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Hablar de maternidad subrogada en el Perú, es hablar de un tema que despierta muchas

polémicas por cuestiones culturales e ideas filosóficos y religiosas de corte conservador en las

que la figura de la madre es una figura central y sagrada, además se caracteriza por tener un

carácter comercial. Frente a lo descrito, planteamos la siguiente controversia ¿Consideras que

la maternidad subrogada o también llamada vientre de alquiler constituya una alternativa viable

de ser aplicada en nuestro país para atender los casos de crisis de infertilidad? Desde mi punto

de vista considero que no debe constituirse como una alternativa viable para ser aplicada en

nuestro país y atender los casos de crisis de infertilidad. A continuación, con argumentos

sólidos defenderé mi postura.

La maternidad subrogada no constituye una alternativa viable de ser aplicada en nuestro país

para atender los casos de crisis de infertilidad porque se ha evidenciado que en otros países

existe un abuso de las situaciones socioeconómicas que atraviesan las mujeres gestantes y son

utilizadas como objetos de comercio. En cuanto a lo argumentado es oportuno e importante

definir maternidad subrogada, esta se define como el alquiler de un vientre que supone la

utilización de la mujer como un instrumento de reproducción. Es decir, se asume como un

modelo mercantilista que atenta contra los derechos humanos, por lo tanto, se da la

manipulación y explotación de la mujer. Con el propósito de ilustrar esta acepción es

importante conocer una información relevante. Según un documento hecho por el Grupo de

Opinión del Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona (2019) señala

su desacuerdo sobre la gestación por sustitución en España. Al respecto, considera que es una

práctica que abre las puertas a la explotación de la mujer, enriquece a las agencias o

intermediarios que buscan a gestantes dispuestas a alquilar por dinero sus vientres y fomentan

situaciones comparables con la esclavitud. Además, afirma que no es una técnica de

reproducción asistida más, pues exige la participación de una mujer en el proyecto


reproductivo ajeno que es, cuantitativa y cualitativamente, distinta a cualquier otra

colaboración reproductiva.

No es oportuno, considerar a la maternidad subrogada como una alternativa viable que atienda

los casos de crisis de infertilidad en nuestro país, ya que generaría un atentado contra la

dignidad y los derechos de la mujer e infante. Este método de gestación, ocasiona la

mercantilización de las mujeres, pues se utiliza su cuerpo y sus funciones reproductivas como

una mercancía, de esta manera en muchos casos alquilan su vientre, a cambio de una gran

cantidad de dinero. Por lo que el acto de vender u ofrecer el cuerpo entraña un grave problema

social y humano.

Por eso esta situación, ocasiona que la mujer prestadora de útero, sea vista y utilizada como

una máquina reproductiva, lo cual conlleva a tener riesgos psicofísicos derivados del

embarazo, fluctuaciones en el estado de ánimo, hipersensibilidad emocional, inestabilidad,

preocupación y somatizaciones. Al mismo tiempo, existe tristeza por la pérdida del estado

anterior, así como por la pérdida de atractivo físico y de la independencia.

De la misma manera, la madre al entregar su hijo por un acuerdo establecido, ya sea por una

retribución económica o por motivos altruistas, se establece un vínculo madre-hijo que produce

que en muchas ocasionas sea difícil de entregarlos.

En síntesis, de acuerdo a los diversos casos argumentados se puede reafirmar que la

maternidad subrogada no debe ser considerada u oportuna como una alternativa viable en
nuestro país para atender los casos de crisis de infertilidad. No obstante, se exhorta a la

sociedad a tomar conciencia sobre las consecuencias que puede provocar si se llegara a

legalizar esta práctica

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