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EL PROBLEMA DE LA CONFIANZA DESDE LA HERMENÉUTICA

FILOSÓFICA: Comprendiendo sus rendimientos interpretativos en la


sociedad contemporánea

Para comenzar, la lectura menciona la confianza, que es un elemento fundamental


en nuestras relaciones sociales; hemos escuchado este término fuertemente
ligado a indicadores como la confianza en las instituciones públicas, la cual busca
la verdad y como factor clave dentro de la sociedad; utilizando el ejemplo en la
región de américa latina podemos notar como los altos índices de desconfianza
institucional reflejan problemáticas latentes en los gobiernos, la problemática de la
confianza es analizada desde distintos marcos interpretativos; la lectura nos brinda
una pauta de análisis mediante la hermenéutica filosófica y menciona al lenguaje
como una condición necesaria para el conocimiento, es decir, pasa de considerar
como un mero instrumento para comunicar pensamientos lingüísticos, cómo
ponerlo al centro dándole un papel constitutivo y condicionante en nuestra relación
con el mundo.

La razón, la cual es el elemento primordial para el conocimiento en la filosofía de


la conciencia, pasa a ser condicionada por el lenguaje y la hermenéutica filosófica,
la razón como el lenguaje es la que condiciona todo tipo de verdades, es decir,
fundamenta el conocimiento válido, de esta manera se configura la construcción
de expectativas a través del lenguaje, poniéndose este proceso en marcha
mediante la conversación en la cual se da un intercambio dentro de una práctica
contextual que nos permite conocer e interpretar el contenido de lo que se dice, la
intencionalidad del otro observada desde la palabra interviniendo nuestros
contenidos de referencia del mundo, es decir, las condiciones preestablecidas que
no son familiares permitiendo así reconocer, interpretar y comprender lo que el
otro dice en la conversación dando como resultado la evaluación que nos lleva a
determinar si consideramos confiable o no lo que se dijo.

En el caso de la ciencia, esta técnica de lenguaje le brinda un carácter formal que


se refleja en los niveles de confianza que proyecta permitiendo así la generación
de verdades sobre el mundo las cuales constituyen una de entre tantas formas
existentes para dar sentido al mundo en el que vivimos.

La apalabra científica puede hacernos creer que sus enunciados sean verdaderos,
esto implica que la teoría se limita a formular los enunciados de los experimentos
para fundamental todo conocimiento sobre el mundo de lo que realmente pasa
dejando de lado la esencia, históricamente acontecida de la verdad en la
elaboración de sus datos. De ahí nace en primer lugar, la verdad o los saberes sin
historia no dan la posibilidad de sospechar aquellas verdades que pretenden ser
absolutas e irrefutables, solo se estar predeterminado a no poder reflexionar o no
tener una conciencia critica de lo que pasa en el mundo o lo que pasa realmente
en él, ya que el saber epistémico es quien tiene el poder de darnos a conocer el
mundo real.

En segundo lugar, esta la no posibilidad de diversificar las verdades no habría la


posibilidad de poder aceptar, rechazar o confiar en otras referencias humanas
sobre el mundo, ya que el lenguaje científico totalizaría desde sus
representaciones simbólicas las verdades cuando conversamos sobre las cosas.

La gente por naturaleza es hermeneuta, pues se dedica a interpretar y develar el


sentido de los mensajes y las situaciones que se muestran durante su historia,
realizando que su comprensión sea viable evitando con sus explicaciones los
malos comprendidos, favoreciendo correctamente su funcionalidad normativa. La
perspectiva usual o clásico, ve la ciencia como un espejo de la naturaleza sin
sesgos ni distorsiones cuyo objetivo es encontrar con el más alto nivel de precisión
cómo es el planeta real; su trabajo es solucionar los desacuerdos y diferenciar que
es cierto y conveniente de eso que no lo es. Además, la iniciativa, imprescindible,
de que existe una sociedad importante entre el intérprete y los sujetos cuya obra
se desea entender; por eso mismo, en cualquier materia, la hermenéutica
involucra continuamente un ejercicio de autorreflexión: conocer las condiciones y
los parámetros de nuestro mundo de significados, al rehacer las condiciones, los
parámetros, de otro mundo de significados.

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