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El 

Día de los Muertos es una importante fiesta mexicana que celebra y honra a los seres
queridos fallecidos. En México, la celebración se lleva a cabo del 31 de octubre al 2 de
noviembre, coincidiendo con las fiestas católicas de Todos los Santos y Todas las Almas,
pero los orígenes del festival se basan en una combinación única de elementos extraídos de
las creencias indígenas y las enseñanzas católicas. Con el tiempo, ha evolucionado,
agregando algunas ideas y prácticas nuevas, y en última instancia, trasciende sus orígenes
para evolucionar hacia la verdadera festividad mexicana que se celebra hoy como Día de
Muertos o Hanal Pixan en el área maya.

El sentido de la fiesta de Día de Muertos es recordar a nuestros familiares, pero también


celebrar la vida. Este día no es motivo de tristeza, por lo contrario, es una fecha alegre
porque estamos recordando a los seres queridos. Son días que se llenan de color, fiesta y
tradición, para compartir en familia. 

Por todo eso y mucho más, el día de muertos es una fiesta popular de gran trascendencia e
ideal para que todos valoremos la cultura y tradición de esta celebración. Es sin duda un
ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido,y a través de esta visión todos podemos
obtener una forma diferente de recordar a los seres que han querido mucho y que ya no
están con nosotros. Además de implorar de la misericordia divina para el eterno descanso
de los fieles difuntos, y pedirle a Dios por todas las almas del purgatorio para que pronto
puedan llegar al reino de los cielos. Hoy los invitamos a que cada uno, desde el fondo de su
corazón, se una a este responso.

OREMOS juntos con la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro…

Oh Dios, que concedes el perdón y quieres la salvación de los hombres: te rogamos que,
por la intercesión de la Santísima Vírgen María y de todos los Santos, concedas la
bienavienturanza de tus hijos, a quienes llamaste de este mundo. No les abandones en
manos del enemigo, ni te olvides de ellos para siempre; sino recíbelos con tus santos
Ángeles en el cielo, su patria definitiva. Y porque creyeron y esperaron en ti, concédeles
para siempre las alegrías del cielo. Por Cristo nuestro Señor.

R/. Amén
“Yo soy la resurrección y la vida -dice el Señor-; quien cree en Mí, aunque haya muerto,
vivirá; y todo el que vive y cree en Mí no morirá eternamente. (cfr. Juan 11, 25, 26)

V/. Concédeles Señor el descanso eterno.

R/. Y brille para ellos la luz eterna

V/. Que descansen en paz

R/. Así sea

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