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El Exemplum Medieval - VERSIÓN UNAHUR
El Exemplum Medieval - VERSIÓN UNAHUR
Como ya les adelanté en los primeros encuentros, buena parte de los autores y
textos del Renacimiento y el Barroco dialogan con las tradiciones discursivas, es
decir, con los géneros y discursos consolidados en la Edad Media. Y uno de los
tipos textuales (ya veremos por qué no hablo de género) fundamentales es el
exemplum.
La observación de Erasmo que encabeza esta clase ilustra muy bien el carácter
paradójico del exemplum que vamos a apreciar en algunos textos del programa:
la finalidad didáctica, moralizadora o educativa (seria) se alcanzaba mejor a
través de un relato breve, de un cuento (“ligero”), es decir, que a veces la forma
más eficaz de transmitir una verdad moral o ética era una verdad a medias, una
ficción. A diferencia de lo que hace Erasmo, sin embargo, no indagaremos el
“espíritu humano” sino algunas realizaciones concretas del exemplum,
especialmente en el primer tramo del curso.
Literatura Europea del Renacimiento y Barroco – 2020
Prof. Soler – El exemplum
Más allá de alguna noción intuitiva que podamos tener, será conveniente que
pasemos revista a algunas definiciones generales de este tipo textual.
I. Definiciones
Simplificando mucho las cosas, entre los siglos XII y XV el término exemplum
puede entenderse como historia ilustrativa: el orador (predicador, pedagogo,
etc.) narraba un relato breve que se incorporaba a la exposición o sermón.
Uno de los textos escolares más influyentes y difundidos en la Edad Media fue la
la Rhetorica ad Herennium, el primer manual de retórica en lengua latina. Fue
compuesta hacia el año 85 antes de Cristo, escrita en latín y de autor
desconocido aunque durante siglos atribuida a Cicerón.
Asimismo, deberemos tener muy en cuenta esta compleja relación entre una
finalidad específica (convencer, persuadir, enseñar, etc.) y la configuración
narrativa del exemlpum. El énfasis en la expansión narrativa y en la lógica
interna del relato (en el delectare) dará lugar a textos muy similares en su forma
y función a lo que hoy denominamos literatura.
El exemplum en el siglo XX
Años más tarde, en 1927, Jean Thiébaut Welter describe el exemplum como un
relato o una historia breve (una fábula o una parábola) que sirve de prueba en
apoyo de una exposición religiosa o moral. Welter emplea esta definición
general para le evolución del exemplum a lo largo de la Edad Media.
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Prof. Soler – El exemplum
La última definición que vamos a tener en cuenta por ahora es la que ofrece
Jacques Le Goff (1982). Antes de dar una definición concreta de este género
advierte una serie de cuestiones que hay que tener en cuenta para armar esa
definición.
En primer lugar, sostiene que hay que tener en cuenta el carácter narrativo del
exemplum. En segundo lugar, insisten en la brevedad y aquí sugiere un posible
origen oral de la mayoría de estos relatos que al ser puestos por escrito se
habrían reducido a sus rasgos esenciales.
Vamos a tomar esta definición todavía muy general que recupera una tradición
milenaria de estudios y reflexiones en torno al exemplum. No parece haber
grandes cambios desde las primeras definiciones de Quintiliano pero, como 8
señalamos más arriba, la dificultad reside en el propio tipo textual: cada
definición alternativa parece descuidar algún aspecto particular del exemplum
y a cada tentativa de la crítica por definirlo, siempre pareciera surgir un contra
ejemplo, una excepción.
II. Clasificaciones
3.b) El segundo criterio tiene que ver con el tipo de información que se
maneja, y acá retoma en parte a Welter, porque las categorías son dos: 1)
por una parte, los exempla extraídos de la lectura y 2) los exempla oídos,
escuchados. Esta división se apoya en las dos formas de autoridad que
coexistían en la Edad Media y que perviven en el Renacimiento: la
autoridad de lo escrito y la autoridad de la palabra de la gente digna de
fe: clérigos, ancianos, personajes destacados, etc.
Ahora vamos a hablar un poco de la evolución o de las etapas por las que pasa
el exemplum para después centrarnos en problemas un poco más concretos.
En general, los críticos señalan tres etapas por las que habría pasado el
exemplum.
Esto era algo esperable dado que los ejemplos se usaban fundamentalmente en
la predicación y la predicación se hacía ya en ese momento, el siglo XII, en
lengua vulgar.
A partir del siglo XIII y con mayor vigor durante el siglo XIV, los ejemplos se van a
convertir en objetos “literarios” de consumo algo más extendido.
Como consecuencia de esta mayor circulación aparecen las colecciones de
exempla, se recopilan y se coleccionan estos pequeños relatos sin tener en
cuenta el discurso que les sirve de contexto.
El ejemplo, entonces, ya no va a estar insertado en un discurso mayor, sino que
se aísla, se extrae del sermón o de la lección y empieza a despertar interés el
relato en sí y por lo tanto a transmitirse separado de su contexto pero
formando colecciones.
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Prof. Soler – El exemplum
En el siglo XIV, algunas colecciones van a sufrir otra evolución, que en realidad
no afecta a la disposición de las colecciones, sino al tratamiento de los exempla:
a los ejemplos se les van a adjuntar moralejas.
De este modo, lo único que podría servir para caracterizar el género sería la 16
función institucional del exemplum, el lugar que se le asigna con respecto a un
público en una circunstancia determinada, la función didáctica, de enseñar.
Desde este punto de vista, podría ser un género en el momento en que entra a
formar parte de las colecciones de ejemplos, porque cuando se trata de un
ejemplo en otro discurso, no podría en rigor considerarse la existencia de un
“género ejemplar”.
En este estudio Palafox sostiene que no hay que pensar el exemplum como
género, sino como un método de conocimiento (algo que Salvatore Battaglia ya
había sugerido en 1965) y, al mismo tiempo, como estrategia discursiva.
Luego, agrega dos características que hasta este momento no se habían tenido
en cuenta para definir el exemplum: la teatralidad y la autoconciencia.
La autoconciencia tiene que ver con las inquietudes que quedan marcadas en el
propio texto en lo que hace al problema de la recepción y, por lo tanto, de la
interpretación del relato que se está narrando. La representación de este
problema o metarreflexión sobre el sentido del texto es muy usual en los
textos ejemplares y cada vez más frecuente a partir del siglo XIV.
V. La influencia de Oriente
La Iglesia tomó una política cultural muy activa en toda Europa a partir del IV
Concilio de Letrán: en 1215 empieza a hacer hincapié en el hecho de acercar al
pueblo el mensaje divino y además de descubrir en la lengua vulgar una
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Prof. Soler – El exemplum
El ingreso de estos cuentos orientales se da por vía escrita a partir del siglo XIII 18
pero en la península ya existía una circulación oral anterior debido al importante
intercambio cultural entre musulmanes, judíos y cristianos y este encuentro
cultural influyó, desde luego, en la circulación de las narraciones y relatos
ejemplares.
3) El tercer tipo que distingue Juan Paredes Núñez es aquel en que contar
sirve para entretener a un auditorio, por ejemplo, en un viaje o en una
espera larga. Este es el caso del Decamerón de Boccaccio o de los
Cuentos de Canterbury de Chaucer. En el caso de esta última colección el
viaje se vuelve estructura.