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Doctorante
María Magdalena Aranda Delgado
Tutora
Dra. Silvia Benard Calva
Lectora
Dra. Mónica Luna
Introducción………………………………………………………………. 3
I. Definición del problema de investigación……………………………... 4
I.1 Planteamiento………………………………………………………… 9
I.2 Justificación y preguntas…………………………………………….. 10
I.3 Objetivo………………………………………………………………… 12
I.4 Metodología autoetnográfica………………………………………… 13
a) Perspectiva epistemológica…………………………………….. 14
b) Breve planteamiento sobre el problema de investigación…… 15
c) La estrategia metodológica……………………………………... 20
La transversal práctica analítica creativa. Una
autoetnografía…………………………………………… 22
II. Avances en el estado de la cuestión…………………………………… 24
II.1 Sociología del cuerpo……………………………………………….. 24
II.2 Feminismos………………………………………………………….. 26
II.3 Gordura………………………………………………………………. 28
II.4 Autoetnografía……………………………………………………….. 30
III. Avance de Capítulo: “El cuerpo gordo femenino como objeto de
análisis sociocultural”……………………………………………………. 33
1. Punto de fuga…………………………………………………….. 33
2. El estigma. Algunas mujeres son gordas pero ninguna quiere
serlo………………………………………………………………. 35
3. Un estudio sociocultural sobre las mujeres gordas………….. 37
4. Colofón. Las gordas haciendo escuela………………………… 39
IV. Apuntes autoetnográficos……………………………………………….. 40
V. Actividades realizadas durante el semestre Enero-Junio 2019…….. 50
VI. Actividades proyectadas para el próximo semestre Agosto- 51
Diciembre 2019……………………………………………………………
VII. Referencias……………………………………………………………….. 51
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HACERSE GORDA.
Introducción.
El texto que aquí se presenta, tiene como finalidad exponer la definición del proyecto
apartado II, se presentan los avances que han nutrido desde diciembre pasado, al
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I. Definición del problema de investigación
individual, vuelven manifiesto tanto el sistema social imperante como las prácticas
problemáticas de las mujeres y por tanto, los cuerpos en que habitan. Desde la
Anzaldúa, Audre Lorde que nos hablan de sus cuerpos y experiencias como mujeres
racializadas, lesbianas y pobres; Angela Davis, bell hooks, Maya Angelou que
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sexual y de género, hasta las investigaciones de feministas autónomas,
los saberes de las mujeres que no son europeas, blancas y de clases sociales
Sin duda, la preocupación actual al respecto, está relacionada con el avance y los
aportes analíticos desde los feminismos. Como se observa más arriba, en cada
reivindicación por la que han luchado los movimientos feministas, el cuerpo ha sido
cuando se habla del cuerpo gordo, la atención se fija en aquellos cuyas formas
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advertir con claridad cuáles son los de las mujeres gordas? ¿las asunciones sobre
las mujeres gordas son dichas por ellas mismas? Si hay una identidad de las
libre de prejuicios?.
género. Las condiciones de desigualdad social que viven las mujeres en el mundo
son necesarias para que el capitalismo siga persistiendo: el control del cuerpo de
obligadas por el mismo sistema a hacer uso de su capital erótico: vender su cuerpo
por tiempo, para disfrute sexual de otros; a poner su cuerpo para obtener los medios
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experiencias significantes concretas. Se dice que la pobreza es femenina y la gente
pobre suele ser gorda también; lo primero cuando se comparan los sueldos a nivel
normativo (gordura) y la clase social, esto para especificar que hay una intersección
todo con la abundancia en detalles que nos pueden aportar las visiones cualitativas,
mundo actual donde las fronteras impuestas al cuerpo por su género (existe una
Camino 2016, se estimó que la obesidad en mujeres adultas tiene una prevalencia
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Dadas estas cifras, que se analice y discuta poco sobre este sector poblacional,
importante. ¿Quiénes hablan por las mujeres gordas? ¿Quiénes las explican? En
esta investigación, resulta fundamental escuchar de primera voz a una mujer gorda
el propio estado de las cosas (opresión, estigma, exclusión), pero no así para la
sociocultural.
Cada una de las acciones que se realizan en la vida cotidiana; desde públicas como
trabajar, ir a al cine, hasta las íntimas e imperceptibles, como decidir qué comer o
autodidacta argentina Leonor Silvestri, en sus charlas y talleres, que no hay manera
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I.1 Planteamiento
La delgadez como dispositivo de control, opera eficazmente para todas las mujeres,
significa ser una mujer gorda y pertenecer a cierto estrato social, dentro de una
corporal, desaparecer las arrugas, los granos, las estrías, la celulitis, hacerse
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Cuando se logra disciplinar el cuerpo, además de instar socioculturalmente a
construir una personalidad pasiva, con tono de voz bajo, etcétera (todo lo que se
espera que debe ser una mujer) es complicado eludir preguntas tales como: ¿quién
cuestiones desde la autoetnografía, puesto que, como señala Carolyn Ellis (2010),
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El alcance de la investigación permitirá evidenciar que en la sociedad de
visibilizado porque hay un discurso hegemónico que las castiga y omite. ¿Las
Se considera que el aporte a nivel teórico proviene del análisis conjunto desde los
una sola identidad, las mujeres no son una masa homogénea, y en esa multiplicidad
que las atraviesan, sino observar de esa intersección entre ellas, las experiencias
para indagar en la estructura simbólica de las mujeres gordas en este lugar y tiempo,
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la experiencia personal, los actos políticos que sitúan invisibilización o agencia de
estrato social.
1.3 Objetivo
al que está sometido algún grupo. Las mujeres gordas experimentan limitaciones
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Las gordas han sido silenciadas. Han aprendido a sentir vergüenza de su cuerpo,
bastante poco de las mujeres gordas, puesto que se las han hecho, inventado,
colonizado, desde lugares que les son ajenos, mirados con desdén. Desde lugares
que no son el lugar de las mujeres gordas. Que este estudio sea un contra saber,
El cuerpo es una situación, nuestra comprensión del mundo, el boceto de nuestro proyecto.
Simone de Beauvoir.
***
Hace poco una mujer gorda me dice: no quiero aceptarme gorda sólo porque no hay de otra. Cavilé en lo
profundo de la opresión. Traté de escucharla, contagiarle el hondo respeto que he cultivado por mis lonjas, lo
complicado que es mantener esa dignidad cotidiana y la satisfacción de pasar cada vez menos momentos
invertidos odiando mi cuerpo. Obviamente ella cree que yo me conformo. Me quedé recordando que ni en mis
veintes cuando bajé mucho de peso, muriendo de hambre, chingando mi cuerpo, me sentí tan rotunda y bella
como ahora. Al día siguiente la vi fajada y maquillada. Se veía hermosamente GORDA, igualita que cuando no
lleva faja y maquillaje. Pensé en que cada una se quema en sus propios infiernitos... Y hasta ahí me llegó el
cinismo, caí en cuenta que no soy libre mientras otras gordas no lo sean. Deseé tanto que su deseo de sí misma
engorde pronto que aquí me tienen, contándolo.
Magda Aranda
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a) Perspectiva epistemológica.
como una dimensión co-constitutiva del orden social, esto, lleva a pensar a la
justamente observar cuál es ese orden y dónde coloca a este tipo de mujeres.
cuerpo, tiene que ver con el hecho poco estudiado de que cada aspecto de nuestra
estructurarlo simbólicamente.
Por otra parte, la perspectiva de análisis feminista dota de una visión crítica de larga
tradición sobre cuestiones referentes a las opresiones vividas por las mujeres a lo
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actualidad podemos hablar de cómo el género configura a los grupos sociales y las
Quien realiza esta investigación, fue formada como socióloga, se asume feminista
comprende y vive. Las categorías género, gordura y clase dan cuenta de ello. Se
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cumplir con la forma aceptable del cuerpo, según las normas hegemónicas; cuando
la ropa que se viste o los productos (de higiene personal, por señalar ejemplos de
puede resultar difícil que se piense alternativamente en una definición positiva. Las
Tampoco son propietarias de sus deseos, se les conmina siempre a guardarse sus
vergüenza y culpa, mejor ocultas tras la ropa, responsables por no tener el cuerpo
cómo se autodefine una mujer gorda de clase trabajadora, más allá de lo que se
dice que es o por aquello de lo que cree que carece, sino por lo que se ha
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qué es lo que dicen de sí misma y que socioculturalmente no se aprecia ni escucha
Que esta investigación sea una vía que permita esclarecerlo, ponerlo de manifiesto.
rico gracias al método autoetnográfico. Es, por tanto, útil académica y socialmente,
socioeconómica.
Las preguntas que guían hasta este momento la investigación, más que formularse
enlistan a continuación sin ningún orden prefijado, también, por supuesto, están
¿Quiénes hablan por las mujeres gordas y por qué no se les cree cuando
hablan?
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¿Las asunciones socioculturales sobre las mujeres gordas son dichas por
ellas mismas?
Si hay una identidad de las mujeres gordas ¿qué de esta, la configura? ¿es
Las mujeres gordas han sido silenciadas, lo aprendido sobre su cuerpo viene desde
confiables las experiencias conectadas por las emociones; más que recurrir a una
mal que se siente cuando menosprecian, sino para que se pueda identificar cómo
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funciona la opresión, qué la soporta, cuáles elementos de nuestra cultura la
forma en que opera y sus estragos en la vida de este grupo de personas. Lo que
ha internalizado, qué elementos de la vida social fomentan que se vea con pena y
aprecio por sí mismas, comenzando por su cuerpo gordo, habrá sido un elemento
metodológico excepcional.
mujeres gordas comprenden a la perfección pero que no se habla sobre ello. Por
ejemplo, las reacciones físicas de vergüenza por usar trajes de baño o ropa que
muestre el cuerpo grande; por qué es común ver a las gordas ponerse la bolsa, el
cojín y el suéter para tapar la panza cuando se sientan en algún lugar público; por
qué las gordas suelen aparecen en las fotos grupales hasta detrás; por qué se
La que escribe aquí no recuerda ser gorda, tener una panza protuberante, sino
hasta que alguien la mira con asco y desprecio. ¿Sabrán las mujeres delgadas lo
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que es y los sentimientos de inferioridad que cultiva esa mirada? Hay que hablarlo
fuerte.
sobre ellas, sus significados y relación con el mundo. Se espera que esta
c) La estrategia metodológica.
que aquellas a las que se investigará no son otras, vistas desde la mirada
posición jerárquica entre quien investiga y quienes son investigadas, conlleva una
también de la idea que práctica política, experiencia de vida y teoría son difíciles de
1
Para efectos de esta investigación, las citas también se modifican a lenguaje femenino, puesto que son
mujeres quienes nos interesa investigar.
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reconocer su agencia y su discurso, considerarla política, exige una forma distinta
investiga y las gordas que estudia, se debe establecer una autoría dialógica para
feminismo (Contreras, Cuello 2016), ya que tiene pendiente hablar sobre las
sistema que las niega y su historicidad. Contar sus experiencias sin un escrutinio
crítico de aquello que las conforma, es reproducir también esas prácticas normativas
su experiencia.
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históricos que, a través del discurso, posicionan a las sujetas y producen sus
experiencias. No son las individuas las que tienen la experiencia, sino las sujetas
como dar historicidad a las identidades que produce”. (Scott, 2001 p. 49)
consiste en una lista general de áreas por cubrir con cada informante. Por ello la
investigadora puede decidir cuándo y cómo aplicar algunas frases que orienten a
las entrevistadas hacia los objetivos propuestos, creando al mismo tiempo una
atmósfera confortable para que la informante hable libremente”. (Vela, 2004. P. 68)
alternativas. En ese sentido, permiten destacar las convenciones sociales junto con
las opciones morales y éticas de la investigación” (Feliu, 2007, p. 267). Dado el cariz
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Cursivas propias
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trabajadora, va acorde a la narrativa que la investigadora también puede aportar y
proporciona una visión parcial del planteamiento a identificar que aquí atañe. Se
considera que la visión completa, que potencia la visión del objeto de estudio, lo
político”. Es una herramienta que desafía las formas clásicas de hacer investigación
acto político. Así, a la usanza feminista que esgrime la famosa frase del movimiento
zapatos de las otras, lo personal es social y, a través del análisis crítico de reflexión
considerablemente.
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II. Avances en el estado de la cuestión.
Las búsquedas principales de textos científicos sobre el tema que aquí ocupa, hasta
el momento han versado en tres grandes apartados: II.1) sociología del cuerpo; II.2)
Hablar del cuerpo desde la sociología no es del todo novedoso, puesto que hay una
exponentes, puesto que en sus obras Sociología del cuerpo y Antropología del
cotidiana.
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También Bryan S. Turner ha manifestado en El cuerpo y la sociedad: Exploraciones
Por otra parte, en los últimos años, se han venido produciendo textos que han ido
presenta una serie de textos que dejan manifiesto que no existe una única teoría
del cuerpo, que hay riqueza de respuestas a la existencia encarnada de los sujetos
y que pueden ser exploradas; textos que expresan que el cuerpo importa. En otro
selectos, los cuerpos del placer y el deseo, exponen dos elementos fundamentales
para entender las sociedades modernas: el placer y el deseo. Dichos elementos son
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Verónica Rodríguez Cabrera, Chloé Constant, María Guadalupe Huacuz Elías,
Jaqueline García Bautista; compiladoras, (2017) del libro Heterotopías del cuerpo y
este estudio, esta serie de artículos posibilita la discusión del espacio social del
cuerpo gordo.
apreciaciones del mítico filósofo Spinoza sobre las potencialidades del cuerpo.
disidentes en este sistema mundo que habitamos, este texto resulta necesario para
esta investigación, bajo la mirada que acepta que tales cuerpos, tienen posibilidades
II.2 Feminismos
efecto ideológico, deviene de los intentos filosóficos y académicos que desde hace
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décadas vienen empujando grandes mujeres pensadoras. Que además han logrado
hombres.
crítica que este aporta a las ciencias sociales en general. También, para efectos de
recorrido por las mujeres para ser consideradas políticamente. Además, en “Claves
cuerpos biológizados. Hoy ya no es funcional dicho sistema, puesto que cada vez
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permiten comprender la historicidad de la categoría, los análisis antropológicos
sobre los cuerpos de las mujeres, sus significados sexuales y los usos, dificultades
Continuando con el análisis del género como categoría, Judith Butler (2006) en
Deshacer el género, nos presenta una serie de ensayos, cuya finalidad consiste en
de improvisación que siempre se está construyendo junto con las demás personas.
Estos textos de Butler posibilitan una visión que cuestiona los mandatos de género
impuestos sobre los cuerpos. A partir de estos, y para los propósitos de esta
II.3 Gordura
Es preciso señalar que la teorización sobre éste concepto, gordofobia, todavía está
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proliferado la utilización del término, para hacer referencia a las condiciones
Siguiendo las consideraciones que indican opresión para las mujeres cuyos cuerpos
Un análisis minucioso que ha contribuido a observar las diferencia sociales entre las
estereotipos que explican posiciones sociales y por tanto, diferencias que colocan
Por otro lado, Laura Contrera y Nicolás Cuello (2016) desde el activismo gordo
sudaka, con su texto recopilatorio Cuerpos sin patrones. Resistencias desde las
sin patrones, los que han sido sin mediación real científica, patologizados.
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teórico empírica de la información vertida por las y los seguidores de la página de
Esfuerzo encomiable, pues logra compilar los diversos sentires, observar las
Con minúsculas, constanzx álvarez castillo (2014) en La cerda punk. Ensayos desde
escrito autobiográfico, de profundo análisis crítico y radical que expone las potencias
II.4 Autoetnografía
Los textos sobre autoetnografía consultados hasta el momento son los siguientes.
este libro se presenta una compilación de dieciséis textos que ponen de manifiesto
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el abordaje analítico de la cultura con la autoetnografía como metodología. Hay en
específico tres capítulos que son fundamentales para esta investigación: On the
narratives about fat women who hike and camp alone, también de Phiona Stanley.
la literatura; las críticas que suscita y respuestas a ello. Indispensable para justificar
Bochner, It´s about time: Narrative and the divided self. En este se utiliza el relato
personal para evidenciar cómo funcionan los storytelling que hablan de los
relato.
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Se ha consultado el trabajo de Laurel Richarson, Evaluating Ethnography, donde
expone los criterios que ella considera sustanciales para escribir y evaluar a los
sexuality, and privilege, ha permitido observar con nitidez todo el proceso previo de
child sex abuse: An argument for a layered account, el cual ha sido también muy
Sin duda alguna, faltan textos por revisar y exponer. Aquí se expone sólo los
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III. Avance de Capítulo: “El cuerpo gordo femenino como objeto de
análisis sociocultural”.
***
respondí: No, pero soy gorda, entiendo lo que es y cómo se siente ser considerada
durante años no sabía cómo verbalizar. Efectivamente, era gorda y lo padecía; ese
Mi respuesta fue detonante para observar cómo mi vida había sido configurada
sobre la creencia de que mi cuerpo grande debía de ser modificado porque no era
normal ser así. Gran parte de mi vida pensé que si adelgazada podía hacer cosas
que hacían las demás personas que eran delgadas: correr sin cansarme, jugar
voleibol sin torpezas, disfrutar las albercas en traje de baño, ponerme la ropa de
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al carro de mis amigos sin la pena por el espacio que yo ocupaba. Durante todo ese
tiempo creí que sólo era yo quien padecía todas estas preocupaciones.
Con mis amigas gordas no hablaba de eso; conversábamos sobre las dietas que
quién nos gustaba, si lo habíamos visto de lejos, cuál chica era su novia en turno,
que me remitía el tema también. Me enfoqué en las dietas extenuantes para gustar
a los chicos. Logré varias veces adelgazar, gustarle a algunos, pero no sentirme ni
normal ni saludable.
siendo intelectual. Pasaron meses, terapias, lecturas, reflexiones para acabar por
comprender, que si bien había vivido mi vida gorda sola, eso no quería decir que
sus comportamientos mis propias angustias. Cómo era posible que llevara años
nunca sino hasta ese momento, aprecié la conexión entre el sexismo y la mala
Entendía que históricamente las mujeres habíamos sido puestas en una condición
de subyugación, que habíamos librado batallas para gozar de ciertos derechos, que
pero no fue hasta mi respuesta y las reflexiones subsecuentes detonadas por ella
que identifiqué, que por mi gordura no era elegida por los varones porque también
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había estándares de belleza impuestos a las mujeres. Mi primera relación fue entre
con todo el rango de feminidad. Dice Virginie Despentes (2007) que la feminidad es
el arte de ser servil, que ser seductora y hacer de ello algo glamoroso, es
mujeres nos arreglamos, nos perfumamos, nos maquillamos, nos vestimos, usamos
zapatos altos, nos depilamos, teñimos nuestros cabellos, nos sentamos con las
piernas cerradas, nos ponemos a dieta. ¿Para qué? ¿cuál es el motivo? ¿de dónde
proviene el deseo de vernos de tal o cual forma, que en la mayoría de los casos
termina borrando nuestra propia esencia? Ser bella y deseada por los hombres es
el mandato más fuerte que pesa sobre nosotras, y a mí, la gordura siempre me sacó
de ahí.
2.- El estigma: algunas mujeres son gordas pero ninguna quiere serlo.
Some girls are bigger than others, reza la canción de 1985 de The Smiths, las
somos más grandes que otras, supéralo! Decir las cosas le impregna un sentido de
posibilidad. Reconocer mi gordura fue la fuga del lugar de la injuria y del insulto.
trabajadora.
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Quienes hacemos investigación sociocultural sabemos que los fenómenos no
desaparecen sólo con desearlo. Sabemos que algunos, como las cuestiones de
opresión, tienen una función de ordenamiento social, de ahí que resulte tan
agenciamientos. Veo que los cuerpos gordos sólo importan cuando están en camino
mera existencia.
La palabra gorda sigue funcionando como insulto, muchas mujeres tienen miedo a
tener un cuerpo gordo. Dice Laura Contrera (2016) que “Gorda es LA palabra. EL
insulto. LA herida. Y nos deja sin palabras la mayoría de las veces. El insulto es una
nos ata a una historia que nos precede y que no elegimos del todo, puesto que la
Muchos estereotipos que son usados para designar a la gente de clase trabajadora,
son los mismos que se aplican a la gente gorda: perezosos, sucios, huelen mal, sin
ser gordos (as), se nos culpabiliza por tener ese cuerpo. Soy gorda y ninguna mujer
gorda que conozco podría ser descrita con los adjetivos que arriba se nos gravan.
El estigma cumple con la función de señalar sin indagar profundamente o sin contar
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Es necesario saber qué significa el cuerpo gordo femenino. Cómo se aprecia, qué
opresión: ¿por qué da tanto miedo tener un cuerpo gordo? ¿las personas son
rasgos distintivos de las opresiones es que no se les cree a las personas que las
viven. ¿Se le cree, de primeras a una persona gorda cuando dice que es feliz, que
gente pobre se ve con recelo, lo mismo ocurre si hacemos mofa de las personas
solo.
Desde hace relativamente poco tiempo, en las Ciencias Sociales, se han presentado
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mucho menos lo han sido las mujeres gordas. Mientras crecí, no tuve ninguna
deseo por ser delgada; tan temprano que parecía normal desde siempre.
Gran parte de la conformación de la identidad femenina tiene que ver con aprender
a ser como dicta la convención social, niñas sin referentes femeninos que admirar,
Escudriñar sobre las identificaciones entre las mujeres gordas es tarea ya iniciada
por feministas, pero aún insuficiente. Aún resulta necesario buscar más historias y
la hay- y sus deseos. Considero que hay mujeres gordas que se resisten a pensarse
o construirse desde un saber que es ajeno, pienso que las mujeres gordas quieren
Dentro del propio movimiento feminista, aun con la consigna “Este cuerpo es mío”,
hay quienes no ven a la gordura como opresión, quienes no creen que hablar de los
cuerpos gordos/no normativos sea asunto que interese. Siguen viendo a la gordura
Desde el feminismo gordo, viene la insistencia por hacer el cuerpo gordo, para
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históricamente. Hacer el cuerpo gordo es romper con la normalización de su
invisibilización e inexistencia.
Considero importante señalar que gran parte de los saberes sobre la corporalidad
gorda de mujeres que aquí se utilizan como parte del marco teórico, ha provenido
de los espacios del activismo gordo y feminista. Son encomiables los esfuerzos por
sistematizar la información sobre esta condición que poco se había analizado. Por
Cada vez somos más a quienes nos interesa escudriñar socioculturalmente este
experiencia de vida como mujer, como gorda de clase trabajadora. Considero que
hay asunciones sobre las mujeres que como yo entramos en este intersección de
estás violencias.
considero que debe servir, si no para cambiar las estructuras sociales, sí, para dar
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Creo con Lucrecia Masson (2017) en que “en este feminismo gordo que imagino,
nadie duda en ser feliz en los desbordes y en las extrañezas y nadie teme a los
propias carnes que, dadas al encuentro con otras, tienen el enorme potencial de
hacer de nuestras existencias un lugar más habitable y feliz, dando lugar a indómitas
¿Qué significa mi cuerpo para mí? La leí por ahí, en algún post citando a Audre
aprende a amar en condición de lo que hacen por ella. Tengo recuerdos infantiles
sentido puro, amando, una no piensa tanto qué le gusta o no, así que creo que lo
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El día que nací, me perforaron los oídos para colocarme aretes. Todavía hoy me
siento fea si no los llevo. Esa irrupción en mi cuerpo fue señal de su expropiación.
es fácil construirse autónoma, con todas mis libertades, a veces, tengo raros
solucionarme la vida. Cuando pasa, tengo que hacer sobre esfuerzos para
resituarme y observar que no hay mejor estado que decidir por mí misma, y que me
esta cultura patriarcal, el amor se relaciona con posesión, ¿qué mujer no oscila
he tenido que luchar, contra todos los que siempre me dijeron amar.
***
En uno de mis recuerdos más tempranos, estoy frente al espejo largo del ropero de
mi cuarto. Era un sábado de verano, hacía calor y estábamos solas mi madre y yo,
mis hermanos y hermanas habían ido al catecismo como cada semana. El recuerdo
es nítido porque era el día que mi madre lavaba y limpiaba la casa a profundidad,
patio lleno te tendederos con ropa secándose al sol. Tengo como unos tres años,
había puesto una camiseta y mis calzones. Yo frente al espejo con mi cabello largo
juguetona y feliz. De pronto, se me ocurrió enroscar mis calzones para que pareciera
bikini, hice lo mismo con la camiseta, la subí para mostrar mi panza. En ese
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entonces no sabía que tenía panza o que era gorda. Sólo me recuerdo embelesada,
momento con un grito: ¡las niñas que hacen eso se les aparece el diablo! Me
confundí, sentí que había hecho algo muy malo. No sabía si me había portado mal
al diablo a venir. Esa noche tuve pesadillas, y varias veces después. Me despertaba
llorando porque había visto al diablo y yo sabía que era por ese episodio. Me sentía
una niña mala porque no sabía cómo o por qué lo había hecho. Durante años no
Cuando la gente me dice que soy atea, sonrío. Cuando hablo sobre reivindicaciones
feministas, las cuales, por cierto, todas se relacionan con la autonomía del cuerpo;
y las personas religiosas me dicen ignorante de los preceptos de Dios, me río muy
muy fuerte.
***
Cuando iba a la primaria, la clase que menos me gustaba era educación física,
corporalmente más grande que mis pares. Una vez a la semana nos sacaban a
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hacer ejercicio. En una ocasión, no sé por qué, yo no llevaba ropa para hacer
deporte. Así me obligaron a salir. Salí al patio como todos mis compañeros, el
maestro nos puso a hacer cosas en el patio. Recuerdo que aunque gorda fui una
niña muy flexible, amaba dar vueltas de carro y no sentía complicación en ello.
Llevábamos falda de uniforme, y como todas las niñas, cuando queríamos jugar a
eso, acostumbrábamos a meternos la falda entre las piernas e intentábamos dar las
vueltas con las piernas cerradas. A veces lográbamos que la falda no dejara ver
nuestros calzones, otras no. Ese día en educación física, el profesor nos había
que la falda no ayudaba para hacerlo, pensé en que se me verían los calzones, pero
tenía más miedo a que el profesor me regañara porque no cumplía con su pedido.
Recuerdo que muchas niñas, igual que yo, traían falta y así, comenzamos el
confundida, pensé que quizá se me veían los calzones y que a diferencia de mis
cuerpo volando veloz, aunque tenga mucho tiempo sin hacerlo. Tuve todo el resto
vergüenza cuando me miraba. Y sentía animadversión por él, creo que tuvo que ver
siempre en hacer todos los ejercicios. Nunca se lo conté a nadie. Fue recurrente la
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idea de no comprender el por qué me trataban diferente, por qué me tratan con
menos aprecio por la forma de mi cuerpo. Desde siempre me pareció increíble, pero
me acostumbré a ella, hasta que llegué a creerla y la interioricé, aunque no del todo.
Mírenme. Pero sé que así funcionan todas las opresiones. Acallé esa intuición, y me
volví altiva, soberbia; capaz de destrozar con palabras a cualquiera. Reconozco que
aún quedan resabios de esa forma de protección tan dañina. Creo que alguna forma
eso ayudó mientras crecía, casi nadie se metía conmigo. Eso no quiere decir que
no dejara de ver el poco aprecio a mis formas, que entendiera que mi cuerpo
***
Tengo una prima materna de mi edad y me enteré que era más “hermosa” que yo,
cuando llegamos a pre adolescencia. Siempre jugamos juntas, era divertido pasar
el tiempo con ella. Su menstruación llegó primero, se desarrolló mucho antes que
yo. Yo gorda y ella una niña con un cuerpo muy formado. Hasta hoy, sigue con un
pequeña y pechos y nalgas prominentes. Señalo esto porque ella fue mi primera
referencia para comprender que mi cuerpo no cumplía con los gustos y deseos
masculinos. Tendríamos unos once años, cuando en una fiesta en mi casa, todos
los primos y primas nos pusimos a bailar. Éramos de las primas chicas. Esa tarde,
había casa llena, habían llegado mis primos paternos de San Luis Potosí, por tanto,
no eran primos de mi prima; y otros que vivían en el rancho, los que veíamos como
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cuyos padres eran un poco mayores que los nuestros. Mientras las más chicas
subido al segundo piso, desde donde nos miraban. Recuerdo las miradas lascivas
de esos chicos a mí prima, nosotras éramos unas niñas, pero yo sentía que no
estaba bien, ella no se daba cuenta, yo veía cómo la miraban. Comprendí que era
porque ya sabían que ella era “señorita” y ya se le notaban los pechos. Lo peor de
la escena por supuesto fue para mí. A ella la miraban cuchicheando, las mujeres
acabamos entendiendo esas miradas sobre nuestro cuerpo, esta vez se referían al
cuerpo de mi prima querida. Uno de los primos le dijo: Sara, bailas muy bien. Y ella
les sonrío. Luego mi hermano a mí: A ti sólo se te mueve la panza. Todos rieron.
escondía. Ella nació un día antes que yo. Así que la familia tuvo dos fiestas de XV
años seguidas. Yo bailé, aunque obligada (toda la fiesta y faramalla fue obligada
por mi madre, yo no quería esa celebración) con todos mis tíos y abuelos. En su
ahora cuando bailo públicamente, pienso en ella. Durante mis veintes viví en dietas,
bajé de peso y con ello, permití el acercamiento con los hombres. Durante un tiempo
salí con un chico con el que tenía muy buena química, y nos encantaba bailar salsa.
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ese tiempo recuerdo que en varias ocasiones, sobre todo amigos de él, hacían
supuesto llegué a creer que lo hacía bien. Otro micro machismo que dejé pasar
considerándolo normal. El fulano me dejó. Se casó con una mujer 20 años mayor,
sigue con ella. Ya es ridículo que la llame señora, ahora lo soy también. En este
momento tengo la edad que tenía ella en ese entonces, comprendo por qué lo hizo.
Hombres calibrando mi valor, una niña que no tiene referentes para hacerle frente,
que intuye que eso no está bien, pero tiene un entorno adverso, que la obliga a
Aún me cuesta creerles a los hombres cuando dicen gustar de mí. Aún noto la
incredulidad de las personas cuando me saben con alguien. ¿Cómo espero saber
cuerpo que socialmente nadie aprecia ¡También hay que diseñarlo! Crecerlo sólido,
real. Sostenido en valores que no tienen nada que ver con el body positive y el
sido, es y será proceso, jamás una definición. Todos saben que “gorda” es un
***
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De niña jugaba a ser sacerdote, la madre de Lucifer, a ser actriz y tener mi propia
casa. Hasta hace poco he podido recuperar algunos momentos de mi infancia. Los
azul, era tan largo que podía darle cinco vueltas en mi cuello, formaba uno grueso
regalados por mi tía Carmen. Jamás olvidaba el perfume, mi madre tenía varios y
cada juego robaba un poco de algún frasco para que no se notara el gasto. Seguro
mamá olía; curiosamente por ese cándido atrevimiento nunca fui reprendida.
Aunque yo escribía, dirigía y actuaba las obras, en retrospectiva creo que no era
una artista vehemente, nunca fue central ni mi actuación o la obra. Pero sí volver al
camerino donde recibía muy cansada pero contenta todos los ramos de flores que
Por supuesto que me acuerdo de las casitas hechas con rejas, cartón, palos y
sábanas viejas que me construía mi hermana mayor cada vez que se lo pedía; yo
corría las cortinas para no ser vista, amaba esa sensación, eran “mí lugar”. Debían
fingir el toc toc para entrar. Quien ha crecido con siete hermanxs en una casa
escuchado en el catecismo ese nombre y parecía muy lindo para ponérselo al banco
de junco que hacía de mi hijo cuando jugábamos un sábado por la mañana mientras
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mi madre lavaba. En el juego, yo lloraba amargamente porque Lucifer se había
aceptar que no lo sabía. Pobre de mi madre, quizá creía que su hija estaba poseída.
Sin nostalgia ni rencor tengo presente el momento en que teniendo seis, con
a la salida misa de siete del templo de San Marcos cuando le dije molesta que “yo
Anoche, les contaba a mis hermanas que me habían preguntado a qué jugaba de
niña y que tuve problemas para recordar. Mi hermana y compinche infantil preferida,
me recordó que jugaba a ser sacerdote los días que mamá se dedicaba a planchar.
Para llevar a cabo dicha labor, precisaba de una mesa amplia y la que estaba en la
cocina era la ideal. Ahí planchaba un cúmulo infinito de ropa, paciente quitaba
arrugas a cada prenda, incluso a las diez sábanas matrimoniales que mudaba cada
semana. Mientras nadábamos entre el calorcito del vapor olor a limpio, yo ponía un
par de sillas de frente, para simular la mesa del altar, lo cubría con un mantel
para emular el cáliz y una galleta maría que la hacía de hostia. Oficiaba misa
recitando de memoria pasajes del servicio, no faltaban los ademanes ritual que los
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Viene mi cumpleaños con sus implícitas evocaciones sentimentales y no quiero
eludir el placer de sentirme en mi carne, gustosa de vivirme como la mujer que soy,
justo porque he luchado para convertirme en ella. Ni soy sacerdote ¡gracias a las
diosas!, ni madre del diablo (sólo un poco Coyolxauhqui) ni actriz; aunque maestra,
pero sobre todo SÍ tengo MI casa, en constante remodelación donde puedo ser todo
lo que quiero.
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V. Actividades realizadas durante el semestre Enero-Junio 2019.
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VI. Actividades proyectadas para el próximo semestre Agosto-
Diciembre 2019.
Continuar escribiendo
VII. Referencias.
Aguascalientes.
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editores.
Ángel Porrúa.
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26. Le Breton, David (2002) Antropología del cuerpo y modernidad. Nueva Visión
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Económica.
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