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Un hombre se sienta junto a un niño en un banco del parque y comienza una conversación tortuosa. Le dice al niño que no debe pensar en el cielo sino en la tierra, y que después de la muerte no habrá recompensas por los méritos. Sugiere que lo mejor es no pensar en Dios y tomarse la justicia por su mano si se sienten ofendidos.
Un hombre se sienta junto a un niño en un banco del parque y comienza una conversación tortuosa. Le dice al niño que no debe pensar en el cielo sino en la tierra, y que después de la muerte no habrá recompensas por los méritos. Sugiere que lo mejor es no pensar en Dios y tomarse la justicia por su mano si se sienten ofendidos.
Un hombre se sienta junto a un niño en un banco del parque y comienza una conversación tortuosa. Le dice al niño que no debe pensar en el cielo sino en la tierra, y que después de la muerte no habrá recompensas por los méritos. Sugiere que lo mejor es no pensar en Dios y tomarse la justicia por su mano si se sienten ofendidos.
¡Qué gracioso es es niño sentado en un banco del jardín de las tullerías!
Un hombre, impulsado por un oculto designio, se sienta a su lado, en el mismo
banco, con aire equívoco. ¿Quién es? No necesito decíroslo, pues le reconoceréis por su tortuosa conversación.
Escuchemos sin molestarles:
- ¿En qué piensas, niño?
- Pensaba en el cielo. - No es necesario que pienses en el cielo; bastante as ya pensar en la tierra. ¿Estás cansado de vivir cuando apenas acabas de nacer? - No, pero todo el mundo prefiere el cielo a la tierra. -Pues bien, yo no, ya que, si el cielo, como la tierra, fue creado por Dios, ten por seguro que encontrarás allí los mismos males que auí abajo. Después de tu muerte no serás recompensado de acuerdo con tus méritos; pues si en esta tierra cometen contigo injusticias (como, más tarde, sabrás por experiencia), no hay razón alguna para que, en la otra vida, no las cometan también. Lo mejor que puedes hacer es no pensar en Dios y tomarte la justicia por tu mano, puesto que te la niegan. Si uno de tus camaradas te ofendiera, ¿no te sentirías feliz matándole?