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El Ministerio Público es una Institución con funciones autónomas, promueve la persecución

penal y dirige la investigación de los delitos de acción pública; además velar por el estricto
cumplimiento de las leyes del país. En el ejercicio de esa función, el Ministerio Público
perseguirá la realización de la justicia, y actuará con objetividad, imparcialidad y con apego
al principio de legalidad, en los términos que la ley establece.

“El Ministerio Público representa a la sociedad ante los órganos jurisdiccionales del
Estado, gozando de autonomía funcional y administrativa en el cumplimiento de sus
deberes y atribuciones. Lo ejercen el Fiscal General del Estado y los agentes fiscales, en la
forma determinada por la ley”.

EL QUERELLANTE ADHESIVO

a) Concepto y legitimación: Querellante adhesivo, es la persona o asociación, agraviada


por el hecho delictivo, que interviene en el proceso como parte acusadora, provocando la
persecución penal  o adhiriéndose a la ya iniciada por el Ministerio Público. El Código
Procesal Penal legitima para ser querellante a :

1º El agraviado. De acuerdo al artículo 117, se considera agraviado a:

I. La víctima en sentido estricto.


II. El cónyuge o conviviente, los padres y los hijos de la víctima. Es importante destacar
que la ley no legitima a otros parientes como los hermanos.
III. Los representantes de una sociedad por los delitos cometidos contra la misma.
IV. Los socios de una sociedad respecto a los delitos cometidos por quienes la dirijan,
administren o controlen.
V. Las asociaciones cuyo objeto se vincule con intereses difusos o colectivos, cuando el
delito las afecte. Son asociaciones vinculadas con intereses difusos aquellas que tienen
por objeto la protección de bienes con titular indefinido, como por ejemplo las
asociaciones de protección al medio ambiente. Las asociaciones vinculadas con intereses
colectivos son aquellas que tienen como razón de ser el interés de un determinado grupo
social, como por ejemplo asociaciones de mujeres maltratadas o de víctima de la
violencia. Puede suceder que la víctima directa acuda a estas asociaciones para que
estas las representen constituyéndose como querellantes.

2º El guardador en caso de menores o incapaces.


3º Cualquier ciudadano o asociación, contra funcionarios o empleados públicos que
hubieren violado directamente derechos humanos en ejercicio de su función o con
ocasión de ella (Art. 116 CPP).
4º En los delitos cometidos contra el régimen tributario (Arts. 358 A, B, C y D del Código
Penal), podrá ser querellante la Administración Tributaria (Art. 116 CPP).
La petición de constituirse en querellante debe darse antes del requerimiento que realice
el Ministerio Público, poniendo fin al procedimiento preparatorio (Art. 118). Pasado ese
momento, el querellante ya no tendrá opciones para constituirse, salvo lo dispuesto en el
artículo 337 y 340.

b) Naturaleza y facultades

El querellante se constituye en el proceso como una parte acusadora. A diferencia de lo


que sucede con el Ministerio Público, el querellante no debe actuar bajo el principio de
objetividad. El querellante puede también ser a la vez actor civil. El ejercicio de la acción
por parte del querellante es totalmente facultativo. Por ello, en cualquier momento del
procedimiento podrá desistirlo o abandonarlo. El querellante tiene como fin la condena del
imputado. Por ello, en muchos casos podrá actuar colaborando con el fiscal,
complementando su actuación. Sin embargo, a pesar de la denominación de adhesivo,
podrá oponerse a las peticiones del fiscal cuando considere conveniente, gozando de
autonomía.

El querellante ingresará en el proceso a través del escrito de querella (Art. 302 CPP)
presentada ante el juez de primera instancia. Este escrito puede constituir la primera
noticia sobre el hecho delictivo que tiene el Ministerio Público, con lo que provoca el inicio
del ejercicio de la acción penal (Art. 24 bis y 24 ter CPP), o adherirse a la ya iniciada por
el fiscal. Durante el procedimiento preparatorio, el querellante podrá proponer diligencias
al Ministerio Público (Art. 116y 315 CPP), participar en los distintos actos (Art. 316 CPP),
acudir a los anticipos de prueba (Art. 317 CPP). Si fuere citado para practicar cualquier
medio de prueba en el que su presencia fuere indispensable, o se negare a participar, se
considerará abandonada la querella salvo que exista justa causa.

Durante el procedimiento intermedio, deberá expresar sus conclusiones respecto al


procedimiento preparatorio, conforme a lo dispuesto en el artículo 337. Asimismo deberá
formalizar expresamente su gestión, constituyéndose de forma definitiva como parte en el
proceso. Participará en el debate, aportando prueba y estando presente en el desarrollo
del mismo. En caso de no intervenir en todos estos actos, se tendrá por abandonada la
querella (Art. 119 CPP).

En el caso en el que el Ministerio Público hubiere solicitado previamente el


sobreseimiento o la clausura del procedimiento, el juez podrá encargar la acusación al
querellante que hubiere objetado dicho pedido siempre que manifieste su voluntad de
continuar el juicio hasta la sentencia (Art. 345 quáter). En este punto se comprueba la
autonomía del querellante respecto del Ministerio Público. Conveniencia de la
participación del querellante conjunto, en "Cuadernos de Derecho Procesal Penal 1".
Santa Fe, 1983.

Terceros Civilmente Demandados


El Tercero Civilmente demandado es una tercera persona que conforme a la ley tiene la
obligación de responder por los daños causados por el imputado. Así la ley, señala que la
persona quien ejerza la acción reparadora podrá solicitar la citación de la persona que, por
previsión directa de la ley, responda por el daño que el imputado hubiere causado con el
hecho punible, a fin de que intervenga en el procedimiento como demandado. Esa solicitud
debe ser formulada en la forma y en la oportunidad prevista en el Código (Artículos: 130,
131, 132 del C.P.P.), con indicación del nombre, domicilio o residencia del demandado y
de su vínculo jurídico con el imputado.

Como parte procesal, el tercero civilmente demandado goza de las facultades y garantías
necesarias para su defensa en juicio pero únicamente en lo concerniente a sus intereses
civiles. En el mismo sentido que el actor civil, su intervención como tercero demandado, no
lo exime por si mismo de la obligación que tiene de declarar como testigo en el proceso
penal.

Acusado
Derecho Procesal

Persona contra quien se dirige la acusación en un proceso penal.

Persona que es objeto de una o de varias acusaciones. Aquel contra el


cual se dirige la acusación por parle del riscal, o del acusador privado,
una vez elevado el proceso al estado de plenario, con lo que se distingue
del culpado, o sospechoso, denominación más adecuada durante
el sumario.

Acusación y denuncia falsas y simulación


de delitos
Derecho Penal

La acusación y denuncia falsas fue regulada, como delito contra la fe


pública, por el Código Penal en 1822, criterio que se mantuvo en los
textos de 1848, 1870 y 1928. Desde la reforma de 1932, pasó a integrar
el título dedicado a las infracciones contra la Administración de Justicia.
La simulación de delitos fue incorporada a dicho título, como tipo de
nueva creación, por la reforma de 1944. El código vigente ha reunido
ambas figuras en el Capítulo V del Título XX de su Libro II.

1. La acusación y denuncia falsas está regulada en


el artículo 456, precepto del que resultan los distintos elementos
integrantes de este delito:
a) La imputación -atribución a alguien de uno o varios hechos- debe ser
precisa, categórica, concreta y positiva, y ha de dirigirse contra una
persona determinada, distinta del imputador. La imputación comprende
cualquier tipo de «acusación» o «denuncia», esto es, todas aquellas
formas con las que una persona ponga en conocimiento de
la autoridad la comisión de un hecho delictivo, imputándoselo a otro
sujeto.

b) La imputación ha de versar sobre hechos que, de ser ciertos,


constituirían infracción penal, siendo indiferente, al respecto, que
el delito o la falta se regule en el Código Penal o en
la legislación especial.

c) La imputación ha de hacerse ante funcionario judicial o administrativo


que tenga el deber de proceder a la averiguación de los hechos
denunciados.

d) Por último la imputación ha de realizarse «con conocimiento de


la falsedad o temerario desprecio hacia la verdad». A partir de ahora no
puede, por tanto, sostenerse que la acusación falsa sea
un delito intencional o sustancialmente doloso: cabe
la imprudencia cuando la imputación se lleva a cabo por el sujeto «con
imperdonable ligereza» o, como dice el precepto,
con temerario desprecio a la verdad.

La pena es de prisión (de seis meses a dos años) y multa (de doce a


veinticuatro meses), si se imputase un delito grave, o sólo multa (de tres
a veinticuatro meses) cuando se imputara un delito menos grave o una
falta.

El párrafo 2.º del artículo 456 mantiene una tradicional condición objetiva


de procedibilidad en este delito, al establecer que «no podrá procederse
contra el denunciante o acusador sino tras sentencia firme o auto,
también firme, del sobreseimiento o archivo del Juez o Tribunal que haya
conocido de la infracción imputada». El sobreseimiento ha de ser libre
o definitivo, ya que, aunque, ciertamente, el precepto no distingue,
tal solución es la que se deriva del artículo 638.3 de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal.

Añade el artículo 456 que «éstos [el Juez o Tribunal que haya conocido


de la infracción imputada] mandarán proceder de oficio contra el
denunciante o acusador siempre que de la
causa principal resulten indicios bastantes de la falsedad de
la imputación, sin perjuicio de que el hecho pueda también perseguirse
previa denuncia de ofendido».

El último inciso del precepto impide que tal «orden de proceder» continúe


siendo -como ocurría en el sistema normativo anterior- una
segunda condición objetiva de perseguibilidad, que colocaba
al particular falsamente imputado en una intolerable situación
de indefensión. Ahora el -lógico y pertinente- mandato al juzgador no
merma las posibilidades jurídicas del ofendido que, concluso que sea
el procedimiento en el que resultó afectado, podrá, en todo caso,
formular la correspondiente denuncia contra el falso denunciante
o acusador.

2. La simulación de delitos se encuentra regulada en el artículo 457,


siendo sus elementos típicos los siguientes:

a) El simular ser responsable o víctima de una infracción penal o el


denunciar una inexistente. Tres son, pues, las acciones básicamente
incriminadas:

a\') La autoinculpación, simulando ser responsable de


una infracción penal. Es indiferente que el delito o la falta se haya
cometido realmente o no. En todo caso, en esta modalidad típica,
la ausencia de motivos será, normalmente, indiciaria de
una personalidad psicopática, lo que obligará al juzgador a cerciorarse de
la imputabilidad requiriendo el auxilio de expertos.

b\') La simulación, como víctima, de un delito. Debe tenerse en cuenta, al


respecto, que quien se finge víctima de un delito, cometido o no, puede
hacerlo de modo tal que la investigación conduzca a una persona
determinada. En este caso la conducta podría integrar
el delito de acusación o denuncia falsa.

c\') La denuncia de una infracción penal inexistente, sin simular ser


«responsable» o «víctima», conducta que resultaba atípica en el
sistema normativo anterior.

b) Realizar la simulación o la denuncia «ante alguno de


los funcionarios señalados en el artículo 456», esto es,
ante funcionario judicial o administrativo que tenga el deber de proceder
a la averiguación de la infracción simulada o denunciada.

c) Provocar, a consecuencia de la simulación o denuncia, «actuaciones


procesales». Tales actuaciones son el resultado de este delito, por lo
que, de no producirse, sólo cabría la forma imperfecta de ejecución.
Sigue, por tanto, siendo válida la exigencia doctrinal de que
la simulación o la denuncia sean «idóneas» para provocar alguna
actuación procesal.

La pena es, en todo caso, de multa de seis a doce meses.

Debe tenerse en cuenta, por último, que el artículo 180 del Código Penal


Militar establece que quien «simulare ante autoridad competente ser
responsable o víctima de un delito atribuido a la jurisdicción militar y
motivare una actuación procesal de ésta, será castigado con la pena de
tres meses y un día a un año de prisión».

La condena está asociada a una sentencia, que es la resolución judicial


que pone fin a un litigio. Esta sentencia reconoce la razón o el derecho a
una de las partes involucradas en el proceso, obligando a la otra a
cumplir con ciertas obligaciones. Si el acusado es encontrado inocente,
resulta absuelto; en otras palabras, no se lo condena.

Condenado
Sujeto contra quien se ha pronunciado sentencia, bien sea en asunto civil
o en causa criminal.

Condena en juicio ejecutivo


Crea un título de ejecución para abrir el proceso correspondiente
de ejecución forzosa expropiativa o vía de apremio. Ahora bien, entre
una sentencia de condena en juicio ejecutivo y una en juicio
declarativo ordinario, hay varias diferencias. Si ambas son apelables,
la sentencia de remate puede ser ejecutada, pese a la apelación de que
es objeto, si el actor así lo solicita y da fianza para responder de lo que
perciba en ejecución y para el caso de que se revoque
la sentencia apelada. Tampoco produce excepción de cosa juzgada.
Pero sólo pueden plantearse en juicio declarativo los problemas de fondo
que no pudieron hacerse valer en el juicio ejecutivo. Las costas de éste
se imputan en función del vencimiento en juicio: el litigante que lo pierde,
las paga.

Ley de Enjuiciamiento civil, artículos 1.476 a 1.479.

La Policía Nacional Civil es la fuerza armada de seguridad de Guatemala, que está a cargo
de resguardar el orden público, así como de la seguridad civil de la población. Junto al Ejército
de Guatemala resguardan la seguridad del territorio nacional. Fue fundada el 17 de
julio de 1997, reemplazando a la anterior Policía Nacional, activa participante en el genocidio
guatemalteco y otros crímenes contra la humanidad

La Policía Nacional Civil es una institución profesional armada, ajena a toda actividad política.
Su organización es de naturaleza jerárquica y su funcionamiento se rige por la más estricta
disciplina. La Policía Nacional Civil ejerce sus funciones durante la veinticuatro horas del día
en todo el territorio de la república. Para efectos de su operatividad estará dividida en distritos
y su número y demarcación serán fijados por su Dirección General. Está integrada por los
miembros de la carrera policial y de la carrera administrativa.
En el reclutamiento selección, capacitación, y despliegue de su personal debe tenerse
presente el carácter multiétnico y pluricultural de Guatemala. (Arto. 2 de la Ley de la PNC). De
acuerdo a la Carta Magna, recurrir al artículo

Defensa técnica
Derecho Procesal

Consiste en el hecho de actuar un abogado dirigiendo la defensa de una


de las partes. En general esta defensa es obligatoria en los procesos
civil, penal y contencioso administrativo, si bien existen
algunas excepciones que las leyes procesales respectivas establecen.

“El que actúa como titular del ejercicio de la acción penal en los delitos que conforme a la
ley son de acción privada.” Artículo 122 del Código Procesal Penal. El querellante
exclusivo o acusador privado es la persona que asume voluntariamente el ejercicio de la
acción penal originada de un delito de Acción privada, cometido en su contra con el objeto
de impulsar el procedimiento, proporcionando elementos de prueba, argumentando sobre
ellos y recurriendo las resoluciones en la medida que conceda la ley. Es importante resaltar
que el querellante exclusivo actúa como su único acusador sin intervención del Ministerio
Público y como titular de la acción, responsable de su mantenimiento por medio de
constante activación eficiente.

Juez es una persona que esta investida por el Estado de la potestad de


administrar justicia; desde otro punto de vista, es un servidor público que
desempeña una de las funciones del Estado moderno. son los atributos de la
función, y en los cuales se sustenta la significación social del juez.

Juez es una persona que esta investida por el Estado de la potestad de


administrar justicia; desde otro punto de vista, es un servidor público que
desempeña una de las funciones del Estado moderno.

El juez es la máxima autoridad de un tribunal de justicia, cuya


principal función es precisamente ésta, la de administrar justicia, en
caso que se presente ante él una situación controvertida entre dos
personas, por ejemplo, que requiera de la decisión ecuánime y objetiva
de un hombre que conozca exhaustivamente las leyes como el. También
entre sus responsabilidades se observa la de definir el futuro de un
acusado por determinado crimen o delito y en esta situación lo mismo,
deberá someter a juicio las pruebas o evidencias reunidas, para
declararlo culpable o inocente, según corresponda.
En la mayor parte del mundo los jueces son funcionarios públicos,
remunerados por el estado y parte integrante del poder judicial del país
al que representan. Aunque en la teoría se fijan como características
excluyentes de este cargo público la independencia, autonomía e
inamovilidad que gozan aquellos que lo ocupan, la realidad (y en
muchos casos la propia experiencia), lamentablemente, nos demuestran
que se trata más de una utopía, un deseo o un deber ser que se plasmó
en la constitución más que una cuestión que se cumpla y respete a
rajatabla en todos los países. Si bien no quiero caer en una
generalización caprichosa, esta situación suele ser muy común y
corriente en Latinoamérica, en aquellos países en donde la corrupción y
la ambición de poder desmedido de parte de sus dirigentes lleva a que
la ideal división de poderes y la autonomía de los jueces sea más un
sueño a alcanzar que una realidad tangible.

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