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LA CRUZ DE “SAN JOSÉ”

Entre las nítidas, campestres flores


que la piedad a vuestros pies ofrece
que la aura leve de los bosques mece
y os embalsaman con su puro olor,
una prenda aunque débil hoy yo quiero
tributaros también, Cruz, Bendecida,
porque siempre hallo en vos mi alma afligida
un consuelo a su mal y a su dolor.

Yo no encuentro en las espesas selvas,


ni en la verde extensísima llanura
ni en los perfumes de la brisa pura
Ni del ave en el placido cantar,
ni en los arroyos cristalinos, bellos,
que corren de este valle entre la alfombra
mi frente juvenil algún pesar

Y en estos campos preciosos


y tan llenos de belleza
me persigue mi tristeza
y me atormenta tenaz
Pero al verte, ¡Cruz divina!
y al contemplarte mi alma,
mi triste pena se calma
y mi pecho siente paz.

Siempre en ti sus ojos fijan


el pobre que triste llora,
y que de veras adora
la religión de Jesús,
Porque sabe que tú viste
el triste llanto que un día
vertió doliente María
sus pies ¡Oh Santa Cruz!

Que en ti murió enclavado


El Dios enviado del cielo.
Yo te venero vertiente
y desde niño te adoro,
enjuaga siempre mi lloro,
calma siempre mi aflicción;
Y cuando termino tenga
mi existencia de amargura,
señala mi sepultura,
Santa Cruz, en el panteón.
Trabajando hacia el turismo sostenible en Panamá impacto ambiental en la chorrera

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