Está en la página 1de 12

Centro Universitario Regional del Centro

UNAH-CURC
Análisis de la Guerra de 1969
Trabajo Grupo #1

Asignatura: Historia de Honduras

Catedrático: Mariano Boquín

Integrantes: Erick Daniel Mendoza D. 20141902237


Katerine P. Escobar M. 20121900512
Blanca Flor Carranza 20141902046 (No trabajó)
Nancy J. Castillo 20141900148 (No trabajó)

Sección: 17:00-18:00 (5-6 pm.)

Fecha: 22 de julio del 2014


TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCION _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _Pág. 3
GUERRA DE LAS CIEN HORAS (GUERRA DEL FUTBOL) DEFINICION_ _Pág. 4
FACTORES PRECIPITANTES DE LA GUERRA_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Pag. 5
LA GUERRA TERRESTRE_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _Pág. 6
LA GUERRA AEREA_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _Pág. 7
CONSECUENCIAS _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _Pág.
CONCLUSIONES
INTRODUCCION

La guerra que Honduras libro en contra de El Salvador, con el fin de detener la


invasión de sus tropas, fue un conflicto en que, por primera vez en la historia
nacional, enfrento a dos pueblos; y comprometió todos los recursos de ambos
estados confrontados. La población civil se involucró de tal manera, que sin su
apoyo definitivo, las fuerzas Armadas de Honduras precariamente dotadas en
cuanto a equipo y recursos, con la excepción de la Fuerza Aérea que si era
superior por los aparatos aéreos que contaba y el personal disponible no habrían
podido detener el avance de las tropas salvadoreñas que en número y decisión,
(12,000 hombres, tres brigadas, dos batallones de artillería y dos compañías de la
Guardia Nacional) rebasaban en mucho a las tropas hondureñas, muy mal
dotadas y en algunos casos incluso muy mal dirigidas por López Arellano, poco
entrenadas para un conflicto de tal envergadura, como se denunciara sobre las
tropas incorporadas apresuradamente en la Zona Militar de Santa Rosa de
Copan. El éxito de Honduras en la guerra contra El Salvador, fue tal porque detuvo
a los invasores, le impidió el logro de sus objetivos y creo las condiciones que en
el largo plazo permitió la definición fronteriza, en tierra y en las áreas marítimas,
que los salvadoreños durante muchos años se habían opuesto a negociar, y
mucho menos, someter las diferencias ante la Corte Internacional de Justicia de la
Haya, en Holanda.
Guerra de las Cien Horas o Guerra del futbol

La Guerra del fútbol o la Guerra de las 100 horas fue llamada así por la
coincidencia de este hecho con los derivados de un partido de fútbol que enfrentó
a las selecciones nacionales de El Salvador y Honduras, con motivo de las
eliminatorias para la Copa Mundial de Fútbol de 1970. El nombre con el que se
conoce a esta guerra fue acuñado por el reportero polaco Ryszard Kapuściński.1

En ella se evidenciaron las tensiones políticas entre estos países que los llevaron
al conflicto armado. Fue una guerra breve (cuatro días). La situación social en
ambos países era explosiva y se buscaba por parte de los militares gobernantes
una salida conveniente para los grupos en el poder político de cada país.

En meses previos a la denominada guerra surgió un escuadrón clandestino


hondureño llamado la “Mancha Brava”, para aterrorizar a más de 300 mil
salvadoreños que se habían afincado en los años 60 en Honduras para trabajar en
plantaciones bananeras y establecer negocios en ese país. Estas formaciones
paramilitares asesinaron y detuvieron a una gran cantidad de salvadoreños en la
zona fronteriza lo que agudizo aún más la situación entre los dos países.

Los Orígenes de La Guerra

Entre los orígenes de la guerra se encuentran:

1. Los desacuerdos entre municipios hondureños y salvadoreños por


cuestiones de límites.
2. La oposición de Honduras para seguir favoreciendo el ingreso de
salvadoreños a su territorio.
3. La invasión de tropas salvadoreñas al territorio nacional para capturar al
ciudadano hondureño Antonio Martínez Argueta, al cual se le señalaba
como responsable de la muerte de un salvadoreño en un confuso incidente
en la hacienda de Dolores, en Florida departamento de La Paz.
4. El ingreso ilegal de tropas salvadoreñas a Ocotepeque.
5. El tratamiento brusco e irrespetuoso cometido por civiles y autoridades
hondureñas de bajo nivel, en contra de salvadoreños radicados en nuestro
país.
6. La exclusión de los campesinos hondureños establecidos en tierras
nacionales, de los beneficios de la Reforma Agraria impulsada por el
gobierno de López Arellano.
7. La creencia de los teóricos militares salvadoreños y del político civil a su
Servicio que Honduras era fácil de dominar militarmente.
Factores precipitantes de la crisis

En lo interno, las hostilidades armadas fueron precipitadas por este desborde de


las pasiones, la irracionalidad de los temores por parte de ambos pueblos, la
descomunal participación de los medios de comunicación en Honduras y en El
Salvador, y la deliberada falta de interés por4r parte de las autoridades militares
hondureñas para frenar los excesos de algunos compatriotas en contra de
salvadoreños mayoritariamente humildes, radicados en nuestro país, la negación
de derechos a los salvadoreños para que pudieran gozar de los beneficios de la
Reforma Agraria que impulsaba el gobierno militar hondureño; y en lo externo, por
la incapacidad de la OEA para evitar que la sangre llegara al rio, pudiendo haberlo
hecho, si sus miembros hubieran anticipado lo que iba a ocurrir. Es muy probable
que los miembros de la OEA, no anticiparan que dos países pequeños y
empobrecidos, con fuerzas militares anticuadas y limitadas, desatarían la última
guerra total en una región marginal del continente como era y sigue siendo
Centroamérica. Además hay que agregar, como lo dijimos antes el uso masivo de
los medios de comunicación de una guerra psicológica que exacerbo los ánimos,
desplomaron la cordura con la que se deben manejar las cosas e hizo brotar un
nacionalismo desmesurado e irracional y fuera de las circunstancias en uno como
en el otro país.
LA GUERRA TERRESTRE

Las hostilidades terrestres se desarrollaron en dos grandes teatros de guerra: el


sur y occidente de Honduras. En el sur Honduras desplego el 12 de julio, a su
unidad elite el Primer Batallón de Infantería, reforzado por Seguridad de la Fuerza
Aérea, la zona militar de Choluteca y miembros del CES. Las tropas hondureñas
en el Teatro Sur, fueron encabezadas por el Mayor Policarpo Paz García
comandante del Primer Batallón de infantería. El salvador por su parte ataco a
Honduras en el Teatro Sur, con tres batallones de infantería (el primero penetro a
Honduras y combatió en contra de las tropas nacionales), uno de artillería pesada
que no entro al territorio nacional y al que la fuerza Aérea Hondureña no fue
autorizada para atacarlo, un tercero situado a la retaguardia; y con aviones
militares de tipo corsario y Mustang, usados por Estados Unidos, durante el final
de la segunda guerra mundial. El cargo de las tropas Salvadoreñas estuvo a
cargo del Coronel Segundo Méndez.
En el frente occidental, Honduras desplego tropas de la Tercera Zona militar
reforzada con el Tercer Batallón de Infantería, miembros el CES, policías
penitenciarios y algunos voluntarios. La Jefatura del teatro occidental, estuvo a
cargo de Coronel Arnaldo Alvarado Dubon, el Tercer Batallón de Infantería por
coronel Zepeda, subcomandante de esta unidad establecida en San Pedro Sula.
Las acciones de avance terrestre, por parte del Ejército Salvadoreño, se iniciaron
el 15 de julio en las primeras horas de la madrugada. Desde el principio fue obvia
la superioridad terrestre de El Salvador que tomo la iniciativa lo que le permitió en
el Teatro Sur, avanzar y consolidar posiciones en una franja de territorio nacional
de aproximadamente diez kilómetros, ocupando las poblaciones de Alianza, El
Amatillo, Goascoran Aramecina y Caridad. Mientras que en el teatro occidental, El
Salvador inicio un ataque generalizado de su infantería, precedido por un intenso
bombardeo sobre las posiciones hondureñas ubicadas en el corredor que va
desde la ciudad de Ocotepeque y El Poy que hace frontera entre los países. El
Salvador que era la fuerza atacante perdió más de 300. El cuanto a civiles,
Honduras perdió más de 1500 personas. Y en los pueblos atacados, fueron
destruidas y saqueadas centenares viviendas y robado más de dos mil cabezas de
ganado y otros muchos millares de animales domésticos.
LA GUERRA AEREA

Mientras tanto, en el campo aéreo, desde el principio Honduras mostro su


superioridad atacando Ilopango el 15 de julio en las primeras horas del día,
destruyendo dos naves de guerra e incendiando varios tanques de la Refinería de
Cutuco. El día quince el asedio de las tropas salvadoreñas fue generalizado el dos
teatros de guerra. El día 16, el Estado Mayor de las fuerzas hondureñas ordeno a
las topas desplegadas en el teatro de guerra del sur, un rápido contra ataque con
el fin de hacer que los salvadoreños bajaran la presión en el frente occidental. Ello
obligo a los salvadoreños a retroceder por los menos dos kilómetros a la izquierda
la derecha de la carretera Panamericana que era el eje central del escenario.
Pese a las reticencias y vacilaciones iniciales de Osvaldo López Arellano que creía
que no debía escalar el conflicto evitando iniciativas que obligaran a los
salvadoreños a emplear más fuerzas que las que tenían desplegadas, los líderes
de la Fuerza Aérea lograron la autorización suya para atacar a El Salvador el día
15 en horas de la madrugada. El día 17 de julio, la aviación salvadoreña se lanzó
sobre Alianza y el Aceituno en territorio hondureño apoyando a sus tropas que
oponían resistencia a las fuerzas hondureñas. Una escuadrilla integrada por
Fernando Soto, Carlos Aguirre, Francisco Zepeda y Perdomo, avistaron y atacaron
a una escuadrilla salvadoreña la que ese día, perdieron tres aeronaves, muriendo
dos de los tres pilotos que las conducían. Los ataques de aviones salvadoreños
hacia Honduras, se redujeron y el papel de la Fuerza Aérea Salvadoreña empezó
a navegar en el silencio.
CONSECUENCIAS

 La muerte de entre 4.000 y 6.000 civiles, y más de 15.000 heridos


dependiendo de la fuente.

 Entre 60.000 y 130.000 de los 300.000 salvadoreños indocumentados que


vivían en Honduras fueron forzados a regresar a su país.

 La finalización del esfuerzo de integración regional conocido como Mercado


Común Centroamericano (MCCA), diseñado por EE. UU. como una
contraparte económica regional para contrarrestar los efectos de la
revolución socialista en Cuba.

 El refuerzo del papel político de los militares en ambos países. En El


Salvador, en las elecciones legislativas que siguieron, la mayoría de los
candidatos del Partido de Conciliación Nacional (PCN) de El Salvador, en
esa fecha en el gobierno, salidos del Ejército, hicieron una enorme apología
de su papel en el conflicto y por consiguiente resultaron victoriosos en las
elecciones de diputados y alcaldes.

 El agravamiento de la situación social en El Salvador, producto de las


deportaciones desde Honduras, ya que el gobierno tuvo que facilitar a estas
personas la reinserción económica, lo que no logró satisfacer
adecuadamente (actualmente sigue siendo la zona más pobre de El
Salvador). Aumentó la presión social que derivó en la guerra civil que viviría
el país centroamericano.
CONCLUSIONES

El tratado de Paz de 1980, facilito que el problema fronterizo entre Honduras y El


Salvador fuera sometido a la Corte Internacional de Justicia de la Haya, la que en
septiembre de 1992, resolvió de una vez para siempre las diferencias y
desacuerdos en los límites fronterizos y marítimos de Honduras y El Salvador. Sin
embargo El Salvador, coaligado con Nicaragua, se opone a acatar la decisión de
la Corte que, como correspondia, le otorgo derechos a Honduras en el Océano
pacifico, para lo cual estableció que los tres países debían ponerse de acuerdo
para efectuar la delimitación de la bocana que une las aguas del golfo con las del
océano. Honduras ha denunciado esta falta de voluntad ante la ONU, por lo que
no hay que descartar que los dos países tenga que volver a la Haya para dirimir
esta cuestión pendiente.
CRITICA REFLEXIVA.

No fue la hermosa PINTURA que se le puso al bestial derramamiento de


sangre que hoy ya cumple 40 años de haber sido profanado nuestro
pabellón nacional por las FAS hecho al cual se le adujo tantos nombres
GUERRA DEL FUTLBOL, GUERRA DE 1969, hecho marginal que dejo
violentamente, cobardemente miles de hermanos centroamericanos llenos
de luto dolor escondido tras de las cortinas la verdad por el cual se llevó
este lamentable hecho no pudo haber sido un simple gane de futbol ya que
se cree que las selecciones crean estados psicológicos en los
seleccionados para perder o ganar fue un hecho más grande el que dejo
lleno de luto y dolor a todos los hermanos que un día formaron una sola
madre patria

La guerra degrada y envilece nuestra inteligencia, mofándose de cuanto


llamamos civilización, cultura y libertad.

Si bien es verdad que los territorios se hallaron sumidos en una espiral de


violencia, represión y desesperación que ya hoy tardaran años en desenredar y
desentrañar, nuestra única esperanza se cifra en afrontar con toda honradez y
rectitud lo que nosotros mismos hemos provocado. Y no únicamente nosotros
porque hay que reflexionar que para aguerrirse se necesitan dos. Si queremos
garantizar lo que denominamos civilización, debemos conservar nuestra propia
postura crítica frente a la violencia, degradación, allanamiento, y toda clase de
injusticia guerrillera hoy debemos mitigar el ineludible legado de indignación presa
del sentimiento de injusticia y opresión, atribuibles a un intercambio claro y
evidente de violencia recíproca que no fue un triunfo de futbol como se le maquilla
por los críticos. Estos candentes sentimientos lo experimentan numerosos jóvenes
al acceder a la adultez, presas de la evidente e inequívoca incomodidad e
inconformidad en una mal educada sociedad de consumo y falta de temor a Dios
que ha trocado sus ideales morales y espirituales por otros placeres y
satisfacciones que deseamos exportar -disfrazándola de libertad que las mismas
patrias han dado a la misma sociedad y democracia- es ese mismo consumismo, y
sus consecuencias -adicciones, alienación, atomización o desintegración social,
familiar,- que repercuten en forma directa e indirecta en terribles actos de violencia
visibles e indivisibles de estos actos en nuestro país en nuestras propias
sociedades colonias y barrios irrigadas por sangre, y que además fomentamos con
la plácida noción de la guerra virtual que primorosamente hemos concebido a fin
de vencer el pensamiento de la muerte . Las guerras virtuales son conflictos en los
que uno puede matar a otros sin necesidad ni de presenciar sus muertes ni de
asumir responsabilidad alguna por ellas. Es como si creyéramos que apretando un
botón y liquidando gente muy alejada de nosotros no experimentaremos
sentimiento alguno de culpa o aflicción… en lo que a nosotros concierne. Y si nos
detenemos en el caso de los niños y jóvenes que están siendo corrompidos por
los videojuegos, -imitar la violencia les inmuniza contra la realidad de la violencia
auténtica- se trata ciertamente de una situación peligrosa, más peligrosa para los
adultos que para los niños, extremadamente sensibles a la violencia con la que
conviven a diario. La guerra virtual es una fantasía de matanzas sin sangre pero
que en consecuencia, deja seres dolidos, desapropiado de su propia identidad
sin responsabilidad, pesar o aflicción. La única salida es condenar toda violencia.
La historia del siglo XX nos ha enseñado al menos que tales actos de violencia a
gran escala engendran más violencia que hace que el amor entre seres que
forman una misma nación pierdan ese amor de hermandad por ambiciones, y que
las consecuencias de tales actos son siempre impredecibles y quienes lo pagan
son los inocentes. Personas que forman parte de una nación y que se destruyen
mutuamente desde una palabra ofensiva hasta un histórico derramamiento de
sangre como lo dejo la famosa GUERRA DEL 14 DE JULIO DE 1969.

Ahora pensemos y reflexionemos sobre estas grandes palabras con relación a lo


que ha degradado nuestra imagen como país que ha luchado siempre por
mantenerse como una patria.

La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de


gentes que si se conocen pero que no se masacran” Paul Valéry  (1871-1945)
Escritor francés.

HONDURAS es siempre y será un país que envuelto entre tantos conflictos de


diversas capitulaciones ha sabido luchar dando lo mejor de sí para salir adelante.

Al borde de las armas.

Hoy se cumplen 40 años desde que El Salvador invadió Honduras y dio comienzo
a una guerra terrible. Pintemos así esto Cuatro décadas después el fútbol ha
cambiado mucho, pero en demasiadas ocasiones deja de ser una fiesta y se
convierte en el motor para sacar lo peor que llevamos dentro. Una fecha como hoy
debería servir para reflexionar. La memoria de 6.000 muertos debería ser
suficiente.

También podría gustarte