios interno y externo de la Cuenca Madre de Dios

- Sección Estructural de Inambari (G). En esta sección se puede observar un dispositivo


comparable a la sección de Pongo de Coñeq.
De Norte a Sur, la sección estructural de Inambari (fig. 3.21 y anexo 7) materializa el frente
de deformación con el flanco NE del sinclinal de Punquiri (Mazuco), constituido de

67
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

depósitos continentales neógenos. El flanco SW del sinclinal de Punquiri es cabalgado por


dos series de escamas constituidas esencialmente de cuarcitas que las atribuimos a la
Formación Ene (escamas de Puente Inambari y Puente Otorongo: Gil et al., 1999ª). La
sección termina al SE por una serie monoclinal que corresponde al flanco septentrional del
sinclinal Nusiniscato constituido esencialmente de sedimentos marinos y continentales
cretácicos y paleocenos. Esta serie es cabalgada al Sur por cuarcitas (Fm. ENE ?) y rocas
ordovicianas.
Las escamas de Río Inambari se conectan sobre el despegue de tope de un duplex – visible
en la sísmica y conocido mas al Sur como la estructura Candamo. Este despegue de techo,
esta constituido por argilitas de la supuesta Formación Ene. Los horses del duplex de
Candamo están constituidos por rocas del Paleozoico Inferior y su despegue de base
corresponde a la interface Ordovícico – Basamento. El acortamiento horizontal calculado
es también importante (53%), anexo 7). En esta interpretación, el acortamiento del duplex
de Candamo es acomodado, de una parte, al frente de deformación, por el desarrollo del
sinclinal de Punquiri, y de otra parte, en la parte dorsal, por la escamas de Río Inambari.
En consecuencia, la interpretación muestra que la formación del sinclinal de Punquiri esta
directamente asociado al duplex de Candamo, que se desarrolló siguiendo un mecanismo de
acomodación del acortamiento que ya fue reconocido en la zona subandina del Norte de
Bolivia y modelizado analógicamente (Sinclinal del Alto Beni: Baby et al., 1995).

Fig. 3.21. Sección estructural a través de los dominios interno y externo de la Cuenca Madre de Dios – Río
Inambari –

- Sección Estructural de Ixiamas (H). La sección estructural de la figura 3.22 (anexo 8),
muestra que al NE, el corrimiento frontal subandino (próximo a la localidad de Ixiamas) es
relativamente horizontal y deformado, y cabalga un aproximado de 4000 m de sedimentos
neógenos. El nivel de despegue se encuentra ubicado a la base de lutitas y areniscas
ordovícicas (formaciones Enadere y Tarene) y devónicas (Formación Tequeje). Mas al SW,
sobre el flanco oriental del sinclinal de Madidi, afloran en continuidad el Jurásico (Fm.
Beu), el Cretácico Superior (Fm. Eslabón) y los depósitos neógenos. En esta zona el
Silúrico esta ausente y probablemente no se depositó, mientras que el Carbonífero (fms.
Kaka y Toregua) y el Pérmico Inferior (Fm. Copacabana) fueron erosionados por debajo de
la discordancia de la Formación Beu. Sin embargo, las series sedimentarias carboníferas
reaparecen sobre el flanco occidental del sinclinal de Madidi al techo de un sistema de
retro-corrimientos. Mas al SW (parte central de la sección), el sistema de corrimientos esta
constituido principalmente de escamas de rocas carboníferas y jurásicas (Beu). La sección
estructural termina al Sur por un sistema de anticlinales y sinclinales de rocas siluro-
devonianas y ordovícicas.

68
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

Para la parte externa de la zona subandina, algunas líneas sísmicas de bloque de Madidi nos
han permitido construir la sección estructurales en profundidad. El corrimiento frontal
subandino (Serranía de Susi), se presenta deformado en sinclinal y anticlinal por un pliegue
pasivo de rampa que se emplaza en profundidad. Entonces, el flanco sur-oeste del sinclinal
de Madidi es interpretado como la acomodación frontal de un duplex que en profundidad se
emplazaría sobre toda la zona subandina interna, y que en superficie se manifestaría por un
sistema de retro-corrimientos pasivos al techo del duplex. Este duplex tiene como nivel de
despegue basal la interface Ordovícico – Basamento, y como nivel de despegue de techo
las argilitas de la parte superior de la Formación Tomachi (Devónico Superior). En la zona
interna, otro sistema de retro-corrimientos acomoda en superficie una parte del
acortamiento del duplex.
A nivel de la zona interna, la interpretación estructural muestra un bisel sedimentario de las
series sedimentarias silurianas. En efecto, estos sedimentos solo afloran en la Serranía de
Retama. Mas al SW, el Ordovícico aumenta considerablemente de espesor, y aflora en los
núcleos de anticlinales de rampa. La presencia del Ordovícico en esta zona, nos obliga a
implicar el basamento en la parte profunda de las escamas.
La tasa de acortamiento total calculado gracias a la construcción de la sección balanceada
(anexo 8) es de 61%, o 131 Km.

Fig. 3.22. Sección estructural a través de los dominios interno y externo de la Cuenca del Beni – Ixiamas –

- Sección Estructural Rurrenabaque (I). En esta sección estructural (fig. 3.23 y anexo 9),
la deformación del frente subandino es comparable a la sección de Ixiamas, pero mucho
mas intensa. La presencia de un sinclinal entre dos corrimientos frontales (localidad de
Rurrenabaque) es materializado entre las serranías de Susi y Caquiahuaca. A la base de los
corrimientos frontales afloran rocas devonianas (fms. Tomachi y Tequeje) sobreyacidas
directamente por la Formación Beu (Jurásico) y el Neógeno (fms. Bala y Quendeque).
A nivel de la Serranía de Toregua (parte central de la sección), se manifiestan los
afloramientos más orientales de las series sedimentarias permo-carboníferas (fms.
Copacabana, Kaka y Toregua). Hacia el SW, en la parte dorsal del corrimiento de Toregua,
la zona interna es caracterizada por un sinclinorio (sinclinal interno) que se desarrolló mas
ampliamente al Sur (fig. 2.15). El relleno sedimentario neógeno de este sinclinal, nos
permitió comprender mejor la cronología de la deformación (Cap. 5). Al SW de la sección,
en la Serranía de Caranavi (Zona Interandina), la base de las escamas tectónicas está
constituida de rocas silurianas y en el extremo SW por rocas ordovícicas.
En profundidad, la interpretación geométrica de la sección fue realizada a partir de algunas
líneas sísmicas que atraviesan el sinclinal de Madidi. En superficie, los corrimientos
frontales subandinos (serranías de Susi y Caquiahuaca) tienen como nivel de despegue a las
argilitas de la Formación Tequeje (Devónico). En profundidad, este despegue se propaga
probablemente como en la sección de Ixiamas, en él los sedimentos ordovicianos.
El sinclinal deformado al dorso de la Serranía de Susi se puede explicar, como en la
porción norte, por una deformación profunda debido a un pliegue de rampa pasiva. Al SW
de la Serranía de Caquiahuaca, un retro-corrimiento da srcen al anticlinal de rampa de

69
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

Tuichi (perforado por un pozo) camuflado bajo los depósitos neógenos del sinclinal de
Madidi.
En la zona interna, los corrimientos y retro-corrimientos que limitan y afectan el sinclinal
del Alto Beni son el resultado de la transferencia del acortamiento de un duplex profundo –
ya documentado en la sección de Ixiamas – que implicarían rocas sedimentarias
ordovícicas y silúricas. Por debajo de la serranía de Toregua, la sísmica parece mostrar una
flexión del basamento que correspondería probablemente a un arco comparable al de
Madidi. La parte que corresponde a la Zona Interandina, donde afloran esencialmente rocas
ordovícicas y silúricas, es deformada en profundidad por escamas de basamento.
El acortamiento horizontal calculado es de 57% (162 Km: anexo 9).

Fig. 3.23. Sección estructural a través de los dominios interno y externo de la Cuenca del Beni –
Rurrenabaque –

- Sección Estructural Lliquimuni (J). Esta sección (fig. 2.24 y anexo 10), fue publicada en
dos artículos por Baby et al. (1995ª, 1995 b), y fue objeto de modelizaciones analógicas y
petroleras. En consecuencia no entraremos en muchos detalles para su descripción. La
sección de Lliquimuni se inicia al NE por la Serranía de Eva Eva, y continúa en la zona
externa con las serranías de Fátima, Chiñe y Palacios (Angosto Quiquibey). Las unidades
sedimentarias implicadas en la deformación son siempre las mismas, y se biselan también
hacia el Este por debajo de la discordancia erosiva de la Formación Beu. Al SW del
Angosto Quiquibey, en la zona interna, la deformación se hace más compleja y es
materializada esencialmente por retro-corrimientos (Serranía el Pelado) y estructuras
verticales (Serranía de Marimonos, anticlinal de Lliquimuni), que afectan el sinclinal
interno bien desarrollado. Las rocas sedimentarias deformadas en superficie corresponden
al Permo-Carbonífero (Retama y Copacabana), Jurásico (Beu) y al Neógeno (Bala,
Quendeque y Charqui).

Fig. 3.24. Sección estructural a través de los dominios interno y externo de la Cuenca del Beni – Lliquimuni –

La geometría y mecanismos de deformación en profundidad puestos en evidencia, son


siempre los mismos: duplex profundos, emplazados en rocas ordovícicas, en la zona
interna; rampas a nivel del sinclinal externo. En la zona externa (serranías de Eva Eva,
Fátima y Chiñe), el nivel de despegue esta situado a la base de los sedimentos ordovícicos.
De otra parte, el bisel sedimentario del Permo-Carbonífero, fue situado por debajo de la

70
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

Serranía de Chiñe. Hacia la zona del Angosto de Quiquibey o Serranía de Palacios, un


segundo nivel de despegue aparece, ubicado a la base del Devónico.
El sinclinal interno corresponde a una cuenca de tipo piggyback (Cuenca del Alto Beni),
transportada al frente de un duplex profundo, emplazado en rocas ordovícicas, y en la parte
dorsal del corrimiento de la Serranía El Pelado (Baby et al., 1995a). Este sinclinal es
deformado por el anticlinal de Lliquimuni, que asimila en parte el acortamiento del duplex
profundo. El acortamiento para esta sección es de 51%, o alrededor de 107 Km (anexo 10)

- Sección Estructural Río Manique (K). La construcción de está sección se realizó sin
datos de sísmica, sin embargo, la sección de Río Manique (fig. 2.35 y anexo 11), presenta
una estructuración comparable a la de Lliquimuni, pero, en esta zona la deformación es
mucho más intensa. Esta sección muestra al NE que el corrimiento frontal es materializado
por la Serranía de Eva Eva, donde aflora la Formación Beu. Hacia el SW, en la Serranía de
Fátima, la Formación Beu reposa en discordancia sobre las rocas sedimentarias del
Devónico. Entre la Serranía de Palacios y el anticlinal de Chispani el Beu yace a rocas
permo-carboníferas. Entre la Serranía de Palacios y el sinclinal de Inicua, el Pemo-
Carbonífero aumenta progresivamente de espesor hacia el SW, mientras que en la parte
subandina interna, los depósitos neógenos fueron intensamente deformados.
En la interpretación estructural, el nivel de despegue regional esta siempre localizado en la
interface Ordovícico – Basamento. En la zona subandina interna, un segundo nivel de
despegue aparece localizado a la base del Permo-Carbonífero. En comparación con la
sección de Lliquimuni, el estilo de la deformación no varía, pero el acortamiento horizontal
es más importante (60.5%, o 121 Km).
El sinclinal interno se presenta menos desarrollado – probablemente erosionado – y
seccionado por una escama suplementaria (estructura Inicua). La deformación queda ligada
a la acomodación del acortamiento de un duplex profundo emplazado en rocas ordovícicas
y devónicas (anexo 11).

Fig. 3.25. Sección estructural a través de los dominios interno y externo de la Cuenca del Beni – Río Manique

Recapitulación – La Cuenca Madre de Dios – Beni, presenta un dispositivo controlado por una
tectónica de corrimiento de cobertura, por consiguiente muy diferente a las cuencas subandinas más
septentrionales. Esta cuenca comprende una zona subandina muy deformada ( wedge-top zone, Cap. 5)
y un antepaís poco deformado ( foredeep zone ). La zona subandina esta constituida por dos zonas, una
interna y otra externa, presentando ambas dispositivos estructurales diferentes.

o Zona subandina interna. Esta zona, limitada al Oeste por la Zona Interandina o la
Cordillera Oriental, se presenta intensamente deformada. Esta se estructura en
profundidad por el emplazamiento de duplex, los que se desarrollan en las potentes
series paleozoicas. En superficie, la acomodación (o transferencia) del acortamiento
de tales duplex es compleja y evoluciona lateralmente. Este acortamiento se
manifiesta por el desarrollo de pro- y retro-corrimientos directamente en el contacto

71
CAPITULO 3: Geometría y cronología de la deformación

del techo del duplex, y aveces por un pro-corrimiento que se propaga remotamente
en el antepaís y constituye entonces el frente subandino. Cuando los pro-
corrimientos son de amplitud regional, en la parte dorsal de estos se desarrolla o
emplaza una cuenca transportada que sigue el modelo propuesto por Baby et al.
(1995b).

o Zona subandina externa . Esta zona esta caracterizada también por un sinclinal de
sedimentos neógenos de amplitud regional, menos deformado y menos complejo,
pero que evoluciona lateralmente. En el caso más simple, como en Madre de Dios,
este sinclinal externo es relativamente simple y resulta de la acomodación del
acortamiento de un duplex de la zona interna.
En la Cuenca del Beni, este sinclinal es más complejo, y su borde nor-oriental,
formado por los corrimientos frontales subandinos, es independiente del duplex
interno. Estos corrimientos frontales presentan acortamientos importantes, y se
amortiguan siguiendo un dispositivo en echelón bajo la forma de rampas o pliegues
de rampa en los sedimentos del antepaís s.s. (foredeep zone). En algunos casos,
estos corrimientos se amortiguan rápidamente bajo la forma de rampas laterales.
Esta evolución lateral discontinua es generada por problemas paleogeográficos
complejos.

3.5.3. CRONOLOGIA DE LA DEFORMACION

La cronología de la deformación de la zona subandina de Madre de Dios y del Beni presenta una
similitud en todo el conjunto, con una propagación en foreward sequence del sistema de corrimientos
y el desarrollo relativamente reciente de un sinclinal externo y de sus corrimientos.
El sinclinal interno, cuando existe, alberga a series sedimentarias neógenas estrato- y grano-crecientes,
que evolucionan de facies distales (a la base) a facies proximales (hacia el techo), presentando
variaciones de espesor y discordancias progresivas ( foredeep a wedge-top depozone según DeCelles &
Giles, 1996, ver Cap. 5)
Efectivamente, las columnas estratigráficas levantadas en el sinclinal externo de Punquiri (Cuenca
Madre de Dios: anexo 12) y en el sinclinal interno de la Cuenca del Alto Beni (anexo 13), muestran un
paso progresivo de facies Quendeque (llanura de inundación) a facies Charqui (conglomerados sin-
tectónicos, barras de canal), registrando un control tectónico de la sedimentación debido a la
propagación de los corrimientos hacia el Este. En la Cuenca del Beni, la facies Charqui registró la
estructuración del sinclinal interno, mientras que el sinclinal externo (sección de Yucumo, anexo 14)
no presenta la facies sin-tectónica (solo la facies Quendeque), lo que indica que este ultimo se
estructuró muy recientemente. Geométricamente, la sísmica muestra en el sinclinal interno la
presencia de discordancias progresivas y 5000 m de sedimentos que se depositaron – al menos para la
facies Charqui – dentro de un dispositivo de cuenca transportada que describimos anteriormente. El
desarrollo de este tipo de cuenca fue modelizado analógicamente con éxito (Baby et al., 1995 b). La
deformación tardía del anticlinal de Lliquimuni, que acomoda una parte del acortamiento del duplex,
que forma la base de la cuenca, muestra que éste ultimo continúa propagándose tardíamente hacia el
Este (reactivación out of sequence). En el sinclinal externo, la sísmica no muestra variaciones
importantes de espesor en el relleno sedimentario neógeno que atestigüen un control tectónico
importante.
Los mismos índices cronológicos aparecen en la zona subandina de la Cuenca Madre Dios. En el
flanco sur de los sinclinales externos, los sedimentos neógenos están en posición sub-vertical y no
parecen haber registrado una deformación sin-sedimentaria, lo cual está confirmado por la
información sísmica que no muestra variaciones de espesor en estas series sedimentarias. Entre las
secciones estructurales de Pongo de Coñeq y Río Inambari, lateralmente una parte de los horses de los
duplex de la zona interna parecen erosionados y sellados por depósitos neógenos no deformados.
Aveces, se observa una reactivación out of sequence de algunos de estos horses que deformaron
sedimentos cuaternarios que sellan el sinclinal de Patria (sección estructural de Pongo de Coñeq).
Como en la Cuenca del Beni, parece que se tiene una estructuración relativamente precoz de los

72
CAPITULO 4: RECONSTRUCCIONES PALEOGEOGRAFICAS Y ROL DE LAS
PALEOESTRUCTURAS EN LA DEFORMACION SUBANDINA

4.1. GENERALIDADES

Las reconstrucciones paleogeográficas fueron establecidas a partir del balanceo y de la restauración de


las secciones estructurales de la zona subandina presentadas en el Cap. 4. En efecto, la restauración de
estas secciones estructurales permiten visualizar la geometría y la superficie de las cuencas antes de la
deformación subandina. Los mapas paleogeográficos propuestas hasta ahora, no tomaban en cuenta los
acortamientos horizontales de la zona subandina (que pueden alcanzar valores de mas de 50%), y
fueron elaboradas en razón de las geometrías y superficies actuales muy lejos de la realidad
La tasa de acortamiento calculado para cada una de las secciones restauradas permiten conocer de
manera más exacta la amplitud inicial de la zona subandina, y en consecuencia, la reubicación hacia el
Oeste de su limite occidental, así como los dominios tectono-sedimentarios de la Cordillera Oriental.
Las tasas de acortamiento horizontal tomadas en cuenta para la Cordillera Oriental son aquellas
disponibles y documentadas (Schmitz 1994; Baby et al., 1997 b; Rochat et al., 1999). Para los lugares
en los cuales no se han realizado estos cálculos de acortamiento, se ha considerado que las tasas de
acortamiento son al menos idénticas a las calculadas en la zona subandina, ya que de manera general
la intensidad de la deformación tiende a aumentar hacia el Oeste. Los mapas restaurados
(palinspásticos), han sido entonces generados utilizando los valores mínimos de acortamiento (fig.
4.1).
Para las zonas que comprenden el Altiplano, la Cordillera Occidental y la Cordillera de la Costa, los
valores de acortamiento horizontal son mínimos a escala de los andes, en consecuencia no fueron
tomados en cuenta.
En la parte norte, alrededor de 4ºS, los valores de acortamiento calculados para la zona subandina
(Cuenca Santiago) son del orden del 12%. Entre 7ºS y 8ºS, en la Cuenca Huallaga, este acortamiento
alcanza un 26% y aumenta hasta 52% y 56% entre (10ºS y 13ºS), llegando a alcanzar 61% (a 14ºS).
Mas al Sur, las tasas de acortamiento decrecen hasta un 57% - 51% (entre 15ºS y 16ºS) con la
tendencia a aumentar hasta 60% (entre 16ºS).
El despliegue horizontal de la zona subandina fue efectuado perpendicularmente a las estructuras, las
que presentan una rotación anti-horaria entre 12ºS y 14ºS, y horaria entre 14ºS y 16ºS. Este despliegue
pone en evidencia importantes zonas de transferencia de acortamiento, las que se manifiesta sobretodo
en la Cordillera Oriental por desplazamientos laterales (deformación transpresiva) difíciles de estimar
por falta de información.
Al Norte, en las cuencas subandinas situadas entre 5ºS y 0º, los desplazamientos laterales srcinados
por la estructuración transpresiva son difíciles de estimar y en consecuencia no fueron tomados en
cuenta.

4.2. PALEOGEOGRAFIA DEL ORDOVICICO SILURICO

En la zona subandina, las series sedimentarias ordovícicas son conocidas solamente en algunos pozos
en la parte meridional de la Cuenca Marañón y en el sector norte de la Cuenca Ucayali, mientras que
en afloramientos están presentes al limite de la zona subandina con la zona interandina de la Cuenca
Madre de Dios – Beni, y al frente de los corrimientos subandinos de la Cuenca del Beni. Hacia el
Oeste, estas series afloran sobre gran parte del Altiplano y de la Cordillera Oriental, donde se
encuentran intensamente deformadas (Dalmayrac et al., 1980; Benavides 1991; Gohrbandt 1992; entre
otros).
La reconstitución paleogeográfica (fig. 4.2) muestra que entre 10ºS y 16ºS, el depocentro de esta
cuenca se situaba a nivel de la Cordillera Oriental y del Altiplano actual (Dalmayrac et al., 1980;
Benavides, 1991). A nivel de la margen occidental, en el contacto con el macizo pre-cambriano de
Arequipa (Cobbing & Pitcher, 1972; Cobbing et al., 1997; Dalmayrac et al., 1977), corresponde a una
zona metamórfica en la que se pueden encontrar facies detríticas aparentemente proximales (zona de
Torán: Paredes, 1964; Gómez, 1964). El srcen de estas series sedimentarias ordovícicas son tema de
investigación en el Macizo de Arequipa y en su extremo oriental.
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina

Fig. 4.1. Mapa paleogeográfico, mostrando las unidades morfo-estructurales desplegadas

75
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina

Los espesores más importantes de la cuenca ordoviciana son reportados al Sur de 12ºS, y tienden a
disminuir hacia el Este, y al Norte en dirección de la Cuenca Marañón. Hacia el Este, estas series
sedimentarias se biselan a nivel de los arcos de Moa Divisor, Fitzcarrald, Manu y Madidi. En
consecuencia, la geometría de la cuenca parece haber estado controlada por el emplazamiento de estos
arcos, que aparentemente funcionaron durante la sedimentación, demostrada por la ausencia de
depósitos del Ordovícico Medio al SE del Arco de Madidi (zona subandina de la Cuenca del Beni).
De otra parte, la interpretación geométrica (anexos 6 al 11) muestra que la cuenca ordoviciana fue
afectada por fallas normales que controlaron el hundimiento de la cuenca hacia el Oeste. Estas fallas
normales fueron invertidas durante la orogenia andina y probablemente srcinaron los duplex que se
encuentran actualmente en la margen occidental de la zona subandina. En efecto, la interpretación
propuesta muestra que cada escama (o horse) de los duplex presentan un aumento de espesor hacia las
zonas mas internas. Es entonces la margen oriental de la cuenca ordoviciana que parece haber
controlado la estructuración de la zona de transición entre la Cordillera Oriental y la zona subandina.
De otra parte, si bien es cierto que la cuenca siluriana es mas reducida, ésta presenta una geometría
comparable a la de la cuenca ordoviciana. El paso Ordovícico – Silúrico, en esta región, es marcado
por la ausencia de depósitos ashgilianos y por una ligera discordancia regional (Dalmayrac et al.,
1980). Las series sedimentarias silurianas son esencialmente marinas y comienzan por un nivel glacio-
marino, que en Bolivia, esta circunscrito a la Cordillera Oriental y al Altiplano, mientras que hacia el
Norte, éste llego hasta la zona subandina del Perú Central. El Silúrico se extiende hacia el Norte hasta
los 11º de latitud S (fig. 4.2) y presenta un espesor promedio de 200 m (nivel glacio-marino).

4.3. PALEOGEOGRAFIA DEL DEVONICO

Entre 0º y 16ºS, en la zona subandina, las unidades sedimentarias devonianas fueron reportadas en
pozo en la parte SW de la Cuenca Marañón, en el borde oriental de la Cuenca Ucay ali y en la mayoría
de los pozos de la Cuenca Madre de Dios – Beni.
La reconstrucción paleogeográfica (fig. 4.3) muestra que, entre 8º y 12º de latitud sur, los depósitos
devonianos se biselan hacia el Este en dirección de los arcos Moa Divisor, Fitzcarrald y Manu,
mientras que más hacia el Norte, a nivel de la parte meridional de la Cuenca Marañón, estos se
extienden hasta la Dorsal de Carahuari (Baldis, 1992).
En la Cuenca Madre de Dios, las series sedimentarias del Devónico Inferior (Formación Ananea) se
biselan sobre el Arco de Madidi, para desaparecer hacia el Sur de éste, en la zona subandina del norte
de Bolivia. En los dominios de la Cordillera Occidental, entre 12ºS y 15ºS, las series sedimentarias del
Devónico Superior están ausentes (Dalmayrac et al., 1980; Benavides, 1991), sea por efectos de una
erosión, sea por no depositación. Mas al Norte, en la Cuenca Ucayali, aparentemente todo el Devónico
esta ausente. Esta laguna (Velarde et al., 1978) es acompañada, aparentemente, con un cambio de
orientación del Arco de Contaya, lo que parece indicar que un sistema de arcos en echelón visibles
actualmente en el antepaís andino, jugaron un rol importante en la sedimentación devoniana.
Al Sur de 11ºS, los depósitos de la zona subandina son considerablemente potentes (Laubacher, 1974;
Dalmayrac et al., 1980; Benavides, 1991; Aceñolaza 1992), y dan srcen a los niveles de despegue
regionales de los sistemas de corrimientos neógenos.

Repartición e interpretación de facies . En los dominios que corresponden actualmente al Altiplano, el


Devónico Inferior presenta facies de areniscas gruesas a conglomeráticas, que verticalmente
evolucionan a argilitas y areniscas finas (Dalmayrac et al., 1980; Benavides 1991). Este conjunto es
seguido por cuarcitas blancas sobreyacidas por un importante nivel de argilitas con concreciones
dolomíticas. Mas hacia el Oeste, en la región de Tarma, los depósitos devonianos debutan por 1000 m
de conglomerados y areniscas que son cubiertos por alternancias de areniscas y argilitas ( flysh), donde
la asociación de faunas (malvino – cafres) indican una edad devoniana inferior-medio (Paredes, 1972).
Esta serie sedimentaria finaliza con 500 m de conglomerados y areniscas con raras intercalaciones
calcáreas, que yacen en discordancia al flysh y que son recubiertas igualmente en discordancia por el
Pensilvaniano (Dalmayrac et al., 1980). En la región de los Amotapes (entre 4ºS y 6ºS), el Devónico
esta representado por 1300 m de areniscas y argilitas con braquiópodos, lamelibranquios y briozoarios
(in Dalmayrac et al., 1980) que sugieren un ambiente de mar cálido.

76
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina

Fig. 4.2. Mapa paleogeográfico del Ordovícico incluyendo la extensión geográfica del Silúrico

77
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina

Fig. 4.3. Mapa paleogeográfico del Devónico

78
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina

Fig. 4.4. Mapa paleogeográfico del Mississipiano

80
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina

En las zonas que corresponden al dominio del Altiplano y de la Cordillera Occidental, las unidades
litológicas mississipianas, se caracterizan por presentar depósitos netamente continentales (Mendivil
& Castillo, 1960; Paredes, 1964; Audebaud et al., 1976; Laubacher 1977) o facies litorales de cuenca
mixta (Dalmayrac, et al., 1980; Benavides, 1991). Estas series continentales están constituidas de un
material terrígeno, mal clasificado, formado de conglomerados, arcosas, areniscas conglomeráticas y
algunos niveles carbonosos.
En consecuencia, parece que los dominios de la Cordillera Occidental, al Oeste de Tarma y al Sur de
Puno, correspondían a las zonas de aportes de la cuenca mississipiana.
Esta evolución lateral de facies continentales a facies marinas y mixtas hacia el Este, puede ser
interpretada debido a la instauración de un reajuste isostático posterior al funcionamiento de la cuenca
de antepaís devoniana. La migración de facies continentales (gruesas) hacia el Oeste puede ser
explicada por este reajuste isostático, el cual estaría asociado al emplazamiento de un arco volcánico,
como lo demuestra el vulcanismo ácido descrito en el centro del Perú (Newell et al., 1953; Mégard,
1973) y los depósitos que atestiguan un arco volcánico marginal entre 6ºS y 17ºS (Dalmayrac et al.,
1980; Díaz-Martínez, 1995; Díaz 1999). Sin embargo, la naturaleza de este reajuste isostático, que es
acompañado de una disminución gradual de la intensidad de la fase tectónica eoherciniana, es aún un
problema para investigar.

4.5. PALEOGEOGRAFIA DEL PENSILVANIANO

El mapa paleogeográfico propuesto para el Pensilvaniano (fig. 4.5), ilustra la edificación de una
plataforma carbonatada. La amplitud de esta plataforma esta documentada al Norte hasta la Cuenca
Oriente (Tschopp, 1945; Rivadeneira & Baby, 1999) y al Oeste, hasta la dorsal de Carahuari (Baldis,
1992; Gohrbandt, 1992).
En la zona subandina y el antepaís, entre 0º y 14ºS, los sedimentos pensilvanianos se depositaron
esencialmente en un ambiente de plataforma mixta carbonatada, mientras que al Sur de 14ºS, ellos
corresponden a depósitos de tillitas de ambiente marino (Oller, 1986).
Estas unidades sedimentarias se biselan sobre los arcos de Moa Divisor, Fitzcarrald, Manu y Madidi.
Entre 6ºS Y 12ºS, el Pensilvaniano esta ausente en la zona central del Shira y en el sector comprendido
entre los pozos Pisqui y Coninca (Velarde et al., 1978). Entonces, estos relieves continuaron a emerger
en esta época.
En los dominios correspondientes a los Amotapes (Thomas, 1928; Newell et al., 1953) y a la
Cordillera Oriental, entre 12º y 16º de latitud sur, el Pensilvaniano estaba caracterizado por depósitos
continentales y litorales (Mégard, 1973; Laubacher, 1977; Dalmayrac et al., 1980). Mas hacia el Oeste
(10ºS y 14ºS), estas series sedimentarias estaban representadas por areniscas verdes de srcen
volcánico (Martin & Paredes, 1977; Dalmayrac et al., 1980). Estas mismas facies son reportadas en la
base del Pensilvaniano de la zona subandina (Valdivia, 1974; Martin & Paredes, 1977; Benavides,
1991).
Parece entonces, que a nivel del dominio de la Cordillera Occidental (entre 6ºS y 15ºS), un arco
volcánico se emplazó durante la sedimentación pensilvaniana. Estas facies volcánicas fueron descritas
también en los dominios del Altiplano y de la Cordillera Occidental (Laubacher, 1977; Dalmayrac et
al., 1980) al Sur de 16ºS, constituyendo estos sectores zonas de aportes detríticos.
El mar pensilvaniano arribó desde el Norte y el Oeste (Dalmayrac et al., 1980). A nivel de 14ºS, este
mar incursionó en el actual dominio subandino de la Cuenca Madre de Dios pasando entre los arcos de
Madidi y Manu.

4.6. PALEOGEOGRAFIA DEL PERMICO INFERIOR

Al Pérmico Inferior, una plataforma mixta carbonatada (Gr. Copacabana / Macuma) invadió todo el
dominio actual del subandino, toda la Cordillera Oriental y una gran parte del Altiplano (fig. 4.6).
Así como las anteriores series paleozoicas, esta plataforma se bisela sobre los arcos subandinos, sin
embargo se encuentra ausente sobre una gran parte de la zona subandina del Beni.

81
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina

Fig. 4.5. Mapa paleogeográfico del Pensilvaniano

82
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina

Fig. 4.6. Mapa paleogeográfico del Pérmico Inferior y Superior, mostrando la extención geográfica de la
Formación Ene.

83
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina

A nivel de la Cuenca Oriente, estos depósitos son conocidos en afloramientos en la Cordillera de


Cutucú (Dozy & Bagelaar, 1941; Tschopp, 1953) y fueron reportados en algunos pozos exploratorios.
En la Cuenca Marañón, estos depósitos fueron reportados en la parte norte y sur-este de la cuenca
(Velarde et al., 1978). En las cuencas Ucayali, Madre de Dios y Beni, las calizas permianas fueron
reportadas en la mayoría de pozos.
Sobre la margen oriental de la cuenca Copacabana, las series sedimentarias presentan facies marinas
detríticas, con zonas de aportes situadas esencialmente al Este (Newell et al., 1953; Dalmayrac et al.,
1980; Isaacson et al., 1993).
Entre 6ºS y 15ºS, los dominios que corresponden actualmente a la Cordillera Occidental, formaban
aparentemente una zona emergida (Dalmayrac et al., 1980; Benavides, 1991). La continuidad de este
relieve aparece al Sur de Puno, donde aparenta estar desplazado por probables paleofallas sinestrales
de orientación WNW-ESE, a nivel de las cuencas Ucayali y Huallaga (entre 6ºS y 8ºS), otro
paleorelieve aparece con una orientación NW-SE. Parece entonces, de acuerdo al mapa, que el
desarrollo de la cuenca del Pérmico Inferior estuvo controlada en parte por paleoestructuras con una
orientación WNW-ESE a NW-SE.
Sobre la plataforma carbonatada del Pérmico Inferior, una serie sedimentaria detrítica (areniscas y
argilitas) fue emplazada sobre al borde oriental de la cuenca. Estos depósitos (Formación Ene)
presentan a la base un importante nivel de argilitas de distribución regional, que durante el desarrollo
de la deformación subandina constituyó un importante nivel de despegue (Gil, 1997; Gil et al., 1999ª,
1999b; Gil et al., 2001), y una buena roca madre (cuencas Pachitea y Ene). Las facies sedimentarias se
hacen mas gruesas hacia el Este y parecen indicar una zona de aportes situada sobre el cratón
brasileño. Los depósitos de la Formación Ene parecen estar confinados a las regiones comprendidas
entre el escudo brasileño y las zonas emergidas de los dominios mas occidentales.

4.7. PALEOGEOGRAFIA DEL PERMO-TRIASICO AL JURASICO INFERIOR

Al Permo-Triásico, un nuevo cambio paleogeográfico se instaura y es asimilada a la fase tectónica


terdiherciniana del Pérmico Medio que fue evidenciada al Sur del Perú por Audebaud & Laubacher
(1969), donde esta fase es sellada por molasas “post-tectónicas” del Pérmico Superior, que cubren en
discordancia las series plegadas paleozoicas. En el Perú Central, este plegamiento no existe, y
simplemente se observan indicadores de movimientos epirogénicos y un overlap generalizado del
Pérmico Superior sobre las unidades litológicas mas ancianas (Dalmayrac et al., 1980). Este último
dispositivo estructural (“tardiherciniano”) fue reconocido en toda la región estudiada.
Al mapa paleogeográfico (fig. 4.7) muestra el emplazamiento de un rift al Pérmico Superior, el cual se
situó en los dominios de la Cordillera Oriental (Noble et al., 1978; Kontak et al., 1985; Rosas &
Fomboté, 1995; Romeuf et al., 1997; Sempere et al., 1998). El emplazamiento de este rift solo alcanzó
muy parcialmente a la zona subandina norte. En efecto, estos depósitos volcánicos y sedimentarios
están conocidos, en afloramiento, únicamente al Oeste de la margen occidental de la Cuenca Santiago,
sin embargo su presencia en el subsuelo de la zona subandina es probable. Al sur de 11ºS los efectos
de este rift fueron completamente nulos sobre los dominios subandinos. Hacia el Sur, estas unidades
litológicas están documentadas en los dominios de la Cordillera Oriental de Bolivia (Sempere et al.,
1998; Sempere et al., 1999). Aparentemente, los depósitos volcano-sedimentarios tuvieron una
distribución máxima en el Perú Central.
La orientación del eje del rift entre 4ºS y 6ºS es NNE-SSW, pero, cambia a NNW-SSE entre 6º y 15º
de latitud sur. Alrededor de 16ºS, este rift toma una orientación E-W, para virar NW-SE hasta 18ºS.
La extensión pérmica continuó hasta el Triásico y Jurásico con el emplazamiento de una plataforma
carbonatada que correspondió a la colmatación del rift (Barragán, 1999; Christophoul, 1999). Estos
depósitos carbonatados de edad triásico superior – jurásico inferior son conocidos desde la Cuenca
Oriente hasta 14º de latitud sur. Estas series sedimentarias marinas sin-extensión estuvieron asociadas
a un vulcanismo toleítico (Mégard, 1978; Noble et al., 1978; Kontak et al., 1985; Rosas et al., 1997;
Romeuf et al., 1997).

84
CAPITULO 4: Reconstrucción paleogeográfica y rol de las paleoestructuras en la deformación subandina

Fig. 4.7. Mapa paleogeográfico del Pérmico – Triásico y Jurásico Inferior

85
CAPITULO 5: Sístema de cuencas de antepaís

Se puede atribuir estas series sedimentarias al relleno de la zona de depósito de foresag.


Verticalmente, estas se confunden con los sedimentos asociados clásicamente a la zona de depósito de
foredeep. Como en el caso de la Cuenca Marañón, la colmatación de esta zona de depósito continuó
aparentemente hasta 10 Ma.

5.3.3.1. Series sedimentarias sincrónicas a la estructuración de la zona subandina

La estructuración de la zona subandina, que probablemente comienza a 10 Ma, se desarrolló


sincrónicamente a la sedimentación de la Formación Ipururo. En la Cuenca Pachitea, y en la porción
septentrional de la Cuenca Ucayali, estos depósitos están constituidos a la base por areniscas finas a
medias de colores gris y marrón, y por niveles conglomeráticos. Su parte media esta conformada de
argilitas rojas versicolores oscuras, intercaladas de limos rojos, argilitas grises y areniscas blancas. La
sección superior comprende esencialmente areniscas finas a medias, masivas e intercaladas con
argilitas. En la zona de Cushabatay, el espesor calculado por Kummel (1948) es de 1060 m, pero para
Benavides et al. (in Velarde et al., 1978), esta formación no alcanza mas de 683 m.
En la zona meridional de la Cuenca Ucayali, la Formación Ipururo aflora en el flanco sur del sinclinal
de Shihuayro, donde de puede observar una sección de alrededor de 3000 m de potencia. Estas series
sedimentarias continentales corresponden a llanuras de inundación hacia la base, mientras que las
secuencias superiores presentan facies cada ves mas proximales que reflejan una importante actividad
tectónica. Las ultimas secuencias, encontradas en posición sub-vertical, presentan facies muy
proximales, comparables a depósitos actuales.
Así las unidades sedimentarias de la Formación Ipururo de la Cuenca Pachitea y de la parte norte de la
Cuenca Ucayali pueden ser atribuidas a la zona de depósito de foredeep distal, mientras que la
Formación Ipururo del extremo sur de la Cuenca Ucayali debería de corresponder a la zona de
depósito de foredeep mas proximal.
La evolución vertical de estas series sedimentarias finaliza por el emplazamiento de los
conglomerados de la Formación Ucayali del Plioceno – Cuaternario, y caracterizan claramente una
zona de depósito de wedge-top.

5.3.4. Cuenca Madre de Dios – Beni (fig. 5.10 et 5.11).

En la Cuenca Madre de Dios – Beni, los primeros depósitos que registraron el emplazamiento del
sistema de antepaís andino son las unidades sedimentarias del Cretácico Superior y del Paleoceno,
conocidas como Huchpayacu y Casa Blanca (Madre de Dios) y Eslabón y Flora (Beni).
A nivel de la Cuenca Madre de Dios, la base de la Formación Huchpayacu puede corresponder a una
zona de depósito de foredeep distal, mientras que sus unidades sedimentarias superiores mas maduras
y gruesas (Formación Casa Blanca), parecen corresponder a una zona de depósito de foredeep
proximal o back-bulge (?).
Mas al Sur, en la Cuenca del Beni, las series sedimentarias de las formaciones Eslabón y Flora,
pertenecerían a una misma secuencia transgresiva
Una importante serie sedimentaria continental fina que determinaría una zona de depósito de foredeep
distal, esta representada por el Grupo Huayabamba de la Cuenca Madre de Dios. Estos depósitos,
aparentemente ausentes en la Cuenca del Beni, pueden ser correlacionados con la base de la
Formación Quendeque, que presenta estas mismas facies sedimentarias, pero que lamentablemente no
fueron nunca datadas.
A nivel de la Cuenca Madre de Dios – Beni, el reajuste isostático del Eoceno Medio – Oligoceno,
evidenciado mas al Norte no trascendió o fue menos marcado en el registro sedimentario. En efecto, la
Formación Pozo de la Cuenca Madre de Dios presenta facies continentales, fluvial a la base y lacustre
hacia su tope. En la Cuenca del Beni, la Formación Bala s.s. (areniscas continentales con un
conglomerado basal localmente) puede ser considerada un equivalente lateral de la Formación Pozo.
Si consideramos que el fenómeno de reajuste isostático no afecto la Cuenca Madre de Dios – Beni,
entonces se puede interpretar a las formaciones Pozo y Bala como depósitos de la zona de back-bulge.

102
CAPITULO 5: Sístema de cuencas de antepaís

Las series sedimentarias que siguen en concordancia corresponden a la Formación Chambira de la


Cuenca Madre de Dios y a la Formación Quendeque de la Cuenca del Beni, y están caracterizadas por
depósitos de llanura de inundación que marcan un paso progresivo a la zona de foredeep distal.

Fig. 5.10. Evolución del sistema de antepaís de la Cuenca Madre de Dios

Fig. 5.11. Evolución del sistema de antepaís de la Cuenca Beni

5.3.4.1. Series sedimentarias sincrónicas a la estructuración de la zona subandina


En la Cuenca Madre de Dios, las unidades sedimentarias sincrónicas a la estructuración de la zona
subandina corresponden a las formaciones Charqui y Pagorene (Hermoza, 2000), y Charqui y Tutumo
de la Cuenca del Beni (Oller, 1986).
En la Cuenca Beni, como en la Cuenca Madre de Dios, la Formación Charqui es caracterizada por una
secuencia sedimentaria fluvial grano- a estrato-creciente, que pasa progresivamente de un sistema de
ríos en trenza distal a un sistema proximal. A nivel de la Cuenca de Madre de Dios, estas series
sedimentarias no afloran mas que en el flanco occidental del sinclinal externo de Punquiri (Río
Inambari), y a nivel de la Cuenca del Beni, solo afloran en el sinclinal interno del Alto Beni.

103
CAPITULO 5: Sístema de cuencas de antepaís

En la Zona Interandina (Cuenca Tipuani – Mapiri) que cabalga la Cuenca Beni, una toba inter-
estratificada en los conglomerados fluviales de la Formación Cangalli fue datada ( 40Ar/39Ar) a 7.96 ±
0.058 Ma (biotita) y 7.9 ± 0.03 Ma (feldespato) (Hérail, et al., in press). Estos autores consideran que
la Formación Cangalli corresponde a la facies proximal de la Formación Charqui.
En los conglomerados de la parte superior de la Formación Charqui de la zona subandina de la Cuenca
Madre de Dios (Río Inambari), un nivel de toba volcánica, muestreada en nuestra campaña de campo,
viene de ser datada ( 40Ar/39Ar; Oregon State University) a 3.23 ± 0.3 Ma (biotita) y 2.96 ± 0.34 Ma
(plagioclasa).

En consecuencia, la Formación – o sobre todo la facies – Charqui de la Cuenca Madre de Dios puede
ser mas reciente que la facies Charqui de la Cuenca del Beni. Este diacronismo es coherente con la
repartición espacial de esta facies, que en la Cuenca Beni se emplazó en el sinclinal interno del Alto
Madidi, y a nivel de la Cuenca Madre de Dios, se depósito en el sinclinal externo de Punquiri.
Las formaciones Tutumo y Pagorene, que fueron descritas sobre la Formación Charqui, presentan una
distribución local, motivo por el cual no fue posible observarlas. Sin embargo parece que las facies
muy gruesas, descritas por los geólogos petroleros que exploraron estas regiones, corresponden a
facies de conos aluviales, las que puedan pasar lateralmente a la Formación Charqui.
Esta observaciones permiten mostrar que le termino de formación es impropio, y que sobre todo hace
falta hablar de facies Quendeque (foredeep zone), de facies Charqui ( wedge-top zone) y de facies
Tutumo (wedge-top zone proximal), que en algunos lugares son sincrónicas y registraron una
migración hacia el Este del sistema de antepaís. En efecto, en el sinclinal interno del Beni y en el
sinclinal externo de Punquiri (Madre de Dios), la facies Quendeque pasa progresivamente a la facies
Charqui y muestra así evolucionan progresivamente de la zona de depósito foredeep a la zona de
depósito wedge-top con una propagación de los corrimientos hacia el Este. Esta observación esta de
acuerdo con la evolución en cuenca transportada ( piggyback) propuesta para la zona subandina interna
de la Cuenca del Alto Beni (Baby et al., 1995 b)

5.4. CONCLUSIONES
La interpretación de facies sedimentarias terciarias de las cuencas subandinas entre 0º y 16ºS muestra
que ellas responden a una dinámica de sistema de antepaís directamente controlada por la tectónica
andina (fig. 5.12). Este sistema de antepaís migró progresivamente hacia el Este bajo el efecto de la
propagación de un frente orogénico.

El análisis realizado en este capítulo nos lleva a proponer la siguiente evolución geodinámica.

Los primeros depósitos continentales encontrados en las cuencas subandinas, que atestiguan la
instauración del antepaís andino, corresponden esencialmente a sedimentos caracterizados de facies de
zona de depósito de foredeep distal de edades comprendidas entre en Cretácico Superior y el
Paleoceno. En la Cuenca del Beni, estos depósitos corresponden a las series sedimentarias marinas
poco profundas a continentales de las formaciones Eslabón y Flora, emplazadas probablemente en la
zona de depósito de back-bulge.

Durante el Eoceno Medio – Oligoceno, la instalación de las formaciones continentales y marinas


Tiyuyacu Superior y Orteguaza (Cuenca Oriente), Pozo (subandino peruano) y Bala s.s. (Cuenca
Beni), son interpretadas como la respuesta de un reajuste (o rechazo) isostático. Estas series
sedimentarias se depositaron en las zonas de foreslope y de foresag conforme a los modelos
propuestos por Catuneanu et al. (2000).
Este reajuste isostático “Orogenic unloading” estuvo muy probablemente ligado a la disminución de la
velocidad relativa de convergencia entre la placa de Nazca y el continente sudamericano sucedido
entre 45 y 30 Ma (fig. 5.13).

104
CAPITULO 5: Sístema de cuencas de antepaís

Fig. 5.12. Evolución de facies de depósito del sistema de antepaís entre 0º y 16ºS

105
CAPITULO 5: Sístema de cuencas de antepaís

Al Oligoceno Superior – Mioceno Medio, las secuencias sedimentarias de las cuencas subandinas
caracterizaban a depósitos continentales con facies de zona de foredeep distal, que progresivamente
pasaron a facies de foredeep proximal. Esta evolución vertical muestra una colmatación de la cuenca
de antepaís, y que probablemente registró una reactivación de la tectónica andina “ Orogenic loading”,
debido al incremento de la velocidad relativa de convergencia de las placas entre 25 y 15 Ma (fig.
5.13).

Al Mioceno Medio – Superior, en la cuencas Oriente y Marañón, la transgresión marina registrada por
las formaciones Curaray y Pebas es interpretada como el resultado de otro reajuste isostático. Estas
series sedimentarias marinas debieron de haberse depositado en la zona de foresag.
Este segundo reajuste isostático “Orogenic unloading”, correspondió a un nuevo descenso de la
velocidad relativa de convergencia de placas evidenciadas entre 15 y 10 Ma (fig. 5.13). Sin embargo,
este descenso de la velocidad de convergencia fue menos importante que del Eoceno Superior –
Oligoceno Inferior, lo que puede explicar la menor amplitud que alcanzó la transgresión Curaray –
Pebas al invadir el sistema de antepaís andino.

Durante el Mioceno Superior – Pleistoceno, las series sedimentarias continentales registraron el


desarrollo de la zona subandina, “ Orogenic loading”. En efecto, estos depósitos muestran una clara
evolución vertical de facies de foredeep distal a foredeep proximal, para terminar en facies de wedge-
top.

Este modelo propuesto esta de acuerdo a la propagación hacia el Este de los corrimientos y de la
wedge-top zone subandina, donde comenzaron a individualizarse las cuencas transportadas de tipo
piggyback.

Fig. 5.13. Evolución del sistema de antepaís y su relación con la convergencia de las placas de Nazca y
Sudamérica

106
LISTA DE FIGURAS Y DE ANEXOS
Lista de figuras y anexos

LISTA DE FIGURAS Y ANEXOS


Página
Fig. 1.1. Las grandes unidades morfológicas de los Andes 3
Fig. 1.2. La Cordillera de los Andes y la subducción con la placa oceánica de Nazca. 4
Fig. 1.3. Mapa morfo-estructural y ubicación de la cuencas subandinas 6
Fig. 1.4. Método GEOSEC 8

Fig. 2.1. Mapa estructural de las cuencas Marañón y Oriente 11


Fig. 2.2. Mapa estructural de las cuencas Santiago y Huallaga 12
Fig. 2.3. Carta de correlaciones estratigráficas entre las cuencas subandinas 13
Fig. 2.4. Mapa estructural de las cuencas Pachitea, Ucayali y Ene 22
Fig. 2.5. Sección estratigráfica sintética del Paleozoico en Nevati 24
Fig. 2.6. Sección estratigráfica del Paleozoico de Pongo de Mainique 24
Fig. 2.7. Sección estratigráfica de la Formación Ene en Pongo de Paquitzapango 28
Fig. 2.8. Sección estratigráfica del Grupo Mitu en la Cordillera de San Matías 28
Fig. 2.9. Sección estratigráfica de la Formación Sarayaquillo en Puente Paucartambo 28
Fig. 2.10. Sección estratigráfica de la Formación Cushabatay en Puente Paucartambo 28
Fig. 2.11. Sección estratigráfica del Cretácico Superior en Puente Paucartambo 32
Fig. 2.12. Sección estratigráfica del Paleógeno en Puente Paucartambo 32
Fig. 2.13. Mapa estructural de la Cuenca Madre de Dios 35
Fig. 2.14. Mapa estructural de la Cuenca Beni 36
Fig. 2.15. Sección estratigráfica del Paleozoico Inferior en Cárcel Puncco 38
Fig. 2.16. Sección estratigráfica del Paleozoico en Pongo de Coñeq 40
Fig. 2.17. Sección estratigráfica de la Formación Ene y del Cretácico Superior en el Río Inambari 40
Fig. 2.18. Sección estratigráfica de la base de la Formación Beu en Yucumo (Cuenca Beni) 43
Fig. 2.19. Sección estratigráfica del tope de la Formación Beu en el Angosto de Quiquibey (Beni) 43

Fig. 3.1. Mapa tectónico y ubicación de secciones estructurales 48


Fig. 3.2. Línea sísmica en la estructura Sacha Shushufindi –Cuenca Oriente 49
Fig. 3.3. Línea sísmica en la estructura San roque –Cuenca Oriente 49
Fig. 3.4. Línea sísmica en la estructura Belén –Cuenca Marañón 50
Fig. 3.5. Sección estructural a través del Domo de Cutucú 51
Fig. 3.6. Sección estructural a través de la porción norte de la Cuenca Marañón 51
Fig. 3.7. Sección estructural a través de la Cuenca Santiago 52
Fig. 3.8. Línea sísmica en la estructura Yanayacu –Cuenca Marañón 54
Fig. 3.9. Línea sísmica en la estructura Nahuapa –Cuenca Marañón 54
Fig. 3.10. Sección estructural a través de la porción sur de la Cuenca Marañón 55
Fig. 3.11. Sección estructural a través de la Cuenca Huallaga 55
Fig. 3.12. Interpretación de la línea sísmica A - Cuenca Pachitea – al Oeste de San Matías 58
Fig. 3.13. Interpretación de la línea sísmica B - Cuenca Pachitea – al Este de San Matías 59
Fig. 3.14. Interpretación de la línea sísmica C - Cuenca Pachitea – terminación sur 60
Fig. 3.15. Sección estructural a través de la Cuenca Pachitea 61
Fig. 3.16. Sección estructural a través de la Cuenca Ucayali –extremidad meridional P. de Mainique 62
Fig. 3.17. Línea sísmica entre el sinclinal externo de Punquiri –Cuenca Madre de Dios 65
Fig. 3.18. Línea sísmica A - Cuenca Beni 66
Fig. 3.19. Línea sísmica B - Cuenca Beni 66
Fig. 3.20. Sección estructural a través de la Cuenca Madre de Dios –Pongo de Coñeq 67
Fig. 3.21. Sección estructural a través de la Cuenca Madre de Dios –Río Inambari 68
Fig. 3.22. Sección estructural a través de la Cuenca Beni –Ixiamas 69

Fig. 3.24.
Fig. 3.23. Sección
Sección estructural
estructural aa través
través de
de la
la Cuenca
Cuenca Beni
Beni –Lliquimuni
–Rurrenabaque 70
70
Fig. 3.25. Sección estructural a través de la Cuenca Beni –Río Manique 71

Fig. 4.1. Mapa paleogeográfico desplegado 75


Fig. 4.2. Mapa paleogeográfico del Ordovícico – Silúrico 77
Fig. 4.3. Mapa paleogeográfico del Devónico 78
Fig. 4.4. Mapa paleogeográfico del Mississipiano 80
Fig. 4.5. Mapa paleogeográfico del Pensilvaniano 82
Fig. 4.6. Mapa paleogeográfico Pérmico Inferior-Superior 83
Fig. 4.7. Mapa paleogeográfico del Permo-Triásico al Jurásico Inferior 85
Lista de figuras y anexos

Fig. 4.8. Mapa paleogeográfico del Jurásico Superior 87


Fig. 4.9. Mapa paleogeográfico del Cretácico Inferior 89
Fig. 4.10. Mapa paleogeográfico del Paleógeno 90

Fig. 5.1. Esquema morfo-estructural de una cuenca de antepaís 92


Fig. 5.2. Ubicación de las cuencas de antepaís en una zona de convergencia 93
Fig. 5.3. Esquema recapitulativo de los motores de la subsidencia 93
Fig. 5.4. Sección esquemática de la organización morfoestructural de las zonas de depósito
del sistema de antepaís 94
Fig. 5.5. Configuración del sistema de antepaís en función de la sobrecarga litosférica 95
Fig. 5.6. Evolución de la flexión del perfil topográfico en función de la sobre carga litosférica
o de un reajuste isostático 95
Fig. 5.7. Evolución del sistema de antepaís de la Cuenca Oriente – Marañón – Santiago 97
Fig. 5.8. Evolución del sistema de antepaís de la Cuenca Huallaga 100
Fig. 5.9. Evolución del sistema de antepaís de la Cuenca Pachitea – Ucayali 101
Fig. 5.10. Evolución del sistema de antepaís de la Cuenca Madre de Dios 103
Fig. 5.11. Evolución del sistema de antepaís de la Cuenca Beni 103
Fig. 5.12. Evolución de facies de depósito del sistema de antepaís entre 0º y 16ºS 105
Fig. 5.13. Evolución del sistema de antepaís y su relación con la convergencia de placas 106

Fig. 6.1. Evolución paleogeográfica a partir del mapa desplegado 108


Fig. 6.2. Variación de la tasa de acortamiento y de la velocidad de propagación
del acortamiento en función de la latitud 109
Fig. 6.3. Evolución de las zonas de depósito del sistema de antepaís de la cuencas subandinas 110

ANEXO A Sección estratigráfica del Paleozoico de Pongo de Mainique


ANEXO B Sección estratigráfica del Paleozoico de Pongo de Coñeq
ANEXO C Sección estratigráfica de la Formación Ene y del Cretácico Superior de Río Inambari
ANEXO D Sección estratigráfica del Jurásico – base de la Formación Beu – de Yucumo (Cuenca Beni)
ANEXO E Sección estratigráfica del Jurásico – tope de la Formación Beu – del Angosto de Quiquibey
(Cuenca Beni)

ANEXO 1 Carta de correlaciones estratigráficas


ANEXO 2 Sección estructural restaurada Cuenca Santiago
ANEXO 3 Sección estructural restaurada Cuenca Huallaga
ANEXO 4 Sección estructural restaurada Cuenca Pachitea
ANEXO 5 Sección estructural restaurada Cuenca Ucayali – Pongo de Mainique –
ANEXO 6 Sección estructural restaurada Cuenca Madre de Dios – Pongo de Coñeq –
ANEXO 7 Sección estructural restaurada Cuenca Madre de Dios – Río Inambari –
ANEXO 8 Sección estructural restaurada Cuenca Beni – Ixiamas –
ANEXO 9 Sección estructural restaurada Cuenca Beni – Rurrenabaque –
ANEXO 10 Sección estructural restaurada Cuenca Beni – Lliquimuni –
ANEXO 11 Sección estructural restaurada Cuenca Beni – Río Manique –
ANEXO 12 Sección estratigráfica del Neógeno del sinclinal externo de Punquiri (Cuenca Madre de Dios)
ANEXO 13 Sección estratigráfica del Neógeno del sinclinal interno del Alto Beni (Cuenca Beni)
ANEXO 14 Sección estratigráfica del Neógeno del sinclinal externo de Yucumo (Cuenca Beni)

También podría gustarte