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Luvina ete crests del eld Line el ato xo mis agado de ea pied gris con la que be- cen flo © ieee ice cal li ie eam Singin provecho. All lalaman pieda crud, y ls loma que sube haa Lavina la nombran nesta de la Piedra Crada, Bl ahr y el ole an eneargad de desmenucara, de modo que Ja iea de poral ex blanca y brilante como 3 estuviera to ciale Heme pr loc 2 amaneer aunque eto es pro decin pore en Luvina los das son tan fos como las fochesy el rod se cusja.en el elo antes que leguea caer so. Bee le tee Ya dem es erapinada. Se desgja por todos lads en ba rrancas honda, de‘un fondo que te pierde de tan Igjano. ican los de Lavina que de aqudllas barrancassuben los sue fos pero yo lo nico que vi sbir fi el viento, en remolina, ‘como sali abajo To tuviean encahonado en tabos de cart. Zot. Un viento que no deja crecer na las dulcamaras eas plana utes que apenas pueden vivir un poco untadas a {etiem, agamades con todas sus manos al despefadero de los ‘monte Slo a veces ali donde hay un poco de somnbra, Condido entre ls pirias, oreceelchicaote con sos aepo- tas blanca. Ter el chicalote pronto se marcha. Entonces tuno To oye esgfiand el ire con sus ramnasespinosas, hat © erin ca, 2 dca pata de tall espinoso; juga seus conte veneno de \ las 2 ciendo un ruido como el de un cuchillo sobre una piedra de afar mirari usted ese viento que sopla sobre Luvina. Es monday ima secratnnes = aia aeee Lavina prendiéndose de las cosas como si las mordiera. Y so- iateieeiatet ohana ra.un sombrero de petate, dejando los paredones lisos, desco- bijados. Lago fasca como si tuviera ufias: uno lo oye a ma- pea ee oa pote rel tk eed mem ier ashe ae oe honors que aaba se qued clo : a ah sando hacia afuers, Bet anny angen es aguas por las ramas de los camichines; el rumor del aire mo- viendo suavemente las hojas de los almendros, y los gritos de poamaceenere Sotieed core tena Sat fee hceeen tee chamuscadas. 'Y afuera seguia avanzando la noche. re anion —Otza cosa, sefior, Nunca verd usted un cielo azul en Lar vina, Alli todo si nenzonte esth es ape ‘eo pel, sin un dbl, sm wn cons vere para descansar los ojos todo envuelio ene clin?ceniciento, Ute verde oe peisae aoe een “ha en el mip allo, coronindolo conse Banco casei como si fuera una corona de muerto... vata aon. 4 Come mosques (noctemos qe van ala ie 9 Tale sir eaginsa. “= 413 1Los gritos de los nifios se acercaron hasta meterse dentro de 1a tienda, Bs hizo que el hombre se levantara, fuera hacia la puerta y le diera:« Vayanse mas lejos! iNo interrumpan! St an jugando, pero sin armar alboroto.» . TLuego, drigiéndose otra vez a la mesa, se sentd y dij: Pus si, como le estaba diciendo. Alla llueve poco. Ame diados de afo llegan unas cuantas tormentas que azotan la tierra y la desgarran, dejando nada més el pedregal flotando encima del tepetate. Es bueno ver entonces como se arrastran las nubes, c6mo andan de un cerro 2 otro dando tumbos como sifieran veligas infladas; rebotando y pegando de tuc- os igual que ise quebraran en filo de ls banancs, Pero después de diez o doce digs se van y no regresan sino al ao siguiente, y a veces se da el caso de que no regresen en varios neve poco. Tan poco o csi nada, tanto qu ate sma, adems de eour resecay achicada como cuero vio, se ha enado de rajaduras y de esa cosa que alli llaman “pasojos de ua”, que no son sino terrones endurecidos como piedras losas, que se clavan en los pies de uno al caminar, como si re hasta a la tierra le hubieran crecido espinas. Como si asi ‘bis la ceryeza hasta dejar slo burbujs de espumaen a botella y siguid diciendo: “Por cualquier lado que se le mire, Luvina es un lugar may wate ted queef als se dad cacao dita oe ss toga ‘donde anida la tristeza. Donde no se conoce la son- fs como sa toda In gente fe hubleranentblado i car Yseds quiere puede ver eae tasteen ls ore que ques El aire que alli sopla la revuelve, pero no se la lleva nunca. Es all Somo sll hub nade has se puede pobat Y seni, porgpe stl sempre encima de tno, apetade conten de uno, y porque es oprimente como una gran cataplasma so- bre la viva came del corazon. SDicen log deal que cuando llepa I ana, vende bulto Ja figura del ae recorriendo las calles a aan pan rattan cob nop ero Ye sempre loqueligul ave, Set RS ES os a ica 4 Pero témese su cervera. Veo que no le ha dado ni siguiera uuna probadita. Témesela. © tal vez no le guste asi tibia como esti. ¥es que aqui no hay de otra, Yo sé que asi sabe mal; que ‘agarra un Sabor como a meados de burro. Aqui uno se acos ftumbra. A fe que alla ni siquiera esto se consigue. Cuando Yujaa Lavina [a extras, All no pod probar sno un mez ‘calf que ellos hacen con tna yerba llamada hojase,y que alos primeros tragos estard usted dando de voleeretas como si lo Eacamoteran’. Mejor times su carveza Yo sé Jo que le igo ‘Ald afuera seguia oyéndose el batallar dl io, El zumor del aire, Los nifios jugando. Parecie ser aun temprano, en la noche 'B] hombre se habia ido a asomar una vez mis la puerta y habla vuelto, ‘Ahora ven{a diciendo: —Resulta fic ver las cosas descle aqui, meramente traidas por el recuerdo, donde no tienen parecido ninguno, Pero a ‘ino me cuesta ningiin trabajo seguir habléndole de lo que sé, traténdose de Lavina, All vivi. All dejé la vida... Pui a ese Tngar con mis ilusiones cabales y volvi vie y acabado, Y aho- sa sted va para all. Esté bien. Me parece recordar e princt- pio. Me pongo en su lugar y pienso... Mice usted, cuando yo ltegué por primera vez 2 Luvina... Pero me permite antes que sme tome su cerveza? Veo que usted no le hace caso. Y @ mi ime sirve de mucho. Me alivia, Siento como si me enjuagaran la cabeza con accite alcanforado.... Bueno, le contaba que ‘cuando llegué por primera vez 2 Luvina, el aero que nos le ‘v6 no quiso dejar ni siquiera que descansaran las bestias. En ‘cuanto nos puso en el suelo, se dio media vuelta: Yo me vuelvo —nos dij. 2—Epers, ino vasa dejar Sstear tus animales? Estin may ‘Agu! se fregarian* ms —nos dijo—. Mejor me vuelvo. ea guint es sic el maguey, des piso cas. 2 Comet ‘como aio sands © seen: fan, se eosopean- 45 Y se fe, dejindose caer por la Cuesta de la Piedra Cruda, cspoleando’ sus caballos como si se alejaa de algin lugar en demoniado »Nosotros, mi mujer y mis tres hijos, nos quedamos all, parados en mitad de la plaza, con todos nuestros ajuares en fos brazos. En medio de aquel luger donde s6lo se ofa el viento, Una plaza sol, sin una sola yerba para detener el aire. Alli nos quedamos ~Entonces yo le pregunté a mi mujer: s—Ein queé pals estamos, Agripina? *Y ella se ala de hombros *—Bueno, sino te importa, ve a buscar dénde comer y bn paar la noche. Aq te aguartamos —te de. willa agarré al mnds poqueho de sus hijos y se fe. Pero 00 regess “Al atardecer, cuando el sol alumbrba sélo las punta de Jog certos,fuimos a buseara, Anduvimos por los ealljones Ae Lavina, hasta que la encontramos meta el iglesia: sem fada mero en medio de aquella iglesia solitaria, con el iio Alormido entre sos piemas- Qu haces ag, Agipina? RS brent >—Para que? He pregunté yo. Falla se ties de hombros : 5 Thin habia a quin resale. Era un jacaléa? waco, sin ppucras, nada mas con unos socavones abiertos y un techo Feoquebrajado por donde se colaba el are como por un codtze, "EDénde est la fonda? >No hay ninguna fonda Ydmessae A SIRken! ine alguien aqul? le pregunté TWiste& alguien? £Vive alguien aqul? te pregun "—Siallfenffente.. Unas meres. Las sigo viendo. Mia, all was fas rendljas de esa puerta veo bila fos oj08 ue nos * Fis Baran 116 ‘iran... Han estado asomndose para acé... Miralas. Veo las bolas brillantes de sus ojos... Pero no tienen queé daznos de co- ‘met. Me dijeron sin sacar la cabeza que en este pueblo no ha- Dfa de comer... Entonces entré aqui a rezar, a peditle a Dios por nosotros. »—aPor qué no regresaste alli? Te estuvimos esperando. Raubal its No he teminadotdevn >—2Qué pais es éste, Agripina? Yells vovie@ alzatse de hombros. »Aguella noche nos acomodamos para dormir en un sis bn dela iglesia, detis del altar desmantelado, Hasta all le gaba el viento, aunque un poco menos fuerte. Lo estuvimos coyendo pasar por encima de nosotros, con sus largosaullidos, lo estuvimos oyendo entrar y salt por los huecos socavones de las pura; golpeano con sus mano de ie as eres dl viacrucis: unas ctuces grandes y duras hechas con palo de mezquite que colgaban de las paredes a todo lo largo dela iglesia, amamradas con alambres que rechinaban a cada sacud- dda del viento como si ftera un rechinar de dientes. so ifs loraban porque ng os dab dori miedo, Yk myer matando deters «tados eae se bros, razando su manojo de hijos. Y yo ali, sin saber qué hacer ‘Poco antes del amanecer se calm6 evento, Despuss re ‘ei6. Pero hubo un momento en esa madrugada en que fodo se quedé tranquilo, como si el cielo se hubiera juntado ‘on la tera, aplastando ios ruidos con su peso... Se ofa la res piracién de los nifios ya descansada. Oia el resuello de mi ‘mujer ahi a mi lado: Ga ee » iQue es qué? —fe pregunté. Boo, el ido ee »—Es el silencio, Duérmete. Descansa, aunque sea un po- ‘quito, que ya va a amanccer »Pero al rato of yo también, Era como un aletear de murcié- lagos en la oscuridad, muy cerca de nosotros. De murciéla de grandes alas que fozaban el suelo. Me levanté y s¢ oy6 el alter mis fuer, como le parvada de murcieags se x biera espantado y volara hacia los agujeros de las puertas. En- tonces caminé de puntitas hacia all, sintiendo delante de mi 47 quel murmullo sordo. Me detuve en la puerta y las vi. Via {Stas as mujeres de Lavina con nara bomb, con el rebozo colgado de su cabeza y sus figuras negras sobre el ne- 210 fondo de la noche. sgt aren ls pregunté—. éQué busca ets »Una de ella respondié: *ypames por agua Las vi parsdas frente a m{, mirindome. Luego, como si facran sombras,echaron a caminar eae abajo con Sus negros Gintaros. No, ose me ovat jams es primes noche ae past ‘nuiNo ctee usted que esto se merece otto trago? Aunque sea noms para que sme quite el mal sabor del recuerdo." —Me parece que usted me pregunté cuintos aos estuve en Luving, verdad, La verdad es que no lo sé Prat la no- dn del demo desde qe las fiebres mela enrevesazon; pero Sebi be dow eed." ae ale temp Nadie lleva la cuenta de las horas ia nadie le Frcdeure camo ran arontonanioe los se, Los cla co Faienzah y sc acaban, Luego viene la noche. Solamente el dla Yla noche hasta el dia dela muerte, que para ellos es wna es PerDoted ba de Ie estoy dando vuet Usted ha de pensar que le estoy da 6 a una mis sna iden. Y asl sefon. Estar sentado en el umbral de a ‘peta, rirando la sada y fa puesta del sol, subiendo y bajarr Go fa cabeza, hasta que acaban aflojindose los resorts y et tonces todo se queda quiet, sin tempo, como # se wviera Siempre en laetemidad Eso hacen al os vi Porque en Luvina s6lo viven los puros vejos y los que todavia no han nacido, como quien dice... Y mujeres sin faerzas, casi tabadas de tan facas. Los nifios que han na- ido ali se han ido,~. Apenas Tes clarea el alba y ya son hhombres. Como quien dice, pegan el riaco del pecho de la madre al szadé y desaparecen de Lavina, Ast esa la 18 »Sélo quedan los puros viejos y las mujeres solas, o con ‘un marido que anda donde slo Dios sabe dénde... Vienen de vez en cuando como as torments de que le hablba oye un murmullo en todo el pueblo cuando regresan y uno como grufido cuando se van... Dejan el costal del bast ‘mento para los viejos y plantan otro hijo en el vientre de sus mujeres, y ya nadie vuelve a Saber de ellos sino al aio siguiente, a veces nunc... Bs la costurbre. Alle dicen la le, paz eo miko. Lot nor ge pasan la vida trabajando para los padres como ellos trabajaron para los su ferme qin sabe cintos ats de ellos cimpiron ton 5 ey. “Mientras tanto, os vijos aguardan por ellos y por el dia dele met, entades ns pt oe brazos caidor, movidos s6lo poresa gracia que es lagratitud del hijo... Solos, Shaguell wledad deLaving Seti Un dia traté de convencetios de que se feran a oro lugar, donde la tiera fuera buena. “iVimonos de aqui! —les die— No faliaré modo de acomodamos en alguna parte. El gobier zo nos ayudar.” * »Ellos me oyeron, sin parpadeas, mirindome desde el fon do de sus ojos de fos que sblo se asomaba tna hucecta all muy adentr. Dies gue a gobiemo nos ayudar, profesor? 27 no conoces al gobiemo? ‘Les dije que sl. »—Tambitn nosotzos lo conocemos, Da esa casualidad, De lo que no sabemos nada es de la madre del gobierno, >No les dije que era la Patria. Ellos movieron la cabeza di ciendo que no. Y se rieron. Fue la tinica vez que he visto reit ‘la gente de Lavina, Pelaron sus dientes molenques!y me d- jeron que no, que el gobierno no tenia madre. »Y tienen tazén, ‘sabe usted? El sefor ese slo se acuerda de ellos cuando alguno de sus muchachos ha hecho alguna fe- choria acd abajo, Entonces manda por él hasta Luvina y se lo rmatan. De ahi en mis no saben si existe. "sees mloges: desta ug »—Ti nos quieres decir que dejemos Lavina porque, se in cya esuvo bueno de aguanta hambres si neces hse dijeron Pero si nosotros nos vamos, équign se lleva ta miestros muertos? Ellosviven aqul y no podemos dejar fos les. wall siguen. Usted los verd ahora que vaya. Maseando Dagazos de mezquite!" seco y wagindose su propia salva para engatar el hambre. Los mirard pasar como sombras,repeaa os al nnaro de las cases, asi arastrados por el viento, “No oyen ese viento? —lesacabé por decir—. Bl acaba shcon ustedes. o Dura lo que debe de durar. Es el mandato de Dios — ‘me contestaron—. Malo cuando deja de hacer aire. Cuando ‘0 sucede, el sol Se arrima mucho @ Luvina y nos chu Sangre y ia poca agua que tenemos en el pelleo. El aie hace qu el sol se esté alld arriba. Asi es mejor. Aide to les vlt a dei nada Metal de Lain y no he fto:ni pienso regresas Pao mit ne maromas que da el mundo. Usted va alld ahora, dentro de pocas horas. Tal vez ya se cumplie rae ets gue we dieton slo no: aed saa ee ee en fuerzas. Estaba cargado de “En esa epoca tenia yo mis faerzas. Estaba ca idan ied sabe que a todos nosotros nos infunden ideas YY uno va con esa plsta encima para plasmara en todes par eer cin eabuneteaoe “elfen Jian Lavin. Me sonaba a nombre de ceo aque juan Luvina. Me sonaba a nombre de cielo qt nombre. Pero aquello es el purgatorio. Un lugar moribundo donde se han miuerto hasta los peros y ya no hay ni quien le indre al silencio; pues en cuanto uno se acostumbra al venda val que alli soplay no se oye sino el silencio que ay en todas ins soledades. Y eso acaba con uno. Mireme a mi. Conmigo scabs. Usted que va para alld comprenders pronto lo que le digo. paint tbo pzesid aa aca © rs yt compan) 120 Qué opina usted si le pedimos a exe seor que nos mat ce unor erator Con ncererasclerant nos a to Y

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