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Capítulo 3

Descripción del
macizo rocoso

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CUADERNO DE PRÁCTICAS

EL MEDIO FÍSICO I: ESTRUCTURA Y


PROCESOS GEOLÓGICOS EXTERNOS

Jacinto Alonso Azcárate

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BLOQUE II: RECONOCIMIENTO MACROSCÓPICO DE ROCAS

RECONOCIMIENTO MACROSCÓPICO DE ROCAS SEDIMENTARIAS

Las rocas sedimentarias podríamos clasificarlas en dos grandes grupos:


Rocas detríticas: formadas por partículas sólidas que han sido transportadas por
un elemento móvil: agua, hielo, viento, etc, y depositadas en una cuenca.
Rocas no detríticas: formadas por sedimentos que han sido transportados en
solución acuosa, coloides, etc, y han sido precipitados por procesos químicos,
orgánicos o evaporación.

-1- ROCAS DETRÍTICAS

El cuadro básico de clasificación de rocas detríticas (siliciclásticas) es el siguiente:

Son rocas que poseen una textura clástica formada por fragmentos de clastos o cristales
englobados en una matriz arcillosa o en algún material precipitado o diagenético
(cemento).

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Aunque de “visu” los términos más utilizados son el de conglomerado (brecha),
arenisca y lutitas en función de que el tamaño de grano sea arcilla, arena o grava
respectivamente

Para las areniscas se utiliza el siguiente cuadro de clasificación, aunque para ellos es
necesario identificar los porcentajes de los diferentes tipos de grano, para lo cual es
necesario un estudio microscópico:

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-2- ROCAS NO DETRÍCITAS
Dentro de las rocas no detríticas podemos encontrar los siguientes tipos

-A- Rocas carbonatadas: se caracterizan por estar compuestas por carbonato,


principalmente carbonato cálcico o magnésico, por lo que reaccionan con el ácido
clorhídrico produciendo efervescencia con mayor o menor intensidad en función de que
estén compuestas de calcita o dolomita.
Para clasificar las rocas carbonatadas vamos a utilizar la clasificación de Dunham la
cual clasifica las rocas carbonatadas en función de su textura:

Las rocas compuestas por material lutítico y carbonatado se denominan MARGAS,


presentan el aspecto de una lutita de “visu” pero producen efervescencia con el ácido
clorhídrico.

-B- Rocas evaporíticas: formadas por precipitación química de soluciones saturadas de


sales alcalinas y alcalinotérreas. Son principalmente el YESO y la HALITA.

-C- Rocas silíceas de origen orgánico y químico: rocas sedimentarias de origen orgánico
(radiolaritas, diatomitas, etc) o químico (chert) constituidas por sílice. Son fácilmente
identificables debido a la dureza 7 de la sílice.

-D- Rocas aluminoferruginosas de origen químico: comúnmente son rocas formadas por
acumulación de productos residuales de la meteorización de rocas preexistentes. Dentro
de este grupo tenemos las bauxitas y limonitas.

-E- Rocas organógenas: dentro de este grupo tenemos a los carbones. Los tipos de
carbón son los siguientes ordenados de mayor a menor grado de madurez: antracita,
huya, lignito y turba.

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RECONOCIMIENTO MACROSCÓPICO DE ROCAS ÍGNEAS

-1- ROCAS ÍGNEAS PLUTÓNICAS

Aspectos a describir en el estudio de “visu” de rocas plutónicas:

-A- Granularidad:
Textura fanerítica: todos los cristales de los minerales principales pueden ser
distinguidos a simple vista
Textura afanítica: la mayoría de los cristales, con excepción de los fenocristales
si existen, no pueden ser distinguidos a simple vista.

-B- Tamaño relativo de los cristales:


Equigranular: todos los cristales son aproximadamente del mismo tamaño
Inequigranular: los cristales difieren sustancialmente en su tamaño

-C- Rango absoluto de tamaño de grano:


Tamaño de grano grueso: cristales con diámetros > 5mm
Tamaño de grano medio: cristales con diámetros entre 1-5 mm
Tamaño de grano fino: cristales con diámetros < 1mm

-D- Color: el color de una roca está estrechamente relacionado con su composición
mineralógica. Los minerales de una roca ígnea pueden ser:
Minerales oscuros: denominados máficos o ferromagnesianos como el olivino,
piroxenos, anfíbol, biotita etc.
Minerales claros: denominados félsicos como feldespatos, cuarzo, feldespatoides
etc.

Así las rocas plutónicas se pueden clasificar según un índice de color (se estima según
el porcentaje de minerales máficos de la roca):

Tipo de roca plutónica según el color Porcentaje de minerales máficos


Roca leucocrática o félsica 0-33
Roca mesocrática 34-66
Roca melanocrática o máfica (ultramáfica
si los minerales claros son escasos o 67-100
inexistentes)

-E- Composición mineralógica: se trata de identificar las diferentes especies minerales


presentes en la roca

-F- Denominación de la roca: las observaciones previas sobre el índice de color,


tamaño de grano y composición mineralógica se utilizan en la siguiente figura para dar
el nombre a la roca plutónica:

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-2- ROCAS ÍGNEAS VOLCÁNICAS

Dentro de las rocas volcánicas podemos establecer dos grandes grupos:

-A- Rocas volcánicas Lávicas: son rocas formadas por solidificación del magma en
contacto con el aire o agua. Muestran generalmente una textura afanítica porfídica
aunque también las hay vítreas. Los flujos de lava muestran comúnmente evidencias de

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vesiculación. Estas vesículas de morfología variada pueden ser posteriormente rellenas
por otros minerales que precipitan a partir de fluidos tardíos.

En estas rocas pueden existir diferentes grados de cristalización (cristalinidad) que es la


proporción relativa de cristales y vidrios en dicha roca:

Holocristalina: 100% de cristales, aquí tenemos todos los tipos de rocas


volcánicas lávicas que veremos a continuación
Holohialina o vítrea: 100% vidrio, dentro de este grupo tenemos básicamente
dos tipos de rocas: OBSIDIANA (vidrio volcánico de color oscuro) y la
PUMITA (rocas con textura vesicular de color claro)
Hipocristalin o hipohialina: rocas con cantidades variables de vidrio y cristales

Las rocas lávicas en las que se observan fenocristales se clasifican con la siguiente
tabla en función del contenido en esos fenocristales:

Basalto Andesita Andesita Dacita Traquita Riolita Fonolita


basáltica
Olivino
Piroxeno
Anfíbol
Biotita
Plagioclasa
Fto. Alcalino
Cuarzo
Feldespatoide
Ox. Fe-Ti

Muy común

Frecuente

Raro / ausente

Cuando los fenocristales están ausentes la clasificación de “visu” de la roca volcánica es


difícil de realizar y se necesitarían realizar láminas delgadas para realizar un estudio
microscópico de las mismas.

-B- Rocas volcánicas volcanoclásticas (rocas fragmentales): dentro de este grupo


podemos distinguir a su vez:
Rocas PIROCLÁSTICAS: compuestas por materiales fragmentados
(piroclastos) durante una actividad volcánica explosiva. Estos fragmentos
piroclásticos pueden ser clasificados por el tipo de material (fragmentos de lava
reciente, que puede estar o no vesiculada, cristales individuales que resultan de
la ruptura de magmas porfídicos parcialmente cristalizados o fragmentos líticos
que incluyen cualquier roca previa, generalmente volcánica) o por su tamaño de
grano como puede verse en la tabla inferior.
Rocas EPICLÁSTICAS: originadas por el redepósito de rocas volcánicas
previas (muestran estructuras sedimentarias y se clasificas como éstas)

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RECONOCIMIENTO MACROSCÓPICO DE ROCAS METAMÓRFICAS

Al contrario que para las rocas ígneas que existe una nomenclatura internacional
aceptada por toda la comunidad científica, en las rocas metamórficas se utilizan
diferentes criterios para denominarlas. Así en función del criterio que utilicemos
encontramos diferentes nomenclaturas de las rocas metamórficas:

-1- TEXTURA DE LA ROCA: es el criterio más importante para denominar a una


rocas metamórfica. Indican se estas rocas poseen una fábrica orientada o no y la escala a
la que se desarrolló. Aunque las orientaciones preferenciales de minerales se desarrollan
mejor en pelitas y semipelitas, se pueden formar en un amplio rango de tipos de rocas si
la deformación ha sido lo suficientemente intensa. En las rocas que han sufrido
Metamorfismo Regional, las micas se disponen según una orientación preferente
alineadas perpendicularmente a la dirección de máxima compresión, lo que origina una
fábrica planar o FOLIACIÓN. Esta es la características mas representativa de la
mayor parte de las rocas metamórficas y por la que vamos a distinguirlas con facilidad
del resto de rocas.

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Los nombres usados para las fábricas planares dependen del tamaño de grano y la
apariencia global de la roca. La deformación y metamorfismo de sedimentos detríticos
con arcilla da lugar a la siguiente secuencia de rocas con fábricas características:

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Pizarra: roca fuertemente foliada, en la que los planos de foliación (pizarrosidad) se
desarrollan de forma muy penetrativa debido a la orientación de los granos de
filosilicatos. Estos granos son muy finos como para poder ser observados a simple vista
y las rocas tienen una apariencia mate sobre las superficies de foliación

Filita: roca similar a la pizarra, pero los granos de filosilicatos son ligeramente más
gruesos y algunas veces son perceptibles en muestras de mano. Dan una apariencia
sedosa sobre las superficies de foliación (brillo satinado). Comúnmente las superficies
de foliación no son tan planares como en las pizarras

Esquisto: roca caracterizada por alineaciones paralelas de granos moderadamente


gruesos, comúnmente distinguidos a simple vista. Este tipo de fábrica es conocida como
esquistosidad y donde la deformación ha sido bastante intensa puede estar desarrollada
por otros minerales, tales como hornblenda

Gneis: roca de tamaño de grano más grueso (varios milímetros) que muestra también
algún tipo de fábrica planar, como esquistosidad o bandeado composicional (bandeado
gneísico: capas cuarzo-feldespáticas que se segregan de capas máficas o más micáceas).

Los límites entre estos cuatro tipos de rocas son gradacionales.

-2- NATURALEZA DEL MATERIAL ORIGINAL: los nombres en función del


material original pueden ser muy generales (ej. metasedimentos) o más específicos (ej.
Metagrauvaca). Algunos de los nombres más comunes y sus formas adjetivas se dan en
la siguiente tabla:

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Material original Tipo de roca metamórfica
Sedimento rico en arcilla o arcilloso Pelita / pelítico
Sedimento rico en arena o arenoso Samita / samítico o cuarzofeldespática
Sedimento mezcla de arcilla y arena Semipelita
Sedimento arenoso (cuarzo) Cuarcita
Marga Calcosilicato / calcáreo
Caliza Mármol
Basalto Metabasita / máfico

-3- MINERALOGÍA METAMÓRIFCA: los minerales metamórficos significativos


pueden ser utilizados como calificadores de rocas metamórficas (ej. mármol con
forsterita). Hay dos posibilidades de utilización:
los minerales pueden ser enunciados en orden de abundancia, lo que pone de
manifiesto la composición modal de la roca (ej. micaesquisto con granate-
sillimanita)
los nombre de los minerales pueden ser enunciados cuando aparece algún
mineral índice para poner de manifiesto las condiciones del metamorfismo ( ej.
gneis con distena)

Se denominan PORFIDOBLASTOS a los granos que son de mayor tamaño que la


matriz (ej. los cristales de estaurolita en los esquistos)

-4- NOMBRES ESPECIALES:


- Corneana: rocas producida en el metamorfismo de contacto en ausencia de
deformación, dando lugar a una fábrica aleatoria de granos intercrecidos que produce
una roca muy dura

- Anfibolita: roca verde oscura esencialmente biminerálica compuesta de hornblenda y


plagioclasa con un amplio rango de minerales accesorios.

Serpentinita: roca verdosa compuesta fundamentalmente por serpentina. Esta roca se


forma por hidratación de peridotitas

Eclogita: metabasita compuesta por granate y clinopiroxeno sin plagioclasa

Granulita: roca caracterizada por una textura equidimensional, cuyos granos poseen
límites rectos (poligonales) en todas las especies minerales y una mineralogía indicativa
de metamorfismo de muy alta temperatura (feldespatos, piroxenos y anfíboles)

Migmatita: roca “mixta” compuesta por una porción gneísica o esquistosa


(melanosoma) mezclada con venas de material cuarzofeldespático aparentemente ígneo
(leucosoma). Se generan cuando comienza a fundirse una roca metamórfica en la que lo
primero que funde son los minerales claros.

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Ana Mª Caballero. Clave de Rocas 1
CLAVE DE IDENTIFICACIÓN DE ROCAS1
Rocas que presentan aspecto granudo, microgranudo, poroso o vítreo. Los granos
(cristales) están dispuestos al azar, nunca en láminas.
1. Rocas con granos minerales visibles a simple vista: (2)
2. Cuarzo abundante (roca clara): (3)
3. Granos grandes (hasta 1 cm) sobre una pasta microgranuda: PÓRFIDO
3. Granos de tamaño similar: (4)
4. Granos muy pequeños (1-2 mm): APLITA
R
4. Granos mayores: (5)
O
5. Granos medianos (máximo 1 cm): GRANITO
C
5. Granos mayores: PEGMATITA
A
2. Cuarzo escaso (roca más oscura): (6)
S
6. Roca de color rosado: SIENITA
6. Roca de color más oscuro, nunca rosada: (7)
M
7. Granos grandes sobre pasta microgranuda: PÓRFIDO DIORÍTICO
A
7. Granos (cristales) de tamaño similar: (8)
G
8. Color gris o negro: GABRO
M
8. Muchos granos verdes de olivino: DUNITA
A
Rocas con granos minerales muy pequeños o que no se pueden ver a simple vista:
T
(9).
I
9. Con algunos granos minerales: (10)
C
10. Roca clara, puede estar estratificada (sílice abundante): RIOLITA
A
10. Roca oscura, a veces presenta poros pequeños y cristales verde claro de
S
olivino: BASALTO
9. Roca sin granos o cristales aparentes, con aspecto vítreo, pastoso o poroso: (11)
11. Roca disgregada en fragmentos porosos, oscuros o negros de algunos
centímetros como máximo: PIROCLASTOS
11. Roca compacta: (12)
12. Roca clara, muy porosa y ligera: PUMITA
12. Roca sin poros, oscura y brillante. Vítrea: OBSIDIANA
M
E Rocas de aspecto esquistoso formadas por láminas, o bien rocas homogéneas de colores claros (gris,
T blanco), grano fino y sin poros.
A 1.. Roca sin esquistosidad, no presenta láminas ni está foliada: (2)
M 2. Roca silícea que raya al vidrio y no da efervescencia con HCl: CUARCITA
Ó 2. Roca calcárea, no raya al vidrio y da efervescencia con HCl: MÁRMOL
R 1.. Roca con esquistosidad, presenta láminas, está foliada: (3)
F 3. Presenta granos (cristales) visibles: (4)
I 4. Algunos granos muy gruesos. Roca gris, presenta cuarzo, feldespato y mica: GNEIS
C 4. Roca muy brillante, con mucha mica: MICAESQUISTO
A 3. Presenta granos muy finos, no visibles: PIZARRA
S

1
http://alerce.pntic.mec.es/~mnavar6/claverocas.htm#ir%20rocasedi

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Ana Mª Caballero. Clave de Rocas 2

Cont. Clave de identificación de rocas.


• Roca clástica (con granos visibles) o bien con aspecto homogeneo y olor a
tierra mojada al humedecerla: ROCAS DETRÍTICAS
• Roca sin estructura clástica y color claro: ROCAS QUÍMICAS
• Roca con aspecto "vegetal" y color oscuro, o bien negra y brillante: ROCAS
ORGANÓGENAS

ROCAS DETRÍTICAS
1. Granos individualizados: (2)
S 2. Granos grandes, mayores de 2 mm: (3)
E 3. Granos redondeados: CONGLOMERADO PUDINGA
D 3. Granos angulosos: CONGLOMERADO BRECHA
I 2. Granos pequeños, menores de 2 mm: ARENISCA
M 1. Granos imperceptibles, olor a tierra mojada: LUTITA
E
N
T ROCAS QUÍMICAS
A 1. Produce efervescencia con HCl: (2)
R 2. Roca pulverulenta, huele a tierra mojada: MARGA
I 2. Roca no pulverulenta; en general, color claro o gris: CALIZA
A 1. No produce efervescencia con HCl: (3)
S 3. Se puede rayar con la uña: YESO
3. No se puede rayar con la uña y raya al vidrio, muy compacta: SÍLEX

ROCAS ORGANÓGENAS
1. Con forma y estructura leñosa: (2)
2. Con restos vegetales visibles, aspecto terroso y mate: TURBA
2. Sin restos vegetales visibles, aspecto fibroso: LIGNITO
1. Sin forma ni estructura leñosa: (3)
3. Con bandas brillantes y mates que se alternan, tizna los dedos: HULLA
3. Brillante, muy compacta, solo ennegrece los dedos si se comprime:
ANTRACITA

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6. CARACTERIZACIÓN GEOMECÁNICA DE LOS
MACIZOS ROCOSOS

A veces se oye decir “las rocas y suelos no se adaptan a una norma BS [British Standard]”...
Sin embargo he llegado a creer que en general se adaptan, no a una norma BS, sino a un
equivalente natural de estas normas que sigue las leyes de la física,
las matemáticas, la química, la ingeniería , etc..
P.G. Fookes, 1999

6.1. Introducción

La rocas se pueden definir como agregados o conjunto de una o varias sustancias minerales
que forman macizos, que ocupan grandes extensiones de la corteza terrestre o lo que es lo
mismo, que son el principal elemento constructivo de la litosfera.

El ciclo geoquímico de las rocas, representado de forma indicativa en la Figura 6.1 parte de la
formación de la corteza rocosa; los materiales fluidos procedentes de zonas profundas han
seguido y siguen actualmente su camino de ascenso hacia la superficie terrestre. Estos
materiales, que consisten en una masa rocosa fluida, en la que pueden coexistir fases sólidas,
líquidas y gaseosas, se denominan magmas.

Figura 6.1. El ciclo geoquímico. Basado en Galera (1994).

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Cuando los magmas ascienden hacia zonas superiores se produce su solidificación, que puede
producirse en la misma superficie o bien a una determinada profundidad. En caso de
producirse la consolidación en superficie, esta tiene lugar de manera rápida, y por tanto, no se
forman, cristales grandes; por lo que suelen formarse vidrios. Así se forma las rocas volcánicas.
Cuando la consolidación se produce en profundidad, los cristales pueden irse desarrollando,
debido al enfriamiento lento; así se forman las rocas intrusivas. Cuando los magmas cristalizan
en filones que ascienden hacia la superficie, se habla de rocas filonianas. En conjunto, las
rocas volcánicas, filonianas e intrusivas constituyen las rocas ígneas.

Las rocas quedan expuestas a la intemperie; sus componentes son destruidos física y
químicamente y transportados en disolución o llevados en suspensión por las aguas
superficiales, hasta que llegan a un lugar de deposición (in-situ, laguna, llanura aluvial o el
mar). Los materiales o detritos depositados en una cuenca marina, más o menos ordenados,
van compactándose bajo el efecto de nuevos sedimentos. Mediante este proceso llamado
diagénesis se forman las rocas sedimentarias.

En ciertas zonas, al acumularse los sedimentos, se va produciendo el hundimiento o


subsidencia del fondo marino, de forma que los paquetes sedimentarios se ven sometidos a
niveles importantes de presiones y temperaturas, que dan lugar a la formación química y
cristalización de nuevos minerales, con estructuras orientadas. En este proceso se originan las
rocas metamórficas, que se caracterizan típicamente por su foliación.

Así pues, como se deriva del ciclo geoquímico presentado, según su origen, las rocas pueden
ser ígneas, sedimentarias y metamórficas. Una clasificación sencilla que incluye la mayor parte
de las rocas que se encuentran en la práctica se presenta en el esquema de la Figura 6.2.

Figura 6.2. Esquema de clasificación de las rocas simplificado.

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La roca difiere de la mayoría de otros materiales utilizados en ingeniería. Ésta tiene
discontinuidades (fracturas) de diferentes tipos, que hacen que su estructura sea discontinua.
Además, debido a los procesos geológicos que la han afectado entre el tiempo de su formación
y la condición en la cual la encontramos en la actualidad, presenta heterogeneidades y
propiedades variables. Todas estas características requieren ser evaluadas en forma
permanente durante la realización de la obra. Primero es necesario distinguir lo que es el
“material rocoso”, denominado también “roca intacta” y lo que es el “macizo rocoso”, también
denominado “masa rocosa”. Roca intacta, es el bloque ubicado entre las discontinuidades y
podría ser representada por una muestra de mano o trozo de testigo que se utiliza para
ensayos de laboratorio . EL macizo rocosos es el medio in-situ que contiene diferentes tipos de
discontinuidades como diaclasas, estratos, fallas y otros rasgos estructurales. Dependiendo de
cómo se presenten estas discontinuidades o rasgos estructurales dentro de la masa rocosa,
ésta tendrá un determinado comportamiento geotécnico.

6.2. Meteorización de las rocas

Se denomina meteorización de las rocas a las modificaciones experimentadas en su


composición o estructura por la acción de los agentes atmosféricos. La importancia que tiene la
meteorización desde el punto de vista de la mecánica de rocas se debe a que produce
profundos cambios en las propiedades físicas y mecánicas de los materiales rocosos. Existen
dos clases de meteorización: física y química. El hecho de que una u otra predomine depende
del clima, ya que ambas se producen simultáneamente.

La meteorización física incluye las siguientes acciones:

• Arranque directo de partículas por erosión.


• Acción destructora debida a la congelación del agua en grietas y fisuras.
• Modificaciones producidas por los cambios de volumen de la roca debidos a variaciones de
temperatura.
• Acción de las plantas, especialmente de las raíces de los árboles.

La desintegración, de origen físico, afecta a la parte más superficial de los macizos rocosos y
favorece la penetración del agua que puede dar lugar a la descomposición de los mismos en el
interior mediante cambios químicos en las rocas.

La meteorización química es consecuencia de reacciones de oxidación, hidratación, hidrólisis,


carbonatación y disolución, en las cuales los reactivos más importantes son: el agua, el
oxígeno, el dióxido de carbono y los ácidos orgánicos.

La meteorización no llega normalmente a gran profundidad, pero una vez realizada la


excavación, la roca entra en contacto con la atmósfera, por lo que puede sufrir una
meteorización. La meteorización física predomina en climas cálidos y secos, o fríos y húmedos,
mientras que la meteorización química es propia de climas cálidos o templados pero húmedos.

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En España, debido al clima húmedo predominante en la zona Norte del país, la meteorización
más frecuente en ésta es la de tipo químico.

A causa de la meteorización, la roca sana pasa gradualmente a suelo a través de estados


intermedios, en cuya descripción se basan las escalas de meteorización normalmente
utilizadas en mecánica de rocas. Se han creado varias escalas empíricas, para trabajar en el
campo, que son meramente descriptivas, pero se podrían establecer otras escalas más
precisas, basadas, por ejemplo, en la alteración de la dureza superficial de las rocas, que se
puede determinar mediante el martillo de Schmidt. A continuación se presentan dos escalas de
meteorización (Ramírez Oyanguren y Lancha, 1979): una propuesta por D.G. Moye para el
granito (Tabla 6.1 y Figura 6.3) y otra basada en ella que se puede aplicar sobre todo a las
rocas sedimentarias de origen detrítico (Tabla 6.2).

Tabla 6.1. Escala de meteorización del granito (Según D.G. Moye)

Grado de
Denominación Criterios de reconocimiento
meteorización
Roca no meteorizada. Las micas y los feldespatos están
I Sana
lustrosos.
Las caras de las juntas están manchadas o cubiertas con
Sana con juntas teñidas
II hematites y limonita, pero el bloque de roca entre juntas no está
de óxidos
meteorizado.
Claramente meteorizada a través de la petrofábrica. La
Moderadamente alteración se manifiesta por manchas de óxidos de hierro y
III
meteorizada ligera descomposición de los feldespatos, pero la resistencia es
muy similar a la de la roca sana.
Meteorización acusada del conjunto, pero con resistencia tal,
IV Muy meteorizada que piezas aproximadamente de 25 cm2 de sección transversal
no pueden romperse a mano.
Roca intensamente meteorizada, con aspecto de suelo, que
Completamente
V puede romperse y desmenuzarse a mano, pero se puede
meteorizada
reconocer todavía la fábrica original de la roca.

Figura 6.3. Interpretación gráfica de la escala de meteorización del granito (Según D.G. Moye)

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TABLA 6.2. Escala de meteorización de las rocas sedimentarias detríticas (Basada en la D.G. Moye).

Grado de
Denominación Criterios de reconocimiento
meteorización
Roca no meteorizada. Conserva el color y el lustre en toda la
I Sana
masa.
Las caras de las juntas están manchadas de óxidos pero los
Sana con juntas teñidas
II bloques entre juntas mantienen el color y el lustre de la roca
de óxido
sana.
Claramente meteorizada a través de la petrofábrica,
reconociéndose el cambio de color respecto de la roca sana. El
cambio puede ser desde simples manchas a variación de color
Moderadamente
III en toda la masa, generalmente a colores típicos de óxidos de
meteorizada
hierro. La resistencia de la roca puede variar desde muy
análoga a la roca grado II a bastante más baja, pero tal que
trozos de 25 cm2 de sección no pueden romperse a mano.
Roca intensamente meteorizada, que puede desmenuzarse a
IV Muy meteorizada mano y romperse, aunque sus elementos constitutivos son
perfectamente reconocibles.
Material con aspecto de suelo, completamente descompuesta
por meteorización “in situ”, pero en el cual se puede reconocer
Completamente
V la estructura de la roca original. Los elementos constitutivos de
meteorizada
la roca se pueden diferenciar, aunque estén totalmente
transformados.

La meteorización de las rocas puede marcar de forma importante su tratamiento en la


realización de obras de ingeniería, por su típicamente heterogénea distribución espacial y
variabilidad natural, que hacen que los resultados de un sondeo realizado en un punto, puedan
diferir sustancialmente de los realizados en el entorno del mismo. Para ilustrar este aspecto se
presenta en la Figura 6.4 una imagen de un pequeño talud en una zona típica de jabre o
granito muy meteorizado (grados III-IV), marcándose sobre la misma el contacto entre el
granito más sano y este material y representándose en la zona inferior el esquema geológico
de la misma. Como muestra esta imagen el contacto es altamente irregular, siendo muy
característica la presencia de bolos de roca inmersos en el material meteorizado, o la aparición
de zonas muy meteorizadas en el interior de zonas con granito sano o no muy meteorizado.

Figura 6.4. Fotografía y croquis geológico de un pequeño talud formado por granito y jabre. Foto: autores.

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Existe también una escala de meteorización de rocas metamórficas propuesta por Deere y
Patton, 1971, que consta de cinco niveles que se corresponden aproximadamente con los
cinco grados de meteorización de la escala de D.G. Moye.

El grado de meteorización de las masas de roca y del material rocoso en los labios de las
discontinuidades se puede definir, según la Sociedad Internacional de Mecánica de Rocas
(Brown, 1981), utilizando los términos descritos en la Tabla 6.3.

Tabla 6.3. Grado de meteorización de los labios de las discontinuidades

Grado Descripción
Fresco No hay signos visibles de meteorización de la roca.
El color es distinto del que tenía el material original sano. Se debe mencionar si el cambio de
Descolorido
color sólo afecta a determinados minerales.
El macizo rocoso se ha meteorizado por alteración química de los granos minerales hasta
Descompuesto convertirse en un suelo en el que la fábrica de la roca permanece intacta, pero algunos o todos
los granos minerales están descompuestos.
El macizo rocoso se ha roto por meteorización física y se ha transformado en suelo, pero la
Desintegrado fábrica original todavía permanece intacta. El macizo rocoso es friable, pero los granos del
mineral no están descompuestos.

6.3. Resistencia de las rocas

Aunque este apartado trata fundamentalmente de cómo estimar en el campo la resistencia a


compresión de las rocas, también se refiere a los suelos cohesivos, ya que muchas veces
éstos se encuentran rellenando discontinuidades del macizo rocoso.

La resistencia a compresión de las rocas se puede estimar a partir de la dureza superficial de


las mismas, la cual se puede obtener mediante el martillo de Schmidt (ver Figura 6.5). Como se
expuso en el capítulo 3, éste consiste en un dispositivo que registra el rebote de un cilindro
metálico que, impulsado por un muelle, choca contra un vástago también metálico apoyado en
la roca. El martillo tipo L permite medir valores de la resistencia a compresión simple de la roca
comprendidos entre 20 MPa y 300 MPa. Barton y Choubey (1977), han propuesto la siguiente
fórmula para calcular la resistencia de la roca partiendo del índice de rebote del martillo de
Schmidt:
Log (σ c ) = 0, 00088 γ R + 1,01 (6.1)
donde,
σc = resistencia a compresión simple de la capa superficial de la roca (MPa)
γ = peso específico de la roca (kN/m3)
R = índice de rebote

Para poder aplicar directamente la fórmula anterior, el martillo debe colocarse verticalmente
hacia abajo sobre una superficie horizontal, es decir, en la condición de rebote mínima. Los
índices de rebote van en la práctica de 10 a 60. El índice más bajo corresponde a las rocas

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más débiles (resistencia a compresión simple <20 MPa), mientras que el más alto es propio de
las rocas muy resistentes (resistencia a compresión >150 MPa). Las rocas muy poco
resistentes no se deben ensayar con el martillo de Schmidt tipo L.

Figura 6.5. Martillo de Schmidt. Fotografía autores.

Las reducciones que hay que aplicar en el índice de rebote del martillo cuando éste no está
orientado verticalmente hacia abajo son, en función del ángulo α que forma el martillo con la
vertical, las que se presentan en la Tabla 6.4.

Tabla 6.4. Reducciones que hay que aplicar en el índice de rebote del martillo cuando éste no está orientado
verticalmente hacia abajo.

Hacia abajo Hacia arriba Horizontal


Rebote
α=-90º α=-45º α=+90º α=+45º α=0º
10 0 -0,8 --- --- -3,2
20 0 -0,9 -8,8 -6,9 -3,4
30 0 -0,8 -7,8 -6,2 -3,1
40 0 -0,7 -6,6 -5,3 -2,7
50 0 -0,6 -5,3 -4,3 -2,2
60 0 -0,4 -4,0 -3,3 -1,7

Las resistencias de las rocas se pueden estimar también en el campo utilizando una navaja y
un martillo de geólogo, aunque con menos precisión que con el martillo de Schmidt. En la Tabla
6.5 se describe la forma de hacerlo según la Sociedad Internacional de Mecánica de Rocas
(Brown, 1981).

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Tabla 6.5. Estimación de la resistencia de las rocas mediante un martillo de geólogo y una navaja (Brown, 1981)

Valor aproximado de la
resistencia a
Grado Descripción Identificación de campo
compresión simple en
MPa
R0 Extremadamente débil Se puede penetrar con el dedo pulgar 0,25-1,0
Deleznable bajo golpes fuertes con la
R1 Muy débil parte puntiaguda del martillo geológico; 1,0-5,0
puede cortarse con una navaja.
Puede cortarse con dificultad con una
navaja; se pueden hacer marcas poco
R2 Débil 5,0-25
profundas golpeando fuertemente la roca
con la punta del martillo
No se puede cortar con una navaja; las
R3 Media muestras se pueden romper con un golpe 25-50
firme con el martillo.
Se necesita más de un golpe con el
R4 Resistente 50-100
martillo geológico para romper la muestra.
Se necesitan muchos golpes con el
R5 Muy resistente 100-250
martillo geológico para romper la muestra.
Extremadamente Sólo se pueden desprender esquirlas de
R6 >250
resistente la muestra con el martillo geológico.

Aunque este texto no se refiere a los suelos, es necesario hacer alguna referencia a ellos, ya
que en muchos casos se encuentran rellenando discontinuidades geológicas. Para definir e
identificar la consistencia de los suelos cohesivos, por ejemplo: arcillas, limos arcillosos y
combinaciones de arcillas y limos con arena, se pueden utilizar, según la Sociedad
Internacional de Mecánica de Rocas, (Brown, 1981), los ensayos manuales que se describen
en la Tabla 6.6.

Tabla 6.6. Identificación de la resistencia de los suelos cohesivos.

Resistencia a
Grado Descripción Identificación compresión
simple en MPa
S1 Muy blando El puño penetra fácilmente varios centímetros. <0,025
El dedo pulgar penetra fácilmente varios
S2 Blando 0,025-0,05
centímetros.
El dedo pulgar puede penetrar varios centímetros
S3 Firme 0,05-0,10
con un esfuerzo moderado.
El dedo pulgar puede penetrar pero con mucho
S4 Consistente 0,10-0,25
esfuerzo.
S5 Muy consistente Se puede marcar con el pulgar. 0,25-0,50
Se puede marcar con el pulgar pero con
S6 Duro >0,50
dificultad.

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6.4. Estructura del macizo rocoso

Se denomina estructura del macizo rocoso al conjunto de fallas, diaclasas, pliegues y demás
características geológicas propias de una determinada región del mismo (Figura 6.6.). En
ingeniería de rocas, se considera que la estructura del macizo rocoso comprende también los
tipos de roca existentes en él. La asociación de varios tipos de rocas puede dar lugar a
consecuencias difíciles de evaluar desde el punto de vista geotécnico; así, por ejemplo, en una
secuencia sedimentaria, una litología puede ser más susceptible de meteorización que otra y
su presencia puede provocar que los demás tipos de roca existentes en el macizo aumenten su
susceptibilidad a la meteorización.

Esca la 1 m Esca la 1 m
Esca la 1 m

MACIZO ROCOSO ESTRUCTURA

Figura 6.6. Concepto de macizo rocosos y estructura.

Dominio estructural es la parte del macizo rocoso, generalmente delimitada por


discontinuidades geológicas, dentro de la cual la estructura es prácticamente homogénea. Por
ejemplo, en las discordancias o en zonas de pliegues se separan dominios estructurales
diferentes, según convenga, tal y como muestra la Figura 6.7.

Juntas en dirección
Juntas con buzamiento
Juntas transversales

a) b)

Figura 6.7. Concepto de dominio estructural. a) en zonas de discordancias, se separarán dominios


estructurales, b) los dos flancos de un mismo pliegue se corresponderán con diferentes dominios
estructurales. Foto y montaje: autores.

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Una discontinuidad es una superficie del macizo rocoso que está abierta o puede abrirse
fácilmente, sin ofrecer resistencia a tracción, al actuar sobre ella las tensiones inducidas en el
macizo por la excavación. Las superficies de discontinuidad pueden aparecer durante la
formación del macizo rocoso o posteriormente, por causas tectónicas. Al primer tipo
corresponden los planos de estratificación, las laminaciones y la foliación primaria de las rocas
plutónicas (Figuras 6.8 y 6.9). Son del segundo tipo: la esquistosidad (Figuras 6.10), las fallas
(Figuras 6.11)y las juntas (Figuras 6.12).

Figura 6.8. Estratificación. Foto: autores.

Figura 6.9. Laminación y foliación de las rocas plutónicas. Fotos D. Córdova y autores.

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Figura 6.10. Fotografías de macizos con marcada esquistosidad. Fotos: autores.

Los diferentes tipos de discontinuidades mencionados se describen a continuación:

• Estrato. Nivel simple de litología homogénea o gradacional, depositado de forma paralela a


la inclinación de la formación. Suele estar separado de los estratos adyacentes por
superficies de erosión. Cuando el macizo rocoso está constituido por un solo tipo litológico,
los estratos pueden ser difíciles de reconocer.

• Laminación. Superficie de discontinuidad que da a la roca un aspecto laminar de lechos muy


delgados. Puede ser debida a presiones orogénicas o de origen sedimentario.

• Esquistosidad. Un macizo rocoso presenta esquistosidad cuando tiene una estructura, de


origen tectónico o metamórfico, en láminas u hojas paralelas. Existen los siguientes tipos de
esquistosidad:

Esquistosidad de fractura. Es debida a una multitud de microfallas o micropliegues-falla


muy próximos, espaciados del orden de algunos milímetros, que se superponen a una
deformación continua apreciable y que separan láminas sin producir orientación de los
minerales.

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Figura 6.11. Fotografías de fallas. Fotos: autores.

Esquistosidad de flujo. Es un fenómeno debido a un aplastamiento que origina un


reajuste de la textura de la roca dando lugar a orientación paralela de todos los
minerales, recristalizaciones y disoluciones orientadas. El resultado es la aparición de
una anisotropía general pero sin que existan discontinuidades. Esta cristalización no
destruye todas las trazas de la estratificación.

Foliación. Es una etapa avanzada de la esquistosidad de flujo, que se produce cuando


aumentan las condiciones de presión y temperatura y aparecen minerales metamórficos
orientados cada vez de mayor talla. La roca se convierte en una serie de hojas con
diferentes minerales entre cada dos planos de anisotropía.

• Pizarrosidad. Es la propiedad de las rocas de aspecto laminar de poder dividirse en hojas


delgadas. Implica un cierto metamorfismo.

• Fallas y juntas. Son planos de discontinuidad que se producen cuando el macizo rocoso ha
estado sometido a un esfuerzo tectónico que ha sobrepasado su límite de rotura. Cuando
las dos secciones separadas por la fractura han sufrido desplazamientos relativos por efecto
de tensiones cortantes, ésta se denomina falla. En caso contrario se denomina junta. Éstas
se pueden formar también a consecuencia de la disminución de compresión vertical que se
produce debido a la erosión o por los cambios de volumen diferenciales que tienen lugar en
ciertos macizos rocosos.

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Figura 6.12. Fotografías de macizos rocosos con juntas o diaclasas. Fotos: autores.

6.5. Caracteres geomecánicos de las discontinuidades

Los caracteres geomecánicos de las discontinuidades que más influyen en su comportamiento


son: orientación, espaciado, dimensiones, rugosidad, resistencia de los labios de la
discontinuidad, apertura y relleno. A continuación se irán tratando brevemente cada uno de
estos puntos.

6.5.1. Orientación

En geotecnia lo más habitual es definir las discontinuidades mediante la dirección del


buzamiento y la pendiente del plano con la horizontal. Así, por ejemplo, 210/32 indica que la
dirección de buzamiento se encuentra a 210º del norte verdadero en el sentido de las agujas
del reloj y que el plano tiene una pendiente de 32º. Para realizar la medida de la dirección de
buzamiento se coloca en primer lugar la tapa de la brújula geotécnica apoyada sobre la
discontinuidad y se cala la burbuja. En el caso de que la discontinuidad buce hacia fuera (hacia
fuera del talud), la medida de la aguja que marca al norte será la dirección de buzamiento de la
discontinuidad (por estar las brújulas geotécnicas numeradas en sentido anti-horario). Véase la
Figura 6.13. En el caso de que la discontinuidad buce hacia el macizo, la dirección de
buzamiento vendrá marcada por la aguja que buza al sur (suelen tener distintos colores en la
brújulas geotécnicas). Para medir el buzamiento, se coloca la brújula geotécnica en vertical
apoyada sobre la discontinuidad y se mide el buzamiento mediante el clinómetro que lleva la
brújula. Véase la Figura 6.14.

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Figura 6.13. Medida de la dirección de buzamiento de una discontinuidad.

Figura 6.14. Medida del buzamiento de una discontinuidad. Foto y montaje: autores y D. Córdova.

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de proyección se puede llevar al campo fácilmente y los datos pueden ser proyectados, 
interpretados y en su caso, corregidos, directamente en el afloramiento. 
 
El material necesario para llevar a cabo este tipo de proyección, es muy simple. 
Únicamente se necesita una falsilla de proyección (Anexo I) que aparece en la mayor 
parte de los libros de Geología Estructural, una chincheta, lápiz y goma de borrar, así 
como  grandes  cantidades  de  papel  transparente  o  de  calco.  Se  recomienda  resolver 
cada  problema  en  un  papel  transparente  distinto,  para  poder  repasarlo  después  y 
corregir si fuera necesario. 
 
 
LA PROYECCIÓN ESTEREOGRÁFICA. CONCEPTOS GENERALES 
 
 
Imaginemos  un  observador  situado  en  el  centro  de  una  esfera  de  cristal 
transparente.  Cualquier  dirección  supuesta,  estará  representada  por  un  punto 
determinado,  situado  en  la  superficie  de  la  esfera.  Por  ejemplo,  la  dirección  “oeste” 
estará  indicada  por  un  punto  en  el  ecuador  de  la  esfera,  situado  al  oeste  del 
observador. 
 
Los  primeros  astrónomos  definieron  las  posiciones  relativas  de  las  estrellas 
proyectándolas como puntos blancos en la superficie de una esfera de color negro. A 
esta representación se le dio el nombre de “esfera celestial”, en la que las distancias 
relativas de la tierra a las estrellas no podían ser representadas en su magnitud real. 
 
Una superficie esférica en la cual las posiciones de los elementos característicos 
están indicadas, se denomina proyección esférica, siempre teniendo en cuenta que se 
representan orientaciones, no distancias entre los elementos proyectados. 
 
Las  proyecciones  esféricas  se  utilizan  para  representar  orientaciones  de  líneas 
y/o planos, siempre que la línea o el plano pase a través del centro de la esfera. En ese 
caso,  una  línea  intersecta  a  la  superficie  de  la  esfera  en  dos  puntos  diametralmente 
opuestos, mientras que la intersección de un plano con la esfera será un círculo mayor 
(Fig. 1). La intersección de la línea o el plano con la esfera es su proyección esférica. 
 

 
 
Figura 1. Proyección de una línea y un plano en el hemisferio inferior de la esfera. 


 
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Una  proyección  de  este  tipo,  representa  el  elemento  proyectado  en  tres 
dimensiones.  Afortunadamente,  una  esfera  puede  ser  proyectada  en  un  plano 
bidimensional.  Las  proyecciones  planares  más  comunes  de  una  esfera  se  denominan 
proyecciones  azimutales,  que  se  construyen  haciendo  pasar  las  líneas  de  proyección 
desde  un  punto  común  hasta  la  esfera,  intersectando  el  plano  de  proyección.  Este 
puede ser tangente a la superficie de la esfera, estar a una determinada distancia de 
ella  o  pasar  a  través  del  centro  de  la  esfera.  Un  cambio  en  la  posición  del  plano  de 
proyección,  da  lugar  a  un  cambio  de  escala en  la  proyección.  El  plano  de  proyección 
puede tener cualquier orientación, y esto determina que la proyección sea ecuatorial, 
polar u oblicua (Fig. 2). 
 
 

 
 
Figura  2.  Proyecciones  polar  y  oblicua,  como  ejemplos  de  posibles  orientaciones  del  plano  de 
proyección. 
 
 
La proyección estereográfica es un caso especial de proyección azimutal, que en 
su principio fue desarrollada por los cristalógrafos. Su característica principal es que el 
punto  fuente  usado  en  su  construcción  está  situado  en  la  superficie  de  la  esfera.  En 
geología,  el  plano  de  proyección  usado  para  construir  la  proyección  estereográfica 
pasa por el centro de la esfera, y se corresponde con su plano ecuatorial. 


 
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Figura  3.  A.  Plano  en  tres  dimensiones,  orientado  mediante  dirección  y  buzamiento.  B.  Proyección 
esférica del plano, en el hemisferio inferior de la esfera. C. Estereograma del plano. 


 
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Vamos  a  visualizar  la  construcción  de  una  proyección  estereográfica  (Fig.  3). 
Imaginemos un punto  marcado en el hemisferio inferior de nuestra esfera de cristal, 
que  representa  la  proyección  esférica  de  un  punto  en  el  espacio.  La  proyección 
estereográfica  de  este  punto  se  construye  dibujando  una  línea  de  proyección  que 
conecte el punto situado en el hemisferio inferior, con el zenit de la esfera colocado en 
la  parte  superior  de  la misma.  La  intersección de  la  línea de  proyección  con  el  plano 
ecuatorial  (plano  de  proyección)  de  la  esfera,  es  la  proyección  estereográfica  de  ese 
punto. En Geología Estructural siempre proyectamos desde el hemisferio inferior de la 
esfera  y  el  elemento  representado  (línea  o  plano)  pasa  por  el  centro  de  la  esfera  de 
referencia, mientras que en Cristalografía se utiliza el hemisferio superior. Los planos 
intersectan  el  hemisferio  inferior  como  círculos  mayores,  y  las  líneas,  como  puntos. 
Cada punto de un círculo mayor en el hemisferio inferior, unido con el zenit, da a su 
vez  un  punto  en  el  círculo  ecuatorial  de  proyección.  La  unión  de  todos  estos  puntos 
muestra la proyección estereográfica (estereograma) del plano que pasa por el centro 
de  la  esfera  y  que  corresponde  a  un  círculo  mayor.  Hemos  reducido  una  geometría 
tridimensional a dos dimensiones. 
 
La  intersección  del  plano  ecuatorial  (plano  de  proyección)  con  la  esfera,  se 
denomina “circunferencia primitiva”, mas abreviado, la primitiva. Tiene el mismo radio 
que la esfera de proyección original y todos los puntos en la superficie del hemisferio 
inferior quedan proyectados como puntos en o dentro de la primitiva. 
 
La  proyección  estereográfica  es  una  de  las  mejores  técnicas  para  resolver 
problemas  geométricos  en  Geología  Estructural.  Se  diferencia  de  la  proyección 
ortográfica en un punto fundamental: ésta preserva las relaciones espaciales entre las 
estructuras,  mientras  que  la  estereográfica  trabaja  con  planos  y  líneas  sin  tener  en 
cuenta sus relaciones espaciales, únicamente las angulares. 
 
El  uso  de  la  proyección  estereográfica  es,  en  muchos  casos,  preferible  al  de  la 
proyección  ortográfica,  ya  que  es  capaz  de  resolver  gran  cantidad  de  problemas 
geométricos  con  mayor  facilidad  y  rapidez,  siempre  que  en  ellos  solo  intervengan 
valores angulares. Ambos tipos de proyecciones son complementarios, de forma que 
los datos angulares se tratan con proyección estereográfica y los escalares, mediante 
proyección ortográfica o de planos acotados. 
 
En la práctica, la proyección estereográfica de líneas y planos se lleva a cabo con 
ayuda de una falsilla de proyección (stereographic net). Esta falsilla o estereoneta está 
formada por un conjunto de proyecciones de círculos mayores y menores que ocupan 
el  plano  ecuatorial  de  proyección  de  la  esfera  de  referencia.  Ambos  conjuntos  de 
círculos  están  espaciados  con  intervalos  de  2º,  apareciendo  marcados  con  un  trazo 
más grueso los que corresponden a valores múltiplos de 10 (Fig. 4). 
 


 
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Figura 4. Falsilla de proyección estereográfica (Falsilla de Wulff) o estereoneta. Conserva los ángulos. 
 
 
Los círculos mayores representan una familia de planos con dirección norte‐sur, 
cuyos  buzamientos  varían  desde  0º  a  90º  en  ambos  sentidos.  Estos  planos  se  cortan 
según una línea horizontal representada por el norte o el sur de la falsilla. 
 
Los círculos menores son aquellos a través de los cuales medimos las direcciones 
de  los  distintos  planos  y  líneas  en  la  proyección.  También  se  utilizan  para  hacer 
rotaciones  de  distintos  elementos  estructurales  alrededor  de  ejes  horizontales, 
verticales  o  inclinados.  Representan  la  proyección  sobre  el  plano  ecuatorial  de  un 
conjunto de planos que no pasan por el centro de la esfera, espaciados de 2º en 2º. 
Cada círculo menor corresponde al corte de una superficie cónica con la esfera, cuyo 
ápice  está  situado  en  el  centro  de  la  esfera  y  su  altura  coincide  con  el  radio  de  la 
falsilla.  La  combinación  de  círculos  mayores  y  menores  constituye  un  ábaco 
perfectamente apto para la proyección estereográfica de líneas y planos. 
 
Existen dos tipos distintos de estereoneta: la falsilla de Wulff y la de Schmidt (Fig. 
5).  La  primera  conserva  ángulos,  como  se  explicará  a  continuación,  mientras  que  la 
segunda  conserva  áreas  y  por  tanto,  se  utiliza  para  realizar  contajes  estadísticos  de 
elementos  (planos  de  falla,  ejes  de  cuarzo,  lineaciones,  etc).  La  forma  de  proyectar 
planos  y  líneas  en  cualquiera  de  estas  falsillas,  es  exactamente  la  misma,  y  se  irá 
aprendiendo una vez que se vayan desarrollando los distintos artículos del manual. 
 

 
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Figura 5. Falsillas utilizadas en la proyección estereográfica. Falsilla de Wulff (izquierda) y falsilla de 
Schmidt (derecha). 
 
 
BIBLIOGRAFÍA 
 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  a.  Problemas  de  Geología  Estructural.  2. 
Orientación  y  proyección  de  planos  en  el  espacio.  Reduca  (Geología).  Serie 
Geología Estructural, 2 (1): 11‐23. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  b.  Problemas  de  Geología  Estructural.  3. 
Orientación  y  proyección  de  líneas  en  el  espacio.  Reduca  (Geología).  Serie 
Geología Estructural, 2 (1): 2 (1): 24‐40. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  c.  Problemas  de  Geología  Estructural.  4. 
Proyección  polar  de  un  plano.  Proyección  π  Reduca  (Geología).  Serie  Geología 
Estructural, 2 (1): 2 (1): 41‐56. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  d.  Problemas  de  Geología  Estructural.  5. 
Rotaciones Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 57‐73. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  e.  Problemas  de  Geología  Estructural.  6. 
Cálculo  de  la  orientación  de  la  estratificación  a  partir  de  testigos  de  sondeos. 
Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 74‐94. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  f.  Problemas  de  Geología  Estructural.  7. 
Pliegues. Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 95‐123. 
 
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 g. Problemas de Geología Estructural. 8. Fallas 
Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 124‐147. 
 


 
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2.2 DEFINICIONES GEOMETRICAS:

(Ver fig. 1)

2.2.1 RUMBO (STRIKE)

Es el ángulo que forma la recta intersección (entre el plano que


representa la discontinuidad y un plano horizontal) con la dirección
Norte – Sur.

2.2.2 BUZAMIENTO (DIP)

Es el ángulo formado entre el plano horizontal y la recta de máxima


pendiente contenida en el plano de la discontinuidad.

Las convenciones usadas se indican a continuación:

N
RUMBO:

α
0°<= α <= 360° O E

BUZAMIENTO:
S
0°<= δ <= 90°

Estos dos parámetros me permiten ubicar la posición de cualquier


plano en el espacio. La convención para la representación del plano, es
por ejemplo:

α,δ

Ejemplo: 300°; 50°

055°; 33°

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Ahora se verá de igual manera pero para una recta:

2.2.3 DIRECCION (TREND)

Es el ángulo formado entre la proyección de la recta (en un plano


horizontal) con la dirección Norte – Sur.

2.2.4 INCLINACION (PLUNGE)

Es el buzamiento de una recta.

La convención a usar en la representación de una recta será:

δ; α

Ejemplo: 05°; 350°

89°; 031°

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3. TECNICAS GRAFICAS PARA REPRESENTACION DE DATOS

Uno de los más importantes aspectos del análisis de problemas


estructurales es la recolección sistemática y representación de datos
geológicos de tal manera que puedan ser fácilmente evaluadas e
incorporadas al análisis de estabilidad. La experiencia ha mostrado que
las proyecciones esféricas proveen una significativa conveniencia para la
representación de datos geológicos.

Hay dos tipos de proyecciones a usar que son las PROYECCIONES


EQUIARIALES, PROYECCION LAMBERT o MALLA de SCHMIDT y las
PROYECCIONES EQUIANGULARES, PROYECCIONES
ESTEREOGRAFICAS o FALSILLA de WULFF. (Ver figuras 2 y 3)

ACLARACION: Las proyecciones mencionadas tienen los mismos


procedimientos para la representación gráfica de de planos, rectas, etc;
por lo tanto haremos la explicación en proyección equiareal pudiéndose
aplicar el mismo procedimiento en la proyección equiangular.

Si se hace la representación gráfica en proyección equiangular recordar


que se usará la malla o falsilla de WULFF; en cambio para proyección
equiareal la malla se SCHMIDT.

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Fig 3

FALSILLA DE WULFF

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El uso de la malla de SCHMIDT se aplica para analizar concentraciones
de polos (ya que no se distorsionan las áreas) y a través de un análisis
estadístico poder visualizar con mayor precisión el tipo de falla.

Para visualizar la diferencia que existe entre las dos mallas se ve que la
falsilla de WULFF está formada por arcos de circunferencia, cosa que no
pasa en la falsilla se SCHMIDT que son arcos de circunferencia
distorsionados (aplanados) para conservar la igualdad de áreas. (Ver
figuras 2 y 3)

La fasilla de WULFF ofrece ciertas ventajas, particularmente cuando es


usada en construcciones geométricas; pero ésta produce una distorsión
mayor a medida que nos alejamos del centro de la falsilla y no guarda
una proporción de áreas como lo hace la malla de SCHMIDT.

3.1 PROYECCION EQUIANGULAR

La proyección equiangular al igual que la equiareal es un sistema de


representación que permite una fácil visualización de problemas
geológicos aplicando conceptos de geometría descriptiva.

La proyección equiangular es un elemento de resolución de problemas


geológicos (detección de los mismos y también es unas herramienta
para el cálculo. Ej.: coeficiente de seguridad de una falla).

Un problema Geológico puede ser una discontinuidad (diaclasa, falla,


esquistocidad, etc). La característica de la discontinuidad es que sea
plana o que tenga una gran longitud de onda.

Este es un sistema que lleva a dos dimensiones un problema espacial


para tratarlo con mayor facilidad.

La interpretación de la proyección equiangular (igualdad de ángulos) es


que realiza una vista desde el cenit y representa lo visto en un plano
horizontal.

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Construyendo una esfera centrada en algún punto 0 (figura 4) de la traza
de afloramiento de un plano estructural inclinado, el plano y su
prolongación cortarán la esfera según un círculo máximo. Ahora
proyectaremos todos los puntos de la parte inferior del círculo máximo al
plano horizontal mediante su unión con el punto cenital P (figura 5), lo
que da el arco abcd. La representación resultante consiste en líneas
(planos) y puntos (rectas) contenidas en el círculo máximo.

La circunferencia limítrofe se llama primitiva.

Una de las propiedades más importantes de la proyección estratigráfica


es la que un círculo máximo de la esfera es también un círculo máximo
en el estereograma. Los centros geométricos de los arcos que son
círculos máximos se encuentran con: (Ver figura 6a)

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d = r x tg δ
d: distancia desde 0
al centro del arco.

r: radio de la
primitiva.

δ: ángulo de
buzamiento.

Esto permite la representación directa de cualquier plano estructural. Los


planos que no pasan por el centro de esfera cortan la circunferencia
según círculos menores. La segunda propiedad es que estos círculos
menores también quedan representados por arcos circulares:

d = r / cos α
α: ángulo que
forma el círculo
menor con un

punto de la
primitiva (ver
figura 6b).

Las dos familias de curvas están trazadas cada 2°.

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3.2 PROYECCION EQUIAREAL:

Ver figuras 7 Y 8

Esta proyección es familiar para los geógrafos que representan en


superficies planas a la superficie esférica de la tierra (se conserva la
igualdad de áreas).

Para la representación de los problemas estructurales en los macizos


rocosos se trazan sobre la esfera de referencia planos, que quedan
definidos por un RUMBO y un BUZAMIENTO. La esfera de referencia es
libre para moverse en el espacio, pero no es libre de rotar en cualquier
dirección (un eje fijo). Es así que nosotros podemos representar
cualquier discontinuidad que surja en el espacio.

En aplicaciones ingenieriles usamos solamente el hemisferio de


referencia inferior para la representación de datos (ver figura 7).

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El plano mencionado puede también ser representado por un polo del
mismo plano.

El POLO es un punto en el cual la superficie esférica es penetrada por


una línea radial la cual es normal al plano.

Para comunicar la información dada por el semicírculo y la posición del


polo sobre la superficie de referencia se usan métodos de
representación bidimensionales que pueden ser mallas Polares y
Ecuatoriales. (Ver figuras 2, 9 y 10)

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Problemas de Geología Estructural 
2. Orientación y proyección de planos en el espacio 
 
Rosa Blanca Babín Vich1. David Gómez Ortiz2. 
 
1
Departamento de Geodinámica. Facultad de Ciencias Geológicas. 
Universidad Complutense de Madrid. José Antonio Novais, s/n. 28040‐Madrid. 
rosbabin@geo.ucm.es 
2
Área de Geología‐ESCET. Universidad Rey Juan Carlos. Tulipán, s/n. 28933‐Móstoles. 
david.gomez@urjc.es 
 
 
Resumen:  Los  elementos  planares  en  Geología  Estructural  (superficies  de 
estratificación, discordancias, fallas, flancos de pliegues, planos axiales, etc.) son muy 
comunes  y  por  tanto  deben  saber  representarse  correctamente  en  proyección 
estereográfica.  Comprender  y  manejar  correctamente  conceptos  como  dirección, 
buzamiento y sentido de buzamiento de un plano es fundamental. 
 
Palabras  clave:  Dirección.  Buzamiento  real.  Buzamiento  aparente.  Sentido  de 
buzamiento.  
 
 
INTRODUCCIÓN 
 
 
En  primer  lugar  y  de  forma  muy  concisa,  recordaremos  los  conceptos  de 
dirección,  buzamiento  real  y  aparente  y  sentido  de  buzamiento  de  un  plano,  con 
objeto  de  que  el  alumno  conozca  perfectamente  todos  estos  términos  y  no  haya 
confusión a la hora de proyectar cualquiera de ellos. 
 
 
DEFINICIONES 
 
 
Las estructuras geológicas que observamos en los afloramientos (fallas, pliegues, 
discordancias,  etc)  pueden  ser  consideradas  en  dos  dimensiones  como  planos  o 
estructuras  planares.  La  orientación  de  cualquiera  de  estos  planos  en  el  espacio  se 
realiza con ayuda de una brújula que mide la dirección del plano en la horizontal y con 
respecto  al  norte,  y  el  buzamiento  en  el  plano  vertical  perpendicular  a  la  dirección. 
Para  orientar  perfectamente  el  plano,  por  tanto,  es  necesario  medir  ambos  ángulos, 
dirección y buzamiento. 
 
Otra posibilidad para definir este mismo plano en el espacio, es medir su ángulo 
de buzamiento y el sentido de buzamiento del mismo con respecto al norte, o sea, la 

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orientación de la línea perpendicular a la línea de dirección. Nuevamente es necesario 
conocer los dos ángulos para saber exactamente la orientación del plano. 
 
Dirección y buzamiento real del plano 
 
 Dirección del plano 
 
Una línea horizontal inscrita en el plano recibe el nombre de línea de dirección 
y corresponde a la intersección entre el plano y un plano horizontal imaginario. 
El ángulo de dirección del plano corresponde al ángulo formado entre esta línea 
horizontal  y  el  norte  geográfico.  En  el  afloramiento  se  mide  con  la  brújula  y 
generalmente se representa con la letra griega . 
 
En el bloque diagrama correspondiente a la figura 1, la línea XY representa una 
línea de dirección del plano. Su dirección es el ángulo que forma con respecto 
al norte geográfico y como cualquier dirección tiene dos sentidos, que difieren 
entre si 180º. Para describir esta dirección existen dos alternativas: 
 
 Mediante  una  notación  por  cuadrantes,  contando  desde  el  norte  hacia  el 
este  o  hacia  el  oeste.  En  este  caso  debemos  decir  el  punto  del  que 
partimos (norte), a continuación el valor del ángulo y seguidamente hacia 
donde  estamos  contando  (este  u  oeste).  Una  dirección  sería  por  ejemplo 
N32ºE, N20ºO, etc. 
 
 O bien asignando a la dirección norte un valor de 000º o 360º, siempre con 
tres dígitos. En el caso de que no se especifique, se entiende que el ángulo 
de dirección está contado desde el norte hacia el este, en el sentido de las 
agujas del reloj. Las direcciones anteriores en este caso serían 032º y 340º. 
 
 Buzamiento real del plano 
 
Se  define  como  el  ángulo  que  forma  este  plano  con  la  horizontal,  medido 
según la línea de máxima pendiente del plano, por tanto, medido en el plano 
vertical  que  es  perpendicular  a  la  línea  de  dirección  del  plano  (Fig.  1).  Se 
representa  con  la  letra  .  Para  que  el  valor  de  este  ángulo  sea  correcto,  es 
necesario especificar su sentido: 34ºS, 45ºE, 82ºN, etc, ya que cualquier plano 
con una dirección dada puede buzar en dos sentidos opuestos. Por ejemplo, 
un plano con dirección 000º, puede buzar al este o al oeste, por tanto hay que 
especificar el sentido de buzamiento. 
 

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Figura 1. Representación de un plano en tres dimensiones. 
 
 
Buzamiento y sentido de buzamiento de un plano. Buzamiento aparente 
 
 Sentido de buzamiento (en algunos textos, dirección de buzamiento) 
 
Es  el  ángulo  que  forma  la  proyección  en  la  horizontal  de  la  línea  de  máxima 
pendiente  del  plano  con  el  norte  geográfico.  Por  tanto,  su  valor  angular  está 
situado  a  90º  del  valor  angular  correspondiente  a  la  dirección  del  plano.  Se 
representa con las letras s (Fig. 2). 
 

Figura.2. Plano orientado en el espacio mediante sentido de buzamiento y ángulo de buzamiento. 

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A partir de esta definición se deduce que cualquier plano se puede orientar en 
el espacio mediante su sentido de buzamiento y su ángulo de buzamiento. En 
este caso, no es necesario añadir al valor del ángulo de buzamiento su sentido, 
ya que este es conocido.  Tomando como ejemplo un  plano de estratificación, 
según la primera posibilidad (caso a) el plano sería N32ºE‐25ºSE y tomando la 
segunda  (caso  b),  el  mismo  plano  sería  122º‐25º,  siendo  122º  el  sentido  de 
buzamiento  y  25º  el  ángulo  de  buzamiento.  Su  sentido  es  al  SE,  ya  que  es  el 
cuadrante  que  contiene  el  ángulo  de  valor  122º.  En  el  caso  de  que  el  plano 
buzara en sentido contrario, hacia el NO, su sentido de buzamiento sería 302º, 
en ambos casos a 90º  de la dirección del plano, bien en un sentido o en otro 
según hacia donde se incline el plano. 
 
 Buzamiento aparente 
 
Es el ángulo que forma el plano con la horizontal medido en un plano vertical, 
según una dirección cualquiera que no sea perpendicular a la línea de dirección 
del  plano.  Su  valor  angular  siempre  es  menor  que  el  correspondiente  al 
buzamiento real. Se representa con la letra ´ (Fig. 1). 
 
El valor del ángulo de buzamiento, sea este real o aparente, está comprendido 
entre 0º (horizontal) y 90º (vertical). El máximo valor del buzamiento aparente 
estará  situado  sobre  la  dirección  que  coincida  con  el  sentido  de  buzamiento 
real,  mientras  que  el  valor  mínimo  del  buzamiento  aparente  será  cuando  se 
mida este sobre una dirección que coincide con la dirección del plano. 
 
 
PROYECCIÓN CICLOGRÁFICA DE UN PLANO (PROYECCIÓN ) 
 
 
Tomemos un plano orientado en el espacio mediante su dirección y buzamiento, 
por ejemplo el plano N60ºE‐40ºSE. Para hallar su proyección estereográfica, haremos 
lo siguiente: 
 
 Colocamos  la  chincheta  en  el  centro  con  la  punta  hacia  nosotros, 
superponemos un transparente sobre la falsilla, dibujamos en él la primitiva y 
los cuatro puntos cardinales (Fig. 3 A). 
 
 Señalamos sobre la primitiva el valor angular correspondiente a la dirección del 
plano y giramos el transparente hasta que este valor coincida con el diámetro 
norte‐sur de la falsilla (Fig. 3 B). 
 
 En esta posición, contamos el valor del buzamiento sobre el diámetro E‐O de la 
falsilla,  teniendo  en  cuenta  su  sentido,  siempre  desde  la  primitiva  hacia  el 
centro de la falsilla, y pintamos el círculo mayor que tiene esa dirección y ese 
ángulo de buzamiento (Fig. 3 C). 
 

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 Giramos  el  transparente  sobre  la  falsilla  hasta  que  coincidan  otra  vez  los  dos 
polos  norte  (de  transparente  y  falsilla  de  proyección),  y  hemos  obtenido  la 
representación del plano en proyección estereográfica, o sea, el estereograma 
del  plano  o  bien  la  proyección  ciclográfica  del  plano  (plano  representado 
mediante un círculo mayor de la falsilla) (Fig. 3 D). 
 
Como se puede observar, el procedimiento es sencillo y rápido. Las direcciones 
se colocan sobre la primitiva (plano horizontal) y se llevan al diámetro N‐S de la falsilla 
y  de  esta  forma,  los  buzamientos,  siempre  en  el  plano  vertical  perpendicular  a  la 
dirección, se cuentan en el diámetro E‐O de la falsilla. Ambos diámetros representan 
dos  planos  verticales  y  perpendiculares  entre  si,  por  tanto  cumplen  las  definiciones 
anteriores. 
 
A  continuación,  vamos  a  resolver  distintos  tipos  de  problemas  referentes  a 
planos, explicando paso a paso el proceso seguido. 
 

Figura 3. Representación estereográfica de un plano. Ver texto para su explicación. 

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CONCLUSIONES 
 
 
De lo anteriormente expuesto, se puede deducir que un plano en el espacio se 
orienta mediante: 
 
 Dirección y buzamiento real del plano 
 
Para  proyectar  este  plano,  colocamos  la  dirección  sobre  el  diámetro  (plano 
vertical) norte‐sur de la falsilla, y leemos el valor correspondiente al ángulo de 
buzamiento sobre el diámetro este‐oeste, desde la primitiva hacia el centro de 
la  falsilla.  Dibujamos  el  círculo  mayor  correspondiente  y  este  representa  el 
estereograma del plano. (Fig. 1). 
 
 Sentido de buzamiento y ángulo de buzamiento real del plano 
 
El sentido de buzamiento es siempre perpendicular a la dirección, luego en este 
caso  colocamos  el  sentido  de  buzamiento  en  la  primitiva,  sobre  el  diámetro 
este‐oeste  de  la  falsilla.  Sobre  este  mismo  diámetro  contamos,  desde  la 
primitiva  hacia  el  centro,  el  valor  del  ángulo  de  buzamiento  y  pintamos  el 
estereograma (Fig. 2). 
 
 Dos buzamientos aparentes o dos líneas contenidas en el plano 
 
Cada  uno  de  estos  dos  buzamientos  aparentes  nos  dará  un  punto  en  la 
proyección, que equivale a la proyección de una línea que está contenida en el 
plano que estamos buscando. Moviendo el transparente sobre la falsilla hasta 
que los dos puntos estén situados en un círculo mayor, dibujamos este círculo 
que corresponde al estereograma del plano buscado (Fig. 1). 
 
 
PROBLEMAS 
 
 
Problema 1 
 
Dibujar los estereogramas correspondientes a los planos siguientes: a)360º‐30ºE, 
b)270º/60º, c)090º‐24ºS, d)045º‐56ºSE, e)horizontal, f)080º‐90º (Fig. 4). 
 

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Figura 4. Proyección estereográfica (estereograma) de los planos del problema 1 del texto. 
 
 
Colocar el transparente sobre la falsilla, dibujar la circunferencia primitiva y los 
puntos cardinales. 
 
Para cada uno de los planos, el procedimiento es el siguiente: 
 
 Hacer una señal en la primitiva indicando la dirección dada. 
 
 Llevar esta dirección sobre el diámetro N‐S. 
 
 Contar el buzamiento sobre el diámetro E‐O. 
 
 Dibujar el círculo mayor correspondiente. 
 
Observar  con  atención  los  datos  que  da  el  problema.  ¿Son  todos  ellos  de 
dirección  y  buzamiento,  o  alguno  de  los  planos  está  orientado  mediante  sentido  de 
buzamiento y buzamiento? 
 
En el plano con orientación 270º/60º, a continuación del ángulo de buzamiento 
no hay ninguna indicación acerca del sentido de este buzamiento. O bien el plano está 
mal  indicado  o  está  orientado  mediante  sentido  de  buzamiento  y  buzamiento.  El 
ángulo de buzamiento del plano es de 60º y su sentido, 270º (oeste de la falsilla), luego 
este plano está buzando hacia el oeste y su dirección es 000º o 180º (perpendicular a 
270º). 
 

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Para hallar su estereograma, colocamos la dirección 270º sobre el diámetro E‐O 
de la falsilla y contamos directamente desde la primitiva hacia el centro, los 60º. En ese 
punto dibujamos el círculo mayor correspondiente a este plano. 
 
El  último  plano  es  vertical  (su  buzamiento  es  de  90º),  por  tanto  vendrá 
representado  por  un  diámetro  de  la  falsilla  o  lo  que  es  lo  mismo,  el  círculo  mayor 
correspondiente  es  una  línea  recta  que  pasa  por  el  centro  de  la  falsilla  y  tiene  una 
dirección de 80º. 
 
Problema 2 
 
Para una superficie de estratificación cuya orientación es 080º‐24ºS, deducir las 
orientaciones de su máxima pendiente y de una pendiente de 0º. Calcular los valores 
de los buzamientos aparentes según los sentidos 100º, 120º, 190º y 260º. 
 
 Dibujar  la  circunferencia  primitiva  en  el  transparente  y  colocar  los  puntos 
cardinales. Marcar sobre ella la dirección 80º y girar el transparente hasta que 
esta dirección coincida sobre el diámetro (plano vertical) N‐S de la falsilla. 
 
 Sobre el diámetro E‐O de la falsilla, a partir de la primitiva hacia dentro y desde 
el extremo del diámetro más próximo al sur (el plano buza al sur), contamos el 
valor  correspondiente  al  ángulo  de  buzamiento  y  dibujamos  el  estereograma 
del plano (círculo mayor). 
 
 Giramos nuevamente el transparente hasta ponerlo en su posición original. 
 
Por  definición,  la  orientación  de  la  línea  de  máxima  pendiente  de  un  plano  es 
perpendicular  a  la  dirección  del  plano,  por  tanto  estará  situada  sobre  la  dirección 
80º+90º=170º, luego la línea de máxima pendiente del plano (sentido de buzamiento) 
está  orientada  según  los  170º.  La  pendiente  correspondiente  a  0º  (buzamiento 
aparente  de  0º)  se  encontrará  según  una  dirección  que  coincida  con  al  dirección  del 
plano, bien 80º o 260º. 
 
Para  calcular  cualquier  valor  de  buzamiento  aparente  según  un  sentido 
determinado, marcamos sobre la primitiva el sentido deseado, lo colocamos sobre el 
diámetro  E‐O  de  la  falsilla  y  contamos  sobre  él  el  ángulo  entre  la  primitiva  y  el 
estereograma.  Este  valor  es  el  buzamiento  aparente  medido  según  el  sentido 
requerido. La misma operación se repite para cada uno de los buzamientos aparentes. 
 
Si estos problemas los resolvemos con la falsilla de Wulff que conserva ángulos, 
podemos hacer medidas de buzamientos aparentes, inmersiones de líneas, etc, sobre 
cualquiera de los diámetros (planos verticales), tanto el N‐S como el E‐O. 
 
En la figura 5 está resuelto el problema y las soluciones son las siguientes: 
 

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Según el sentido 100º, el buzamiento aparente es de 10º; según el sentido 120º, 
es de 17º, según el sentido 190º es de 22,5º y según el sentido 260º es de 0º, ya que 
260º corresponde a la dirección del plano. 
 

 
 
Figura 5. Resolución del problema 2. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 3 
 
La  orientación  de  un  estrato  es  220º‐70ºS.  Hallar  los  sentidos  en  los  que  se 
encontrarán buzamientos aparentes de 30º, 50º y 70º. 
 
 Colocar el transparente sobre la falsilla y dibujar la circunferencia primitiva y los 
puntos  cardinales.  A  continuación,  representar  el  estereograma  del  plano 
colocando la dirección (220º) sobre el diámetro N‐S de la falsilla y contando el 
buzamiento desde el sur sobre el diámetro E‐O. 
 
 Una  vez  dibujado  el  estereograma,  vamos  moviendo  el  transparente  y 
buscando los valores de los ángulos de buzamiento aparente sobre el diámetro 
E‐O. Cada vez que encontramos uno de estos valores, los sentidos los leemos 
directamente sobre la primitiva. Hay que tener en cuenta que siempre existirán 
dos  sentidos  en  los  que  se  cumple que  el  buzamiento  aparente  es  del  mismo 
valor. 
 
El problema resuelto aparece en la figura 6 y las soluciones son: 
 
 Buzamiento aparente de 30º, según los sentidos 207º y 053º. 
 
 Buzamiento aparente de 50º, según los sentidos 194º y 067º 

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El  buzamiento  de  70º  es  el  buzamiento  real,  dato  que  nos  da  el  enunciado  del 
problema. El sentido correspondiente a este buzamiento real será 220º‐90º=130º, no 
existiendo buzamiento aparente según ese sentido. 
 

 
 
Figura 6. Resolución del problema 3. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 4 
 
El plano axial de un pliegue tiene una dirección de 160º y se ha podido medir un 
buzamiento aparente de 18º según la dirección 030º. Calcular el valor del buzamiento 
real del plano axial (Fig. 7). 
 
 Colocar  sobre  la  primitiva  una  marca  en  la  dirección  del  plano  axial,  en  este 
caso, 160º. 
 
 A continuación marcar la dirección 30º, llevarla a un plano vertical de la falsilla 
de  Wulff  y  contar  desde  la  periferia  hacia  el  centro  el  ángulo  de  buzamiento 
aparente de 18º. Este buzamiento aparente viene representado por un punto 
dentro  de  la  falsilla  de  proyección,  como  se  indica  en  Babín  y  Gómez  (2010), 
referente a las líneas. 
 
 El plano buscado se obtendrá llevando la dirección 160º sobre el diámetro N‐S 
de la falsilla y trazando el círculo mayor que contiene el punto que representa 
el  buzamiento  aparente  dado.  El  buzamiento  real  del  plano  leído  en  el 
estereograma, es de 23º al E o SE, o bien 23º/070º. 
 

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Figura 7. Resolución del problema 4. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 5 
 
En un afloramiento se observa una serie terciaria discordante sobre el Cretácico. 
De esta discordancia se han medido dos buzamientos aparentes: 140º/15º y 078º/30º. 
Calcular la orientación del plano. 
 
 Como  ya  es  costumbre,  dibujar  la  circunferencia  primitiva  y  los  puntos 
cardinales. 
 
 Representar  la  falsilla  cada  uno  de  los  buzamientos  aparentes  medidos  en  el 
campo.  Como  se  ha  visto  en  el  problema  anterior,  para  cada  uno  de  ellos  se 
coloca su dirección sobre uno de los diámetros verticales de la falsilla y sobre 
él,  directamente,  se  cuenta  el  valor  correspondiente  al  buzamiento  aparente 
(15º y 30º respectivamente). 
 
 De  esta  forma  se  obtienen  dos  puntos  (líneas)  dentro  de  la  falsilla  de 
proyección. Se mueve el transparente hasta que los dos puntos estén situados 
sobre un círculo mayor y se dibuja este. Corresponde al estereograma del plano 

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buscado y leemos su orientación, que resulta ser 168º‐30ºE. Observar que en 
este  caso,  uno  de  los  supuestos  buzamientos  aparentes,  en  realidad 
corresponde con el buzamiento real del plano (Fig. 8). 
 

 
 
Figura 8. Resolución del problema 5. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 6 
 
Un  estrato  tiene  un  buzamiento  de  40ºN.  ¿En  qué  dirección  el  buzamiento 
aparente  será  máximo?  ¿Se  mantendrá  la  misma  dirección  de  buzamiento  si  el  valor 
del ángulo de buzamiento varía? Razonar la respuesta. 
 
 Si un estrato tiene un valor de buzamiento, sea cual sea este, en sentido norte, 
es  en esa  dirección  donde  el  buzamiento  aparente  será máximo,  ya  que  es el 
sentido  de  buzamiento  real  del  plano.  Esto  quiere  decir  que  la  dirección  del 
estrato  debe  ser  la  perpendicular  al  sentido  de  buzamiento,  por  tanto  esta 
dirección necesariamente es E‐O, o 90º o 270º. 
 
 Se dibuja el estereograma correspondiente a este plano (Fig. 9), y se observa, 
como es lógico, que el valor máximo de buzamiento aparente coincidirá con el 
buzamiento real del plano, según el sentido norte (000º o 360º). Sea cual sea el 
valor correspondiente al buzamiento real del plano, siempre el sentido de este 
buzamiento será perpendicular a la dirección, por lo tanto será hacia el norte. 
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Figura 9. Resolución del problema 6. Ver texto para su explicación. 
 
BIBLIOGRAFÍA 
 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010.  Problemas  de  Geología  Estructural.  3. 
Orientación  y  proyección  de  líneas  en  el  espacio.  Reduca  (Geología).  Serie 
Geología Estructural, 2 (1): 24‐40. 
 
 
BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA 
 
Davis, G. H. 1984. Structural Geology of rocks and Regions. Wiley & Sons. 492 pp. 
 
Lheyson,  P.  R.;  Lisle,  R.  J.  1996.  Stereographic  projection  techniques  in  Structural 
Geology. Butterworth‐Heinemann Ltd. Oxford. 104 pp. 
 
Marshak, S & Mitra, G. 1982. Basic methods of structural geology. Prentice & Hall. 446 
pp. 
 
Phillips, F. C. 1971. The use of stereographic projection in Structural Geology. Edward 
Arnol. London. 90 pp. 
 
Ragan, D. M. 1987. Geología Estructural. Ed. Omega. Barcelona. 210 pp. 
 
Turner, F. & Weiss, L.R. 1963. Structural analysis of metamorphic tectonites. McGraw 
Hill. New York. 545 pp. 
 
 
Recibido: 18 noviembre 2009. 
Aceptado: 22 diciembre 2009. 

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Problemas de Geología Estructural 
3. Orientación y proyección de líneas en el espacio 
 
Rosa Blanca Babín Vich1. David Gómez Ortiz2. 
 
1
Departamento de Geodinámica. Facultad de Ciencias Geológicas. 
Universidad Complutense de Madrid. José Antonio Novais, s/n. 28040‐Madrid. 
rosbabin@geo.ucm.es 
2
Área de Geología‐ESCET. Universidad Rey Juan Carlos. Tulipán, s/n. 28933‐Móstoles. 
david.gomez@urjc.es 
 
 
Resumen:  la  orientación  y  representación  estereográfica  de  elementos  lineales  tales 
como ejes de pliegues, lineamientos minerales, estrías de falla, etc. presentan algunas 
diferencias  importantes  respecto  a  los  elementos  planares  que  hay  que  conocer. 
Conceptos  como  inmersión  y  cabeceo  son  descritos  en  detalle,  junto  con  numerosos 
ejemplos de representación. 
 
Palabras clave: dirección. Inmersión. Cabeceo. Sentido de buzamiento. 
 
 
INTRODUCCIÓN 
 
 
En  primer  lugar  y  de  forma  muy  concisa,  recordaremos  los  conceptos  de 
dirección,  inmersión  y  cabeceo  de  una  línea,  con  objeto  de  que  el  alumno  conozca 
perfectamente  todos  estos  términos  y  no  haya  confusión  a  la  hora  de  proyectar 
cualquiera de ellos. 
 
 
DEFINICIONES 
 
 
Las  estructuras  lineares  en  rocas  aparecen  con  gran  variedad  de  formas  y 
orígenes.  Pueden  ser  estructuras  primarias  desarrolladas  durante  la  sedimentación, 
como sucede con aquellas estructuras de corriente que en ocasiones se observan en 
los  planos  de  estratificación  que  ahora  se  ven  basculados,  o  bien  estructuras 
relacionadas  con  la  deformación.  En  el  primer  caso,  la  proyección  estereográfica 
permite conocer la dirección de dicha corriente en el momento de su actuación. 
 
Más  interesantes  para  al  geólogo  estructural  son  las  estructuras  lineares  de 
origen  tectónico.  Líneas  de  charnela  o  líneas  de  máxima  curvatura  del  pliegue, 
lineaciones  minerales  en  tectonitas  metamórficas,  estrías  de  falla  que  nos  dan 
información  de  la  dirección  de  movimiento  de  la  falla  y  un  largo  etcétera.  También 

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podemos obtener datos de las estructuras a partir de las líneas de intersección entre 
dos planos no paralelos. 
 
De la misma manera, deben ser tenidas en cuenta otro tipo de líneas que no se 
manifiestan  en  el  afloramiento  como  estructuras  visibles,  pero  que  pueden  ser 
construidas geométricamente. Líneas alrededor de las cuales otras son giradas (ejes de 
rotación), líneas perpendiculares a un plano dado (normal al plano o polo del plano), 
ejes principales de esfuerzos, ejes de pliegues, etc. 
 
Desde  el  punto  de  vista  de  la  proyección  estereográfica,  las  líneas  vienen 
representadas en el plano ecuatorial de la esfera de proyección por un punto, tanto si 
nos referimos a líneas que podemos observar físicamente (cantos estirados, estrías de 
falla,  etc.)  como  aquellas  que  resultan  de  la  intersección  de  planos  (clivaje  y 
estratificación, dique y esquistosidad, etc.). Todas estas líneas se orientan en el espacio 
en función de los ángulos que se enuncian a continuación. 
 
Dirección 
 
Es  el  ángulo  que  forma  la  proyección  en  la  horizontal  de  la  línea,  con  el  norte 
geográfico. Normalmente se representa con la letra δ (Fig. 1). 
 
Inmersión (plunge) 
 
Es el ángulo que forma la línea con su proyección en la horizontal, medido en el 
plano vertical que contiene a la línea y a su proyección. Se representa con la letra i (Fig. 
1). 
 

 
 
Figura 1. Ángulos utilizados para orientar líneas en el espacio. 

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Por  ejemplo,  una  línea  con  orientación  068º/30º  tiene  una  inmersión  (“se 
inclina”)  30º  hacia  la  dirección  068º,  luego  el  sentido  de  inmersión  es  068º  o  NE.  La 
línea  125º/00º  puede  también  ser  escrita  como  305º/00º  ya  que  es  horizontal 
(inmersión 00º), luego su sentido de inmersión puede ser cualquiera de los dos. Una 
línea con una inmersión de 90º es vertical sin sentido de inmersión definido. 
 
Cabeceo (pitch, rake) 
 
Muchas estructuras lineares se desarrollan dentro de planos estructurales. En el 
caso de que una línea esté contenida en un plano inclinado, el cabeceo es el ángulo, 
entre la línea y la dirección del plano inclinado que la contiene, medido en este plano 
inclinado. Se representa con la letra c (Fig. 1). 
 
 
ORIENTACIÓN DE LÍNEAS EN EL ESPACIO 
 
 
Para  orientar  una  línea  en  el  espacio,  es  necesario  conocer  su  dirección  y  un 
segundo  ángulo  que  puede  ser  la  inmersión  o  bien  el  cabeceo  sobre  un  plano 
conocido. Si utilizamos la inmersión, hemos de imaginar un plano vertical que contiene 
a  la  línea  y  a  su  proyección.  La  dirección  de  este  plano  vertical  es  la  dirección  de  la 
línea y el ángulo que forman la línea y su proyección, es el ángulo de inmersión. De las 
dos posibilidades de dirección (a 180º una de otra), se escoge aquella hacia la cual se 
dirige la inmersión de la línea (sentido de inmersión). 
 
Si  la  línea  está  contenida  en  un  plano  visible  (estrías  en  un  plano  de  falla),  se 
puede  utilizar  para  la  orientación  de  ésta,  el  ángulo  de  cabeceo  además  de  su 
dirección.  El  valor  del  ángulo  de  cabeceo  puede  variar  desde  cero cuando  la  línea  es 
horizontal  hasta  90º,  cuando  se  mide  paralelamente  al  sentido  de  buzamiento  del 
plano. Para describir correctamente el cabeceo es necesario dar el valor del ángulo y 
su sentido, así como la orientación del plano en el que se ha medido. 
 
 
PROYECCIÓN ESTEREOGRÁFICA DE UNA LÍNEA 
 
Línea orientada mediante dirección e inmersión 
 
El principio básico es similar a la proyección de un plano. La línea L pasa por el 
centro  de  la  esfera  y  se  extiende  hasta  cortar  al  hemisferio  inferior  en  un  punto  (P). 
Este punto se une con el zenit de la esfera mediante una línea recta, y la proyección 
estereográfica de la línea L se localiza donde esta recta corta al plano de proyección, 
por  tanto,  en  un  punto  (P´)  (Fig.  2  A).  Las  líneas  se  proyectan  como  puntos  en 
proyección estereográfica. El procedimiento es el siguiente suponiendo una línea con 
orientación 060º/40º. 
 
 

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Figura 2. A. Proyección esférica de una línea. B. Representación estereográfica de líneas: horizontal, 
vertical e inclinada. 
 
 
 Marcar en la circunferencia primitiva la dirección (sentido de inmersión) de la 
línea, 060º en este ejemplo (Fig. 3 A). 
 
 Girar  el  transparente  hasta  que  esta  marca  esté  situada  en  uno  de  los 
diámetros principales, norte‐sur o este‐oeste siempre que se utilice la falsilla de 
Wulff. Si se utiliza la de Schmidt, sobre el diámetro este‐oeste únicamente (Fig. 
3B). 
 
 Contar el ángulo de inmersión a lo largo de este radio desde la circunferencia 
primitiva hacia el centro, y marcar el punto que representa la proyección de la 
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línea (Fig. 3 C). La posición final de la línea en el estereograma, se aprecia en la 
figura 3 D. 
 

Figura 3. Proyección estereográfica de una línea. Ver texto para su explicación. 
 
Cuando existe una línea horizontal, con una dirección determinada, por ejemplo, 
N‐S,  su  orientación  sería  00º/360º  o  bien  00º/180º,  de  forma  que  teóricamente 
vendría  representada  en  la  proyección  por  dos  puntos  situados  en  la  circunferencia 
primitiva,  justamente  sobre  los  puntos  cardinales  norte  y  sur  de  la  falsilla.  Estos  dos 
puntos están representando la misma línea y cualquiera de ellos define su orientación. 
Con dibujar uno de ellos, es suficiente. 
 
De la misma manera, podemos obtener a partir del estereograma la orientación 
de una línea. Imaginemos una situación como la que aparece en la figura 2 B. 
 

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Las  líneas  vienen  representadas  por  los  tres  puntos  marcados.  Para  conocer  su 
orientación, hacemos lo siguiente: 
 
 Giramos  el  transparente  hasta  que  el  punto  que  representa  la  línea  quede 
sobre  uno  de  los  diámetros  N‐S  o  E‐O  de  la  falsilla.  Sobre  este  plano  vertical 
leemos la inmersión de la línea, desde la primitiva hacia el centro de la falsilla. 
 
 En esta misma posición, hacemos una marca en la primitiva, donde esta corta al 
diámetro elegido. 
 
 Colocamos el norte del transparente coincidiendo con el de la falsilla. 
 
 Leemos el ángulo sobre la primitiva desde el norte hasta la marca anterior. Este 
ángulo  es  la  dirección  de  la  línea  que  nos  está  marcando  su  sentido  de 
inmersión. 
 
 La misma operación se repite para cada una de las líneas. 
 
Línea orientada mediante dirección y cabeceo sobre un plano conocido 
 
En este caso el dato que hemos obtenido en el campo se refiere, por ejemplo, a 
la orientación de un plano de falla y el cabeceo de una familia de estrías que aparecen 
en este plano. El plano de falla está orientado N40ºE‐20ºSE y la estría tiene un cabeceo 
de 45ºS medido en este plano (Fig. 4). 
 
Para representar el estereograma correspondiente, el proceso es como sigue: 
 
 Dibujar sobre el transparente el círculo mayor que representa el plano medido, 
como ya se ha indicado anteriormente. 
 
 Dentro de este círculo mayor, está la línea representada por su cabeceo. Si el 
cabeceo  es  el  ángulo  entre  la  línea  y  la  dirección  del  plano  inclinado  que  la 
contiene, solo tenemos que medir el ángulo de 45º en el plano (círculo mayor) 
colocado sobre un círculo mayor de la falsilla, desde el sur, contando con ayuda 
de los círculos menores. 
 
 Este  punto,  situado  sobre  el  estereograma  del  plano  de  falla,  representa  la 
orientación de la estría. 
 
De la misma manera, podemos resolver el problema inverso. En el estereograma 
de la figura 5 se han representado dos planos N40ºE‐30ºNO y 116º‐50ºS, ambos con 
una  línea  inscrita,  L  y  L´  respectivamente.  ¿Cuál  será  el  valor  del  ángulo  de  cabeceo 
para cada una de las líneas? 

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Figura  4.  Representación  estereográfica  de  una  línea,  mediante  su  cabeceo  en  un  plano 
conocido. 

 
 
Figura 5. Medida de dirección, inmersión y cabeceo para dos líneas L y L´ contenidas en dos 
planos de orientación conocida. 
 
Colocamos  uno  de  los  planos  coincidiendo  con  un  círculo  mayor  de  la  falsilla. 
Contando  desde  el  norte  o  desde  el  sur  a  partir  de  los  círculos  menores,  sabremos 

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cual es el ángulo de cabeceo de esa línea medido sobre ese plano. A continuación del 
valor,  colocamos  su  sentido,  que  corresponderá  al  cuadrante  donde  esté  situada  la 
línea.  Al  mismo  tiempo,  podemos  medir  su  dirección  e  inmersión,  como  se  ha 
explicado en el problema anterior. Los resultados son los siguientes: 
 
L: cabeceo.  36ºS;  dirección.  252º;  inmersión.  18º  252º/18º 
L´: cabeceo.  40ºE;  dirección.  144º;  inmersión.  38º  144º/38º 
 
El mismo proceso se seguirá para cualquiera de las líneas del estereograma. 
 
 
CONCLUSIONES 
 
 
Las  líneas  en  el  espacio  se  orientan  mediante  dos  ángulos,  que  pueden  ser 
sentido de inmersión (dirección) e inmersión, o bien dirección y cabeceo medido sobre 
un  plano  inclinado  que  contiene  a  la  línea.  En  este  caso,  es  necesario  indicar  la 
orientación del plano en el que se ha medido el ángulo de cabeceo de la línea. 
 
A partir de las explicaciones y los ejercicios resueltos, se deduce que es bastante 
rápido  y  sencillo  proyectar  líneas  en  proyección  estereográfica,  y  que  su  proyección 
siempre es un punto dentro del estereograma. 
 
También se pueden relacionar con facilidad planos y líneas en la proyección, de 
forma  que  conocidos  datos  referentes  a  unos  y  a  otras,  podemos  llegar  a  obtener 
mucha información, a menudo difícil de encontrar directamente en el afloramiento. 
 
Todos estos problemas se pueden a su vez combinar con resoluciones propias de 
proyección  ortográfica,  de  tal  manera  que  todo  lo  referente  a  la  medida  de  ángulos 
puede ser tratado en proyección estereográfica y los datos obtenidos por este método 
añadirlos  a  aquellos  que  necesariamente  necesitan  un  tratamiento  mediante  planos 
acotados. 
 
 
PROBLEMAS 
 
 
Problema 1 
 
Proyectar las siguientes medidas de líneas y planos: 
 
Planos. a)030º/20º; b)040º/70º; c)270º‐20ºS; d)020º‐54ºE 
 
Líneas. a)290º/10º; b)120º/70º; c)080º/00º;d)vertical. 
 

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Figura 6. Estereograma correspondiente al problema 1. Ver texto para su explicación. 
 
Al proyectar los planos, hay que tener en cuenta aquellos cuya orientación está 
expresada como sentido de buzamiento y buzamiento (los dos primeros), en cuyo caso 
el sentido de buzamiento se colocará en el diámetro E‐O de la falsilla y sobre el mismo, 
contamos el buzamiento, mientras que los dos últimos,  orientados según dirección  y 
buzamiento, la dirección ha de colocarse sobre el diámetro N‐S de la falsilla y contar el 
buzamiento en la perpendicular, sobre el diámetro E‐O, a partir de la primitiva según el 
sentido del buzamiento. En este caso, ambos desde el oeste. 
 
En la figura 6, se puede ver el estereograma resultante. 
 
 
Problema 2 
 
Contestar  las  siguientes  preguntas  tomando  como  referencia  el  estereograma 
del problema anterior. 
 
a)  ¿Cual  es  la  diferencia  entre  los  círculos  mayores  que  representan  planos  de 
buzamiento elevado y los que representan planos de menor buzamiento? 
 
b) ¿Cual es la diferencia entre una línea con bajo ángulo de inmersión y otra con 
ángulo de inmersión alto? 
 
c) ¿Cómo se puede deducir la dirección de un plano a partir de su estereograma? 
 

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a) Observando  el  estereograma  del  problema  anterior,  es  evidente  que  los 
círculos  mayores  que  corresponden  a  un  plano  con  poco  buzamiento  están 
situados más cerca de la primitiva que aquellos que tienen buzamiento mayor. 
Estos últimos están más próximos a la parte central de la falsilla. En el caso de 
que  el  plano  sea  vertical,  vendrá  representado  por  un  círculo  mayor  que  se 
corresponde con un diámetro de la circunferencia primitiva. 
 
b) Una línea con bajo ángulo de inmersión estará situada cerca de la primitiva (a). 
Si  la  línea  es  horizontal  (c),  se  situará  sobre  la  primitiva.  Cuanto  mayor  sea  el 
ángulo  de  inmersión,  más  cerca  estará  la  línea  del  centro  de  la  falsilla  (b).  Se 
situará exactamente en el centro en el caso de una línea vertical (d). 
 
c) Simplemente  contando  el  ángulo  sobre  la  primitiva  entre  el  norte  y  el  círculo 
mayor que representa el plano. 
 
 
Problema 3 
 
Un plano de estratificación está  orientado 080º‐60ºS. Calcular: 
 
a) El ángulo y el sentido de inmersión de la normal al plano (línea perpendicular al 
plano dado). 
 
b) Dibujar la normal al plano como un punto en el estereograma. 
 
Representar  el  plano  mediante  su  círculo  mayor  correspondiente.  La  línea 
perpendicular  al  plano  será  aquella  que  está  situada  a  90º  del  plano,  por  tanto, 
colocado el plano sobre el círculo mayor de la falsilla, se cuentan sobre el diámetro E‐O 
los  90º  en  cualquiera  de  los  dos  sentidos  y  se  marca  el  punto  correspondiente,  que 
representa una línea que es perpendicular al plano (N). El sentido de inmersión de la 
línea es 350º o N10ºO y su ángulo de inmersión será de 30º hacia el norte, hacia los 
350º. La notación de la línea sería 350º/30º o bien N10ºO/30º. 
 
La resolución del problema se puede ver en la figura 7. 
 
 
Problema 4 
 
Un plano tiene una orientación 124º/40º. 
 
a)  Dibujar el estereograma del plano. 
 
b)  Dibujar una línea L contenida en el plano, con un sentido de inmersión según 
los 180º. 
 
c)  Dibujar una línea T en el plano, con un ángulo de inmersión de 40º. 

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Observar que el plano está orientado mediante sentido de buzamiento y ángulo 
de buzamiento, por tanto se coloca el sentido de buzamiento (124º) sobre el diámetro 
E‐O  de  la  falsilla  para  dibujar  el  círculo  mayor  que  corresponda  a  los  40º  de 
buzamiento. 
 

 
 
Figura 7. Resolución del problema 3. Ver texto para su explicación. 
 

 
 
Figura 8. Estereograma correspondiente al problema 4. Ver texto para su explicación. 

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Movemos el transparente hasta llevar el norte del transparente a coincidir con el 
norte  de  la  falsilla.  En  esta  posición  y  a  lo  largo  del  diámetro  norte‐sur  de  la  falsilla, 
pintamos  el  punto  donde  el  plano  dibujado  corta  a  este  diámetro  N‐S.  Ahí  estará 
situada la línea L y su inmersión será de 25º/180º. 
 
La  segunda  línea,  tiene  una  inmersión  de  40º,  valor  que  coincide  con  el  de 
buzamiento  del  plano.  Con  el  plano  coincidiendo  con  un  círculo  mayor  de  la  falsilla, 
observamos que el valor del buzamiento real contado sobre el diámetro E‐O es de 40º. 
El  punto  donde  el  plano  (círculo  mayor)  intersecta  al  diámetro  E‐O,  representa  a  la 
línea T, con una orientación de 40º/124º. 
 
El estereograma correspondiente se observa en la figura 8. 
 
 
Problema 5 
 
Dados  dos  planos  con  orientaciones  N30ºE‐30ºSE  y  20º/250º,  hallar  la 
orientación de su línea de intersección dando el valor de la inmersión y de los ángulos 
de cabeceo sobre cada uno de los planos (Fig. 9). 
 
Dibujar  los  círculos  mayores  correspondientes  a  los  dos  planos.  Observando  el 
estereograma, vemos que los dos planos se cortan en un punto. Este punto representa 
la  proyección  de  la  línea  de  corte  de  los  dos  planos,  que  debe  ser  orientada  en  el 
espacio convenientemente. 
 
Si estamos trabajando con la falsilla de Wulff, giramos el transparente hasta que 
la línea de intersección esté situada sobre uno de los dos diámetros principales de la 
falsilla.  En  esta  posición  leemos  el  ángulo  de  dirección  de  la  línea  sobre  la  primitiva 
(ángulo  entre  el  norte  y  la  proyección  horizontal  de  la  línea)  y  su  inmersión  sobre  el 
diámetro elegido. La solución es 11º/191º. 
 
Para  medir  los  ángulos  de  cabeceo,  colocamos  el  plano  correspondiente 
coincidiendo  con  un  círculo  mayor  y  contamos  sobre  él,  desde  la  primitiva  hasta  la 
línea, a partir de los círculos menores. El ángulo es de 22ºS para el plano de dirección 
N30ºE y de 34ºS para el segundo plano. 
 
 
Problema 6 
 
Un estrato aparece cortado por una zanja de dirección 67º y paredes verticales. 
La línea de corte del estrato con la zanja, vista en una de sus paredes, forma un ángulo 
con la horizontal de 40º hacia el SO. 
 
En  una  cantera  cercana  y  en  una  de  sus  superficies,  orientada  98º‐26ºS,  se 
observa la línea de corte de esta superficie con el estrato con una orientación de 60ºO. 
Calcular la orientación del estrato. 

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Figura 9. Estereograma correspondiente al problema 5. Ver texto para su explicación. 
 
 
Los datos que nos da el problema son los siguientes: 
 
Un primer dato que se refiere a una línea de corte entre un plano vertical y un 
estrato de orientación desconocida. El ángulo de 40º al SO, es un ángulo medido en un 
plano vertical entre la línea de corte y su proyección en la horizontal, por tanto es un 
ángulo de inmersión de una línea que tiene de dirección 67º. Esta línea está contenida 
en el estrato de orientación desconocida, por tanto será un buzamiento aparente de 
este estrato: 067º/40ºSO o bien 247º/40º. 
 
Un segundo dato se refiere a otra línea de corte, esta vez entre el estrato y un 
plano inclinado de orientación conocida. El ángulo que forma esta línea de corte con la 
dirección  del  plano  que  la  contiene,  es  de  60ºO  y  por  definición,  es  el  ángulo  de 
cabeceo de esta línea, medido sobre este plano. 
 
Una vez conocidos los datos disponibles, los llevamos a la proyección. En primer 
lugar  el  buzamiento  aparente  haciendo  una  marca  en  la  primitiva  sobre  la  dirección 
247º,  llevándola  sobre  un  plano  vertical  de  la  falsilla  y  contando  los  40º  desde  la 
primitiva hacia el centro. Obtenemos un punto (línea) del estrato, representado por P 
en el estereograma (Fig. 10). 
 
A continuación, proyectamos el plano mediante su círculo mayor y contamos el 
ángulo  de  cabeceo  desde  el  oeste  a  lo  largo  del  plano.  Esta  línea  Q  proyectada 
pertenece también al estrato. 
 

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Giramos  el  transparente  hasta  que  estas  dos  líneas  se  sitúen  sobre  un  círculo 
mayor que corresponde al estrato cuya orientación estamos buscando. Pintamos ese 
círculo  y  leemos  la  dirección  y  buzamiento  correspondiente  que  resulta  ser  022º‐ 
50ºO. 
 

 
 
Figura 10. Resolución del problema 6. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 7 
 
En  un  área  de  estratificación  pobremente  definida,  se  han  podido  medir  los 
siguientes buzamientos aparentes: 23º/330º; 36º/208º; 16º/184º; 290º/46º; 276º/30º; 
230º/18º; 234º/47º; 262º/70º. Hallar la orientación de la estratificación y comprobar si 
todos estos buzamientos aparentes pertenecen a esta superficie. 
 
Como ya sabemos, los buzamientos aparentes dados con sentido de buzamiento 
y  ángulo  de  buzamiento,  son  equivalentes  a  líneas  orientadas  según  sentido  de 
inmersión  y  ángulo  de  inmersión,  por  tanto,  los  buzamientos  aparentes  vienen 
representados por puntos en la proyección estereográfica. 
 
Hemos  visto  en  los  problemas  anteriores  que  dos  puntos  (dos  buzamientos 
aparentes o dos líneas) contenidos en un plano, son suficientes para dibujar el círculo 
mayor  que  nos  define  la  orientación  de  ese  plano.  En  este  caso,  se  han  medido  8 
buzamientos aparentes en el campo, que en el supuesto de que correspondan todos a 
la misma superficie de estratificación, todos ellos deben estar contenidos en un círculo 
mayor que define la orientación de este estrato. Aquellos que se alejen de este círculo, 
no son buzamientos aparentes pertenecientes a esta superficie. 
 
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Proyectamos  cada  uno  de  los  buzamientos  aparentes  utilizando  la  falsilla  de 
Wulff, llevando el sentido de buzamiento a coincidir con un plano vertical de la falsilla, 
y sobre este, contamos el ángulo de buzamiento aparente correspondiente. 
 
Una vez obtenidas todas las proyecciones de los datos de buzamientos aparentes 
(Fig. 11), giramos el transparente para hacerlos coincidir en un círculo mayor. Como se 
observa  en  el  estereograma,  los  tres  buzamientos  aparentes  30º/276º;  18º/230º  y 
70º/262º se alejan bastante del resto. Los demás se ajustan a un círculo mayor que nos 
da una orientación para esta superficie de estratificación de N10ºO‐50ºO o bien 170º‐
50ºO o 262º/50º (sentido de buzamiento y buzamiento). 
 

 
 
Figura 11. Estereograma correspondiente al problema 7. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 8 
 
Sobre un estrato de orientación N10ºE‐55ºO, aparecen cuatro lineaciones con los 
siguientes  sentidos  de  inmersión:  010º;  220º;  300º  y  360º.  Calcular  los  ángulos  de 
cabeceo para cada lineación, medidos en el plano de estratificación. 
 
El  problema  nos  pide  medir  una  serie  de  ángulos  de  cabeceo  para  unas  líneas 
que están contenidas en un plano. Observar que el sentido de inmersión de la primera 
línea, coincide con la dirección del plano en el que está contenida, por tanto, el ángulo 
de cabeceo en este caso será de 0º. 
 
Dibujar el círculo mayor que representa el plano y marcar sobre la primitiva los 
sentidos  de  inmersión  dados.  Cada  uno  de  estos  sentidos  de  inmersión  los  llevamos 

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sucesivamente a un diámetro vertical de la falsilla y pintamos la línea (punto) que está 
sobre  el  plano  y  tiene  ese  sentido  de  inmersión  (Fig.  12).  Una  vez  proyectadas  las 
líneas, contamos el valor del cabeceo sobre el mismo círculo mayor que representa el 
plano, desde la primitiva hasta la línea. Observar que cuanto más cerca estamos de la 
dirección del plano, menor es el ángulo de cabeceo de esa línea, hasta llegar a ser 0º 
cuando las direcciones de plano y línea coinciden. 
 
Los valores de cabeceo obtenidos son los siguientes: 
 
Para 010º, el cabeceo es de 0º. 
Para 220º, el cabeceo es de 44ºS. 
Para 300º, el cabeceo es de 78ºN. 
Para 360º, el cabeceo es de 18ºN. 
 

 
 
Figura 12. Estereograma correspondiente al problema 8. Ver texto para su explicación. 
 
Problema 9 
 
¿Cuál  es  el  ángulo  que  forman  entre  sí  las  líneas  cuyas  orientaciones  son 
010º/30º y 106º/42º? (Fig. 13). 
 
Proyectar  las  dos  líneas  en  la  falsilla.  Para  medir  el  ángulo  que  forman  estas 
líneas entre si se inscriben en un plano, o sea, se busca el círculo mayor que contiene a 
las dos líneas y se mide el ángulo buscado a lo largo de ese círculo mayor. De los dos 
ángulos posibles, se suele dar el menor de 90º. 
 

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En  este  caso  y  como  se  observa  en  el  estereograma,  el  valor  del  ángulo  que 
forman entre si las dos líneas, es de 75º. 
 
 

 
 
Figura 13. Estereograma correspondiente al problema 9. Ver texto para su explicación. 
 
 
BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA 
 
 
Davis, G. H. 1984. Structural Geology of rocks and Regions. Wiley & Sons. 492 pp. 
 
Lheyson,  P.  R.;  Lisle,  R.  J.  1996.  Stereographic  projection  techniques  in  Structural 
Geology. Butterworth‐Heinemann Ltd. Oxford. 104 pp. 
 
Marshak, S & Mitra, G. 1982. Basic methods of structural geology. Prentice & Hall. 446 
pp. 
 
Phillips, F. C. 1971. The use of stereographic projection in Structural Geology. Edward 
Arnol. London. 90 pp. 
 
Ragan, D. M. 1987. Geología Estructural. Ed. Omega. Barcelona. 210 pp. 
 
Turner, F. & Weiss, L.R. 1963. Structural analysis of metamorphic tectonites. McGraw 
Hill. New York. 545 pp. 
 
 
Recibido: 18 noviembre 2009. 
Aceptado: 22 diciembre 2009. 

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Problemas de Geología Estructural 
4. Proyección polar de un plano. Proyección π 
 
Rosa Blanca Babín Vich1. David Gómez Ortiz2. 
 
1
Departamento de Geodinámica. Facultad de Ciencias Geológicas. 
Universidad Complutense de Madrid. José Antonio Novais, s/n. 28040‐Madrid. 
rosbabin@geo.ucm.es 
2
Área de Geología‐ESCET. Universidad Rey Juan Carlos. Tulipán, s/n. 28933‐Móstoles. 
david.gomez@urjc.es 
 
 
Resumen: la representación estereográfica de planos puede llevarse a cabo también si 
se proyecta únicamente el polo del plano en lugar de su intersección con la esfera de 
proyección  (ciclográfica),  de  manera  que  se  simplifica  de  manera  importante  la 
representación  de  grandes  volúmenes  de  datos,  facilitando  así  su  interpretación. 
También  es  esencial  para  resolver  algunos  problemas  como  la  obtención  del  ángulo 
entre dos planos. 
 
Palabras clave: polo de un plano. Diagrama de polos. Proyección π. 
 
 
INTRODUCCIÓN 
 
 
Con  el  estudio  de  los  artículos  anteriores  (Babín  y  Gómez,  2010  a,  b  y  c),  y  la 
repetición de los problemas ya resueltos, el alumno debe haber aprendido a visualizar 
y  proyectar  líneas  y  planos  en  el  espacio  mediante  proyección  estereográfica.  Ahora 
vamos  a  introducir  un  nuevo  concepto,  polo  de  un  plano  o  proyección  polar  de  un 
plano, que va a ser muy útil para calcular ángulos entre estructuras. 
 
Una vez comprendido el concepto de polo de un plano y su proyección, veremos 
que  cualquier  estructura  puede  ser  girada  fácilmente  en  el  espacio,  y  cambiada  de 
orientación en una falsilla de proyección. Tanto la proyección polar de planos como las 
rotaciones  en  el  espacio,  nos  permiten  resolver  muchos  problemas  prácticos  en 
Geología Estructural. 
 
 
CONCEPTO DE POLO DE UN PLANO 
 
 
Cuando  en  un  estereograma  aparecen  gran  cantidad  de  círculos  mayores 
correspondientes  a  proyecciones  β  de  planos,  es  difícil  hacer  una  lectura  y  posterior 

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interpretación,  ya  que  las  trazas  de  los  diferentes  planos  se  cruzan  entre  si  y  son 
difíciles de separar e identificar. 
 
Afortunadamente, es posible representar la orientación de un plano mediante la 
normal a ese plano (Fig. 1). La normal es la línea perpendicular al plano y por tanto se 
proyecta como un punto que recibe el nombre de polo del plano y por definición, se 
sitúa a 90º del centro del círculo mayor que representa al plano. 
 
 

 
 
Figura 1. a) Proyección en el hemisferio inferior de la esfera, de un plano y su polar. b) Estereograma 
del plano anterior y de su polo. 
 

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En  la  proyección  esférica  de  la  figura  1  A,  se  observa  la  relación  entre  la 
proyección  ciclográfica  del  plano  (representada  por  un  círculo  mayor)  y  su  normal 
(representada  por  un  punto).  Este  corresponde  al  punto  de  corte  del  hemisferio 
inferior de la esfera con la línea de esa orientación que pasa por su centro, y que es 
perpendicular al plano. El estereograma de la figura 1 B, muestra la relación ortogonal 
del plano y su polo. 
 
La  distancia  del  polo  al  centro  de  la  primitiva  es  r∙tan(β/2)  siendo  β  el 
buzamiento del plano y r el radio del estereograma. Cada plano tiene una única normal 
que  se  proyecta  como  un  único  punto  en  la  proyección,  por  tanto  podemos 
representar  la  orientación  de  cualquier  plano  mediante  su  polo.  Los  diagramas  que 
representan polos de planos se conocen como diagramas π o diagramas de polos. 
 
La  relación  de  perpendicularidad  entre  normal  y  plano  ha  de  ser  recordada 
siempre.  Esto  significa  que  si  el  plano  tiene  un  buzamiento  de  20º,  su  línea 
perpendicular (la normal al plano) tendrá una inmersión de 90‐20 = 70º. La normal de 
un  plano  vertical  será  una  línea  horizontal  que  se  proyectará  sobre  la  circunferencia 
primitiva.  La  normal  de  una  superficie  horizontal  será  una  línea  vertical,  por  tanto  el 
polo se proyectará en el centro de la falsilla. Las relaciones ortogonales plano/normal 
significan  que  la  dirección  de  la  normal  está  a  90º  de  la  dirección  del  plano,  en  el 
sentido opuesto al buzamiento del plano. 
 
 
MÉTODO PARA PROYECTAR EL POLO DE UN PLANO 
 
 
Conocemos  la  orientación  de  un  plano  definido  mediante  dirección  y 
buzamiento,  y  vamos  a  proyectar  este  plano  tanto  en  proyección  ciclográfica  como 
polar, para visualizar las relaciones entre los dos tipos de proyección. El plano es, por 
ejemplo, N40ºE‐30ºS. 
 
En  primer  lugar  y  como  es  costumbre,  marcar  la  dirección  del  plano  en  la 
primitiva y girar el transparente hasta que esta marca esté situada sobre el diámetro 
N‐S  de  la  falsilla.  Podemos  dibujar  el  círculo  mayor  correspondiente  (proyección 
ciclográfica) en primer lugar, como ya sabemos (Fig. 2). 
 
En esta misma posición, (dirección del plano sobre el diámetro N –S de la falsilla), 
el polo vendrá representado por la perpendicular al plano, situada sobre el diámetro E‐
O.  Contamos  desde  el  centro  de  la  falsilla  y  en  sentido  contrario  al  buzamiento  del 
plano el valor del ángulo de buzamiento, y este punto representa el polo (P), o bien, 
desde  la  primitiva  hacia  dentro  el  ángulo  complementario  al  valor  del  buzamiento 
(ángulo de inmersión del polo, en este caso 60º, ya que 90º‐30º = 60º) y obtenemos el 
mismo punto anterior. Para comprobar que efectivamente esta línea es perpendicular 
al  plano,  contamos  sobre  el  diámetro  E‐O  el  ángulo  entre  el  plano  y  su  polo,  y 
efectivamente es de 90º. La forma más rápida para dibujar directamente el polo, una 
vez  colocada  la  dirección  del  plano  sobre  el  diámetro  N‐S  de  la  falsilla,  es  contar  el 

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buzamiento del plano desde la chincheta hacia la primitiva, en sentido contrario al del 
buzamiento del plano. 
 
Una vez conocido el concepto de polo del plano, podemos resolver una serie de 
problemas que explicamos a continuación. 
 

 
 
Figura 2. Proyección de un plano mediante un círculo mayor (ciclográfica) y su normal (polar). 
 
 
MEDIDAS DE ÁNGULOS ENTRE LÍNEAS Y PLANOS 
 
Medida del ángulo diedro entre dos planos 
 
Un ángulo diedro es el ángulo formado por dos planos que se cortan, medido en un 
tercer  plano  que  es  perpendicular  a  los  anteriores  (Fig.  3).  Se  puede  medir  fácilmente 
mediante el ángulo entre los polos de los planos en un estereograma, o bien dibujando el 
plano perpendicular a la línea de corte de los dos planos, que es el plano perpendicular a 
los  dos  planos  y  contiene  ambos  polos.  Como  los  polos  son  líneas,  el  ángulo  entre  dos 
líneas  se  mide  en  el  plano  que  las  contiene,  por  tanto,  en  el  estereograma,  el  ángulo 
entre los dos polos se mide a lo largo del círculo mayor en el cual están contenidos. 
 
En muchos casos, el ángulo diedro se especifica como un ángulo agudo (Ej.: entre 
diaclasas conjugadas), pero no siempre es así, ya que el ángulo buscado puede ser mayor 
de 90º (Ej.: ángulo entre un dique y una superficie de estratificación). 
 
Caso  especial  es  la  medida  del  ángulo  interlimbo  (ángulo  formado  por  los  dos 
flancos de un pliegue), en ocasiones no muy claro. El estereograma ofrece dos posibles 
ángulos, uno agudo y otro obtuso. El problema principal es que no siempre es obvio cual 

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de los dos ángulos es el idóneo si no conocemos suficientes datos acerca del pliegue. En 
el capítulo de pliegues (Babín y Gómez, 2010 d) intentaremos resolver este problema. 
 

Figura 3. Medida del ángulo entre dos planos, utilizando la proyección ciclográfica (a, b) y polar (c). 

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 Medida usando círculos mayores ( proyección ciclográfica) 
 
 Proyectar ambos planos como círculos mayores a partir de sus orientaciones. 
 
 La  línea  de  intersección  (L)  de  estos  dos  planos,  corresponde  al  punto  de 
intersección de los círculos mayores (Fig. 3 A). 
 
 Dibujar el plano perpendicular a esta línea. Es el plano cuyo polo es la línea de 
intersección, por tanto es el plano perpendicular a los dos planos anteriores. 
(Fig. 3 B). 
 
 Medir en este tercer plano el ángulo diedro. 
 
Tener en cuenta que existen dos posibilidades. En la Figura 3 B se observa que hay 
un ángulo agudo y otro obtuso entre los dos planos. La suma de ambos es 180º. 
 
Si  se  mide  el  ángulo  en  otro  plano  que  no  es  perpendicular  a  los  anteriores,  el 
resultado  obtenido  es  distinto  y  no  corresponde  al  verdadero  valor  del  ángulo 
diedro. 
 
 Medida usando polos de planos (proyección polar) 
 
Este método se basa en el hecho de que el ángulo diedro entre dos planos es igual 
al ángulo formado por las normales a estos planos. 
 
 Proyectar los dos planos anteriores mediante sus polos. 
 
 Mover el transparente hasta que los dos polos coincidan en un círculo mayor. 
 
 Dibujar el círculo y medir el ángulo entre los polos (agudo y obtuso) (Fig. 3 C). 
 
 Medida del ángulo entre un plano y una línea 
 
El ángulo entre una línea y un plano es el mismo que el formado por la línea y la 
perpendicular al plano (normal o polo del plano). Este ángulo se mide (Fig. 4) en 
un segundo plano que contiene la línea y la perpendicular al plano. En proyección 
estereográfica, el ángulo entre una línea y un plano se mide en el círculo mayor 
que contiene a la línea (L) y al polo del plano (P). 
 
Cálculo del plano bisector del ángulo entre dos planos 
 
El plano bisector del ángulo entre dos planos, es aquel que contiene a la línea de 
intersección de los dos planos y a la línea que bisecta el ángulo diedro formado por los 
dos planos. En el caso de algunos pliegues angulares (kinks, chevron,.etc.) es razonable 
asumir que el plano que bisecta el ángulo entre los dos flancos del pliegue y contiene a la 
línea de charnela, es el plano axial del pliegue. 

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Figura 4. Medida del ángulo entre un plano de orientación conocida y una línea L. 

 Cálculo utilizando círculos mayores (proyección ciclográfica) 
 
Partimos  de  dos  planos  cuyas  orientaciones  son:  095º‐60ºN  y  330º‐30ºSO.  El 
método a seguir es el que se explica a continuación (Fig. 5). 
 
 Proyectar ambos planos como círculos mayores. Su punto de corte define la 
línea de intersección de los planos L, cuya orientación es: 288º/21º. 
 
 Dibujar el plano perpendicular a la línea de intersección. 
 
 Contar en este plano el ángulo que forman los dos planos y hallar su punto 
medio (A). 
 
 Dibujar  el  plano  que  contiene  la  línea  de  intersección  L  y  el  punto  medio 
del ángulo A. Este plano será bisector del ángulo entre los planos, bien del 
agudo o del obtuso, según el que se haya elegido. 
 
En la figura 5, el plano bisector elegido es el correspondiente al ángulo obtuso 
(100º)  y  su  orientación  es  115º‐74ºSO.  El  punto  medio  correspondiente  al 
ángulo agudo es el punto B. Uniendo B y L podemos dibujar el plano bisector 
correspondiente al ángulo agudo. 
 
Comprobar  que  los  planos  bisectores  de  los  ángulos  agudo  y  obtuso,  son 
perpendiculares entre sí. 

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Figura  5.  Cálculo  de  la  orientación  del  plano  bisector  entre  dos  planos  conocidos,  utilizando  la 
proyección ciclográfica. 
 
 Cálculo utilizando los polos (proyección polar) 
 
 Proyectar los polos de los planos (P1 y P2) (Fig. 6). 
 
 Dibujar el círculo mayor que contiene a los dos polos. 
 
 La línea de corte de los dos planos (L), corresponde al polo del plano que 
contiene a los dos polos anteriores. 
 
 Contar los ángulos ente polos y hallar sus puntos medios respectivos (A y 
B). Trazando el círculo mayor que contiene la línea de corte y cada uno de 
los puntos medios, obtenemos los planos bisectores agudo y obtuso. 
 
 
CONCLUSIONES 
 
 
Es  posible  proyectar  cualquier  plano  en  proyección  estereográfica  mediante  un 
punto  que  representa  su  normal  (línea  perpendicular  al  plano).  Este  hecho  es 
especialmente  importante  cuando  se  trabaja  con  un  número  elevado  de  planos  y  en 
aquellos casos en los que es necesario conocer valores angulares entre planos, líneas o 
planos y líneas. La mecánica de estos problemas es sencilla y rápida como se ha visto, 
por ello es la proyección más utilizada por los geólogos estructurales para la resolución 
de casos semejantes. 

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Figura 6. Cálculo de la orientación del plano bisector entre dos planos conocidos, mediante proyección 
polar. 
 
 
PROBLEMAS 
 
 
Problema 1 
 
Proyectar  mediante  proyección  ciclográfica  y  polar,  las  siguientes  orientaciones 
correspondientes a superficies de estratificación (Fig. 7). 
 
a)  360º‐40ºE; b) N90ºE‐26ºS; c) 045º‐90º; d) horizontal. 
 
 Marcar la dirección dada en la primitiva y hacerla coincidir con el diámetro N‐S 
de la falsilla. Contar el buzamiento desde la primitiva hacia el centro, sobre el 
diámetro E‐O. Dibujar el círculo mayor correspondiente. 
 
 Sin  mover  el  transparente,  con  la  dirección  del  plano  sobre  el  diámetro  N‐S, 
contar  sobre  el  diámetro  E‐O  el  ángulo  de  buzamiento,  desde  el  centro  y  en  
dirección opuesta al sentido de buzamiento del plano. Colocar el polo del plano 
en ese lugar. 
 
 Comprobar  que  el  polo  tiene  un  ángulo  de  inmersión  cuyo  valor  es 
complementario al de buzamiento. 
 

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 Comprobar que el plano y su polo están a 90º uno de otro, contando el ángulo 
entre ellos a lo largo del diámetro E‐O de la falsilla. 
 
 Comprobar  que  la  dirección  de  la  línea  (polo)  está  a  90º  de  la  dirección  del 
plano. 
 
Seguiremos el mismo procedimiento para proyectar cualquiera de los datos del 
problema.  Todos  ellos  se  pueden  proyectar  en  una  misma  hoja,  visualizando  la 
orientación de cada uno en el espacio. 
 

 
 
Figura 7. Resolución del problema 1. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 2 
 
Dados  dos  planos  con  orientaciones  N30ºE‐30ºSE  y  20º/250º,  hallar  la 
orientación de su línea de intersección, dando el valor de la inmersión y de los ángulos 
de cabeceo sobre cada uno de los planos. 
 
Visualizar  el  problema  (Fig.  8).  La  línea  de  intersección  de  los  dos  planos  (L),  si 
estos se representan en proyección ciclográfica, será el punto en la proyección donde 
se cortan los dos círculos mayores. Si la representación es en proyección polar, la línea 
buscada será el polo del plano que une los polos de los planos dados. 
 
 En  este  caso,  dado  que  el  problema  nos  pide  los  valores  de  los  ángulos  de 
cabeceo,  lo  resolveremos  mediante  círculos  mayores  para  hacer  la  medida 
directamente. 

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 Dibujar los círculos mayores para cada uno de los planos. 
 
 La  línea  de  intersección  se  lleva  a  un  diámetro  vertical,  y  en  él  se  mide  la 
dirección e inmersión de la línea, 189º/11º. 
 
 Se coloca cada uno de los planos alternativamente sobre un círculo mayor, y se 
mide según los círculos menores el valor correspondiente al ángulo de cabeceo 
de la línea sobre cada uno de los planos, 21ºS y 34ºS. 
 

 
 
Figura 8. Estereograma correspondiente al problema 2. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 3 
 
Utilizando  los  datos  del  problema  anterior,  calcular  el  valor  del  ángulo  que 
forman entre si los dos planos y la orientación del plano bisector de dicho ángulo. 
 
Utilizar  un  nuevo  papel  transparente  y  proyectar  nuevamente  los  dos  planos 
anteriores, bien mediante sus círculos mayores o mediante sus polos. 
 
Si hemos proyectado los círculos mayores (Fig. 9 A): 
 
 Dibujar  el  plano  perpendicular  a  estos  dos  planos,  colocando  la  línea  de 
intersección sobre el diámetro E‐O de la falsilla. 
 

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 Contar  a  lo  largo  de  este  nuevo  plano,  los  valores  correspondientes  a  los 
ángulos  agudo  y  obtuso,  56º  y  134º.  Hallar  y  marcar  el  punto  medio  de  cada 
uno de ellos (puntos A y B). 
 
 Trazar los planos que contienen respectivamente a la línea de intersección y a 
cada  uno  de  los  puntos  medios  del  ángulo  elegido.  Estos  nuevos  planos 
representan los planos bisectores agudo y obtuso. 
 
 Leer  las  orientaciones  correspondientes  a  estos  planos  bisectores,  que  son 
010º‐84ºO y 080º‐11ºS. 
 
Si hemos representado los planos en proyección polar (Fig. 9B): 
 
 Dibujar el plano que contiene los dos polos. Este plano es perpendicular a los 
dos planos anteriores. 
 
 Contar  a  lo  largo  de  este  plano  los  valores  correspondientes  a  los  ángulos 
agudo y obtuso. Marcar los puntos medios de dichos ángulos (A y B). 
 
 Dibujar  la  posición  del  polo  de  este  plano.  Corresponde  a  la  línea  de 
intersección de los dos planos anteriores (L). 
 
Los  planos  bisectores  pedidos  serán  aquellos  que  contienen  a  la  línea  de 
intersección y a cada uno de los dos puntos medios. 
 
Observar  que  en  este  tipo  de  problemas,  siempre  que  no  haya  más  datos, 
existirán dos soluciones, sin que podamos decidir cuál de ellas es la válida. En el caso 
de  que  hayamos  resuelto  el  problema  en  dos  transparentes  distintos,  colocar  uno 
sobre otro y estudiar la relación entre polos y planos. 
 
 
Problema 4 
 
Calcular el valor del ángulo formado entre el plano de orientación 224º/36 y la 
lineación mineral 010º/26º. 
 
Como  ya  se  ha  explicado  anteriormente,  el  valor  del  ángulo  formado  entre  un 
plano  y  una  línea,  es  el  mismo  que  el  formado  entre  la  línea  y  el  polo  del  plano.  El 
proceso a seguir se detalla a continuación (Fig. 10). 
 
 Proyectar la línea en el transparente (L). 
 
 Proyectar el polo del plano (P1). 
 
 Dibujar el círculo mayor que contiene el polo del plano y la línea. 

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                                             ISSN: 1989‐6557 

 Contar  el  valor  del  ángulo  a  lo  largo  de  este  círculo  mayor,  utilizando  los 
círculos menores. En la figura se ha calculado el valor correspondiente al ángulo 
agudo, que es de 37º. 
 
 

 
 
Figura  9.  Estereograma  correspondiente  al  problema  3.  A)  mediante  proyección  ortográfica.  B) 
mediante proyección polar. 
 

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Figura 10. Resolución del problema 4. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 5 
 
Un  plano  de  falla  de  orientación  N16ºE‐32ºSE,  muestra  unas  estrías  de 
deslizamiento  con  un  ángulo  de  cabeceo  de  30ºN.  En  el  mismo  plano  aparece  un 
conjunto de escalones con dirección 150º. Orientar ambas líneas mediante dirección e 
inmersión y calcular el ángulo que forman medido sobre el plano de falla, así como los 
ángulos entre el plano de falla y cada una de las líneas. 
 
 Proyectar el plano de falla mediante su círculo mayor correspondiente. 
 
 Colocar en este plano la línea correspondiente a las estrías, contando desde el 
norte el ángulo de cabeceo. 
 
 Llevar  la  dirección  150º  sobre  un  diámetro  vertical  de  la  falsilla  y  colocar  la 
posición de los escalones dentro del plano de falla. 
 
En este momento, ya están proyectados todos los elementos del problema (Fig. 
11). A partir de aquí, vamos obteniendo las soluciones. 
 
 Colocamos  cada  una  de  las  líneas  sobre  un  plano  vertical  de  la  falsilla,  y 
medimos el ángulo de inmersión. En el caso de las estrías medimos su dirección 
sobre  la  primitiva  que  es  042º  y  su  inmersión,  16º.  La  inmersión 
correspondiente a los escalones es de 24º según los 150º. 

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 Proyectamos  el  polo  del  plano  de  falla  (F)  y  dibujamos  el  plano  que  contiene 
este polo y las estrías y el plano que contiene el mismo polo y los escalones. En 
cada uno de estos planos medimos el ángulo entre el plano de falla y estrías / 
escalones y resulta ser de 90º en ambos casos. 
 

 
 
Figura 11. Estereograma correspondiente al problema 5. Ver texto para su explicación. 
 
 
BIBLIOGRAFÍA 
 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  a.  Problemas  de  Geología  Estructural.  1. 
Conceptos generales. Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 1‐10. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  b.  Problemas  de  Geología  Estructural.  2. 
Orientación  y  proyección  de  planos  en  el  espacio.  Reduca  (Geología).  Serie 
Geología Estructural, 2 (1): 11‐23. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  c.  Problemas  de  Geología  Estructural.  3. 
Orientación  y  proyección  de  líneas  en  el  espacio.  Reduca  (Geología).  Serie 
Geología Estructural, 2 (1): 24‐40. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  d.  Problemas  de  Geología  Estructural.  7. 
Pliegues. Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 95‐123, 2010. 
 
 
 

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BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA 
 
 
Davis, G. H. 1984. Structural Geology of rocks and Regions. Wiley & Sons. 492 pp. 
 
Lheyson,  P.  R.;  Lisle,  R.  J.  1996.  Stereographic  projection  techniques  in  Structural 
Geology. Butterworth‐Heinemann Ltd. Oxford. 104 pp. 
 
Marshak, S & Mitra, G. 1982. Basic methods of structural geology. Prentice & Hall. 446 
pp. 
 
Phillips, F. C. 1971. The use of stereographic projection in Structural Geology. Edward 
Arnol. London. 90 pp. 
 
Ragan, D. M. 1987. Geología Estructural. Ed. Omega. Barcelona. 210 pp. 
 
Turner, F. & Weiss, L.R. 1963. Structural analysis of metamorphic tectonites. McGraw 
Hill. New York. 545 pp. 
 
 
Recibido: 18 noviembre 2009. 
Aceptado: 22 diciembre 2009. 

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Problemas de Geología Estructural 
5. Rotaciones 
 
Rosa Blanca Babín Vich1. David Gómez Ortiz2. 
 
1
Departamento de Geodinámica. Facultad de Ciencias Geológicas. 
Universidad Complutense de Madrid. José Antonio Novais, s/n. 28040‐Madrid. 
rosbabin@geo.ucm.es 
2
Área de Geología‐ESCET. Universidad Rey Juan Carlos. Tulipán, s/n. 28933‐Móstoles. 
david.gomez@urjc.es 
 
 
Resumen:  la  rotación  de  líneas  o  planos  representa  un  ejercicio  común  en  Geología 
Estructural  que  puede  realizarse  más  fácilmente  mediante  proyección  estereográfica 
que utilizando oras técnicas. Sin embargo, para ello es preciso conocer los diferentes 
métodos  existentes  en  función  de  las  características  del  eje  de  rotación,  es  decir,  en 
función  de  que  éste  sea  horizontal,  vertical  o  inclinado.  Se  describen  aquí  los 
diferentes procedimientos acompañados de numerosos ejemplos prácticos. 
 
Palabras clave: Eje de rotación. Ángulo de rotación. Sentido de rotación. 
 
 
INTRODUCCIÓN 
 
 
Para resolver algunos problemas en Geología Estructural, es necesario simular la 
rotación  física  en  el  espacio  de  un  elemento  estructural  alrededor  de  un  eje  de 
orientación conocida. Esta rotación puede ser necesaria, por ejemplo, para conocer la 
orientación  original  de  una  serie  plegada  que  actualmente  está  aflorando  bajo  una 
superficie de discordancia basculada. Será necesario rotar los elementos geométricos 
de  la  discordancia  y  del  pliegue  un  ángulo  determinado    alrededor  de  un  eje  de 
rotación conocido, y de esta forma hallar la orientación inicial de la serie plegada. 
 
Este  proceso  es  bastante  diferente  a  todo  lo  que  se  ha  explicado  hasta  el 
momento,  Babín  y  Gómez  (2010  a,  b,  c  y  d),  donde  simplemente  se  movía  el 
transparente alrededor de la chincheta colocada en el centro de la falsilla, para medir y 
proyectar  los  distintos  datos  estructurales.  En  este  transparente  teníamos  un  norte 
fijo, por tanto las orientaciones de líneas y planos nunca cambiaban con respecto a la 
falsilla de referencia. 
 
Cuando rotamos una línea o un plano en el espacio, su orientación cambia con 
respecto  a  nuestra  falsilla  de  referencia  y  este  elemento  estructural  se  reorienta  en 
función  de  la  rotación  sufrida.  Para  efectuar  una  rotación  o  bien  para  definirla,  es 
necesario  conocer  el  ángulo  de  rotación,  el  sentido  de  la  rotación  (agujas  del  reloj, 

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contrario  a  las  agujas  del  reloj),  desde  donde  se  está  mirando  ese  sentido  de  giro 
(punto de vista) y la orientación del eje de giro. Por ejemplo: giro de 60º en sentido de 
las  agujas  del  reloj,  visto  desde  el  norte,  del  plano  con  orientación  170º‐25ºE, 
alrededor de un eje inclinado orientado 32º/225º. 
 
Existen  distintos  métodos  para  efectuar  rotaciones  de  elementos  estructurales. 
Aquí  se  va  a  utilizar  el  que  se  considera  más  sencillo  de  comprender  y  al  mismo 
tiempo,  más  fácil  de  visualizar,  aunque  el  alumno  puede  consultar  otros  libros  de 
Geología Estructural donde se explican los pasos para llevar a cabo las rotaciones con 
distintos métodos. 
 
En general, se usan dos procedimientos básicos para llevar a cabo una rotación: 
 
 rotación alrededor de un eje vertical (la inmersión del eje es de 90º). 
 
 rotación alrededor de un eje horizontal (la inmersión del eje es de 00º). 
 
La rotación alrededor de un eje inclinado (inmersión del eje entre 00º y 90º) es 
más fácil de llevar a cabo mediante una combinación de rotaciones alrededor de ejes 
horizontales y/o verticales. 
 
 
ROTACIÓN ALREDEDOR DE UN EJE VERTICAL 
 
 
Es el tipo de rotación más sencillo. El eje de rotación se sitúa en el centro de la 
falsilla,  que  corresponde  a  la  posición  de  cualquier  línea  vertical  dentro  del 
estereograma. Podemos hacernos una idea de lo que representa este tipo de rotación 
observando la figura 1. La rotación de una línea alrededor de un eje vertical da lugar al 
movimiento  del  punto  que  representa  la  línea a  lo  largo  de  un  círculo  menor  que  es 
coaxial con la primitiva. Este círculo menor no se corresponde con los círculos menores 
representados en la falsilla. 
 
Para visualizar la situación, imaginar una línea inclinada con uno de sus extremos 
fijo en el eje de rotación vertical. Si esta línea gira alrededor de este eje, su extremo 
libre describe un cono vertical y circular que intersecta a la semiesfera inferior según 
un  círculo  menor.  Esta  línea  tiene  una  nueva  orientación  después  del  giro,  de  forma 
que ha variado su sentido de inmersión, pero el ángulo de inmersión sigue siendo el 
mismo. En el caso de un plano, el ángulo de buzamiento se mantiene y solo cambia la 
dirección del plano después de efectuar el giro. 
 
Para especificar el sentido de rotación, podemos indicar sentido de las agujas del 
reloj, dextral, derecho, etc. intuitivamente, cuando el giro es de derecha a izquierda, y 
al contrario cuando el giro es de izquierda a derecha (contrario a las agujas del reloj, 
sinestral, izquierdo,.etc.). 
 

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Figura 1. Rotación de una línea L un ángulo de 40º alrededor de un eje vertical, visto en el hemisferio 
inferior de la esfera. 
 
 
Procedimiento 
 
 Proyectar la línea, plano o polo correspondiente. 
 
 Girar  sobre  la  circunferencia  primitiva  la  dirección  del  elemento  elegido, 
contando el ángulo de rotación en el sentido indicado, a partir de la dirección. 
Marcamos la nueva dirección obtenida. 
 
 Colocar  la  nueva  dirección  sobre  un  plano  vertical  de  la  falsilla  (caso  de  una 
línea)  o  sobre  el  diámetro  N‐S  (caso  de  un  plano  o  su  normal),  y  contar  la 
misma  inmersión  anterior  en  el  caso  de  línea  o  polo  o  bien  el  mismo 
buzamiento  en  el  caso  de  un  plano.  Dibujar  y  leer  la  orientación  del  nuevo 
elemento después de la rotación. 
 
Ejemplo:  la  orientación  de  una  línea  es  40º/220º.  Hallar  su  nueva  orientación 
después de efectuar un giro de 50º en sentido de las agujas del reloj, alrededor de un 
eje vertical (Fig. 2). 
 
 Marcar sobre la primitiva la dirección de la línea. 
 
 Proyectar  el  punto  que  representa  la  línea  (L).  Mover  sobre  la  primitiva  la 
marca de la dirección 50º siguiendo el sentido que indica el problema. La nueva 
dirección de la línea será 270º (220º + 50º). Si el giro fuera en sentido contrario, 
se restarían los 50º. 
 
 Colocando esta dirección sobre uno de los diámetros verticales, contar el valor 
de la inmersión (40º) y colocar la línea en su nueva posición (L´). Su orientación 
será 270º/40º. 

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ROTACIÓN ALREDEDOR DE UN EJE HORIZONTAL 
 
 
Como  ayuda  para  visualizar  la  rotación  de  una  línea  alrededor  de  un  eje 
horizontal, coger un lápiz con las dos manos y dejando fijo uno de los extremos, girar el 
otro alrededor de la horizontal. La línea que rota va cambiando de orientación según 
va rotando y va formando un cono en el espacio. Este cono tiene un eje horizontal que 
corresponde al eje de rotación. 
 

 
 
Figura 2. Rotación alrededor de un eje vertical. Ver texto para su explicación. 
 
 
Como  ya  sabemos,  los  conos  se  proyectan  como  círculos  menores.  El  eje  de 
rotación ocupa el centro del círculo menor definido por la línea que rota, por tanto, si 
la rotación se efectúa a lo largo de los círculos menores de la falsilla, el eje de rotación 
debe estar situado en su centro, que corresponde a cualquiera de los polos norte o sur 
de la falsilla. 
 
Cualquier línea horizontal, en este caso el eje de rotación, está situada sobre la 
circunferencia  primitiva.  Cuando  al  rotar  un  elemento  estructural  un  ángulo 
determinado se pasa la primitiva y hay que continuar contando (“se sale de la falsilla”), 
el  elemento  estructural  reaparecerá  en  el  extremo  diametralmente  opuesto  del 
estereograma. Para efectuar una rotación alrededor de un eje horizontal, el camino a 
seguir es el indicado en la figura 3 A, donde se explica el giro de un plano alrededor del 
eje  N‐S  de  la  falsilla,  que  a  su  vez  coincide  con  la  dirección  del  plano  que  queremos 
rotar. El camino a seguir es el siguiente: 
 

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Procedimiento 
 
 Proyectar sobre la primitiva la posición del eje de rotación. 
 
 Proyectar la línea, polo o plano que se va a rotar. 
 
 Girar el transparente hasta que el eje de rotación coincida con el diámetro N‐S 
de la falsilla. Este eje estará situado sobre el polo norte o sur. En esta posición, 
el elemento estructural objeto del giro queda situado sobre un círculo menor 
de la falsilla. 
 
 Mover  sobre  este  círculo  menor  el  ángulo  indicado  y  en  el  sentido  indicado. 
Marcar la nueva posición de la línea, polo o plano después del giro. 
 
En  el  caso  de  que  la  rotación  sea  de  un  plano  proyectado  en  proyección 
ciclográfica, el procedimiento es el mismo. Cuando el eje de giro está situado sobre el 
diámetro N‐S, movemos puntos individuales del círculo mayor (plano) a lo largo de los 
círculos menores sobre los que se encuentran. Con estos nuevos puntos, buscando el 
círculo mayor que los contiene (moviendo el transparente sobre la falsillla) y hallamos 
la posición del plano rotado. Con mover dos puntos del plano inicial, es suficiente. 
 
Si giramos un plano alrededor de un eje horizontal cuya dirección coincide con la 
del plano, solo cambiará el buzamiento del plano (Fig. 3 B). Si el eje de rotación no es 
paralelo  a  la  dirección  del  plano,  cambiarán  tanto  dirección  como  buzamiento  del 
plano después de la rotación. 
 
Durante la rotación, el polo de un plano se mueve la misma “distancia” angular y 
en el mismo sentido que los puntos correspondientes del círculo mayor, por tanto la 
rotación de un plano se puede hacer también moviendo su polo a lo largo del círculo 
menor  correspondiente.  Una  estructura  linear  que  tiene  una  orientación  fija  con 
respecto al plano también se moverá la misma “distancia” angular en el mismo sentido 
a  lo  largo  de  su  círculo  menor,  de  forma  que  está  contenida  en  el  plano  antes  y 
después de la rotación. 
 
En  las  rotaciones  es  crítico  visualizar  el  sentido  de  la  rotación.  Si  rotamos  un 
plano  con  dirección  N‐S  y  buzando  al  este,  60º  en  sentido  contrario  a  las  agujas  del 
reloj visto desde el norte, su buzamiento decrece (Fig. 3 A), mientras que si giramos en 
sentido de las agujas del reloj con el mismo punto de vista, el buzamiento aumenta. La 
rotación de una capa invertida debe pasar primeramente por la posición vertical antes 
de ser rotado hacia la posición horizontal. 
 

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Figura 3. Rotación de un plano y de su polo alrededor de un eje horizontal con la misma dirección del 
plano (N‐S). a) Visto en tres dimensiones. b) Estereograma en dos dimensiones. 
 
 
Ejemplo: Girar el plano N20ºE‐40ºE alrededor de un eje horizontal de dirección 
020º, una cuantía de 50º en sentido de las agujas del reloj visto desde el sur. 
 
 Dibujar  el  plano  y  su  polo  y  colocar  su  dirección  sobre  el  diámetro  N‐S  de  la 
falsilla, de forma que estemos mirando desde el sur. 
 
 En esta posición, mover al menos dos puntos del plano en el sentido indicado, a 
lo largo de los círculos menores en los que estén situados. Según el enunciado, 
debemos mover 50º de derecha a izquierda (Fig. 4). 
 
 Con los nuevos puntos obtenidos, dibujar el plano rotado y leer su orientación: 
020º‐90º.  La  dirección  del  plano  no  ha  cambiado  después  de  efectuar  la 
rotación, ya que el eje de giro y el plano coinciden en dirección. 
 
 Repetir el mismo proceso con el polo y verificar que plano y polo rotado están a 
90º  entre  sí.  El  polo  P´  está  sobre  la  primitiva  (plano  horizontal)  como 
corresponde  al  polo  de  un  plano  vertical.  Su  dirección,  290º,  está  a  90º  de  la 
dirección del plano. 
 
 

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ROTACIÓN ALREDEDOR DE UN EJE INCLINADO 
 
 
Cuando  se  gira  una  línea  alrededor  de  un  eje  inclinado  (eje  de  rotación)  su 
orientación cambia, de forma que define un cono representado en el estereograma como 
un círculo menor. Una línea o un plano con una orientación inicial determinada, sufrirán 
un cambio completo de orientación después de la rotación. 
 
Es  posible  efectuar  esta  rotación  directamente,  pero  el  método  es  difícil  de 
visualizar. Es bastante más sencillo efectuar esta rotación en tres estadios sucesivos que 
son los siguientes: 
 

 
 
Figura 4. Rotación de un plano alrededor de un eje horizontal, coincidente con su dirección. 
 
 
1º.  Rotar  el  eje  inclinado  a  la  horizontal  alrededor  de  un  segundo  eje,  que  es 
horizontal  y  ortogonal  al  eje  inclinado.  Para  ello,  colocamos  el  eje  de  giro  sobre  el 
diámetro E‐O de la falsilla y lo movemos hasta la circunferencia primitiva,  sobre el plano 
horizontal. Todos los elementos estructurales existentes en el estereograma, rotarán los 
mismos grados y en el mismo sentido a lo largo de su círculo menor, para mantener las 
relaciones angulares entre ellos. 
 
2º. Efectuamos el giro pedido, en este caso alrededor de un eje horizontal, como se 
ha  explicado  anteriormente.  Nuevamente,  todos  los  elementos  del  estereograma  se 
mueven los mismos grados y en el mismo sentido. 
 

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3º.  El  eje  de  giro  se  rota  a  su  posición  inclinada  original  llevándolo  nuevamente 
sobre  el  diámetro  E‐O  y  una  vez  más,  todos  los  elementos  proyectados  se  mueven  los 
mismos grados y en el mismo sentido a lo largo de sus círculos menores. 
 
Ejemplo:  la  orientación  del  flanco  de  un  pliegue  es  N60ºO‐40ºSO.  ¿Cuál  será  su 
orientación  después  de  una  rotación  de  40º  en  sentido  contrario  a  las  agujas  del  reloj, 
mirando  hacia  el  sentido  de  la  inmersión,  alrededor  del  eje  del  pliegue,  orientado 
30º/S80ºO? (Fig. 5). 
 
 Dibujar el estereograma del eje del pliegue (eje de rotación) y el flanco. 
 
 Girar el transparente y colocar el eje de giro sobre el diámetro E‐O de la falsilla. En 
esa posición, llevarlo a la horizontal. El giro efectuado ha sido de 30º. El eje E pasa 
a la posición E´, sobre la circunferencia primitiva. 
 
 Girar los mismos 30º y en el mismo sentido, el flanco del pliegue, con dos puntos 
elegidos al azar. En el estereograma se han utilizado el eje del pliegue y un punto 
A que pasa a la posición A´. Obtenemos la nueva orientación del flanco, con el eje 
del pliegue ya horizontal (Fig. 5 A). 
 
 Llevar el eje de giro E´ (ya horizontal) al diámetro N‐S  de la  falsilla y efectuar la 
rotación de 40º en el sentido indicado, alrededor de un eje horizontal. Los puntos 
elegidos llegan a la circunferencia primitiva y entran por el punto diametralmente 
opuesto. Obtenemos la nueva posición del flanco del pliegue después de giro (Fig. 
5 B). 
 
 Una  vez  terminada  la  rotación,  colocar  nuevamente  el  eje  de  giro  sobre  el 
diámetro  E‐O  de  la  falsilla  y  volverlo  a  su  posición  inclinada  original.  El  flanco 
anteriormente  obtenido  se  moverá  los  mismos  grados  en  el  mismo  sentido, 
nuevamente a partir de dos puntos, uno de ellos el eje del pliegue. Esta posición 
del flanco nos da la nueva orientación, después de efectuar el giro: N20ºE‐31ºO. 
En el diagrama corresponde al plano nombrado como “4 solución”. 
 

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Figura 5. Rotación alrededor de un eje inclinado. Ver texto para su explicación. 
 
 
CONCLUSIONES 
 
 
Las rotaciones alrededor de un eje de orientación conocida, sea este horizontal, 
vertical o inclinado, son sencillas de resolver utilizando la proyección estereográfica. Se 

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pueden restituir series a su posición original, deducir antiguas direcciones de corriente 
e  incluso,  como  se  verá  en  el  capítulo  de  fallas,  conocer  posiciones  de  elementos 
estructurales en el bloque girado de una falla rotacional. 
 
Para definir correctamente una rotación en el espacio es necesario dar el valor 
del ángulo de rotación, su sentido y el punto de vista desde el cual estamos efectuando 
ese giro. 
 
 
PROBLEMAS 
 
Problema 1 
 
Hallar  la  nueva  orientación  del  plano  N30ºO‐40ºNE  y  de  su  polo,  después  de 
girarlo 40º en el sentido de las agujas del reloj, alrededor de un eje vertical. 
 
 Dibujar el estereograma correspondiente a ambos, polo (P) y plano (Fig.6). 
 
 Contar  sobre  la  primitiva  los  40º  correspondientes  al  giro,  a  partir  de  la 
dirección del plano y del sentido de inmersión del polo respectivamente. 
 
 Con  las  nuevas  direcciones  obtenidas,  pintar  el  plano  rotado,  conservando  el 
buzamiento anterior y el polo, con su inmersión correspondiente. 
 
 Leer las nuevas orientaciones  del polo y el plano: 280º/50º y 010º‐40ºE. 
 

 
 
Figura 6. Resolución del problema 1. Ver texto para su explicación. 

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Problema 2 
 
La  orientación  de  una  línea  es  35º/S50ºE.  ¿Cuál  será  su    nueva  orientación 
después de haber girado 40º en sentido contrario a las agujas del reloj, alrededor de 
un eje vertical? (Fig. 7). 
 
 Dibujar la proyección de la línea (L) en el transparente. 
 
 Contar sobre la primitiva a partir del sentido de inmersión de la línea, los 40º 
correspondientes a la rotación. El nuevo sentido de inmersión de esta línea es 
de 090º. 
 
 Colocado  el  nuevo  sentido  de  inmersión  sobre  un  diámetro  vertical,  contar  el 
ángulo  de  inmersión  correspondiente  (35º)  y  dibujar  la  nueva  posición  de  la 
línea (L´). Su orientación es 090º/35º. 
 

 
 
Figura 7. Resolución del problema 2. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 3 
 
En una serie sedimentaria (SS) orientada 34º/132º se observa una estratificación 
cruzada  planar  (EC),  de  orientación  244º/20º.  Calcular  la  orientación  de  la 
estratificación cruzada antes del basculamiento de la serie sedimentaria. 
 

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 Dibujar la proyección de ambos planos, bien en ciclográfica o en polar (Fig. 8). 
En este caso, se ha resuelto en proyección polar. 
 Antes  del  basculamiento,  la  serie  sedimentaria  estaba  horizontal.  Si  rotamos 
esta serie hasta ponerla horizontal, la estratificación cruzada rotará los mismos 
grados  y  en  el  mismo  sentido  que  la  serie  sedimentaria.  Esta  nueva  posición 
será la que tenía antes del basculamiento. 
 
 Colocar la dirección de la serie sedimentaria sobre el diámetro N‐S de la falsilla. 
Su polo se situará sobre el diámetro E‐O (SS). 
 
 Rotar  la  serie  sedimentaria  alrededor  de  un  eje  de  giro  que  coincide  con  su 
dirección,  un  ángulo  de  34º  que  es  el  valor  del  buzamiento.  De  esta  forma  el 
plano  está  horizontal  y  coincide  con  la  circunferencia  primitiva  y  su  polo  está 
vertical en el centro de la falsilla (SS´). 
 
 En  esta  misma  posición,  rotar  la  estratificación  cruzada  (EC)  los  mismos  34º  y 
en  el  mismo  sentido,  moviendo  dos  puntos  del  plano  a  lo  largo  de  su  círculo 
menor, o bien el polo del plano hasta la posición EC´. 
 
Dibujar en proyección ciclográfica la posición de la estratificación cruzada antes 
del basculamiento, y medir su orientación: 018º‐48ºO. 
 

 
 
Figura 8. Resolución del problema 3. Ver texto para su explicación. 
 
 
 
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Problema 4 
 
Una secuencia estratificada invertida está orientada N30ºO‐40ºSO. En uno de los 
planos de estratificación aparece una lineación con un cabeceo de 30ºNO. Calcular la 
orientación de la lineación cuando la estratificación estaba horizontal. 
 
Antes  de  resolver  el  problema,  pensar  en  la  posición  de  la  línea  cuando  la 
estratificación estaba horizontal. ¿Cuál será la inmersión de la línea en este supuesto?. 
 
 Dibujar  el  plano  de  estratificación  y  la  posición  de  la  lineación  (L)  dentro  del 
plano (Fig. 9). 
 
 La secuencia está invertida. Para poner este plano horizontal primero hay que 
ponerlo vertical y después, con la secuencia ya en posición normal, llevarla a la 
horizontal. Rotamos el plano a la horizontal, pasando primero por la vertical. El 
polo del plano se coloca en el centro de la falsilla (P´). 
 
 La misma rotación se aplica a la lineación, que se moverá a lo largo del círculo 
menor en que está contenida, y se lee su posición inicial en el estereograma: L´: 
360º/00º, por tanto la lineación está horizontal y su sentido de inmersión será 
de 360º o bien, 000º. 
 
 

 
 
Figura 9. Resolución del problema 4. Ver texto para su explicación. 
 
 

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Problema 5 
 
Una  lineación  mineral  tiene  una  inmersión  de  30º  hacia  los  220º.  Calcular  su 
nueva orientación después de una rotación de 30º en el sentido de las agujas del reloj, 
mirando desde el sur, alrededor de un eje horizontal de dirección N10ºE. 
 
 Colocar  en  el  estereograma  la  lineación  mineral  y  el  eje  de  giro  sobre  la 
primitiva (Fig. 10). 
 
 Con  el  eje  de  giro  sobre  el  diámetro  N‐S  de  la  falsilla,  efectuar  el  giro con  los 
datos del problema. La línea L pasa a la posición L´. 
 
 Leer la orientación de la nueva línea: 229º/12º. 
 

 
 
Figura 10. Resolución del problema 5. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 6 
 
La orientación de un plano es N20E‐20ºSE. ¿Cuál será su orientación después de 
una  rotación  de  30º  en  sentido  contrario  a  las  agujas  del  reloj,  visto  desde  el  sur, 
alrededor de un eje paralelo a la dirección? ¿Cuál será su orientación si la rotación es 
en sentido contrario? 
 
 Dibujar el plano en el estereograma (Fig. 11). 
 

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 Dado  que  el  eje  de  rotación  tiene  la  misma  dirección  que  el  plano,  se  coloca 
esta  dirección  sobre  el  diámetro  N‐S  de  la  falsilla,  y  se  hace  la  rotación  que 
indica el problema. 
 
 En el primer caso, visto desde el sur, el movimiento correspondiente al giro es 
de  izquierda  a  derecha,  por  tanto  pasamos  la  primitiva  y  seguimos  contando 
hasta  completar  los  30º.  En  el  segundo  caso,  la  rotación  es  al  contrario,  de 
derecha a izquierda. 
 
 Leer las soluciones correspondientes a cada uno de los casos y observar que la 
dirección del plano no varía después de la rotación, únicamente cambia el valor 
del ángulo de buzamiento. 
 
Primer caso: 020º‐10ºO o bien N20ºE‐10ºO 
 
Segundo caso: 020º‐50ºE 
 

 
 
Figura 11. Resolución del problema 6. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 7 
 
La  serie  situada  sobre  una  discordancia  angular,  tienen  una  orientación  de 
N10ºE‐50ºO. La serie inferior está orientada N40ºE‐80ºE. ¿Cuál era la orientación de la 
serie inferior antes del basculamiento de la discordancia? 
 

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Considerar en primer lugar, que las capas por encima de una discordancia, tienen 
la  misma  orientación  que  esta,  y  que  la  superficie  de  discordancia  originalmente  era 
horizontal.  Para  ponerla  en  su  posición  original,  rotaremos  la  discordancia  a  la 
horizontal un ángulo igual al valor de su buzamiento, alrededor de un eje paralelo a la 
dirección de la discordancia. 
 
 Proyectar  la  discordancia  y  la  serie  inferior  mediante  círculos  mayores  o  con 
polos (Fig. 12). En este caso, el problema se ha resuelto mediante proyección 
ciclográfica. 
 
 Colocar  la  dirección  de  la  discordancia  (eje  de  giro)  coincidiendo  con  el 
diámetro  N‐S  de  la  falsilla.  Hacer  una  rotación  de  50º  (valor  del  buzamiento) 
alrededor de un eje horizontal que es la dirección del plano de discordancia, y 
poner  este  plano  horizontal,  coincidiendo  con  la  circunferencia  primitiva.  Si 
trabajamos  con  polos,  tener  en  cuenta  que  el  polo  de  un  plano  horizontal  es 
una línea vertical, situada en el centro de la falsilla. 
 
 Rotar  la  serie  inferior  el  mismo  ángulo  y  en  el  mismo  sentido  que  la 
discordancia. Este nuevo plano nos da la orientación de la serie inferior antes 
del basculamiento de la discordancia: 045º‐58ºNO. 
 
 

 
 
Figura 12. Resolución del problema 7. Ver texto para su explicación. 
 
 

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BIBLIOGRAFÍA 
 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  a.  Problemas  de  Geología  Estructural.  1. 
Conceptos generales. Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 1‐10. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  b.  Problemas  de  Geología  Estructural.  2. 
Orientación  y  proyección  de  planos  en  el  espacio.  Reduca  (Geología).  Serie 
Geología Estructural, 2 (1): 11‐23. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  c.  Problemas  de  Geología  Estructural.  3. 
Orientación  y  proyección  de  líneas  en  el  espacio.  Reduca  (Geología).  Serie 
Geología Estructural, 2 (1): 2 (1): 24‐40. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  d.  Problemas  de  Geología  Estructural.  4. 
Proyección  polar  de  un  plano.  Proyección  π.  Reduca  (Geología).  Serie  Geología 
Estructural, 2 (1): 2 (1): 41‐56. 
 
 
BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA 
 
 
Davis, G. H. 1984. Structural Geology of rocks and Regions. Wiley & Sons. 492 pp. 
 
Lheyson,  P.  R.;  Lisle,  R.  J.  1996.  Stereographic  projection  techniques  in  Structural 
Geology. Butterworth‐Heinemann Ltd. Oxford. 104 pp. 
 
Marshak, S & Mitra, G. 1982. Basic methods of structural geology. Prentice & Hall. 446 
pp. 
 
Phillips, F. C. 1971. The use of stereographic projection in Structural Geology. Edward 
Arnol. London. 90 pp. 
 
Ragan, D. M. 1987. Geología Estructural. Ed. Omega. Barcelona. 210 pp. 
 
Turner, F. & Weiss, L.R. 1963. Structural analysis of metamorphic tectonites. McGraw 
Hill. New York. 545 pp. 
 
 
Recibido: 18 noviembre 2009. 
Aceptado: 22 diciembre 2009. 
 

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Reduca (Geología). Serie Geología Estructural.  2 (1): 148‐192, 2010. 
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Problemas de Geología Estructural 
9. Análisis estructural mediante diagramas de contornos 
 
Rosa Blanca Babín Vich1. David Gómez Ortiz2. 
 
1
Departamento de Geodinámica. Facultad de Ciencias Geológicas. 
Universidad Complutense de Madrid. José Antonio Novais, s/n. 28040‐Madrid. 
rosbabin@geo.ucm.es 
2
Área de Geología‐ESCET. Universidad Rey Juan Carlos. Tulipán, s/n. 28933‐Móstoles. 
david.gomez@urjc.es 
 
 
Resumen: La proyección de grandes conjuntos de datos puede suponer un problema 
debido  a  lo  complicado  que  resulta  sacar  conclusiones  a  partir  del  análisis  de 
diagramas  con  un  elevado  número  de  medidas  representadas.  Tal  es  el  caso  de 
estructuras plegadas definidas a partir de múltiples medidas de estratificación, o bien 
el  problema  de  la  superposición  de  estructuras  de  deformación.  Se  hace 
imprescindible  entonces  el  uso  de  falsillas  que  conserven  las  áreas  para  realizar 
estudios  estadísticos.  Se  muestran  numerosos  ejemplos  del  empleo  de  diagramas  de 
contornos mediante el uso de la proyección estereográfica. 
 
Palabras clave: Falsilla de contaje. Diagrama de contornos. Modelos de distribución. 
 
 
DEFINICIONES 
 
 
En  los  artículos  anteriores,  Babín  y  Gómez  (2010  a,  b,  c,  d,  e,  f,  g  y  h),  hemos 
usado  uno  de  los  tipos  de  proyección  azimutal  para  resolver  distintos  problemas 
geométricos  en  Geología  Estructural.  Esta  proyección  estereográfica,  como  ya  se  ha 
reiterado a lo largo de las explicaciones, tiene dos propiedades importantes: 
 
1. Conserva las relaciones angulares, de forma que el ángulo entre tangentes 
en  el  punto  de  intersección  de  dos  círculos  máximos  que  se  cortan,  es  el 
mismo ángulo que el formado por los dos planos representados mediante 
sus círculos máximos (Fig. 1 A). 
 
2. No conserva el área. Esto quiere decir que las proyecciones de dos círculos 
idénticos inscritos en diferentes partes de la esfera de proyección, aparecen 
en el estereograma como círculos de tamaños diferentes (Fig. 1 B y C). La 
proyección estereográfica de un círculo, puede variar en área dependiendo 
del  lugar  donde  se  proyecta.  Un  círculo  de  área  conocida,  aparece  más 
grande si se proyecta cerca de la primitiva que si lo hace en el centro de la 
falsilla. 

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Figura  1.  Propiedades  de  la  proyección  estereográfica  que  conserva  ángulos.  a)  el  ángulo  entre  dos 
planos, es el mismo que el formado por las tangentes a los círculos máximos que los representan. b) 
círculos  idénticos, se  proyectan    en  la  esfera  de  proyección  como  círculos  de distinto  tamaño.  c)  un 
área de 10ºx10º cercana a la primitiva, es mayor que en el centro de la proyección. 
 
 
Esta última propiedad indica que la proyección estereográfica no es válida para 
aplicaciones  en  las  que  sea  necesario  un  tratamiento  estadístico  de  datos 
estructurales.  Por  ejemplo,  datos  sobre  orientaciones  preferentes  de  diaclasas  en  un 
área,  pueden  aportar  información  de  campos  de  paleoesfuerzos.  La  orientación  de 
estas diaclasas se puede representar en un diagrama en rosa o en un histograma, pero 
estos gráficos solo aportan información en dos dimensiones. 
 
Una  proyección  azimutal  apropiada  puede  representar  una  orientación 
preferente  en  tres  dimensiones  como  un  conjunto  de  polos,  si  la  concentración  de 
polos por unidad de área de la proyección es proporcional a la concentración real de 
planos  de  una  orientación  determinada.  En  problemas  en  los  que  la  distribución 
estadística  de  puntos  es  importante,  existe  una  forma  alternativa  de  proyección 
azimutal,  llamada  proyección  Lambert  o  proyección  que  conserva  áreas.  La  falsilla 
utilizada para este tipo de proyección es la de Schmidt, en la que el tamaño de un área 
de 10ºx10º cerca de la primitiva es el mismo que en el centro de la falsilla (Fig. 2 A y B). 
 
A  menudo  existe  una  cierta  confusión  con  los  nombres  asignados  a  distintos 
tipos  de  proyecciones  azimutales.  Una  proyección  estereográfica  es  un  tipo  de 
proyección  azimutal  que  utiliza  la  falsilla  de  Wulff  (estereoneta)  para  obtener  un 
estereograma, que es el conjunto de puntos o curvas (círculos mayores) proyectados 
en  una  proyección  estereográfica.  Una  proyección  que  conserva  el  área,  no  es  una 
proyección  estereográfica  propiamente  dicha,  y  la  falsilla  utilizada  es  la  de  Schmidt 
(Fig. 3), que es distinta de la estereoneta. Formalmente, el término estereoneta se usa 
solo  para  la  proyección  estereográfica,  que  conserva  ángulos.  Sin  embargo,  en  la 
práctica los geólogos usamos el término estereoneta tanto cuando nos referimos a la 
falsilla de Wulff como a la de Schmidt. 
 
En algunos casos puede ocurrir que no sepamos cual de las dos falsillas utilizar 
para  resolver  un  problema  concreto.  Se  debe  usar  la  falsilla  de  Schmidt  en  todos 

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aquellos  casos  donde  la  concentración  de  puntos  proyectados  es  significativa,  por 
tanto,  en  todos  aquellos  análisis  con  un  gran  número  de  medidas.  Usaremos  la  de 
Wulff  para  medir  ángulos  entre  estructuras  y  en  todos  aquellos  problemas  donde 
líneas, planos y polos se vayan a utilizar para cálculos geométricos. 
 
En este artículo vamos a introducir la proyección que conserva áreas y a estudiar 
algunas de sus aplicaciones en los análisis estructurales. 
 

 
 
Figura 2. Propiedades de la proyección estereográfica que conserva áreas. a) círculos idénticos en la 
esfera  de  proyección  se  proyectan  como  elipses,  con  distintos  ejes  pero  con  igual  área.  b)  área  de 
10ºx10º en el extremo de la proyección, es del mismo tamaño que en el centro. 
 

 
 
Figura 3. Falsilla de Schmidt, que conserva áreas. 

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DIAGRAMAS DE CONTORNOS 
 
 
Cuando  se  ha  recogido  un  gran  número  de  datos  en  el  campo,  su  proyección 
muestra  un  conjunto  de  puntos,  bien  polos  de  planos  o  bien  líneas.  Una  proyección 
que  muestra  solo  puntos,  recibe  el  nombre  de  diagrama  de  puntos.  En  muchas 
ocasiones  es  posible  estimar  la  orientación  dominante  de  un  determinado  elemento 
estructural en el área de estudio, pero si queremos obtener una representación más 
precisa  de  las  variaciones  en  orientación,  debemos  cuantificar  el  número  de  puntos 
por unidad de área de la proyección. Esta cuantificación debe efectuarse en una falsilla 
que  conserve  el  área,  y  así  podemos  reconocer  variaciones  en  la  orientación 
preferente  del  elemento  estructural,  medido  en  diferentes  localidades.  La  mejor 
manera de representar estas variaciones en la concentración de puntos, es dibujando 
líneas de contornos que delimitan áreas determinadas. 
 
Una  línea  de  contorno  en  una  proyección  que  conserva  el  área,  separa  zonas 
dentro de la proyección en las que las densidades de puntos se mantienen dentro del 
mismo área. Estas densidades se miden como porcentajes del número total de puntos 
por 1% del área del estereograma y se dibujan las líneas de contornos separando zonas 
en  las  que  el  porcentaje  de  puntos  totales  por  1%  de  área  tenga  un  valor  específico 
(2%, 3%, etc.). Así obtenemos lo que se denomina diagrama de contornos. 
 
Es necesario tener en cuenta ciertas reglas, a la hora de confeccionar diagramas 
de contornos: 
 
 Se debe escoger el valor de los contornos, de forma que no haya más de seis 
contornos en el diagrama final (a ser posible), para una mayor claridad a la hora 
de la interpretación. 
 
 El contorno de menor valor del diagrama, generalmente corresponde a 1 punto 
por 1% de área. El de mayor valor se escoge en función del número de puntos 
proyectado. 
 
 Un  contorno  que  cruza  la  primitiva,  debe  reaparecer  en  el  punto 
diametralmente opuesto del estereograma. 
 
 Es  más  fácil  comenzar  dibujando  los  contornos  en  el  área  de  mayor 
concentración. 
 
 Es  necesario  determinar  el  verdadero  máximo  del  diagrama  (área  de  mayor 
concentración de puntos). 
 
 Después  de  un  contaje  preliminar,  a  veces  es  necesario  añadir  contornos,  o 
bien eliminar algunos si las líneas de porcentaje están demasiado cerca unas de 
otras. 
 

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 Los valores de los contornos se indican en una leyenda con la trama (o el color) 
utilizada para cada valor de porcentaje. Por ejemplo, 1‐3‐5 y 9 por 1% de área, 
con un máximo del 10%. El área de mayor concentración suele ser la de color o 
trama más oscura. Hacia áreas de menor porcentaje, va decreciendo el tono de 
color o de trama, siendo muy claro o blanco en áreas de baja concentración. 
 
 Generalmente se presentan los diagramas de contornos al lado del diagrama de 
puntos correspondiente, de forma que la suma de datos más la interpretación, 
sea lo más objetiva posible. 
 
Una vez obtenido el diagrama de contornos, las orientaciones dominantes de las 
estructuras principales se determinan a partir de la posición en el diagrama de aquellas 
concentraciones  donde  aparezcan  mayor  número  de  puntos.  Es  una  práctica  común 
abstraer  estos  datos  proyectando  por  separado  las  orientaciones  de  los  elementos 
estructurales  principales  de  una  región.  Un  diagrama  en  el  que  se  representa  la 
orientación  dominante  de  los  elementos  estructurales  mediante  un  único  círculo 
mayor o punto, recibe el nombre de diagrama sinóptico. 
 
Actualmente  los  diagramas  de  contornos  se  construyen  directamente  en  el 
ordenador,  pero  es  importante  comprender  los  principios  del  contaje  para  usar 
correctamente  estos  métodos  gráficos.  Se  pueden  utilizar  distintos  métodos  para 
construir diagramas de contornos,  algunos muy versátiles y de uso fácil incluso en el 
campo.  Para  la  mayor  parte  de  ellos,  es  conveniente  usar  una  falsilla  de  15  cm  de 
diámetro, Anexo I. 
 
 
MÉTODOS DE CONTAJE DE ELEMENTOS ESTRUCTURALES 
 
 
Como  ya  se  ha  dicho,  la  evaluación  de  los  datos  proyectados  requiere  un  tipo 
especial  de  falsilla.  Si  utilizamos  la  falsilla  de  Wulff  para  su  proyección,  como  hemos 
hecho hasta ahora, la distribución resultante no es estadísticamente correcta. Hay una 
tendencia  a  la concentración  de  gran  parte  de  los  datos  en  el centro de  la  falsilla,  lo 
que indicaría, en el caso de líneas, una disposición preferente en posición vertical. Este 
hecho es debido, como ya se ha indicado, a que un área determinada en el centro de la 
falsilla  es  menor  que  la  misma  en  el  margen.  Debido  a  esto,  se  usa  la  falsilla  de 
Schmidt, en la que la técnica de proyección y manipulación de datos es idéntica a la de 
Wulff. La única diferencia entre las dos, es que los círculos menores en la primera no se 
proyectan como arcos circulares. 
 
Una  vez  preparado  el  diagrama  de  puntos,  pasamos  a  efectuar  el  contaje  para 
obtener  el  diagrama  de  contornos  o  de  densidades.  Para  ello,  hay  gran  variedad  de 
métodos de contaje, de los que vamos a explicar los más utilizados. 
 
 

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Falsilla de Kalsbeek 
 
Es uno de los métodos más simples que existen para el contaje de puntos, y se 
aplica en cualquier tipo de situaciones. Se trata de una falsilla que está subdividida en 
pequeños  triángulos  (Fig.  4  A).  Cada  conjunto  de  seis  triángulos  forman  un  área 
hexagonal  igual  al  1%  del  área  total  de  la  falsilla.  Los  triángulos  están  dispuestos  de 
forma  que  en  la  falsilla  aparecen  seis  líneas  radiales.  Además,  tiene  la  ventaja  de  la 
existencia de una relación fija entre el número total de puntos y la densidad contada. 
 
Cada punto se cuenta tres veces y se procede de la siguiente manera: 
 
 Superponer  el  transparente  con  el  diagrama  de  puntos  sobre  la  falsilla  de 
contaje, con la marca del norte del transparente sobre el extremo de uno de los 
seis radios. 
 
 Colocar un segundo transparente, dibujar en él la primitiva y la marca del norte, 
situada sobre la anterior. 
 
 Se cuentan los puntos correspondientes a cada hexágono, y el número total se 
anota en el centro del hexágono (A en Fig. 4 B). 
 
 Al  final  del  contaje,  cada  centro  de  hexágono  debe  tener  un  número.  En 
aquellas zonas del diagrama donde no haya puntos, los hexágonos se dejan en 
blanco o bien se pone un cero en su centro. 
 
 En la periferia de la primitiva, los puntos de cada medio hexágono en un lado 
de la primitiva se suman con los del otro medio hexágono del lado opuesto. El 
número total se escribe en ambos lados de la primitiva (B en Fig. 4B). 
 

 
 
Figura  4.  a)  Falsilla  de  contaje  de  Kalsbeek.  b)  Método  de  contaje  con  la  falsilla.  Ver  texto  para  su 
explicación. 

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 En  aquellas  partes  de  la  periferia,  donde  aparecen  medios  círculos  (sobre  los 
seis  radios),  se  cuentan  los  puntos  de  los  semicírculos  opuestos  y  se  suman, 
poniendo el número de puntos en ambos lados (C en Fig. 4B). 
 
 En el centro de la falsilla, aparece un círculo formado por seis “triángulos”, en 
lugar de un hexágono. Se cuentan todos los puntos incluidos en este círculo y 
se pone el número correspondiente en su centro (D en Fig. 4B). 
 
 Una vez terminado el contaje, se transforman los números en porcentajes del 
número  total  de  puntos,  y  en  base  a  ellos,  dibujamos  los  contornos  de  igual 
densidad, que delimitan las áreas con los porcentajes elegidos. 
 
Ejemplo  1.  Para  facilitar  la  comparación  de  diagramas  con  distinto  número  total 
de  puntos,  se  dibujan  los  contornos  como  porcentajes  de  puntos  totales  por  1%  de 
área de la falsilla. El número de puntos proyectado, por tanto, debe ser convertido en 
porcentaje. En el caso especial de que los puntos proyectados sean exactamente 100, 
un  punto  representará  el  1%  y  así  sucesivamente.  Si  son  50  puntos  los  proyectados, 
cada punto representa un 2% del total, etc. (Fig. 5 A). 
 
Dentro ya del diagrama, dibujamos los contornos de igual densidad (Fig. 5 B). Es 
más sencillo localizar primero el área de mayor concentración y trabajar hacia la parte 
externa del diagrama. 
 
Cuando  un  contorno  intersecta  la  primitiva,  reaparece  exactamente  en  el  lado 
opuesto,  a  180º  (puntos  A  y  A  en  Fig.  5  B).  Al  ser  los  contornos  líneas  que  separan 
áreas de porcentaje, son siempre curvas cerradas. 
 
En el caso de un contorno que está muy próximo a intersectar la primitiva, pero 
inmediatamente se aleja de ella, es válido continuar el propio contorno sin intersectar 
la primitiva (puntos B y B en Fig. 5 B). 
 
Cuando  ya  se  ha  efectuado  un  contaje  preliminar  (Fig.  5  A),  por  lo  general  es 
necesario hacer una serie de modificaciones para mejorar el diagrama: 
 
 Todos los contornos dibujados pueden no ser necesarios. Si el espaciado entre 
contornos es muy pequeño, alguna de las líneas dibujadas se puede eliminar. 
 
 Los valores de los contornos en el diagrama final se indican en la leyenda; por 
ejemplo como 2‐4‐8‐12% por 1% de área, máximo 14%. 
 
 El  área  donde  aparece  la  máxima  concentración  se  pinta  de  negro  o  bien,  se 
distingue  con  una  trama  muy  oscura.  Es  bastante  efectivo  utilizar  tramas 
gradualmente más claras según las áreas van siendo de menor concentración. 
 

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Figura 5. a) diagrama de puntos y primer contaje. b) diagrama de contornos final, con contornos de 2, 
4, 8 y 12% y un máximo de 14%, sobre un total de 50 puntos proyectados. 
 
 
Método de contaje de Schmidt 
 
Es, junto con el anterior, el método de contaje más usado, ya que trabaja muy 
bien con amplios conjuntos de datos y con altas concentraciones de puntos. Requiere 
el  empleo  de  una  regleta  especial  o  contador,  por  ello  a  veces  se  le  nombra  como 
“método de la regleta” y de una malla de contaje o malla de Schmidt (Fig. 6 A), como la 
que aparece al final del libro. Para trabajar con este método es necesario, en primer 
lugar, obtener la regleta de contaje, que se puede fabricar fácilmente con un cartón o 
con un plástico que permita recortar la forma de la regleta. 
 
Una regleta de contaje o contador de Schmidt, contiene dos agujeros circulares 
en ambos extremos (Fig. 6 B). El área de cada uno de ellos es igual al 1% del área total 
de  nuestra  falsilla  de  proyección.  Es  fácil  comprender  que  se  necesitan  dos  círculos 
diametralmente opuestos para contar puntos sobre la circunferencia primitiva y en sus 
cercanías, mientras que para el contaje en la parte interna, solo se necesita un círculo. 
 
Las falsillas de proyección que utilizamos, tienen un diámetro de 15 cm, así como 
la  malla  de  Schmidt,  por  tanto  en  la  regleta,  la  distancia  entre  los  centros  de  los 
círculos opuestos debe ser de 15 cm. Su longitud total puede ser de 18 ó 19 cm y su 
anchura de 3,5 ó 4 cm.  
 
En el Anexo II se incluye un contador de estas características. 
 
Una vez obtenido el contador, el procedimiento para el contaje es el siguiente: 
 
 
 

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 Contaje interno 
 
 Colocar sobre la malla el diagrama de puntos, obtenido con una falsilla que 
conserva áreas, de forma que coincidan las dos primitivas y los nortes de 
las dos falsillas. 
 
 Colocar sobre el diagrama de puntos, un segundo transparente donde está 
dibujada la primitiva, como un círculo de 15 cm de diámetro, y una marca 
representando  el  norte.  Esta  debe  coincidir  con  el  norte  del  diagrama  de 
puntos. 
 
 Colocar  uno  de  los  dos  círculos  del  contador  de  forma  que  el  centro  del 
círculo  coincida  con  un  punto  de  la  malla,  usando  como  guía  la  línea 
horizontal que pasa por el centro del círculo (Fig. 7 A). El número de puntos 
visibles dentro del círculo representa el número de puntos por 1% de área. 
Este número lo ponemos en el centro del círculo. 
 
 Movemos el contador hasta que su centro se sitúe sobre el punto siguiente 
de la malla y repetimos el procedimiento. Esto se lleva a cabo para todos 
los  puntos  de  la  malla,  y  en  aquellos  en  los  que  no  haya puntos  (líneas  o 
polos de planos), se dejan en blanco o se pone un cero. 
 

 
 
Figura 6. a) malla de contaje de Schmidt. b) contador o regleta de contaje de Schmidt. 
 
 
 Contaje externo o periférico 
 
 En  la  zona  periférica,  cerca  de  la  primitiva,  necesitamos  utilizar  ambos 
círculos del contador. 

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 Colocamos una chincheta en el centro de la falsilla, y la muesca de la parte 
central  del  contador,  se  mueve  con  la  chincheta  en  medio  hacia  ambas 
partes de la periferia. 
 
 Los  puntos  dentro  de  ambos  círculos  y  diametralmente  opuestos  en  la 
proyección, se cuentan juntos (Fig. 7 B), teniendo siempre como centro de 
ambos círculos los puntos de la malla. El valor correspondiente a la suma 
de puntos se coloca en ambos centros. 
 
 El contaje sobre la primitiva propiamente dicha, se hace con el centro de la 
regleta  colocado  en  el  centro  de  la  falsilla,  de  forma  que  la  suma  de  los 
puntos correspondientes a la mitad de cada uno de los círculos opuestos, 
se  coloca  sobre  la  primitiva,  en  ambos  lados.  De  esta  forma  sabemos  los 
puntos  diametralmente  opuestos  de  entrada  y  salida  de  una  curva 
concreta, para cada uno de los contornos. 
 

 
 
Figura  7.  Uso  del  contador  de  Schmidt.  a)  para  puntos  situados  en  el  interior  de  la  falsilla.  b)  para 
puntos situados cerca de la primitiva. 
 
 
En  este  momento,  todas  las  intersecciones  de  la  malla  de  contaje,  tienen  un 
número escrito sobre el transparente superior (Fig. 8 A). Convertimos este número de 
puntos (n) en porcentaje mediante la ecuación:  
 
n x (100)/N = %  
 
donde N es el número total de puntos proyectados. Dibujamos los contornos con 
los intervalos correspondientes, según las densidades de puntos obtenidas (Fig. 8 B). 
 

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Método de contaje de Mellis 
 
Este método únicamente se puede utilizar cuando el diagrama de puntos tiene 
un  número  inferior  a  100,  o  preferentemente,  a  60.  Por  tanto,  solo  es  válido  para 
pequeñas  concentraciones  locales,  y  es  muy  conveniente  para  separar  contornos  de 
poca densidad. 
 

 
 
Figura 8. Resultado del contaje con el método de Schmidt. a) contaje de 72 medidas de foliación. b) 
diagrama de contornos con valores de 1, 3, 7 y 11%. Máximo de 15%. 
 
 
Para efectuar el contaje es necesario construir una plantilla con un círculo cuyo 
diámetro  sea  1,5  cm,  equivalente  al  1%  del  área  total  de  la  proyección,  de  la  misma 
forma que lo hemos hecho en el caso anterior. 
 
 Colocar  un  transparente  sobre  el  diagrama  de  puntos,  haciendo  coincidir  los 
nortes de ambos. 
 
 Colocar  la  plantilla  sobre  los  transparentes  y  moverla  de  forma  que  esté 
alineada con la flecha que marca el norte. 
 
 Dibujar un círculo de diámetro 1,5 alrededor de cada punto de la población. Las 
áreas de solape de dos círculos tienen una concentración que equivale al doble 
de la de un círculo individual. Cuando solapan tres círculos, la zona de solape 
equivale al triple de la concentración de un único círculo. Por tanto, obtenemos 
áreas que representan el doble y el triple del porcentaje, respectivamente. 
 
 Repasar  y  separar  las  áreas  de  distintas  concentraciones  de  puntos  y 
distinguirlas mediante una trama o color (Fig. 9). 

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Este  método  de  contaje  es  el  menos  subjetivo.  Los  resultados  son  siempre  los 
mismos  para  la  misma  población,  aunque  el  diagrama  lo  confeccionen  distintas 
personas. Sin embargo, está limitado a pequeñas poblaciones y bajas concentraciones 
y es obvia la dificultad de su uso para poblaciones mayores, en el caso de solape entre 
cuatro o más círculos. 
 

 
 
Figura 9. Método de contaje de Mellis. Diagrama con contornos de 3 y 6% sobre medidas de 36 polos 
de estratificación. 
 
 
MODELOS DE DISTRIBUCIÓN EN LOS DIAGRAMAS DE PUNTOS 
 
 
La  distribución  de  puntos  expresa  gráficamente  el  grado  de  orientación 
preferente  de  un  elemento  estructural  determinado  (lineación,  diaclasado,  etc.).  La 
llave para interpretar la proyección radica en reconocer el modelo de distribución de 
puntos,  tanto  referente  a  estructuras  lineares  como  a  polos  de  planos.  Este 
reconocimiento  siempre  es  más  fácil  de  llevar  a  cabo  a  partir  de  un  diagrama  de 
contornos.  Existen  cuatro  modelos  principales  que  podemos  reconocer,  y  son  los 
siguientes (Fig. 10): 
 
 Distribución  uniforme.  Se  expresa  de  forma  que  el  conjunto  de  puntos 
proyectados no presenta concentraciones locales. Cuando esto sucede, se dice 
que la proyección está uniformemente distribuida (Fig. 10 A). 
 
 Punto  máximo.  La  orientación  preferente  de  elementos  estructurales  está 
representada  por  una  alta  concentración  de  puntos,  simétricamente 
distribuidos  alrededor  de  una  única  orientación  principal.  El  centro  de  esta 
concentración recibe el nombre de punto máximo o simplemente, máximo. Un 
conjunto de datos individuales puede mostrar más de un punto máximo (Fig. 10 
B). 
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 Guirnalda de círculo máximo. Una concentración de puntos que se dispone a lo 
largo  de  un  arco  que  se  aproxima  o  bien  que  coincide  con  un  círculo  mayor, 
recibe  el  nombre  de  guirnalda  de  círculo  máximo  (Fig.  10  C).  Dentro  de  una 
guirnalda, a su vez, pueden coexistir uno o varios puntos máximos. En algunos 
casos, puede haber intersección de dos guirnaldas, dando lugar a un modelo de 
guirnaldas cruzadas. 
 

 
 
Figura  10.  Modelos  de  distribución  de  puntos  en  los  diagramas:  a)  distribución  uniforme.  b)  punto 
máximo. c) guirnalda de círculo máximo. d) guirnalda de círculo menor. 
 
 
En  el  caso  de  elementos  lineares  proyectados,  la  existencia  de  este  tipo  de 
guirnalda indica que todas las lineaciones están contenidas en un plano, pero no son 

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paralelas  entre  sí.  En  todos  los  casos,  la  guirnalda  se  aproxima  a  la  orientación  del 
plano que contiene a las lineaciones, y su eje es el polo del plano. 
 
Un  modelo  en  guirnalda  para  polos  de  elementos  planares,  indica  que  la 
intersección  de  los  planos  es  según  una  única  línea,  o  bien  que  todos  los  planos  se 
cortan  según  una  línea.  Por  ejemplo,  caso  de  proyección  de  polos  de  estratificación 
correspondientes a un pliegue cilíndrico. El polo del plano que engloba todos los polos 
de estratificación, indica la orientación del eje del pliegue. 
 
Guirnalda  de  círculo  menor.  Se  define  como  una  concentración  de  puntos  a  lo 
largo  de  un  arco  que  se  aproxima  a  un  círculo  menor  de  la  falsilla  y  puede  contener 
uno  o  varios  máximos.  Tanto  para  elementos  lineares  como  planares,  este  tipo  de 
guirnalda indica una orientación preferente en un cono, alrededor de un único eje que 
es el eje de la guirnalda (Fig. 10 D). 
 
También  podemos  describir  la  disposición  de  puntos  dentro  de  una  proyección 
que  conserva  áreas,  en  términos  del  tipo  de  simetría  observada,  por  analogía  con  la 
descripción de grupos de puntos en cristalografía. Por ejemplo, un pliegue puede ser 
descrito como de simetría ortorrómbica o monoclínica, dependiendo de la disposición 
de los polos de estratificación. 
 
 
INTERPRETACIÓN DE DIAGRAMAS. ANÁLISIS DEL PLEGAMIENTO 
 
 
La llave para interpretar un diagrama de puntos es el análisis de su diagrama de 
contornos. La equivalencia de las distribuciones de elementos lineares y planares es la 
siguiente:  
 
 Punto  máximo.  Representa  una  distribución  simétrica  de  puntos  dispuestos 
alrededor de una única orientación principal. 
 
 Guirnalda.  Representa  una  agrupación  de  puntos  dispuesta  según  una  banda 
que coincide con un círculo mayor de la falsilla de proyección. 
 
Desde  el  punto  de  vista  geométrico  y  de  forma  sencilla,  podemos  definir  un 
pliegue, simplemente, como una superficie curvada, y en función de sus características 
lo podemos clasificar en dos tipos básicos: 
 
 Pliegues  cilíndricos.  Generados  por  una  línea  recta  imaginaria,  que  se  mueve 
en el espacio paralelamente a sí misma. Esta línea es el eje del pliegue. 
 
 Pliegues  no  cilíndricos.  Generados  por  una  línea  que  se  mueve  de  forma  no 
planar  en  el  espacio.  Si  uno  de  los  extremos  de  la  línea  está  fijo,  el  pliegue 
resultante recibe el nombre de pliegue cónico. Si el movimiento de la generatriz 

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es poco sistemático, el resultado es un pliegue complejo. Para trabajar con este 
tipo de pliegues,  se subdividen en partes que son aproximadamente cilíndricas. 
 
A  continuación  vamos  a  analizar  la  geometría  de  las  superficies  cilíndricas  y 
cónicas tanto con diagramas β como con diagramas π, en una proyección que conserva 
el área. 
 
Diagramas β en pliegues cilíndricos 
 
Cada  segmento  de  la  superficie  plegada  de  un  pliegue  cilíndrico,  contiene  una 
línea  que  es  paralela  al  eje  del  pliegue.  Cada  dos  planos  de  la  superficie  plegada  se 
cortarán a lo largo de una línea que es paralela al eje del pliegue. 
 
En  una  proyección  que  conserva  el  área,  los  círculos  mayores  representan  las 
distintas  orientaciones  de  la  superficie  plegada  en  diferentes  puntos  del  pliegue,  que 
teóricamente, en un pliegue perfectamente cilíndrico, deben tener un punto común de 
intersección que representa la orientación del eje del pliegue. Este punto generalmente 
se llama eje β. 
 
En la práctica, sin embargo, los pliegues reales no son perfectamente cilíndricos, y 
las medidas de dirección y buzamiento tomadas en distintos puntos del pliegue producen 
círculos  máximos  que  no  se  cortan  en  un  punto  común,  sino  en  puntos  más  o  menos 
próximos (Fig.  11). Para un conjunto de n planos, el número de posibles intersecciones 
(N) viene dada por la siguiente progresión aritmética: 
 
N = 0+1+2+.........(n‐1) = n(n‐1)/2 
 
Por  tanto,  en  el  caso  de  25  planos  proyectados,  el  número  de  intersecciones 
posibles  es  de  300.  El  diagrama  de  contornos  de  los  puntos  de  intersección  dará  la 
posición de la máxima concentración de intersecciones. 
 
 

 
 
Figura 11. Diagramas β de un pliegue cilíndrico. El número de intersecciones de círculos máximos, se 
incrementa cuanto mayor es el número de planos proyectados. 
 

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Es evidente que una proyección de este tipo, con gran cantidad de elementos, no 
es el mejor camino para representar las medidas de superficies de estratificación de un 
pliegue. En primer lugar, el número de puntos que representa la posible posición del eje 
β,  es  mayor  que  el  número  de  medidas  proyectadas.  En  segundo  lugar,  si  hay  algún 
problema  (generalmente  de  medida)  con  los  datos  originales,  pueden  aparecer 
concentraciones  de  ejes  β  además  de  la  concentración  principal,  dando  lugar  a 
interpretaciones erróneas. Por tanto, en estos casos, la construcción de un diagrama β no 
es aconsejable. 
 
Diagramas π en pliegues cilíndricos 
 
Debido a las pocas ventajas que ofrecen los diagramas β, el método preferido para 
representar  medidas  de  superficies  plegadas,  es  el  de  los  diagramas  π.  En  ellos  se 
representan  los  polos  de  los  planos  que  son  tangentes  a  la  superficie  plegada.  Esto 
significa que si hemos obtenido en el campo medidas de orientaciones en una superficie 
plegada, proyectamos en la falsilla que conserva áreas los polos de estos planos y no sus 
círculos máximos. 
 
En un pliegue cilíndrico, cada uno de los polos es perpendicular al eje del pliegue, 
por tanto, los polos son paralelos a un plano perpendicular al eje del pliegue. Estos polos 
forman una guirnalda de círculo máximo, llamado círculo π o círculo de polos (Fig. 12). El 
polo de este círculo π representa el eje del pliegue, que a su vez suele coincidir con el eje 
β en la proyección. 
 

 
 
Figura 12. Diagrama π de un pliegue cilíndrico ideal. 
 
 
En  el  caso  de  pliegues  con  un  ángulo  interlimbo  (ángulo  medido  entre  los  dos 
flancos  del  pliegue)  muy  amplio,  el  diagrama  π  muestra  un  máximo  de  forma  elíptica. 
Según va decreciendo el valor del ángulo interlimbo, la distribución de polos varía desde 
un máximo hasta una guirnalda de círculo máximo (Fig. 13 A, B y C). 

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Un  diagrama  π  no  solo  nos  da  información  acerca  de  la  orientación  del  eje  del 
pliegue, también nos permite conocer la forma del pliegue. Por ejemplo, en un pliegue 
con charnela redondeada, la densidad de puntos será uniforme a lo largo de la guirnalda 
de  círculo  máximo  y  los  dos  puntos  extremos  de  esta  guirnalda  definirán  el  valor  del 
ángulo interlimbo (Fig. 14 A). Un pliegue con una zona de charnela muy amplia y flancos 
planares,  vendrá  representado  por  un  círculo  máximo  que  contiene  dos  máximos 
correspondientes a las medidas de orientaciones de los dos flancos, y estos máximos se 
pueden utilizar para conocer el valor del ángulo interlimbo (Fig. 14 B). Un pliegue angular 
(Fig. 14 C) no tendrá una guirnalda bien definida, y el círculo π en la proyección se define 
a  partir  de  dos  puntos  máximos  correspondientes  a  los  dos  flancos.  Muchos  pliegues 
naturales  muestran  disposiciones  de  los  polos  intermedias  entre  las  anteriormente 
citadas. En pliegues asimétricos, la disposición sería la correspondiente a la figura 14 D. 
 

 
 
Figura  13.  Variaciones  en  el  diagrama  π  según  va  decreciendo  el  valor  del  ángulo  interlimbo  del 
pliegue. a) capas inclinadas. b) ángulo interlimbo mayor de 90º. c) ángulo interlimbo menor de 90º. 

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Figura 14. Modelos de diagramas π para distintas formas de pliegues. 
 
 
Con respecto a la simetría de los pliegues, no es posible decir algo concluyente en 
base  a  los  diagramas  π,  ya  que  el  modelo  de  simetría  depende  en  gran  medida  del 
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buzamiento  de  los  flancos  del  pliegue.  En  ocasiones,  una  concentración  de  puntos  a  lo 
largo de una guirnalda, puede estar influenciada por la recogida de datos. Sin embargo, si 
la  distribución  espacial  de  las  medidas  es  uniforme,  la  asimetría  de  los  polos  en  el 
diagrama  puede  ser  debida  a  la  existencia  de  flancos  cortos  en  pliegues  asimétricos. 
Generalmente,  para  determinar  el  grado  de  simetría  de  los  pliegues  necesitamos 
información  adicional,  como  puede  ser  la  variación  en  espesor  de  un  flanco  a  otro,  la 
orientación de la superficie envolvente y/o la orientación del plano axial del pliegue. 
 
La orientación del plano axial se puede conocer si conocemos las orientaciones del 
eje del pliegue y de la traza axial. En el caso de pliegues angulares, el plano axial se puede 
asimilar  al  plano  bisector  del  ángulo  interlimbo  (ver  Babín  y  Gómez,  2010  g).  Este 
bisector  viene  representado  por  el  punto  cuya  “distancia”  angular  a  los  dos  máximos 
(medida a lo largo de la guirnalda de círculo máximo) es la misma. El círculo mayor que 
contiene este punto y el eje π, representa al plano axial del pliegue. 
 
Las orientaciones del eje del pliegue y del plano axial, por tanto, se pueden conocer 
a  partir  de  la  guirnalda  de  círculo  máximo  en  una  proyección  que  conserva  áreas.  Por 
ejemplo, si el eje del pliegue es horizontal, estará situado sobre la circunferencia primitiva 
y la guirnalda ocupa la parte central del diagrama (Fig. 15 A). En pliegues cuyo eje tiene 
inmersión, este estará situado dentro de la primitiva (no sobre ella) y la guirnalda dibuja 
una curva que no pasa por el centro de la falsilla (Fig. 15 B). Si el plano axial del pliegue es 
vertical,  vendrá  representado  por  un  diámetro  de  la  falsilla,  y  si  es  horizontal,  se 
representa  por  la  primitiva  propiamente  dicha.  En  el  caso  de  que  sea  inclinado,  su 
representación corresponderá a alguno de los círculos mayores de la falsilla. En la figura 
16, se representan algunos ejemplos de diagramas π para distintos tipos de pliegues. 
 

 
 
Figura 15. Cálculo de la orientación del plano axial del pliegue, a partir de un diagrama π. 
 
A partir de lo expuesto, el alumno puede ejercitarse en la interpretación de estos 
diagramas, con un ejemplo muy sencillo. Suponer el desarrollo progresivo de un pliegue 
cilíndrico,  a  partir  de  una  única  capa  en  principio  horizontal  y  que  se  va  plegando 
sucesivamente, con todos los pasos intermedios que queramos elegir (Fig. 17). Antes del 
plegamiento, todos los polos de la capa horizontal se proyectarán como un máximo en el 

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centro  de  la  falsilla,  ya  que  todos  corresponden  a  líneas  verticales  con  la  misma 
orientación. Si se construye el diagrama paralelamente al plano vertical, habrá un punto 
máximo en cada extremo de un diámetro de la falsilla. 
 
Si  plegamos  la  capa  alrededor  de  un  eje  horizontal,  los  polos  originalmente 
verticales se distribuyen en un abanico, y el modelo que observamos, proyectado tanto 
horizontal  como  verticalmente,  es  un  máximo  alargado,  que  va  tomando  una  forma 
elíptica. Cuanto mayor sea el radio de curvatura de la superficie plegada, más amplitud 
presentará este abanico de puntos, dando lugar a una guirnalda más o menos completa. 
En  el  caso  de  que  los  dos  flancos  lleguen  a  ser  paralelos,  se  obtendrá  una  guirnalda 
completa,  perfecta.  Este  ejercicio  se  puede  repetir  partiendo  de  distintas  orientaciones 
para la capa original. 
 

 
 
Figura 16. Ejemplos de diagramas π para distintos tipos de pliegues. La línea a trazos corresponde al 
plano axial del pliegue, y el punto a la línea de charnela del pliegue. 
 
 
Diagramas π en pliegues no cilíndricos 
 
En el caso de que la superficie plegada sea cónica, supongamos que el ángulo apical 
del cono tiene un valor de µ. Cada polo forma un ángulo de (90º‐µ/2) con el eje del cono. 
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En  otras  palabras,  los  polos  de  estratificación  generan  un  cono  coaxial,  con  un  ángulo 
apical de 180º‐µ.  Por tanto, los polos definen un círculo menor cuyo centro representa la 
posición del eje del cono (Fig. 10 D). 
 
Si  se  puede  reconocer  que  los  polos  están  distribuidos  según  un  círculo  menor, 
volvemos  a  proyectar  los  polos  en  una  falsilla  de  Wulff,  ya  que  en  ella  los  círculos 
menores  se  proyectan  como  círculos  en  la  proyección  estereográfica.  Dibujamos  este 
círculo  menor  con  los  polos  proyectados  y  localizamos  el  centro  del  círculo,  que 
representa el eje del cono. Este eje se rota hasta la primitiva, y los círculos menores de la 
falsilla se pueden usar para analizar las relaciones angulares entre los distintos elementos 
del pliegue. 
 

 
 
Figura 17. Desarrollo progresivo de un pliegue cilíndrico, a partir de una única capa horizontal. 

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En pliegues no cilíndricos y no cónicos, tanto la orientación del plano axial como la 
del  eje  del  pliegue  van  cambiando  y  la  construcción  de  un  diagrama  π  generalmente, 
muestra varias posibles orientaciones para el eje del pliegue. Esta geometría es típica de 
áreas en las que existe plegamiento superpuesto. 
 
Para  analizar  estos  pliegues,  lo  más  cómodo  y  efectivo  es  subdividir  el  área 
deformada en dominios de pliegues cilíndricos planos, de forma que cada uno de estos 
dominios tiene un eje de plegamiento cuya orientación permanece constante. 
 
En pliegues no cilíndricos planos, el plano axial tiene una orientación constante, sin 
embargo la orientación del eje del pliegue es variable. La orientación principal del plano 
axial  se  define  como  el  círculo  mayor  que  contiene  los  ejes  de  los  diferentes  dominios 
cilíndricos. 
 
 
ANÁLISIS DE LA FÁBRICA DE LAS ROCAS CON LA FALSILLA QUE CONSERVA ÁREAS 
 
 
El  término  fábrica  define  la  geometría  interna  y  configuración  espacial  de  los 
componentes  de  una  roca.  En  general,  comprende  la  suma  total  de  tamaño,  forma  y 
configuración de los granos en una muestra de roca determinada. Cuando esta fábrica es 
visible en la roca a escala mesoscópica o de afloramiento, decimos que es penetrativa, y 
las  rocas  que  la  presentan  como  resultado  de  la  deformación  reciben  el  nombre  de 
tectonitas.  Las  tectonitas  son  la  expresión  de  los  cambios  en  mineralogía  y  fábrica 
requeridos para acomodar la deformación de la roca. 
 
Las  tectonitas  se  caracterizan  por  la  existencia  de  foliación  y/o  lineación,  ambas 
estructuras debidas a distorsión de la roca. El alineamiento de la foliación y/o lineación en 
una tectonita es una expresión de su estado de deformación, ya que son rocas que han 
podido  fluir  en  estado  sólido.  Este  flujo  se  puede  reconocer  al  microscopio  como  una 
combinación  de  deslizamiento  y/o  cristalización  y/o  disolución  a  lo  largo  de  las 
discontinuidades de la roca. 
 
Muchas tectonitas, y muchas foliaciones y lineaciones, se han formado en medios 
de  elevada  temperatura  y  presión  confinante,  como  son  los  medios  metamórficos  e 
ígneos. También pueden formarse en medios sedimentarios, durante la distorsión antes 
de la litificación. 
 
El  tipo  más  común  de  foliación  se  produce  por  la  orientación  paralela  del  plano 
[001] en micas, acompañado de laminación mineral. Si se dispone paralelamente al plano 
axial  del  pliegue,  su  orientación  es  la  misma  y  los  planos  de  foliación  cortan  a  las 
superficies de estratificación. 
 
Otro  tipo  de  foliación  se  produce  cuando  existen  granos  definidos  por  un 
alargamiento  dimensional  debido  a  la  deformación  plástica  (cuarzo  y  calcita)  o  a  la 

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cristalización  bajo  esfuerzos.  Alargamiento  paralelo  de  granos  aplastados,  oolitos  o 


fragmentos líticos puede tener un significado semejante. 
 
La  lineación  en  tectonitas  es  siempre  un  producto  de  la  deformación,  y 
generalmente la más visible es la producida por la intersección de dos o más superficies, 
como  son  la  estratificación  y  alguna  de  las  foliaciones.  Las  lineaciones  curvadas  que 
aparecen dentro de algunos pliegues cilíndricos pueden ser debidas bien a la existencia 
de una estructura anterior plegada  pasivamente o bien a que la lineación se desarrolle 
cuando una foliación activa corta a una superficie anterior, pasiva. 
 
Tipos de tectonitas 
 
Existen  tres  tipos  principales,  en  función  de  que  la  roca  contenga  foliación, 
lineación o ambos (Fig. 18). Son los siguientes: 
 
 Tectonitas S. Caracterizadas por presentar foliación, pero no lineación. El uso de la 
letra S se basa en el convenio de emplear el término “superficie S” en relación con 
los elementos penetrativos, planares y paralelos que constituyen la foliación. Esta 
se  define  como  el  alineamiento  paralelo  de  minerales,  de  agregados  minerales 
lenticulares  o  de  granos  aplastados.  En  un  esquisto,  las  superficies  S  están 
formadas por alineaciones de micas y dominios de clivaje; en un gneis por bandas 
composicionales  planares  y  paralelas  y  en  un  conglomerado,  por  los  cantos 
aplastados alineados. 
 
 Tectonitas L. Presentan lineación, pero no foliación. La lineación se define por un 
alineamiento  de  minerales  prismáticos  o  granos  alargados  según  una  dirección, 
paralelos unos a otros. 
 
 Tectonitas  L‐S.  Su  característica  es  la  existencia  de  lineación  y  foliación,  la 
lineación  siempre  contenida  en  el  plano  de  foliación.  Está  definida  por  el 
alineamiento de minerales alargados o de granos elipsoidales. También puede ser 
el  resultado  de  la  crenulación  de  una  foliación  o  de  la  intersección  de  dos 
foliaciones. 
 
 

 
 
Figura 18. Distintos tipos de tectonitas, definidas por la disposición de marcadores elipsoidales en la 
roca. 
 

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Cuando  se  observa  una  tectonita  en  el  afloramiento,  según  cuál  sea  el  plano  de 
observación  se  puede  medir  fácilmente  la  lineación,  la  foliación,  o  ambos  elementos 
estructurales.  En  planos  perpendiculares  o  que  forman  un  ángulo  alto  con  ambas,  la 
foliación puede ser confundida con la lineación. Los cortes mejores en una tectonita L‐S, 
estarán en planos paralelos a la lineación y perpendiculares a la foliación. Las trazas de 
lineación  aparecerán  mejor  desarrolladas  en  todos  aquellos  planos  paralelos  a  ella  o 
formando con ella un ángulo agudo. No se observará la lineación o estará pobremente 
desarrollada en planos perpendiculares a ella o que formen un ángulo alto con ella. En 
una tectonita L‐S, un plano paralelo a la foliación, muestra la orientación verdadera de la 
lineación. 
 
Para poder aplicar los métodos del análisis estructural, es necesario que la fábrica 
de  la  roca  sea  homogénea.  Esto  significa  que  el  mismo  volumen  de  roca  en  distintos 
lugares de afloramiento, es idéntico desde el punto de vista estructural. En la naturaleza 
esto no ocurre, pero si es posible suponer que una roca es estadísticamente homogénea 
tomando  distintas  porciones  de  roca  donde  esto  se  cumple.  Cuando  el  grado  de 
desarrollo o la orientación de la fábrica difiere en distintos lugares, se dice que la fábrica 
es no homogénea. 
 
Una  roca  con  fábrica  no  homogénea,  siempre  se  puede  subdividir  en  partes 
homogéneas. Cada una de estas partes es una porción tridimensional de una muestra de 
roca  que  es  estadísticamente  homogénea,  y  recibe  el  nombre  de  dominio  de  fábrica  o 
simplemente, dominio. 
 
Si  la  fábrica  dentro  de  un  dominio  tiene  las  mismas  propiedades  en  todas  las 
direcciones, recibe el nombre de isótropa. En muchas rocas deformadas, los elementos 
estructurales  dentro  de  un  dominio  exhiben  una  orientación  preferente,  y  la  fábrica  es 
anisótropa.  Las  falsillas  que  conservan  áreas  ayudan  al  análisis  de  la  fábrica  bajo  dos 
puntos de vista: 
 
1. Se  pueden  usar  para  calcular  la  orientación  verdadera  de  las  fábricas,  dando 
medidas parciales tomadas en diferentes planos. 
 
2. Se  pueden  usar  para  describir  variaciones  en  la  geometría  de  las  fábricas,  entre 
diferentes dominios. 
 
Finalmente, en rocas con fábricas múltiples, este tipo de proyección puede ser el 
único camino para poder distinguir varios elementos de fábrica entre sí. 
 
 
ANÁLISIS DE LA GEOMETRÍA DE LA FÁBRICA 
 
 
Modelos  de  variación  en  las  orientaciones  de  fábricas  relacionadas  con  el 
plegamiento,  pueden  ayudar  a  conocer  la  cronología  del  desarrollo  de  la  fábrica  con 
respecto  al  pliegue.  En  principio  son  posibles  varios  modelos,  dependiendo  de  la 

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naturaleza  de  la  fábrica,  el  tiempo  de  desarrollo  de  la  fábrica  con  respecto  al 
plegamiento, y el mecanismo de plegamiento. A continuación vamos a hacer una breve 
exposición  de  cada  uno  de  los  modelos  más  frecuentes,  individualmente,  fijándonos 
sobre  todo  en  las  características  de  foliación  y  lineación  de  la  roca,  sin  llegar  a  una 
discusión  completa  de  los  distintos  tipos  de  fábricas,  que  no  es  el  objetivo  de  este 
manual. 
 
Foliación  y  lineación  son  las  dos  estructuras  mesoscópicas  mas  frecuentes  en  las 
tectonitas. Sus características principales en rocas metamórficas, son las siguientes: 
 
 La foliación se desarrolla perpendicularmente a la orientación del eje de esfuerzo 
principal σ1. La lineación es paralela al eje de esfuerzo intermedio o mínimo. 
 
 La foliación es paralela al plano AB del elipsoide de deformación y a los planos de 
mínima cohesión determinados por deslizamiento en planos de esfuerzo de cizalla 
importante o de baja resistencia a la cizalla. 
 
 La  lineación  es  paralela  a  la  dirección  de  deslizamiento,  flujo  o  transporte 
tectónico de la tectonita que está fluyendo. 
 
 La lineación singenética con el plegamiento cilíndrico, generalmente es paralela a 
los ejes de los pliegues. 
 
 La  simetría  del  conjunto  foliación‐lineación,  geométricamente  relacionadas, 
refleja la simetría de la deformación. 
 
Alguna foliación corresponde a un fenómeno de deslizamiento, otras veces se debe 
a compresión o aplastamiento. 
 
Foliación formada después de un primer plegamiento 
 
Si un pliegue cilíndrico que pliega a S1 y se forma al mismo tiempo que S2, queda 
cortado por una foliación planar posterior S3, las lineaciones de intersección entre S3 y S1 
variarán  en  orientación  alrededor  del  pliegue  (Fig.  19  A).  Sin  embargo,  todas  las 
orientaciones  de  la  lineación  están  contenidas  en  el  plano  S3  y  se  disponen  según  una 
guirnalda de círculo mayor (Fig. 19 B). El ángulo entre la lineación y los ejes de pliegue de 
la segunda fase, varía en función de la orientación de S1. 
 

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Figura  19.  a)  Lineaciones  de  intersección  producidas  por  una  foliación  planar  (S3)  que  corta  a  una 
primera foliación plegada (S1). b) Representación estereográfica. 
 
 
Plegamiento flexural de una lineación preexistente 
 
Los  pliegues  formados  por  plegamiento  flexural  están  acompañados  por  un 
deslizamiento  paralelo  a  los  estratos,  con  muy  poca  distorsión  de  estos.  Por  tanto,  se 
puede considerar el movimiento como una rotación, y el ángulo entre el eje del pliegue y 
la lineación  pre‐existente permanece constante a lo largo  de toda la  superficie plegada 
(Fig.  20  A).  En  una  proyección  que  conserva  el  área,  los  puntos  que  representan  las 
distintas orientaciones de la lineación se disponen en un círculo menor cuyo centro es el 
eje  del  pliegue  (β),  excepto  cuando  la  lineación  original  es  perpendicular  al  eje  del 
pliegue, en cuyo caso la lineación plegada está  dispuesta según un círculo mayor (Fig. 20 
B). 
 
En  la  realidad,  como  cada  uno  de  los  estratos  individuales  se  pliega  mediante  un 
plegamiento flexural, cada estrato plegado tiene una superficie neutra con una geometría 
ideal, concéntrica. El arco externo del pliegue se alarga y el interno, se acorta. En el arco 
externo, el ángulo entre la lineación y el eje del pliegue se incrementa ligeramente, y los 
puntos  correspondientes  a  la  lineación  se  colocan  según  un  arco  muy  próximo  a  un 
círculo menor, centrado en el eje del pliegue. De la misma manera, el ángulo entre el eje 
del pliegue y la lineación decrece en el arco interno y los puntos correspondientes a la 
lineación quedan en un arco que es más corto que el arco de un círculo menor (Fig. 20 C). 
 
En  la  figura  21  se  muestra  la  proyección  de  los  datos  estructurales  para  un 
dominio  restringido.  Los  polos  de  la  foliación  S1  se  disponen  según  una  guirnalda  de 
círculo  mayor,  cuyo  eje  coincide  con  el  centro  de  la  concentración  de  lineaciones 
(cruces), y coincide con el eje del último pliegue cilíndrico B. Una primera lineación L 
(puntos)  aparece  dispuesta  según  un  círculo  menor  alrededor  de  B,  lo  que  está  de 
acuerdo con un modelo de plegamiento por flexión‐deslizamiento. 
 

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Figura  20.  a)  Disposición  de  una  lineación  plegada  por  flexión‐deslizamiento.  b)  Lineación 
perpendicular  al  eje  del  pliegue  (círculos  abiertos).  c)  Lineación  oblicua  dispuesta  según  círculos 
menores. Ver texto para su explicación. 
 

 
 
Figura 21. Modelo real de plegamiento por flexión‐deslizamiento. Guirnalda de polos de foliación S1, 
lineaciones (cruces) y una lineación anterior (puntos) dispuesta según un círculo menor. 
 
 
Plegamiento pasivo de la lineación 
 
El desarrollo de un pliegue pasivo es análogo desde el punto de vista geométrico, a 
la reorientación pasiva de una capa guía mediante cizalla de un conjunto de planos poco 
espaciados,  que  son  oblicuos  a  la  foliación.  El  plano  axial  del  pliegue  es  paralelo  a  los 
planos de cizalla y el eje del pliegue, a la lineación de intersección. Los puntos situados 
sobre un elemento linear original, se transportan a distancias variables a lo largo de líneas 
paralelas a la dirección de deslizamiento y se colocan en la superficie del estrato plegado 
de tal forma que la lineación plegada está contenida en el plano definido por la lineación 
original y la dirección de deslizamiento (Fig. 22 A). Por tanto los puntos que representan 
la lineación plegada en la proyección están en un círculo mayor que es oblicuo al eje del 
pliegue (Fig. 22 B). 
 
Esta geometría es la misma que la de una lineación de intersección debida a una 
foliación  superpuesta  en  un  pliegue  pre‐existente,  excepto  que  en  este  caso  no  se 
desarrolla una foliación paralela al plano que contiene la foliación. 
 

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Figura 22. a) Plegamiento pasivo de una lineación L. b) La lineación plegada L´ se sitúa en un círculo 
mayor, oblicuo al eje del pliegue. 
 
 
Plegamiento complejo de lineaciones 
 
Es  frecuente  encontrar  en  pliegues  naturales  modelos  complejos  de  lineaciones 
replegadas.  Generalmente  se  disponen  en  arcos  intermedios  entre  círculos  mayores  y 
menores,  con  modificaciones  que  pueden  ser  debidas  a  acortamiento  paralelo  a  la 
estratificación  antes  del  plegamiento,  aplastamiento  homogéneo  después  del 
plegamiento  o  alguna  deformación  paralela  a  la  estratificación  que  acompaña  al 
plegamiento.  Los  detalles  de  todas  y  cada  una  de  estas  posibilidades,  se  pueden 
encontrar en textos de Geología Estructural especializados. 
 
Plegamiento flexural de superficies inclinadas, oblicuas entre sí 
 
Cuando se pliega una roca que contiene dos familias de foliaciones oblicuas entre sí 
(S1 y S2), el resultado es el plegamiento de ambas foliaciones. Lo mismo sucede cuando 
existe un plano de estratificación y otro de clivaje o bien una estratificación cruzada y el 
estrato que la contiene. Los modelos geométricos que resultan del plegamiento de dos 
planos que son oblicuos entre sí, se analizan mediante la proyección que conserva áreas. 
 
Durante el plegamiento flexural, si la lineación de intersección de los dos planos es 
paralela al eje del pliegue, ambas superficies se pliegan mediante pliegues cilíndricos que 
son coaxiales (Fig. 23 A). Si la lineación de intersección es perpendicular al eje del pliegue 
y  una  superficie  se  pliega  dando  un  pliegue  cilíndrico,  la  otra  superficie  mantiene  su 
ángulo diedro con respecto a la anterior y se pliega dando un pliegue cónico, con su eje 
paralelo  al  eje  del  pliegue  cilíndrico  (Fig.  23  B).  Podemos  obtener  modelos  más 
complejos, con la lineación de intersección dispuesta según un círculo menor cuyo centro 
es  el  eje  del  pliegue  cilíndrico,  y  el  ángulo  diedro  entre  los  dos  planos  varía 
continuamente alrededor del pliegue (Fig. 23 C). 
 

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Plegamiento pasivo de superficies inclinadas, oblicuas entre sí 
 
En la figura 24 A, se aprecia el aspecto general de las superficies S1 y S2 plegadas por 
S3  mediante  un  modelo  de  plegamiento  pasivo.  La  lineación  de  intersección  se  pliega, 
pero  queda  en  un  plano  definido  por  su  orientación  original  y  la  dirección  de 
deslizamiento de los hipotéticos planos de cizalla, por tanto después del plegamiento, las 
lineaciones de intersección dibujan un círculo mayor (Fig. 24 B). Ambos planos se pliegan 
como pliegues cilíndricos con un plano axial común (S3), paralelo a los planos de cizalla. 
Las dos superficies plegadas tienen diferentes ejes de pliegue (β1 y β2), determinados por 
sus líneas de intersección con los planos de cizalla. El ángulo diedro entre los dos planos, 
generalmente varía a lo largo del pliegue. 
 
Los  diagramas  de  las  figuras  24  B  y  C  muestran  la  disposición  de  S1  plegada  y  S2 
plegada, respectivamente. Superponiendo los dos diagramas, o bien dibujándolos en un 
mismo transparente, se obtienen las líneas de intersección entre S1 y S2 que definen la 
lineación plegada L. Todas estas líneas están contenidas en un círculo mayor, dibujado en 
el diagrama de la figura 24 B. 
 

 
 
Figura  23.  Plegamiento  flexural  de  dos  superficies  inclinadas,  oblicuas  entre  sí.  Lineación  de 
intersección:  a)  paralela  al  eje  del  pliegue.  b)  perpendicular  al  eje  del  pliegue.  c)  oblicua  al  eje  del 
pliegue. 

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Figura 24. a) Plegamiento pasivo de superficies inclinadas, oblicuas entre sí. b) Plegamiento de S1. c) 
Plegamiento de S2. 
 
 
INTERPRETACIÓN DE LOS SISTEMAS PLEGADOS 
 
 
Los  mecanismos  de  plegamiento  y  los  detalles  del  movimiento  en  un  sistema  de 
pliegues,  pueden  ser  muy  complejos.  Por  lo  general  varían  de  uno  a  otro  dominio 
(buckling en algunos estratos y deslizamiento en otros) y también a lo largo del tiempo 
(buckling  en  los  primeros  estadios  de  deformación  seguido  por  deslizamiento  o  flujo). 
Muchos sistemas de pliegues son el resultado de episodios superpuestos de plegamiento. 
Teniendo  en  cuenta  la  variabilidad  del  mecanismo  de  plegamiento,  podemos  tener 
alguna  idea  acerca  de  la  deformación  local  y  de  las  discontinuidades  formadas, 
estudiando las variaciones geométricas de las superficies S en su configuración presente, 
a partir de una orientación inicial en la que asumimos que estas superficies eran planares 
y en el caso de la estratificación, horizontales. 
 
Sistemas de pliegues cilíndricos planos 
 
En  la  figura  25  se  pueden  observar  las  propiedades  generales  de  los  sistemas  de 
pliegues  cilíndricos  planos  y  homogéneos  de  dos  conjuntos  ideales:  simétricos  y 
asimétricos. Ambos consisten en dos dominios de planos de cizalla alternantes, limitados 
por  planos  paralelos  S2.  En  pliegues  simétricos  (Fig.  25  A)  los  dominios  alternantes  son 
imágenes especulares una de otra, mientras que en los asimétricos (Fig. 25 B) difieren en 
sus propiedades respecto a la deformación. 
 

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Reduca (Geología). Serie Geología Estructural.  2 (1): 148‐192, 2010. 
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Figura 25. Pliegues cilíndricos planos idealizados. a) simétricos. b) asimétricos. 
 
 
En  un  sistema  de  pliegues  de  deslizamiento  flexural,  esta  simetría  o  asimetría 
refleja  la  simetría  del  movimiento  ortorrómbico  o  monoclínico.  Por  ejemplo,  la  figura 
26A, muestra un plegamiento asimétrico de un marcador pasivo S1 (por deslizamiento en 
S2 paralelo al eje a), con resultado de una simetría ortorrómbica. Por el contrario, en la 
figura 26 B, el sistema plegado es simétrico, pero el modelo obtenido (deslizamiento en 
S2 paralelo al eje a), tiene simetría monoclínica. 
 
Sistemas de pliegues cilíndricos no planos 
 
Se  pueden  formar  como  resultado  de  una  única  deformación,  o  bien  mediante 
superposición  de  plegamientos.  En  ambos  casos,  los  polos  de  los  planos  axiales  se 
disponen en una guirnalda de círculo mayor, cuya normal corresponde al eje del pliegue o 
del sistema de pliegues. 
 

 
 
Figura 26. Ver texto para su explicación. 
 

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 Plegamiento mediante una única deformación 
 
Algunos  sistemas  de  pliegues  presentan  una  simetría  axial  sugiriendo  un 
movimiento alrededor de un eje de simetría. En otras ocasiones, el estado de flujo 
en  la  tectonita  da  lugar  a  una  simetría  monoclínica.  Existe  un  plano  de  simetría 
normal al eje del pliegue, que en general es también un eje de alargamiento. 
 
En  otros  sistemas  de  pliegues  cilíndricos  no  planares,  no  existe  evidencia  de  un 
sentido  determinado  de  rotación.  Se  relacionan  con  una  deformación  en  la  que 
existe  elongación  paralela  al  eje  del  pliegue  y  acortamiento  en  todas  las 
direcciones  normales  a  él.  La  simetría  resultante  es  axial,  tendiendo  a 
monoclínica, y el plano de simetría principal es normal al eje del pliegue. 
 
Existe  un  tercer  modelo  en  el  que  los  pliegues  mesoscópicos  son  conjugados,  o 
sus planos axiales mantienen durante un amplio espacio un modelo en abanico. 
Los pliegues conjugados pueden presentar un modelo de alta simetría, de forma 
que los diagramas para la superficie S1 plegada, los planos S2 y los ejes de pliegues 
pueden  ser  idénticos  a  los  sistemas  de  pliegues  que  resultan  por  plegamiento 
superpuesto coaxial. 
 
 Plegamiento superpuesto 
 
Cuando existe un replegamiento coaxial, las direcciones de los planos axiales de 
los  pequeños  pliegues  y  las  del  clivaje  de  plano  axial,  varían  en  un  área 
relativamente  pequeña.  En  una  proyección  de  orientaciones  de  clivaje  de  plano 
axial, los polos se disponen en una guirnalda de círculo mayor, centrada en un eje 
común. 
 
Muchos pliegues cilíndricos no planares, pueden ser tratados como resultado de 
plegamiento  coaxial  repetido;  un  sistema  cilíndrico  plano  se  superpone  a  otro 
sistema  cilíndrico  no  planar,  con  ejes  de  pliegues  comunes.  Cuando  el 
plegamiento  en  ambas  fases  es  por  deslizamiento  flexural,  la  simetría  del 
movimiento es monoclínica, con un plano de simetría normal al eje del pliegue. Si 
la  segunda  deformación  es  por  deslizamiento,  la  simetría  obtenida  es 
independiente de la forma de la superficie plegada. 
 
Sistemas de pliegues no cilíndricos 
 
 Plegamiento en una única deformación 
 
Muchos  sistemas  de  pliegues  no  cilíndricos  parece  que  tienen  su  origen  en  una 
única  deformación  compleja.  Estos  sistemas  están  formados  por  pliegues 
individuales  de  forma  más  o  menos  elíptica,  con  extensión  axial  limitada.  Los 
pliegues  de  un  sistema  pueden  aparecer  en  escalón  y  estar  espacialmente 
relacionados con otras estructuras, como son pliegues de mayor amplitud o fallas 

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con movimiento según la dirección. Porciones de los pliegues individuales pueden 
ser de forma cónica o presentar formas curvas. 
 
Algunos  geólogos  interpretan  estos  sistemas  de  pliegues  complejos  como 
productos  de  plegamiento  simultáneo  y  plegamiento  cruzado.  Otros  autores 
atribuyen  el  buckling  simultáneo  y  el  cruzado  y  los  ejes  de  acortamiento 
relacionados,  a  una  orientación  crítica  del  plano  estructural  deformado  con 
respecto a los ejes principales de deformación. 
 
 Plegamiento superpuesto 
 
La  causa  más  común  de  sistemas  no  cilíndricos  de  pliegues  mesoscópicos  en 
tectonitas,  puede  ser  la  superposición  oblicua  de  una  segunda  generación  de 
pliegues sobre un sistema anterior. 
 
La  relación  genética  entre  los  dos  sistemas  de  pliegues,  muchas  veces  no  está 
clara.  Algunos  ejemplos  muestran  los  efectos  combinados  de  dos  o  más 
deformaciones  separadas  en  el  tiempo,  otros  ejemplos  muestran  solo  el  último 
episodio de deformación que ha seguido inmediatamente al anterior. 
 
Un  sistema  de  pliegues  no  cilíndricos  formado  por  plegamiento  repetido,  es 
homogéneo  a  gran  escala  y  se  pueden  encontrar  pequeños  dominios 
homogéneos  que  contienen  pliegues  de  ambas  generaciones.  En  general  la 
simetría  de  cada  dominio  es  triclínica,  y  existen  una  serie  de  propiedades  que 
caracterizan a este tipo de pliegues: 
 
 Los pliegues de primera generación son no planos y no cilíndricos, con planos 
axiales plegados cilíndricamente. 
 
 Los  pliegues  de  segunda  generación  son  planos  y  no  cilíndricos  o  bien  no 
planos y no cilíndricos. 
 
 El  modelo  del  segundo  plegamiento  depende  del  mecanismo  de 
plegamiento. Si la segunda fase ha sido por buckling o deslizamiento flexural, 
cada  segmento  cilíndrico  de  un  segundo  pliegue  corresponde  a  una 
deformación  heterogénea,  luego  para  un  dominio  de  superposición 
homogénea, la simetría del movimiento total será triclínica. 
 
 Si la segunda deformación es por deslizamiento, los ejes cinemáticos pueden 
no variar de orientación dentro de un dominio dado, luego es posible una alta 
simetría del movimiento. 

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CONCLUSIONES 
 
 
En este capítulo, únicamente se han introducido los conceptos más relevantes en 
Geología Estructural necesarios para el estudio de las rocas deformadas, como son los 
de fábrica, tectonita y sus distintos tipos. El análisis estructural mediante diagramas de 
contornos da origen a modelos muy variados que dependen de las condiciones de la 
deformación, de la orientación de los planos deformados con respecto a los esfuerzos, 
etc. Es imposible en este manual, Babín y Gómez (2010 a, b, c, d, e, f, g y h), analizar 
todos  y  cada  uno  de  los  tipos  posibles,  y  solo  se  han  explicado  los  más  comunes. 
Remitimos al alumno a las obras específicas para este tipo de estudios, donde puede 
ampliar la información que aquí se ofrece. 
 
 
PROBLEMAS 
 
 
Problema 1 
 
La  traza  de  una  foliación  S  (línea  de  corte  de  la  foliación  con  otro  plano  de 
orientación conocida), se observa en un afloramiento en tres planos no paralelos. Se 
miden las orientaciones de los planos y el ángulo de cabeceo de dicha traza medida en 
cada uno de los tres plano, con el siguiente resultado: 
 
Orientación del plano  Cabeceo de la línea 
114º‐ 80ºSO  40º NO 
N44ºE ‐ 60ºNO  24ºS 
169º ‐ 70ºNE  28ºNO 
 
Hallar la orientación de la foliación. 
 
La traza de la foliación (o de cualquier estructura planar) vista en una superficie, 
es  la  línea  de  corte  de  la  foliación  con  esa  superficie,  por  tanto  es  un  buzamiento 
aparente  de  la  foliación  visto  en  esa  superficie.  Si  es  posible  medir  dos  o  más 
buzamientos  aparentes,  la  orientación  de  esta  foliación  se  puede  conocer,  ya  que  el 
plano  buscado  está  definido  por  el  círculo  mayor  que  contiene  los  puntos  que 
corresponden a estos buzamientos aparentes. 
 
Generalmente,  las  lineaciones  se  pueden  medir  directamente  en  el  campo.  Sin 
embargo,  en  ocasiones  la  exposición  es  pobre,  y  se  puede  llegar  a  conocer  su 
orientación  midiendo  la  orientación  aparente  en  dos  o  más  planos  con  distinta 
orientación, y proyectando estos datos en una proyección que conserve el área.  
 
 Proyectar cada uno de los planos mediante su círculo máximo (Fig. 27). 
 

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 Colocar en cada uno de los planos el cabeceo correspondiente a esa lineación, o 
el buzamiento aparente (F1, F2 y F3 en el estereograma). 
 
 Dibujar el círculo mayor que contiene a los tres puntos que representan a las 
trazas (buzamientos aparentes). 
 
 Este círculo mayor corresponde al plano de foliación y su orientación es: N32ºE‐
40ºNO. 
 

 
 
Figura 27. Resolución del problema 1. Ver texto para su explicación. 
 
 
Problema 2 
 
En  tres  caras  no  paralelas  de  un  afloramiento,  se  han  medido  trazas  de  una 
lineación.  La  orientación  de  los  tres  planos  y  el  cabeceo  de  la  lineación  aparente  en 
cada uno de ellos, es la siguiente: 
 
Orientación del plano  Cabeceo de la línea 
124º‐ 52ºNE  12º NO 
N82ºE ‐ 30ºS  84ºO 
N10ºE ‐ 70ºO  22ºS 
 
Hallar la orientación de la lineación. 
 
Este problema se puede resolver por dos caminos distintos muy similares entre 
sí.  El  primero  que  vamos  a  explicar  es  el  que  se  denomina  método  de  Lowe,  y  a 
continuación, el método de Cruden. 
 

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 Método de Lowe (Fig. 28) 
 
 Proyectar cada plano mediante su círculo máximo, la traza de la lineación 
en el plano y el polo del plano. 
 
 Para cada plano, dibujar el círculo mayor que contiene el polo y la traza de 
la lineación. 
 
 Estos tres nuevos círculos mayores, idealmente se cortan en un punto (R), 
que define la orientación de la lineación, en este caso 179º/26º. 
 
Este  método  presenta  una  desventaja  importante.  Cuando  los  ángulos  entre 
planos  son  menores  de  40º,  la  localización  del  punto  de  intersección  está 
influenciada  por  pequeñas  variaciones  en  los  ángulos  medidos.  Por  ello,  el 
mismo  problema  se  puede  resolver  por  un  método  alternativo,  el  método  de 
Cruden, que se expone a continuación. 
 

 
 
Figura 28. Resolución del problema 2. Método de Lowe. 
 
 
 Método de Cruden (Fig. 29) 
 
 Los dos primeros pasos, igual que en el caso anterior. 
 
 Hallamos  los  polos  de  estos  círculos  mayores  que  contienen  al  polo  del 
plano y a la traza de la lineación (1, 2 y 3). 
 

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 Estos  nuevos  polos  están  en  un  círculo  mayor,  que  representa  el  plano 
perpendicular  a  la  lineación,  o  bien,  la  lineación  es  el  polo  de  este  plano 
(punto y raya en el estereograma). 
 
 El  polo  buscado  está  representado  en  el  diagrama  por  el  punto  (R),  y  su 
orientación es la misma que la obtenida por el método anterior. 
 

 
 
Figura 29. Resolución del problema 2. Método de Cruden. 
 
 
Problema 3 
 
Los siguientes datos corresponden a medidas de estratificación, tomadas en una 
serie aparentemente plegada. Determinar la  orientación del eje del pliegue. 
 
135º‐80ºNE  155º‐60ºNE  018º‐42ºE  027º‐41ºE  177º‐55ºE 
N68ºO‐70ºS  105º‐60ºS  068º‐70ºS  050º‐44ºS  097º‐60ºS 
060º‐70ºS  098º‐44ºS  065º‐44ºS  040º‐vertical  082º‐50ºS   
007º‐60ºO  155º‐48ºO  000º‐50ºO  130º‐40ºSO  020º‐70ºO. 
 
 Representar  en  la  proyección  los  polos  correspondientes  a  las  medidas  de 
estratificación (Fig. 30). 
 
 Una vez representados, se observa en el diagrama que se ajustan a dos círculos 
mayores, cada uno de ellos representativo de una fase de plegamiento (a trazos 
en el estereograma). 
 

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 El  hecho  de  que  las  medidas  se  ajusten  a  un  círculo  mayor,  indica  que  el 
plegamiento es de tipo cilíndrico, por tanto existe un eje de pliegue para cada 
una de las fases. 
 
 Los ejes de pliegue se corresponden con los polos de cada uno de los círculos 
mayores, representados en el diagrama por β1 y β2. 
 
 Las orientaciones respectivas son 220º/40º y 130º/40º. 
 
Los  datos  del  problema  no  permiten  conocer  la  orientación  del  plano  axial  de  
estos  pliegues,  ya  que  en  ambos  casos  los  polos  están  muy  dispersos  a  lo  largo  del 
círculo mayor. En el caso de una mayor cantidad de datos y una menor dispersión, se 
podría  conocer  la  orientación  de  cada  plano  axial,  que  correspondería  al  plano  que 
contiene  la  línea  de  charnela  (eje  de  pliegue)  y  el  punto  medio  entre  las 
concentraciones máximas de polos. 
 

 
 
Figura 30. Resolución del problema 3. Ver texto para su explicación. 
 
 
 
Problema 4 
 
En  un  pliegue  de  tipo  similar  (Fig.  31  A),  se  han  podido  medir  superficies  de 
estratificación  correspondientes  a  orientaciones  de  los  flancos  y  de  la  zona  de 
charnela.  Hallar  la  orientación  de  la  línea  de  charnela  y  del  plano  axial,  tan 
aproximadamente como sea posible. 
 

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Figura 31. Problema 4. a) Disposición de las medidas en el afloramiento. b) Resolución del problema 
mediante ambas proyecciones, ciclográfica y polar. 
 
 Proyectar las medidas de estratificación mediante sus polos. En la figura 31 B se 
han proyectado tanto en ciclográfica como en polar. 
 
 Los polos de estratificación están contenidos en un círculo mayor, cuyo polo es 
la línea de charnela (β). 
 
 Los planos de estratificación, en proyección ciclográfica, se cortan en un punto, 
que corresponde a la posición de la línea de charnela. 
 
 En ambos casos, su orientación es 090º/30º. 
 

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 Para aproximar la orientación del plano axial del pliegue, podemos medir en el 
dibujo la dirección de la traza axial, que es N35ºO. El plano con esta dirección 
que contenga a la línea de charnela, será el plano axial del pliegue. 
 
 Dibujamos este plano y su orientación es N35ºO‐36ºNE. 
 
Como  ya  sabemos,  no  se  puede  deducir  de  la  proyección  si  el  pliegue  es 
antiforma  o  sinforma.  En  el  caso  de  que  corresponda  a  una  antiforma  o  bien  a  un 
anticlinal,  el  flanco  occidental  correspondería  a  un  flanco  invertido,  ya  que  todos  los 
planos de estratificación buzan al este. 
 
 
Problema 5 
 
Con los datos que figuran en el mapa adjunto (Fig. 32 A), construir un diagrama 
de polos y calcular tan aproximadamente como sea posible: 
 
Orientación de la línea de charnela del pliegue. 
Orientación del plano axial. 
Estilo de los pliegues. 
Ángulo interlimbo. 
 
El  diagrama  de  puntos,  se  puede  observar  en  la  figura  32  B,  donde  se  han 
proyectados los polos de las 50 medidas de estratificación. El modelo que se observa 
pertenece  a  una  corona  de  círculo  máximo,  por  lo  que  se  puede  pensar  que  los 
pliegues son de tipo cilíndrico, con un eje de pliegue bien definido. 
 
En  la  figura  32  C  se  observa  el  diagrama  de  contornos  correspondiente.  Los 
contornos corresponden al 2, 4, 8 y 12%. Dentro de la corona aparecen dos máximos 
principales,  con  una  concentración  de  hasta  el  16%.  Cada  uno  de  estos  máximos 
corresponde  al  mayor  número  de  medidas  de  orientación  para  ese  flanco,  luego 
cualquiera  de  los  polos  de  este  máximo  representa  la  orientación  mayoritaria  de  la 
estratificación para ese flanco. 
 
El polo del círculo mayor que representa la corona, corresponderá a la posición 
de la línea de charnela del pliegue (β). Su orientación aproximada es 332º/14º. 
 
Los flancos del pliegue pasarán por el punto que define la línea de charnela y su 
orientación está representada por cualquiera de los polos contenidos en los máximos. 
Tomamos  para  cada  máximo  un  punto  que  esté  situado  sobre  el  círculo  mayor  que 
representa la corona, y consideramos que es el polo del flanco. A partir de este polo 
dibujamos los dos flancos en proyección ciclográfica y leemos su orientación, medimos 
el  ángulo  interflancos,  calculamos  su  punto  medio  y  dibujamos  el  plano  axial  del 
pliegue, que será aquel que contiene a este punto medio y a la línea de charnela. La 
orientación  aproximada  de  este  plano  axial  es  152º‐80ºE  y  el  valor  del  ángulo 
interflancos es de 84º. 

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Figura 32. Resolución del problema 5. a) Mapa de medidas de S0. b) Diagrama de puntos. c) Diagrama 
de  contornos  con  la  posición  media  de  los  flancos  del  pliegue,  línea  de  charnela  y  plano  axial. 
Contornos de 2, 4, 8 y 12%. Máximos de 16%. 

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Hay que tener en cuenta que la elección de los puntos en los máximos que van a 
representar  los  flancos  del  pliegue,  puede  ser  algo  subjetiva,  y  en  función  de  ella,  la 
orientación de los flancos, valor del ángulo interflancos y orientación del plano axial, 
pueden variar ligeramente. 
 
 
BIBLIOGRAFÍA 
 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  a.  Problemas  de  Geología  Estructural.  1. 
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Orientación  y  proyección  de  planos  en  el  espacio.  Reduca  (Geología).  Serie 
Geología Estructural, 2 (1): 11‐23. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  c.  Problemas  de  Geología  Estructural.  3. 
Orientación  y  proyección  de  líneas  en  el  espacio.  Reduca  (Geología).  Serie 
Geología Estructural, 2 (1): 2 (1): 24‐40. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  d.  Problemas  de  Geología  Estructural.  4. 
Proyección  polar  de  un  plano.  Proyección  π  Reduca  (Geología).  Serie  Geología 
Estructural, 2 (1): 2 (1): 41‐56. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  e.  Problemas  de  Geología  Estructural.  5. 
Rotaciones Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 57‐73. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  f.  Problemas  de  Geología  Estructural.  6. 
Cálculo  de  la  orientación  de  la  estratificación  a  partir  de  testigos  de  sondeos. 
Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 74‐94. 
 
Babín  Vich,  R.  B.  y  Gómez  Ortiz,  D.  2010  g.  Problemas  de  Geología  Estructural.  7. 
Pliegues. Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 95‐123. 
 
Babín Vich, R. B. y Gómez Ortiz, D. 2010 h. Problemas de Geología Estructural. 8. Fallas 
Reduca (Geología). Serie Geología Estructural, 2 (1): 124‐147. 
 
 
BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA 
 
 
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189 
 
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Reduca (Geología). Serie Geología Estructural.  2 (1): 148‐192, 2010. 
                                             ISSN: 1989‐6557 

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Phillips, F. C. 1971. The use of stereographic projection in Structural Geology. Edward 
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Ragan, D. M. 1987. Geología Estructural. Ed. Omega. Barcelona. 210 pp. 
 
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190 
 
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                                             ISSN: 1989‐6557 

ANEXO I 
FALSILLADE CONTAJE DE SCHMIDT 
 
 
 
 
 
 
 

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ANEXO II 
CONTADOR 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
Recibido: 18 noviembre 2009. 
Aceptado: 22 diciembre 2009. 

192 
 
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En la toma de datos con brújula hay que tener en cuenta que el norte magnético se encuentra
situado actualmente en la península a aproximadamente 7º al Noroeste del Norte geográfico.

La orientación de unas discontinuidades con respecto a otras determina la forma de los


bloques de roca existentes en el macizo rocoso y de su orientación con relación a los taludes
depende el tipo de bloque que puede desprenderse en éstos.

6.5.2. Espaciado

Se denomina espaciado de un sistema o familia de discontinuidades, o sea, un conjunto de


discontinuidades subparalelas, a la distancia media entre ellas.

El espaciado de las discontinuidades es el factor que más influye en el tamaño de los bloques
que componen el macizo rocoso. Este aspecto cobra la máxima importancia cuando existen
otros factores que contribuyen a aumentar la deformabilidad del macizo rocoso, como, por
ejemplo, una pequeña resistencia al corte de las discontinuidades; tiene también gran
influencia en la permeabilidad del macizo rocoso y, por tanto, en la circulación del agua en el
mismo. El espaciado se mide colocando una cinta métrica perpendicular a las discontinuidades
en el afloramiento.

Figura 6.15. Medida del espaciado de discontinuidades. Foto y montaje: autores.

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Si la medida no se puede hacer en dicha dirección habrá que hacer la siguiente corrección para
obtener el espaciado verdadero (ver Figura 6.15):
S = d m sen α (6.2)
donde,
S = espaciado verdadero
dm = distancia medida con la cinta en el talud
α = ángulo que forma el rumbo de las discontinuidades con la dirección de la cara del
talud

De cada familia de discontinuidades se anota el espaciado máximo, el mínimo y el modal,


aunque también se puede presentar un histograma con los espaciados de todas las
discontinuidades medidas. Para describir el espaciado se puede utilizar la terminología de la
Tabla 6.7 recomendada por la Sociedad Internacional de Mecánica de Rocas (SIMR) (Brown,
1981).

Tabla 6.7. Terminología de espaciados recomendada por la Sociedad Internacional de Mecánica de Rocas
(SIMR) (Brown, 1981).

Descripción Espaciado en mm
Extremadamente cerrado < 20
Muy cerrado 20-60
Cerrado 60-200
Moderado 200-600
Abierto 600-2000
Muy abierto 2000-6000
Extremadamente abierto >6000

En los macizos rocosos sedimentarios el plano de discontinuidad de mayor importancia


geotécnica puede ser la estratificación. Para describir su espaciado, o sea, el espesor de los
estratos, se pueden utilizar los términos que se presentan en la Tabla 6.8.

Tabla 6.8. Terminología del espaciado de la estratificación.

Término Espesor en mm
Extremadamente fino <6
Muy fino 6-20
Fino 20-60
Medio 60-200
Grande 200-600
Muy grande 600-2000
Extremadamente grande >2000

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6.5.3. Dimensiones (persistencia)

Este concepto hace referencia a la extensión o tamaño de las discontinuidades. Las


dimensiones de una discontinuidad se pueden cuantificar observando su longitud en los
afloramientos en la dirección del rumbo y en la del buzamiento (ver Figura 6.16). Es interesante
realizar además un pequeño esquema que refleje gráficamente el tamaño relativo de las
familias de discontinuidades.

Figura 6.16 Tamaño relativo de las familias de discontinuidades. Foto: autores.

Las discontinuidades se pueden clasificar por el tamaño mediante la terminología de la Tabla


6.9. recomendada por la SIMR (Brown, 1981).

Tabla 6.9. Terminología de continuidad o persistencia recomendada por la Sociedad Internacional de Mecánica
de Rocas (SIMR) (Brown, 1981).

Término Continuidad en m
Muy pequeña <1
Pequeña 1-3
Media 3-10
Grande 10-20
Muy grande >20

Se deben diferenciar las discontinuidades que se extienden fuera del afloramiento de las que
acaban dentro del mismo y de las que terminan contra otras discontinuidades, ya que una
familia de juntas que se extiende fuera del afloramiento debe ser más persistente que otra en la
que predominan las terminaciones contra otras juntas. Cuando los afloramientos donde se
realizan las observaciones son de poca extensión puede ser imposible estimar correctamente
las dimensiones de las discontinuidades.

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6.5.4. Rugosidad

La rugosidad de los labios de una discontinuidad tiene una gran influencia sobre su resistencia
al corte. Esta influencia es tanto menor cuanto mayor sea su apertura y el espesor de relleno.
La rugosidad de una discontinuidad se puede caracterizar mediante dos factores: ondulación y
aspereza. Las ondulaciones son rugosidades a gran escala que provocan una fuerte expansión
o dilatancia de la discontinuidad al experimentar ésta un desplazamiento cortante, si ambos
lados están en contacto. Las asperezas son rugosidades a pequeña escala que pueden
desaparecer en parte durante el desplazamiento cortante de la discontinuidad, si éste produce
la rotura de los pequeños picos de roca que constituyen la rugosidad. Si la resistencia de la
roca de los labios de la discontinuidad es elevada o la tensión normal aplicada es pequeña,
esta rotura no tiene lugar. El valor de la resistencia al corte debida a las asperezas se puede
obtener en el laboratorio ensayando una muestra de la discontinuidad o, a mayor escala,
mediante un ensayo de corte directo “in situ”. La ondulación se puede definir mediante el
ángulo i (ver Figura 6.17).

Figura 6.17. Ondulación de una discontinuidad.

La SIMR (Brown, 1981) propone una clasificación con dos escalas para determinar la
rugosidad de las discontinuidades. Estas escalas son:

• Escala intermedia, para observaciones de varios metros de longitud, comprende tres grados
de rugosidad: escalonada, ondulada y plana.

Escala pequeña, para observaciones de varios centímetros; comprende los siguientes


grados: rugosa, lisa o suave y pulida o espejo de falla.

Por consiguiente, una discontinuidad que se puede observar en suficiente longitud, se puede
clasificar en nueve grados de rugosidad (ver Figura 6.18).

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Figura 6.18. Escala intermedia, para observaciones de hasta un metro de longitud (Barton, 1987).

Si existen ondulaciones de gran tamaño, de varias decenas de metros, se pueden describir, por
ejemplo, de la siguiente forma: lisa ondulada, con ondulaciones de 10 m de longitud.

Existe otra clasificación para discontinuidades que se pueden observar en menos de un metro
de longitud. Consta de 10 perfiles, de 10 cm de longitud cada uno, y se obtiene con ella el
coeficiente de rugosidad denominado JRC (ver Figura 6.19). Este coeficiente de rugosidad fue
propuesto por Barton y Choubey (1977), que lo utilizaron en su fórmula para determinar la
resistencia al corte de las discontinuidades.

La rugosidad de una discontinuidad disminuye a medida que aumenta la longitud observada,


por ello en la Figura 6.80 el JRC correspondiente a una misma descripción es menor para una
discontinuidad de 1 m que para 0,2 m. El símbolo Jr que aparece en esta figura corresponde al
utilizado por Barton, Lien y Lunde (1974) en su clasificación geomecánica, para valorar la
rugosidad de las discontinuidades.

Finalmente también se puede estimar el JRC mediante el denominado peine de Barton y un


ábaco especialmente diseñado para este cálculo, tal y como se presenta en la Figura 6.20.
Para ello se estimará la amplitud máxima de la aspereza en milímetros, que se llevará al ábaco
junto con la longitud del perfil de medida en metros para obtener el JRC.

191

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Figura 6.19. Escala de rugosidad definida por perfiles de 10 cm de longitud.

Figura 6.20. Estimación de la rugosidad mediante el peine de Barton. Fotografía y montaje: autores.

192

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6.5.5. Resistencia de los labios

La resistencia de los labios de las discontinuidades se puede expresar de las siguientes


formas:

• En función del grado de meteorización que se describe en las Tablas 6.1 y 6.2 del apartado
6.2. Estas tablas no permiten cuantificar la resistencia de la roca de los labios por lo que son
de poca utilidad.

• A partir del ensayo del martillo de Schmidt. La superficie de la roca, que debe estar limpia
de materiales sueltos, por lo menos debajo del martillo, se debe ensayar bajo condiciones
de saturación. Este procedimiento no se puede utilizar si la roca que contiene la
discontinuidad está suelta ya que se desplazaría al ser golpeada con el martillo, por lo que
no es aplicable en macizos rocosos muy fracturados. En este caso, se debe extraer el
bloque de roca que contiene la discontinuidad y sujetarlo firmemente antes de golpear en él
con el martillo. Se debe efectuar un número suficiente de ensayos en cada superficie de
discontinuidad. De cada grupo de diez lecturas se desechan las cinco más bajas y se anota
el valor medio de las cinco mayores. De esta forma se obtiene el valor del JCS (“joint
compressive strength”) que interviene en la fórmula propuesta por Barton y Choubey (1977)
para estimar la resistencia al corte de las discontinuidades rocosas sin relleno.

6.5.6. Apertura

Tal y como se muestra y define en la Figura 6.21, las discontinuidades pueden ser cerradas
abiertas y rellenas.

Figura 6.21. Definición de discontinuidad cerrada, abierta y rellena. Fotografía y montaje: autores.

193

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Se define apertura como la distancia perpendicular que separa las paredes adyacentes de roca
de una discontinuidad, cuando este espacio intermedio tiene agua o aire. En esto se distingue
la apertura del espesor de relleno (ver Figura 6.22).

espesor de relleno
apertura

Figura 6.22. Apertura de una discontinuidad.

Las grandes aperturas pueden ser resultado de desplazamientos cortantes de


discontinuidades, cuando éstas tienen una rugosidad apreciable, o bien pueden ser debidas a
tracciones, lavado o disolución. Las aperturas se miden con una regla graduada en milímetros.
A gran profundidad las aperturas suelen ser inferiores a medio milímetro, en la mayoría de los
macizos rocosos, y la forma de medirlas es mediante láminas calibradas.

Se deben anotar las aperturas de todas las discontinuidades intersectadas por la línea de toma
de datos, cuando se utiliza esta técnica de observación. Las variaciones de apertura que
suelen tener las grandes discontinuidades se suelen medir a lo largo de la traza de las mismas.

La resistencia al corte de las discontinuidades con unas aperturas muy pequeñas apenas
depende de la separación entre los labios y disminuye notablemente cuando hay agua en ellas,
ya que la presión de ésta puede reducir las tensiones efectivas normales en la discontinuidad.
Para describir la apertura de las discontinuidades se puede emplear la terminología
recomendada por la SIMR (Brown, 1981), y que se presenta en la Tabla 6.10.

Tabla 6.10. Terminología de apertura recomendada por la SIMR (Brown, 1981).

APERTURA DESCRIPCIÓN ASPECTO


<0,1 mm Muy cerrada Aspecto cerrado
0,1-0,25 mm Cerrada
0,25-0,5 mm Parcialmente abierta
0,5-2,5 mm Abierta Aspecto de hendidura
2,5-10 mm Moderadamente ancha
>10 mm Ancha
1-10 cm Muy ancha Aspecto abierto
10-100 cm Extremadamente ancha
>1 m Cavernosa

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6.5.7. Relleno

Se denomina relleno de una discontinuidad al material que ocupa el espacio entre sus labios,
por ejemplo: calcita, fluorita, limo, etc. Normalmente el espesor de relleno es igual a la distancia
perpendicular entre los labios. Es conveniente medir los espesores máximo y mínimo y estimar,
a partir de ellos, el espesor medio (Véase Figura 6.23). Si la diferencia entre los espesores
máximo y mínimo es grande, puede ser debido a que la discontinuidad ha experimentado
desplazamientos cortantes.

Figura 6.23. Medición y análisis de rellenos. Fotografía y esquema: autores y David Córdova.

El comportamiento mecánico de las discontinuidades depende en gran medida de las


características del relleno, las más importantes de las cuales son:

• Espesor.
• Mineralogía.
• Granulometría.
• Relación de sobreconsolidación.
• Humedad y permeabilidad.
• Desplazamientos cortantes previos.

Al realizar la cartografía geotécnica hay que observar en las discontinuidades los anteriores
factores. Se deben hacer esquemas y fotografías de los rellenos. En la Figura 6.24 se
muestran ejemplos de esquemas de discontinuidades rellenas.

195

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Figura 6.24 Ejemplos de esquemas de discontinuidades rellenas.

Para estimar la resistencia al corte de una discontinuidad es importante estudiar, caso de


existir, las características de la fracción arcillosa del relleno, sobre todo si se trata de arcillas
expansivas. Además, es conveniente determinar si ha existido desplazamiento cortante previo
de la discontinuidad, puesto que la resistencia residual al corte de la arcilla es menor que la
resistencia de pico.

6.6. Agua en las discontinuidades

Generalmente, la circulación de agua en los macizos rocosos se realiza a lo largo de las


discontinuidades (permeabilidad secundaria), excepto en las rocas sedimentarias con un alto
índice de poros, en las cuales el agua circula por la propia roca (permeabilidad primaria). Esta
permeabilidad necesita que los estratos permeables conecten unos con otros, frecuentemente
a través de discontinuidades. La permeabilidad secundaria es más propia de los macizos de
rocas ígneas y metamórficas. Por lo que se acaba de exponer, la permeabilidad en los macizos
rocosos suele ser muy anisotrópica.

Figura 6.25. Discontinuidad sub-horizontal en granito con claras muestras de goteo. Foto: autores.

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Conviene describir la circulación de aguas en juntas y familias y adjuntar fecha de toma de
datos y datos meteorológicos. Se suelen además clasificar las siguientes posibilidades de
descripción de la junta: impermeable (serían discontinuidades cerradas), secas (abiertas o
rellenas sin agua), húmeda (abiertas o rellenas con muestras de humedad), goteo (véase por
ejemplo la discontinuidad de la Figura 6.25) y fluencia, cuando el agua fluye como su de un
manantial se tratara.

En las Tablas 6.11 y 6.12 se presentan unas escalas descriptivas, propuestas por la SIMR
(Brown, 1981), que permiten evaluar el grado de filtración en una discontinuidad:

Tabla 6.11. Grado de filtración de una discontinuidad sin relleno.

Discontinuidades sin relleno


Grado de
Descripción
filtración
La discontinuidad está muy cerrada y seca. El flujo de agua por la misma no
I
parece posible.
II La discontinuidad está seca y no hay evidencia de flujo de agua.
La discontinuidad está seca, pero muestra evidencias de flujo de agua, por
III
ejemplo, manchas de roña, etc.
IV La discontinuidad está húmeda, pero no se observa circulación de agua.
La discontinuidad muestra filtraciones de agua, gotas de agua ocasionales, pero
V
no flujo continuo.
La discontinuidad muestra un flujo continuo de agua. (Hay que estimar el caudal
VI
en litros/minuto y describir la presión, por ejemplo: baja, media o alta).

Tabla 6.12. Grado de filtración de una discontinuidad con relleno.

Discontinuidades con relleno


Grado de
Descripción
filtración
Los materiales de relleno están fuertemente consolidados y secos, parece muy
I
improbable la aparición de un flujo debido a que la permeabilidad es muy baja.
II Los materiales de relleno están húmedos, pero no circula agua.
III Los materiales de relleno están húmedos, con gotas ocasionales de agua.
Los materiales de relleno muestran signos de lavado, con flujo continuo de agua.
IV
(Se debe estimar el caudal en litros/minuto).
Los materiales de relleno están lavados localmente, y hay un considerable flujo
V de agua a lo largo de los canales de erosión. (Se debe estimar el caudal en
litros/minuto y la presión: baja, media o alta).
Los materiales de relleno están completamente erosionados por el agua, que
VI circula a presiones muy elevadas, especialmente en los afloramientos. (Se debe
estimar el caudal en litros/minuto y describir la presión).
6.7. Familias de discontinuidades

197

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Una familia de discontinuidades está constituida por aquellas que tienen orientaciones similares
y el mismo origen. Por ello las familias se pueden determinar, representando los polos de las
discontinuidades observadas en el macizo rocosos en una red polar equiareal (por ejemplo
mediante la plantilla de Schmidt, que se muestra arriba a la izquierda en la Figura 6.26 o
utilizando programas ad-hoc como el programa DIPS de la compañía Rocscience), para
obtener un diagrama de polos (arriba a la derecha en la Figura 6.26.), que se contornearán
utilizando una plantilla de conteo equiareal (como por ejemplo la plantilla de Kalsbeek, abajo a
la izquierda en la figura, o mediante el programa DIPS) para obtener la distribución de polos
(en la Figura 6.26 abajo a la derecha) que representará todas las discontinuidades medidas en
el macizo rocosos y donde se tratará de identificar y estimar las orientaciones medias de las
familias tal y como se comenta a continuación.

Figura 6.26. Plantilla de Schmidt para representación de polos (arriba izquierda), representación de los polos
de juntas medias en un macizo rocoso determinado (arriba derecha), plantilla de conteo de Kalsbeek (abajo
izquierda ) y distribución de los polos medidos en un macizo rocoso mediante el programa DIPS (Rocscience,
2002) abajo a la derecha.

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Figura 6.27. Procedimiento de estimación de familias de discontinuidades para el caso de un macizo rocoso.
Explicación en el texto.

Con esta representación de distribución de polos habrá que realizar manualmente la selección
de las zonas de orientación correspondientes a cada familia (para lo cual se podrá utilizará el
programa DIPS de Rocscience, 2002), y se obtendrán unos valores de dirección de buzamiento
y buzamiento correspondientes a las orientaciones medias de cada familia (Figura 6.27).

Con los datos medios de orientación se reubicará cada discontinuidad sobre el censo original
en su familia para obtener las propiedades promedio de cada una de las familias identificadas,
y así se obtendrá una tabla con las orientaciones y valores promedio de los caracteres
geomecánicos más importantes de las discontinuidades observadas en campo y clasificadas
en familias o sistemas. (Figura 6.27).

Cuando las familias de discontinuidades no se identifican fácilmente en el campo ni en la red


polar, se pueden delimitar mediante métodos estadísticos aplicados a la distribución de los
polos.

El número de familias de discontinuidades existentes en un macizo rocoso define su


comportamiento; determina el grado en que puede deformarse sin que se produzcan roturas en
los materiales rocosos y prefigura la forma de rotura del macizo al realizar en él una voladura,
por ejemplo. En la Figura 6.28 se muestran ejemplos esquemáticos y reales de macizos con
una y tres familias de discontinuidades respectivamente.

199

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Figura 6.28. Esquema y fotografías de un macizo con a) una sola familia de discontinuidades y b) con tres
familias de discontinuidades. Fotos: autores.

La numeración de las familias para su identificación se debe hacer empezando por las más
sistemáticas y persistentes o por las que mayores problemas de estabilidad que pueden
producir.

6.8. Tamaño de los bloques

El tamaño de los bloques es un indicador muy importante de la calidad de un macizo rocoso.


Viene determinado por el número de familias, el espaciado de las discontinuidades y su
tamaño.

El tamaño de los bloques juntamente con la resistencia al corte de las discontinuidades y de la


roca determina el comportamiento mecánico del macizo rocoso. Los macizos rocosos
compuestos por grandes bloques tienden a ser poco deformables, mientras que si el tamaño de
éstos es suficientemente pequeño pueden llegar a fluir, en casos excepcionales.

El tamaño de los bloques se puede expresar mediante el índice de tamaño (Ib) o mediante el
índice volumétrico de discontinuidades (Jv).

En macizos rocosos sedimentarios los bloques que se forman suelen ser cúbicos o prismáticos
y estar formados por los planos de estratificación más dos familias de juntas perpendiculares a
la estratificación y perpendiculares también entre sí. En tales casos Ib se puede definir como:

200

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S1 + S 2 + S3
Ib = (6.3)
3
donde,
S1, S2 y S3 son los espaciados medios de las correspondientes familias de
discontinuidades.

En estos casos puede estimarse seleccionando, a simple vista, una serie de bloques de
tamaño medio (Figura 6.29).

Figura 6.29. Representación espacial de los sistemas de discontinuidades para la estimación del índice de
tamaño. Fotografía y montaje: David Córdova.

En los macizos rocosos no sedimentarios, en los que los bloques no suelen no ser tan
regulares, el índice de tamaño se puede determinar seleccionando previamente, a simple vista,
los bloques de tamaño medio. Cada dominio estructural se suele caracterizar por una Ib.

El índice volumétrico de discontinuidades, Jv, se define como la suma del número de


discontinuidades por metro de cada una de las familias existentes. El cálculo de Jv se debe
realizar a partir de los espaciados medios de las familias (Figura 6.30).

Existe una correlación entre Jv y el RQD (Palmstron, 2005):


RQD = 110 − 2,5 J v (6.4)

el RQD tiene su valor máximo, es decir, 100 para Jv<4. Esta relación, se puede utilizar, aunque
no es muy precisa, para estimar el RQD cuando no se dispone de testigos de sondeos.

Los siguientes términos descriptivos propuestos por la SIMR (Brown, 1981) permiten clasificar
los bloques por tamaños según la Tabla 6.13. También se pueden clasificar los bloques según

201

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su tamaño a partir de la longitud media de las aristas que los delimitan. En la Tabla 6.14. se
presenta una escala de longitudes que se puede utilizar con dicho objetivo.

Figura 6.30. Estimación del índice Jv a partir de las discontinuidades de las distintas familias observadas sobre
una muestra de macizo rocoso de un metro cúbico o a partir de los espaciados medios de las familias de las
discontinuidades observadas, para lo cual conviene ir estimando una serie grande de espaciados en la
dirección normal a cada una de las familias de juntas observadas in-situ.

Tabla 6.13. Clasificación por tamaños de los bloques de un macizo rocosos.

Descripción 3
Jv (juntas/m )
Bloques muy grandes <1,0
Bloques grandes 1-3
Bloques medios 3-10
Bloques pequeños 10-30
Bloques muy pequeños >30

Tabla 6.14. Clasificación del tamaño de los bloques de un macizo rocoso según la longitud media de su arista.

Término Longitud media de las aristas, mm


Muy grande >2000
Grande 600-2000
Medio 200-600
Pequeño 60-200
Muy pequeño <60

202

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Los bloques presentes en los macizos rocosos se pueden describir (Matula, 1981) utilizando la
siguiente terminología:

• Bloques poliédricos. Se forman en presencia de discontinuidades irregulares. El tamaño y la


forma de los bloques varían ampliamente (Figura 6.31a).
• Bloques tabulares. Se forman cuando existe un conjunto dominante de discontinuidades
paralelas, por ejemplo, planos de estratificación, y juntas discontinuas. El espesor de los
bloques es mucho menor que su longitud y su anchura (Figura 6.31b).
• Bloques prismáticos. Aparecen cuando existen dos conjuntos dominantes de
discontinuidades, aproximadamente ortogonales, y un tercer conjunto irregular. El espesor
del bloque es menor que su longitud y anchura (Figura 6.31c).
• Bloques cúbicos. Este tipo de bloque se da cuando se presentan tres conjuntos dominantes
de discontinuidades, aproximadamente ortogonales, con juntas irregulares ocasionales
(Figura 6.31d).
• Bloques romboédricos. Estos bloques aparecen cuando existen tres o más conjuntos de
discontinuidades oblicuas dominantes que dan lugar a bloques equidimensionales (Figura
6.31e).
• Bloques columnares. Se observan cuando hay varias juntas, continuas, paralelas, cruzadas
por otras de forma irregular. Su longitud es mayor que el resto de las dimensiones (Figura
6.31f).

a b

c d

e f

Figura 6.31 Esquemas de tipos de bloques. Matula (1981)

203

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6.9. Toma de datos en campo

El principal objetivo de la realización de un estudio geotécnico en el ámbito de la mecánica de


rocas consiste en conocer la estructura y atributos de los macizos rocosos relacionados con un
trabajo de ingeniería. El ingeniero debe conocer la limitaciones intrínsecas de un estudio
geotécnico. Las incertidumbres del terreno deben ser resueltas con la adecuada flexibilidad y
sensibilidad para realizar diseños constructivos que eviten consecuencias costosas debido a
“sorpresas geológicas”. Al final las predicciones son comprobadas por la realidad del terreno.
(Galera, 1994).En el ámbito de la ingeniería civil, los medios económicos con los que se cuenta
para la realización de un estudio geotécnico son en torno al 1% del coste total de ejecución de
la obra(entre el 0,5 y el 2 %). De dicha cantidad la mitad se suele ir en la realización de
sondeos absolutamente necesarios para conocer el terreno en profundidad. Su elevado coste
obliga a racionalizar su realización en tiempo y coste obteniendo de ellos la máxima
información posible. (Galera, 1994).

Para abordar el modelo geológico y el modelo geotécnico del macizo rocoso involucrado se
deben abordar los siguientes aspectos: geología: estratigrafía, estructural y geomorfología;
litología: tipos, contactos y distribución; espesor y características del recubrimiento; estructura
del macizo rocoso, parámetros resistentes y de deformación del macizo y posición y movilidad
del agua. Los medios para abordarlos son: la investigación bibliográfica; la cartografía
geológico-geotécnica y fotografía aérea existentes, los estudios hidrogeológicos, las
clasificaciones geomecánicas, los levantamiento o censos de discontinuidades, las técnicas
geofísicas, los sondeos y los ensayos in-situ y de laboratorio. Todas las actividades indicadas
están relacionadas pudiéndose establecer las siguientes fases de investigación (Galera, 1994):
1) Trabajos de campo básicos o preliminares que condicionan la calidad y economía del
resto de la campaña de investigación,
2) Prospecciones de campo,
3) Ensayos de laboratorio y
4) Interpretación y elaboración del modelo (trabajo de gabinete).
Para abarcar todos estos aspectos a través de los medios considerados conviene planificar el
estudio de manera que un esquema razonable para la realización de un estudio geotécnico de
una gran obra (mina subterránea, túnel carretero o ferroviario) es el que se presenta en la
Figura 6.32. (Galera, 1994).

La primera tarea que hay que realizar cuando se desea llevar a cabo un estudio geotécnico
consiste en analizar la información geológica publicada a nivel regional, para lo cual se
utilizaran en España la infraestructura de cartografía geológica del ITGE a escala 1:50.000.
Piénsese que para estudiar por ejemplo una zona de un kilómetro cuadrado, esto equivale a
2
0,25 cm en la hoja geológica, por lo que será siempre necesario contar con una cartografía de
detalle a escala grande (entre 1:500 a 1:2000), que se realizará con la ayuda de la fotografía
aérea y mediante reconocimientos de campo. No obstante la cartografía geológica si que
informa sobre los tipos de rocas que aparecen en la zona, estratigrafía y aspectos estructurales
generales de la zona de interés

204

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Figura 6.32. Esquema razonable para la realización de un estudio geotécnico. Según Galera (1994).

A continuación, se debe de hacer un estudio de los afloramientos de roca presentes en el


terreno, que resultan fáciles de identificar tanto ellos como sus accesos mediante fotografía
aérea. Además esta fotografía informa sobre geomorfología y recubrimientos, estructura de
plegamiento y fracturación, reconocimiento de litologías. Si esta información no fuera suficiente
habría que proceder, siempre que el espesor de suelo fuera pequeño, inferior a unos 4 m, a la
apertura de zanjas o calicatas. Finalmente, en caso necesario, habrá que proceder a sondear
el terreno.

Mediante los métodos de observación anteriormente indicados se tiene acceso directo a la


roca, pero en muchos casos es conveniente complementar esta información con la que se
puede obtener por métodos geofísicos, los cuales permiten estudiar los macizos rocosos de
forma indirecta pero en amplias extensiones.

6.9.1. Geología regional

Las características geotécnicas de un macizo rocoso determinado son producto de la historia


geológica de la región en que se encuentra. Los tipos de rocas, fallas, pliegues y juntas en las
áreas relativamente pequeñas en la que se implantan las obras de ingeniería, forman parte de
un conjunto mayor en el que se refleja el proceso geológico a gran escala al que estuvo
sometida la región. A veces puede ser necesario conocer dicho proceso, ya que de él se
pueden deducir ciertas tendencias estructurales que pueden pasar inadvertidas si solamente se
tiene en cuenta la información detallada obtenida en el macizo rocoso a nivel local.

205

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Las fotografías aéreas pueden proporcionar una información muy útil sobre las características
geológicas de la zona a estudiar. Las fallas y otras discontinuidades lineales de primer orden
son normalmente muy fáciles de identificar en las fotos aéreas, pero es necesario ser un buen
especialista para localizar e interpretar algunos rasgos del terreno. El examen estereoscópico
de pares de fotografías aéreas suele ser especialmente útil en zonas donde existe un relieve
topográfico importante, ya que puede permitir localizar antiguos deslizamientos u otros
fenómenos geotécnicos importantes.

6.9.2. Observación de afloramientos

En una primera etapa del estudio de una excavación subterránea o a cielo abierto,
normalmente no se tiene acceso al macizo rocoso en profundidad. En este caso se deben
utilizar los afloramientos en superficie para obtener la máxima información sobre los tipos
litológicos y las características estructurales del macizo rocoso. Habitualmente, los lechos de
los ríos son una fuente importante de información porque contienen gran cantidad de
afloramientos, particularmente cuando la corriente ha erosionado el terreno superficial y ha
dejado la masa rocosa al descubierto. Cuando el área de macizo rocoso que aflora en
superficie es limitada, o cuando los afloramientos accesibles están intensamente alterados por
la meteorización, puede ser recomendable proceder a la excavación de trincheras o pozos.

Además de para la identificación de los tipos de roca, los estudios de los afloramientos son
útiles para conocer el buzamiento y el rumbo de las discontinuidades estructurales, tales como:
planos de estratificación, fallas y juntas. Se puede ahorrar mucho tiempo y energía si estas
medidas se efectúan con los instrumentos específicamente diseñados para ello.

El equipo básico que hay que utilizar en el campo debe de incluir lo siguiente:

• Brújula geológica.
• Cinta métrica de 10 m de longitud mínima.
• Regla plegable de 2 m de longitud graduada en milímetros.
• Spray de pintura.
• Bolsas de plástico para el almacenamiento de muestras de uno o dos kilos de roca o suelo.
• Martillo de geólogo.
• Cuchillo.
• Cámara fotográfica.
• Martillo de Schmidt tipo L.
• Tabla de JRC.

En la Tabla 6.14 se presenta a manera de ejemplo un impreso de toma de datos en


afloramientos.

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Tabla 6.14.

TOMA DE DATOS EN AFLORAMIENTOS


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Cuando el recubrimiento de suelos sobre el macizo rocoso es de poco espesor, se puede
acceder a éste mediante zanjas o calicatas. En la Tabla 6.15 se presenta un impreso para el
registro de calicatas.

Tabla 6.15. Registro de calicatas

6.9.3. Toma de datos en profundidad

Normalmente, la información que se puede recoger en superficie no es suficiente para elaborar


el modelo geológico del macizo rocoso donde se va a implantar la excavación objeto de
estudio, por lo que es necesario complementarla mediante los datos tomados en profundidad.
Esta toma de datos se puede realizar mediante sondeos, galerías y métodos geofísicos.

6.9.3.1. Toma de datos en galerías

La toma de datos en galerías se puede efectuar de forma análoga a la explicada para los
afloramientos en superficie si bien existen las diferencias que se exponen a continuación:

• Orientación de las discontinuidades. Cuando la roca es muy magnética la brújula puede


sufrir interferencias; esto mismo puede suceder por la presencia de entibación metálica,
tubos de hierro, raíles, etc. En estos casos, en lugar de la brújula se debe utilizar una clino-
regla o un transportador de ángulos para medir la orientación de las discontinuidades. Se
coloca una cinta métrica paralela a los hastiales del túnel y se orienta convenientemente. A
continuación se coloca la clino-regla con uno de sus lados paralelo a la cinta y se mide con
ella la dirección de las discontinuidades respecto de la cinta.
• Persistencia. Dadas las pequeñas dimensiones que tienen, en general, las galerías de
reconocimiento puede resultar imposible medir las longitudes de las discontinuidades según
su rumbo y buzamiento, por este motivo para obtener esta información hay que aprovechar
los huecos más grandes existentes en el subterráneo, como las zonas de intersección de
túneles, etc.

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• Apertura. Los túneles perforados por medios mecánicos, como tuneladoras o máquinas de
ataque puntual, o los realizados con voladuras de precorte, permiten obtener una
información más fidedigna sobre las aperturas de las discontinuidades que los efectuados
mediante voladuras normales, ya que éstas producen una separación de los labios de las
discontinuidades como consecuencia, principalmente, de las expansión de los gases
generados por el explosivo.
• Afluencia de agua. Los túneles actúan muchas veces como drenaje de los macizos rocosos
(véase Figura 6.33), por lo que suele ser muy útil describir el caudal recogido en el túnel,
para lo cual conviene dividir éste en secciones, correspondiendo cada una de ellas a una
región estructural distinta de las atravesadas por el túnel. Esta labor se debe realizar
rápidamente después de excavado el túnel, ya que los acuíferos se pueden vaciar en poco
tiempo. La circulación de agua en las galerías se puede describir, siguiendo las indicaciones
de la SIMR (Brown, 1981), conforme se indica en la Tabla 6.16.

Tabla 6.16. Afluencia de agua en galerías.

Afluencia de agua en galería


Grado de
Descripción
filtración
I Paredes y bóveda secas, no se detectan filtraciones.
II Pequeña filtración, determinadas discontinuidades presentan un goteo de agua.
Afluencia media, determinadas discontinuidades presentan un caudal continuo
III
(se estima el caudal en litros/minuto/10 metros de túnel).
Gran afluencia, determinadas discontinuidades presentan un caudal continuo (se
IV
estima el caudal en litros/minuto/10 metros de túnel)
Afluencia excepcionalmente elevada, determinadas fuentes tienen caudales
V
extraordinarios (se estima el caudal en litros/minuto/10 metros de túnel)

Figura 6.33. Manantial de agua con un flujo de 5 litros por minuto en una galería minera en la mina Yauliyacu
(Perú). Foto: autores.

209

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6.9.3.2. Toma de datos en sondeos

La forma habitual de obtener información sobre el macizo rocoso en profundidad en los


estudios de estabilidad de taludes es mediante sondeos.

Para obtener testigos del macizo rocoso de buena calidad conviene que el sondeo se realice
con corona de diamantes. Es aconsejable que la sonda sea de empuje hidráulico ya que
permite ajustar la presión de la corona de perforación en el fondo del sondeo a la dureza de la
roca que se está perforando. Las zonas meteorizadas o fracturadas se deben de atravesar
rápidamente para evitar que sean erosionadas por el agua de perforación. Se puede mejorar la
calidad del testigo obtenido del sondeo utilizando baterías dobles o triples en lugar de sencillas.
También es importante disponer de una amplia serie de velocidades de rotación, para poder
ajustar este parámetro de la roca que se está perforando y al tipo de corona.

El propósito de la perforación geotécnica es obtener una muestra completa del macizo rocoso
en un estado lo más próximo posible al original. Esto sólo se puede conseguir si el testigo pasa
sin alterarse al interior de un tubo fijo contenido en la batería (un tubo que no gira al girar el
tubo exterior al que está unida la corona). Además de describir detalladamente el testigo
conviene inspeccionar el agujero del sondeo mediante algún medio de observación, por
ejemplo, periscopio, cámara de televisión, cámara de ultrasonidos, etc.

Antes de realizar las observaciones en el testigo se debe proceder a lavarlo; sin embargo,
cuando existen discontinuidades con relleno o se trata de rocas arcillosas alterables con la
humedad no se debe lavar el testigo. Previamente a hacer observaciones detalladas en los
testigos, se deben contemplar en su conjunto para determinar los dominios estructurales que
se han atravesado y sus características geológicas. Se debe medir y anotar el testigo total
recuperado, que se define como la suma de las longitudes de todos los trozos de testigo
recuperados expresada en tanto por ciento de la longitud total perforada. La recuperación que
se consigue en un macizo rocoso de poca calidad depende mucho del equipo de perforación y
de la habilidad del sondista. Es importante que el sondista anote cuidadosamente la
profundidad del comienzo y del final de cada maniobra de perforación. Los tramos donde se ha
perdido el testigo se deben sustituir por piezas de madera, al ser colocado éste en la caja.

Se denomina frecuencia de fracturación al número de discontinuidades naturales que


intersectan una determinada longitud de testigo. En este cómputo se deben descontar las
fracturas producidas por el manejo poco cuidadoso del testigo o en la perforación. El RQD
(Rock Quality Designation) es un factor de recuperación modificado. Para obternerlo se anotan
todos los trozos de testigo de longitud superior a 10 cm y se expresan como porcentaje de la
longitud total perforada. Si se rompe el testigo durante el manejo o en el proceso de
perforación, o sea si existen fracturas frescas, se colocan juntos los trozos rotos y se ignora la
existencia de dichas fracturas. Cuando el material perforado es más débil que la roca
encajante, tal como salbanda arcillosa sobreconsolidada, no se considera para el cómputo del
RQD, incluso si tiene más de 10 cm de longitud. Las longitudes de los trozos de testigo se
deben medir a lo largo de su eje, por lo que las discontinuidades paralelas a éste no
disminuyen los valores del RQD. Se deben anotar separadamente los valores de RQD en cada
estrato individual, dominio estructural, zona débil, etc., con lo que se puede obtener una

210

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información precisa de la situación y espesor de los tramos con valores pequeños o nulos del
RQD.

Al realizar el registro del sondeo hay que anotar los aspectos que se describen a continuación:

• Orientación de las discontinuidades. La orientación e inclinación de las discontinuidades


estructurales de un macizo rocoso son factores extremadamente importantes a la hora de
diseñar una excavación subterránea o a cielo abierto. Por tanto, la orientación del testigo es
muy importante. La inclinación aparente de las discontinuidades que intersectan el testigo
con respecto al eje del mismo, se puede medir mediante un transportador de ángulos. Si el
sondeo es vertical, el complementario de estos ángulos representa el buzamiento verdadero
de las discontinuidades, pero si no se orienta el testigo no es posible conocer la dirección
del buzamiento. Si se realizan dos o tres sondeos en un macizo rocoso donde existen
discontinuidades extensas reconocibles, como la estratificación o fallas, se puede deducir la
dirección del buzamiento utilizando métodos gráficos.

• La inclinación en grados de la estratificación en las rocas sedimentarias y en las rocas


metamórficas que conservan la estratificación se anota en la columna correspondiente. En
las demás columnas se anotan las inclinaciones de los restantes planos de discontinuidad
existentes en el testigo. La orientación de los planos de discontinuidad respecto a la
estratificación se consigue orientando el testigo según unos ejes imaginarios (ver Figura
6.34), de forma tal que el rumbo de la estratificación coincida con la dirección AC de dichos
ejes. Según este criterio el rumbo y buzamiento de la estratificación que se muestra en la
Figura 6.34 sería AC-60º-D y la junta que se muestra en dicha figura tendría un rumbo BD y
un buzamiento de 30º-C.

A
B D

Estratificación

60º

Junta
30º

Figura 6.34. Orientación de un testigo de sondeo.

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• En las rocas metamórficas no estratificadas y en las ígneas se pueden orientar las fracturas
relativamente al plano de discontinuidad más frecuente y que, a su vez, tenga suficiente
extensión y pueda identificarse en los afloramientos.

• Como se ha indicado anteriormente, por métodos gráficos se puede establecer la


orientación e inclinación de los estratos o fallas cuando han sido atravesados por tres
sondeos como mínimo, pero la orientación del testigo mediante un solo sondeo depende
normalmente de la utilización de algún aparato de orientación durante la perforación o de
una cámara de TV o de ultrasonidos una vez terminada ésta.

• Espaciado. El espaciado o frecuencia de las discontinuidades se puede conocer mediante el


análisis del testigo y por técnicas de visualización del sondeo, como cámaras de TV,
cámaras fotográficas, cámaras de ultrasonidos, etc. El espaciado S se puede estimar a
partir de la longitud L medida a lo largo del eje del testigo entre discontinuidades naturales
adyacentes de una misma familia y del ángulo θ de las discontinuidades con el eje del
testigo. Así:

S = L sen θ (6.5)

• Rugosidad. La rugosidad de los labios de una discontinuidad y la correspondiente


resistencia al corte a escala real, no se pueden obtener de los datos proporcionados por un
solo testigo, ya que la superficie intersectada no es suficientemente grande. Sin embargo,
utilizando las escalas gráficas de rugosidad para 10 cm de tamaño (JRC), se puede
clasificar la rugosidad de las discontinuidades cortadas por un sondeo.

• Resistencia de los labios de la discontinuidad. Sobre el testigo se pueden utilizar los


procedimientos descritos para estimar en el campo la resistencia al corte una
discontinuidad, es decir: grado de meteorización de los labios de la discontinuidad y rebote
del martillo de Schmidt. Como el testigo proporciona una línea de muestreo dentro del
macizo rocoso, permite observar directamente la penetración de la meteorización en las
paredes de las discontinuidades.

• Apertura. Las aperturas de las discontinuidades intersectadas por sondeos se pueden


estimar si se perfora con testigo continuo. Una discontinuidad se denomina abierta si las dos
piezas de testigo que la delimitan no pueden acoplarse perfectamente a lo largo de la
discontinuidad o si son visibles ciertos vacíos en ella. Una discontinuidad que aparece
abierta en el testigo puede haber estado cerrada “in situ” y haberse perdido los materiales
blandos de relleno durante la perforación. Se pueden utilizar cámaras de televisión,
periscopios o cámaras de ultrasonidos para estudiar las aperturas de las discontinuidades
en las paredes del sondeo.

• Relleno. Suele ser difícil recuperar los materiales de relleno de las discontinuidades cuando
son blandos, a menos que se utilice un método de testificación de mucha calidad, por
ejemplo, tubo triple. El material de relleno debe ser descrito con claridad haciendo referencia
a su espesor, mineralogía y meteorización. Las dificultades que se presentan normalmente

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para recuperar el relleno de las discontinuidades y la gran importancia que éste tiene en los
estudios geotécnicos, justifican la utilización de sistemas especiales de recuperación y
técnicas visuales de observación del sondeo. Cuando se estudia el relleno de una
discontinuidad es necesario revisar cuidadosamente si los trozos de testigo a cada lado de
la discontinuidad están correctamente acoplados o no; la falta de acoplamiento puede
indicar pérdida de material de relleno, desplazamientos cortantes o trituración de los labios
de la discontinuidad durante el proceso de perforación.

• Circulación de agua. Las observaciones realizadas en el sondeo pueden proporcionar


información sobre los niveles freáticos. La presencia de óxidos de hierro en el testigo indica
que la roca está situada sobre el nivel hidrostático medio; normalmente los óxidos de hierro
aparecen con más intensidad en las zonas donde existe una variación del nivel hidrostático.
Por supuesto los sondeos proporcionan un medio excelente para averiguar directamente la
posición del nivel freático, mediante instrumentos de detección que se bajan por el interior
del sondeo o instalando piezómetros en él. También se pueden observar los puntos de
entrada de agua en el sondeo utilizando periscopios o cámaras de televisión.

• Número de familias de discontinuidades. La cantidad de familias de discontinuidades


intersectadas por un sondeo depende de la orientación de éste con respecto a las familias
existentes. La observación es más fácil cuando se diseñan los sondeos de modo que
intersecten a las diferentes familias con ángulos adecuados.

Para anotar todos los datos descritos anteriormente no existe un formato único normalizado ya
que los datos del macizo rocoso necesarios pueden variar de un proyecto a otro.

En los modelos de registro de sondeo se suele incluir las siguientes columnas: diámetro de la
batería, diámetro de la tubería, pérdida de agua durante la perforación, profundidad en metros,
símbolos gráficos, RQD, recuperación, descripción litológica, meteorización, fracturación,
rumbo y buzamiento de las juntas y rugosidad, espesor y tipo de relleno.

En el encabezamiento de la hoja de registro se hacen constar los datos necesarios para


identificar el sondeo y caracterizar el tipo de operación como son: sondista, sistema de
perforación, ángulo con la horizontal, dirección, coordenadas, número de sondeo y fecha.
También se recogen en este registro las medidas del nivel freático y las características del
lugar donde está emplazada la sonda.

Ya que se gasta mucho dinero en la perforación y se intenta recuperar la mayor longitud


posible de testigo, se deben almacenar éstos de forma que estén protegidos de la influencia de
los factores atmosféricos y de modo que sea posible acceder a ellos sin gran esfuerzo físico.

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TABLA 6.17.
REGISTRO DE SODEO
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6.10. Presentación de la información geológica

Los mapas producidos como resultado de los estudios geológicos regionales se suelen
presentar a una escala entre 1:100.000 y 1:10.000. Para recoger información más detallada,
necesaria para el diseño de las obras de ingeniería, hay que realizar mapas y planos a una
escala de alrededor de 1:1.000 o incluso 1:100. El tipo de información incluida en tales planos,
juntamente con los registros y notas que les deben acompañar, deben ser tales que permitan
realizar una clasificación geomecánica completa del macizo rocoso. Es importante que la
información obtenida en el campo sea transferida a mapas, planos, etc., preferiblemente cada
día, ya que así se pueden detectar anomalías mientras el acceso a los afloramientos es todavía
fácil y corregir los errores que se hayan cometido. Es fundamental que los datos anotados en
los mapas sean inteligibles para los ingenieros que trabajan en otros aspectos del proyecto. A
continuación se dan algunas recomendaciones sobre la presentación de la información:

• Orientación de las discontinuidades. El método más sencillo de presentar los datos de


orientación de las discontinuidades consiste en utilizar los símbolos de rumbo y buzamiento
colocados en su adecuada situación sobre el plano geológico. El único problema que
presenta este método es la limitación del espacio existente en el plano geológico para
dibujar muchas discontinuidades. Se suelen utilizar líneas gruesas continuas para
representar las discontinuidades visibles y líneas discontinuas para las discontinuidades que
están cubiertas localmente.

Otra forma de representar las discontinuidades es mediante bloques diagrama, que


consisten en dibujos en perspectiva de la zona del estudio. Son interesantes cuando se
quiere ver la relación entre la obra de ingeniería y la estructura rocosa (ver Figura 6.28). De
esta forma, se pueden representar muchos tipos de obras, por ejemplo, emboquillado de
túneles, taludes rocosos, etc.

En el método de la roseta de juntas se pueden representar éstas de una manera


cuantitativa. Las juntas se dibujan, utilizando un círculo graduado de 0 a 360º, mediante
líneas radiales dispuestas en intervalos de 10º. El número de juntas cuyo rumbo está
comprendido en un intervalo se representan a lo largo del radio utilizando círculos
concéntricos (Ver Figura 6.35). El buzamiento de las discontinuidades no se puede
representar en el interior de la roseta por lo que se coloca en el exterior del círculo.

La forma más habitual de representar los planos de discontinuidad por su orientación es


mediante la proyección hemisférica equiareal, o sea, que conserva las áreas, utilizando la
red de Lambert o de Schmidt. Una vez representados mediante dicha proyección los polos
de los planos, se pueden trazar sobre la red líneas de igual número de polos contenidos (ver
Figura 6.36). Esta es la mejor forma de localizar el polo medio de cada familia y definir el
número de ellas existentes en el macizo rocoso.

Una fuente de errores frecuente en el estudio de juntas es la inclusión en el mismo conjunto


de polos de diferentes dominios estructurales. Es muy importante anotar en la red de
proyección estereográfica solamente aquellos polos del mismo dominio estructural. La
segunda fuente de error más frecuente está relacionada con el ángulo que forma la

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dirección del plano de la discontinuidad que se pretende registrar con la orientación de la
superficie de medida. Por ejemplo, si se registran los datos en una trinchera de
reconocimiento, no se podrá detectar una discontinuidad de gran tamaño paralela a la
trinchera. Este error se puede corregir mediante una regla propuesta por Terzaghi
consistente en ponderar las medidas de las juntas a favor de aquellas más paralelas a la
dirección del afloramiento en el que se realizan las medidas. Una solución mejor es llevar a
cabo el registro de las discontinuidades en distintas direcciones.

Figura 6.35. Roseta de juntas. Realizada con el programa DIPS.

Figura 6.36 Representación de polos de discontinuidades sobre la red de Schmidt, realizada con el programa
DIPS (Rocscience, 2002).

• Tamaño de las discontinuidades. A la hora de representar el tamaño de las


discontinuidades, es útil disponer de información sobre el tipo de terminación de ellas. Las
discontinuidades que se extienden fuera del afloramiento (x) deben distinguirse de aquellas
que visiblemente terminan en roca en el afloramiento (r) y de aquellas que terminan contra
otras discontinuidades (d). Una familia de discontinuidades con un gran número de
terminaciones (x) suele ser más continua que otra que tiene muchas terminaciones (d). Una
familia de discontinuidades de pequeño tamaño tendrá muchas terminaciones de tipo (r).

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Por lo tanto a la hora de anotar las discontinuidades en el plano geológico, se debe hacer
constar la longitud en metros de la discontinuidad seguida de las letras (x), (r) o (d); por
ejemplo, 8 (dx) es una discontinuidad de 8 metros de longitud con una terminación contra
otra discontinuidad y la otra terminación invisible porque se extiende más allá del
afloramiento. Donde los afloramientos son suficientemente grandes y numerosos, la
información obtenida permite dibujar histogramas de frecuencia con las longitudes de las
trazas de los planos de las discontinuidades para cada familia.

• Rugosidad de las discontinuidades. Se representa mediante perfiles lineales que se


obtienen a partir de las coordenadas de la superficie de la discontinuidad; se suelen dibujar
los perfiles correspondientes a las rugosidades máxima, mínima y media de cada familia.
Además de las gráficas conviene incluir fotografías de los labios de las discontinuidades
correspondientes a dichas rugosidades. Se deben hacer histogramas con los valores del
JRC obtenidos a partir de la tabla de Barton y Choubey (1977) y con los valores de los
ángulos de ondulación.

• Apertura de las discontinuidades. Conviene realizar, para cada familia, de discontinuidades,


un histograma de aperturas. En cada familia se debe anotar la apertura media. Las
discontinuidades individuales que tienen aperturas notablemente mayores que el valor
medio, se deben describir con precisión y fotografiar siempre que sea posible.

• Espaciado de las discontinuidades. Además de realizar histogramas de espaciados (véase


Figura 6.37), el espaciado medio, máximo y mínimo de cada familia de discontinuidades
debe ser anotado. Una escala de espaciados práctica es la recomendada por la SIMR
(Brown, 1981), que se describió anteriormente.

Figura 6.37. Representación del histograma de espaciados de las diferentes familias de discontinuidades de
un macizo rocoso.

• Meteorización de las rocas. Se deben representar los grados de meteorización reconocibles


en croquis simplificados y en secciones verticales del macizo rocoso, con una explicación
suficientemente clara. También se debe describir la meteorización del material rocoso de los
labios de las discontinuidades individuales importantes y de las familias de juntas.

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• Relleno de las discontinuidades. El relleno de las discontinuidades se debe describir
atendiendo a los aspectos que se hincan en la tabla 6.17.

Tabla 6.17. Descripción de los rellenos de discontinuidades.

Geometría Espesor
Rugosidad de los labios de la discontinuidad
Esquemas de campo
Tipo de relleno Mineralogía
Tamaño de las partículas
Grado de meteorización
Resistencia del relleno Índice manual de resistencia (S1 a S6)
Resistencia al corte
Relación de sobreconsolidación
Desplazado / no desplazado
Filtraciones de agua

• Circulación de agua en el macizo rocoso. Conviene representar sobre un mapa el inventario


de puntos de agua (véase Figura 6.39). Las barreras a la circulación de agua, tales como
diques, discontinuidades rellenas de arcillas y estratos impermeables, se deben representar
en los mapas geológicos y en las secciones verticales junto con los niveles hidrostáticos.
También se debe representar la interacción mutua previsible entre el proyecto de ingeniería
a realizar y el régimen hidráulico del macizo rocoso. Si hay suficiente información, se
realizarán esquemas, como en el caso de los túneles, indicando los grados de infiltración en
diferentes secciones longitudinales de la obra.

Figura 6.39. Plano de una ladera con la localización de los puntos de agua.

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FORMATOS NORMALIZADOS PARA LA TOMA DE DATOS DE CAMPO A USAR EN LAS
CLASIFICACIONES GEOMECÁNICAS RMR, Q Y SMR

Manuel Romana Ruiz (mromana@stmr.com)


José B. Serón Gáñez (jbseron@trr.upv.es)
Universidad Politécnica de Valencia

Las clasificaciones geomecánicas se han convertido en una herramienta universal para el prediseño de obras
subterráneas y de todo tipo. Los datos necesarios para la estimación de los índices determinan la prospección
de campo tanto en rocas, como en rocas blandas, e incluso en suelos. No existe una normalización
aceptada para dicha toma de datos, aunque hay impresos recomendados por Bieniawski y Barton, pero en la
práctica, muchos técnicos utilizan formatos específicos personales o del organismo en que trabajan. Parece
recomendable la normalización y formalización del proceso de toma de datos de campo, de forma que sea útil
tanto a quienes se limitan a dicha toma de datos como a los que aplican las clasificaciones in situ. Basándonos
en nuestra experiencia docente y profesional presentamos unos formatos normalizados que pueden utilizarse
en campo y gabinete, y como protocolos de trabajo a añadir a los proyectos.

1. INTRODUCCIÓN sugeridos” por la Sociedad Internacional de


Mecánica de Rocas para la descripción de
Las clasificaciones geomecánicas se han convertido discontinuidades en masas rocosas (ISRM, 1981),
en una herramienta universal para el prediseño de que no cubren exactamente todos los parámetros (y
obras subterráneas y de todo tipo. En el caso de los sus escalas) a emplear en las clasificaciones
túneles son también la herramienta básica de control geomecánicas.
geológico, completando y ayudando a interpretar los Bieniawski para el RMR y Barton para el Q
resultados de la instrumentación de obra. Además han propuesto formatos para la toma de datos de
cada vez es más frecuente el uso de las campo (que se presentan en el apartado siguiente),
clasificaciones (en su versión llamada “básica”) para pero no hay coincidencia entre las diversos sistemas
la descripción de macizos rocosos antes de por lo que, en la práctica, muchos técnicos utilizan
considerar las cuestiones de anteproyecto de obras formatos específicos personales, o del organismo
concretas. Se usan ya para objetivos muy diferentes para el que trabajan. Además empiezan a proliferar
de los propuestos por sus autores (por ejemplo el “programas” (en realidad son meras hojas de
índice de Annandale (1995) de erosionabilidad y cálculo) para la determinación del RMR, Q y/o
socavación hidráulica o el de Smith (1987) para SMR. Parece evidente que es recomendable la
evaluar la dragabilidad en roca). Los parámetros que normalización y formalización del proceso de toma
hay que valorar cuantitativamente para la estimación de datos de campo, de forma que sea útil, tanto a los
de los valores numéricos de los índices (“básicos” y que se limita a dicha toma de datos (que suele
corregidos) determinan la toma de datos y la denominarse “estación geomecánica”) como a los
prospección de campo, tanto en rocas y masas que desean aplicar las clasificaciones in situ, como
rocosas “sensu strictu”, como en rocas blandas e parte del proceso de prospección de campo. Estos
incluso, a veces, en suelos compactos asimilables. formatos deben incluirse en los proyectos y/o
No existe, actualmente, una normalización completa informes como protocolos del trabajo de campo, por
de dichos datos. Se suelen utilizar los “Métodos la misma razón –y con la misma relevancia- que los

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protocolos de ensayos de laboratorio, lo que obliga a condiciones hidrogeológicas, debería anotarse en las
que sean tan claros que el proceso pueda repetirse hojas para la toma de datos para el propósito de
por otra persona, como contraste, de forma clasificar los macizos rocosos (ver fig. 2.6)”. La
independiente. figura 2.6 de Bieniawski se reproduce, en inglés y en
castellano (traducción de González de Vallejo) en
2. FORMATOS EXISTENTES las figuras 1 a, b y 2 a, b. Este formato ha sido
mantenido por Bieniawski desde las primeras
Bieniawski (1989) en su último libro (“un manual versiones de su clasificación (1974) hasta sus
completo para las clasificaciones geomecánicas del últimas publicaciones (Bieniawski, 1993) y, con
macizo rocoso”) se refiere al problema de la ligeras modificaciones, es al más extendido en la
presentación de datos geológicos “si la práctica.
determinación de datos geológicos para la Sin embargo no cubre todos los aspectos
caracterización de un emplazamiento es un problema posibles de una excavación subterránea y por esa
difícil, la presentación de estos datos para su uso en razón han proliferado formatos diferentes, tanto en
ingeniería es a veces incluso más difícil. La minería (donde para cada mina hay muchas galerías
comunicación entre geólogos e ingenieros de con orientaciones, secciones y usos distintos) como
proyecto mejoraría mucho si el formato para la en el control de túneles (donde sólo está accesible el
presentación de datos se pudiera establecer en las frente y la estimación del RMR ha de hacerse en
primeras etapas de proyecto”. Y recomienda que “un muy poco tiempo con muy pocas mediciones).
resumen de todos los datos geológicos, incluso las

Figura 1. Formatos propuestos por Bieniawski para la toma de datos para la clasificación geomecánica

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Figura 2 a,b Formatos propuestos por Bieniawski, traducidos por González de Vallejo (1999)

Para la estimación de Q en el campo se


utilizan formatos gráficos simplificados donde
figuran los valores de los distintos parámetros.
Existen muchas versiones de dichos formatos (la
mayoría de ellos publicados por el NGI). Aquí
(figura 3) reproducimos la última presentada (Barton
y Freitas de Quadros, 2002) con datos de un caso
real. El formato es muy simplificado y permite
visualizar la variación de los distintos parámetros y
calcular los valores extremos y medio de Q. Aquí se
ha aplicado al estudio global de un túnel de carretera
de 50 m2 de sección, excavado generalmente en
buen terreno pero que atraviesa algunas fallas. Los
valores extremos de Q son 0,01 y 75, el valor medio
de 2,0 y el modal es 9.4. Las anotaciones
manuscritas son del propio Barton.

3 PARAMETROS USADOS EN LAS


CLASIFICACIONES RMR Y Q

Los parámetros usados en las distintas


clasificaciones no son muy diferentes. Dichos
parámetros se resumen en la tabla 1. La tabla 2
muestra las distintas condiciones de aplicabilidad del Figura 3. Formato propuesto por Barton para la toma
RMR y el Q. de datos y estimación en el campo del valor
Q (última versión, Barton 2002)

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Puede comprobarse que hay una coincidencia TABLA 2. CONDICIONES DE APLICABILIDAD
general que permite (y aconseja) utilizar formatos DE RMR Y Q EN TÚNELES
comunes para realizar ambas clasificaciones
conjuntamente ( si se considera necesario) o sólo CONDICIÓN RMR Q
una de ellas Luz < 10 m Cualquiera
La figura 4 ( tomada de González de.Vallejo Nivel tensional < 25 MPa Cualquiera
1999) compara (utilizando datos de los túneles del Tipo de excavación Voladuras (1) Voladuras (2)
AVE en el tramo Brazatortas-Córdoba) la influencia (1) Hay métodos complementarios para tener en cuenta el
de los distintos parámetros (o conjuntos comparables método de excavación.
homogéneos de parámetros) en las clasificaciones (2) Barton ha desarrollado un sistema QTBM para túneles
excavados con tuneladora.
RMR y Q. Globalmente la influencia es similar. En
ambas los parámetros asociados con la naturaleza y
disposición de las juntas tienen influencias del orden
del 60%. Pero, sin embargo, las distintas maneras de
E Espaciamiento
enfocar las valoraciones cuantitativas pueden
TB Tamaño de
aumentar la divergencia entre clasificaciones.
bloque
CD Condición de las
TABLA 1. PARÁMETROS USADOS EN LAS
discontinuidades
CLASIFICACIONES RMR Y Q
OD Orientación de
las
PARÁMETRO RMR Q
discontinuidades
Resistencia de Compresión - RM Resistencia de la
la matriz simple matriz
F Filtraciones
Fracturación RQD RQD
Espaciamiento -
- Nº de familias
Figura 4. Influencia relativa de los parámetros
geomecánicos en las clasificaciones RMR y Q en
Estado de las Rugosidad Rugosidad
juntas Continuidad - los túneles de Brazatortas-Córdoba del AVE
Abertura Contacto tras (González de Vallejo 1999)
esfuerzo
cortante 3. CRITERIOS PARA LA PREPARACIÓN DE
Relleno Relleno FORMATOS
Meteorización Meteorización
de bordes de bordes
Los criterios a tener en cuenta para la preparación de
Agua Flujo en Flujo en túneles formatos de campo son los siguientes:
subterránea túneles ó 1. La clasificación debe ser verificable y
Razón de Presiones contrastable.
presiones intersticiales
2. La toma de datos común debe permitir la
intersticiales ó
Condiciones -
realización de las clasificaciones RMR y Q.
generales 3. Los formatos deben ser fáciles de rellenar.
Estado tensional - Nivel de
4. Los formatos deben ser aptos para su inclusión
tensiones directa (sin transcripciones) en los proyectos y/o
relativo a informes como protocolos de la toma de datos de
compresión campo.
simple El formato más útil es el resumido, donde se
indican las características medias a modales de la
masa rocosa, de la matriz rocosa y de cada una de
las familias de discontinuidades. Sin embargo para

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realizar correctamente una estación geomecánica Y para referencia deben incluirse datos
debe hacerse un censado de juntas en cada estación. formales:
El numero de mediciones a realizar varía en función - Proyecto
de la calidad del afloramiento pero debe permitir un - Persona(s) que realiza(n) la clasificación
tratamiento estadístico. Para ello se han propuesto - Fecha
números mínimos de mediciones en cada La clasificación requiere otros parámetros
afloramiento variando entre 80 y 200. En la práctica que se refieren al conjunto de la masa rocosa:
rara vez se llega a poder efectuar tantas mediciones - Resistencia de la roca matriz a compresión
pero es frecuente sobrepasar 20 ó 30. Por lo tanto simple.
deben existir dos tipos de formato: hojas para el - RQD
registro de mediciones que son esenciales para que - Estado de presiones intersticiales/Condiciones
sea posible el contraste posterior y para la utilización de flujo
de programas de censado de diaclasas, normalmente
por proyección estereográfica, para determinar las 4. FORMATOS PROPUESTOS
diferentes familias de diaclasas y su frecuencia
relativa. Los formatos demasiado sintéticos, como el Se propone que el formato resumido sea un A3
propuesto por Barton (figura 3) no permiten cumplir doblado (con cuatro caras A4) que pueda utilizarse
estas condiciones. como carpetilla para las hojas de registro de
El gran peso relativo de los parámetros mediciones de diaclasas, cuyo número no se puede
asociados con las propiedades de las diaclasas definir a priori y se rellenarían en formato A4.
aconseja dedicarles una parte sustancial y exclusiva La 1ª cara debe contener los datos de
de los formatos de campo, como hace por ejemplo referencia del proyecto, los datos de localización de
Bieniawski (figuras 1b y 2b) aunque separa el la estación geomecánica (incluidos, plano o croquis
espaciamiento (incluido en las figuras 1a y 2a). Las y fotografía), alguna información general muy
propiedades a registrar para cada familia de resumida sobre la geología (por ejemplo la región
diaclasas son: estructural) y los datos de los parámetros que se
- Dirección de buzamiento refieren al conjunto de la masa rocosa.
- Buzamiento La 2ª cara debe contener todos los datos
- Espaciamiento resumidos (medios o modales) referentes a las
- Continuidad familias de discontinuidades.
- Rugosidad La 3ª cara se reserva para el cálculo del RMR
- Grado de meteorización de los bordes básico (y del corregido si se dispone de datos
- Abertura y relleno concretos sobre la dirección de la obra subterránea).
- Flujo de agua a través de la diaclasa. La 4ª cara puede utilizarse para el cálculo de
Si se desea que la toma de datos sea Q adoptándose el formato de Barton con algunas
verificable por un operador independiente es preciso modificaciones.
que la situación de la estación geomecánica sea Alternativamente la 4ª cara puede dedicarse a
definida inequívocamente. Los datos necesarios para otras clasificaciones complementarias (SMR,
que eso sea posible son (para cada afloramiento): SRC...) ó dejarse en blanco.
- Situación del afloramiento (con coordenadas
tomadas por GPS / p.k. de la obra) 5. REFERENCIAS
- Descripción del afloramiento / excavación
clasificado.
- Croquis de situación y acceso. Annandale (1995) “Erodibility” Journ of Hydraulic
- Fotografía Research 4 th Quarter.
Además conviene incluir informaciones de Bieniawski Z.T. (1989) “Engineering rock mass
carácter general. classifications”. Ed. Wiley, pp 19-20.
- Tipo de roca. Bieniawski Z.T. (1979) “The geomechanics
- Encaje geológico y tectónico (si se conoce) classification in rock engineering applications”.
- Mapa /croquis geológico de la zona (si se Proc. 4th Int Cong. Rock Mechanics. Montreux.
dispone de él) Tomo 2, pp 41-48.

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Bieniawski Z.T. (1993). “Design methodology for
rock engineering : Principles and Practice.
Capítulo 22 en “Comprehensive Rock
Mechanics”. Ed. J. Hudson. Ed. Pergamon.
Tomo 3, pag 553-573.
Barton N y Freitas de Quadros E. (2002).
“Engineering and hydraulics in jointed rock
masses”. Curso durante EUROCK 2002,
Funchal, Madeira.
González de Vallejo L (1999). “Las clasificaciones
geomecánicas para túneles. Cap. 1 en
Ingeotúneles (Ed. C. Jimeno), pp 25-68.
Int. Soc. for Rock Mechanics (1981) “Rock
characterization testing and monitoring – ISRM
Suggested Methods”. Ed. Pergamon, 211 pp.
Smith H.J. (1987). “Estimating the mechanical
dredgeability of rock”. Proc. 28th U.S. Symp.
Rock Mech. Boston. Ed. Balkema, pp 935-943

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