La tasa de mortalidad infantil, es un indicador del nivel de desarrollo
socioeconómico que refleja las condiciones de vida de la población. Influyen diversos factores económicos y sociales entre los que encuentran la ocupación, el grado de instrucción, el nivel de nutrición, las condiciones de vivienda, el saneamiento, los servicios sanitarios y médicos, y el nivel de vida en general. Entre 1986 y 2019, este indicador descendió a una sexta parte, de 76 a 13 defunciones de menores de un año por mil nacidos vivos. La tasa de mortalidad en la niñez cayó a la séptima parte, pasando de 112 a 17 defunciones de menores de 5 años de edad por mil nacidos vivos.