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Entre Viajes y Sospechas. Gabriel Pignalberi
Entre Viajes y Sospechas. Gabriel Pignalberi
Gabriel Pignalberi
2020
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Título:
Entre viajes y sospechas:
Construyendo una posible manera de nombrar en la clínica musicoterapéutica.
Título a obtener:
Licenciado En Musicoterapia.
Fecha:
Diciembre, 2020
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“Enero 11
Según dicen los decires, él fue el primer tripulante de un Ford T**, el Ford a bigote, en
aquellas comarcas del norte argentino.
Por los caminos venía su Ford T, roncando y humeando. Lento, venía. Las tortugas se
sentaban a esperarlo.
Y él aclaró:
Resumen:
ste debate teórico busca indagar e investigar sobre cómo nombrar al que transita el espacio
E
clínico en musicoterapia. Debate que utilizará tres autores de distintas profesiones, como Daniela
Gianoni desde la musicoterapia, que en su tesis desarrolla la idea de Sujeto Leve; Augusto Boal, del
teatro del oprimido con el concepto de actor y Mario Testa, de la medicina social, con la concepción
de Actor Social.
Este trabajo comienza con la sospecha de que la concepción de actor puede ser pensada dentro
de la clínica musicoterapéutica y a su vez, pensar la clínica, la improvisación libre, el discurso, la
salud y el proceso.
Luego de la articulación entre los tres autores a través de una metodología Rizomática
plasmando sus similitudes y diferencias, se plantea pensar el Actor dentro de la especificidad y
cuáles son las potencias que este concepto nos brinda.
Palabras clave:
Actor, Sujeto Leve, Actor Social, Musicoterapia, clínica.
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Hoja de ruta:
Bitácora primera:
-Introducción………………………………………………………………………………………………….....6
- Organización del viaje………………………………………………………………………………………..8
- Justificación…………………………………………………………………………………………………..10
Bitácora Segunda:
-Problema.……………………………………………………………………………………………………...12
Bitácora Tercera:
-Objetivo General.………………………………………………………………………………….………....14
-Objetivos específicos……………………………………………………….………………………14
Bitácora Cuarta:
- De lo teórico………………………………………………………………………………………………….15
-Sujeto Leve.…………………………………………………………………………………………..15
-Actor..…………………………………………………………………………………………………20
-Actor social..………………………………………………………………………………………...25
Bitácora Quinta:
-Abordaje metodológico………………………………………………………………………………………29
Cartografiado de mapas…………………………………………………………………………… 30
Bitácora Sexta:
- De relatos y experiencias.………………………………………………………………………………… 35
Florentino y los vínculos……………………………………………………………………………35
Bitácora Séptima:
-Del cartografiado...…………………………………………………………………………………………..38
Mapa I: De las lecturas.……………………………………………………………………………. 39
Mapa II: Relaciones………………………………………………………………………………….48
Bitácora octava:
-Puertos posibles..……..…………………….………………………………………………………………..52
-El actor en la musicoterapia...…………………………………………………..…………………………54
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Bitácora novena:
Agradecimientos..……………………………………………………………………………………………..59
Bibliografía..…………………………………………………………………………………………………..60
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Bitácora Primera.
Introducción:
Este escrito comienza a pensarse a fines de 2018, mientras se preparaba el examen final de la
asignatura Musicoterapia III, de la Licenciatura en Musicoterapia de la Universidad Abierta
Interamericana Sede Regional Rosario, cuya consigna era exponer en un discurso verbal los
conceptos trabajados durante el cursado de la misma.
En la organización de dicho examen, se eligió hablar desde el sujeto que transita el espacio
clínico, ya que parándome desde ahí podía encontrar una manera de organizar el material
bibliográfico y abarcar los temas recorridos (Improvisación Libre, Discurso, Clínica, Salud,
Materia-Forma-Sentido).
Durante el transcurso del cuarto año de la mencionada formación, hizo aparición el concepto de
actor en las asignaturas Planificación y Gestión Comunitaria y Musicoterapia en Niños y
Adolescentes; concepción que hizo relieve en tanto habilitó poder sostener epistemológicamente el
concepto planteado anteriormente y justificar el porqué de hablar de actores.
Ya en el último año de la Licenciatura comencé a buscar autores que puedan ser soporte para el
concepto de actor; autores que de otras disciplinas marcan otras posiciones y maneras de nombrar.
También este trabajo refunda miles de incógnitas que aparecieron en tertulias, en el patio de la
universidad, entre mates compartidos, en el afán de los estudiantes por querer seguir en movimiento
y la posibilidad de seguir pensado migratoriamente.
Este trabajo operará en relación a la sospecha de que el sujeto puede ser nombrado de otra
manera y la importancia a la hora de “nombrar” en la práctica en musicoterapia.
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Las bitácoras en la antigüedad estaban compuestas por los cuadernos de viaje donde el capitán
de un barco hacía sus anotaciones, haciendo referencia a la “bitácora de viaje” la cual se usaba
para relatar el desarrollo y lo sucedido en el transcurso del mismo. En este sentido usaremos este
término, ya que nos posibilita desarrollar y describir un viaje, cuya investigación es incierta
hacia donde pueda arrojarnos. Un viaje donde hasta el momento solo hay hipótesis y sospechas.
Se tratará de desarrollar una manera de nombrar a la persona que transita el espacio clínico,
eligiendo para ello la modalidad “Discusión Teórica”. Se utilizarán como referentes
epistemológicos para esta discusión a la Licenciada en Musicoterapia Daniela Gianoni con la
concepción de Sujeto Leve, al Médico Sanitarista Mario Testa con el concepto de Actor Social y
al Teatrista Augusto Boal con el concepto de Actor.
Este trabajo estará organizado en Bitácoras. La primera desarrollará la introducción del tema a
investigar, la organización de este trabajo y la justificación del mismo. La segunda dará paso al
esbozo del problema de la investigación. La tercera presentará los objetivos generales y
específicos de este trabajo.
La cuarta navegará en el mar teórico que soporta el trabajo y las concepciones de cada
referente, postulará los conceptos principales que se usarán en esta investigación. La quinta, a su
vez, planteará las estrategias de este viaje, el abordaje metodológico usado y construido para este
trabajo.
La sexta utilizará relatos de la experiencias de un proceso de prácticas como estudiante,
funcionará como materia de análisis desde la cual se leerán los conceptos de los autores. La
séptima trabajará la articulación de los autores desde dos mapas:
-El primero trabajará utilizando la bitácora sexta para que se pongan en juego las lecturas de
los conceptos que nos proponen los referentes bibliográficos. Mapeo que desplegará,
dimensiones, planos y niveles para organizar los datos extraídos.
-El segundo dará cuenta de la articulación entre los autores; así, lo que en el mapa anterior
eran niveles de análisis, ahora serán planos que se articulan para buscar las relaciones entre los
conceptos que trabajan los autores.
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La bitácora nueve se propone pensar en nuevos viajes posibles. La bitácora diez, plasmará los
agradecimientos y la bibliografía utilizada en este viaje.
De esto se trata este Trabajo Final, donde se pretenderá investigar los componentes conceptuales
de Sujeto Leve y Actor para posteriormente generar una posición a la hora de pensar a la persona
que transita el espacio clínico en Musicoterapia.
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Justificación:
Este trabajo plantea en un debate teórico una posible manera de nombrar a la persona que
transita el espacio clínico en Musicoterapia, por lo cual se escogieron autores que pondrán a debatir
sus conceptos, teoría y metodología a través de viñetas clínicas. Los conceptos utilizados son
“Sujeto Leve”, planteado por la Lic Daniela Gianoni, “Actor Social”, planteado por Mario Testa y
“Actor” planteado por el creador del Teatro del Oprimido, Agusto Boal.
La importancia personal de este trabajo remite a lo que Gregory Bateson (2002) escribió en su
libro “Espíritu y Naturaleza”: “El nombre no es la cosa nombrada”, que dio lugar a los espacios
inaugurales de pensar en la elección de lenguaje a la hora de nombrar.
Estos conceptos puestos en cuestión en este escrito, ya han sido utilizados por muchos
profesionales y pensadores a lo largo de la historia; creo que sería interesante desde esta profesión
poder traer otro concepto a la disciplina que tal vez, pueda ayudar a sostener la práctica como futuro
profesional.
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Este trabajo intentará marcar una posición sobre cómo concibo a aquel que transita el espacio
clínico y también, de alguna manera, a la Clínica.
Esta discusión por lo tanto, nos permitirá ver algunos componentes de los conceptos trabajados
por los autores seleccionados y así, observar sus potencialidades. Tratando de encontrar
posibilidades de cómo nombrar, y que a su vez, este nombrar no sea a modo de límite, sino de
apertura.
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Bitácora Segunda:
Problema:
“Un concepto no sólo exige un problema bajo el cual modifica o sustituye conceptos anteriores,
sino una encrucijada de problemas donde se junta con otros conceptos coexistentes.” (Deleuze &
Guattari, 1995, p.24)
Este epígrafe muestra que los conceptos están compuestos por otros que están ahí, haciendo
cuerpo del mismo, que nos pueden dar indicios de sospechas, de interrogantes, de preguntas.
Es así que se empieza a navegar en el océano de preguntas sobre el sujeto y de qué otra manera
puede nombrarse, ¿Qué componentes lo conforman? ¿Qué lecturas nos posibilitan hablar de actor y
cuáles hablar de sujeto?
El problema acontece en estos lugares, donde esta sospecha sobre el sujeto vislumbra acaso una
posición ética, una posición política, pero también maneras de pensar a la salud.
El pensar en el sujeto también nos arroja a sospechar que la repetición del concepto ha llevado a
la naturalización del mismo, por eso creo que es pertinente la interpelación sobre esta concepción,
no para reemplazarla o eliminarla, sino para seguir pensando y problematizando investigaciones de
este orden. ¿Existe acaso alguna otra manera de nombrar al sujeto?
Teniendo en cuenta que el nombre no es la cosa nombrada es que también florece la pregunta de
plantear si alguna concepción de actor puede ser pensado dentro del campo de la Musicoterapia. Si
bien ya se ha usado la palabra actor dentro del campo de la salud y algunos musicoterapeutas la
enuncian, al faltar trabajos de investigación en la disciplina cuyo interés radique en la sospecha de
cómo nombrar y de nuevas maneras de nombrar al sujeto, es que me arrojo a realizar una
investigación de este orden.
Por lo tanto, creo que es interesante realizar un Trabajo Final que pueda buscar otra posibilidad
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de cómo nombrar a la persona que transita el espacio clínico, no para rechazar y reemplazar una,
sino, para seguir problematizando.
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Bitácora Tercera.
Objetivo general:
- Analizar las posibilidades de deconstrucción/construcción del concepto de Actor dentro del campo
específico de la Musicoterapia.
Objetivos específicos:
- Analizar definiciones del concepto de “Actor” que se puedan leer en la práctica de la
Musicoterapia.
- Identificar las similitudes, diferencias y potencialidades del concepto de Sujeto Leve y de
Actor.
- Exponer posibles ventajas y desventajas del concepto de Actor en los campos de acción de
la Musicoterapia.
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Bitácora Cuarta:
De lo teórico:
En este viaje los conceptos emergen como territorio p ensando al mismo desde Hugo Spinelli el
cual considera al mismo como: “...un caleidoscopio que se complejiza a medida que nos acercamos
y, frente a aquellos que a la distancia aparecía como homogéneo, toma relevancia singular...”
(Spinelli, 2006; p.160)
Estas herramientas funcionan de soporte conceptual, que delinean posiciones desde las cuales
reconocer y poder pensar tanto al sujeto, al actor, como al quehacer del musicoterapeuta.
Esta bitácora presenta en primer lugar a Daniela Gianoni, cuyo desarrollo en su Tesis de
Licenciatura es sobre el Sujeto Leve. Posteriormente expone el desarrollo de lo que Agusto Boal
plantea con el concepto del Actor del Teatro del Oprimido y por último aparece lo que Mario Testa
plantea con el concepto de Actor social.
Sujeto Leve:
La concepción de Sujeto Leve es traída a la Carrera de la Licenciatura en Musicoterapia por la
Licenciada Daniela Gianoni en el 2002 con su Tesis “De Abismos y Superficies”. Es de ahí que su
trabajo funciona como fuente primaria en esta investigación ya que utiliza conceptos que nos sirven
de herramientas para el desarrollo de este escrito.
en este caso la posibilidad de leer estas organizaciones discursivas producidas por los sujetos.
“El lenguaje del Arte es el que posibilita la circularidad de la Materia, Forma y Sentido, en tanto el
Musicoterapeuta escuchante celebra el devenir como criterio de Salud.” (Gianoni, 2002; 7).
Asimismo, el arte devela un territorio (vivencia sensible desde donde transitar y construir, que se
complejiza a medida que se va observando desde distintas posiciones) desde el cual mapeamos y en
el cual el sujeto utiliza las herramientas del arte, que posibilita soportar la cualidad de leve del
Sujeto. “La levedad nos conduce hacia el Arte como territorio posible para soportarla. O bien
abismarnos en el territorio del Arte nos conduce a videar la levedad del ser y soportarla.” (Gianoni,
2002, p.28).
Desencadenar procesos que acompañen al sujeto leve a percibir y formalizar, y llevar esas
formas a nuevas posibilidades de vinculación con otros. “Un cruce de discursos. Un encuentro de
enigmas. Una improvisación libre. La clínica musicoterapeútica” (G. Rodríguez Espada, 1997; p.2).
Daniela Gianoni toma al Lic. Gustavo Rodriguez Espada (2001) para pensar la clínica. En la
clínica que plantea, hay una articulación entre la teoría y la práctica, o bien, la teoría nos permite
leer fenómenos que acontecen, teoría que funciona estéticamente y al mismo tiempo es en la
práctica donde esta teoría se funda o se resignifica, o bien, donde se construye.
La estética del arte nos arroja a poder pensar esta vinculación del arte con la salud, como la
cualidad de percibir esos fenómenos; pero también poder formalizar esa producción que deviene
quizás en discurso. “La estética como modo de percepción nos atrapa en la seducción de la
posibilidad de una percepción-formalización de mundos posibles” (Gianoni; 2002, p.53).
En el circular este territorio aparece como herramienta la improvisación libre, lugar donde
confluye la deconstrucción del saber. Es decir, aparece el arte como posibilidad; espacio donde no
está puesto como condición el “saber tocar”. Donde aparece la consigna como invitación, no como
obligación.
La improvisación libre va creando sus propias reglas en tanto vínculo con el instrumento, va
generando movimiento; mientras esto sucede, no está sujeta a las leyes de estructuras cerradas. Así
mismo emerge en cada improvisación libre un evento que es único e irrepetible. Único en tanto la
ejecución de cada individuo, único en tanto el discurso del sujeto. Irrepetible en tanto espacial o
temporalmente en su ejecución.
Pensar en estos conceptos nos dibuja un horizonte que muestra que lo que sucede en la clínica
son eventos estéticos, por lo tanto, elegimos reconocer esa posición; vislumbra una concepción de
sujeto y a su vez de pensar a la salud. En la Clínica aparecen discursos cuyo material también es
usado en el arte (sonido, movimiento, palabra, cuerpo) en donde se privilegia el número de
estéticas, se libera a la misma de un reinado unívoco y se apuesta a producir un mayor número de
estéticas posibles.
No hay una sola forma universal, sino, posibilidades de crear formas nuevas; percepción
formalización; devenir circular, quizás salud.
La salud vinculada con el arte aparece pensada desde un lugar que rompe con el binarismo
sano-enfermo. El “fin” ya no es la cura o las soluciones inmediatas de una lógica hegemónica; es un
proceso desde lo sensible utilizando las herramientas que el arte nos brinda.
“La Salud como construcción en reconocimiento del alivio, como estado que permite operar
desde el mismo” (Gianoni, 2002, p.7). El alivio, ese lugar que se “aligera”. Ya no hay absolutismo
de la enfermedad del sujeto o del diagnóstico. El diagnóstico se diluye. Pensar la salud de esta
forma también vislumbra lugares desde los cuales posicionarnos éticamente y es también un atisbo
más de pensamientos sobre el sujeto, en donde ya no es un sujeto completamente atrapado,
enclaustrado.
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“Sospechar sobre el sujeto conlleva a una no-sujeción a estructuras preeminentes que condicionen
la existencia a una constitución originaria” (Gianoni, 2002, p.23). El sujeto no se encuentra
planteado en la idea de esencia o destino, de lo que está dentro de él y lo constituye, sino que
va-siendo en ese devenir. “En tanto no-originario, el carácter del sujeto, no reconoce pautas que
condicionen en sí mismas la constitución del ser, no permite la resolución del acontecer mediante
datos causales.” (Gianoni, 2002, p.24).
Un sujeto que acontece y es en la superficie. Emerge, abre grietas, quizás puertos posibles o bien
líneas de fuga.
Sujeto que deviene, creando mundos posibles. Devenir circular. Movimientos de percepción y
formalización. Podría agregar: en tanto percibimos el estado de cosas -lo familiar, lo económico, lo
social, etc.- se formaliza una manera de actuar y de relacionarse con el mundo. El acontecimiento
irrumpe, conforma nuevas formas potenciales. Funda mundos posibles. Susceptibles a nuevas
actualizaciones. En el devenir emerge un otro-tiempo, un entre-tiempo, el instante; único e
irrepetible. Circular. Se percibe, se formaliza y se esquiva el presente.
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Sospechar sobre el sujeto es convidar a pensar el devenir como instancia que privilegia al
sujeto en su calidad de ser en el instante y le otorga de esta manera la posibilidad de soportar
el estado de las cosas o renovarlo en sus infinitas posibilidades de operar en cada
actualización. (Gianoni, 2002, p.22)
Estas son algunas de las Condiciones de Producción de la concepción del Sujeto Leve. Que a su
vez serán utilizadas como herramientas. Si bien la batería conceptual es amplia, se buscaron los que
resultaron más relevantes para esta investigación. Algunos de ellos son: Arte, Salud, Proceso,
Estética, Devenir, Acontecimiento, Improvisación Libre, Discurso. “Sospechar sobre el sujeto es
re-conocer implícitamente su existencia y al mismo tiempo permitir que la misma se manifieste en
el devenir de lo posible.” ( Gianoni, 2002, P.22)
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Actor:
El concepto de actor que se utilizará en este trabajo es el que nos propone Agusto Boal, un
director de teatro Brasilero y creador del “Teatro del Oprimido”.
Él define a “Teatro del Oprimido” como:
En el Teatro del Oprimido emerge la posibilidad dentro y fuera del escenario, donde el actuar no
se restringe al tablado, utilizando el juego y la improvisación como herramienta artística.
Para el autor el teatro es la primera invención humana, el hacer es la actividad presente desde el
nacimiento; para él, el hombre “ha aprendido a ser el espectador de sí mismo, sin dejar, pues es
actor, de hacer” (Boal, 2004, p.26).
Según Boal el teatro del oprimido busca restaurar y restituir al teatro que funciona como
herramienta para liberar a los sectores, sociedades o individuos que están oprimidos. Siguiendo sus
pensamientos el autor plantea cómo el cuerpo del hombre ha sido mecanizado y el teatro funciona a
modo de dispositivo emancipatorio para liberarse de ese enclaustramiento en el cual el hombre ha
sido capturado.
El actor, como todo ser humano, tiene sus sensaciones, sus reacciones y sus acciones
mecanizadas, y por ello es necesario comenzar por su desmecanización para que vuelva a
ser versátil (…) Es necesario que el actor vuelva a sentir ciertas emociones y sensaciones de
las que ya se ha deshabituado, que amplifica su capacidad de sentir y expresarse. (Boal,
2007, p.106)
Entre actor y espectador no hay una diferencia categórica, el espectador también está
interviniendo la escena y el actor invitando a esa puesta. Los roles jerárquicos se ven desdibujados.
En esta línea de pensamiento también emerge, que el actor y espectador funcionan de una manera
circular. Es decir, tanto actor como espectador están haciendo y tomando lo que el otro propone
para producir. “Espec-actor: Principio que opera en el espectador cuando él está observando”
(Boal, 2004, p.26).
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El espec-actor nos muestra que también es actor de hacer. A su vez, nos da indicios de cómo se
piensa al actor del teatro del oprimido. Los conceptos de estética, improvisación, espectador, teatro,
son los que aparecen delineando cierta relevancia.
“Todo ser humano es teatro, aunque no todos hacen teatro. El ser humano puede verse en el acto de
ver, de obrar, de sentir, de pensar. Puede sentirse sintiendo, verse viendo y puede pensarse
pensando. ¡Ser humano, es ser teatro!” ( Boal, 1980, p.25). Cualquier actividad que el ser humano
produzca entra en el campo de la acción. Ser humano implica ser espectador y actor de uno mismo.
Boal nos arroja aquí la manera en cómo piensa el ser humano. Da cuenta de que ya ser humano es
ser actor, no hay diferencia y distancia entre el actor y espectador porque ambos son parte del
teatro.
El lugar donde el actor y el espec-actor desenvuelven su hacer es en el tablado “El tablado es un
espacio-tiempo: existe como tal y conserva sus propiedades en tanto y en cuánto estén presentes los
espectadores, físicamente durante la representación o simbólicamente durante los ensayos” (Boal,
2004. p.32). En este lugar se da la puesta en práctica del actor. En tanto práctica de romper con las
barreras disciplinantes y de expresar mediante la improvisación y otros ejercicios, la emancipación.
Este tablado, no es el escenario físico, el lugar escénico no se restringe a él. Se piensa en la calle o
cualquier otro lugar. Siempre la idea es que llegue a lo social. El tablado, sirve para que haya una
división entre actor y espectador, pero esta división no es jerárquica. El tablado inaugura el espacio
estético, es el lugar donde sucede el teatro. Es el espacio estético, pero a la vez no lo es.
Paradójicamente, el autor trae este concepto para marcar que en el espacio estético es donde se
perciben las situaciones que suceden en el tablado. “El espacio estético posee propiedades
gnoseológicas, es decir, propiedades que estimulan el descubrimiento y el saber, propiedades que
inducen el aprendizaje. El teatro es una forma de conocimiento” (Boal, 2004, p.36).
También es necesario aclarar que en el espacio estético el tiempo se fragmenta, es decir, ya no se
percibe un tiempo cronológico marcado, sino que es perceptivo, un tiempo estético. Lo mismo
sucede con el espacio. “En el espacio estético se puede ser sin ser, los muertos están vivos, el
pasado se hace presente, el futuro es hoy, la duración se disocia del tiempo: la ficción es realidad y
la realidad, ficción” (Boal, 2004; p.36).
En el teatro del oprimido el proceso del actor tiene una relevancia singular ya que es allí (en el
proceso) donde el actor amplía su capacidad de crear y de emanciparse. “El TO es un árbol estético:
Tiene raíces, tronco, ramas y copas” (Boal, 2013, p.256). El proceso para Boal pone en manifiesto
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el juego y la experiencia artística como una arista necesaria para la libertad individual y colectiva,
tanto para el actor como para el espec-actor. “El proceso práctico estético se inicia en el tronco del
árbol con los juegos lúdicos que, al contrario de los juegos de azar, tienen reglas fijas pero exigen
la creatividad” (Boal, 2013, p.260).
Es así que el teatro del oprimido también implica una forma de conocimiento, un conocimiento
sensible que se forma a través de la experiencia. “Los juegos son aprendizajes: relacionamos,
jugando, una forma con otra, volumen con volumen, palabra con persona, objeto con distancia y
espacio, color con emoción, sonido con algo que va a suceder” (Boal, 2013, p.89).
Es decir que para que esto suceda, también implica un proceso de deconstrucción/construcción,
no son ejercicios lineales o que se den de manera instantánea, sino que lleva un tiempo, que también
se ve afectado y fragmentado. Por eso Boal (2004) plantea una serie de técnicas. Técnicas que, a su
vez, ayuden a liberar el cuerpo del Actor.
En las psicoterapias teatrales, lo importante no es la mera entrada del cuerpo humano en
escena, sino los efectos del desdoblamiento, en el espacio estético, de ese cuerpo y de la
conciencia de quien, en escena, deviene objeto y s ujeto. (Boal, 2004; p.43
La improvisación es una de las técnicas que Boal elige para pensar lo terapéutico del teatro y por
consiguiente la liberación del actor y del espectador.
“Una improvisación sucede siempre aquí y ahora y es ese aquí y ahora, que se desarrolla ante
nosotros, el que vamos a estudiar. La acción presente y no la del pasado” (Boal, 1980, p.58).
Este tipo de improvisación, no entiende de pasados ni futuros, sino que se va dando y va siendo
mientras que se está improvisando.
Las escenas teatrales, la acción, la participación del espectador, la improvisación, invitan a
pensar en actos de libertad y de romper con la idea de esencia.
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Boal plantea la construcción de conocimiento de uno a través del teatro y sus herramientas
estéticas, que son utilizadas para esta desmecanización del ser humano. Estos movimientos de
percepción-formalización invitan a pensar a lo terapéutico del teatro. La estética para Boal es una
herramienta que no solo sirve al actor que está en escena sino al espectador que está en el público.
A su vez, esta estética no ronda siempre en el concepto de liberación, sino que el autor postula que
la estética ha sido reproductora de opresión a lo largo del tiempo.
“Como todas las sociedades están divididas en clases, castas, etnias, naciones, religiones
y otras confrontaciones, es absurdo afirmar la existencia de una sola estética que contemple a todos
con sus reglas, leyes y paradigmas: existen muchas estéticas” (Boal, 2009, p.16). A su vez, él
propone pensar en otro tipo de estética, no hablar de la estética en un sentido universal, sino,
visibilizar cómo algunas estéticas reproducen una lógica de opresión que son sutiles y por eso son
tan riesgosas.
Pero también sostiene que hay otro tipo de estéticas que pueden ser liberadoras del actor. El
autor propone pensar en una nueva estética, cuya concepción intenta: “Estimular la cultura propia
de los segmentos oprimidos de cada pueblo” (Boal, 2012)
La estética y el arte funcionan para encontrar lugares donde el actor se emancipa de la opresión,
individual y colectivamente; opera innovando en producciones e irrumpiendo en la cotidianeidad
del mundo existente. Ahí reside uno de los aspectos terapéuticos del teatro del oprimido, tratando al
mismo tiempo de devolver al actor su calidad de creatividad, de inaugurador de posibilidades, en
tanto constituye una poética, -pensándola en la dirección de analizar la acción teatral-, y la
emancipación tanto del actor como del espectador.
No solo el actor se libera, sino que se rompe y desdibuja el rol jerárquico en el cual podría
quedar posicionado un actor y a su vez también el espectador. Es decir, un teatro donde no hay
barreras que limiten la producción dentro de la puesta teatral. “Lo que propone la poética del
oprimido es la acción misma: el espectador (…) asume su papel protagónico, cambia la acción
dramática, ensaya soluciones, debate proyectos de cambio –en resumen- debate proyectos de
cambio” (Boal, 1980).
Entonces, podemos encontrar en el actor que propone Boal algunos de los componentes
conceptuales que han emergido como relevantes para su concepción de actor y para este trabajo: Lo
Terapéutico, el Proceso, la Improvisación, el Tablado, el Arte, la Estética y la Poética dibujan esas
líneas que hacen a la constitución del Actor del teatro del oprimido y a su vez una parada política
para pensar al arte. “…el teatro es un arma. Un arma muy eficiente. Por eso hay que intentar pelear
por él. Por eso, las clases dominantes intentan, en forma permanente adueñarse del teatro y usarlo
como instrumento de dominación” (Boal, 1980, p.11).
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Actor Social:
Este autor, vinculado con la Medicina Social y la Salud Colectiva propone pensar a la Medicina
como una profesión social y política, la cual deberá de estar pensada en su contexto histórico y
científico. La Medicina, como una disciplina democrática.
La medicina puesta en contexto científico e histórico no podrá ser otra cosa que una
profesión democrática, una profesión cuya propuesta social sea la liberación del cuerpo y de
los otros para trabajar, amar y para luchar por lograr lo primero, y por conservar después
esas conquistas. (Testa & Blonch, 1988; p.21)
Desde este punto de vista, no solo se piensa a la medicina desde una posición emancipadora para
el sujeto, una posición de lucha constante y movimiento, sino también, desde una concepción social
en la que la medicina no quede aislada en una profesión hegemónica, sino, que pueda articularse
con otras y pensar a la salud dentro del campo social. “…la cuestión no es "incorporar" las ciencias
sociales (cualquiera o todas ellas) al pensamiento sobre salud, sino pensar la salud como cuestión
social” (Testa, 2000, p.357).
Pensar a la salud como una cuestión social habilita a pensar que el contexto en el que el sujeto
está también puede generar afecciones. Para el autor, la salud también depende de las políticas
públicas de un estado y la capacidad de gestión del mismo.
Es decir, que tanto la medicina como la salud son para Testa(2000) dos espacios políticos y
sociales, por ende, la clínica también emerge fuera del consultorio privado, pensándola en una
sociedad.
verdadero agente de salud, en un trabajador con convivencia social que trata de identificar
las condiciones objetivas que transforman una sociedad sana en una sociedad de individuos
física y socialmente enfermos. (Testa, 2014, p.112)
Es necesario pensar también en la función del médico dentro del ejercicio de la medicina, ya que
él también deviene en Actor Social. Pero Mario Testa propone pensarlo fuera de la idea hegemónica
que se ha creado para poder poner en tensión el aprendizaje en medicina, en lo social y lo biológico.
El pensamiento no hegemónico es una de las maneras como se debate en el seno del Estado
el problema permanente de la construcción y reconstrucción de la hegemonía. Es como una
propuesta de cambiar la forma aceptada por otra nueva, de luchar contra la vieja
institucionalización de la práctica vigente por una nueva institucionalidad, de combatir lo
que Foucault considera lo instituido por un nuevo instituyente que la práctica alternativa.
(Testa, 1988, p.18)
Testa plantea que para que estos actores lleguen a la situación de debate deben conformar los
espacios sociales entendidos como: “… espacios de intermediación para sucesivas transformaciones
subjetivas y objetivas de quienes, en definitiva, van a constituirse en actores de estado” (2007,
p.252). En estos espacios sociales es donde se visibiliza la problemática y es donde los actores y
actrices se convocan. Además, es en este espacio social que la situación problemática se da por las
contradicciones y conflictos que aparecen dentro de ella. Las contradicciones y los conflictos: “Son
visiones diferentes frente a múltiples cuestiones que tienen sentido para nosotros, y los conflictos
27
que existen tanto a nivel de los individuos como de los diversos grupos sociales” (Testa, 2007,
p.252)
La transformación emerge en este caso como la demanda de cambio, o de subsidiar una situación
problemática. Esta transformación tiene dos ejes: subjetivo y objetivo.
Dicho esto, se plantea el eje subjetivo del que habla Testa: “Se trata de un proceso interno a los
individuos, de crecimiento y maduración, aunque también de retrocesos y daños, que todos
atravesamos a lo largo de nuestras vidas, en formas individuales y colectivas” (Testa, 2007, p.252).
Como antes se había mencionado, el actor social adquiere la capacidad de transformar la realidad
a través de las contradicciones y conflictos, a nivel molecular y a nivel molar (Deleuze & Guattari,
1980).
En las transformaciones el proceso tiene una relevancia particular, ya que es desde allí donde se
comienzan a trabajar para devenir en una agrupación, una acción, una decisión. “No hay procesos
transformadores sin sujetos organizados en todos los niveles mencionados” (Testa, 2015, p.34).
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“Hay que desencadenar procesos, en este caso, para construir sujetos sociales” (Testa, 2010,
p.219). El paradigma cambia y lo político deviene participante y la población del Estado en Actor
Social. En toda esa trayectoria también puede suceder que el proceso quede acotado y se vea
disuelto, es decir, que nunca se ponga en debate dentro de la agenda del Estado, por ende, que no se
consolide como Actor Social; también el espacio estatal se constituye como Actor Social, ya que
tiene la capacidad de decidir.
Esto no quiere decir que ese actor sea un funcionario de gobierno, ni tampoco que
sea el encargado de realizar el acto de tomar la decisión, sino que está constituido de
tal manera que tiene la actitud y posee la aptitud de decidir. (Testa, 2007; p.253)
Los conceptos que emergen como relevantes en la concepción de este autor: Actor Social, Sujeto
Colectivo, Proceso, Espacio Social, contradicciones y conflictos, transformaciones.
29
Bitácora quinta.
Abordaje metodológico:
-Daniela Gianoni: “De abismos y superficies” esta tesis de licenciatura viene a brindarle al
trabajo la concepción de sujeto leve, dicha tesis es fuente primaria y eje de esta investigación.
-Agusto Boal: En su libro “teatro del oprimido” explica desde donde concibe el concepto de actor
del teatro y a su vez, el campo de acción en el cual se desarrolla su hacer.
-Mario Testa: “Decidir en salud: ¿Quién? ¿Cómo? Y ¿Por qué?” propone indagar y plantear
cómo un sujeto llega a ser concebido como actor social.
En tanto a las fuentes secundarias usaremos en Mario Testa: Algunas publicaciones realizadas
por la revista “Salud colectiva” que nos traen otros conceptos que sirven para esta investigación.
En Agusto Boal: Se usará el libro “Arco iris del deseo”, “estética del oprimido” y “juegos para
actores y no actores” ya que en ellos se encuentran conceptos que complementan y ayudan al
desarrollo epistemológico del autor. En Tanto a Gianoni: se usarán otros autores desde el cual se
posicione, tal es el caso de Espada.
Para la organización del mismo se utilizó en primera instancia la “Bitácora sexta: De relatos y
experiencias” en la cual hace relieve un proceso de prácticas como estudiante desde de la
observación participante. “La observación participante es una herramienta para producir
conocimientos sobre determinada realidad socio-cultural, pero -convengamos- que no es ella en si
misma sino en sus cruces con la teoría” (Achilli 2005; p.68). La observación participante nos
permite una mirada detallada y activa sobre el territorio, por lo tanto la bitácora sexta será tomada
como trabajo de campo, ya que nos permite una relación teórico conceptual y la aparición directa de
actores que hacen a la investigación.
30
Teniendo en cuenta esto, es que se piensa que dicha bitácora sirve en este trabajo como materia
para analizar, leer y permitir que los conceptos circulen. A su vez, será puesta como un territorio
desde el cual podrán leerse, hacer relieve los conceptos de los autores seleccionados; es por eso que
también se utilizará lo que la Licenciada Josefina Torregrosa (2018) denominó como “metodología
rizomática” posicionándose en lo escrito de Deleuze y Guattari en el libro “Mil mesetas” (2004).
Mientras que ella propone a mapear la dimensión de la improvisación libre, en este trabajo nos
propondremos cartografiar la concepción de Sujeto. Por lo tanto la metodología rizomática nos
posibilita encontrar variaciones, articulaciones y a su vez profundizar los conceptos que aparezcan
haciendo relevancia.
Ya que se usará como metodología al rizoma debemos tener en cuenta que tiene una serie de
principios al cual responde. En cuanto al 1er y 2do principio (conexión y heterogeneidad) podemos
decir “cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro, y debe serlo” (Deleuze &
Guattari, 2004; p.13) por lo tanto aunque en la bitácora sexta planteamos un ejemplo empírico que
es de naturaleza diversa a un debate teórico, sus tubérculos aun así pueden conectarse.
Además, en este trabajo se formalizará la información haciendo mapeos en los cuales habrá
dimensiones, planos y niveles, los que si bien son de naturaleza diversa, también pueden conectarse.
En cuanto al 3er principio del rizoma, el de multiplicidad: “Las multiplicidades se definen por el
afuera: por la línea abstracta, línea de fuga o de desterritorialización según la cual cambian de
naturaleza al conectarse con otras” (Deleuze & Guattari, 2004; p.14). Esta multiplicidad hace
aparición en el entrecruzamiento discursivo de los autores en el aumento de conexiones. Esto deriva
en un agenciamiento, el cual cambia su naturaleza y así además, se amplía en sus puntos de
contacto. “Un agenciamiento es precisamente ese aumento de dimensiones en una multiplicidad que
31
cambia necesariamente de naturaleza a medida que aumenta sus conexiones” (Deleuze y Guattari,
2002, p.14)
EL 4to principio del rizoma es la ruptura asignificante “un rizoma puede ser roto, interrumpido en
cualquier parte, pero siempre recomienza según ésta o aquellas de sus líneas, y según otras”
(Deleuze y Guattari, 2002, p.15). Los planos y niveles de esta investigación pueden volver a
conectarse después de una interrupción.
Este trabajo desplegará mapas “(…) abierto conectable en todas sus dimensiones, desmontable,
alterable, susceptible de recibir constantemente modificaciones” (Deleuze y Guattari, 2002, p.18).
Que nos permitirán trabajar sobre los componentes conceptuales de cada autor. Hablaremos
entonces de mapa y no de calcos, ya que el segundo se queda en la reproducción; mientras que el
cartografiado y el mapeo nos permiten, trabajar, analizar y construir sentido.
Es teniendo en cuenta esto que se realizará un mapeo desde cada autor para realizar un análisis de
la bitácora sexta y a su vez, poner en juego los contenidos conceptuales trabajados en el marco
teórico. Por lo tanto, este trabajo desplegará dos mapas; uno cartografiando la bitácora sexta y el
segundo cartografiando los conceptos de ese mapa.
Dentro de los mapas antes mencionados es necesario tener en cuenta que están compuestos por
dimensiones, planos y niveles; por lo tanto dentro del mapa estará la dimensión, dentro de ella el
plano, y dentro de él los niveles de análisis.
Diremos entonces que los mapas que realizaremos estará compuesto por:
32
-Dimensión: “(...) abarca lo conocido y lo por conocer, una medida singular para el usual concebir y
especialmente para concebir el percibir (…)” (Bennardis, 2002; p.55).
- Plano: “(...) es único y dentro suyo se puede distinguir una multitud de planos que
retienen cada uno movimientos infinitos(...)” (Josefina Torregrosa, 2018; p.25)
- Nivel: El nivel depende del tipo de materia que se está analizado, “así lo
que en un nivel es Materia, en otro nivel puede mutar y ser Forma, y en otro
nivel puede mutar y ser Sentido, depende de dónde nos paremos para
observar lo que observamos” (Bennardis, 2002, p. 52).
Mapa I:
Como se puede observar en el Mapa 1 la dimensión que se toma es la del sujeto, ya que es lo que se
decide conocer. Cada plano hace referencia a la concepción de cada autor seleccionado y los niveles
son los conceptos que componen a cada concepción. Este mapa se caracteriza por cartografiar el
trabajo de campo realizado en la bitácora quinta.
Mapa II:
Al igual que el caso anterior, este mapa también viene a graficar la idea de cartografiado en tanto a
dimensiones, planos y niveles. Aquí los niveles del mapa anterior funcionarán como planos y
variables de investigación. En este cartografiado no se hará énfasis en la lectura del trabajo de
campo sino en el entrecruzamiento y tejido discursivo de los conceptos.
34
Los niveles expuestos en el mapa anterior ahora funcionarán como planos/variables con los cuales
se buscarán relaciones entre ellos para profundizar cada concepto.
35
Bitácora Sexta.
Relatos y experiencias:
Durante el cursado de la carrera tuvimos prácticas en niñez, adolescencia, adultos, salud mental
y adultos mayores , todas ellas contaron con un tiempo no menor a 4 meses.
La elección de una experiencia de prácticas no es arbitraria, sino que se considera que para
hablar de cómo nombrar a la persona que transita el espacio clínico, necesitábamos una materia de
análisis del mismo orden.
Se prefirió optar por este relato porque se considera que el mismo muestra un pequeño proceso
en un grupo dentro de una institución educativa y a su vez, en su forma permite la articulación y
relación entre los autores que se seleccionaron para este trabajo de investigación.
Este proceso de prácticas permitió lecturas en lo institucional, en el grupo, en cada estudiante.
Además de posibilitar leer dinámicas grupales y movimientos vinculares. Es también por ello que se
optó por este relato.
Esta experiencia se lleva a cabo en el año 2018 cursado de 4to año de la Licenciatura en
Musicoterapia en la asignatura de “Musicoterapia en niños y adolescentes”.
Al inicio de los encuentros, observamos una situación en particular: uno de los estudiantes de la
institución, cuyo nombre era Florentino, agredió físicamente a un compañero de nombre Aureleano,
con golpes de puño. Debido a esta “conducta”, nos pareció adecuado que uno/a de nosotros/as
practicantes acompañe a Florentino al exterior del espacio en donde estábamos realizando el taller,
con la intención de aliviar la situación. Tiempo después en el patio de la institución, se generó un
segundo conflicto, el cual nuevamente involucra a Florentino. El mismo empezó a correr con una
36
La directora volvió a la sala donde estábamos y nos comentó que era un chico complicado, de
muchos hermanos y de una clase social baja.
Volvimos al martes siguiente, dividimos el grupo de 16 en dos. Uno de los grupos iba a estar en la
clase de música, mientras nosotros estábamos realizando el espacio y luego rotarían.
Ese día, se empezaron a utilizar los instrumentos y notamos cómo el grupo incentivaba a Florentino
a realizar acciones que el resto no se animaba, por ejemplo, salir del salón de clases sin pedir
permiso. Indagábamos preguntando de la siguiente manera:
Practicantes: - ¿A ustedes les gusta estar acá?
Grupo: - Sí.
Practicantes: Entonces, tratemos de comportarnos para que el espacio se pueda sostener, porque si
no quizás alguno se lastima y la directora luego nos reta a nosotros. En este punto es cuando el
grupo comienza a notar que había un encuadre.
-El grupo, comienza a articular improvisaciones sonoras y corporales.
-Comenzamos a notar que el discurso institucional seguía rondando en como Florentino era
un líder negativo junto con Jeremiah y que esa posición era leída por todo el resto de estudiantes y
actuaban consecuentemente a esa posición.
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Zona B:
A medida que los encuentros transcurrían se comenzó a dividir el grupo en subgrupos por
coordinador/practicante. Trabajar en subgrupos nos permitía la posibilidad de que se genere más
confianza entre ellos y que se vinculen a través del juego.
-Florentino comenzaba a ser más participativo y le marcaba el encuadre a Jeremaiah, cuando
él trataba de interrumpir en la actividad de otros compañeros.
En el ante último encuentro, se realizó una actividad con los ojos cerrados donde cada subgrupo iba
a tener un líder que guiaría al resto sin usar la palabra para encontrar unos instrumentos que estaban
escondidos dentro de un salón.
Bitácora Séptima:
Del cartografiado:
n este viaje hay dos mapas que dan cuenta de un territorio, dos mapas que se
Advertencia: E
articulan, conectan.
Viajar por viajar; con la incertidumbre de aventurero, con un equipaje ligero y llegando a un no
lugar.
La bitácora anterior plantea experiencias y relatos como materia de análisis. Los conceptos que
nos proponen los autores serán los que se pongan en juego a la hora de leer el caso expuesto
anteriormente. Para empezar, es bueno tener en cuenta qué conceptos funcionarán a modo de
variables en esta bitácora; ya que estos mostrarán cómo funcionan los dispositivos conceptuales
puestos en juego.
Dentro del marco teórico se despliegan conceptos que los autores usan para hablar de las
concepciones extraídas. En esta línea también debemos pensar: ¿hay conceptos que estos autores
usen con distinto nombre pero que funcionan de maneras similares? O bien ¿hay conceptos en los
que se nombre de la misma manera pero que funcionen de forma distinta?
Para empezar plantearemos una lectura organizada en los planos: desde el Sujeto Leve, luego
desde Actor y por último desde Actor Social.
egrita h acen referencia a las
Antes de empezar: El uso de la tipografía con cursiva y n
construcciones de sentido que hacen relieve en la bitácora quinta: Relatos y experiencias.
En este plano se utilizarán los conceptos de la Lic. Daniela Gianoni expuestos en la bitácora “De
lo teórico” y su tesis “De abismos y Superficies” para leer y organizar en niveles la bitácora
anterior.
B) Nivel del discurso: Discursos que circulan al interior del relato. Discurso que
muestra cómo la Institución posiciona a los sujetos. El grupo de practicantes toma
como un relato la carga que la Escuela le adjudicaba a los estudiantes. Con el
discurso que se tenía sobre Florentino, se decide hacer lo mismo, ya que se leía que
dicha adjudicación (grupo problemático, líder conflictivo) funcionaba a modo de
diagnóstico institucional. Los practicantes tomaron esta posición de Florentino, en
tanto a como operaba en los vínculos con su grupo de curso y la institución. “…el
discurso institucional seguía rondando en como Florentino era un líder negativo
junto con Jeremiah. Y que esa posición era leída por todo el resto de estudiantes y
actuaban consecuentemente a esa posición”, el grupo de estudiantes leía que esa
posición en la que estaban los dos líderes, hacía referencia al discurso que la escuela
40
tenía. Esta extracción del relato, nos muestra el operar del grupo en tanto a la Forma.
“Sujeto que es-ahí en tanto vínculo con la Forma, siendo, en el devenir circular de la
misma. Cada vez.” (2002, p.12). El grupo de compañeros percibe y formaliza la
posición de Florentino en la institución y la abduce, Florentino, por su parte, percibe
y formaliza la posición en la que estaba situado.
Esta posición de Florentino que se reproducía en lo institucional, podría pensarse
como captura que lo enclaustraba y también generaba esa forma de vinculación con
su grupo; pero a su vez, también este grupo era capturado por ese discurso, “Ese día,
empezamos a utilizar los instrumentos y notábamos como el grupo incentivaba a
Florentino a realizar acciones que el resto no se animaba, por ejemplo, salir del
salón de clases sin pedir permiso”, pero el indagar de los practicantes mostrando que
era un espacio electivo, con un encuadre, abrió un espacio que no se fundaba en la
disciplina, sino en la posibilidad de crear espacios inaugurales, tanto de vinculación
como en el juego o las improvisaciones.
Un sujeto producido en el entrecruzamiento de múltiples discursos,
Un efecto de superficie que lo habilita a “ser” en el movimiento,
Que lo habilita a “ser” en el trazado de diferencias,
Que lo habilita a “ser” en un deslizamiento hacia el encuentro con puras
posibilidades... (Gianoni, 2002; p.57)
D) Nivel del proceso: Con el pasar del tiempo Florentino cambió de posición, donde
su vinculación con el grupo ya no era a través de la violencia y así mismo el grupo
tampoco invitaba a realizar acciones que impliquen una confrontación institucional.
El mismo Florentino era el que trataba de marcar el encuadre cuando Jeremaiah
intentaba romperlo. “Jeremaiah quiso mover de lugar un instrumento, mientras
otros compañeros participaban y Florentino fue el que le dijo que no lo hiciera.” la
posibilidad del juego habilitó a que él también pueda cambiar su forma de vincularse
con los otros integrantes del grupo del que formaban parte.
Se habilita un proceso de deconstrucción/construcción, que se empieza a observar
al final del mismo. La forma de vincularse, tocar o jugar, muta. El devenir circular de
la forma, percepción-formalización.
En el siguiente plano, algunos de los conceptos trabajados en el marco teórico desde Augusto Boal
funcionarán de niveles de análisis.
A) Nivel del tablado: Teniendo en cuenta que la institución brinda un espacio para
poder realizar un Taller de Musicoterapia, la escuela funcionará a modo de tablado,
más específicamente el lugar donde realizamos los talleres y por consiguiente el
espacio estético es la percepción de lo que suceda dentro del tablado. Pero para hacer
esta diferenciación debemos marcar que los participantes del espacio de
musicoterapia, Florentino, Aureleano y el grupo, serán los actores y actrices. Se
habilita un espacio donde “…se aprende estéticamente: amplía el conocimiento y
lanza al conocedor a nuevos conoceres” (Boal, 2013, p.206).
de acción.
Poder escuchar a otros y mostrar creaciones desde lo artístico y el juego, generó
nuevas posibilidades de construcción y de vínculo dentro de la institución.
A) Nivel Espacio social: El espacio social como habíamos desarrollado antes es un:
“… espacios de intermediación para sucesivas transformaciones subjetivas y
objetivas de quienes, en definitiva, van a constituirse en actores de estado” (Testa,
2007; p.252). En este espacio social, confluyen otros actores sociales que tienen
relevancia (Familia, docentes, estudiantes). Por lo tanto, la institución educativa, en
este caso, deviene espacio social, donde los actores o la escuela visibilizan
problemáticas que se van dando.
E) Nivel salud: El análisis de la institución, del poder y sus normas que podían ser
coercitivas; la intervención en el espacio social, la organización del grupo, la
transformación de Florentino y del grupo conflictivo implica la constitución de
actores sociales en instituciones donde se cierra la posibilidad de encuentros y de
movimientos.
Lo público de ahora, en cambio, se ha transformado en un lugar de no
encuentro. Por eso es que en la actualidad contemplamos el (…) deterioro de
algunos de los espacios públicos importantes, en especial los que
corresponden a la salud y a la educación. (Testa, 2005, p.50)
El tema de salud en la Argentina (…) Tiene que ver con crear un movimiento
colectivo. Yo insisto en la necesidad de la constitución de un sujeto colectivo. Y con
esto me refiero a la capacidad de introducir temas de debate en la agenda del estado.
(Mario Testa, Soberanía sanitaria 2015; p.8)
El mapa I: Nos muestra tres planos que se delinean en el cartografiado del territorio. Este nos
permite evidenciar la articulación de los autores con la bitácora quinta.
47
Los niveles de estos planos nos permitirán, en este caso, hacer otro mapeo que dé cuenta de sus
relaciones. Aquel mapa, ahora funcionará como territorio que será mapeado para analizar los
niveles que en el habitan, o que hacen relieve. Por lo tanto aquello que en el Mapa I funciona como
variables, en el próximo Mapa (II) funcionará como Planos y los niveles serán: (A) similitudes y
(B) Diferencias.
Lo mismo sucede en el caso de Gianoni pero esta demanda puede ser de una
institución, una familia o un sujeto.
Sin embargo, en el Sujeto Leve hablaremos de estética, como esa facultad para poder
percibir y en Boal la estética habla sobre la liberación constante de ese actor ya que
la estética ha sido utilizada como instrumento de opresión a lo largo del tiempo.
Mientras que, en el Actor Social, no aparece la palabra estética, pero no por eso
desaparece, sino que la estética en este caso estaría del lado de la demanda y la
posterior solución de la misma.
En este mapa se marcan similitudes y diferencias entre los componentes conceptuales de los
autores trabajados en la bitácora quinta. En la próxima bitácora, trataremos acerca del concepto de
Actor en la Musicoterapia ya articulado entre los tres autores trabajados.
52
Bitácora Octava.
Puerto posible:
l recorrido de este viaje nos ha tratado de mostrar la concepción de Sujeto leve, Actor y Actor
E
Social, cada una en su riqueza en distintos campos sociales y brindando complejidad a la hora de
pensar en aquel que transita un espacio clínico.
sta última bitácora nos invita a poder formalizar la posible articulación del Actor en la
E
musicoterapia.
En este viaje “entre sospechas” los conceptos extraídos fueron los que se tomaron como
relevantes y no significa que sean los únicos. Los conceptos muestran cómo están compuestos por
otros y a su vez, cómo estos se relacionan o diferencian de otros. Red de relaciones que podría
volverse más extensa ya que tomamos esta investigación desde una metodología Rizomática, en la
que emergieron puntos de encuentro entre los conceptos de los autores. Esto posibilitó pensar en
cuáles son las potencias que los mismos nos ofrecen a la hora de hacer aparición. Además de poder
poner los conceptos a moverse, hacerlos funcionar y construir sentido.
Metodología que además permite poder cartografiar y construir Dimensiones, Planos y Niveles
Tanto el Sujeto Leve, como el Actor y el Actor Social nos muestran una multiplicidad dentro de
cada concepto, pero siempre cada concepto tiene un número finito de componentes. “...haced
rizoma, pero no sabéis con qué podéis hacerlo, qué tallo subterráneo hará efectivamente rizoma, o
hará devenir, hará población en vuestro desierto. Experimentad” (Deleuze & Guattari, 2004, p.255).
El pensar rizomáticamente también posibilitó construir que el concepto de actor puede ser
abducido a la musicoterapia; como dijimos antes, no para reemplazar la concepción de Sujeto Leve,
sino para buscar nuevas formas de nombrar.
Pensar en el Sujeto Leve nos proporciona un amplio abanico conceptual que se complejiza aún
más cuando se pone a debatir con otros conceptos como el de Actor social y el de Actor.
Sin embargo, ese sujeto en la clínica produce desde la acción, la creación y la producción, es por
eso que se nombrará como actor, porque es actor de hacer, actor político, de derechos.
Si bien en la concepción de sujeto leve también se puede analizar desde estas instancias (hacer,
política, derechos) considero que la palabra actor posibilita pensar en estas aristas desde la potencia
del sujeto que transita el espacio clínico.
53
El recorrido de este viaje posibilita ahora encontrar otro camino para navegar, en el cual
aparecen puertos posibles esperando que el barco amarre, puertos que no buscan que el viaje
termine, sino, una posición desde donde observar.
El problema que nos invitaba a navegar era la sospecha de que el sujeto podía ser nombrado de
otra manera; el concepto actor se pensaba como hipótesis, y con el paso de las bitácoras fuimos
indagando en las tres concepciones utilizadas para poder ver similitudes, diferencias y
potencialidades. Esta bitácora, hará una construcción de sentido del recorrido de los conceptos
anteriores.
54
Es en los eventos clínicos donde se funda la posibilidad de crear teoría, mapear, devenir cartógrafo
y construir sentido. Clínica donde no solo leemos los discursos de un actor sino también los
institucionales, en donde la lectura institucional, las intervenciones y el mapeo en la misma también
son parte del que-hacer. El actor es a su vez, actor institucional.
Una clínica que se da en el caos mismo de la producción de un actor, en el discurso de él y de
tantos otros actores que participan en un nivel social.
Elegir reconocer a la clínica y a la estética en sus potencialidades en un proceso de salud; la
novedad aparece al pensar a los fenómenos que acontecen en la clínica, la novedad como fenómeno
estético. “… el concepto de fenómeno: lo que se muestra en sí mismo.” (Heidegger, 2004; P.41)
Discursos que se abducen desde afuera, para venir a un adentro clínico, territorio no
geográfico, sino más bien vivencial.
Actor de la vivencia en este orden, actúa, y en su acción se desterritorializa/reterritorializa y fuga.
Actor de la vivencia que con-figura, y produce discursos.
Actor de la vivencia, actor de cambio, actor inaugurador y por qué no… actor que se
emancipa en el devenir de su acción.
Pensar al actor en esta clínica es pensarlo en sus potencias como aquella posibilidad de crear,
cambiar, generar, producir, inaugurar vínculos, espacios, movimientos.
55
Los movimientos son entendidos como potencia en este actor. Pensaremos al movimiento como: La
potencia del actor para generar cambios.
Este concepto invita a pensar que hay cambios posibles, que hay estéticas que se pueden crear, que
hay otros mundos posibles y los actores y actrices que transitan el espacio clínico pueden crearlo.
Los actores y actrices se mueven, pensar el movimiento rompe con la idea de pensar al actor
desde la normalidad, rompe con el diagnóstico como etiqueta. Pone a la enfermedad entre
paréntesis, y nos invita a pensar en la lectura de esos movimientos que devienen procesos. Pensar el
movimiento como potencia del actor invita a pensar en la estética, en la percepción como
posibilidad de formalizar nuevas formas. Devenir circular. Es alejarse de lo estático, es abrirse
caminos a nuevos puertos, nunca eternos, más bien posibles.
Si bien también existen capturas que atrapan al actor, este también volverá a “caerse al cielo”.
Capturas que serán temporales al poder pensar en la potencia como punto soporte desde el cual el
actor operará para seguir en la superficie.
Actor que en la improvisación libre evidencia su capacidad de ser en movimiento y devenir,
donde el aquí y el ahora invitan a producir fenómenos que son únicos e irrepetibles; una
improvisación libre que se coloca en el borde de las posibilidades, donde lo impredecible hace
aparición y la cualidad de actualizar el estado de cosas se manifiesta. Un actor que a través de ella
produce discursos sonoro-corporales. “Improvisar es unirse al mundo, o confundirse con él”
(Deleuze & Guattari, 1980; p.318).
El actor, pensado desde estos componentes invita a pensar en los procesos como cualidad desde
la cual leer cambios, en la cual el tiempo empieza a jugar desde lo que se vivencia y en el tiempo
mismo de cada actor; es pensar al proceso en su cualidad de deconstrucción/construcción. Mario
Testa cita a Francisco de Asis Machado "No se trata de fijar normas sino de desencadenar procesos"
(Testa, 2010) y esta frase nos posibilita dilucidar la relevancia de privilegiar el proceso que no caerá
en la idea de causa y efecto. Procesos de deconstrucción-construcción que habilitan a poder generar
actos de libertad, de emancipación. Donde el musicoterapeuta propone consignas, acompaña,
habilita a vivenciar y el actor se dispone a crear mundo. Mundo que podría ser pensado como
posición que habita el actor en la cual se libera.
Quizás el cometido final de esta bitácora no es más (pero tampoco menos) que el de imaginar
que hay otro mundo posible, que hay algo más que la vorágine violenta a la que nos arroja esta
sociedad que oscila entre el control y la disciplina. Quizás el próximo viaje no sea otro que ese,
tratar de construir otro mundo posible…
Construir como agente de salud, pero a la vez, como actor social; desencadenar procesos que
lleven a puertos posibles, a mares deseados para poder operar desde el alivio. Porque los mundos
posibles son quizás como las líneas de fuga… hay que generarlas...
Y quizás el próximo viaje suena utópico, pero quizás también se trate solamente de eso...
Ella está en el horizonte —dice Fernando Birri—. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la
alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar. ( Galeano, 1993, p.230)
59
Bitácora novena:
Agradecimientos:
● A mis amigos de Paraná, por no dejar que la copa este vacía y acompañar mi insoportable
angustia por la caótica existencia…
● A les tertuleres, por los diálogos entre humo, amor, mates y brebajes; en especial a:
-Sini: Por ser de esas amistades que conjuran nunca quedarse quieto en los pensamientos.
- Agus: Namasté, sahumerios, martes y viernes. Mates y Viernes.
-Consuela y Lucía: Son la misma persona pero distintas al mismo tiempo y sin dudas
posibilitó deconstrucciones que hasta el momento son inefables…
-Félix: Por los últimos tragos cuando todos se iban a dormir en los cuales los autores y las
palabras hacían aparición.
A los/as demás, Paka, Julia, Pia y Anto por acompañar desde la distancia, les amo. Nunca
terminaré de expresar lo agradecido que estoy.
A tantas otras personas que transitaron las tertulias para confirmar que jugar es cosa seria.
● A mis compañeros desde primer año, en especial a Iván, Daniel y Emanuel por esos jueves
interminables en el patio tratando de construir para algunas asignaturas…
●
60
Bibliografía:
● Bennardis, Maria Jose (2002). “De la dimensión y la forma”. Tesis de grado. Rosario.
Universidad Abierta Interamericana
● Boal Augusto (2004) “El arcoíris del deseo; Del teatro experimental a la terapia”. Barcelona.
Alba Editorial.
(1980) “El teatro del oprimido: Teoría y práctica”. Méjico. Patria Editorial.
(2013) “Estética del oprimido”. Barcelona. Alba editorial.
(2007) “Juegos para actores y no actores”. Buenos Aires. Alba Editorial.
● Gianoni, Daniela (2002). “De abismos y superficies”. Tesis de grado. Rosario. Universidad
abierta interamericana.
● Heidegger, Martin (2004). “El ser y el tiempo”. Buenos Aires. Editorial: Fondo de cultura
económica. 1º Edición: 1927.
● Spinelli Hugo (2016). “Volver a pensar en salud: programas y territorios”. Revista Salud
colectiva.
Buenos Aires.
● Testa Mario (2014). “La medicina del trabajo en el gobierno nacional y popular”. SALUD
COLECTIVA, Buenos Aires, 10(1):109-116, enero - abril, 2014
(2007). “Decidir en salud: ¿Quién? ¿Cómo? Y ¿Por qué?”. Salud Colectiva. Buenos
Aires