UNIVERSIDAD VERACRUZANA

Karla Krisell Camarillo Ávila

S19009194

DESARROLLO CURRICULAR
 COMPETENCIAS
Dentro de una competencia existen 3 puntos a tratar y verificar antes de
realizar cualquier perfil o currículum; necesidad, normalización e
integración.
La necesidad nos permite detectar los puntos débiles y fuertes que se
deben tratar dentro de un aula. La normalización permite realizar las
actividades de manera homologada entre los grupos de apoyo. La
integración es la fase final de un currículum bien hecho ya que permite una
buena relación entre los docentes y estudiantes.

Entendemos por perfil profesional el conjunto de competencias técnicas

(conocimientos), metodológicas (habilidades), de relación (participativas) y
personales (cualidades y actitudes) que permiten al docente acceder.
Una de las propuestas y formas de realizar un desarrollo curricular
basándonos en los puntos antes mencionados y que como docentes
debemos aprender son; Conocer, Hacer, Vivir y Ser.
Tomando en cuenta estos 4 fundamentos aprenderemos a:
Conocer las capacidades, habilidades, actitudes y aptitudes de cada
persona con el fin de poder realizar un currículo personalizable Hacer
actividades, metas y objetivos alcanzables y cuantificables para llevar
una formación fructífera.

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Vivir dejando experiencias, aprendizajes, consejos y apoyo para la vida
de cada persona, haciendo que cada experiencia vivida sirva para cada
uno
Ser quien cada quien desea ser, con el fin de que se cree una vida
propia que involucre libertad e independencia.

Existe una segunda iniciativa para un currículo, la cual en este caso va

enfocada a zonas de interés siendo sustentadas dentro de una
formación académica donde cada persona se vuelve el dueño de su
propio conocimiento esto tiene como objetivo fomentar y orientar un
proceso formativo multidisciplinario.

El desarrollo curricular es un proceso de construcción social en el cual se

toman decisiones que conducen a elaborar y poner en práctica
propuestas curriculares pertinentes, oportunas y flexibles. Su
construcción no debe verse como algo acabado, sino como hipótesis o
supuestos de trabajo que se pueden reformular, acordes con el
desarrollo de la práctica educativa. De ahí que esta concepción de
desarrollo curricular tenga un carácter dinámico y promueva la reflexión
y la crítica de los actores educativos.

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