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EL PUENTE DEL PUEBLO

Joshua Sánchez

Personajes:
 Doña Pipis
 Don Javier / Don Manuel / Maestro Jacobo

Doña Pipis: (Al público) ¡Hola, muy buenas tardes a todos! Mi nombre es Doña Josefina Margarita
Guadalupe Jacinta Hernández López, pero me pueden llamar Doña Pipis. Tengo quince hijos,
bueno, míos, míos, solo cuatro, los otros once son hijos de mis vecinos y amigos. Pero esta semana
me estoy encargando de ellos para explicarles unas cositas que aprendí la semana pasada. No me
miren así, de verdad pasó algo muy importante: me convertí en una “Persona Alertadora”. Así
como lo oyen, me armé de valor y denuncié a alguien que quería pasarse de abusado con el
pueblo. ¿Que qué es una persona alertadora? Es mejor que empecemos desde el principio.
 El lunes pasado fui a la tiendita por el arroz para hacer la comida, pero el tendero Don Javier me
dijo: 
Don Javier: ¡Uy, Doña Pipis! No hay arroz. Fíjese que esta semana no llegaron los productos a las
tienditas del pueblo ¿usted cree?
Doña Pipis: ¿Y no sabe por qué?
Don Javier: ¿No se ha enterado? El puente nuevo que comunica al pueblo con la ciudad se
derrumbó. Se cayó y se rompió en mil pedacitos. Y ahora nadie puede ni entrar ni salir hasta que lo
reparen.
Doña Pipis: ¿Cómo que se cayó? Pero si lo acababan de construir. Don Manuel fue el encargado de
administrar el dinero para comprar los materiales para la construcción y él mismo revisó que todo
saliera bien.
Don Javier: Pos así están las cosas Doña Pipis. ¿Qué le vamos a hacer?
Doña Pipis: A mí esto me huele muy extraño. Déjemelo a mí. Voy a hablar con Don Manuel para
que me explique exactamente qué fue lo que pasó. Pero antes, iré a ver si el puente tiene
remedio.
(Doña Pipis llega a la casa de Don Manuel, a quien vemos metiendo varios billetes y monedas en
una maleta.)
Don Manuel: Fue más fácil de lo que imaginaba…
(Llega Doña Pipis y lo sorprende)
Doña Pipis: ¡Don Manuel! ¿De dónde sacó usted tanto dinero?
(Don Manuel apresurado guardando todo)
Don Manuel: ¿Dinero? ¿Cuál dinero? Creo que ya no ve muy bien Doña Pipis, esto es mi ropa
sucia.
Doña Pipis: Clarito vi un montón de dinero
Don Manuel: (Nervioso) ¿Y qué la trae por aquí?
Doña Pipis: Pos quería preguntarle si sabe por qué se cayó el puente.
Don Manuel: ¿Se cayó el puente? ¿Y por qué tendría yo que saber?
Doña Pipis: Pues porque usted fue el encargado ¿Qué no? Usted debe saber qué fue lo que salió
mal.
(Don Manuel muy nervioso)
Don Manuel: Seguro son puros chismes, no haga caso. 
Doña Pipis: No son chismes, acabo de pasar a verlo… y hasta le saqué estas fotos, ¡Mire! ¡Ya no
hay puente! 
Don Manuel: Pues la verdad no sé, seguramente tembló de noche y no nos dimos cuenta… y por
eso se cayó.
Doña Pipis: ¡Qué raro! Estuve despierta toda la noche preparando el mole para la fiesta de mi
ahijada Rosita y no sentí nada.
Don Manuel: Tal vez fue la lluvia…
Doña Pipis: Pero si no ha llovido en varios días.
Don Manuel: No quiero ser grosero Doña Pipis, pero tengo que llevar mi dinero, digo, mi ropa a
lavar porque huele muy feo y tengo que hacerlo antes de irme al campo.
Doña Pipis: Pues yo estoy libre, si quiere deme su ropa y le ayudo a lavarla
Don Manuel: No, ¿cómo cree?
Doña Pipis: Ande, no se haga del rogar
(Don Manuel y Doña Pipis forcejean con la maleta hasta que se abre y cae el dinero y una hoja de
papel al suelo)
Doña Pipis: Un momento, esto no es ropa…  ¿Quería verme la cara Don Manuel? ¿De dónde sacó
tanto dinero? ¿Y qué es este papel?
(Lo lee y se descubre que son las cuentas de los materiales para la construcción del puente)
Doña Pipis: ¿Apoco gastó tan poquito en los materiales para el puente? El pueblo sabe que era
una cantidad grande de dinero la que nos otorgaron para comprar buenos materiales, y que el
puente estuviera fuerte y que nunca se cayera. ¡Don Manuel! Seguramente eso que tiene ahí
guardado es el dinero de nuestro puente. 
Don Manuel: Así es Doña Pipis, pero usted no diga nada, es más, si no abre la boca le doy un poco
de este dinero, ande, lo necesita para la comida de sus hijos.
Doña Pipis: (Dudando) Pues la verdad sí me ayudaría mucho ese dinero…
Don Manuel: Ayúdeme y yo la ayudo
Doña Pipis: ¿Sabe qué? Yo creo que mejor no, ese es dinero mal ganado y con esas cosas no se
juega. No me quiero meter después en dificultades por su culpa.
Don Manuel: Pos allá usted. Más para mí. Y es mejor que no diga nada si no quiere tener
problemas conmigo.
(Toma la maleta y sale corriendo)
Doña Pipis: ¿Y ahora qué hago? No es justo que nos quedemos sin el puente por culpa de ese
ladrón de Don Manuel, ¿Cómo nos traerán los alimentos?
(Pasa el maestro de sus hijos caminando)
Doña Pipis: ¡Maestro Jacobo! ¿Puedo hablar con usted?
Jacobo: ¿Doña Pipis se encuentra bien?
Doña Pipis: Pues la mera verdad no estoy bien, pero no sé qué hacer.
Jacobo: Dígame, yo puedo ayudarla, para eso estoy aquí.
Doña Pipis: Es que… es que… es que me da miedo que Don Manuel se vaya a enojar conmigo y
después se quiera desquitar.
Jacobo: ¿Don Manuel? ¿Pos qué hizo ese canijo?
Doña Pipis: Está bien, le voy a contar, pero no le vaya a decir a ese viejo que yo le dije.
Jacobo: No se apure Doña Pipis, si Don Manuel hizo algo malo, puedo acompañarla a denunciarlo.
No tiene que dar su nombre ni razón alguna de usted. Es totalmente anónimo, es decir, no tendrá
que dar ningún tipo de información suya para que no se meta en problemas. Por eso no se
preocupe.
Doña Pipis: Es que Don Manuel compró los materiales más baratos para el puente y por eso quedó
tan débil y se cayó. El dinero que ahorró se lo quedó él y no es justo, porque ese puente era para
todos.
Jacobo: Gracias por tenerme confianza. Si lo denunciamos, tenga por seguro que atraparán a ese
ladrón y recibirá su castigo. Pero alégrese, ahora se ha convertido usted en una “Persona
Alertadora”, ¡Felicidades, Doña Pipis!
(Doña Pipis vuelve al público)
Doña Pipis: Y esa es la historia. Después de ir a denunciarlo y mostrar las fotos que tomé y los
papeles que tenía Don Manuel. La Policía lo atrapó, lo obligaron a devolver el dinero y lo llevaron a
la delegación donde seguro le darán su merecido.
Ahora quiero enseñarles a mis quince hijos lo que aprendí con esta experiencia. No hay que
dejarnos, hay que levantar la voz si alguien quiere dañarnos. Don Manuel fue acusado de
“peculado” es decir, que se quería quedar con el dinero que se le dio para construir el puente.  
Pero de hoy en adelante no lo vamos a permitir. Es mejor pedir ayuda, de la mano de las
autoridades lograremos recuperar la paz y armonía de nuestro pueblo.
¡Ahora sí! Voy a preparar el arroz para la comida, que hay muchas bocas que alimentar. Ahí nos
vemos después.
FIN

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