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Alumna: Agustina Malla

EL CUERPO CUENTA

Lo juegos de crianza son muy particulares, se trata de juegos específicamente corporales


donde no se necesitan objetos, sino que se trata de dos personas interactuando, él bebe y el
adulto. Ya sabemos que un cuerpo se construye en relación a los demás, copia movimientos,
poses, tonos de voz, expresiones, etc. El cuerpo del adulto es el encargado de formar al niño, y
sumado a los juegos de crianza, podemos decir que allí es donde el niño de desarrolla. Hay tres
juegos que son de sostén, de ocultamiento y de persecución, donde cada uno tiene
características específicas. Algo muy importante es que se van trasmitiendo de generación en
generación. El adulto las hace sin pensar, sin ningún manual leído. Hay varios ejemplos que al
nombrarlos se nos hace cotidiano hacerle eso al niño, girarlo sosteniéndolo, mecer al bebe son
algunos de ellos. Movimientos o acciones que nuestros padres nos hacían de niño, o que
cuando hay un niño cerca la madre se lo hace.
La primera versión de los juegos es con el niño, estos mismos ayudan a empezar con los
primeros miedos. Cuando le cantamos la canción “de la manito” ya le estamos enseñando en
forma de juego, es cuando la madre la mueve y ellos copian el mismo movimiento y es ahí
donde empiezan a mirarlas, la madre lo acaricia y en forma de juego hace que se las muerde, a
esto le sumamos que mientras la madre le habla, cambia su voz haciéndola dulce y suave, hace
repetición de palabras, y la mira a los ojos. Por eso cuando el adulto/ madre se dirige a otras
personas ellos se dan cuenta y a veces hacen berrinches porque no le estas dando la atención
que ellos quieren.
El cuerpo es un instrumento de comunicación, demuestra todos nuestros sentimientos, cuenta
nuestra historia.
Cuando les contamos algo que quizás es inventado o es una historia que no está narrada se
denomina Narración Oral, es ahí cuando la madre hace gestos o mueve sus manos y es donde
ellos prestan mucha atención. Y la narración escrita es cuando el adulto lee un cuento infantil,
por ejemplo, cuando comienzan con el “Había una vez…” y se trata de llevar a esa narración a
un pasado, cambiándole la voz para que salga de la actualidad. El adulto va guiándose del texto
escrito y trata de hacer algo más vivo, realista y divertido. En todo momento el adulto está
tratando de adaptar cada cosa que lee o le dice, a la imaginación de ellos.

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