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Cuando emergieron dudas sobre la capacidad del Perú para cumplir con el servicio
de la deuda, en mayo de 1825, la burbuja se pinchó. El impacto pasó de la bolsa al
sistema bancario y monetario. Los bancos que efectuaron préstamos a los
especuladores, no pudieron recuperar sus recursos y el pánico se extendió al
conjunto del sistema bancario que tuvo que enfrentar una corrida de depósitos. Los
resultados fueron la quiebra de 73 bancos y la caída de las reservas de oro del Banco
de Inglaterra.
Una vez creada la República de Bolivia, uno de los problemas más importantes que
tuvieron que enfrentar las nuevas autoridades, fue el financiamiento de los gastos
del nuevo Estado.
La extensa guerra de la independencia contrajo los ingresos fiscales antes de
fundarse la república. En 1820 el total de ingresos del Alto Perú (Audiencia de
Charcas), fue de 2.2 millones de pesos, mientras que en 1825 los ingresos apenas
llegaron a 1.6 millones de pesos. La estructura de los gastos fiscales muestra el
enorme peso del aparato militar que entre 1826 y 1827, absorbió el 61.4 por ciento y
el 59.2 por ciento respectivamente de los gastos totales. Esta situación se explicaba
por el abultado número de efectivos del ejército nacional y del Ejército Unido
Libertador, conformado en su mayoría por efectivos colombianos y peruanos, que
permaneció en el país a solicitud de la Asamblea Constituyente. El segundo rubro en
importancia estaba constituido por el pago de haberes a los funcionarios del Estado.
Como resultado de los elevados gastos y de los niveles deprimidos de los ingresos
fiscales, los saldos fiscales fueron permanentemente deficitarios; por ejemplo, en
1826 el déficit llegó al 39 por ciento de los ingresos recaudados.
Se obligó a los trabajadores asalariados, tanto del sector público como en las
industrias privadas, a consentir caídas muy importantes en sus salarios reales.
Las recaudaciones fiscales se recuperaron muy rápidamente, gracias a la
efectividad del súper impuesto sobre los carburantes.
Cabe también señalar que la brecha fiscal se cerró por el congelamiento cuasi-
total de la inversión pública, incluyendo la de reposición. Esto por supuesto,
tuvo implicaciones para el crecimiento y el empleo.
7.- MILAGRO BOLIVIANO (crecimiento económico 2006 - 2019)
Según los datos del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, así como de
varios Institutos de medición Internacionales como la CEPAL, durante el
periodo 2006 al 2019 (periodo de la presidencia de Evo Morales y Álvaro García
Linera), la economía de Bolivia se cuadruplicó creciendo de un valor de 9.573
millones de dólares a 42.401 millones de dólares, esto debido en gran parte a la
política de nacionalización de los recursos naturales, la estabilidad del tipo de
cambio, el incentivo del mercado interno, la fuerte inversión pública en
infraestructura y la industrialización de los recursos naturales como el gas y el litio.
Del mismo modo, según estudios del Banco Mundial y la CEPAL, durante el periodo
2006 - 2019, Bolivia experimento una notable reducción de la pobreza y la pobreza
extrema, logrando que la población en situación de pobreza extrema se reduzca del
38,2% al 15,2%.
En materia de IDH, según el informe Mundial de Desarrollo Humano del PNUD,
Bolivia en 2018 por primera vez pasó a ser clasificado como "país de desarrollo
humano alto", alcanzando un indicador IDH de 0,703 y ascendiendo a la posición
114° de 189 países y territorios.
En la actualidad Bolivia basa su economía en sectores primarios como son las
industrias minera, petrolera y de gas natural (la segunda reserva más grandes
de América del Sur), agropecuaria, cementera y textil. La economía de Bolivia ha
experimentado un crecimiento constante en los últimos años.