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Ley de Say
La Ley de Say indica que es la oferta la que crea a la demanda, por lo que no puede
existir una demanda sin haber oferta. También conocida como ley de los mercados,
señala que no puede haber un exceso de oferta porque este es absorbido por la propia
demanda que genera.
La teoría de Say defiende que las recesiones o crisis no se producen como consecuencia
de fallos en la demanda o falta de dinero, sino al revés, por anomalías en la oferta. Como
el autor sostenía, al producirse más bienes se genera más riqueza, lo que a la vez
provoca que al producir otros bienes estos sean demandados. De tal forma que
automática y cíclicamente, la oferta crea su propia demanda, generando un círculo
vicioso que mantenga la relación entre oferta y demanda de manera continua.
La imposible sobreproducción o exceso de oferta y desaprovechamiento de los recursos
productivos viene dada por el hecho de que producir bienes ya es en sí misma una fuente
de generación de ganancias, aunque sea bajando los precios. Con ese dinero se podrán
comprar otros bienes, creando indefinidamente un sostenimiento de la oferta a través del
movimiento de la demanda, siendo ésta la base de la ley de Say.
Para Keynes la ley de Say se cumpliría si se cumple la condición clásica de neutralidad
del dinero, Keynes la llama economía de trueque o real. En ella, el dinero es usado
solamente para el intercambio, su función es puramente instrumental, es decir nadie
demanda dinero por sí mismo, el dinero es neutral: no influye en las decisiones
económicas que toman los individuos sobre los bienes y servicios que demandaran u
ofertaran. Bajo las condiciones de una economía de trueque, el dinero siempre
permanecería en circulación y el consumo y el ahorro de todos los individuos se invertiría
integralmente en la producción. Para Keynes, estas condiciones no se aplican a un tipo
de economía monetaria, ya que en esta última el dinero se demanda no solamente como
instrumento, para realizar intercambios, sino existen varios motivos, por los que existe
una demanda de dinero inactivo que impide alcanzar una demanda efectiva igual o
compatible con la plena capacidad de las fuerzas productivas de la sociedad y por ende
alcanzar el pleno empleo. Las principales de estas razones, las cobijaría bajo el concepto
de preferencia por liquidez y las definiría así:
1. Motivo transacción: el efectivo que las personas y empresarios necesitan para los
intercambios normales.
2. Motivo precaución: como un “salvavidas” ante las eventualidades positivas y negativas
que el futuro puede presentarle a los individuos.
3. Motivo negocios: los empresarios demandan cierta cantidad de dinero, para sobrevivir
en el periodo de tiempo en que empieza la producción y reciben su ingreso.
4. Motivo gasto de consumo: las personas demandan cierta cantidad de dinero para
sobrevivir en el periodo de tiempo, mientras les pagan sus ingresos.
5. Motivo especulación: es la demanda de dinero, si los individuos esperan una tasa de
interés futura mayor que la actual.
Keynes, con su pensamiento revolucionario confirmado en el sin número de obras
publicadas antes de la Teoría General, había dado muestras fehacientes de sus
permanentes dudas con respecto al ajuste automático en el que se basaba el
pensamiento ortodoxo de la época. En su Teoría General expone y ataca la Ley de Say,
principalmente, el papel que cumplen los salarios realizando el ajuste automático hacia
la ocupación plena.
El derrumbar la Ley de Say, implicaba que todos los demás postulados de la ortodoxia
clásica empezarían a tambalear, razón por la cual, el principio de la demanda efectiva,
argumento que desmiente la ley de Say expuesto en la obra de Keynes, es el punto de
partida de la moderna teoría del empleo. Si la Ley de Say en su más simple notación
teórica se puede expresar como que toda oferta crea automáticamente su propia
demanda, esto conllevó a suponer que no existiría obstáculo alguno al incremento de la
producción y por lo tanto al incremento del empleo dentro de un sistema económico, toda
vez que la demanda no se convierte en un estorbo para ello.