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Mi refugio

Ya se acabó de la farra el dulce encanto


Con que embriagué mi juventud,
Aquellas locas correrías
Ya se acabaron para nunca más volver.
No soy aquel mocito alegre
Que todo a risa lo tomó,
Pues voy rumbeando a ser de papacito
A comprar nenes y a ser un "buen señor".
Supe,
Brindar con idolatría,
Con cariño y alegría
Las ansias de mi querer.
Siempre,
Fui noble y fui generoso,
Y en mi dorada bohemia
Junto al placer vienen los sinsabores,
Junto al dolor yo supe de alegrías
Y ahora que soy un canto bien rodado
Busco el calor del amoroso hogar.
Lindo
Refugio de mis amores,
Rodeado de hermosas flores
Adonde vibra un querer.
Siempre,
Yo he de buscar en tu amparo
Pa' mi vejez el reparo,
Pa'l dolor el dulce lenitivo
De tu fragante aroma de azucena,
Donde está el alma bella, blanca y buena
De esa mujer que es pura como el sol.
Y ahora que soy un mozo grande y serio
Que visto smoking y jaquet
Que todos me dicen "don Fulano"
Me causa espanto, pensar lo que fui ayer...
Ya voy rumbeando para viejo
Y hay que sujetar el motor,
Para vivir la vida noble y sana
De mi refugio, que es mi sueño de amor.
Cuartito azul
Cuartito azul, dulce Morada de mi vida
Fiel testigo de mi tierna juventud
Llegó la hora de la triste despedida
Ya lo vez, todo en el mundo es inquietud...
Ya no soy más aquel muchacho oscuro
Todo un señor desde esta tarde soy
Sin embargo, cuartito, te lo juro
Nunca estuve tan triste como hoy
Cuartito azul
De mi primera amor
Vos guardarás
Todo mi corazón
Si alguna vez
Volviera la que amé
Vos le dirás
Que nunca la olvidé
Cuartito azul
Hoy te canto mi adiós
Ya no abriré
Tu puerta y tu balcón
Aquí viví toda mi ardiente fantasía
Y al amor con alegría le canté
Aquí fue donde sollozó la amada mía
Recitándome los versos de Chenier
Quizá tendré por enorgullecerme
Gloria y honor como nadie alcanzó
Pero nada podrá ya parecerme
Tan lindo y tan sincero como vos
Cuartito azul
Hoy te canto mi adiós
Ya no abriré
Tu puerta y tu balcón
Mi Serenata
Niña de mi corazón
brindarte quiero mi amor
que sea reflejo fiel
de cariño sin par,
niña de mi ilusión.

A tu reja llegué
una estrella guiñó
y aquel día forjé
mi primera ilusión.
Serenata que aquí
para ti improvisó mi amor,
tu mirada, un clavel, (bis)
tu promesa de amor,
dieron premio a mi canción.

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