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Universidad Nacional de Salta

Carrera: Letras
Cátedra: Psicolingüística

El desarrollo de la petición

De todas las formas de uso del lenguaje, la petición es la que está más comprometida con el
contexto. Ya sea que pidamos información, cosas, servicios o simplemente reconocimiento, debemos
adaptarnos a la capacidad de quien escucha, a sus límites, a nuestra relación con él y a las
convenciones que él acepta, tanto en el lenguaje como en el mundo real. La finalidad de la petición es
conseguir que alguien entregue cosas. Y las cosas están en el mundo real, no sólo en el lenguaje.
En consecuencia, la petición es un tema rico en el estudio de la pragmática y ha sido estudiada
con una variedad de enfoques: por su lógica subyacente lo estudió Hintikka por sus formas
gramaticales, Jerrold Katz, y por la parte que tiene en la teoría del acto de habla John Searle. Pero
hay una sorprendente carencia de trabajos sobre la adquisición del acto de la petición.
Nuestro objetivo en este capitulo, es pragmático: explorar el crecimiento de la petición, en
nuestros dos jóvenes sujetos: Richard y Jonathan. La petición comienza en forma difusa y “natural”
con el niño gesticulando y vocalizando de una forma interpretable, indicando que está necesitando de
algo, pero no indicando qué es lo que desea. Estos “signos” de ninguna manera son convencionales al
comienzo: quejarse, llorar, alcanzar, etc. De diversas investigaciones surgen algunas pruebas de que
cuando el niño tiene tres o cuatro meses la madre es capaz de distinguir distintos tipos de llanto.
Hay interesantes cambios evolutivos en las formas de inferencias que guían las interpretaciones
de la madre. Hasta las veintiséis semanas, la madre interpreta el llanto del bebé como indicador típico
de frustración, incomodidad, hambre o deseo de ser levantado. Las necesidades del bebé se consideran
“físicas”. Sobre las veintiséis semanas, la madre comienza a interpretar los llantos del niño por
“razones” más psicológicas. Y es alrededor de ese tiempo cuando el niño está crecientemente
dispuesto a responder a las intervenciones “psicológicas” de su madre: el ofrecimiento de un objeto, el
entrar en “conversación”, y otras.
El próximo cambio real se produce alrededor de los ocho meses, cuando el niño comienza a
mostrar la primera indicación referencial interpretable de qué es lo que pide mediante la extensión del
brazo hacia el objeto deseado. Al comienzo esta extensión es esforzada, el cuerpo está inclinado con la
extensión del brazo, y el niño hace “esforzados” ruidos mientras abre y cierra su mano extendida. En
unos pocos meses, esta extensión del brazo se hace estilizada y convencional. La extensión del brazo
se hace ahora con la mano abierta, sin esfuerzo, y la vocalización que la acompaña se hace distintiva.
En ambos niños distinguimos tres tipos fundamentales de petición. La primera, y de
procedimiento más simple es la petición de un objeto que se elabora desde una fase temprana cuando
está dirigida solo a un objeto presente, cercano y visible, con frecuencia en posesión de un adulto;
hasta formas posteriores dirigidas a objetos remotos pero visibles, y fuera del alcance y a una forma
diseñada para pedir objetos qué no están a la vista. Al segundo tipo lo he llamado invitación, porque es
la petición que se hace a un adulto para que se incorpore con un papel especifico a un juego
interactivo. Un tercer tipo es la petición para una acción de apoyo, en la cual el niño trata de
conseguir la fuerza o la habilidad de un adulto para que lo ayude a lograr un fin deseado.
El papel de la madre cambia en cada tipo de petición. En uno tiene que entender qué objeto
quiere el niño; en otro para que es la invitación; y en el tercero, qué tipo de ayuda necesita el niño.
Pero en los tres tiene asimismo una función común, que es la de “enseñar”, por informal que esta sea.
La madre es, la agente de la cultura, y es ella quien refuerza las condiciones de felicidad de la petición
y como veremos, con una gran dosis de negociación.
Petición de objeto
Los primeros requerimientos de objetos del niño tienen reciprocidad, generalmente, con la oferta
del adulto: la madre tiene un juguete en forma invitante y el niño se acerca a él extendiendo su brazo
(acompañado por una queja o por sonidos de esfuerzo) y el adulto se lo entrega. El primer
requerimiento de objeto aparece como “la toma de posesión” que posee otro. Hasta alrededor de los
nueve meses, la mirada está dirigida exclusivamente al objeto que está pidiendo. Después de los nueve
meses los dos niños echan una mirada a sus madres al mismo tiempo que se acercan al objeto.
Posteriormente los niños alternan la mirada a la madre y al objeto. Los sonidos de esfuerzo fueron
reemplazados por estilizadas llamadas de petición huhmm para Jonathan y heaah para Richard.
A los dieciséis meses, por ejemplo Richard remplazó su vocalización de petición heaah por un
bien articulado ghee. Este, a su vez fue remplazado por balbuceos encadenados semejantes a
oraciones. El favorito era n-gah-gho-ah-di.
Poco después de los dieciocho meses los encadenamientos fueron remplazados por lexemas
como bauble (apple, manzana) acompañado por un acercamiento a un libro en el estante que contenía
una lamina favorita de una manzana. A los veinte meses dijo heaah moo-louse (“Want the mouse”,
quiero el ratón). El formato fue el firme vehículo del desarrollo (...).
El formato de la petición sufrió una elaboración mayor en la mitad del segundo año de ambos
niños. El cambio se produjo con dos nuevas variantes de la petición: la petición de objetos ausentes y
la petición de ayuda para realizar alguna actividad. La primera de estas variantes requiere el uso de
nominales o la indicación del “lugar canónico” donde se encuentra el objeto. Si no se tiene un nombre
para un objeto, señalar su ubicación sirve perfectamente. Este fue un recurso usado por ambos niños
hasta que sus léxicos alcanzaron la amplitud de objetos que ellos deseaban.
Petición de objeto
Richard: (señala el fuego en la chimenea, preguntando) agho-wa-wa-wa-wa
Madre: Fuego
Richard: wa
Madre: no digas wa-wa . Fuego, Richard
Richard: fuego
Madre: Eso está mejor.

Requerimientos para una acción de apoyo

Jonathan: (sostiene la caja de música, mira la caja, luego a su madre)


Madre: (conversa con el observador)
Jonathan: mm
Madre: (continúa conversando con el observador)
Jonathan (mira la caja; trata de que suene, se vuelve hacia su madre) hmmm
(Trata de que la caja suene; mira a su madre; gatea hacia ella) eeh, eega, hmmm (sostiene su caja hacia su
madre)
Madre: (se acerca hacia la caja)
Jonathan: (retira la caja; demuestra un intento que suene; alcanza la caja a la madre) aquí
Madre: ¿Quieres que mamá la ponga para ti? Mira (demuestra cómo darle cuerda)
Jonathan: (mira al observador; después observa a su madre dando cuerda. Tan pronto como suena la música
Jonathan se acerca, toma la caja de nuevo y se va sin reconocimiento)

24 meses
Richard estaba haciendo una “reunión de té” para sus animales de juguete Teddy y Rabbit. Estaba en el sofá al
lado de su madre y varías veces había pedido y recibido cubiertos de la cocina para la “comida”, incluidas
varias cucharas, por ejemplo, la cuchara roja y la cuchara de la abuela.

Richard: (deja el sofá, cruza la habitación hacia la puerta de la cocina, permanece mirando hacia la cocina,
entonces señala hacia ella) esa cuchara (gritando) (se vuelve hacia su madre, todavía señalando hacia la cocina)
esa cuchara
Madre: (no hay respuesta)
Richard: (vuelve al sofá, sonriendo; arregla la posición a Teddy) Teddy, Teddy (camina hacia la madre en el
otro extremo del sofá; tomándole de la mano trata de tirar de la madre hacia la cocina)
Madre: ¿Qué quieres que haga?
Richard: (señala la cocina, mirando primero a la madre y después a la cocina) esa cuchara
Madre: ¿Qué cuchara?
Richard: (todavía señalando la cocina, tirando de la mano de la madre, mirando a la madre) esas
Madre: (ríe)
Richard: (tira fuerte de la mano de la madre) mami, levántate (suplicando)
Madre: ¿Me ayudarías?
Richard:(va hacia atrás de la madre empuja su hombro) mami (gimoteando)
Madre: (ríe)
Richard:(se pone frente a la madre, toca su brazo) mamá levántate (insistente) (camina de nuevo a la cocina con
el brazo extendido hacia la madre)
Madre: ¿Qué quieres?
Richard:(empuja el hombro de su madre) mami levántate (toca el cuello del vestido de su madre, sonríe
retrocede) necesito mamá (insistente) (camina nuevamente hacia la madre)
Madre: ¿Quieres más cucharas?
Richard: Más cucharas (toca el hombro de la madre; se distrae por treinta segundos con el vestido de la madre;
busca la mano de la madre, tira de ella, la deja, mira a la madre, tira de nuevo de su mano, alternando la mirada
entre la cocina y la madre) mamá levántate (quejándose)( tira fuerte de la mano de la madre)
Madre: (se levanta, Richard sigue tirando) ¡De acuerdo!
Richard: (deja la mano de la madre, corre delante hacia la cocina) De acuerdo
Madre: (sigue a Richard hacia la cocina)
Richard:(vuelve con cucharas) Ahí, esa cuchara

Bruner, Jerome (1990) El habla del niño. Cognición y desarrollo humano. Barcelona: Paidós

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