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Las reformas agrarias de tipo jurídico que se programan para un país determinado, pueden verse
entorpecidas y obstaculizadas por el ordenamiento constitucional, cunado este contiene normas
que enervan los cambios que la reforma demanda. Otra limitación que se da para la Reforma
Agraria dentro del terreno constitucional, consiste en que los textos correspondientes no se
contempla la propiedad como una función social sino que, como queda dicho, se resguarda con
sus antiguos atributos de carácter bilateral.
Otros impedimentos
Refiriéndonos a otros factores que impiden la Reforma Agraria, Bernardino C. Horne, pone de
manifiesto que los monopolios internacionales e internos de cada país, son un serio obstáculo
para las reformas agrarias. Borne señala tres tipos de monopolios: el de la tierra, el del crédito y el
monopolio de comercio.
Para algunos países también resulta una seria traba en materia agraria en su sistema procesal,
cuando este funciona independientemente de la ley que contiene la reforma, o cuando aun
estando dentro de ella, el proceso establecido no se encuentra a la altura de las necesidades y
requerimientos del cambio. Un sistema procesal complicado, con proliferación de recursos e
instancias, es contrario a los principios de la reforma, en que la celeridad es factor básico, sobre
todo, en lo que se refiere a los diferentes estadios procesales que culminan con la expropiación de
la tierra.
La contrareforma
Las actitudes antirreformistas han sido un movimiento negativo y reaccionario impulsado por
personas, entes o grupos que fueron o pueden ser afectados en sus intereses por programas.
Frente a la Reforma Agraria se yergue la contrarreforma Agraria pero esta última carece de
programas o tácticas para llevarse a cabo.
Las practicas contrarreformistas en sus diversos matices y formas de expresarse, surgen en forma
inmediata allí donde se esté gestando un movimiento para transformar el modo de producción
agrícola.