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¿A qué voy a la escuela dominical?

Estas son meditaciones de un alumno responsable y fiel:

1. A la escuela dominical voy a aprender más de Dios. El objeto de mi vida es el de


glorificarlo. A la escuela cristiana voy a aprender la mejor manera de traer gloria y honor al
Señor. En las escuelas públicas aprendo cuestiones científicas basadas en experimentación y
cálculos. En mis relaciones sociales aprendo a llevarme bien con los demás y a ser cortés,
amigable y bondadoso. Pero en la escuela cristiana voy a hablar con Dios y a aprender más de Él.

2. En la escuela dominical voy a gozarme en la comunión con los demás. El hombre no


puede vivir solo. Necesita relacionarse con alguien. A la iglesia voy a reunirme con los que
profesan igual fe y tienen los mismos propósitos. Gozo de comunión con ellos y por esta
comunión me fortalezco espiritualmente. Siento, además, que en mis momentos de debilidad o
luchas hay quien ore por mí, se interese en mi bienestar y me ayude. No encuentro en el mundo
nada que se compare con la comunión que voy a gozar con los hijos de Dios en la escuela
cristiana.

3. Necesito bases y orientaciones para modelar mi vida. Por eso voy a la escuela cristiana.
Allí me enseñan que Jesucristo es la piedra angular del carácter cristiano; me dicen que en Él y
por Él todas las cosas subsisten; allí aprendo las cualidades preciosas que me harán más dócil al
Señor y más llevadero con los demás. El ejemplo de mi pastor, el de mi maestro y el estímulo de
las vidas de los demás, son incentivo para mi propia personalidad.

4. Voy a la escuela dominical para aprender a ser útil a mi iglesia. La tarea que los cristianos
tienen en el mundo es gigantesca. Uno solo no puede hacerla, un grupo aislado tampoco. Dios
necesita la cooperación de todo fiel servidor y yo quiero ser uno de estos fieles. Me necesita a mí
hoy mismo, no mañana. El trabajo está aquí, enfrente de mí; no debo distraer mi atención. Los
talentos de mañana de nada sirven para las tareas de hoy. Mañana, Dios se encargará de
prepararme para la tarea de mañana. La preparación que tengo hoy, por escasa que sea, me ha
sido impartida para las tareas de hoy. Glorificaré, pues, a Dios en mis actividades hoy día siendo
útil a mi iglesia.

5. A la escuela dominical voy a buscar mi propio crecimiento en las virtudes espirituales. Ya


hay suficiente odio en el mundo ––necesito amor: hay suficiente perfidia y vileza—- necesito un
espíritu noble; hay suficiente doblez y maldad —necesito sinceridad; hay suficiente libertinaje––
necesito templanza; hay suficiente pasión y orgullo —-necesito humildad y desprendimiento. Y
amor, espíritu noble, sinceridad, templanza, humildad y desprendimiento los encuentro cuando
asisto a la escuela cristiana y me doy a la tarea de saber la voluntad de Dios para mi vida.

Voy a la escuela dominical porque la escuela dominical me necesita; pero especialmente, voy
porque yo mismo la ansío con vehemencia. Por eso debo ir cada domingo y llegar desde el
principio del programa devocional. Esto se lo debo a Dios y me lo debo a mí mismo.

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