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El cristiano ante los tiempos finales.

Nos dice la Biblia en el evangelio de Lucas 21:33-36 “El cielo y la tierra pasarán,
pero mis palabras no pasarán. Mirad también por vosotros mismos, que
vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de
esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.    
Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de la tierra.
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de
todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante de Hijo del hombre”. 
Independiente de todas las cosas que pueden suceder, toda la palabra de Dios se
cumplirá; y como está escrito, el cielo y la tierra presente pasarán, y nosotros:
“esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los
cuales mora la justicia”, según nos dice el apóstol Pedro en la 2ª
Pedro 3:13. 
De esta manera, por encima de todos los burladores, de las sectas, del ateísmo,
de los engaños y mentiras, de las fabulas, el Señor Jesucristo cumplirá su
palabra, redimirá a su pueblo, establecerá su reino, y nosotros como iglesia,
estaremos para siempre con el Señor. Esa es nuestra bendita y segura
esperanza.       
En este texto de Lucas 21, el Señor Jesús nos alienta a ser diligentes, entendidos,
y vivir de manera consciente de estas verdades, para no dejarnos llevar por la
corriente del mundo y de la maldad.         
No podemos negar e ignorar que el mundo y su sistema libertino e inmoral,
pueden adormecer al cristiano, de manera que la venida del Señor lo puede
sorprender. Cristo levantará a su iglesia, y debemos estar atentos y preparados
para aquel gran encuentro con el Señor.  
  En este pasaje bíblico el Señor Jesús menciona tres aspectos que debemos
considerar: 
La glotonería: término traducido de la palabra griega “kraipále”, que
además significa: libertinaje, desenfreno, vicio, conducta descontrolada cuando
se está ebrio. 
La embriaguez: término traducido de la palabra griega “médse”, que
además quiere decir: borrachera, intoxicación.  
Y finalmente, los afanes de esta vida: “afanes” se traduce de la
palabra griega “merimna” que además significa: ansiedad, aflicción,
preocupación. 
El Señor nos dice además que ante este panorama debemos “velar en oración”.
2Co 2:11 para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no
ignoramos sus maquinaciones.
Entonces, debemos mantener nuestro corazón vigilante, evitar lo que nos pueda
apartar del Señor, y más bien fortalecer y avivar nuestra comunión diaria con
él. De esta manera, nuestra fe en Cristo se hace sólida y fuerte, y nos permite
estar a la expectativa de la venida del Señor. 
Conclusión: Al mirar el mundo de hoy, tenemos que reconocer que estamos en
tiempos finales, y que la voluntad de Dios es que los hombres sean salvos, que
nuestra familia sea salva, y que conservemos nuestra comunión con él hasta el
fin de los tiempos. 

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