Lo que la iglesia necesita hoy, no son maquinarias, organizaciones, ni nuevos
métodos; necesita hombres a quienes el Espíritu Santo pueda usar. El Espíritu
Santo no fluye a través de los métodos, fluye a través de los hombres fieles que buscan el rostro del Señor. No unge planes, proyectos; unge a los hombres que en la oración buscamos su presencia. Hace 100 años, hace 1 siglo el Espíritu Santo usó a un grupo de hombres y mujeres para que viniesen a este país. Quienes tuvieron que dejar familias, comodidades para internarse en un país que no conocían. Sin embargo, escucharon el llamado de Dios y fueron obedientes. Gracias a eso hoy nosotros podemos celebrar con gozo, alegría y algarabía que ellos hayan venido a nuestra patria y nos hayan traído el Evangelio, las buenas nuevas de salvación. Amados Hnos. esto debe llenarnos de profunda emoción y es lo que celebramos hoy. Mateo 28:18-20 Aleluya. Señor glorificamos tu nombre y toda la gloria es tuya. ¡¡¡¡¡Amen!!!!!