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Este texto forma parte de la siguiente obra:

Construcción de terapias familiares sistémicas


“Espíritu” en la terapia
Bradford Keeney y Jeffrey Ross
Amorrortu Editores, 1987.

Páginas 13 a 19. Acerca de este libro.


Será utilizado para el Ejercicio 1 indicado en la Guía.

“He ahí algo que también hemos aprendido de


su nación”, dijo Mein Herr.
“Me refiero a la confección de mapas. Pero la
llevamos mucho más lejos que ustedes…”.
“Conseguimos levantar un mapa del país, a la
escala de kilómetro sobre kilómetro”.
¿“Y la han utilizado mucho?”, pregunté.
“Todavía no ha sido desplegado”, respondió
Mein Herr. “Los granjeros se opusieron:
dijeron que cubriría el país entero y que taparía
la luz del sol. Por eso ahora utilizamos el país
mismo como su propio mapa, y le puedo asegurar
que el resultado es casi tan bueno.

Lewis Carroll, Sylvie and Bruno Concluded, 1893.

Una de las más atractivas y fecundas formas de terapia aparecidas en los


últimos años es la terapia familiar sistémica, es decir, la perspectiva que se orienta
a tratar las pautas que conectan la conducta problema de una persona, con la
conducta de otras1. Este desplazamiento del foco, de la conducta individual a las
pautas sociales de organización, ha sido recibido con entusiasmo por diversidad
de profesionales, como lo demuestra una bibliografía que ya es considerable y que
no deja de aumentar.
Ese entusiasmo desdichadamente se acompaña muy a menudo de
perplejidad frente a la panoplia de técnicas prácticas y de explicaciones teóricas Comentario [U1]: Tabla , generalmente
en forma de escudo , donde se colocan
que se ofrecen. Lo ideal sería que el profesional dispusiera de un mapa que le floretes , sables y otras armas de esgrima .
procurara acceso directo a las diversas orientaciones de terapia familiar sistémica.
Con la mira en ese objetivo, expondremos una perspectiva conceptual ,
unificadora de la que principiantes y clínicos experimentados puedan extraer los
variados recursos de las diversas terapias sistémicas, como medio para
perfeccionar la organización de las estrategias clínicas.

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Las pautas sociales en cuestión, que organizan a la conducta problema, no siempre incluyen miembros de
la familia; acaso sea más exacto, entonces, hablar de “terapia sistémica”. Preferimos sin embargo “terapia
familiar sistémica” porque lo común es que los miembros de la familia participen en las pautas sociales
organizadoras de la conducta problema.

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Estudiamos en este libro el modo en el que los terapeutas construyen
terapias familiares sistémicas. Al examinar con atención diversos historiales
clínicos – que incluyen el tratamiento de una migraña, de una familia deprimida, de
un músico angustiado y de una madre anoréxica – descubrimos que, no obstante
las diferencias, todas esas terapias se habían edificado sobre la misma premisa
básica. En cada caso, síntomas y problemas habían sido conceptualizados y
tratados por el terapeuta como partes de una pauta de organización sistémica más
abarcadora. Pero cada terapia construye por su camino singular una visión propia
sobre qué es una pauta sistémica de organización.
En estas pautas participa a veces el sistema íntegro de la familia nuclear,
por ejemplo, el tratamiento de Olga Silverstein de la migraña de una niña, en que
hizo que todos sus familiares reservaran tiempo para afligirse. Pero puede ocurrir
que la pauta se extienda a varias generaciones, como en el tratamiento de Charles
Fishman, de una familia de tres generaciones, en el que el paciente
individualizado llevaba veinticinco años de padecer anorexia nerviosa. El caso
clínico expuesto por John Weakland, por otra parte, demuestra que la pauta
organizadora de la conducta problema no necesita que se incluya al sistema
familiar.
El propósito de este libro es mostrar la manera en que cada una de las
orientaciones terapéuticas principales construye su singular perspectiva sistémica
con miras a la organización del tratamiento. Una individualización y articulación
claras de estas perspectivas y de estas estrategias requiere de una elaboración
teórica que no ciña de manera exclusiva a un particular tipo de terapia. En
consecuencia presentamos un panorama general de diversos abordajes y
mostramos sus diferencias y sus semejanzas.
En la primer parte, “Los fundamentos teóricos”, exponemos la base teórica
para el discernimiento de pautas terapéuticas. En el capítulo 1 presentamos un
distingo (distinción) fundamental entre dos maneras de considerar las pautas por
las que se rige la comunicación terapéutica. Distinguimos entre marcos
semánticos de referencia – atender a la comunicación en función del significado – Comentario [U2]: Aspectos del
y marcos políticos de referencia – examinar la comunicación por sus significado, sentido o interpretación de
signos lingüísticos, como símbolos,
consecuencias en orden a la organización. palabras, expresiones o representaciones
Si un terapeuta pide a un cliente explicar por qué tiene un problema, está formales (conocimiento contextualizado).

inquiriendo por un marco semántico. En ese caso puede suceder que trate aquel Comentario [U3]: Quehacer ordenado
al bien común. Actividad en virtud de la un
de construir un particular significado para su situación. Señalará experiencias sistema resuelve los problemas que le
traumáticas que vivió en el pasado, trastornos del carácter, constreñimientos plantea su convivencia colectiva.
sociales; o también construirá una elaborada explicación de las razones por las
cuales no atina a indicar una. Pero si el terapeuta pide en cambio a su cliente
describir qué sucede de hecho, lo que propone es un marco político de referencia.
El cliente especificará entonces quién hace qué a quién. De estas descripciones
se empezará a recortar un panorama sobre su conducta problema. Todos los
terapeutas hacen preguntas que entretejen marcos semánticos y políticos de
referencia.
El capítulo 2 especifica una concepción cibernética de la comunicación
múltiple en la intervención terapéutica. Por “cibernética” entendemos la
organización de sistemas de comunicación por referencia al abordaje que hacen
tanto del cambio como de la estabilidad. Esta concepción cibernética nos lleva a
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comprender la manera en que intervenciones terapéuticas logradas hacen jugar
en lances complementarios las demandas de cambio y de estabilidad provenientes Comentario [U4]: Lance: Situación
crítica, difícil o decisiva.
de un sistema familiar. Los marcos semántico y político de referencia procuran un
abordaje general para el examen de la comunicación en terapia; y la organización
cibernética de la comunicación múltiple proporciona una visión de enfoque más
fino. Vamos a emplear esta última a fin de poder discernir con mayor claridad la
estructura sistémica de las propias intervenciones terapéuticas.
Los capítulos 1 y 2, entonces, proporcionan lentes teóricas: una para la
visión general y otra para un enfoque más aguzado. Son lentes que ponen en foco
las pautas básicas de las intervenciones terapéuticas. Y en la segunda parte del
libro, con el empleo de aquellas, obtendremos diversos cuadros de las estrategias
generales que se utilizan para organizar terapias familiares sistémicas.
En toda terapia se incluye un distingo (distinción) rector que orienta y
organiza el modo en que se la ha de construir, mantener, percibir; en la que se le
ha de responder; cómo se interactúa con ella, cómo se la comprende y cómo se la
cambia. Las estrategias que analizamos presentan tres distinciones principales
que se han utilizado para organizar terapias sistémicas: 1) un foco interaccional
sobre solución de problemas; 2) un foco sobre relaciones sociales triádicas, y 3)
un foco que va dirigido al significado contextual.
Es posible sostener que históricamente cada una de estas perspectivas se
asoció a un particular abordaje de la terapia sistémica. Por ejemplo, la labor de
Paul Watzlawick, John Weakland, Richard Fisch, Lynn Segal y sus colaboradores
se orientó principalmente a la relación complementaria entre conducta problema y
conducta de solución del problema. Jay Haley, Braulio Montalvo, Salvador
Minuchin, H. Charles Fishman y sus colaboradores, por su lado, hacen foco más
bien sobre la organización estructural de relaciones triádicas, en el contexto social
de la familia. La obra más reciente de Mara Selvini-Palazzoli, Gianfranco Cecchin,
Giulana Prata y Luigi Boscolo atiende a los significados contextuales que
enmarcan la política de familias perturbadas.
Cada una de estas orientaciones especifica un singular camino trazado a
partir de las distinciones que construyen y organizan la terapia. Aunque la
distinción que organiza (distingo organizador) sea diferente en cada una, de hecho
todos los abordajes dan respuesta a problemas de conducta, relaciones sociales
triádicas y significados contextuales. Es imposible que alguien no tenga
conductas, que no se allegue a sus prójimos y que no signifique. Por ejemplo,
algunas orientaciones pretenden atender exclusivamente a la conducta
observable, sin embargo pueden situarla en contexto por la vía de ubicarla en un
marco cognitivo.
Los capítulos 3, 4 y 5 examinan las principales escuelas de terapia
sistémica y delinean sus distinciones básicas para la organización de la terapia.
Diferenciar estas prescripciones terapéuticas exige pesquisar cómo integran ellas Comentario [U5]: Buscar
lo que denominamos “leyes de la forma terapéutica” y “pautas de comunicación
múltiple”. Entonces cada estrategia se describe y se analiza en función de la
manera en que se prescribe y construye: 1) distinciones y complementariedades
pertinentes; 2) marcos de referencia semánticos y políticos, y 3) pautas
cibernéticas de comunicación múltiple. Además presentamos para cada

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orientación sistémica historiales clínicos completos, así como amplios
comentarios.
Las particulares orientaciones de terapia sistémica que analizamos
presentan nexos directos con las ideas de la teoría de la comunicación y la
cibernética, y por eso mismo las escogimos. Empleamos en acepción específica el
término “terapias familiares sistémicas” para individualizar los diferentes abordajes
terapéuticos que nacen de esa base paradigmática. Si es cierto que otros
abordajes de terapia familiar guardan relación con esta misma tradición de
pensamiento, es probable que las terapias examinadas por nosotros sean las más
claramente comprometidas con una perspectiva cibernética de la comunicación y
el contexto humanos.
Cuando decimos que la terapia se organiza en función de la pauta, es
importante saber que nos referimos a lo que Gregory Bateson (1972; 1979)2
“espíritu” (mind). La organización cibernética de procesos vivos, se trate de
amibas, araucarias, seres humanos, grupos sociales o planetas enteros,
especifica esta definición de espíritu. “Espíritu” en la terapia designa entonces la
organización cibernética de sucesos, que es encarnada por terapeutas y clientes
(véase Keeney, 1983). Esta pauta de organización vincula a terapeuta y cliente de
una manera que lleva a abordar con éxito, tanto el cambio corrector como la
estabilidad. Entender “espíritu” como sinónimo de sistema cibernético es una
intelección rectora que trae profundas consecuencias para la comprensión y la Comentario [U6]: Acción o efecto de
entender o concebir.
práctica de las terapias familiares sistémicas.
Este libro se dirige en principio a los que tienen interés en conocer los
fundamentos de la práctica y la teoría de las principales orientaciones de terapia
familiar sistémica. Además de ofrecer un detallado análisis de cada una de éstas,
proporcionamos una perspectiva que las enlaza a todas y establece un punto de
vista despejado para la comparación de estrategias terapéuticas. Estos mapas y
estas estrategias asistirán al clínico en la organización de su trabajo, de manera
que aproveche mejor sus recursos individuales.
Antes de pasar adelante, narramos un cuento; pretende advertirnos que la
relación entre práctica clínica y confección de mapas (que se suelen llamar arte y
ciencia) puede ser retributiva.

Había una vez un bosque encantado donde una hermosa dama descubrió
que podía hablar con los ciervos. Pasaba horas y horas conversando con los
ciervos, y en ocasiones reía y jugaba con ellos.
En esa misma comarca vivían dos jóvenes científicos exploradores, que
tenían por costumbre andar descubriendo lugares nuevos y nuevas cosas. Eran
por naturaleza muy curiosos, y también les gustaba hacer dibujos técnicos de
todo cuanto les salía al paso.
Y así sucedió que los exploradores se encontraron con la dama y sus
ciervos. Parece que una y otra vez los cubrió de denuestos, diciéndoles que no Comentario [U7]: Insulto. Ofensa grave
de palabra.
entendían nada de lo que ella hacía y que no tenían derecho a invadir su inhollado
Comentario [U8]: Sin pisar.

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Véanse las Referencias Bibliográficas, pág. 255. En lo sucesivo, las citas entre corchetes remiten a versiones
castellanas publicadas por Amorrortu editores.

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territorio. Y parece que los jóvenes, por su parte, aducían que su obligación era
estudiar el mundo de la dama, y que debía estarles agradecida.
Y así fue su trato por años y años. Debió de pasar casi un siglo.
Un día, los exploradores por descuido dejaron abandonado un dibujo contra
el tronco de un gran roble, donde la dama lo encontró para su asombro. Se le
antojó una suerte de mapa. Incapaz de refrenar su curiosidad, se puso a
examinarlo, y advirtió, para su desconcierto, que si lo miraba entrecerrando los
ojos de determinada manera, el mapa cobraba peculiar belleza.
En el encuentro siguiente mortificó a los exploradores contándoles de su
descubrimiento. Proclamó que no eran tan diferentes de ella. Esto los dejó
atónitos. Les complacía la posibilidad de que hubiera llegado a comprender lo que
intentaban, pero no lograban imaginar qué pudiera tener en común con ellos.
Porque bien mirado, rara vez malgastaban su tiempo empeñándose en hablar con
los ciervos.
Una siesta, los exploradores decidieron jugar una treta a la dama. Mientras
dormía, sin hacer ningún ruido, y con todo cuidado, trazaron un dibujo de su
cuerpo. Y se las arreglaron después para perder este bosquejo en un lugar donde
sin duda ella lo encontraría.
A la siguiente semana la buscaron y le preguntaron si por casualidad no
había encontrado un importante documento que se había perdido. Abundaron en
razones y razones acerca de su importancia. La dama escuchó con seriedad y
después les pidió que describieran el contenido de ese documento. Ellos hicieron
un silencio, y respondieron: “Es un bosquejo que formalmente muestra que es
usted tan interesante científicamente como lo más interesante que hayamos
podido estudiar”. La dama respondió cálidamente: “Siempre lo he sabido”. Y
empezó a sonreír.
Desde ese momento, cuentan los aldeanos, se les puede encontrar a los
tres vagando por otros bosques, conversando, jugando, riendo. En ocasiones
dejan abandonado un bosquejo para que algún otro lo encuentre.

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