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La Plaza y el Mercado de las Acefias de Avilés por Elena Toral Alonso alteldl wil Ga > al rom Bebe e de eee edad Poteee Vee ee Bb Fig. Resmaracin apni de un eos ren ea pl de Accs x oii eg ora, I. Introduccién J 4, sdosumentaion existent sobre el meread dea Plas de as Acs fias es amplia, lo que no deja de sorprender para una obra del siglo XIX avilesino, ya que la mayor parte de la documentacién referida a esas fechas no se conserva debido a los destrozos causados en el Ayuntamiento y especialmente en su archivo durante el bombardeo que sufrié la ciudad enla mafiana del 15 de octubre de 1937. Sin embargo, si bien el mercado se halla bien documentado no ocurre lo mismo con la Plaza de las Acefias, en cuyo interior se ubica aquel. No tenemos noticias de primera mano refer das a dicha plaza, y de ahf que las pocas lineas que hasta el momento se le han dedicado sean confusas y contradictorias. Aqui hemos intentado estu- diar tanto el mercado como ia plaza, obras que si bien no fueron proyecta- das en principio como conjunto, pronto pasaron a serlo y asi han llegado hasta hoy. La historia urbanistica moderna de Avilés podemos hacerla comenzar en 1818, fecha del derribo de la muralla medieval del siglo XIII que posefa un trazado mas 0 menos circular. El Avilés preindustrial estaba formado por dos miicleos urbanos separados por un brazo de ria. El Toluergo, que corria delante del lienzo Norte de la muralla de la zona denominada La Villa y al sur del arrabal de Sabugo. La Villa estaba habitada principalmen- te por comerciantes mientras que Sabugo se definfa como un arrabal de pescadores. Ambos nticleos permanecieron separados hasta el siglo XIX ya que, debido al estancamiento econémico en que se vio sumida la ciudad ‘a partir del siglo XV el crecimiento de La Villa fue escaso, y estuvo orien- tado hacia el Sur donde no habia ningtin accidente natural que impidiese st expansién. Asfsurgieron en lossiglos XVII y XVIII la Plaza Mayor y las, calles de Galiana y Rivero,’ permaneciendo por su parte Sabugo mas menos en el mismo estado que a fines del siglo XV. La crisis aludida que afecta a Avilés desde finales del siglo XV comienza a manifestarse claramente a partir del grave incendio sufrido por la ciudad en 1479, aunque la causa de la misma habria que buscarla en la excesiva especializacién funcional y la estrecha dependencia de esta villa con respecto a Oviedo, también afectada en estas fechas por una profunda cri- sis, Sin embargo, el incendio de 1479 por sus graves consecuencias para la ciudad lam6 la atenci6n de las autoridades y los R.R.C.C., en un intento de revitalizar la vida comercial de la misma, concedieron la franquicia para la celebracién de un mercado todos los lunes. El mercado comenzé cele- brndose en la Rua Nueva o calle de La Fruta, peroa fines del siglo XVIT iba invadiendo ya la Plaza Mayor. Cuando en 1818 se inicia el derribo de la muralla la ciudad comenzaba una nueva etapa que favorecfa su expansi6n econdmica y por tanto su ere- cimiento tanto humano como espacial. Fue entonces cuando se sintié la idad de salvar Jos accidentes naturales que, en cierto sentido, ence- rraban también el nicleo primitivo de La Villa. Al ya mencionado brazo de la ria que limitaba la ciudad por su lado Norte separdndola de Sabugo : mas que la rodeaban por todas partes salvo por el Sur-Suroeste. Logicamente esta tiltima debia haber sido la direcei6n de crecimiento de la ciudad, pero las fincas de este sector pertenecfan en su mayoria a los Sefiores Ferrera y Llano Ponte quienes no cedieron sus terre- nos para ser urbanizados,® de modo que la expansién espacial de la ciudad hizo necesaria la desecacidn de las zonas marismefias que la rodeaban. El proceso de desecacisn de los terrenos pantanosos comenz6 por el brazo de El Toluergo y continué con otras zonas circundantes (Las Mea- nas, Los Molinos, El Bogabo....) hasta que ya en la segunda mitad del siglo se emprende el saneamiento de los terrenos situados en el fondo de saco de Ja rfa (al este de la Villa). La primera zona en desecarse, El Toluergo, fue tambien la primera en servir de desahogo y expansi6n a la ciudad. Este nuevo espacio urbano entre La Villa y Sabugo se dividié en tres sectores: el central, sobre ta zona denominada Las Acefias,’ se destiné a la construc- cidade una gran plaza porticada; los terrenos situados al Este de Las Ace- jias e inmediatos al brazo principal de la ria (Ilamados Ribazo de Fara6n) dieron lugar al parque del Muelle; finalmente los terrenos situados al Oes- te de Las Aceitas (denominados Las Meanas) pasaron a convertirse en el parque del Retiro. Poco después se realizaron el paseo del Muelle y lacalle de Llano Ponte. Todo este crecimiento se aprecia més claramente compa- rando el plano de la ciudad publicado en el Diccionario de Madoz ca. 1845 y el plano de Avilés de 1920. Ti. La plaza En la sesion de 7 de febrero de 1861 el Sr. Fernando M.* Ochoa, en aquellos momentos alealde de Avilés, present ante la informe sobre la necesidad de prolong ta calle de la Camara hasta el cam- po de la Merced eno solo porque asi lo exige el ornato publico, sino porque es de imperiosa necesidad arreglar el transito del puente nuevo que se halla amenazado de ruina y con una estrechez tal que imposibilita el trénsito de cartos y carruajes». Dado que esta calle estaba en la zona de La Villa, y el campo de la Merced pertenecia al desamortizado convento del mismo nombre junto al arrabal de Sabugo, la prolongacién de la calle de fa Cama~ ra exigfa la desecacién previa del brazo del Toluergo que separaba ambas zonas. Los gastos que tal desecacin exigirian podrian obtenerse, segiin el Sr. Ochoa, de la venta de fos nuevos terrenos desecados, sin embargo, el principal problema que planteaba la desecacién del Toluergo era la desa- paricidn de un pequeito «dok» o muelle que habfa cerca de la confluencia de dicho brazo con la rfa. El Sr. Ochoa, expuso una larga serie de conside- raciones de todo tipo (técnicas, econémicas e higiénicas) que aconsejaban a desaparicion de los «doks» y la conversién de la nueva zona desecada en un lugar que combinase los terrenos ajardinados con una buena plaza.t Este proyecto fue aprobado por el Gobernador el 16 de mayo de 1861, quien solicits del Ayuntamiento la formacién de un plano y proyecto concreto de las obras para su posterior aprobacién. Los planos, memoria descriptiva, pliego de condiciones facultativas y presupuesto fueron pre~ sentados ante la Corporacién en la sesi6n del 5 de octubre de 1861 por el Ayudante de Obras Piiblicas D. Mariano Alcazar. El proyecto incluia la prolongaci6n de la alle de la Camara, el cegamiento de los «doks» existen- tes, la construccién de una plaza, jardines, fuentes y paseos y el apravecha- miento de los nuevos terrenos acotados. El presipuesto, como ya habia calculado Ochoa, preveia un saldo favorable para los fondos ptiblicos, ya que él producto de la venta de los nuevos terrenos acotados alcanzaria un total de 366,000 reales, costando las obras s6lo 182.000, con lo que Ia ganancia seria de 184.000 reales, a los que habria que afiadir otros 20.000 que tenfan pensado sacar de la reutilizaci6n de la canteria de los muros ya existentes.” Este proyecto no se conserva y sobre é1 s6lo disponemos del juicio emi- tido en 1873 por el maestro de obras Francisco Condeno:* «el proyecto del Sr, Aleézat como dice bien el Sr. Domenchina est bastante lejos de serio no pudiéndosele dar ms cardcter que una idea de lo que ha de realizarse especialmente en lo que se refiere a la edificacién». De este comentario se deduce que el proyecto tenia un cardcter demasiado general, referido mas bien al aprovechamiento de los nuevos terrenos que a la construcci6n de una obra concreta, pero, pese a las criticas que recayeron sobre él, el Ayuntamiento le prest6 su apoyo y las obras se realizaron de acuerdo con lo previsto. El perimetro destinado a la plaza se dividi6 en28 solares, en cada uno de Jos cuales el propietario estaba obligado a edificar en un corto espacio de tiempo siguiendo los planos del Sr. Alcdzar. No sabemos la fecha exacta en que dieron comienzo las obras, pero tenemos noticia de que en 1873 ya se habian desecado los terrenos y estaba procediéndose al replanteo onivela- cin de la plaza. Ademés esta misma fecha figura en la entrada a la plaza por lacalle dela Muralla, En 1879 atin no estaban conchuides todos los edi- ficios, ya que algunas obras habjan sido paralizadas por no acojerse exac- tamenie a los planos de Aledzar. Este mismo afo el arquitecto municipal Pedro Cobreros hizo posible la continuacién de las obras al permitir los pequefios cambios introducidos en algunos edificios, siempre que éstos respetasen las lineas principales del proyecto. Asi algunas columnas de hierro del soportal interior evan la inscripci6n S.L. 1879 (S.L. debe refe- rirse a la fundici6n avilesina de Silvestre Lasserre) La plaza estaba orientada al exterior, es decir, sus fachadas principales eran las que miraban a la ciudad, mientras que su interior, formado por galerias de madera y cristal apoyadas sobre columnas de hierro, presenta- ba el mismo aspecto que ta parte posterior de las viviendas avilesinas del momento. Eneste sentido cia de las plazas meyores de los siglos XVII y XVIII cuyas fachadas principales daban al interior de la plaza. Cada edificio contaba con cuatro plantas: en la planta baja se instalaron locales comerciales, cafés... que tenfan su entrada principal por el exterior de la plaza y comunicaban también con los soportales interiores. Sobre este piso se levantaron otros dos destinados a vivienda y finalmente, el cuarto nivel estaba formado por una serie de pequefias buhardillas. Las viviendas estaban ocupadas en algunos casos por sus propietarios, aunque muchas de éllas fueron alquiladas. Hemos de suponer que los diferentes pisos estarfan habitados por gentes de diferente condicidn social, segtin la fuese propia o alquilada la vivienda que ocupasen. En mayo de 1863 el alcalde Fernando Maria de Ochoa informé a la Corporacién de la paralizacion del expediente instruido para «el ensanche de la poblacisn por la parte de tas Acefias y las Meanas». La paralizacién se habia producido en Madrid por «estar pendiente una resolucién general para el aprovechamiento y distribucién de los valores de terrenos que en Io sucesivo se acoten en las marismas».’ En marzo de 1866 el diputado a Cortes por este distrito informaba al Ayuntamiento de que el expediente de ensanche de poblacién se remitia al Gobierno Civil de la provincia para que se ampliase segin lo propuesto por la Junta Consultiva de Obras Pablicas. Unos dias después, el Gobierno Civil de la Provincia pedia al Ayurttamiento ciertos informes para ampliar el expediente instruido para el ensanche de ta poblacién.* Aijos después, cuando se planteen las obras de construccién del mercado, encontraremos en los informes referencias sobre su ubicacién en la «zona de ensanche». No podemos reconstruir los suptiestos de este proyecto de ensanche con ta documentacidn del Archivo Municipal de Avilés, pues no se conserva ningun expediente relativoaeste tema, y dado que una exposiciSn detallada al respecto se saldriz.de lo pre~ visto para este trabajo, hemos decidido dejar el tema en el aire para mejor ocasi6n. Sin embargo, no podemos dejar de lamar la atencién sobre la problemitica de los ensanches en estos afios: el 19 de julio de 1860 se aprueba el anteproyecto de Ensanche de Madrid del Ingeniero Carlos Maria de Castro; en las mismas fechas presenta Ildefonso Cerda su proyec- to de ensanche para Barcelona; en 1861 Posada Herrera presenta en las Cortes un proyecto de Ley sobre ensanche de las poblaciones que no legs aaprobarse; en 1864 se elabora una Ley de ensanche de las poblaciones. La plaza de las Acefias y su entorno se definieron pronto como espacios burgueses por excelencia, Ademas de la Plaza habfa en la zona parques y lugares de paseo; por uno de los extremos de la misma discurria la calle de la Cémara, donde abundaban las viviendas de prestigio y los locales comerciales; junto a su lado Norte se levant6 el teatro Iris y, finalmente, se construy6 en su interior el mercado (fig. 1), Elestado actual de la plaza no se corresponde exactamente con el disefio. original, aunque tanto a plaza como el mercado permanecieron casi intac- tos hasta 1934, La reforma de la plaza comenzé con la reconstruccién de los edificios destruidos a raiz de los sucesos revolucionarios de Octubre de 1934, Al terminar la Guerra Civil se construyeron nuevas viviendas en la plaza, respetdndose aquellas que no habfan suftido dafios. Las nuevas construcciones de los atos 40 rompen el efecto de conjunto de la plaza. especialmente por las grandes alturas que alcanzan algunos edificios. Ade- ‘més de los nuevos edificios, parte de los que aiin quedaban en pie sufrieron ‘un crecimiento en altura que transform6 su fisonomfa primitiva, Pero a pesar de todo diez de los 28 solares existentes conservan sin variaciones su arquitectura origina. UL. El mercado El primer proyecto conocido para la realizacién de un mereado puiblico en el interior de la Plaza Nueva de las Acefiasse debe al entonces arquitec- to municipal Pedro Cobreros y fue aprobado por la Corporacién el 18 de octubre de 1879. El proyecto aprobado seguia el segundo presupuesto pre- sentado por Cobreros (se diferencia del primero porque en el rechazado el Fp 2, Propet de mere de Pts Cote, made Avia 1d stab de 189, Pani sein E. Toa. z6calo era de sillerie y en el aprobado de mamposteria) que ascendia a 45.500 pesetas. Los planos, firmados en Avilés el 17 de octubre de 1879 y con la firma y sello de la Alcaldia tras su aprobacién el dia 18, constan de planta, seccién transversal y disefo de la fachada (fig. 2). En la planta puede verse que el proyecto de Cobreros no se limitaba slo a la creacién de unos «cobertizos para el mercado» sino que inclufa ademas la formacién de unos jardines también en el interior de la plaza. Los jardines ocuparian la parte central de ia misma y los cuatro cobertizos para el mercado adoptarian una planta en L yse situarfan entre los jardines y los soportales de la plaza. De haber- se llegado a realizar este proyecto el resultado habria sido de un abigarra- miento total, ya que la separacién entre los cobertizos y el soportal s muy pequeita para hacer las funciones de paseo. Los cobertizos estaban cerrados por una verja en la cara que miraba a los soportales y totalmente abiertos en la fachada que daba a los jardines con lo que hay que suponer que las compras habrian de realizarse entrando por los jardines, coinci diendo pues las entradas al mercado con las de la plaza Desde el punto de vista higiénico el proyecto dejaba mucho que desear que no habfa previstas fuentes ni entradas de agua y los cobertizos resul- ‘arian sumamente huimedos durante los meses de lluvias. Por otro lado se prevefa la colocacién de dos filas de puestos on un paseo central con lo que los puestos més cercanos al jardin tendrian su parte posterior total- mente al descubierto. Finalmenie el espacio longitudinal que Cobreros calcula para cada puesto es exiguo (70 cm.) y apenas permitirfa e! movi miento del vendedor 0 la exposicién de mercancfas. 'ste proyecto singular pero poco practico estaba muy subordinado a la jencia de los jardines en el interior de la plaza, hasta el punto de que en su aprobaci6n se planteaba el inicio de las obras precisamente por la parte destinada a jardines."° Como se vera mas adelante las retaciones de Cobre- ros con muchos de los propietarios de casas en la Plazade las Aceflas hacen pensar en cierta disposicién por su parte para favorecer los intereses y anhelos de aquellos, entre los que podria estar incluido el jardin de que se habla. El alzado de los cobertizos era de gran sencillez.como correspondfa a su finalidad, ya que si bien en los documentos relativos a estos primeros pro- yectos no hay mencidn expresa de su utilizacién s6lo para los mercados ambulantes de los lunes, este hecho aparecerd consignado afios més tarde cuando se plantee la necesidad de un mercado cubierto para su uso diario (véase pag. 14). El proyecto aprobado inclufa la creacin de un 2écalo de mamposteria de unos 50 em. de alto sobre el que descansarian 186 colum- nas de hierro de 12 pies de alto. Una de las fachadas, la que mira a los soportales, estarfa cerrada por una verja de 1,5 m. aproximadamente, quedando ‘la otra fachada libre. Sobre las columnas descansarfa una cubierta mixta a doble vertiente con varillas de hierro redondas para los tirantes y pendolones, pino de Holanda para las hileras, correas pares y cornisa y finalmente zinc para la cubierta y canalones. Elconjunto aleanza- ria una altura total de unos 5,5 m. siendo su anchura de unos 6,50 m. Esta estructura proporcionaria los dias de mercado un nuevo marco ciudadano y un techo para su desarrollo y constituiria un agradable lugar de paseo el resto de la semana." Entre la aprobacién del proyecto de Cobreros el 10 de octubre de 1879 y lasolicitud de un empréstito de 50.000 pesetas para estas obras (29-1-1880) pasa algiin tiempo sin noticias sobre el mismo. La concesiGn del empréstito no Hleg6 hasta el 26 de junio de 1880 en que una Real Orden autoriza elem- préstito de 50,000 pesetas a un interés maximo de 7% a devolder en 10 aiios con los ingresos que aporte el nuevo mercado." Sin embargo, hay que destacar que antes de la aprobacién del mismo se produjo la sustitu- cién del arquitecto municipal Pedro Cobreros sin que en los Libros de Acuerdos se refleje ninguna circunstancia especial por la que éste abando- ne 0 sea destituido de su cargo. E13 de abril de 1880 era nombrado jefe de las obras municipales el ingeniero Juan Domenchina y dos meses después se nombraba como nuevo arquitecto municipal'® a Juan Mordn Lavandera. El mismo dia de su nombramiento como arquitecto municipal Lavande- ra recibié el encargo de preparar un plano y presupuesto para proceder ala conduccién de aguas a la Plaza de las Aceftas. Como ya se ha dicho, poco después se recibia la notificacién de la concesién del empréstito (26-6- 1880) y un mes después (17-7-1880) se lefa ante la Corporacién un Informe de la Comisién nombrada para atender a la realizaci6n de las obras de la Plaza de las Acefias en el que se exponia lo si Que un grupo de seftores, algunos de ellos duefios de edificios de la Pla- za de las Acefias y otros con propiedades en la zona antigua, han decidido prestar las 50.000 pesetas necesarias para la obra en cuestidn a un interés del 7% anual, pero que imponian para ello la condicién de que las obras se realizasen de acuerdo con el nuevo plano del arquitecto Pedro Cobreros, ya que el aprobado el 18 de octubre de 1879 no reunfa las condiciones necesarias por lo que pedfan quedase sin efecto. En el mismo informe se hace referencia a que la ComisiGn consulté con los interesados en la Plaza ‘Nueva y que en su mayoria aprobaron el nuevo proyecto del Sr. Cobreros. Por su parte la Corporacién acords aceptar el empréstito y pidié al arqui- tecto municipal (por aquel entonces el St. Mordn Lavandera) que formula- se un presupuesto para el proyecto de Cobreros y lo presentase en la siguiente sesién." El nuevo proyecto del Sr. Cobreros al que aqui se hace referencia debe ser el que figura en el expediente con la firma de Pedro Cobreros en Avilés a 12 de marzo de 1880 y cuyo presupuesto figuraba unido al expediente anterior y que también esté firmado en marzo de 1880." Los planos del nuevo proyecto constan, como en el caso anterior, de planta, seccién transversal y alzado de las dos fachadas (fig. 3). Antes de pasar al andlisis del nuevo proyecto conviene hacer notar: primero, que desconocemos el motivo por el cual el primer proyecto no reun‘a las condiciones neecsarias ya que nada de esto aparece en los Libros de Acuerdos; segundo, llamar la atencién sobre el técito acuerdo entre Pedro Cobreros y un grupo amplio de propietarios de la Plaza y tercero, destacar el poder econémico de dichos propietarios (recordemos que uno de ellos, et Sr. Villamil, perten cfa.a la Corporacién) y sobre todo los medios que utilizaban para hacer que los edificios puiblicos se amoldasen a sus intereses particulares, oye demoed Coe. Fran Aa ear de 80, nn en face EI disefo presentado por Pedro Cobreros en 1880 es radicalmente Aistinto del propuesto por él mismo el aio anterior. En el primer proyecto habjamos visto que el espacio central de la Plaza era ocupado por jardines mientras que ahora este espacio es el ocupado por el mercado, quedando libre todo lo que en el primer caso se destinaba a cobertizos. Por otro lado los cuatro edificios del proyecto inicial fueron sustituidos por un gran y ti co rectangulo. Las entradas al mercado se plantearon como continuaci nes de las de la Plaza y coincidiendo con ellas se marcaban en el interior del recinto dos ejes que se cruzaban y constitu‘an los pasillos de circulaci6n. Habia ademés otros dos pasillos que recorrian el mercado en paralelo a su lado largo y que carecfan de salida propia. Los puestos se distribufan en cuatro hileras que apoyaban bien sobre las paredes exteriores, bien sobre las filas de columnas que separaban las naves. Dado que en este caso los puestos aparecen claramente sefialados en planta cabria pensar que Cobreros pretendia instalar un mercado para puestos fijos y no para ven- dedores ambulantes como en el caso anterior. Sin embargo, no tenemos confirmacién de esto ya que los proyectos de Cobreros carecen de memo- ria explicativa y en los Libros de Acuerdos no hay referenciasal respecto. En cuanto al alzado, podemos apreciar en el corte transversal la division en tres naves a través de dos filas de columnas, la nave central, de unos 10 1m, de ancho, acogerfa dos filas de puestos mientras que las laterales, de unos seis metros, acogerfan s6lo una fila. La cubierta, comén a las tres naves, es a doble vertiente y presentaba un desnivel muy poco pronuncia- do. Este planteamiento de cubierta tinica para las tres naves era indudabi mente mas problematico que una cubierta triple"®y sus resultados estéticos ‘menos armoniosos ya que, a fin de apoyar la armadura sobre una base am- plia, las columnas se abrfan en su parte superior dando lugar a tridngulos con un lado curvo, formados estos tiltimos con diferentes radios y en la armadurase harfan tres irantes, uno para cada nave, a diferentesalturas, Las fachadas, pos lo que se refiere al diseflo general, pueden relaciona se con las de Candido Gonzalez. para el mercado de Jovellanos en Gijén (1867-1875) lo que no resulta extrafio dada la popularidad alcanzada por este tiltimo y su importancia arquitect6nica en el Ambito provincial. Sin embargo, el disefio de Cobreros adolece atin de cierto apego a tos modos y materiales tradicionales, que C. Gonzalez habia superado ya, En ambas fachadas el elemento constructivo basico son columnas de hierro unidas mediante series de arcos rebajados y cerradas en su parte inferior por ‘medio de muros, sin embargo, en el mercado de Joveltanos a cubierta des- cansa directamente sobre una cornisa también metalica formando dibujos geométricos, mientras que en el disefio de Cobreros aparece una cornisa tradicional de piedra de Solis. Ademds, en la obra de Cobreros el disefto del muro que recorre la parte inferior del edificio, realizado a base de pie~ dra y ladrillo de asta entera, adquiere un valor decorativo reservado en et mercado gijonés s6lo al hierro. Aunque este segundo proyecto de Pedro Cobreros es evidentemente més moderno y de mas calidad que el primero, tenfa ensa contra el aspecto econémico ya que el presupuesto necesario para la realizacion de tal obra ascend (a a 82.484 pesetas, cantidad muy superior a la cifra barajada en el primer caso. Como se recordar la Corporacién habia pedido al arquitecto municipal Sr. Mordn Lavandera la formacidn de un presupuesto basado en este segundo proyecto de Cobreros, el cual, finalizado por aquel el 4 de agosto de 1880, estaba acompariado de un amplio y detallado escrito en calidad de Condiciones Facultativas."” Sin embargo, entre el 17 de julio y el 4 de agosto habfa sucedido un hecho que hizo innecesaria la presenta~ cién de la memoria y presupuesto a la Corporacién: el 31 de julio Dita. Saturnina Garefa Santa Marina habia propuesto al Ayuntamiento ser ella la que realizase eh empréstito de 50,000 pesetas para las obras de la Plaza a un interés del 6% y sin condici6n alguna referida ala realizaci6n técnica de Ia obra. Ante tan ventajosas condiciones la Corporacién acepto et nuevo empréstito quedando libre de exigencias respecto a la obra en cuestion. De esta forma resulta comprensible el hecho de que el 14 de agosto de 1880 Juan Moran Lavandera presentase ante ta Corporacién un nuevo proyecto de mercado formado por planos, presupuestos y condiciones facultativas, cuya construcciGn ascenderfa a 48.659 pesetas. El proyecto de Lavandera era bastante més seneillo que el tltimo proyecto de Cobreros, pefo se ajustaba mucho mejor a los presupuestos econdmicos del Ayunta- miento, por lo que nadie se preocups ni de su calidad constructiva ni de su aspecto estético. El proyecto de Lavandera volvia sobre la idea primitiva de cobertizos abierios para puestos ambulantes, pero su disposicién en el interior de la Plaza era totalmente distimia a ta propuesta por Cobreros en 1879, El disefio que se conserva de la planta no coincide exactamente con lo que se construy6 ya que segim reza en el propio plano el proyecto primitivo inclufa dos galerias cubiertas divididas en 4 grupos, mienttas que en el pla- no aparecen otros 2 cobertizos en el centro que no llegaron a construirse.' ‘Las cuatro galerias realizadas estaban completamente abiertas (fig. 4) y se rodeaban con una acera desde la cual se accedia a las galerfas por uno de sus lados cortos, ya que éstas se levantaban sobre wn zécalo de 30 cm. Las columnas de hierro fundido, que descansaban directamente sobre el z6ca- {o, sostenfan una armadura con estructura de madera y exterior de zinc Fig 4 Pryce nerenade un Morn Levander, Firmen Avs 2d apt 8, Aldo (eps Tra, que cubria la galeria y salfa en voladizo sobre las aceras. La cubierta, a cuatro vertientes, combinaba la madera de pino de Holanda para la estruc- tura, con el pino rojo para los adornos de voladizo. Tanto las columnas de fundicién como las partes visibles de madera irfan pintadas. La duracién de las obras debia de ser de 8 meses y los plazos se cumplieron con escasos retrasos, de modo que el 14 de septiembre de 1881 se remat6 Ia cubierta de los tendejones Existe cierta similitud constructiva entre las galerias disefiadas por Mordn Lavandera y un proyecto de mercado que no llegé a realizarse del arquitecto Martin Saractbar para Valladolid fechado en 1862. En ambos casos se trata de un grupo de galerfas con z6calo de piedra sobre el que se Jevantan una serie de columnas de fundicién que sostienen pesadas cubier- tas de madera a cuatro vertientes y cuya decoracion se concentra en la zona del alerén."" Si tenemos en cuenta que los mercados eran edificios con una finalidad muy concreta y que durante la segunda mitad del siglo XIX abun- 6 este tipo de construccionesen Espaita, no seria aventurado pensar en la existencia de una serie, relativamente reducida, de modelos posibles cono- cidos por todos los arquitectos. Sabemos que existian catalogos de mode- los para diferentes tipos de construcciones® y muy bien podrfa haberlos habido para los mercados. Por otro lado, la formacién de los arquitectos oirecia posibilidades bastante limitadas por estas fechas, por lo que en su tan mayoria tendrian unos conocimientos basicos comunes que podrian explicar tales similitudes. Las cuatro galerfas que legaron a realizarse apenas servian para cubrir las necesidades del mercado ambulante de Jos lunes, de modo que la ciudad seguia sin contar con un marco adecuado para el mercado diario. Moran Lavandera fue el primero en darse cuenta de ello y apenas un mes después de terminadas las obras present6 ante la Corporacién un antepro- yecto para la construccién de dos galerfas cerradas junto a las ya existentes {que son las que aparecen en la planta actual.”' Este anteproyecto pasé ala ‘Comisi6n de Obras Publicas para su estudio, pero antes de que aquella dic- taminase al respecto el Sr. Moran Lavandera present6 su renuncia al cargo de arquitecto municipal alegando motivos de salud.2? El anteproyecto del Sr. Moran Lavandera no habria solucionado tampoco el problema dado que la ampliacién que se proponta resultaba igualmente exigua. Tras la dimisién del Sr. Lavandera la Corporacién encarg6 al entonces Arquitecto Provincial Javier Aguirre Iturralde que preparase un proyecto de reforma de los cobertizos existentes a fin de convertirlos en un lugar habil para la realizacién del mercado diario. El nuevo proyecto de reforma fue presentado para su aprobaci6n en los primeros dfas del mes de enero de 1882, Javier Aguirre Iturralde era natural de San Sebastién y habfa cursado estudios de arquitectura en Madrid donde conocié la obra de Jarefio quien influiria en cierta medida en su producci6n. Llegé a Oviedo en 1878 donde ejercis camo Arquitecto Provincial hasta poco antes de 1900. Sus primeras obras en la ciudad fueron de restauraciones y ampliacién de edificios en la zona antigua, pasando a finales de la década de los 80 a la construccién de viviendas de calidad en el barrio de Urfa, también en Oviedo.” El ano 1882 fue importante en su carrera pues en ese mismo afio proyect6 tres mercados, dos para Oviedo (E1Progsese y 19 de Octubre) y uno para Avi- 1s (Las Aceias). De sus proyectos para Oviedo sélo llego a realizarse et del 19 de Octubre junto a la Plaza del Fontiin, mientras que el del Progreso © Santa Clara se vio desplazado por un proyecto de Miguel de la Guardia. ‘También en la década de los 80 present6 Aguirre varios proyectos para la realizacién de un pasaje cubierto en Oviedo que no Ilegaron a levarse a cabo. Su obra mas destacada dentro de este grupo que podemos denomi- nar arquitectura del hierro fue e) proyecto para el auevo Hospital-Manico- mio de Llamaquique que obtuvo la medalla de oro en la Exposicion Inter- nacional de Barcelona en 1888. Aguirre solfa acompafiar sus proyectos de extensas y detalladas memo- ativas que normalmente inclufan una serie de consideraciones relativas a la utilidad de los proyectos, a las circunstancias socioeconémi- cas que los rodeaban y « los principios estéticos seguidos por él pa lizacién de los mismos. En el proyecto de reforma para el mercado de las Acefias tales consideraciones revisten especial interés: Comienza el Sr. Aguirre indicando la conveniencia de realizar un pro- yecto nuevo que se amolde a las necesidades reales de una poblacién que en aquellos afios contaba con unos 5.000 habitantes y resaltando asimismo clinconveniente que las cuatro galerias construidas por Morn Lavandera suponen a la hora de plantearse una ampliacisn de lo existente. Por ello afirma que su primera intenciGn fue derribar aquellas galerfas y realizar una nueva obra cuyo material basico fuera el hierro, sin embargo la Comi siGn de Obras Piiblicas le disuadié de ello en base a consideraciones finan- cieras. Se muestra luego muy preocupado por la falta de unidad que tendré el nuevo mercado al poseer las galerfas ya construidas, armadura de made- xa, y la nueva nave proyectada por él, armadura metélica. Finalmente se declara firme partidario de las armaduras de hierro porque estas pueden salvar vanos muy amplios sin necesidad de apoyos. El proyecto de ampliacién de Javier Aguirre consistié basicamente en unir las galerias existentes mediante una gran nave de 16,50 m. de ancho cubierta con armadura metélica de doble pendolén sobre la que descans rian laminas de zinc ondulado. La luz entraria de dos lucernarios de cristal situados en el techo. En las gelertas laterales rebajé el z6calo de 50 cm sobre el que se levantaban, y colocé su piso en la misma rasante que el ensolerado de la plaza, de esta forma no tendrfan que llevar la nave central y podrian aprovechar los materiales de derribo para los dos z6calos de los ‘nuevos frentes. Finalmente procedié al cierre de las galerias mediante un zécalo de ladrillo fino de una altura aproximada de un metro y sobre éste colocé un cierre de cristales en forma de persiana para que facilitasen la ventilacién del local (fig. 5) Fg. 5. Proyectde meri ener Age Ite, Fema en cer de 12 Facade Tor EI proyecto de Aguirre fue, sin duda, el més atrevido y moderno de todos y confirmaba claramente su profundo conocimiento sobre la arqui- tectura del hierro. La reforma y ampliacién llevada a cabo por Javier Aguirre le dio al mercado el aspecto que, salvo pequefias modificaciones,* mantuvo hasta mediados del siglo actual. En estas fechas una nueva ampliacién cambié radicalmente su aspecto tanto exterior como interiormente. El resultado no fue estéticamente muy feliz sobre todo por la utilizacién de hormigén y el radical cambio de estilo arquitecténico. El mercado avilesino ha tenido una compleja historia en ta que si hemos de resaltar alguna constante serd su continua necesidad de ampliacion. Esta necesidad estuvo presente desde su origen y lo esté ain en el momen- to actual en que se proyecta trasladar el mercado un nuevo local. Por otro lado, la creacién del mercado en el interior de la plaza no tuvo muy buena prensa en algunos sectores, como muestra hemos escogido estos dos parrafos: se cometi6, sin embargo, el tremendo error de construir en el centro (de la Plaza) un mercado cubierto que la hace desmerecer por el mal efecto que produce y otros inconvenientes; mas es de esperar que con el tiempo se traslade el mercado a otro sitio, dejando para mas jardines la plazuela interior...» Julién GaRcia sas MiourL «Avilés en Asturias de BELLMUNT ¥ CANELLA (1895), pp. 285-46 «Hoy, la plaza de abastos resulta pequefia para cubrir las necesidades de la localidad en dias de mereado, y un adefesio en el sitio en que se encuentra por su pardsita proporcién, reclamando la higiene y el ornato su pronta desaparicién, convirtiendo su solar en jardines, levantando luego otro edificio en sitio espacioso, alegre y ventilado, en relacién con la importancia que el mercado de los lunes tiene en nuestra villa, que és uno de los més concurridos de la provincia...» Marael ALVAREZ SaNciEZ, Avilés, Leyendas. Apuntes de novela, Anéedotas. Hijos Iustres. Cariosidades historicas (1927), pp. 373-14. Notas, 1, Sobre argues yurbanso de Aiken losis XVI y XVII pueden consllareeRawatio ‘Asso, Geman [argue citanunana, Yio emote no plead 2. nto referee a linea pnerals dela evolu bana de Avis hems epi cl ato de Guiermo Monsursndastayeipaco urbana en Aisa embaro, eso relaivo sls Parade as ‘Acct dato os crs 0 coc ‘Accias ta nombre de fos los de age qu habia a na Lio de Acer de os os 14 63. Foi 12-16. Sein 7-2-1865, Lode Aeseron Ib, Foo 240-1, esn 5.101861 Ese, Francisco Condeno fu uno eYstcniosconslladesen 1873 ea Plaza: FISs- Juan Domtench Slome 242 relerido a 1873, 7. Libro de Acuerdos 160.63, Folio 381 Sesin 25-1863. 8, Libro de Acuerdos 1864-67. Folios 20-2, Sesiones 7-4-1866 y 21-4186, 9, Lie de Acuerdos 1878-791879-80. Foo 76 10, tae. 11, Expodiente mercado, Carpeta 24.N° 2451879, 12, iva de Acuerdos 1878-71187.80. Folios 126.27 9207 13, Libeo de Acuerdos1878-79/189.8), Folios 179 197. Para obi la vacant del argu ‘ho se presenta dos istancias: Juan Morin Lava anny Mar natural de Vents con Peas As secede alearpo se requeyala peesenacion del itu. San Fesands. 14, Libro de Acverdos 1880 81/1889 8, Foto 14 15, Fleonjunto de proyecta yexpedienesincuidos el apatado Mercado Publics Caja 2 del Ach ‘vo Municipal ha indseidoa otros autores a eroes sobre laistria del mexado debido avai ale- faciones de orden ius que n se correapongen conf que les sgue, Porelloy paraamhar questa Informacion hemor rceumido alos bos de Acuerdos gus presentan Una flac scrada de Tos BO yest ylasrazonce gue assent los ierentes cambios. 16, Ekmismo problema entre cubicrta nica rp le habla planteade a Cindido Gonzsley, maestro cobras dela iadad de Oviedo autor de lon dos primeros mereado cubietos de a prove el de “Trascortalesen Oviedo (1882-47 y el de Jovllanos en Gijon (1857.73). Ete primer eat haba et plead cubiertasniea yea el segundo haba ester la cyber tripe po eonsidearta mas Dell Economica, Vene al especto Jose Ramin FuRNANDE? Moxey lun Gow? ceMontvon. 2 argu ectra del erro on Astras, pp. 813. 1. Expediente 24S. Carpeta 24. Mereados. Af 1880 18. proyecto mensions 6lolos cuatro gros de gaerias que aparece etna enc plano, en chon rato de as columas de ier encargass a fundicgn del Sr. Siveste Lassrte de Aviles aparecen mencionase slo la 98 columns necestis pasa las cuatro galris Sefaladas yen el provecto de Feforma que mis adelame presentard el arquitecto Javier Agate Iuralde se menciona como cons trudas Soo as cuato galeria, todo co demuestra que ls dos paleriascenrales que aparece ene plano acualyquc habla sido propacstar pore! propuoMcris Lavandeve poco despucedterminadss {as euro galeria miles no egaron a onsite. 19, Libro de Acuerdos I880-81/881-82, Folio 9. Sesin 110-188 2. utr i ie de ut ‘SUSE a ger ese at REA 21, Libro de Aeuesdos 180-S/1884-82. Folio %. Sesin 19-40-18 22, Linco de Acuerdos 180-81/181-9, Fol 127, Seon 10-2 188 23. Monaues Sato, M.* Cruz. Ovledo. Argitectray desarrollo urban. 24, Reforma de unos lucetnatios por Francisco Cauda en 1884, el proyecto derepanteo ngenier,taven fue coasltado sobre el mismo tema Expe BIBLIOGRAFIA ‘Awyansz Sanetrz, Manuel, Avlés Leyendas- Apuntes de novela, andedoas. Hijos tures. Carosdades historias mprent»G, Hlersndeey Galo Sez. Mari, 1927 Asias Garcia, David, Historia general de Aves yu Comer. Grficas Summa. Oviedo, 1973 (Original, 1992), LBpssots Cow, Matin. Géndssyevolucn del derecho urbanstic espanol (1812-1982 ed, Montecorv, Maia, 1773. Bexevoto, Leonardo, Misra de le arguitectura moderna 8 G.G, Batcelon, 1977 Boxter Conse. «Coneepde Plaza Mayor en Espata dee el siglo XVI hasta nuestuos dase en Morf: logiayurbaniomo dG. Bateclon, 19. Femnanc Mousa, JR. GonzALez MOnIVON, La arguitecura de erro en Asturias Ganctasne Movs, Juli. 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