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Técnicas clase 2

¿Cómo se clasifican los tests?

Como ocurre en cualquier campo donde se investiga y especula existen diferentes criterios de
clasificarlos. Tomaremos este por más sencillo:

Veamos las diferencias entre Técnicas Psicométricas y Técnicas Proyectivas.

Las Psicométricas, con las cuales trabajaremos este cuatrimestre, son aquellas diseñadas para
impulsar (a partir de un estímulo) un tipo de reacción en determinado comportamiento. En
estos tests se trata de una verdadera evaluación si consideramos que la palabra “evaluar”
significa: “Atribuir o determinar el valor de algo o de alguien, teniendo en cuenta diversos
elementos o juicios.”

Se atribuye para estas pruebas un valor cuantificable fruto de una comparación con un grupo
de muestra llamado normativo. Recordarán lo estudiado en estadística y metodología. Aquí
mandan los criterios universalistas que designan un estado normal (Que sirve de norma o
regla) como unidad de medida para cada comportamiento medido en cada humano.

Verán, a lo largo de la cursada, como las medidas estadísticas (media estadística), s (desvío
standart), cocientes y percentiles reemplazarán a las interpretaciones imponiendo en los tests
psicométricos su significación al mostrarnos si nuestro sujeto se encuentra dentro de los
normal (esperado para ese test) o por arriba o por debajo.

La objetividad de la ciencia de la modernidad (siglo XVIII y XIX) encontrarán en la estadística


una herramienta privilegiada para la evaluación psicológica. Cómo vimos la clase pasada los
principios que rigen la psicometría son el de validez y confiabilidad.

Los tests psicométricos, según el grado de estandarización, establecen respuestas correctas o


incorrectas mediante la adjudicación del valor numérico.

Algunas condiciones de los tests psicométricos para evaluar correctamente:

Ejemplos de Tests Psicométricos: Raven (en sus 3 escalas); Escalas Weschler (WAIS, WISC Y
WIPPSI); Dominó; Test Guestáltico Visomotor de Lauretta Bender; Toulouse; diferentes
cuestionarios. El cuestionario MMPI, por ejemplo, intenta a partir de un controlado número de
preguntas establecer diagnósticos psicopatológicos y de personalidad.

Las técnicas proyectivas en cambio responden más a deseos clínicos de ampliar los
conocimientos sobre el psiquismo humano en tiempos acotados como los de un
psicodiagnóstico.

La teoría psicoanalítica ha sido marco teórico en la de la mayoría de los mismos. El mecanismo


de la proyección es que da nombre y consistencia a estos tests. En la línea americana este
mecanismo se concibe como el desplazamiento de contenidos conscientes y preconscientes a
partir del estímulo (dibujo, mancha, escena o pregunta). La diferencia con la proyección
freudiana está en la posición de desconocimiento que el sujeto asume respecto de lo propio
que proyecta.
En estas técnicas el estímulo provoca respuestas en un sentido más amplio, menos controlado.
No existen respuestas correctas e incorrectas como en los psicométricos si bien se analizan
posibles respuestas esperables clínicamente.

Por lo dicho se considera que el material de estos tests es cualitativo en vez de cuantitativo.

Ejemplos de tests Proyectivos: H.T.P. (House, Tree, Pearson); Cuestionario Desiderativo;


Familia Kinetica; T.R.O. (Test de Relaciones Objetales de Phillipson); T.A.T (Test de apercepción
Temática); Persona bajo la lluvia; Rorschach. En niños: CAT (Children aperception test); Pata
Negra, Dibujo libre, etc.

Existen tests que combinan aspectos Psicométricos y Proyectivos como el Test Guestáltico
Visomotor de Bender en la versión de E. Koppitz, el DFH (Dibujo de la figura humana) de
Koppitz. Ambos usados con niños que aportan información cuantitativa y cualitativa.

PSICODIAGNÓSTICO

Ambiente general

Es destacable el cuidado que debemos dispensar a las condiciones de trabajo.

Hemos hablado de la cordialidad sin apegos emocionales. Ahora hablaremos de las


condiciones ambientales. Debe disponerse de un ambiente donde exista la mayor tranquilidad
posible, sin ruidos molestos o llamadas telefónicas. En el mismo debe evitarse la presencia de
terceras personas, familiares, acompañantes u otros. Estos podrían alterar la concentración del
sujeto en la tarea.

Debe estar muy bien iluminado por la tarea que se pedirá realizar al sujeto al dibujar o ver
láminas o manipular objetos. También una adecuada ventilación de la habitación como norma
mínima de salud.

Dispondremos de un escritorio suficientemente amplio para colocar los elementos de los tests,
desplegarlos y que deje al sujeto en una situación cómoda para su manipulación.

La condición del material de los tests debe estar en óptimas condiciones. Nunca usar
fotocopias de láminas o sustitutos de los materiales porque alteran los resultados finales.

Tendremos preparados y probados con anterioridad todos los elementos necesarios para la
tarea: lápices con buena punta, bolígrafos con tinta suficiente, adecuada cantidad de hojas
(tanto para registrar como para los tests gráficos), elementos específicos que forman parte de
cada test a administrar, reloj a la vista o cronómetro para las técnicas que requieran tomar el
tiempo, etc.

¿Cómo ubicarnos en el escritorio? La disposición frente a frente puede servir para las
entrevistas iniciales pero a la hora de administrar un tests que requiera que veamos la
producción nos obligara a realizar el ejercicio de invertir lo que apreciamos desde el otro lado.
En este caso es mejor ubicarnos a 45º del sujeto. De este modo podemos apreciar lo que
realiza como él lo hace.

PASOS DEL PSICODIAGNÓSTICO:


Vamos paso por paso a explicar los diferentes momentos del proceso Psicodiagnóstico:

La Entrevista Psicológica: Herramienta clínica fundamental dentro del proceso


psicodiagnóstico, muchas veces desacreditada por considerarla poco objetiva ya que se la
compara con los criterios de las ciencias llamadas exactas. Es nuestra técnica dado que su
objeto es absolutamente subjetivo: el psiquismo humano. El tratamiento de la misma por el
psicólogo lo vimos la clase pasada cuando hablamos de sus diferentes momentos, la
disociación instrumental, su ansiedad concomitante, la transferencia, la abstinencia y la
atención flotante.

Diferentes autores, entre ellos Zenequelli, Siquier de Ocampo y Arzeno, han descripto los
diferentes momentos de la entrevista psicológica. Nosotros elegiremos en el caso del adulto
estos:

a) Pre-entrevista: la constituye el primer contacto que tenemos con el sujeto, generalmente es


telefónico, cuando éste se comunica para solicitar el psicodiagnóstico. El conocimiento que
podemos tener varía según los sujetos pero podríamos decir que en lo mínimo: la edad, sexo,
si ha sido derivado y por quién, porqué solicita la entrevista/psicodiagnóstico.

En muchos casos podemos ya escuchar sobre: cómo demanda, el nivel de ansiedad o temor,
cierta fantasía sobre la experiencia aún no vivida (“Usted va hacerme dibujar como un niño
¿no?”) en un adulto. Un sujeto derivado por el juez expresa tensamente al buscar el día
apropiado para el encuentro: “No me va a ser esperar abajo ¿no?, porque yo no suelo esperar
a nadie. Ya le aviso.”

En el trabajo con niños y adolescentes escucharemos a sus padres o responsables con sus
temores, culpas y ansiedades. Una mamá decía al coordinar el horario del encuentro: “Prefiero
a la tarde porque a la mañana me siento más desprotegida, más culpable de todo.”

b) Entrevista: se inicia con el primer encuentro donde después de las debidas presentaciones
se acuerda o recuerda, si fueron adelantadas en la pre-entrevistas, las condiciones de trabajo o
encuadre (horarios, honorarios, cantidad estimada de encuentros para el psicodiagnóstico).
Luego se toman los datos personales: nombres, escolaridad, ocupación, estado civil, dirección,
etc. propios como los del grupo conviviente y de familia extensiva (sobre todo padres). Con
estos datos podremos después, si lo deseamos, armar un psicograma.

COMIENZA cuando el sujeto comienza a hablar de aquello que lo trae, que puede ser el Motivo
de consulta en la clínica como el hecho/demanda judicial en lo forense. En el campo
educacional suele aparecer por el pedido del docente o autoridad educativa.

Habrán leído sobre como dividir la entrevista: en cerrada (anamnesis), abierta y semidirigida o
mixta. En la medida que la anamnesis es una recaudación de datos no es el mejor modo de
acceder al psiquismo de un sujeto ya que diferente al médico tomamos aquello que es
importante para el sujeto (lo que cree saber y lo que cree que ha logrado no saber) y no para
los signos y síndromes. La entrevista abierta corresponde más bien a lo que sería una sesión
psicoanalítica y teniendo en cuenta que el proceso psicodiagnóstico cuenta con un número
limitado de encuentros tampoco sería sabio usarla. Así es como el tipo semidirigido es el ideal.
En ella partimos de una consigna que conviene sea abierta, no que lleve a respuestas
afirmativas o negativas, no que sugieran un área o tema por ahora.

Esta puede ser que hable de aquello que lo trae (Motivo de consulta) o simplemente:
“Hable/hablá de Ud./vos.”. Luego, en la medida que vayamos escuchando podremos retomar
algo de lo que dice y pedirle que precise o amplie. En estos momentos no es conveniente dejar
escapar nuestros “pareceres”, “prejuicios” con preguntas que condicionen lo que dice o, aún
sin querer, lo sancionen. Por ejemplo el sujeto viene hablando de lo mal que se siente con su
madre por algo que dijo y el entrevistador interviene preguntando: “¿Le pediste perdón?”
Veamos, aquí el entrevistador da por sentado que el sujeto debe pedirlo interceptando su
discurso con su moral.

Es importante destacar que estamos ante un sujeto “único e irrepetible” por lo tanto por
lógica que no conocemos. El mejor estado inicial es el de asombro, descubrimiento, dejar que,
a partir de la escucha, se presente esta nueva subjetividad.

Los conocimientos teóricos no deben servirnos para tapar al sujeto en lo que dice, es
patológico escuchar desde la teoría psicopatológica simplemente porque es teoría, no tiene
sujeto. Si la teoría ha sido sabiamente analizada e interrogada sostendrá sin esfuerzos nuestra
escucha.

Ayuda ir tomando notas de todo lo que sujeto dice como lo dice. Al principio nos parecerá
imposible pero se logra. Si va muy rápido podremos solicitarle: “Por favor, podrías ir más
despacio porque todo lo que decís es muy importante.”. Es muy, muy raro y específico de
determinados padecimientos, que a un sujeto le moleste que se escriba. Y la escritura no
detiene la escucha si esta última se pone en acción en la transferencia donde el sujeto sabe
que es escuchado.

Después que el sujeto ha hablado más libremente y hemos retomado lo que creemos
importante podemos comenzar a preguntar sobre áreas de las que él no ha hablado, por
ejemplo familia, amistades, trabajo, etc.

Sin lugar a dudas, porque el psiquismo debe a esta área su esencia, la familia es el tema que
nos permite investigar sobre sus identificaciones, posicionamiento en relación al otro,
modalidad pulsional, etc. a través de las escenas de su novela familiar. Conviene insistir en no
realizar preguntas que cierren con respuestas si/no, bueno/malo, normal/anormal, como
todos/personal, etc. Más bien favorece la apertura preguntas abiertas, que sea el sujeto el que
deba armar respuestas apelando a sus recursos.

Recuerden que la ansiedad es motor y la angustia (en dosis adecuada) permite al sujeto saber
sobre lo que le pasa. Qué no sea nuestra ansiedad o angustia la que nos haga preguntar para
no saber, para calmarnos o bajar nuestra angustia.

Pueden encontrar listados de preguntas por hacer pero allí el peligro es dejar de escuchar al
otro y calmar mi ansiedad de no saber qué hacer. La propia inseguridad dominando la escena.

La observación de toda conducta (gestos incluidos) es importante y debe registrarse. Una


advertencia es sobre la significación que damos a los gestos, no es tan universal e inequívoca.
Qué un sujeto no llore en un velorio no significa que no le importe el fallecimiento, que una
persona ría ante el relato de una secuencia desagradable no necesariamente significa que le es
indiferente o que se burle. Las conductas conviene registrarlas y al final, al ponerlas en
contexto de lo dicho, irán adquiriendo la significación propia para ese sujeto. ¡Ojo con imponer
lo propio! El psicólogo no corrige, no dictamina, no resuelve, no perdona, no disciplina.
Colabora para que cada sujeto se encuentre con sus verdades.

Quiero aclararles que en mi experiencia una sola entrevista de 45´ o 60´es muy poco para dar
cuenta de la subjetividad humana. Dos o tres darían mejor perspectiva sobre el psiquismo.

Al final de la/s entrevista/s podremos pensar sobre todo lo dicho por el sujeto, analizarlo para
elegir los tests que formarán la batería a administrar a continuación.

En la última entrevista conviene preguntarle si usa anteojos si vamos a administrar tests que
requieran del uso óptimo de la visión como gráficos, ver láminas. En el caso de que los use le
preguntaremos la razón y le pediremos que los traiga consigo en próximos encuentros.

c) La Batería: está formada por los tests que hemos elegido después de las entrevistas. Estos
podrán administrarse en diferentes entrevistas según: el tiempo promedio requerido por cada
tests y como el sujeto se maneja con los tiempos y temas (por las entrevistas lo sabremos). Por
ejemplo hemos apreciado que el sujeto se detiene más cuando se trata de recordar datos
entonces calcularemos más tiempo para el test que requiera del uso memoria.

A su vez hay tests que provocan, desde sus consignas, mayor desarrollo posible de ansiedad
ante lo cual no lo incluiremos en una entrevista con muchos otros sino que le daremos espacio
para que el sujeto pueda sobrellevarlo sin premuras y con tiempo posterior para reponerse de
ser necesario. Un sujeto ha hablado de la muerte de un ser querido con angustia, no
tomaremos el Cuestionario Desiderativo (plantea: De no ser persona ¿qué es lo que
más/menos te gustaría ser?) en el inicio de la batería ni al final sino en medio y dándole
tiempo para recuperarse de la consigna.

La elección de los tests, como dijimos, está en estrecha relación con aquello que queramos
profundizar, corroborar, descartar en relación a la información obtenida en las entrevistas. El
motivo de consulta, cuando lo hay, es una guía sino los elementos designados por el malestar
del sujeto.

A veces, en las primeras experiencias y por inseguridad del psicólogo suele administrarse “por
las dudas” todos los tests conocidos. No solo, en nuestra profesión, la inseguridad no logra
ocultarse sino se resalta y se hace pasar al entrevistado por una experiencia excesivamente
prolongada y plausible de afectar la transferencia.

La batería debe planificarse, Siquier de Ocampo y García Arzeno proponen: 1) elementos a


usar (cantidad y calidad de los tests elegidos). 2) secuencia (orden de administración). 3) ritmo
(número de entrevistas que calculamos que insumirán la administración de los tests elegidos.)

Las autoras continúan: “Cuando el psicólogo planifica la batería de test que utilizará puede
incurrir en dos errores: alargar excesivamente el proceso o acortarlo en demasía. En la
planificación de la batería debemos pensar que el proceso psicodiagnóstico debe ser lo
suficientemente amplio como para comprender al paciente, pero al mismo tiempo no debe
excederse tanto ni ser tan acotado porque esto implica una alteración en el vínculo psicólogo-
paciente.

Si el proceso se acorta demasiado, habrá un déficit de información, sea cual fuere el material
de test utilizado. Si se prolonga demasiado, el paciente resulta recargado en su labor y es por
el hecho de que en el psicólogo predomina la sensación de impotencia frente al paciente
(siente que no logra entender bien al paciente y recurre a la administración de otros test).”

“La secuencia de la administración debe establecerse en función de dos factores: la naturaleza


del test y la del caso en cuestión. El test que moviliza una conducta acorde con el síntoma
nunca debe administrarse primero (un test verbal a un tartamudo, o un tests de inteligencia a
una persona que consulta por dificultades que intelectuales o un desiderativo a un depresivo,
esquizofrénico, moribundo o anciano para quienes la vivencia de muerte es algo tan presente)
Esto supone colocar al paciente en la situación más ansiógena o deficitaria sin el previo
establecimiento de una relación adecuada. Estos se administran a lo último para que el
paciente no utilice toda su energía en controlar la persecución así incrementada.” Lo dicho
antes en el ejemplo del Cuestionario Desiderativo.

“Los test gráficos son los más adecuados para comenzar un examen psicodiagnóstico.“

Cómo hemos dicho antes es necesario mantener un ambiente adecuado para que el sujeto no
se sienta presionado o con una incomodidad que proviene del medio.

d) Evaluación y Análisis: este es el momento en el que se evalúan los tests administrados para
luego proceder a la interpretación en articulación cuidadosa con los dichos de las entrevistas.
Si solo se considerara la evaluación en base a los manuales de los tests el sujeto del que dar
cuenta sería el de los manuales con sus variantes. Son las entrevistas psicológicas las que
darán el sentido final a la producción a partir de la dicha articulación.

Podrán ayudarnos las Recurrencias y Convergencias. Las recurrencias son las reiteraciones de
un mismo indicador o dato en uno o más tests. La convergencia es la reiteración de un mismo
concepto, de una secuencia que se expresa a través de los indicadores, incluso opuesto, dentro
de una misma técnica.

Al culminar contaremos con una serie de hipótesis clínicas acerca del psiquismo del sujeto y
sus padecimientos que deberemos ordenar según el motivo de consulta, la consulta de un
derivante (institución escolar, empresa, juez, etc.)

e) Entrevista de Devolución: es el último/s encuentro/s con el sujeto donde trabajaremos para


que el sujeto pueda hacer propio lo producido durante el proceso psicodiagnóstico. Se podrán,
a su vez, confirmar o descartar hipótesis clínicas antes elaboradas. Ya nos detendremos en ella
más adelante.

f) Informe Psicologico: NO SIEMPRE NECESARIO. Consiste en la elaboración de un informe por


escrito que es enviado a la persona/institución que lo solicitara. En este caso es importante
aclarar que no siempre respondemos de forma automática a quién solicita y lo que solicita.
Deberemos evaluar si es pertinente el pedido y lo que solicita como información porque no
hacerlo puede conllevar un delito, la violación del secreto profesional. Ya nos detendremos en
el informe más adelante.

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