El Código Penal establece en el artículo 526 que "El que, faltando al respeto debido a la memoria de los muertos, violare los sepulcros o sepulturas, profanare un cadáver o sus cenizas o, con ánimo de ultraje, destruyere, alterare o dañare las urnas funerarias, panteones, lápidas o nichos será castigado con la pena de prisión de tres a cinco meses o multa de seis a 10 meses.". Se trata de un delito de "ánimo subjetivo", es decir, tiene que existir intención probada de faltar al respeto a la memoria de los muertos. Y en el caso de que, por ejemplo, un hombre tuviera sexo con el cadáver de su esposa, más de un abogado podría plantear que la necrofilia no fue más que un último acto de amor. Cosas más raras hemos visto en juicios.