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XXV domingo del T. O.

sr
Pobreza y desprendimiento

EX: No podeís servir a Dios y al dinero.


Esto no nos suena extrañ o. Es atractivo. Una actitud de coherencia.

UPDATE:
No podeis servir a Dios ni al dinero. Ok

PERO es el dinero malo.

Reflexionar sobre la pará bola… un administrador injusto.

Conclusió n: hacer amigos con las ganancias inicuas? … para qué es el dinero entonces?
Lo importante es NO estar atado a las ganancias. No ser SIERVOS del dinero. El dinero sirve para
algo. Pero no puede ser lo má s importante.

Desprendimiento
No tener nada como propio; no tener nada superfluo; no lamentarse cuando falta lo
necesario; cuando se puede escoger, elegir la cosa más pobre, menos simpática; no
maltratar los objetos que usamos; hacer buen uso del tiempo" (Entrevista sobre el Fundador
del Opus Dei, cap. 11).

Desprendimiento. La misma palabra lo dice. No estar atado, no estar “prendado” a las cosas…
para qué? para tener libertad

Paseaba nuestro hombre (Só crates) en cierta ocasió n por el mercado de Atenas, pobremente
vestido, y se admiraba de la abundancia de objetos que veía en los escaparates. Acabó por
declarar:
¡Cuá ntas cosas no necesito!

No sé si esto pudiéramos decirlo nosotros. Somos así, nos apegamos a todo. Incluso a cosas
pequeñ as. Problema es que nos ata. Nos limita. Es como andar en el agua con unas pesas. Ir
cargando cosas
EVERNOTE: desprendimiento nos ayuda a ver
Los demá s. Revisar si no hay una excesiva preocupació n de mí. Solo de mí.

Nos ayuda también a estar pendiente de lo que de verdad importa


EVERNOTE: la llama interior

NO SE PUEDE servir a dos señ ores. Tenerlos como lo má s importante. Porque solo uno puede
ser lo má s importante. Y solo uno vale la pena.

Evangelio nos da varias enseñ anzas al respecto.


Las tierras de cierto hombre rico dieron mucho fruto.
17 Y se puso a pensar para sus adentros: "¿Qué puedo hacer, ya que no tengo dónde guardar mi
cosecha?" 18 Y se dijo: "Esto haré: voy a destruir mis graneros, y construiré otros mayores, y allí
guardaré todo mi trigo y mis bienes. 19 Entonces le diré a mi alma: "Alma, ya tienes muchos
bienes almacenados para muchos años. Descansa, come, bebe, pásalo bien"". 20 Pero Dios le dijo:
"Insensato, esta misma noche te van a reclamar el alma; lo que has preparado, ¿para quién será?"
21 Así ocurre al que atesora para sí y no es rico ante Dios.

Los tesoros de la tierra ahora son y mañ ana dejan de ser. No así los del cielo.

Confianza en el Señ or
Mandamiento de la ley de Dios. Sobre todo la dependencia de Dios. Justo clama a Dios. El pobre
tiene en él su esperanza.
NUNCA perder esta actitud. Apego a bienes materiales nos puede hacer pensar que ya no
necesito a Dios. Que lo tengo todo.
Que valgo por lo que tengo.

No es cuestió n de cantidad. sino de apego.


Cuchara de peltre. Podemos estar apegados a cosas de poco valor.

A veces la preocupació n de las cosas nos ata. La tensió n de perderlas.


IMAGINA por ejemplo… recibes algo y lo escondes. No vaya a ser que se estropee. Excesiva
preocupació n.

Recto uso de los bienes materiales


También es manifestació n de este desprendimiento y pobreza que Dios nos pide. Para que
duren. Cuidar las cosas. Darles mantenimiento. Que duren. Pobreza no es suciedad ni descuido.
(Ciudad de los Niñ os)

Usar los bienes para el bien. No nos toca la pobreza del franciscano o religioso.
“Y yo os digo: Ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en
las moradas eternas”...
Estamos llamados a administrar los bienes para bien.
Cuentan que un filó sofo griego fue llamado a servir en como consejero. Y al recibir el primer
pago, lo despreció diciendo: no quiero dinero, solo vivo para la sabiduría.
Y fue despedido. porque le dijeron: la riqueza es para compartir con tus amigos, Si no quieres
riqueza, no tienes amigos. Por tanto, no nos sirve tu consejo.

Vivimos en medio del mundo, y somos cuerpo y alma. Necesitamos de los bienes materiales.
Alguien tiene que hacerse cargo del mundo. No hemos de despreciarlos, pero, como siempre,
darles su justo valor.

A veces hay que gastar para que algo quede bien. O no siempre significa elegir lo má s barato
(que a veces sale caro).
NO es cuestió n de CANTIDAD, sino de desprendimiento. De prudencia.
No servir a dos señ ores
No se trata de tener o no tener. No se trata de cantidades. Se trata de servir a un solo Señ or y al
que vale la pena.
San Marcos (Mc 5, 1-20) que llegó Jesú s a la regió n de los gadarenos, una tierra de gentiles, al
otro lado del lago de Genesaret. Allí, nada má s dejar la barca, le salió al encuentro un
endemoniado que, postrado ante É l, gritaba: "¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, hijo de Dios
Altísimo? Te pido por Dios que no me atormentes. Porque Jesú s le estaba diciendo: "espíritu
inmundo, sal de este hombre". Jesú s le preguntó por su nombre, y él respondió : "Me llamo Legión,
porque somos muchos. Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella región". Cerca
del lugar donde ellos se encontraban pacía una gran piara de cerdos.
2 mil. Se tiran. La gente se asusta. Le piden a Jesú s que se vaya.

NO SE DAN Cuenta del milagro. Se preocupan por sus cerdos. No ven que tienen a Dios delante.
Que É l es el Señ or de la Creació n.

((no vendas tu fe, en labor social en Axtla. Sectas que ofrecían dó lares))
Quizá no nos pase esto, pero sí que a veces podemos ceder a cosas del ambiente, de placer, de
sensualidad, de poder… y sacrificar nuestra fe. No toda, pero así se empieza.
ética profesional.
Quien no viva el desprendimiento, no podrá evidentemente mantenerse fiel a un solo Señ or.
De que le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde a sí mismo?

EVIDENTE! pero los hombres somos así. Cambiamos a veces la primogenitura por un plato de
lentejas. Nos vamos con los “espejitos”. Lo que brilla. Aparente.

SERVIR a un solo Señ or. Tener fe.


Quizá alguna vez por ser coherente, por no ceder a la frivolidad, a ciertos modos de ser, de
vestir, nos acarree incomprensió n. Pérdidas. (SI hay gente que pierde su trabajo por no ceder en
cosas que no se puede ceder… LGBT, etc)
VALE LA PENA porque Dios nunca se deja ganar en generosidad. Porque nos interesa el alma
sobre todas las cosas.

Obispo Eijo y Garay. No se juegue la mitra. Me juego el alma. Entendía perfectamente.


¿Seremos nosotros capaces de perder, si fuera necesario, la honra o la fortuna, una amistad…, a
cambio de permanecer con Dios?

Seguro que sí, si se lo pedimos al Señ or. Ahora. Un solo Señ or. que no te perdamos nunca Señ or.

NO PERDER de vista al Señ or. Saber reconocerlo cuando pasa.


Apegamiento a la frivolidad. a los bienes. el hombre siempre querrá má s. Insaciable. Pero
también en lo material. SIEMPRE habrá algo que nos sirva.
Venden un producto. Siempre habrá una necesidad! a eso se dedican los de mercadotecnia.
NUNCA nos van a vender algo que diga “esto no lo necesitas, pero có mpralo”. “en realidad no te
va a servir”... jamá s.
Nosotros debemos estar desprendidos de todo cuanto tenemos. De este modo, sabremos utilizar
todos los bienes de la tierra segú n lo dispuesto por Dios, y tendremos el corazó n en É l y en los
bienes que nunca se agotan.

El desasimiento hace de la vida un sabroso camino de austeridad y eficacia. ((CEDO A MIS


ANTOJOS??)) El cristiano ha de examinar con frecuencia si se mantiene vigilante para no caer en
la comodidad, o en un aburguesamiento que no se compagina de ninguna forma con ser
discípulo de Cristo; si procura no crearse necesidades superfluas; si las cosas de la tierra le
acercan o le separan de Dios.

Siempre podemos y debemos ser parcos en las necesidades personales, frenando los gastos
superfluos, no cediendo a los caprichos, venciendo la tendencia a crearse falsas necesidades,
siendo generosos en la limosna…

Medios: cuenta de gastos. Administrarse bien, pedir ayuda. Examinarse.

PER: Pedir a Dios tener un solo Señ or. Que estemos dispuestos a perderlo todo con tal de no
perder lo ú nico que vale la pena, Dios, el cielo, la vida eterna, nuestra alma en gracia.
S María. Pobreza de Nazareth pero no faltaría lo necesario. Alegría, limpieza.

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