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by iCentu per centu, moderata ganancia!”: Ernesto Cerruti, un comerciante italiano en el estado soberano del Cauca ALONSO VALENCIA LLANO Reproducciones: Willam Nie: Franco ESTUDIO delascompafias que controlaron el comercio durante E el auge agroexporiador de los afios 60 y 70 del sigio pasado se ha convertido en una de las necesidades mis apremiantesenel conoci- miento de la historia econémica del Cauca. Enlos documentos de la época se encuentra una razbn social que se repite en diferentes formas: Ernesto Cerruti, Emesto Cerruti & Cia. y E. Cerruti & Cia, Evidentemente, se trataba de varias sociedades que giraban en torno a un mismo personaje —el céncul italiano en el Cauca, don Ernesto Cerruti— ya Jas cuales, curiosamente, estaban asociados algunos de los més prominentes, miembros del sector més radical del mosquerismo: los generales Tomis Cipriano de Mosquera, Jeremias Cardenas, Tomas Rengife, Ezequiel Hur- tado y Lope Landaeta. El c6nsul parecia realmente fascinante: un inmigrante italiano que lleg6 @ ser, sin lugar a duda alguna, el hombre més rico del Cauca; que en determinado ‘momento se convirtié en el més importante poder electoral en Cali; que fue acusado de haber exigido, y logrado, la expulsién del obispo de Popayda, de haber comprado las tropas que iniciaron la guerra del 85 en el Cauca, y que, como silo anterior fuera poco, levé a que el Cauca fuera atacado militarmente por una potencia europea, suscitando uno de los conflictos diplomiticos mis escandalosos en la historia de Colombia. Un caso como éste offece la posibilidad de seguir le actividad de un empresa- rio cuyas empresas, si bien conocicron eléxito, también extuvicron sometidas, alos avatares que producia clinestable clima politico que caracterizé al estado caucano durante los gobiernos mosqueristas y de los inicios de la Regenera- cién, Por otra parte, ofrece la posibilidad de estudiar la mentalidad emapresa- rial extranjera y la forma en que los inmigrantes se relacionaron con los sectores dominantes caucanos. Elpresente trabajo pretende, entonces, estudiar el caso Cerruti, para locualse tratard de mostrar tanto sus actividades empresariales como politicas. Sebasa en memorias y documentos oficiales acerca de la llamada “Cuestién Cerruti” publicadas tanto en ediciones especiales del ministerio de Relaciones Exterio- rescomoen periédicos en contra del italiano y unos breves esboz0s biogrficos cscritos por personas que lo conocieron. Estas fuentes se complementaron con, material que reposaen el Archivo Hist6rico Municipal de Cali, en las notarias la.y 2a. desta ciudad, enel Fondo Notarial del Archivo Central del Caucay Nacib en Turin (lia ef 1 de Lepiiemre de Ike, 9 murs es Perugra (Hula) en if ae forero "7015 Cioletin.Histerice de Valle (Celi: mim. 6, abr de 935), + Catare Aleta “be amacion Crete ‘Bole Hitéoco de Vale, ‘Acadia de Historia de ‘alle del Cane, Cay abet 1, + Job Hays Hammoods, “Autobiography, Nowra Vor, 1935, yol 1 ple I5t-Cando por Phaner Bier, Pndator lames i Ber Bogetd, Antares, 1959, ie 36 eter. op- a. pag 308 en la notaria 1a. de Palmira, También se utilizaron algunos periédicos de Publicacién regional. Hasta el momento ha sido imposible conseguir docu- mentacin personal de Cerruti 0 sus socios, lo mismo que de sus empresas. LA VIDA DE UN EUROPEO EN EL CAUCA ‘Algunas delas personas que conocieron a Ernesto Cerruti relatan, nosincierta ‘admiracién, el estilo de vida que el cOnsul italiano llevaba en un territoriotan aislado como el del Cauca. Gustavo Arboleda, por ejemplo, después de sefialar el gusto que tenia Cerruti por la vida en el campo, su amor por las aves, que le evé a llenar su casa de jaulas con sinsontes, escribié el siguiente retrato de Todavia re le recuerda en Cali con su temo de lino de impecable albura, la corbata asi mismo de lino, las botas negras y lustrosas, (que hacialimpiar més de una vez al dia; su anillo nupcial en la mano derecha y en la icquierda otro con insignias maxénicas. Era de regular estatura, mas bien bajo que alto, de buenas carnes sintender la obesidad John Hays Hammond, ingeniero de minas estadounidense, que estuvo en e1 ‘Cauca en 1884, escribio la siguiente semblanza sobre Cerruti y su familia: Cerruti era uno de los comerciantes més ricos de exa porte de Colombia. Su esposa. descendiente de Bolivar. era una mujer de ‘gran cultura y mucho encanto; habia sido educoda en el exterior y hhablaba varios idiomas con soltura. Tenia tres hijos pequefos, a quienes la madre enseRaba miisica valiéndose de un piano que habia sido traido a lomo de mula desde Buenaventura. Pars mi fue una {grata sorpresa encontrar un hogar tan completo en uns lugar tan remoto de la civilizaciér*. Pero a este hogar no lo adornaban iinicamente estas cualidades espirituales, sino una seric de recursos materiales que Namaban la atenci6n, pues no solo hhablaban del nivel de fortuna que habia aleanzado Cerruti sino también del estilode vida que llevaba. Lafamilia habitaba en la hacienda Salento, queera luna de las mejores, sino lamejor, de laregidn: con 6.250 hectareas de potreros, “ganado selecto, elegante y cOmoda casa y piscina de natacion”. En carta dirigida al mismo Cerruti, James Eder (fundador de La Manuelita) la descri- bia en los siguientes términos: Conoct bien ru casa de campo en Salento. Con frecuenciaestuve en casa de Ud. la cual estabe arreglada y podiaalojar a 40 personas con todo conforty lujo. Los salones, edornedos con espejos, pinturas y objetos de arte; unpiano y varios otros instrumentos musicales. Los sofés ytodo el resto de los muebles eran de manufactura extranjera. La vajilla de porcelana y abundante en piezas. Habia servicio de cristalera fino, y también servicio de plata en abundancia. Sus bodegas con toda clase de licores tales como champafia, oporto, Jerez, borgofa, cervesa inglesa, varias clases de sauternes y vino del Rin y otros licores que rara vez se ven. Puede decirse, en una palabra, que usted vivia con demasiado lujo para este pais™>. Desde luego, tratar de vivir en el Cauca decimondnica como si se estuviera en Europa, forzosamente tenia que llamar la atencién de propios y extratios, y habria de despertar una scrie de rumores sobre el tamaito de su fortuna y la ‘manera como la consiguid. Esto conduciriaa la creacién de una leyenda negra que se hizo popular y que fuecrefda hasta por quienes trataron de cerca adon Emesto, LAS AVENTURAS DEL COCINERO Creada para justificar ante la opinién piblica los atropellos que se cometieron contra don Ernesto en los comienzos de la Regeneracién, la leyenda dice que éste era un inmigrante italiano que se encontrabs en Panama en 1869 traba- jandocomo zapatero, remendén de pailas, lustrabotas y en cuanto oficio sele ofiecicra, Viajé a Guayaquil, cn el vapor Inca, cuando se le presenté la oportunidad de reemplazar al cocinero que habia muerto en el barco. Después de permanecer en Guayaquil sin haber conseguido el empleo que esperaba le diese el presidente Gabriel Garcia Moreno, nuestro personaje se traslad6 a Buenaventura, donde se conectd con miembros de la colonia italiana y logré tun empleo que le permitié, al cabo de poco tiempo, independizarse y obrar como comerciante, y obtener el cargo de consul italiano en el Cauca, Utili- zando el crédito de sus paisanos, don Emesto se trasladé a Cali en 1871 y se vvinculé matrimonialmente con la familiade! presidente delestado: Mosquera Inicié entonces una serie de negocios ilicitos, con particulares y can el gobierno mismo, que lo convirtié en el mas rico de los habitantes del Cauca Segiin esta version, en la formacién de su fortuna don Ernesto habia utilizado cl robo, la estafa, la explotacién descarada de los indios, la vinculacién con la ‘masoneria, la persecucién al clero catélico y la relacién estrecha con los mas destacados politicos radicales caucanos, que lo Hlevarian a intervenir en los conflictos armados internos* Confrontando esta “leyenda negra con las semblanzas biograticas que nos dejaran personas que conocieron de cerca alitaliano, nos encontcamos con un personaje bien distinto del mencionado cocinero. El mismo Eder, en carta dirigida desde Londres el 4 de noviembre de 1886, le decfa: Sefor y amigo: —Me da gran placer contestar a Ud.. y es apenas justo que diga lo que sé sobre el asunto al cual Ud. se refiere. Vivienel Caucapor cerca de 25 afios, desde 1861 hasta 1886, yen mi cardcter de Cénsul de los Estados Unidos de América por muchos ‘aos, yeomo comerciante he tenido muchas ocasiones de tratar con Ud. y de conocerto desde cuando vino a establecerse en su casa de Buenaventura. Bien me consia que la posicién social de Ud. fue desde un principio, de la mejor; y que Ud. siempre la conservé. Sus tratos comerciales fueron de los mas extensos en elpais ysucrédito fue uno de los mejores. Siempre encontré en las reuniones sociales ‘de su casaa las personas de la masalta posicién social, como amigos de usted. En susempresas comerciales yagricolas empleda centena- res de personas, y de éstos, a quienes he tratado han estado muy agradecidos y hacen de Ud. grandes elogics. Por tikimo, por la que * Ew FrncacoRetleo, se refiere a laparticipacién suya de alguna manera en lapoliticaoen (eras toma) Cosioas las revoluciones de Colombia, sus amigos lo creen incapaz de mez- +! Cauer,ogass, Tip. EI clarse en tales asuntos; y huelga decir que yo comparto por entero Meals 198 esa creencia, Con mis mejores deseos, etc. James Eder™ eae op it pi. 36 Viste de tos faralones de Ca = ‘rovinew de Buenaverture (A fim Comisién Corogrifie. Re producinde Pura Londo) + Vicente Restrepo, Doamanion rotor af trberamento dela Feclamaeldn Cerut, Bogor, Minsteo & Keladones Exteriors 184, pag bi, ‘Arboeda, op. Eduardo emai, Le bola fave: CColomtia, Bogots, 197, i 16; der, op. tpl, 2. (Cludad de Cally Nevado del Huth, Provincia de Buenaventura, Cerui se estebleis en Callen 1871 ‘xiendende sus operaciones cemeriae fo gars de! Cau (Abu deta Comson Covograea) (Reproduciin de Paria London) ‘Tenemos asi dos visiones conirapuestas sobre don Ernesto: una absoluta- mente negativa, publicada en momentos en que era nevesario despertar los sentimientos nacionales ante la agresion a la patria por parte de Is flota italiana que defendia los intereses de Cerruti y ia otra escrita por uno de sus amigos comerciantes. Ambas, desde luego, tergiversan los hechos y no dan tuna idea clara acerca de la vida del italiano, como resulta claro al seguir sus actividades comerciales y politicas. DE MILITAR ITALIANO A COMERCIANTE CAUCANO Emesto Buenaventura Giacomo Maria Cerruti nacié en Turin el 14 de sep- tiembre de 1844, La buena posicion economica y sovial de sus padres, don Giuseppe Cerruti y dofia Mariana Casteli, le permitié estudiar en el colegio militar de Racconigi, donde se gradué de oficial de infanteria.el1o, deenero de 1863. Con el titulo de subteniente, ingres6 en 1866 al ejército. Actué en las ‘guerras de liberacién italiana bajo las érdenes de Garibaldi, En el afio 1868 pas6 al ejército de reserva, y en 1869 decidid, como tantos paisanos suyos, tentar Ia fortuna en América emigrando a Panama, donde se conecté con algunos miembros de la colonia italiana y encontré trabajo en Ia casa comer- cial Ferrari & Cia, Pornombramiento del cbnsul general de Italia en Panama, Cerruti pasé a Buenaventura en 1870, como agente consular de su pais, cargo que desempefiaria hasta 1882, En Buenaventura estuvo como empleado, primero, y como socio desputs, de «don Sebastiin Tassara, con quien aprendié todos los asuntos relacionados con elcomersio deimportacién yexportacién ycon los trémites de aduana, conlos articulos de mayor demands en el interior del Cauca y con los destinados ala exportacibn; tuvo también un conocimiento muy aproximado de la situacién del comercio y de la mayoria de las casas comerciales radicadas en dicho estado, Con su oficio consular, con sus buenas relaciones comerciales ycon sutrabsjo, don Ernesto adquirié un fuerte capital que le permitié independizarse y foe ‘aravennara mediadbs del viglo XIX. En 1869 Corr Wega oll) mis tarde fue nombrade agente ‘onal de alle (Libro de Phanor James Ede, Elfundador Santiago M. Eder, Bogetd, Amare. 1959) comprar los bienes de su antiguo socio y convertirse en uno de los mis importantes comerciantes extranjeros en el Cauca. En 1871 recibié orden de trasladar el consulado a Cali, donde establecié Ia «asa comercial Emesto Cerruti, dedicada a negocios de importacién y expor- tacién, que cra administrada por Pacifico Orejuela. Ademis, abrié otra en con el nombre de Ernesto Cerruti & Compaiiia, en sociedad con Fernando Ayala y Vicente Guzman. También mantuvo su almacén de Buena- yentura, que era administrado por Virgilio Quintana, De esta manera reali- zaba actividades comerciales en los tres mas importantes centros comerciales caucanos, Ademés, contaba con el apoyo de sus dos primitivos patrono: Tassara y Ferrari, quienes le abrieron amplio crédito en Buenaventura y Panama, de tal forma que al poco tiempo era el mayor introductor demercan- cas extranjeras en el Cauca’ Su actividad comercial y su desempefio como cénsul convirtieron a Cerrutien tun personaje socialmente destacado en Cali, lo que se vio fortalecido al ‘contraer matrimonio, el mismo afio 1871, con Emma Davies Mosquera, nicta del general Tomds Cipriano de Mosquera, quien ocupabaen esos momentos | presidencia del estado soberano del Cauca. Las ventajas politicas y econdmi- ‘cas de este matrimonio no se hicieron esperar, pues el 19 de marzo de 1872 el gobierno del Cauca, desempefiado accidentalmente por el general Jeremias Cardenas, lo comisiond bajo contrato para que importara de los Estados Unidos y transportara s Buenaventura “y en cajas marcadas con a marca que usa y acostumbra en sus negocios comerciales y guardando la mds estricta reserva [...] 500 rifles y 100 carabinas Remington con 600.000 tiros y las bayonetas, sables y dems titles correspondientes”, lo que realizé et 22 de julio del mismo afio!, Aunque el asunto se Hlevé a cabo con la discrecién del caso, fue finalmente publicado y sometido a la legislatura del estado en 1873, Io que produjo un esedindalo de tal magnitud, que llevs a que Cerruti se convirtiera en personaje notorio, puesto que, segin Carlos Albin, procurador del estado en 1886, habia “estafado” al gobierno en $ 10.000 por lo menos: ¥ Rebolledo, op cit, pags. I 1S, Atholeda, op. cit pig 248; Beer, op. pig 299 Restrepo, op. ce. pis. Me 23 bis; vee umbien ‘Aurelisno Gonzaer Tf ereralElico Peyin, Serpent dele ‘repibca.Bogot, Ln. de La Lun, 1887, pig 232 Lemaie, op. ct, pg 168 er, op. cl, pig. 308. (Para mayors etal, ule Caton Albin, forme gue ‘rocirador General del. ‘Biase del Cauca drge ol ‘Ser Presidente de Uni. rao ae eestiin ‘im el cudadano Ereto Cerra, Popayn, 1813 ‘Vine Regio Oficial, nim. 401, Fopaydn, 2-1-1886. ‘Ocampo, Colombia le concen 1130- 1910, Bogor. Sige XXI- Fedeurelo. 1984 Er, op. cit pit. 30. Respect esos personas, camilese Gustavo ‘Arbokda, Diconario neice y greece dt ‘ute depariament de Cove, Bagot, Bbtncca Hone, 1962, lr. Gonsiler, op. cit, ig. 20. EI Gobierno Nacional compraba rifles Remingion a razén de $ 13,50. El Cauca los pags a Cerruti a $ 76,95 comprados no directamente de Remington, sind embarcados por Goudley & Co. de Nueva York [error por Hoadley), en violacién de un contrato firmado por el hijo adoptivo de Mosquera, Jeremias Cardenas. FI negosiado de los rifles mostr6 que Cerruti no era un comerciante muy cescrupuloso. Fsto se agregé al hecho de que enel mes de diciembre de 1872s le hnabia abierto un sumario por las autoridades nacionales en el puerto de Buenaventura, al ser acusado por Nicomedes Conto —administrador de la aduana— del delito de falifcacién del marchamo del organismo, lo que lo ‘colocaba como sospechoso de contrabando. El sello habia sido falsficado en madera y fue encontrado por Pedro M. Hurtado, guardarremo de la aduana, ‘en el almacén de don Ernesto, “sobre un cajén". El implicado negé tener ‘conocimientode lo que ele sindicabay, por sucondicién diplomatica, el easo fue trasladado parasu conocimiento al general Tomés Rengifo — jefe muni ‘pale Cali—, quien finalmente ordené archivarlo. Aunque laSuprema Corte cordend ampliar la investigacién, no fue posible implicar a Cerruti, quien fue decfinitivamente sobreseido"® Conociendo las ventajas de mantener buenas relaciones con los politicos ccaucanos y tratando de aprovechar el auge agroexportador que vivia el Cauca por estos aios!!,¢127 de febrero de 1873 formé una sociedad comercial con el nombre de E. Cerruti & Cia. con duracién de tres afiosy ea la cual participa- rian como socios industrialeslos generales Jeremias Cérdenas, Lope Landaeta y Ezequiel Hurtado, vecinos de Popayén, donde se abriria un almacén. La sociedad contaria con capital de $ 20.000, los que entregaria Cerruti en partidas de $ 3.000 mensuales". El objeto de la compatiia era realizar los negocios que Cerruti indicara, pero debia dedicarse preferentemente a la compra de quinas en los mismos lugares de produccién. Cerruti acerté al escoger los socios: los tres eran sin duda los generales mas poderosos delals radical del mosquerismo caucano: Jeremias Cardenas Mos- quers, hijo adoptive del “Viejo”, y también su yerno, con quien Cerruti habia realizado el lucrativo negocio de los rifles; Lope Landaeta, militar venezolano ‘que habia llegado para ayudar al “Gran General” en la guerra del 60 y casado con uns hermana de Hurtado; y don Ezequiel, el mis importante de los liberales radicales caucanos, con amplias redes clientelistas en la regién pro- ductora de las mejores quinas del Cauea: la de Almaguer-Silvia-Pitay6™ Laimagen pibliea de Cerruti sedeterioré ain mis con el establecimiento de la mencionada compsiiia, pues para nadieers un secreto que los socios ifterve- nian en la politica del estado y que su influencia era aprovechada por la ‘empresal4, Aunque sobre esto no hay datos seguros, se afirma que lox socios lograron que el antiguo distrito de Paez fuera erigido enterritorio del estado y ‘que se nombrara prefecto al sefior Vicente Garcés C., quien les failité las ‘cosas para explotar los grandes bosques quineros de la cordillera Central. Para cl efecto, el prefecto reunié a los indigenas de los eabildos de Vitoncs, Mososeé, Lame, Calderas, Huila, Toes, Talaga y otros pueblos, y logré que dicran en arrendamiento sus bosques a Cerruti & Cia, por el precio de $ 84 anuales cada uno, con el compromiso de no emplear en las explotaciones mano de obra distinta de la de los indigenas. El presidente del Cauca, Mos- uera, puso algunos reparos al contrato y obligé a que en lugar del precio pactado la compafia se comprometiera a pagar cinco centavos por cada kilogramo dequina que seextrajera del territorio. Violando lo pactadocon los indios, Ia empresa introdujo peones de afuera, Io cual causd algunos proble- ‘mas que lievaron a que se realizaran atentados contra Lope Landacta, quien actuaba como gerente, y contra don Ezequiel Hurtado!s. La.casa no operaba iinicamente en los territories indigenas, pues teniaademiis ‘un apoderado en la provincia de Caldas, el seflor Procopio A. Hurtado, cncargado, por poder especial que le confiriera su gerente, de representarla judicialmente y de cobrar todo lo que se le debiera en dicha municipalidad'*, Ademas, no se dedicé exclusivamente al comercio de quinas, sino que utiliz6 lus influencias politicas de los socios industriales para especular con articulos de primera necesidad, como sal, que era importada desde el Pert. Para el efecto, en 1874 empez6 a actuar como subsidiaria de otra de las compafias de Cerruti —Emesto Cerruti—, con sede en Buenaventura, la cual habia obte- nido el monopoliodel producto. Esta se encargaba de importar la sal,en tanto ‘que la primera —E. Cerruti & Cia.— se ocupaba en distribuirla en las pobla- ciones del centro y norte del Cauca. Gracias a ln manipulacién del mercado, rearon una escasez.que elevé los precios de manera escandalosa. La reaccion de los consumidores no se hizo esperar, y se presentaron protestas en los cabildos de las municipalidades afectadas, que llevaron a que las corporacio~ res municipales decretaran un embargo de toda lasal que tuviera lacompafiia, en'sus almacenes de Popayan, Cali, Buenaventura y Cordoba"’, Ante las protestas y las medidas tomadas por las autoridades del estado, don Ernesto amenazé con demandar al gobierno caucano y con Ia intervencidn italiana, si sus propiedades no eran respetadas!*. Esto aumenté ain més as protestas de laciudadania, las cuales dejaban percibir el odio contraeel extranjero, tal como se advierte en la carta abierta que dirigié a Cerruti la Sociedad Popular Independiente, del Pueblo de Popayan: ‘Stel negocio quenos ocupa hoy, que ese! monopolio de la sal, como si dijéramos de la vida, no fuera de tan grande importancia y trascendencia: sino viéramos comprometida en él nuestra suerte, y la suerte de todos los pueblos del Estado, sobre todo la de los del Centro y Norte, lo decimos a usted con frenqueza, su nombre, que es apenas el de un sibdito que ha venido a buscar entre nosotros el ambiente de la libertad bajo el ala protectora de la Reptiblica, su nombre desconocide por nuestro pueblo, no nos habria ocupado; ero aparece su negocio, y el alarma es entonces indispensable, Porque la existencia esté amenazada, yno podemos entregarnos al sacrificio, besando las manos de nuestros verdugos, ni dejarnos imponer la codiciosa y despética volunted de un extranjero des- ‘autorizado como usted, que viene a abusar de nuestra bandera y tolerancia ...] Laposesién del dinero que usted ha adquirido en nuestro pats, le ha dado la bastante osadia para llamar al generoso, pacifico y heroico pueblo de Popayiin, sélo porque no quiere ni debe continuar dején- dose explotardeunaventurero, alborotador y desocupado, comosi dijéramos un vagabundo; y a nuestro Gobierno Ejecutivo del Estado, y al Municipal de esia Capital, ridiculo eindigno, por haber tomado la medida que todo Gobierno civilizado toma en beneficio de los pueblos que le encomiendan su suerte; y concluye retindonos y ‘amenazéndonos con indemnizacin de pérdidas. Demasiado tolerantes son y han side para con usted el magnénimo Gobierno y pueblo del Cauca'’. Vea Rebotiedo, op. et, pi. 718 [Archivo Central del Cauea (ACC), Fondo Notarial, Notaria segunda, 99, nam, 23,123, Popaykn, 20.1876 Archivo Histrico Municipal e Cali AHMO, capitlar 158,61 9HI8T4, 632 Lemaite, ope. pig 68. ‘Abin, op p17 AHIMC, capitalar 198,11. 3M, SAE 174 hid 626 Restrepo, op cit, pie 2408. ‘ACC, Fendo Notaral, N. la, {Lot Popayin, SXT-IAT7, ‘Marie Engrvia Mosquera de Daves, jade Tomas ‘Cipriano de Mosquera, ¥ suegr de Eresto Cort (olesin Histrice det Valle (Call am, 6 abil de (Bodin Wien dl Vale (Calin. ae de 1933 p33). ‘Bra Davide Cerution ‘Nac e116 de enero de 1857 em la frac de Barbacoas y mariben Roma e!? de enero de 1990. Desde luego, la reaccién ciudadana no fue igual en todos los sitios, En Cali, donde los amigos de Cerruti eran influyentes, la municipalidad lego a argu- mentar, que el culpable del alza era el impuesto que la nacién cobraba, con lo que no estaba de acuerdoel doctor Wenceslao Jordan, secretario de Hacienda del estado, quien arguments al cabildo calefio que sala opinién piiblica seRala como tal la organizacién de fuertes ‘compafiias, que sino pueden lamiarie monopolistas en la acepeién legal de la palabra, sise han aduefiado, segtinse afirma, de casi toda {a sal maritima que hay en el Cauca; existe también el hecho muy significativo, de que el alza ha venido inmediatamente después que se eliminé el derecho nacional... Detodas maneras, ante la protesta general, el gobierno tuvo que organizar una compafia competidora, idea que acogié e impulsé en Cali el general Tomas Rengifo. Mientras tanto, el secretario de Hacienda del estado invité a los socios de la empresa a que desistieran de mnopolizar cl articulo, a lo cual estos respondieron que ‘aunque no eran més que simples comisionisias de la casa CBrruti y ‘mientras obtenian de ésta autorizacién para bajar el precio, vende- rian la sal a 20 centavos menos, con cuya reduccién cesaria el desagrado general aludido®. La forma de funcionamiento de las empresas de Cerruti se evidencia en le manera como administraban el monopolio de ja sal:e! introductor directoera Ernesto Cerruti de Buenaventura, mientras que las otras empresas, en particu- lar E, Cerruti y Cia, servian como fiadores por los impuestos que aquella tenia que pagar al estado, actuando, a la vez, como comisionistas expended oresde! producto ‘A pesar de los problemas con Ia opinién publica y con las autoridades, E. Cerruti & Cia. aparecia como una empresa econdmicamente exitosa. Esto llevé aque, por eseritura del 15 de junio de 1875, fuera prorrogads hasta el31 de diciembre de 1878. Los socios industriales se encargarian de manejarla con la obligacién de rendir al capitalista informes mensvales y un balance semes- tral, Don Emesto conservaba la direccién, pero, dado que pensaba viajar @ Europa, los socios podian decidir por mayoria las operaciones que debian realizarse, siempre y cuando éstas no pasaran de los $ 5.000, caso en el cual tendrian que decidir por unanimidad. Como cambio importante, la escritura ‘establecié que los articulos que se compraran con destino a la exportacién no tendrian que ser adquiridos en el mismo sitio de produccién, Por otra parte, don Ernesto podria retirar $ 5.000 anuales hasta completar la suma de $ 20,000, que constituia el capital inicial, estipuldndose ademés que a la liquidacién de la empresa, el 31 de diciembre de 1878, las mercancias que existieran quedaban de los socios*. Al dia siguiente de firmarse la prorroga anterior —el 16 de junio de 1875—, Cerruti establecié otra sociedad con el nombre de Ernesto Cerruti & Compa- fila, de caracter comercial colectivo, en la cual se refundian los dos almacenes que posefa en Cali y Buenaventura, entrando sus dos administradores, Paci- fico Orejuela y Virgilio Quintana, como socios industriales. Cada uno de los almacenes seria administrado porlos socios respectivos, los cuales, como en E. Cerruti & Compafiia, deberian rendir informes mensuales y presentar un balance semestral al socio capitalista. La sociedad duraria hasta el 31 de diciembre del 78. El capital inicial fue de $ 2,000, més los balances que arrojasen los dos almacenes al 31 de julio de 1875. El 11 de marzo de 1876, ingresé en la sociedad otro socio industrial, esta vez italiano, don Raimundo Doria®. Eenesto Corral con sus dos his Halle y Remi, on 1883 (Libro de Phanor James Eder, El undader Santiago M. Eder, Bopotd, Arcares, 1959) reelamaci6n..", pps, 241-48, % Ih, pi. 248-9 % Nota dain del Cerro, tomo de 1876, nim. siglo XIX jel Cersto™ en 2» Vea Alonso Valen, Euade soberove del Causa: {Federalimo y Rezeneraciin ‘Bepoth, Banco dela epic, 1988, Yeas op. elt, pl 20 Manuel Sinistrra £124 de deiembrede 1876en Cal. Cali, Tip. Carvajal, 1837, le 12, % Acboeda, opt ps 251 52 Be, op Restrepo. op. Don Ernesto establecid este tipo de empresas porque pensaba radicarse en Europa —quiza presionado por la desfavorable opinién publi donde Viajé en 1875y de donde regresé spresuradamente al iniciarse la revolucién de 1876, para cuidar de sus intereses, los que s6lo serian respetados al demos- trarse que eran de propiedad de un extranjero, LA GUERRA DE 1876: LOS NEGOCIOS ¥ LA POLITICA Conta guerra de 1876se inicid un nuevo ciclo en la vida de Cerruti, queestavo marcado por una mayor intervencién en los asuntos politicos internos del ‘Cauca en guerras, procesos electorales y proyectos revolucionarios, Mientras tanto, seguiacon sus actividades comerciales, como lo demuestra el hecho de haber abierto una subsidiaria de la casa Emesto Cerruti & Cia; enel pueblodel Cerrito, gerenciada por su antiguo socio Vicente Guzman, quien actuaba con poderes muy amplios, y deberia dedicarse a la compra de tabaco para la exportacidn y ala venta de sal, harinas y mercaderias en general, La oportunidad de intervenir activamente en la politica caucana se presentd durante la guerra del 76, n la cual un dividido partido liberal se vio obligado a enfrentar la reaccién conservadora encaberada por la Iglesia catdlica, El conflicto mostrd qué tan tiles habian sido los servicios que Cerruti habia prestado al gobierno del estado caucano, pues las armas queimportara en el 72 sirvieron ahora para detener Ia ofensiva de los “carracos”, que actuaban abiertamente apoyados por el clero eaidlico’”. La intervencién del italiano en esta guerra puede explicarse por su participa- cién en las logias masénices, que rechazaban ta intolerancia de los sectores clcricales. Por otra parte, Cerruti teniauna vieja deuda conel clero caucano a raiz de su matrimonio, que se habla realizado de acuerdocon las leyes civiles y sin ceremonia religiosa alguna —algo que no era facilmente tolerable aun en lun estado tan liberal como el Cauca—, lo que le granje6 Ia enemistad perma- nente del elero, Aunque, segin Aureliano Gonzilez Toledo, a don Ernesto se le acusa de activismo politico desde cuando fundara E, Cerruti & Cia., en 1873% locierto 8 que su participacién mas visible en los asuntos politicos del Cauca se dio @ ralz del decreto dictado por César Conto, presidente del estado, en Ia ciudad de Palmira e} 4 de febrero de 1877, mediante el cual se expuls6 del territorio catucano a Manuel Canuto Restrepo y a Carlos Bermitder, obispos de Pasto y Popayéin, respectivamente, Seguin relata Manuel Sinisterra, faltando pélvora los liberates, el doctor Conto intent6 comprérsela adon Ernesto, “ftaliano, ‘masén, enemigo gratuito y personal del Ilustrisimo Sefior Bermidez™, que habria puesto como condicién para venderla que el obispo fuera expulsado, ‘Sea esto verdad 0 no, el hecho es que Cerruti formé partede la comision que el 8 de febrero sacé al obispo de su sede y 1o condujo a Buenaventura para que marchara al exilio, En la misma estuvieron, ademas, sus socios en Palmira, Ayala y Guzman, y, para complicar las cosas, los preparativos de la expulsion se realizaron en la casa de otro de sus socios: la de Jeremias Cardenas”, El mismo obispo Bermider declaré después que, durante le marcha al destie- ro, Cerruti empez6 a pronunciar en alta voz un discurso que no continud (no sé ‘por qué), pero hizo comprender, por lo que dijo, queel objetoque se proponia era excitar las malas pasiones de sus compafieros contra ‘mi, Elarranque desu perorata fue como dei que se siente triunfante ‘hablé en plural, como si se propusiera interpretar los sentimientos de sus compafieros de armas". A raiz de esta guerra, don Ernesto, ante los ojos caucanos, quedé vinculado polticamente al radicalismo. Aunque los costos politicos de esto fueron muy altos, él y sus socios supieron aprovechar la situacién para obtener grandes, beneficios econdmicos. Para citarsélo dos ejemplos, entre los meses de abrily julio de 1877, el general Jeremias Cardenas rematd, en nombre de lacasa de la cual era socio, cien cargas de quina, que habian sido expropiadas a conserva~ dorescomprometidos en ia revolucién, con el convenio de entregar el dineroa una casa vendedora de armas que tenia sede en Panama, Igualmente, otro de lossocios, el general Ezequiel Hurtado, ensucardcter desegundo jefe durante Jacampafiadel sur, rematé otras sesenta cargas que habian sido expropiadas. Asi mismo, Cerruti y sus socios vendieron durante la guerra unas cuatro mil arrobas de sal al gobierno del Cauca para el mantenimiento del ejército”. Después de la guerra, los negocios de Cerruti y sus socios continuaron. En 1877 renov6 la sociedad Ernesto Cerruti & Compafiia, con sede en Palmira, con sus Viejos socios Vicente Guzman y Fernando Ayala, con capital de $25.00, elcual fue ampliado a $ 30.362 y 350 milésimosen 1879. Estecapital lo aporté integramente Cerruti. La sociedad duraria hasta el 31 de diciembre de 1881, y la mitad de las utilidades seria para los socios industriales®. ‘También renové e128 de julio de 1879, la sociedad F, Cerruti & Compa la cual entraron como socios Cerruti, Cirdenas, Hurtado, Virgilio Quintanay don José Quilici, ciudadano italiano™, El otro socio fundador, Lope Lan- daeta, habia tenido que salir de! Cauca por problemascon su cufiado, “porf..] laduslidad desus afecciones”, De nuevo Cerruti aparece como socio capita- lista, aportando $ 106.322 y 265 milésimos, mientras que los restantes lo hacen como socios industriales. Ademés, en el fondo comin de utilidades de esta empresa entraria la mitad de las que produjera la compafia establecida en Palmira. Elreparto de utilidades se haria en la siguiente forma: se dividiria en cien partes, de las cuales treinta irian al capitalista y diecisiete y medio a cada uuno de les socios industriales. Cerruti quedaba autorizado para retirar la suma de $800 mensuales con destino a us gastos personales, y suscompaiteros $ 150 cada uno, que se deducirian de las utilidades que individualmente les corres- pondicran. La sociedad tendria una duracién de cinco afios. La sociedad tendria almacén en Cali, administrado por Quilici; en Buenaven- tura y Cérdoba, por Virgilio Quintana, y en Popayin, por Cardenas, cadauno de los cuales actuaria, en su respectiyo lugar, como gerente. Cerruti seria gerente general, con residencia en Europa on cvalquier lugar del Cauca, y recibiria informes mensuales y balances semestrales, como era su costumbre. Ademés, seestablecié que todos los bicnes delacmpresaesiaban“amparados con la garantia internacional que representaba don Ernesto como duefio del capital”. Enesta compaiiia actué como socio minoritario un fiel empleado de Cerruti, el sefior José Rossi, de su almacén de Buenaventura, quien recibiria un tres por ciento del fondo comin de wtilidades. Rossi deberia permanecer en Buenaven- tura o marchar a atender los negocios que la sociedad le sefialara’, No sobra decir que esto sociedad fue renovada ei 2 de octubre de 1884, Albin, op. i pigs. XIX- XX. 1 Fevrocari, ano Mt, trimerive I, mdm) 104 ples. Eder, op cl, pa, 300 Arbol, op ci pg 248, Nowria primera de Ca, ‘oma de 1819, 28-VIL-1B79 Rebolleto, op cit pe 25 Notaia primera de Cali, ‘ome y fecha cados. Arbol, op cy pg 248, {lveo Pern, Presider del Esto. do Soberoms de! Cauce,ordend Sonica dl prop dade de Cerra 12 de ebro de 185.4 ratte Tas acusacones que se ‘cern (Coecein de areas de it de a Bbvece La Angel Aroreo) » Bid, pie, 252 ™ Rebeted, op. ct. p24. Cera forms en 1973 su primera sociedad con los generses Tomas ‘Boogie! trade (Peto No?) deremias Cardenas, Terns Reneifoy Lape Landaa fot No) ‘jot nombre de E.Cerrti dt Cia (Colecidm de varias de vata de Bbitect Lut Angel Arango). LA DIVERSIFICACION DE ACTIVIDADES Cerruti, como tantos empresarios caucanos, intent diversificar sus activida- des econdmicas. Esto, mis que a una posicién voluntarista, obedecia a la necesidad que tenian los caucanos de superar la crisis econémica en que quedd sumido el estado a raiz dela guerra del 76, lo que coincidié.con unacaidadelas exportaciones. La diversificaciOn vino precedida de una serie de rumores acerca de la forma como Cerruti habia adquirido el nuevo capital. Desde luego, se decia —y con toda razén, segiin se ha expuesto— que éste estaba relacionado con la guerra de 1876 y que en su formacién tenian que ver sus amigos radicales. Los rumores comenzaron cuando, al finalizar la contienda militar, Cerruti viajé a Medellin a visitar a un antiguo conocido suyo, el general Tomis Rengifo, quien desempefiaba en es0s momentos el cargo de presidente del estado de Antioquia, Esto lo relata Gustavo Arboleda: “Un viaje de Cerruti a Medellin, donde el otro ejercia la Gobernacion de Antioquia, dio asidero a la especie de que el distinguido italiano conspiraba™. Uno de sus detractores —don Fran- «isco Rebolledo— dice al respecto: No se sabe lo que entre los dos se pactara; pero sique estetle dio en ‘oro una cantidad que no bajaba de $ 60.000, con 1a cual hizo un ripido viaje a Europa, de donde, después de percibir el importe de as quinas remitidas antes, regresé conun gran negocio que, dada la escasez de mercancias en el Cauca con motivo de la guerra, fueron en breve realizadas a subido precio. Lo pactado con Rengifo estd ‘bajo.el velo del misterio|...] Por ahora bdstenos decir que elcalabrés aplicaba a paisanos y a extrafios, a amigos y enemigos, a indiferen- tes y a copartidarios, su méxima favoritas"Centu per centu mode- rata ganancia!" », Senesto verdadero 0 no, lo cierto es que Cerruti emperd adedicarse a lnbores agropecuarias, Para el efecto, el 29 de septiembre de 1879 compré a Belisario Buenaventura, Alonro spect coerce on Ll Fiche, anporande mein Benes Pah ‘roves Ernesto Cerra de un trope, en Cali (Librode P.-E) Ja hacienda de “Salento” situada en el distrito de Yumbo en este Municipio [Cali] compuesta de una casa de paredes de piedra, adobe y bareque, cubierta de teja, un horno de calcinacién, un potrero de pasto artificial denominado “la guinea de los toros”; uno nuevo que estd a continuacién del anterior, dividido en dos depar- tamentos por un cerco de guadua, cultivado el primer departamento en guinea su mayor parte yel segundo de pard;un mangén de pasto comin, inmediato a la casa, cercado de guadua: unos cien cabros, ‘poco més o menos, diez caballerias de brosa, la herramienta exis- tente, el mobiliario que existe en la casa y el terreno que constituye 1a referida hacienda...) El precio de venta fue de $ 24.000, rect- biendo en parte de pago la casa de José Quilt, En estas empresas agricolas, Cerruti entrd en sociedad con su antiguo amigo el ‘general Rengifo, conquien compré Salento almencionado Buenaventura, La Burrera adon Vicente Rengifo M. y El Jagualo potrero de La Torreal doctor Joaquin de Caicedo y C, Todas estas negociaciones se hicicron bajo el nombre de E, Cerruti y Cia, Aunque Cerruti no parece haber efectuado grandes transformaciones en las propiedades compradas, lo cierto es que éstas parecen haber mejorado osten- siblemente, ya que, segan testigos dela época, alcanzaron niveles de produc- cién nunca antes vistos, Esta vinculacién de Cerruti, junto con la de Eder y ‘otros extranjeros, a la agricultura ha sido calificada como el inicio de “la transformacién de la hacienda tradicional vallecaucana”'. Si bien esto es ierto en cuanto a Eder, no es aplicable a Cermuti, ya que éste y sus socios siguieron explotando las tierras con ganaderia tradicional. Lo tinico que aparece como distinto frente a otras haciendas vallecaucanas es una més amplia comercializacién de la cal que Salento producia y que era ofrecida al piiblico al precio de $ 1,60 la carga de diez almudes*. La hacienda tenia unos hornos que permitian aprovechar las calizas que poseia en la cordillera Occi dental, algo que venia realizando de tiempo atris ¢l antiguo propictario; igualmente se explotaba un galp6n ladrillero. Now segunda de Cal, tomo de 1879, nim, 106, £266, ext Maule Rojas, “Empresariosy tenologa en Ja formacion del sector austere en Colom, 1160-1980", en Social» economia enol Vale del Cau, tv, Bows, Universidad det Vai - ‘Banco Popular, 198), pi a 1B Fecrocarr, ao It, tomes am 18, 27- urise, ters op it ps. 25-206 Vease Valencia, api, igs. 174 ng Leber, nim. 117, oped, SXLINN, Yate opt, pas 282 3 a Pa, im 12, Popayin, Duramte el periodo de 1881 a 1885 las actividades econémicas de Cerruti parecen haberse mantenido en los términos mencionados. Sin embargo, en 1884 intent incursionaren renglones nuevos paraél, tal comosucedié con las cexplotaciones auriferas. Para el efecto hizo venir de los Estados Unidos al ingeniero de minas John Hays Hammons, cuyos estudios mostraron que la explotacién de los yacimientos no era rentable®. Hay un hecho que no deja de llamar a atencibn respectoa Cerruti. Setratade su negativa aparticipar en la creacién de obras de infraestructura enel estado del Cauca. En efecto, mientras practicamente todos los comerciantes y empre- sarios de diverso tipo —tanto nacionales como extranjeros— estaban finan- ciandobancos, caminos, errocarriles, puentes, impulsando la importacin de ‘nuevas écnicas de cultivo y buscando nuevos productos exportables, a Cerruti sélo se le ve en la junta dircctiva del Banco del Cauca, La explicacién puede estar en elsectarismo radical de Cerruti, Para nadie esun secreio quclas obras ‘de infraestructura que se impulsaron a finales de 0s afios 70 y comienzos de los 80 fueron motivo de banderias politicas y que los independientes las usaron para impulsar su programa regenerador*. UN GOBIERNO POR ESCRITURA PUBLICA Si bien Ia fortuna de Cerruti ysus socios parecia consolidarse, los problemas, sobre todo de cariicter politico, apenas comenzaban, ya que conservadores liberales independientes empezaron una serie de campafias contra él y sus socios. Por ejemplo, Carles Holguin afirmaba que el gobierno del estado soberano del Cauca se habia establecido por “escritura piblica”, pues estaba gobernado por la casa comercial Cerruti y Cia, de la cual el presidente Ezequic! Hurtado era socio fundador*®, Hurtado habia sido puesto en el poder por la llamada “Revotuci6n de Abril” (1879), que comandaron los generales Fliseo Payan y Juan de Dios Ulloa, quienes representaban una coalicién de mosqueristas € independientes que se ‘oponta a los abusos cometidos por los radicales César Conto y Modesto Garcést Flescdndalosurgié cuando Hurtado aparecié firmando una circularde|acasa Cerruti, fechada el Lo. de julio de 1879, un mes antes que se posesionara de la presidencia, Segin La Paz, periédico payanés que se encargé de la defensa de! presidente, éste sélo teniaen dicha casa un capital colocado al 7% anual y “no ticne ni ha tenido antes imtervencién en las operaciones que en ella $e ejecu- tan", Por ello formulé la pregunta: “,Dénde y como gobierna la casa E. Cerruti & Compania el Estado?” *”, A pesar deesta defensa, que obviamente tergiversaba los hechos, en Bogota se siguieron publicando volantes contra el gobierno caucano, pero especialmente conira el presidente del estado, quien seguia acusado del delito de “cerru- tismo”, 0 sea de gobernar en provecho de la casa Cerruti. Esta acusacién se apoyaba, ademas, en que el mandstario, en su mensaje del 22 de marzo de 1880, habia pedido “el establecimiento de un puerto nacional en el Caquetaiila franquicia de los articulos que por él se introduzean en un determinado radio de consumo”, Segin los acusadores, esta franquicia correspondiaa*combina- ciones de la Casa Cerruti, interesadaen obtenerla”. La defensa argumenté que Cerruti y Cia “no tiene boy parte alguna en la asociacién que se lame ‘Compafia del Caqueta’, constituida por los seftores Reyes Hermanos. Cierto #8 que algunos afios atris, uno de los socios de la casa Cerruti tomé en aquella empresa algunas acciones por cuenta de la Compafia; pero que no habiendo sido esto del agrado de los demés consocios, las acciones tomadas se enajena- ronen los Estados Unidos de América, i que s6lo el sefior Jeneral Jeremias Cirdenas tiene alli alguna participacién,nocomo miembro de la casa Cerruti, sino por su propia cuenta™*, ELINCENDIO DE BUENAVENTURA Pero los problemas no fueron Gnieamente de orden politico, Para complicar las cosas, el 12 de abril de 1881 se produjo un incendio que destruyé totalmente ‘el puerto de Buenaventura. Cerruti, como lo muestran los cuadros siguientes, fue uno de los mas perjudicados. Los datos generales del incendio son: RESUMEN JENERAL de los valores destruidos por el incendio de 12 de abril de 1881, Fincas raices y mobiliario ‘$ 251.740 Comerciantes de esta plaza .. cesses 207.581 Comerciantes del interior i 82.670 Establecimientos varios .... 11.010 Vecinos i arrendatarios .... . 13.981 La Iglesia Parroquial ee 12.000 Gobierno Nacional (Correo y telégrafo) 10.100 Gobierno del Estado 200 TOTAL . $89,282 FUENTE: Reet Oneal, nm, 1, Popa, IVT, HE Enesta catéstrofe, Emesto Cerruti perdié en bienes raices ia suma de $ 22.800: $18,800 en casa y $4,000 en mucbles, siendo el mis afectado. Para una idea de sus pérdidas comparadas con las de otros damnificados, se puede observar el cuadro siguiente: PERDIDAS EN BIENES RAICES (mayores de $ 10.000) NOMBRES VALOR VALOR CASAS MUEBLES Cerruti & Compafia ‘Vasquez Cordoba José Pérez Hermanos ‘Cuevas José Joaquin Pugliesse Carmelo Lanas Roberto 18,800 16,000 14.000 12.000 10,000 10,000 4,000 1.500 400 2.000 100 PUENTE: Rejoin. 13, Popa, SVEN, pg 2 Thi, sien. 38, Popayt, 17 viniss, © Repro Of Popayin, % Restepo. on ets Bia 286i, : pie hs nama " [iif del olambique (1845). (queda. cone (191. (emir) 5 trapiche (1891), erecha) de ‘Hacienda Maelia, de ecu ea duel Santen M. Eder. Al vid por muchos aes Nata he de Cnr, quien se cash con Cares J Ee (Libre dP. 1. E. En mercancias, Cerruti perdid $ 39.000 ($ 30.000 en mercancias generales de importaciény § 9.000 en productos del pais), siendo el mas afectada, junto con Ia colonia italiana, que en la préetica monopolizabs el eomercio en el Cau PERDIDAS SUFRIDAS POR LOS COMERCIANTES DEL PUERTO EN EL INCENDIO DE 1881 (mayores « $ 7.000) Nombret Mercansias Productos Total Generales del pals Cerruti & Compaiiia 30,000 9,000 39,000 ‘Capurro Bernardo 24,000 1,000 25.000 Mennotti Francisco 18.000 2.000 20,000 Otero Jaime 12,700 = — 12.70) Pugliese Carmelo 11,000 —— 11.000 Ezequiel Figueroa 10,000 41410414 Ruiz & Garela 8,000 1,600 9.600 Plree HL. V. 6.500 2.000 8500 Carcache Tulio 6.000 2.000 8.000 Pérez del Rio Manuel 8.000 - 8.000 Paaamenta Anibal 6500 $00 7.000 FUENTE: ej ia, nm. Popa, 1°VE HE pe 2 En total, Cerruti perdié la suma de $ 61.800, lo que, segin Carlos “Alban, procurador del estado en 1886, lo obligé a suspender pagos: “el sefior Cerruti habia suspendido sus pagos en Europa desde 1881, lo cual constituye una quicbra que la ley manda considerar como fraudulenta, mientras no se prucbe Jo contrario™. CERRUTI REVOLUCIONARIO En 1882, después de cesar en su cargo de agente consular, Cerruti particips activaments en la lucha por elegit presidente del Cauca a Tomés Rengifo®, quien era visto como el Unico hombre capaz de frenar a los independientes en su marcha hacia cl poder. Su participacién legé al grado de ser acusado por Gregorio Sarasti deque, en unidn de Rengifo, diera “armas.a David Peres ya a calle ded Comer en 185. Cera rabies un nezacio allem TA77 Cotorrafa de Luciano ‘Rrra Garrido, Libr de PY. E) Ramén Morales para que se sublevasen”, las que posteriormente fueron eatrogadas a Ricardo Gémez, mayordomo de Cerruti'!. Esta actividad conspirativa se viointerrumpida conla muerte de Rengifo, el 11 deenero de 1883, perono finalizé con lla. Enadelante Cerruti no contaria con la buena suerte que le habia acompafiado en los afios anteriores. De hecho, las ‘condiciones politicas habian cambiado, puesto que los independientes logra~ ron consolidarse en el poder desde la “Revolucion de Abril” de 1879, despla- zando a los sectores radicales. La iniciativa politica no estaba ya en manos de sus amigos, que habian sido desplazados por sectores politicos “nuevos” que se planteaban la necesidad de “regenerar” no sélo al Cauca, sino a toda Colom- bia, como tinico medio de lograr la paz, tan necesaria pars realizar las obrasde infraestructura que requeria el desarrollo econdmico del Cauca. Aunque el proyecto regenerador conté con un apoyo realmente masivo en el Cauea —no olvidemos que aqui se iniciS—, ain quedaban algunos pequefios focor radicales que trataban de impedir que se desarrollara. El principal de ertor focos estaba en Cali, donde los radicales controlaban la corporacién ‘municipal. Pars este sector la muerte de Tomés Rengifo, en 1883, fue un duro golpe, pucs constituia Ia dltima carta radical con posibilidades de tiunfo clectoral. En adelante, todas las acciones contra la Regeneracién se dieron por via comspicativa, lo que levd ala guerrade 1885,enlacual Cerruti quiso tener ua papel importante, sin observar que las condiciones noeran las mismas que les de 1876. Lassituacién en el Caucaentre 1883 y 1885 era surnamente tensa y presagiaba la guerra. Los acontecimientos se agravaron desde noviembre de 1884, cuando, a raiz de las elecciones municipales, los independientes se dividieron produciéndose, en algunos lugares, enfrentamientos violentos que hicieron temer que Cali fuera atacada, 0, como se dijera en El Ferrocarril, periédicode laépoca, “parecia que la suprema hora de la lucha sonaba ya". Para compli- car las cosas, las lecciones fueron declaradas nulas y se fij6 el 21 de diciembre para su nueva realizacién. El deterioro del orden piblico continué en todo el estado y se aceleré cuando se supo que “la suprema hora” habia llegadoen los estados de Santander, Cundinamarca, Boyacé, Tolima y Antioquia. Los acontecimientos militares en el Cauca no fueron muy importantes, pero la situacién se complic6 con lallegada de un batallén de la Guardia Colombiana, 8 Bid, pte 9 EL Ferrocani, sm 261, 7- Xess Gone, op. cit pig. 116; Beer, op- ct, pa. 2 Reisro Oficial. nm. 398 Popayin, 1311-1886 oo ma. ‘Arbo, op cit, pat 253 er op. cit. pe 300. ‘compuesto por quinientos hombres que venian bajo e! mando del corone! Guillermo Marquez, porque éste se “vendié™ a unos comerciantes radicales®, (Cerruti aparecié implicado en el asunto y fue acusado de que el 19 de enero de 1885 “comprd” al coronel Marquez. Las autoridades del estado argumentaron {que “el sefior Cerruti proporcioné a los rebeldes y traidores fonds det Banco de! Cauca; y continué proporciondndoselos después en dos ocasiones distinias™. Esto llevé a que se tomaran represalias contra el italiano, que llevaron aque ¢l 8 de febrero la hacienda Salento fuera desmantelada por tropas al mando de Juan de Dios Ulloa, quien alegé que Cerruti, con su intervencién en politica, habia perdido su condicién de neutral. El mis 0 juzgé el incidente ‘como “allanamiento gratuito hecho de un modo incalificable™*. Durante el allanamiento se encontré un tine! que, segin declaraciones de testigos conocedores, no existia cuando los socios compraron la casa. La intencidn de las autoridades era demostrar que el subterranco servia para ocultar hombres y armas, cuando lo obvio seria, dado los antevedentes de Cerruti, que ya era utilizado para ocultar mercancias de contrabando™. Fl 12 de febrero, Eliseo Payin, en su cariicter de presidente del estado sobe- rano del Cauca, ordené que se confisearan todas las propiedades de Cerruti y ‘sus socios. También se incautaron losactivos de la sociedad en Buenaventura, Cali, Palmira y Popaydn. Para tomar estas medidas, Payén se escudé en a ley 38 de 1879, del estado del Cauca, con fundamento cn la cual declaré bien nacional “Ia propiedad personal de dicho Cerruti, lo mismo que la que posce en comin con los rebeldes Ezequiel Hurtado y Virgilio Quintana”. Al obiernocaucano no leimporté que la medida entraraencontradiccién con la Constitucién nacional, que declaraba en su articulo 15, numeral So.,.que la propiedad era uno de los derechos individuales que se garantizaban tanto alos nacionales como a los transedintes de la Unién, los cuales no podian ser privados de ella sino por pena ocontribucién general, con arreglo alas leyes, 0 ‘cuando Jo exigiera la nccesidad publica, previa declaracién judicial y la indemnizacin correspondiente. Las excepciones aesto sélo seautorizaban en ‘caso de guerra, pero aun asi la ley “no autoriza para imponer pena de confiscacién en ningin caso”. {Las medidas contra Cerruti no finalizaron con la confiscaci6n, ya que, mien- trasera saqueadasu hacienda, unaturba loamenazaba de muerte en Cali, dela ‘cual lo protegieron los comerciantes Luis Fischer y Alberto Burckhardt. Mis tarde fue reducido aprisién y se inicid contra él un proceso por rebelién, hasta que e16 de julio el capitin del barco de guerra italiano Flavio Gioia ekigi6 su libertad desembarcando tropas en Buenaventura, lo que produjo el rompi- ‘miento de relaciones entre Colombia ¢ Italia”. Cerruti partié a Europa, a donde le siguié poco después su familia. El 18 de junio de 1886 reunié en Paris a los acreedores, a los que solicito fondos para iniciar el proceso que se conoce como *Cuestién Cerruti”, LA CUESTION CERRUTI Ellargo pleito entre Cerruti y el Estado colombiano es considerado uno de los asuntos mis escandalosos en los anales diplomaticos del pais. El esedndalo consistié no sélo en las arbitraried.ades que se cometieron y que llevaron ala ARBITRATION The President ofthe Uned States ear te ens Bang ‘we krspon or mu ‘Sonlogs i. er avaiiba Craton laproparactn En reproduc conresponde la cubital ‘demu caso, que desperé un sonado arburaje en verisnem gles del confi enire el Ren de a- ‘derecho eracionat En cartadel4 de noviembre lia la Republics de Colombia en el cane Cert ant mecirancpoy Bre Cera b+ pdm @ intervencion militar de 1a flota italiana, sino también en que el gobierno colombianolo utiliz6 como factor decohesi6n nacional, que permitiera frenar elderrumbe del proyecto regenerador. Aunque por cuestiones de espacio noes posible exponer ampliamente estos puntos, haré una exposiciOn sintética del desenvolvimiento del pleito. La demanda de Cerruti al gobierno colombiano fue entregada al arbitraje del gobierno espafiol, cuyo fallo no acepté Colombia. En consecuencia, en 1890, cl gobicrno estadounidense ofreci mediar en el problema, lo que, aceptado por Colombia, permitié que el 2 de enero de 1897 el presidente Cleveland rindiera un laudo arbitral que le concedia a Cerruti la suma de 60.000 libras (5 300.000) como indemnizacién por los perjuicios, que le habian causado los gobiernos caucano y colombiano. Disponia, ademas, que Colombia debia asumir las obligaciones con los acreed ores. En 1898, Colombia no habia iniciado los pagos, lo que llevé aque el gobierno italiano distribuyera cinco cruceros entre Cartagena y Buenaventura. Francis Russell Hart, gerente del ferrocarril Cartagena-Calamar y posteriormente de 1a United Fruit Company, relata asi los hechos: Supe por un cablegrama despachado desde Caracas, que la flota italiana, entonces en La Guaira, tenta drdenes de divigirse a Carta~ ‘gena y apoderarse de la Aduana y cobrar los derechos hasta que _fuese pagada la yaaceptada reclamacién de Cerruti. Por suerte feliz “fue posible enviar un cable a Jamaica a tiempo para ser transmitido ‘por un vapor que salié ese dia para Cartagena y que llegaria alli veinticuairo horas por lo menos antes del arribo dea loia italiana. Este mensaje no sélo advirtié ala gente del errocarril sino transmi- 16 la insinuacién al Gobierno de Colombia de dar pronto aviso al ‘Almirante italiano que el edificio de la aduanaera propiedad de una compaitia americana y situado en el muelle del ferrocarril y que el {ids ph 308. 2 yt pgs. 211 der, opt, ps, 309-310, Wi po 316 cinco por ciento de (a renta de la aduana, habia sido hipotecado en garantia de ciertos bonos cuyos tenedores eran ciudadanos de los Estados Unidos. Llegaron noticias en el mismo sentido del Departamento de Estado ya la Embajada de italia en Washington, y se cred una complica- cidn internacional grave. Nuestros esfuerzos pera sostener nuesiros Propios intereses y la dignidad de Colombia, fueron auxiliados ademés cuando el buque Almirante de la flota encallé en Boca Chica, la enirada al puerto de Cartagena y causd una demora de tres dias la legada de ta flora’, La presencia de la flota italiana levé a que se realizaran manifestaciones contra Italia y lositalianos residentes en Colombia. En Popayain, dirigieron as ‘manifestaciones los principales lideres conservadores; Carlos Albin —quien con su seetarismo fue uno de los principales causantes del problema— y Antonino Olano' De todas maneras, Colombia se vio obligada a pagar. En 1899 una comision liquidadora pagé a los acteedores, de los cuales los principales eran 53, entre os que estaban Kissing & Mollmann, John Goddard & Co.,M, Vengoechea y Cia, C. de la Torre, Diego de Castro, R. Samper, Isaac & Samuel, Schloss Bros, El total subid a 5.614.910 pesos papel moneda®, En los colombianos opuestos al régimen quedé ta sensacién de que, por su sectarismo politico, el gobiemo colombiano habia salvado de la quiebra ala firma Cerruti y Cia,,que se hallaba insolventea causa de la bajaenel precio de la quina. Lo que el gobierno recibié a cambio fue de muy poco valor, pues el, tiempo habia acabado con las propiedades y el gobierno no erabuen adminis- trador para manejar los activos en forma comercial: Las facturas y cuentas por recibir, de escaso valor. Los bienes raices, de dificil avatio; ta parte que habia sido embargada por John Goddard & Co. y avaluada en $ 63.203, fue vendida en subasta piiblica por § 21.659. Un almacén de depésito de acero en Buena ventura avaluado en $ 27.000.se vendié en remate por § 5.000; 586 cabezas de ganado produjeron $ 24 cada una. Grandes lotes de corteza de quina que estaban en Europa permanecieron sin ven- derse durante veinte aftos ®, A MANERA DE CONCLUSION: LA ACTIVIDAD ECONOMICA Y LAS ACTITUDES POLITICAS El caso Cerruti invita, sin duda, a sacar algunas conclusiones sobre el manejo empresarial durante el siglo XIX, y particularmente acerca de la indisoluble relacién entre economia y politica. La pregunta es: ;cmo se aplica esto a los comerciantes extranjeros, cuyas actitudes politicas debian guardar la reserva, ue exigia su condicién de neutrales? Sabemos que los empresarios extranje- +08 mantuvieron siempre muy buena relacién con os politicos locales, alo que ayudaba bastante su participacién en las logins mas6nicas. Pero mantener una buena relacién —como Ia de Santiago Eder, por ejemplo— no significa en ningiin caso participar abiertamente en politica, como en el easo de Cerruti, y éste fue su principal error. La respuesta ala pregunta la dio Santiago Eder, quien habia aprendido una leecién que le dieran los socios de Bertin Hermanos, en carta fechada el 29 de enero de 1870: Como amigos sinceros tomamos la libertad de aconsejarle de no emitir JAMAS su parecer en cuanto alas cosas que tocan el porve- nir de este pais, y en cuanto a los acontecimientos que lo tienen agitado; nosotros extranjeros, a pesar de tener predileccién por esta tierra y de estar dispuestos a prestar nuestro contingente para hacerla progresar, debemos forzosamente callarnos*. Cerruti no guardé esta regla de oro. El mismo Phanor Eder lo reconoce asi: “En todo caso debe reconocerse que Cerruti no fue en realidad discreto™*. Esto fue confirmado por el capitan de la Flavio Gioia, quien escri El sefior Cerruti por razén de su carécter y porque a veces habla demasiado, especialmente contra el Partido Conservador, y muy especialmente conira los clérigos, se ha creado una infinidad de enemigos. Afiédase a esto alguna que otra enemistad personal por razén de su asociacién comercial con personas influyentes del partido de oposicién al gobierno, y puede entenderse que sin haber tomado parte en la revolucién, se le sospeche de haber participado'. Bid, pig 397. id. Bid

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