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Descripción del
macizo rocoso
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CUADERNO DE PRÁCTICAS
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BLOQUE II: RECONOCIMIENTO MACROSCÓPICO DE ROCAS
Son rocas que poseen una textura clástica formada por fragmentos de clastos o cristales
englobados en una matriz arcillosa o en algún material precipitado o diagenético
(cemento).
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Aunque de “visu” los términos más utilizados son el de conglomerado (brecha),
arenisca y lutitas en función de que el tamaño de grano sea arcilla, arena o grava
respectivamente
Para las areniscas se utiliza el siguiente cuadro de clasificación, aunque para ellos es
necesario identificar los porcentajes de los diferentes tipos de grano, para lo cual es
necesario un estudio microscópico:
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-2- ROCAS NO DETRÍCITAS
Dentro de las rocas no detríticas podemos encontrar los siguientes tipos
-C- Rocas silíceas de origen orgánico y químico: rocas sedimentarias de origen orgánico
(radiolaritas, diatomitas, etc) o químico (chert) constituidas por sílice. Son fácilmente
identificables debido a la dureza 7 de la sílice.
-D- Rocas aluminoferruginosas de origen químico: comúnmente son rocas formadas por
acumulación de productos residuales de la meteorización de rocas preexistentes. Dentro
de este grupo tenemos las bauxitas y limonitas.
-E- Rocas organógenas: dentro de este grupo tenemos a los carbones. Los tipos de
carbón son los siguientes ordenados de mayor a menor grado de madurez: antracita,
huya, lignito y turba.
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RECONOCIMIENTO MACROSCÓPICO DE ROCAS ÍGNEAS
-A- Granularidad:
Textura fanerítica: todos los cristales de los minerales principales pueden ser
distinguidos a simple vista
Textura afanítica: la mayoría de los cristales, con excepción de los fenocristales
si existen, no pueden ser distinguidos a simple vista.
-D- Color: el color de una roca está estrechamente relacionado con su composición
mineralógica. Los minerales de una roca ígnea pueden ser:
Minerales oscuros: denominados máficos o ferromagnesianos como el olivino,
piroxenos, anfíbol, biotita etc.
Minerales claros: denominados félsicos como feldespatos, cuarzo, feldespatoides
etc.
Así las rocas plutónicas se pueden clasificar según un índice de color (se estima según
el porcentaje de minerales máficos de la roca):
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-2- ROCAS ÍGNEAS VOLCÁNICAS
-A- Rocas volcánicas Lávicas: son rocas formadas por solidificación del magma en
contacto con el aire o agua. Muestran generalmente una textura afanítica porfídica
aunque también las hay vítreas. Los flujos de lava muestran comúnmente evidencias de
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vesiculación. Estas vesículas de morfología variada pueden ser posteriormente rellenas
por otros minerales que precipitan a partir de fluidos tardíos.
Las rocas lávicas en las que se observan fenocristales se clasifican con la siguiente
tabla en función del contenido en esos fenocristales:
Muy común
Frecuente
Raro / ausente
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RECONOCIMIENTO MACROSCÓPICO DE ROCAS METAMÓRFICAS
Al contrario que para las rocas ígneas que existe una nomenclatura internacional
aceptada por toda la comunidad científica, en las rocas metamórficas se utilizan
diferentes criterios para denominarlas. Así en función del criterio que utilicemos
encontramos diferentes nomenclaturas de las rocas metamórficas:
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Los nombres usados para las fábricas planares dependen del tamaño de grano y la
apariencia global de la roca. La deformación y metamorfismo de sedimentos detríticos
con arcilla da lugar a la siguiente secuencia de rocas con fábricas características:
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Pizarra: roca fuertemente foliada, en la que los planos de foliación (pizarrosidad) se
desarrollan de forma muy penetrativa debido a la orientación de los granos de
filosilicatos. Estos granos son muy finos como para poder ser observados a simple vista
y las rocas tienen una apariencia mate sobre las superficies de foliación
Filita: roca similar a la pizarra, pero los granos de filosilicatos son ligeramente más
gruesos y algunas veces son perceptibles en muestras de mano. Dan una apariencia
sedosa sobre las superficies de foliación (brillo satinado). Comúnmente las superficies
de foliación no son tan planares como en las pizarras
Gneis: roca de tamaño de grano más grueso (varios milímetros) que muestra también
algún tipo de fábrica planar, como esquistosidad o bandeado composicional (bandeado
gneísico: capas cuarzo-feldespáticas que se segregan de capas máficas o más micáceas).
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Material original Tipo de roca metamórfica
Sedimento rico en arcilla o arcilloso Pelita / pelítico
Sedimento rico en arena o arenoso Samita / samítico o cuarzofeldespática
Sedimento mezcla de arcilla y arena Semipelita
Sedimento arenoso (cuarzo) Cuarcita
Marga Calcosilicato / calcáreo
Caliza Mármol
Basalto Metabasita / máfico
Granulita: roca caracterizada por una textura equidimensional, cuyos granos poseen
límites rectos (poligonales) en todas las especies minerales y una mineralogía indicativa
de metamorfismo de muy alta temperatura (feldespatos, piroxenos y anfíboles)
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Ana Mª Caballero. Clave de Rocas 1
CLAVE DE IDENTIFICACIÓN DE ROCAS1
Rocas que presentan aspecto granudo, microgranudo, poroso o vítreo. Los granos
(cristales) están dispuestos al azar, nunca en láminas.
1. Rocas con granos minerales visibles a simple vista: (2)
2. Cuarzo abundante (roca clara): (3)
3. Granos grandes (hasta 1 cm) sobre una pasta microgranuda: PÓRFIDO
3. Granos de tamaño similar: (4)
4. Granos muy pequeños (1-2 mm): APLITA
R
4. Granos mayores: (5)
O
5. Granos medianos (máximo 1 cm): GRANITO
C
5. Granos mayores: PEGMATITA
A
2. Cuarzo escaso (roca más oscura): (6)
S
6. Roca de color rosado: SIENITA
6. Roca de color más oscuro, nunca rosada: (7)
M
7. Granos grandes sobre pasta microgranuda: PÓRFIDO DIORÍTICO
A
7. Granos (cristales) de tamaño similar: (8)
G
8. Color gris o negro: GABRO
M
8. Muchos granos verdes de olivino: DUNITA
A
Rocas con granos minerales muy pequeños o que no se pueden ver a simple vista:
T
(9).
I
9. Con algunos granos minerales: (10)
C
10. Roca clara, puede estar estratificada (sílice abundante): RIOLITA
A
10. Roca oscura, a veces presenta poros pequeños y cristales verde claro de
S
olivino: BASALTO
9. Roca sin granos o cristales aparentes, con aspecto vítreo, pastoso o poroso: (11)
11. Roca disgregada en fragmentos porosos, oscuros o negros de algunos
centímetros como máximo: PIROCLASTOS
11. Roca compacta: (12)
12. Roca clara, muy porosa y ligera: PUMITA
12. Roca sin poros, oscura y brillante. Vítrea: OBSIDIANA
M
E Rocas de aspecto esquistoso formadas por láminas, o bien rocas homogéneas de colores claros (gris,
T blanco), grano fino y sin poros.
A 1.. Roca sin esquistosidad, no presenta láminas ni está foliada: (2)
M 2. Roca silícea que raya al vidrio y no da efervescencia con HCl: CUARCITA
Ó 2. Roca calcárea, no raya al vidrio y da efervescencia con HCl: MÁRMOL
R 1.. Roca con esquistosidad, presenta láminas, está foliada: (3)
F 3. Presenta granos (cristales) visibles: (4)
I 4. Algunos granos muy gruesos. Roca gris, presenta cuarzo, feldespato y mica: GNEIS
C 4. Roca muy brillante, con mucha mica: MICAESQUISTO
A 3. Presenta granos muy finos, no visibles: PIZARRA
S
1
http://alerce.pntic.mec.es/~mnavar6/claverocas.htm#ir%20rocasedi
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Ana Mª Caballero. Clave de Rocas 2
ROCAS DETRÍTICAS
1. Granos individualizados: (2)
S 2. Granos grandes, mayores de 2 mm: (3)
E 3. Granos redondeados: CONGLOMERADO PUDINGA
D 3. Granos angulosos: CONGLOMERADO BRECHA
I 2. Granos pequeños, menores de 2 mm: ARENISCA
M 1. Granos imperceptibles, olor a tierra mojada: LUTITA
E
N
T ROCAS QUÍMICAS
A 1. Produce efervescencia con HCl: (2)
R 2. Roca pulverulenta, huele a tierra mojada: MARGA
I 2. Roca no pulverulenta; en general, color claro o gris: CALIZA
A 1. No produce efervescencia con HCl: (3)
S 3. Se puede rayar con la uña: YESO
3. No se puede rayar con la uña y raya al vidrio, muy compacta: SÍLEX
ROCAS ORGANÓGENAS
1. Con forma y estructura leñosa: (2)
2. Con restos vegetales visibles, aspecto terroso y mate: TURBA
2. Sin restos vegetales visibles, aspecto fibroso: LIGNITO
1. Sin forma ni estructura leñosa: (3)
3. Con bandas brillantes y mates que se alternan, tizna los dedos: HULLA
3. Brillante, muy compacta, solo ennegrece los dedos si se comprime:
ANTRACITA
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6. CARACTERIZACIÓN GEOMECÁNICA DE LOS
MACIZOS ROCOSOS
A veces se oye decir “las rocas y suelos no se adaptan a una norma BS [British Standard]”...
Sin embargo he llegado a creer que en general se adaptan, no a una norma BS, sino a un
equivalente natural de estas normas que sigue las leyes de la física,
las matemáticas, la química, la ingeniería , etc..
P.G. Fookes, 1999
6.1. Introducción
La rocas se pueden definir como agregados o conjunto de una o varias sustancias minerales
que forman macizos, que ocupan grandes extensiones de la corteza terrestre o lo que es lo
mismo, que son el principal elemento constructivo de la litosfera.
El ciclo geoquímico de las rocas, representado de forma indicativa en la Figura 6.1 parte de la
formación de la corteza rocosa; los materiales fluidos procedentes de zonas profundas han
seguido y siguen actualmente su camino de ascenso hacia la superficie terrestre. Estos
materiales, que consisten en una masa rocosa fluida, en la que pueden coexistir fases sólidas,
líquidas y gaseosas, se denominan magmas.
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Cuando los magmas ascienden hacia zonas superiores se produce su solidificación, que puede
producirse en la misma superficie o bien a una determinada profundidad. En caso de
producirse la consolidación en superficie, esta tiene lugar de manera rápida, y por tanto, no se
forman, cristales grandes; por lo que suelen formarse vidrios. Así se forma las rocas volcánicas.
Cuando la consolidación se produce en profundidad, los cristales pueden irse desarrollando,
debido al enfriamiento lento; así se forman las rocas intrusivas. Cuando los magmas cristalizan
en filones que ascienden hacia la superficie, se habla de rocas filonianas. En conjunto, las
rocas volcánicas, filonianas e intrusivas constituyen las rocas ígneas.
Las rocas quedan expuestas a la intemperie; sus componentes son destruidos física y
químicamente y transportados en disolución o llevados en suspensión por las aguas
superficiales, hasta que llegan a un lugar de deposición (in-situ, laguna, llanura aluvial o el
mar). Los materiales o detritos depositados en una cuenca marina, más o menos ordenados,
van compactándose bajo el efecto de nuevos sedimentos. Mediante este proceso llamado
diagénesis se forman las rocas sedimentarias.
Así pues, como se deriva del ciclo geoquímico presentado, según su origen, las rocas pueden
ser ígneas, sedimentarias y metamórficas. Una clasificación sencilla que incluye la mayor parte
de las rocas que se encuentran en la práctica se presenta en el esquema de la Figura 6.2.
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La roca difiere de la mayoría de otros materiales utilizados en ingeniería. Ésta tiene
discontinuidades (fracturas) de diferentes tipos, que hacen que su estructura sea discontinua.
Además, debido a los procesos geológicos que la han afectado entre el tiempo de su formación
y la condición en la cual la encontramos en la actualidad, presenta heterogeneidades y
propiedades variables. Todas estas características requieren ser evaluadas en forma
permanente durante la realización de la obra. Primero es necesario distinguir lo que es el
“material rocoso”, denominado también “roca intacta” y lo que es el “macizo rocoso”, también
denominado “masa rocosa”. Roca intacta, es el bloque ubicado entre las discontinuidades y
podría ser representada por una muestra de mano o trozo de testigo que se utiliza para
ensayos de laboratorio . EL macizo rocosos es el medio in-situ que contiene diferentes tipos de
discontinuidades como diaclasas, estratos, fallas y otros rasgos estructurales. Dependiendo de
cómo se presenten estas discontinuidades o rasgos estructurales dentro de la masa rocosa,
ésta tendrá un determinado comportamiento geotécnico.
La desintegración, de origen físico, afecta a la parte más superficial de los macizos rocosos y
favorece la penetración del agua que puede dar lugar a la descomposición de los mismos en el
interior mediante cambios químicos en las rocas.
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En España, debido al clima húmedo predominante en la zona Norte del país, la meteorización
más frecuente en ésta es la de tipo químico.
Grado de
Denominación Criterios de reconocimiento
meteorización
Roca no meteorizada. Las micas y los feldespatos están
I Sana
lustrosos.
Las caras de las juntas están manchadas o cubiertas con
Sana con juntas teñidas
II hematites y limonita, pero el bloque de roca entre juntas no está
de óxidos
meteorizado.
Claramente meteorizada a través de la petrofábrica. La
Moderadamente alteración se manifiesta por manchas de óxidos de hierro y
III
meteorizada ligera descomposición de los feldespatos, pero la resistencia es
muy similar a la de la roca sana.
Meteorización acusada del conjunto, pero con resistencia tal,
IV Muy meteorizada que piezas aproximadamente de 25 cm2 de sección transversal
no pueden romperse a mano.
Roca intensamente meteorizada, con aspecto de suelo, que
Completamente
V puede romperse y desmenuzarse a mano, pero se puede
meteorizada
reconocer todavía la fábrica original de la roca.
Figura 6.3. Interpretación gráfica de la escala de meteorización del granito (Según D.G. Moye)
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TABLA 6.2. Escala de meteorización de las rocas sedimentarias detríticas (Basada en la D.G. Moye).
Grado de
Denominación Criterios de reconocimiento
meteorización
Roca no meteorizada. Conserva el color y el lustre en toda la
I Sana
masa.
Las caras de las juntas están manchadas de óxidos pero los
Sana con juntas teñidas
II bloques entre juntas mantienen el color y el lustre de la roca
de óxido
sana.
Claramente meteorizada a través de la petrofábrica,
reconociéndose el cambio de color respecto de la roca sana. El
cambio puede ser desde simples manchas a variación de color
Moderadamente
III en toda la masa, generalmente a colores típicos de óxidos de
meteorizada
hierro. La resistencia de la roca puede variar desde muy
análoga a la roca grado II a bastante más baja, pero tal que
trozos de 25 cm2 de sección no pueden romperse a mano.
Roca intensamente meteorizada, que puede desmenuzarse a
IV Muy meteorizada mano y romperse, aunque sus elementos constitutivos son
perfectamente reconocibles.
Material con aspecto de suelo, completamente descompuesta
por meteorización “in situ”, pero en el cual se puede reconocer
Completamente
V la estructura de la roca original. Los elementos constitutivos de
meteorizada
la roca se pueden diferenciar, aunque estén totalmente
transformados.
Figura 6.4. Fotografía y croquis geológico de un pequeño talud formado por granito y jabre. Foto: autores.
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Existe también una escala de meteorización de rocas metamórficas propuesta por Deere y
Patton, 1971, que consta de cinco niveles que se corresponden aproximadamente con los
cinco grados de meteorización de la escala de D.G. Moye.
El grado de meteorización de las masas de roca y del material rocoso en los labios de las
discontinuidades se puede definir, según la Sociedad Internacional de Mecánica de Rocas
(Brown, 1981), utilizando los términos descritos en la Tabla 6.3.
Grado Descripción
Fresco No hay signos visibles de meteorización de la roca.
El color es distinto del que tenía el material original sano. Se debe mencionar si el cambio de
Descolorido
color sólo afecta a determinados minerales.
El macizo rocoso se ha meteorizado por alteración química de los granos minerales hasta
Descompuesto convertirse en un suelo en el que la fábrica de la roca permanece intacta, pero algunos o todos
los granos minerales están descompuestos.
El macizo rocoso se ha roto por meteorización física y se ha transformado en suelo, pero la
Desintegrado fábrica original todavía permanece intacta. El macizo rocoso es friable, pero los granos del
mineral no están descompuestos.
Para poder aplicar directamente la fórmula anterior, el martillo debe colocarse verticalmente
hacia abajo sobre una superficie horizontal, es decir, en la condición de rebote mínima. Los
índices de rebote van en la práctica de 10 a 60. El índice más bajo corresponde a las rocas
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más débiles (resistencia a compresión simple <20 MPa), mientras que el más alto es propio de
las rocas muy resistentes (resistencia a compresión >150 MPa). Las rocas muy poco
resistentes no se deben ensayar con el martillo de Schmidt tipo L.
Las reducciones que hay que aplicar en el índice de rebote del martillo cuando éste no está
orientado verticalmente hacia abajo son, en función del ángulo α que forma el martillo con la
vertical, las que se presentan en la Tabla 6.4.
Tabla 6.4. Reducciones que hay que aplicar en el índice de rebote del martillo cuando éste no está orientado
verticalmente hacia abajo.
Las resistencias de las rocas se pueden estimar también en el campo utilizando una navaja y
un martillo de geólogo, aunque con menos precisión que con el martillo de Schmidt. En la Tabla
6.5 se describe la forma de hacerlo según la Sociedad Internacional de Mecánica de Rocas
(Brown, 1981).
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Tabla 6.5. Estimación de la resistencia de las rocas mediante un martillo de geólogo y una navaja (Brown, 1981)
Valor aproximado de la
resistencia a
Grado Descripción Identificación de campo
compresión simple en
MPa
R0 Extremadamente débil Se puede penetrar con el dedo pulgar 0,25-1,0
Deleznable bajo golpes fuertes con la
R1 Muy débil parte puntiaguda del martillo geológico; 1,0-5,0
puede cortarse con una navaja.
Puede cortarse con dificultad con una
navaja; se pueden hacer marcas poco
R2 Débil 5,0-25
profundas golpeando fuertemente la roca
con la punta del martillo
No se puede cortar con una navaja; las
R3 Media muestras se pueden romper con un golpe 25-50
firme con el martillo.
Se necesita más de un golpe con el
R4 Resistente 50-100
martillo geológico para romper la muestra.
Se necesitan muchos golpes con el
R5 Muy resistente 100-250
martillo geológico para romper la muestra.
Extremadamente Sólo se pueden desprender esquirlas de
R6 >250
resistente la muestra con el martillo geológico.
Aunque este texto no se refiere a los suelos, es necesario hacer alguna referencia a ellos, ya
que en muchos casos se encuentran rellenando discontinuidades geológicas. Para definir e
identificar la consistencia de los suelos cohesivos, por ejemplo: arcillas, limos arcillosos y
combinaciones de arcillas y limos con arena, se pueden utilizar, según la Sociedad
Internacional de Mecánica de Rocas, (Brown, 1981), los ensayos manuales que se describen
en la Tabla 6.6.
Resistencia a
Grado Descripción Identificación compresión
simple en MPa
S1 Muy blando El puño penetra fácilmente varios centímetros. <0,025
El dedo pulgar penetra fácilmente varios
S2 Blando 0,025-0,05
centímetros.
El dedo pulgar puede penetrar varios centímetros
S3 Firme 0,05-0,10
con un esfuerzo moderado.
El dedo pulgar puede penetrar pero con mucho
S4 Consistente 0,10-0,25
esfuerzo.
S5 Muy consistente Se puede marcar con el pulgar. 0,25-0,50
Se puede marcar con el pulgar pero con
S6 Duro >0,50
dificultad.
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6.4. Estructura del macizo rocoso
Se denomina estructura del macizo rocoso al conjunto de fallas, diaclasas, pliegues y demás
características geológicas propias de una determinada región del mismo (Figura 6.6.). En
ingeniería de rocas, se considera que la estructura del macizo rocoso comprende también los
tipos de roca existentes en él. La asociación de varios tipos de rocas puede dar lugar a
consecuencias difíciles de evaluar desde el punto de vista geotécnico; así, por ejemplo, en una
secuencia sedimentaria, una litología puede ser más susceptible de meteorización que otra y
su presencia puede provocar que los demás tipos de roca existentes en el macizo aumenten su
susceptibilidad a la meteorización.
Esca la 1 m Esca la 1 m
Esca la 1 m
Juntas en dirección
Juntas con buzamiento
Juntas transversales
a) b)
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Una discontinuidad es una superficie del macizo rocoso que está abierta o puede abrirse
fácilmente, sin ofrecer resistencia a tracción, al actuar sobre ella las tensiones inducidas en el
macizo por la excavación. Las superficies de discontinuidad pueden aparecer durante la
formación del macizo rocoso o posteriormente, por causas tectónicas. Al primer tipo
corresponden los planos de estratificación, las laminaciones y la foliación primaria de las rocas
plutónicas (Figuras 6.8 y 6.9). Son del segundo tipo: la esquistosidad (Figuras 6.10), las fallas
(Figuras 6.11)y las juntas (Figuras 6.12).
Figura 6.9. Laminación y foliación de las rocas plutónicas. Fotos D. Córdova y autores.
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Figura 6.10. Fotografías de macizos con marcada esquistosidad. Fotos: autores.
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Figura 6.11. Fotografías de fallas. Fotos: autores.
• Fallas y juntas. Son planos de discontinuidad que se producen cuando el macizo rocoso ha
estado sometido a un esfuerzo tectónico que ha sobrepasado su límite de rotura. Cuando
las dos secciones separadas por la fractura han sufrido desplazamientos relativos por efecto
de tensiones cortantes, ésta se denomina falla. En caso contrario se denomina junta. Éstas
se pueden formar también a consecuencia de la disminución de compresión vertical que se
produce debido a la erosión o por los cambios de volumen diferenciales que tienen lugar en
ciertos macizos rocosos.
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Figura 6.12. Fotografías de macizos rocosos con juntas o diaclasas. Fotos: autores.
6.5.1. Orientación
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Figura 6.13. Medida de la dirección de buzamiento de una discontinuidad.
Figura 6.14. Medida del buzamiento de una discontinuidad. Foto y montaje: autores y D. Córdova.
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Reduca (Geología). Serie Geología Estructural. 2 (1): 1‐10, 2010.
ISSN: 1989‐6557
de proyección se puede llevar al campo fácilmente y los datos pueden ser proyectados,
interpretados y en su caso, corregidos, directamente en el afloramiento.
El material necesario para llevar a cabo este tipo de proyección, es muy simple.
Únicamente se necesita una falsilla de proyección (Anexo I) que aparece en la mayor
parte de los libros de Geología Estructural, una chincheta, lápiz y goma de borrar, así
como grandes cantidades de papel transparente o de calco. Se recomienda resolver
cada problema en un papel transparente distinto, para poder repasarlo después y
corregir si fuera necesario.
LA PROYECCIÓN ESTEREOGRÁFICA. CONCEPTOS GENERALES
Imaginemos un observador situado en el centro de una esfera de cristal
transparente. Cualquier dirección supuesta, estará representada por un punto
determinado, situado en la superficie de la esfera. Por ejemplo, la dirección “oeste”
estará indicada por un punto en el ecuador de la esfera, situado al oeste del
observador.
Los primeros astrónomos definieron las posiciones relativas de las estrellas
proyectándolas como puntos blancos en la superficie de una esfera de color negro. A
esta representación se le dio el nombre de “esfera celestial”, en la que las distancias
relativas de la tierra a las estrellas no podían ser representadas en su magnitud real.
Una superficie esférica en la cual las posiciones de los elementos característicos
están indicadas, se denomina proyección esférica, siempre teniendo en cuenta que se
representan orientaciones, no distancias entre los elementos proyectados.
Las proyecciones esféricas se utilizan para representar orientaciones de líneas
y/o planos, siempre que la línea o el plano pase a través del centro de la esfera. En ese
caso, una línea intersecta a la superficie de la esfera en dos puntos diametralmente
opuestos, mientras que la intersección de un plano con la esfera será un círculo mayor
(Fig. 1). La intersección de la línea o el plano con la esfera es su proyección esférica.
Figura 1. Proyección de una línea y un plano en el hemisferio inferior de la esfera.
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Reduca (Geología). Serie Geología Estructural. 2 (1): 1‐10, 2010.
ISSN: 1989‐6557
Una proyección de este tipo, representa el elemento proyectado en tres
dimensiones. Afortunadamente, una esfera puede ser proyectada en un plano
bidimensional. Las proyecciones planares más comunes de una esfera se denominan
proyecciones azimutales, que se construyen haciendo pasar las líneas de proyección
desde un punto común hasta la esfera, intersectando el plano de proyección. Este
puede ser tangente a la superficie de la esfera, estar a una determinada distancia de
ella o pasar a través del centro de la esfera. Un cambio en la posición del plano de
proyección, da lugar a un cambio de escala en la proyección. El plano de proyección
puede tener cualquier orientación, y esto determina que la proyección sea ecuatorial,
polar u oblicua (Fig. 2).
Figura 2. Proyecciones polar y oblicua, como ejemplos de posibles orientaciones del plano de
proyección.
La proyección estereográfica es un caso especial de proyección azimutal, que en
su principio fue desarrollada por los cristalógrafos. Su característica principal es que el
punto fuente usado en su construcción está situado en la superficie de la esfera. En
geología, el plano de proyección usado para construir la proyección estereográfica
pasa por el centro de la esfera, y se corresponde con su plano ecuatorial.
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Reduca (Geología). Serie Geología Estructural. 2 (1): 1‐10, 2010.
ISSN: 1989‐6557
Figura 3. A. Plano en tres dimensiones, orientado mediante dirección y buzamiento. B. Proyección
esférica del plano, en el hemisferio inferior de la esfera. C. Estereograma del plano.
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Reduca (Geología). Serie Geología Estructural. 2 (1): 1‐10, 2010.
ISSN: 1989‐6557
Vamos a visualizar la construcción de una proyección estereográfica (Fig. 3).
Imaginemos un punto marcado en el hemisferio inferior de nuestra esfera de cristal,
que representa la proyección esférica de un punto en el espacio. La proyección
estereográfica de este punto se construye dibujando una línea de proyección que
conecte el punto situado en el hemisferio inferior, con el zenit de la esfera colocado en
la parte superior de la misma. La intersección de la línea de proyección con el plano
ecuatorial (plano de proyección) de la esfera, es la proyección estereográfica de ese
punto. En Geología Estructural siempre proyectamos desde el hemisferio inferior de la
esfera y el elemento representado (línea o plano) pasa por el centro de la esfera de
referencia, mientras que en Cristalografía se utiliza el hemisferio superior. Los planos
intersectan el hemisferio inferior como círculos mayores, y las líneas, como puntos.
Cada punto de un círculo mayor en el hemisferio inferior, unido con el zenit, da a su
vez un punto en el círculo ecuatorial de proyección. La unión de todos estos puntos
muestra la proyección estereográfica (estereograma) del plano que pasa por el centro
de la esfera y que corresponde a un círculo mayor. Hemos reducido una geometría
tridimensional a dos dimensiones.
La intersección del plano ecuatorial (plano de proyección) con la esfera, se
denomina “circunferencia primitiva”, mas abreviado, la primitiva. Tiene el mismo radio
que la esfera de proyección original y todos los puntos en la superficie del hemisferio
inferior quedan proyectados como puntos en o dentro de la primitiva.
La proyección estereográfica es una de las mejores técnicas para resolver
problemas geométricos en Geología Estructural. Se diferencia de la proyección
ortográfica en un punto fundamental: ésta preserva las relaciones espaciales entre las
estructuras, mientras que la estereográfica trabaja con planos y líneas sin tener en
cuenta sus relaciones espaciales, únicamente las angulares.
El uso de la proyección estereográfica es, en muchos casos, preferible al de la
proyección ortográfica, ya que es capaz de resolver gran cantidad de problemas
geométricos con mayor facilidad y rapidez, siempre que en ellos solo intervengan
valores angulares. Ambos tipos de proyecciones son complementarios, de forma que
los datos angulares se tratan con proyección estereográfica y los escalares, mediante
proyección ortográfica o de planos acotados.
En la práctica, la proyección estereográfica de líneas y planos se lleva a cabo con
ayuda de una falsilla de proyección (stereographic net). Esta falsilla o estereoneta está
formada por un conjunto de proyecciones de círculos mayores y menores que ocupan
el plano ecuatorial de proyección de la esfera de referencia. Ambos conjuntos de
círculos están espaciados con intervalos de 2º, apareciendo marcados con un trazo
más grueso los que corresponden a valores múltiplos de 10 (Fig. 4).
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ISSN: 1989‐6557
Figura 4. Falsilla de proyección estereográfica (Falsilla de Wulff) o estereoneta. Conserva los ángulos.
Los círculos mayores representan una familia de planos con dirección norte‐sur,
cuyos buzamientos varían desde 0º a 90º en ambos sentidos. Estos planos se cortan
según una línea horizontal representada por el norte o el sur de la falsilla.
Los círculos menores son aquellos a través de los cuales medimos las direcciones
de los distintos planos y líneas en la proyección. También se utilizan para hacer
rotaciones de distintos elementos estructurales alrededor de ejes horizontales,
verticales o inclinados. Representan la proyección sobre el plano ecuatorial de un
conjunto de planos que no pasan por el centro de la esfera, espaciados de 2º en 2º.
Cada círculo menor corresponde al corte de una superficie cónica con la esfera, cuyo
ápice está situado en el centro de la esfera y su altura coincide con el radio de la
falsilla. La combinación de círculos mayores y menores constituye un ábaco
perfectamente apto para la proyección estereográfica de líneas y planos.
Existen dos tipos distintos de estereoneta: la falsilla de Wulff y la de Schmidt (Fig.
5). La primera conserva ángulos, como se explicará a continuación, mientras que la
segunda conserva áreas y por tanto, se utiliza para realizar contajes estadísticos de
elementos (planos de falla, ejes de cuarzo, lineaciones, etc). La forma de proyectar
planos y líneas en cualquiera de estas falsillas, es exactamente la misma, y se irá
aprendiendo una vez que se vayan desarrollando los distintos artículos del manual.
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ISSN: 1989‐6557
Figura 5. Falsillas utilizadas en la proyección estereográfica. Falsilla de Wulff (izquierda) y falsilla de
Schmidt (derecha).
BIBLIOGRAFÍA
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 a. Problemas de Geología Estructural. 2.
Orientación y proyección de planos en el espacio. Reduca (Geología). Serie
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Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 b. Problemas de Geología Estructural. 3.
Orientación y proyección de líneas en el espacio. Reduca (Geología). Serie
Geología Estructural, 2 (1): 2 (1): 24‐40.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 c. Problemas de Geología Estructural. 4.
Proyección polar de un plano. Proyección π Reduca (Geología). Serie Geología
Estructural, 2 (1): 2 (1): 41‐56.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 d. Problemas de Geología Estructural. 5.
Rotaciones Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 57‐73.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 e. Problemas de Geología Estructural. 6.
Cálculo de la orientación de la estratificación a partir de testigos de sondeos.
Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 74‐94.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 f. Problemas de Geología Estructural. 7.
Pliegues. Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 95‐123.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 g. Problemas de Geología Estructural. 8. Fallas
Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 124‐147.
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2.2 DEFINICIONES GEOMETRICAS:
(Ver fig. 1)
N
RUMBO:
α
0°<= α <= 360° O E
BUZAMIENTO:
S
0°<= δ <= 90°
α,δ
055°; 33°
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Ahora se verá de igual manera pero para una recta:
δ; α
89°; 031°
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3. TECNICAS GRAFICAS PARA REPRESENTACION DE DATOS
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Fig 3
FALSILLA DE WULFF
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El uso de la malla de SCHMIDT se aplica para analizar concentraciones
de polos (ya que no se distorsionan las áreas) y a través de un análisis
estadístico poder visualizar con mayor precisión el tipo de falla.
Para visualizar la diferencia que existe entre las dos mallas se ve que la
falsilla de WULFF está formada por arcos de circunferencia, cosa que no
pasa en la falsilla se SCHMIDT que son arcos de circunferencia
distorsionados (aplanados) para conservar la igualdad de áreas. (Ver
figuras 2 y 3)
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Construyendo una esfera centrada en algún punto 0 (figura 4) de la traza
de afloramiento de un plano estructural inclinado, el plano y su
prolongación cortarán la esfera según un círculo máximo. Ahora
proyectaremos todos los puntos de la parte inferior del círculo máximo al
plano horizontal mediante su unión con el punto cenital P (figura 5), lo
que da el arco abcd. La representación resultante consiste en líneas
(planos) y puntos (rectas) contenidas en el círculo máximo.
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d = r x tg δ
d: distancia desde 0
al centro del arco.
r: radio de la
primitiva.
δ: ángulo de
buzamiento.
d = r / cos α
α: ángulo que
forma el círculo
menor con un
punto de la
primitiva (ver
figura 6b).
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3.2 PROYECCION EQUIAREAL:
Ver figuras 7 Y 8
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El plano mencionado puede también ser representado por un polo del
mismo plano.
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Problemas de Geología Estructural
2. Orientación y proyección de planos en el espacio
Rosa Blanca Babín Vich1. David Gómez Ortiz2.
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Departamento de Geodinámica. Facultad de Ciencias Geológicas.
Universidad Complutense de Madrid. José Antonio Novais, s/n. 28040‐Madrid.
rosbabin@geo.ucm.es
2
Área de Geología‐ESCET. Universidad Rey Juan Carlos. Tulipán, s/n. 28933‐Móstoles.
david.gomez@urjc.es
Resumen: Los elementos planares en Geología Estructural (superficies de
estratificación, discordancias, fallas, flancos de pliegues, planos axiales, etc.) son muy
comunes y por tanto deben saber representarse correctamente en proyección
estereográfica. Comprender y manejar correctamente conceptos como dirección,
buzamiento y sentido de buzamiento de un plano es fundamental.
Palabras clave: Dirección. Buzamiento real. Buzamiento aparente. Sentido de
buzamiento.
INTRODUCCIÓN
En primer lugar y de forma muy concisa, recordaremos los conceptos de
dirección, buzamiento real y aparente y sentido de buzamiento de un plano, con
objeto de que el alumno conozca perfectamente todos estos términos y no haya
confusión a la hora de proyectar cualquiera de ellos.
DEFINICIONES
Las estructuras geológicas que observamos en los afloramientos (fallas, pliegues,
discordancias, etc) pueden ser consideradas en dos dimensiones como planos o
estructuras planares. La orientación de cualquiera de estos planos en el espacio se
realiza con ayuda de una brújula que mide la dirección del plano en la horizontal y con
respecto al norte, y el buzamiento en el plano vertical perpendicular a la dirección.
Para orientar perfectamente el plano, por tanto, es necesario medir ambos ángulos,
dirección y buzamiento.
Otra posibilidad para definir este mismo plano en el espacio, es medir su ángulo
de buzamiento y el sentido de buzamiento del mismo con respecto al norte, o sea, la
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orientación de la línea perpendicular a la línea de dirección. Nuevamente es necesario
conocer los dos ángulos para saber exactamente la orientación del plano.
Dirección y buzamiento real del plano
Dirección del plano
Una línea horizontal inscrita en el plano recibe el nombre de línea de dirección
y corresponde a la intersección entre el plano y un plano horizontal imaginario.
El ángulo de dirección del plano corresponde al ángulo formado entre esta línea
horizontal y el norte geográfico. En el afloramiento se mide con la brújula y
generalmente se representa con la letra griega .
En el bloque diagrama correspondiente a la figura 1, la línea XY representa una
línea de dirección del plano. Su dirección es el ángulo que forma con respecto
al norte geográfico y como cualquier dirección tiene dos sentidos, que difieren
entre si 180º. Para describir esta dirección existen dos alternativas:
Mediante una notación por cuadrantes, contando desde el norte hacia el
este o hacia el oeste. En este caso debemos decir el punto del que
partimos (norte), a continuación el valor del ángulo y seguidamente hacia
donde estamos contando (este u oeste). Una dirección sería por ejemplo
N32ºE, N20ºO, etc.
O bien asignando a la dirección norte un valor de 000º o 360º, siempre con
tres dígitos. En el caso de que no se especifique, se entiende que el ángulo
de dirección está contado desde el norte hacia el este, en el sentido de las
agujas del reloj. Las direcciones anteriores en este caso serían 032º y 340º.
Buzamiento real del plano
Se define como el ángulo que forma este plano con la horizontal, medido
según la línea de máxima pendiente del plano, por tanto, medido en el plano
vertical que es perpendicular a la línea de dirección del plano (Fig. 1). Se
representa con la letra . Para que el valor de este ángulo sea correcto, es
necesario especificar su sentido: 34ºS, 45ºE, 82ºN, etc, ya que cualquier plano
con una dirección dada puede buzar en dos sentidos opuestos. Por ejemplo,
un plano con dirección 000º, puede buzar al este o al oeste, por tanto hay que
especificar el sentido de buzamiento.
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Figura 1. Representación de un plano en tres dimensiones.
Buzamiento y sentido de buzamiento de un plano. Buzamiento aparente
Sentido de buzamiento (en algunos textos, dirección de buzamiento)
Es el ángulo que forma la proyección en la horizontal de la línea de máxima
pendiente del plano con el norte geográfico. Por tanto, su valor angular está
situado a 90º del valor angular correspondiente a la dirección del plano. Se
representa con las letras s (Fig. 2).
Figura.2. Plano orientado en el espacio mediante sentido de buzamiento y ángulo de buzamiento.
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A partir de esta definición se deduce que cualquier plano se puede orientar en
el espacio mediante su sentido de buzamiento y su ángulo de buzamiento. En
este caso, no es necesario añadir al valor del ángulo de buzamiento su sentido,
ya que este es conocido. Tomando como ejemplo un plano de estratificación,
según la primera posibilidad (caso a) el plano sería N32ºE‐25ºSE y tomando la
segunda (caso b), el mismo plano sería 122º‐25º, siendo 122º el sentido de
buzamiento y 25º el ángulo de buzamiento. Su sentido es al SE, ya que es el
cuadrante que contiene el ángulo de valor 122º. En el caso de que el plano
buzara en sentido contrario, hacia el NO, su sentido de buzamiento sería 302º,
en ambos casos a 90º de la dirección del plano, bien en un sentido o en otro
según hacia donde se incline el plano.
Buzamiento aparente
Es el ángulo que forma el plano con la horizontal medido en un plano vertical,
según una dirección cualquiera que no sea perpendicular a la línea de dirección
del plano. Su valor angular siempre es menor que el correspondiente al
buzamiento real. Se representa con la letra ´ (Fig. 1).
El valor del ángulo de buzamiento, sea este real o aparente, está comprendido
entre 0º (horizontal) y 90º (vertical). El máximo valor del buzamiento aparente
estará situado sobre la dirección que coincida con el sentido de buzamiento
real, mientras que el valor mínimo del buzamiento aparente será cuando se
mida este sobre una dirección que coincide con la dirección del plano.
PROYECCIÓN CICLOGRÁFICA DE UN PLANO (PROYECCIÓN )
Tomemos un plano orientado en el espacio mediante su dirección y buzamiento,
por ejemplo el plano N60ºE‐40ºSE. Para hallar su proyección estereográfica, haremos
lo siguiente:
Colocamos la chincheta en el centro con la punta hacia nosotros,
superponemos un transparente sobre la falsilla, dibujamos en él la primitiva y
los cuatro puntos cardinales (Fig. 3 A).
Señalamos sobre la primitiva el valor angular correspondiente a la dirección del
plano y giramos el transparente hasta que este valor coincida con el diámetro
norte‐sur de la falsilla (Fig. 3 B).
En esta posición, contamos el valor del buzamiento sobre el diámetro E‐O de la
falsilla, teniendo en cuenta su sentido, siempre desde la primitiva hacia el
centro de la falsilla, y pintamos el círculo mayor que tiene esa dirección y ese
ángulo de buzamiento (Fig. 3 C).
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Giramos el transparente sobre la falsilla hasta que coincidan otra vez los dos
polos norte (de transparente y falsilla de proyección), y hemos obtenido la
representación del plano en proyección estereográfica, o sea, el estereograma
del plano o bien la proyección ciclográfica del plano (plano representado
mediante un círculo mayor de la falsilla) (Fig. 3 D).
Como se puede observar, el procedimiento es sencillo y rápido. Las direcciones
se colocan sobre la primitiva (plano horizontal) y se llevan al diámetro N‐S de la falsilla
y de esta forma, los buzamientos, siempre en el plano vertical perpendicular a la
dirección, se cuentan en el diámetro E‐O de la falsilla. Ambos diámetros representan
dos planos verticales y perpendiculares entre si, por tanto cumplen las definiciones
anteriores.
A continuación, vamos a resolver distintos tipos de problemas referentes a
planos, explicando paso a paso el proceso seguido.
Figura 3. Representación estereográfica de un plano. Ver texto para su explicación.
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CONCLUSIONES
De lo anteriormente expuesto, se puede deducir que un plano en el espacio se
orienta mediante:
Dirección y buzamiento real del plano
Para proyectar este plano, colocamos la dirección sobre el diámetro (plano
vertical) norte‐sur de la falsilla, y leemos el valor correspondiente al ángulo de
buzamiento sobre el diámetro este‐oeste, desde la primitiva hacia el centro de
la falsilla. Dibujamos el círculo mayor correspondiente y este representa el
estereograma del plano. (Fig. 1).
Sentido de buzamiento y ángulo de buzamiento real del plano
El sentido de buzamiento es siempre perpendicular a la dirección, luego en este
caso colocamos el sentido de buzamiento en la primitiva, sobre el diámetro
este‐oeste de la falsilla. Sobre este mismo diámetro contamos, desde la
primitiva hacia el centro, el valor del ángulo de buzamiento y pintamos el
estereograma (Fig. 2).
Dos buzamientos aparentes o dos líneas contenidas en el plano
Cada uno de estos dos buzamientos aparentes nos dará un punto en la
proyección, que equivale a la proyección de una línea que está contenida en el
plano que estamos buscando. Moviendo el transparente sobre la falsilla hasta
que los dos puntos estén situados en un círculo mayor, dibujamos este círculo
que corresponde al estereograma del plano buscado (Fig. 1).
PROBLEMAS
Problema 1
Dibujar los estereogramas correspondientes a los planos siguientes: a)360º‐30ºE,
b)270º/60º, c)090º‐24ºS, d)045º‐56ºSE, e)horizontal, f)080º‐90º (Fig. 4).
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Figura 4. Proyección estereográfica (estereograma) de los planos del problema 1 del texto.
Colocar el transparente sobre la falsilla, dibujar la circunferencia primitiva y los
puntos cardinales.
Para cada uno de los planos, el procedimiento es el siguiente:
Hacer una señal en la primitiva indicando la dirección dada.
Llevar esta dirección sobre el diámetro N‐S.
Contar el buzamiento sobre el diámetro E‐O.
Dibujar el círculo mayor correspondiente.
Observar con atención los datos que da el problema. ¿Son todos ellos de
dirección y buzamiento, o alguno de los planos está orientado mediante sentido de
buzamiento y buzamiento?
En el plano con orientación 270º/60º, a continuación del ángulo de buzamiento
no hay ninguna indicación acerca del sentido de este buzamiento. O bien el plano está
mal indicado o está orientado mediante sentido de buzamiento y buzamiento. El
ángulo de buzamiento del plano es de 60º y su sentido, 270º (oeste de la falsilla), luego
este plano está buzando hacia el oeste y su dirección es 000º o 180º (perpendicular a
270º).
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Para hallar su estereograma, colocamos la dirección 270º sobre el diámetro E‐O
de la falsilla y contamos directamente desde la primitiva hacia el centro, los 60º. En ese
punto dibujamos el círculo mayor correspondiente a este plano.
El último plano es vertical (su buzamiento es de 90º), por tanto vendrá
representado por un diámetro de la falsilla o lo que es lo mismo, el círculo mayor
correspondiente es una línea recta que pasa por el centro de la falsilla y tiene una
dirección de 80º.
Problema 2
Para una superficie de estratificación cuya orientación es 080º‐24ºS, deducir las
orientaciones de su máxima pendiente y de una pendiente de 0º. Calcular los valores
de los buzamientos aparentes según los sentidos 100º, 120º, 190º y 260º.
Dibujar la circunferencia primitiva en el transparente y colocar los puntos
cardinales. Marcar sobre ella la dirección 80º y girar el transparente hasta que
esta dirección coincida sobre el diámetro (plano vertical) N‐S de la falsilla.
Sobre el diámetro E‐O de la falsilla, a partir de la primitiva hacia dentro y desde
el extremo del diámetro más próximo al sur (el plano buza al sur), contamos el
valor correspondiente al ángulo de buzamiento y dibujamos el estereograma
del plano (círculo mayor).
Giramos nuevamente el transparente hasta ponerlo en su posición original.
Por definición, la orientación de la línea de máxima pendiente de un plano es
perpendicular a la dirección del plano, por tanto estará situada sobre la dirección
80º+90º=170º, luego la línea de máxima pendiente del plano (sentido de buzamiento)
está orientada según los 170º. La pendiente correspondiente a 0º (buzamiento
aparente de 0º) se encontrará según una dirección que coincida con al dirección del
plano, bien 80º o 260º.
Para calcular cualquier valor de buzamiento aparente según un sentido
determinado, marcamos sobre la primitiva el sentido deseado, lo colocamos sobre el
diámetro E‐O de la falsilla y contamos sobre él el ángulo entre la primitiva y el
estereograma. Este valor es el buzamiento aparente medido según el sentido
requerido. La misma operación se repite para cada uno de los buzamientos aparentes.
Si estos problemas los resolvemos con la falsilla de Wulff que conserva ángulos,
podemos hacer medidas de buzamientos aparentes, inmersiones de líneas, etc, sobre
cualquiera de los diámetros (planos verticales), tanto el N‐S como el E‐O.
En la figura 5 está resuelto el problema y las soluciones son las siguientes:
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Según el sentido 100º, el buzamiento aparente es de 10º; según el sentido 120º,
es de 17º, según el sentido 190º es de 22,5º y según el sentido 260º es de 0º, ya que
260º corresponde a la dirección del plano.
Figura 5. Resolución del problema 2. Ver texto para su explicación.
Problema 3
La orientación de un estrato es 220º‐70ºS. Hallar los sentidos en los que se
encontrarán buzamientos aparentes de 30º, 50º y 70º.
Colocar el transparente sobre la falsilla y dibujar la circunferencia primitiva y los
puntos cardinales. A continuación, representar el estereograma del plano
colocando la dirección (220º) sobre el diámetro N‐S de la falsilla y contando el
buzamiento desde el sur sobre el diámetro E‐O.
Una vez dibujado el estereograma, vamos moviendo el transparente y
buscando los valores de los ángulos de buzamiento aparente sobre el diámetro
E‐O. Cada vez que encontramos uno de estos valores, los sentidos los leemos
directamente sobre la primitiva. Hay que tener en cuenta que siempre existirán
dos sentidos en los que se cumple que el buzamiento aparente es del mismo
valor.
El problema resuelto aparece en la figura 6 y las soluciones son:
Buzamiento aparente de 30º, según los sentidos 207º y 053º.
Buzamiento aparente de 50º, según los sentidos 194º y 067º
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El buzamiento de 70º es el buzamiento real, dato que nos da el enunciado del
problema. El sentido correspondiente a este buzamiento real será 220º‐90º=130º, no
existiendo buzamiento aparente según ese sentido.
Figura 6. Resolución del problema 3. Ver texto para su explicación.
Problema 4
El plano axial de un pliegue tiene una dirección de 160º y se ha podido medir un
buzamiento aparente de 18º según la dirección 030º. Calcular el valor del buzamiento
real del plano axial (Fig. 7).
Colocar sobre la primitiva una marca en la dirección del plano axial, en este
caso, 160º.
A continuación marcar la dirección 30º, llevarla a un plano vertical de la falsilla
de Wulff y contar desde la periferia hacia el centro el ángulo de buzamiento
aparente de 18º. Este buzamiento aparente viene representado por un punto
dentro de la falsilla de proyección, como se indica en Babín y Gómez (2010),
referente a las líneas.
El plano buscado se obtendrá llevando la dirección 160º sobre el diámetro N‐S
de la falsilla y trazando el círculo mayor que contiene el punto que representa
el buzamiento aparente dado. El buzamiento real del plano leído en el
estereograma, es de 23º al E o SE, o bien 23º/070º.
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Figura 7. Resolución del problema 4. Ver texto para su explicación.
Problema 5
En un afloramiento se observa una serie terciaria discordante sobre el Cretácico.
De esta discordancia se han medido dos buzamientos aparentes: 140º/15º y 078º/30º.
Calcular la orientación del plano.
Como ya es costumbre, dibujar la circunferencia primitiva y los puntos
cardinales.
Representar la falsilla cada uno de los buzamientos aparentes medidos en el
campo. Como se ha visto en el problema anterior, para cada uno de ellos se
coloca su dirección sobre uno de los diámetros verticales de la falsilla y sobre
él, directamente, se cuenta el valor correspondiente al buzamiento aparente
(15º y 30º respectivamente).
De esta forma se obtienen dos puntos (líneas) dentro de la falsilla de
proyección. Se mueve el transparente hasta que los dos puntos estén situados
sobre un círculo mayor y se dibuja este. Corresponde al estereograma del plano
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buscado y leemos su orientación, que resulta ser 168º‐30ºE. Observar que en
este caso, uno de los supuestos buzamientos aparentes, en realidad
corresponde con el buzamiento real del plano (Fig. 8).
Figura 8. Resolución del problema 5. Ver texto para su explicación.
Problema 6
Un estrato tiene un buzamiento de 40ºN. ¿En qué dirección el buzamiento
aparente será máximo? ¿Se mantendrá la misma dirección de buzamiento si el valor
del ángulo de buzamiento varía? Razonar la respuesta.
Si un estrato tiene un valor de buzamiento, sea cual sea este, en sentido norte,
es en esa dirección donde el buzamiento aparente será máximo, ya que es el
sentido de buzamiento real del plano. Esto quiere decir que la dirección del
estrato debe ser la perpendicular al sentido de buzamiento, por tanto esta
dirección necesariamente es E‐O, o 90º o 270º.
Se dibuja el estereograma correspondiente a este plano (Fig. 9), y se observa,
como es lógico, que el valor máximo de buzamiento aparente coincidirá con el
buzamiento real del plano, según el sentido norte (000º o 360º). Sea cual sea el
valor correspondiente al buzamiento real del plano, siempre el sentido de este
buzamiento será perpendicular a la dirección, por lo tanto será hacia el norte.
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Figura 9. Resolución del problema 6. Ver texto para su explicación.
BIBLIOGRAFÍA
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010. Problemas de Geología Estructural. 3.
Orientación y proyección de líneas en el espacio. Reduca (Geología). Serie
Geología Estructural, 2 (1): 24‐40.
BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA
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Lheyson, P. R.; Lisle, R. J. 1996. Stereographic projection techniques in Structural
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Recibido: 18 noviembre 2009.
Aceptado: 22 diciembre 2009.
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Problemas de Geología Estructural
3. Orientación y proyección de líneas en el espacio
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Departamento de Geodinámica. Facultad de Ciencias Geológicas.
Universidad Complutense de Madrid. José Antonio Novais, s/n. 28040‐Madrid.
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2
Área de Geología‐ESCET. Universidad Rey Juan Carlos. Tulipán, s/n. 28933‐Móstoles.
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Resumen: la orientación y representación estereográfica de elementos lineales tales
como ejes de pliegues, lineamientos minerales, estrías de falla, etc. presentan algunas
diferencias importantes respecto a los elementos planares que hay que conocer.
Conceptos como inmersión y cabeceo son descritos en detalle, junto con numerosos
ejemplos de representación.
Palabras clave: dirección. Inmersión. Cabeceo. Sentido de buzamiento.
INTRODUCCIÓN
En primer lugar y de forma muy concisa, recordaremos los conceptos de
dirección, inmersión y cabeceo de una línea, con objeto de que el alumno conozca
perfectamente todos estos términos y no haya confusión a la hora de proyectar
cualquiera de ellos.
DEFINICIONES
Las estructuras lineares en rocas aparecen con gran variedad de formas y
orígenes. Pueden ser estructuras primarias desarrolladas durante la sedimentación,
como sucede con aquellas estructuras de corriente que en ocasiones se observan en
los planos de estratificación que ahora se ven basculados, o bien estructuras
relacionadas con la deformación. En el primer caso, la proyección estereográfica
permite conocer la dirección de dicha corriente en el momento de su actuación.
Más interesantes para al geólogo estructural son las estructuras lineares de
origen tectónico. Líneas de charnela o líneas de máxima curvatura del pliegue,
lineaciones minerales en tectonitas metamórficas, estrías de falla que nos dan
información de la dirección de movimiento de la falla y un largo etcétera. También
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podemos obtener datos de las estructuras a partir de las líneas de intersección entre
dos planos no paralelos.
De la misma manera, deben ser tenidas en cuenta otro tipo de líneas que no se
manifiestan en el afloramiento como estructuras visibles, pero que pueden ser
construidas geométricamente. Líneas alrededor de las cuales otras son giradas (ejes de
rotación), líneas perpendiculares a un plano dado (normal al plano o polo del plano),
ejes principales de esfuerzos, ejes de pliegues, etc.
Desde el punto de vista de la proyección estereográfica, las líneas vienen
representadas en el plano ecuatorial de la esfera de proyección por un punto, tanto si
nos referimos a líneas que podemos observar físicamente (cantos estirados, estrías de
falla, etc.) como aquellas que resultan de la intersección de planos (clivaje y
estratificación, dique y esquistosidad, etc.). Todas estas líneas se orientan en el espacio
en función de los ángulos que se enuncian a continuación.
Dirección
Es el ángulo que forma la proyección en la horizontal de la línea, con el norte
geográfico. Normalmente se representa con la letra δ (Fig. 1).
Inmersión (plunge)
Es el ángulo que forma la línea con su proyección en la horizontal, medido en el
plano vertical que contiene a la línea y a su proyección. Se representa con la letra i (Fig.
1).
Figura 1. Ángulos utilizados para orientar líneas en el espacio.
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Por ejemplo, una línea con orientación 068º/30º tiene una inmersión (“se
inclina”) 30º hacia la dirección 068º, luego el sentido de inmersión es 068º o NE. La
línea 125º/00º puede también ser escrita como 305º/00º ya que es horizontal
(inmersión 00º), luego su sentido de inmersión puede ser cualquiera de los dos. Una
línea con una inmersión de 90º es vertical sin sentido de inmersión definido.
Cabeceo (pitch, rake)
Muchas estructuras lineares se desarrollan dentro de planos estructurales. En el
caso de que una línea esté contenida en un plano inclinado, el cabeceo es el ángulo,
entre la línea y la dirección del plano inclinado que la contiene, medido en este plano
inclinado. Se representa con la letra c (Fig. 1).
ORIENTACIÓN DE LÍNEAS EN EL ESPACIO
Para orientar una línea en el espacio, es necesario conocer su dirección y un
segundo ángulo que puede ser la inmersión o bien el cabeceo sobre un plano
conocido. Si utilizamos la inmersión, hemos de imaginar un plano vertical que contiene
a la línea y a su proyección. La dirección de este plano vertical es la dirección de la
línea y el ángulo que forman la línea y su proyección, es el ángulo de inmersión. De las
dos posibilidades de dirección (a 180º una de otra), se escoge aquella hacia la cual se
dirige la inmersión de la línea (sentido de inmersión).
Si la línea está contenida en un plano visible (estrías en un plano de falla), se
puede utilizar para la orientación de ésta, el ángulo de cabeceo además de su
dirección. El valor del ángulo de cabeceo puede variar desde cero cuando la línea es
horizontal hasta 90º, cuando se mide paralelamente al sentido de buzamiento del
plano. Para describir correctamente el cabeceo es necesario dar el valor del ángulo y
su sentido, así como la orientación del plano en el que se ha medido.
PROYECCIÓN ESTEREOGRÁFICA DE UNA LÍNEA
Línea orientada mediante dirección e inmersión
El principio básico es similar a la proyección de un plano. La línea L pasa por el
centro de la esfera y se extiende hasta cortar al hemisferio inferior en un punto (P).
Este punto se une con el zenit de la esfera mediante una línea recta, y la proyección
estereográfica de la línea L se localiza donde esta recta corta al plano de proyección,
por tanto, en un punto (P´) (Fig. 2 A). Las líneas se proyectan como puntos en
proyección estereográfica. El procedimiento es el siguiente suponiendo una línea con
orientación 060º/40º.
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Figura 2. A. Proyección esférica de una línea. B. Representación estereográfica de líneas: horizontal,
vertical e inclinada.
Marcar en la circunferencia primitiva la dirección (sentido de inmersión) de la
línea, 060º en este ejemplo (Fig. 3 A).
Girar el transparente hasta que esta marca esté situada en uno de los
diámetros principales, norte‐sur o este‐oeste siempre que se utilice la falsilla de
Wulff. Si se utiliza la de Schmidt, sobre el diámetro este‐oeste únicamente (Fig.
3B).
Contar el ángulo de inmersión a lo largo de este radio desde la circunferencia
primitiva hacia el centro, y marcar el punto que representa la proyección de la
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línea (Fig. 3 C). La posición final de la línea en el estereograma, se aprecia en la
figura 3 D.
Figura 3. Proyección estereográfica de una línea. Ver texto para su explicación.
Cuando existe una línea horizontal, con una dirección determinada, por ejemplo,
N‐S, su orientación sería 00º/360º o bien 00º/180º, de forma que teóricamente
vendría representada en la proyección por dos puntos situados en la circunferencia
primitiva, justamente sobre los puntos cardinales norte y sur de la falsilla. Estos dos
puntos están representando la misma línea y cualquiera de ellos define su orientación.
Con dibujar uno de ellos, es suficiente.
De la misma manera, podemos obtener a partir del estereograma la orientación
de una línea. Imaginemos una situación como la que aparece en la figura 2 B.
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Las líneas vienen representadas por los tres puntos marcados. Para conocer su
orientación, hacemos lo siguiente:
Giramos el transparente hasta que el punto que representa la línea quede
sobre uno de los diámetros N‐S o E‐O de la falsilla. Sobre este plano vertical
leemos la inmersión de la línea, desde la primitiva hacia el centro de la falsilla.
En esta misma posición, hacemos una marca en la primitiva, donde esta corta al
diámetro elegido.
Colocamos el norte del transparente coincidiendo con el de la falsilla.
Leemos el ángulo sobre la primitiva desde el norte hasta la marca anterior. Este
ángulo es la dirección de la línea que nos está marcando su sentido de
inmersión.
La misma operación se repite para cada una de las líneas.
Línea orientada mediante dirección y cabeceo sobre un plano conocido
En este caso el dato que hemos obtenido en el campo se refiere, por ejemplo, a
la orientación de un plano de falla y el cabeceo de una familia de estrías que aparecen
en este plano. El plano de falla está orientado N40ºE‐20ºSE y la estría tiene un cabeceo
de 45ºS medido en este plano (Fig. 4).
Para representar el estereograma correspondiente, el proceso es como sigue:
Dibujar sobre el transparente el círculo mayor que representa el plano medido,
como ya se ha indicado anteriormente.
Dentro de este círculo mayor, está la línea representada por su cabeceo. Si el
cabeceo es el ángulo entre la línea y la dirección del plano inclinado que la
contiene, solo tenemos que medir el ángulo de 45º en el plano (círculo mayor)
colocado sobre un círculo mayor de la falsilla, desde el sur, contando con ayuda
de los círculos menores.
Este punto, situado sobre el estereograma del plano de falla, representa la
orientación de la estría.
De la misma manera, podemos resolver el problema inverso. En el estereograma
de la figura 5 se han representado dos planos N40ºE‐30ºNO y 116º‐50ºS, ambos con
una línea inscrita, L y L´ respectivamente. ¿Cuál será el valor del ángulo de cabeceo
para cada una de las líneas?
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Figura 4. Representación estereográfica de una línea, mediante su cabeceo en un plano
conocido.
Figura 5. Medida de dirección, inmersión y cabeceo para dos líneas L y L´ contenidas en dos
planos de orientación conocida.
Colocamos uno de los planos coincidiendo con un círculo mayor de la falsilla.
Contando desde el norte o desde el sur a partir de los círculos menores, sabremos
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cual es el ángulo de cabeceo de esa línea medido sobre ese plano. A continuación del
valor, colocamos su sentido, que corresponderá al cuadrante donde esté situada la
línea. Al mismo tiempo, podemos medir su dirección e inmersión, como se ha
explicado en el problema anterior. Los resultados son los siguientes:
L: cabeceo. 36ºS; dirección. 252º; inmersión. 18º 252º/18º
L´: cabeceo. 40ºE; dirección. 144º; inmersión. 38º 144º/38º
El mismo proceso se seguirá para cualquiera de las líneas del estereograma.
CONCLUSIONES
Las líneas en el espacio se orientan mediante dos ángulos, que pueden ser
sentido de inmersión (dirección) e inmersión, o bien dirección y cabeceo medido sobre
un plano inclinado que contiene a la línea. En este caso, es necesario indicar la
orientación del plano en el que se ha medido el ángulo de cabeceo de la línea.
A partir de las explicaciones y los ejercicios resueltos, se deduce que es bastante
rápido y sencillo proyectar líneas en proyección estereográfica, y que su proyección
siempre es un punto dentro del estereograma.
También se pueden relacionar con facilidad planos y líneas en la proyección, de
forma que conocidos datos referentes a unos y a otras, podemos llegar a obtener
mucha información, a menudo difícil de encontrar directamente en el afloramiento.
Todos estos problemas se pueden a su vez combinar con resoluciones propias de
proyección ortográfica, de tal manera que todo lo referente a la medida de ángulos
puede ser tratado en proyección estereográfica y los datos obtenidos por este método
añadirlos a aquellos que necesariamente necesitan un tratamiento mediante planos
acotados.
PROBLEMAS
Problema 1
Proyectar las siguientes medidas de líneas y planos:
Planos. a)030º/20º; b)040º/70º; c)270º‐20ºS; d)020º‐54ºE
Líneas. a)290º/10º; b)120º/70º; c)080º/00º;d)vertical.
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Figura 6. Estereograma correspondiente al problema 1. Ver texto para su explicación.
Al proyectar los planos, hay que tener en cuenta aquellos cuya orientación está
expresada como sentido de buzamiento y buzamiento (los dos primeros), en cuyo caso
el sentido de buzamiento se colocará en el diámetro E‐O de la falsilla y sobre el mismo,
contamos el buzamiento, mientras que los dos últimos, orientados según dirección y
buzamiento, la dirección ha de colocarse sobre el diámetro N‐S de la falsilla y contar el
buzamiento en la perpendicular, sobre el diámetro E‐O, a partir de la primitiva según el
sentido del buzamiento. En este caso, ambos desde el oeste.
En la figura 6, se puede ver el estereograma resultante.
Problema 2
Contestar las siguientes preguntas tomando como referencia el estereograma
del problema anterior.
a) ¿Cual es la diferencia entre los círculos mayores que representan planos de
buzamiento elevado y los que representan planos de menor buzamiento?
b) ¿Cual es la diferencia entre una línea con bajo ángulo de inmersión y otra con
ángulo de inmersión alto?
c) ¿Cómo se puede deducir la dirección de un plano a partir de su estereograma?
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a) Observando el estereograma del problema anterior, es evidente que los
círculos mayores que corresponden a un plano con poco buzamiento están
situados más cerca de la primitiva que aquellos que tienen buzamiento mayor.
Estos últimos están más próximos a la parte central de la falsilla. En el caso de
que el plano sea vertical, vendrá representado por un círculo mayor que se
corresponde con un diámetro de la circunferencia primitiva.
b) Una línea con bajo ángulo de inmersión estará situada cerca de la primitiva (a).
Si la línea es horizontal (c), se situará sobre la primitiva. Cuanto mayor sea el
ángulo de inmersión, más cerca estará la línea del centro de la falsilla (b). Se
situará exactamente en el centro en el caso de una línea vertical (d).
c) Simplemente contando el ángulo sobre la primitiva entre el norte y el círculo
mayor que representa el plano.
Problema 3
Un plano de estratificación está orientado 080º‐60ºS. Calcular:
a) El ángulo y el sentido de inmersión de la normal al plano (línea perpendicular al
plano dado).
b) Dibujar la normal al plano como un punto en el estereograma.
Representar el plano mediante su círculo mayor correspondiente. La línea
perpendicular al plano será aquella que está situada a 90º del plano, por tanto,
colocado el plano sobre el círculo mayor de la falsilla, se cuentan sobre el diámetro E‐O
los 90º en cualquiera de los dos sentidos y se marca el punto correspondiente, que
representa una línea que es perpendicular al plano (N). El sentido de inmersión de la
línea es 350º o N10ºO y su ángulo de inmersión será de 30º hacia el norte, hacia los
350º. La notación de la línea sería 350º/30º o bien N10ºO/30º.
La resolución del problema se puede ver en la figura 7.
Problema 4
Un plano tiene una orientación 124º/40º.
a) Dibujar el estereograma del plano.
b) Dibujar una línea L contenida en el plano, con un sentido de inmersión según
los 180º.
c) Dibujar una línea T en el plano, con un ángulo de inmersión de 40º.
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Observar que el plano está orientado mediante sentido de buzamiento y ángulo
de buzamiento, por tanto se coloca el sentido de buzamiento (124º) sobre el diámetro
E‐O de la falsilla para dibujar el círculo mayor que corresponda a los 40º de
buzamiento.
Figura 7. Resolución del problema 3. Ver texto para su explicación.
Figura 8. Estereograma correspondiente al problema 4. Ver texto para su explicación.
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Movemos el transparente hasta llevar el norte del transparente a coincidir con el
norte de la falsilla. En esta posición y a lo largo del diámetro norte‐sur de la falsilla,
pintamos el punto donde el plano dibujado corta a este diámetro N‐S. Ahí estará
situada la línea L y su inmersión será de 25º/180º.
La segunda línea, tiene una inmersión de 40º, valor que coincide con el de
buzamiento del plano. Con el plano coincidiendo con un círculo mayor de la falsilla,
observamos que el valor del buzamiento real contado sobre el diámetro E‐O es de 40º.
El punto donde el plano (círculo mayor) intersecta al diámetro E‐O, representa a la
línea T, con una orientación de 40º/124º.
El estereograma correspondiente se observa en la figura 8.
Problema 5
Dados dos planos con orientaciones N30ºE‐30ºSE y 20º/250º, hallar la
orientación de su línea de intersección dando el valor de la inmersión y de los ángulos
de cabeceo sobre cada uno de los planos (Fig. 9).
Dibujar los círculos mayores correspondientes a los dos planos. Observando el
estereograma, vemos que los dos planos se cortan en un punto. Este punto representa
la proyección de la línea de corte de los dos planos, que debe ser orientada en el
espacio convenientemente.
Si estamos trabajando con la falsilla de Wulff, giramos el transparente hasta que
la línea de intersección esté situada sobre uno de los dos diámetros principales de la
falsilla. En esta posición leemos el ángulo de dirección de la línea sobre la primitiva
(ángulo entre el norte y la proyección horizontal de la línea) y su inmersión sobre el
diámetro elegido. La solución es 11º/191º.
Para medir los ángulos de cabeceo, colocamos el plano correspondiente
coincidiendo con un círculo mayor y contamos sobre él, desde la primitiva hasta la
línea, a partir de los círculos menores. El ángulo es de 22ºS para el plano de dirección
N30ºE y de 34ºS para el segundo plano.
Problema 6
Un estrato aparece cortado por una zanja de dirección 67º y paredes verticales.
La línea de corte del estrato con la zanja, vista en una de sus paredes, forma un ángulo
con la horizontal de 40º hacia el SO.
En una cantera cercana y en una de sus superficies, orientada 98º‐26ºS, se
observa la línea de corte de esta superficie con el estrato con una orientación de 60ºO.
Calcular la orientación del estrato.
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Figura 9. Estereograma correspondiente al problema 5. Ver texto para su explicación.
Los datos que nos da el problema son los siguientes:
Un primer dato que se refiere a una línea de corte entre un plano vertical y un
estrato de orientación desconocida. El ángulo de 40º al SO, es un ángulo medido en un
plano vertical entre la línea de corte y su proyección en la horizontal, por tanto es un
ángulo de inmersión de una línea que tiene de dirección 67º. Esta línea está contenida
en el estrato de orientación desconocida, por tanto será un buzamiento aparente de
este estrato: 067º/40ºSO o bien 247º/40º.
Un segundo dato se refiere a otra línea de corte, esta vez entre el estrato y un
plano inclinado de orientación conocida. El ángulo que forma esta línea de corte con la
dirección del plano que la contiene, es de 60ºO y por definición, es el ángulo de
cabeceo de esta línea, medido sobre este plano.
Una vez conocidos los datos disponibles, los llevamos a la proyección. En primer
lugar el buzamiento aparente haciendo una marca en la primitiva sobre la dirección
247º, llevándola sobre un plano vertical de la falsilla y contando los 40º desde la
primitiva hacia el centro. Obtenemos un punto (línea) del estrato, representado por P
en el estereograma (Fig. 10).
A continuación, proyectamos el plano mediante su círculo mayor y contamos el
ángulo de cabeceo desde el oeste a lo largo del plano. Esta línea Q proyectada
pertenece también al estrato.
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Giramos el transparente hasta que estas dos líneas se sitúen sobre un círculo
mayor que corresponde al estrato cuya orientación estamos buscando. Pintamos ese
círculo y leemos la dirección y buzamiento correspondiente que resulta ser 022º‐
50ºO.
Figura 10. Resolución del problema 6. Ver texto para su explicación.
Problema 7
En un área de estratificación pobremente definida, se han podido medir los
siguientes buzamientos aparentes: 23º/330º; 36º/208º; 16º/184º; 290º/46º; 276º/30º;
230º/18º; 234º/47º; 262º/70º. Hallar la orientación de la estratificación y comprobar si
todos estos buzamientos aparentes pertenecen a esta superficie.
Como ya sabemos, los buzamientos aparentes dados con sentido de buzamiento
y ángulo de buzamiento, son equivalentes a líneas orientadas según sentido de
inmersión y ángulo de inmersión, por tanto, los buzamientos aparentes vienen
representados por puntos en la proyección estereográfica.
Hemos visto en los problemas anteriores que dos puntos (dos buzamientos
aparentes o dos líneas) contenidos en un plano, son suficientes para dibujar el círculo
mayor que nos define la orientación de ese plano. En este caso, se han medido 8
buzamientos aparentes en el campo, que en el supuesto de que correspondan todos a
la misma superficie de estratificación, todos ellos deben estar contenidos en un círculo
mayor que define la orientación de este estrato. Aquellos que se alejen de este círculo,
no son buzamientos aparentes pertenecientes a esta superficie.
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Proyectamos cada uno de los buzamientos aparentes utilizando la falsilla de
Wulff, llevando el sentido de buzamiento a coincidir con un plano vertical de la falsilla,
y sobre este, contamos el ángulo de buzamiento aparente correspondiente.
Una vez obtenidas todas las proyecciones de los datos de buzamientos aparentes
(Fig. 11), giramos el transparente para hacerlos coincidir en un círculo mayor. Como se
observa en el estereograma, los tres buzamientos aparentes 30º/276º; 18º/230º y
70º/262º se alejan bastante del resto. Los demás se ajustan a un círculo mayor que nos
da una orientación para esta superficie de estratificación de N10ºO‐50ºO o bien 170º‐
50ºO o 262º/50º (sentido de buzamiento y buzamiento).
Figura 11. Estereograma correspondiente al problema 7. Ver texto para su explicación.
Problema 8
Sobre un estrato de orientación N10ºE‐55ºO, aparecen cuatro lineaciones con los
siguientes sentidos de inmersión: 010º; 220º; 300º y 360º. Calcular los ángulos de
cabeceo para cada lineación, medidos en el plano de estratificación.
El problema nos pide medir una serie de ángulos de cabeceo para unas líneas
que están contenidas en un plano. Observar que el sentido de inmersión de la primera
línea, coincide con la dirección del plano en el que está contenida, por tanto, el ángulo
de cabeceo en este caso será de 0º.
Dibujar el círculo mayor que representa el plano y marcar sobre la primitiva los
sentidos de inmersión dados. Cada uno de estos sentidos de inmersión los llevamos
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sucesivamente a un diámetro vertical de la falsilla y pintamos la línea (punto) que está
sobre el plano y tiene ese sentido de inmersión (Fig. 12). Una vez proyectadas las
líneas, contamos el valor del cabeceo sobre el mismo círculo mayor que representa el
plano, desde la primitiva hasta la línea. Observar que cuanto más cerca estamos de la
dirección del plano, menor es el ángulo de cabeceo de esa línea, hasta llegar a ser 0º
cuando las direcciones de plano y línea coinciden.
Los valores de cabeceo obtenidos son los siguientes:
Para 010º, el cabeceo es de 0º.
Para 220º, el cabeceo es de 44ºS.
Para 300º, el cabeceo es de 78ºN.
Para 360º, el cabeceo es de 18ºN.
Figura 12. Estereograma correspondiente al problema 8. Ver texto para su explicación.
Problema 9
¿Cuál es el ángulo que forman entre sí las líneas cuyas orientaciones son
010º/30º y 106º/42º? (Fig. 13).
Proyectar las dos líneas en la falsilla. Para medir el ángulo que forman estas
líneas entre si se inscriben en un plano, o sea, se busca el círculo mayor que contiene a
las dos líneas y se mide el ángulo buscado a lo largo de ese círculo mayor. De los dos
ángulos posibles, se suele dar el menor de 90º.
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En este caso y como se observa en el estereograma, el valor del ángulo que
forman entre si las dos líneas, es de 75º.
Figura 13. Estereograma correspondiente al problema 9. Ver texto para su explicación.
BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA
Davis, G. H. 1984. Structural Geology of rocks and Regions. Wiley & Sons. 492 pp.
Lheyson, P. R.; Lisle, R. J. 1996. Stereographic projection techniques in Structural
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Marshak, S & Mitra, G. 1982. Basic methods of structural geology. Prentice & Hall. 446
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Phillips, F. C. 1971. The use of stereographic projection in Structural Geology. Edward
Arnol. London. 90 pp.
Ragan, D. M. 1987. Geología Estructural. Ed. Omega. Barcelona. 210 pp.
Turner, F. & Weiss, L.R. 1963. Structural analysis of metamorphic tectonites. McGraw
Hill. New York. 545 pp.
Recibido: 18 noviembre 2009.
Aceptado: 22 diciembre 2009.
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Problemas de Geología Estructural
4. Proyección polar de un plano. Proyección π
Rosa Blanca Babín Vich1. David Gómez Ortiz2.
1
Departamento de Geodinámica. Facultad de Ciencias Geológicas.
Universidad Complutense de Madrid. José Antonio Novais, s/n. 28040‐Madrid.
rosbabin@geo.ucm.es
2
Área de Geología‐ESCET. Universidad Rey Juan Carlos. Tulipán, s/n. 28933‐Móstoles.
david.gomez@urjc.es
Resumen: la representación estereográfica de planos puede llevarse a cabo también si
se proyecta únicamente el polo del plano en lugar de su intersección con la esfera de
proyección (ciclográfica), de manera que se simplifica de manera importante la
representación de grandes volúmenes de datos, facilitando así su interpretación.
También es esencial para resolver algunos problemas como la obtención del ángulo
entre dos planos.
Palabras clave: polo de un plano. Diagrama de polos. Proyección π.
INTRODUCCIÓN
Con el estudio de los artículos anteriores (Babín y Gómez, 2010 a, b y c), y la
repetición de los problemas ya resueltos, el alumno debe haber aprendido a visualizar
y proyectar líneas y planos en el espacio mediante proyección estereográfica. Ahora
vamos a introducir un nuevo concepto, polo de un plano o proyección polar de un
plano, que va a ser muy útil para calcular ángulos entre estructuras.
Una vez comprendido el concepto de polo de un plano y su proyección, veremos
que cualquier estructura puede ser girada fácilmente en el espacio, y cambiada de
orientación en una falsilla de proyección. Tanto la proyección polar de planos como las
rotaciones en el espacio, nos permiten resolver muchos problemas prácticos en
Geología Estructural.
CONCEPTO DE POLO DE UN PLANO
Cuando en un estereograma aparecen gran cantidad de círculos mayores
correspondientes a proyecciones β de planos, es difícil hacer una lectura y posterior
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interpretación, ya que las trazas de los diferentes planos se cruzan entre si y son
difíciles de separar e identificar.
Afortunadamente, es posible representar la orientación de un plano mediante la
normal a ese plano (Fig. 1). La normal es la línea perpendicular al plano y por tanto se
proyecta como un punto que recibe el nombre de polo del plano y por definición, se
sitúa a 90º del centro del círculo mayor que representa al plano.
Figura 1. a) Proyección en el hemisferio inferior de la esfera, de un plano y su polar. b) Estereograma
del plano anterior y de su polo.
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En la proyección esférica de la figura 1 A, se observa la relación entre la
proyección ciclográfica del plano (representada por un círculo mayor) y su normal
(representada por un punto). Este corresponde al punto de corte del hemisferio
inferior de la esfera con la línea de esa orientación que pasa por su centro, y que es
perpendicular al plano. El estereograma de la figura 1 B, muestra la relación ortogonal
del plano y su polo.
La distancia del polo al centro de la primitiva es r∙tan(β/2) siendo β el
buzamiento del plano y r el radio del estereograma. Cada plano tiene una única normal
que se proyecta como un único punto en la proyección, por tanto podemos
representar la orientación de cualquier plano mediante su polo. Los diagramas que
representan polos de planos se conocen como diagramas π o diagramas de polos.
La relación de perpendicularidad entre normal y plano ha de ser recordada
siempre. Esto significa que si el plano tiene un buzamiento de 20º, su línea
perpendicular (la normal al plano) tendrá una inmersión de 90‐20 = 70º. La normal de
un plano vertical será una línea horizontal que se proyectará sobre la circunferencia
primitiva. La normal de una superficie horizontal será una línea vertical, por tanto el
polo se proyectará en el centro de la falsilla. Las relaciones ortogonales plano/normal
significan que la dirección de la normal está a 90º de la dirección del plano, en el
sentido opuesto al buzamiento del plano.
MÉTODO PARA PROYECTAR EL POLO DE UN PLANO
Conocemos la orientación de un plano definido mediante dirección y
buzamiento, y vamos a proyectar este plano tanto en proyección ciclográfica como
polar, para visualizar las relaciones entre los dos tipos de proyección. El plano es, por
ejemplo, N40ºE‐30ºS.
En primer lugar y como es costumbre, marcar la dirección del plano en la
primitiva y girar el transparente hasta que esta marca esté situada sobre el diámetro
N‐S de la falsilla. Podemos dibujar el círculo mayor correspondiente (proyección
ciclográfica) en primer lugar, como ya sabemos (Fig. 2).
En esta misma posición, (dirección del plano sobre el diámetro N –S de la falsilla),
el polo vendrá representado por la perpendicular al plano, situada sobre el diámetro E‐
O. Contamos desde el centro de la falsilla y en sentido contrario al buzamiento del
plano el valor del ángulo de buzamiento, y este punto representa el polo (P), o bien,
desde la primitiva hacia dentro el ángulo complementario al valor del buzamiento
(ángulo de inmersión del polo, en este caso 60º, ya que 90º‐30º = 60º) y obtenemos el
mismo punto anterior. Para comprobar que efectivamente esta línea es perpendicular
al plano, contamos sobre el diámetro E‐O el ángulo entre el plano y su polo, y
efectivamente es de 90º. La forma más rápida para dibujar directamente el polo, una
vez colocada la dirección del plano sobre el diámetro N‐S de la falsilla, es contar el
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buzamiento del plano desde la chincheta hacia la primitiva, en sentido contrario al del
buzamiento del plano.
Una vez conocido el concepto de polo del plano, podemos resolver una serie de
problemas que explicamos a continuación.
Figura 2. Proyección de un plano mediante un círculo mayor (ciclográfica) y su normal (polar).
MEDIDAS DE ÁNGULOS ENTRE LÍNEAS Y PLANOS
Medida del ángulo diedro entre dos planos
Un ángulo diedro es el ángulo formado por dos planos que se cortan, medido en un
tercer plano que es perpendicular a los anteriores (Fig. 3). Se puede medir fácilmente
mediante el ángulo entre los polos de los planos en un estereograma, o bien dibujando el
plano perpendicular a la línea de corte de los dos planos, que es el plano perpendicular a
los dos planos y contiene ambos polos. Como los polos son líneas, el ángulo entre dos
líneas se mide en el plano que las contiene, por tanto, en el estereograma, el ángulo
entre los dos polos se mide a lo largo del círculo mayor en el cual están contenidos.
En muchos casos, el ángulo diedro se especifica como un ángulo agudo (Ej.: entre
diaclasas conjugadas), pero no siempre es así, ya que el ángulo buscado puede ser mayor
de 90º (Ej.: ángulo entre un dique y una superficie de estratificación).
Caso especial es la medida del ángulo interlimbo (ángulo formado por los dos
flancos de un pliegue), en ocasiones no muy claro. El estereograma ofrece dos posibles
ángulos, uno agudo y otro obtuso. El problema principal es que no siempre es obvio cual
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de los dos ángulos es el idóneo si no conocemos suficientes datos acerca del pliegue. En
el capítulo de pliegues (Babín y Gómez, 2010 d) intentaremos resolver este problema.
Figura 3. Medida del ángulo entre dos planos, utilizando la proyección ciclográfica (a, b) y polar (c).
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Medida usando círculos mayores ( proyección ciclográfica)
Proyectar ambos planos como círculos mayores a partir de sus orientaciones.
La línea de intersección (L) de estos dos planos, corresponde al punto de
intersección de los círculos mayores (Fig. 3 A).
Dibujar el plano perpendicular a esta línea. Es el plano cuyo polo es la línea de
intersección, por tanto es el plano perpendicular a los dos planos anteriores.
(Fig. 3 B).
Medir en este tercer plano el ángulo diedro.
Tener en cuenta que existen dos posibilidades. En la Figura 3 B se observa que hay
un ángulo agudo y otro obtuso entre los dos planos. La suma de ambos es 180º.
Si se mide el ángulo en otro plano que no es perpendicular a los anteriores, el
resultado obtenido es distinto y no corresponde al verdadero valor del ángulo
diedro.
Medida usando polos de planos (proyección polar)
Este método se basa en el hecho de que el ángulo diedro entre dos planos es igual
al ángulo formado por las normales a estos planos.
Proyectar los dos planos anteriores mediante sus polos.
Mover el transparente hasta que los dos polos coincidan en un círculo mayor.
Dibujar el círculo y medir el ángulo entre los polos (agudo y obtuso) (Fig. 3 C).
Medida del ángulo entre un plano y una línea
El ángulo entre una línea y un plano es el mismo que el formado por la línea y la
perpendicular al plano (normal o polo del plano). Este ángulo se mide (Fig. 4) en
un segundo plano que contiene la línea y la perpendicular al plano. En proyección
estereográfica, el ángulo entre una línea y un plano se mide en el círculo mayor
que contiene a la línea (L) y al polo del plano (P).
Cálculo del plano bisector del ángulo entre dos planos
El plano bisector del ángulo entre dos planos, es aquel que contiene a la línea de
intersección de los dos planos y a la línea que bisecta el ángulo diedro formado por los
dos planos. En el caso de algunos pliegues angulares (kinks, chevron,.etc.) es razonable
asumir que el plano que bisecta el ángulo entre los dos flancos del pliegue y contiene a la
línea de charnela, es el plano axial del pliegue.
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Figura 4. Medida del ángulo entre un plano de orientación conocida y una línea L.
Cálculo utilizando círculos mayores (proyección ciclográfica)
Partimos de dos planos cuyas orientaciones son: 095º‐60ºN y 330º‐30ºSO. El
método a seguir es el que se explica a continuación (Fig. 5).
Proyectar ambos planos como círculos mayores. Su punto de corte define la
línea de intersección de los planos L, cuya orientación es: 288º/21º.
Dibujar el plano perpendicular a la línea de intersección.
Contar en este plano el ángulo que forman los dos planos y hallar su punto
medio (A).
Dibujar el plano que contiene la línea de intersección L y el punto medio
del ángulo A. Este plano será bisector del ángulo entre los planos, bien del
agudo o del obtuso, según el que se haya elegido.
En la figura 5, el plano bisector elegido es el correspondiente al ángulo obtuso
(100º) y su orientación es 115º‐74ºSO. El punto medio correspondiente al
ángulo agudo es el punto B. Uniendo B y L podemos dibujar el plano bisector
correspondiente al ángulo agudo.
Comprobar que los planos bisectores de los ángulos agudo y obtuso, son
perpendiculares entre sí.
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Figura 5. Cálculo de la orientación del plano bisector entre dos planos conocidos, utilizando la
proyección ciclográfica.
Cálculo utilizando los polos (proyección polar)
Proyectar los polos de los planos (P1 y P2) (Fig. 6).
Dibujar el círculo mayor que contiene a los dos polos.
La línea de corte de los dos planos (L), corresponde al polo del plano que
contiene a los dos polos anteriores.
Contar los ángulos ente polos y hallar sus puntos medios respectivos (A y
B). Trazando el círculo mayor que contiene la línea de corte y cada uno de
los puntos medios, obtenemos los planos bisectores agudo y obtuso.
CONCLUSIONES
Es posible proyectar cualquier plano en proyección estereográfica mediante un
punto que representa su normal (línea perpendicular al plano). Este hecho es
especialmente importante cuando se trabaja con un número elevado de planos y en
aquellos casos en los que es necesario conocer valores angulares entre planos, líneas o
planos y líneas. La mecánica de estos problemas es sencilla y rápida como se ha visto,
por ello es la proyección más utilizada por los geólogos estructurales para la resolución
de casos semejantes.
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Figura 6. Cálculo de la orientación del plano bisector entre dos planos conocidos, mediante proyección
polar.
PROBLEMAS
Problema 1
Proyectar mediante proyección ciclográfica y polar, las siguientes orientaciones
correspondientes a superficies de estratificación (Fig. 7).
a) 360º‐40ºE; b) N90ºE‐26ºS; c) 045º‐90º; d) horizontal.
Marcar la dirección dada en la primitiva y hacerla coincidir con el diámetro N‐S
de la falsilla. Contar el buzamiento desde la primitiva hacia el centro, sobre el
diámetro E‐O. Dibujar el círculo mayor correspondiente.
Sin mover el transparente, con la dirección del plano sobre el diámetro N‐S,
contar sobre el diámetro E‐O el ángulo de buzamiento, desde el centro y en
dirección opuesta al sentido de buzamiento del plano. Colocar el polo del plano
en ese lugar.
Comprobar que el polo tiene un ángulo de inmersión cuyo valor es
complementario al de buzamiento.
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Comprobar que el plano y su polo están a 90º uno de otro, contando el ángulo
entre ellos a lo largo del diámetro E‐O de la falsilla.
Comprobar que la dirección de la línea (polo) está a 90º de la dirección del
plano.
Seguiremos el mismo procedimiento para proyectar cualquiera de los datos del
problema. Todos ellos se pueden proyectar en una misma hoja, visualizando la
orientación de cada uno en el espacio.
Figura 7. Resolución del problema 1. Ver texto para su explicación.
Problema 2
Dados dos planos con orientaciones N30ºE‐30ºSE y 20º/250º, hallar la
orientación de su línea de intersección, dando el valor de la inmersión y de los ángulos
de cabeceo sobre cada uno de los planos.
Visualizar el problema (Fig. 8). La línea de intersección de los dos planos (L), si
estos se representan en proyección ciclográfica, será el punto en la proyección donde
se cortan los dos círculos mayores. Si la representación es en proyección polar, la línea
buscada será el polo del plano que une los polos de los planos dados.
En este caso, dado que el problema nos pide los valores de los ángulos de
cabeceo, lo resolveremos mediante círculos mayores para hacer la medida
directamente.
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Dibujar los círculos mayores para cada uno de los planos.
La línea de intersección se lleva a un diámetro vertical, y en él se mide la
dirección e inmersión de la línea, 189º/11º.
Se coloca cada uno de los planos alternativamente sobre un círculo mayor, y se
mide según los círculos menores el valor correspondiente al ángulo de cabeceo
de la línea sobre cada uno de los planos, 21ºS y 34ºS.
Figura 8. Estereograma correspondiente al problema 2. Ver texto para su explicación.
Problema 3
Utilizando los datos del problema anterior, calcular el valor del ángulo que
forman entre si los dos planos y la orientación del plano bisector de dicho ángulo.
Utilizar un nuevo papel transparente y proyectar nuevamente los dos planos
anteriores, bien mediante sus círculos mayores o mediante sus polos.
Si hemos proyectado los círculos mayores (Fig. 9 A):
Dibujar el plano perpendicular a estos dos planos, colocando la línea de
intersección sobre el diámetro E‐O de la falsilla.
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Contar a lo largo de este nuevo plano, los valores correspondientes a los
ángulos agudo y obtuso, 56º y 134º. Hallar y marcar el punto medio de cada
uno de ellos (puntos A y B).
Trazar los planos que contienen respectivamente a la línea de intersección y a
cada uno de los puntos medios del ángulo elegido. Estos nuevos planos
representan los planos bisectores agudo y obtuso.
Leer las orientaciones correspondientes a estos planos bisectores, que son
010º‐84ºO y 080º‐11ºS.
Si hemos representado los planos en proyección polar (Fig. 9B):
Dibujar el plano que contiene los dos polos. Este plano es perpendicular a los
dos planos anteriores.
Contar a lo largo de este plano los valores correspondientes a los ángulos
agudo y obtuso. Marcar los puntos medios de dichos ángulos (A y B).
Dibujar la posición del polo de este plano. Corresponde a la línea de
intersección de los dos planos anteriores (L).
Los planos bisectores pedidos serán aquellos que contienen a la línea de
intersección y a cada uno de los dos puntos medios.
Observar que en este tipo de problemas, siempre que no haya más datos,
existirán dos soluciones, sin que podamos decidir cuál de ellas es la válida. En el caso
de que hayamos resuelto el problema en dos transparentes distintos, colocar uno
sobre otro y estudiar la relación entre polos y planos.
Problema 4
Calcular el valor del ángulo formado entre el plano de orientación 224º/36 y la
lineación mineral 010º/26º.
Como ya se ha explicado anteriormente, el valor del ángulo formado entre un
plano y una línea, es el mismo que el formado entre la línea y el polo del plano. El
proceso a seguir se detalla a continuación (Fig. 10).
Proyectar la línea en el transparente (L).
Proyectar el polo del plano (P1).
Dibujar el círculo mayor que contiene el polo del plano y la línea.
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Contar el valor del ángulo a lo largo de este círculo mayor, utilizando los
círculos menores. En la figura se ha calculado el valor correspondiente al ángulo
agudo, que es de 37º.
Figura 9. Estereograma correspondiente al problema 3. A) mediante proyección ortográfica. B)
mediante proyección polar.
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Figura 10. Resolución del problema 4. Ver texto para su explicación.
Problema 5
Un plano de falla de orientación N16ºE‐32ºSE, muestra unas estrías de
deslizamiento con un ángulo de cabeceo de 30ºN. En el mismo plano aparece un
conjunto de escalones con dirección 150º. Orientar ambas líneas mediante dirección e
inmersión y calcular el ángulo que forman medido sobre el plano de falla, así como los
ángulos entre el plano de falla y cada una de las líneas.
Proyectar el plano de falla mediante su círculo mayor correspondiente.
Colocar en este plano la línea correspondiente a las estrías, contando desde el
norte el ángulo de cabeceo.
Llevar la dirección 150º sobre un diámetro vertical de la falsilla y colocar la
posición de los escalones dentro del plano de falla.
En este momento, ya están proyectados todos los elementos del problema (Fig.
11). A partir de aquí, vamos obteniendo las soluciones.
Colocamos cada una de las líneas sobre un plano vertical de la falsilla, y
medimos el ángulo de inmersión. En el caso de las estrías medimos su dirección
sobre la primitiva que es 042º y su inmersión, 16º. La inmersión
correspondiente a los escalones es de 24º según los 150º.
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Proyectamos el polo del plano de falla (F) y dibujamos el plano que contiene
este polo y las estrías y el plano que contiene el mismo polo y los escalones. En
cada uno de estos planos medimos el ángulo entre el plano de falla y estrías /
escalones y resulta ser de 90º en ambos casos.
Figura 11. Estereograma correspondiente al problema 5. Ver texto para su explicación.
BIBLIOGRAFÍA
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 a. Problemas de Geología Estructural. 1.
Conceptos generales. Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 1‐10.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 b. Problemas de Geología Estructural. 2.
Orientación y proyección de planos en el espacio. Reduca (Geología). Serie
Geología Estructural, 2 (1): 11‐23.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 c. Problemas de Geología Estructural. 3.
Orientación y proyección de líneas en el espacio. Reduca (Geología). Serie
Geología Estructural, 2 (1): 24‐40.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 d. Problemas de Geología Estructural. 7.
Pliegues. Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 95‐123, 2010.
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Geology. Butterworth‐Heinemann Ltd. Oxford. 104 pp.
Marshak, S & Mitra, G. 1982. Basic methods of structural geology. Prentice & Hall. 446
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Phillips, F. C. 1971. The use of stereographic projection in Structural Geology. Edward
Arnol. London. 90 pp.
Ragan, D. M. 1987. Geología Estructural. Ed. Omega. Barcelona. 210 pp.
Turner, F. & Weiss, L.R. 1963. Structural analysis of metamorphic tectonites. McGraw
Hill. New York. 545 pp.
Recibido: 18 noviembre 2009.
Aceptado: 22 diciembre 2009.
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Problemas de Geología Estructural
5. Rotaciones
Rosa Blanca Babín Vich1. David Gómez Ortiz2.
1
Departamento de Geodinámica. Facultad de Ciencias Geológicas.
Universidad Complutense de Madrid. José Antonio Novais, s/n. 28040‐Madrid.
rosbabin@geo.ucm.es
2
Área de Geología‐ESCET. Universidad Rey Juan Carlos. Tulipán, s/n. 28933‐Móstoles.
david.gomez@urjc.es
Resumen: la rotación de líneas o planos representa un ejercicio común en Geología
Estructural que puede realizarse más fácilmente mediante proyección estereográfica
que utilizando oras técnicas. Sin embargo, para ello es preciso conocer los diferentes
métodos existentes en función de las características del eje de rotación, es decir, en
función de que éste sea horizontal, vertical o inclinado. Se describen aquí los
diferentes procedimientos acompañados de numerosos ejemplos prácticos.
Palabras clave: Eje de rotación. Ángulo de rotación. Sentido de rotación.
INTRODUCCIÓN
Para resolver algunos problemas en Geología Estructural, es necesario simular la
rotación física en el espacio de un elemento estructural alrededor de un eje de
orientación conocida. Esta rotación puede ser necesaria, por ejemplo, para conocer la
orientación original de una serie plegada que actualmente está aflorando bajo una
superficie de discordancia basculada. Será necesario rotar los elementos geométricos
de la discordancia y del pliegue un ángulo determinado alrededor de un eje de
rotación conocido, y de esta forma hallar la orientación inicial de la serie plegada.
Este proceso es bastante diferente a todo lo que se ha explicado hasta el
momento, Babín y Gómez (2010 a, b, c y d), donde simplemente se movía el
transparente alrededor de la chincheta colocada en el centro de la falsilla, para medir y
proyectar los distintos datos estructurales. En este transparente teníamos un norte
fijo, por tanto las orientaciones de líneas y planos nunca cambiaban con respecto a la
falsilla de referencia.
Cuando rotamos una línea o un plano en el espacio, su orientación cambia con
respecto a nuestra falsilla de referencia y este elemento estructural se reorienta en
función de la rotación sufrida. Para efectuar una rotación o bien para definirla, es
necesario conocer el ángulo de rotación, el sentido de la rotación (agujas del reloj,
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contrario a las agujas del reloj), desde donde se está mirando ese sentido de giro
(punto de vista) y la orientación del eje de giro. Por ejemplo: giro de 60º en sentido de
las agujas del reloj, visto desde el norte, del plano con orientación 170º‐25ºE,
alrededor de un eje inclinado orientado 32º/225º.
Existen distintos métodos para efectuar rotaciones de elementos estructurales.
Aquí se va a utilizar el que se considera más sencillo de comprender y al mismo
tiempo, más fácil de visualizar, aunque el alumno puede consultar otros libros de
Geología Estructural donde se explican los pasos para llevar a cabo las rotaciones con
distintos métodos.
En general, se usan dos procedimientos básicos para llevar a cabo una rotación:
rotación alrededor de un eje vertical (la inmersión del eje es de 90º).
rotación alrededor de un eje horizontal (la inmersión del eje es de 00º).
La rotación alrededor de un eje inclinado (inmersión del eje entre 00º y 90º) es
más fácil de llevar a cabo mediante una combinación de rotaciones alrededor de ejes
horizontales y/o verticales.
ROTACIÓN ALREDEDOR DE UN EJE VERTICAL
Es el tipo de rotación más sencillo. El eje de rotación se sitúa en el centro de la
falsilla, que corresponde a la posición de cualquier línea vertical dentro del
estereograma. Podemos hacernos una idea de lo que representa este tipo de rotación
observando la figura 1. La rotación de una línea alrededor de un eje vertical da lugar al
movimiento del punto que representa la línea a lo largo de un círculo menor que es
coaxial con la primitiva. Este círculo menor no se corresponde con los círculos menores
representados en la falsilla.
Para visualizar la situación, imaginar una línea inclinada con uno de sus extremos
fijo en el eje de rotación vertical. Si esta línea gira alrededor de este eje, su extremo
libre describe un cono vertical y circular que intersecta a la semiesfera inferior según
un círculo menor. Esta línea tiene una nueva orientación después del giro, de forma
que ha variado su sentido de inmersión, pero el ángulo de inmersión sigue siendo el
mismo. En el caso de un plano, el ángulo de buzamiento se mantiene y solo cambia la
dirección del plano después de efectuar el giro.
Para especificar el sentido de rotación, podemos indicar sentido de las agujas del
reloj, dextral, derecho, etc. intuitivamente, cuando el giro es de derecha a izquierda, y
al contrario cuando el giro es de izquierda a derecha (contrario a las agujas del reloj,
sinestral, izquierdo,.etc.).
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Figura 1. Rotación de una línea L un ángulo de 40º alrededor de un eje vertical, visto en el hemisferio
inferior de la esfera.
Procedimiento
Proyectar la línea, plano o polo correspondiente.
Girar sobre la circunferencia primitiva la dirección del elemento elegido,
contando el ángulo de rotación en el sentido indicado, a partir de la dirección.
Marcamos la nueva dirección obtenida.
Colocar la nueva dirección sobre un plano vertical de la falsilla (caso de una
línea) o sobre el diámetro N‐S (caso de un plano o su normal), y contar la
misma inmersión anterior en el caso de línea o polo o bien el mismo
buzamiento en el caso de un plano. Dibujar y leer la orientación del nuevo
elemento después de la rotación.
Ejemplo: la orientación de una línea es 40º/220º. Hallar su nueva orientación
después de efectuar un giro de 50º en sentido de las agujas del reloj, alrededor de un
eje vertical (Fig. 2).
Marcar sobre la primitiva la dirección de la línea.
Proyectar el punto que representa la línea (L). Mover sobre la primitiva la
marca de la dirección 50º siguiendo el sentido que indica el problema. La nueva
dirección de la línea será 270º (220º + 50º). Si el giro fuera en sentido contrario,
se restarían los 50º.
Colocando esta dirección sobre uno de los diámetros verticales, contar el valor
de la inmersión (40º) y colocar la línea en su nueva posición (L´). Su orientación
será 270º/40º.
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ROTACIÓN ALREDEDOR DE UN EJE HORIZONTAL
Como ayuda para visualizar la rotación de una línea alrededor de un eje
horizontal, coger un lápiz con las dos manos y dejando fijo uno de los extremos, girar el
otro alrededor de la horizontal. La línea que rota va cambiando de orientación según
va rotando y va formando un cono en el espacio. Este cono tiene un eje horizontal que
corresponde al eje de rotación.
Figura 2. Rotación alrededor de un eje vertical. Ver texto para su explicación.
Como ya sabemos, los conos se proyectan como círculos menores. El eje de
rotación ocupa el centro del círculo menor definido por la línea que rota, por tanto, si
la rotación se efectúa a lo largo de los círculos menores de la falsilla, el eje de rotación
debe estar situado en su centro, que corresponde a cualquiera de los polos norte o sur
de la falsilla.
Cualquier línea horizontal, en este caso el eje de rotación, está situada sobre la
circunferencia primitiva. Cuando al rotar un elemento estructural un ángulo
determinado se pasa la primitiva y hay que continuar contando (“se sale de la falsilla”),
el elemento estructural reaparecerá en el extremo diametralmente opuesto del
estereograma. Para efectuar una rotación alrededor de un eje horizontal, el camino a
seguir es el indicado en la figura 3 A, donde se explica el giro de un plano alrededor del
eje N‐S de la falsilla, que a su vez coincide con la dirección del plano que queremos
rotar. El camino a seguir es el siguiente:
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Procedimiento
Proyectar sobre la primitiva la posición del eje de rotación.
Proyectar la línea, polo o plano que se va a rotar.
Girar el transparente hasta que el eje de rotación coincida con el diámetro N‐S
de la falsilla. Este eje estará situado sobre el polo norte o sur. En esta posición,
el elemento estructural objeto del giro queda situado sobre un círculo menor
de la falsilla.
Mover sobre este círculo menor el ángulo indicado y en el sentido indicado.
Marcar la nueva posición de la línea, polo o plano después del giro.
En el caso de que la rotación sea de un plano proyectado en proyección
ciclográfica, el procedimiento es el mismo. Cuando el eje de giro está situado sobre el
diámetro N‐S, movemos puntos individuales del círculo mayor (plano) a lo largo de los
círculos menores sobre los que se encuentran. Con estos nuevos puntos, buscando el
círculo mayor que los contiene (moviendo el transparente sobre la falsillla) y hallamos
la posición del plano rotado. Con mover dos puntos del plano inicial, es suficiente.
Si giramos un plano alrededor de un eje horizontal cuya dirección coincide con la
del plano, solo cambiará el buzamiento del plano (Fig. 3 B). Si el eje de rotación no es
paralelo a la dirección del plano, cambiarán tanto dirección como buzamiento del
plano después de la rotación.
Durante la rotación, el polo de un plano se mueve la misma “distancia” angular y
en el mismo sentido que los puntos correspondientes del círculo mayor, por tanto la
rotación de un plano se puede hacer también moviendo su polo a lo largo del círculo
menor correspondiente. Una estructura linear que tiene una orientación fija con
respecto al plano también se moverá la misma “distancia” angular en el mismo sentido
a lo largo de su círculo menor, de forma que está contenida en el plano antes y
después de la rotación.
En las rotaciones es crítico visualizar el sentido de la rotación. Si rotamos un
plano con dirección N‐S y buzando al este, 60º en sentido contrario a las agujas del
reloj visto desde el norte, su buzamiento decrece (Fig. 3 A), mientras que si giramos en
sentido de las agujas del reloj con el mismo punto de vista, el buzamiento aumenta. La
rotación de una capa invertida debe pasar primeramente por la posición vertical antes
de ser rotado hacia la posición horizontal.
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Figura 3. Rotación de un plano y de su polo alrededor de un eje horizontal con la misma dirección del
plano (N‐S). a) Visto en tres dimensiones. b) Estereograma en dos dimensiones.
Ejemplo: Girar el plano N20ºE‐40ºE alrededor de un eje horizontal de dirección
020º, una cuantía de 50º en sentido de las agujas del reloj visto desde el sur.
Dibujar el plano y su polo y colocar su dirección sobre el diámetro N‐S de la
falsilla, de forma que estemos mirando desde el sur.
En esta posición, mover al menos dos puntos del plano en el sentido indicado, a
lo largo de los círculos menores en los que estén situados. Según el enunciado,
debemos mover 50º de derecha a izquierda (Fig. 4).
Con los nuevos puntos obtenidos, dibujar el plano rotado y leer su orientación:
020º‐90º. La dirección del plano no ha cambiado después de efectuar la
rotación, ya que el eje de giro y el plano coinciden en dirección.
Repetir el mismo proceso con el polo y verificar que plano y polo rotado están a
90º entre sí. El polo P´ está sobre la primitiva (plano horizontal) como
corresponde al polo de un plano vertical. Su dirección, 290º, está a 90º de la
dirección del plano.
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ROTACIÓN ALREDEDOR DE UN EJE INCLINADO
Cuando se gira una línea alrededor de un eje inclinado (eje de rotación) su
orientación cambia, de forma que define un cono representado en el estereograma como
un círculo menor. Una línea o un plano con una orientación inicial determinada, sufrirán
un cambio completo de orientación después de la rotación.
Es posible efectuar esta rotación directamente, pero el método es difícil de
visualizar. Es bastante más sencillo efectuar esta rotación en tres estadios sucesivos que
son los siguientes:
Figura 4. Rotación de un plano alrededor de un eje horizontal, coincidente con su dirección.
1º. Rotar el eje inclinado a la horizontal alrededor de un segundo eje, que es
horizontal y ortogonal al eje inclinado. Para ello, colocamos el eje de giro sobre el
diámetro E‐O de la falsilla y lo movemos hasta la circunferencia primitiva, sobre el plano
horizontal. Todos los elementos estructurales existentes en el estereograma, rotarán los
mismos grados y en el mismo sentido a lo largo de su círculo menor, para mantener las
relaciones angulares entre ellos.
2º. Efectuamos el giro pedido, en este caso alrededor de un eje horizontal, como se
ha explicado anteriormente. Nuevamente, todos los elementos del estereograma se
mueven los mismos grados y en el mismo sentido.
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3º. El eje de giro se rota a su posición inclinada original llevándolo nuevamente
sobre el diámetro E‐O y una vez más, todos los elementos proyectados se mueven los
mismos grados y en el mismo sentido a lo largo de sus círculos menores.
Ejemplo: la orientación del flanco de un pliegue es N60ºO‐40ºSO. ¿Cuál será su
orientación después de una rotación de 40º en sentido contrario a las agujas del reloj,
mirando hacia el sentido de la inmersión, alrededor del eje del pliegue, orientado
30º/S80ºO? (Fig. 5).
Dibujar el estereograma del eje del pliegue (eje de rotación) y el flanco.
Girar el transparente y colocar el eje de giro sobre el diámetro E‐O de la falsilla. En
esa posición, llevarlo a la horizontal. El giro efectuado ha sido de 30º. El eje E pasa
a la posición E´, sobre la circunferencia primitiva.
Girar los mismos 30º y en el mismo sentido, el flanco del pliegue, con dos puntos
elegidos al azar. En el estereograma se han utilizado el eje del pliegue y un punto
A que pasa a la posición A´. Obtenemos la nueva orientación del flanco, con el eje
del pliegue ya horizontal (Fig. 5 A).
Llevar el eje de giro E´ (ya horizontal) al diámetro N‐S de la falsilla y efectuar la
rotación de 40º en el sentido indicado, alrededor de un eje horizontal. Los puntos
elegidos llegan a la circunferencia primitiva y entran por el punto diametralmente
opuesto. Obtenemos la nueva posición del flanco del pliegue después de giro (Fig.
5 B).
Una vez terminada la rotación, colocar nuevamente el eje de giro sobre el
diámetro E‐O de la falsilla y volverlo a su posición inclinada original. El flanco
anteriormente obtenido se moverá los mismos grados en el mismo sentido,
nuevamente a partir de dos puntos, uno de ellos el eje del pliegue. Esta posición
del flanco nos da la nueva orientación, después de efectuar el giro: N20ºE‐31ºO.
En el diagrama corresponde al plano nombrado como “4 solución”.
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Figura 5. Rotación alrededor de un eje inclinado. Ver texto para su explicación.
CONCLUSIONES
Las rotaciones alrededor de un eje de orientación conocida, sea este horizontal,
vertical o inclinado, son sencillas de resolver utilizando la proyección estereográfica. Se
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pueden restituir series a su posición original, deducir antiguas direcciones de corriente
e incluso, como se verá en el capítulo de fallas, conocer posiciones de elementos
estructurales en el bloque girado de una falla rotacional.
Para definir correctamente una rotación en el espacio es necesario dar el valor
del ángulo de rotación, su sentido y el punto de vista desde el cual estamos efectuando
ese giro.
PROBLEMAS
Problema 1
Hallar la nueva orientación del plano N30ºO‐40ºNE y de su polo, después de
girarlo 40º en el sentido de las agujas del reloj, alrededor de un eje vertical.
Dibujar el estereograma correspondiente a ambos, polo (P) y plano (Fig.6).
Contar sobre la primitiva los 40º correspondientes al giro, a partir de la
dirección del plano y del sentido de inmersión del polo respectivamente.
Con las nuevas direcciones obtenidas, pintar el plano rotado, conservando el
buzamiento anterior y el polo, con su inmersión correspondiente.
Leer las nuevas orientaciones del polo y el plano: 280º/50º y 010º‐40ºE.
Figura 6. Resolución del problema 1. Ver texto para su explicación.
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Problema 2
La orientación de una línea es 35º/S50ºE. ¿Cuál será su nueva orientación
después de haber girado 40º en sentido contrario a las agujas del reloj, alrededor de
un eje vertical? (Fig. 7).
Dibujar la proyección de la línea (L) en el transparente.
Contar sobre la primitiva a partir del sentido de inmersión de la línea, los 40º
correspondientes a la rotación. El nuevo sentido de inmersión de esta línea es
de 090º.
Colocado el nuevo sentido de inmersión sobre un diámetro vertical, contar el
ángulo de inmersión correspondiente (35º) y dibujar la nueva posición de la
línea (L´). Su orientación es 090º/35º.
Figura 7. Resolución del problema 2. Ver texto para su explicación.
Problema 3
En una serie sedimentaria (SS) orientada 34º/132º se observa una estratificación
cruzada planar (EC), de orientación 244º/20º. Calcular la orientación de la
estratificación cruzada antes del basculamiento de la serie sedimentaria.
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Dibujar la proyección de ambos planos, bien en ciclográfica o en polar (Fig. 8).
En este caso, se ha resuelto en proyección polar.
Antes del basculamiento, la serie sedimentaria estaba horizontal. Si rotamos
esta serie hasta ponerla horizontal, la estratificación cruzada rotará los mismos
grados y en el mismo sentido que la serie sedimentaria. Esta nueva posición
será la que tenía antes del basculamiento.
Colocar la dirección de la serie sedimentaria sobre el diámetro N‐S de la falsilla.
Su polo se situará sobre el diámetro E‐O (SS).
Rotar la serie sedimentaria alrededor de un eje de giro que coincide con su
dirección, un ángulo de 34º que es el valor del buzamiento. De esta forma el
plano está horizontal y coincide con la circunferencia primitiva y su polo está
vertical en el centro de la falsilla (SS´).
En esta misma posición, rotar la estratificación cruzada (EC) los mismos 34º y
en el mismo sentido, moviendo dos puntos del plano a lo largo de su círculo
menor, o bien el polo del plano hasta la posición EC´.
Dibujar en proyección ciclográfica la posición de la estratificación cruzada antes
del basculamiento, y medir su orientación: 018º‐48ºO.
Figura 8. Resolución del problema 3. Ver texto para su explicación.
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Problema 4
Una secuencia estratificada invertida está orientada N30ºO‐40ºSO. En uno de los
planos de estratificación aparece una lineación con un cabeceo de 30ºNO. Calcular la
orientación de la lineación cuando la estratificación estaba horizontal.
Antes de resolver el problema, pensar en la posición de la línea cuando la
estratificación estaba horizontal. ¿Cuál será la inmersión de la línea en este supuesto?.
Dibujar el plano de estratificación y la posición de la lineación (L) dentro del
plano (Fig. 9).
La secuencia está invertida. Para poner este plano horizontal primero hay que
ponerlo vertical y después, con la secuencia ya en posición normal, llevarla a la
horizontal. Rotamos el plano a la horizontal, pasando primero por la vertical. El
polo del plano se coloca en el centro de la falsilla (P´).
La misma rotación se aplica a la lineación, que se moverá a lo largo del círculo
menor en que está contenida, y se lee su posición inicial en el estereograma: L´:
360º/00º, por tanto la lineación está horizontal y su sentido de inmersión será
de 360º o bien, 000º.
Figura 9. Resolución del problema 4. Ver texto para su explicación.
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Problema 5
Una lineación mineral tiene una inmersión de 30º hacia los 220º. Calcular su
nueva orientación después de una rotación de 30º en el sentido de las agujas del reloj,
mirando desde el sur, alrededor de un eje horizontal de dirección N10ºE.
Colocar en el estereograma la lineación mineral y el eje de giro sobre la
primitiva (Fig. 10).
Con el eje de giro sobre el diámetro N‐S de la falsilla, efectuar el giro con los
datos del problema. La línea L pasa a la posición L´.
Leer la orientación de la nueva línea: 229º/12º.
Figura 10. Resolución del problema 5. Ver texto para su explicación.
Problema 6
La orientación de un plano es N20E‐20ºSE. ¿Cuál será su orientación después de
una rotación de 30º en sentido contrario a las agujas del reloj, visto desde el sur,
alrededor de un eje paralelo a la dirección? ¿Cuál será su orientación si la rotación es
en sentido contrario?
Dibujar el plano en el estereograma (Fig. 11).
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Dado que el eje de rotación tiene la misma dirección que el plano, se coloca
esta dirección sobre el diámetro N‐S de la falsilla, y se hace la rotación que
indica el problema.
En el primer caso, visto desde el sur, el movimiento correspondiente al giro es
de izquierda a derecha, por tanto pasamos la primitiva y seguimos contando
hasta completar los 30º. En el segundo caso, la rotación es al contrario, de
derecha a izquierda.
Leer las soluciones correspondientes a cada uno de los casos y observar que la
dirección del plano no varía después de la rotación, únicamente cambia el valor
del ángulo de buzamiento.
Primer caso: 020º‐10ºO o bien N20ºE‐10ºO
Segundo caso: 020º‐50ºE
Figura 11. Resolución del problema 6. Ver texto para su explicación.
Problema 7
La serie situada sobre una discordancia angular, tienen una orientación de
N10ºE‐50ºO. La serie inferior está orientada N40ºE‐80ºE. ¿Cuál era la orientación de la
serie inferior antes del basculamiento de la discordancia?
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Considerar en primer lugar, que las capas por encima de una discordancia, tienen
la misma orientación que esta, y que la superficie de discordancia originalmente era
horizontal. Para ponerla en su posición original, rotaremos la discordancia a la
horizontal un ángulo igual al valor de su buzamiento, alrededor de un eje paralelo a la
dirección de la discordancia.
Proyectar la discordancia y la serie inferior mediante círculos mayores o con
polos (Fig. 12). En este caso, el problema se ha resuelto mediante proyección
ciclográfica.
Colocar la dirección de la discordancia (eje de giro) coincidiendo con el
diámetro N‐S de la falsilla. Hacer una rotación de 50º (valor del buzamiento)
alrededor de un eje horizontal que es la dirección del plano de discordancia, y
poner este plano horizontal, coincidiendo con la circunferencia primitiva. Si
trabajamos con polos, tener en cuenta que el polo de un plano horizontal es
una línea vertical, situada en el centro de la falsilla.
Rotar la serie inferior el mismo ángulo y en el mismo sentido que la
discordancia. Este nuevo plano nos da la orientación de la serie inferior antes
del basculamiento de la discordancia: 045º‐58ºNO.
Figura 12. Resolución del problema 7. Ver texto para su explicación.
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BIBLIOGRAFÍA
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Conceptos generales. Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 1‐10.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 b. Problemas de Geología Estructural. 2.
Orientación y proyección de planos en el espacio. Reduca (Geología). Serie
Geología Estructural, 2 (1): 11‐23.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 c. Problemas de Geología Estructural. 3.
Orientación y proyección de líneas en el espacio. Reduca (Geología). Serie
Geología Estructural, 2 (1): 2 (1): 24‐40.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 d. Problemas de Geología Estructural. 4.
Proyección polar de un plano. Proyección π. Reduca (Geología). Serie Geología
Estructural, 2 (1): 2 (1): 41‐56.
BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA
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Lheyson, P. R.; Lisle, R. J. 1996. Stereographic projection techniques in Structural
Geology. Butterworth‐Heinemann Ltd. Oxford. 104 pp.
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Phillips, F. C. 1971. The use of stereographic projection in Structural Geology. Edward
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Hill. New York. 545 pp.
Recibido: 18 noviembre 2009.
Aceptado: 22 diciembre 2009.
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Problemas de Geología Estructural
9. Análisis estructural mediante diagramas de contornos
Rosa Blanca Babín Vich1. David Gómez Ortiz2.
1
Departamento de Geodinámica. Facultad de Ciencias Geológicas.
Universidad Complutense de Madrid. José Antonio Novais, s/n. 28040‐Madrid.
rosbabin@geo.ucm.es
2
Área de Geología‐ESCET. Universidad Rey Juan Carlos. Tulipán, s/n. 28933‐Móstoles.
david.gomez@urjc.es
Resumen: La proyección de grandes conjuntos de datos puede suponer un problema
debido a lo complicado que resulta sacar conclusiones a partir del análisis de
diagramas con un elevado número de medidas representadas. Tal es el caso de
estructuras plegadas definidas a partir de múltiples medidas de estratificación, o bien
el problema de la superposición de estructuras de deformación. Se hace
imprescindible entonces el uso de falsillas que conserven las áreas para realizar
estudios estadísticos. Se muestran numerosos ejemplos del empleo de diagramas de
contornos mediante el uso de la proyección estereográfica.
Palabras clave: Falsilla de contaje. Diagrama de contornos. Modelos de distribución.
DEFINICIONES
En los artículos anteriores, Babín y Gómez (2010 a, b, c, d, e, f, g y h), hemos
usado uno de los tipos de proyección azimutal para resolver distintos problemas
geométricos en Geología Estructural. Esta proyección estereográfica, como ya se ha
reiterado a lo largo de las explicaciones, tiene dos propiedades importantes:
1. Conserva las relaciones angulares, de forma que el ángulo entre tangentes
en el punto de intersección de dos círculos máximos que se cortan, es el
mismo ángulo que el formado por los dos planos representados mediante
sus círculos máximos (Fig. 1 A).
2. No conserva el área. Esto quiere decir que las proyecciones de dos círculos
idénticos inscritos en diferentes partes de la esfera de proyección, aparecen
en el estereograma como círculos de tamaños diferentes (Fig. 1 B y C). La
proyección estereográfica de un círculo, puede variar en área dependiendo
del lugar donde se proyecta. Un círculo de área conocida, aparece más
grande si se proyecta cerca de la primitiva que si lo hace en el centro de la
falsilla.
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Figura 1. Propiedades de la proyección estereográfica que conserva ángulos. a) el ángulo entre dos
planos, es el mismo que el formado por las tangentes a los círculos máximos que los representan. b)
círculos idénticos, se proyectan en la esfera de proyección como círculos de distinto tamaño. c) un
área de 10ºx10º cercana a la primitiva, es mayor que en el centro de la proyección.
Esta última propiedad indica que la proyección estereográfica no es válida para
aplicaciones en las que sea necesario un tratamiento estadístico de datos
estructurales. Por ejemplo, datos sobre orientaciones preferentes de diaclasas en un
área, pueden aportar información de campos de paleoesfuerzos. La orientación de
estas diaclasas se puede representar en un diagrama en rosa o en un histograma, pero
estos gráficos solo aportan información en dos dimensiones.
Una proyección azimutal apropiada puede representar una orientación
preferente en tres dimensiones como un conjunto de polos, si la concentración de
polos por unidad de área de la proyección es proporcional a la concentración real de
planos de una orientación determinada. En problemas en los que la distribución
estadística de puntos es importante, existe una forma alternativa de proyección
azimutal, llamada proyección Lambert o proyección que conserva áreas. La falsilla
utilizada para este tipo de proyección es la de Schmidt, en la que el tamaño de un área
de 10ºx10º cerca de la primitiva es el mismo que en el centro de la falsilla (Fig. 2 A y B).
A menudo existe una cierta confusión con los nombres asignados a distintos
tipos de proyecciones azimutales. Una proyección estereográfica es un tipo de
proyección azimutal que utiliza la falsilla de Wulff (estereoneta) para obtener un
estereograma, que es el conjunto de puntos o curvas (círculos mayores) proyectados
en una proyección estereográfica. Una proyección que conserva el área, no es una
proyección estereográfica propiamente dicha, y la falsilla utilizada es la de Schmidt
(Fig. 3), que es distinta de la estereoneta. Formalmente, el término estereoneta se usa
solo para la proyección estereográfica, que conserva ángulos. Sin embargo, en la
práctica los geólogos usamos el término estereoneta tanto cuando nos referimos a la
falsilla de Wulff como a la de Schmidt.
En algunos casos puede ocurrir que no sepamos cual de las dos falsillas utilizar
para resolver un problema concreto. Se debe usar la falsilla de Schmidt en todos
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aquellos casos donde la concentración de puntos proyectados es significativa, por
tanto, en todos aquellos análisis con un gran número de medidas. Usaremos la de
Wulff para medir ángulos entre estructuras y en todos aquellos problemas donde
líneas, planos y polos se vayan a utilizar para cálculos geométricos.
En este artículo vamos a introducir la proyección que conserva áreas y a estudiar
algunas de sus aplicaciones en los análisis estructurales.
Figura 2. Propiedades de la proyección estereográfica que conserva áreas. a) círculos idénticos en la
esfera de proyección se proyectan como elipses, con distintos ejes pero con igual área. b) área de
10ºx10º en el extremo de la proyección, es del mismo tamaño que en el centro.
Figura 3. Falsilla de Schmidt, que conserva áreas.
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DIAGRAMAS DE CONTORNOS
Cuando se ha recogido un gran número de datos en el campo, su proyección
muestra un conjunto de puntos, bien polos de planos o bien líneas. Una proyección
que muestra solo puntos, recibe el nombre de diagrama de puntos. En muchas
ocasiones es posible estimar la orientación dominante de un determinado elemento
estructural en el área de estudio, pero si queremos obtener una representación más
precisa de las variaciones en orientación, debemos cuantificar el número de puntos
por unidad de área de la proyección. Esta cuantificación debe efectuarse en una falsilla
que conserve el área, y así podemos reconocer variaciones en la orientación
preferente del elemento estructural, medido en diferentes localidades. La mejor
manera de representar estas variaciones en la concentración de puntos, es dibujando
líneas de contornos que delimitan áreas determinadas.
Una línea de contorno en una proyección que conserva el área, separa zonas
dentro de la proyección en las que las densidades de puntos se mantienen dentro del
mismo área. Estas densidades se miden como porcentajes del número total de puntos
por 1% del área del estereograma y se dibujan las líneas de contornos separando zonas
en las que el porcentaje de puntos totales por 1% de área tenga un valor específico
(2%, 3%, etc.). Así obtenemos lo que se denomina diagrama de contornos.
Es necesario tener en cuenta ciertas reglas, a la hora de confeccionar diagramas
de contornos:
Se debe escoger el valor de los contornos, de forma que no haya más de seis
contornos en el diagrama final (a ser posible), para una mayor claridad a la hora
de la interpretación.
El contorno de menor valor del diagrama, generalmente corresponde a 1 punto
por 1% de área. El de mayor valor se escoge en función del número de puntos
proyectado.
Un contorno que cruza la primitiva, debe reaparecer en el punto
diametralmente opuesto del estereograma.
Es más fácil comenzar dibujando los contornos en el área de mayor
concentración.
Es necesario determinar el verdadero máximo del diagrama (área de mayor
concentración de puntos).
Después de un contaje preliminar, a veces es necesario añadir contornos, o
bien eliminar algunos si las líneas de porcentaje están demasiado cerca unas de
otras.
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Los valores de los contornos se indican en una leyenda con la trama (o el color)
utilizada para cada valor de porcentaje. Por ejemplo, 1‐3‐5 y 9 por 1% de área,
con un máximo del 10%. El área de mayor concentración suele ser la de color o
trama más oscura. Hacia áreas de menor porcentaje, va decreciendo el tono de
color o de trama, siendo muy claro o blanco en áreas de baja concentración.
Generalmente se presentan los diagramas de contornos al lado del diagrama de
puntos correspondiente, de forma que la suma de datos más la interpretación,
sea lo más objetiva posible.
Una vez obtenido el diagrama de contornos, las orientaciones dominantes de las
estructuras principales se determinan a partir de la posición en el diagrama de aquellas
concentraciones donde aparezcan mayor número de puntos. Es una práctica común
abstraer estos datos proyectando por separado las orientaciones de los elementos
estructurales principales de una región. Un diagrama en el que se representa la
orientación dominante de los elementos estructurales mediante un único círculo
mayor o punto, recibe el nombre de diagrama sinóptico.
Actualmente los diagramas de contornos se construyen directamente en el
ordenador, pero es importante comprender los principios del contaje para usar
correctamente estos métodos gráficos. Se pueden utilizar distintos métodos para
construir diagramas de contornos, algunos muy versátiles y de uso fácil incluso en el
campo. Para la mayor parte de ellos, es conveniente usar una falsilla de 15 cm de
diámetro, Anexo I.
MÉTODOS DE CONTAJE DE ELEMENTOS ESTRUCTURALES
Como ya se ha dicho, la evaluación de los datos proyectados requiere un tipo
especial de falsilla. Si utilizamos la falsilla de Wulff para su proyección, como hemos
hecho hasta ahora, la distribución resultante no es estadísticamente correcta. Hay una
tendencia a la concentración de gran parte de los datos en el centro de la falsilla, lo
que indicaría, en el caso de líneas, una disposición preferente en posición vertical. Este
hecho es debido, como ya se ha indicado, a que un área determinada en el centro de la
falsilla es menor que la misma en el margen. Debido a esto, se usa la falsilla de
Schmidt, en la que la técnica de proyección y manipulación de datos es idéntica a la de
Wulff. La única diferencia entre las dos, es que los círculos menores en la primera no se
proyectan como arcos circulares.
Una vez preparado el diagrama de puntos, pasamos a efectuar el contaje para
obtener el diagrama de contornos o de densidades. Para ello, hay gran variedad de
métodos de contaje, de los que vamos a explicar los más utilizados.
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Falsilla de Kalsbeek
Es uno de los métodos más simples que existen para el contaje de puntos, y se
aplica en cualquier tipo de situaciones. Se trata de una falsilla que está subdividida en
pequeños triángulos (Fig. 4 A). Cada conjunto de seis triángulos forman un área
hexagonal igual al 1% del área total de la falsilla. Los triángulos están dispuestos de
forma que en la falsilla aparecen seis líneas radiales. Además, tiene la ventaja de la
existencia de una relación fija entre el número total de puntos y la densidad contada.
Cada punto se cuenta tres veces y se procede de la siguiente manera:
Superponer el transparente con el diagrama de puntos sobre la falsilla de
contaje, con la marca del norte del transparente sobre el extremo de uno de los
seis radios.
Colocar un segundo transparente, dibujar en él la primitiva y la marca del norte,
situada sobre la anterior.
Se cuentan los puntos correspondientes a cada hexágono, y el número total se
anota en el centro del hexágono (A en Fig. 4 B).
Al final del contaje, cada centro de hexágono debe tener un número. En
aquellas zonas del diagrama donde no haya puntos, los hexágonos se dejan en
blanco o bien se pone un cero en su centro.
En la periferia de la primitiva, los puntos de cada medio hexágono en un lado
de la primitiva se suman con los del otro medio hexágono del lado opuesto. El
número total se escribe en ambos lados de la primitiva (B en Fig. 4B).
Figura 4. a) Falsilla de contaje de Kalsbeek. b) Método de contaje con la falsilla. Ver texto para su
explicación.
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En aquellas partes de la periferia, donde aparecen medios círculos (sobre los
seis radios), se cuentan los puntos de los semicírculos opuestos y se suman,
poniendo el número de puntos en ambos lados (C en Fig. 4B).
En el centro de la falsilla, aparece un círculo formado por seis “triángulos”, en
lugar de un hexágono. Se cuentan todos los puntos incluidos en este círculo y
se pone el número correspondiente en su centro (D en Fig. 4B).
Una vez terminado el contaje, se transforman los números en porcentajes del
número total de puntos, y en base a ellos, dibujamos los contornos de igual
densidad, que delimitan las áreas con los porcentajes elegidos.
Ejemplo 1. Para facilitar la comparación de diagramas con distinto número total
de puntos, se dibujan los contornos como porcentajes de puntos totales por 1% de
área de la falsilla. El número de puntos proyectado, por tanto, debe ser convertido en
porcentaje. En el caso especial de que los puntos proyectados sean exactamente 100,
un punto representará el 1% y así sucesivamente. Si son 50 puntos los proyectados,
cada punto representa un 2% del total, etc. (Fig. 5 A).
Dentro ya del diagrama, dibujamos los contornos de igual densidad (Fig. 5 B). Es
más sencillo localizar primero el área de mayor concentración y trabajar hacia la parte
externa del diagrama.
Cuando un contorno intersecta la primitiva, reaparece exactamente en el lado
opuesto, a 180º (puntos A y A en Fig. 5 B). Al ser los contornos líneas que separan
áreas de porcentaje, son siempre curvas cerradas.
En el caso de un contorno que está muy próximo a intersectar la primitiva, pero
inmediatamente se aleja de ella, es válido continuar el propio contorno sin intersectar
la primitiva (puntos B y B en Fig. 5 B).
Cuando ya se ha efectuado un contaje preliminar (Fig. 5 A), por lo general es
necesario hacer una serie de modificaciones para mejorar el diagrama:
Todos los contornos dibujados pueden no ser necesarios. Si el espaciado entre
contornos es muy pequeño, alguna de las líneas dibujadas se puede eliminar.
Los valores de los contornos en el diagrama final se indican en la leyenda; por
ejemplo como 2‐4‐8‐12% por 1% de área, máximo 14%.
El área donde aparece la máxima concentración se pinta de negro o bien, se
distingue con una trama muy oscura. Es bastante efectivo utilizar tramas
gradualmente más claras según las áreas van siendo de menor concentración.
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Figura 5. a) diagrama de puntos y primer contaje. b) diagrama de contornos final, con contornos de 2,
4, 8 y 12% y un máximo de 14%, sobre un total de 50 puntos proyectados.
Método de contaje de Schmidt
Es, junto con el anterior, el método de contaje más usado, ya que trabaja muy
bien con amplios conjuntos de datos y con altas concentraciones de puntos. Requiere
el empleo de una regleta especial o contador, por ello a veces se le nombra como
“método de la regleta” y de una malla de contaje o malla de Schmidt (Fig. 6 A), como la
que aparece al final del libro. Para trabajar con este método es necesario, en primer
lugar, obtener la regleta de contaje, que se puede fabricar fácilmente con un cartón o
con un plástico que permita recortar la forma de la regleta.
Una regleta de contaje o contador de Schmidt, contiene dos agujeros circulares
en ambos extremos (Fig. 6 B). El área de cada uno de ellos es igual al 1% del área total
de nuestra falsilla de proyección. Es fácil comprender que se necesitan dos círculos
diametralmente opuestos para contar puntos sobre la circunferencia primitiva y en sus
cercanías, mientras que para el contaje en la parte interna, solo se necesita un círculo.
Las falsillas de proyección que utilizamos, tienen un diámetro de 15 cm, así como
la malla de Schmidt, por tanto en la regleta, la distancia entre los centros de los
círculos opuestos debe ser de 15 cm. Su longitud total puede ser de 18 ó 19 cm y su
anchura de 3,5 ó 4 cm.
En el Anexo II se incluye un contador de estas características.
Una vez obtenido el contador, el procedimiento para el contaje es el siguiente:
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Contaje interno
Colocar sobre la malla el diagrama de puntos, obtenido con una falsilla que
conserva áreas, de forma que coincidan las dos primitivas y los nortes de
las dos falsillas.
Colocar sobre el diagrama de puntos, un segundo transparente donde está
dibujada la primitiva, como un círculo de 15 cm de diámetro, y una marca
representando el norte. Esta debe coincidir con el norte del diagrama de
puntos.
Colocar uno de los dos círculos del contador de forma que el centro del
círculo coincida con un punto de la malla, usando como guía la línea
horizontal que pasa por el centro del círculo (Fig. 7 A). El número de puntos
visibles dentro del círculo representa el número de puntos por 1% de área.
Este número lo ponemos en el centro del círculo.
Movemos el contador hasta que su centro se sitúe sobre el punto siguiente
de la malla y repetimos el procedimiento. Esto se lleva a cabo para todos
los puntos de la malla, y en aquellos en los que no haya puntos (líneas o
polos de planos), se dejan en blanco o se pone un cero.
Figura 6. a) malla de contaje de Schmidt. b) contador o regleta de contaje de Schmidt.
Contaje externo o periférico
En la zona periférica, cerca de la primitiva, necesitamos utilizar ambos
círculos del contador.
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Colocamos una chincheta en el centro de la falsilla, y la muesca de la parte
central del contador, se mueve con la chincheta en medio hacia ambas
partes de la periferia.
Los puntos dentro de ambos círculos y diametralmente opuestos en la
proyección, se cuentan juntos (Fig. 7 B), teniendo siempre como centro de
ambos círculos los puntos de la malla. El valor correspondiente a la suma
de puntos se coloca en ambos centros.
El contaje sobre la primitiva propiamente dicha, se hace con el centro de la
regleta colocado en el centro de la falsilla, de forma que la suma de los
puntos correspondientes a la mitad de cada uno de los círculos opuestos,
se coloca sobre la primitiva, en ambos lados. De esta forma sabemos los
puntos diametralmente opuestos de entrada y salida de una curva
concreta, para cada uno de los contornos.
Figura 7. Uso del contador de Schmidt. a) para puntos situados en el interior de la falsilla. b) para
puntos situados cerca de la primitiva.
En este momento, todas las intersecciones de la malla de contaje, tienen un
número escrito sobre el transparente superior (Fig. 8 A). Convertimos este número de
puntos (n) en porcentaje mediante la ecuación:
n x (100)/N = %
donde N es el número total de puntos proyectados. Dibujamos los contornos con
los intervalos correspondientes, según las densidades de puntos obtenidas (Fig. 8 B).
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Método de contaje de Mellis
Este método únicamente se puede utilizar cuando el diagrama de puntos tiene
un número inferior a 100, o preferentemente, a 60. Por tanto, solo es válido para
pequeñas concentraciones locales, y es muy conveniente para separar contornos de
poca densidad.
Figura 8. Resultado del contaje con el método de Schmidt. a) contaje de 72 medidas de foliación. b)
diagrama de contornos con valores de 1, 3, 7 y 11%. Máximo de 15%.
Para efectuar el contaje es necesario construir una plantilla con un círculo cuyo
diámetro sea 1,5 cm, equivalente al 1% del área total de la proyección, de la misma
forma que lo hemos hecho en el caso anterior.
Colocar un transparente sobre el diagrama de puntos, haciendo coincidir los
nortes de ambos.
Colocar la plantilla sobre los transparentes y moverla de forma que esté
alineada con la flecha que marca el norte.
Dibujar un círculo de diámetro 1,5 alrededor de cada punto de la población. Las
áreas de solape de dos círculos tienen una concentración que equivale al doble
de la de un círculo individual. Cuando solapan tres círculos, la zona de solape
equivale al triple de la concentración de un único círculo. Por tanto, obtenemos
áreas que representan el doble y el triple del porcentaje, respectivamente.
Repasar y separar las áreas de distintas concentraciones de puntos y
distinguirlas mediante una trama o color (Fig. 9).
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Este método de contaje es el menos subjetivo. Los resultados son siempre los
mismos para la misma población, aunque el diagrama lo confeccionen distintas
personas. Sin embargo, está limitado a pequeñas poblaciones y bajas concentraciones
y es obvia la dificultad de su uso para poblaciones mayores, en el caso de solape entre
cuatro o más círculos.
Figura 9. Método de contaje de Mellis. Diagrama con contornos de 3 y 6% sobre medidas de 36 polos
de estratificación.
MODELOS DE DISTRIBUCIÓN EN LOS DIAGRAMAS DE PUNTOS
La distribución de puntos expresa gráficamente el grado de orientación
preferente de un elemento estructural determinado (lineación, diaclasado, etc.). La
llave para interpretar la proyección radica en reconocer el modelo de distribución de
puntos, tanto referente a estructuras lineares como a polos de planos. Este
reconocimiento siempre es más fácil de llevar a cabo a partir de un diagrama de
contornos. Existen cuatro modelos principales que podemos reconocer, y son los
siguientes (Fig. 10):
Distribución uniforme. Se expresa de forma que el conjunto de puntos
proyectados no presenta concentraciones locales. Cuando esto sucede, se dice
que la proyección está uniformemente distribuida (Fig. 10 A).
Punto máximo. La orientación preferente de elementos estructurales está
representada por una alta concentración de puntos, simétricamente
distribuidos alrededor de una única orientación principal. El centro de esta
concentración recibe el nombre de punto máximo o simplemente, máximo. Un
conjunto de datos individuales puede mostrar más de un punto máximo (Fig. 10
B).
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Guirnalda de círculo máximo. Una concentración de puntos que se dispone a lo
largo de un arco que se aproxima o bien que coincide con un círculo mayor,
recibe el nombre de guirnalda de círculo máximo (Fig. 10 C). Dentro de una
guirnalda, a su vez, pueden coexistir uno o varios puntos máximos. En algunos
casos, puede haber intersección de dos guirnaldas, dando lugar a un modelo de
guirnaldas cruzadas.
Figura 10. Modelos de distribución de puntos en los diagramas: a) distribución uniforme. b) punto
máximo. c) guirnalda de círculo máximo. d) guirnalda de círculo menor.
En el caso de elementos lineares proyectados, la existencia de este tipo de
guirnalda indica que todas las lineaciones están contenidas en un plano, pero no son
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paralelas entre sí. En todos los casos, la guirnalda se aproxima a la orientación del
plano que contiene a las lineaciones, y su eje es el polo del plano.
Un modelo en guirnalda para polos de elementos planares, indica que la
intersección de los planos es según una única línea, o bien que todos los planos se
cortan según una línea. Por ejemplo, caso de proyección de polos de estratificación
correspondientes a un pliegue cilíndrico. El polo del plano que engloba todos los polos
de estratificación, indica la orientación del eje del pliegue.
Guirnalda de círculo menor. Se define como una concentración de puntos a lo
largo de un arco que se aproxima a un círculo menor de la falsilla y puede contener
uno o varios máximos. Tanto para elementos lineares como planares, este tipo de
guirnalda indica una orientación preferente en un cono, alrededor de un único eje que
es el eje de la guirnalda (Fig. 10 D).
También podemos describir la disposición de puntos dentro de una proyección
que conserva áreas, en términos del tipo de simetría observada, por analogía con la
descripción de grupos de puntos en cristalografía. Por ejemplo, un pliegue puede ser
descrito como de simetría ortorrómbica o monoclínica, dependiendo de la disposición
de los polos de estratificación.
INTERPRETACIÓN DE DIAGRAMAS. ANÁLISIS DEL PLEGAMIENTO
La llave para interpretar un diagrama de puntos es el análisis de su diagrama de
contornos. La equivalencia de las distribuciones de elementos lineares y planares es la
siguiente:
Punto máximo. Representa una distribución simétrica de puntos dispuestos
alrededor de una única orientación principal.
Guirnalda. Representa una agrupación de puntos dispuesta según una banda
que coincide con un círculo mayor de la falsilla de proyección.
Desde el punto de vista geométrico y de forma sencilla, podemos definir un
pliegue, simplemente, como una superficie curvada, y en función de sus características
lo podemos clasificar en dos tipos básicos:
Pliegues cilíndricos. Generados por una línea recta imaginaria, que se mueve
en el espacio paralelamente a sí misma. Esta línea es el eje del pliegue.
Pliegues no cilíndricos. Generados por una línea que se mueve de forma no
planar en el espacio. Si uno de los extremos de la línea está fijo, el pliegue
resultante recibe el nombre de pliegue cónico. Si el movimiento de la generatriz
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es poco sistemático, el resultado es un pliegue complejo. Para trabajar con este
tipo de pliegues, se subdividen en partes que son aproximadamente cilíndricas.
A continuación vamos a analizar la geometría de las superficies cilíndricas y
cónicas tanto con diagramas β como con diagramas π, en una proyección que conserva
el área.
Diagramas β en pliegues cilíndricos
Cada segmento de la superficie plegada de un pliegue cilíndrico, contiene una
línea que es paralela al eje del pliegue. Cada dos planos de la superficie plegada se
cortarán a lo largo de una línea que es paralela al eje del pliegue.
En una proyección que conserva el área, los círculos mayores representan las
distintas orientaciones de la superficie plegada en diferentes puntos del pliegue, que
teóricamente, en un pliegue perfectamente cilíndrico, deben tener un punto común de
intersección que representa la orientación del eje del pliegue. Este punto generalmente
se llama eje β.
En la práctica, sin embargo, los pliegues reales no son perfectamente cilíndricos, y
las medidas de dirección y buzamiento tomadas en distintos puntos del pliegue producen
círculos máximos que no se cortan en un punto común, sino en puntos más o menos
próximos (Fig. 11). Para un conjunto de n planos, el número de posibles intersecciones
(N) viene dada por la siguiente progresión aritmética:
N = 0+1+2+.........(n‐1) = n(n‐1)/2
Por tanto, en el caso de 25 planos proyectados, el número de intersecciones
posibles es de 300. El diagrama de contornos de los puntos de intersección dará la
posición de la máxima concentración de intersecciones.
Figura 11. Diagramas β de un pliegue cilíndrico. El número de intersecciones de círculos máximos, se
incrementa cuanto mayor es el número de planos proyectados.
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Es evidente que una proyección de este tipo, con gran cantidad de elementos, no
es el mejor camino para representar las medidas de superficies de estratificación de un
pliegue. En primer lugar, el número de puntos que representa la posible posición del eje
β, es mayor que el número de medidas proyectadas. En segundo lugar, si hay algún
problema (generalmente de medida) con los datos originales, pueden aparecer
concentraciones de ejes β además de la concentración principal, dando lugar a
interpretaciones erróneas. Por tanto, en estos casos, la construcción de un diagrama β no
es aconsejable.
Diagramas π en pliegues cilíndricos
Debido a las pocas ventajas que ofrecen los diagramas β, el método preferido para
representar medidas de superficies plegadas, es el de los diagramas π. En ellos se
representan los polos de los planos que son tangentes a la superficie plegada. Esto
significa que si hemos obtenido en el campo medidas de orientaciones en una superficie
plegada, proyectamos en la falsilla que conserva áreas los polos de estos planos y no sus
círculos máximos.
En un pliegue cilíndrico, cada uno de los polos es perpendicular al eje del pliegue,
por tanto, los polos son paralelos a un plano perpendicular al eje del pliegue. Estos polos
forman una guirnalda de círculo máximo, llamado círculo π o círculo de polos (Fig. 12). El
polo de este círculo π representa el eje del pliegue, que a su vez suele coincidir con el eje
β en la proyección.
Figura 12. Diagrama π de un pliegue cilíndrico ideal.
En el caso de pliegues con un ángulo interlimbo (ángulo medido entre los dos
flancos del pliegue) muy amplio, el diagrama π muestra un máximo de forma elíptica.
Según va decreciendo el valor del ángulo interlimbo, la distribución de polos varía desde
un máximo hasta una guirnalda de círculo máximo (Fig. 13 A, B y C).
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Un diagrama π no solo nos da información acerca de la orientación del eje del
pliegue, también nos permite conocer la forma del pliegue. Por ejemplo, en un pliegue
con charnela redondeada, la densidad de puntos será uniforme a lo largo de la guirnalda
de círculo máximo y los dos puntos extremos de esta guirnalda definirán el valor del
ángulo interlimbo (Fig. 14 A). Un pliegue con una zona de charnela muy amplia y flancos
planares, vendrá representado por un círculo máximo que contiene dos máximos
correspondientes a las medidas de orientaciones de los dos flancos, y estos máximos se
pueden utilizar para conocer el valor del ángulo interlimbo (Fig. 14 B). Un pliegue angular
(Fig. 14 C) no tendrá una guirnalda bien definida, y el círculo π en la proyección se define
a partir de dos puntos máximos correspondientes a los dos flancos. Muchos pliegues
naturales muestran disposiciones de los polos intermedias entre las anteriormente
citadas. En pliegues asimétricos, la disposición sería la correspondiente a la figura 14 D.
Figura 13. Variaciones en el diagrama π según va decreciendo el valor del ángulo interlimbo del
pliegue. a) capas inclinadas. b) ángulo interlimbo mayor de 90º. c) ángulo interlimbo menor de 90º.
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Figura 14. Modelos de diagramas π para distintas formas de pliegues.
Con respecto a la simetría de los pliegues, no es posible decir algo concluyente en
base a los diagramas π, ya que el modelo de simetría depende en gran medida del
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buzamiento de los flancos del pliegue. En ocasiones, una concentración de puntos a lo
largo de una guirnalda, puede estar influenciada por la recogida de datos. Sin embargo, si
la distribución espacial de las medidas es uniforme, la asimetría de los polos en el
diagrama puede ser debida a la existencia de flancos cortos en pliegues asimétricos.
Generalmente, para determinar el grado de simetría de los pliegues necesitamos
información adicional, como puede ser la variación en espesor de un flanco a otro, la
orientación de la superficie envolvente y/o la orientación del plano axial del pliegue.
La orientación del plano axial se puede conocer si conocemos las orientaciones del
eje del pliegue y de la traza axial. En el caso de pliegues angulares, el plano axial se puede
asimilar al plano bisector del ángulo interlimbo (ver Babín y Gómez, 2010 g). Este
bisector viene representado por el punto cuya “distancia” angular a los dos máximos
(medida a lo largo de la guirnalda de círculo máximo) es la misma. El círculo mayor que
contiene este punto y el eje π, representa al plano axial del pliegue.
Las orientaciones del eje del pliegue y del plano axial, por tanto, se pueden conocer
a partir de la guirnalda de círculo máximo en una proyección que conserva áreas. Por
ejemplo, si el eje del pliegue es horizontal, estará situado sobre la circunferencia primitiva
y la guirnalda ocupa la parte central del diagrama (Fig. 15 A). En pliegues cuyo eje tiene
inmersión, este estará situado dentro de la primitiva (no sobre ella) y la guirnalda dibuja
una curva que no pasa por el centro de la falsilla (Fig. 15 B). Si el plano axial del pliegue es
vertical, vendrá representado por un diámetro de la falsilla, y si es horizontal, se
representa por la primitiva propiamente dicha. En el caso de que sea inclinado, su
representación corresponderá a alguno de los círculos mayores de la falsilla. En la figura
16, se representan algunos ejemplos de diagramas π para distintos tipos de pliegues.
Figura 15. Cálculo de la orientación del plano axial del pliegue, a partir de un diagrama π.
A partir de lo expuesto, el alumno puede ejercitarse en la interpretación de estos
diagramas, con un ejemplo muy sencillo. Suponer el desarrollo progresivo de un pliegue
cilíndrico, a partir de una única capa en principio horizontal y que se va plegando
sucesivamente, con todos los pasos intermedios que queramos elegir (Fig. 17). Antes del
plegamiento, todos los polos de la capa horizontal se proyectarán como un máximo en el
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centro de la falsilla, ya que todos corresponden a líneas verticales con la misma
orientación. Si se construye el diagrama paralelamente al plano vertical, habrá un punto
máximo en cada extremo de un diámetro de la falsilla.
Si plegamos la capa alrededor de un eje horizontal, los polos originalmente
verticales se distribuyen en un abanico, y el modelo que observamos, proyectado tanto
horizontal como verticalmente, es un máximo alargado, que va tomando una forma
elíptica. Cuanto mayor sea el radio de curvatura de la superficie plegada, más amplitud
presentará este abanico de puntos, dando lugar a una guirnalda más o menos completa.
En el caso de que los dos flancos lleguen a ser paralelos, se obtendrá una guirnalda
completa, perfecta. Este ejercicio se puede repetir partiendo de distintas orientaciones
para la capa original.
Figura 16. Ejemplos de diagramas π para distintos tipos de pliegues. La línea a trazos corresponde al
plano axial del pliegue, y el punto a la línea de charnela del pliegue.
Diagramas π en pliegues no cilíndricos
En el caso de que la superficie plegada sea cónica, supongamos que el ángulo apical
del cono tiene un valor de µ. Cada polo forma un ángulo de (90º‐µ/2) con el eje del cono.
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En otras palabras, los polos de estratificación generan un cono coaxial, con un ángulo
apical de 180º‐µ. Por tanto, los polos definen un círculo menor cuyo centro representa la
posición del eje del cono (Fig. 10 D).
Si se puede reconocer que los polos están distribuidos según un círculo menor,
volvemos a proyectar los polos en una falsilla de Wulff, ya que en ella los círculos
menores se proyectan como círculos en la proyección estereográfica. Dibujamos este
círculo menor con los polos proyectados y localizamos el centro del círculo, que
representa el eje del cono. Este eje se rota hasta la primitiva, y los círculos menores de la
falsilla se pueden usar para analizar las relaciones angulares entre los distintos elementos
del pliegue.
Figura 17. Desarrollo progresivo de un pliegue cilíndrico, a partir de una única capa horizontal.
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En pliegues no cilíndricos y no cónicos, tanto la orientación del plano axial como la
del eje del pliegue van cambiando y la construcción de un diagrama π generalmente,
muestra varias posibles orientaciones para el eje del pliegue. Esta geometría es típica de
áreas en las que existe plegamiento superpuesto.
Para analizar estos pliegues, lo más cómodo y efectivo es subdividir el área
deformada en dominios de pliegues cilíndricos planos, de forma que cada uno de estos
dominios tiene un eje de plegamiento cuya orientación permanece constante.
En pliegues no cilíndricos planos, el plano axial tiene una orientación constante, sin
embargo la orientación del eje del pliegue es variable. La orientación principal del plano
axial se define como el círculo mayor que contiene los ejes de los diferentes dominios
cilíndricos.
ANÁLISIS DE LA FÁBRICA DE LAS ROCAS CON LA FALSILLA QUE CONSERVA ÁREAS
El término fábrica define la geometría interna y configuración espacial de los
componentes de una roca. En general, comprende la suma total de tamaño, forma y
configuración de los granos en una muestra de roca determinada. Cuando esta fábrica es
visible en la roca a escala mesoscópica o de afloramiento, decimos que es penetrativa, y
las rocas que la presentan como resultado de la deformación reciben el nombre de
tectonitas. Las tectonitas son la expresión de los cambios en mineralogía y fábrica
requeridos para acomodar la deformación de la roca.
Las tectonitas se caracterizan por la existencia de foliación y/o lineación, ambas
estructuras debidas a distorsión de la roca. El alineamiento de la foliación y/o lineación en
una tectonita es una expresión de su estado de deformación, ya que son rocas que han
podido fluir en estado sólido. Este flujo se puede reconocer al microscopio como una
combinación de deslizamiento y/o cristalización y/o disolución a lo largo de las
discontinuidades de la roca.
Muchas tectonitas, y muchas foliaciones y lineaciones, se han formado en medios
de elevada temperatura y presión confinante, como son los medios metamórficos e
ígneos. También pueden formarse en medios sedimentarios, durante la distorsión antes
de la litificación.
El tipo más común de foliación se produce por la orientación paralela del plano
[001] en micas, acompañado de laminación mineral. Si se dispone paralelamente al plano
axial del pliegue, su orientación es la misma y los planos de foliación cortan a las
superficies de estratificación.
Otro tipo de foliación se produce cuando existen granos definidos por un
alargamiento dimensional debido a la deformación plástica (cuarzo y calcita) o a la
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Figura 18. Distintos tipos de tectonitas, definidas por la disposición de marcadores elipsoidales en la
roca.
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Cuando se observa una tectonita en el afloramiento, según cuál sea el plano de
observación se puede medir fácilmente la lineación, la foliación, o ambos elementos
estructurales. En planos perpendiculares o que forman un ángulo alto con ambas, la
foliación puede ser confundida con la lineación. Los cortes mejores en una tectonita L‐S,
estarán en planos paralelos a la lineación y perpendiculares a la foliación. Las trazas de
lineación aparecerán mejor desarrolladas en todos aquellos planos paralelos a ella o
formando con ella un ángulo agudo. No se observará la lineación o estará pobremente
desarrollada en planos perpendiculares a ella o que formen un ángulo alto con ella. En
una tectonita L‐S, un plano paralelo a la foliación, muestra la orientación verdadera de la
lineación.
Para poder aplicar los métodos del análisis estructural, es necesario que la fábrica
de la roca sea homogénea. Esto significa que el mismo volumen de roca en distintos
lugares de afloramiento, es idéntico desde el punto de vista estructural. En la naturaleza
esto no ocurre, pero si es posible suponer que una roca es estadísticamente homogénea
tomando distintas porciones de roca donde esto se cumple. Cuando el grado de
desarrollo o la orientación de la fábrica difiere en distintos lugares, se dice que la fábrica
es no homogénea.
Una roca con fábrica no homogénea, siempre se puede subdividir en partes
homogéneas. Cada una de estas partes es una porción tridimensional de una muestra de
roca que es estadísticamente homogénea, y recibe el nombre de dominio de fábrica o
simplemente, dominio.
Si la fábrica dentro de un dominio tiene las mismas propiedades en todas las
direcciones, recibe el nombre de isótropa. En muchas rocas deformadas, los elementos
estructurales dentro de un dominio exhiben una orientación preferente, y la fábrica es
anisótropa. Las falsillas que conservan áreas ayudan al análisis de la fábrica bajo dos
puntos de vista:
1. Se pueden usar para calcular la orientación verdadera de las fábricas, dando
medidas parciales tomadas en diferentes planos.
2. Se pueden usar para describir variaciones en la geometría de las fábricas, entre
diferentes dominios.
Finalmente, en rocas con fábricas múltiples, este tipo de proyección puede ser el
único camino para poder distinguir varios elementos de fábrica entre sí.
ANÁLISIS DE LA GEOMETRÍA DE LA FÁBRICA
Modelos de variación en las orientaciones de fábricas relacionadas con el
plegamiento, pueden ayudar a conocer la cronología del desarrollo de la fábrica con
respecto al pliegue. En principio son posibles varios modelos, dependiendo de la
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naturaleza de la fábrica, el tiempo de desarrollo de la fábrica con respecto al
plegamiento, y el mecanismo de plegamiento. A continuación vamos a hacer una breve
exposición de cada uno de los modelos más frecuentes, individualmente, fijándonos
sobre todo en las características de foliación y lineación de la roca, sin llegar a una
discusión completa de los distintos tipos de fábricas, que no es el objetivo de este
manual.
Foliación y lineación son las dos estructuras mesoscópicas mas frecuentes en las
tectonitas. Sus características principales en rocas metamórficas, son las siguientes:
La foliación se desarrolla perpendicularmente a la orientación del eje de esfuerzo
principal σ1. La lineación es paralela al eje de esfuerzo intermedio o mínimo.
La foliación es paralela al plano AB del elipsoide de deformación y a los planos de
mínima cohesión determinados por deslizamiento en planos de esfuerzo de cizalla
importante o de baja resistencia a la cizalla.
La lineación es paralela a la dirección de deslizamiento, flujo o transporte
tectónico de la tectonita que está fluyendo.
La lineación singenética con el plegamiento cilíndrico, generalmente es paralela a
los ejes de los pliegues.
La simetría del conjunto foliación‐lineación, geométricamente relacionadas,
refleja la simetría de la deformación.
Alguna foliación corresponde a un fenómeno de deslizamiento, otras veces se debe
a compresión o aplastamiento.
Foliación formada después de un primer plegamiento
Si un pliegue cilíndrico que pliega a S1 y se forma al mismo tiempo que S2, queda
cortado por una foliación planar posterior S3, las lineaciones de intersección entre S3 y S1
variarán en orientación alrededor del pliegue (Fig. 19 A). Sin embargo, todas las
orientaciones de la lineación están contenidas en el plano S3 y se disponen según una
guirnalda de círculo mayor (Fig. 19 B). El ángulo entre la lineación y los ejes de pliegue de
la segunda fase, varía en función de la orientación de S1.
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Figura 19. a) Lineaciones de intersección producidas por una foliación planar (S3) que corta a una
primera foliación plegada (S1). b) Representación estereográfica.
Plegamiento flexural de una lineación preexistente
Los pliegues formados por plegamiento flexural están acompañados por un
deslizamiento paralelo a los estratos, con muy poca distorsión de estos. Por tanto, se
puede considerar el movimiento como una rotación, y el ángulo entre el eje del pliegue y
la lineación pre‐existente permanece constante a lo largo de toda la superficie plegada
(Fig. 20 A). En una proyección que conserva el área, los puntos que representan las
distintas orientaciones de la lineación se disponen en un círculo menor cuyo centro es el
eje del pliegue (β), excepto cuando la lineación original es perpendicular al eje del
pliegue, en cuyo caso la lineación plegada está dispuesta según un círculo mayor (Fig. 20
B).
En la realidad, como cada uno de los estratos individuales se pliega mediante un
plegamiento flexural, cada estrato plegado tiene una superficie neutra con una geometría
ideal, concéntrica. El arco externo del pliegue se alarga y el interno, se acorta. En el arco
externo, el ángulo entre la lineación y el eje del pliegue se incrementa ligeramente, y los
puntos correspondientes a la lineación se colocan según un arco muy próximo a un
círculo menor, centrado en el eje del pliegue. De la misma manera, el ángulo entre el eje
del pliegue y la lineación decrece en el arco interno y los puntos correspondientes a la
lineación quedan en un arco que es más corto que el arco de un círculo menor (Fig. 20 C).
En la figura 21 se muestra la proyección de los datos estructurales para un
dominio restringido. Los polos de la foliación S1 se disponen según una guirnalda de
círculo mayor, cuyo eje coincide con el centro de la concentración de lineaciones
(cruces), y coincide con el eje del último pliegue cilíndrico B. Una primera lineación L
(puntos) aparece dispuesta según un círculo menor alrededor de B, lo que está de
acuerdo con un modelo de plegamiento por flexión‐deslizamiento.
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Figura 20. a) Disposición de una lineación plegada por flexión‐deslizamiento. b) Lineación
perpendicular al eje del pliegue (círculos abiertos). c) Lineación oblicua dispuesta según círculos
menores. Ver texto para su explicación.
Figura 21. Modelo real de plegamiento por flexión‐deslizamiento. Guirnalda de polos de foliación S1,
lineaciones (cruces) y una lineación anterior (puntos) dispuesta según un círculo menor.
Plegamiento pasivo de la lineación
El desarrollo de un pliegue pasivo es análogo desde el punto de vista geométrico, a
la reorientación pasiva de una capa guía mediante cizalla de un conjunto de planos poco
espaciados, que son oblicuos a la foliación. El plano axial del pliegue es paralelo a los
planos de cizalla y el eje del pliegue, a la lineación de intersección. Los puntos situados
sobre un elemento linear original, se transportan a distancias variables a lo largo de líneas
paralelas a la dirección de deslizamiento y se colocan en la superficie del estrato plegado
de tal forma que la lineación plegada está contenida en el plano definido por la lineación
original y la dirección de deslizamiento (Fig. 22 A). Por tanto los puntos que representan
la lineación plegada en la proyección están en un círculo mayor que es oblicuo al eje del
pliegue (Fig. 22 B).
Esta geometría es la misma que la de una lineación de intersección debida a una
foliación superpuesta en un pliegue pre‐existente, excepto que en este caso no se
desarrolla una foliación paralela al plano que contiene la foliación.
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Figura 22. a) Plegamiento pasivo de una lineación L. b) La lineación plegada L´ se sitúa en un círculo
mayor, oblicuo al eje del pliegue.
Plegamiento complejo de lineaciones
Es frecuente encontrar en pliegues naturales modelos complejos de lineaciones
replegadas. Generalmente se disponen en arcos intermedios entre círculos mayores y
menores, con modificaciones que pueden ser debidas a acortamiento paralelo a la
estratificación antes del plegamiento, aplastamiento homogéneo después del
plegamiento o alguna deformación paralela a la estratificación que acompaña al
plegamiento. Los detalles de todas y cada una de estas posibilidades, se pueden
encontrar en textos de Geología Estructural especializados.
Plegamiento flexural de superficies inclinadas, oblicuas entre sí
Cuando se pliega una roca que contiene dos familias de foliaciones oblicuas entre sí
(S1 y S2), el resultado es el plegamiento de ambas foliaciones. Lo mismo sucede cuando
existe un plano de estratificación y otro de clivaje o bien una estratificación cruzada y el
estrato que la contiene. Los modelos geométricos que resultan del plegamiento de dos
planos que son oblicuos entre sí, se analizan mediante la proyección que conserva áreas.
Durante el plegamiento flexural, si la lineación de intersección de los dos planos es
paralela al eje del pliegue, ambas superficies se pliegan mediante pliegues cilíndricos que
son coaxiales (Fig. 23 A). Si la lineación de intersección es perpendicular al eje del pliegue
y una superficie se pliega dando un pliegue cilíndrico, la otra superficie mantiene su
ángulo diedro con respecto a la anterior y se pliega dando un pliegue cónico, con su eje
paralelo al eje del pliegue cilíndrico (Fig. 23 B). Podemos obtener modelos más
complejos, con la lineación de intersección dispuesta según un círculo menor cuyo centro
es el eje del pliegue cilíndrico, y el ángulo diedro entre los dos planos varía
continuamente alrededor del pliegue (Fig. 23 C).
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Plegamiento pasivo de superficies inclinadas, oblicuas entre sí
En la figura 24 A, se aprecia el aspecto general de las superficies S1 y S2 plegadas por
S3 mediante un modelo de plegamiento pasivo. La lineación de intersección se pliega,
pero queda en un plano definido por su orientación original y la dirección de
deslizamiento de los hipotéticos planos de cizalla, por tanto después del plegamiento, las
lineaciones de intersección dibujan un círculo mayor (Fig. 24 B). Ambos planos se pliegan
como pliegues cilíndricos con un plano axial común (S3), paralelo a los planos de cizalla.
Las dos superficies plegadas tienen diferentes ejes de pliegue (β1 y β2), determinados por
sus líneas de intersección con los planos de cizalla. El ángulo diedro entre los dos planos,
generalmente varía a lo largo del pliegue.
Los diagramas de las figuras 24 B y C muestran la disposición de S1 plegada y S2
plegada, respectivamente. Superponiendo los dos diagramas, o bien dibujándolos en un
mismo transparente, se obtienen las líneas de intersección entre S1 y S2 que definen la
lineación plegada L. Todas estas líneas están contenidas en un círculo mayor, dibujado en
el diagrama de la figura 24 B.
Figura 23. Plegamiento flexural de dos superficies inclinadas, oblicuas entre sí. Lineación de
intersección: a) paralela al eje del pliegue. b) perpendicular al eje del pliegue. c) oblicua al eje del
pliegue.
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Figura 24. a) Plegamiento pasivo de superficies inclinadas, oblicuas entre sí. b) Plegamiento de S1. c)
Plegamiento de S2.
INTERPRETACIÓN DE LOS SISTEMAS PLEGADOS
Los mecanismos de plegamiento y los detalles del movimiento en un sistema de
pliegues, pueden ser muy complejos. Por lo general varían de uno a otro dominio
(buckling en algunos estratos y deslizamiento en otros) y también a lo largo del tiempo
(buckling en los primeros estadios de deformación seguido por deslizamiento o flujo).
Muchos sistemas de pliegues son el resultado de episodios superpuestos de plegamiento.
Teniendo en cuenta la variabilidad del mecanismo de plegamiento, podemos tener
alguna idea acerca de la deformación local y de las discontinuidades formadas,
estudiando las variaciones geométricas de las superficies S en su configuración presente,
a partir de una orientación inicial en la que asumimos que estas superficies eran planares
y en el caso de la estratificación, horizontales.
Sistemas de pliegues cilíndricos planos
En la figura 25 se pueden observar las propiedades generales de los sistemas de
pliegues cilíndricos planos y homogéneos de dos conjuntos ideales: simétricos y
asimétricos. Ambos consisten en dos dominios de planos de cizalla alternantes, limitados
por planos paralelos S2. En pliegues simétricos (Fig. 25 A) los dominios alternantes son
imágenes especulares una de otra, mientras que en los asimétricos (Fig. 25 B) difieren en
sus propiedades respecto a la deformación.
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Figura 25. Pliegues cilíndricos planos idealizados. a) simétricos. b) asimétricos.
En un sistema de pliegues de deslizamiento flexural, esta simetría o asimetría
refleja la simetría del movimiento ortorrómbico o monoclínico. Por ejemplo, la figura
26A, muestra un plegamiento asimétrico de un marcador pasivo S1 (por deslizamiento en
S2 paralelo al eje a), con resultado de una simetría ortorrómbica. Por el contrario, en la
figura 26 B, el sistema plegado es simétrico, pero el modelo obtenido (deslizamiento en
S2 paralelo al eje a), tiene simetría monoclínica.
Sistemas de pliegues cilíndricos no planos
Se pueden formar como resultado de una única deformación, o bien mediante
superposición de plegamientos. En ambos casos, los polos de los planos axiales se
disponen en una guirnalda de círculo mayor, cuya normal corresponde al eje del pliegue o
del sistema de pliegues.
Figura 26. Ver texto para su explicación.
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Plegamiento mediante una única deformación
Algunos sistemas de pliegues presentan una simetría axial sugiriendo un
movimiento alrededor de un eje de simetría. En otras ocasiones, el estado de flujo
en la tectonita da lugar a una simetría monoclínica. Existe un plano de simetría
normal al eje del pliegue, que en general es también un eje de alargamiento.
En otros sistemas de pliegues cilíndricos no planares, no existe evidencia de un
sentido determinado de rotación. Se relacionan con una deformación en la que
existe elongación paralela al eje del pliegue y acortamiento en todas las
direcciones normales a él. La simetría resultante es axial, tendiendo a
monoclínica, y el plano de simetría principal es normal al eje del pliegue.
Existe un tercer modelo en el que los pliegues mesoscópicos son conjugados, o
sus planos axiales mantienen durante un amplio espacio un modelo en abanico.
Los pliegues conjugados pueden presentar un modelo de alta simetría, de forma
que los diagramas para la superficie S1 plegada, los planos S2 y los ejes de pliegues
pueden ser idénticos a los sistemas de pliegues que resultan por plegamiento
superpuesto coaxial.
Plegamiento superpuesto
Cuando existe un replegamiento coaxial, las direcciones de los planos axiales de
los pequeños pliegues y las del clivaje de plano axial, varían en un área
relativamente pequeña. En una proyección de orientaciones de clivaje de plano
axial, los polos se disponen en una guirnalda de círculo mayor, centrada en un eje
común.
Muchos pliegues cilíndricos no planares, pueden ser tratados como resultado de
plegamiento coaxial repetido; un sistema cilíndrico plano se superpone a otro
sistema cilíndrico no planar, con ejes de pliegues comunes. Cuando el
plegamiento en ambas fases es por deslizamiento flexural, la simetría del
movimiento es monoclínica, con un plano de simetría normal al eje del pliegue. Si
la segunda deformación es por deslizamiento, la simetría obtenida es
independiente de la forma de la superficie plegada.
Sistemas de pliegues no cilíndricos
Plegamiento en una única deformación
Muchos sistemas de pliegues no cilíndricos parece que tienen su origen en una
única deformación compleja. Estos sistemas están formados por pliegues
individuales de forma más o menos elíptica, con extensión axial limitada. Los
pliegues de un sistema pueden aparecer en escalón y estar espacialmente
relacionados con otras estructuras, como son pliegues de mayor amplitud o fallas
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con movimiento según la dirección. Porciones de los pliegues individuales pueden
ser de forma cónica o presentar formas curvas.
Algunos geólogos interpretan estos sistemas de pliegues complejos como
productos de plegamiento simultáneo y plegamiento cruzado. Otros autores
atribuyen el buckling simultáneo y el cruzado y los ejes de acortamiento
relacionados, a una orientación crítica del plano estructural deformado con
respecto a los ejes principales de deformación.
Plegamiento superpuesto
La causa más común de sistemas no cilíndricos de pliegues mesoscópicos en
tectonitas, puede ser la superposición oblicua de una segunda generación de
pliegues sobre un sistema anterior.
La relación genética entre los dos sistemas de pliegues, muchas veces no está
clara. Algunos ejemplos muestran los efectos combinados de dos o más
deformaciones separadas en el tiempo, otros ejemplos muestran solo el último
episodio de deformación que ha seguido inmediatamente al anterior.
Un sistema de pliegues no cilíndricos formado por plegamiento repetido, es
homogéneo a gran escala y se pueden encontrar pequeños dominios
homogéneos que contienen pliegues de ambas generaciones. En general la
simetría de cada dominio es triclínica, y existen una serie de propiedades que
caracterizan a este tipo de pliegues:
Los pliegues de primera generación son no planos y no cilíndricos, con planos
axiales plegados cilíndricamente.
Los pliegues de segunda generación son planos y no cilíndricos o bien no
planos y no cilíndricos.
El modelo del segundo plegamiento depende del mecanismo de
plegamiento. Si la segunda fase ha sido por buckling o deslizamiento flexural,
cada segmento cilíndrico de un segundo pliegue corresponde a una
deformación heterogénea, luego para un dominio de superposición
homogénea, la simetría del movimiento total será triclínica.
Si la segunda deformación es por deslizamiento, los ejes cinemáticos pueden
no variar de orientación dentro de un dominio dado, luego es posible una alta
simetría del movimiento.
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CONCLUSIONES
En este capítulo, únicamente se han introducido los conceptos más relevantes en
Geología Estructural necesarios para el estudio de las rocas deformadas, como son los
de fábrica, tectonita y sus distintos tipos. El análisis estructural mediante diagramas de
contornos da origen a modelos muy variados que dependen de las condiciones de la
deformación, de la orientación de los planos deformados con respecto a los esfuerzos,
etc. Es imposible en este manual, Babín y Gómez (2010 a, b, c, d, e, f, g y h), analizar
todos y cada uno de los tipos posibles, y solo se han explicado los más comunes.
Remitimos al alumno a las obras específicas para este tipo de estudios, donde puede
ampliar la información que aquí se ofrece.
PROBLEMAS
Problema 1
La traza de una foliación S (línea de corte de la foliación con otro plano de
orientación conocida), se observa en un afloramiento en tres planos no paralelos. Se
miden las orientaciones de los planos y el ángulo de cabeceo de dicha traza medida en
cada uno de los tres plano, con el siguiente resultado:
Orientación del plano Cabeceo de la línea
114º‐ 80ºSO 40º NO
N44ºE ‐ 60ºNO 24ºS
169º ‐ 70ºNE 28ºNO
Hallar la orientación de la foliación.
La traza de la foliación (o de cualquier estructura planar) vista en una superficie,
es la línea de corte de la foliación con esa superficie, por tanto es un buzamiento
aparente de la foliación visto en esa superficie. Si es posible medir dos o más
buzamientos aparentes, la orientación de esta foliación se puede conocer, ya que el
plano buscado está definido por el círculo mayor que contiene los puntos que
corresponden a estos buzamientos aparentes.
Generalmente, las lineaciones se pueden medir directamente en el campo. Sin
embargo, en ocasiones la exposición es pobre, y se puede llegar a conocer su
orientación midiendo la orientación aparente en dos o más planos con distinta
orientación, y proyectando estos datos en una proyección que conserve el área.
Proyectar cada uno de los planos mediante su círculo máximo (Fig. 27).
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Colocar en cada uno de los planos el cabeceo correspondiente a esa lineación, o
el buzamiento aparente (F1, F2 y F3 en el estereograma).
Dibujar el círculo mayor que contiene a los tres puntos que representan a las
trazas (buzamientos aparentes).
Este círculo mayor corresponde al plano de foliación y su orientación es: N32ºE‐
40ºNO.
Figura 27. Resolución del problema 1. Ver texto para su explicación.
Problema 2
En tres caras no paralelas de un afloramiento, se han medido trazas de una
lineación. La orientación de los tres planos y el cabeceo de la lineación aparente en
cada uno de ellos, es la siguiente:
Orientación del plano Cabeceo de la línea
124º‐ 52ºNE 12º NO
N82ºE ‐ 30ºS 84ºO
N10ºE ‐ 70ºO 22ºS
Hallar la orientación de la lineación.
Este problema se puede resolver por dos caminos distintos muy similares entre
sí. El primero que vamos a explicar es el que se denomina método de Lowe, y a
continuación, el método de Cruden.
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Método de Lowe (Fig. 28)
Proyectar cada plano mediante su círculo máximo, la traza de la lineación
en el plano y el polo del plano.
Para cada plano, dibujar el círculo mayor que contiene el polo y la traza de
la lineación.
Estos tres nuevos círculos mayores, idealmente se cortan en un punto (R),
que define la orientación de la lineación, en este caso 179º/26º.
Este método presenta una desventaja importante. Cuando los ángulos entre
planos son menores de 40º, la localización del punto de intersección está
influenciada por pequeñas variaciones en los ángulos medidos. Por ello, el
mismo problema se puede resolver por un método alternativo, el método de
Cruden, que se expone a continuación.
Figura 28. Resolución del problema 2. Método de Lowe.
Método de Cruden (Fig. 29)
Los dos primeros pasos, igual que en el caso anterior.
Hallamos los polos de estos círculos mayores que contienen al polo del
plano y a la traza de la lineación (1, 2 y 3).
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Estos nuevos polos están en un círculo mayor, que representa el plano
perpendicular a la lineación, o bien, la lineación es el polo de este plano
(punto y raya en el estereograma).
El polo buscado está representado en el diagrama por el punto (R), y su
orientación es la misma que la obtenida por el método anterior.
Figura 29. Resolución del problema 2. Método de Cruden.
Problema 3
Los siguientes datos corresponden a medidas de estratificación, tomadas en una
serie aparentemente plegada. Determinar la orientación del eje del pliegue.
135º‐80ºNE 155º‐60ºNE 018º‐42ºE 027º‐41ºE 177º‐55ºE
N68ºO‐70ºS 105º‐60ºS 068º‐70ºS 050º‐44ºS 097º‐60ºS
060º‐70ºS 098º‐44ºS 065º‐44ºS 040º‐vertical 082º‐50ºS
007º‐60ºO 155º‐48ºO 000º‐50ºO 130º‐40ºSO 020º‐70ºO.
Representar en la proyección los polos correspondientes a las medidas de
estratificación (Fig. 30).
Una vez representados, se observa en el diagrama que se ajustan a dos círculos
mayores, cada uno de ellos representativo de una fase de plegamiento (a trazos
en el estereograma).
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El hecho de que las medidas se ajusten a un círculo mayor, indica que el
plegamiento es de tipo cilíndrico, por tanto existe un eje de pliegue para cada
una de las fases.
Los ejes de pliegue se corresponden con los polos de cada uno de los círculos
mayores, representados en el diagrama por β1 y β2.
Las orientaciones respectivas son 220º/40º y 130º/40º.
Los datos del problema no permiten conocer la orientación del plano axial de
estos pliegues, ya que en ambos casos los polos están muy dispersos a lo largo del
círculo mayor. En el caso de una mayor cantidad de datos y una menor dispersión, se
podría conocer la orientación de cada plano axial, que correspondería al plano que
contiene la línea de charnela (eje de pliegue) y el punto medio entre las
concentraciones máximas de polos.
Figura 30. Resolución del problema 3. Ver texto para su explicación.
Problema 4
En un pliegue de tipo similar (Fig. 31 A), se han podido medir superficies de
estratificación correspondientes a orientaciones de los flancos y de la zona de
charnela. Hallar la orientación de la línea de charnela y del plano axial, tan
aproximadamente como sea posible.
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Figura 31. Problema 4. a) Disposición de las medidas en el afloramiento. b) Resolución del problema
mediante ambas proyecciones, ciclográfica y polar.
Proyectar las medidas de estratificación mediante sus polos. En la figura 31 B se
han proyectado tanto en ciclográfica como en polar.
Los polos de estratificación están contenidos en un círculo mayor, cuyo polo es
la línea de charnela (β).
Los planos de estratificación, en proyección ciclográfica, se cortan en un punto,
que corresponde a la posición de la línea de charnela.
En ambos casos, su orientación es 090º/30º.
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Para aproximar la orientación del plano axial del pliegue, podemos medir en el
dibujo la dirección de la traza axial, que es N35ºO. El plano con esta dirección
que contenga a la línea de charnela, será el plano axial del pliegue.
Dibujamos este plano y su orientación es N35ºO‐36ºNE.
Como ya sabemos, no se puede deducir de la proyección si el pliegue es
antiforma o sinforma. En el caso de que corresponda a una antiforma o bien a un
anticlinal, el flanco occidental correspondería a un flanco invertido, ya que todos los
planos de estratificación buzan al este.
Problema 5
Con los datos que figuran en el mapa adjunto (Fig. 32 A), construir un diagrama
de polos y calcular tan aproximadamente como sea posible:
Orientación de la línea de charnela del pliegue.
Orientación del plano axial.
Estilo de los pliegues.
Ángulo interlimbo.
El diagrama de puntos, se puede observar en la figura 32 B, donde se han
proyectados los polos de las 50 medidas de estratificación. El modelo que se observa
pertenece a una corona de círculo máximo, por lo que se puede pensar que los
pliegues son de tipo cilíndrico, con un eje de pliegue bien definido.
En la figura 32 C se observa el diagrama de contornos correspondiente. Los
contornos corresponden al 2, 4, 8 y 12%. Dentro de la corona aparecen dos máximos
principales, con una concentración de hasta el 16%. Cada uno de estos máximos
corresponde al mayor número de medidas de orientación para ese flanco, luego
cualquiera de los polos de este máximo representa la orientación mayoritaria de la
estratificación para ese flanco.
El polo del círculo mayor que representa la corona, corresponderá a la posición
de la línea de charnela del pliegue (β). Su orientación aproximada es 332º/14º.
Los flancos del pliegue pasarán por el punto que define la línea de charnela y su
orientación está representada por cualquiera de los polos contenidos en los máximos.
Tomamos para cada máximo un punto que esté situado sobre el círculo mayor que
representa la corona, y consideramos que es el polo del flanco. A partir de este polo
dibujamos los dos flancos en proyección ciclográfica y leemos su orientación, medimos
el ángulo interflancos, calculamos su punto medio y dibujamos el plano axial del
pliegue, que será aquel que contiene a este punto medio y a la línea de charnela. La
orientación aproximada de este plano axial es 152º‐80ºE y el valor del ángulo
interflancos es de 84º.
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Figura 32. Resolución del problema 5. a) Mapa de medidas de S0. b) Diagrama de puntos. c) Diagrama
de contornos con la posición media de los flancos del pliegue, línea de charnela y plano axial.
Contornos de 2, 4, 8 y 12%. Máximos de 16%.
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ISSN: 1989‐6557
Hay que tener en cuenta que la elección de los puntos en los máximos que van a
representar los flancos del pliegue, puede ser algo subjetiva, y en función de ella, la
orientación de los flancos, valor del ángulo interflancos y orientación del plano axial,
pueden variar ligeramente.
BIBLIOGRAFÍA
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 a. Problemas de Geología Estructural. 1.
Conceptos generales. Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 1‐10.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 b. Problemas de Geología Estructural. 2.
Orientación y proyección de planos en el espacio. Reduca (Geología). Serie
Geología Estructural, 2 (1): 11‐23.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 c. Problemas de Geología Estructural. 3.
Orientación y proyección de líneas en el espacio. Reduca (Geología). Serie
Geología Estructural, 2 (1): 2 (1): 24‐40.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 d. Problemas de Geología Estructural. 4.
Proyección polar de un plano. Proyección π Reduca (Geología). Serie Geología
Estructural, 2 (1): 2 (1): 41‐56.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 e. Problemas de Geología Estructural. 5.
Rotaciones Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 57‐73.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 f. Problemas de Geología Estructural. 6.
Cálculo de la orientación de la estratificación a partir de testigos de sondeos.
Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 74‐94.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 g. Problemas de Geología Estructural. 7.
Pliegues. Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 95‐123.
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 h. Problemas de Geología Estructural. 8. Fallas
Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 124‐147.
BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA
Davis, G. H. 1984. Structural Geology of rocks and Regions. Wiley & Sons. 492 pp.
Lheyson, P. R.; Lisle, R. J. 1996. Stereographic projection techniques in Structural
Geology. Butterworth‐Heinemann Ltd. Oxford. 104 pp.
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Reduca (Geología). Serie Geología Estructural. 2 (1): 148‐192, 2010.
ISSN: 1989‐6557
Marshak, S & Mitra, G. 1982. Basic methods of structural geology. Prentice & Hall. 446
pp.
Phillips, F. C. 1971. The use of stereographic projection in Structural Geology. Edward
Arnol. London. 90 pp.
Ragan, D. M. 1987. Geología Estructural. Ed. Omega. Barcelona. 210 pp.
Turner, F. & Weiss, L.R. 1963. Structural analysis of metamorphic tectonites. McGraw
Hill. New York. 545 pp.
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ANEXO I
FALSILLADE CONTAJE DE SCHMIDT
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ISSN: 1989‐6557
ANEXO II
CONTADOR
Recibido: 18 noviembre 2009.
Aceptado: 22 diciembre 2009.
192
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En la toma de datos con brújula hay que tener en cuenta que el norte magnético se encuentra
situado actualmente en la península a aproximadamente 7º al Noroeste del Norte geográfico.
6.5.2. Espaciado
El espaciado de las discontinuidades es el factor que más influye en el tamaño de los bloques
que componen el macizo rocoso. Este aspecto cobra la máxima importancia cuando existen
otros factores que contribuyen a aumentar la deformabilidad del macizo rocoso, como, por
ejemplo, una pequeña resistencia al corte de las discontinuidades; tiene también gran
influencia en la permeabilidad del macizo rocoso y, por tanto, en la circulación del agua en el
mismo. El espaciado se mide colocando una cinta métrica perpendicular a las discontinuidades
en el afloramiento.
187
Tabla 6.7. Terminología de espaciados recomendada por la Sociedad Internacional de Mecánica de Rocas
(SIMR) (Brown, 1981).
Descripción Espaciado en mm
Extremadamente cerrado < 20
Muy cerrado 20-60
Cerrado 60-200
Moderado 200-600
Abierto 600-2000
Muy abierto 2000-6000
Extremadamente abierto >6000
Término Espesor en mm
Extremadamente fino <6
Muy fino 6-20
Fino 20-60
Medio 60-200
Grande 200-600
Muy grande 600-2000
Extremadamente grande >2000
188
Tabla 6.9. Terminología de continuidad o persistencia recomendada por la Sociedad Internacional de Mecánica
de Rocas (SIMR) (Brown, 1981).
Término Continuidad en m
Muy pequeña <1
Pequeña 1-3
Media 3-10
Grande 10-20
Muy grande >20
Se deben diferenciar las discontinuidades que se extienden fuera del afloramiento de las que
acaban dentro del mismo y de las que terminan contra otras discontinuidades, ya que una
familia de juntas que se extiende fuera del afloramiento debe ser más persistente que otra en la
que predominan las terminaciones contra otras juntas. Cuando los afloramientos donde se
realizan las observaciones son de poca extensión puede ser imposible estimar correctamente
las dimensiones de las discontinuidades.
189
La rugosidad de los labios de una discontinuidad tiene una gran influencia sobre su resistencia
al corte. Esta influencia es tanto menor cuanto mayor sea su apertura y el espesor de relleno.
La rugosidad de una discontinuidad se puede caracterizar mediante dos factores: ondulación y
aspereza. Las ondulaciones son rugosidades a gran escala que provocan una fuerte expansión
o dilatancia de la discontinuidad al experimentar ésta un desplazamiento cortante, si ambos
lados están en contacto. Las asperezas son rugosidades a pequeña escala que pueden
desaparecer en parte durante el desplazamiento cortante de la discontinuidad, si éste produce
la rotura de los pequeños picos de roca que constituyen la rugosidad. Si la resistencia de la
roca de los labios de la discontinuidad es elevada o la tensión normal aplicada es pequeña,
esta rotura no tiene lugar. El valor de la resistencia al corte debida a las asperezas se puede
obtener en el laboratorio ensayando una muestra de la discontinuidad o, a mayor escala,
mediante un ensayo de corte directo “in situ”. La ondulación se puede definir mediante el
ángulo i (ver Figura 6.17).
La SIMR (Brown, 1981) propone una clasificación con dos escalas para determinar la
rugosidad de las discontinuidades. Estas escalas son:
• Escala intermedia, para observaciones de varios metros de longitud, comprende tres grados
de rugosidad: escalonada, ondulada y plana.
Por consiguiente, una discontinuidad que se puede observar en suficiente longitud, se puede
clasificar en nueve grados de rugosidad (ver Figura 6.18).
190
Si existen ondulaciones de gran tamaño, de varias decenas de metros, se pueden describir, por
ejemplo, de la siguiente forma: lisa ondulada, con ondulaciones de 10 m de longitud.
Existe otra clasificación para discontinuidades que se pueden observar en menos de un metro
de longitud. Consta de 10 perfiles, de 10 cm de longitud cada uno, y se obtiene con ella el
coeficiente de rugosidad denominado JRC (ver Figura 6.19). Este coeficiente de rugosidad fue
propuesto por Barton y Choubey (1977), que lo utilizaron en su fórmula para determinar la
resistencia al corte de las discontinuidades.
191
Figura 6.20. Estimación de la rugosidad mediante el peine de Barton. Fotografía y montaje: autores.
192
• En función del grado de meteorización que se describe en las Tablas 6.1 y 6.2 del apartado
6.2. Estas tablas no permiten cuantificar la resistencia de la roca de los labios por lo que son
de poca utilidad.
• A partir del ensayo del martillo de Schmidt. La superficie de la roca, que debe estar limpia
de materiales sueltos, por lo menos debajo del martillo, se debe ensayar bajo condiciones
de saturación. Este procedimiento no se puede utilizar si la roca que contiene la
discontinuidad está suelta ya que se desplazaría al ser golpeada con el martillo, por lo que
no es aplicable en macizos rocosos muy fracturados. En este caso, se debe extraer el
bloque de roca que contiene la discontinuidad y sujetarlo firmemente antes de golpear en él
con el martillo. Se debe efectuar un número suficiente de ensayos en cada superficie de
discontinuidad. De cada grupo de diez lecturas se desechan las cinco más bajas y se anota
el valor medio de las cinco mayores. De esta forma se obtiene el valor del JCS (“joint
compressive strength”) que interviene en la fórmula propuesta por Barton y Choubey (1977)
para estimar la resistencia al corte de las discontinuidades rocosas sin relleno.
6.5.6. Apertura
Tal y como se muestra y define en la Figura 6.21, las discontinuidades pueden ser cerradas
abiertas y rellenas.
Figura 6.21. Definición de discontinuidad cerrada, abierta y rellena. Fotografía y montaje: autores.
193
espesor de relleno
apertura
Se deben anotar las aperturas de todas las discontinuidades intersectadas por la línea de toma
de datos, cuando se utiliza esta técnica de observación. Las variaciones de apertura que
suelen tener las grandes discontinuidades se suelen medir a lo largo de la traza de las mismas.
La resistencia al corte de las discontinuidades con unas aperturas muy pequeñas apenas
depende de la separación entre los labios y disminuye notablemente cuando hay agua en ellas,
ya que la presión de ésta puede reducir las tensiones efectivas normales en la discontinuidad.
Para describir la apertura de las discontinuidades se puede emplear la terminología
recomendada por la SIMR (Brown, 1981), y que se presenta en la Tabla 6.10.
194
Se denomina relleno de una discontinuidad al material que ocupa el espacio entre sus labios,
por ejemplo: calcita, fluorita, limo, etc. Normalmente el espesor de relleno es igual a la distancia
perpendicular entre los labios. Es conveniente medir los espesores máximo y mínimo y estimar,
a partir de ellos, el espesor medio (Véase Figura 6.23). Si la diferencia entre los espesores
máximo y mínimo es grande, puede ser debido a que la discontinuidad ha experimentado
desplazamientos cortantes.
Figura 6.23. Medición y análisis de rellenos. Fotografía y esquema: autores y David Córdova.
• Espesor.
• Mineralogía.
• Granulometría.
• Relación de sobreconsolidación.
• Humedad y permeabilidad.
• Desplazamientos cortantes previos.
Al realizar la cartografía geotécnica hay que observar en las discontinuidades los anteriores
factores. Se deben hacer esquemas y fotografías de los rellenos. En la Figura 6.24 se
muestran ejemplos de esquemas de discontinuidades rellenas.
195
Figura 6.25. Discontinuidad sub-horizontal en granito con claras muestras de goteo. Foto: autores.
196
En las Tablas 6.11 y 6.12 se presentan unas escalas descriptivas, propuestas por la SIMR
(Brown, 1981), que permiten evaluar el grado de filtración en una discontinuidad:
197
Figura 6.26. Plantilla de Schmidt para representación de polos (arriba izquierda), representación de los polos
de juntas medias en un macizo rocoso determinado (arriba derecha), plantilla de conteo de Kalsbeek (abajo
izquierda ) y distribución de los polos medidos en un macizo rocoso mediante el programa DIPS (Rocscience,
2002) abajo a la derecha.
198
Con esta representación de distribución de polos habrá que realizar manualmente la selección
de las zonas de orientación correspondientes a cada familia (para lo cual se podrá utilizará el
programa DIPS de Rocscience, 2002), y se obtendrán unos valores de dirección de buzamiento
y buzamiento correspondientes a las orientaciones medias de cada familia (Figura 6.27).
Con los datos medios de orientación se reubicará cada discontinuidad sobre el censo original
en su familia para obtener las propiedades promedio de cada una de las familias identificadas,
y así se obtendrá una tabla con las orientaciones y valores promedio de los caracteres
geomecánicos más importantes de las discontinuidades observadas en campo y clasificadas
en familias o sistemas. (Figura 6.27).
199
La numeración de las familias para su identificación se debe hacer empezando por las más
sistemáticas y persistentes o por las que mayores problemas de estabilidad que pueden
producir.
El tamaño de los bloques se puede expresar mediante el índice de tamaño (Ib) o mediante el
índice volumétrico de discontinuidades (Jv).
En macizos rocosos sedimentarios los bloques que se forman suelen ser cúbicos o prismáticos
y estar formados por los planos de estratificación más dos familias de juntas perpendiculares a
la estratificación y perpendiculares también entre sí. En tales casos Ib se puede definir como:
200
En estos casos puede estimarse seleccionando, a simple vista, una serie de bloques de
tamaño medio (Figura 6.29).
Figura 6.29. Representación espacial de los sistemas de discontinuidades para la estimación del índice de
tamaño. Fotografía y montaje: David Córdova.
En los macizos rocosos no sedimentarios, en los que los bloques no suelen no ser tan
regulares, el índice de tamaño se puede determinar seleccionando previamente, a simple vista,
los bloques de tamaño medio. Cada dominio estructural se suele caracterizar por una Ib.
el RQD tiene su valor máximo, es decir, 100 para Jv<4. Esta relación, se puede utilizar, aunque
no es muy precisa, para estimar el RQD cuando no se dispone de testigos de sondeos.
Los siguientes términos descriptivos propuestos por la SIMR (Brown, 1981) permiten clasificar
los bloques por tamaños según la Tabla 6.13. También se pueden clasificar los bloques según
201
Figura 6.30. Estimación del índice Jv a partir de las discontinuidades de las distintas familias observadas sobre
una muestra de macizo rocoso de un metro cúbico o a partir de los espaciados medios de las familias de las
discontinuidades observadas, para lo cual conviene ir estimando una serie grande de espaciados en la
dirección normal a cada una de las familias de juntas observadas in-situ.
Descripción 3
Jv (juntas/m )
Bloques muy grandes <1,0
Bloques grandes 1-3
Bloques medios 3-10
Bloques pequeños 10-30
Bloques muy pequeños >30
Tabla 6.14. Clasificación del tamaño de los bloques de un macizo rocoso según la longitud media de su arista.
202
a b
c d
e f
203
Para abordar el modelo geológico y el modelo geotécnico del macizo rocoso involucrado se
deben abordar los siguientes aspectos: geología: estratigrafía, estructural y geomorfología;
litología: tipos, contactos y distribución; espesor y características del recubrimiento; estructura
del macizo rocoso, parámetros resistentes y de deformación del macizo y posición y movilidad
del agua. Los medios para abordarlos son: la investigación bibliográfica; la cartografía
geológico-geotécnica y fotografía aérea existentes, los estudios hidrogeológicos, las
clasificaciones geomecánicas, los levantamiento o censos de discontinuidades, las técnicas
geofísicas, los sondeos y los ensayos in-situ y de laboratorio. Todas las actividades indicadas
están relacionadas pudiéndose establecer las siguientes fases de investigación (Galera, 1994):
1) Trabajos de campo básicos o preliminares que condicionan la calidad y economía del
resto de la campaña de investigación,
2) Prospecciones de campo,
3) Ensayos de laboratorio y
4) Interpretación y elaboración del modelo (trabajo de gabinete).
Para abarcar todos estos aspectos a través de los medios considerados conviene planificar el
estudio de manera que un esquema razonable para la realización de un estudio geotécnico de
una gran obra (mina subterránea, túnel carretero o ferroviario) es el que se presenta en la
Figura 6.32. (Galera, 1994).
La primera tarea que hay que realizar cuando se desea llevar a cabo un estudio geotécnico
consiste en analizar la información geológica publicada a nivel regional, para lo cual se
utilizaran en España la infraestructura de cartografía geológica del ITGE a escala 1:50.000.
Piénsese que para estudiar por ejemplo una zona de un kilómetro cuadrado, esto equivale a
2
0,25 cm en la hoja geológica, por lo que será siempre necesario contar con una cartografía de
detalle a escala grande (entre 1:500 a 1:2000), que se realizará con la ayuda de la fotografía
aérea y mediante reconocimientos de campo. No obstante la cartografía geológica si que
informa sobre los tipos de rocas que aparecen en la zona, estratigrafía y aspectos estructurales
generales de la zona de interés
204
205
En una primera etapa del estudio de una excavación subterránea o a cielo abierto,
normalmente no se tiene acceso al macizo rocoso en profundidad. En este caso se deben
utilizar los afloramientos en superficie para obtener la máxima información sobre los tipos
litológicos y las características estructurales del macizo rocoso. Habitualmente, los lechos de
los ríos son una fuente importante de información porque contienen gran cantidad de
afloramientos, particularmente cuando la corriente ha erosionado el terreno superficial y ha
dejado la masa rocosa al descubierto. Cuando el área de macizo rocoso que aflora en
superficie es limitada, o cuando los afloramientos accesibles están intensamente alterados por
la meteorización, puede ser recomendable proceder a la excavación de trincheras o pozos.
Además de para la identificación de los tipos de roca, los estudios de los afloramientos son
útiles para conocer el buzamiento y el rumbo de las discontinuidades estructurales, tales como:
planos de estratificación, fallas y juntas. Se puede ahorrar mucho tiempo y energía si estas
medidas se efectúan con los instrumentos específicamente diseñados para ello.
El equipo básico que hay que utilizar en el campo debe de incluir lo siguiente:
• Brújula geológica.
• Cinta métrica de 10 m de longitud mínima.
• Regla plegable de 2 m de longitud graduada en milímetros.
• Spray de pintura.
• Bolsas de plástico para el almacenamiento de muestras de uno o dos kilos de roca o suelo.
• Martillo de geólogo.
• Cuchillo.
• Cámara fotográfica.
• Martillo de Schmidt tipo L.
• Tabla de JRC.
206
La toma de datos en galerías se puede efectuar de forma análoga a la explicada para los
afloramientos en superficie si bien existen las diferencias que se exponen a continuación:
208
Figura 6.33. Manantial de agua con un flujo de 5 litros por minuto en una galería minera en la mina Yauliyacu
(Perú). Foto: autores.
209
Para obtener testigos del macizo rocoso de buena calidad conviene que el sondeo se realice
con corona de diamantes. Es aconsejable que la sonda sea de empuje hidráulico ya que
permite ajustar la presión de la corona de perforación en el fondo del sondeo a la dureza de la
roca que se está perforando. Las zonas meteorizadas o fracturadas se deben de atravesar
rápidamente para evitar que sean erosionadas por el agua de perforación. Se puede mejorar la
calidad del testigo obtenido del sondeo utilizando baterías dobles o triples en lugar de sencillas.
También es importante disponer de una amplia serie de velocidades de rotación, para poder
ajustar este parámetro de la roca que se está perforando y al tipo de corona.
El propósito de la perforación geotécnica es obtener una muestra completa del macizo rocoso
en un estado lo más próximo posible al original. Esto sólo se puede conseguir si el testigo pasa
sin alterarse al interior de un tubo fijo contenido en la batería (un tubo que no gira al girar el
tubo exterior al que está unida la corona). Además de describir detalladamente el testigo
conviene inspeccionar el agujero del sondeo mediante algún medio de observación, por
ejemplo, periscopio, cámara de televisión, cámara de ultrasonidos, etc.
Antes de realizar las observaciones en el testigo se debe proceder a lavarlo; sin embargo,
cuando existen discontinuidades con relleno o se trata de rocas arcillosas alterables con la
humedad no se debe lavar el testigo. Previamente a hacer observaciones detalladas en los
testigos, se deben contemplar en su conjunto para determinar los dominios estructurales que
se han atravesado y sus características geológicas. Se debe medir y anotar el testigo total
recuperado, que se define como la suma de las longitudes de todos los trozos de testigo
recuperados expresada en tanto por ciento de la longitud total perforada. La recuperación que
se consigue en un macizo rocoso de poca calidad depende mucho del equipo de perforación y
de la habilidad del sondista. Es importante que el sondista anote cuidadosamente la
profundidad del comienzo y del final de cada maniobra de perforación. Los tramos donde se ha
perdido el testigo se deben sustituir por piezas de madera, al ser colocado éste en la caja.
210
Al realizar el registro del sondeo hay que anotar los aspectos que se describen a continuación:
A
B D
Estratificación
60º
Junta
30º
211
S = L sen θ (6.5)
• Relleno. Suele ser difícil recuperar los materiales de relleno de las discontinuidades cuando
son blandos, a menos que se utilice un método de testificación de mucha calidad, por
ejemplo, tubo triple. El material de relleno debe ser descrito con claridad haciendo referencia
a su espesor, mineralogía y meteorización. Las dificultades que se presentan normalmente
212
Para anotar todos los datos descritos anteriormente no existe un formato único normalizado ya
que los datos del macizo rocoso necesarios pueden variar de un proyecto a otro.
En los modelos de registro de sondeo se suele incluir las siguientes columnas: diámetro de la
batería, diámetro de la tubería, pérdida de agua durante la perforación, profundidad en metros,
símbolos gráficos, RQD, recuperación, descripción litológica, meteorización, fracturación,
rumbo y buzamiento de las juntas y rugosidad, espesor y tipo de relleno.
213
Los mapas producidos como resultado de los estudios geológicos regionales se suelen
presentar a una escala entre 1:100.000 y 1:10.000. Para recoger información más detallada,
necesaria para el diseño de las obras de ingeniería, hay que realizar mapas y planos a una
escala de alrededor de 1:1.000 o incluso 1:100. El tipo de información incluida en tales planos,
juntamente con los registros y notas que les deben acompañar, deben ser tales que permitan
realizar una clasificación geomecánica completa del macizo rocoso. Es importante que la
información obtenida en el campo sea transferida a mapas, planos, etc., preferiblemente cada
día, ya que así se pueden detectar anomalías mientras el acceso a los afloramientos es todavía
fácil y corregir los errores que se hayan cometido. Es fundamental que los datos anotados en
los mapas sean inteligibles para los ingenieros que trabajan en otros aspectos del proyecto. A
continuación se dan algunas recomendaciones sobre la presentación de la información:
215
Figura 6.36 Representación de polos de discontinuidades sobre la red de Schmidt, realizada con el programa
DIPS (Rocscience, 2002).
216
Figura 6.37. Representación del histograma de espaciados de las diferentes familias de discontinuidades de
un macizo rocoso.
217
Geometría Espesor
Rugosidad de los labios de la discontinuidad
Esquemas de campo
Tipo de relleno Mineralogía
Tamaño de las partículas
Grado de meteorización
Resistencia del relleno Índice manual de resistencia (S1 a S6)
Resistencia al corte
Relación de sobreconsolidación
Desplazado / no desplazado
Filtraciones de agua
Figura 6.39. Plano de una ladera con la localización de los puntos de agua.
218
Las clasificaciones geomecánicas se han convertido en una herramienta universal para el prediseño de obras
subterráneas y de todo tipo. Los datos necesarios para la estimación de los índices determinan la prospección
de campo tanto en rocas, como en rocas blandas, e incluso en suelos. No existe una normalización
aceptada para dicha toma de datos, aunque hay impresos recomendados por Bieniawski y Barton, pero en la
práctica, muchos técnicos utilizan formatos específicos personales o del organismo en que trabajan. Parece
recomendable la normalización y formalización del proceso de toma de datos de campo, de forma que sea útil
tanto a quienes se limitan a dicha toma de datos como a los que aplican las clasificaciones in situ. Basándonos
en nuestra experiencia docente y profesional presentamos unos formatos normalizados que pueden utilizarse
en campo y gabinete, y como protocolos de trabajo a añadir a los proyectos.
Figura 1. Formatos propuestos por Bieniawski para la toma de datos para la clasificación geomecánica