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Planteamientos de la escuela clásica

El centro de preocupación de los economistas clásicos estuvo el problema de la riqueza,


de su origen y distribución, así como el análisis del valor; el estudio de la renta de la
tierra.
Intentaron explicar el crecimiento y el desarrollo económico, crearon sus dinámicas de
crecimiento en una época en la que el capitalismo se encontraba en pleno auge tras salir
de una sociedad feudal y en la que la revolución industrial provocaba enormes cambios
sociales. Estos cambios también provocaron la cuestión de si se podría organizar una
sociedad alrededor de un sistema en el que cada individuo buscara simplemente su
propia ganancia.
En el planteamiento de la escuela clásica existía competencia perfecta en todos los
mercados. El estado no debe intervenir en el funcionamiento de los mercados, ya que
los agentes económicos en su acción individual, como por medio de una mano invisible,
son dirigidos al equilibrio y a la eficiencia. Es decir que esto es, Laissez faire. En
consecuencia, las políticas fiscales, monetarias y los subsidios, obstaculizan el
funcionamiento del mercado.
La mano invisible es una forma metafórica por la cual Adam Smith describió el papel del
mercado libre en la asignación de los bienes en la economía.
La producción ofrecida por las empresas viene determinada por el nivel de pleno empleo.
La política monetaria ineficaz debido a las variaciones en la oferta monetaria que solo
afectan al nivel de precios, sin que tengan ningún efecto sobre las variables reales.

Diferencias entre la escuela clásica y neoclásica


Muchos de las diferencias entre ambas teorías, pueden atribuirse a la desviación drástica
de la idea del valor. Donde paso de una perspectiva del valor en función de la producción,
a una idea de valor referente a la percepción.
La principal diferencia entre la economía clásica y la neoclásica, radica en este particular
concepto de la utilidad.
Cuando se trata de teorías del valor, crecimiento y trabajo, la utilidad se encuentra
ausente en la teoría clásica de la economía. En el modelo clásico, este equilibrio tenía
su base en relación a las tasas de intereses, sueldos y salarios, y no en la oferta y la
demanda.
En cambio, cuando se trata de la economía neoclásica, la utilidad adquiere una
importancia elevada, donde el equilibrio se basa en la función de la oferta y la demanda
en los mercados según la escasez y la utilidad de los bienes.
Diferencia de la perspectiva del valor
En cuanto al valor, la forma de verlo en ambas teorías es totalmente diferente. Cuando
se trata de una economía clásica, este valor hace referencia al costo de producción
únicamente. Por lo que es considerado como una propiedad que no puede separarse, o
en otras palabras es inherente.
En cambio, el valor en la teoría neoclásica de la economía se interpreta según la oferta
y la demanda, los precios y el suministro. Siendo una propiedad percibida. En otras
palabras, el valor hace referencia a la utilidad en la visión neoclásica, mientras que en la
clásica resalta únicamente el costo del mismo.

Diferencia en cuanto al equilibrio


Al igual que lo anterior expuesto, ambas definiciones respecto al equilibrio son totalmente
distintas. Mientras que, en la economía neoclásica, el equilibrio es producido en el
instante donde se cruzan la oferta y la demanda, o bien las curvas de oferta y demandas
agregadas. En la economía clásica este equilibrio es producido únicamente cuando la
inversión es cubierta totalmente por el ahorro.
Debido a que ambas se basan en pensamientos totalmente distintos, es una de las
diferencias principales a resaltar entre ambas teorías.

Diferencia en cuanto al beneficio


La escuela clásica, considera al beneficio como un pago al inversor por la función que
está realizando, la cual resulta útil. En la economía neoclásica, el beneficio es definido
de una manera más práctica, refiriéndose a la superación de los ingresos obtenidos
sobre los gastos realizados.

Racionalidad en ambas teorías


La racionalidad, no se afinca en la teoría clásica, sin embargo, en la teoría neoclásica
hace acto de presencia. En esta perspectiva, los economistas neoclásicos poseen
preferencias racionales, guiando los comportamientos en cuanto a la compra y la venta,
en busca de maximizar los beneficios y la utilidad. En la economía clásica, no se hace
distinción de este pensamiento racional, por lo que los beneficios son equivalentes al
salario que reciben los trabajadores.
Teoría de Malthus
Malthus decía que la producción de alimentos crecía en progresión aritmética (1,2,3,4…)
mientras que la población lo hacía de modo geométrico (1,2,4,8,16…) con lo que
resultaría inevitable llegar al momento en que el planeta no pueda producir alimentos
suficientes para todos sus habitantes. Esta situación produciría escasez, hambrunas y
colapso general con lo que serían las catástrofes naturales, las guerras, pestes y
pandemias las que reducirían de manera natural la población para volver a comenzar de
nuevo el ciclo.
A la vista del problema, Malthus, planteó una solución. A pesar de ser una persona
creyente para la que el propósito del matrimonio era la simple procreación, propuso
limitar el número de hijos en las clases trabajadoras retrasando la edad de matrimonio.
Decía que si se limitaba la edad fértil se podría reducir la población.
A pesar de plantear el problema de la sobrepoblación hace más de 200 años cuando la
población del planeta no llegaba a los 1000 millones de habitantes, sí se trata de un
problema actual ahora que casi llega a los 8000 millones. Algunos dicen que los humanos
somos una “plaga” en la tierra y que son necesarias medidas de control.
Pienso que la teoría malthusiana fracaso debido a los errores metodológicos que
contiene la formulación de la teoría y a que esta no tomo en cuenta la posibilidad de
implementar diversos frenos al crecimiento poblacional, como las modernas técnicas de
control de la natalidad, ni el progreso de la tecnología agrícola en la producción de
alimentos.

Ley de Say
La Ley de Say indica que es la oferta la que crea a la demanda, por lo que no puede
existir una demanda sin haber oferta. También conocida como ley de los mercados,
señala que no puede haber un exceso de oferta porque este es absorbido por la propia
demanda que genera.
La teoría de Say defiende que las recesiones o crisis no se producen como consecuencia
de fallos en la demanda o falta de dinero, sino al revés, por anomalías en la oferta. Como
el autor sostenía, al producirse más bienes se genera más riqueza, lo que a la vez
provoca que al producir otros bienes estos sean demandados. De tal forma que
automática y cíclicamente, la oferta crea su propia demanda, generando un círculo
vicioso que mantenga la relación entre oferta y demanda de manera continua.
La imposible sobreproducción o exceso de oferta y desaprovechamiento de los recursos
productivos viene dada por el hecho de que producir bienes ya es en sí misma una fuente
de generación de ganancias, aunque sea bajando los precios. Con ese dinero se podrán
comprar otros bienes, creando indefinidamente un sostenimiento de la oferta a través del
movimiento de la demanda, siendo ésta la base de la ley de Say.
Para Keynes la ley de Say se cumpliría si se cumple la condición clásica de neutralidad
del dinero, Keynes la llama economía de trueque o real. En ella, el dinero es usado
solamente para el intercambio, su función es puramente instrumental, es decir nadie
demanda dinero por sí mismo, el dinero es neutral: no influye en las decisiones
económicas que toman los individuos sobre los bienes y servicios que demandaran u
ofertaran. Bajo las condiciones de una economía de trueque, el dinero siempre
permanecería en circulación y el consumo y el ahorro de todos los individuos se invertiría
integralmente en la producción. Para Keynes, estas condiciones no se aplican a un tipo
de economía monetaria, ya que en esta última el dinero se demanda no solamente como
instrumento, para realizar intercambios, sino existen varios motivos, por los que existe
una demanda de dinero inactivo que impide alcanzar una demanda efectiva igual o
compatible con la plena capacidad de las fuerzas productivas de la sociedad y por ende
alcanzar el pleno empleo. Las principales de estas razones, las cobijaría bajo el concepto
de preferencia por liquidez y las definiría así:

1. Motivo transacción: el efectivo que las personas y empresarios necesitan para los
intercambios normales.
2. Motivo precaución: como un “salvavidas” ante las eventualidades positivas y negativas
que el futuro puede presentarle a los individuos.
3. Motivo negocios: los empresarios demandan cierta cantidad de dinero, para sobrevivir
en el periodo de tiempo en que empieza la producción y reciben su ingreso.
4. Motivo gasto de consumo: las personas demandan cierta cantidad de dinero para
sobrevivir en el periodo de tiempo, mientras les pagan sus ingresos.
5. Motivo especulación: es la demanda de dinero, si los individuos esperan una tasa de
interés futura mayor que la actual.
Keynes, con su pensamiento revolucionario confirmado en el sin número de obras
publicadas antes de la Teoría General, había dado muestras fehacientes de sus
permanentes dudas con respecto al ajuste automático en el que se basaba el
pensamiento ortodoxo de la época. En su Teoría General expone y ataca la Ley de Say,
principalmente, el papel que cumplen los salarios realizando el ajuste automático hacia
la ocupación plena.
El derrumbar la Ley de Say, implicaba que todos los demás postulados de la ortodoxia
clásica empezarían a tambalear, razón por la cual, el principio de la demanda efectiva,
argumento que desmiente la ley de Say expuesto en la obra de Keynes, es el punto de
partida de la moderna teoría del empleo. Si la Ley de Say en su más simple notación
teórica se puede expresar como que toda oferta crea automáticamente su propia
demanda, esto conllevó a suponer que no existiría obstáculo alguno al incremento de la
producción y por lo tanto al incremento del empleo dentro de un sistema económico, toda
vez que la demanda no se convierte en un estorbo para ello.

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