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‘ey CULE E Sea eer ae ea caelas peeun/ord SE SSACECO Déktyo 7 PENIOWA, 1. LAJUSFILOSOFIA ¥ LA CIENCIA JU El tema que abordamos nos obliga a hurgar en Ja.cul ‘ura contemporénea, humus en el que fructifica el fendmeno juitidico si Jo entendemos, radical y primariamente, comé wii quehiacer, 4 fel chombre-comunitario». Del hombre ‘en relaci6n, en. soviédad e Dos factores, al menos, actian y estén prese tes emia elabe racién conceptual atinente al derecho. De una parte, ‘el pensamiénto filos6fico -y més precisamente jusfilos6fico- y, de 1a otra, el acon-, tecer hist6rico-social, el comportamiento humano explayado en él tiempo. Dos insustituibles puntos de referencia para comprender el decurso y la proyeccién de la doginsticajurfdica; dé 1a, Gel derecho. En efecto, las tendencias actuales que en ellac zan 0 atin s6lo se bosquejan se enraizan en los modos de ser del hombre contempordneo y en el pensamiento filos6fico-que pre~ tende mostrarlo en su més profundo hontanar. |") "* 75 ‘ La dogmitica juridica de nuestra érea cultural ésté sujeta;¢ nuestros tiempos, a Ia influen mpre actuante, con dive intensidad y variados matices, de una visién cristiana del hombre y del mundo, expresada a través de licidos pensadores'de este B a5 Deve Pens siglo (), De una visi6n que, sin renunciar a su inmutable esencia, 1 su perenne mensaje, se renueva constantemente de acuerdo @ la Epoca en que ella se va gestando, se adectia a la realidad soci claudicaciones 0 deformaciones en lo que concieme a sus tudy un lenguaje acordes con las aspiraciones é Es decir, de una . La filosoffa de ta existencia, desde otra vertiente y en todas sus diversas expresiones, no siempre ni necesariamente incompa- tible con el cristianismo, condiciona en importante medida el dis- currir de filésofos del derecho y la reflexién de los juristas. La nombres de Kant y Kiskeecsano a quienes se coment personlistacontemporinea. En aos ual pensadores del lla de BExcSON, 2% caperhadgs ho vombre de pensamiento se desplaza del ser de'las'Cosas‘al Ser del hombre. Esta es la consciente tarea que asume Heipeccer en su obra capital El sery el tiempo, para quien Ja preocupacién sobre el ser humano es asunto previ cin de una metafisica general. Ello supone otorgar a mana una radical preemineacia. Su comprension es el to para acceder a la comprensién del ser en general. Jasrens utiliza en 1938 el para editar una serie de conferencias por rior. Como expresa el propio JASPERS, 12 filos es s6lo una forma de Ia filosofia una y primigenia, La palabra «exis- tencia», en el caso presente, subraya «lo que constituye la tarea -des- dde hace mucho casi olvidada- dela filosofia: sorprender a la realidad en su surgimiento originario y aprehenderla del mismo modo q ‘me aprehendo en mi obrar interno mediante una autorteflex La existencia, entendida como coexistencia, desplegada en €l tiempo, ocupa el centro de la medit 6fico, las correntes y as modas se suceden seu ! menial fel S616! 4 Saeawetantacee La filosoffa existencialista ejere decisiva influencia jusfilosofia contempordnea, Ja misma que centra.sp.atearisn en 1a aero Hlinana jug prolagonista del derecho. Laciencia "vez, asuime esta gravitacion de la filosofia de Ia existencit far una corriente personalista -que hace rebho rene al adicional patrimonialsmo que co ee TE ipopedad como el centro del interés dela dogmaicn a cual caificay tipifica como derecho subjetivo abso- ‘El descubeit aie el er del hombre es liberiad y; pore tantor qantas upons quae selF-PHs iy _ Sa lay eateries pronlas de sr que se svceden en Ia stoi, 29 re por conoceiey conocer Cada ua enique- mela huranidad. Cada Epa, expres 8 Las medas juss invited yeurosidad del cms Fdvoes Sennen jacizo. Esta comprobacién induce a Ke.sew a elaborar la logica del «deber ser» como aquella capaz de aprehender al homus frente a la tradicional I6gica del ser. losofia de la existencia constituye, sin duda, la expre~ los6fica de una época en crisis, en la cual el hombre, des~ ido y desconcertado, vuelve su angustiosa mirada sobre sf mismo. La reflexién filos6fica no se preocupa més de las cosas, {que son exteriores y estén frente al ser que conoce, sino de «mismidad» del hombre. El hombre, y cuanto sustancialment tafe, se hace problema. Lanueva visi6n filos6fica, que centra su mirada en el ser del hombre, influye de modo decisivo en el pensar de los jusfildsofos ¥ juristas. Hasta ese entonces, entrado yal siglo XX, los tedricos {el derecho habian reducido la ciencia jridica a una especulacién, a ‘menudo ret6rica, sobre los ideales del derecho o, en otra dimensién, Jo presentaban s6lo como una construccién intelectual, abstracta y Jogica. La filosofia de la existencia, desde sus varios enfoques, gravi- ta, como no podia ser de otra manera, en lareflexidn jusfilosética. La influencia de la filosofia de la existencia permite a los aparecen como los nuevos rar en un replanteo general de los escasos los juristas que se atreven a considerar al ser human persona, como el gran ausente, el exiliado notable del derecho. loséficos sustentan la elaboracién las bases que requiere para su tra- conceptual y sistematizador. A partir de dichos supuestos es el que los estudiosos del derecho construyan y perfeccio- po. La doctrina, atenta a los prin- ico-social en la compleji- Los supuestos to por el legislador como por el juez. El -oger y jerarquizar ciertos valores, fleja necesariamente una determinada filosofia de la vida, una cierta ideologfa, una particular manifestacién cultural. El ordenamiento no es neutro frente a los valores, no es -o como lo pretenden algunos juristas en su afin p cel derecho a una pura abstracciGn, a una exquisitaalquimia concep- inculada del quehacer coidiano del hombre en comunidad. a forja- Dichos pensadores, encerrados atrapados en una pura cons- trucci6n intelectual, olvidan que el derecho surge en el umbral de lahistora como una necesidad existencial del hombre al efecto de. poder convivir con sus semejantes. Dejan de lado el hecho incon trastable que el derecho es una ereacién del hombre, a través de Jos tiempos, un producto cultural que refleja una determinada ccosmovisién. No consideran una verdad incuestionada coro es quella de que son los hombres, en su cotidiana actividad, os que crean las normas juridicas consuetudinarias y, Juego, las normas escritas, ls leyes. El derecho responde a una necesidad del.hom-, bre, derivada de su estructura de sercoexistencialyEl detéchs: elabovado por os hombres par los hombres. ' ""eY'echo, en cuanto quehacer de! Horn fa, Conociendo el derecho podemos, por Ja manera de ser y actuar de un pueblo, en su ‘mundo y del hombre. De abt que re formula Peruincien! cuando afirma que «la determinada sociedad es la sintesis de sus pr luciones juridicas» (0), ie desu a excel cand cen de w macnn ndicionado por la multiple y compleja a su vez, es también un ccandicion ‘onsiderat al derecho como una simple supere ratio, el derecho se inserta en i trama de la culturade un puebloy, | puede ser estud nte 6gica 0 desde un punto de vi se a a ian expresin dela misma. El derecho eS que- Teracién efectuada por seres humanos, abieta.enel empo, psi : vit mbre producto de su vid coexistencal Es ascites bre, desde la pre a Jués de su propia conducta intersubjetiva reiters ce normas consuetudinarias que regulan su actividad fg Seguin una determinada valoracién. Lacon se le comprende a cabalidad. Bl derecho es ida, como la historia. Fuera de este marco hist6- ;posible aprehenderlo. No obstante, es necesario el estu> ico de sus elementos en la medida que ello enriquece la egral del derecho. La jusfilosofia se hace asf indispensable al jurista, al cienté- fico del derecho. La jusfilosofia le brinda los supuestos a partir de los cuales se ha de elaborar la ciencia juridica, La jusfilosofia es ‘una disciplina necesaria en cuanto contribuye a que lacienciajuri- dica precise sus métodos y pueda «dar una raz6n primaria de su existencia y su sentido» (12), eandnotz Seca, 20 del derecho no convierte en problem: renle recoge, dogin que le brinda la fi toy deter Ia correspondiente metodclogia. Corresponde tambic jusfilos6fico e! andlisis del lenguaje que em) dica. Es éste el tema mis novedoso y actual en el desarollo de especulacién jusfiloséfica (19), 2. BL DERECHO COMO EXIGENCIA DE LA NATURALEZA HUMANA Como se ha sostenido y como se des derecho, Es asf que el derecho debe, por inisseres que tstructra sino que ore co mde hombre en canto se constitye como un ince exif tun quehacer de st ‘convierte en una expresién de cultura mpre y neces: 0, expres as, Nolo: El ser humano, que resul el inico ser que le otorga su sentido, No pod desde que es su creador «su sujeto>. Por el es su protago- ‘una relacién relucign de conductas, sit ado en otras pa wana viviente en su dimensi6n considerado, sea ‘obviamente, ales o las plantas. para regul onvivencia humana es indispensable conocer y comprender al ios derechos reales ~y en particul in entre el svjelo y las «cosas» oque la <éifundieron aquellos dos autores que, sia embargo, siguen sostei tro entender aun pasado que he sido superado. ser, sin excepci6n, * ;monio destinado a un fin espe a dogmatica tradicional alejada de em pes ante la experienc os errores. Muchos son ‘lde propiedad-consistfan en fundacién resul- nados, son los obligados a respetar dicho derecho en todo lo que él 1a, Teatindose de la fundaci6n, es inexacto sostener, como | derogado Cédigo Civil pe siste en «un patrimonio afectadoa un fin especial». El patrimonio jsma que esti reservada jumano. La fundacién, cor nado cédigo, es una «organizaci jo, el mismo que designados como ‘sean entregados a otros sonas» que ad tansferido por dores, pat sujetos, esti relacionados por cuanto resultan ser sus bene! Elser humano es un ente de} cual se conoce mucho més que cen el pasado inmediato, aunque ello sea todavia poco, como lhidicamente lo pusieron de manifiesto en su momento pensadores. de Ia estatura intelectual de Jasrens 0 Mounser (4), Pero aquello {que de nuevo se conoce sobre é1 es suficiente como para predicar ‘qué es un ser individual libre y,a la vez, un ser social. Es decir, ‘que su estructura, siendo unitariae indivisible, es bidimension seres humanos. tye su propi ya que es que pueda postularse que el como también que el derecho n otros términos, que es inconcebible que los ereadores y 10s del derecho, los seres humanos, no sean seres libres y cocxistenciales. Es, precisamente, esta estructura bidimensional ia que exige la existencia del derecho. Alguna vez, en un esfuerzo por esclarecer la estructura coexistencial del ser humano, les propusimos un 4 nuestros alumnos, el mismo que-se nos ocurre reps ocasién, Deciamos, entonces, que asi como el pez n cebirse fuera del agua, en cuant ser humano fuera de la sociedad, en tanto ncialidad es inherente a su ser. Fuera del agua el pez se convierte en lo que comtinmente designamos como «pescado», feliz expresién de (ima. vivo del muerto. Es por ello gue, al mar- expresién «ser humano» carece de sentido. De lo dicho podfamos concluir que «el pez es al agua como ser hhumano lo es a la sociedad». El derecho, por lo tanto, es una creacién «de» seres libres, seres dotados de esta naturaleza son ca- seres absolutamiente determinados. Ningiin otro ser dela naturale- 2a es libre, por lo que el derecho es s6lo una exigencia de los seres humanos que, estructuralmente, estén ereados para conviviren $0- ciedad. Asi como el dérecho no se concibe sino como una regula- cién normativa val cin juridica responde, por ende, a las carac del ser humano. De lo expuesto se puede aprehender coms ponde @ toncretas éxigencias, a coc jal sér humano, por lo que tiene, necesari icas ontolégicas . que adecuarse y de exigencias pro- derecho para la vida humani Los precedentes escla tuna concepcién del derecho como una rel Presentes, ineludiblemente y al lado de la vi Jos valores ¥ las normas juridicas. No obsiante, por ¢ fécil comprender que la vida humana social es Ia instancia pri- maria. El derecho esté en la vida, surge a partir de ella, | derecho -o mejor ain, descri- nteraccién dindmica de vida huma- 4 ” sna'sogial; valores y normas: De est ca se desprende que si bien el der en ningin caso, se reduce énes cierto que no puede pres- 20 concepto, una linica realidad que imana, podemos traer a colacién un ejemplo del mundo de la naturaleza que nos puede ayudar a esclarecer el concepto de «interaccién dindmica». ‘Se trata del concepto «motor». Cabe remarcar, en este caso, que s que las piezas o partes, de naturaleza heterogénea, compo ‘del mismo entren en interaccién dindmica, no se puede s05- fener que’nos hallamos ante el concepto «motor». En esta situa- cign estamos tan s6lo frente a la presencia de un conjunto de pie~ za 0 partes colocadas una al lado de otras, yuxtapuestas. No es ‘tin un «motor. Esas piezas, en estado estético, no tienen ain ‘sentido para la vida humana, Lo adguirin s6lo a partir del instan- teen raceién dindmica, Esreciéneneste que estamos frente a un «motor». ante «un conjunto de piezas» ad- la humana, smo no podemos prescindir de ninguna de las piezas tampoco podemos 11 como se ha enunciado, no puede reduc jiea a una sola de tales tres dimensiones, per se, es derecho. Pero, al mismo ‘mpoco se puede aliminar alguna de ellas pues en esta ya que ninguna de normaci crear derecho se debe valorar, previamente, la’conducta humana intersubjetiva para recogeren normas sus vivencias valiosas, aque- las que harén posible una convivencia pacifica donde el ser hu- . pueda malizarse integralmente y,en cuanto smpre el bien comin. Bien comin que ese! de uno. De aquellas tres dimensiones, y tal como se ha anotado, la vida human es la realidad primaria, Es decir, que es a partir de la ‘vida que se constituye el concepto «derecho. Si Cain no mata a lia conducta del ‘Abel, no podemos valorar como justa o inju primero y, con mayor raz6n, mal podemos {al conducta intersubjetiva para predicar de el Es asf como surge el derecho desde y a partir de la vida humana para cumplir Gon su finalidad de regir valiosa y normativamente la Cconvivencia en sociedad de los seres libres que la integran, El de- ‘mismo tiempo que prote- duo en cuanto ser libre como y, \eamente, se protege la dimensién ‘coexistencial del ser humano comunitariamente concebido. De otro lado, podemos reiterar que todas las conductas hu- ranas intersubj Derr el derecho. De ahf que pueda también afirmarse que todo lo que cesta en la vida esté en el derecho o, lo que es lo mismo, que nada ja es ajeno al derecho. Cualquier conducta hu- de ser valorada y normada, aun- que esta regulacién sea s6lo consuetudianaria como a menudo acon- tece en la realidad. En efecto, las normas escritas, es decir las le- yes, no se producen al ritmo del acontecer. Ellas se hallan, fre- Ccuentemente, a Ia zaga de la realidad, no obstante que «el dere- cho», por el contrario, guarda sintonia con a cotidianidad de la I valiosamente normada. Para que aparezcan las normas valiosamente reguladoras de conductas hu- Is tes necesario esperar las leyes. La comuni- dad, por exigencia de la naturaleza de cada uno de los sere libres que la componen, esté en capacidad de valorar para normar, consuetudinariamente, cualquier inédita conducta humana va. Surge asf la norma consvetudinaria, obligatoriamen- le por decisién mayoritaria de la propia comunidad. De otro lado, el juez, frente a un conflicto de tas ode la inexistencia de normas consuetudianarias ‘caso, cfea una normia juridica individual que, al resolver dicha ién de intereses, configura una nuevo derecho subjetivo. La _jurisprudencia, en tanto frente de derecho es, ‘arse a las otras fuentes en el proceso de reconoci ses humanos que, por su inherente di {juridica. La historia del derecho cciente. Para confirmar este asert cctetos de la reciente experienci iento, de parte dela jurisprudenci reses humanos que, después de una |, fueron considerados como merecedores ‘el derecho. Ello,

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