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DE FILOSOFÍA HELENÍSTICA
En homenaje al Dr. Armando R. Poratti
Universidad Nacional de Rosario, 16 y 17 de Agosto de 2013.
Escuela de Filosofía
Facultad de Humanidades y Artes. Universidad Nacional de Rosario.
Actas del Primer Simposio Internacional de Filosofía Helenística. Rosario 2013.
En Homenaje al Dr. Armando R. Porati. / Rodrigo Sebastián Braicovich; Romina
Andrea; Romina De Angelis (comps.). -1era ed. - Rosario: UNR Editora. Editorial de la
Universidad Nacional de Rosario, 2013.
E-Book.
ISBN 978-987-702-048-9
1. Filosofía. 2. Actas de Congresos. I. Andrea, Romina II. De Angelis, Romina III. Título
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Índice de contenido
Daniela R. Antúnez
Paola Druille
El estoico negligente........................................................................................................................72
Marina Larrosa
¿Hacia dónde van las almas? Una aproximación al hyperouránios tópos en el Fedro
de Platón a partir de De la cara visible de la Luna de Plutarco.........................................90
Julia Monge
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lectura de Foucault...........................................................................................................................99
Laura Pérez
Manuel Tizziani
Joaquín Vazquez
Pilar Spangenberg
Homenaje a Armando...................................................................................................................164
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Presentación
Fierro, quien realizó las gestiones necesarias para hacer posible tanto la visita del Dr.
Ricardo Salles (UNAM), conferencista principal del Simposio como la participación por
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Daniela R. A NTÚNEZ
Dos son los fragmentos en los Aitia de Calímaco que presentan las más evidentes
alusiones al simposio: ellos son el fr. 178 (de ubicación incierta dentro de los cuatro
libros de la obra) y la sección de los vv. 12-17 del fr. 43, aition situado al comienzo del
por una persona loquens (al que designaré como al “personaje Calímaco”) 2 quien
reiere que, entre otros, se cuenta como invitado un forastero de la isla de Icos, llamado
Teógenes (5-6), con quien comparte el diván (8) y la moderación en el beber (11-12).
Luego de la tercera ronda de copas, tras enterarse del nombre y el linaje del huésped
(13-14), “el personaje Calímaco” señala que el vino, al igual que una porción de agua,
egipcio) que Helena puso en el vino de Menelao y Telémaco para hacerlos olvidar las
penas (Odisea, 4.219-226) pero, mientras que en el pasaje homérico el placer que el vino
adquirir conocimientos (Hunter, 1996: 23; Fantuzzi y Hunter, 2004: 82). La idea
1 Cito los dos fragmentos de los Aitia siguiendo la numeración de la edición de Pfeifer (1949). También
he confrontado las ediciones de Fabian (1992), Massimilla (1996), Asper (2004), Prioux (2006),
D’Alessio (20074) y la reciente de Harder (2012). Todas ellas presentan el mismo texto para los pasajes
citados; sólo diieren de la numeración de Pfeifer las de las Massimilla, Asper, Prioux y Harder.
2 Massimilla (1996) reiere, a lo largo de su comentario de los Aitia, al “personaggio C.”, estableciendo
una diferenciación entre la persona biográica y la persona loquens: igual distinción es propuesta por
Schmitz (1999: 158) y Bruss (2004: 49) quienes se reieren a “Kallimachos” y a “Callimachus” para
nombrar a una y otra persona, respectivamente.
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expresada por el conocido proverbio que reza μισέω μνάμονα συμπόταν (Plutarco,
sobre las causas del rito icio (habitual entre los tesalios) de conmemorar la muerte de
oídos a los que desean contar la historia”:3 la memoria de nuestro personaje no sólo es
aural sino que esta memoria también parece incluir lo que ha sido leído, como parece
sugerirlo el verso 27: εἰδότες ὡς ἐνέπουσιν, “como dicen los que saben”, donde puede
banquete de Polis no sólo parece proseguir una larga tradición de los simposios
intelectuales, cuyo modelo sería el Banquete platónico, que también comienza con un
rechazo del excesivo beber (176a-e), sino que además reiere a una tradición que aún
estaba muy viva en Alejandría, tal como podría testimoniarlo la Carta de Aristeas
(Cameron, 1995: 71-103; Fantuzzi y Hunter, 2004: 78). Los versos inales del fragmento
(32-34) corresponden a las palabras de Teógenes que también retoman el tema del saber
pero a partir de su falta, cuando congratula al poeta por tener “una vida ignorante de
la navegación” (33). Aunque lo fragmentario del texto no nos permite conocer las
respuestas de Teógenes, se comprueba que, como el vino en sus rondas, el asunto del
que cierra el poema y que se presenta a partir de las numerosas alusiones a la Odisea
icio y del que “el personaje Calímaco” es ignorante) se vincula también con el poema
homérico a partir del tema del exilio pues este banquete en Alejandría convoca a tres
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que, a mi entender, resulta plenamente signiicativo pues parece comprobarse que, aún
1998).
El otro fragmento que alude a una escena simposial corresponde al fr. 43 (fr.
43.1–83 Pf. = fr. 50.1–83 Massimilla = frs. 43–43a Harder) conocido bajo el título “Las
ciudades sicilianas”, del que se han conservado ochenta y tres versos de apariencia
corrupta en varias de las secciones y que, como ya fuera señalado, se ubica al inicio del
de ellos. Los versos 12-17 evocan un simposio ya celebrado; la sección de los vv. 18-27,
por el “personaje Calímaco” acerca del culto del fundador de la ciudad siciliana de
Zancle que tenía por uso no invocar su nombre en el curso de los sacriicios celebrados
en su honor. El pasaje de los vv. 28-55 es una digresión del personaje del poeta que
despliega su saber ante las diosas, ofreciendo un catálogo de colonias griegas en Sicilia
celbraciones. La sección inal de los vv. 56-83 contienen la respuesta de la musa Clío
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(Race, 1982: 104 n. 167; cf. Massimilla, 1996: 322): los ungüentos perfumados, las
con la referencia a aquello que fue escuchado, elemento que es contrapuesto a los
representado en el fr. 178, es uno que el “personaje Calímaco” evoca pues tuvo lugar
en el pasado, como se infiere a partir del deíctico del v. 12 τῆμος, “en esa ocasión”,
“entonces”. Teniendo en cuenta esto y que el papiro presenta un parágrafo luego del v.
17 que sugiere una separación con lo que sigue, se ha conjeturado que el fr. 178 podría
ubicarse antes del fr. 43, al inicio del libro II de los Aitia; es decir, que el banquete
evocado en los versos que ahora considero aludirían al que tuvo lugar en la casa del
ateniense Polis; conjetura al que adhieren numerosos estudiosos pero que no puede
determinar la referencia del deíctico τάδε, “esto”, “estas cosas”, cuya presencia en el
cirre del v. 17 enfatiza el climax del priamel (Race, 1982: 15); por tanto, ¿cuáles serían
“estas cosas” que el “personaje Calímaco” ha oído y que, a diferencia de los ungüentos
y las coronas y el vino y el alimento, aún perduran para él? Considerando que el
deíctico puede ser anafórico o catafórico, dos interpretaciones son posibles: sería
5 Cf. Jenófanes, fr. 1; Aristófanes, Acarnienses 1091, Arquestrato SH 192, 1-3; Calímaco. Epigramas.43.3
s.; Horacio.3.14, 17; Antología Palatina.11.168, 3 (Antífanes) y 19, 3 (Estratón).
6 Esta hipótesis que ya había sido sugerida por Swiderek (1951: 234 n. 18) y, más recientemente, apoyada
por Zetzel (1981: 31-33), Cameron (1995: 133 ss.) y Hunter (1996: 17-26), entre muchos otros.
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concerniente a las ciudades sicilianas (Pfeifer ad loc.; Barigazzi, 1975: 11; Fabian, 1992:
143; Weber, 1993: 299; Massimilla, 1996: 324), o anafórico, por cuanto resume la cláusula
del los vv. 16-17 ὅσσα δ’ ἀκουαῖς / εἰσεθέμην “cuanto deposité en mis oídos” que, a su
banquete del ateniense Polis por boca de Teógenes, el forastero icio, es decir, el por qué
vv. 17 y 18 y aceptando la posible ubicación del fr. 178 antes del fr. 43, esta última
por sobre la hedonística es destacada a lo largo de todo el pasaje. Los ungüentos y las
coronas son aquí son vinculados con el goce que no perdura. La imagen del “vientre
ingrato”, νείαιραν ἀχάριστον (15) es tal pues no muestra gratitud por todos los
alimentos que recibe en sí, sino que pide siempre nuevos, tal como ocurre con Erisictón
en el Himno a Démeter del mismo Calímaco (Herter, 1954: 79): tópico que se inscribe
en la invectiva al γαστήρ ya presente en Odisea (7.216-218; 15.344; 17.286 s., 473 s.;
18.53 s.). Diversamente, se destaca la importancia del sentido del oído como el único
Aitia donde es descripto el diálogo con Teógenes (fr. 178, 30): nuevamente se insiste en
el valor de la “memoria aural” dentro del ámbito del banquete. Por otro lado, el
ilosóico acerca del placer que dividía a los cirenaicos y, más tarde, a los epicúreos
7 De otra opinión es Pohlenz (1933: 315) que ve en los vv. 12-17 una digresión aislada.
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los goces del banquete era tema recurrente. Si, por un lado, en el ámbito de la ilosofía
cuanto a si es un bien en sí mismo o en relación al lugar que ocupa entre los bienes, por
su epitaio en hexámetros que, según Diodoro de Sicilia (II, 23) él mismo habría
compuesto en asirio y que más tarde habría sido traducido al griego. 8 Entre las
C.) que, aunque ofrece una visión del placer diametralmente opuesta a la del
fragmento calimaqueo, pudo haber sido un referente para nuestro poeta (SH 335):
εὖ εἰδὼς ὅτι θνητὸς ἔφυς σὸν θυμὸν ἄεξε
τερπόμενος θαλίῃσι· θανόντι τοι οὔτις ὄνησις.
καὶ γὰρ ἐγὼ σποδός εἰμι, Νίνου μεγάλης βασιλεύσας.
ταῦτ’ ἔχω ὅσσ’ ἔφαγον καὶ ἐφύβρισα καὶ μετ’ ἔρωτος
τέρπν’ ἔπαθον· τὰ δὲ πολλὰ καὶ ὄλβια κεῖνα λέλειπται.
ἥδε σοφὴ βιότοιο παραίνεσις, οὐδέ ποτ’ αὐτῆς
λήσομαι· ἐκτήσθω δ’ ὁ θέλων τὸν ἀπείρονα χρυσόν.
Este epitaio fue transmitido por intermedio del estoico Crisipo ( SVF III, p. 200 fr.
11) quien, a su vez, ofrece una versión paródica del mismo, diciendo que habría sido
8 Muchas son las fuentes que lo mencionan. Para la historia de su transmisión, cf. SH ad loc.: 155-158.
9 No hay acuerdo acerca de la identidad de Quérilo pues algunos autores consideran que se trata de
Quérilo de Samos (cf. Drews, 1970).
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Por su parte, el cínico Crates de Tebas también parodia el célebre epitaio del rey
en los dos subyace una seria condena del goce físico como in último; una postura que,
tales como los persas, los lidios, los milesios, los sicilianos, los tarentinos, los sibaritas,
iel al ideal de la paideia y más vinculado con una idea de un simposio moderado,
ligado al que había sido representado por Platón, no sólo en la propia obra del
Banquete, sino también en Las Leyes donde se reinvindica el valor educativo del
simposio. Y aún cuando Calímaco se opone explícitamente a los postulados platónicos
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Referencias Bibliográicas
Ediciones
Arnim, H. von (1964) Stoicorum veterum fragmenta. Volume III: Chrysippi fragmenta moralia.
Stutgart.
Asper, M. (2004) Kallimachos: Werke. Darmstadt.
D’Alessio, G. B. (20074) Callimaco. Milano.
Durbec, Y. (2006) Callimaque. Fragments poétiques. Paris.
Fabian, K. (1992) Callimaco. Aitia II. Alessandria.
Harder, M. A. (2012) Callimachus. Aetia. Oxford.
Lloyd-Jones, H.; Parsons, P. J. (1983) Supplementum Hellenisticum. Berlin.
Massimilla, G. (1996). Callimaco, Aitia. Libri primo e secondo. Pisa.
Pfeifer, R. (1949). Callimachus. Fragmenta. Oxford.
Estudios críticos
Barigazzi, A. (1975) “Saghe sicule e beotiche nel simposio delle Muse di Callimaco”,
Prometheus 1: 5-26.
Bruss, J. S. (2004) “Lessons from Ceos. Writen and spoken word in Callimachus”, en Harder, M.
A., Remco F.; Regtuit, R. F. y Wakker, G. C. (eds.) Callimachus II, Leuven: 49-69.
Cameron, A. (1995) Callimachus and his Critics. Princeton.
Drews, R. (1970) “Herodotus' Other Logoi”, AJPh 91: 181-191.
Fantuzzi, M.; Hunter, R. (2004) Tradition and Innovation in Hellenistic Poetry. Cambridge.
Fraser, P. M. (1972) Ptolemaic Alexandria. Oxford.
Herter, H. (1954) “Callimachus. Edidit Rudolfus Pfeifer…”, Gnomon 26: 74-80.
Hunter, R. L. (1996) “Callimachus Swings (Frr. 178 and 43 Pf.)”, Ramus 25: 17-26.
Körte, A. (1932) “Literarische Texte mit Ausschluss der Christlichen”, APF 10: 19-70.
Pohlenz, M. (1933) “Kallimachos’ Aitia”, Hermes 68: 313-327.
Race, W. H. (1982) The Classical Priamel from Homer to Boethius. Leiden.
Schmitz, T. A. (1999) “I hate all common things. The Reader’s Role in Callimachus’ Aetia
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Selden, D. (1998) “Alibis”, ClAnt 17: 289-412.
Swiderek, A. (1951) “La structure des Aitia de Callimaque à la lumière des nouvelles
découvertes papyrologiques”, JJP 5: 229-35.
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Weber, G. (1993) Dichtung und höische Gesellschat. Die Rezeption von Zeitgeschichte am
Hofe der ersten drei Ptolemäer. Stutgart.
Zetzel, J. E. G. (1981) “On the opening of Callimachus, Aetia II.’ ZPE 42: 31-33.
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diversas teorías ilosóicas previas que inluyeron sobre el Niseno.1 Esta carencia de un
análisis crítico y exhaustivo de las fuentes del autor respecto de este problema vuelve
de continuidad de su teoría de la libertad con la tradición ilosóica previa, esto es, con
recepción de las teorías de estas escuelas está mediada por autores judíos y cristianos
Para ello me centraré especialmente en dos términos técnicos entre las escuelas y
individuo, su campo de acción propio. El segundo, que puede traducirse por ‘elección’,
‘arbitrio’ o ‘decisión’, según los distintos autores y teorías, denota para muchos de los
1 Cf. Gaïth, Jérome, La conception de la liberté chez Grégoire de Nysse, Paris, 1953; Harrison, Verna E.F.,
Grace and human freedom according to St. Gregory of Nyssa , Lewiston NY, 1992; Dal Toso,
Giampietro, La nozione di proairesis in Gregorio di Nissa: Analisi semiotico-linguistica e prospetive
antropologiche, Frankfurt am Main, 1998; Streck, Martin, Das schönste Gut: der menschliche Wille
nach Nemesius von Emesa und Gregor von Nyssa, Götingen, 2005.
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explicación de su origen.
del Niseno, es el yo personal el que garantiza el señorío sobre los propios actos, siendo
Decíamos que todas las escuelas ilosóicas clásicas se preocupan por preservar la
contexto de una teodicea, que ya desde Homero intenta desvincular a los dioses de los
males que padecen los hombres. Pero también se la utiliza como condición de
posibilidad del mérito de las acciones y con él de toda la teoría ética. Así, a partir del
hombre considerado como principio (ἀρχή), causante (αἴτιος) o señor (κύριος) de sus
Aristóteles, o las de lo que recae sobre nosotros (τὸ ἐφ' ἡμῖν) y lo que es a causa de
En los autores judíos y cristianos esta autonomía de cada ser humano suele estar
asociada a su carácter de imagen de Dios, según las palabras del libro del Génesis 1, 26:
opiicio hominis, obra en la que precisamente ensaya una interpretación integral de ese
versículo, describe aquella autonomía del individuo de la siguiente manera:
2 Sobre estas últimas dos expresiones véase, por ejemplo: Alejandro de Afrodisia, Fat. 14; Diógenes
Laercio, Vitae X, 133.
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describe la realeza de la naturaleza íntegra del hombre, que abarca también su cuerpo
indudable origen estoico. Sin embargo, Gregorio vas más allá de aquella antigua teoría
del alma como desprendimiento (ἀπόσπασμα) divino –tan frecuente en la Stoa tardía
y asimilada a la imago Dei desde Filón–5 al asociar lo corpóreo con la imagen divina
En los primeros estoicos, siguiendo en esto a los cínicos, el sabio era representado
como soberano, ya que sólo él podía ser libre (ἐλεύθερος). 7 Se decía incluso que la ley
de difícil interpretación, pero que podría traducirse como ‘la autoridad de la acción
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Padres griegos y sobre Gregorio en particular, quien las menciona en este y en otros
pasajes.
principio rector, sino también el poder y la autoridad del ser humano le eran delegados
por la propia divinidad. Así, aunque el judío Filón ridiculice a los estoicos por ubicarse
a sí mismos como príncipes y reyes, desaiando la omnipotencia divina, 10 los sigue casi
a la letra en un bello fragmento del Quod Deus sit immutabilis en el que airma: “sólo a
dejó libre, habiendo desatado los lazos de la necesidad (τὰ τῆς ἀνάγκης ἀνεὶς δεσμά),
ἑκουσίου), según la porción que pudiera recibir”. 11 Aquí los motivos estoicos se
forma que adquiere esta teoría en Jámblico, cuya escuela es la más inluyente en el
Jámblico atribuye sólo a los hombres (ἡμῖν μόνος) la autoridad independiente del alma
(ἀδέσποτον τῆς ψυχῆς ἐξουσία), que nos desliga de los lazos de la necesidad (τῶν
desligado del movimiento del universo (ἀπόλυτος ἀπὸ τῆς τοῦ παντὸς κινήσεως).14
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segunda. Aunque los primeros estoicos escapaban de algún modo a esta dualidad y
razón libre como principio rector de las acciones, como facultad de asentimiento frente
a las representaciones.
Podemos ver este marcado contraste en un autor como Epicteto, quien a la vez
ἁπάντων καὶ κυριεῦον) y afirma que los dioses lo hicieron recaer sólo sobre nosotros
(οἱ θεοὶ μόνον ἐφ' ἡμῖν ἐποίησαν). 15 En otro lugar exclama: “Nadie tiene autoridad
sobre mí (εἰς ἐμὲ οὐδεὶς ἐξουσίαν ἔχει); he sido liberado por Dios (ἠλευθέρωμαι ὑπὸ
τοῦ θεοῦ)”.16 La autoridad de cada uno se presenta como inviolable por ser una
Epicteto fue profunda a través de los siglos que lo siguieron, al menos en las escuelas
el texto bíblico, una relación entre yo y tú. Según el Niseno, después de haber creado el
universo, Dios buscaba con quién compartirlo. 17 Este alguien a quien ofrece el mundo
15 Cf. Epicteto, Dissertationes I, 1, 7. También pone esta última airmación en boca de Zeus, explicitando
más aún la teoría del desprendimiento divino: “Te dimos una parte nuestra (ἐδώκαμέν σοι μέρος τι
ἡμέτερον), esta capacidad (δύναμιν) de impulso y repulsión, de apetito y de rechazo, en una palabra,
la que hace uso de las representaciones (τὴν χρηστικὴν ταῖς φαντασίαις)” (Ibid. I, 1, 12).
16 Ibid. IV, 7, 16-17.
17 Cf. Gregorio de Nisa, De opiicio hominis I, 5.
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entero, a quien colma de todos los bienes divinos, es la persona humana. Ya en esta
obra Gregorio parece distinguir entre este alguien y la esencia que le es propia, como
cuando dice que el Creador modeló una naturaleza adecuada para él (αὐτῷ).18
personal, a imagen del Dios personal. Según la metáfora que utiliza el Niseno, es como
el rostro del César en una moneda, que se asemeja al verdadero rostro del emperador, a
libertad del Niseno. También posee una larga historia ilosóica previa, en la que sus
que en la segunda mitad del siglo IV comenzó a ser formulada por algunos autores
como ‘una esencia y tres hipóstasis’, los Capadocios intentaron garantizar a la vez la
unidad y la alteridad del principio divino, como en el siglo anterior había pretendido
hacer Orígenes. El rigor lógico y argumental de los adversarios anomeos –llamados así
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para los argumentos de los arrianos, para quienes cualquier alteridad a nivel
del verbo ὑποτάσσω–. Por eso Gregorio empieza a caracterizar a la hipóstasis como el
yo, como el sí mismo de cada uno, irreductible a la esencia o naturaleza común. De este
modo, cuando recurre al ejemplo antropológico de Adán y Abel para ilustrar su teoría
trinitaria en Contra Eunomium airma: “no es exacto decir que Adán por sí mismo
engendró otra esencia (οὐσίαν ἄλλην ἐγέννησεν), sino más bien que a partir de sí
comienza a vincularse con el yo como diferencia personal. Es allí donde toma mayor
El que posee la autoridad sobre todo (τοῦ παντὸς τὴν ἐξουσίαν ἔχων), por
una sobreabundancia de su aprecio hacia el hombre, dejó también que algo
(ἀφῆκέ τι καί) estuviera bajo nuestra autoridad (ὑπὸ τὴν ἡμετέραν
ἐξουσίαν), de lo cual sólo es señor cada uno (οὗ μόνος ἕκαστός ἐστι
κύριος). Y esto es la decisión (προαίρεσις), cierto recurso no esclavizado y
autogobernado (ἀδούλωτόν τι χρῆμα καὶ αὐτεξούσιον), fundado en la
libertad de la razón.22
principio, una doble significación de acuerdo a los sentidos posibles del prefijo προ-
aplicado a αἱροῦμαι. Puede significar tanto una ‘elección previa’ como una ‘opción de
preferencia’.
grado de virtud o de vicio de cada alma en su ciclo vital. 23 Esto explica por qué la
21 Gregorio de Nisa, Contra Eunomium, III, 1, 75 (ed. Jaeger, GNO II, p. 30, 21-23).
22 Oratio catechetica XXX, 4 (ed. Mühlenberg, GNO III/4, p. 75, 13-17).
23 Cf. Platón, República X, 617e y ss. También se encuentra en el libro X de Leyes (904b y ss.), donde se
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προαίρεσις se entiende luego entre los estoicos como una disposición interior que
condiciona las elecciones, una elección antes de la elección (αἵρεσις πρὸ αἱρέσεως). 24
Pero ya Aristóteles la vincula con la elección entre tipos de vida y con el carácter del
προαίρεσις en los tratados éticos del Estagirita, como una elección entre medios para
llegar a un in: de uno antes que otro (ἑτέρου πρὸ ἑτέρου) o de esto en lugar de aquello
(τόδε ἀντὶ τοῦδε).26 Como señaló Jaeger tiempo atrás, también este uso tiene paralelos
representaciones, como ocurre en Epicteto, sino que incluye también toda la vida
Siguiendo el esquema del libro X de Leyes, Alcínoo atribuía la elección del modo
destino.29 Para el Niseno tanto las acciones como sus consecuencias recaen sobre cada
persona, hasta el punto de airmar que las plagas del Éxodo son causadas por la
airma que el Señor del mundo dejó (ἀφῆκε) las causas de la clase de puesto que cada hombre ocupa a
sus voluntades (ταῖς βουλήσεσιν ἑκάστων ἡμῶν). Es evidente que Gregorio se inspira en este pasaje
–citado ya por Eusebio en su Praeparatio evangelica (XII, 52, 26-31)– y recurre a su terminología.
24 Apud Estobeo, Anth. II, 87.
25 Cf. Aristóteles, Eth. Eud. 1215a; Ret. 1417a16-28.
26 Cf. Id. Eth. Eud. 1226b; Magna Moralia 1189a12ss.
27 Cf. Platón, Gorgias 499e y ss.; Protágoras 356de; Werner Jaeger, Paideia. Los ideales de la cultura
griega, México, 1957, p. 775.
28 Cf. Diógenes Laercio, Vitae VII, 8-9.
29 Cf. Alcínoo, Didascalikós 26, 1-2.
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facultad deliberativa y de la razón, que los hace capaces de realizar acciones diferentes
llega a decir: “por esta autoridad (ἐξουσία) existe algo que recae sobre nosotros (ἐστί τι
ἐφ´ ἡμῖν): el hecho de que nosotros somos los señores (ἡμεῖς ἐσμεν κύριοι) de lo que
similar ocurre en los platónicos con las instancias más universales del alma y el
intelecto.
su propia naturaleza que es llamado juez y padre de sí mismo, ya que llega a ser lo que
Por todo lo expuesto, puede veriicarse con claridad el estrecho lazo que une a la
debe destacarse el hecho de que la autonomía causal del hombre, defendida por todas
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una injuria;
desencadene el afectus de la ira; para que esto sucede, se debe producir un acto
de que, mientras que no depende de nosotros que se forme en nuestra alma tal
pasividad absoluta.
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incluso falsas.
Cabe aclarar, desde ya, que esto último no pone en riesgo el esquema
intelectualista de la acción: si la razón nada puede hacer en contra de la ira, una vez
que Epicuro asigna al yo y la muerte: allí donde está uno, el otro no está. En aquella
tratado sobre la ira se vuelve, en este sentido, no solo un recurso central para la
más completo que se ha conservado sobre una pasión en particular), sino que se
2.
movimientos del alma (motus animi) a los que denomina con cierta consistencia
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aquellos primeros movimientos del alma que preceden al asentimiento. (Digo el aporte
especíico porque las relexiones explícitas acerca del asentimiento son mínimas y las
que se vinculan con el tercer aspecto, i.e., la ira desencadenada, están tomadas, en sus
líneas generales, de Cicerón, Tusc. disp. IV). El análisis de estos primeros movimientos
primer lugar, cuándo y quién desarrolló por primera vez esa doctrina – esto es, si se
trata de una innovación propuesta por el estoicismo medio o romano o si, por el
contrario, es una doctrina que procede del estoicismo antiguo; en segundo lugar, cuál
juego en el De ira.
3.
¿Qué son exactamente las pre-emociones, estos primeros movimientos del alma
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complementamos con dos pasajes tomados de las Epistulae de Séneca (Ep. 11.1-7 y
impresión de que ha sufrido una injuria. Los tipos de fenómenos citados por Séneca
pueden ser, en principio, reducidos a dos: el primer tipo está representado por
relativamente amplio: desde el acto relejo de cerrar los ojos instantáneamente cuando
algún objeto se acerca a los mismos, hasta la sensación de inquietud que siente un
proposicional. El único ejemplo que cita Séneca de este último grupo es problemático.
Cito:
Un hombre piensa que ha sido injuriado, desea tomar cobrar venganza; sin
embargo, disuadido por alguna consideración, se calma de inmediato. A esto
no lo llamo ira. (2.3.4)
deinimos a la ira como el deseo de vengar una injuria que ha sido cometida en contra
nuestra, ¿porqué esto no es ira? Tenemos un juicio (he sido injuriado), y un deseo (me
quiero vengar de esa injuria). ¿Porqué no acepta Séneca llamarlo una pasión, un
afectus, y lo reduce a una pre-emoción? En segundo lugar, ¿qué tiene en común esta
secuencia juicio-deseo-nuevo juicio-supresión del deseo con el primer tipo de
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que, como señala Richard Layton (2000: 265), lo que reúne a las pre-emociones no es
tanto algo que tengan en común sino más bien lo que las diferencia de la pasión en sí
misma. ¿Qué es lo que los diferencia? El hecho de que las pre-emociones -más allá de
nuestro poder. El acto de cerrar los ojos cuando alguien nos acerca un dedo está tan
fuera de nuestro control como el deseo de venganza que sigue inmediatamente a la
todo lo que caiga dentro de esta esfera previa al acto mediante el cual el individuo
nada de ello implica que yo esté asintiendo activamente a la idea de que algo diferente
dado, del material con el cual el asentimiento debe trabajar, el material sobre lo que el
asentimiento debe pronunciarse y en cuyo pronunciamiento habrá de hacerse
decisivo: dado que las pre-emociones no son evaluables moralmente (dado que lo que
3 En rigor, las pre-emociones parecen añadir un estadio intermedio entre la impresión y el asentimiento,
en la medida en que operan como una especie de primer juicio inmediato sobre lo airmado por la
impresión, un primer juicio cuya legitimidad el asentimiento debe luego pronunciarse. Aún si
consideramos, en este sentido, que las pre-emociones suceden a la impresión en lugar de
reemplazarla, lo decisivo es que ambos elementos ocupan el mismo lugar en el esquema de la acción
humana, i.e., aquello que no está en nuestro control.
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como repiten Séneca y Epicteto, cuando le llegan malas noticias relativas a algo exterior
a él; pero esto no amenaza su status epistémico, dado que lo que importa es cómo
reacciona, desde un punto de vista racional y consciente, ante las mismas 4. Ha sido
frecuente entre los comentaristas, como consecuencia de esto, suponer que los estoicos
-como sugiere Layton 2000:263- una anomalía dentro del esquema intelectualista.
Más allá de que la doctrina de las pre-emociones haya sido desarrollada o no con
que los reclasiique como algo distinto de las pasiones: el estoicismo no puede admitir,
en efecto, que el sabio se ruborice o sienta temor, porque ello implicaría aceptar que
material del alma, tal como la mezcla de los elementos cálidos, húmedos, etc. 5, y con los
puede hablar sin riesgos, por ejemplo, sobre la tendencia a la ira que se veriica en las
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Esto permite dar cuenta sin demasiados problemas de uno de los pasajes más
vista doctrinal y en el que parecen conluir varias líneas, desde la teoría hipocrática de
los humores, la teoría de los 4 elementos, hasta Aristóteles, Lucrecio y Cicerón. Cito
injuriados sino más bien la composición elemental que nos deine. Toda esta relexión
acerca de la composición material del alma, no obstante, sólo nos indica cuáles son las
7 Cf. especialmente 2.20. Sobre el concepto de euemptōsia en Posidonio, cf. Kidd 1983. cf.
8 Desde un punto de vista pedagógico, la doctrina de las pre-emociones posee otra ventaja:
permite admitir la existencia de ciertos movimientos irracionales en el alma sin que dicha
presencia ponga en duda los progresos realizados por el proiciente.
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pero el asentimiento, una vez más, es el que tiene la última palabra: aún aquel que
posea una naturaleza en la que predominan el fuego y el calor podrá resistir a esas
pre-emociones que su naturaleza determina que experimente. Ello explica que unas
Séneca concluya: “de modo que debemos luchar, en primer lugar, contra las causas; y
la causa de la ira es sospechar una ofensa” (2.22.2). Así considerado, De ira 2.19-20
ofrece un apoyo irme para interpretar el abordaje especíico que realiza Séneca del
4.
Tenemos, entonces, dos elementos: la airmación (que quizás deba ser vinculada
con Posidonio o Cicerón) de que la naturaleza material de cada alma produce ciertas
“si somos consciente de ser iracundos (si conscii nobis iracundiae sumus)”, entonces
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mismas. En el primer caso, y esto es lo que salvaba la coherencia de 2.19, tenemos una
desaparecido por completo: la causa de que yo experimente ira ante una determinada
el libro I del De ira había estado dedicado a demostrar que la ira no puede ser
controlada una vez que se ha desencadenado (y, por lo tanto, contra Aristóteles, que no
puede ser considerada como un ayudante de la virtud). Lo que el libro III pareciera
aquí está el problema central, con un poder tan arrollador como para hacer desaparecer
Con esto no he hecho más que dejar planteado un interrogante que habría que
abordar con más detenimiento. Al menos en forma inicial, no obstante, creo que la
lectura del libro III arroja algunas dudas sobre el intento que han realizado muchos
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Tiempo y subjetividad
tópicos inscritos en esa dimensión para ver en qué medida la inquietud de sí representa
“una genealogía del sujeto del deseo”, intentaremos relevar la atención que los
hombres se han prestado a si mismos en la Roma de los primeros siglos, sabiendo que
bisagra subjetivante, tal como parece devolver la Hermenéutica del Sujeto, donde
abierta a una actividad sostenida y nunca acabada. Tal como sostiene Foucault: “Uno
Siempre existen medios para volver al buen camino, incluso si ya estamos endurecidos;
siempre puede uno corregirse para llegar a convertirse en lo que habría debido ser y no
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práctica, askesis, adecuada logran transformar una materia maleable para tal in, como
del sujeto y el patrimonio que le corresponde por la acción subjetivante. Así, “La
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cuyo telos último es el ideal del sabio. Ese tránsito por la existencia supone la
circunstancial sino de una aplicación que deviene actividad continua. Tal como
advierte Séneca: “Por lo tanto, querido Lucilio, haz lo que me dices que estás haciendo:
acapara todas las horas”4. El tiempo es la más noble posesión del hombre; riqueza que
de una visión crematística de la riqueza, sino de aquellos bienes que poseemos y nos
materiales generan; éstos representan una verdadera sumisión si ganan la totalidad del
“Todo, Lucilio, es ajeno a nosotros, tan sólo el tiempo es nuestro: la naturaleza nos ha
dado la posesión de este bien fugaz y deleznable, del cual nos despoja cualquiera que
mundo mejor.
Hacerse amo del tiempo es el pasaporte a una vida ilosóica y, por ende, a un
bios capaz de hacer frente a las adversidades. Este ejercicio sobre uno mismo implica
una actitud irme y no luctuante porque toda luctuación habla de un alma inconstante
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herramienta subjetivante neutraliza esa agitatio inconducente a la vida feliz. Estos teloi
son los puntos más altos que un varón prudente puede alcanzar y es imperioso
Por las nuevas que me das y las que escucho de otros, concibo buena
esperanza de ti: no vas de acá para allá ni te inquietas por cambiar de lugar,
agitación ésta propia de alma enfermiza: considero el primer indicio de un
espíritu equilibrado poder mantenerse irme y morar en sí.6
movimiento se controla porque los cuerpos puestos en el espacio de aquí para allá
obstaculizan la concentración que todo ejercicio sobre uno mismo implica y exige. Un
cuerpo nomádico que no puede ijarse en un sitio para reposar y transcurrir en el eje
que el tiempo de relexión supone, es un cuerpo que da cuenta de una constitución del
alma particular.
cuño griego. Ya Platón y otros tantos acudieron a un lenguaje médico para mostrar las
por la noción de equilibrio y de fortaleza que un ánimo noble imprime a las acciones de
un ethos que se conigura desde el trabajo sobre uno mismo. El sujeto deviene un
cuerpo, el espacio y el tiempo. Apropiarse del espacio para morar en él, para
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evitar la agitatio de un cuerpo y un alma que no puede ijarse en ningún lugar, que
deambula como deambula errática el alma platónica cuando no conoce bien y se halla
escritores, si queremos obtener algún fruto que permanezca irme en el alma. No está
en ningún lugar quien está en todas partes”7. Nutrirse de los grandes escritores no es
alma porque esa sabiduría resulta un fruto exquisito e imprescindible que alimenta el
alma. El cuidado del alma requiere una serie de elementos vigorizantes que la nutren a
diario para que resulte un espacio saludable. La letra de los autores es, en esa línea, un
elemento necesario y de extremo valor. Es ese ejercicio de lectura y relexión el que ija
desde esa permanencia, se nutre. Sin duda, tanto la lectura, como el examen de
conciencia resultan baluartes de la inquietud de sí. Hay una riqueza en los libros que
multitud de libros; por ello, si no puedes leer cuantos tuvieres en mano, basta con tener
aquello que va a alimentar el alma con los mejores logoi. Esto también implica una
entonces una ecuación tiempo-lectura que redunda en pleno beneicio para el alma.
elementos que la posibilitan: cuidado del tiempo, del espacio, de la lectura como
ejercicio subjetivante, del cuerpo como geografía a subordinar al imperio del alma
El valor de la lectura se mide en los aciertos que uno encuentra para enfrentar las
situaciones que lo constituyen como hombre. En este punto pensamos que podemos
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dialogar con un autor como Karl Jaspers para pensar las situaciones límites como
preparación del alma es imprescindible para poder afrontar esas experiencias y allí, en
ese enclave existencial, de hallar los remedios que alivien el dolor por el que el alma
La muerte, las calamidades y los efectos de la pobreza como signo de dolor sólo
pueden ser aliviados a partir de los atajos prudentes que el alma recorre, robustecida
por su fortaleza. Meditación. He aquí un nuevo signo del cuidado de uno mismo; un
baluarte en la cultura de sí. La lectura es lectura relexiva que invita a la meditación del
logos del que uno se ha apropiado. La meditación como ejercicio espiritual contribuye
a la deinitiva apropiación de lo que ha sido, en un comienzo, el logos de otro, una
esas acciones el mundo personal se amplía a través del logos; si la letra está allí
los vínculos se vuelve más compleja y evita el solipsismo que se podría erróneamente
inicia estas cartas en el verano del 62, cuando renuncia a sus cargos públicos y a la
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riqueza que había recibido de parte del emperador, para concluir su epistolario con
Lucilio en noviembre del 64. El tono didáctico acompaña el espíritu de la letra, así
como orienta los pasos en la concreción del in perseguido. La palabra del maestro se
cuidado de sí. La verdadera felicidad está en el gozo que reporta un alma puriicada
pero no se trata solamente de ese tiempo inal, de ese tiempo tardío de la obtención del
logro. También hay gozo en el tiempo de preparación, en el largo trabajo que implica
uno mismo en términos de epistrophe eis heautou signiica un gesto de volverse sobre
puriicación. Del afuera al adentro, del objeto exterior al seno de una interioridad que
socrático retorna en cada palabra de aliento y empuje. Cuando el gesto ético está
vida: “Que tú, dejados todos los asuntos, te apliques con tenacidad y te esfuerces en
una sola tarea de hacerte cada día mejor, lo apruebo y me complazco con ello, y no sólo
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No hay cuidado de sí sin esfuerzo. El trabajo y el esfuerzo son los pilares que
sostienen la empresa moral. De allí que se esté escribiendo una página memorable de
trata de los dispositivos ascéticos tendientes a lograr el acceso a la verdad como telos
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Paola D RUILLE
La glotonería y la teoría de la división del alma en el Pedagogo de Clemente de
Alejandría
[Universidad Nacional de La Pampa /
CONICET]
Introducción
de censurar el tipo de alimentación de los que denomina glotones. Con este propósito,
los gentiles dentro del tópico de la glotonería cuyo signiicado y trascendencia religiosa
conexiones ilosóicas más importantes para observar el lugar que ocupa esta práctica
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glotones” (οἱ γαστρίμαργοι, 2, 3, 2). De la conexión entre estas categorías surge una
primera tesis: la glotonería es un hábito practicado por los llamados glotones, cuya
sensualidad excita los sentidos tanto de quienes la practican como de los que no la
frecuentan. Clemente llama la atención, por tanto, sobre una práctica especíica y sobre
y su origen exótico revela el nivel económico de los llamados glotones y su exceso 2. Son
monetario para hacer traer exquisitos manjares de los pueblos más remotos. El examen
diatriba contra los hábitos culinarios dominantes entre los grupos griegos de la ciudad
de Alejandría, en la que articula un conjunto de citas bíblicas cuya exégesis organiza los
2, 4, 2 cita Pr 23, 3 en los siguientes términos: “‘no estés deseoso de los manjares de los
ricos’” (‘μηδὲ ἐπιθύμει τῶν ἐδεσμάτων τῶν πλουσίων’), porque estos dependen “de
una vida falsa y vergonzosa” (‘βίου ψευδοῦς τε καὶ αἰσχροῦ’). La cita no es literal. La
singular αὐτοῦ3, término que tiene su referente en un genitivo anterior, “de los
una frase que remite a “quien existe para [ser] rico” (ὢν πλουσίῳ). En cambio, en su
1 Otros autores del siglo II también describen sobre una dieta variada en sus obras. Cf. Ateneo,
Banquete de los Eruditos 1, 6, 25-30; Luciano, El Banquete o Los Lapitas 11, 16, 27, 38.
2 Sobre la dieta en la Antigüedad, cf. Garnsey 1999.
3 La frase de Pr 23, 3 queda estructura con el siguiente orden: μὴ ἐπιθύμει τῶν ἐδεσμάτων αὐτοῦ.
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discurso: desestimar la riqueza y a los que la poseen y la utilizan para satisfacer sus
deseos. Esta actitud se encuentra reforzada por la segunda parte de la cita copiada por
Clemente, la dependencia de los ricos “de una vida falsa y vergonzosa” (βίου ψευδοῦς
ψευδοῦς de Pr 23, 3; sustituye así el nombre genitivo singular ζωῆς por βίου y añade
frase formular esencial, μηδὲ ἐπιθύμει τῶν ἐδεσμάτων. En Pr 23, 3, esta construcción
discursiva6 es parte del razonamiento educativo que se extiende desde Pr 23, 1 hasta 23,
8 y que se focaliza sobre las cuatro reglas que debe perseguir el creyente en el momento
en que decide comer junto al δυνάστης: a) observar al que se sienta enfrente (v. 2), b)
no desear la comida que se le ofrece (v. 3), c) evitar codiciar la riqueza del poderoso (v.
“‘los alimentos son para el vientre’” (‘τὰ γὰρ βρώματα τῇ κοιλίᾳ’), y agrega que los
alimentos determinan “la vida carnal y corruptora” (ὁ σαρκικὸς καὶ φθοροποιὸς βίος)
4 Sb 19, 11 anota “impulsados por el deseo, pidieron alimentos de molicie” (ἐπιθυμίᾳ προαχθέντες
ᾐτήσαντο ἐδέσματα τρυφῆς). Este versículo es incluido dentro del relato de la travesía de los
israelitas cuando atraviesan el Mar Rojo.
5 La LXX anota ταῦτα γὰρ ἔχεται ζωῆς ψευδοῦς.
6 Tal construcción recuerda las prohibiciones del Decálogo. Cf. Ex 20, 3-17; Lv 19, 3-37; Dt 5, 6-21.
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de los que se mantienen apegados a las costumbres idolátricas. Con las palabras de 1
completa. Pablo coloca en quiasmo τὰ βρώματα τῇ κοιλίᾳ con “el estómago para los
σαρκικὸς καὶ φθοροποιὸς βίος. El alimento que corrompe el cuerpo es aquel que se
ingiere sin atender a lo espiritual9; es el alimento propio del hombre rico. En este
aquellos que se establecen entre el alimento material y el celestial 10, y el hombre rico y
una idea, βρῶμα, con el nombre de otra, κοιλία, sirviéndose de la relación semántica
existente entre ambas. Este proceso metonímico 11 permite focalizar el interés sobre la
parte del cuerpo humano que recibe los alimentos, el vientre, completando así las
7 Según Collins (1999: 245), la frase ἡ κοιλία τοῖς βρώμασιν pudo haber sido un eslogan cristiano. Para
analizar un antecedente bíblico de este eslogan paulino, cf. Si 36, 18.
8 Pablo ubica estas frases en el capítulo dedicado a la fornicación. Con esta relación, el apóstol impugna
una idea según la cual no existe diferencia alguna entre las necesidades alimenticias y la vida sexual:
las primeras están ligadas al mundo presente y desaparecerán con él, pero la vida sexual afecta la
pertenencia a Cristo y debe ser tal y como conviene a un miembro de Cristo (1 Co 6, 15-17). Cf. Ef. 5,
21-33ss.
9 Para un análisis de la visión paulina hacia la comida de los gentiles, cf. Watson 2007.
10 Véase Pedagogo 2, 7, 1.
11 La fuente básica de la cual Clemente aprende este razonamiento es estoica y depende exclusivamente
de un ilósofo romano del siglo I, Musonio Rufo. Cf. Dissertationum a Lucio digestarum reliquiae 18b
8; 18b 9-10; Herrero de Jáuregui 2007: 330.
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hombres glotones con la imagen “de la bestia golosa” (τοῦ λίχνου θηρίου). Esta
palabras dirigidas por Dios a la serpiente en Gn 3, 14: primero la caliica con el término
sobre tu pecho y tu vientre” (ἐπὶ τῷ στήθει σου καὶ τῇ κοιλίᾳ πορεύσῃ)12. Este
repite doce veces entre los vv. 1 y 22, y τρυφή, dos veces, una en el v. 23 y otra en el v.
24. Con estas referencias se puede inducir que τρυφή13 es una idea que en el contexto
del Génesis se mantiene en íntima relación con la imagen de la serpiente y pasa con
podría ser el camino que habría conducido a Clemente a interpretar a la serpiente con
sustantivo λιχνεία. La glotonería, entonces, es una práctica idolátrica propia de los que
solo de aquellos hombres que la practican o son propensos a caer en esta costumbre.
Los glotones, así como la sensualidad que los deine y que promueven en los
banquetes, son identiicados con la serpiente del paraíso. La perspectiva teológica y las
12 Para una exégesis judeohelenística de este versículo, cf. Filón, Alegoría de las Leyes 3, 114-116.
13 Filón identiica a la serpiente con el placer. Cf. Alegoría de las Leyes 3, 114-116.
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continuación qué lugar ocupa la glotonería en la teoría de la división del alma y sus
judeohelenística. Un dato es clave para entender esta subordinación: las distintas partes
estaría situando la glotonería en el segundo y tercer género del alma, siempre proclive
93, 3-4, los términos κοιλία y “apetito” (ἐπιθυμία) aparecen juntos; Clemente localiza
esta división tiene antecedentes griegos y judeohelenísticos que serán dados a conocer
en lo que sigue.
En Alegoría de las Leyes 1, 70, Filón de Alejandría enumera las partes del alma
14 En Timeo 86b, Platón reiere a dos géneros de insensatez: la “locura” (μανία) y la “ignorancia”
(ἀμαθία) y llama enfermedad a todo lo que produce uno de estos dos estados. Cf. Timeo 87d.
15 Clemente identiica este género del alma con el dios marino Proteo, al que hace referencia Homero en
Odisea 4, 349-460.
16 Aunque las referencias exactas de la tripartición clementina se presentan en Alegoría de las leyes 3,
115, es en 1, 70 donde surge la explicación más apropiada para la identiicación con los conceptos
expuestos por Clemente. Cf. Las leyes particulares 4, 92-94; 1, 146, 148.
17 Hemos decidido traducir ἦτρον con el mismo signiicado que κοιλία, “vientre”, para marcar las
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Alegoría de las Leyes 1, 71 ija sus niveles de pertenencia diciendo que la cabeza es la
parte más alta, el pecho es la parte media y el vientre la parte más baja en relación con
impulsivo18. Debe ser notado que tanto Filón como Clemente localizan lo concupiscible
en el vientre. Mas la diferencia terminológica entre κοιλία y ἦτρον presente entre las
referencias de los dos autores nos conduce a indagar otras fuentes, en especial las obras
la cual el alma razona, y ἐπιθυμητικόν, por la que el alma siente amor, tiene
sensaciones de hambre y sed y es excitada por todos los apetitos y placeres. La tercera
parte del alma que se coloca en una posición intermedia entre la parte racional y la
apetitiva19. Platón establece la identiicación de las partes anímicas con las corporales 20
el cuerpo; en los parágrafos 69c-73a se ubican las partes restantes. Así, en 69d-e, lo
delimitar el anclaje más radical de la teoría anímica de Clemente 22. Nuevos datos
Timeo 72e, el vientre surge en el mismo contexto que “glotonería” (μαργότης); en 73d,
semejanzas existentes entre la teoría anímica de Filón y la de Clemente. Sin embargo, no podemos
dejar de reconocer las diferencias entre ἦτρον y κοιλία. Cf. Hipócrates, De articulis 46; Aforismos 2,
35; Heródoto, Historias 2, 87; Platón, Fedón 118a.
18 Cuando el razonamiento es dominado por la ira y el deseo, gobierna la injusticia. Lo contrario ocurre
cuando lo racional gobierna lo irracional. Cf. Alegoría de las leyes 1, 73 y 3, 115.
19 Cf. República 440a-443b. Platón relaciona las partes del alma con las tres divisiones del estado ideal y
las cuatro virtudes cardinales.
20 Cf. Fedro 246b-249d; Runia 1986: 302.
21 Cf. Aristóteles, Sobre el alma 432a 25.
22 Semejante relación conceptual no aparece directamente en Filón, aunque ἦτρον se mantiene en el
mismo campo semántico que κοιλία.
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en 73a, Platón reúne en un mismo espacio discursivo el campo semántico que más
Los diálogos República y Timeo son los antecedentes más antiguos de la teoría
de la división del alma. Filón es uno de los primeros judíos que retoma la teoría
en Filón.
2.3. Conclusión
otra, entre la vida celestial y la corporal. El hombre rico es el glotón que se preocupa
por los alimentos materiales, desatiende lo espiritual y tiene una sensualidad similar a
división del alma, le asigna el lugar de lo irascible y concupiscible y la parte del cuerpo
básicos que sirven como agentes de identidad de la clase aristocrática, sino que
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encima de lo concupiscible.
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acceder a la areté, identiicada aquí con la sabiduría y esta última con la felicidad, lo
primera parte de esta sección protréptica esto se logra a través de una progresiva
felicidad y virtud constituye, mutatis mutandi, un preludio de una de la que será una
misma en tanto ésta nos permitiría “acertar” siempre en vivir del modo más adecuado,
Tras explicitar para beneicio de Clinias las argucias sofísticas recién empleadas
1 Las traducciones de los textos griegos de Platón son propias y siguen la de Burnet (1905-1907). Para
una visión más amplia y detallada de mi interpretación de esta sección del Eutidemo y su vinculación
con el tema de la felicidad en Platón ver Fierro (2011).
2 Sobre el valor ilosóico del Eutidemo, más allá de constituir una ejempliicación de falacias erísticas,
ver Chance (1992: 6-8, esp. n. 33).
3 Esta tesis es reforzada en la segunda parte de la primera sección protréptica ( Eutid. 280b-282e) en la
que Sócrates intenta sugerir a través de otros argumentos que la sabiduría es condición no solo
necesaria sino también suiciente de la felicidad.
4 Así Annas (1999: 41-45) y Brown (2005: 24-25).
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acuerdo con el joven respecto al carácter universal del deseo por la felicidad:
-¿No deseamos acaso todos los hombres ser felices ( eû prátein) […] ¿Pues
quién entre los hombres no quiere que le vaya bien (eû prátein)?
Pero ¿en qué consiste la felicidad que todos deseamos? El punto de partida lo
bienes:
-Dado que queremos que nos vaya bien ( eû prátein), ¿cómo podríamos ser
felices (eû prátoimen)? ¿Acaso si poseyéramos muchos bienes? …Pues es
evidente que esto es por cierto así, ¿verdad?
riqueza; las cualidades físicas positivas como el ser sano y bello; la ventajosa condición
social como la noble ascendencia, el poder y la estima pública; las cualidades morales
positivas como el ser moderado, valiente y justo; la misma sabiduría. 6 Sin embargo,
-la “buena fortuna” o “éxito” (Eutid. 279c7). Es con una subversión del rol que
aquí una argumentación dirigida a rechazar, o al menos relativizar, el papel que juegan
En esta sección Sócrates intentará persuadir al joven Clinias de una tesis que choca con
los presupuestos del sentido común y que asombra 7 a Clinias desde el inicio del
5 Cf. Eutid. 277e-278e donde Sócrates pone al descubierto a Clinias el uso equívoco que los extranjeros
han hecho del verbo manthánein -“no tener conocimiento alguno de un objeto”; “examinar un objeto
que se conoce”- a in de refutarlo.
6 Cf. Eutid. 279a7-c1. Deben entenderse aquí las virtudes morales y la sabiduría en sentido convencional
puesto que en la ilosofía platónica las aretaí deben ser reguladas por la sabiduría, entendida esta
como un conocimiento especial. Al respecto véase Brickhouse & Smith (1996: 222, n.10).
7 Kaì hòs ethaúmasen. Hoútos éti néos te kaì euéthes estí. Kagò gnoùs autòn thaumázonta… (Eutid.
279d7; mis negritas).
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signiicado del término eutychía en griego antiguo, y en esta sección del Eutidemo en
sentido, una posible traducción de este vocablo es “buena fortuna”. Pero, por otro lado,
también podría proponerse la traducción “éxito”, la cual remite más bien al hecho de
que el agente ha encontrado los medios apropiados para alcanzar un in, aun si la
del mismo. En la primera traducción hay más énfasis en las circunstancias externas; en
conducentes a la felicidad tales como los antes enumerados: ser rico, sano, hermoso, de
buena familia, bien ponderado socialmente, etc. Incluso las virtudes morales como la
feliz.
como han hecho Dionisidoro y Eutidemo, para confundir y derrotar al muchacho con
un pugilato erístico, sino para conducirlo a una perspectiva diferente a la habitual tanto
respecto a la felicidad como a lo que entendemos por “buena suerte”. Esto se evidencia
en el argumento que se desarrolla tras haber sugerido una identiicación entre sophía y
eutychía. El conocedor (ho sophós) de algo es más afortunado -y tiene más éxito-
(eutychésteros) al utilizarlo que el que no conoce ( ho amathés). Así los lautistas son los
8 Estos son los dos sentidos que, según Chance (1992: 58, nn. 17 y 18) operan en este pasaje. Para una
interpretación distinta ver Mc Pherran (2005).
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más afortunados al usar las lautas y los maestros de letras lo son con la lectura y la
escritura.9 Del mismo modo, en circunstancias riesgosas -una tormenta en alta mar, un
estratega, al médico- que al que no sabe porque sabemos que serán más afortunados. 10
Se concluye entonces por inducción o epagogé que el saber siempre proporciona buena
fortuna a los hombres puesto que el que sabe nunca puede equivocarse y siempre
acierta.
Por lo tanto, en toda ocasión la sabiduría (sophía) hace que los hombres sean
afortunados (eutýchein). Pues sin duda alguna nunca el saber podría ser
errado sino que es necesario que siempre proceda correctamente y sea
exitoso (orthôs prátein kaì tygchánein). (Eutid. 280a6-8)
puntos. En primer lugar no distingue entre las artes que, como el de tocar la lauta, el
otra cosa que el conocimiento del arte mismo para ser exitosas, y las artes como la
por buena fortuna. En segundo lugar, se iniere de una premisa más débil -el que
conoce es “más” exitoso- a una conclusión más fuerte: el que conoce es siempre
exitoso.11 En tercer lugar no se distingue entre la infalibilidad del conocimiento -el que
conocimiento- y la infalibilidad del que tiene éxito con bases a ese conocimiento pero
que necesita además de las condiciones apropiadas. Es cierto que el conocedor también
sabrá cuáles son las condiciones aptas para la exitosa ejecución de su arte pero, aún así,
condiciones.12
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tienen aquí un sentido ordinario sino extraordinario de modo que, como quiera que se
entienda este conocimiento especial13 -lo cual será justamente el tema de discusión del
con ello el éxito.”14 Para ello no es necesaria la ausencia de circunstancias adversas sino
justamente en casos tales este conocimiento nos permite convertirlas en medios para
modo la týche aunque siga siendo lo que acontece a alguien por una causa fuera de su
Nuestra interpretación en relación con los problemas que plantea esta cuestión es
eutychía -reemplazando por ejemplo un sentido ordinario por uno extraordinario- sino
en jugar con las posibilidades semánticas de los términos a in de subvertir la
sophía es eutychía es porque el joven piensa entonces que lo que Sócrates está diciendo
13 Para Brown (2005) la sophía sería el conjunto coherente de creencias fundadas en una vida como la de
Sócrates dedicada al examen crítico y a la búsqueda de la ilosofía. Según Reeve (1989) la sophía
reiere al arte de gobernar de República. Para Mc Pherran (2005) reiere a la providencia divina del que
los seres humanos toman parte en mayor o menor medida.
14 Brown (2005), p.26 (mi traducción; mis itálicas).
15 Cf. Nussbaum (1986: 3).
16 El ser humano obraría entonces como el demiurgo del Timeo quien impone orden racional a los
desarreglos de la anágke y la transforma de un obstáculo en su aliado. Cf. Carone (2005: 66).
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inteligente de medios por parte de un agente sabio. Así, cuando se cierra esta sección
con que no hay necesidad de añadir eutychía a la sophía puede pensarse que se intenta
eutychía.17
Ambos sentidos no se excluyen sino que el segundo implica un mayor nivel de
“suerte” -ya sea mejor o peor- en “buena suerte”. Al proceder de este modo Sócrates no
utiliza la ambigüedad del lenguaje, como han hecho los soistas, para confundir a
Clinias sino para abrirle perspectivas nuevas respecto al tema en discusión. Dadas las
es probable que Clinias sólo alcance por el momento el primer nivel 18 pero ello es
de la felicidad.
felicidad es que el deseo universal por ser felices coincide entonces, lo sepamos o no,
con un deseo universal por la verdad. La ilosofía resulta así ser un camino necesario
para desplegar este conocimiento y llegar a ser tan felices -y sabios- como sea posible,
17 Estos sentidos extraordinarios sólo estaría al alcance de alguien que tiene una comprensión más
amplia que supera lo desarrollado en el pasaje mismo.
18 Ver Brown (2005: 16-17).
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completo. Se plantea, por otra parte, el interrogante de cuál es este saber en que la
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responsabilidad moral; de manera que entren en acuerdo con nuestras intuiciones más
básicas acerca de ellos. Siguiendo esta línea, esperaríamos contar con una teoría que
diera cuenta de la acción en términos de buena o mala, que permitiera asignar potestad
completa de sus actos a quien la comete, y de este modo poder juzgarse con base en
ellos. Los inconvenientes surgen cuando intentamos darle sentido a las nociones de
libertad y/o destino. Pronto notamos la enorme tensión que surge de considerarlas y, a
sobre nuestras acciones. El problema consiste pues, en que para poder sostener la
con las nociones de verdad, posibilidad y causas; como con una particular concepción
analizar cada una de las posturas que ahí se esbozan, identiicar la manera como se
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1. Introducción al problema
Los fragmentos conservados del texto de Cicerón nos sitúan de comienzo dentro
del asunto dela ética, que se fundamenta en una moral de las costumbres ἦθος [éthos]1.
especial cuál es el sentido que tienen cuando se dicen sobre lo posible -lo que puede o
no ocurrir -περὶδυνατῶν [perìdynatón], asunto que se aborda desde la lógica. Con esto
empieza a estructurarse la discusión acerca del destino y el lugar que dentro de ella
desconocemos con idelidad los matices iniciales de la discusión entre Cicerón e Hirtio,
criticadas.
conexión existente entre una y otra parte. La mención a descubrir el sentido de los
enunciados cuando se dicen sobre lo que puede o no ocurrir, es uno de los enlaces más
es que, la discusión sobre lo posible juega un papel fundamental en el texto: por una
el papel de la posibilidad dentro de la ética; y por otra, induce a que nos indaguemos
sus enuncia dos. La relación entre moral y destino seguramente haya sido discutida en
1 Por ἦθος [éthos], se puede comprender, por un lado, el carácter del individuo o, por el otro, sus
costumbres. Sin embargo, da la apariencia que al traer el concepto de moral, Cicerón pretende
establecer una estrecha relación entre esos dos posibles sentidos haciéndolos inseparables, entonces
tememos: ἦθος que, en tanto costumbre, pertenece al ámbito social; y ἦθος, que como carácter del
individuo pertenece a un ámbito privado; se reieren a una y la misma cosa. Así es que se enriquece la
lengua latina.
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adelante. En adición, podemos ver cómo se van vinculando los tres ejes centrales de
estudio de la ilosofía estoica: la física, la lógica y la ética; como algo inseparable, por
cuanto posiblemente también haya sido analizada en ese mismo lugar. En general se
parte de que: hay una moral de las costumbres, de la cual debe aclararse el valor de sus
estoica de destino.
del asunto habrían salido a relucir dos tipos de enunciados comúnmente empleados en
esa práctica: el primero, relacionado con lo que llama Cicerón la fuerza de contacto y
de las predicciones que por la fuerza de esa proximidad pudieran deducirse pues, a su
juicio, no hay en ellas nada que marque la fuerza del destino, que la determine. ¿Qué
hay de necesario en que una línea en mis uñas diga que me guarde de realizar una
acción y que ésta ocurra? El segundo tipo de enunciados está relacionado con lo
fortuito, casos como los de Daphita en que la predicción acertaba sobre lo que ocurriría
deberse a una mala formulación y en ese sentido no puede decirse que hayan predicho
2 Cómo estuviera dispuesta la tesis de Posidonio puede ser objeto de debate y debe revisarse con
detalle, el carácter fragmentario del texto nos impide recoger completamente todo a lo que Cicerón
apunta con sus críticas. Acá me limito a basarme en supuestos que pueden extraerse del texto mismo,
dejo a consideración la evaluación y valoración de la pertinencia de éstos al lector.
3 Práctica esotérica muy antigua que predecía el destino por medio de la lectura de los trazos
destacados que se deinían al pasar las uñas por hollín y aceites.
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algo en absoluto.
nos presentan dos opciones: a) nada es fortuito y todo cuanto ocurre no podía ser de
otra manera; b) o, existe la fortuna y hay situaciones que tienen diversas posibilidades
en natura, ni ninguna fuerza del destino, y acaso ocurrieran por accidente de azar ya
muchas, ya todas las cosas, entonces ¿sucederían de otra manera que como suceden?
¿Para qué es útil meter al destino, cuando sin él la razón de todas las cosas se imputa
ya a natura, ya a fortuna?”(DD, 3[6]). Lo que se está poniendo de presente es: si las
cosas estuvieran disueltas, tanto que no albergaran relación unas con otras no habría la
necesidad de invocar la existencia del destino. Sin embargo, vemos las cosas afectarse
pero, qué sentido tendría invocar ahí el destino nuevamente esa afectación se da por
moral, separada de ésta es sólo una noción vacía que no aporta nada a la manera de
lugar, con la de las personas que en él residen. De donde se obtiene que, si se extiende
esa comparación a la práctica de la astrología, por más que la proximidad entre los
astros y algún género de cosas pueda ser relevante, no lo es para la totalidad de las
cosas. A esta altura Crisipo arguye: “ Y pues ya que hay en las naturalezas de los
hombres disimilitudes como para que a unos les guste lo dulce, a otros lo ligeramente
amargo; algunos sean libidinosos, otros iracundos o crueles o soberbios; otros se
espanten de tales vicios; entonces después de que tanto dista natura de natura, ¿qué
hay de extraño en que estas disimilitudes hayan sido hechas por causas distintas?”
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nacido a la hora en que se pierde la estrella matutina y soy ciudadana de un lugar frío
tendré carácter temerario, por consiguiente combatiré exitosamente en la guerra junto
con x persona. Hay ciertos matices de fondo al argumento que parecen escapársele a
Cicerón, asunto que abordaremos más adelante. Por ahora, baste con señalar que la
razón por la cual lo rechaza consiste en que a primera vista se estaría equiparando el
hecho de no poseer potestad sobre nuestra condición natural, que puede ser
inluenciada por diferentes causas externas; con la de tampoco poseer potestad sobre
nuestro albedrío. Que algo ejerza inluencia sobre nosotros no signiica que nos
apartarlo completamente de sus prácticas por medio del correcto uso del albedrío y el
aprendizaje.
carácter? Conforme a lo visto, para Cicerón, cuando se habla de carácter bajo el cabe
todo un cúmulo de virtudes o defectos que puede tener el ser humano: ser valeroso,
cobarde, ágil o lerdo; y que no están intrínsecamente ligadas con lo que somos. No
obstante, para Crisipo el carácter del hombre es ser racional y es propio de la condición
humana. ¿De ser así, como se explica la acción mala?, ¿cómo podría alguien no ser
conveniente tener en cuenta estas cuestiones para el desarrollo posterior. Cicerón inicia
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como un saber práctico mas no, uno de tipo teórico. Esto signiica que, si formula sus
refutada en la disputa contra el dialéctico Diodoro. Para éste por el contrario, sólo
puede ocurrir aquello que: a) es verdadero desde siempre, b) puede llegar a ser
para salirse de la contradicción llega a airmar que pueden ocurrir cosas que incluso no
partida pues, caería de nuevo en un error lógico si aquello que podía ocurrir y no pasó
era necesario por ser predicción divina. Una refutación semejante no resulta válida
para Crisipo, quien sostiene que un requisito puede ser posible y, no obstante, ser
determinación. Sin embargo, esto se verá prontamente refutado. Tenemos aquello que
para Diodoro es posible, y eso se relaciona con que no pueda ocurrir nada que no sea
estrictamente necesario; esto es, lo que ha de ser no puede pasar de ser verdadero a ser
4 EPICTETO, Disertaciones por Arriano. Libro II, 19 (1-5). Trad. Paloma Ortiz García. Madrid: Gredos.
1993.
5 Con “observaciones contradictorias” me reiero a que, como en el ejemplo, sea verdadero
simultáneamente que al nacer cuando sale Canícula muera en el mar y al nacer Fabio no muera en el
mar.
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falso. Con esto se pone de presente la inmutabilidad del acontecer, evidente en las
cosas que ya pasaron pero, no tan clara en las que están por venir; y aun así, al sostener
En este marco, no hace falta que Epicuro sostenga una postura como la de que: a)
algo puede surgir sin una causa, b) que cuando dos átomos se trasladan a través del
vacío unos se desplazan en línea recta y otros se desvían. Si airma que un enunciado
es verdadero o falso, aun así no es de temer como algo necesario que todo ocurra por
destino. Para él, muchos de los enunciados como Carnéades está bajando a la
academia”, verdadero por causas eternas sino, por causas fortuitamente precedentes.
La distinción entre unas y otras puede relacionarse con la forma del argumento
anterior. Hay en lo pasado una estricta inmutabilidad que en términos de las causas
consiste en que existen cosas que es necesario que pasen, por ejemplo: morir; sin
embargo, cuando se habla de los modos como algo tendrá lugar en el futuro, eso no es
necesario y las causas fortuitamente precedentes son las que, inalmente, en el hecho
concreto sobre lo posible, esto es, decir antes de que ocurra que es verdadero o falso,
Y por el contrario, quienes hablan de una serie causal en los acontecimientos pierden
voluntad del alma, a la noción de libertad de acción no está exenta de todo tipo de
problemas. ¿Cuál es la relación entre azar y libertad? De esa relación depende notar lo
siguiente y es: si cuando se habla de las causas fortuitamente precedentes y se sitúa ahí
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responsabilizarme por los efectos que consigo traiga. ¿Sería lícito decir: el azar ha
causado que mi acción tenga estas consecuencias, aunque yo actué no era esto lo que
deseaba que pasara? La libre voluntad no puede asumirse como actuar a mi antojo
las relaciones sociales. Hasta ahí se cierra este bloque y el destino en términos de
4. Teoría de la causalidad
Para Crisipo, respecto a la predestinación: "Si hay movimiento sin causa, no toda
proposición (que los dialécticos llaman ἀξίωμα [axíoma]) será o bien verdadera o bien
falsa, porque aquello que no tiene causas provocantes, no será ni verdadero ni falso.
Mas como toda proposición es o bien verdadera o bien falsa, se concluye que no hay
ningún movimiento sin causa. Si esto es así, todas las cosas que ocurren, ocurren por
causas previas. Si esto es así, todas las cosas ocurren por el destino. Así se sigue de esto
que cualesquiera cosas que ocurran, ocurren por el destino" (DD, 10 [20-21]).Esto es, si
algo carece de causa sus enunciados no serán ni verdaderos ni falsos antes de que
podamos comprobarlo en los hechos como tal, lo que equivale a decir que: lo que no
tiene causas eicientes no puede ser ni verdadero ni falso. Pero de la manera como
estructura su argumentación destaca que de todo enunciado siempre puedo decir que
Semejante argumento implicaría que todo cuanto acontece lo hace por causas
cuidadosamente nos damos cuenta que, asentir a eso es admitir que toda acción está
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hay ni una sola marca de libertad o voluntad de acción; entonces, ¿cómo puedo juzgar
a alguien si no tenía opción distinta para ejecutar su acción? En este orden de ideas
toda acción que se cometa en el cosmos es buena, ¿incluso aquello que percibimos
Crisipo mantiene esa postura sólo en virtud de airmar el destino y que las cosas
ocurren por causas eternas, mientras Epicuro teme aceptar que todo lo que ocurre está
choque de los átomos, supera la concepción del destino. Y es que si sólo se aceptan los
absurdo, no existe nada que en últimas explique la desviación del átomo, vuelve a
Por su parte, Carnéades toma distancia tanto de los estoicos como de los
epicúreos, aunque termina inclinándose por las ciertas posturas de estos últimos. Para
desviación del átomo, y en este sentido podría hacerse frente fácilmente a Crisipo. Esta
tesis a lo que apunta es a que: un epicúreo podría admitirle a los estoicos que no hay
movimiento sin causa; sin embargo, el movimiento del alma, en tanto que, movimiento
debemos tener especial cuidado, pues, como se ven las cosas en este fragmento, esa
6 Estos dos interrogantes aunque son extremadamente interesantes de estudiar no los agoto
completamente en la ponencia por espacio. Sin embargo, quedan a disposición de ser discutidos en la
exposición.
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como cosmos. Ahora bien, si esos movimientos no se impulsan por causas externa y
precedentes: en qué consisten las causas intrínsecas, si las hay. Si se reiere a una
deja ante el problema de no poseer nada que la limite y permita controlar los alcances
responsabilidad moral, no hay algo que podamos decir que condiciones nuestra acción
que no todas las cosas que ocurren lo hacen por destino. En este marco, si un
que hable del modo en que algo habrá de suceder, pues, no están incluidas en la
organización del mundo, como vimos por el movimiento libre del alma. Así es del
hecho que decimos que es inmutable: bien cuando ya ha ocurrido, o bien cuando habrá
Ahora bien, con la airmación del destino tampoco puede caerse en la razón
perezosa, someterse a ella es suprimir de la vida toda acción. Crisipo censura este tipo
de razonamiento según el cual, actúe o no, si hay destino las cosas llevarán el curso que
les corresponde dentro del cosmos. En consecuencia postula que entre los sucesos hay
unos que son: a) Sueltos: “Sócrates morirá tal día”(DD, 13 [30]), estos sucesos hacen
persona se imponen; b) Unidos: “Edipo nacerá de Layo” (DD, 13 [30]), implica la unión
de dos acciones: tanto Yocasta como Layo deben unirse, en la medida en que actúen
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por impulso a su unión estarán cumpliendo su destino. Con esta formulación se está
depende de nosotros ejecutar una acción y aun así siempre está actuando de fondo el
destino.
necesidad lleva a cabo todas las cosas; b) de aceptarse eso nada está en nuestra
potestad, pero, sí tenemos potestad de algo; c) si hay destino todo ocurre por causas
precedentes, de lo que se sigue que: no suceden por destino todas las cosas. Cicerón
aclara que si se intentara reformular el argumento otros términos no se gana nada, muy
distinto es decir: que una causa natural desde la eternidad haga verdadero lo futuro, a
que lo futuro pueda considerarse verdadero sin recurrir a una eternidad natural. De lo
que se trata ahí básicamente es de señalar que algo puede suceder aún sin que haya
indicado que tenemos de fondo una perspectiva según la cual, la acción humana está
Cicerón establece a esta altura una distinción entre: 1) los estoicos para quienes
aceptar el destino es congruente con aceptar los oráculos, y 2) quienes airman que las
cosas que habrán de ser son verdaderas desde la eternidad sin aceptar la adivinación.
Dicha diferencia radica justamente en lo que tienen entendido por causa: para los
estoicos hasta la razón está vinculada con las causas estrechamente, mientras para sus
opositores la razón queda completamente libre. De este modo, parece tomar partido
del lado de los estoicos pues, como ya mostramos en un pasaje anterior la concepción
responsabilidad moral. Entonces: causa debe comprenderse como aquello que precede
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una cosa provocándola. Además debe diferenciarse entre: a) aquello sin lo cual algo no
puede producirse, b) aquello con lo cual una cosa se producirá necesariamente. De esta
distinción surge que ninguna de las dos es causa, porque ninguna conduce a la
15, [34-36].
razonando el suceso. Sin embargo, hay que anotar que para un estoico el predicado
“Filoctetes será abandonado en una isla” (DD, 16 [37]) ha sido, en ese sentido
verdadero desde la eternidad y no pudo haber pasado jamás de ser verdadero a falso –
contra los epicúreos, que sostienen que no puede ser ni verdadero ni falsos-. En
importantísimo al destacar que para Crisipo: “La propia razón deducirá que algunas
cosas son verdaderas desde la eternidad, y que ésas no están unidas a las causas
eternas, y que están libres de la necesidad del destino.” (DD, 16 [38]). Cicerón aclara
que la postura de Crisipo apunta a compatibilizar las nociones de destino y voluntad
-libertad- pero que, aunque tiene mucho a rescatar este último concepto, su lenguaje
tiene a que sea situado más del lado del carácter necesario del destino.
estoica, sin embargo, en este apartado podemos esclarecer cómo están conectados
libertad y destino. Si bien para quienes deienden el destino, en su sentido más estricto,
aporta nada en absoluto: mientras todo ocurra por destino ninguna acción puede ser
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necesidad –como algo estricto-, y sostiene, a su vez, que nada sucede sin causas
que, propiamente, son aquellas que tenemos bajo nuestra potestad. De ahí que el
preestablecidas, ya que no puede darse sin estar motivado por una representación, si lo
concepto de libertad que se está formulando, es pues, uno tal que la representación que
que Cicerón y Crisipo tenían dos cosas distintas entendidas por carácter había
mencionado que el sentido que el estoico reservaba para ella era el del ser racional. Acá
propia naturaleza –carácter- debe entenderse como el buen uso de la facultad racional.
Hemos por in llegado al centro de lo que nos ocupa. Los desarrollos posteriores no
serán abordados, con lo que hasta aquí tenemos es suiciente para analizar nuestra
cuestión.
5. La ética estoica
La formulación central de la ética estoica tal y como hemos venido viendo podría
tanto ordenado, nada puede escapar de esa organización, todo dentro del cosmos está
previsto; y sin embargo, no por ello puede airmarse que estemos absolutamente
determinados. La divinidad ha dado a los hombres la facultad racional, los ines acá no
son muy claros y, no obstante, no parecen ser muy diferentes de aquellos que ya hemos
estudiado con Epicteto. En la medida que poseemos razón ésta constituye el carácter de
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los hombres, y en relación con el cosmos como ἦθος [éthos], entra en la regulación de
entre destino y libertad: ese vínculo es lo determinante para entender cómo es que
estamos, por un lado, determinados y, por el otro, podemos hacernos cargo de nuestra
ese sentido puedo responsabilizarme de mi acción y asumir las consecuencias por ello.
Sin embargo, puede percibirse una tensión que ya señalado con anterioridad y es: ¿si es
mi carácter ser racional –es aquello lo que me deine y distingue-, cómo se explica que
obre en contra de mi carácter? Al menos en Crisipo eso no puede verse con claridad,
Epicteto diría que no haciendo buen uso de mi albedrío y aun así puede ponérsele de
presente la pregunta.
mal, pero no es completamente clara. Si acaso hay quienes porque cultivan la facultad
racional y por ello son reconocidos como moralmente buenos ¿cómo podemos juzgar a
cultivarla- podría decirse, pero es que mi mala acción está en que he actuado con
irracionalidad, ¿en qué debería entonces consistir la sanción?, ¿está ahí la labor de la
mundo, aprende a llevar una vida eiciente en acuerdo con él, una vida que se resigna.
esta y muchas de las preguntas que fueron formuladas a lo largo de la ponencia, para
la ulterior discusión.
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El estoico negligente
[Universidad Nacional de Córdoba]
I.
(quaerere uerba). Una sola de entre las posibles. Adecuada e insustituible. Las horas
emperador, ahora ya el hombre más poderoso del orbe, ahora ya envuelto plenamente
duerme sino que reserva todo el tiempo al trabajo. Aún lo ama. Le escribe: “Dime, te
ruego, Marco, ¿has ido a Alsio para sufrir el hambre frente al mar? ¿No podías
se toma vacaciones cuando llegan los alciones. ¿Quizás los alciones con sus pequeños
merecen más reposo que tú con tus hjos? Pero sin duda la cosa ahora lo requiere
¿cotidiano? ¿eterno? ¿qué arco está siempre tenso? ¿qué cuerdas están siempre
tirantes? Los ojos, cerrándose, duran, mientras que si fuesen forzados a ver
la ayuda del fertilizante, produce hierbas y verduras de la nada; pero para el trigo y los
1 Además del texto latino, me apoyo en la cuidadosísima traducción que realizara Alberto Freixas en
1928, editado por la Imprenta de la Universidad de Buenos Aires, y llevado a cabo como parte de un
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cargo. Su frágil salud lo acuciaba. No dejó jamás de buscar esa palabra. Se alimentaba
día tras días sin enemistades ni odios. Gozaba de la amistad de los hombres más
ilustres de su tiempo. Escribía. Nunca dejó de escribir en latín y en griego, como era
La muerte le iba quitando regiones del amor. Cada hja que nacía, moría. Cinco
veces murió Gracia. Sólo sobrevivió Gracia, la sexta, que se llamaba igual que su
recuerda. Frontón también buceaba en el pasado. En las voces de los poetas arcaicos
aquella que dice más que lo que el oyente o lector espera o cree, de tal modo que si se
otra que no exprese tan justamente el sentido. Por esta razón grandemente te alabo
[Marco] para que pongas todo cuidado y esfuerzo en sacar las expresiones del fondo de
las cosas (rei curam industriam que adhibes tu verbum ex alto eruas et siniicandum
adcomodes). Curiosamente, como al comienzo dje, en ello hay gran peligro: que el
semidocto se equivoque en la elección de la palabra en lo que a exactitud, claridad o
elegancia toca, pues es mejor emplear palabras vulgares o usadas que raras y
II.
seminario del gabinete de historia. Freixas lo presentó además como su tesis doctoral. Asimismo, para
el “Elogio de la negligencia”, he recurrido a la muy prolja edición italiana, a cargo de María Clelia
Cardona, publicado por Medusa Edizioni bajo el título de “Elogio della negligenza e altri scriti
morali” (2006).
2 Carta III, Libro IV.
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En octubre de 451 d.C. tuvo lugar el Concilio de Calcedonia. Allí, los monjes
palimpsesto guardó la escritura inferior catorce siglos. En 1815, Ángelo Mai3 halló su
cada página había dos columnas de 24 líneas cada una, iniciadas por una letra capital.
el lenguaje al concepto, pero sobretodo desprecia el oicio del ilósofo. Una vida
despreocupada desde el comienzo se opone a toda ilosofía, incluso aquellas con centro
en una ética hedonista. Es cierto que la alta estima que le tiene a la amistad, así como el
uso de los placeres, lo acerca a cierto epicureísmo 6. Pero no tanto como lo aleja de las
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doctrinas estoica y platónica, tan dominantes, tan rígidas además, en aquel entonces.
recomendación con aquella, típica de la ilosofía clásica, del ocio especulativo, habrá
que decir también que para Frontón el tiempo dedicado a la propia satisfacción, al
pensamiento hábil para advertir que la materia de la que está hecho es el lenguaje. La
ha olvidado este hecho al lanzarse sobre los entes. La intención de Frontón, entonces,
engañador, que eleva a concepto su palabra singular. “La ilosofía, escribe, no es más
Emperador: “Porque cuanto más grandes se crean los pensamientos, más difícil es
vestirlos de palabras; y hay que trabajar mucho para que los elevados pensamientos no
ilosóica.
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Negligentemente no. Esto denota una forma de vida. Una actitud. Doble: en el hacer
escritura, el bien supremo para nuestro rétor, es limitado por la negligencia, que será
además lo deseable. (2) De todos modos, hay un acento puesto en este diferimiento que
va más allá de la necesidad de precisar esta actitud negligente. ¿Qué indica Frontón
con este acento puesto en la distancia? Que para escribir un pensamiento hay que
una idelidad al propio deseo, identiicable en algunos casos con alguna acción. Eso
hace que la tarea de escritura sea, en cierto sentido, un comienzo siempre nuevo;
axiomático, ciego, que aun respondiendo más o menos opacamente al pensamiento que
exención de algo). Estrategia: poner en el mismo plano ambos conceptos para mostrar
las ventajas de la negligencia por sobre la indulgencia y así quitarle la mala fama que
posee, traspasándole las ventajas que poseería esta última. (2) Un verdadero indulgente
tiene que poseer una dosis de negligencia para poder perdonar oportunamente. Esto
Respecto del hecho de que hay quien considera la negligencia poco segura y
7 El texto es lagunoso.
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Nueva oposición: ahora con la diligencia (La cualidad (-ia) del que (-nt) sabe
susceptible de ser engañado y, por ser considerado inofensivo, está protegido del
desprecio y del maltrato. La diligencia nace de una seguridad individual que es, en el
comienzo del párrafo -el que señala que la negligencia es poco segura- para garantizar
para quien la detenta”. La clave de sus ventajas está entonces en la comprensión del
vínculo social del negligente: (1)Nadie espera nada de él, excepto errores; (2)Cuando
produce algo bueno en el momento oportuno, resulta agradable para los demás.(3)Sus
Además, aquella famosa edad de oro recordada por los poetas, si se piensa
bien, se entenderá que fue la edad de la negligencia, porque la tierra
descuidada producía frutos abundantes y proporcionaba a los hombres
negligentes todo lo que les era necesario para la vida, sin esfuerzo alguno de
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su parte.
resto es novedoso.
Cuanta más conianza tiene una mujer en su propia belleza, tanto más
fácilmente es negligente en el cuidado de la piel y los cabellos; en cambio,
para la mayor parte de las mujeres, la tentación inducida por la diligencia de
adornarse con el máximo cuidado nace de la desconianza en su aspecto.
negligente -para una especie de “sentido común”- es inseguro para sí mismo y para la
comunidad, y que el diligente se aparecería como alguien seguro de sí. Sin embargo, se
algunas otras escuelas helenísticas, incluidas aquellas que no confrontan con las reglas
tácitas de civilidad y que, por ello, las siguen, como el escepticismo o el epicureísmo.
El mirto, el boj y los otros arbustos y brotes que son podados y que es usual
cortar, regar y disponer con gran diligencia y celo, se arrastran por la tierra,
no se yerguen mucho por encima del suelo; en cambio, los abetos no
podados y los pinos descuidados alcanzan con su copa las nubes,
compitiendo con ellas.
Tercera imagen, natural. Funciona igual que la anterior. La diferencia está en que
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potencia.
Cuarta imagen, natural. Supone la superioridad del león -al menos por sobre las
hormigas- y la de los seres humanos por sobre las arañas. Se trata de una superioridad
IV.
De este “Elogio” se desprende entonces una ética del sosiego, es decir, una ética no del
abandono hacia la muerte sino del 'dejar ser y dejarse ser', laboriosa en los momentos
necesarios, una regla para acoplarse al movimiento natural e, incardinado en él, labrar el propio
partir sus líneas. Frontón es un inconsistente: valora el descanso y lanza loas al insomnio;
estudia los objetos más pequeños e irrelevantes; todo lo vuelve parcial e instantáneo.
Quieto, en la mañana fría y con los ojos aún aletargados por el sueño, Frontón encuentra
la palabra. Inesperada porque no es una sino cientos de ellas. La palabra que halla y que dice
más que aquello que el oyente espera es este “Elogio de la negligencia”. Es disruptiva y un tanto
incómoda; roza el cinismo. Exacta para la época, clara para quien quiera oír, elegante.
Referencias Bibliográicas
Frontone, Elogio della negligenza e altri scriti morali, trad. de María Clelia Cardona,
Medusa Edizioni, Roma, 2006.
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Frontón, Correspondencia, trad. de Alberto Freixas, Imprenta de la UBA, Bs. As., 1928.
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Marina L ARROSA
Placido Crupi (1964: 15), por ejemplo, considerando la impronta de una educación
ilosóica cínica, según el anecdotario que conocemos de esta escuela. Mucho más
extrema en su airmación de tal vínculo, Orsola Autore (cit. Crupi, 1964: 14) había
hecho del epigrama satírico, tanto el griego como el de Marcial, una derivación literaria
los cínicos, sino analizar la igura del cínico en la poesía epigramática de nuestro autor.
El estudio que llevaremos a cabo se basa en las siguientes hipótesis, que han sido
correspondería una situación particular del poeta durante el período imperial, invitado
1 Mi investigación sobre el epigrama escóptico fue iniciada en el marco del PID “El symposion en la
literatura y la ilosofía griega antigua” (2008-2010), lo que derivó en la confección de mi tesina de
licenciatura (2009) y de un artículo sobre Lucilio en particular (Larrosa, 2010).
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construcción de la propia persona de Lucilio, pues dentro del contexto convival los
analizaremos dos de los tres epigramas que Lucilio dedica a ilósofos cínicos.
a) AP 11.153
aquí estamos frente a una crítica de Lucilio a los ilósofos cínicos, cuyo aspecto
carentes de signiicado ilosóico (Crupi, 1964: 42; Rozema, 1971: 176). No obstante el
consenso crítico a este respecto, una lectura menos guiada por el prejuicio satírico nos
epigramática.
extiende en todo el primer dístico. Por otra parte, al comienzo del segundo dístico nos
encontramos con la partícula con valor adversativo δέ, por la que se vislumbra una
evaluación diferente por parte del yo de la descripción del cínico. Si primero se habían
en cambio, se describe una actitud del cínico en relación con la comida que establece el
límite traspasado de lo que el poeta puede tolerar de este personaje. Nos detendremos
2 Que seas un cínico, Menéstrato, que andes descalzo / y que te mueras de frío nadie te lo discute en
absoluto. / Pero si con tanto descaro arrebatas hasta los pedazos de pan… / yo también tengo bastón y
a ti te llaman perro.
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lucílico construido a partir del verbo ἁρπάζειν (arrebatar, robar) más la preposición
παρά (junto a, al lado de). LSJ (s. v. παραρπάζω) traduce simplemente como “robar”
(to ilch away), es decir, le da un sentido idéntico al del verbo sin la preposición. Desde
nuestro punto de vista, empero, la preposición παρά tendría aquí el sentido más
habitual de “junto a” o “al lado de” 3, pero no se agregaría al verbo para destacar la
ubicación de Menéstrato en la mesa (notemos que no hay ningún dativo que complete
el sentido locativo del preijo), sino que mediante el mismo se estaría evocando otro
la preposición tiene exactamente el sentido de “junto a”. Así, cuando Lucilio menciona
el acto del cínico de robar comida, lo que está haciendo es describir con exactitud la
conducta del παράσιτος, que no “come” sino que “arrasa” con todo, incluso con lοs
pedazos de pan que los comensales utilizaban para limpiarse y que luego tiraban al
suelo para que comieran los perros (cfr. Aristófanes, Caballeros 415; Alcifrón, Cartas de
los parásitos 8.2). En este punto, cabe aclarar que a menudo la literatura imperial ha
satirizado al ilósofo cínico de este modo, representándolo en los banquetes como un
invitado para hacer reír a los comensales por sus comentarios ilosos, aunque también
parásitos 19).
Ahora bien, el comportamiento parasitario del cínico molesta particularmente a
Lucilio, pero no porque él se encuentre a una altura moral muy superior. Resulta algo
3 Otros matices que ofrece la preposición al verbo al cual se une son: anomalía (παραληρεῖν, decir cosas
sin sentido), perversidad (παραπείθειν, convencer mediante engaños), error (παραγιγνώσκειν,
tomar una mala decisión) y disimulo (παραβλέπειν, mirar de reojo). De estos, podríamos haber
considerado el matiz de disimulo, solo que el adverbio ἀναιδώς (con descaro) parece contradecir tal
sentido.
4 De acuerdo con Ateneo 6.234d-235f, el parásito designaba originalmente a un oiciante en templos
griegos y más tarde pasó a designar a ciertos personajes que habrían aparecido en los banquetes para
recibir comida.
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Desde nuestra óptica, en cambio, y aun coincidiendo en que Lucilio observa de manera
(κἀγὼ ῥάβδον ἔχω). Aquí estamos ante el segundo elemento que queríamos analizar:
el adverbio καί en crasis con el pronombre de primera persona nos estaría señalando
únicamente a ilósofos hipócritas, sino para representar la propia situación del poeta en
como uno entre los aristocráticos φίλοι, sino entreteniendo a los comensales a cambio
del sustento económico del patronazgo artístico. Debido a esto, Lucilio se acerca mucho
más a la figura, también simposíaca, del bufón (γελωτοποιός), a su vez vinculable con
el κόλαξ de la comedia y con el ἄκλητος del período arcaico 5. Más allá de algunas
diferencias entre estos personajes, dos aspectos son comunes a todos ellos: primero, la
por qué el comportamiento voraz del cínico permite que el poeta se identiique con él.
Sumemos a esto que, por lo menos para los antiguos, el cinismo se destacaba ante todo
por su puesta en escena, por sus habilidades performativas, a través de las cuales, a la
par de escandalizar, deleitaba a quienes sabían apreciar su particular uso del lenguaje 6.
5 En la comedia griega, el tipo del parásito correspondía al κόλαξ: una persona dependiente
económicamente de otra, a la que adulaba y servía. Existía también el ἄκλητος (el que no es invitado a
un banquete), que aparece ya en Odisea con el personaje de Iro (Fehr, 1999). El parásito pasa a la
literatura latina con algunas variantes, entre ellas, que no es un ἄκλητος (Damon, 1995). También
tenemos el tipo llamado scurra, que se distingue por lo punzante de su discurso (Habinek, 2005).
6 Sobre las habilidades performativas y lingüísticas de Diógenes remito a Sluiter (2005), Bosman (2006)
y Usher (2009).
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este modo, y contrariamente a las lecturas satíricas más difundidas, podemos decir que
ser más leales a la imagen del poema, a dos “perros” peleando por un plato de
comida7.
b) AP 11.154
Πᾶς, ὃς ἂν ᾖ πτωχὸς καὶ ἀγράμματος, οὐκετ´ ἀλήθει
ὡς τὸ πρὶν οὐδ´ αἴρει φορτία μισθαρίου·
ἀλλὰ τρέφει πώγωνα καὶ ἐκ τριόδου ξύλον ἄρας
τῆς ἀρετῆς εἶναι φησὶν ὁ πρωτοκύων.
Ἑρμοδότου τόδε δόγμα τὸ πάνσοφον· εἴ τις ἀχαλκεῖ,
μηκέτι πεινάτω θεὶς τὸ χιτωνάριον.8
caracterización estereotipada: barba crecida, el bastón con el que suele amenazar a sus
como una esquina concurrida (cfr. Luciano, La muerte de Peregrino 3), además, claro
que hace Lucilio a cierta tradición oportunista dentro del cinismo, de la que
de vidas 11; Doble acusación 6). No obstante haberse adoptado este lugar común de la
sátira a los ilósofos cínicos, habría una ambigüedad en la evaluación moral por parte
pensar la inserción del cínico dentro de una tradición literaria de personajes mendigos
(πτωχοί), cuyo primer representante, pasando por alto las distintas figuraciones de
7 Sobre peleas entre parásitos ver Alcifrón, Cartas de los parásitos 20 y 22. Un antecedente en este tipo
de lucha territorial se encuentra ya en el enfrentamiento entre Odiseo e Iro (Odisea 18.1-109).
8 Todo aquel analfabeto que ande mendigando ya no hace la molienda / como en el pasado, ni carga
fardos por un sueldito; / en cambio, deja crecer la barba y desde la esquina, agitando en alto el palo, /
dice ser por su virtud el “protoperro”. / De Hermódoto es este dogma cargado de sapiencia: “si uno
no tiene ni una moneda, / que deje de pasar hambre y se saque la tuniquita”.
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plegaria a Hermes (fr. 32 West), en donde se destaca el insistente uso del diminutivo,
πτωχός (de hecho mencionado en el v.1), en la medida en que se trata de dos figuras
igura del parásito, asimismo pobre y utilizado por los ricos. Por esta razón planteamos
que la representación del cínico como un πτωχός estaría espejando, aunque quizás a
nosotros. La crítica considera que se trata de un ilósofo cínico, del cual no nos ha
llegado más que esta mención de Lucilio. Si nos atenemos a esta identiicación,
vagos y pobres, así como para la sociedad grecorromana adinerada, afecta a los
Lucilio atribuye al supuesto cínico el término clave es χιτωνάριον. El χιτών era una
túnica que servía de abrigo, por lo que el consejo de quitárselo parece contradecir la
perspectiva de una mejor vida. Pero en las anécdotas filosóficas, quitarse el χιτών era
todo un gesto de austeridad; así, por ejemplo, Jenofonte ( Memorables 1.6.2) comenta
que Sócrates andaba ἀχίτων, y mucho más tarde Juvenal ( Sátiras 13.121-122)
9 López Eire (1996: 138-145) analiza el uso del diminutivo en Aristófanes y llega a una conclusión
similar. Podemos airmar que, a excepción de ciertos usos muy especíicos, el diminutivo tiende a no
ser utilizado en la literatura más elevada y, en cambio, es ampliamente aprovechado por los autores
cómicos con el propósito de parodiar la dicción plebeya.
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diferenciaría a los cínicos de los estoicos en el solo hecho de que aquellos andaban sin
la mencionada túnica. Quitarse el χιτών era, por lo tanto, un gesto de austeridad que
cínico10.
Dicho esto, ¿cómo debemos interpretar la cita que realiza Lucilio de la máxima
deliberada ambigüedad por parte del poeta en su evaluación del dogma, cuando lo
califica de πάνσοφον. Si, por una parte, parece que Lucilio está siendo absolutamente
irónico al respecto, por la otra, no deberíamos descartar que la palabra esté aplicada
con completo reconocimiento del saber sobre el mundo contenido en la frase así
especialmente para la de quienes, como él, dependen del gusto de los otros para
ganarse un sustento. Pues, al igual que el pobre que se dice cínico para justiicar su
en un bufón de su patrón para ser invitado a los suntuosos banquetes. La clave que nos
estaría indicando esta posible identiicación entre el poeta y Hermódoto sería el verbo
ἀχαλκεῖν, inventado por Lucilio a partir del adjetivo ἄχαλκος, originalmente aplicado
a los objetos que no estaban hechos de bronce y más tarde, caliicativo de una persona
pobre (i. e. que no tiene ni siquiera una moneda). Este verbo estaría estableciendo una
intertextualidad con otro epigrama de Lucilio: nada más ni nada menos que con el que
se ha considerado habría sido el que daba inicio al segundo libro publicado por nuestro
10 Al cínico se lo solía representar con un manto raído denominado τρίβων. En Alcifrón, Cartas de los
parásitos 19.9, el cínico Páncrates tira al suelo su manto (τρίβων) y da comienzo a su peculiar
performance ilosóica.
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al dinero que “tan generosamente” le dio el propio Nerón para que pudiera dedicarse a
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Damon, C. (1995) “Greek Parasites and Roman Patronage”, HSCP 97: 181-195.
11 “Por las Musas Heliconas comencemos a cantar” / escribió el que, según dicen, era pastor, Hesíodo. /
“La cólera canta, diosa” y “Háblame, musa, del varón” / djo Calíope a través de la voz de Homero. / Y
ahora yo debo escribir algún proemio, pero ¿qué escribir / al comienzo de este segundo librito que
publico? / “Musas Olímpicas, hjas de Zeus, no habría podido rebuscármelas, / si no me hubiera tirado
una moneda César Nerón”.
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Introducción
En Fedro 246e, Sócrates relata cuál es el destino que todas las almas deben
alcanzar: por mediación de la fuerza natural (dýnamis) de las alas, el alma podrá
dirigirse hacia un lugar que se encuentra más allá del cielo, siguiendo al tropel de los
dioses, encabezado por Zeus. Aquel lugar supraceleste, nos dice Sócrates, “no lo ha
cantado poeta alguno de los de aquí abajo, ni lo cantará jamás como merece” (247e),
puesto que sólo es alcanzado por el piloto del alma que logra vislumbrar la esencia de
lo que realmente es. Sin embargo, podríamos pensar que esta revelación puede
provenir, entonces, de aquel que se posiciona como iniciado ante tales misterios.
en la primera parte, nos centraremos en el relato que Platón ofrece en Fedro entorno al
destino de las almas humanas, las cuales guiadas por los dioses, tratan de aquel lugar
que se encuentra por fuera del cielo, para así alcanzar la condición divina; en la
segunda parte identiicaremos aquel lugar con el Sol, dentro del marco del mito de Sila,
El lugar que no fue cantado por poeta alguno. Consideraciones sobre Fedro
244a-251b
palinodia para saldar el error cometido al difamar a Éros. Nos interesa destacar dentro
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de este discurso el mito del atelaje alado que Sócrates introduce para dar cuenta de la
naturaleza del alma. No es nuestra intención detallar el mito en sentido estricto sino
más bien señalar una serie de puntos que serán luego retomados en la segunda parte
este símil se llevará a cabo la construcción de una narración donde se describe el viaje
del alma por la región supraceleste, en compañía de los dioses. Allí se nos referirá, a
través de la imagen de un carro alado con dos caballos guiados por un auriga, el
ascenso del alma hacia la bóveda celeste donde moran las Ideas. Los dioses tienen
también atelajes, con la diferencia de que estos son armoniosos. Las almas humanas,
Aunque se trata de una construcción fantástica en la que nada hay que nos
mueva a tomar detalles literalmente (Santa Cruz: 2007), el mito ofrece una serie de
epistemología de los diálogos medios de Platón. A los ines de nuestro trabajo sólo
alma humana.
Respecto de la vida de los dioses nos parece destacable que es Zeus quien guía a
los demás dioses, quienes también son conductores puesto que cada alma intenta
imitar a un dios, como se destaca en el pasaje 253d3. 1 Al interior del cielo, hay muchas
rutas, las cuales los dioses recorren girando. Cuando van a los banquetes y
1 “…según sea el dios a cuyo séquito se pertenece, vive cada uno honrándole e imitándole en lo posible
(…) Cada uno escoge, según esto, una forma del Amor hacia los bellos, y como si aquel amado fuera
su mismo dios, se fabrica una imagen que adorna para honrarla y rendirle culto. En efecto, los de Zeus
buscan que aquel al que aman sea, en su alma, un poco también Zeus…”
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(carros) de los dioses marchan fácilmente, puesto que posicionadas en el espinazo del
pueden contemplar las cosas que están fuera del cielo. Es interesante destacar las
palabras de Sócrates según las cuales aquel lugar supraceleste nunca fue cantado por
poeta alguno, y eso es porque es sólo contemplado por el piloto del alma, el intelecto.
Si bien para algunos intérpretes este pasaje ilustra una pretensión de originalidad de
Platón, nos parece relevante retener estas palabras para nuestro análisis del lugar que
menta Platón en el mito del atelaje alado. Se trata, como lo dice inmediatamente, de las
Ideas, en el sentido técnico que Platón da a este término, para designar a las entidades
(Santa Cruz: 2007). La mente del dios se complace al ver lo real después de mucho
tiempo, y se nutre y siente feliz al contemplar las cosas verdaderas, hasta que la
revolución conduzca al alma en círculos hasta este mismo lugar. Durante la revolución
Mientras que respecto del destino de las almas humanas nos interesa tener en
cuenta los siguientes puntos. El alma que mejor sigue al dios y se asemeja a él, saca la
cabeza hacia el lugar fuera del cielo y es trasladada en círculos con la revolución,
aunque aturdida por los caballos, apenas avistando las cosas que son. Otras almas a
veces se elevan, a veces se hunden, y ven unas cosas y otras no. El resto de las almas
y atropellándose, cada una intentando aventajar a la otra. Así pues, hay confusión,
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porque allí crece el forraje apropiado para que se alimente la mejor parte del alma, para
Dado este marco general, quisiéramos destacar el pasaje 247b, que debemos
cuestión fundamental para nuestro trabajo: el “lugar” del que Platón da cuenta en su
construcción para ilustrar la naturaleza de las almas, pero del que no precisa mayores
destaca que:
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lugar presentado por Platón. A continuación, nos serviremos del abordaje de Plutarco
Od. XI 601-602
Si pensamos en la interpretación que nos ofrece Fierro 4 sobre el mito del carro
reconocimiento, mientras que en el caso humano, debe volver a conocer aquello que
alguna vez contempló con los ojos de la mente. Así, el lugar supraceleste se
correspondería con otro mundo, donde moran las realidades incorruptibles, eternas e
intangibles. Tomando esta posición como punto de partida para rasgar el velo de
facie quae in orbe lunae apparet de Plutarco, cuya raigambre platónica, según Perluigi
Donini,6 nos favorece en nuestra investigación. 7
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de dichos elementos, Plutarco indica que al hombre le ocurren dos muertes: la primera
ocurre en la Tierra, donde Deméter, diosa de aquí, separa el alma del cuerpo con
ambas en detalle.
sometidas todas las almas una vez separadas del cuerpo. Sin embargo, no todas
cumplen un mismo tiempo allí: por un lado, las almas licenciosas e injustas deben
pagar las penas por sus faltas, siendo algunas empujados fuera y borradas por la luna,
mientras que otras que están en ella son puestas boca arriba como sumergiéndose en el
12
abismo de nuevo; por otro lado, las almas buenas pasan un cierto tiempo en las
“praderas de Hades” (en la parte de aire más amable) para purgarse de las poluciones
plumas,14 ya que en la vida han vencido al elemento irracional (afectivo), al que han
puesto a las órdenes de la razón; aquellas coronas, llamadas “de dureza”, indican su
parte demonológica (943d-945d), pero no insistiremos en un análisis cabal de ellas. Sólo nos
serviremos de aquello que nos ofrezca claridad para emprender nuestro trabajo, y dejaremos de lado
aquello que consideremos que supera el análisis que se pretende aquí.
8 En clara sintonía con el esquema tripartito del alma, presente en Fedro, los primeros dan origen al
lado racional, mientras que el segundo y el tercero logran como resultado el lado irracional y
emocional.
9 A diferencia del tratamiento de Fedro, la inteligencia no es parte del alma, ni el alma es parte del
cuerpo.
10 Hemos omitido la parte alegórico-geográica en su mayoría, salvo por pequeñas referencias que
hemos colocado a razón de explicitar algunas secciones de las demás partes que componen el mito.
11 Se encuentra en la parte escatológica (943e-944c).
12 Como en Fedro, las almas injustas pagan sus penas.
13 Clara reminiscencia al tema del cuerpo como prisión del alma, presente en Fedro.
14 De acuerdo con Cherniss: “Plutarch has simply woven the "feathers of the soul," which appear
throughout the myth of the Phaedrus, into a wreath that is given to the souls of the good for their
steadfastness, just as the victorious souls in Phaedrus, 256 b..” (p. 203)
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naturaleza ligera la cual se acrecienta debido a que se nutren del éter que rodea a la
pudiendo alimentarse de toda exhalación que les llega. De esta forma, observamos las
diferencias entre las almas justas e injustas, entre los individuos mezquinos que desean
horrorizados ante tal espectáculo,15 y los nobles que son conducidos hacia una vida
apacible en ella, pero que esperar proseguir hacia una vida divina. Porque sólo las
desarrolla una demonología, en la cual, el démon parece estar atado a una especie de
y se haya dejado llevar por ellas o por asuntos inspirados en el odio, es penalizado y
última alteración, ya que sus poderes se han desplazado hacia otro lugar, es cuando la
inteligencia se separa del alma: enamorada de aquello que brilla en el sol, siendo lo
deseable, lo bello, lo divino y lo bendito, el noûs huye hacia aquello a lo cual tiende
toda naturaleza. Pero en tanto la luna corre tras el sol en vistas a cobrar fecundidad,
aun así, conserva el modelo y igura de aquellos, con lo cual, se dice imagen de ambos
mundos. Pero más que nada es sombra, como fue cantado por Homero, quien ha
15 Donini (1988: 137) dice que se dejan engañar por algo que en realidad no está allí: así como la tierra
contiene muchos golfos que son profundos y extensos, así sucede en la luna, donde el más grande es
llamado “Ensenada de Hécate”, y dos muy largos, llamados “Las Puertas”, a través de los cuales
pasan las almas ya en dirección a la parte de la luna que da al cielo, es decir los ‘Campos Eliseos’(942f),
ya en dirección a la que da a la tierra, la ‘Morada de Perséfone Antictona’. Cherniss (1968: 211)
entiende aquí que las almas pasan por el lado interior, en su camino a reencarnar en un cuerpo ( De
facie 944 e y ss.), y por el lado exterior, en camino hacia la segunda muerte.
16 Se encuentra en la parte demonológica (943d-945d).
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Puesto que la inteligencia, lo más divino, es aportada por el Sol, hacia allí se
dirigirá una vez que se alcance la muerte. Pero cuando el sol con su fuerza vital ha
Conclusión
Aquel lugar supraceleste, que Platón nos reiere en Fedro 247c5 como “la
mito de Sila como el Sol, donde el noûs, en los términos de Plutarco, asoma la cabeza
para poder respirar, puesto que es su lugar de origen. Esto cobra mayor vigor bajo la
concebir con seguridad a la Idea de Belleza como aquel Sol que brilla más que todas las
visiones de aquel mundo, asemejándose así al vástago de la Idea del Bien, que
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Clásicos ORDIA PRIMA: La dimensión del espacio en la antigüedad grecolatina .
Alcances y proyecciones.
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inquietud sobre el presente. Desde la perspectiva que propone el autor, los mismos
“cómo se forma una experiencia en la que están ligadas las relaciones con un mismo y
las relaciones con los demás”1. Si en sus trabajos de la década anterior, se abordan las
de un individuo que busca constituirse como dueño de sí” 2, y donde quizás puedan
problema de qué hacer de uno mismo, cómo dar forma a nuestra autonomía y cómo
1 Foucault, M.; “El cuidado de la verdad” (1984) En: Obras esenciales, Madrid: Paidós, 2010; p. 1007.
2 Foucault, M.; “El retorno a la moral” (1984) En: Obras esenciales, op.cit., p.1025.
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sino incluso como criterio y referencia de las mismas. Precisamente en este punto
que responde a una búsqueda cuyo horizonte, si bien está determinado por los
1. Armonía estoica
Foucault dedica gran parte del curso de 1982 al estudio del cuidado de sí en el
en la misma se forja diferencialmente toda una “cultura de sí” que se hace coextensiva
tal omisión sería el efecto de una lectura contemporánea para la cual “las ideas de
3 Foucault, M.; El coraje de la verdad, Bs. As.: Fondo de Cultura Económica, 2011; p. 348.
4 Hadot,P.; Philosophy as a Way of Life, Oxford: Blackwell, 1995; p. 208. La traducción es nuestra.
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comprendemos.5
individual hacia la visión del todo, en un movimiento que liga la naturaleza humana
con la racionalidad que rige el mundo y que muestra que lo único que se encuentra en
correspondencia. Otro punto que observa Hadot es que esa totalidad que sitúa la
humana. Tal dimensión es abordada por Foucault como la relación entre catártica y
manera:
Como puede apreciarse, tampoco se soslaya la relación con los otros en el marco
del orden. Nos interesa detenernos en este punto pues en el mismo es posible
una tensión propia del estoicismo. Nos referimos a esa distinción cardinal de la ética
los otros; cuestión que es posible abordar como la discusión en torno a la oikeiosis
5 Foucault, M.; Hermenéutica del sujeto, Bs. As.: FCE, 2008; p. 270-2.
6 Boeri, M. “Does Cosmic Nature Mater? Some Remarks on the Cosmological Aspects of Stoic Ethics”
en: Salles, R. (Ed.) God and Cosmos in Stoicism, Oxford University Press, 2009; ver p. 183.
7 Foucault, M.: Hermenéutica del sujeto, op.cit.; p.192.
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mismo Hadot por otro8-, yendo directamente a las fuentes podemos vislumbrar que la
sostiene que “los seres racionales han sido hechos los unos para los otros y por tanto
prevalece la natural sociabilidad” (Med. VII, 55), o Séneca señala que “la sociedad es
como un abovedado” (Ep. 95, 53) y se mantiene por el apoyo mutuo de sus piedras; por
otro, los mismos ilósofos apuntando que nos es “tan indiferente la facultad decisoria
del vecino como su hálito vital o su carne” (Med. VII, 56) o que “no sirve de mucho
haber expulsado los propios vicios si hay que pugnar por los ajenos” ( Ep. 29, 7). A esto
necesidad y perfección del orden, que instaura de cierto modo una demarcación para la
intervención que supone el cuidado de los otros, ya que como señala Epicteto, no
encarando a Zeus, me estaré oponiendo a él en todo” ( Dis. III, 24; 23-4). La tajante
dada entre todos los hombres por su coparticipación en la razón que rige el cosmos, de
Tras este breve análisis, es posible volver sobre la lectura de Foucault y apreciar
escuela no deja de recuperar las notas distintivas que deinen el modo de vida virtuosa
sobre sí que consiste en ajustar las propias representaciones y modo de acción con
8 Ver: Inwood, B. “L´oikeiosis sociale chez Epictete” en: Algra, K, Horst, P., Runia, D. (Ed.) Polyhistor.
Studies in the History and Historiography of Ancient Philosophy , Ej. Brill, 1996; Rist, J. “The Stoic
concept of detachment” en: Rist, j. Man, soul and body. Essays in Ancient Thought from Plato to
Dionysius, Variorum, Hampshire, 1996; Hadot, P. La citadelle intérieure. Introduction aux Pensées de
Marc Aurèle, Fayard, 1997.
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respecto a uno mismo, los otros y el mundo a partir del conocimiento y aceptación de
2. Discordia cínica
1984 en el estudio del cinismo. Para el autor, constituye la expresión por antonomasia
de la relación del sujeto con la verdad como instituyendo una forma de vida, donde
esta última se presenta como condición de posibilidad del discurso veraz. El hincapié
está puesto en la inversión de los valores tradicionales que ejecuta el cinismo, como
por otro, una actitud determinada con respecto a lo que es convención, regla, ley;
devolverle a las cosas el valor que le es propio mediante la imposición de otra eigie,
cambiar la verdad sino la legalidad, despreciar la opinión y las costumbres 11. Por otra
parte, la lectura que realiza el autor en este punto, a diferencia de lo que señalamos
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con los otros en el marco del orden que Foucault retoma del cinismo. La caracterización
constante que torna indisociable el cuidado de sí del de los demás; cuidado doble que
la vida a la naturaleza manifestado en una forma realista y cruda –la vida de perro-, no
sólo se asume el papel de prueba de sí, sino también el de captar la atención del resto
espiritual en contra del propio vicio hacia una disputa contra la corrupción de la forma
rasgo que también acuerdan los intérpretes que ya referimos: Long señala el
todas las clases de la sociedad”, M. García que “predicaban su doctrina en las plazas o
encrucjadas por ser los lugares de concurrencia del público” 14. Asimismo,
12 Hadot, P. ¿Qué es la ilosofía antigua? , Méjico, FCE, 1998; p.125; Long, A. A. Filosofía helenística,
Madrid, Revista de Occidente, 1975, p.15; Martín García, J. Los ilósofos cínicos y la literatura moral
serioburlesca, Vol. I, op.cit., p. 66-7.
13 Foucault, M.; El coraje de la verdad, op.cit.; p. 293.
14 Hadot, ¿Qué es la ilosofía antigua?, op.cit, p. 123; Long, Filosofía helenística. Op.cit., p. 114; M.
García, Los ilósofos cínicos y la literatura moral serioburlesca, Op. cit.; p. 69.
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caracterización de la misión del cínico como “el que ha sido enviado como mensajero
de Zeus a los hombres, para hacerles ver que están engañados[…] e ir a anunciar la
verdad sin aturdirse por el miedo”; que “así se acerca a todos, así se ocupa de todos”
allí que el autor señale que “el cínico, al poner en cuestión la humanidad entera de la
que forma parte, hace que la atención a los otros coincida exactamente con el cuidado
de sí”15, ya que como sigue señalando Epicteto, “cuando examina los asuntos humanos
objetivo del cuidado de sí en el cinismo, conlleva una crítica del orden social que es a la
vez una denuncia del modo de vida de todos los que aceptan sus valores. Mediante la
naturaleza.
3. Cuidado y riesgo
perspectiva acerca de los otros y el mundo. La aplicación a sí cultivada por estas éticas,
relexiva como independencia crítica que el individuo puede forjarse. El modo en que
se plantean las relaciones con los demás y el orden, no obstante, traducen diferencias
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combinada con la aceptación de la absoluta necesidad del orden, comporta una tensión
para el ejercicio del cuidado de los otros, en tanto su vicio es tan inevitable como
la independencia es precisamente ese plano donde los otros están a la par, y el combate
convención, de las falsas creencias comunes. La exposición escandalosa lleva ínsita una
disidente, posibilita en el proyecto de Foucault el paso entre una libertad crítica para la
asume a la vez una actitud en contra del orden “en cuyo horizonte hay un mundo
Volviendo sobre el acápite que elegimos, digamos que hay distintas formas de no
no pone en riesgo al individuo que privilegia su armonía con el orden racional. Para el
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se traduce en una forma de vida discordante con el mundo social que espeta un desafío
a los demás, y el peligro de esa provocación se asume como parte del propio
prácticas de liberación, sino como un ejercicio positivo como puede ser la constitución
relexiva de distintos estilos de vida. Constitución que para el autor, luego de sus
últimos cursos, queda claro que no puede dejar de pasar por una crítica de la relación
Referencias Bibliográicas
Algra, K, Horst, P., Runia, D. (Ed.) Polyhistor. Studies in the History and Historiography of
Ancient Philosophy, Ej. Brill, 1996.
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Hadot, P. La citadelle intérieure. Introduction aux Pensées de Marc Aurèle, Paris: Fayard, 1997.
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Fuentes
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1993.
18 Antístenes citado por Estobeo III, 8, 14 en: Martín García, J. Los ilósofos cínicos y la literatura moral
serioburlesca, op.cit, p. 161.
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Séneca, Epístolas morales a Lucilio I (Libros I-IX. Epístolas 1-80) , Introd., trad. y notas Ismael
Roca Meliá, Madrid: Gredos, 1986.
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Laura PÉREZ
En sus tratados Sobre el Decálogo y Las leyes particulares I-IV Filón de Alejandría
dirige su labor exegética a las secciones más estrictamente normativas de las Escrituras
preceptos diseminados en los libros sagrados. Con este in, los diez mandamientos se
erigen en títulos generales o capítulos bajo los que pueden clasiicarse todas las restantes
leyes mosaicas. Pero además de esta labor organizadora, el alejandrino se esfuerza por
demostrar la validez universal de las leyes bíblicas que, en tanto provienen del Dios
creador del universo, coinciden de modo más perfecto que lo que podría lograr cualquier
este marco, en Sobre el decálogo 132-134 y Las leyes particulares 3.83-85 Filón explica el
desde época temprana. Filón construye así una metáfora en la que la analogía entre
trabajo consiste en analizar el uso de esta metáfora por parte de Filón para interpretar su
séptimo lugar en la versión bíblica que él leía, Filón comienza por presentar una
deinición de este crimen que sirve al mismo tiempo para justiicar la enorme gravedad
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es el acto “de quien mató a un ser humano” (τοῦ κτείναντος ἄνθρωπον)1, Filón airma
que ese acto es en realidad un sacrilegio, en griego, ἱεροσυλία. Al igual que la palabra
consagrado a los dioses’ y legere ‘robar’, el vocablo ἱεροσυλία está conformado por la
unión de los lexemas ἱερός y συλάω. El primero es un adjetivo que signiica ‘sagrado,
santo, protegido por los dioses o consagrado a ellos’, pero que a su vez, sustantivado en
forma neutra provee el nombre al lugar sagrado, el templo, τὸ ἱερόν. El verbo συλάω,
por su parte, signiica ‘robar, despojar, saquear’. La traducción del vocablo se desprende
diccionario traduce: ἱεροσυλέω, ‘saquear los templos o las cosas sagradas; cometer un
muerte, a veces precedida de torturas3. Se incluían en este delito, además del robo de
del término, sino además la seriedad del delito que designaba 5. De hecho, el autor judío
que el que le corresponde en la literatura griega6. Pero, si la referencia más frecuente del
1 Las traducciones de fragmentos de Filón y otros autores antiguos me pertenecen. Sigo la edición del
texto griego de Cohn, Wendland y Reiter (1962). Las abreviaturas de títulos ilónicos corresponden a las
establecidas por The Studia Philonica Annual.
2 Cf. Bailly (1930), Liddell y Scot (1940).
3 Cf. Aristóteles, Política 1304a; Isócrates, Contra Loquites 6.4; Licurgo, Contra Leócrates 65; Jenofonte,
Apología 25.2; Plutarco, Moralia 302c. Jenofonte airma que los ladrones de templos, al igual que los
traidores, eran sancionados con la coniscación de sus bienes y no podían ser enterrados en el Ática
(Helénicas 1.7.22). Cf. MacDowell 1978: 149.
4 Cf. Demóstenes, 24.119; Plutarco, Moralia 302c, 309d y 304e.
5 Goodenough (1929: 101) comenta la perfecta comprensión de esta ley griega por parte de Filón: “ Philo
obviously understood the law perfectly, and if he is using it iguratively his igure is quite accurate”.
6 Cf. Leg. 3.241, Prov. 2.33-34.
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del pasaje de Las leyes particulares 3.83: el homicidio es “el más grande de los
sacrilegios” porque “entre las riquezas y tesoros del universo, ninguno es más sagrado ni
más semejante a Dios que el hombre, hermosa imagen de un hermoso modelo, formada
que a primera vista parece muy sencillo, concentra alusiones a complejos conceptos que
En primer lugar, el hombre se incluye entre “las riquezas y tesoros del universo”,
pero, si alguien roba o destruye algún objeto de entre estas riquezas, ¿comente por eso
un robo sacrílego? Para Filón la respuesta a esta pregunta es airmativa, puesto que en su
pensamiento el universo se concibe como el único y verdadero templo divino, cuya copia
visible y terrena es el Templo de Jerusalén. Así lo airma en Spec. 1.66: “el más alto y
verdadero templo de Dios es el universo todo”7. Por lo tanto, quien priva al universo de
uno de sus bienes, destruye algo sagrado y que pertenece a Dios. Esta primera
más sagrado de los bienes de Dios”. Mientras las demás ofrendas –oro, plata, piedras
134), el hombre es la ofrenda más venerable y pura en el templo vivo que es el universo.
Pero, si bien la concepción del universo como templo permite ya asignar una
interpretación a la metáfora, para completar su sentido aún es necesario indagar por qué
motivos es el hombre “el más sagrado” entre todos los elementos y seres de la creación.
Dos conceptos justiican esta consideración del ser humano en el párrafo citado, Spec.
7 Cf. Opif. 55 y Mos. 2.88. A continuación, en Spec. 1.67 Filón airma que el único templo fabricado por la
mano del hombre es el de Jerusalén, porque “como Dios es uno, también el templo es uno solo”.
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3.83: el adjetivo θεοειδής, “semejante a Dios” y la noción de imagen, εἰκών. Ambas ideas
ocupan un lugar central en el pensamiento del ilósofo judío, pues constituyen los pilares
airma que el hombre ha sido creado “según la imagen de Dios y según su semejanza”
(κατ' εἰκόνα θεοῦ καὶ καθ' ὁμοίωσιν)8. Pero esa semejanza no se reiere al cuerpo, aclara
el alejandrino, sino al alma racional: “El término ‘imagen’ (εἰκών) se aplica a la parte
rectora del alma, el intelecto (νοῦν). En efecto, el intelecto parcial que se encuentra en
cada uno fue moldeado según aquel único que lo es de todas las cosas, como si fuera un
arquetipo” (Opif. 69). En este párrafo, la similitud entre el ser humano y su Creador se
inteligible en que aquella se basa. Lo mismo se airma en Decal. 134: el hombre, gracias a
su parte más noble, el alma, es el ser más emparentado (συγγενέστατος) con el Padre
del universo, pues ha recibido el intelecto, “la representación y copia más semejante al
eterno y dichoso arquetipo”. Esta concepción del intelecto como imagen del Logos, que a
su vez es imagen de Dios, se repite a lo largo de toda la obra del alejandrino 9. En Spec.
3.207, volvemos a encontrar una formulación clarísima de esta doctrina: el alma humana
Dios (θεοειδής) por haber sido modelado en base a la idea arquetipo, el altísimo Logos”.
8 Se ha querido ver en el pensamiento ilónico una contraposición entre este primer relato de la creación
del hombre de Gn 1.26-27, tratado en Opif. 69, y el segundo, Gn 2.7, en que el hombre es modelado a
partir del polvo y recibe el soplo del espíritu (πνεῦμα) divino, analizado en Opif. 134. Desde esta
perspectiva, se entiende que para Filón el primer pasaje relata la creación de la ‘idea’ del hombre –en el
sentido técnico platónico del término ‘idea’– y el segundo narra la creación del hombre empírico
(interpretación a la que se añadían como pruebas Leg. 1.31 y QG 1.4). Sin embargo, la mayoría de los
investigadores modernos considera que no es necesario postular que se trata de dos hombres distintos
–uno ideal, otro encarnado–, sino, como airma Martín (2009a: 52), “de dos dimensiones del hombre. El
cuerpo del hombre es imagen del intelecto del hombre, y éste es imagen del arquetipo primero, el lógos”.
También se ha explicado la paradoja entre el primer y segundo momentos de la creación mediante la
distinción entre lo general y lo particular (cf. Baer 1970: 29-30 y Alesso 2009: 179, n. 34, quien cita a
Radice). Por otra parte, como señala Baer (1970: 25), es signiicativo a este respecto que muchas veces
Filón utiliza al mismo tiempo los dos pasajes de Gn para justiicar la misma teoría, el parentesco esencial
entre el alma humana y Dios: Opif. 139, Heres. 56-57, Det. 83, Plant. 18-20, etc. En el mismo sentido se
expresa Runia (1986: 335).
9 Cf. Opif. 25, 69, 134, 137, 139, 146; Leg. 1.31-32, 3.96; Det. 83-84; Heres. 230-231; Somn. 1.73-74; etc.
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Y cabe resaltar con respecto a este párrafo la presencia del otro concepto que
Fedón 95c el ilósofo ateniense utiliza este caliicativo en referencia al alma humana, a la
que se atribuyen las cualidades de la inmortalidad e indestructibilidad 10. Pero Filón,
atento a las malas interpretaciones que esta idea puede recibir en el ámbito multicultural
humano es semejante a Dios (θεοειδές)” (Opif. 69). A diferencia de los griegos, romanos
Filón subraya que en el caso del ser humano la copia no se produce en el ámbito de lo
sensible, sino que vincula dos elementos incorpóreos: el alma humana, o más bien su
parte racional, el intelecto, que es copia del arquetipo, el Logos –la razón– de Dios.
esta concepción del alma humana la que permite establecer el nexo entre el homicidio y
el delito griego de ἱεροσυλία. Pero para que se produjera esta vinculación desempeñaron
un rol de enorme inluencia dos textos que, desde nuestra perspectiva, son los que
brindan los puntos de contacto que permiten establecer la relación de analogía entre
gravedad que se asigna a este crimen se vinculan explícitamente con la noción del
hombre como imagen de Dios: “Quien derrame la sangre de un hombre, verá derramada
explicación de este pasaje en QG 2.62, Filón se preocupa sobre todo por aclarar que no se
trata en realidad de una copia directa del Creador –pues nada mortal puede imitar al
Padre del universo– sino que es una imagen mediata, moldeada según la forma del
Logos. Pero más allá de la centralidad que obtiene esta aclaración, ello no resta relevancia
a su interpretación del versículo como una prueba de que, si Dios castiga el homicidio,
10 Platón también utiliza este concepto en República 501b y Epinomis 980d. Cf. Runia 1986: 333.
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ello se debe al hecho de que el hombre está emparentado con el Logos divino, del que es
imagen y semejanza11.
del ser humano como imagen divina, un pasaje proveniente del ámbito de la ilosofía
griega brinda el punto de enlace deinitivo que permite conigurar la analogía entre el
reiere al caso de alguien que, en un arranque de ira, matase a uno de sus progenitores.
Quien esto hiciera, airma el Ateniense –personaje que expresa las opiniones del autor–,
se vería sometido al peso de muchas leyes, pues no solo debería ser castigado por
maltrato e impiedad, sino también por “robo de templos, puesto que robó el alma de su
traductores vierten a las lenguas modernas este pasaje asignando al término ψυχή el
la ‘vida’ de su progenitor12. Sin embargo, esta lectura reduce la similitud que Platón está
hecho, Platón concibe al alma como la parte “más semejante a lo divino” (τῷ μὲν θείῳ
[…] ὁμοιότατον εἶναι ψυχή) en el hombre (Fedón 80b)14 y en el Timeo airma que esta
reside en la cabeza, de modo que el cuerpo “lleva en lo más alto de nosotros la morada
de lo más divino y sagrado” (τὴν τοῦ θειοτάτου καὶ ἱερωτάτου φέρον οἴκησιν
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autor judío resulta inseparable de la deinición del alma racional como εἰκών, pues
semejanza y parentesco con lo divino la que permite comparar el crimen del parricidio
–y, podemos pensar, de cualquier homicidio– con el otro delito que constituye un ataque
a algo sagrado, la ἱεροσυλία. Por otra parte, la vinculación platónica de estos delitos se
acerca aún más a la metáfora ilónica si consideramos que un poco más adelante en
Leyes, al considerar por qué no se debe descuidar a los padres, Platón compara a estos
con las estatuas (ἄγαλμα) de los dioses y airma que ellos constituyen un templo
(ἵδρυμα15) en el hogar (931a). Como señala Lisi (11982: 349, n. 81), esta airmación se
fundamenta, por un lado, “en la concepción tradicional de que los dioses habitan en sus
estatuas” y, por otro, “en la idea platónica de que el cuerpo es la morada del alma”.
Estas analogías platónicas resultan muy cercanas a los conceptos que organizan la
comparación con las estatuas nos remite a otra metáfora apreciada por el alejandrino: el
verbo compuesto –peculiar a Filón– ἀγαλματοφορέω, ‘que porta una imagen o estatua’,
Dios grabada en el alma humana16, idea que contribuye también a generar una
homologación entre el crimen que atenta contra esta imagen en el hombre y el delito
cometido contra las estatuas u otros objetos sagrados contenidos en los templos17.
De hecho, esta idea de que el ser humano lleva en su interior una estatua o imagen
erige como un objeto sagrado porque es imagen de Dios. Y esta nueva interpretación no
15 La traducción más frecuente para el vocablo es ‘templo’ y así lo traducen Lisi y Bury. Pero debe señalarse
que otro signiicado posible del término es ‘estatua’; sería, en ese caso, equivalente a ἄγαλμα.
16 Cf. Opif. 69 y 137, Mut. 21, Mos. 1.27. El vocablo también es utilizado con otros sentidos, cf. Runia (1986:
333) y Martín (2009b: 34, n. 24) y los pasajes citados por ambos.
17 De hecho, ante una laguna en el texto griego de Spec. 3.83, Mosès (1970: 110, n. 2) repone el participio
verbal ἀγαλματοφοροῦντος, “metaphore qui ne farait ici que prolonger celle de l’ἱεροσυλία”.
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universo puede considerarse un templo, sino también el hombre. En Sobre los sueños
1.215 airma Filón que son dos los templos de Dios: uno, el mundo; el otro, el alma
racional del hombre18. Por otra parte, en La creación del mundo según Moisés 137, el ser
humano también se concibe como templo, pero en este caso es el cuerpo el que actúa
como templo donde reside el alma: al crear al primer hombre, Dios moldeó su cuerpo
con la materia más pura y de la forma más perfecta, ya que “construyó una casa o templo
sagrado del alma racional que iba a llevar la imagen (ἀγαλματοφορήσειν) de la más
semejante a Dios de las imágenes”. Y no puede más que resaltarse el hecho de que en
este párrafo se yuxtaponen las dos concepciones que estamos analizando, el hombre es
un templo o altar sagrado (νεὼς ἱερός) justamente por ser portador de una imagen
sin que desaparezcan por ello los demás: el homicidio es ἱεροσυλία porque atenta contra
el ser humano que, por un lado, es en sí mismo un templo pues contiene en su interior el
alma racional, imagen de Dios y que, por otro lado, ocupa un lugar privilegiado en el
metáfora conigurada por la deinición del homicidio como robo de templos, ἱεροσυλία,
sirve a Filón para conectar el análisis de este precepto bíblico con su teoría antropológica,
desarrollada en otros tratados de ines más ilosóicos. Dado que en Sobre el Decálogo y
humano y del lugar que este ocupa en el conjunto de la creación. Es gracias al poder
legal y penal del texto bíblico, con los complejos conceptos ilosóicos y teológicos que
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paradoja de que el autor judío, que critica duramente el culto rendido a las estatuas en
residencia de los dioses. Sin embargo, el análisis desarrollado demuestra que Filón
los dioses fabricadas por manos humanas, sino más bien del despojo que sufren el
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1. Introducción
Para toda la corriente atomista, el universo está compuesto por átomos que se
peso sino que está dado por un principio clinámico. La declinación -clinamen- consiste
velocidad, nunca podrían encontrarse ni unirse entre sí para dar lugar a los cuerpos.
Como solución, Demócrito le atribuyó diferentes velocidades a los átomos: los más
pesados caerían más rápido y los más livianos, más lento. De esta manera, unos
línea recta por el espacio vacío: “cuando los cuerpos son llevados en línea recta a través
del vacío por sus propios pesos, en un momento incierto y en lugares también
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naturaleza física; la otra, psicológica y moral” (Alcalá 2002: 86). Es decir, la noción de
clinamen es introducida para resolver una cuestión físico- mecánica y también para
explicar la voluntad libre en el hombre.
realizan Bailey y Guissani, identiicó el clinamen con el libre albedrío, es decir, con la
posibilidad de elegir libremente entre llevar a cabo una acción o no; otras conciben la
y podríamos presentar una tercera corriente más contemporánea que surge como
de las ciencias cognitivas al sostener que ningún acto realizado por un individuo puede
sujeto.
impulso vital (élan vital) al modo bergsoniano, se podría establecer una nueva línea
indeterminista.
Los átomos que caen gracias a su peso de forma recta en el vacío pueden
Tradicionalmente, esta libre voluntad fue entendida por libre albedrío. Furley
considera que esta línea interpretativa dominante hasta hoy viene dada por dos
importantes críticos de la obra lucreciana: Giussani y Bailey.1 Con ellos se airma que la
1 Furley 1967.
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psyche humana está formada por átomos que se encuentran en continuo movimiento.
Dicho movimiento puede verse alterado cuando el alma recibe una percepción sensible
sentidos, y, debido a los choques, los átomos de esos eidola transmiten un impulso a los
una reacción placentera o de dolor hacia ese objeto. La reacción estimula respuestas en
el individuo, quien podrá decidir si tomar dicho objeto o evitarlo. En algún momento
movimientos originales de los átomos del alma con los movimientos de los átomos de
los eidola llegados desde fuera, es decir que un estímulo eliscitaría automáticamente
respuesta siempre es libre, debe suceder que un átomo en el alma de alguien se desvíe
de su camino.
En su tesis doctoral, Karl Marx airma que la física epicúrea no es una mera
aparece en su suprema libertad y autonomía (…) y por eso los dioses se apartan y
evitan el mundo, no se preocupan por él y habitan fuera de él” (Marx 2004: 42). Marx
(…) Por eso airma con razón Lucrecio que la desviación quiebra las fati foedera (los
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pactos del destino), y como él aplica enseguida esto a la conciencia, se puede decir del
átomo que la desviación es algo en su interior que puede luchar y resistir” (Marx 2004:
39). La lectura de Cappelleti discute con las interpretaciones marxistas que ven en
7), por el contrario, Cappelleti plantea que Lucrecio utiliza la ilosofía natural y el arte
entrevé cierta compatibilidad entre el libre albedrío que denota la desviación atómica y
el hecho de que esta libertad pueda entenderse causalmente: “La libertad es, para
mismos como un poder que nos sustrae al determinismo y a la fatalidad. Gracias a ella
nuestro propio espíritu. Pero cree necesario explicar en términos de causalidad física
discute con los que sostienen que la noción de clinamen explica la presencia de la
epicúreo está en total contradicción con el espíritu del sistema, en cuanto esta
desviación destruye los pilares básicos del mecanicismo epicúreo, por ser un elemento
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Huby,8 Bobzien airma que en 1967, se creyó que tal problema fue descubierto por
Epicuro. Pero también advierte que en la misma época Furley 9 ya había manifestado
ambiente en conjunto los que determinan completamente lo que hacemos, por tanto
mismos los que estamos causalmente implicados en las acciones, entonces las acciones
no son el resultado de la necesidad. Según Bobzien lo que Epicuro discute con sus
opositores es que no todos los eventos son causados por la necesidad, y por el
contrario, algunas de nuestras acciones son causadas por nosotros mismos, según
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nuestra disposición mental en ese momento. Bobzien concluye que en tanto el sujeto es
disposición atómica y es esta disposición la que produce sus creencias, ideas, impulsos
o deseos.
3. El clinamen en DRN
uno anterior y no hubiera una desviación de los principios que rompa con las cadenas
de la fatalidad y trastorne la sucesión eterna, no habría libre voluntad que nos permita
avanzar a donde queramos ir, pero esta libre voluntad es real y la misma experiencia
sensitiva la atestigua. Nos es observable el hecho de que los animales sean capaces de
actuar libremente, por lo cual se concluye que no todo movimiento está necesariamente
vinculado a otro anterior y sí hay declinación de átomos (II, 251-258). Mediante dos
claros ejemplos el ilósofo antiguo ilustra que la liberas voluntas existe: el primero
presenta el momento en que se abren las barreras y los caballos, aunque se pongan
desearían. En ese momento las moléculas se hallan esparcidas por los miembros y
“precisa excitar toda la masa de materia a través del cuerpo entero, para que una vez
excitada en el organismo, sigan con esfuerzo concorde al deseo del espíritu (…) se
puede ver que el principio del movimiento nace en el corazón y tiene su origen en la
voluntad del espíritu, y desde allí se transmite por todo el cuerpo y los miembros.” 10
(II, 260-271) El segundo es el de una lucha que se da cuando una fuerza extraña nos
obliga a andar sin que queramos y en nuestro pecho queda un poder de combate que
hace frente. (II, 271-280). Ambos ejemplos tienen el propósito de mostrar que los
animales y los humanos tenemos una interna capacidad para iniciar el movimiento.
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tiene una "fuente interna" en un sentido muy literal para Lucrecio: “las moléculas
esparcidas por los miembros es fuerza que se agita por todo el cuerpo si han de seguir
del alma los deseos” (II, 265-268). El concepto del clinamen es introducido por Lucrecio
clinamen puede ser entendido como un principio de vida creativo e inventivo, como un
impulso vital, como un acto unitario e indivisible de realidad concreta.
no quiere decir que le niegue toda capacidad. El ilósofo francés sostiene que esta
realidad si la somete a esquemas. Esta realidad que deviene por ser de naturaleza
separados y por tanto, inmóviles. Las ciencias naturales son el paradigma que deja
inmovilidades, al hacer del tiempo, que en verdad es un devenir constante, una serie
Para poder entender mejor qué es lo que Bergson entiende por instinto, sería
usar las herramientas que poseemos naturalmente, es decir, no las que hemos creado
artiicialmente. Esta facultad está en contacto directo con las cosas, es espontánea, hoy
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que parten de axiomas de los que se siguen nuevos conceptos abstractos, es además
es lo que lleva la vida a una dirección dada ni la simple acción mecánica de las causas
el mundo no puede ser pensado como algo creado y estructurado por los dioses para
-ilósofo tanto más caro cuanto más vinculado lo siente (y no sin razón) al propósito
1994: 122).
Referencias Bibliográicas
Alcalá, Ramón Román, Lucrecio: Razón ilosóica contra superstición religiosa , UNED, Córdoba
(España), 2002.
Bailey, Ciril, Lucretius De Rerum Natura, Oxford, Clarendon Press, 1947.
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título de Cuarto libro de los macabeos , la gran mayoría de los estudiosos acuerda en
encuentra resumida en el primer versículo del texto y consiste en demostrar que la “pía
razón es dominadora de las pasiones” (1.1). Las implicaturas ilosóicas que pueden
deducirse de esta frase son destacadas por el mismo autor, que caliica a este tratado de
la fuente de tal discurso, esto es, en qué tipo de doctrina ilosóica abreva para construir
su texto. En este sentido, las respuestas son múltiples y notablemente variadas. Hay
autores que han propuesto que el autor toma en su texto conceptos directamente desde
Platón3 o desde la propia tradición ilosóica judaica 4, pero no obstante las discusiones,
todos acuerdan que en mayor o menor medida, la base ilosóica del texto retoma una
base común, dentro de la denominada koiné ilosóica del siglo I5, de cuño
nuestro trabajo el rastrear dicho rasgo a través de los lexemas característicos de dicha
corriente de pensamiento que aparezcan en nuestro texto, intentando con ello adscribir
1 El presente trabajo es parte de un proyecto de adscripción titulado “La coniguración del mártir a
través de sus palabras en los libros de los Macabeos” dirigido por la Dra. Diana L. Frenkel en la
Universidad de Buenos Aires. Todas las traducciones del griego nos pertenecen.
2 Cf. inter alia los trabajos de SAULNIER (1983), VAN HENTEN (1997), COLLINS (2000), PIÑERO (2007), y un
reciente artículo de FRENKEL (2011).
3 HADAS (The Third and Fourth Books of Maccabees. New York. 1953), citado en RENEHAN (1972: 225).
4 WOLFSON (Philo. Cambridge. 1948), citado en RENEHAN (1972: 225).
5 RENEHAN (1972: 227) airma que esta expresión, acuñada por Festugiere, es la preferida para
caracterizar el contenido ilosóico de este texto. Cf. con PIÑERO (2007: 70).
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las características de los mártires a la categoría de “sabio” tal como la propone la Stoá y,
Desde el mismo comienzo del texto puede efectivamente verse una arista estoica
dominar las propias pasiones (τὰ πάθη) solo con la fuerza de la razón. Ahora bien,
más adelante el texto nos brinda una deinición de “pasión” que no abstrae la noción,
básicos, “el placer” (ἡδονή) y “el sufrimiento” (πόνος) de las que se derivarían los
demás (1.20). Asimismo se nos dice que la razón no anula las pasiones “por completo”
sino que “no les hace lugar” (αὐτοῖς μὴ εἶξαι 1.6). Esta afirmación es la que ha sido
esgrimida como argumento por los que niegan que este texto sea puramente estoico, ya
que dicha postura es más aristotélica que otra cosa (Boeri 2003: 151; Cf. EN 1125b
26-1126a 1). No obstante, recordemos que, según la época de composición de este texto,
apátheia total por la subordinación de las pasiones a la razón (F, 148, 186, Cf. Long:
214). Así, podemos entonces partir de la aseveración de que el texto de algún modo es
Así anclados, y sin olvidar que no rastrearemos signos estoicos puros sino depurados
comenzar plenamente.
El autor declama, entonces, que las virtudes que se oponen a las pasiones son
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1.18). Traemos este pasaje a colación porque la valentía es precisamente la virtud que le
dará coherencia a todo el conjunto textual. Principalmente porque todos los sujetos a
tortura de esta historia son caliicados de valientes, y siempre después de que ya hayan
muerto (1.23, 5.23, 7.23, 15.10, 15.30), pues, según el texto, su valentía se basó en aceptar
estereotípico tirano Antíoco8 en el debate con sus víctimas. La valentía es, además,
aceptar la muerte como lo que es preferible, coniados en que de ese modo actúan
Si enim est aliquid in rerum natura quod hominis mens quod ratio quod vis
quod potestas humana eicere non possit, est certe id quod illud eicit
homine melius […] est igitur id quo illa coniciuntur homine melius. id
autem quid potius dixeris quam deum?
propugna vivir conforme a la naturaleza9, que sigue su propio lógos10 y que en este
caso podría equipararse con Dios, quien vive en sociedad con los hombres 11 y hace
todo de forma providencial, por lo que debe ser obedecido 12. Más aún considerando
que Dios, en nuestro caso, ha puesto en manos de los hombres una serie de normas que
como un sagrado gobernador sobre los sentidos nos dio la Ley” (cf. 2.21-22). Y agrega
luego el autor:
8 DE SILVA (2007: 106) argumenta esta estereotipación del tirano comparándolo con el Megapentes de
Luciano, a quien, según él, puede intercambiarse fácilmente por Antíoco, dada su increíble semejanza.
9 DL VII, 86.
10 SVF II, 937.
11 SVF III, 333.
12 SVF I, 537. Para una descripción sucinta de Dios bajo el punto de vista estoico, ver RODRÍGUEZ
MORENO (1999: 176).
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es decir que en la obediencia a la ley –y esto es, la vida según las normas
naturales– anidan la valentía y las otras virtudes, más si tenemos en cuenta que la
y desiderativos, ambos otorgados al ser humano por el mismo Dios al formarlo (2.20 13)
podemos llegar a colegir que todos tenemos la capacidad de balancear esas dos
características de modo que los primeros se alcen por sobre los segundos. La virtud se
los mayores. Incluso, en este caso, la valentía consistiría en practicar ese arte de virtud
a sabiendas de que a ojos del enemigo, desleal, inestable y ciego 14, esa es una vana
ilosofía que hace sumir a sus practicantes en un mal sueño (5.11) que los aleja de “la
verdad” mientras que en realidad, solo los valientes están obrando rectamente y
siguiendo una doctrina verdadera (cf. 1.16) que los eleva hacia la sabiduría en una
proporción directa al mal que el tirano se hace a sí mismo castigándolos 15. La ἀνδρεία,
recompensa a los buenos en la otra vida, lo que nos lleva al otro lexema destacado de
A nuestro entender, este vocablo16, que no formaba parte de las virtudes tal como
del sabio por la virtud debe sobreponerse a lo que su propio cuerpo le oponga. En
13 Cf. con el discurso de la madre a sus hjos de II Mac. 7.22-3 y con el análisis de ese pasaje en FRENKEL
(2011: 65).
14 Todas características del necio, explicitadas inter alia por BOERI (2003: 221) y GARCÍA GUAL (2003: 26).
15 Cf. BOERI (2004: 115).
16 “Perseverancia” y “paciencia” para BAILLY. LSJ le agrega el sentido negativo de “obstinación”.
17 SVF III, 275.
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martirizados destacan por el hecho de resistir las torturas infringidas por el tirano
convencidos que de ese modo alcanzarán “los premios debidos a la virtud” (9.8)
estando con Dios, mientras no se cansan de repetir que los necios sufrirán los castigos
impuestos por la justicia divina (cf. 9.30)18. Del mismo modo se coloca entonces esta
virtud dentro del catálogo de las que el sabio ostenta, de manera igualmente
polarizada como sucede en los testimonios de los estoicos más antiguos, ya que solo
son los que las demuestran los que merecen la vista de la divinidad, mientras que los
que la desprecian (ya sea a ella, esto es, a Dios o a sus virtudes) no solo sufrirán castigo
en este mundo sino además en el siguiente. Reuniendo estas dos palabras en una sola
entre los piadosos y los inieles y entre estos dos se alza un abismo. Si se compara esto
con que “[existe una] inexistencia de un estado disposicional intermedio entre virtud y
vicio” (Boeri 2003: 220; cf. SVF 560) se verá como de esa manera, los únicos sabios son
soportan todas las taras que aparezcan en la misión de llevarla a la práctica, suceda lo
que suceda. Todos los demás –se airma– serán castigados por Dios. Al mismo tiempo,
Eleazar, uno de los mártires, incluso expresa que transgredir la ley es igual de grave sin
mismo modo veremos que para los estoicos “todos los actos incorrectos son iguales, en
los actos correctos y en los incorrectos no hay grados” (Boeri 2003: 217). Hacer algo
mártires.
destacable, haciendo al modelo más accesible a los oyentes. Ver al sabio sufrir y morir
18 Para ver los diferentes modos en que la tradición hebrea hizo morir literariamente a Antíoco IV,
revisar el texto de FRENKEL (2002) y los pasajes por ella citados, sumamente explícitos al respecto.
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por sus ideales, sin acallar su dolor (cf. 6.3-11), hace comprender la hondura del
sacriicio que se está llevando a cabo. Sabemos que “Panecio hizo patente la necesidad
de humanizar la ética estoica y la igura del sabio como modelo de agente moral
bueno” (Boeri 2003: 220) por lo que éste dejaría de ser entonces un constructo teórico
para acercarse al nivel de cualquier persona con los valores morales suicientes para
elegir hacer lo correcto en cada momento (Long: 209, Fr. 55). En esta ejempliicación
voluntaria por parte de los torturados que ellos mismos expresan (6.19) puede verse un
atisbo de identidad de la persona con el devenir natural del mundo, de lo que se sigue
que antepone el bien común al beneicio propio de cada uno de los seres en él sujetos 19.
Del mismo modo, y teniendo en cuenta el bien común, el sacriicio de estas nueve
personas (Eleazar, la madre y sus siete hjos) sucede para que Dios castigue los males
del pueblo sobre sus personas y cese de dejar de lado a su nación, porque esta se olvidó
de Él. Dejar de lado un beneicio personal efímero en favor de una recompensa eterna
junto a Dios, tanto para el pueblo de Israel como para ellos mismos (6.28; 9.8 y passim)
es la razón argüida para permitirse morir, cuando sabemos que la muerte es algo que,
y como tal no debería ser buscado por los sabios, salvo en circunstancias especiales y
bajo ciertos motivos claramente especiicados 20. Creemos ver dentro de estos la
a no ejercitar una vida virtuosa sino a no ejercer su racionalidad” (Boeri 2002: 108), que
es lo que claramente explicita Eleazar, en las postrimerías de su tortura (cf. 5.27). Del
mismo modo, al demostrar su sabiduría por no abandonar la ley que Dios les dio de
acuerdo con la naturaleza (κατὰ φύσιν 5.25) se muestran como los más plenos
sacerdotes, pues solo ellos saben lo que conviene al culto auténtico de Dios (5.35, cf.
19 Sobre la ciudadanía universal propuesta por los estoicos y sus implicaciones morales y políticas, ver
BUSTOS (2011). Con los mismos argumentos parece hablar el quinto hermano cuando apostrofa a
Antíoco de μισάνθροπος (11.4).
20 Dichos motivos y su racionalidad dentro de la teoría estoica son analizados por BOERI (2002).
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acarrea la consideración de “sabio” por los practicantes de esta ilosofía. A esto debe
sumarse el hecho de que estas prácticas no están polarizadas de tal modo que nadie
que no sea estrictamente sabio pueda acceder a ellas, sino más bien que el aparente
rigor de la Ley está en consonancia con nuestra naturaleza humana (5.25). La valentía y
alcanzadas por y para la defensa del orden natural. El ejemplo ilosóico se ve, creemos,
algo cuya elección no es preferible, convencidos de que ese era el acto debido a realizar,
esto es, “un acto apropiado a las condiciones conforme a naturaleza 21” de modo de
con la verdad han venido a este mundo y propalando la verdad lo abandonarán (cf.
Referencias Bibliográicas
Fuentes
Instrumenta studiorum
Bailly, A. 1950. Dictionnaire grec-français, París.
Liddell, H. G. – Scot R. – Jones, H. S. 1996. A Greek-English Lexicon, Oxford.
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Bibliografía citada
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Filosóico 32: 193-224.
––––––––– (2002). “ΕΞΑΓΩΓΗ ΕΚ ΤΟΥ ΒΙΟΥ. La racionalidad del suicidio en el estoicismo
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––––––––– (2003). Los estoicos antiguos. Santiago de Chile.
––––––––– (2004). “Observaciones sobre el trasfondo socrático y aristotélico de la ética estoica”,
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Bustos, N. (2011). “El ideal cosmopolita estoico: Una interpretación política a partir de la noción
de ‘ley común’”, Stylos 20: 59-69.
Collins, J. J. (2000). Between Athens and Jerusalem. Jewish identity in the Hellenistic Diaspora .
Livonia.
De Silva, D. A. (2007). “Using the Master's Tools to Shore Up Another's House: A Postcolonial
Analysis of 4 Maccabees”, JBL 126/1: 99-127.
Frenkel, D. (2002). “Las muertes de Antíoco IV“ en BUZÓN, R. et. al. (Eds.) Los estudios clásicos
ante el cambio de milenio. Vida, muerte, cultura. Buenos Aires: 509-18.
––––––––– (2011); “El martirio en la Septuaginta: II y IV Macabeos”, AFC 24: 59-91. [En prensa].
GARCÍA GUAL, C. (2003). “El sabio epicúreo y el sabio estoico” Δαίμων. Revista de filosofía 30:
23-31.
LONG, A. A. (1984). La ilosofía helenística: Estoicos, epicúreos, escépticos [1975]. Madrid.
Piñero, A. (2007). Literatura judía de época helenística en lengua griega, Madrid.
Renehan, R. (1972). “The greek philosophic background of Fourth Maccabees”, RhM 115/3:
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Rodríguez Moreno, I. (1999). “Demonología estoica”, HABIS 30: 175-87.
Saulnier, C. (1983). La crisis macabea, Estella: Verbo Divino.
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Manuel T IZZIANI
“Un libro es más que una estructura verbal, o que una serie de
estructuras verbales; es el diálogo que entabla con su lector y la
entonación que impone a su voz y las cambiantes y durables
imágenes que deja en su mente. Ese diálogo es ininito; las palabras
amica silentia lunae signiican ahora la luna íntima, silenciosa y
luciente, y en la Eneida signiicaron el interlunio, la oscuridad que
permitió a los griegos entrar en la ciudadela de Troya...”
1
Jorge Luis Borges, Nota sobre (hacia) Bernard Shaw
1. Palabras preliminares
Michel de Montaigne (1533-1592) fue, entre los pensadores del siglo XVI, quien mayor
propia época los elementos que le brindaba la presentación del escepticismo realizada
por Sexto Empírico. Siendo al mismo tiempo un heredero del Humanismo renacentista
natal luego del inicio de la Reforma, Montaigne tuvo el ingenio que se requería para
ajustar esa herencia clásica a las inmoderaciones de una época en la que -en palabas de
tal sentido, retomando el juicio de Popkin, y con la intención de avanzar en esa línea de
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interpretación, en este trabajo nos proponemos repasar -siquiera brevemente- los textos
tolerancia.
El camino que habremos de recorrer para fundar nuestra interpretación será el
nuestro modo de ver, son decisivas para comprender la lectura realizada por
Montaigne: por un lado, los criterios de orientación vital a partir de los cuales los
pirrónicos guían su acción; por otro, el décimo modo de suspensión del juicio, es decir,
aquel que pone especial énfasis en mostrar el carácter convencional de las leyes y
aquel en el que habían sido pergeñados, sirven a Montaigne para liberarse de las
pasiones fanáticas atizadas por las guerras de religión, y para sostener sin mayores
Más allá de las discusiones acerca del lugar en el que debe ubicarse a las
4 Algunos, como Rafael Sartorio Maulini, consideran que “las Hipotiposis Pirrónica son un tratado de
introducción a la ilosofía escéptica escrito en una época temprana de su producción intelectual”
(“Introducción”, Hipotiposis Pirrónicas, Madrid, Akal, 1996, p.31), es decir, con anterioridad a los
diversos tratados que componen el Adversus Mathemáticos. Otros, como Pierre Pellegrin, han llegado
a la conclusión contraria: “Jusqu’à présent les interprètes avaient tendance à penser que les Esquisses
pyrrhoniennes avaient précédé les autres ouvrages. Ma relecture des Esquisses m’a convaincu que
cete position commune ne se justiiat pas…” (“Introduction”, Esquisses Pyrrhoniennes, Paris,
Éditions du Seuil, 1997, pp.11-12).
5 Aunque Sexto Empírico ha sido situado por la mayoría de los estudiosos en la segunda mitad del siglo
II d.C., los datos acerca de su vida siguen siendo muy controvertidos. En consecuencia, tampoco
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los Esbozos pueden ser leídos como una serie de apuntes o notas a través de las cuales
el autor intenta brindar un compendio general de esta agôgê ilosóica catalogada bajo
particular disposición de los pirrónicos ante lo real, sino también los principales
términos y fórmulas a través de los cuales los seguidores de esta vía intentan
primer libro6 se halla expresamente destinada a señalar esta distinción. Los dos libros
libro II trata especíicamente de la lógica, el libro III está subdivido en una sección física
sino todo lo contrario8: esta meta se logrará, según mirada, luego de reconocer que las
ánimo se había visto sumido en una agitación constante, el pirrónico halla, de manera
ninguna de sus obras ha podido hallar un lugar preciso en la cronología de nuestra disciplina.
6 Sexto Empírico, Hipotiposis Pirrónicas, I, 209-241. En adelante, HP.
7 Sexto señala que son “los estoicos, pues, y algunos otros, [quienes] airman que son tres las partes de
la ilosofía: lógica, física y ética”. HP, II,13.
8 “Le but que Pyrrhon se proposait d’ateindre, et qu’il proposait en même temps aux autres, est dans la
classiication stoïcienne ultériere, un but étique, et c’est celui qu’ont visé presque tous les philosophes
anciens, le bonheur” Pierre Pellegrin, “De Pyrrrhon aux Pyrrhoniens”, Le Magazine Liteaire, Janvier
2001/1, n°394, p.27.
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equivalente (equipolencia) y contradictorio que todos ellos presentan 9. Así, al igual que
leyes y costumbres aceptadas, por la cual considera “a la piedad en la vida como buena
y a la impiedad como mala”; la cuarta, por último, a la instrucción en las artes, por
9 HP, I, 12.
10 “Le ocurre al escéptico lo mismo que, según se dice, sucedió al pintor Apeles; pues cuentan que
pintando éste un caballo, de tal modo fracasaba en su intento de representar la espuma del corcel, que
desesperó de lograrlo y arrojó contra el cuadro la esponja en que limpiaba los colores del pincel; pero
entonces la esponja, al dar contra la pintura, dibujó la imagen de la espuma: así, también los escépticos
esperaban alcanzar la imperturbabilidad resolviendo la contradicción entre las apariencias y los
juicios; pero, no pudiendo conseguirlo, suspendieron el juicio; y a quienes habían suspendido el juicio
les advino al poco, fortuitamente, la imperturbabilidad, tal como la sombra sigue al cuerpo”. HP, I, 29.
11 HP, I, 22.
12 HP, I, 23. He aquí una de las más célebres represiones sufridas por el pirronismo. Diógenes Laercio
fue el primero en impugnar la “impracticabilidad” de la doctrina de Pirrón ( Pirrón, DL, IX, 61-108), y
aun hoy existen sendos debates acerca de la posibilidad de que el escéptico sea capaz de “vivir su
escepticismo”. Al respecto, véase Myles Burnyeat, “Can the Sceptic Live His Scepticism”, en Myles
Burnyeat & Michael Frede, The original Sceptics: A Controversy, Cambridge, Hacket Publishing
Company, 1997, pp.25-57.
13 HP, I, 30.
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Ahora bien, dado que la imperturbabilidad parece seguirse -aunque sea de modo
fortuito- de la suspensión del juicio, se hace necesario poner de maniiesto cuáles son
precisamente ese resumen el que Sexto Empírico realiza en el capítulo XIV del libro I.
Según nos dice, “por la tradición de los más antiguos escépticos” nos han sido legados
diez tropos:
luego otro dos15. Pero dado que no podemos explayarnos en un análisis detallado de
cada uno de ellos, detengamos muy brevemente en el que el autor ubica en décimo
lugar16. Este tropo, “que concierne sobre todo a lo ético” 17, está basado en la
diversidad de usos, reglas de vida y dogmas a las que hombres son afectos, Sexto llega
a la conclusión de que, “dado que también por este tropo se muestra tamaña
divergencia en las cosas, no podemos establecer cuál es la naturaleza del objeto” 18. Esto
es, dada la enorme divergencia que existe entre aquellos que dicen acomodar sus
razonamiento: si las leyes y las costumbres muestran una gran diversidad, y el rostro
14 HP, I, 36-38.
15 Es Diógenes Laercio quien atribuye la organización de los primeros diez tropos a Enesidemo (DL, IX,
78), a Agripa los otros cinco (DL, IX, 88). En relación a los últimos dos, poco se sabe, aunque algunos
los han atribuido a Menodoto.
16 A diferencia de Sexto, Diógenes lo ubica en el quinto (DL, IX, 83).
17 HP, I, 145.
18 HP, I, 163.
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Así, incapaces de determinar ninguna verdad más allá de las apariencias, los
Si bien es cierto -como lo han mostrado con sobrada claridad estudios recientes 20-
que las Hipotiposis Pirrónicas no fueron desconocidas durante la edad media, y que
incluso se han hallado al menos tres manuscritos de traducciones latinas datadas en los
siglos XIII y XIV, también parece posible airmar que las potencialidades del
realizada por Henri Estienne (1562)21. Y como señalan tanto Richard Popkin como
19 HP, I, 235.
20 Véase el excelente y detallado trabajo de Luciano Floridi: Sextus Empiricus. The Transmission and
Recovery of Pyrrhonism (Oxford, Oxford University Press, 2002).
21 Siete años después de esta primera edición Hipotiposis realizada por Estienne, en 1569, Gentian
Hervet realizará la publicación de los Adversus Mathematicos.
22 Luciano Floridi, Op. cit.., p.39. La traducción es nuestra.
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inicio de la primera de una serie de ocho guerras civiles de religión entre católicos y
hugonotes. Esta sucesión, que sólo culminará treinta y seis años más tarde con la
sanción del Edicto de Nantes, marcará a fuego a todas las relexiones políticas del
período. En ese marco, ya no será un mero oponente ilosóico -por caso, el estoico- a
quien se intente curar de su enfermedad dogmática, sino un enemigo mucho más tenaz
teórica que católicos y protestantes se oponen mutuamente, los unos para vedar toda
posibilidad de reformar racionalmente el dogma, los otros para resaltar las debilidades
Si bien es cierto que ambas facciones intentaron sacar partido de los elementos
que les brindaba este redescubrimiento, parecen haber sido los miembros del bando
católico los que -al menos en un período temprano- aprovecharon mejor esas
las bases de una novedosa posición; la cual, según la expresión de Richard Popkin,
cabría deinir como “ideísmo”. Y si bien la “Apología de Ramón Sibiuda” (II, 12)
-siguiendo esta célebre interpretación- podría ser reputada como uno de los textos
fundacionales de esta nueva corriente intelectual que busca desbaratar las armas de la
23 Emmanuel Naya, “Renaissance pyrrhonienne”, Le Magazine Liteaire, Janvier 2001/1, n°394, p.36. La
traducción es nuestra.
24 “La Apologie [de Raimond Sebond] se desenvuelve en el inimitable estilo zigzagueante de Montaigne
como una serie de oleadas para considerar y compendiar los diversos niveles de la duda, pero su tema
predominante es una defensa de una nueva forma de ideísmo: el pirronismo católico”. Richard
Popkin, Historia del escepticismo desde Erasmo hasta Spinoza, México, FCE, 1983, pp.83-84.
25 God and Skepticism. A study in Scepticism and Fideism , Dordrecht/Boston/Lancaster, D.Reidel
Publishing Company, 1983.
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conformista. Este último grupo, entre cuyos miembros ubicamos a Montaigne, tiene la
característica de optar por mantenerse en el seno del cristianismo simplemente por
principalmente por los inconvenientes políticos y sociales que han provocado a partir
de sus excesos dogmáticos: “c| Me parece muy injusto querer someter las
privada tiene sólo jurisdicción privada” 26. Es principalmente ante esta situación de
crisis política que Montaigne decide mantenerse en el seno del catolicismo, es decir, en
la religión del país en el que ha nacido. “ b| Somos cristianos por la misma razón que
convencional de esas creencias. Creencias que decide seguir tan sólo en la medida en
porque no conoce ningún criterio iable que pueda convencerlo de cambiar de opinión:
26 Michel de Montaigne, Los ensayos, Barcelona, Acantilado, 2007, I, 22, pp.148-149. Los Ensayos son
sido citados de acuerdo a la traducción realizada y editada por Jordi Bayod Brau. Las letras que
preceden al texto (a, a2, b, c) corresponden a cada una de las ediciones originales de la obra, a saber:
a|1580, a2|1582, b|1588 y c|1595. El número de libro ha sido consignado en numeración romana,
mientras que cada uno de los capítulos lo ha sido en numeración arábiga, seguido del número de
página correspondiente a la edición española antes mencionada.
27 Los ensayos, II, 12, p.640
28 Los ensayos. II, 12, p.854
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Montaigne, quien indica que “a| este gran mundo es el espejo en el que debemos
mirarnos para conocernos como conviene”29, sabe también que no hay ninguna
fantasía tan enloquecida que no se corresponda con el ejemplo de algún uso público” 30.
Habiendo sido testigo de la elocuente extensión de los límites del mundo que había
normas y creencias del país en el que habita. La religión, desde esta nueva perspectiva
del escéptico moderno, no es sino un elemento más dentro de ese conjunto de leyes y
creemos al menos haber indicado las bases desde las cuales Montaigne sostiene una
leído con atención las Hipotiposis Pirrónicas, habiendo aplicado con elocuencia el
esos vicios tan humanos que son la vanidad y la presunción, y se convierte, en palabras
de Sylvia Giocanti, en el promotor de una ética de la tolerancia, esto es, de una ética
“que se interroga constantemente sobre qué puede el hombre, y pone una atención
indulgente sobre lo que no puede”31. Pues, como responderá Voltaire algunos siglos
más tarde, probablemente con los Ensayos ante sus ojos32: “¿Qué es la tolerancia? Es
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naturaleza”33.
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Joaquín V AZQUEZ
ontologías.
implicancia que dicha noción guarda con aspectos ontológicos de ambas propuestas
deducir de ello, ya que esta cuestión ha dado lugar a arduas y eruditas discusiones, de
inusitada en los últimos años, sobre todo, por el profundo intercambio de opiniones y
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necesidad de las cosas, sino también Dios y espíritu de Zeus.”(Fr. 254) 2 Lo primero que
encontramos en esta cita es la función ordenadora del lógos, siendo a la vez artíice del
conjunto y Dios. Esta consideración tiene profundas consecuencias éticas en las que no
pretendemos detenernos, pero debe ser tenida en cuenta para comprender la forma en
como razón se halla presente en el todo a modo de semillas, razones seminales ( logoi
spermatikoi): “Así, pues, como todas las partes de un individuo [viviente] surgen de las
semillas en los lapsos debidos, así también las partes del Todo, entre las cuales vienen a
estar los animales y las plantas, surgen en los lapsos debidos. Y como algunas razones
de las partes , en unión con la semilla, se mezclan, y después de nuevo se separan, con
lo cual surgen partes, así también de una sola cosa surgen todas, y de todas se
621)
El lógos nunca se halla separado de las cosas. Allí radica la posibilidad de pensar
libertad. En este sentido, la providencia (prónoia) es uno de los aspectos del lógos, pero
1 Para esta cuestión remitimos a el libro de R. Salles The Stoics on Determinism and Compatibilism .
(Ashgate, Londres) [versión castellana: Los estoicos y el problema de la libertad , Instituto de
Investigaciones Filosóicas-UNAM, México, 2006] y la reseña de M.Boeri al mismo ( Bryn Mawr
Clasical Review, 2007.03.02) También recomendamos los esclarecedores trabajos: NECESIDAD, LO
QUE DEPENDE DE NOSOTROS Y POSIBILIDADES ALTERNATIVAS EN LOS ESTOICOS. RÉPLICA
A RICARDO SALLES. (Boeri. M. En Crítica, Revista Hispanoamericana de Filsofía; Vol. 39, n° 115
(abril 2007), 97-111); LA RAZÓN CÓSMICA EN EL ESTOICISMO Y SUS RAÍCES PLATÓNICAS .
(Salles. R. en Revista Cuatrimestral del Departamento de Filosofía, Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Navarra, Pamplona, España, Volumen 46, n° 1, 2013.
2 Las citas correspondientes al estoicismo fueron extraídas de: Los estoicos antiguos
(fragmentos y testimonios), traducción y notas de Capelleti, A. J., Gredos, Madrid, 1996.
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con una distinción especial: “Porque no sólo crear y engendrar la materia es propio de
que por la presencia del principio ordenador. Por lo que la distribución homogénea del
supuesta, ya que, si se acepta el desarrollo de la emanación, habrá que dar por válido el
depende de ello. Por un lado, resulta claro que dicha presencia está asegurada por la
3 Todas las citas de Enéadas fueron extraídas de: PLOTINO, Enéadas I-II; III-IV; V-VI, 3 vols.,
Traducción e introducción Jesús Igal, Gredos, Madrid. 1982-1998.
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modo en el que el lógos estoico transita por la materia, aunque uno y otra sean las caras
sensible, base del argumento usado por el ilósofo para probar la existencia necesaria
sí un principio de reunión. Es decir, el orden al que Plotino reiere debe ser anterior a
que lo asegura.
momento emanativo que se considere puede ser visto desde dos perspectivas: por un
(aunque una y otra se vean atenuadas por la misma doble perspectiva en relación con
vuelve múltiple. Al dar el ser a su producto, resguarda algo de sí, por lo que sigue
que el Alma participa, la mantiene en sí. Pero entonces, ¿lo múltiple también es un
despliegue emanativo.
tratado Sobre la providencia I, a saber, lo que es uno y perfecto no necesita de otra cosa
y, por lo tanto, tampoco necesita hacer algo. Con su simple ser se basta a sí mismo. Dice
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Plotino: “…el poder hacer algo por sí mismo sería propio, naturalmente, de quien no
estuviera en perfecto estado, sino que tratara de hacer algo y de moverse por lo que
supone, al menos, una opción: hacer o no hacer ‘x’. La introducción de esa opción
exento de perfección. “En realidad, la providencia no debe ser tal que nosotros
providencia. Porque ¿de qué podría haberla todavía? No existiría más que la
por lo tanto, de orden, introduce una excepción, la fatalidad. Esto constituye un primer
gracias a ella…” (III 2.1) La providencia, resultante del concurso del cosmos con la
Inteligencia, hace las veces, como todo lo que es primero en la emanación, de modelo.
Y en esto hay que ser claro, modelo de algo que tendrá un grado menor de realidad.
Modelo de esta providencia (a la que reiere Plotino en la cita de III 2.9 incluida en el
presente trabajo).
Por lo que respecta a la consideración restante, hay que decir que la providencia
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se analoga con la Razón (lógos) hasta casi rozar la identiicación. Ésta es una
un lógos que, por ser producto de aquellas, conjuga el orden inteligible con la
extiende a través del todo. “Es un hecho al menos que cualquier ser dotado de vida y
partícipe de vida, de cualquier modo y en cualquier grado que sea, queda al punto
<<enrazonado>>, esto es, conformado, sin duda porque la actividad que procede de la
2.16) Estar dotado de vida o ser partícipe de ella equivale a estar conformado, ya que la
vida es una de las imágenes predilectas de Plotino para referir a la Inteligencia, y ésta,
ya se djo, atesora las formas. La emanación, en tanto vida que se explaya, genera
sucesivos grados de realidad signados por la vitalidad de esta causa. Por su parte, éste
ser lo que es. De esta forma, lógos y providencia se estrechan entre sí. Pero, como se
Plotino, por ser suma composición, rechaza toda forma, toda determinación. De allí el
da en el lógos superior, sino sólo en el inferior, que está en contacto con la materia. “Así
que hay dos clases de Razón: una es la hacedora, y otra, la que conecta las cosas
superiores con las originadas, y ésta se identiica con la providencia superior, mientras
que la providencia derivada de la superior se identiica con la otra Razón, que está
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determinando la máxima perfección posible para cada uno de los seres, sean estos
inteligibles o sensibles, garantizando de esa forma la perfección del todo. Esto último,
estoica del lógos con la materia. De lo que resulta una atenuación del determinismo
estoico.
4. A modo de conclusión
estoica y plotiniana nos detuvimos, sobre todo, en aspectos ontológicos, hay una
correlación ética profunda en el vínculo que la prónoia guarda con la materia en ambas
Cosa que, por otro lado, sí se encuentra en Plotino. Nuevamente la materia juega un rol
ser, que se halla sometido al ordenamiento formal propio de todo producto emanativo.
afectando al ser desde el no-ser. Permaneciendo sin coniguración, es fuente del error y
individuo.
Referencias Bibliográicas
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Henry, P, Schwyzer, H. R., Editio maior (3 vols., Paris: Desclée de Brouwer, 1951-1973) and
Oxford Classical Text (1964-1982).
Plotino, Enéadas I-II; III-IV; V-VI, 3 vols., Traducción e introducción Jesús Igal, Gredos, Madrid.
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Resumen
cuyos interlocutores son Lucio Manlio Torcuato, Gayo Valerio Triario y el mismo
Marco Tulio Cicerón. El nombre del tratado: De inibus bonorum et malorum, liber
primus. El tema: una exposición del sistema ilosóico de Epicuro. El mencionado libro
I, designado por su autor como el Torcuato, testimonio de la presencia del pensamiento
de dolor? ¿El movimiento del dolor hacia el placer constituye en sí mismo un placer?
¿Los placeres del cuerpo deben subordinarse a los del alma o es correcta la relación
Introducción
bonorum et malorum, y sus palabras son las siguientes: accurate autem quondam a L.
Torquato, homine omni doctrina erudito, defensa est Epicuri sententia de uoluptate (la
teoría de Epicuro sobre la uoluptas fue defendida en cierta ocasión por Lucio Torcuato,
un hombre erudito en todas las doctrinas). En el pasaje citado Cicerón emplea por
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noción griega de hedoné. Y desde aquí en adelante, uoluptas será el término empleado
una y otra vez. Respecto de uoluptas Carlos García Gual sostiene que la inadecuación
donde Lucio Manlio Torcuato, en adelante el ilósofo romano, toma la palabra y dice lo
siguiente: unam rem explicabo, eamque maximam, de physicis alias, et quidem tibi et
también esa desviación de los átomos y la magnitud del sol, así como numerosos
expondré argumentos nada nuevos, por cierto, pero tales que, según espero, alcanzará
a su juicio el más importante, ocupándose de una idea a la vez una rem explicabo, una
cosa explicaré, dice. La uoluptas será el centro, desde ahora, nunc dicam de uoluptate.
Y aclara que no aportará argumentos nuevos nihil scilicet noui, pero que las razones
validez en una cultura donde la palabra escrita adquiere status de autoridad, entiendo.
Desarrollo
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demás deban referirse a él, no a ningún otro. Epicuro lo pone en la uoluptas, a la que
considera como el supremo bien, y como supremo mal al dolor). Se veriica aquí,
interpreto, una antinomia existencial, una dualidad de la cual no escapa ningún ser
humano, más real que el binomio cuerpo mortal-alma inmortal fuera de lugar en el
sistema de Epicuro, que atraviesa toda su existencia puesto que uoluptas es el bien
correspondiente al apartado número 30, dice que omne animal, simul atque natum sit,
uoluptatem appetere eaque gaudere ut summo bono (todo ser viviente, en cuanto nace,
busca la uoluptas y se complace en ella como el sumo bien) así como dolorem
aspernari ut summum malum et, quantum possit, a se repellere (detesta el dolor como
mal supremo, y en cuanto le es posible, lo aparta de sí.) La consecuencia es obvia:
itaque negat opus esse ratione neque disputatione, quam ob rem uoluptas expetenda,
fugiendus dolor sit (por lo tanto no hay necesidad de razonamiento ni de discusión
para comprender por qué debe buscarse la uoluptas y rechazar su contrario). La
uoluptas es, insisto, el in último y supremo de los bienes de la vida humana. En apoyo
de la airmación precedente cito un fragmento del apartado 32 que dice lo siguiente:
nemo enim ipsam uoluptatem, quia uoluptas sit, aspernatur aut odit aut fugit, sed quia
consequuntur magni dolores eos, qui ratione uoluptatem sequi nesciunt (nadie, en
efecto, desprecia, odia o rehúye la uoluptas porque sea uoluptas, sino porque se siguen
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grandes dolores para quienes ignoran cómo disfrutar con discernimiento). Y para
grandes sufrimientos el ilósofo romano propone una regla de oro en el apartado 33,
una guía del buen vivir para quien aspire a usar de su vida en plenitud, que
earum rerum hic tenetur a sapiente delectus, ut aut reiciendis uoluptatibus maiores
alias consequatur aut perferendis doloribus asperiores repellat (en suma, la regla de
oro debe ser esta: renunciar a uoluptates para conseguir uoluptates mayores o soportar
dolores para evitar otros más graves). En su Historia de la ilosofía Lamanna dice que
el hombre nada puede hacer contra la necesidad fatal del universo, y sin embargo
alguna posibilidad de acción práctica debe concedérsele; si no, ¿de qué valdría
enseñarle la “sabiduría”, señalarle la verdadera felicidad? (Lamanna: 1952, 355). Por lo
tanto, iniero, la no aceptación de la mencionada regla de oro implica desconocer el
omni dolore detracto, nam quoniam, cum privamur dolore, ipsa liberatione et
vacuitate omnis molestiae gaudemus, omne autem id, quo gaudemus, uoluptas est
(estimamos como uoluptas suprema aquella que experimentamos cuando suprimimos
el dolor, en efecto, cuando estamos libres de dolor, esa liberación y falta absoluta de
toda molestia nos causa gozo, es uoluptas). Por lo tanto, dos de las características de la
correlato con la liberación del dolor, ipsa liberatione. Y un tercer rasgo de la uoluptas es
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fragmento que dice: itaque non placuit Epicuro medium esse quiddam inter dolorem
quasi claudicare uideatur (si pensamos que la amistad es deseable por nuestra
uoluptas toda la amistad es vista como renuncia) porque cum autem usus progrediens
familiaritatem efecerit, tum amorem elorescere tantum, ut, etiamsi nulla sit utilitas
ex amicitia, tamen ipsi amici propter se ipsos amentur (cuando el trato prolongado
produce intimidad entonces lorece un amor tan grande que no vemos utilidad en
ilósofo romano agrega que si en el trato cotidiano con los objetos, lugares y animales
que nos rodean solemos encariñarnos, con cuánta y más razón en las interrelaciones
pleno de la uoluptas cuya carencia impide la formación misma de este vínculo, según
el pasaje situado en el apartado 70 que dice así: quibus ex omnibus iudicari potest non
modo non impediri rationem amicitiae, si summum bonum in uoluptate ponatur, sed
sine hoc institutionem omnino amicitiae non posse reperiri (de todas estas razones
placer cinético o genético, sino el placer catastemático, es decir estable o constitutivo” (García Gual,
1981:153).
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supremo bien en la uoluptas sino que sin ella es imposible la formación de la amistad).
Resulta de interés para esta ponencia una breve relexión sobre el amor y sus
consecuencias. En el apartado 53 dice que nam diligi et carum esse iucundum est
propterea, quia tutiorem uitam et uoluptatem pleniorem eicit (en efecto, ser amado y
querido es agradable porque la vida es más segura y es más completa la uoluptas). La
uoluptas, luego, se ve enriquecida por el cuidado y el amor de aquellos que nos aman
y, en el ejercicio de este sentimiento el ser humano sea realiza de una manera plena. El
apartado 54, con la siguiente airmación: quodsi ne ipsarum quidem virtutum laus, in
qua maxime ceterorum philosophorum exultat oratio, reperire exitum potest, nisi
derigatur ad uoluptatem, uoluptas autem est sola, quae nos uocet ad se et alliciat
suapte natura, non potest esse dubium, quin id sit summum atque extremum bonorum
omnium, beateque vivere nihil aliud sit nisi cum uoluptate vivere (si es cierto que ni
siquiera la alabanza de las virtudes mismas, en la que sobre todo desborda la
uoluptas, y a la vez la uoluptas es la única que nos llama y nos atrae por su propia
naturaleza, no puede haber duda: la uoluptas es el último de todos los bienes, es el bien
hacia el conocimiento supremo pero, como fue demostrado hasta aquí, tanto por la
repulsión al dolor, estado propio no solo de los hombres sino de todo ser viviente en
cuanto esté sano y con sus facultades intactas, como por la búsqueda instintiva de
todos los bienes que satisfacen el estado de beatitud del alma, siendo el amor uno de
los más preciados, todo en suma, lleva hasta aquí a la noción de uoluptas. El hombre
por naturaleza tiende hacia la uoluptas y todas sus acciones son guiadas hacia ella,
inclusive los errores, causantes de dolores, le enseñan al hombre que solo por la
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uoluptas aplicada al alma. Para tal in examinaré el pasaje que sostiene que, si bien los
movimientos del alma nacen en el cuerpo este hecho no impide que sean mucho más
intensos en el alma que en el cuerpo. Las palabras del ilósofo romano son exactamente
las siguientes: animi autem uoluptates et dolores nasci fatemur e corporis uoluptatibus
et doloribus (en efecto, las uoluptates y dolores del alma nacen de las uoluptates del
cuerpo) pero corpore nihil nisi praesens et quod adest sentire possumus, animo autem
et praeterita et futura (el cuerpo no puede sentir más que lo presente mientras que el
alma también experimenta lo pasado y futuro) se sigue necesariamente que, si bien, el
momento presente, facultad esta última que comparte con el cuerpo, quien carece de
las anteriores. En síntesis: la uoluptas nace en el cuerpo pero es más intensa en el alma.
Dejo para el inal la relación entre uoluptas y los terrores de ultratumba. En el apartado
49 escribe: mortis metu omnis quietae uitae status perturbatur (el miedo a la muerte
perturba la tranquilidad de la vida) y sin embargo, maximos -dolores- morte iniri (los
máximos dolores terminan con la muerte). Festugière sostiene que un obstáculo para la
felicidad del hombre en el sistema de Epicuro es el temor porque turba la paz del alma
Gual airma que la felicidad del organismo viene dada por la ausencia de dolor en el
cuerpo (la aponía) y la ausencia de dolor en el alma ( ataraxía), que son placeres
catastemáticos (García Gual, 1981:161). Se desprende entonces, según el ilósofo
romano, que como la muerte representa el in de todos nuestros padecimientos no
habría razón para temerle: la muerte no puede ni debe perturbar la tranquilidad del
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Conclusión
Según pude relevar hasta aquí, en un trabajo necesariamente breve y parcial, para
bienestar que resulta de la supresión del dolor y no el movimiento del dolor hacia la
temor de la muerte. A partir de lo expuesto de manera sucinta hasta aquí concluyo que
hacia el cual deber ser conducidas todas las operaciones humanas, incluidas el amor y
Referencias Bibliográicas
Cicerón, M.T. (1987), Del supremo bien y el supremo mal, Herrero-Llorente, J. (trad.), Madrid,
Gredos.
Ciceronis, M.T. (s/f), De inibus bonorum et bonorum libri I et II , (par Émile Charles), Paris,
Librairie Hachete.
Festugière, A.J. (1960), Epicuro y sus dioses, Buenos Aires, Eudeba.
García Gual, C. (1981), Epicuro, Madrid, Alianza.
Lamanna, E.P. (1952), Historia de la ilosofía. I Filosofía de la antigüedad, Caleti, O. (trad.),
Buenos Aires, Hachete.
Romeyer-Dherbey, G. (1996), Epicúreos en El mundo helenístico: cínicos, estoicos y epícureos ,
Guerrero, F. (trad.), Madrid, Akal.
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realizado en el marco del Simposio a quien fuera fundador y director del Centro de
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Victoria J ULIÁ
Ubi sunt …?
Las muy duras pruebas que le presentó la vida, sus grandes dolores
tuvieron en la ilosofía y en la política el phármakon justo para
abonar ese huerto que cultivó con saber helénico y helenístico. Uno
de sus más bellos logros ha sido, para mí, la conciliación de pólis con
kêpos, a cuyo abrigo gestó su modo de bien vivir, con serenidad de
ilósofo y fervor de político.
Victoria Juliá
Buenos Aires, Agosto de 2013
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Pilar S PANGENBERG
Homenaje a Armando
de ese hueco dado por la ausencia de un fundamento. Y sin embargo, lejos de clausurar
sentidos, ese hueco le brindaba el horizonte para la instauración del sentido. Uno de los
nada, el punto negro incrustado en los orígenes del pensamiento al sustraerse el mito.
Ahí se produce la emergencia de la muerte como límite, como inal ineludible que se
lectura, como trasfondo en la cultura griega. La muerte es vista, en sus palabras, como
de Grecia, en estos agujeros negros donde se instala una pregunta abierta que
eventualmente permitirá luego los desarrollos que darán algo así como lo que
que se instaura una presencia, la ilosofía. Creo que así como en el trasfondo del
nihilismo lo que animó su pensamiento y práxis. Hoy, frente a su ausencia cabe para
culto de los muertos”. A partir de este culto, señalaba, podemos hacer de la muerte un
elemento de vida. La muerte, decía, es una ausencia que sigue convocando a los vivos.
En esta casa que albergó durante tantos años su igura siempre irreverente quiero
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destacar un enorme legado vivo que nos ha dejado a partir de su calidad de maestro.
Me gustaría evocar su igura desde este peril que me resulta mas familiar y del cual
tanto aprendí en estos años en que tuve el privilegio de trabajar con él. Armando
pertenecía, en sus propias palabras, a “la escuela” de Conrado Eggers Lan, inmensa
ilosofía. Como Eggers, Armando era de los pocos profesores que lograba transmitir
una verdadera pasión por la ilosofía, con su desacartonada erudición encendía esa
llama porque exhibía la ilosofía como una práxis, como un modo de vida. Armando
la ilosofía, tal como la pensaron los griegos, Sócrates y Platón a la cabeza: ¿cómo
debemos vivir? Y, como los griegos del período clásico, entendía que este interrogante
Sócrates y Platón, de allí su clara conciencia del carácter constitutivo del lazo
creada por Sócrates supone siempre un rol mediador que no exhibe tanto elementos de
orden doctrinal, sino que nos interpela con su práctica y su vida. Armando era de esos
grandes maestros que cambian la vida de sus alumnos. Aquellos con los que se crea un
Armando creaba con sus alumnos vínculos de profundo respeto y amistad. Era
curioso porque los requisitos formales que ijaba para la aprobación de la materia eran
realmente muy laxos. Sin embargo, todos sus alumnos podrán atestiguar lo que digo:
postergaba años por las exigencias que ellos mismos se ijaban frente a la igura de
Armando. Quizás fuera porque él los convocaba a algo a lo que quizás no nos
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generosidad en la guía que ofrecía, sino también en el material bibliográico propio que
Lo que le confería tanta potencia a su igura como maestro, creo, era su particular
nosotros mismos. Toda su relexión en torno a los griegos suponía pensarlos a ellos y a
su sombra: ¿qué nos pasa con los griegos? Era esa la pregunta que guiaba sus estudios
de ilosofía antigua. A sus eruditas relexiones teóricas les seguía la pregunta implícita
y muchas veces no tanto: ¿y con esto qué hacemos? En un escrito del año 89 “Cultura
El pensamiento es, diríamos, antes una actividad ética que intelectual: un servicio
a la vida de un pueblo y un goce en el seno de esa vida. Por eso no puede ser un
de lo que el pueblo dice o calla, porque también así aparece separado (…). Es un modo
se limita al vínculo con los alumnos y las instituciones en que los practicaba. Para
Por eso la mejor manera de conjurar su muerte sea asumiendo que el sentido no
viene dado. Que este se conigura a partir del propio pensamiento y la propia práxis y
convocando.
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