El enfoque cognitivo- conductual nos ayuda a analizar el comportamiento humano desde
una variedad de perspectivas, este enfoque considera que los comportamientos que desarrollamos se aprenden de diversas formas; mediante la experiencia propia, lenguaje, por observación y procesos de aprendizaje. Un ejemplo de los tipos de aprendizaje que componen este enfoque es el condicionamiento clásico y el condicionamiento operante; Si analizamos nuestra vida vamos a encontrar que hay condicionamiento en muchas situaciones del diario vivir: en nuestros pasatiempos, empleos, en el estudio, en la calle, en el bus, en nuestras mascotas, en las decisiones que tomamos entre otros.
A la hora de llevar estos tipos de aprendizaje al campo profesional es posible modificar la
conducta de los clientes identificando los comportamientos problemáticos, analizando el caso en particular, teniendo en cuenta que cada ser y cada caso es único y así los usuarios puedan adaptar correctamente estos comportamientos a su entorno para mejorar su calidad de vida y asumir los retos que esta les presenta de una forma más consciente y llevadera.
El enfoque cognitivo-conductual considera que los comportamientos se aprenden de diversas maneras.
Mediante la propia experiencia, la observación de los demás, procesos de condicionamiento clásico u operante, el lenguaje… Todas las personas desarrollan durante toda su vida aprendizajes que se incorporan a sus biografías y que pueden ser problemáticos o funcionales.