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LA INVIOLABILIDAD PARIAMENTARIA A LA LZ DE LA SENTENCIA DEL TS) DEL PAS VASCO DE 5 SEPTIEMBRE 2003 Alexandre H. Catala i Bas LA INVIOLABILIDAD PARLAMENTARIA A LA LUZ DE LA SENTENCIA DEL TSJ DEL PAIS VAS- CO DE 5 DE SEPTIEMBRE DE 2003 (CASO DEL DIPUTADO DE H.B. JON SALABERRIA) SUMARIO 1 CONSIDERACIONES PREVIAS LAS PRERROGATIVAS RARLAMENTARIAS EN LOS PARLAMENTOS ACTUALES LA INVIOLABILIDAD PARLAMENTARIA: 21. Concept y objeto, 22. Naturale juiic, LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DEL PAlS VASGO (SALA DE LO CIVIL ¥ PENAL), DES DE SEPTIEMBRE DE 2003: 3.1. Hechos. 32. la extensiénfunconal dela avolabdidad pavamentara. 33 1a bord de expres de os pulamentarion EL ABUSO DE LA INVIOLABILIDAD PARLAMENTARIA 5 HL FUTURO DEA INVIOLABILIDAD PARLAMENTARIA CONSIDERACIONES PREVIAS: LAS PRERROGATIVAS PARLA- MENTARIAS EN LOS PARLAMENTOS ACTUALES La Ley de Partidos Politicos disefta un nuevo panorama politico 0, al menos, ayuda a larficar cuales son las reglas de juego que han de regir la actuacién de los partidos politicos y, como no, la de sus dirigentes. El objetivo tiltimo, alcanzado con mayor 0 menor fortuna, de la Ley es impedir que los que hacen bandera del terrorismo, del ra- cismo, de la xenofobia 0 de cualquier otro tipo de intolerancia, los que, en definitiva, no respetan la dignidad humana y los derechos fundamentales de las personas, pue- «dan aprovecharse de una serie de instrumentos tales como el derecho de asociacion 0 Ia libertad de expresin, que hacen posible la democracia, para intentar acabar con ella Flespiritu que mueve esta Ley no puede detenerse en las puertas del Parlamento. Ello no obstante, no se ha de caer en el error de judicializar la vida parlamentaria pues la 2S voluntad parlamentaria ha de formarse sin ningin tipo de presiOn. Asistimos en los Gl- timos tiempos a una relacion dificil entre parlamentos y Poder Judicial. Sin ir ms le- jos, alli esté la polémica relativa a la disolucién del grupo parlamentario Sozialista Abertzaleak en el Parlamento vasco. Esta es una buena ocasion para reabrir el debate sobre determinadas instituciones parlamentarias, especialmente sobre la extension y limites de prerrogativas, derechos y deberes de los parlamentarios. Si embargo la in- ‘cOgnita gira en torno a la predisposicion de los afectados a abordar tal debate. En este contexto se sitta el presente trabajo que pretende esbozar una serie de ideas en torno 4 la inviolabilidad parlamentaria guiadas por la idea de que la institucién no puede servir a los intolerantes de patente de corso El Parlamento sigue siendo el eje vertebrador de la vida politica de una democracia s en sede parlamentaria donde entran en contacto los partidos politicos mas impor- tantes, los que han obtenido representacién y donde, en gran medida, mayoria y mi- noria hacen realidad la concordia discors propia de la democracia de tal suerte que lo que emana del Parlamento no es Gnicamente la voluntad del grupo parlamentario ma- yoritaro sino el resultado de un tira y afloja, de un consenso a base de mutuas renun- ‘Un agaicn emu des cseion en econ cn lune sunt 1 encontve eh SORANO HERNANDEZ, E, Ble {aa db prtanetari de as comuniade autres el Say 3 Geantana qo sea nonce pr como sere MARTINEZ SOSPEDRA, bs encloses Ge een 20 funden crease de acin posi, es deck de tame pepo copes, MARTINEZ SOSPEDR La ‘nid aramensara on Dea spa, CESan Pablo. 19 8 IISCAREL Ps Dor Cnc ep. 3% wiz 22, {UA INVIOLABILIDAD PARLAMENTARIA ALA LIZ DE LA SENTENGIA DEL T DEL PAS VASCO DE 5 SEPTIEMBRE 205, tir alos representantes del pueblo soberano en los soberanos representantes del pue- blo. De acuerdo con la STC 51/1985, de 10 de abril, el objeto concreto de la inviolabilidad parlamentaria es la preservaci6n de un dmbito cualificado de libertad en la critica yen la decision sin el cual el ejercicio de las funciones parlamentarias podria resultar me- dliatizado y frustrado, por ello el proceso de libre formaci6n de voluntad del 6rgano. Naturaleza juri Esta cuestién ha suscitado enormes debates en la doctrina®. Advierte GOMEZ BENITEZ que -el planteamitento de fondo gira sobre la necesidad de construir la invio- labilidad manteniendo la antijuridicidad del hecho, de forma que se posibilite funda- ‘damente la legitima defensa y la participacion punible de terceros —no afectados por la prerrogativa— en el hecho criminal. Frente a ello se defiende aquella otra construc- ‘cin juridica que parte de la inexistencia de hecho antijuridico, es decir, de su califica- ci6n como causa de justificaciOn, y no faltan quienes lo hacen introduciéndose en el terreno de la inimputabilidad. Ademas de estas opiniones, que le atribuyen caricter material, existe otra tendencia que le atribuye caricter exclusivamente procesal- En nuestra doctrina QUINTANO, RIPOLLES y ONECA se inclinan por considerar que nos encontramos con una causa personal de exclusion de la pena, de lo que se deriva que la accion es antiuridica pero se excluye su punibilidad, En opinién de GOMEZ BENITEZ®, ésta es la postura mayoritaria en la doctrina®, Como advierte este autor, toda -causa personal de exclusion de la pena supone —a diferencia de lo que ocurre con las causas de justificacién— una afectacién exclusiva del elemento -punibilidad- que queda excluido manteniéndose la accién por tanto, como tipica, antijuridica y DE VEGA GARCTA 1 fina gina. 9 238 ‘oven exo er dis posure encontaoas en GOMEZ RENITZ, J. Ma vba ya (Se ptumenaray ut de a acd de Derecho de Una Compton at 4 Rp 3s ‘Génie a vlad. ope pp 529 $3 Ye simu, PZZORUSSO, ALi made patent "ae Un eng compat uaa dela Cor Cones 21964 9p. 9 ‘Sout tenes ja iced. op cp 5, nce co tec mayors aan Alp empl V TZ se ncn por considers avid coc pe Sole excanin deepens ptr uc ene concen por ales dee seo de nee an se fara scr de ac, Lasers pononan psn st responsbles cone coasts sop dao Sad or Ioerereseaes det puto, amiable ena dfont COME BENITE, J. Mtn. poh. p52 3 eens culpable. A sensu contrario, puede decirse que de no existir dicha excusa o causa per- sonal de exclusion de pena, el hecho seria punible?. El delito es siempre entendido como conducta punible pero no, en absoluto, como conducta penada de tal suerte que existen una serie de supuestos en que la conse- ‘cuencia juridica del delito no es aplicable, es decir queda excluida. En esos supuestos ‘estamos ante una causa de exencién o exclusion de la pena. Causas que de acuerdo con el Cédigo Penal, pueden ser genéricas (que afectan a todas las modalidades delic- tivas) y que estin recogidas en el articulo 130 CP y especificas (con relevancia sola- ‘mente para determinadlos delitos). De considerar la inviolabilidad partamentaria como causa de exclusion de la pena, habria que incardinarla entre las especficas, Ello no obstante, encontramos objeciones a esta postura. Como seftala GOMEZ BENETEZ, se trata de una excusa absolutoria (personal) de naturaleza funcional-personal que, en ‘cualquier caso comprende todos los votos y manifestaciones que, en el ejercicio de la funci6n parlamentaria, se hayan realizado. La exencién deberia afectar, por tanto, a cualquier voto © manifestaci6n que se incluya dentro de la conducta descrita como merecedora de la exencién de la pena, es decir, dentro de la actuacion parlamentaria, pero la exclusion, por ejemplo, de las calumnias del ambito protector de la inviolabili- dad, tal como hace la Ley Fundamental de Bonn, viene a quebrar la genérica preten- si6n de las excusas absolutorias 0 causas (personales) de exclusién de la pena, Su ex- clusion, en pura coherencia con la naturaleza juridica que se atribuye a la inviolabilidad, esta injustficada®. Otros autores como RODRIGUEZ, DEVESA, JIMENEZ DE ASUA y GOMEZ BENITEZ, la consideran una causa de justificacion que supone la exclusién de lo injusto. La reali- zacion del tipo comporta la produccién de un hecho, en principio, juridicamente des- valorizado, este desvalor puede quedar excluido cuando concurra una causa de justi- ficacion. 1a conducta tipica resulta, en tltima instancta, conforme a Derecho, es decir justificada®, La justificacion se distingue de la inculpabilidad ya que inculpable es el hecho que no puede reprocharse juridicamente a su autor, aun cuando haya de con- ceptuarse como desvalorizado. Justificado esta, por el contrario, solamente el hecho cower Bene). evo... p58. eee dla cl amplaentn de coca elder de pal prin el ed, prescpn (Gost mete} ia ev. op. hp 5. {Cop0 DEL AOsA, uy VIVES ANTON, T'S. Doc Pal Pare Genera Teo Banc, 158 pA, a qlee enos en aa {A INVIOLABILIDAD PARLAMENTARIA ALA AZ DELA SENTENCIA DEL TS} DEL FAIS VASCO De 5 SEPTEMBRE. 2003 que, en una valoracion global, ha de ser conceptuado como juridicamente correcto., de tal suerte que el hecho antijuridico realizado inculpablemente puede representar una agresion ilegitima frente a la que cabe la legitima defensa, mientras que si el he- cho esta justificado, es decir, si no es antijuridico, bajo ningtin concepto puede ser considerado agresion ilegitima. Ademas el que coopera en la realizacién de un hecho inculpable 0 induce a otro a que lo ejecute, puede resultar responsable del mismo, ‘mientras que la cooperacin o la induccién a la realizacion de un hecho justificado no puede, en ningtin caso generar responsabilidad alguna. Cuando alguien ejercta un derecho 0 acta conforme a Derecho surge para los demas miembros de la comunidad una ineludible obligacion de respeto. Que una determina- da conducta un hecho tipico— se halle justificada, desde el momento en que impli- ca que se tiene derecho a llevarla a cabo, ha de comportar a su vez, necesariamente, 1a obligacion de soporarla. En defintiva, quien acttia amparado por una causa de jus- tficacion, acta en un ségimen de preeminencia: los afectados por su actuacion justi cada no se le pueden oponer. Ello supone que el hecho tipico, portador de la lesi6n o puesta en peligro de un bien juridicamente protegido, pasa a ser conforme a Derecho si se realiza al amparo de una causa de justificaci6n, El nico elemento que puede transmutar el hecho tipico en un hecho justificado es la presencia de un bien o interés que a los ojos del ordenamiento, hay de prevalecer sobre el lesionado 0 puesto en peligro. En el caso de la inviolabili- dad ese interés preponderante ante el que decaen, en principio, el honor, la intimi- dad, el orden piblico, etc. es, como sabemos, la libre formacién de la voluntad del Parlamento que es el Srgano que representa al pueblo soberano. JIMENEZ DE ASUA fundamenta dicha exclusion en el estado de necesidad, plantea- ‘miento que es criticado por GOMEZ BENITEZ con razén pues, en todo caso, -existe tun vago concepto de -necesidad: evidentemente existente, que no tiene por qué equi- pararse al estado de necesidach, categoria juridico penal sometida a una determinada tipicidad-". Efectivamente si analizamos el articulo 8:7 del anterior Cédigo Penal, el nr ene 3.M, La evita...» 6 ‘Ein exes de espns il “alge nuts por ao eco, par etn a rp 9 ee eso no ee pono ing Ader empre ue concen ln equine ac Quel cao a se org te an Sgn. Que stun de neces no a ho proved encnadaente pa oan Tecra. ue ees ten por oo ao, tin Se stn ee CCORTS ADP estado de necesidad supone una situacion en la que existe, para un determinado bien, el peligro de un quebranto grave que solamente puede ser evitado mediante el sacrificio de bienes juridicos ajenos. Esta causa de justificacion exige la situacion de necesidad, el interés preponderante, lo que supone que el mal causado ha de ser infe- rior al que se intenta causar, que la acci6n este justficada, es decir objetivamente id6- nea para salvar el bien mayor, que no esté provocada intencionadamente por el sujeto y que el perjudicado, de existr, no tenga por su oficio 0 cargo obligacién de sacrificar- se. Dificilmente, por lo tanto, podemos incardinar la inviolabilidad en esta causa de justificacion Se inclina GOMEZ BENITEZ, habida cuenta que la propia Constitucién en su articulo 7A. se refiere a la inviolabilidad parlamentaria siempre y cuando las opiniones mani- festadas se produzcan -en el ejercicio de sus funciones., reconducir la prerrogativa a la causa recogida en el ntimero 11 del articulo 8 del anterior Cédigo Penal que sefialaba ‘que estarin exentos de responsabilidad penal - Pret, como ea de ais de le penona shone son cine ormcvencas le, el Pte onmeme frac, crn pertecamentepevabes hal cuts kad palmer onli de at ‘Sn onal asco de proedmsentealandecon ETA 19) Sie pa deter sous acu se ran de ua nec panera, etna eo po esa eios ora bled per ices pepnarmte ene across eserpucen un peel Y Bere 150 32. LA INVIOLABILIDAD PARLAMENTARIAA LA LL2 DE LA SENTENCIA DEL TS DEL PAs VASGO DE 5 SEPTIEMBRE 2003, que: -Vds. Han utilizado argumentos, yo creo que bastante poco validos para no en- trar en el debate, para volver a hacer politica de cara a la galaria, solidarizarse con los insumisos, hablar de sociedad desmiltarizada, etc, etc, Peto Vds. no quieren afrontar cl problema, desvirttan la realidad y, por lo tanto, asi no hay manera de solucionar las cosas. -Bien, pero insisto, desvirtuando la naturaleza del conflcto no hay manera de buscar soluciones, y Vas. Saben perfectamente, perfectamente, que la lucha de ETA no responde a la voluntad de imponer ideas. Lo saben perfectamente, perfectamente> sla lucha armada de ETA responde a la defensa de derechos legitimos que tiene el pueblo vasco» A raiz de estas declaraciones, recordemos que hechas en el Pleno, el Ministerio Fiscal interpuso una querella al entender que los hechos constituian un delito de apoyo al terrorismo tipificado en el articulo 578 del Codigo Penal alegando que las declaracio- nes del Diputado quedaban fuera de la cobertura de la inviolabilidad parlamentaria, ya que entrafaron -una valoracion positiva de las acciones de la banda terrorista: & implicaron «una identificacion ‘con sus fines y con sus actos, lo que excede, segtin el Ministerio Fiscal, de una mera opinién, Ademés, los métodos de la banda terrorista ETA son intrinsecamente antijuridicos »y en consecuencia, no opinables+ por lo que no puede afirmarse que las declaraciones fueran opiniones realizadas en el ejercicio de su actividad parlamentaria, La sentencia del TS} Pais Vasco de 5 de septiembre de 2003 recoge pricticamente en su totalidad dlichos argumentos y condena al acusado a una pena de un ano de pri- sién fijada en el articulo 578 del Cédigo penal y a la accesoria de inhabilitacién abso- lta por siete aftos, LA EXTENSION FUNCIONAL DE LA INVIOLABILIDAD PARLAMENTARIA, Analiza el Tribunal, en primer lugar, si en este caso entra en juego la prerrogativa de la inviolabilidad legando a una conclusion negativa en base a unos argumentos que no podemos compartir pues supone una redefinicién de la prerrogativa en un sentido restrictive que va mis alld del espiritu y de la letra del articulo 71 de la Constitucién y los correspondientes preceptos de los diferentes Estatutos de Autonomia que recogen cesta instituci6n, Para el TS} La inviolabilidad -no da lugar a la exencién ~absoluta y au- 151 * tomitica- de las responsabilidades penales-, ni su nocién -tolera que cualesquiera de las manifestaciones de voluntad o de conocimiento, vertidas en episodios parlamenta- in a control algunoe, EI Tribunal hace depender de dos condiciones, que @ continuacién analizamos, el hecho de que la prerrogativa despliegue sus efec- tos: primera, que la intervencién parlamentaria ha de gozar de «causalidad eficiente bastante para cooperar a formar la voluntad de la Cimara, ante lo valioso e insustitui- ble de su aportacién al éxito del razonamiento que se desenvuelve-, Segunda, «que las ‘manifestaciones emanadas de quines la invocan, constituyan verdaderas opiniones, es decir, pareceres 0 juicios cuyo poder de conviccion —sumado a su cualidad central de decidir—, procure una ilustracién indispensable para formar Optimamente la vo- luntad del érgano. Cuando, en vez de emitirse una opinion se despliega un razona- ‘miento comprometide con temas frigilmente conexos o extrafios al eje del debate, y ademis, de anuncia el proposito de alentar su constiucién, se esti en presencia de declaraciones diferentes de lo que el concepto de opinion es y significa. En cuanto a la primera condicin, para el Tribunal solo gozan del beneficio de esta prerrogativa, las declaraciones que, a la luz de un equilibrado juicio de raz6n, const- tuyan «un componente indispensable para vigorizar la exteriorizacién de la voluntad de la Asamblea Legislativa que, gracias a su ayuda dialéctica gana en autoridad moral ¥y fuerza persuasivas, de tal manera que la inviolabilidad parlamentaria «no cubre las afirmaciones de pasada que, con independencia de los esclarecimientos e informacio- nes que puedan contener, huelgan a la hora de perfeccionar aquella voluntads. El Tri- bunal encuadra las manifestaciones del diputado de Batasuna en este tipo de declara- ciones advirtiendo que -carecian de relieve y destaque precisos para que el proceso del debate y su objetivo se supeditaran a la calidad de un discurso que directa y deci- sivamente, condicionase el sentido de lo resuelto sobre el problema principal. Este razonamiento es mis que dudoso. En primer lugar, en nuestro ordenamiento la inviolabilidad parlamentaria parece configurarse con un cardcter absoluto, asi lo ha mantenido la gran mayoria de la doctrina'*; es decir, no podra ser perseguida ninguna opinién de un parlamentario en el ejercicio de su cargo, 0 dicho de otro modo, ning Ve ports, PONTERO GARCIA, L, Inlaid e mune partment, Unive de Mig, 179.6, SOLE ‘Tonal » APARCRO PERE My Lax Comet Gono hom Contacma Ten, 184 p 8 PINASEZ VAGAS BARTOLOH, Pia bom de os Dts y Senators Lacie de pros prlamentarn, Ca, 199m p34 NANUEL ABELLAN, A, san parame deacon fondamentas Tc 1990p 8 DEA sahil tn amr pel Pra ira Ca 1 6 MAKEN ee ‘ves sb anna mn y fran, Ret dt Cre Gomera 9%, 22. p32 182 {A INVIOLABILIDAD PARLAMENTARIA ALA UZ DELA SENTENCIA DEL TS] DEL PAS VASCO DE. 5 SEPTEMBRE 2003 1a opinién manifestada por el parlamentario en el ejercicio de sus funciones generar responsabilidad alguna por su parte. En paises como Bel labilidad se configura también con este caricter, En otros, por el contrario, es objeto de limitaciones: la Ley Fundamental de Bonn en su articulo 46.1. excluye las expresio- nes calumniosas y en sentido similar se manifiesta el articulo 61.1, de la Constitucion ariega. El caricter absoluto de la inviolabilidad hace imposible que pueda imponerse sancién alguna a las opiniones del parlamentario hechas en el ejercicio de sus funcio- nes parlamentarias, lo que no impide la posibilidad de que las mismas le valgan al parlamentario en cuestion una sancién disciplinaria interna. Del articulo 723 de la Constitucion espaiola, a cuyo tenor: Francia o Italia, la invio- +Los Presidentes de las Camaras ejercen en nombre de las mismas todos lo poderes administrativos y facultades de policia en el interior de sus respecti- vas sedes+, se deriva la existencia de una disciplina parlamentaria, que, de acuerdo, en este caso, con los articulos 90 y siguientes del Reglamento del Parlamento Vasco, limita la liber- tad de expresién de los parlamentarios que pueden ser llamados al orden por el con- tenido de su intervenci6n. De ello se desprende, como sefala MANUEL ABELLAN, que si bien sa inviolabilidad es absoluta hacia el exterior de las Cémaras, en cambio se encuentra limitada en raz6n de la potestad disciplinaria y sancionadora de los pre- sidentes de las mismas-*, lo que no deja de ser una contradicci6n, pues supone el re- conocimiento de que determinadas expresiones merezcan una sancién disciplinaria y, cen cambio, no sea posible exigir dicha responsabilidad ante los tibunales. Para KEL- SEN es claramente insuficiente que dichas declaraciones solo puedan ser objeto de sanciones disciplinarias: -hoy resulta completamente inadecuada la practica de sancio- nar los actos delictivos cometidos por un diputado dentro del desempefio de sus fun- ciones, en ocasién de un discurso parlamentario, con el solo empleo de los medios isciplinatios destinados al mantenimiento del orden de la Cémara, como son una Ila- mada al orden 0 a la cu ion, etc". I Tribunal Constitucional no se ha pronunciado sobre esta cuestion pues en el ATC de 22 de julio de 1982 cuando se le solicit que fijara el alcance de la prerrogativa Yee tn iy 1h 1 Ree Cg 10 eer el Sea 153 contest6 que no era ese el momento de analizar la cuestiOn. En la sentencia 51/1985 advirtié que -parece evidente que la garantia no ampara cualesquiera actuaciones de Jos parlamentarios y si s6lo sus declaraciones de juicio 0 de voluntad Gopiniones, se~ agin el art. 71.1 CE>, sin distinguir, como hace el Tribunal Superior de Justicia del Pais ‘Vasco, entre manifestaciones que tengan una -causalidad eficiente bastante para coo- perar a formar la voluntad de la Cémara- por lo -valioso € insustituible de su aporta- Gi6n- de otto tipo de manifestaciones. El propio Tribunal Constitucional en la sentencia citada lev a cabo una interpret

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