Contribución al conocimiento de la génesis de las (perversiones sexuales)
La génesis de la perversión, el origen de la perversión, sabemos que por tres ensayos hablaba de un niño perverso como algo estructural. Lo que Freud se encuentra es que parece la fantasía masoquista, que la piensa como algo nuclear de las perversiones si ha fijaciones. Como es estructural puede llegar a ser, esto se tiene que dar dentro de un proceso normal, pero la cuestión es de qué forma aparece. Cuando en la fase 2 aparece una cc de culpa por onanismo.
1- El título es una contribución a la génesis de las perversiones. En el primer ensayo de
aberraciones sexuales se centra en la fijación donde si se produce la separade la neurosis y perversión. Habla de una fantasía masoquista. En 1905 habla del niño como perverso polimorfo, de las zonas erógenas donde se dan las alteraciones o fijaciones en cuanto a la meta de la pulsión sexual. Lo importante es poder plantear la noción de la fijación en la perversión. La fantasía de pegan a un niño es estructural y constituyente porque es necesario. En las neurosis se da una regresión, pero en la perversión se da una fijación. 2- La fantasía aparece en la fase 2, aparece la fantasía masoquista y es incc. Cuestiones en torno a la represión. el destino del complejo de Edipo, pensándolo cuando vine la moción pulsional el destino es que quede sepultado por la represión para no saber nada de eso. Pero en la perversión no hay represión, l destino del complejo de Edipo no es el sepultamiento y no va a haber la cuestión de una formación reactiva o una sublimación que permita sexualidad normal. 3- Fantasía que se da entre los 5 y 6 años. Se requiere parala satisfacción autoerótica se conserva esta satisfacción. Una fantasía así, que emerge en la temprana infancia quizás a raíz de ocasiones casuales y que se retiene para la satisfacción autoerótica, sólo admite ser concebida como un rasgo primario de perversión. Sabemos que una perversión infantil de esta índole no necesariamente dura toda la vida; en efecto, más tarde puede caer bajo la represión, ser sustituida por una formación reactiva o ser trasmudada por una sublimación. Pero si estos procesos faltan la perversión se conserva en la madurez, y siempre que en el adulto hallamos una aberración sexual —perversión, fetichismo, inversión- tenemos derecho a esperar que la exploración mnésica nos lleve a descubrir en la infancia un suceso fijador de esa naturaleza. Fases: Freud habla de una representación fantasía que la divide en tres fases. Fase 1: La primera fase de la fantasía de paliza se formula entonces acabadamente mediante el enunciado: «El padre pega al niño», este niño es otro porque me ama a mi. Acá la moción pulsional del padre no tiene carácter sexual y es cc, se ve que hay un niño que es golpeado y el que ve disfruta sádicamente. Fase 2: es el núcleo de la fantasía masoquista. Entonces la fantasía de la segunda fase, la de ser uno mismo azotado por el padre pasaría a ser la expresión directa de la conciencia de culpa ante la cual ahora sucumbe el amor por el padre. Así pues, la fantasía ha devenido masoquista; por lo que yo sé, siempre es así: en todos los casos es la conciencia de culpa el factor que trasmuda el sadismo en masoquismo. La cc de culpa es porque tiene un onanismo muy repetitivo que no sabe que le pasa. En esta fase si hay erotismo, la fantasía es masoquista. El padre me pega (soy azotado por el padre)». Este ser-azotado es ahora una conjunción de conciencia de culpa y erotismo. La fantasía de la segunda fase, la de ser uno mismo azotado por el padre, permanece por regla general inconciente, probablemente a consecuencia de la intensidad de la represión. las fantasías masoquistas son estas si o si porque son incc. En el paciente aparece una conciencia de culpa, porque hay una moción libidinal con el padre. pero hay un deseo incestuoso con el padre. el paciente no tiene idea de esta fase 2, que es icc. Por eso Freud dice que es una construcción de análisis. Lo que si aparece es una cc de culpa, porque tiene un onanismo muy repetido y ahí está el origen del masoquismo primario erógeno Fase 3: La tercera fase se aproxima de nuevo a la primera. Tiene el texto conocido por la comunicación de; histéricas pacientes. La persona que pega nunca es la del padre; o bien se la deja indeterminada, como en la primera fase, o es investida de manera típica por un subrogante del padre (maestro). La persona propia del niño fantaseador ya no sale a la luz en la fantasía de paliza. Si se les pregunta con insistencia, las pacientes sólo exteriorizan: «Probablemente yo estoy mirando». En lugar de un solo niño azotado, casi siempre están presentes ahora muchos niños. Con abrumadora frecuencia los azotados (en las fantasías de las niñas) son varoncitos, pero ninguno de ellos resulta familiar individualmente. La situación originaria, simple y monótona, del ser azotado puede experimentar las más diversas variaciones y adornos, y el azotar mismo puede ser sustituido por castigos y humillaciones de otra índole. La fantasía es sádica, el sadismo vuelve. Todas estas fases se dan en mujeres. En la niña en la 2da y la tercera hay un cambio donde fantasean ser varones. Resumo los resultados: la fantasía de paliza de la niña pequeña recorre tres fases; de ellas, la primera y la última se recuerdan como concientes, mientras que la intermedia permanece inconciente. Las dos concientes parecen sádicas; la intermedia —la inconciente— es de indudable naturaleza masoquista; su contenido es ser azotado por el padre, y a ella adhieren la carga libidinosa y la conciencia de culpa. En la primera y tercera fantasías, el niño azotado es siempre un otro; en la intermedia, sólo la persona propia; en la tercera —fase conciente— son, en la gran mayoría de los casos, sólo varoncitos los azotados. La persona que pega es desde el comienzo el padre; luego, alguien que hace sus veces, tomado de la serie paterna. La fantasía inconciente de la fase intermedia tuvo originariamente significado genital; surgió, por represión y regresión, del deseo incestuoso de ser amado por el padre. Dentro de una conexión al parecer más laxa viene al caso el hecho de que las niñas, entre la segunda y la tercera fase, cambian de vía su sexo, fantaseándose como varoncitos. Niño: la fantasía que se consideró la correspondiente en el varón tenía por contenido ser azotado por la madre (luego, por una persona sustitutiva). Sin embargo, esa fantasía en que la persona propia se retenía como objeto se diferenciaba de la segunda fase hallada en la niña por el hecho de que podía devenir conciente. Pero si por esa razón se quería equipararla a la tercera fase de la niña, subsistía una nueva diferencia, a saber, que la persona propia del muchacho no era sustituida por muchas, indeterminadas, ajenas, y menos aún por muchas niñas. El «ser-azotado» de la fantasía masculina, es también un «ser-amado» en sentido genital, pero al cual se degrada por vía de regresión. Por ende, la fantasía masculina inconciente no rezaba en su origen «Yo soy azotado por el padre», según supusimos de manera provisional, sino más bien «Yo soy amado por el padre». Mediante los consabidos procesos ha sido trasmudada en la fantasía conciente «Yo soy azotado por la madre». La fantasía de paliza del' varón es entonces desde el comienzo mismo pasiva, nacida efectivamente de la actitud femenina hacia el padre. Entonces, como la femenina (la de la niña), corresponde también al complejo de Edipo, sólo que el paralelismo entre ambas por nosotros esperado debe trocarse por una relación de comunidad de otro tipo: En ambos casos la fantasía de paliza deriva de la ligazón incestuosa con el padre. En la niña en la fase 2 y en la 3 se identifica con lo varonil, se da un cambio de guía. En el varón no encuentra signo de primera fase. En la fase 2 en varón tiene una cuestión de moción libidinal, una actitud femenina, pasiva. tiene una actitud femenina porque el varón tiene una moción libidinal con el padre, pero una actitud femenina, quiero ser azotado por mi padre, icc. En la fase 3 no es el padre, sino la madre la que azota.