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INTRODUCCION
A lo largo de la historia las palabras han tenido mucha importancia. Un líder proclama una frase, y ésta se convierte en un
toque de trompeta que mueve a las personas a sacrificios y hazañas. Algún gran hombre envía un manifiesto, y éste
produce un efecto que puede hacer o deshacer naciones. Una y otra vez en la historia la palabra que ha dicho algún líder o
pensador ha salido y ha obrado grandes cosas. Si así sucede con las palabras humanas, cuánto más con la Palabra de Dios.
Se presentan algunas afirmaciones sobre la Palabra de Dios:
VI- Es una palabra más cortante que una ESPADA de dos filos (Hebreos 4:12)
La palabra de Dios penetra hasta la frontera entre el alma y el espíritu. Escudriñando los deseos e intenciones del corazón,
revelando las cosas ocultas que hay en él. EL deseo es la parte emocional de la persona, y la intención la parte intelectual. La
palabra llega hasta el espíritu del hombre.
Los dos filos de la espada nos muestran por un lado, que la palabra trabaja con un filo en el oyente que la recibe cuando es
compartida y con el otro filo, trabaja sobre nosotros, trazando nuestra vida también para ver si vivimos lo que compartimos;
pero también podemos ver que la misma palabra que es salvadora para los que creen, es destructora para los
desobedientes.
Al confrontarnos con la palabra de Dios, somos confrontados por Dios mismo, y no existe cosa creada que no sea manifiesta
en su presencia. Todas las cosas están desnudas y expuestas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. La
función juzgadora de la palabra de Dios puede ser una ayuda para nosotros al continuar nuestro viaje de fe.
VII-La palabra VIVIENTE es CRISTO
La palabra viviente es Jesucristo, él es el Verbo (gr. logos) de Dios, la palabra encarnada. Por medio de Cristo Jesús
alcanzamos la vida (eterna y abundante). Cristo tiene poder para transformar nuestro corazón. ¿Cómo respondemos
ante su llamado? En Cristo, y para Cristo fueron creadas todas las cosas, todo por el subsiste, él fue constituido heredero
de todo y por medio de él todo fue creado. Cristo puede transformar una persona que vive sin sentido, perdida en el
pecado, menospreciada y desechada por todos en una nueva criatura. Ese es un verdadero milagro, un corazón
transformado, y en Cristo es posible que suceda.
Por medio de la Palabra eterna de Dios que es Cristo Jesús, tenemos garantizada nuestra entrada y permanencia dentro
de los planes eternos de Dios.