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Contribuyendo a una gestión pastoral más efectiva
Dr. Jorge A. Ponce
PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA EN LA IGLESIA
Contribuyendo a una gestión pastoral más efectiva
DR. JORGE A. PONCE
ponce.jorgea@gmail.com
Copyright © 2015
Primera edición: Octubre 2015
Derechos Reservados.
Esta publicación no puede ser reproducida total o parcialmente, ni archivada o transmitida por ningún medio
electrónico, mecánico, de grabación, de fotocopia, de microfilmación o en otra forma, sin el previo
consentimiento del Autor.
Diseño de Portada: Christa Ponce
Diagramación: Luis Juárez
ISBN: 978-9929-647-06-0
eBook
Tels.: 2433-4589 • 4281-4348
cotizaciones@puntocreativo.com.gt
www.puntocreativo.com.gt
En la opinión de otros...
¡Por fin un libro de planificación estratégica escrito con la iglesia
latinoamericana en mente! Hay buenos y útiles libros que guían el
proceso para trazar una ruta de planificación estratégica para una
organización, pero considero que muy pocos lo realizan en el
contexto de la iglesia cristiana, y mucho menos en el de la iglesia en
América Latina. El autor ha realizado una excelente investigación
sobre planeación estratégica y la ha contextualizado
espléndidamente a nuestra cultura en su libro Planificación
estratégica en la iglesia.
Como consultor en el ámbito de la estrategia y profesor de
seminario, el Dr. Jorge A. Ponce en su libro Planificación estratégica
en la iglesia, pone al descubierto la gran necesidad que tiene la
iglesia de hoy de desarrollar una mentalidad estratégica. Esta útil
herramienta ha sido diseñada específicamente para ayudar a
pastores y líderes de organizaciones sin fines de lucro, a pensar,
planear y ejecutar estratégicamente.
¡Sinceramente lo recomiendo! Estoy convencido de que este libro
servirá de inspiración, no únicamente al líder ministerial, sino a
cualquier líder de organizaciones sin fines de lucro, para soñar,
pensar y planear estratégicamente en cómo lograr los resultados
deseados, para la Gloria de Dios.
–LIC. CARLOS A. ZAZUETA
Pastor-maestro del programa radial Visión Para Vivir y pastor principal de Iglesia Hispana
Stonebriar en Frisco, Texas.
El Dios Trino es un administrador nato. Su planificación estratégica
está expuesta en Su palabra. Su plan estratégico lo diseñó para
Israel, la Iglesia y toda la humanidad. Efesios 4:12, demanda de los
siervos de Dios “equipar a los santos para la obra del servicio”.
Equipar equivale a planificar estratégicamente la misión integral de
la iglesia. Esta planificación requiere más que predicar, enseñar,
orar, orientar, visitar.
El Dr. Ponce, como un administrador nato, presenta en su libro un
reto muy serio para el liderazgo contemporáneo. Invita a todos los
siervos de Dios y a los ejecutivos de mando en la iglesia a
reflexionar seria y comprometidamente sobre “La Rueda de la
Estrategia”. Esta rueda globaliza el plan estratégico de Dios. Es
decir, lo que Él quiere hacer a favor de la humanidad por medio de
Su iglesia.
El libro Planificación estratégica en la iglesia es valiosísimo porque
es el fruto de una investigación de la ciencia administrativa aplicada
a la misión de la Iglesia. Animo a los siervos de Dios a aceptar y
aplicar el valioso reto del Dr. Ponce. El Señor añadirá su beneplácito
a cada siervo al planear estratégicamente la misión eclesial
encomendada a ellos.
–Dr. Max Pérez
Pastor fundador de Iglesia la Verdad y la Vida en Ciudad de
Guatemala
Mis felicitaciones más sinceras al Dr. Jorge Ponce por la manera
magistral en que enmarca los pasos de la planificación estratégica
dentro de una cosmovisión bíblica puesta al servicio del
ensanchamiento del reino de Dios. La creatividad que demuestra el
autor en su entrevista hipotética con el apóstol Pablo —¡la cual por
sí misma vale el precio del libro!— más la sabiduría de los
Proverbios son sólo unas de las muchas maneras en que el autor
nos convence del valor y la necesidad de la planificación para el
desarrollo saludable de un ministerio anclado en la Palabra y el plan
de Dios.
Aprecio la franqueza con que el Dr. Ponce, como líder, administrador
y pastor experimentado, reta a cada líder a reflexionar seriamente
no solo en las estrategias que elabora, sino también en la disciplina
personal y los sacrificios que han de ser la mecha que enciende el
cambio a la hora de ejecutar el plan con su equipo.
¡Ojalá hubiera tenido la oportunidad de leer Planificación Estratégica
en la Iglesia antes de iniciar mis labores en el ministerio! Lo
recomiendo con entusiasmo tanto para líderes de larga experiencia
como para los que están principiando su carrera ministerial con el
anhelo de aprovechar la innovación de modo que cada vez más
personas lleguen a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
–DR. JIM ADAMS
Ex-Rector del Seminario Teológico Centroamericano (SETECA) en Ciudad de Guatemala.
A Edna, Christa y Liza:
el mejor de los equipos de los que soy parte.
Introducción
De una carencia a una pasión
personal
La planificación estratégica no es un enigma indescifrable. Se trata
de un proceso integrador de muchos componentes, a veces con
contradicciones aparentes. Más al final, es un proceso susceptible
de aprendizaje y por lo tanto de gestionarse efectivamente en la
pastoral de la iglesia de Cristo.
El reto que dio origen a este libro
Mi viaje personal en el tema de este libro ha sido largo y
trasformador, tanto para mí como para muchos otros. Quisiera
describirlo. Hace 20 años asumí por primera vez la posición de
director ejecutivo. Lo hice dentro de una organización cristiana. Aun
antes del primer día en el cargo me di cuenta que tal posición
incluía, entre muchas otras, las funciones de liderar al talento
humano, gestionar sus presupuestos de funcionamiento y de
proyectos, representarla legalmente y planear la estrategia para su
desarrollo en los siguientes años.
Por supuesto, estaba consciente de la enorme responsabilidad que
asumía. Y también fue aterrador darme cuenta que más allá de lo
básico, no sabía de planificación estratégica. ¿Cómo entonces haría
para liderar a todo un equipo desde donde nos encontrábamos
entonces hasta donde deseábamos estar 5 años después? ¿Cómo
podría honrar a los líderes que me confiaban tal mayordomía? Y
siendo aquella una organización enfocada en el desarrollo humano,
¿qué plan de acción era el correcto para nutrir la esperanza de los
beneficiarios de la misma?
Fue un momento revelador en mi vida y mi ministerio. Al mismo
tiempo que descubrí mi carencia, me di cuenta también que en
general existía igual vacío en las organizaciones cristianas,
incluyendo la iglesia. Y decidí tomar acción. Lo hice pensando en
superar mi propia insuficiencia pero también en contribuir al contexto
de las organizaciones cristianas y de la iglesia en particular.
Desde entonces no he parado de investigar, de aprender, de
experimentar, de indagar, de planificar y sobre todo de enseñar a
otros a desarrollar la mentalidad estratégica. Y ha sido la práctica a
lo largo de años precisamente la que dio lugar a este libro. Me fui
dando cuenta de la exigencia de escribirlo a medida que he
enseñado y asesorado, que he sido preguntado y consultado, que
he evaluado y aprobado planes. Por supuesto, ha sido clave en su
publicación el aliento de parte de estudiantes, ejecutivos cristianos y
líderes pastorales a quienes he formado en el tema de planificación
estratégica.
Y aquí estoy dos décadas y muchos planes estratégicos después.
He descubierto y he comprobado, en diversas organizaciones e
iglesias cristianas, que la planificación estratégica puede aplicarse
con gran efectividad. La pasión que se encendió en mí todavía hoy
me inspira a seguir investigando y mejorando mis habilidades como
estratega. Y con ese entusiasmo es que propongo en este libro
ejercer el liderazgo pastoral estratégicamente.
La ruta de la planificación estratégica
La planificación estratégica no es un enigma indescifrable. Se trata
de un proceso integrador de muchos componentes, a veces con
contradicciones aparentes. Más al final, es un proceso susceptible
de aprendizaje y por lo tanto de gestionarse efectivamente en la
pastoral de la iglesia de Cristo.
El libro define y explica los principios y prácticas de la planificación
estratégica aplicada al contexto de la iglesia cristiana. Por lo tanto,
partiendo de una teología de la planificación estratégica y cubriendo
la ruta desde la preparación del proceso estratégico hasta la
ejecución estratégica, el libro fue escrito especialmente para ayudar
a pastores y líderes en la iglesia y las organizaciones cristianas a
pensar y a planear estratégicamente.
En el capítulo 1, explora los esenciales de la planificación
estratégica. Es decir, definiremos los conceptos básicos del enfoque
estratégico. Las cuatro preguntas esenciales que nos guiarán son
las siguientes: Primera, ¿qué es la mentalidad estratégica?;
segunda, ¿qué tipo de liderazgo es el requerido en la escena
estratégica?; tercera, ¿qué es la planificación estratégica en el
sector no lucrativo?; y la última, ¿cuáles son los componentes de un
plan estratégico efectivo?
Luego, en el capítulo 2 la perspectiva estará en la preparación para
la planificación estratégica en el contexto de la iglesia. La propuesta
es comenzar a partir de una teología de la planificación que provea
fundamento bíblico a un proceso que a veces es criticado como
ajeno a la naturaleza de la iglesia. Luego, el capítulo propone
analizar el ciclo de vida organizacional a fin de determinar la etapa
de desarrollo en que la iglesia se encuentra. Por último, el tercer
paso consiste en hacer el diagnóstico organizacional y conocer las
herramientas más útiles para elaborarlo. En el Apéndice A, el
estudio de caso bíblico La estrategia del Ministerio Global Apóstol
Pablo (MGAP) ilustra cómo usar una de estas herramientas y
agrega contenido a la base bíblica.
Entonces, en el capítulo 3 daremos la atención a la formulación del
plan estratégico. Es decir, avanzaremos paso a paso en cómo
organizar la estrategia. Los pasos de la formulación del plan
estratégico son cinco: La definición del enunciado de misión, la
declaración de los valores organizacionales, la creación del
enunciado de visión, la formulación de la estrategia dinámica, y la
elaboración del plan estratégico. Siendo esta la parte esencial del
libro, en el Apéndice B aparece el Plan Estratégico de la Iglesia Vida
Abundante como una ilustración del proceso descrito en este
capítulo.
Finalmente, el capítulo 4 se ocupa de la ejecución del plan
estratégico. En otras palabras, expone cómo implementar la acción
estratégica. Comenzaremos respondiendo a la pregunta, ¿qué es
ejecución? Luego, explicaremos cómo ejecutar la estrategia
efectivamente al gestionar por un lado los obstáculos claves y por el
otro los bloques que facilitan la ejecución.
Cada capítulo incluye al final una sección clave llamada preguntas
para la reflexión adicional. No son interrogantes que el libro
responde. Más bien, son cuestiones que tienen la intención de
provocar la reflexión y la aplicación. Del lado reflexivo animan al
lector a retrotraer su experiencia para modificarla o enriquecerla. Y
del lado de la aplicación el propósito es inducir al lector a aclarar
para sí mismo qué ha aprendido de utilidad para la gestión pastoral
y cómo lo implementará.
Mi aspiración al publicar este libro
Mi sueño es que este libro sea para los líderes pastorales una
herramienta útil para una gestión pastoral más efectiva. Pienso tanto
en los experimentados como en los emergentes, en los que poseen
educación bíblica y en aquellos con formación en otros campos.
Hombres y mujeres de diferentes denominaciones o de grupos
independientes. Incluyo a quienes ya son efectivos y están
buscando herramientas para dar un paso al frente como estrategas.
Al escribir también he tenido en mente a los hombres y mujeres a
quienes he enseñado a nivel superior sobre el liderazgo estratégico
y la planificación estratégica. La mayoría de ellos trabajan de tiempo
completo en iglesias u organizaciones cristianas no lucrativas. Están
allí por vocación y son líderes multiplicadores por convicción. Estoy
seguro que en sus manos este libro será un recurso bien
administrado y productivo.
Más allá de la iglesia, en el horizonte de este proyecto también hay
una comunidad a la que Dios me ha permitido servir. Incluye a las
organizaciones y ministerios cristianos donde he tenido el privilegio
de ser invitado para equiparles en los asuntos de la planificación
estratégica. Son parte también de esta comunidad los hombres y
mujeres de negocios a quienes he encontrado en conferencias,
grupos de estudio, y otros eventos para ejecutivos cristianos. Son
profesionales en otros campos, pero por encima de todo creyentes
que sirven en sus iglesias.
Me dirijo a todos con entusiasmo y les dedico este libro con el
anhelo de que su contenido les ayude tanto como me ha ayudado a
mí al aplicar la planificación estratégica en el contexto cristiano.
Convertirse en efectivos estrategas demanda una mente abierta al
aprendizaje, un fuerte deseo de construir un legado perdurable en
sus organizaciones e iglesias y la habilidad para ver lo posible antes
que otros lo vean.
Deseo que el acceso a la visión de la planificación estratégica que
este libro presenta les aliente en este proceso de crecimiento y les
permita agregar valor a su portafolio de experiencias:
• Incorporando a su rol como líder cristiano una metodología
contemporánea e idónea de la planeación estratégica tanto en la
iglesia local como fuera de ella.
• Identificando los componentes claves de la planificación estratégica
para construir una gestión pastoral más efectiva: valores, misión,
visión y direcciones estratégicas.
• Comprendiendo
en qué consisten los conceptos esenciales de la
planeación estratégica y cómo implementarla en el contexto de la
iglesia cristiana.
Con mucha gratitud
Un libro es casi siempre el producto de la sabiduría de muchos. Este
no es la excepción. Por eso estoy tan agradecido por los mentores,
amigos, colegas y estudiantes de quienes he aprendido y me han
desafiado a estirar mi comprensión de este tema.
Quisiera comenzar reconociendo a los expertos con quienes he
crecido en el discernimiento de la planificación estratégica. A veces
desde el rol de subalterno, otras como colegas en la enseñanza y
también en la gestión administrativa. De corazón agradezco a Dios
por quienes, tanto en Compassion International Guatemala como en
el Seminario Teológico Centroamericano (SETECA), han
enriquecido mi vida a lo largo de 25 años de compañerismo y
trabajo en equipo.
Gracias a todos mis estudiantes, tanto hombres como mujeres. La
mayoría de ellos muy receptiva. Han sido los primeros en multiplicar
lo que he enseñado y también en mejorar estas ideas. Ellos me han
obligado a quitar y agregar, investigar y replantear, borrar y
reescribir muchos de los conceptos que integran el argumento de
este libro. Lo han hecho en las discusiones en aula, en ensayos que
escribieron, en estudios de casos que resolvieron, y en
conversaciones amistosas alrededor de un buen café.
Es de igual importancia para mí agradecer a colegas y subalternos
que en los años de gestión administrativa hicieron posible que los
planes y proyectos de los que fui responsable se ejecutaran con
efectividad. Han sido personas con experiencias y talentos diversos.
Más todos con una misma vocación: servir a los demás
apasionadamente y llevar la visión organizacional un paso adelante.
Mi gratitud a todos. Sin su aporte no sería el líder que he llegado a
ser y no habría acumulado la experiencia que ahora atesoro.
Y al final, porque tienen un lugar destacado, mi gratitud a las tres
iglesias en Guatemala donde he sido pastor o parte de sus equipos
pastorales. Que satisfacción sin precio ha sido celebrar con ellas en
momentos significativos los logros a la luz de una visión compartida.
Además, mi gratitud sincera a muchas iglesias en las que he sido un
invitado para enseñar sobre planificación estratégica. Me han
tratado con tal respeto y generosidad que solo me atrevo a
corresponder poniendo este libro al alcance de ellas y otras iglesias
más.
En suma, este libro es mi regalo a los hombres y mujeres con
quienes he compartido en los últimos veinte años la gestión
organizacional, la enseñanza de la planificación estratégica y el
trabajo pastoral. De ellos y con ellos he recibido tanto que es
imposible no compartirlo para bendecir a muchos más. Y es mi
obsequio para ustedes, los lectores que me conocerán a través de
estas páginas.
Y por encima de todo, mi gratitud a Dios por confiarme sus dones y
las oportunidades de usarlos sirviendo a su iglesia. Este libro es una
de ellas.
Capítulo 1
Los esenciales de la planificación
estratégica
Conceptos básicos del enfoque estratégico
Los líderes brillantes sobresalen en el pensamiento integrador; es
decir, pueden sostener en sus mentes dos ideas opuestas al mismo
tiempo. Entonces, en lugar de escoger entre la opción A o B, forjan
una innovadora tercera vía que contiene elementos de ambas y que
mejora a cada una.
Roger Martin – Ideas opuestas soluciones creativas
Figura 1 El pensamiento integrador frente al pensamiento convencional
Figura 2
Distinción entre los retos técnicos y
adaptativos
Capítulo 2
La preparación para la
planificación estratégica
Cómo preparar el proceso estratégico
Donde no hay visión, el pueblo se extravía, ¡dichosos los que son
obedientes a la ley!
Proverbios 29:18 NVI.
¿Honra Dios el proceso de la planificación estratégica? ¿Tenemos
una base bíblica para el concepto de planificación estratégica, o es
algo que hemos tomado del modelo secular de negocios y aplicado
a nuestras iglesias?
Partir de una teología de la planificación
estratégica
Sí, el término plan o planes aparece en la Biblia. He aquí un
ejemplo: Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes
—afirma el Señor —, planes de bienestar y no de calamidad, a fin
de darles un futuro y una esperanza (Jeremías 29: 11 NVI).
Sí, la planificación estratégica se encuentra en las Escrituras. La
Biblia enseña sobre la planificación implícita y explícitamente. Por
principio y por ejemplo, la palabra de Dios establece la planificación
estratégica como una de las maneras en las que Él trabaja en y a
través de su pueblo.
La planificación según la sabiduría de Dios
1. Hacer planes tras conocer los hechos
a. Prov. 18:15 El corazón prudente adquiere conocimiento; los
oídos de los sabios procuran hallarlo.
b. Prov. 21:5 Los planes bien pensados: ¡pura ganancia! Los
planes apresurados: ¡puro fracaso!
c. Prov. 22:3 El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto
sigue adelante y sufre las consecuencias.
2. Hacer planes después de buscar consejo
a. Prov. 11:14 Sin dirección, la nación fracasa; el éxito depende
de los muchos consejeros.
b. Prov. 15:22 Cuando falta el consejo, fracasan los planes;
cuando abunda el consejo, prosperan.
c. Prov. 20:18 Afirma tus planes con buenos consejos; entabla
el combate con buena estrategia.
d. Prov. 24:6 La guerra se hace con buena estrategia; la victoria
se alcanza con muchos consejeros.
3. Hacer planes en dependencia de Dios
a. Prov. 16:1 El hombre propone y Dios dispone.
b. Prov. 16:3 Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus
proyectos se cumplirán.
c. Prov. 16:9 El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus
pasos los dirige el Señor.
d. Prov. 19:21 El corazón humano genera muchos
proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor.
e. Prov. 21:31 Se alista al caballo para el día de la batalla, pero
la victoria depende del Señor.
Estos versos de Proverbios reconocen y afirman la forma en que los
seres humanos están configurados: su mente construye planes. La
mente planea acciones aún no logradas y, cuando se conjugan con
la esperanza, crean posibilidades de gran alcance que al realizarse,
construyen un futuro beneficioso para los seres humanos y fiel a
Dios, el creador de la mente humana.
Dichos planes no son infieles a menos que sean intentos de sustituir
al creador o controlar el mundo del creador; es decir, usar la
planificación para ser como Dios (Génesis 3:5). Como una ofrenda,
sin embargo, los planes hechos delante de Dios y con Dios
encuentran su lugar. La mente planea pero Dios aprueba, establece
y dirige.
El liderazgo estratégico en la historia de la fe
Cuando se examina con detenimiento la historia de la fe, es
evidente que los líderes efectivos han pensado y actuado
estratégicamente. Consideremos estos casos representativos.
1. Moisés en el éxodo de los hebreos de la esclavitud en Egipto
(Éxodo 3:1-10).
2. Josué en la conquista de la tierra prometida (Josué).
3. David al planear la construcción del Templo por su hijo Salomón
(1 Crónicas 22-29).
4. Nehemías al dirigir la reedificación de los muros de Jerusalén
(Nehemías 2:12; 1:3-4; 2:4-5).
5. San Pablo en la evangelización del mundo no judío de su época
(Colosenses 1:24-28)
6. Martín Lutero (1483-1546) al liderar la reforma doctrinal y pastoral
de la Iglesia.
7. Emilio A. Núñez (1923-2015) al impulsar la formación teológica en
y desde América Latina.
8. Luis Palau (1934) al cumplir su vocación como un evangelista de
alcance global.
En suma, al tener clara la visión que Dios les encomendó en su
propia generación, cada uno de estos hombres dedicó su vida a
lograrla. La persiguieron y perseveraron a pesar de dificultades y
contratiempos. Y es claro, que sin el respaldo de Dios, sus talentos
y recursos no habrían sido suficientes. Su legado claramente
demuestra que Dios no solo aprueba sino también respalda el
ejercicio del liderazgo basado en la planificación estratégica.
Peligros en la planificación estratégica
Jesús instruyó claramente: no se angustien por el mañana, el cual
tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas (Mt.
6:34 NVI). Entonces, ¿la planificación desatiende la enseñanza de
Jesús? Lo hace si pierde su calidad de ofrenda a Dios. Es decir, la
planificación será siempre una ofrenda que en última instancia Dios
tiene el derecho de aprobar como agradable o no. La tarea nuestra
es cuidar que sea un esfuerzo digno y agradable al Señor.
Hacer planes y tomar acción sin Dios o en oposición a su voluntad
es una necedad. Pero sucede y es un peligro serio que Santiago
advierte. Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: “Hoy o mañana
iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios
y ganaremos dinero” […] Más bien, debieran decir: Si el Señor
quiere, viviremos y haremos esto o aquello (Stg. 4:13-15 NVI). Los
resultados pueden no mostrarse al instante ni aparecer
dramáticamente. Pero al final tales planes culminarán en la ruina.
Este es un punto crucial acerca de la planificación para todo el que
sostiene una cosmovisión cristiana. Al planificar, dependemos de
Dios y necesitamos su consejo. Descansando fuertemente en su
palabra, el Señor debe ser nuestro socio pleno.
Fracasamos también si al planear vamos más allá de los límites
de Dios. ¿Y qué significa esto en el contexto de la planificación
estratégica en la iglesia? Por un lado, el Nuevo Testamento define la
naturaleza y los fines máximos de la iglesia. Es la familia de Dios
(Ef. 2:19-20) con el encargo de cumplir la gran comisión de testificar
y enseñar el evangelio de modo que los no creyentes puedan
responder a la salvación que Cristo ofrece (Mt. 28:19-20); al mismo
tiempo, guiada por el gran mandamiento (Jn. 13:34-35), debe
producir cristianos santos y maduros.
En el otro extremo, todo lo que el Nuevo Testamento no ordena en
cuanto a la forma de la iglesia es una libertad que debe ejercerse
bajo la guía del Espíritu Santo para cada lugar y tiempo en
particular. Aquí es donde hay que caminar con cuidado y humildad
para discernir que nuestros planes resuelvan la tensión entre la
esencia no negociable de la Iglesia y lo periférico siempre abierto a
la mejora y la creatividad. Así, podremos evitar ir más allá de lo que
Dios ha establecido con claridad.
En suma, en el contexto cristiano necesitamos un proceso de
planificación teológicamente informado e inspirador. No estamos
acostumbrados a pensar de la planificación de esta manera, pero
deberíamos. Las referencias bíblicas e históricas antes comentadas
son un aporte precisamente al desarrollo de una teología de la
planificación que sea bien informada bíblicamente. Alguien ha dicho
muy acertadamente: Si fracasas en planear, planeas fracasar.
Analizar el ciclo de vida organizacional
Según el ciclo vital biológico,
todo organismo vivo experimenta
varias etapas de desarrollo. Por ejemplo, se planta una semilla,
comienza a brotar, desarrolla las hojas y echa raíces mientras se
desarrolla en un adulto, y después de un período largo como adulto
la planta comienza a contraerse y a morir. Es decir, hay un ciclo de
nacimiento, crecimiento, madurez y declinación.
A la luz de este concepto, el pastor e investigador social
norteamericano George Barna ha planteado que lo mismo es verdad
acerca de las organizaciones y sus líderes. Este patrón se aplica ya
sea que la organización sea un negocio con fines de lucro, una
organización caritativa, una iglesia, una agencia del gobierno, o una
institución educativa.18
El ciclo de vida de una iglesia
En suma, como lo indica la Figura 5, las iglesias y organizaciones
cristianas, tienen un ciclo vital de seis fases que se dan en tres
etapas. Las primeras dos, concepción e infancia, componen la etapa
de desarrollo: se están creando los fundamentos que van a
determinar el potencial de la organización. Las fases medias,
expansión y equilibrio, constituyen la etapa de crecimiento: la
organización expande su influencia y establece estabilidad. Por
último, las fases de estancamiento y parálisis constituyen la etapa
de declinación.
Veamos a continuación una síntesis de las 6 fases,
según las describe Barna.19
La etapa de desarrollo
Fase 1: Concepción
1. Es un período marcado por el nacimiento de ideas. El liderazgo
directivo es clave.
2. Se trata de responder por qué la organización naciente es
necesaria en el mundo.
3. El liderazgo en esta fase infantil consiste en equilibrar varios
arquetipos: soñador, profeta, campeón, emprendedor, fundador y
productor.
4. El lado positivo de esta fase es que los líderes han creado algo de
la nada.
5. El negativo es que el caos interno impera, existe falta de
capacidad y de recursos.
Fase 2: Infancia
1. La pregunta principal a responder es: ¿Qué tienes tú que yo
necesito? Si es una iglesia, el número de congregantes expresan
los indicadores del interés.
2. En esta fase la presión de crecer lo suficientemente rápido
provoca compromisos no realistas.
3. La gente esté más consciente de la producción que de las
políticas, los procedimientos, las reglas, los roles y los sistemas.
4. Lo que mantiene la pasión y la energía al máximo es el sentir que
la visión se puede realizar.
5. El líder estratégico es dominante en esta fase.
La etapa de crecimiento
Fase 3: Expansión
1. La pregunta clave que la iglesia debe responder cambia esta vez
a: ¿Cómo vamos manejar nuestro crecimiento y cumplir nuestras
metas eficientemente?.
2. La gente todavía carece de las herramientas para hacer el trabajo
a su máximo nivel.
3. El crecimiento añade nuevas presiones con las cuales nunca
antes ha tenido que tratar.
4. En esta fase el liderazgo amplía su capacidad. Más personas son
invitadas al círculo de liderazgo, pero pocas están listas para los
desafíos que presenta el crecimiento rápido.
5. Por necesidad, el poder y la autoridad comienzan a
descentralizarse, lo cual también genera suficiente conflicto e
incomodidad.
6. Esta es la primea fase en la que los líderes integradores y los
líderes operativos deben asumir una gran parte de la carga.
Fase 4: Equilibrio
1. Este es el punto al cual todo líder quiere llegar: Cuando el motor
de la iglesia está corriendo en los ocho cilindros. La gran pregunta
en esta fase es: ¿Y hacia dónde vamos desde aquí?
2. El crecimiento es continuo. Para las iglesias es generalmente
entre el 12 y el 15 por ciento con respecto a la asistencia; menos
de eso impide la optimización, más puede matar al mejor líder.
3. Los sistemas introducidos en la fase anterior comienzan a
producir tanto eficiencia como efectividad.
4. La productividad (la cantidad de resultados) y el desempeño (la
calidad de la productividad) están arriba del promedio.
5. En un estado de equilibrio, los cuatro estilos de liderazgo están
compartiendo la carga: El líder directivo, el estratégico, el
integrador y el operativo.
La etapa de declinación
Fase 5: Estancamiento
1. Demasiado de algo bueno hace que la iglesia se vuelva
complaciente. El resultado es una operación estancada.
2. La visión es central pero falta la pasión. Feliz con la forma en que
van las cosas, la iglesia deja de tomar riesgos.
3. Los líderes operativos e integradores se convierten en
cuidadores, y los individuos a los que más se los escucha son a
los contadores y a los gerentes de finanzas.
4. La mentalidad se vuelve proteccionista: El grupo comienza a
volverse defensivo más que agresivo, esperando proteger lo que
ha sido más bien que obtener lo que podría ser.
5. En esta fase, la iglesia sostiene discusiones acerca de construir
monumentos: instalaciones ostentosas, altares al pasado y
demás.
6. La negación de la realidad mina la salud y aquellos que luchan
por abordar la realidad pagan el precio por su honestidad y
valentía.
Fase 6: Parálisis
1. Si la fase de estancamiento corre sin vigilancia, el resultado
inevitable es la transición a un estado de parálisis.
2. En esta fase la iglesia se vuelve disfuncional y llena de conflictos.
3. Prevalecen la paranoia, el temor, la desconfianza y las contiendas
superficiales e internas.
4. Los líderes terminan buscando la estabilidad política más que
nuevas ideas y la energía creativa.
5. La visión medular es un recuerdo distante; el instinto de
supervivencia gobierna.
6. La única manera de salir de este estado es saltar la curva y re-
energizar el proceso con nuevas ideas e iniciativas que
revigoricen y re-involucren a la gente en el trabajo. Conocer
cuándo y cómo es la responsabilidad del liderazgo.
Hacer el diagnóstico organizacional
La razón del diagnóstico organizacional
El diagnóstico organizacional nos capacita para comprender el
contexto en el cual se está implementando el plan estratégico,
aprender de los éxitos y los errores del pasado, y asegurarse que el
esfuerzo de planeación tiene en cuenta todos los factores.
Adicionalmente, hay que incluir una evaluación del estado interno de
la iglesia. Esta incluye la estructura de gobierno y administrativa, los
procedimientos y operaciones, el personal voluntario y contratado,
los edificios, el equipo, la tecnología, y sus programas, servicios o
productos.
La dinámica de la planificación estratégica
La dirección organizacional puede expresarse en varias formas. Una
de ellas es una práctica muy común actualmente en las
organizaciones de todo tipo, incluyendo a la iglesia cristiana.
Consiste en formular un conjunto de enunciados acerca de sus fines
máximos, sus valores éticos y su estrategia. Tales declaraciones
constituyen el marco de la dirección organizacional (MDO). Es decir,
una herramienta que sirve de mapa de ruta para indicar cómo una
organización ejecutará su negocio dependiendo de su naturaleza.
Paso 1: La definición del enunciado de misión
En qué consiste y qué debe responder
El enunciado de misión describe claramente lo que una iglesia es,
para quién lo hace, y por qué lo hace. Responde a las preguntas:
¿por qué existimos como iglesia local? y ¿qué hacemos al nivel más
básico? Si ya existe un enunciado de misión, el enfoque de este
paso está en revisarlo a la luz del diagnóstico organizacional y de
los nuevos objetivos que surgen del mismo.
El fracaso de establecer y comunicar claramente el enunciado de
misión puede tener consecuencias perjudiciales, como el que los
miembros de la iglesia puedan perder el tiempo en esfuerzos
desarmonizados o que la iglesia no se dé cuenta de cuando es el
momento de salir de una actividad muerta o improductiva.
El proceso para escribirlo
No existe una fórmula para encontrar el texto que exprese mejor la
intención colectiva de una organización. Aunque puede ser
redactado por una sola persona o por un equipo en una reunión o
retiro de liderazgo, hay que estar conscientes que los grupos no son
tan efectivos en escribir declaraciones consensuadas.
Una práctica productiva es tener discusiones de grupo en un
formato de retiro de planificación y luego dejar a 1 o 3 individuos
responsables de redactar una versión para que el grupo la
retroalimente. Es importante distribuir el proyecto del enunciado de
misión varias veces al personal, a otros interesados, y a la junta
pastoral o de gobierno.
La cuestión más importante es que exista un consenso sobre las
respuestas a las preguntas planteadas al desarrollar el enunciado
de misión. Hay que trabajar apasionadamente hasta tener una
versión que todos en la iglesia se apropien y apoyen activamente.
Teniendo en cuenta el consejo de los expertos y mi experiencia
personal, un calendario efectivo del proceso de escribir el enunciado
de misión podría incluir:
1. En un primer retiro o sesión de trabajo:
• Adoptar los criterios para un efectivo enunciado de misión.
• Designar al redactor o equipo de redactores.
• Reunir ideas y sugerencias para los primeros borradores.
2. En el ínterin, desarrollar uno o más borradores del enunciado.
3. En un segundo retiro o sesión de trabajo, retroalimentar los
borradores iniciales contra los criterios establecidos y sugerir
mejoras.
4. Resumir la retroalimentación del segundo retiro o sesión de
trabajo y distribuir el segundo borrador del enunciado.
5. En una tercera sesión de trabajo, aprobar preliminarmente el
enunciado de misión propuesto.
6. Finalmente, presentar a la junta pastoral o de gobierno para
aprobación el enunciado de misión propuesto.
Paso 2: La declaración de valores
organizacionales
Fines del enunciado de valores
Con el desarrollo de este enunciado en forma participativa, los
miembros de la iglesia tienen la oportunidad de contribuir a la
articulación de estos valores, así como para evaluar qué tan bien
sus valores personales y motivación coinciden con los de la iglesia.
Los valores organizacionales: ¿en qué consisten?
Los valores son creencias que los miembros de una iglesia
sostienen en común y se esfuerzan en poner en práctica. Tales
creencias medulares guían a la iglesia en el desempeño de su
misión. En concreto, los valores deben responder a la pregunta;
¿cuáles son las creencias básicas que compartimos quiénes
integramos esta iglesia?
Los autores James M. Kouzes y Barry Z. Posner, presentan esta
definición: Los valores son los principios guiadores en nuestras
vidas con respecto a los fines sociales y personales que deseamos
–tales como la salvación o la paz- y con respecto a la conducta
moral y la competencia personal –tales como la honestidad y la
imaginación.25
Según estos autores, los valores sirven estas importantes
funciones en una organización:
1. Guían nuestra conducta en una variedad de escenarios y
situaciones.
2. Nos capacitan para saber en nuestras mentes que hacer y qué no
hacer.
3. Sirven como planes para resolver conflictos y tomar decisiones.
4. Nos mantienen enfocados en porqué estamos haciendo lo que
estamos haciendo y los fines que estamos buscando.
5. Indican que medios y que fines son deseables o indeseables;
preferibles o no preferibles.
La formulación de los valores organizacionales mediante el
consenso
En esta etapa del plan la pregunta guía debe ser: ¿Cuáles valores
nos gobiernan como una iglesia u organización cristiana? Un
ejercicio muy efectivo que yo he usado en diversas ocasiones con
mucha efectividad, tanto en iglesias como en ministerios cristianos,
es el denominado Negociación de Valores y Consenso,26 el cual
describo a continuación.
Primera fase
1. El ejercicio comienza con cada participante escogiendo de 3 a 5
valores en la tabla de la siguiente página.
2. Luego, se forman pares con la tarea de compartir sus listas
durante los 10 próximos minutos y consensuar tres a cinco valores
y ordenarlos según su importancia.
3. En el tercer paso, dos equipos de dos personas cada uno
negocian para consensuar de tres a cinco valores. El proceso:
Compartir, escuchar y consensuar dentro de 10 a 15 minutos.
4. En el cuarto paso, dos equipos de cuatro personas cada uno
negocian para consensuar de tres a cinco valores. El proceso:
Compartir, escuchar y consensuar dentro de 15 a 20 minutos.
5. En el quinto paso, dos equipos de ocho personas cada uno
negocian para consensuar de tres a cinco valores. Cada equipo
nombra un vocero que le represente en la plenaria que sigue a
continuación. El proceso: Compartir, escuchar y consensuar
dentro de 20 a 25 minutos.
6. En el paso final, todos los participantes están enfocados en tres a
cinco valores colocados en la pared o la pizarra, diciendo: “Esos
son nuestros valores, los que nos representan a todos nosotros”.
Segunda fase
1. Todos los participantes se dividen en tres o cinco grupos iguales
para trabajar en la incorporación de los valores en la conducta.
Cada grupo toma cada uno de los tres o cinco valores y empieza a
definir cómo sería su aplicación real: todas las maneras que se les
ocurran en que ese valor podría ponerse en práctica dentro su
cultura como iglesia.
2. Al final todos han producido una serie de valores operantes
compartidos y han pensado en cómo hacer que esos valores
influyan en la forma en que trabajan juntos.
3. Con gente de confianza, el enunciado de valores se pone a
prueba con estas preguntas.
a. ¿Este enunciado es el qué mejor representa quién es la
iglesia o ministerio y lo que puede aportar a los demás?
b. ¿Es posible convertir este enunciado en conductas
cotidianas?
Un ejemplo para analizar
Veamos ahora un ejemplo de los pasos 1 y 2 de la formulación del
plan estratégico. El enunciado a continuación es uno real mediante
el cual un colegio cristiano ha fraseado su misión y resumido sus
valores.
El Centro Educativo Jehová-Jiréh, basado en la herencia judeo-
cristiana, forma para una vida de servicio a la comunidad a través de
un programa educativo integral diseñado para desarrollar el espíritu,
la mente y el cuerpo.
Analicemos entonces, usando las preguntas claves, cómo este
enunciado refleja los dos pasos
1. ¿Por qué existe el Centro Educativo Jehová-Jiréh? Esta es la
pregunta clave al declarar el enunciado de misión. Citando
textualmente el enunciado, la razón de ser del Centro Educativo
Jehová-Jiréh es formar para una vida de servicio a la comunidad a
través de un programa educativo integral.
2. ¿Cuáles son las creencias básicas del Centro Educativo Jehová-
Jiréh? Esta es la pregunta central al elaborar el enunciado de los
valores organizacionales. Aquí todavía no vemos tales valores en
detalles pero sí queda claro el contexto del cual surgen los
mismos: La herencia judeo-cristiana.
Paso 3: La creación del enunciado de visión
Definición
Tal y como quedó establecido en el capítulo 1, el enunciado de
visión describe el futuro que la iglesia u organización cristiana
intenta crear. Debe responder a esta pregunta: ¿a partir de ahora
dónde queremos estar en 3, 5 o 10 años?
Es decir, la visión proporciona una imagen mental clara de los
resultados y las características que la iglesia necesita poseer a fin
de lograr sus fines. En otras palabras, es una descripción del estado
futuro que se desea. Así, el enunciado de visión estratégica provee
dirección e inspiración para responder a los desafíos que se
visualizan en el futuro.
Los elementos de una visión desafiante
Los expertos en desarrollo organizacional destacan que el
enunciado de visión integra al menos tres componentes: Una visión
convincente comunica a sus miembros quién es la organización [el
propósito], hacia dónde se va [la imagen del futuro], y lo que guiará
el viaje [los valores].27 Y desde la perspectiva cristiana en particular,
Ken Blanchard, un consultor en el tema muy respetado también en
el ámbito secular, enseña que una visión inspiradora integra estos
tres elementos:
1. El propósito trascendente
Infundiendo entusiasmo y compromiso, responde a la pregunta
“¿por qué existe la organización?”, en vez de limitarse a
explicar lo que hace.28
2. La imagen del futuro
Es una imagen del resultado final, algo que realmente se pueda
ver, no algo vago.29
3. Los valores claros
Proveen pautas amplias sobre cómo debe la organización
proceder mientras persigue su propósito.30
El concepto de visión desde la perspectiva cristiana
En mi opinión, el autor que con mayor claridad ha pulido por más
de dos décadas el concepto de visión desde una perspectiva
cristiana es George Barna. Él se aproxima en los siguientes
términos:
La visión para el ministerio es una clara imagen mental de un futuro
deseable, comunicada por Dios a sus siervos escogidos y basada
sobre una exacta comprensión de Dios, de sí mismo y de las
circunstancias.31
El núcleo de la visión
1. Una clara imagen mental de un futuro deseable.
La visión no es una necesidad únicamente para las iglesias
luchando con un presente problemático, la necesitan aún las
iglesias saludables. La visión tiene que ver con la expansión de
la realidad más allá del estado existente; por lo tanto, debe
enfocarse en el futuro y no sólo en la réplica del pasado.
2. Impartida por Dios.
La visión para el ministerio es una reflexión sobre lo que Dios
quiere lograr a través de aquel que está altamente
comprometido con la edificación del reino. Aunque el Señor
concede un espacio muy amplio y enorme creatividad para
articular, diseminar e implementar la visión, no hay por donde
perderse: Los lideres visionarios reciben la visión para sus
ministerios de Dios y solamente Dios.
3. A sus siervos escogidos.
Solamente un líder escogido sabe qué hacer con una visión.
Los líderes confundidos o falsos son aquellos que buscan
posiciones de liderazgo por un sinfín de razones distintas a la
de cumplir la visión dada por Dios.
Los fundamentos de la visión
1. La comprensión de Dios.
Los líderes son útiles en la extensión del reino de Dios cuando
tienen la voluntad de servir a los propósitos del Señor, en su
tiempo, a su manera y para su gloria. La intimidad con el Señor
se gana mediante la oración y la meditación, el ayuno, y el
estudio de las Escrituras.
2. La comprensión de sí mismo.
Los líderes visionarios conocen quienes son ellos interiormente,
al nivel más profundo del auto-conocimiento. Esto significa
fundamentalmente aceptar que el líder completo es solo un
mito. Los líderes cristianos más efectivos son quienes con
humildad reconocen que no lo saben todo, que no tienen todas
las respuestas y que no son un producto terminado. Dios
continúa formándoles hacia la condición de un hombre maduro,
a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Ef. 4:13 BA).
3. La comprensión de las circunstancias.
El Señor obra a través de los líderes pastorales o espirituales
dentro del contexto de la realidad humana. De modo que, es
imprescindible para quienes dedican su vida al ministerio
cristiano entender la historia de su comunidad, a la gente a la
cual sirven y lideran, a sus colegas, y a la competencia
mundana, aquellos que trabajan sobre la base de una visión
humana que busca distraer a la gente de las cosas de Dios. El
Señor provee a sus siervos escogidos con una visión ajustada a
sus circunstancias.
EL PROCESO PARA FORMULARLO
Igual a lo expresado en el Paso 1, la definición del enunciado de
misión, no existe una fórmula única para expresar el enunciado de
visión. Lo que sí hay que tener presente es que se trata de la
declaración específica, detallada y única de lo que la organización
hará para crear un resultado particular para la gente a la que sirve.
Debe ser una descripción breve, memorable y auténtica del enfoque
de la organización. Alrededor de 25 a 35 palabras en no más que
dos oraciones. Las mismas práctica y agenda propuestas en el Paso
1 pueden ser de gran utilidad al formular el enunciado de visión
organizacional.
Paso 4: La formulación de la estrategia dinámica
Como lo dije en el capitulo anterior, en la sección sobre hacer el
diagnóstico organizacional, la formulación de la estrategia
organizacional solo tiene sentido cuando sigue a la identidad
organizacional expresada en los enunciados de misión, de valores y
de visión. Y el diagnóstico organizacional es el dominio con el que
empieza la dinámica de la planificación estratégica. Tal y como lo
ilustra la Figura 6, es al llegar a este Paso 4 que una iglesia local
entra en el dominio de precisar cómo convertirá su identidad
organizacional en una vía para ir desde su situación presente hasta
la realidad a la que aspira en el futuro.
Una perspectiva reciente sobre la estrategia
Cynthia Montgomery, una experta en la estrategia organizacional,
afirma que el énfasis
exagerado en la ventaja competitiva sostenible
ha desviado la atención del hecho de que la estrategia debe ser una
herramienta dinámica para guiar el desarrollo de una empresa a lo
largo del tiempo.32
Por lo tanto, ella señala que el enfoque prevaleciente de la
estrategia como una solución fija es insuficiente y propone un
modelo que explica la estrategia como un proceso dinámico. El
siguiente gráfico resume esta perspectiva.33
Según ella, una organización comienza definiendo su propósito
distintivo; a continuación, lo traduce en un sistema de creación de
valor, un conjunto de partes que se refuerzan mutuamente; y luego,
la organización traza la declaración estratégica; es decir, los
objetivos e iniciativas específicos de un plan estratégico.
Entonces, con el plan estratégico como guía, se derivan los planes
operativos: los procesos, las métricas de rendimiento y los
presupuestos que permitirán medir si la estrategia está teniendo
éxito; y finalmente, el líder estratégico ejecuta la estrategia
dinámicamente, y la actualiza al descubrir que las suposiciones
subyacentes han quedado obsoletas o son erróneas, iniciando de
este modo otro ciclo en el sistema.
En suma, como lo he integrado en la Figura 9, el modelo de
Montgomery de 5 fases sostiene que la estrategia evoluciona, se
mueve, y cambia.34 La estrategia es un proceso dinámico.
Figura 9 La estrategia dinámica de Montgomery
Figura 11 La cascada integrada de decisiones
Nuestros valores
Sostenemos con fe como nuestros valores funda-mentales
estos principios que Dios bendice:
PROCLAMAR LA GRACIA DE DIOS
Comunicamos las buenas nuevas de la gracia de Dios
convencidos de que son el mensaje de esperanza que satisface las
necesidades humanas y produce una vida mejor.
PRACTICAR EL AMOR CRISTIANO
Servimos motivados por el amor de Jesucristo, usando nuestros
dones y recursos materiales y espirituales para bendecir a los
demás y suplir sus necesidades.
DISCIPULAR PARA MULTIPLICARNOS
Cumplimos la Gran Comisión por medio de la estrategia del
discipulado, procurando el crecimiento cualitativo y cuantitativo de la
iglesia local.
LIDERAR EN EQUIPO
Lideramos y servimos en equipo a fin de incluir a todos en la unidad,
la edificación mutua y el equipamiento de los santos para la obra del
ministerio.
SERVIR CON DILIGENCIA
Estamos comprometidos con la excelencia para poder llevar a
cabo el ministerio en una forma que honre a Dios, innovando
continua y creativamente las estrategias de servicio.
NUESTRA VISIÓN
Producir discípulos totalmente en desarrollo y una
creciente congregación que estén apasionadamente
comprometidos con amar a Dios y las personas.
Este enunciado de visión refleja el corazón del ministerio en Vida
Abundante. Se ha convertido en el foco de todos los esfuerzos del
ministerio en la iglesia y refleja la importancia del discipulado y la
misión de la iglesia.
Nuestras direcciones estratégicas
Los próximos cinco años serán un período crucial en la Iglesia Vida
Abundante. El potencial de crecimiento no tiene precedente; la
sociedad y la cultura experimentarán rápidos cambios y retos
simultáneos; las presiones económicas requerirán nuevas
estrategias impensables en el pasado.
1. ADORACIÓN: PREDICACIÓN-ENSEÑANZA, MÚSICA Y ORACIÓN
56
Ibid.: 29-33.
57
Jim Collins, Empresas que sobresalen, por qué unas sí pueden
mejorar la rentabilidad y otras no. (Bogotá: Editorial Norma, 2002):
18.
58
Warren Bennis, Managing the Dream: Reflections on
Leadership and Change. (Cambridge: Perseus Publishing, 2000):
31.
59
Ibid.: 35.
60
Warren Bennis y Burt Nanus, Líderes, Estrategias Para Un
Liderazgo Eficaz. (Barcelona: Paidós, 2001): 234.
61
Gary L. Neilson, Karla L. Martin, and Elizabeth Powers, “The
Secrets to Successful Strategy Execution” Harvard Business
Review, (June 2008): 7.
62
John P. Kotter, Leading Change. (Boston: Harvard Business
School Press, 1996): 157.
Notas del Apéndice A
63
Este estudio bíblico consiste en una entrevista al Apóstol Pablo
acerca de la estrategia que él desarrolló para llevar adelante su
visión de evangelizar y discipular al mundo no judío de su época. La
entrevista está estructurada con base en las 7 preguntas
estratégicas de Simons comentadas en el capítulo 2.
¡Gracias!...
por haber terminado.
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Table of Contents
Portada
Portada interna
Creditos
En la opinión de otros
En la opinión de otros 2
En la opinión de otros 3
Agradecimientos
Introducción
Capítulo 1
Capítulo 1 - Los esenciales de la planificación estratégica
Capítulo 2
Capítulo 2 - La preparación para la planificación estratégica
Capítulo 3
Capítulo 3 - La formulación del plan estratégico
Capítulo 4
Capítulo 4 - La ejecución del plan estratégico
Apéndice A
Apéndice B
Notas
Gracias por su lectura