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¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE PREVENCIÓN Y PROMOCIÓN DE LA SALUD?

La Prevención son medidas destinadas no solamente a prevenir la aparición de la enfermedad, tales


como la reducción de los factores de riesgo, sino también a detener su avance y a atenuar sus
consecuencias una vez establecida.

Por lo anterior se dice que la prevención implica promover la salud, así como diagnosticar y tratar
oportunamente a un enfermo, también rehabilitarlo y evitar complicaciones o secuelas de su
padecimiento, mediante sus diferentes niveles de intervención.

En cambio, la promoción de la salud consiste en proporcionar a los medios necesarios para mejorar
su salud y ejercer un mayor control sobre la misma. Para alcanzar un estado adecuado de bienestar
físico, mental y social un individuo o grupo debe ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones,
de satisfacer sus necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente.

La salud se percibe pues, no como el objetivo, sino como la fuente de riqueza de la vida cotidiana.
Se trata por tanto de un concepto positivo que acentúa los recursos sociales y personales, así como
las aptitudes físicas.

Por consiguiente, dado que el concepto de salud como bienestar transciende la idea de formas de
vida sanas, la promoción de la salud no concierne exclusivamente al sector sanitario.

LEY 26.150 DE EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL


A partir de la sanción de la Ley 26.150 del año 2006, que crea este Programa Nacional, y de la
aprobación de los Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral (ESI) los y las docentes
de nuestro país tenemos la responsabilidad y a la vez, la oportunidad, de enseñar educación sexual a
nuestros niños, niñas y jóvenes.

¿A qué llamamos Educación Sexual Integral?


Llamamos ESI al espacio sistemático de enseñanza aprendizaje que promueve saberes y habilidades
para la toma de decisiones conscientes y críticas en relación con el cuidado del propio cuerpo, las
relaciones interpersonales, el ejercicio de la sexualidad y de los derechos de los niños, las niñas y
los jóvenes.
 Comprende contenidos de distintas áreas y/o disciplinas, y considera situaciones de la vida
cotidiana del aula y de la escuela, así como sus formas de organización.
 Responde a las etapas del desarrollo de las alumnas y de los alumnos.
 Se incluye en el proyecto educativo de la escuela.
 Promueve el trabajo articulado con centros de salud, las organizaciones sociales y las familias.

La ESI es una obligación del Estado Nacional y de los Estados Provinciales tal como lo establece la
Ley 26.150.

La ESI es un derecho de los chicos y de las chicas de todas las escuelas del país, privadas o
estatales, confesionales o laicas, de nivel inicial, primario, secundario y para la educación superior.

Son objetivos de la Ley 26.150


 Incorporar la educación sexual integral dentro de las propuestas educativas orientadas a la
formación armónica equilibrada y permanente de las personas.
 Asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos y confiables y actualizados sobre
los distintos aspectos involucrados en la educación sexual integral.
 Promover actitudes responsables ante la sexualidad.
 Prevenir los problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual y reproductiva en
particular.
 Procurar igualdad de trato y oportunidades para mujeres y varones.

¿Qué es el Programa Nacional de Educación Sexual Integral?


En su Art. 2º, la Ley Nacional de Educación Sexual Integral N° 26150 establece la creación del
Programa Nacional de Educación Sexual Integral en el ámbito del Ministerio de Educación, Ciencia
y Tecnología. Para cumplir con los objetivos propuestos por la ley, el Programa Nacional de
Educación Integral se plantea los siguientes propósitos, estrategias y acciones prioritarias:

Propósito general
El Programa Nacional de ESI tiene como propósito principal coordinar el diseño, implementación y
evaluación de las acciones tendientes a poner en marcha, apoyar y/o fortalecer el Programa Nacional
de Educación Sexual integral en todas las jurisdicciones del país.

Propósitos específicos
Del propósito general, se desprenden diferentes propósitos específicos para el Programa Nacional de
ESI:
 Promover la construcción conjunta con las jurisdicciones de estrategias para el desarrollo e
implementación de los lineamientos curriculares de educación sexual integral en sus sistemas
educativos, en consonancia con los lineamientos curriculares federales.
 Propiciar la elaboración de una propuesta nacional de capacitación docente, inicial y continua.
 Generar los recursos necesarios para la implementación de acciones de ESI en las instituciones
educativas y en las aulas.
 Facilitar la construcción y el fortalecimiento de los ámbitos de trabajo multisectoriales y
multiactorales (educación, salud, derechos humanos, infancia y juventud, etc.) para abordar la
educación sexual integral en todas las jurisdicciones
 Garantizar acciones de evaluación y monitoreo de las acciones que se vayan realizando en las
jurisdicciones.

Estrategias
 Articulación con otros proyectos, programas y áreas del Ministerio de educación para facilitar el
diseño e implementación de estrategias y acciones integrales de educación sexual, maximizar los
recursos y los resultados.
 Articulación intersectorial con el ministerio de Salud, otros organismos gubernamentales, OSCs,
agencias internacionales y otros sectores de la vida nacional relacionados con la ESI.
 Articulación con las jurisdicciones de todo el país.
 Implementación de alianzas y estrategias con los medios masivos de comunicación.

Líneas de acción prioritarias


 Asistencia técnica y acompañamiento a las jurisdicciones para el desarrollo curricular de los
lineamientos curriculares de ESI en todos los niveles y
modalidades del Sistema Educativo, la articulación intersectorial y el trabajo con las familias.
 Formación docente continua.
 Sistematización y producción de materiales y recursos para el desarrollo curricular.
 Sensibilización, información y comunicación masiva.
 Investigación y evaluación.
EJES QUE ATRAVIESAN LA ESI

Empecemos con algunas preguntas que solemos hacernos:


 ¿Cuándo trabajamos cuestiones de género, nos estamos refiriendo solo a aspectos
vinculados con las mujeres o también se incorpora a los varones?
 ¿Qué significa la equidad de género?
 ¿Qué implica trabajar el respeto por la diversidad?
 ¿Cuándo se plantean los derechos sexuales y reproductivos ¿alcanza con conocer la
normativa?
 ¿Es pertinente proponer una actividad sobre cómo expresamos las emociones y
sentimientos en el contexto de la ESI?, ¿por qué?

Las respuestas condicionarán las propuestas de ESI que generemos. En este sentido, las
concepciones de los distintos ejes temáticos, como las propuestas concretas que se
desarrollen en el contexto de la ESI deben tener como horizonte alcanzar los propósitos
formativos del documento de los lineamientos curriculares.
Ahora bien, veamos cuáles son los ejes de la ESI y cómo se caracterizan para garantizar una
formación respetuosa que acompañe de manera integral el desarrollo de todos/as los/as
alumnos/as.

Los cinco ejes conceptuales de la ESI, producidos por el Programa Nacional de Educación
Sexual Integral.
Eje de Derechos
Eje de Diversidad
Eje Cuidado del cuerpo y la salud.
Eje de Afectividad.
Eje de Género.

El ejercicio de los derechos:


La mención de la ley Nº 26150 no es menor, porque representa una conquista y a la vez una
obligación, para todos/as los/as que hacemos este sistema educativo, de garantizar una
educación sexual integral, en cada nivel y de acuerdo con cada contexto, para todos/as
los/as niños/as y adolescentes/jóvenes que asistan a nuestras aulas. La ley considera a
los/as niños/as, adolescentes y jóvenes como sujetos de derecho. Sujetos cuyas opiniones,
experiencias y emociones, deben ser escuchadas y tenidas en cuenta. Y también establece el
derecho - y la responsabilidad - que como docentes tenemos de acceder “a la capacitación y
actualización integral, gratuita y en servicio, a lo largo de toda su carrera” (art. 67 de la Ley
Nacional de Educación Nº 26.206). Las legislaciones garantizan ese derecho, que se plasma
aquí mismo, en este Instituto de Formación y en las distintas acciones que viene
desarrollando el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, creado por aquella ley.

Ejercer nuestros derechos es un eje evidencia que los niños, niñas y adolescentes son
sujetos de derecho así como los adultos, con plena capacidad para participar, ser
escuchados/as y no discriminados/as por ningún motivo. Reconoce las necesidades y
derechos de los niños, niñas y adolescentes y ubica a los adultos y al Estado como garante de
sus derechos.
Se procura propiciar el enfoque de los derechos humanos como orientación para la
convivencia social. Puntualmente desde la ESI se pone el acento en:
a) Aquellos derechos que se vinculan al respeto por las otras y los otros en las relaciones
interpersonales.
b) El acceso a conocimientos sobre el cuerpo y la expresión de sentimientos y necesidades
vinculadas a la sexualidad.
c) La promoción de aprendizajes de prácticas de defensa de derechos.

El enfoque de género:


Las relaciones en la escuela y las subjetividades producidas en y por ella, han constituido un
modo de regular los cuerpos, en especial las expresiones “correctas” de ser varón y ser
mujer. En la escuela se enseña, a veces de forma explícita y a veces no tanto, cómo deben
ser los y las estudiantes – y también los y las docentes- en relación con su masculinidad o su
femineidad.

¿Cuantas veces habremos escuchado, o dicho, frases del estilo?


“eso no es un juego de nenas” o “ese no es modo de comportarse para un varón” o “las
carreras humanísticas son más apropiadas para las mujeres y las técnicas para los varones”
En la vida cotidiana de las instituciones escolares parecería quedar claro cuáles son las
expectativas diferentes que recaen sobre mujeres y varones, sobre sus modos de andar,
vestir y hablar, así como sobre su potencialidad para aprender, sus posibles proyectos de
vida, sus relaciones afectivas y, también, sexuales. Muchas veces podemos perder de vista
las situaciones de injusticia que reforzamos cuando esperamos, por ejemplo, que los niños
varones aprendan algo porque suponemos que “son así por naturaleza” y las niñas aprendan
otra cosa, porque “así fue siempre”. Si bien ha habido grandes cambios, las mujeres siguen
estando en desventaja en varias dimensiones que hacen a la vida social, y también escolar, tal
como se plantea en numerosas investigaciones. El enfoque de género, nos permite reflexionar
sobre estas injusticias e imaginar cómo podemos hacer para que nuestra escuela, nuestra
enseñanza, nuestros vínculos en el espacio escolar promuevan igualdad de condiciones para el
desarrollo de una trayectoria educativa plena y respetuosa, para todos y todas. Y por ello
mismo, habrán notado, que hablamos de mujeres y varones, los y las: es que nuestros
genéricos del habla cotidiana son masculinos y si no nombramos la diversidad, se hace mucho
más difícil reconocerla y valorarla.
Reconocer la perspectiva de género
Parte de considerar que “género” es un concepto relacional y por lo tanto involucra a
mujeres, a varones y a las formas en que se relacionan. Desde esta concepción, se busca
pensar sobre los modos de ser, de pensar y de actuar lo que cada sociedad define como
“masculino” y “femenino” a partir de las diferencias biológicas existentes entre unos y otras.
Esta idea asume una particular importancia para comenzar a entender y modificar aquellas
situaciones donde las diferencias se han transformado en desigualdades, tal como se puede
apreciar en distintos hechos a lo largo de la historia. Aun en nuestros días, algunas
vulneraciones de derechos se intentan justificar apelando a concepciones erradas sobre los
géneros.
El trabajo desde el enfoque de la ESI busca:
Promover el ejercicio de desnaturalizar las prácticas sociales que promueven las
inequidades.
Abordar las concepciones rígidas sobre lo considerado exclusivamente masculino o
exclusivamente femenino identificando prejuicios y estereotipos en relación al género y sus
consecuencias negativas que provocan a mujeres y varones.
Reflexionar sobre las condiciones necesarias para superar las inequidades de género como paso
importante para hacer realidad la igualdad de todas las personas independientemente de su género.
Esto nos lleva al siguiente eje, diversidad.
El Respeto por la diversidad:
La ESI se sustenta en la enseñanza del respeto por todas las formas de identidad, su
reconocimiento y valoración y más específicamente sobre la diversidad sexual. Los avances
en los ámbitos académicos, como son los estudios de género y sexualidades, mostraron que
existen diversas formas de ser un “sujeto sexuado” y las luchas de las organizaciones
sociales, el movimiento feminista y de disidencia sexual (o más conocido como LGTB,
lesbianas, gays, trans y bisexuales), han puesto sobre la escena pública el llamado ético,
político y ahora también normativo, de garantizar una experiencia escolar de reconocimiento
y respeto de esta diversidad. El concepto de “diversidad” que estamos empleando no implica
que exista un “uno” frente al cual el resto sea “lo diverso”. Tal como venimos diciendo en el
eje anterior, el respeto por la diversidad incluye tanto a quienes expresan su masculinidad o
femineidad de la forma en que “está establecido”, como a quienes desean y viven su género y
su sexualidad de modos socialmente no hegemónicos, alejados de los modelos establecidos.
Seguramente han visto videos, o leído notas periodísticas o testimonios de jóvenes o
adultos/as lesbianas o gays que dan cuenta de una experiencia escolar atravesada por el
hostigamiento o la invisibilización, la imposibilidad de contar con espacios de reconocimiento
y valoración, y finalmente, en muchos casos, la expulsión. Sin embargo, no hay que perder de
vista que en otros casos la escuela representa para algunos niños y adolescentes un espacio
de afecto, contención y referencia que puede ser difícil de encontrar en otros ámbitos. Por
eso los ejes de la ESI nos proponen un enfoque integral que considere el respeto a la
diversidad: que una escuela sea una experiencia positiva para todos y todas.

La concepción con la que se trabaja en este eje asume que las personas somos todas
distintas y esa particularidad se expresa también en el modo en que cada ser humano
piensa, siente, cree, actúa y vive su sexualidad, convirtiéndolo en un ser único. Ello
también enriquece la experiencia social en la medida que nos pone en contacto con la
diferencia, con experiencias y trayectos personales distintos a los propios.
El abordaje de este eje implica reconocer y valorar positivamente las múltiples
diferencias que tenemos los seres humanos, por ejemplo: origen étnico, nacionalidad,
creencias religiosas, políticas, edad, condición social, orientación sexual e identidad de
género, entre otras.
Para trabajarlo adecuadamente es preciso identificar prejuicios, estereotipos y prácticas
que muchas veces obstaculizan el reconocimiento de las múltiples maneras de vivir en
sociedad.

La valoración de la afectividad:


A lo largo de nuestra vida, tal vez nos hayamos encontrado con alguna situación, como
estudiante, una lectura o un recuerdo, vinculado a la sexualidad, que nos haya “movilizado”.
Reconocer que somos sujetos, personas que sentimos, atravesados/as por emociones: es
fundamental, en este tema, empezar a reflexionar sobre lo que nos pasa, lo que sentimos,
nuestras dudas y temores, nuestras expectativas y deseos. Los/as estudiantes, SON
sujetos de derecho, también están atravesados por ellos. La afectividad forma parte, de
nuestra definición de sexualidad. La ESI la considera un eje que debe ser tenido en cuenta,
valorado, reconocido, en la interacción cotidiana, pero también en las propuestas pedagógicas
que realizamos desde este marco.

Si hablamos de trayectoria y experiencia educativa positiva, es porque consideramos que la


escuela debe ser un espacio para el reconocimiento del mundo emocional, para la expresión y
la comunicación.
Vinculado con la especificidad humana, no podemos dejar fuera los aspectos relacionados con
los sentimientos, los valores y las emociones en el marco de los vínculos y las relaciones
sociales.
Incorporar la dimensión afectiva implica tener una visión integral de los seres humanos y
nos aleja de perspectivas reduccionistas donde las personas se definen por un único y
exclusivo rasgo. También significa valorar el lugar que ocupan las emociones y sentimientos
en el aprendizaje y contribuir al desarrollo de capacidades afectivas como la empatía, la
solidaridad, el respeto.
En el contexto de la ESI se busca sacar de la invisibilidad la dimensión afectiva y
desarrollar proyectos que generen el deseo de acercarse a los otros desde un lugar no
agresivo, intentando comprenderlos. Se trata de ver en las demás personas las mismas
complejidades, necesidades y deseos que cada ser humano puede tener. También desde esta
perspectiva se busca reflexionar sobre las maneras que tenemos de manifestar el afecto
haciendo especial hincapié en que esas formas no vulneren los derechos de nadie.

El cuidado del cuerpo y la salud:


La afectividad forma parte de nuestra definición sobre sexualidad, nuestro cuerpo también:
somos cuerpo, en él nos reconocemos, construimos una imagen y una autopercepción, nos
valoramos (más o menos), desde y en él sentimos, disfrutamos. El cuerpo, no es (solo) aquello
que viene “de los genes”, de la naturaleza, sino aquello que hacemos y que el medio social nos
permite hacer “con los genes”, lo vamos “moldeando” cada día que pasa, lo vamos
“construyendo”. Y no lo hacemos en soledad, sino en relación con otros/as, en función de, por
ejemplo, las imágenes de belleza que circulan en nuestra sociedad, en función de lo que se
considera “saludable”, en función de lo que se considera “correcto”, etc. Son ideas de cuerpo
“normal” que consumimos, imágenes de lo ideal con las que a veces nos comparamos. Lo
hacemos nosotros/as y también los-las otros/as. Al principio puede sonar extraño
acercarnos a la idea de “una construcción social del cuerpo”.

Este eje sobre el cuerpo constituye un núcleo fundamental de la enseñanza y al aprendizaje:


aprendemos a respetar el propio cuerpo y el cuerpo del/a otro/a desde el nivel inicial; vamos
comprendiendo lo que es la intimidad desde ese lugar. La ESI viene a garantizar esos
procesos de enseñanza y aprendizaje.
El cuerpo y la salud han sido centro de interés de distintas disciplinas. Las concepciones
sobre qué es y cómo vivimos el cuerpo y cuidamos nuestra salud no están aisladas del
desarrollo general de las sociedades. El enfoque que proponemos pretende tomar en
consideración las distintas vivencias y representaciones de “el cuerpo y la salud”,
incorporando diferentes dimensiones como por ejemplo la historia personal, los discursos
científicos, los derechos humanos, las ofertas de la sociedad de consumo sobre todo a partir
de los medios masivos de comunicación, las re-presentación de los cuerpos a través de las
distintas manifestaciones artísticas.
Desde la ESI, este eje busca el reconocimiento del cuerpo sexuado y sus distintos cambios
como parte fundante de la identidad de las personas. En este sentido, adquiere particular
relevancia la promoción de hábitos y comportamientos de cuidado de uno mismo y de los
demás. Así como el fortalecimiento de la autoestima y la autonomía, con la finalidad de
adoptar decisiones sobre la salud, en general, y la salud sexual y reproductiva, en particular,
que permitan vivir una sexualidad sin ningún tipo de coacción, violencia, discriminación,
enfermedad o dolencia.
También propicia la reflexión crítica sobre los modelos y los mensajes de belleza que
circulan en nuestra sociedad y que pueden influir negativamente en uno mismo y en los
vínculos interpersonales

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