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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria.

IMPACTO DE LA COMUNICACIÓN EN LA
HISTORIA Y RETOS PARA EL PUEBLO
VENEZOLANO.
INTRODUCCIÓN.
Las direcciones electrónicas consultadas, coinciden en que, la comunicación es
un proceso; de intercambio de ideas y contenidos en el que, los humanos
transmiten información desde un “Emisor” quien, produce el mensaje: habla,
escribe, gesticula; hacia un “Receptor” o destinatario del mensaje: quien escucha,
lee, mira, codifica (si es bidireccional) cuadra la palabra: Viceversa; en la TV,
radio, prensa, el receptor, es tácitamente pasivo (La Web 1.0: desarrollada entre
1991-2003).
La manera o forma de comunicar, puede darse mediante acciones como: el
lenguaje hablado, escrito, de señas, códigos (olores, sabores, colores, conductas,
gestos, sensaciones), u otras formas. De hecho, el proceso de comunicar, en los
últimos 25 años, ha sido “sometido” a un auténtico salto cuántico de
inconmensurable proporción, equivalente, a un crecimiento fuera de toda
proporción, con respecto a lo que anteriormente veníamos experimentando; con
los consiguientes descomunales impactos en el ámbito social, político, económico
y cultural de toda la de la humanidad.
Aunque tengo algunas reservas con respecto al modelo de periodización, de la
historia de la humanidad, presentado por el Ponente, aun así, el criterio, resulta
bastante interesante, para valida la propuesta de los cuatro períodos clásicos de la
historia (Edad Antigua, Media, Moderna y Edad Contemporánea), que se
manejaron en la disertación. En su percepción, el expositor, tiende una vía, para
validar el soporte comunicacional del proceso “civilizatorio”, vinculando las últimas
etapas del homo sapiens y sapiens sapiens; con una apreciación que, durante
mucho tiempo, permaneció como una identidad natural –ortodoxa- para el
abordaje e investigación, desde una propuesta “típicamente” eurocéntrica de la
historia.
No obstante, la perspicacia, dominio y determinación, permitió la comprensión y
aceptación “amigable”, concebida desde una serie de eventos, de alta significación
y trascendencia comunicacional, que se presentaron, de forma expedita, para
fundamentar la asociación con el impresionante desarrollo, al que nos tiene, por
decir lo menos, impresionadamente “acostumbrado”, el desenvolvimiento
extremadamente acelerado de la ciencia y de la tecnología.
Cabe preguntarse: ¿En qué edad histórica nos encontramos? ¿Seguimos en
la contemporaneidad? ¿Cómo impacta eso nuestras vidas?
ANALISIS.
¿En qué edad histórica nos encontramos?
La historia, como disciplina científica, está abocada a estudiar, exponer, ocultar o
denunciar, hechos o acontecimientos, de acuerdo con determinados principios,
métodos y técnicas de investigación, a debelar, a través de un proceso de
comunicación, los acontecimientos y hechos ocurridos en tiempos pasados y
que; han formado parte del comportamiento y desarrollo de la humanidad, desde
sus orígenes hasta el presente.
De igual forma, es interesante recodar, un hecho de sobra conocido, aunque
pocas veces comentado, que los creadores del Materialismo Histórico, no eran
historiadores profesionales, y que llegaron a las leyes históricas, hurgando el
análisis exhaustivo de su propio presente. En todo caso, mostrar una hipótesis
amigable sobre el origen, encadenamiento y el final de un periplo histórico tan
extenso, desde la visión de un acucioso observador, siempre implica un aporte
interesante; sobre todo, cuando el exponente tomó como punto de partida para
desarrollar la investigación, la particularidad, en ese momento, de su propio
presente.
Al comenzar por intimar y comprender la vida, y lo que ésta tiene de común en
cualquier tiempo y en todo lugar, ha condensado los lapsos y abreviado los
eventos que, como la invención de la escritura; formó parte protagónica de un
suceso comunicacional formidable en la “edad antigua”; evento que culminó
sepultando a “la prehistoria”. La esquematización simplificada de tablillas y
códices, sucumbió con la aparición de la imprenta (1.440) y la consiguiente
reproducción de la biblia en idiomas nacionales, completó el abatimiento de la
“edad media”, en un período que se materializo desde la caída del Imperio
romano de Occidente hasta el contacto de Colón con América (1492). Los
acontecimientos sociales y políticos expuestos por instrumentos
comunicacionales como el panfleto, impulsó la emersión de nuevas formas de
combate ideológico y económico-social (1.789), abonaron el terreno para hundir lo
que restaba de la llamada “edad moderna”, como período histórico superado, e
inició la incorporación de la “edad contemporánea”, apoyada en una serie de
eventos, tácitamente revolucionarios.
El Postmodernismo se pasea por un lapso analógico repartido en: La Web 1.0
(1991-2003), con navegadores de sólo texto, bastante rápidos, usada como web
de consulta que, no permite la interacción con el usuario, que en esencia es la
forma más básica de conectividad; y la Web 2.0 (2004), en la que las personas
colaborar y comparten información en línea, con énfasis en los nuevos usos. La
profundización de ésta última, desencadenó la fase digital, incorporando a la
humanidad, a un nuevo nivel: La Sociedad del Conocimiento. De allí en
adelante, la comunicación va, en la práctica, de salto en salto, rebotando como
pelota con La Web 3.0 (2.006) en la que el usuario tiene la posibilidad de agregar
contenidos, acceder y seleccionar una gran cantidad de información y recursos,
para simplificar y mejorar las tareas de búsqueda. La Web 4.0, conocida como el
internet de las máquinas, de conexión inalámbrica con capacidad de entender a
los humanos y que aprenden cuanto más se usan y, la Web 5.0 (2.021):
Red sensorial emotiva con la que se podrá medir el estado de ánimo y permitirnos
dialogar de forma natural y en línea con una agente virtual (una máquina)
inteligente. Un auténtico sueño de primavera, claro que, sin hacer mención al
costo, mientras no se abarate la producción, se equilibre el suministro eléctrico y
se dignifique el salario,
¿Cómo impacta esto nuestras vidas?
El desarrollo técnico-científico, nos agrade o no, llegó para quedarse y, como
“todo” afecta nuestra vida, responderé a ésta pregunta, tan sólo con la mención
del proverbio chino, conocido como efecto mariposa en el que se afirma: “El
aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mund o».
Edward Lorenz, usa ésta metáfora o analogía como uno de los pilares de la
llamada teoría del caos, propuesta por él y, según la cual, en el universo existen
sistemas altamente sensibles a la presencia de variaciones, las cuales pueden
generar resultados muy diversos (aunque teóricamente limitados). Si a la “recta” le
incorporamos otros ingredientes como: La afectación severa sobre el clima global,
reducción acelerada de la biodiversidad, pandemia (morbilidad/mortalidad),
contaminación, incremento de la población (explosión demográfica en los países y
territorios de menor desarrollo comparativo), intensificación científica-tecnológica y
ampliación de la beligerancia (política, social, económica y de guerra); el escenario
se muestra, por decir lo menos, complejo y la comunicación, está llamada a
desempeñar allí un rol, en pro o en contra, estelar.
CONCLUSIÓN

Ya he comentado previamente, que tengo reservas con respecto al modelo de


periodización, de la historia, los científicos de orientación marxistas, por ejemplo,
aceptan una teoría general del proceso histórico, apoyados en la Lucha de clases
y las relaciones o modos de producción emergidas a finales del siglo XIX; el
antropólogo brasileño Darcy Ribeirio, en su libro de “El Proceso Civilizatorio:
Etapas de la revolución sociocultural” (1.968), refiere que los pueblos americanos,
presentan un esquema evolutivo –multilineal- diferente a los clásicos
(eurocéntrico-marxista), abogando por “…un principio orientador asentado en el
desarrollo acumulativo de la tecnología productiva y militar”. No obstante, todos los
modelos coinciden en que, la comunicación se acrecienta e intensifica con la
sinergia del desarrollo científico-tecnológico.

En términos espales, el “proceso” de la comunicación, se irradia y expande, cada


vez con mayor fuerza y aceleración, entre tanto, los tiempos de respuesta se
contraen, en tanto se incrementa exponencialmente, la capacidad de los
equipos (software), lo que determina una repuesta vertiginosa, eficaz y eficiente al
momento de comunicarnos.
El “aquí y el ahora” del postmodernismo, nos plantea una serie de retos inéditos
con preguntas como: ¿Qué nos depara el presente y dinámico futuro? No lo
sabemos. ¿Con qué nombre denominaremos los desarrollos científico-técnicos por
venir? Son auténticos enigmas a resolver. ¿Qué debemos hacer para, por lo
menos, surfear las condiciones presente? Ser positivos y permanecer en la
vanguardia. No obstante, al visualizar la imagen objetivo de nuestro dinámico
futuro, hemos aprendido tres vinculaciones claves: La primera es que el cambio es
y permanecerá constante en el tiempo y que, con cada nuevo “paradigma”, la
totalidad de lo precedente “retorna, irremediablemente, a cero”; que los lapsos
de tiempo de cada nuevo período, será considerablemente más breves y
finalmente, que estamos obligados a enfrentar, con la mayor disposición y
contundencia el presente; “Desde el aquí y el ahora”: “Vacilar es perdernos”:
Bolívar en Kingston Jamaica, el 6 de septiembre de 1815.

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