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Seabees en la Segunda Guerra Mundial

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Cartel de propaganda de la Segunda Guerra Mundial para reclutar obreros


cualificados en los Seabees.
Los Seabees en la Segunda Guerra Mundial desempeñaron un papel muy importante,
especialmente en el teatro de operaciones del Pacífico. Los 325.000 hombres de los
seabees de la Armada de Estados Unidos llegaron a construir infraestructuras
militares por un valor superior a los 10.000 millones de dólares. También lucharon
y sufrieron bajas porque los miembros de los Batallones de la Construcción (CB, en
sus siglas en inglés) eran asimismo combatientes que habían recibido adiestramiento
militar. Por eso más de dos mil Seabees recibieron el Corazón Púrpura solo en el
escenario del Pacífico.1

Índice
1 Nacimiento
2 Los Seabees en Europa
3Los Seabees en el Pacífico
4 Referencias
5 Bibliografía
Nacimiento

Almirante Ben Moreell, fundador de los Seabees.


Los Seabees nacieron precisamente tres meses después de la entrada de Estados
Unidos en la Segunda Guerra Mundial tras el ataque a Pearl Harbor. Fue una
iniciativa del almirante Ben Moreell, consciente de la necesidad de formar
batallones navales de ingenieros, obreros cualificados y capataces procedentes de
la construcción civil, a pesar de que cuando presentó la propuesta a finales de
diciembre de 1941 tuvo que vencer la oposición de parte de la Armada de Estados
Unidos que no admitía que oficiales y tropa pudieran estar bajo la autoridad de
personas procedentes del mundo civil. Los Batallones de la Construcción (o CB, por
sus siglas en inglés), y que pasarían a conocerse como Seabees (literalmente «abeja
del mar») por la pronunciación del acrónimo CB en inglés, fueron creados
oficialmente el 4 de marzo de 1942 bajo la divisa ideada por el propio Moreell
«Construimus, Batuimus» ('Construimos, Luchamos').2

Según el Centro Histórico Naval estadounidense, citado por el historiador Paul


Kennedy, «los primeros reclutas fueron hombres que habían ayudado a construir la
presa de Boulder, las carreteras nacionales y los rascacielos de Nueva York; que
habían trabajado en las minas y canteras y excavado túneles del metro; que habían
trabajado en astilleros y construido muelles y embarcaderos e incluso
transatlánticos y portaaviones… Conocían más de sesenta oficios cualificados».3
Antes de ser enviados al frente los reclutas de los Batallones de la Construcción
pasaban por un periodo de entrenamiento y de prácticas intensivo. 4

Los Seabees en Europa

Vista aérea de uno de los puertos artificiales llamado Mulberry, ensamblado por los
Seabees frente a Arromanches, Normandía (septiembre de 1944).
Aunque en el teatro europeo en la Segunda Guerra Mundial los Seabees solo
desarrollaron el 20% del total de las infraestructuras militares construidas por
ellos durante ese conflicto, su aportación fue importante especialmente en la
invasión aliada de Sicilia, en el desembarco de Salerno con el que se inició el
avance por la Italia continental y en el desembarco de Normandía de junio de 1944.
En este último caso intervinieron diez mil Seabees del 25.º Regimiento de
Construcción Naval, ocupándose inicialmente, junto con las unidades de ingenieros
del Ejército de Tierra, de demoler los obstáculos de hormigón y acero del Muro del
Atlántico construido por los alemanes en las playas para impedir el desembarco y el
avance de las tropas aliadas. También fueron Seabees los que manejaron la mayoría
de las lanchas de desembarco en el día D, el 6 de junio de 1944, y asimismo
remolcaron y anclaron miles de pontones para desembarcar los vehículos pesados.
Pero posiblemente su aportación más decisiva en el desembarco de Normandía fue el
ensamblaje de los puertos artificiales Mulberry destinados a resguardar las cabezas
de playa una vez conquistadas.5

Tras el desembarco de Normandía los Seabees siguieron realizando intervenciones


relevantes, como la rápida reconstrucción de los estratégicos puertos de Cherburgo
y El Havre que habían sido completamente devastados por los equipos de demolición
alemanes. Solo once días después de haber sido tomado volvió a estar operativo el
puerto de Cherburgo, lo que fue clave para el desembarco de hombres y de material
aliados. También fue muy importante su labor de construcción de puentes de pontones
sobre el Rin para permitir la penetración de las tropas estadounidenses y
británicas en el interior de Alemania.5

Los Seabees en el Pacífico

El general Douglas MacArthur desembarca en Filipinas (octubre de 1944). Esta famosa


foto fue posible porque el ejército y los fotógrafos ya se encontraban en la orilla
gracias a los pontones y piezas de paso elevados ensambladas por los Seabees.
En el teatro de operaciones de Asia y del Pacífico la aportación de los Seabees aún
fue más importante pues allí desarrollaron el 80% de sus actuaciones. Construyeron
111 grandes pistas de aterrizaje, 441 embarcaderos, depósitos de combustible para
almacenar 380 millones de litros de gasolina, viviendas para un millón y medio de
hombres y hospitales para 70.000 pacientes.5

Una de sus primeras intervenciones fue en Bora Bora donde en unas circunstancias
muy difíciles, pues la isla estaba devastada por la enfermedad, lograron construir
en un tiempo récord los depósitos de combustible que utilizaron los barcos y
aviones que participaron en la batalla del Mar del Coral. Otra fue en Guadalcanal
donde desembarcaron junto con los marines para reparar las pistas de aterrizaje del
Campo Henderson y demoler las instalaciones japonesas. Asimismo formaron parte de
las tropas que al mando del general MacArthur avanzaron desde Papúa Nueva Guinea y
las islas Salomón hasta las islas Célebes y las islas Filipinas. De hecho la famosa
foto de MacArthur desembarcando en Filipinas en octubre de 1944 solo fue posible
porque el ejército y los fotógrafos ya se encontraban en la orilla gracias a los
pontones y piezas de paso elevados ensambladas por los Seabees.6

En Filipinas, como ya habían hecho en las islas Marshall y en las islas Carolinas,
desarrollaron una amplia labor construyendo bases para los navíos de superficie y
de los submarinos, aeródromos, instalaciones de reparación, carreteras, viviendas y
hospitales para la enorme cantidad de tropas estadounidenses que se reunieron allí
para realizar la invasión de Japón, aunque ésta no llegó a producirse a causa de la
rendición de Japón tras el lanzamiento de las bombas atómicas de Hiroshima y
Nagasaki. Precisamente la pista de la isla de Tinian desde donde despegaron los B-
29 que lanzaron las bombas había sido construida por los Seabees.7

Miembro de los Seabees conduciendo un bulldozer durante la construcción de una de


las pistas de aterrizaje de la isla de Tinian y saludando a una formación de B-29.
Esa es una de las razones por las que se suelen considerar las actuaciones de los
Seabees en las islas Marianas de Guam, Saipán, Taipán y Tinian como las más
importantes que desarrollaron en toda la guerra. En la batalla de Tinian fueron
claves pues hicieron posible el desembarco de los marines en las playas de más
difícil acceso y que por tanto contaban con menos defensas de los japoneses ya que
no esperaban que los estadounidenses atacaran por ellas. En tres horas un
regimiento entero de marines pudo desembarcar gracias a las rampas móviles que los
Seabees habían diseñado y luego emplazado para salvar los arrecifes de coral. Una
vez ocupada la isla los Seabees construyeron rápidamente tres aeródromos —además de
otros dos en Guam y Saipán— desde cuyas pistas levantadas sobre cimientos de coral
pudieron despegar los B-29 que comenzaron a bombardear Japón. Su primera incursión
la realizaron el 24 de noviembre de 1944 y, como ha señalado el historiador Paul
Kennedy, «desde ese momento, un continuo torrente de B-29, volando a elevada
altitud y brillando intensamente al reflejarse la luz del sol del Pacífico en su
fuselaje plaetado, se dirigieron al norte para castigar al enemigo».8

Referencias
Kennedy, 2015, p. 407-408.
Kennedy, 2015, p. 404-405.
Kennedy, 2015, p. 405.
Kennedy, 2015, p. 405-406.
Kennedy, 2015, p. 406.
Kennedy, 2015, p. 406-407.
Kennedy, 2015, p. 407.
Kennedy, 2015, p. 408-410.
Bibliografía
Kennedy, Paul (2015) [2013]. Ingenieros de la victoria. Los hombres que cambiaron
el destino de la Segunda Guerra Mundial [The Turn of the Tide]. Primera edición en
Debolsillo. Barcelona: Penguin Random House. ISBN 978-84-9062-557-6.
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Categoría: Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial
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