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¡TODO MÉXICO ES TERRITORIO CRIMINAL!

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La Otra Opinión

Especial

Sorprende a propios y extraños que el presidente mexicano no haya acusado recibo de uno
de sus mayores “logros”.

En realidad se trata de una “victoria histórica” sobre el más odiado de sus rivales, el ex
presidente Felipe Calderón.

Y es que en sólo 34 meses de gestión –en algo así como tres años y medio–, el gobierno de
López Obrador superó las 120 mil víctimas de la violencia criminal que, en su momento,
acumuló Calderón en todo su sexenio.

En efecto, en los seis años del gobierno de Calderón se produjo una violencia sin freno que
arrojó poco más de 120 mil 436 muertes violentas.

Es decir, una mortandad a manos criminales que, en su momento, escandalizó al entonces


poderoso líder opositor AMLO, quien con toda contundencia motejó al gobierno
“calderonista” como el “sexenio de la violencia y el crimen”.
Lo curioso del asunto es que, su vez, del 1 de diciembre de 2018 al día de ayer, las muertes
violentas documentadas en la gestión de Obrador superan las 122 mil; una cifra que coloca
al mandatario mexicano como todo un “campeón mundial del crimen” por el número de
muertes a manos de las bandas mafiosas.

Paradojas aparte, hoy nadie festeja ese “logro” de López Obrador sobre el ex presidente
Calderón; una “victoria” que, en realidad, debería avergonzar a México y a los mexicanos.

Todo ello sin mencionar “otra victoria” también histórica de López; que en su presidencia
se superó el número cabalístico de 100 mil desaparecidos en lo que va del siglo; casi 40 %
de ellas ocurridas en los primeros 43 meses del actual gobierno federal.

Y, claro, sin incluir la epidemia de feminicidios, extorsiones, asaltos a mano armada,


secuestros, robo y robo de vehículos; trata de personas, cobro de piso y tráfico de drogas…

Todas ellas actividades que crecen sin ningún freno entre las bandas del llamado crimen
organizado; grupos criminales que, sin excepción, operan en todo el territorio nacional.

Pero además –y por si fuera poco–, apenas en las últimas horas conocimos la más
novedosa modalidad criminal; el asesinato de sacerdotes a manos de criminales que los
abatieron a balazos al interior de una iglesia católica de Chihuahua.

Resulta que la tarde del pasado lunes, en el poblado de Cerocahui, del municipio de
Urique, en Chihuahua, dos sacerdotes de la Compañía de Jesús fueron asesinados a
balazos a manos de un sicario que perseguía a una víctima que se ocultó en la iglesia del
pueblo. Los tres fueron masacrados.

Según los primeros informes, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora, sacerdotes
jesuitas del lugar, intentaron impedir que un sicario ejecutara a un hombre que perseguía
y que entró a la iglesia en busca de refugio.

El matarife no dudó en cumplir su encomienda criminal y a balazos mató a los tres; al


desconocido y a los dos sacerdotes, cuyos cuerpos sin vida permanecieron por horas al
interior de la iglesias del lugar.

En respuesta, la congregación de los jesuitas de México exigió justicia y a través de un


comunicado advirtió: “No callaremos ante la realidad que lacera a toda la sociedad;
seguiremos presentes y trabajando por la misión de justicia, reconciliación y paz, a través
de nuestras obras pastorales, educativas y sociales”.

Sin embargo, ninguna de las modalidades de la violencia arriba descritas es novedad para
millones de mexicanos que, a diario –en los últimos 43 meses–, son víctimas del terror y la
violencia.

La novedad, en todo caso, es que la propia Iglesias Católica advirtió del peligro de rebasar
el límite de atentar contra sacerdotes.

Y el mejor ejemplo lo vimos el pasado fin de semana cuando el editorial del Semanario
Desde la Fe –editado por la Diócesis Primada–, se tituló de la siguiente manera: “¡Vivimos
un infierno!”.

En el texto, la Iglesia Católica pregunta: “¿Cómo hemos llegado a éste desprecio por la vida
humana, a la degradación de los valores, al endiosamiento de la impunidad, la maldad y el
egoísmo? Todos somos responsables”, se lee en el texto.
Pero los católicos van más allá con su crítica.

Dicen que los gobiernos federal, estatales y municipales “están rebasados por la
delincuencia debido a que carecen de la capacidad humana, logística, económica, técnica e
incluso moral, para hacer frente a la violencia criminal”.

Y remata con la siguiente condena a los grupos criminales: “Lastiman en lo más profundo
a nuestro pueblo, esto a causa de la violencia que crece como la espuma y parece que no
hay forma de detenerla”.

Pero la condena de la Iglesia Católica tampoco es un hecho aislado.

En días pasados, el Congreso de Estados Unidos dio a conocer su informe sobre el avance
de las bandas criminales en nuestro país –a partir de información del Departamento de
Estado–, en el que advierte que casi todo México es territorio de las bandas criminales.

Se trata de un informe inédito que reconoce que las bandas mafiosas están fuera de control
frente al gobierno federal mexicano y que, como nunca, han ganado territorios en casi todo
el país.

Incluso les pide a los ciudadanos norteamericanos extremar precauciones en todo viaje a
México, no sólo a causa de la incontenible ola de la pandemia, sino en especial de la
violencia y el crimen.

Por ejemplo, el informe establece puntos de la geografía mexicana en donde “por ninguna
razón” deben viajar ciudadanos de aquel país, como los estados mexicanos de Sinaloa,
Tamaulipas, Colima, Guerrero y Michoacán, ya que existen el riesgo inminente de tiroteos,
asesinatos, robos a mano armada, secuestro, extorsión, desaparición y agresión sexual.

También recomienda a sus ciudadanos “reconsiderar todo viaje” a los estados de


Chihuahua, Durango, Jalisco, Guanajuato, Coahuila, Nuevo León, Sonora, Zacatecas, Baja
California y Nayarit, por las mismas razones de violencia extrema.

Y les pide “precauciones adicionales” si piensan viajar a Chiapas, Oaxaca, Puebla,


Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Aguascalientes, Baja California Sur, Ciudad de
México y Tlaxcala.

En pocas palabras, resulta que la Iglesia Católica y el gobierno de Estados Unidos


consideran a todo México como “territorio criminal”. Y frente a esa tragedia, el cínico
presidente mexicano dice haber cumplido 98 de los cien compromisos de su gobierno.

El mundo terminará por colocar a López Obrador en el lugar que merece; en la lista de los
mayores criminales de la historia

Al tiempo.

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