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La construcción socio espacial de la ciudad: el sujeto cuerpo y el sujeto sentimiento

por Alicia Lindón

artículo de la autora Alicia Lindón: La construcción socio espacial de la ciudad: el


sujeto cuerpo y el sujeto sentimiento

El cuerpo humano y los sentimientos conforman 2 elementos fundamentales de


la vida, que vienen siendo populares crecientemente en las Ciencias Sociales
como una forma de entender lo social en sentido extenso. Como tantos otros
elementos de la vida social ameritan ser estudiadas en sí mismas.

Al localizar el foco de estudio en los cruces e intersecciones de numerosas


aproximaciones, ello nos lleva a repasar – muy escuetamente – dichos
campos, para de esta forma elegir ciertos recursos importantes en la
averiguación de ciertos campos de encuentro de dichos enfoques. En este
sentido, cabe rememorar que en las últimas 3 décadas la Sociología, y las
Ciencias Sociales generalmente, fueron girando crecientemente su mirada
hacia el actor, la agencia, la persona, el individuo y su subjetividad. En todos
los casos, este giro conllevó el reconocimiento de que la sociedad es producida
y/o reproducida una y otra vez por los sujetos.

De forma paralela a este devenir del pensamiento se puede rememorar que


además se fueron cultivando, instituyendo y desarrollando otros campos del
saber que fueron especialmente susceptibles al análisis de la espacialidad de
la vida social. Es la situación de los Estudios Urbanos y la Geografía Urbana.
Dichos entornos del saber – intrínsecamente abiertos a la espacialidad – han
incurrido en otros olvidos y omisiones, por igual limitantes para la comprensión
de la vida social y urbana en especial: en esta situación, el gran ausente fue el
individuo o bien, una vez que se lo ha identificado correspondió a forma ajena a
la corporeidad y la emocionalidad. Más bien el individuo se tornaba casi
sinónimo de la acción social, como si la acción fuera viable únicamente por
intencionalidades independientes de la corporeidad y los sentimientos.

Así, nuestra averiguación de transversalidades entre el análisis de la urbe y su


espacialidad por un lado, y los exámenes sobre la corporeidad y la
emocionalidad del individuo sin embargo, en un inicio parecerían infructuosos
gracias a los vacíos que cada campo cultivó y que han demorado el diálogo
entre los dos acervos de saberes. No obstante, si se escudriñan con detalle los
dos campos emergen resquicios en los que la Teoría Social se interesó por el
espacio y la espacialidad, y además otros en los cuales los Estudios Urbanos y
la Geografía Humana advirtieron que el actor no únicamente era acción social y
ejercicio del poder, sino además corporeidad y emocionalidad.

ASIGNATURA: PURE.
Tenemos que entra a reconocer desde la disciplina de la arquitectura y el
urbanismo que existe una diversidad de cuerpos invisibles con utilidades muy
distintas entre ellos, lo cual genera una diversidad de formas de significación o
apropiación del espacio público urbano, todas estas formas de significación son
igual de complejas y estructuradas que las formales, por lo tanto, podemos
establecer relaciones espaciales entre estas de tal manera que se puedan
sostener entre sí. Siendo concretos podemos definir, analizar y valorar estos
procesos de producción, reproducción y construcción espacial de estos grupos
y sujetos invisibles facilitan el entendimiento de la cuidad como la
contemplamos hoy en día y permiten visibilizar como estas formas de
construcción espacial están vinculadas no solo a la configuración de las
ciudades, sino que además están ligadas a los territorios. Adicionalmente
podemos evidenciar como de diversas maneras se niega la existencia de estos
cuerpos constantemente quedando excluidos de las políticas públicas urbanas
y negando su derecho a la ciudad. Sin embargo, es preciso afirmar que no
podemos excluir estos actores. Esta propuesta surge del interés de construir
una metodología académica que permita incluir la opinión de estos cuerpos
disidentes o sujetos espaciales sobre la ciudad que habitan.

Las perspectivas que parten del sujeto - ciudadano y su espacialidad con toda
la corporeidad y emocionalidad que llevan consigo, resultan importantes en sí
mismas como producción teórica, como desarrollo del pensamiento científico
de cara a la comprensión de las recientes comunidades complicadas. No
obstante, en nuestro caso las recuperamos para pensar la metrópoli. Tanto la
localidad como la vida urbana que se despliega y se recrea una y otra vez en
ella, conforman un entorno de la vida social fértil para obtener inteligibilidad por
medio de los planteamientos anteriores sobre el individuo y su quehacer
espacializado, por numerosas situaciones: la reproducción y producción de las
comunidades contemporáneas en buena medida se juega en las metrópolis,
debido a que todos los días parecería más cercana lo cual en algún momento
pareció una fantasía, la urbanización de toda la extensión de la tierra.

Los espacios exteriores tienen la posibilidad de ser analizados a partir del


ángulo de las micro-situaciones que en ellos se realizan, aunque sean fugaces
y efímeras. Las micro situaciones tienen dentro claves acerca procesos más
extensos, como la reproducción y producción socio-espacial de la metrópoli. De
esta forma, la metrópoli se puede aprender desde el estudio de las prácticas
del actor territorializado en sus diversas puestas en escena. Toda práctica
espacial es viable y se concreta desde la corporeidad y la motricidad que le es
inherente. Este modo de concebir las prácticas se puede llamar sujeto - cuerpo
humano, y en ella la corporeidad no solamente es constitutiva del actor además
es una manera de espacialidad. De esta forma, al concebir al individuo como
ciudadano, la magnitud espacial primera y eminente es la del cuerpo.

ASIGNATURA: PURE.
El estudio de los micros situaciones de los espacios urbanos exteriores no se
disminuye al descubrimiento de lo específico. Su más grande potencialidad se
basa en su singularidad, entendida como las protestas locales que adquieren
aspectos urbanos presentes en otras situaciones. Comentado con otras
palabras, una micro situación continuamente tiene pistas de tipo holográfico
que, al ser develadas, por medio del microanálisis, otorgan cuenta de diversos
tipos de procesos de producción/reproducción socio- espacial que se
desarrollan en la urbe y que tienen la posibilidad de estar indicando horizontes
hacia los que se orienta la localidad y la vida urbana.

Luego esquematizamos varias micro situaciones urbanas, verdaderos los


escenarios urbanos, en las cuales se pone en juego la obra socio-espacial de
las metrópolis, especialmente las gigantes metrópolis latinoamericanas como la
de México, a causa de tipos de individuo cuerpo humano e individuo
sentimiento. Ni se agotan en ellos todos los probables escenarios o micro
situaciones en los cuales se hace y experimenta la urbe, ni se podría aspirar a
una identificación intensiva de todos ellos. Previamente bien, dichos tipos de
escenarios y de sujetos cuerpo humano y sentimiento acostumbran
manifestarse en los espacios urbanos abiertos y por lo mismo, ameritan ser
vigilados de forma densa y descifrados en sus particulares aterrizajes.

El individuo cuerpo humano se constituye en objeto de movimiento. La lógica


del cuerpo es de tipo instrumental: el cuerpo humano es el medio para el
movimiento. El tipo de movimiento que por excelencia configura dichos
escenarios es el del peatón. Aun cuando otros tipos, como el del automovilista
recrean el anterior, con aspectos extras y propios, sin duda que el protagonista
del espacio en que nos movemos es el cuerpo humano al hacer parte de cada
escenario que nos podemos encontrar en nuestro entorno.

De esta forma, la búsqueda de transversalidades entre el estudio de la ciudad y


su espacialidad, por un lado, y los análisis sobre la corporeidad y la
emocionalidad del sujeto por otro lado, en un principio parecería infructuosa
debido a los vacíos que cada campo cultivó y que han demorado el diálogo
entre ambos acervos de saberes. Sin embargo, si se escudriñan con detalle
ambos campos surgen resquicios en los cuales la Teoría Social se interesó por
el espacio y la espacialidad, y también otros en los que los Estudios Urbanos y
la Geografía Humana advirtieron que el actor no sólo era acción social y
ejercicio del poder, sino también corporeidad y emocionalidad. Revisemos
estos resquicios que parecen contener una gran potencialidad para nuestros
objetivos: desde el pensamiento social, se pueden recordar ciertas voces
contemporáneas que han reconocido la insoslayable espacialidad de la vida
social y su papel en la reproducción de las sociedades.

ASIGNATURA: PURE.
La tecnología de telecomunicaciones puede realizar acciones e interacciones
de forma remota por diferentes tipos de actores. Cuando se realice este
potencial, se producirá una especie de cambio en la experiencia espacial, las
relaciones espaciales y las representaciones del espacio. Estamos
acostumbrados a vivir en espacios naturales y urbanos que podríamos
considerar “cercanos”. El espacio es territorial, requiere movimientos corporales
para funcionar y, a menudo, se expresa como confinado (es decir, distingue
entre interior, límite y exterior). En cambio, a partir de la intervención de la
tecnología de las telecomunicaciones, se reconoce un nuevo tipo de entorno en
el que podemos actuar e interactuar: el entorno remoto. Es red, eléctrica
(virtual), analógica, con movilidad electrónica y altas tasas de rendimiento,
digital, aérea (satelital), global, asíncrona e inestable (Echeverría, 1998). El
espacio no yace en el suelo ni frente a frente, sin la estabilidad del espacio
natural o urbano. Sin embargo, este entorno remoto permite comunicarse,
transmitir información y realizar acciones a distancia (compras, transacciones
bursátiles, lanzamientos de cohetes, consumo de medios, etc.) y complementa
el espacio cercano. [4] Asumimos que el espacio exterior es en parte el
resultado de la construcción social, y ofrecemos varias formas de analizar este
proceso.

Una de las áreas distintivas de la comunicación social y varios tipos de


transacciones y relaciones entre personas, grupos y organizaciones es Internet,
ciertas redes y el espacio digital (algunas de estas áreas generalmente se
denominan espacio virtual o ciberespacio, pero en ocasiones se evita darle
estas definiciones porque requieren un nivel de precisión que nos hace
inelegibles para cierto tipo de personas). Entendemos que socializar y construir
espacios sociales están interconectados. “Las relaciones tienen vida social en
la medida en que existen en el espacio” (Lefebvre, 1974), pero también
argumentamos que en mayor medida “existe un espacio distante como red de
relaciones de relaciones”. Como dice Harvey (1994), decir que algo se
construye socialmente no significa que sea personal y arbitrario. Entendemos
que el espacio lejano consiste en una cierta estructura objetiva, entre otras
cosas de acciones e interacciones subjetivas.

Afirmamos que las huellas físicas y simbólicas que los individuos y los grupos
crean en el proceso de construcción de un espacio permanentemente distante
aparecen en mayor o menor grado o intensidad. Está evolucionando desde un
mero enfoque hacia formas más eficientes de producción espacial que incluyen
asignación, alcance y control. La participación en este proceso gradual es
desigual, se da de manera asociativa en tres dimensiones (la práctica de la
materia espacial, la representación del espacio y la representación del espacio)

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y pueden ser considerados como importantes indicadores del tipo y grado de
inclusión que tenemos.

En conclusión, podemos evidenciar que el articulo analiza el cuerpo y las


emociones en varios ejes de relaciones con otras dimensiones de lo social, sin
necesidad de entrar a discutir al cuerpo como objeto de estudio en sí mismo,
sino en relación con otras dimensiones: estudiamos el cuerpo y las emociones
como una ventana para comprender la construcción social de las ciudades, de
lo urbano y sus territorios, a través de los sujetos que la habitan corporal y
emocionalmente. En este sentido se exploran una serie de transversalidades e
intersecciones analíticas entre el cuerpo, las emociones, la ciudad y la
espacialidad. Sobre la base de las definiciones sobre el conocimiento de la
ciudad y lo urbano, inicialmente se repasa brevemente un campo de dialogo y
encuentros entre la Teoría Social y la Teoría Geográfica. Más adelante se
plantea el desdoblamiento, de una forma analítica, de la figura del sujeto-
habitante en el sujeto-cuerpo y el sujeto-sentimiento. Finalmente podemos
evidenciar de manera implícita algunas pistas para pensar la producción y
reproducción socio-espacial de las ciudades a partir de las micro situaciones
singulares desplegadas por el sujeto habitante con su corporalidad -sujeto
cuerpo- y emotividad -sujeto sentimiento- todo esto partiendo de la base del
autor como una reflexión de las relaciones espaciales entre todo lo que hace
parte de nuestro entorno.

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