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Glaciación
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Una glaciación es un periodo de larga duración en el que baja la temperatura global
y da como resultado una expansión del hielo continental de los casquetes polares y
los glaciares. Las glaciaciones se subdividen en periodos glaciales, siendo el Würm
el último hasta nuestros días.

De acuerdo a la definición dada por la glaciología, el término glaciación se


refiere a un periodo con casquetes glaciares tanto en el hemisferio norte como en
el sur. Según esta definición, aún nos encontramos en una glaciación porque todavía
hay casquetes polares en Groenlandia1 y la Antártida.

Mapa de las vegetaciones durante el Último Máximo Glacial

Los casquetes polares se expanden durante las glaciaciones. Esta imagen es del
casquete antártico
Más coloquialmente, cuando se habla de los últimos millones de años, se utiliza
«glaciación» para referirse a periodos más fríos con extensos casquetes glaciares
en Norteamérica y Eurasia: según esta definición, la glaciación más reciente acabó
hace 12 000 años. Este artículo usará el término glaciación en el primer sentido,
el glaciológico; el término glaciales por los periodos más fríos de las
glaciaciones; e interglaciales para los periodos más cálidos.

Índice
1 Historia
2 Efectos de las glaciaciones
3 Cronología
3.1 Sucesiones glaciales
4 Glaciales e interglaciares
5 Regulación
5.1 Procesos que acrecientan la glaciación
5.2 Procesos que la mitigan
6 Causas de las glaciaciones
6.1 Cambios en la atmósfera terrestre
6.2 Posición de los continentes
6.3 Ciclos astronómicos de Milankovitch
6.4 Variaciones en la actividad solar
6.5 Vulcanismo
6.6 Radiación cósmica galáctica
7 Los factores terrestres
7.1 El ciclo del carbono
8 Glaciaciones notables
8.1 Tierra Bola de Nieve
8.2 La glaciación de Würm
8.3 La Pequeña Edad del Hielo
9 Efectos en la actualidad
9.1 Glaciares
9.2 Orografía
10 Véase también
11 Referencias
12 Enlaces externos
Historia

Louis Agassiz, naturalista que difundió la teoría glacial en sus inicios


La idea de que en el pasado los glaciares fueron más extensos era saber popular en
algunas regiones alpinas de Europa: Imbrie y Imbrie (1979) recogen el testimonio de
un leñador que explicó a Jean de Charpentier la antigua extensión del glaciar suizo
del Grimselpass.2 La teoría no fue postulada por una única persona.3 En 1821, un
ingeniero suizo, Ignaz Venetz, presentó un artículo en el que sugería la presencia
de rasgos de paisaje glaciar a distancias considerables de los glaciares existentes
en los Alpes; esto era indicativo de que los glaciares fueron mayores en el pasado
y que ocuparon posiciones valle abajo.4 Entre 1825 y 1833, Charpentier reunió
pruebas para apoyar esta idea. En 1836, Charpentier y Venetz5 convencieron a Louis
Agassiz de su teoría, y Agassiz la publicó en su libro Étude sur les glaciers
("Estudio sobre los glaciares").6 Según Macdougall, Charpentier y Venetz rechazaron
las ideas de Agassiz, quien había ampliado el trabajo de éstos, afirmando que la
mayoría de los continentes habían estado cubiertos de hielo en tiempos remotos.

Agassiz presentó como prueba de la teoría glaciar un ejemplo clásico del


uniformitarismo. Es decir, puesto que las estructuras observadas no podían ser
explicadas de un modo ajeno a la actividad glaciar, los investigadores
reconstruyeron la extensión de los glaciares en el pasado, ahora desaparecidos, en
función de la presencia de características propias de zonas sometidas a la acción
de los glaciares fuera de la situación actual de estos.7

En la época de Agassiz, lo que se estudiaba eran los periodos glaciales de los


últimos centenares de miles de años, durante la glaciación actual. Todavía no se
sospechaba la existencia de antiguas edades glaciales. No obstante, a principios
del siglo XX se estableció que la orografía terrestre mostraba características solo
explicables por la sucesión de varios eventos glaciales; de hecho, se dividió el
periodo glacial cuaternario para Europa y Norteamérica en cuatro elementos, basados
fundamentalmente en los depósitos glaciales (en orden de aparición, Nebrasquiense,
Kansaniense, Illinoiense y Wisconsiense). Estas divisiones tradicionales fueron
sustituidas a finales de siglo cuando los sondeos de sedimentos del fondo marino
revelaron ser un registro mucho más completo sobre el clima del periodo glacial
cuaternario.7

Efectos de las glaciaciones


Hay tres tipos principales de efectos de las glaciaciones que han sido empleadas
como pruebas de su pasada existencia: geológicos, químicos y paleontológicos.

Geología. Las pruebas geológicas se encuentran en varias formas, como las rocas
erosionadas (ya por arranque, en fases iniciales, ya por abrasión y generación de
estrías glaciares, ya por pulverización y formación de harina de roca), valles
glaciares, aristas glaciares y horst, rocas aborregadas, morrenas glaciares,
drumlins, depósito de tills o bloques erráticos, factura de llanuras aluviales,
trenes de valle,78 lagos en las llanuras y fiordos en las costas. Es decir, las
condiciones del clima propio como de una época glacial provocan la aparición de las
fisonomías antes descritas en la orografía. Las glaciaciones sucesivas tienden a
distorsionar y eliminar las pruebas geológicas, haciendo que sean difíciles de
interpretar.
Química. Las pruebas químicas consisten principalmente en variaciones en la
proporción de isótopos en rocas sedimentarias, núcleos sedimentarios oceánicos y,
para los periodos glaciales más recientes, núcleos de hielo (comúnmente situados en
las llamadas nieves perpetuas). Puesto que el agua con isótopos más pesados tiene
una temperatura de evaporación más alta, su cantidad se reduce cuando las
condiciones son más frías; esto permitió la elaboración de un registro térmico. Aun
así, estas pruebas pueden estar adulteradas por otros factores que cambian la
proporción de isótopos. Por ejemplo, una extinción en masa incrementa la proporción
de isótopos ligeros en los sedimentos y en el hielo porque los procesos biológicos
tienden a preferir estos últimos;9 por lo tanto, una reducción en los procesos
biológicos libera más isótopos ligeros, que pueden depositarse a los sedimentos.
Paleontología. Las pruebas paleontológicas se basan en los cambios en la
distribución geográfica de los fósiles; durante un periodo de glaciación, los
organismos adaptados al frío migran hacia latitudes más bajas, y los organismos que
prefieren un clima más cálido se extinguen o viven en zonas más ecuatoriales. Esto
da lugar a la aparición de refugios glaciales y movimientos biogeográficos de
retorno.10 También es difícil interpretar estos indicios porque precisan de:
secuencias de sedimentos que representen un largo período, diferentes latitudes y
que se puedan correlacionar fácilmente; organismos primitivos presentes durante
amplios periodos con caracteres lo suficientemente homogéneos como para poder
atribuirlos a un mismo taxón, y de los cuales se conozca el clima ideal (es decir,
que puedan emplearse como marcadores); y descubrimientos de fósiles adecuados, cosa
que depende mucho del azar.
Pese a las dificultades, los análisis de núcleos de hielo y de sedimentos oceánicos
muestran claramente la alternancia de períodos glaciales e interglaciares durante
los últimos millones de años. También confirman la relación entre las glaciaciones
y fenómenos de la corteza continental, como, por ejemplo, las morrenas glaciales,
los drumlins y los bloques erráticos. Por esto se suelen aceptar los fenómenos de
la corteza continental como prueba válida de edades glaciales anteriores cuando se
encuentran en capas creadas mucho antes que el abanico de tiempo que permiten
estudiar los núcleos de hielo y los sedimentos marinos.

Cronología
Artículo principal: Cronología de las glaciaciones

Mapa de la edad de hielo del norte de Europa central. En rojo: límite máximo de la
glaciación Weichseliana; en amarillo: máximo de la glaciación de Saala; en azul:
glaciación máxima de la edad de hielo de Elster.
Ha habido al menos cuatro grandes edades glaciales en el pasado. Aparte de estos
periodos, parece que la Tierra siempre ha estado libre de hielo incluso en sus
latitudes más altas.

La glaciación hipotética más antigua, la Glaciación Huroniana, tuvo lugar entre


hace 2700 y 2300 millones de años, a principios del eón Proterozoico.

La glaciación bien documentada más antigua, y probablemente la más severa de los


últimos mil millones de años, empezó hace 850 millones de años y finalizó hace 630
millones de años (período Criogénico), y podría haber producido una glaciación
global (es decir, un periodo en el cual el globo entero quedó cubierto de hielo).
Acabó muy rápidamente a medida que el vapor de agua volvía a la atmósfera terrestre
y se incrementaba el efecto invernadero provocado por la acumulación de dióxido de
carbono emitido por los volcanes, ya que los mares gélidos no tenían capacidad de
absorción del citado gas. Se ha sugerido que al final de esta glaciación se
desencadenó la explosión cámbrica, aunque esta teoría es reciente y
controvertida.11

Los registros sedimentarios muestran las secuencias alternantes de periodos


glaciales e interglaciares en los últimos millones de años.
Una glaciación menor, la andeana-sahariana, sucedida hace entre 460 y 430 millones
de años, durante el Ordovícico superior y el Silúrico, tuvo intervalos con extensos
casquetes polares entre hace 350 y 260 millones de años, durante el Carbonífero y
Cisuraliano, relacionados con la glaciación de Karoo.

La glaciación actual empezó hace 40 millones de años con la expansión de una capa
de hielo en la Antártida. Se intensificó a finales del Plioceno, hace tres millones
de años, con la extensión de capas de hielo en el hemisferio norte, y continuó
durante el Pleistoceno. Desde entonces, el mundo ha pasado ciclos de glaciación con
el adelanto y retroceso de las capas de hielo durante miles de años. El periodo
glacial más reciente en sentido amplio acabó hace unos diez mil años, por lo que,
dependiendo del autor documentado, podríamos aseverar que nos situamos en un
periodo interglacial.1213 Existen sin embargo otras posturas que afirman estamos en
una era postglacial.14

Las edades glaciales también se pueden subdividir según el ámbito geográfico y el


tiempo; por ejemplo, los nombres Riss (hace 180 000-130 000 años) y Würm (hace 70
000-10 000 años) se refieren específicamente a glaciaciones de la región alpina.
Cabe destacar que la extensión máxima del hielo no se mantiene durante todo el
periodo. Desafortunadamente, la acción erosiva de cada glaciación tiende a eliminar
casi completamente la mayoría de las pruebas de capas de hielo anteriores, excepto
en regiones en que la capa más reciente no llega a la expansión máxima. Es posible
que no se conozcan periodos glaciales más antiguos, especialmente del Precámbrico,
debido a la escasez de rocas situadas a latitudes altas durante los periodos más
antiguos.

Sucesiones glaciales

Cambio climático durante el Fanerozoico (las glaciaciones están indicadas con


barras azul oscuro )
En las siguientes tablas se lista la sucesión de las principales glaciaciones y se
detallan las etapas glaciales e interglaciales del Pleistoceno y Holoceno:

Glaciación Millones de años (AP) Periodo Era


Edad de Hielo Cenozoica Tardía
(incl. Glaciación cuaternaria) 34–presente Cuaternario
Neógeno
Paleógeno tardío Cenozoico
Glaciación Karoo 360–289 Pérmico
Carbonífero Paleozoico
Glaciación Andino-Sahariana
(incl. Glaciación del Ordovícico tardío e
Hirnantiense) 450–420 Silúrico
Ordovícico tardío Paleozoico
Glaciación Baykonur
Glaciación Gaskiers
Glaciación Marinoana
Glaciación Sturt 547
580
650–635
715–680 Ediacárico

Criogénico Neoproterozoico
Glaciación huroniana 2400–2100 Riásico
Sidérico Paleoproterozoico
Glaciación Pongola 2900–2780 Mesoarcaico
Clima Denominación Antigüedad Época
Interglacial Actual 10 000 Holoceno
Glacial Glaciación de Würm o Wisconsin 80 000 Pleistoceno
Interglacial Riss-Würm 140 000
Glacial Glaciación de Riss o Illinois 200 000
Interglacial Mindel-Riss 390 000
Glacial Glaciación de Mindel o Kansas 580 000
Interglacial Günz-Mindel 750 000
Glacial Glaciación de Günz o Nebraska 1,1 m.a.
Interglacial Donau-Günz 1,4 m.a.
Glacial Donau 1,8 m.a.
Interglacial Biber-Donau 2 m.a.
Glacial Biber 2,5 m.a.
Glaciales e interglaciares

El patrón de los cambios en la temperatura y el volumen de hielo relacionados con


los glaciales e interglaciares recientes.
Dentro de las edades glaciales (o al menos dentro de la última), hay periodos más
templados y más severos. Los más fríos se denominan "periodos glaciales", y los más
cálidos, "interglaciares".

Los glaciales se caracterizan por climas más fríos y secos en gran parte de la
Tierra, así como por grandes masas de hielo que se extienden desde los polos por
tierra y mar. Los glaciares de las montañas llegan a altitudes más bajas a causa de
una cota de nieve menor. El nivel del mar baja debido al agua atrapada en el hielo.
Hay pruebas de que las glaciaciones distorsionan los patrones de circulación
oceánica. Como la Tierra tiene grandes zonas heladas en el Ártico y la Antártida,
nos encontramos en un mínimo glacial. Estos periodos se denominan "interglaciares".
El interglaciar actual recibe el nombre de Holoceno.1213

Se atribuía a los periodos glaciales una duración de unos doce mil años, pero las
conclusiones derivadas del estudio de núcleos de hielo parecen contradecirlo. Por
ejemplo, un artículo en Nature sugiere que el interglaciar actual puede ser
parecido a un interglaciar anterior que poseyó una duración de 28 000 años.15

Los cambios debidos a la variación orbital de la Tierra sugieren que la próxima


glaciación empezará de aquí a cincuenta mil años, pese al calentamiento global
provocado por el ser humano.16 Aun así, los cambios provocados por los gases de
efecto invernadero deberán compensar la variación orbital si se continúan usando
combustibles fósiles.17

Regulación
Cada periodo glacial está sujeto a una retroalimentación positiva que lo hace más
severo y una retroalimentación negativa que mitiga los efectos y que acaba por
restablecer el equilibrio.

Procesos que acrecientan la glaciación


El hielo y la nieve aumentan el albedo, es decir, hacen que se refleje más luz
solar y se absorba menos. Por lo tanto, cuando baja la temperatura del aire, se
extienden las capas de hielo y nieve, y esto continúa hasta que se logra un
equilibrio. La reducción de los bosques que provoca la expansión del hielo también
incrementa el albedo.18

Otra teoría sugiere que un océano Ártico sin hielo provocaría más precipitaciones
en forma de nieve en latitudes altas. Cuando el océano Ártico está cubierto de
hielo a baja temperatura, hay poca evaporación o sublimación, y esto hace que las
regiones polares sean bastante secas en cuanto a las precipitaciones, más o menos
como los desiertos. Estas escasas precipitaciones permiten que la nieve se evapore
durante el verano. Cuando no hay hielo, el océano absorbe energía solar durante los
largos días estivales, y se evapora más agua. Con más precipitaciones, una parte de
la nieve no se evapora durante el verano, si bien el hielo glacial se forma a
latitudes inferiores, reduciendo las temperaturas por la vía del aumento del albedo
(las predicciones actuales indican que el calentamiento global eliminará el hielo
del océano Ártico de aquí a cincuenta años). El agua dulce adicional que llega al
norte del océano Atlántico durante un ciclo más cálido también puede reducir la
circulación termohalina.19 Tal reducción (mitigando los efectos del corriente del
Golfo) también enfriaría el norte de Europa, cosa que causaría más nieve. También
se ha sugerido que, durante una larga glaciación, los glaciares pueden atravesar el
golfo de San Lorenzo, llegando hasta el norte del Atlántico y bloqueando la
corriente del golfo.

Procesos que la mitigan


Las capas glaciales que se forman durante las glaciaciones erosionan la tierra que
tienen debajo. Tras un tiempo, esto produce un hundimiento isostático de la corteza
por debajo del nivel del mar, reduciendo el espacio en que se pueden formar capas
de hielo. Esto mitiga la retroalimentación del albedo, igual que la reducción del
nivel del mar que acompaña la formación de las capas de hielo.

Otro factor es que la aridez provocada por el máximo glacial reduce las
precipitaciones, haciendo más difícil que se mantenga la glaciación. El retroceso
glacial provocado por este o cualquier otro proceso puede ser amplificado por
procesos similares.

Causas de las glaciaciones


Cualquier teoría científica que pretenda explicar las causas de las glaciaciones
debe encarar dos cuestiones fundamentales. ¿Qué causa el comienzo de las
condiciones glaciares? y ¿qué causó la alternancia de etapas glaciales e
interglaciares que han sido documentadas para el Pleistoceno?7 Las causas de las
edades glaciales todavía son un tema controvertido. Hay consenso en que varios
factores son importantes: la composición de la atmósfera; los cambios en la órbita
de la Tierra alrededor del Sol (llamados ciclos de Milankovitch; y posiblemente la
órbita del Sol alrededor del centro de la galaxia); la dinámica de las placas
tectónicas y su efecto sobre la situación relativa y la cantidad de corteza
oceánica y terrestre a la superficie de la Tierra; variaciones en la actividad
solar; la dinámica orbital del sistema Tierra-Luna; y el impacto de meteoritos de
grandes dimensiones o las erupciones volcánicas.

Algunos de estos factores tienen una relación de causa-efecto. Por ejemplo, los
cambios en la composición de la atmósfera de la Tierra (especialmente la
concentración de gases de efecto invernadero) pueden alterar el clima, mientras que
el cambio climático puede cambiar la composición de la atmósfera.

William Ruddiman, Maureen Raymo y otras han sugerido que las mesetas del Tíbet y
Colorado son inmensos sumideros de CO2, con una capacidad de eliminar suficiente
dióxido de carbono de la atmósfera como por ser un factor significativo de la
tendencia de enfriamiento de los últimos cuarenta millones de años. También
argumentan que aproximadamente la mitad de su elevación (y el crecimiento de su
capacidad de eliminar CO2) tuvo lugar a lo largo de los últimos diez millones de
años.2021

Cambios en la atmósfera terrestre


El cambio más importante es en la cantidad de gases de efecto invernadero en la
atmósfera. Hay indicios que el nivel de gases de efecto invernadero de los
casquetes glaciares, pero es difícil establecer relaciones de causalidad. El nivel
de gases de efecto invernadero también podría haber sido alterado por otros
factores propuestos como causa de las edades glaciales, como por ejemplo el
movimiento de los continentes o el vulcanismo.

La teoría de la "Tierra Bola de Nieve" afirma que la severa glaciación de finales


del Proterozoico10 llegó a su fin a causa de un aumento del nivel de CO2 de la
atmósfera, y algunos de los que apoyan a la teoría argumentan que la Tierra Bola de
Nieve fue causada por una reducción del CO2 en ella. Esta hipótesis prevé la
repetición de este evento. William Ruddiman2021 ha propuesto la hipótesis del
Antropoceno antiguo (nombre dado por algunos al periodo más reciente de la historia
de la Tierra), según la cual los humanos empezaron a tener un impacto global
significativo en el clima y los ecosistemas de la Tierra no ya en el siglo XVIII
con la Revolución Industrial, sino ya hace ocho mil años, debido a las intensas
actividades agrícolas de los humanos antiguos. Ruddiman afirma que los gases de
efecto invernadero generados por la agricultura impidieron el comienzo de una nueva
glaciación.

Posición de los continentes


El registro geológico parece indicar que las edades glaciales empiezan cuando los
continentes se encuentran en una posición que bloquea o reduce el flujo de agua
cálida del ecuador a los polos, permitiendo la formación de casquetes glaciares.
Las capas de hielo aumentan el albedo de la Tierra, reduciendo la absorción de
radiación solar. Esta reducción de la absorción de radiación enfría la atmósfera;
este enfriamiento hace crecer los casquetes de hielo, aumentando el albedo todavía
más. Este ciclo continúa hasta que la reducción en la erosión causa un aumento del
efecto invernadero.

Se conocen tres configuraciones de la posición de los continentes que bloqueen o


reduzcan el flujo de agua cálida del ecuador a los polos:

cuando un continente se encuentra en un polo, como la Antártida actualmente;


cuando un mar polar se encuentra casi totalmente rodeado de masas de tierra, como
el océano Ártico;
cuando un supercontinente cubre la mayoría del ecuador, como Rodinia durante el
período Criogénico.
Puesto que la Tierra tiene actualmente un continente en su polo sur y un océano en
el polo norte, los geólogos infieren que la Tierra continuará sufriendo periodos
glaciales en el futuro (geológicamente) próximo.

Algunos científicos opinan que el Himalaya es un factor clave en la glaciación


actual, pues estas montañas incrementan las precipitaciones totales de la Tierra, y
por lo tanto el ritmo al cual el CO2 es eliminado de la atmósfera, reduciendo el
efecto invernadero. La formación del Himalaya empezó hace unos setenta millones de
años, cuando la placa India colisionó con la placa Euroasiática (todavía continúa
elevándose unos cinco milímetros por año porque la placa india se mueve a un ritmo
de 67 mm por año). La historia del Himalaya encaja generalmente con la reducción a
largo término de la temperatura mediana global desde mediados del Eoceno, hace
cuarenta millones de años.

Otros aspectos importantes que contribuyeron a la configuración climática de


periodos anteriores son las corrientes oceánicas, que varían según la posición de
los continentes y otros factores. Tienen la capacidad de enfriar (por ejemplo,
contribuyendo a la creación del hielo de la Antártida) y de calentar (otorgando a
las islas británicas un clima templado en lugar de boreal) el clima global. El
cierre del istmo de Panamá hace aproximadamente tres millones de años podría haber
dado pie al periodo actual de fuerte glaciación en Norteamérica, poniendo fin al
intercambio de agua entre las regiones tropicales del Atlántico y el Pacífico.2223

Ciclos astronómicos de Milankovitch


Artículo principal: Ciclos de Milankovitch

Diagrama de los ciclos de Milankovitch a lo largo del último millón de años.


Los ciclos de Milankovitch son una serie de variaciones cíclicas en las
características de la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Cada ciclo tiene una
duración diferente, de forma que a veces sus efectos se compensan y a veces incluso
se cancelan mutuamente.24

Los investigadores dudan de que los ciclos de Milankotivch puedan iniciar o poner
fin a una glaciación: pues incluso cuando sus efectos se combinan, no son
suficientes; y porque las ocasiones en que los efectos se compensan o se cancelan
son mucho más regulares y frecuentes que las edades glaciales. No obstante, existen
modelos climáticos que los incluyen y que predicen la respuesta climática.25

En cambio, hay indicios importantes de que los ciclos de Milankovitch afectan a la


alternancia de periodos glaciales e interglaciares dentro de cada edad de hielo. La
glaciación actual es la más investigada y la mejor comprendida, especialmente los
últimos 400 000 años, pues este es el periodo que cubren los núcleos de hielo, que
muestran la composición atmosférica, la temperatura y el volumen de hielo. En este
periodo, la correspondencia de los periodos glaciales e interglaciares con los
periodos de variación orbital es tan clara que se suele aceptar el papel que juega
la variación de la órbita. Los efectos combinados de la distancia cambiante al Sol
y las variaciones en el eje de la Tierra y en su inclinación redistribuyen la luz
solar que recibe la Tierra. Los más importantes son los cambios en la inclinación
del eje de la Tierra, que afectan la intensidad de las estaciones. Por ejemplo, la
insolación a 65º de latitud norte en julio puede variar hasta un 25 % (de 400 W/m²
a 500W/m²). Se cree que las capas de hielo avanzan cuando los veranos se vuelven
demasiado fríos para deshacer toda la nieve acumulada durante el invierno anterior.
Algunos creen que las variaciones orbitales no son suficientes como para
desencadenar una glaciación, pero hay otros factores que pueden contribuir.

Mientras que la teoría de Milankovitch predice que los cambios cíclicos de la


órbita solar pueden quedar grabados al registro glacial, faltan explicaciones
añadidas para explicar qué ciclos juegan el papel más importante en la alternancia
glacial-interglaciar. De hecho, durante los últimos 800 000 años, el período de
alternancia glacial-interglaciar ha sido de 100 000 años, cosa que se corresponde
con los cambios en la excentricidad e inclinación orbitales. Pero esta es de lejos
la frecuencia más reducida de las tres predichas por Milankovitch. Durante el
periodo entre hace 3 y 0,8 millones de años, el patrón dominante de glaciación se
correspondía con el periodo de 41 000 años de los cambios en la oblicuidad de la
Tierra (la inclinación de su eje). Las razones del dominio de una frecuencia sobre
otra todavía no se comprenden bien y están siendo investigadas, pero es probable
que la respuesta esté relacionada con algún tipo de respuesta compleja del sistema
climático terrestre.

La teoría "tradicional" no llega a explicar el dominio del ciclo de cien mil años
durante los últimos ocho ciclos. Richard A. Muller, Gordon J. MacDonald y otras han
indicado que estos cálculos son aptos para un modelo bidimensional de la órbita
terrestre, pero que la órbita tridimensional también tiene un ciclo de variación de
la oblicuidad que dura cien mil años. Han propuesto que estas variaciones de la
oblicuidad pueden conducir a variaciones en la insolación.26 Aun cuando pone en
juego un mecanismo diferente al del concepto tradicional, los periodos predichos a
lo largo de los últimos 400 000 años son prácticamente los mismos. La validez de la
teoría de Muller y MacDonald ha sido cuestionada a su vez por Rial.27

William Ruddiman sugiere un modelo que explica el ciclo de cien mil años modulando
la excentricidad sobre la precesión, combinado con el efecto de los gases de efecto
invernadero.2021 Peter Huybers28 Propone todavía otra teoría, argumentando que el
ciclo dominante siempre ha sido el de 41 000 años, pero que la Tierra tiene
actualmente un comportamiento climático en que solo tiene lugar una edad glacial
cada dos o tres ciclos. Esto implicaría que el periodo de cien mil años no es más
que una ilusión creada haciendo la media de ciclos que duran 80 000 y 120 000 años.
Esta teoría se corresponde con la incertidumbre de las dataciones, pero no ha
recibido demasiado apoyo.

Variaciones en la actividad solar


Hay al menos dos tipos de variación en la actividad solar

A muy largo término, los astrofísicos calculan que el Sol libera un 10 % más de
energía cada 109 años. De aquí a dentro de mil millones de años, el 10 % añadido
será suficiente como por causar un efecto invernadero irreversible en la Tierra —el
aumento de la temperatura produce más nubes de vapor de agua, el cual funciona como
un gas de efecto invernadero mucho más potente que el CO2,29 la temperatura
aumenta, se produce más vapor, etc.—. En cambio otras teorías acerca de las nubes
afirman todo lo contrario; al crearse más nubes la temperatura desciende.
Variaciones a corto término. Puesto que el Sol posee un gran tamaño, los efectos de
sus desequilibrios internos y los procesos de retroalimentación negativa tardan
mucho tiempo en propagarse, de forma que estos procesos se potencian y producen
todavía más desequilibrios. En este contexto, "mucho tiempo" quiere decir miles o
millones de años.
El aumento a largo plazo de la emisión de energía del Sol no puede ser la causa de
las edades glaciales.

Las variaciones a corto plazo mejor conocidas son los ciclos de las manchas
solares, especialmente el mínimo de Maunder, que está relacionado con la parte más
fría de la pequeña edad de hielo. Como los ciclos de Milankovitch, los efectos de
los ciclos de las manchas solares son demasiado débiles y frecuentes para explicar
el comienzo y el fin de las edades glaciales pero es muy probable que sean la razón
de las variaciones de temperatura dentro de las edades glaciales.

Vulcanismo
Los episodios volcánicos más grandes conocidos, las erupciones que crearon las
traps siberianas y del Decán y que cumplieron un papel importante durante las
extinciones en masa, no tienen nada que ver con las edades glaciales. A simple
vista, parece que esto pueda implicar que el vulcanismo no puede producir
glaciaciones.

Aun así, el 70 % de la superficie de la Tierra está cubierto de agua, y la teoría


de las placas tectónicas predice que la corteza oceánica de la Tierra se renueva
completamente cada 200 millones de años. Por lo tanto, es imposible encontrar
indicios de llanuras submarinas o de otros grandes episodios volcánicos de más de
200 millones de años de antigüedad, y los indicios de episodios volcánicos más
antiguos posiblemente ya han sido erosionados. En otras palabras, que no se hayan
encontrado pruebas de otros acontecimientos volcánicos a gran escala no significa
que no hayan sucedido.

En teoría, es posible que los volcanes submarinos pudieran poner fin a una edad
glacial, creando un calentamiento global. Una explicación propuesta del máximo
térmico del Paleoceno-Eoceno es que los volcanes submarinos liberaran metano
atrapado en clatratos, causando un grande y rápido incremento del efecto
invernadero. No parece haber indicios geológicos de estas erupciones en este
periodo, pero esto no implica que no ocurrieran.

Es más difícil ver qué papel podría tener el vulcanismo en empezar una edad
glacial, puesto que los efectos que lo frenen deberán ser más débiles y a más corto
plazo que los efectos que lo produzcan. Esto exigiría que polvos y nubes de
aerosoles permanecieran en la atmósfera superior y bloquearan la luz solar durante
miles de años, cosa que parece muy improbable. Los volcanes submarinos no podrían
producir este efecto, puesto que el polvo y los aerosoles serían absorbidos por la
mar antes de que llegaran a la atmósfera. No obstante, esta hipótesis se considera
como plausible en el caso de la Pequeña Edad del Hielo.30

Radiación cósmica galáctica


Recientemente el científico Ner Shaviv ha señalado, y divulgado en el documental
"El misterio de las nubes" , que las glaciaciones serían causadas por el cruce
cíclico del Sistema Solar a través de los brazos espirales de la galaxia, durante
la órbita del Sol alrededor de Sagitario A* (el agujero negro del centro de la Vía
láctea) a lo largo del año galáctico, que dura 250 millones de años.

El mecanismo que se sobreentiende es el propuesto por Henrik Svensmark, según el


cual los rayos cósmicos producen núcleos de condensación en la atmósfera, los
cuales funcionan como semillas de nubes (a más nubes, más frío), y que en los
brazos galácticos hay más estrellas, por tanto, más supernovas, y más rayos
cósmicos.

La ciclicidad de las glaciaciones sería explicada por este mecanismo de órbita


galáctica, ocupando fracciones de 250 millones de años (año galáctico),
aproximadamente.
En el momento actual, el Sistema solar estaría cruzando un pequeño brazo espiral de
la galaxia, lo cual explicaría la actual glaciación (presencia de casquetes en los
polos).

Los factores terrestres


Las variaciones climáticas están determinadas, también, por fluctuaciones de la
concentración en el aire de gases responsables del efecto invernadero, la actividad
volcánica, los cambios en las corrientes oceánicas, las inversiones magnéticas y en
la tectónica de placas.

Estos cambios de los climas produjeron modificaciones en las poblaciones animales y


vegetales, a través de la extinción, adaptación y migración de especies. En el
estudio de estas modificaciones se basan los métodos biológicos de estimación de
las condiciones climáticas y ambientales del pasado.

Las erupciones volcánicas lanzan a la atmósfera grandes cantidades de cenizas que


permanecen en suspensión durante años, reduciendo el brillo del Sol y bajando la
temperatura media de la atmósfera. Este mecanismo también puede funcionar tras el
impacto de un gran meteorito, pero estos episodios son más esporádicos. Para que el
polvo volcánico origine una era glacial sería necesario un ciclo volcánico muy
violento y sostenido a lo largo de años y en todo el mundo. Las erupciones
volcánicas también hacen aumentar las concentraciones de CO2 en la atmósfera.

Las inversiones magnéticas se consideran como un posible factor que desencadena una
glaciación porque en el proceso de inversión se debilita el campo magnético (y se
orienta en dirección este-oeste). La mayor presencia de rayos cósmicos provoca en
la troposfera la formación de nubes, lo que comporta un enfriamiento de la Tierra.
Un campo magnético fuerte canaliza las radiaciones hacia los polos, fenómeno
observable en las auroras boreales, calentando las capas altas de la atmósfera.
Claro que lo normal es suponer que una mayor incidencia de la radiación favorece el
calentamiento de la atmósfera.

También la disposición de los continentes y la tectónica de placas tienen


influencia en el clima global. Si las tierras emergidas se concentran en las
latitudes bajas, el clima tiende a ser más cálido, puesto que los mares (en las
latitudes altas) conservan mejor el calor y de esta manera dificultan la aparición
de hielo permanente. Cuando los continentes se concentran en las latitudes altas,
aparecen los grandes indlandsis, ya que las temperaturas bajan y las aguas cálidas
tropicales ya no dulcifican el clima polar. Además, cuando los continentes chocan,
la actividad volcánica aumenta.

La expansión de los bosques también tiende a enfriar el clima de la Tierra, ya que


las plantas aumentan la nubosidad, y por lo tanto se reduce el brillo del sol, pero
lo fundamental es que fijan el carbono.

El ciclo del carbono


Las prospecciones en la estación antártica de Vostok demuestran que el aumento de
la proporción de CO2 en la atmósfera y el aumento de la temperatura coinciden en el
tiempo. También las concentraciones de metano son menores durante los períodos
fríos. La concentración de CO2 en la atmósfera disminuye gracias al océano, ya que
los seres vivos de superficie fijan el carbono para formar sus esqueletos. Al morir
son arrastrados, con el carbono, hacia el fondo del océano. En aguas poco profundas
forman calizas y dolomías, con lo que entran a formar parte de la corteza
terrestre. La disolución de las calizas y la respiración de los seres vivos
devuelve el carbono a la atmósfera. Sin el CO2 no sería posible la fotosíntesis, y
por lo tanto la vida tal como la conocemos. La velocidad con que el océano es capaz
de fijar carbono depende de la cantidad de nutrientes en su seno. Al comenzar el
deshielo se inundan las plataformas continentales y se pierde el carbono orgánico
de ellas, reduciéndose la capacidad de fijar carbono y aumentando su concentración
en la atmósfera. No obstante lo dicho, se considera que tanto los ciclos de
actividad solar, como los factores terrestres pueden ser responsables de las
variaciones intermedias del clima, pero no de las grandes glaciaciones.

Glaciaciones notables
Dos glaciaciones han sido especialmente dramáticas en la historia de la Tierra: la
Tierra Bola de Nieve, que se inició a finales del Proterozoico, hace
aproximadamente unos 700 millones de años, y la glaciación wisconsiense o de Würm,
acaecida a finales del Pleistoceno. Otra edad glacial de especial impacto en la
historia reciente fue la Pequeña Edad de Hielo, que abarcó desde comienzos del
siglo XIV hasta mediados del XIX.

Tierra Bola de Nieve


Artículo principal: Tierra Bola de Nieve

La superficie terrestre debía de tener una apariencia similar durante la glaciación


denominada "Tierra Bola de Nieve".
La hipótesis Snowball Earth31 (Tierra Bola de Nieve) hace referencia a los efectos
que una gigantesca glaciación provocó sobre todo el planeta, la mayor de las
acaecidas en la Tierra, según los registros de datos disponibles. La glaciación se
inició a finales del Proterozoico, hace aproximadamente 700 millones de años.

Esta teoría intenta dar explicación a los depósitos de sedimentos glaciales


encontrados en latitudes tropicales y que se acumularon durante el período
Criogénico (hace 850-630 millones de años), así como otros enfriamientos
enigmáticos que se han encontrado en el registro geológico del período Criogénico.

Según las teorías actuales, la causa de esta gran glaciación se encuentra en la


formación de un supercontinente, Rodinia, situado en la zona ecuatorial. Una
configuración tropical de los continentes es, quizás sorprendentemente, necesaria
por desencadenar una Tierra Bola de Nieve.32 Los continentes tropicales reflejan
más luz que el océano abierto, de forma que absorben menos calor del Sol; la
mayoría de la absorción de energía solar a la Tierra tiene lugar actualmente a los
océanos tropicales.33 Además, los continentes tropicales reciben más
precipitaciones, cosa que incrementa el caudal y la erosión.

Cuando se las expone en el aire, los silicatos sufren reacciones erosivas que
extraen dióxido de carbono de la atmósfera terrestre. Estas reacciones suelen
seguir este proceso: mineral rocoso + CO2 + H2O → cationes + bicarbonato + SiO2. Un
ejemplo de una reacción de este tipo es la erosión de la wollastonita: CaSiO3 +
2CO2 + H2O → Ca2+ + SiO2 + 2HCO3-

Los cationes de calcio liberados reaccionan con el bicarbonato disuelto en los


océanos para formar carbonato de calcio como roca sedimentaria. Esto transfiere
dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, del aire a la geosfera y, en un
estado de equilibrio a escalera geológica, contrarresta el dióxido de carbono que
liberan los volcanes a la atmósfera.

La escasez de sedimentos apropiados por analizarlos hace que sea difícil establecer
con precisión la distribución continental durante el Neoproterozoico.34 Algunos
modelos sugieren una configuración polar de los continentes —una característica de
todas las otras glaciaciones importantes—, puesto que representan un punto en que
se puede acumular el hielo. Cambios en la circulación oceánica podrían haber
desencadenado la Tierra Bola de Nieve.35

La glaciación de Würm
Artículo principal: Glaciación de Würm
Impresión artística del alcance de la última edad glacial
La glaciación de Würm es el periodo glacial más reciente dentro de la edad glacial
actual, y tuvo lugar durante el periodo Pleistoceno. Empezó hace aproximadamente
cien mil años y se acabó entre hace 10 000 y 15 000 años. Durante este periodo hubo
diferentes variaciones entre adelanto y retroceso de los glaciares. El punto máximo
de esta glaciación fue hace aproximadamente dieciocho mil años. Mientras que el
proceso general de enfriamiento global y avance de los glaciares fue similar, las
diferencias locales en el desarrollo y retroceso de los glaciares hace difícil
comparar los detalles de un continente al otro. La última glaciación se concentró
en las enormes capas de hielo de Norteamérica y Eurasia. Vastas regiones de los
Alpes, el Himalaya y los Andes estaban cubiertas de hielo, y la Antártida
permaneció helada. Canadá estaba casi cubierto de hielo, así como el norte de los
Estados Unidos, ambos cubiertos por el inmenso casquete de hielo de Laurentia.
Alaska permaneció en parte libre de hielo debido a condiciones climáticas áridas.
Hubo glaciaciones locales en las Montañas Rocosas.36 En Gran Bretaña, Europa
continental y el noroeste de Asia, la capa de hielo Escandinava volvió a llegar
hasta el norte de las islas británicas, Alemania, Polonia y Rusia, llegando tan al
este como la península de Taimyr al oeste de Siberia.37 El punto máximo de la
glaciación al oeste de Siberia fue hace aproximadamente entre 18 000 y 17 000 años;
más tarde que en Europa (entre hace 22 000 y 18 000 años).38 El nordeste de Siberia
no estaba cubierto de hielo.39 El océano Ártico, situado entre las dos vastas capas
de hielo de América y Eurasia, no estaba completamente helado, sino que, como en la
actualidad, estaba cubierto con hielo relativamente poco grueso, susceptible a los
cambios estacionales y lleno de icebergs generados en los casquetes de hielo
aledaños.40

Según la composición de los sedimentos marinos estudiados, incluso habría habido


épocas en las que las aguas quedaban libres de hielo. La glaciación del hemisferio
sur fue menos importante debido a la configuración actual de los continentes. Había
casquetes de hielo en los Andes, donde se conocen seis avances de glaciares entre
el 31 500 a. C. y el 11 900 a. C. en los Andes de Chile.41 La Antártida estaba
completamente helada, como hoy en día, pero el casquete polar no dejó ninguna parte
sin cubrir. El continente australiano solo estaba helado en una zona muy pequeña
cerca del Monte Kosciuszko, mientras que la glaciación estaba más extendida en
Tasmania.42 En Nueva Zelanda hubo glaciación en sus Alpes Neozelandeses, de donde
se conocen al menos tres avances glaciares. Hubo casquetes de hielo locales en
Irian Jaya, Indonesia, donde todavía se conservan restos de los glaciares del
Pleistoceno en tres zonas diferentes.43

La glaciación de Würm es la parte mejor conocida de la edad glacial actual, y ha


sido intensamente investigada en Norteamérica, Eurasia septentrional, Himalaya y
otras regiones antiguamente heladas del mundo. Las glaciaciones que tuvieron lugar
durante este periodo cubrieron muchas áreas, principalmente al hemisferio norte, y
en menor medida al hemisferio sur.

La Pequeña Edad del Hielo


Artículo principal: Pequeña Edad del Hielo

Paisaje nevado, 1565, Pieter Brueghel el Viejo


La Pequeña Edad de Hielo fue un período frío que abarcó desde comienzos del siglo
XIV hasta mediados del XIX. Puso fin a una era extraordinariamente calurosa llamada
Óptimo climático medieval. Hubo tres máximos: sobre 1650, alrededor de 1770 y hacia
1850.44

Durante el periodo 1645-1715, en mitad de la Pequeña Edad de Hielo, la actividad


solar reflejada en las manchas solares era sumamente baja: este periodo es conocido
como el Mínimo de Maunder. El eslabón preciso entre la baja actividad de las
manchas solares y las frías temperaturas no se han establecido, pero la
coincidencia del Mínimo de Maunder con el periodo más profundo de la Pequeña Edad
de Hielo sugiere que hay una conexión.45 Otros indicadores de la baja actividad
solar durante este período son los niveles de carbono-14 y berilio 10.46

A lo largo de la Pequeña Edad de Hielo el mundo experimentó también una actividad


volcánica elevada, lo que aumentó las emisiones de azufre en forma de gas SO2.
Cuando este gas alcanza la estratosfera se convierte en partículas de ácido
sulfúrico que reflejan los rayos del sol reduciendo la cantidad de radiación que
alcanza la superficie de la tierra (efecto albedo). En 1815 la erupción de Tambora
en Indonesia cubrió la atmósfera de cenizas; el año siguiente, 1816, fue conocido
como el año sin verano, cuando hubo hielo y nieves en junio y julio en Nueva
Inglaterra y el Norte de Europa.30

Otra posible causa de la Pequeña Edad del Hielo pudo ser la detención de la
circulación termohalina (también conocida como «cinta transportadora oceánica»). La
Corriente del Golfo pudo dejar de ser operativa debido a la introducción de una
gran cantidad de agua fría en el Atlántico Norte debido a la existencia de
temperaturas relativamente altas del Óptimo climático medieval.47

A partir de 1850, el clima comenzó a cambiar hacia temperaturas más cálidas.


Algunos escépticos sobre el calentamiento global arguyen que los cambios actuales
se deben a la recuperación climática de este último evento glacial, y que, por
ello, la actividad humana no es causante de este cambio.4849 La mayor parte de la
comunidad científica apoya la idea de que el cambio climático reciente está
desencadenado, en mayor o menor medida, por el incremento en las emisiones de
dióxido de carbono a la atmósfera debido a las actividades humanas.5051

Efectos en la actualidad
Glaciares
Artículo principal: Glaciar
Los glaciares cubren en la actualidad unos 14,9 millones de km², casi un 10 % de la
superficie terrestre. Esta proporción aumentó hasta 44,4 millones de km², un 30 %
de la superficie terrestre, durante los periodos glaciales. El manto de hielo
laurentiano, por ejemplo, se estima que cubrió más de 13,3 millones de km²,
mientras que en el presente la cobertura glaciar ocupa 147 248 km² en el norte de
Canadá; algo parecido ocurre con el de Escandinavia, con 6,7 millones de km² y 3810
km², respectivamente. Además, las regiones de la Tierra ocupadas por glaciares en
el pasado muestran unas determinadas formas de relieve y sedimentos asociados. Los
glaciares también tienen efectos indirectos sobre el paisaje; uno de los más
comunes es la desviación de las corrientes fluviales en sistemas de drenaje
preexistentes, como se constata en el tramo alto del río Severn, en Gran Bretaña,
que alguna vez fue cabecera del río Trent.

Orografía

Escandinavia muestra en su geografía los efectos de las glaciaciones: fiordos y


lagos
Aunque el último periodo glacial terminó hace más de 9000 años, sus efectos aún son
visibles. Por ejemplo, el movimiento del hielo modeló el paisaje de Canadá,
Groenlandia, norte de Eurasia y la Antártida. Los bloques erráticos, tilitas,
drumlins, fiordos, lagos, morrenas o los circos son estructuras típicamente
derivadas de los movimientos de grandes masas de hielo.

El peso de las capas de hielo deformó la corteza terrestre y el manto; cuando el


hielo se fundió, la corteza se elevó por isostasia. Debido a la gran viscosidad de
la Tierra, el flujo de las rocas del manto es muy lento, y este proceso se produjo
a una velocidad de un centímetro por año. Se admite que este «reflote» de la
corteza comporta movimientos de tierra,5253 cambios en el nivel del mar,54 en el
campo magnético terrestre,55 inducción de terremotos56 e incluso cambios en la
rotación terrestre.57
Durante la glaciación, el agua retirada de los océanos, congelada en latitudes
altas, redujo el nivel de estos, permitiendo la aparición de pasarelas
continentales como Beringia, que permitieron la migración de especies y cuyos
efectos evolutivos observamos en la biodiversidad actual. Esta transferencia
genética se detuvo con la fusión de los glaciares. Geológicamente, esta fusión
significó la generación de mucha complejidad ecológica espacial y temporal, como la
aparición de lagos salinos.

Véase también
Episodios geoclimáticos del Cuaternario
Glaciología
Glaciación de Würm o Wisconsin
Glaciación de Riss o Illinois
Glaciación de Mindel o Kansas
Glaciación de Günz o Nebraska
Würm II
Migración humana
Pequeña Edad de Hielo
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