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Por lo anterior se dice que la prevención implica promover la salud, así como diagnosticar y tratar
oportunamente a un enfermo, también rehabilitarlo y evitar complicaciones o secuelas de su
padecimiento, mediante sus diferentes niveles de intervención.
En cambio, la promoción de la salud consiste en proporcionar a los medios necesarios para mejorar
su salud y ejercer un mayor control sobre la misma. Para alcanzar un estado adecuado de bienestar
físico, mental y social un individuo o grupo debe ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones,
de satisfacer sus necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente.
La salud se percibe pues, no como el objetivo, sino como la fuente de riqueza de la vida cotidiana.
Se trata por tanto de un concepto positivo que acentúa los recursos sociales y personales, así como
las aptitudes físicas.
Por consiguiente, dado que el concepto de salud como bienestar transciende la idea de formas de
vida sanas, la promoción de la salud no concierne exclusivamente al sector sanitario.
La ESI es un derecho de los chicos y de las chicas de todas las escuelas del país, privadas o
estatales, confesionales o laicas, de nivel inicial, primario, secundario y para la educación superior.
Propósito general
El Programa Nacional de ESI tiene como propósito principal coordinar el diseño, implementación y
evaluación de las acciones tendientes a poner en marcha, apoyar y/o fortalecer el Programa Nacional
de Educación Sexual integral en todas las jurisdicciones del país.
Propósitos específicos
Del propósito general, se desprenden diferentes propósitos específicos para el Programa Nacional de
ESI:
Promover la construcción conjunta con las jurisdicciones de estrategias para el desarrollo e
implementación de los lineamientos curriculares de educación sexual integral en sus sistemas
educativos, en consonancia con los lineamientos curriculares federales.
Propiciar la elaboración de una propuesta nacional de capacitación docente, inicial y continua.
Generar los recursos necesarios para la implementación de acciones de ESI en las instituciones
educativas y en las aulas.
Facilitar la construcción y el fortalecimiento de los ámbitos de trabajo multisectoriales y
multiactorales (educación, salud, derechos humanos, infancia y juventud, etc.) para abordar la
educación sexual integral en todas las jurisdicciones
Garantizar acciones de evaluación y monitoreo de las acciones que se vayan realizando en las
jurisdicciones.
Estrategias
Articulación con otros proyectos, programas y áreas del Ministerio de educación para facilitar el
diseño e implementación de estrategias y acciones integrales de educación sexual, maximizar los
recursos y los resultados.
Articulación intersectorial con el ministerio de Salud, otros organismos gubernamentales, OSCs,
agencias internacionales y otros sectores de la vida nacional relacionados con la ESI.
Articulación con las jurisdicciones de todo el país.
Implementación de alianzas y estrategias con los medios masivos de comunicación.
Las respuestas condicionarán las propuestas de ESI que generemos. En este sentido, las
concepciones de los distintos ejes temáticos, como las propuestas concretas que se
desarrollen en el contexto de la ESI deben tener como horizonte alcanzar los propósitos
formativos del documento de los lineamientos curriculares.
Ahora bien, veamos cuáles son los ejes de la ESI y cómo se caracterizan para garantizar una
formación respetuosa que acompañe de manera integral el desarrollo de todos/as los/as
alumnos/as.
Los cinco ejes conceptuales de la ESI, producidos por el Programa Nacional de Educación
Sexual Integral.
Eje de Derechos
Eje de Diversidad
Eje Cuidado del cuerpo y la salud.
Eje de Afectividad.
Eje de Género.
Ejercer nuestros derechos es un eje evidencia que los niños, niñas y adolescentes son
sujetos de derecho así como los adultos, con plena capacidad para participar, ser
escuchados/as y no discriminados/as por ningún motivo. Reconoce las necesidades y
derechos de los niños, niñas y adolescentes y ubica a los adultos y al Estado como garante de
sus derechos.
Se procura propiciar el enfoque de los derechos humanos como orientación para la
convivencia social. Puntualmente desde la ESI se pone el acento en:
a) Aquellos derechos que se vinculan al respeto por las otras y los otros en las relaciones
interpersonales.
b) El acceso a conocimientos sobre el cuerpo y la expresión de sentimientos y necesidades
vinculadas a la sexualidad.
c) La promoción de aprendizajes de prácticas de defensa de derechos.
La concepción con la que se trabaja en este eje asume que las personas somos todas
distintas y esa particularidad se expresa también en el modo en que cada ser humano
piensa, siente, cree, actúa y vive su sexualidad, convirtiéndolo en un ser único. Ello
también enriquece la experiencia social en la medida que nos pone en contacto con la
diferencia, con experiencias y trayectos personales distintos a los propios.
El abordaje de este eje implica reconocer y valorar positivamente las múltiples
diferencias que tenemos los seres humanos, por ejemplo: origen étnico, nacionalidad,
creencias religiosas, políticas, edad, condición social, orientación sexual e identidad de
género, entre otras.
Para trabajarlo adecuadamente es preciso identificar prejuicios, estereotipos y prácticas
que muchas veces obstaculizan el reconocimiento de las múltiples maneras de vivir en
sociedad.