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Solanyi Torres Brito 1000459012

Historia del primer restaurante


Antes ya existían tabernas, mesones y posadas, como lugares públicos donde los viajeros
podían descansar, comer y beber. Estos espacios no tenían mesas individuales, ni
mantelerías, y la vajilla utilizada era básica. Tampoco disponían de una carta con variedad
de comidas.

Será Boulanger, quien en su local de la calle Des Poulies de París, ofrezca aún con un
servicio modesto, la posibilidad de comer en mesas individuales, una carta con alguna
variedad y estacionalidad de platos y horarios de almuerzo y cena. El plato principal que
Boulanger ofrecía a sus comensales se basaba en caldos variados que, ciertamente, eran
restauradores.

Si Boulanger fue el pionero en el servicio de restauración, años más tarde, Antoine


Beauvilliers, Conde la Provença, abrió su propio restaurante y establecería en su libro “Lart
du Cuisinière”, las normas del arte culinario y Jean Anthelme Brillat-Savarin, quien
frecuentaba el restaurante de Beauvilliers, el que destacaría los cuatro requisitos claves del
negocio: ambiente elegante, servicio amable, cocina superior, y bodega selecta.

El arte de la restauración está íntimamente relacionado con la historia de Francia y uno de


los motivos por los que este negocio se multiplicó por las tierras galas, lo encontramos en la
propia Revolución Francesa.

La proclamación de la República terminó con el empleo de los cocineros que trabajaban


para la nobleza, ello supuso que para continuar ejerciendo su profesión tuvieran que abrir
sus propios establecimientos.

Por otro lado, estos espacios, fueron los lugares ideales para que la nueva burguesía liberal,
los utilizara para reunirse y frecuentarnos ya que representaban la distinción y el
refinamiento.

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