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LOS

PARTIDOS POLÍTICOS
ESTADOS UNIDOS:

La primera enmienda a la Constitución estadounidense consagró la


libertad de asociación que protege, entre otras formas de agrupación, a
los partidos políticos. Mientras los estados regulan a los partidos en temas como las
elecciones primarias, nominación y elección de delegados al Colegio Electoral y derecho de
participación de los candidatos, existen leyes federales que regulan diversos aspectos de la
elección presidencial, financiamiento de campañas y acceso a medios.
El sistema electoral de Estados Unidos (mayoría de votos en circunscripciones
uninominales) ha actuado como un mecanismo inhibitorio de la formación de terceros
partidos. A diferencia de los sistemas electorales basados en el principio de representación
proporcional, el de mayoría dificulta el camino para que pequeñas agrupaciones puedan
obtener los suficientes votos como para adquirir una presencia nacional. Así, todos los
intentos por establecer un tercer partido a lo largo de la historia estadounidense han
fracasado, salvo en el caso del surgimiento de los republicanos, que tomaron el lugar del
Partido Whig.
El sistema de partidos estadounidense es poco ideologizado y cuenta con una mínima
estructura nacional. A diferencia de otros sistemas, en donde existen partidos identificados
claramente con las distintas ideologías imperantes, desde la aparición de los partidos en
Estados Unidos no han existido signos que identifiquen a estas agrupaciones con una
cierta clase social o forma de concebir la política. Al contrario, los partidos políticos se
asemejan más a una coalición de intereses diversos, unidos durante los procesos
electorales para asegurar el acceso a los órganos de elección popular.
La política estadounidense es blanco y negro; o, mejor dicho: rojo y azul. Desde 1852,
todos los presidentes de Estados Unidos han pertenecido a solo dos partidos, el republicano
o el demócrata.
Aunque existen otros partidos, los conocidos como third parties (terceros partidos), que
también presentan candidatos presidenciales, como el Partido Verde o el Partido Libertario,
por ejemplo, la realidad es que no son muy populares y que votar por ellos es visto como un
mero voto de protesta.
El bipartidismo ha estado presente desde los inicios de EE. UU, solo que con distintos
nombres: demócratas y los whigs, demócratas y los nacionales republicanos, demócratas-
republicanos y federalistas. Los partidos actuales se conformaron después de la guerra civil,
que terminó en 1865. A diferencia de lo que sucede en muchos países de Latinoamérica, en
EE. UU. no hay segunda ronda en las elecciones presidenciales, lo cual favorece que exista
más de un partido o candidato. En el caso de EE. UU., al solo haber en la práctica dos
partidos y dos opciones de candidatos, se genera lo que se conoce como 'partidismo
negativo': cuando los ciudadanos tienen que votar por un partido o candidato no porque les
guste sino porque rechazan la otra opción.
“Si solo hay dos partidos para un país tan grande y diverso como EE. UU. esos partidos
tienen que ser grandes coaliciones con muchos desacuerdos internos; la manera para
unificar un partido es encontrar a un enemigo común y ese enemigo común es el otro
partido”
El partido Demócrata, se ha concentrado más y más en los estados costeros y las grandes
ciudades, representado a una coalición secular, urbana y con más alto nivel de educación;
por su parte, el partido Republicano, concentrado en estados del interior y áreas rurales,
pasó a representar a una base tradicional, blanca y religiosa.

ARGENTINA:

A partir de la conformación de las sociedades de masas a fines del siglo XIX y principios
del siglo XX, los partidos políticos se constituyeron en un instrumento indispensable de
mediación entre las demandas sociales y las instituciones estatales. Los mismos han sido
caracterizados como una institución voluntaria que: a.) “busca explícitamente influir en el
Estado, generalmente tratando de ocupar posiciones en el gobierno a través de elecciones u
otra forma de legitimidad popular; b.) posee una organización que pretende ser, o al menos
se presenta como, duradera y estable; y c.) usualmente consiste en algo más que la
expresión de un interés particular de la sociedad e intenta, en alguna medida, ‘agregar’
intereses distintos”
El pensamiento social cristiano reconoce el sistema democrático como el más apto para
expresar y potenciar el desarrollo integral de la persona en cuanto ser inteligente, libre y
capaz de participar ejerciendo sus derechos y cumpliendo con sus responsabilidades. Desde
la Iglesia se “aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la
participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la
posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos
oportunamente de manera pacífica
una auténtica democracia “requiere que se den las condiciones necesarias para la
promoción de las personas concretas, mediante la educación y la formación de los
verdaderos ideales, así como de la ‘subjetividad’ de la sociedad mediante la creación de
estructuras de participación y corresponsabilidad
Los partidos políticos, como estructuras que canalizan la participación y la
corresponsabilidad, desempeñan un rol fundamental en los sistemas democráticos de tipo
occidental y tienen responsabilidad especial frente a la sociedad y el Estado. Desde la
Iglesia, se ha sostenido que “es perfectamente conforme con la naturaleza humana que se
constituyan estructuras político-jurídicas que ofrezcan a todos los ciudadanos, sin
discriminación alguna y con perfección creciente, posibilidades efectivas de tomar parte
libre y activamente en la fijación de los 56 - Los partidos políticos en la Argentina
fundamentos jurídicos de la comunidad política, en el gobierno de la cosa pública, en la
determinación de los campos de acción y de los límites de las diferentes instituciones y en
la elección de los gobernantes”

CUBA:

El sistema de partido único en Cuba es cuestionado por los enemigos de la Revolución


Cubana.  En tal sentido se afirma, que tal praxis se opone a la democracia y constituye una
violación de derechos humanos elementales de los cubanos. Habitualmente se argumenta la
existencia del actual Partido Comunista de Cuba desde la historia Patria en tanto se legitima
en determinados antecedentes históricos de la lucha revolucionaria de Los estudios acerca
de la crisis de los partidos políticos, en sentido general, abordan lados del problema y no el
mismo en su integralidad, por lo que hacemos un análisis del desde diversas aristas.
Habitualmente se argumenta la existencia del actual Partido Comunista de Cuba desde la
historia Patria en tanto se legitima en determinados antecedentes históricos de la lucha
revolucionaria del pueblo cubano desde el siglo XIX. Los más convencidos revolucionarios
consideran que siempre ha de haber un solo Partido a partir de tales presupuestos. Al
mismo tiempo, con un solo Partido uniendo los esfuerzos de los cubanos se han logrado los
mayores éxitos en el afán dignificador y emancipador del pueblo cubano.
1.- El Partido Comunista de Cuba ha mostrado sus características singulares, como ningún
otro de su tipo, superándose a sí mismo en cada momento crucial. Veamos:
o No posee un origen electoral: Ni postula ni nómina.
o No es ateo. Acepta creyentes y religiosos en sus filas.
o No condujo la Revolución, es resultado de ella.
o Su proceso de ingreso es sui generis: el pueblo le propone, el evalúa y
comprueba, acepta o no y luego informa el resultado al pueblo.
o Se arma con la ideología de la Revolución Cubana, síntesis creativa entre el
marxismo leninismo y las ideas de los grandes próceres de la independencia
de la Isla.
o Observa un respeto irrestricto a los principios de vida orgánica.
o Está estrechamente vinculado con su pueblo, los destinos de este y
comprometido con la transformación social que lidera.
o Posee legitimidad, legalidad y consenso.
2.- Se trata de un Partido con identidad propia, paradigma de la nación, ejemplo para otros
pueblos.
3.- El Partido Comunista de Cuba es la garantía de la unidad de los cubanos frente a los
desafíos presentes y futuros. Los ataques del enemigo a la identidad y papel del Partido
Comunista de Cuba es la prueba evidente de su importancia para el futuro de la
construcción societal en Cuba.

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