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¡Sed Agradecido!

29/12/21
“…Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con
vosotros en Cristo Jesús…” 1 Tesalonicenses 5:18

“Hay 86,400 segundos en un día, hay 86.400 oportunidades en un día


para agradecer a Dios por las innumerables bendiciones que
experimentamos cada día”. ¿Cuántas de esas 86,400 oportunidades
aprovechas para agradecer?

Vivimos una vida tan acelerada y tan rutinaria que se nos escapan los
momentos, se nos escapan los amaneceres, se nos escapan los
tiempos en familia, se nos escapa la comunión con Dios, se nos
escapa lo más sencillo y a la vez lo más importante.

La voluntad de Dios es que vivas con un corazón agradecido que


reconoce cada ocasión, momento o situación y la valora porque
la ve con ojos diferentes y disfruta con placer cada instante.

 Un corazón agradecido no es compatible con la amargura,


porque disfruta y se regocija, porque ve lo positivo y ve lo
hermoso aún en la tormenta: belleza de la tormenta.

Nuestra visión debe cambiar porque estamos perdiendo momentos y


tiempos en quejas y negativismos, en ingratitud.

I. ¿QUÉ ES GRATITUD?

Gratitud: Agradecimiento y apreciación. Es un sentimiento, es


emoción, es actitud de reconocer algún beneficio, favor o servicio que
se ha recibido o se recibirá.

¿Qué es el dar Gracias?


Es volverse o devolverse con expresiones o acciones hacia quien nos
ha hecho un favor, nos ha brindado ayuda o nos ha hecho bien. Esas
acciones y expresiones son las que nos hacen ser agradecidos y la
carencia de ellas nos hacen ser desagradecidos.

Qué importante es entender que debemos agradecer a Dios por sobre


todas las cosas, pero también a cada persona que Dios pone a
nuestro alrededor y que contribuye en nuestra vida o nos bendicen con
alguna acción.

Hoy aprenderás algunos principios importantes que giran alrededor de


la gratitud, y hoy afirmarás la importancia de la gratitud en la vida de
toda persona y cuánto le agrada a Dios un corazón agradecido.

II. DIOS BUSCA CORAZONES AGRADECIDOS PARA


BENDECIRLOS.

“…Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió,


glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies,
dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo:
¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y
le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado…” Lucas 17:15-19

Diez sanados, sólo uno agradecido. ¿Por qué los otros nueve no
fueron capaces de agradecer? Es más fácil y hasta más frecuente la
ingratitud que la gratitud.

Así como Jesús preguntó ese día al leproso, hoy Dios nos pregunta:
¿Hay alguien que se vuelva a Dios y le dé la gloria por sus
bendiciones? ¿Hay alguien que dé las gracias al Creador por sus
múltiples beneficios?

Cuando somos agradecidos con Dios por lo que Él ha hecho en


nuestras vidas, Él siempre nos da una bendición extra, nos añade más
de lo que esperamos: El leproso agradecido necesitaba sanidad pero
Jesús no sólo lo sanó sino lo salvó.

La gratitud a Dios trae bendiciones extras a nuestras vidas.

III. DIOS NO QUIERE QUE SEAMOS OLVIDADIZOS

“…Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo


nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus
beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana
todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona
de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que
te rejuvenezcas como el águila…” Salmos 103:1-5

Tenemos un Dios grande y maravilloso, un Dios bueno y poderoso,


que nos colma de favores y misericordias todos los días. Un Dios, que
no ha hecho con nosotros conforme a nuestros errores, ni nos ha
pagado conforme a nuestros pecados. Por tanto tenemos muchas
grandes razones y poderosos motivos por los cuales estar y ser
agradecidos con nuestro buen Dios y Padre celestial.

La tendencia “natural” del ser humano es olvidar lo bueno y recordar lo


malo, es poner la atención en el defecto en vez de agradecer lo bueno.
¡Qué rápido se olvida lo bueno y cuánto cuesta olvidar lo malo, las
heridas, los malos momentos, las decepciones!

Pero qué bueno que Dios no es así porque Él nos bendice sin tomar
en cuenta nuestros errores. Todos los hijos de Dios debemos estar
consientes de los favores y las misericordias que Dios nos da.

No podemos seguir ignorando los beneficios de Dios, Él nos lo pide:

“…Cuídate de no olvidarte de Jehová que te saco de la tierra Egipto,


de casa de servidumbre…” (Deuteronomio 6:12).

Lo primero que hizo Israel al ser liberados fue olvidarse de los grandes
prodigios que hizo Dios por ellos: abrió el mar, pasaron en seco, les
colocó una columna de fuego cada noche para calentarles y una nube
durante el día para protegerles del sol, les proveyó agua de una peña,
les envió pan del cielo… pero ellos seguían inconformes y cayeron en
murmuración, nunca agradecieron.

Y eso mismo puede estar pasando en tu vida. A veces estamos


deseando y pensando tanto en lo que no tenemos que no podemos
ver lo maravilloso que Dios nos ha dado, pasamos el tiempo
lamentándonos y quejándonos.

No olvides las bondades diarias de un Dios de misericordia y


bendición.

IV. DIOS QUIERE QUE MIREMOS CADA DETALLE Y


AGRADEZCAMOS LO PEQUEÑO Y LO GRANDE.
“…Dando siempre GRACIAS POR TODO al Dios y Padre, en el
nombre de nuestro Señor Jesucristo…” Efesios 5:20

Dios es Dios de grandeza, pero también es Dios de detalles. Él no sólo


puede manifestarse en “un viento recio o en un terremoto”, sino
también lo podemos sentir en una suave brisa.

En muchas ocasiones ignoramos el cuidado de Dios hacia nosotros. A


veces sólo estamos a la expectativa de cosas sorprendentes, milagros
maravillosos y no nos damos cuenta que Dios ya está actuando a
través de esa suave brisa, del pequeño detalle, de la bendición del día
a día.

No olvidemos ningún favor de Dios por muy pequeño que se vea,


porque Dios no hace cosas pequeñas, todo lo que proviene de Él
conduce a grandeza.

No cometamos el mismo error de Israel no olvidemos quien es Dios y


lo que hace por nosotros. El nos favorece cada día porque nos ama:

“…Por la misericordia de Jehová, no hemos sido consumidos, porque


nunca decayeron sus misericordias…” (Lamentaciones 3:22).

Gracias a su favor y a su bondad somos y existimos, pues aún nuestra


respiración depende del Soberano Dios.

V. LA GRATITUD ME LLEVA A SERVIR A DIOS

“…Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos


Gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y
reverencia…” Hebreos 12:28

Dios nos enseña que debido a la seguridad que tenemos en Él por su


reino que permanece para siempre pues seamos agradecidos y
simplemente sirvámosle como una manera de agradarle. Cuando
somos agradecidos a Dios, buscamos agradarle y por eso le servimos.

 La gratitud es el motor que nos mueve hacia un servicio a Dios


sincero y perseverante.
 La gratitud es la expresión de la confianza que tenemos por
pertenecer a un Reino eterno, que permanece para siempre y
donde tenemos garantizada nuestra vida eterna… ¡Suficiente
razón para vivir agradecidos!

VI. LA GRATITUD ABRE PUERTAS

“…Entrad por sus puertas con acción de GRACIAS, por sus atrios con
alabanza; Alabadle, bendecid su nombre…” Salmos 100:4

 La gratitud te abre puertas hacia la presencia de Dios. Este


Salmo no dice: “Entren con intercesión o con rogativas”,
 por el contrario, nos enseña a venir delante de Dios con gratitud.
Cuando agradeces a Dios puertas se abren y la alabanza
comienza a fluir porque comienzas a disfrutar de Su grandiosa
presencia.
 Pero, así como la gratitud abre puertas delante de Dios, también
abre puertas ante nuestros semejantes.
 La gratitud mejora las relaciones, la gratitud favorece la armonía,
la gratitud fortalece el amor, la gratitud da reconocimiento y
admiración.

Analiza por un momento tus acciones y tus palabras hacia tus


familiares, amigos y compañeros, hacia tus pastores y hermanos en la
fe: ¿Realmente te caracteriza la gratitud? ¿Eres de los que reconocen
las acciones o gestos por muy pequeños que sean?

Cada acto o palabra de gratitud es una nueva puerta abierta, gratitud


es la llave de muchas puertas que guardan tesoros grandiosos. Uno
de los principales soportes para la convivencia en familia es la gratitud

VII. LA GRATITUD ALEJA LA QUEJA Y EL AFÁN

“…Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones


delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de GRACIAS…”
Filipenses 4:6

 Deja de quejarte, deja de afanarte…


 El quejumbroso vive en amargura, se enferma, no disfruta la
vida. Si vives quejándote no esperes recibir una nueva bendición
de Dios.
 El quejumbroso aleja la bendición, el agradecido acerca la
bendición. La queja te amarga pero ser agradecido te alegra, y te
alarga la vida.
 La gratitud hace que lleguen las respuestas de Dios a las
peticiones. Lleva tus peticiones delante de Dios con gratitud y Él
suplirá tus necesidades.
 Dios quiere que cambies tu mentalidad, en ti está la decisión de
cómo reaccionar ante una circunstancia, con gratitud llevando tu
carga delante de Él, o con amargura y buscando la salida por tu
cuenta.

Toma la vida con pasión sabiendo que Él está a tu lado. Si vas a vivir
quejándote de tus hijos, de tu cónyuge, de tu trabajo, de tu pastor, las
cosas te van a ir de mal en peor. Agradece y reconoce las cosas
buenas de cada uno. Renuncia a la queja, a estar amargado, enojado,
cambia la queja en una actitud de agradecimiento que te abrirá el
camino y la puerta de la bendición.

CIERRE:

¡Cómo no agradecer a Dios por todo lo que ha hecho con nosotros


hasta aquí!

Reflexiona por un momento: ¿Expresas tu agradecimiento a


quienes están a tu lado? ¿Es la gratitud una de tus cualidades?
¿Hace cuánto tiempo que no has agradecido de corazón?

Dios nos has dado vida, la familia, una iglesia donde venir a adorarle
con libertad. Nos has dado salud, el alimento de cada día, nos has
dado hijos, educación, sustento y cada mañana cuando nos
levantamos nos das la fuerza para alcanzar más bendición.

Gratitud es la respuesta de un corazón humilde, de un corazón que no


olvida y que reconoce las bendiciones maravillosas que Dios le da y
los beneficios de quienes tenemos a nuestro lado.

Decir gracias es parte de una buena educación, pero más que


eso, debe ser parte de la identidad en todo hijo de Dios. Procura
que toda tu vida, sea caracterizada por la gratitud a Dios y a tu
prójimo. De seguro que si miras mejor encontrarás muchas razones
por las cuales dar gracias. El ser agradecido con Dios te pone en el
umbral de la próxima bendición.

“Si te quejas por lo que no tienes y no agradeces lo que si tienes, es


que no estás preparado para recibir más”.

Hoy confiesa con tus labios: “Señor no me olvidare de tus beneficios ni


del bien que me has dado, de tu gracia y de cada favor que has
concedido a mi vida”.

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