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SILABO DESARROLLADO DE LA ASIGNATURA DE DERECHOS HUMANOS Y

FUNCIÓN POLICIAL

PRIMERA PARTE
CAPITULO I

CONCEPTOS FUNDAMENTALES

A. CULTURA DE PAZ

Es el conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de


vida basados en:

1. El respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y la práctica de la no


violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación.
2. El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e
independencia política de los Estados y de no injerencia en los asuntos que
son esencialmente jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la
Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.
3. El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las
libertades fundamentales.
4. El compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos.
5. Los esfuerzos para satisfacer las necesidades de desarrollo y protección del
medio ambiente de las generaciones presentes y futuras.
6. El respeto y la promoción del derecho al desarrollo.
7. El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de
mujeres y hombres.
8. El respeto y el fomento del derecho de todas las personas a la libertad de
expresión, opinión e información.

El policía debe concebirse a sí mismo como un constructor y promotor de


una cultura de paz, en tanto, es parte de la comunidad y está al servicio de ésta.
La Policía es promotora de la paz.

B. DERECHOS HUMANOS

Aunque no existe una sola definición de derechos humanos, sí hay consenso


sobre sus elementos esenciales: la dignidad inherente a cada persona humana y
las obligaciones que tienen los Estados de respetarlos y protegerlos.

En atención a los fines del presente Manual, entenderemos por derechos


humanos al “conjunto de prerrogativas y principios, de aceptación universal,
jurídicamente reconocidos y garantizados, que aseguran al ser humano su
dignidad, y que las personas tienen frente al Estado y a sus instituciones para
impedir que este interfiera, limite, y/o viole el ejercicio de sus derechos”.

Asimismo, de acuerdo a los elementos esenciales señalados, los derechos


humanos pueden ser también entendidos como “las libertades o derechos
inherentes a todas las personas, sin distinción alguna que, jurídicamente
reconocidos, deben ser respetados y protegidos por el Estado y sus agentes para
garantizar las condiciones necesarias para una vida digna”.

Al respecto, cabe señalar que el artículo 1º de la Constitución Política del


Perú señala que “la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad
son el fi n supremo de la sociedad y del Estado”. En el mismo sentido, la
Declaración Universal de los Derechos Humanos indica en su preámbulo que
“todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

Por otro lado, la Ley de la Policía Nacional del Perú establece que ésta tiene
entre sus funciones el “garantizar los derechos de las personas y la protección de
sus bienes, privilegiando de manera especial a la población en riesgo,
vulnerabilidad y abandono, incorporando los enfoques de derechos humanos,
género e interculturalidad en sus intervenciones”.

En ese sentido, se puede afirmar que la Policía es la primera línea de


defensa de los derechos humanos dado que los policías son los encargados de
hacer cumplir la ley, lo que incluye las normas y decisiones jurisdiccionales,
nacionales e internacionales, sobre derechos humanos.

1. Características

Para una mejor comprensión de sus alcances, es necesario tener en


cuenta que los derechos humanos son:
2. Clasificación

Para lograr una adecuada clasificación es necesario evocar la finalidad


del texto; cual es, facilitar información sobre los aspectos doctrinarios y
normativos de los derechos humanos que guardan relación con la función de la
Policía Nacional del Perú. Asimismo, establecer procedimientos y técnicas que
permitan minimizar los riesgos hacia la integridad o la vida de los participantes
en una intervención policial haciendo énfasis en el uso diferenciado y
proporcional de la fuerza.

En atención al momento de su reconocimiento histórico, incluso para


facilitar su enseñanza, se han clasificado de los derechos humanos en
categorías, por razón de su sujeto o titular (individuales, colectivos); por la
naturaleza de la materia que regulan (civiles, económicos, políticos, sociales,
etc.) o por el momento histórico en que fueron reconocidos 1ª generación, 2ª
generación, etc.

Estas clasificaciones no significan que unos derechos sean más exigibles


o importantes que otros, por lo que cualquiera que sea la clasificación que se
adopte, debe entenderse que todos tienen la misma fuerza vinculante para ser
respetados y protegidos.

C. FUNCION POLICIAL Y RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS

En sentido amplio, la función policial es la actividad del Estado que regula y


mantiene el equilibrio entre la existencia individual y el bien común.
La Policía Nacional del Perú es una institución del Estado, creada para
garantizar el orden interno, el libre ejercicio de los derechos fundamentales de las
personas y el normal desarrollo de las actividades ciudadanas.

Su finalidad fundamental se encuentra establecida en el artículo 166 de la


Constitución Política del Perú, mientras que sus funciones son detalladas en el
Decreto Legislativo Nº 1267, en su reglamento y en otras leyes especiales.

Los miembros de la Policía ocupan una posición especial en una sociedad


democrática puesto que el Estado les confiere la atribución de utilizar la fuerza
cuando es necesaria para garantizar el respeto de los derechos y libertades de los
demás, y para poder garantizar la seguridad, el orden público y el bienestar
general en la sociedad.

Es por ello que, en determinadas circunstancias, la Policía legítimamente


restringe o limitar los derechos humanos debido a que la libertad y los derechos
de una persona acaban donde comienza la libertad y los derechos de los demás.

D. VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS

Los derechos humanos obligan a los Estados a respetar y proteger los


derechos humanos de las personas. Los Estados están obligados a abstenerse
de restringir de forma indebida los derechos humanos (obligación de respetar) y a
actuar para garantizar su goce o ejercicio (obligación de proteger).

Se produce una violación de los derechos humanos cuando el Estado


incumple con su obligación de respeto o protección de los derechos humanos, a
través de una acción u omisión que afecta un derecho humano de manera no
justificada.

La característica principal de las violaciones de los derechos humanos es


que éstas se realizan por agentes del Estado o por quienes actúan por orden o
con conocimiento de éste.

En la función policial, el fin no justifica los medios.

Hay una diferencia entre una restricción y una violación de los derechos
humanos.

La policía puede restringir los derechos humanos de los autores de delitos a


fi n de proteger a las víctimas. Por ello, no toda restricción o limitación de un
derecho humano significa que se está violando dicho derecho. La policía puede
restringir o limitar los derechos humanos de los autores de delitos debido a que la
libertad y los derechos de una persona no son absolutos, sino que terminan
donde empieza la libertad y los derechos de otras personas.

Esta restricción no debe ir más allá de lo estrictamente necesario para lograr


el resultado buscado verificando el respeto de ciertas condiciones y límites.
La posibilidad de limitar o restringir los derechos humanos, está contemplada
en varios de los instrumentos internacionales de derechos humanos como la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa
Rica) que establece en su artículo 32 que “2. Los derechos de cada persona
están limitados por los derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las
justas exigencias del bien común, en una sociedad democrática”.

E. LA PRIMACÍA DE LA PERSONA HUMANA Y SUS DERECHOS


FUNDAMENTALES

Es uno de los principios institucionales que orienta el ejercicio de las


funciones y atribuciones de la Policía Nacional

De acuerdo a este principio, la defensa y protección de la persona humana,


el respeto a su dignidad y a las garantías para el pleno ejercicio de sus derechos
fundamentales tienen preeminencia en el ejercicio de la función policial.

Para llevar a la práctica este principio se debe considerar los enfoques de


derechos humanos, género e interculturalidad.

1. Enfoque de derechos:

La aplicación de este enfoque implica que la actuación policial debe tener


como objetivo principal el respeto y protección a la dignidad de toda persona,
en especial de la víctima. Es inadmisible en la función policial un trato distinto
por razón de sexo, raza, etnia, edad, condición social, discapacidad, lugar de
residencia, orientación sexual, preferencia política o creencia religiosa.

2. Enfoque de género:

La aplicación de este enfoque implica abstenerse de actuar en función de


prejuicios, estereotipos o los roles tradicionalmente asignados a hombres y
mujeres, con base a las diferencias de género, para así evitar discriminar,
revictimizar, o dar un trato desigual y discriminatorio que afecte la dignidad de
las mujeres. Esto es especialmente relevante, en los casos de las víctimas de
violencia sexual (incluye el acoso, el hostigamiento, la violación sexual),
violencia familiar y trata de personas

3. Enfoque de interculturalidad:

La aplicación de este enfoque permite el trato respetuoso entre personas de


culturas diferentes, y relaciones basadas en el respeto y la tolerancia frente a
otros. Ello no significa aceptar prácticas culturales que vulneren los derechos
humanos o prácticas discriminatorias o que impiden el goce de derechos.
También supone una atención diferenciada según los usos y costumbres, por
ejemplo, a través del uso de intérpretes o de material impreso en diferentes
lenguas.
F. CONSIDERACIONES PARA GARANTIZAR EL RESPETO Y PROTECCIÓN DE
LOS DERECHOS HUMANOS

En el ejercicio de la función policial, es necesario que el personal policial


tenga en cuenta lo siguiente:

1. En el cumplimiento de las funciones asignadas, la Policía Nacional ejerce el


poder coercitivo del Estado, respetando, promoviendo y garantizando los
derechos humanos.

2. Los integrantes de la Policía Nacional del Perú, tienen la obligación de agotar


todos los medios que estén a su alcance, para impedir toda transgresión de la
ley y oponerse firmemente a ser partícipes de tal violación.

3. El personal policial que tenga motivos para creer que se ha producido o se


producirá una violación informarán a sus superiores y, si fuera necesario, a
cualquier otra autoridad u organismo apropiado que tenga atribuciones de
control o correctivas.

4. El personal policial no puede ser sancionado si se niega a ejecutar una orden


manifiestamente ilícita para emplear la fuerza o armas de fuego o denuncia
ese empleo por otros policías.

5. Los superiores jerárquicos incurren en responsabilidad cuando conozcan o


debiendo conocer sobre el uso ilícito de la fuerza por el personal policial a sus
órdenes, no adopten las medidas necesarias para impedir o neutralizar dicho
uso o no denuncien el hecho oportunamente.

6. Para establecer que el superior jerárquico inmediato debió conocer del uso
arbitrario de la fuerza por el personal policial a sus órdenes, se debe
determinar objetivamente que tuvo información que le permitiera concluir que
se estaba preparando o haciendo uso ilícito de la fuerza o, cuando habiéndose
ésta consumado, no haya adoptado las acciones para comunicar este uso
arbitrario a los órganos de investigación penal y órganos disciplinarios.

7. Finalmente, el personal de la Policía Nacional del Perú no puede alegar


obediencia a órdenes superiores, cuando dichas órdenes para el uso de la
fuerza, y en particular del arma de fuego, son manifiestamente ilícitas. En caso
de haberse ejecutado, también serán responsables los superiores que dieron
dichas órdenes ilícitas.

G. GRAVES VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS

1. Genocidio

Actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un


grupo nacional, étnico, social o religioso, tales como:

a. Matanza de miembros del grupo.


b. Lesión grave a la integridad física o mental a los miembros del grupo.
c. Sometimiento del grupo a condiciones de existencia que hayan de
acarrear su destrucción física de manera total o parcial.
d. Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo.
e. Transferencia forzada de niños a otro grupo.

2. Tortura

Es el acto perpetrado por el funcionario o servidor público, o por cualquier


persona con el consentimiento o aquiescencia de aquel, mediante infligir
dolores o sufrimientos graves, físicos o mentales, a otra persona o a través
de someterla a cualquier método tendente a menoscabar su personalidad o
disminuir su capacidad mental o física.

3. Discriminación e incitación a la discriminación

Son los actos de distinción, exclusión, restricción o preferencia que anulan o


menoscaban el reconocimiento, goce o ejercicio de cualquier derecho de
una persona o grupo de personas reconocido en la ley, la Constitución o en
los tratados de derechos humanos de los cuales el Perú es parte, basados
en motivos raciales, religiosos, nacionalidad, edad, sexo, orientación sexual,
identidad de género, idioma, identidad étnica o cultural, opinión, nivel socio
económico, condición migratoria, discapacidad, condición de salud, factor
genético, filiación, o cualquier otro motivo.

4. Desaparición forzada de personas

Es el acto cometido por el funcionario o servidor público, o cualquier persona


con el consentimiento o aquiescencia de aquel, por el que, de cualquier
forma, se priva a otro de su libertad y se niega el reconocimiento de dicha
privación de libertad o el dar información cierta sobre el destino o el paradero
de la víctima.
Capítulo II

Marco normativo del Derecho Internacional de los Derechos Humanos

A. FUENTES PRINCIPALES

1. Tratados o convenios internacionales.

Son acuerdos internacionales celebrados por escrito y regidos por el derecho


internacional.

2. La costumbre internacional

También llamada Derecho Internacional Consuetudinario. Es el


procedimiento de elaboración de derecho internacional a partir de una
práctica general y constante en las relaciones entre Estados, la cual se
acepta como derecho. La existencia de los derechos humanos va más allá
del hecho que se encuentren o no efectivamente recogidos en un tratado, ya
que puede ser suficiente su reconocimiento por la comunidad internacional.

3. Las normas de soft law.

Son instrumentos internacionales que no obstante no ser vinculantes tienen


relevancia jurídica. Incluyen declaraciones, reglas mínimas, principios
básicos, recomendaciones, o códigos de conducta que independientemente
de su valor jurídico producen ciertos efectos que repercuten de diferentes
formas en la formación, desarrollo, interpretación, aplicación y cumplimiento
del derecho internacional, tanto en el ámbito interno de los Estados como en
el propio seno del derecho internacional.

B. PRINCIPALES INSTRUMENTOS INTERNACIONALES DE LOS DDHH


C. MECANISMOS DE PROTECCIÓN INTERNACIONAL DE DERECHOS
HUMANOS

Sistema Universal de Protección de Derechos Humanos

Con la finalidad de supervisar el accionar de los Estados miembros, la


Organización de las Naciones Unidas cuenta con un Sistema Universal de
Derechos Humanos que tiene dos mecanismos de protección:

1. Mecanismos convencionales

A través de comités creados en virtud de los propios tratados, a los que


también se les conoce como “órganos de vigilancia de los tratados”, que
supervisan periódicamente el cumplimiento de las obligaciones asumidas
por los Estados al momento de adherirse a estos instrumentos
internacionales.

La función principal de los Comités es supervisar la aplicación de los


respectivos tratados examinando los informes que presentan los Estados
en cumplimiento de lo dispuesto en los tratados.

Asimismo, tienen entre sus funciones:

⮚ Recibir, examinar y adoptar Observaciones Finales sobre los


informes de los Estados
⮚ Adoptar Observaciones Generales
⮚ Examinar las comunicaciones individuales
⮚ Examinar las denuncias entre Estados
⮚ Realizar investigaciones

Son nueve los tratados más importantes que cuentan con un


Comité establecido. De los nueve comités, son solo cuatro los que
aceptan denuncias de particulares sobre la violación de derechos
humanos por los Estados Partes (el Comité de Derechos Humanos, el
Comité contra la Tortura, el Comité para la Eliminación de la
Discriminación Racial y el Comité contra las Desapariciones Forzadas).

Los Comités suelen tener competencia para viabilizar los


mecanismos de protección internacional de los derechos consagrados en
el texto de su respectivo tratado. Entre estos mecanismos, se encuentran:
(1) Los mecanismos de carácter no contencioso (Emiten informes
periódicos, investigaciones de oficio a Estados en caso de
violaciones masivas y sistemáticas); y

(2) Los mecanismos de carácter contencioso (Reciben quejas


individuales y quejas de Estados contra otros Estados).

b. Mecanismos Extraconvencionales

Los mecanismos extra convencionales de protección de los derechos


humanos, se desarrollan simultáneamente con los mecanismos
convencionales.

(1) Resolución Nº 1235


Documento que permite que la Comisión de Derechos Humanos de
las Naciones Unidas pueda examinar ciertas violaciones graves de
derechos humanos, siendo de procedimiento público.

(2) Resolución Nº 1503


Documento con características similares a la anterior, diferenciándose
por su carácter privado.

(3) Investigaciones y procedimientos públicos especiales


Confiado a grupos de trabajo compuestos por expertos que actúan a
título personal o bien a particulares independientes denominados
ponentes, representantes o expertos independientes especiales.
Tienen la finalidad de examinar y supervisar la situación de los
derechos humanos en países o territorios específicos o fenómenos
importantes de violación de derechos humanos en el nivel mundial. No
tienen carácter confidencial.

(4) Visitas in loco


Son mecanismos de visita por parte de los órganos de investigación
cuando se producen invitaciones de los Estados con respecto a la
existencia de denuncias de violaciones de derechos humanos que son
objetos de estudio.

(5) Acciones urgentes


Ante una inminente comisión de una grave violación de los derechos
humanos se solicita al Estado infractor aclaraciones al respecto y se
formula un llamamiento a fi n de que se adopten las medidas
necesarias para garantizar el derecho de las víctimas.

(6) Examen Periódico Universal (EPU)


Es un mecanismo del Consejo de Derechos Humanos de Naciones
Unidas mediante el cual éste vigila regularmente el cumplimiento por
cada uno de los 193 Estados miembros de la ONU de sus
obligaciones y compromisos en materia de derechos humanos. El
EPU es un proceso de revisión interestatal destinado a mejorar la
situación de los derechos humanos sobre el terreno.

Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos

El Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) es un sistema


regional de promoción y protección de los derechos humanos que ha sido
creado por los Estados Miembros de la Organización de los Estados
Americanos (OEA), sobre la base de una serie de instrumentos internacionales
que consagran estos derechos y definen las obligaciones de los Estados para
su respeto y garantía.

El Sistema Interamericano cuenta con dos órganos destinados a velar por


el cumplimiento de las obligaciones de los Estados: la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El principal tratado de derechos humanos en el ámbito del Sistema


Interamericano, aunque no el único, es la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.

a. Comisión Interamericana de Derechos Humanos

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos es un órgano principal y


autónomo de la OEA creado en 1959, cuyo mandato surge de la Carta de la
OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión
está integrada por siete miembros/as independientes, expertos/as en
derechos humanos, que no representan a ningún país y son elegidos/as por
la Asamblea General de la OEA. Tiene su sede en Washington D.C.,
Estados Unidos.
La función de la Comisión es promover la observancia y la defensa de los
derechos humanos en las Américas. La Comisión ejerce ésta función a
través de la realización de visitas a los países, actividades o iniciativas
temáticas, la preparación de informes sobre la situación de derechos
humanos en un país o sobre una temática particular, la adopción de medidas
cautelares o solicitud de medidas provisionales a la Corte Interamericana, y
el procesamiento y análisis de peticiones individuales con el objetivo de
determinar la responsabilidad internacional de los Estados por violaciones a
los derechos humanos y emitir las recomendaciones que considere
necesarias.

b. Corte Interamericana de Derechos Humanos

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, instalada en 1979, es un


órgano judicial autónomo de la OEA, cuyo mandato surge de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.

La Corte IDH tiene como objetivo interpretar y aplicar la Convención


Americana y otros tratados interamericanos de derechos humanos que le
otorguen dicha competencia, en particular, a través de la emisión de
sentencias sobre casos y opiniones consultivas.

Los órganos del SIDH (Comisión y Corte Interamericanas de Derechos


Humanos) no tienen competencia para atribuir responsabilidad individual, es
decir, no pueden determinar si una persona es o no culpable de la violación
de un derecho humano.
Estos órganos solamente pueden analizar y determinar la responsabilidad
internacional de un Estado miembro de la OEA.

Cualquier persona o grupo de personas pueden presentar una petición para


denunciar una presunta violación a los derechos humanos en contra del
Estado peruano.

Capítulo III

Labor policial en la sociedad

La labor policial es cumplida por la Policía Nacional. En ese sentido, la actividad que
realizan sus miembros se denomina servicio policial, que consiste en la labor policial
de servir a la sociedad y proteger a los ciudadanos.

La labor de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley constituye un servicio


social de gran importancia. En consecuencia, es preciso mantener y, siempre que sea
necesario, mejorar las condiciones de trabajo y la situación de estos funcionarios.

La amenaza a la vida y la seguridad de los funcionarios encargados de hacer cumplir


la ley debe considerarse como una amenaza a la estabilidad de toda la sociedad.
Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley desempeñan un papel
fundamental en la protección del derecho a la vida, la libertad y la seguridad de las
personas.

(Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los


Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley)

A. LABOR POLICIAL Y DEMOCRACIA

Para que las personas puedan disfrutar de sus derechos, establecidos


constitucionalmente, la Policía debe mantener el orden social, además de
garantizar el libre ejercicio de éstos.

La democracia se vincula al Estado de Derecho y a la promoción y protección de


los derechos humanos, ya que estos garantizan su pleno desarrollo, cumpliendo
la policía un papel fundamental en esta labor.

Por ello, su preparación, competencia y actuación deberán reflejarse en una


actitud de respeto a las personas y a sus derechos fundamentales.

B. DERECHOS FUNDAMENTALES Y LABOR POLICIAL

Para que la Policía Nacional del Perú cumpla sus funciones se le ha conferido
determinadas facultades, siendo las más importantes, entre otras, el arresto, la
detención y el uso de la fuerza. Las acciones que ejecuten los policías en el
desarrollo de su función deberán subordinarse y adecuarse al respeto de los
derechos humanos para garantizar la legalidad y legitimidad de sus actuaciones,
alcanzando la finalidad del servicio policial.

C. GARANTÍAS CONSTITUCIONALES Y LABOR POLICIAL

La Constitución establece las garantías para que los derechos fundamentales


sean respetados. Esta tutela se ejercita a través de los procesos constitucionales
a los que todo ciudadano puede recurrir. En estos se determinan e imponen las
consecuencias jurídicas derivadas de las acciones u omisiones que atenten
contra los derechos constitucionales.

La extralimitación en las acciones realizadas por los miembros de la Policía


Nacional durante el servicio policial, o su omisión, además de cuestionar la labor
policial puede traer como consecuencia la vulneración de algún derecho
fundamental de la persona. Por lo tanto, existe la posibilidad de iniciar un proceso
constitucional (hábeas corpus y amparo).

D. LABOR POLICIAL EN LOS REGÍMENES DE EXCEPCIÓN

La Constitución Política del Perú contempla dos situaciones de excepción en los


que el Presidente de la República, con acuerdo del Consejo de Ministros, puede
decretar por plazo determinado en todo el territorio nacional o en parte de él, y
dando cuenta al Congreso o a la Comisión Permanente, los estados de excepción
siguientes:

1. Estado de Emergencia

En caso de perturbación de la paz o del orden interno, de catástrofe o de


graves circunstancias que afecten la vida de la Nación. Puede restringirse o
suspenderse el ejercicio de los derechos constitucionales relativos a la
libertad y a la seguridad personales, la inviolabilidad del domicilio y la
libertad de reunión y de tránsito en el territorio. En ninguna circunstancia se
puede desterrar a nadie.

El plazo del estado de emergencia no excede de sesenta (60) días, el mismo


que debe ser motivado y declarado mediante Decreto Supremo. Su prórroga
requiere un nuevo decreto. Los derechos descritos en el párrafo precedente,
sólo son suspendidos si así lo establece el referido decreto y de conformidad
con las causas que generaron el estado de emergencia.

En estado de emergencia las Fuerzas Armadas asumen el control del orden


interno si así lo dispone el Presidente de la República.

2. Estado de Sitio

En caso de invasión, guerra exterior, guerra civil o peligro inminente de que


se produzcan, con mención de los derechos fundamentales cuyo ejercicio no
se restringe o suspende. El plazo correspondiente no excede de cuarenta y
cinco (45) días. Al decretarse el estado de sitio, el Congreso se reúne de
pleno derecho. La prórroga requiere aprobación del Congreso.

Asimismo, se tiene que tener en cuenta que las normas relativas a los
derechos y libertades que la Constitución reconoce se interpretan de
conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y con los
tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados
por el Perú.

Es necesario advertir que no se podrán invocar ninguna de estas


circunstancias excepcionales para justificar el quebrantamiento de los
principios básicos sobre el empleo de la fuerza y armas de fuego
desarrollados en este manual.

De igual forma, la Convención Americana sobre Derechos Humanos dispone


en su artículo 27º una cláusula de salvaguardia, la cual establece que los
Estados Parte en las disposiciones que adopten en caso de guerra, de
peligro público o de otra emergencia (en el caso peruano estas disposiciones
están contenidas en los regímenes de excepción) no deberán suspender,
entre otros, el principio de legalidad y el derecho a la integridad personal;
debiendo interpretarse que ambos aspectos no están incluidos en la
suspensión o restricción a la libertad y a la seguridad personales. Por lo que,
en ningún caso podrá invocarse circunstancias excepcionales tales como
estado de guerra, inestabilidad política interna o cualquier otra emergencia
pública como justificación de la tortura.

La suspensión de los derechos constitucionales tendrá vigencia y alcance


únicamente en los ámbitos geográficos especificados en el decreto que
declara el régimen de excepción (ref. Art. 23º Código Procesal
Constitucional).

Capítulo IV

Víctimas y grupos en situación de vulnerabilidad

Los miembros de la Policía Nacional del Perú, en su formación profesional y


práctica diaria, centran su atención y recursos prioritariamente en labores
preventivas, disuasivas y de represión de la actividad criminal. Por ello, también
es necesario que se desarrollen directivas adecuadas para garantizar la atención
de quienes han visto vulnerados sus derechos.

Asimismo, existen grupos sociales que por sus características ven limitado el
ejercicio pleno de sus derechos. Por lo cual es necesario también fortalecer la
actuación policial en este aspecto, orientándola a la protección de estos grupos
para evitar así las violaciones de sus derechos.
Los miembros de la Policía Nacional en su primer contacto con las víctimas de
delitos, deberán velar que estas reciban la asistencia y cuidados apropiados. Este
contacto inicial puede describirse como la etapa de “primeros auxilios” de la
situación de la víctima. En la práctica de la aplicación de la ley suelen primar
esencialmente los progresos y resultados de los procesos de investigación.

Es importante que el personal policial de máxima prioridad a la protección física y


psicológica de la víctima. El delito cometido es irreversible, pero la asistencia
oportuna a las víctimas contribuye decisivamente a limitar las consecuencias
negativas ocasionados por el ilícito cometido.

A. VÍCTIMAS

1. Víctimas del delito

Personas que, individual o colectivamente, han sufrido daños, lesiones físicas


o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial
de sus derechos fundamentales como consecuencia de acciones u omisiones
que vulneren la legislación penal vigente en los Estados Miembros de la ONU,
incluida la que proscribe el abuso de poder.

2. Víctimas del abuso de poder

Las personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive


lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o
menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia
de acciones u omisiones que no lleguen a constituir violaciones del derecho
penal nacional, pero afectan normas internacionales reconocidas y relativas a
los derechos humanos. Considerando la calidad del perpetrador solamente
constituye abuso de poder cuando la infracción es cometida por un funcionario
del Estado en el ejercicio de sus funciones.

3. Víctimas y su trato por la Policía Nacional

Todas las personas, particularmente las víctimas de delitos y del abuso de


poder, deben recibir atención de la Policía Nacional del Perú teniendo en
consideración lo siguiente:

a. Las víctimas tienen derecho a ser tratadas con respeto y consideración por
su dignidad.
b. Las víctimas tienen derecho a beneficiarse de los mecanismos de la justicia
y a obtener una pronta reparación en caso correspondiese.
c. Las víctimas deben ser informadas de la marcha de las actuaciones y de la
decisión de sus causas. Especialmente, cuando se trate de delitos graves y
se haya solicitado esa información.
d. Las víctimas pueden necesitar asistencia para proteger su intimidad y para
garantizar su seguridad y la de sus familiares contra la intimidación y las
represalias.
e. Las víctimas deben recibir la asistencia material, médica, psicológica y
social que sea necesaria.
f. La Policía requiere la cooperación de la víctima para aportar información
que permita esclarecer la comisión de un delito .

B. GRUPOS EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD

La expresión “grupos en situación de vulnerabilidad” suele utilizarse para


designar a aquellos grupos de personas o sectores de la población que, por
razones relacionadas a su edad, género, estado físico o mental, o por
circunstancias sociales, económicas, étnicas y/o culturales; y por acción u
omisión de los organismos del Estado; se ven privados del pleno goce y ejercicio
de sus derechos fundamentales y de la atención y satisfacción de sus
necesidades específicas.

1. Menores de edad

Las niñas, niños y adolescentes (NNA) por su situación de desarrollo y


dependencia tienen derechos adicionales a las de cualquier otra persona. Por
ello, se ha establecido una especial protección a sus derechos que se
encuentra desarrollada principalmente en la Convención sobre los Derechos
del Niño de Naciones Unidas y, a nivel nacional, en la Constitución Política
del Estado y el Código de los Niños y Adolescentes.

En toda intervención policial, se debe garantizar una atención especializada y


prioritaria sobre esta población, estén en calidad de víctimas o de infractores
a la ley penal. Para ello debe tenerse en cuenta las siguientes premisas
básicas:

a. Aplicación del interés superior de la niña, niño o adolescente (Ley 30466).


En todas las medidas que los afecten directa o indirectamente se debe
valorar y aplicar que es lo que más les favorece para garantizar la
protección y ejercicio de sus derechos.

b. Reserva, confidencialidad y derecho a la privacidad. Está prohibida la


difusión de la imagen y/o identidad de los NNA cuando se encuentren
involucrados como víctimas, autores, partícipes o testigos de una
infracción, falta o delito.

c. Participación y Autodeterminación Progresiva. Toda NNA tiene derecho a


ser informado del motivo de su intervención y del proceso a seguir,
tomándose en cuenta su opinión en función a su edad, grado de madurez
y su interés superior.

Es preciso que los miembros de la Policía Nacional del Perú en todas sus
dependencias permanezcan atentos y adopten las medidas requeridas para
proteger a esta población contra cualquier acción que ponga en riesgo o
vulnere sus derechos fundamentales, coordinando con las instituciones
públicas o privadas que contribuyan a este objetivo como el Ministerio de la
Mujer y Poblaciones Vulnerables, la Fiscalía de Familia, el Poder Judicial, la
Defensorías del Niño y del Adolescente, entre otros.

La Constitución Política señala en el artículo 4º que la comunidad y el Estado


protegen especialmente al niño y al adolescente. El Código del Niño y el
Adolescente reconoce sus derechos y establece los mecanismos para su
protección. Asimismo, otros instrumentos internacionales protegen los
derechos del menor como la Convención sobre los Derechos del Niño.

Es también especialmente relevante considerar el interés superior del niño


que es un derecho, un principio y una norma de procedimiento que otorga al
niño el derecho a que se considere de manera primordial su interés superior
en todas las medidas que afecten directa o indirectamente a los niños y
adolescentes, garantizando sus derechos humanos

2. Mujeres en situación de vulnerabilidad

La existencia de condiciones sociales de desigualdad y violencia colocan a


algunas mujeres en una situación de vulnerabilidad que amerita se les brinde
una especial protección. Esa condición se ve agravada cuando confluyen
factores que profundizan la desigualdad o violencia contra las mujeres, como
la edad (niñas o mujeres adultas mayores), el origen étnico, la discapacidad,
entre otros.

Tomando en cuenta las desigualdades estructurales que afectan


principalmente a las mujeres, la Ley Nº 30364 (Ley para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar)
reconoce su condición de sujetos de protección de la Ley “durante todo su
ciclo de vida: niña, adolescente, joven, adulta y adulta mayor”.

La violencia es uno de los factores que mayor vulnerabilidad produce. Así, el


feminicidio, la violación sexual, el maltrato físico o psicológico, la trata de
personas, el acoso sexual en espacios públicos son expresiones de violencia
donde el mayor porcentaje de víctimas son mujeres adultas, niñas y
adolescentes. Frente a ello, la atención del personal policial debe orientarse
a:

- No revictimizar a las víctimas de violencia. Ello implica brindar un trato


respetuoso de sus derechos y de su dignidad, sin emitir opiniones sobre su
aspecto o conducta que la hagan que se sienta víctima de la experiencia
vivida y a la vez culpable de ella.
- Atender diligentemente las denuncias por violencia, realizando una efectiva
coordinación con las autoridades competentes para brindar protección a las
víctimas.

Los aspectos relacionados al arresto, registro y detención de la mujer están


considerados en el capítulo sobre detención.

3. Personas adultas mayores

La Ley Nº30490, Ley de la persona adulta mayor, establece que se considera


como tales, a las personas que tienen 60 años de edad a más.

La referida norma, reconoce la protección social de las personas adultas


mayores (PAM) en situación de riesgo, cuando éstas se encuentran en:

- Pobreza o pobreza extrema


- Dependencia o fragilidad, o sufra trastorno físico o deterioro cognitivo que la
incapacite o que haga que ponga en riesgo a otras personas.
- Víctimas de cualquier tipo de violencia.

Frente a ello, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables dicta


medidas de protección temporal a favor de las PAM, coordinando con la
PNP, el Ministerio Público, el Ministerio de Salud, el Poder Judicial, entre
otros.

La policía deberá tratar a estas personas con especial cuidado en función a


su edad.

4. Personas con discapacidad

Las personas con alguna clase de discapacidad deben gozar de sus


derechos sin discriminación de ningún tipo. Los miembros de la Policía
Nacional deben tratar a estas personas con dignidad y promover en la
sociedad el respeto de sus derechos humanos.
La Ley General de la Persona con Discapacidad, Ley Nº 29973, establece el
régimen legal de protección, atención a la seguridad social y prevención para
que estas personas alcancen su desarrollo e integración social, económica y
cultural conforme a lo previsto en el artículo 7º de la Constitución Política del
Estado.

La Policía Nacional deberá adecuar progresivamente sus instalaciones a fin


de que las personas con discapacidad tengan fácil acceso a sus áreas y
ambientes con señalizaciones y corredores de circulación apropiados para
que puedan ejercer sus derechos de acceso a los servicios que brinda la
PNP.

5. Comunidades nativas, campesinas y étnicas

El Perú es un País multicultural y pluriétnico. Los pueblos indígenas son


potencialmente más indefensos social, política, económica y jurídicamente.

La Constitución Política del Perú establece que las comunidades campesinas


y las nativas tienen existencia legal y son personas jurídicas. Son autónomas
en su organización, en el trabajo comunal y en el uso y la libre disposición de
sus tierras, así como en lo económico y administrativo, dentro del marco que
la ley establece. La propiedad de sus tierras es imprescriptible, salvo en el
caso de abandono. El Estado debe promover el respeto de la identidad
cultural de las comunidades campesinas y nativas.

Para promover los derechos de las poblaciones indígenas en el mundo, la


Organización de las Naciones Unidas ha aprobado además del Convenio
sobre pueblos indígenas y tribales (Convenio 169), la Declaración sobre los
Derechos de las Poblaciones Indígenas; y la Organización de Estados
Americanos la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas.

En nuestro país, las comunidades nativas y campesinas constituyen grupos


de familias que, por razones de ubicación geográfica, vínculos familiares o
culturales radican mayoritariamente en la sierra y selva peruanas. La
configuración geográfica de los terrenos que ocupan y su difícil acceso los
convierte en círculos cerrados a la influencia cultural externa, manteniendo
tradiciones y valores propios.

La Policía Nacional, por su condición de institución tutelar del Estado y por su


presencia física en todos los lugares de la patria, tiene acceso y contacto con
poblaciones indígenas y comunidades campesinas. Su función principal en
relación con estas consiste en respetar sus derechos individuales y
colectivos. Asimismo, deberá reconocer y proteger sus valores y costumbres
sociales, culturales, religiosas y espirituales debiendo actuar con un enfoque
de interculturalidad, promoviendo la prestación de un servicio policial bilingüe,
en la lengua oficial y en la lengua predominante en la zona, y/o asegurando
el derecho de las personas a ser interrogadas en su lengua.
Es importante señalar que, si bien las comunidades nativas y campesinas
tienen la autoridad para ejercer su propio sistema de justicia comunal, ésta
facultad tiene como límite la vulneración de los derechos humanos,
particularmente el derecho a la vida y la integridad personal, por lo que no
puede permitirse la tortura o los tratos crueles, inhumanos o degradantes
como forma de sanción.

6. Personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex (LGBTI)

Son personas que, debido a los prejuicios, estereotipos y estigmas sobre su


orientación sexual o identidad de género, suelen ser discriminadas en
diversos ámbitos de nuestra sociedad, como el laboral, político, cultural y
hasta el familiar.

Esta situación las y los convierte en un grupo vulnerable y proclive a sufrir


agresiones y ataques contra su vida e integridad, discriminación, insultos,
exclusión y negación de derechos, no solo de parte de las autoridades o
terceras personas sino incluso de su propia familia y entorno.

La policía además de tratar a estas personas con el mismo respeto que se


brinda a cualquier otro ciudadano, deberá tener siempre presente lo
siguiente:

⮚ Evitar todo acto discriminatorio, cruel, humillante o degradante, de


carácter sexual o no, que constituya un agravio a la dignidad o intimidad
de la persona.
⮚ Garantizar y respetar el derecho al libre disfrute del espacio público que
comprende el ingreso y permanencia a lugares públicos o el derecho a
reunirse pacíficamente.
⮚ Garantizar y reconocer el derecho a la libre expresión, asociación y
reunión.
⮚ Prestar auxilio inmediatamente cuando son víctimas de agresiones, así
como también registrar adecuada y oportunamente sus denuncias.

7. Personas que viven con VIH/SIDA y otras enfermedades infecto


contagiosas

La Organización de las Naciones Unidas mantiene la prioridad de que las


personas con VIH/SIDA cuenten con el pleno respeto a sus derechos
humanos. Especialmente, lo relativo al acceso equitativo a servicios de salud,
maternidad y planificación familiar.

La discriminación a los individuos con VIH/SIDA es un problema que también


deteriora la prevención del VIH y pone en peligro a la comunidad. La Policía
deberá brindar una atención especial a su salud, principalmente cuando son
detenidos en locales policiales, o en el traslado para diligencias. Asimismo,
no se debe hacer mención a la situación de salud de la persona, salvo en los
casos previstos por ley.
En ese sentido, las pruebas de VIH u otras enfermedades es voluntaria y sus
resultados confidenciales, estando absolutamente prohibido que sea
requerida en los exámenes médico legales.

8. Personas trabajadoras sexuales

La legislación peruana no criminaliza el ejercicio de la prostitución como


medio de subsistencia elegido libremente por las personas. Por el contrario,
sí sanciona a aquellas personas que favorecen o promueven la prostitución,
porque ello implica un aprovechamiento económico o sexual, mediante la
explotación de la persona que ejerce la prostitución.

Las personas que ejercen la prostitución, por lo general, se encuentran


expuestas a la estigmatización social por la actividad que realizan, al
vincularlas con la delincuencia, las drogas, etc. Esto las coloca en una
especial situación de vulnerabilidad de sufrir tratos humillantes, degradantes
y discriminatorios que vulneran sus derechos, como por ejemplo los maltratos
verbales, el abuso sexual, la extorsión, la violencia física, etc.

La intervención del personal policial, debe ceñirse a respetar los derechos


fundamentales de las y los trabajadores sexuales, estando prohibido su
persecución y arresto por ejercer dicha labor, diferenciándolas de las y los
explotadores y demás personas que obtienen ventajas ilícitas de esta
actividad.

Cuando tengan la condición de víctimas se debe garantizar la recepción y


atención adecuada de sus denuncias respecto de los delitos cometidos en su
contra, garantizando el derecho a la igualdad en el acceso a la justicia y
evitando la revictimización.

9. Desplazados internos

Son las personas o un grupo de personas que se ven forzadas u obligadas a


abandonar su hogar o lugar de residencia habitual, como resultado o para
evitar los efectos de un conflicto armado, situaciones de violencia
generalizada, violaciones de los derechos humanos y agentes imprevistos,
desastres naturales o provocados por el ser humano y que no ha dado lugar
al cruce de una frontera estatal internacionalmente reconocida.

A la Policía Nacional del Perú le corresponde apoyar las acciones estatales


integrales orientadas a promover la superación de los factores de riesgo de
afectación de los derechos y su restitución en casos de vulneración por
causa del desplazamiento, con el pleno respeto a la dignidad, identidad y
cultura de las personas, familias y comunidades afectadas por el
desplazamiento.

Capítulo V

Conducta ética en la aplicación de la ley


La función de la policía tiene como principal objetivo el servicio a la comunidad y la
protección a las personas. En este contexto, es imprescindible una actitud ética:
honesta, solidaria, proactiva, comprometida, justa y respetuosa. Actuar en este marco
facilita y legitima el cumplimiento de la misión, fortaleciendo la relación entre el
personal policial y el ciudadano.

Es necesario que la Policía Nacional del Perú, en su condición de órgano encargado de


velar por el cumplimiento de la ley, desarrolle actitudes y conductas personales en sus
integrantes que favorezcan un trabajo colectivo y así un eficiente desempeño de su
función.

Por el contrario, no actuar éticamente genera desprestigio institucional, falta de


credibilidad y legitimidad, desconfianza, temor y, en consecuencia, el alejamiento
institucional de la comunidad.

Una conducta ética revalora a las y los policías, elevando su autoestima y confianza, lo
cual le permite proyectar a su familia, compañeros de trabajo y a la comunidad en
general su calidad personal y profesional.

Las bases de la conducta policial ética son el respeto de la dignidad humana y de la ley
y, a través de estos, el respeto de los derechos humanos.

A. NECESIDAD DE UNA CONDUCTA ÉTICA EN LA FUNCIÓN POLICIAL

Se ha planteado equivocadamente que una institución policial, para ser eficiente


y eficaz en el desarrollo de sus actividades debe basarse solamente en una
sólida educación y contar con los recursos necesarios. Sin embargo, la
experiencia y realidad han demostrado que la ética constituye la base
fundamental de esta labor, pues la sola presencia de los dos factores antes
aludidos no garantiza por sí mismos el cabal cumplimiento de la función policial.

En efecto, la conducta ética asegura que la función policial se lleve a cabo


utilizando correcta y razonablemente los poderes y las facultades que la ley les
confiere: sin discriminación, con justicia y sin atentar contra la dignidad de las
personas. En síntesis, respetando los derechos humanos.

Más aún, es justamente ese parámetro ético de actuación lo que distingue a los
que hacen cumplir la ley de los que la incumplen. Si los policías recurrieran a
prácticas contrarias a la ley o que sobrepasen los poderes y las facultades
legales, no habría distinción entre ambos. Las consecuencias sobre la seguridad
y protección públicas podrían ser devastadoras.

1. Ética personal

Son los valores y las convicciones morales de una persona. Es la ética


personal de cada policía que fi ja, en primer lugar, la línea de conducta que
seguirá en su condición de persona, ciudadano y servidor público. La
experiencia, educación y formación pueden influir positiva o negativamente
en la ética personal.
2. Ética grupal

La ética de grupo es el conjunto de convicciones sobre lo que está bien o mal


para un grupo de personas. El personal policial trabaja frecuentemente en
circunstancias difíciles e incluso peligrosas. Dado que en gran medida unos
dependen de otros en esas situaciones, es natural que se cree una
estructura de grupo con normas y valores particulares, en los que todos se
apoyan. Esto puede ser un gran elemento moral y de gran soporte para una
actividad correcta y sacrificada.

Sin embargo, cuando esa regla de comportamiento se desvirtúa; y en lugar


de protegerse mutuamente se “cubren” unos a otros, y se adquieren
costumbres incompatibles con el servicio policial como el “mantener en
silencio” ante los actos de corrupción, las violaciones de derechos humanos y
otros hechos negativos; entonces el cuerpo policial se deslegitima ante la
sociedad.

3. Ética profesional

La ética profesional es el conjunto de deberes profesionales que orientan la


actuación del personal policial en los diferentes ámbitos en los que se ejerce
la función policial.

Los principios y valores inspiran la ética profesional han sido desarrollados


en normas nacionales e internacionales, principalmente, en el Código de
Ética de la Policía Nacional del Perú y en el Código de conducta para
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, aprobado por las Naciones
Unidas.

En el ejercicio de la función policial, es necesario que se examinen siempre


las cuestiones éticas relacionadas con el uso de la fuerza y armas de fuego.

B. INVESTIGACIÓN POLICIAL

Teniendo como fundamento doctrinario el empleo del método general de la


investigación policial, cuando se realiza una investigación por un hecho delictivo
se ejecuta una serie de procedimientos policiales, que el personal responsable
debe desarrollar respetando la Constitución y demás normas nacionales e
internacionales. La investigación policial debe realizarse de modo ético,
especialmente en el acopio de los elementos de prueba, en el desarrollo de las
pericias y en el examen de los implicados. Debe evitarse todo sesgo de género o
criterios subjetivos que afecten o entorpezcan el fi n perseguido.

En toda investigación policial, las personas detenidas o en libertad deben ser


consideradas inocentes mientras no se haya declarado judicialmente su
responsabilidad.

El derecho al honor y a la buena reputación, a la intimidad personal y familiar está


protegido constitucionalmente y tienen una evidente repercusión para la
investigación policial, especialmente, en los procedimientos de registros de
personas, domicilios o vehículos.

Asimismo, la interceptación de correspondencia, mensajes telefónicos u otras


comunicaciones debe ser lícita. La información que se obtenga debe estar
necesariamente relacionada con los fines de la investigación policial. La
protección de la intimidad se encuentra en el artículo 4º del Código de conducta
para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.

Es necesario precisar que la falta de capacidad técnica, disponibilidad de recursos


u otras carencias no justifican las violaciones de derechos humanos.

C. EL INTERROGATORIO

Es una técnica utilizada por la Policía Nacional para obtener información de una o
más personas en base a preguntas planeadas y hábilmente planteadas que
conduzcan al esclarecimiento de un hecho delictuoso en el contexto de una
investigación policial.

El interrogatorio exige conocimientos técnicos particulares que son tratados en


otros textos policiales, pero para los fines de este manual es importante
considerar que toda persona interrogada tiene derecho a no ser obligada ni
compelida a declarar o reconocer culpabilidad contra sí mismo.

Por lo tanto, no se puede ejercer ningún tipo de presión, sea esta física o mental,
con el fi n de obtener una confesión o información. Se debe tener en cuenta que
el objetivo de un interrogatorio es obtener información de manera lícita que
permita esclarecer o llegar a la verdad sobre un hecho delictivo y no
necesariamente encontrar un culpable.

El personal policial debe usar técnicas de entrevistas que sean compatibles con
los derechos de la persona sometida a interrogatorio, prohibiéndose preguntas
asociadas a cuestionar, burlarse o condenar el aspecto físico, forma de vida,
conducta, etc.

D. EL CONTROL DE IDENTIDAD

Consiste en el requerimiento de identificación personal realizado por el personal


policial en la vía pública o en cualquier otro lugar donde se realice la solicitud,
cuando resulte necesario para prevenir un delito u obtener información útil para
averiguación de un hecho punible.

Para tal efecto el personal policial podrá realizar las comprobaciones pertinentes.

El intervenido tiene derecho a exigir al Policía le proporcione su identidad y la


dependencia a la que está asignado.

La identificación se realizará en el lugar en que la persona se encontrare, por


medio del correspondiente documento de identidad. Se deberá proporcionar al
intervenido las facilidades necesarias para encontrarlo y exhibirlo.
Si existiere fundado motivo que el intervenido pueda estar vinculado a la comisión
de un hecho delictuoso, la Policía podrá registrarle sus vestimentas; equipaje o
vehículo.

En caso no sea posible la exhibición del documento de identidad, se conducirá al


intervenido a la Dependencia Policial más cercana para exclusivos fines de
identificación.

Se podrá tomar las huellas digitales del intervenido y constatar si registra alguna
requisitoria. Este procedimiento, contado desde el momento de la intervención
policial, no puede exceder de cuatro horas, luego de las cuales se le permitirá
retirarse.

La Policía deberá llevar, para estos casos, un Libro-Registro en el que se harán


constar las diligencias de identificación realizadas en las personas, así como los
motivos y duración de las mismas.

E. LA PRIVACIÓN DE LA LIBERTAD

La libertad es un derecho humano, la detención es una excepción a este. Por lo


cual el Estado dentro de su actividad punitiva puede privar de la libertad a una
persona en el marco de las consideraciones establecidas en la ley.

La Constitución Política determina que sólo las autoridades policiales pueden


ejercer la potestad de detener bajo los preceptos de delito flagrante o mandato
escrito y motivado de juez competente.

De igual forma, la ley de la Policía Nacional del Perú establece la facultad de sus
integrantes para asumir esta responsabilidad a nombre del Estado.

1. Arresto

Acto de autoridad que permite aprehender a una persona con fines de


identificación, retención, procedimiento administrativo e incluso por la supuesta
comisión de un delito, pudiendo recurrir de manera compulsiva a ejercer
control sobre ésta empleando los medios de policía. Este acto policial debe
estar basado en motivos legales y realizarse de manera profesional,
competente y eficaz, sin afectar otros derechos fundamentales.

En ningún caso faculta a la privación indebida de la libertad ni menos al


sometimiento a tortura ni a tratos inhumanos, crueles o degradantes al
intervenido.

Particularmente se debe tener en cuenta:

a. Arresto a persona sospechosa (presunto infractor de la ley)

Debemos entender como persona sospechosa a aquella cuya conducta o


circunstancias hacen presumibles que ha cometido o va a cometer un acto
ilícito, en donde su identidad está por comprobarse o por determinarse su
participación en el ilícito.

b. Arresto a mujeres

Debe ser efectuado, en lo posible, con participación de personal policial


femenino. En el caso del registro personal y de prendas, éste debe ser
efectuado por una mujer con la finalidad de evitar vulnerar sus derechos.

c. Arresto a menores de edad

Los menores de edad deberán ser separados de los adultos durante las
intervenciones, de preferencia y en directa relación a su edad y conducta,
debiendo estar al cuidado de personal especialmente asignado para esta
labor.

2. Detención policial

En sentido amplio, es toda forma de privación de la libertad referida al libre


tránsito o movimiento de una persona. Es un acto excepcional que está
regulado por la ley.

La privación de la libertad se encuentra regulada en el artículo 2º, inciso 24,


literal f de la Constitución Política:

“Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del juez o
por las autoridades policiales en caso de flagrante delito. La detención no
durará más del tiempo estrictamente necesario para la realización de las
investigaciones y, en todo caso, el detenido debe ser puesto a disposición del
juzgado correspondiente, dentro del plazo máximo de cuarenta y ocho horas o
en el término de la distancia”.

En sentido estricto la detención policial es la privación excepcional de la


libertad como competencia funcional de la Policía Nacional, que únicamente
es justificada tras la comisión de un delito flagrante o por mandato judicial
escrito y motivado.

Tiene como objetivos más comunes los siguientes:

⮚ Impedir que la persona cometa o siga cometiendo un acto ilegal.


⮚ Permitir la realización de investigaciones en relación con un acto
delictivo, en el cual se haya sorprendido en flagrancia.
⮚ Llevar a una persona ante la autoridad competente para que ésta
desarrolle el proceso jurisdiccional.

a. Presupuestos:

- Mandato escrito y motivado de juez competente


Se exige mandato escrito (resolución judicial: auto o sentencia) para que
quede constancia. Además, para que el interesado pueda ser informado
de este documento en el momento de ser arrestado. Mandamiento
motivado porque la libertad no puede ser conculcada sin motivo (artículo
139º, inciso 5 de la Constitución).

- Flagrante delito

Existe flagrancia cuando:

(1) El agente es descubierto en la realización del hecho punible.


(2) El agente acaba de cometer el hecho punible y es descubierto.
(3) El agente ha huido y ha sido identificado durante o inmediatamente
después de la perpetración del hecho punible, sea por el agraviado o
por otra persona que haya presenciado el hecho, o por medio
audiovisual, dispositivos o equipos con cuya tecnología se haya
registrado su imagen y es encontrado dentro de las veinticuatro (24)
horas de producido el hecho punible.
(4) El agente es encontrado dentro de las veinticuatro (24) horas después
de la perpetración del delito con efectos o instrumentos procedentes
de aquel o que hubieren sido empleados para cometerlo o con
señales en sí mismo o en su vestido que indiquen su probable autoría
o participación en el hecho delictuoso.

La regla general es que solo el Juez puede ordenar la detención de una


persona, la excepción es que las autoridades policiales pueden detener
únicamente en el caso de flagrante delito.

Es importante señalar que el Código Procesal Penal también menciona


que toda persona podrá proceder al arresto en estado de flagrancia
delictiva (arresto ciudadano). En tal caso el ciudadano debe entregar
inmediatamente al arrestado y las cosas que constituyan el cuerpo del
delito a la dependencia policial más cercana o al policía que se halle por
inmediaciones del lugar. En ningún caso el arresto autoriza a encerrar o
mantener privada de su libertad en un lugar público o privado hasta su
entrega a la autoridad policial.

El personal policial tiene la obligación de redactar un acta donde se haga


constar la entrega del presunto infractor a la ley, debiendo consignar la
integridad física, la fecha y hora de aprehensión, la hora en que inicia la
diligencia, la identificación de la persona o personas que procedieron al
arresto ciudadano, la identificación de los agraviados, los elementos que
constituyan el cuerpo del delito y las demás circunstancias de la
intervención.

Cuando se trata de una persona que ha sido intervenida en flagrancia


delictiva es necesario que el policía haga una valoración de la situación
que está apreciando, a través de la incautación o decomiso de objetos
producto del ilícito penal, armas, la presencia de sangre en la ropa,
heridas, etc. Lo cual requiere una actuación cuidadosa en la conservación
de la prueba, recolección de la información proporcionada por los testigos
y en la elaboración del acta o informe.

b. Derechos del detenido

- Solicitar la identificación del miembro policial al ser detenido.


- Ser anotado en el registro de detenidos en forma inmediata.
- Que sus pertenencias sean registradas y devueltas en la misma forma. -
Ser informado por escrito sobre la causa o el motivo de su detención.
- Comunicarse con algún familiar o amistad.
- Entrevistarse inmediatamente a la detención con un RMP o Consulado.
- A un abogado de su elección o a solicitar un defensor público.
- A la prohibición de medios violentos en las declaraciones.
- Al reconocimiento médico.
- A la no autoinculpación.
- A la presunción de inocencia.
- A expresarse en su propio idioma y de ser necesario a un traductor.
- A ser puesto a disposición de la autoridad en el término de ley.
- A recibir abrigo y alimentación.
- A no ser incomunicado, salvo casos previsto por ley.

3. Consideraciones especiales

El arresto y la custodia de las personas detenidas policialmente son un


aspecto importante de la labor policial. A pesar de que el trato de los detenidos
se encuentra regulado, tanto con arreglo al derecho internacional como a las
leyes de nuestro país, aisladamente se cometen arbitrariedades y abusos,
muchas veces por desconocimiento, omisión y en otras intencionalmente.

El trato humano y digno a la persona detenida es una obligación de todo


policía y no requiere de complejos conocimientos de técnicas policiales. Exige
respetar la dignidad inherente a la persona humana y el cumplimiento de
ciertas normas básicas de conducta. No obstante, es indispensable que la
capacitación en este campo esté basada en sólidos conceptos teóricos y en
las mejores prácticas actuales, éticas y morales que conduzcan a la
profesionalización policial.

El personal policial en su relación con las personas bajo su custodia o


detenidos no emplearán la fuerza salvo cuando sea estrictamente necesaria
para mantener la seguridad y el orden en los establecimientos o cuando corra
grave peligro la integridad física de las personas.

No emplearán armas de fuego, salvo en defensa propia o en defensa de


terceros “cuando la vida de una persona es puesta en riesgo real, inminente y
actual por quien se está fugando”.

En consecuencia, no se podrá utilizar armas de fuego con el único propósito


de impedir la fuga de una persona sometida a custodia o detención.
Existen pautas a tener en consideración por el personal de la Policía Nacional
cuando tenga que cumplir con su facultad de detención y aunque estas son de
carácter general, en los casos siguientes se debe tener en cuenta:

a. Mujeres detenidas

La condición especial de la mujer está reconocida y protegida en dos tipos


de disposiciones: unas que exigen que las detenidas estén separadas de
los hombres y otras relativas a la no discriminación.

Es importante asignar la custodia y el registro personal de mujeres


detenidas a personal femenino (Convención sobre los Derechos Políticos
de la Mujer y la Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación
contra la Mujer y la Convención sobre la Eliminación de todas las formas
de Discriminación contra la Mujer).

b. Menores de edad detenidos

Cada vez que un adolescente sea detenido se notificará inmediatamente a


sus padres o tutor; las circunstancias y el lugar de detención serán
comunicados al término de la distancia al Fiscal y Juez competentes. Todo
menor privado de su libertad deberá ser tratado con humanidad y con el
respeto que merece la dignidad inherente a su condición de persona
humana, de manera que se tenga en cuenta las necesidades propias de
las personas de su edad, para ello deberá estar obligatoriamente separado
de los adultos y tendrá derecho a mantener contacto con su familia.

La prescripción taxativa contenida en el Código de los Niños y


Adolescentes dice:

“El niño y el adolescente tienen derecho a la libertad. Ningún niño o


adolescente será detenido o privado de su libertad. Se excluyen los casos
de detención por mandato judicial o de flagrante infracción a la ley penal”.

Asimismo, el Decreto Legislativo N.º 1348 en su artículo I del Título


Preliminar señala que el adolescente entre catorce (14) y menos de
dieciocho (18) años de edad es sujeto de derechos y obligaciones,
responde por la comisión de una infracción en virtud de una
responsabilidad penal especial, considerándose para ello su edad y
características personales.

Todos los hechos en que participen menores de edad son confidenciales.


En todo momento debe respetarse el derecho a la imagen e identidad del
niño o del adolescente.
SEGUNDA PARTE DEL MANUAL
Capítulo I

Instrucción básica

La Policía Nacional del Perú es una institución protectora de los derechos humanos.
Por ello es imprescindible que la preparación de los y las policías constituya un proceso
permanente de capacitación y entrenamiento que debe permitirles desempeñarse
adecuadamente ante los diversos requerimientos que el contexto social presenta
durante el cumplimiento de su misión.

Los planes y programas del sistema educativo policial deben garantizar una alta
profesionalización, individual y colectiva, incidiendo en aspectos importantes para el
desarrollo de la función policial como son:

Uso de la fuerza
Armas de fuego.
Técnicas de intervención policial
Tácticas defensivas no letales
Control físico de intervenidos
Ética en la función policial

Esta instrucción se debe mantener en los diferentes niveles educativos. También se


debe garantizar una evaluación real sostenida que permita apreciar la calificación de la
aptitud y actitud para cumplir con la función policial. La estandarización de los
procedimientos y técnicas básicas de intervención policial en todos los funcionarios
policiales permitirá un trabajo uniforme y unificado en todo el territorio nacional.

De este modo, se logrará que el policía en cualquier lugar donde se encuentre (norte o
sur, este u oeste del territorio nacional) pueda practicar y realizar su trabajo de igual
forma. Es importante que la capacitación y el entrenamiento no sean solo un
condicionamiento de calificación, pues el requerimiento de aptitud y competencia son
necesidades básicas para prestar un servicio eficiente y seguro. Por lo tanto, debe
motivarse que ésta se realice principalmente por el interés personal de cada policía y
no como una obligación.

La instrucción policial debe ser profesional, lógica y realista. Con ella se adquiere
habilidad y destreza, permitiendo que el policía pueda enfrentar las tareas con menor
riesgo para su integridad física y su vida, asegurándole cumplir con su función de servir
a la comunidad y proteger a las personas en el marco, del respeto a los derechos
humanos.

A. PREPARACIÓN PSICOLÓGICA

La seguridad del personal policial está directamente relacionada con su


preparación o estado mental. Esto le permitirá visualizar y ensayar sus acciones,
de modo que se tenga una respuesta en razón a la forma de actuar de los
presuntos infractores de la ley. Por estas mismas razones, el personal policial
debe recibir orientación psicológica por cuenta del Estado para sobrellevar las
tensiones generadas por el uso de la fuerza que afecten la vida o integridad física
de otras personas.

Para actuar en la vida real, el policía tiene que entrenar lo máximo posible. Debe
tener presente que todas las situaciones que son posibles de ser simuladas con
realismo durante los entrenamientos. Debe realizarlo mentalmente. Si el policía no
se prepara mentalmente para las situaciones o lo que resulte de ellas, muy
probablemente tendrá un desempeño no deseado, pudiendo incluso quedarse
paralizado y ser víctima de los acontecimientos. El policía debe discutir,
intercambiar ideas, realizar simulaciones solo o con su equipo, aprovechando los
reportajes periodísticos, boletines de ocurrencia, testimonios de sus compañeros
y todo lo que sea necesario.

Contrario a lo que se puede pensar, el condicionamiento físico y el arma que el


policía tiene no es lo más relevante para su seguridad. El principio básico es su
preparación mental que proporciona la base para todas sus decisiones.

B. CONTROL DE EMOCIONES E INTELIGENCIA EMOCIONAL

1. LAS EMOCIONES

Las emociones como la cólera, la ira, la compasión, el miedo, entre otras, son
estados de ánimo que influyen directamente en el accionar del personal
policial.

El dominio de estas emociones permitirá mantener un comportamiento


adecuado y realizar las operaciones policiales de manera apropiada. De igual
forma, el equilibrio emocional permite mantener la serenidad ante el peligro y
el valor suficiente para enfrentar situaciones de riesgo, garantizando el éxito
de la intervención policial y haciendo prevalecer el sentido de justicia. Ignorar
el riesgo no es la mejor manera de vencerlo. Reconocer una situación de
peligro requiere de una capacidad de respuesta basada en el carácter y en
una decisión inteligente.

2. INTELIGENCIA EMOCIONAL

La entendemos como la capacidad de percibir los sentimientos propios y los


de los demás, distinguir entre éstos y servirse de esa información para guiar el
pensamiento y la conducta de uno mismo. Durante el servicio policial, e
incluso en su vida diaria, los y las policías deben direccionar sus talentos y
capacidades organizados en los siguientes aspectos:

⮚ Capacidad para controlar las propias emociones (Autocontrol, disciplina).


⮚ Capacidad para comprender las propias emociones y las de los demás
(empatía).

Capacidad para percibir las emociones de forma precisa (percepción).


Capacidad de aplicar las emociones para facilitar el pensamiento y el
razonamiento. Estas habilidades pueden ser aprendidas con el tiempo y la
práctica.

C. PENSAMIENTO TÁCTICO

Está en relación directa con el estado de alerta del policía. Éste, con un buen
pensamiento táctico, podrá analizar y controlar la situación al momento de
intervenir: evaluar peligros potenciales, identificar amenazas y adoptar las
medidas necesarias para superarlas. Por ello se debe delimitar objetivamente
las dos áreas siguientes:

1. Área de seguridad

Es el área donde el policía tiene el dominio de la situación después de una


acción de control que le permite minimizar cualquier riesgo para su integridad
física y la de sus compañeros.

2. Área de riesgo

Es el área sobre la cual el policía no tiene dominio de la situación, de la que


puede surgir una amenaza que no sea evidente o latente. Ante ello es
importante ubicar o detectar a una persona (por ejemplo, se debe priorizar la
atención en las manos), un objeto, una edificación o parte de ella, ventanas y
accesos, calles, vehículos, animales, campos abiertos, excavaciones,
escaleras, corredores, etc. Debe ubicar los puntos de riesgo. Toda área de
riesgo ya dominada se convierte en área de seguridad.

D. NIVELES DE ALERTA

Al atender una ocurrencia o aproximarse a lo que puede ser una situación de


crisis, el policía estará en un cierto nivel de alerta, que dependerá de su
capacidad de anticipación al peligro. Cuanto mejor preparado se encuentre
mentalmente, mejor condición tendrá para operar en el nivel apropiado de alerta
y con la rapidez que la situación exija. Es necesario detectar señales de riesgo y
amenazas y pasar rápidamente a un nivel superior de alerta de acuerdo con la
evolución de la ocurrencia. El estado de alerta puede ser identificado a través de
los siguientes niveles:

1. Nivel de distracción
Se distrae con lo que está sucediendo a su alrededor, lo que puede ser
ocasionado por el cansancio o la creencia de que no hay posibilidad de
problemas. Su estado mental no está preparado para un eventual
enfrentamiento, aumentando su propia inseguridad y también la de su equipo
durante el servicio policial.

2. Nivel de atención

Es el nivel de alerta que el personal policial debe tener en todo momento


cuando está patrullando, dando prioridad a la búsqueda de una amenaza
potencial. Con frecuencia, el personal policial es afectado o lesionado cuando
no anticipa, no responde o no está mentalmente preparado para enfrentar
una situación riesgosa o peligrosa. El estado de atención no es una garantía
de protección, pero nos dará mejores condiciones para detectar un peligro y,
de ser el caso, pasar a un estado o nivel de reacción.

3. Nivel de seguridad

Hay conciencia de la existencia de un peligro. Sin embargo, el entrenamiento,


experiencia, educación y buen sentido le permiten efectuar un planeamiento
táctico a seguir. Éste incluye el pedido de cobertura de otros policías, el uso
de abrigos, la identificación de alguien que pueda representar una amenaza y
el uso de la fuerza si fuese necesario. El nivel de seguridad disminuye los
riesgos del policía y su equipo. Si son sorprendidos se encontrarán listos
para dar las respuestas que la situación exija.

4. Nivel de reacción

a. Positiva

El riesgo es real y la reacción debe ser instantánea. Se debe focalizar la


amenaza y tener en mente una acción necesaria para controlarla, de
acuerdo a las circunstancias. La preparación mental y el entrenamiento
colocan al personal policial en condiciones plenas para realizar su
defensa y la de terceros.

b. Negativa

Cuando el peligro se mantiene por un tiempo prolongado o el personal


policial enfrenta un peligro para el cual no está preparado, el organismo
entra en un proceso de sobrecarga. Por lo tanto, no consigue dar
respuestas compatibles y funcionar adecuadamente. De este modo,
podrían producirse fallas en la percepción de la situación en la que se
encuentra. Esto caracteriza al estado de pánico.

En este estado el policía puede ver la amenaza, pero su mente no estará


preparada para suministrar las respuestas correctas de reacción. En esas
circunstancias, el personal policial puede realizar actos impensados como
herir, patear, atracarse torpemente, disparar agresiva e instintivamente,
incluso voltearse y correr desesperado.
E. VERBALIZACIÓN

Es la herramienta o recurso más utilizado en una intervención policial, mediante


el que se trata de mantener o restablecer el principio de autoridad a través del
empleo de la expresión oral, con la firmeza y energía adecuada a cada situación
particular.

En situaciones en las que no hay resistencia manifiesta sino cooperación, se


debe actuar con la cortesía y deferencia correspondiente. En cambio, cuando
hay resistencia a la intervención policial o se está frente a un presunto infractor,
la firmeza y energía del lenguaje empleado serán las necesarias para persuadir
y convencer al infractor que deponga su actitud ilícita, sobre todo cuando se le
prive de su libertad. Correctamente utilizada, minimiza los riesgos y maximiza los
resultados de la intervención.

El entrenamiento en técnicas de expresión verbal, para comunicarse con


respeto, seguridad y firmeza, es tan importante como saber disparar o tener una
buena condición física.

Al iniciar el contacto verbal, el/la policía se debe de identificar; luego, de forma


clara y precisa, debe hacer conocer el motivo de la intervención y señalar cada
una de las acciones que el intervenido debe realizar. Se debe tratar con dignidad
y respeto a toda persona, utilizando un lenguaje adecuado, evitando improperios
y términos peyorativos.

Las indicaciones deben ser firmes. Una orden enérgica puede evitar una
tragedia y hacer innecesario el uso de la fuerza física o letal. Si la persona
intervenida sigue las instrucciones, su integridad y la del personal policial estarán
aseguradas. En consecuencia, la intervención se realizará sin necesidad de
elevar el nivel de fuerza.

Un presunto infractor puede obedecer la orden inmediatamente, huir o


reaccionar de manera violenta ante la intervención. Cualquiera que fuera el nivel
de reacción, el momento será tenso, crítico y riesgoso. Al intervenir verbalmente
a una persona en actitud sospechosa, el policía debe estar siempre preparado
para cualquier eventualidad.

No se debe amenazar al intervenido ni decir algo que no pueda cumplir. Por


ejemplo: “Se lo diré por última vez…”. Si el individuo decide ignorar la
advertencia, el policía perderá la credibilidad. Por otro lado, si el intervenido
obedece, el policía debe estar preparado, no descuidar su seguridad, no debe
confiarse, puesto que puede ser el momento más peligroso de la intervención.

La posición en la que el policía sostiene su arma también ayuda en la


verbalización. El policía puede o no apuntar el arma en función de la percepción
del riesgo y la reacción del intervenido. Esto es, de acuerdo a cómo se
desarrollen los hechos se “[…] debe considerar, razonablemente, entre otras
circunstancias, el nivel de cooperación, resistencia o agresión de la persona
intervenida y las condiciones del entorno”46 tratando siempre de usar el nivel
mínimo de fuerza, subiéndolo o reduciéndolo gradualmente, conforme convenga.

¡SEA FIRME! ¡SEA JUSTO! ¡SEA CORTÉS!

F.
MEDIOS DE POLICÍA

Son las armas, equipo, accesorios y otros elementos de apoyo, autorizados o


proporcionados por el Estado, que emplea el personal policial para enfrentar una
amenaza o atentado contra la seguridad, el orden público, la integridad o la vida
de las personas.48 Para el cumplimiento de su servicio, el personal policial debe
contar con un equipamiento básico, conformado principalmente por:

1. Bastones policiales.
2. Grilletes policiales
3. Chaleco balístico
4. Arma de fuego y munición reglamentaria.
5. Cinto policial.

Para su empleo, es necesario que se conozcan cabalmente su uso y manejo, así


como el modo correcto de portarlos. Solo así se asegura que puedan utilizarse
eficazmente durante una intervención sin perder de vista el riesgo que pueda
enfrentarse. Dependiendo de la particularidad del servicio policial, podría haber
otros medios de policía que se consideren parte del equipamiento básico.

EL ENTRENAMIENTO PERMANENTE NO ES SOLO UNA NECESIDAD, SINO UNA


OBLIGACIÓN PARA UN USO ADECUADO DE LOS MEDIOS DE POLICÍA

El entrenamiento permanente no es solo una necesidad, sino una obligación


para un uso adecuado de los medios de policía.

1. Bastones Policiales

Los bastones policiales son aquellos medios defensivos no letales utilizados


por el personal policial debidamente entrenado y según la función que
desempeñe en el ejercicio de su labor policial.

Nunca deben utilizarse como elementos de castigo ni como medios ofensivos


o de intimidación. Al hacer uso de ellos se debe reducir al mínimo las
posibles lesiones innecesarias. Sin embargo, de presentarse alguna situación
involuntaria, deberá brindarse la asistencia médica inmediata.

Los bastones policiales que usa la Policía Nacional del Perú son la defensa
de goma, el bastón Tonfa (PR-24) y el bastón extensible. El uso de los
bastones policiales es excepcional. Sin embargo, si es inevitable usarlos para
defenderse ante la agresión, deberá restringirse su uso al mínimo necesario.
En esa circunstancia el personal policial preferentemente hará contacto sobre
las partes de mayor volumen muscular (piernas, brazos), evitando impactar
en la cabeza, cuello, tórax o genitales

2. Grilletes Policiales

Los grilletes policiales constituyen un elemento muy útil e imprescindible del


equipo básico del policía. No sólo permiten controlar la acción agresiva del
infractor de la ley, sino también la sujeción momentánea de éste, para su
aseguramiento o traslado ante la autoridad competente. Es un medio de
policía que limita el uso de la fuerza y el empleo de las armas de fuego; por lo
que:

- Controlan el accionar violento de la persona intervenida y evitan que ésta


se autolesione.
- Reducen las posibilidades de la persona intervenida de agredir al
personal policial, garantizando su integridad física y la de sus
compañeros.
- Reducen las posibilidades de la persona intervenida de agredir a terceras
personas.

Toda persona que presumiblemente haya cometido un delito, deberá ser


engrilletada para su inmovilización, registro, conducción y traslado ante la
autoridad competente.

También deberán ser engrilletadas las personas intervenidas que se


encuentren bajo el efecto de drogas, alcohol o cualquier estado emocional
alterado que represente peligrosidad para sí mismo o para otros.

Una vez colocados los grilletes, no se usará contra la persona intervenida


ningún otro medio de coerción ni fuerza física alguna que atente contra su
integridad física o dignidad.

Los grilletes se manipularán exclusivamente para su colocación, nunca como


medio de intimidación o humillación. Antes de salir al servicio se debe de
verificar que los grilletes se encuentren listos para usarse y contar con su
respectiva llave o dispositivo de apertura.

Los grilletes policiales que usa el personal de la Policía Nacional del Perú
para el cumplimiento de sus funciones son los grilletes de seguridad, grilletes
de lazo y los grilletes desechables.

3. Chaleco Balístico

El uso de protección individual contra las armas de fuego, constituye una


necesidad que se fue incorporando al campo militar y policial, representada
por una prenda denominada “chaleco antibala”.
El principio de funcionamiento de estas prendas, está basado en un escudo
protector de cierto tipo de material que, por su resistencia al impacto de los
proyectiles, se los denomina “panel balístico”. Cuando estos paneles están
confeccionados con una determinada cantidad de telas de alta resistencia al
impacto, se los denominan “flexibles”.

También pueden fabricarse chalecos antibalas con materiales “rígidos”, los


cuales son utilizados generalmente por grupos que desarrollan tareas
especiales. Los chalecos flexibles, cubren las necesidades de la mayoría de
los usuarios, quienes los pueden utilizar bajo la ropa o por sobre ella,
presentándose en diversas formas. Los paneles balísticos, poseen un
portapanel destinado a cubrirlos, protegerlos y como elemento de adherencia
al cuerpo.
Estos portapaneles, están confeccionados con telas de alta resistencia,
normalmente unidas con cintas tipo Velcro. Los portapaneles se presentan en
diversos colores, adaptables a la función militar, policial, táctica y de uso civil.
En último caso, pueden tener el aspecto de chalecos de vestir, camperas,
abrigos, etc. Cuando son de uso táctico, suelen poseer bolsillos funcionales
de acuerdo con las necesidades de la tarea para la cual se los confeccionó.

4. Arma de Fuego y Munición Reglamentaria

Las armas de fuego y municiones empleadas en el servicio policial son entre


otras:

⮚ Revólver calibre 38” SPL


⮚ Pistolas calibre 9 mm Pb
⮚ Armas de largo alcance calibres 5.56x45 mm, 7.62x39 mm y 7.62x51mm

SOLO SE EMPLEARÁN PARA EL SERVICIO POLICIAL LAS ARMAS DE FUEGO


AUTORIZADAS O PROPORCIONADAS POR EL ESTADO (ARTC. 3 D.L. 1186)

5. Cinto Policial

El principio de funcionamiento de estas prendas, está basado en un escudo


protector de cierto tipo de material que, por su resistencia al impacto de los
proyectiles, se los denomina “panel balístico”.

El cinturón policial permite a los agentes y fuerzas de seguridad transportar


cómodamente y tener siempre a mano el equipo básico. Podrás acoplarle
linternas, defensas, armas, cuchillos o guantes y personalizarlo con todos los
accesorios que necesites para llevar a cabo tu actividad.

Capítulo II

Uso de la fuerza

Es necesario tener un concepto claro y objetivo de lo que significa “fuerza”. Suele


entenderse como vigor, energía, acción de contacto físico, entre otros, inclusive la
consideramos como un acto de violencia. Sin embargo, la definición de fuerza en el
accionar policial debe entenderse como: “Es el medio que en sus diferentes niveles usa
el personal de la Policía Nacional del Perú, dentro del marco de la ley, para lograr el
control de una situación que constituye una amenaza o atenta contra la seguridad, el
orden público, la integridad o la vida de las personas”.

La fuerza debe aplicarse mediante un acto discrecional, legal, legítimo y profesional,


debe tener consideraciones especiales cuando se trata mujeres, niñas, niños y
adolescentes, personas adultas mayores y personas con discapacidad, brindándosele
un trato humano y digno que debe ser obligación de todo policía. No obstante,
debemos tomar conciencia que todo empleo excesivo de la fuerza se convierte en
violencia y es visto como un acto arbitrario, ilegal, ilegítimo y no profesional.

Por ello, los y las policías deben tener presente siempre que: “FUERZA NO ES
VIOLENCIA”. La Ley de la Policía Nacional del Perú establece como una de sus
atribuciones: “Hacer uso de la fuerza, de acuerdo a la normatividad vigente, código de
conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la Ley, y principios básicos
sobre el empleo de la fuerza y de armas de fuego, en el marco de los acuerdos
adoptados por las Naciones Unidas”.

La facultad de recurrir al empleo de la fuerza en determinadas circunstancias cuando


otros medios resultan ineficaces, lleva consigo la gran responsabilidad de velar para
que ésta se ejerza lícita y eficazmente, ya que su uso excesivo afecta directamente los
derechos humanos. Es esencial, por consiguiente, adoptar medidas que impidan su
uso excesivo o indebido. Esto se logrará a través de la capacitación del personal
policial en temas referidos a solución pacífica de conflictos, estudio del comportamiento
de multitudes, así como técnicas de persuasión, negociación y mediación.

De presentarse excesos en el uso de la fuerza, se dispondrán las investigaciones y


sanciones correspondientes.

A. PRINCIPIOS DEL USO DE LA FUERZA

De acuerdo a los estándares internacionales sobre derechos humanos aplicables


a la función policial, que se sustentan en instrumentos internacionales (Principios
Básicos sobre sobre el empleo de la fuerza y de armas de fuego por los
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y el Código de conducta para
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley) y recomendaciones y decisiones
de organismos internacionales de derechos humanos (órganos de Naciones
Unidas y la Corte Interamericana de Derechos Humanos), los principios que rigen
el uso de la fuerza son:

1. Legalidad

La legalidad implica la sujeción de la fuerza pública al mandato de la ley. Por


ello el uso de la fuerza debe orientarse al logro de un objetivo legal. Asimismo,
los medios y métodos utilizados en cumplimiento del deber deben estar
amparados en el marco del derecho internacional de los derechos humanos, la
Constitución Política del Perú y demás normas nacionales sobre la materia. El
uso de la fuerza está limitado y condicionada por los protocolos, explícitos y
previamente establecidos, para el ejercicio legítimo de esta atribución.

2. Necesidad

El uso de la fuerza en el cumplimiento del deber es necesario cuando otros


medios resulten ineficaces o no garanticen de ninguna manera el logro del
objetivo legal buscado. En otras palabras, cuando el objetivo de una acción de
aplicación de la ley puede alcanzarse sin recurrir al ejercicio de la fuerza, los
policías no harán uso de esa facultad. Más aún, cuando sea necesario ejercer
dicha facultad, la medida en la que se emplea no debe superar lo necesario
para alcanzar el objetivo.

Respetar el principio de necesidad implica, asimismo, dejar de ejercer la


fuerza tan pronto como se haya logrado el objetivo (por ejemplo, en cuanto la
persona en cuestión haya cesado de ofrecer resistencia o se haya encontrado
el objeto buscado).

3. Proporcionalidad

El uso de la fuerza es proporcional cuando el nivel de fuerza empleado para


alcanzar el objetivo legal buscado corresponde a la resistencia ofrecida y al
peligro representado por la persona a intervenir o la situación a controlar. En el
marco de este principio, el uso de la fuerza se aplica con un criterio
diferenciado y progresivo, determinado por el nivel de cooperación, resistencia
(activa o pasiva) o la agresión de la persona o personas a quienes se
interviene y considerando la intensidad, peligrosidad de la amenaza,
condiciones del entorno y los medios que disponga el personal policial para
controlar una situación específica.

Estos deben ser puestos en práctica con un alto grado de racionalidad y


sustentados en una conducta ética.

B. USO DIFERENCIADO Y PROGRESIVO DE LA FUERZA

Es la graduación y adecuación, por parte del personal policial, de los medios y


métodos a emplear teniendo en cuenta el nivel de cooperación, resistencia o
agresión que represente la persona a intervenir o la situación a controlar. Al
intervenir a personas en el cumplimiento de su función, el personal policial
encontrará como respuesta una serie de conductas clasificadas en niveles de
resistencia, ante lo cual el policía deberá hacer un uso diferenciado y progresivo
de la fuerza, teniendo en consideración los niveles del uso de la fuerza:

1. Niveles de Resistencia

a. Resistencia pasiva

(1) Riesgo latente.


Es la amenaza permanente no visible presente en toda intervención
policial. Está relacionada con la condición y configuración
geográfica, entorno social, económico y actividad delictiva
permanente o eventual y que determina el nivel de respuesta
policial.

(2) Cooperador.

El intervenido acata todas las indicaciones del personal policial sin


resistencia manifiesta durante la intervención. El ciudadano,
presunto infractor de la ley, mantiene respeto hacia el acto de
autoridad cumpliendo las indicaciones que se le da para garantizar el
orden e incluso efectuar un arresto.

(3) No cooperador.

El intervenido no acata las indicaciones. No reacciona ni agrede. El


ciudadano, presunto infractor de la ley, evidencia una desobediencia
manifiesta hacia el acto de autoridad, sin llegar a la agresión física,
que puede expresarse verbalmente.

b. Resistencia activa

(1) Resistencia física

El intervenido se opone a su reducción, inmovilización y/o conducción,


llegando a un nivel de desafío físico. El ciudadano presunto infractor
de la ley expresa oposición física, sujeción a elementos materiales que
evitan su traslado o empleo de cualquier medio para impedir la acción
policial de control físico.

(2) Agresión no letal

El intervenido agrede físicamente al personal policial o a personas


involucradas en la intervención mediante el empleo de la fuerza
corporal u objeto que atenta contra la integridad física, sin generar un
peligro real e inminente de muerte o lesiones graves.

(3) Agresión letal

Es la acción y conducta del ciudadano presunto infractor de la ley que


mediante cualquier acción pone en peligro real e inminente de muerte
o lesiones graves al personal policial o a personas involucradas en la
intervención

2. Niveles del uso de la fuerza:

a. Niveles Preventivos

(1) Presencia policial


Entendida como demostración de autoridad del personal de la Policía
Nacional del Perú uniformado o debidamente identificado con
dispositivos con la palabra “Policía”, su placa insignia y carnet de
identidad, debidamente equipado, en actitud de alerta y realizando un
control visual, que previene y disuade la comisión de una infracción o
un delito.

(2) Verbalización

Es el uso de la comunicación oral con la energía necesaria y el uso de


términos adecuados que sean fácilmente entendidos y comprendidos
por las personas a intervenir, facilitando su control individual o grupal.
La verbalización debe ser utilizada en todos los niveles del uso de la
fuerza.

(3) Control de contacto

Es el uso de técnicas de comunicación, negociación y procedimientos


destinados a guiar, contener la acción o actitud de la persona o
grupos a ser intervenidos sin llegar al control físico.

b. Niveles reactivos

(1) Control físico

Es el uso de las técnicas policiales que permiten controlar, reducir,


inmovilizar y conducir a la persona intervenida, evitando en lo posible
causar lesiones.

(2) Tácticas defensivas no letales

Es el uso de medios de policía no letales, proporcionados o


autorizados por el Estado, para contrarrestar y/o superar el nivel de
agresión o resistencia.
(3) Fuerza letal

Es el uso de armas de fuego por el personal de la Policía Nacional del


Perú contra quien realiza una acción que representa un peligro real e
inminente de muerte o lesiones graves, con el objetivo de controlarlo y
defender la vida propia o de otras personas.

Este nivel se tiene que entender como potencialmente letal, toda vez
que su uso no se orienta a causar necesariamente la privación de una
vida, sino a cesar el peligro que representa una agresión letal,
debiendo el personal policial prestar los auxilios correspondientes una
vez controlada la situación de riesgo.

C. CIRCUNSTANCIAS EN EL USO DE LA FUERZA

El personal policial puede usar la fuerza de manera progresiva y diferenciada, de


conformidad con los principios de legalidad necesidad y proporcionalidad y los
niveles de uso de la fuerza en las siguientes circunstancias:

- Detener en flagrante delito o por mandato judicial conforme a ley.


- Cumplir un deber u órdenes lícitas dictadas por las autoridades competentes.
- Prevenir la comisión de delitos y faltas.
- Proteger o defender bienes jurídicos tutelados.
- Controlar a quien oponga resistencia a la autoridad

Capítulo III

Técnicas de intervención policial

A. GENERALIDADES

Las técnicas básicas sugeridas en este capítulo deberán ser empleadas


exclusivamente para controlar o minimizar toda posibilidad de riesgo que atente
contra la integridad de los participantes en la intervención policial (público o
víctima, policía e inclusive el infractor).

Para tal efecto, es necesario que el policía esté preparado profesionalmente y


motivado para el desarrollo adecuado de actitudes, habilidades, confianza,
espíritu de equipo positivo, liderazgo eficaz y la ejecución de tácticas
operacionales; aspectos que deben formar parte de su instrucción y
entrenamiento.

El Estado para tal fin debe afectar con armamentos, vestuarios y equipo que
garanticen al personal policial cumplir con sus funciones y obligaciones que la
Constitución y la Ley le otorgan. A través del uso correcto de las tácticas y
técnicas adecuadas, el personal policial podrá minimizar los factores adversos y
obtener grandes ventajas. También podrá prevenir agresiones y establecer
perímetros de seguridad.

Es necesario proyectar el procedimiento policial a emplear en base a la


apreciación inicial del riesgo o la amenaza, esto disminuirá la posibilidad de ser
sorprendido por él o los intervenidos. El personal policial debe trazar siempre
una línea imaginaria que divida el área de la intervención, estableciendo la zona
de seguridad (dominada por ellos) y la zona de riesgo (no controlada por ellos),
en donde se presuma o se tenga la certeza de la presencia del intervenido o
presunto infractor. Los procedimientos de la intervención policial propiamente
dicha (identificación, reducción, inmovilización, control y registro) deberán
efectuarse siempre en la zona de seguridad.

El o la policía jamás ingresará a la zona de riesgo, si es que ésta no ha sido


debidamente controlada. Los medios de policía afectados para el servicio policial
deben ser utilizados en defensa y protección de las personas y la sociedad,
empleándolos solamente ante una acción violenta de parte de los infractores o
intervenidos y no como una demostración de fuerza excesiva en su intervención.
Para ello se debe establecer necesariamente prioridades de seguridad en
cuanto a la protección de la integridad física y la vida, teniendo como prioridad a
la víctima o público, la seguridad del propio policía, la de sus compañeros e
inclusive la del propio intervenido. Se debe tener siempre presente que no
existen dos intervenciones iguales. Por lo tanto, se hace imposible diseñar una
“situación modelo” para cada una de ellas. Sin embargo, los principios básicos
que deben regir a estas hacen posible su adaptación a cada situación particular.

B. TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN

Toda intervención policial, por lo general, debe ser efectuada como mínimo por
dos policías, debiendo ser planificada apenas se tenga conocimiento de ella (no
necesariamente en un documento), definiendo los roles que le corresponda
cumplir a cada uno de los policías.

P1 será el que se encargue de efectuar el contacto con la persona a intervenir;


P2 prestará la seguridad respectiva.
En caso que la intervención sea ejecutada por dos policías a pie, éstos deben
formar en lo posible un triángulo de seguridad, en cuya base deben ubicarse los
policías interventores y el intervenido en el vértice o punto medio proyectado del
triángulo.

1. Aspectos importantes a tener en cuenta:

a. Actitud de la persona a ser intervenida

El personal policial debe tener en cuenta el comportamiento de la persona


a intervenir, que puede ser de colaboración, resistencia pasiva o activa,
llegando inclusive a la agresión letal.

b. Percepción del riesgo

Este aspecto va más allá de la persona a intervenir. Se debe considerar


las características del lugar de la intervención (ubicación, estructuras
desconocidas, callejones, edificaciones, iluminación, entre otros) que
puedan representar un riesgo para la integridad del personal policial o de
terceros, así como el posible apoyo de otras personas al infractor. El
personal policial deberá valerse de barreras naturales o artificiales que le
brinden verdadero abrigo.

c. Nivel de fuerza a emplear

Luego de una apreciación de la situación y las circunstancias que se


presentan en la intervención, el personal policial empleará la fuerza de
acuerdo al nivel de resistencia de la persona a intervenir.

2. Intervención a personas en la vía por policías a pie

Se han considerado dos situaciones que se presentan en forma cotidiana en el


servicio policial: la primera, con fines de identificación, y la segunda, cuando
se trate de un presunto infractor.

3. Intervención policial a personas en vehículo desde un vehículo policial

La intervención a vehículos se realiza principalmente en dos situaciones: por


infracción al Reglamento Nacional de Tránsito; y por prevención de delitos y
faltas. En cualquiera de estas situaciones, el procedimiento que se debe
emplear depende del potencial riesgo de la intervención. Sin embargo;
siempre deberá hacer de conocimiento a la central sobre la ubicación de la
intervención, la placa y características del vehículo a intervenir.

4. Intervención en inmuebles

Procede en las siguientes circunstancias:

- Con la autorización del propietario o poseedor del inmueble.


- Flagrante delito.
- Orden motivada y escrita de un juez.
- Grave peligro de perpetración de un delito.
- Estado de necesidad (por ejemplo: incendio, salubridad, entre otros)

Capítulo IV

Mantenimiento del orden público

Desde el punto de vista normativo, se entiende por orden público la vigencia de las
leyes y del principio de autoridad. Desde el punto de vista fáctico, orden público es el
estado relativo de tranquilidad y seguridad que reina en los espacios públicos y demás
lugares de convivencia humana, en observancia de las leyes y el respeto a la
autoridad.
La Policía Nacional es responsable de garantizarlo, mantenerlo y restablecerlo.

El derecho de reunión, manifestación y protesta son derechos humanos que la


Constitución Política y los instrumentos internacionales de derechos humanos
reconocen.

La Policía Nacional debe manejar las reuniones públicas de conformidad con los
principios de legalidad, necesidad y, proporcionalidad. Las restricciones que se
impongan a las reuniones han de basarse en las normas del derecho nacional y no
deben ir más allá de lo necesario para garantizar la paz y el orden. Asimismo, no deben
afectar en forma desproporcionada los derechos de las personas que participan en la
reunión.

El respeto y la protección del derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de las


personas revisten particular importancia en este sentido. Esto incluye el deber de
proteger las reuniones pacíficas contra actos violentos cometidos por otros, por
ejemplo, en el caso de contramanifestaciones contrarias violentas.

La Policía debe abstenerse de emprender acciones de fuerza contra manifestaciones


pacíficas.

En las situaciones relacionadas con el orden público, se debe dar prioridad a las
técnicas de comunicación, negociación y reducción de conflictos. Con este fin, los
policías deben recibir capacitación sobre el modo de comunicarse apropiadamente con
los organizadores y los manifestantes, contar con equipos de comunicación adecuados
y saber cómo emplearlos.

En este sentido, también es sumamente importante elegir correctamente el


equipamiento y las armas. El aspecto físico de los agentes del orden no debe ser
amenazante ni contribuir de otro modo a crear una atmósfera hostil. Esta consideración
también se aplica al uso de armas de fuego en situaciones de violencia. En la mayoría
de los casos, el empleo de armas de fuego no contribuye a restablecer la paz y el
orden e incluso puede empeorar una situación ya caótica. Por lo tanto, para las
situaciones de orden público, las armas de fuego no deben considerarse una
herramienta táctica, sino un último recurso de uso excepcional en respuesta a
situaciones individuales que amenazan con causar muertes o heridas graves y deben
utilizarse exclusivamente cuando todos los otros recursos resultaron ineficaces.
OPERACIONES DE ORDEN PÚBLICO

La Policía Nacional del Perú tiene como función mantener y restablecer el orden
público, siendo necesaria una actuación profesional y sustentada en los derechos
humanos aplicados a la función policial, garantizando la defensa de la persona, la
sociedad y el Estado. Para cumplir esta función, la actuación policial debe basarse en
una adecuada dirección, organización y ejecución de las operaciones policiales. Es
necesario contar con el potencial humano suficiente, debidamente capacitado,
entrenado y equipado, permitiéndole el uso de la fuerza a través de los medios de
Policía, de manera legal, necesaria y progresivo.

A. DIRECCIÓN DE LAS OPERACIONES

1. Está a cargo de los diferentes niveles de comando (Alta Dirección, Dirección


Ejecutiva de Operaciones, Direcciones Especializadas, Direcciones
Territoriales y Jefaturas de Región) que asumen la responsabilidad
institucional de supervisión y control de acuerdo a los objetivos, estrategias y
políticas del sector.

2. Disponen la formulación de los PP/OO, los mismos que deberán tener como
sustento la Apreciación de Inteligencia actualizada. Lo que permitirá evaluar la
magnitud del evento a través de la percepción del riesgo y así podrá disponer
del potencial humano que se encuentre en buenas condiciones físicas y
mentales, capacitado, entrenado y equipado para este fin.

3. Supervisan que el accionar policial se base en la normatividad vigente para


garantizar el respeto de los derechos fundamentales de las personas. Se
tomará referencia el Manual de Derechos Humanos aplicados a la función
policial (RM Nº 1452-2006-IN del 31 de mayo de 2006).

4. Controlan que en el cumplimiento de la misión, el uso de la fuerza, el empleo


del potencial humano y de los recursos logísticos se ajusten a las directivas y
planes establecidos.

B. ORGANIZACIÓN DE LAS OPERACIONES

Se encarga de los Comandos Operativos que reciben la misión específica de


garantizar, mantener y restablecer el Orden Público.

1. PLANIFICACIÓN DE LAS OPERACIONES

a. Efectuar el análisis objetivo de la Apreciación de Inteligencia y actualizar


permanentemente la información.
b. Planificar, coordinar, integrar y orientar las informaciones y recursos para el
desarrollo de las operaciones.
c. Realizar un estudio previo de la zona de operación que permita establecer
el nivel de riesgo y puntos críticos a fi n de disponer la asignación del
personal suficiente para el control de las masas.
d. Establecer la línea de comando en la ejecución de operaciones,
designando un negociador principal con su equipo de soporte; así como,
los grupos especiales de arresto y de respuesta con armas de fuego.
e. Asegurar el empleo del potencial humano en cantidad suficiente para
fortalecer los principios de prevención y disuasión.
f. Determinar las vías de aproximación, puntos de concentración, rutas y
zonas de repliegue del personal policial, los lugares de detención de las
personas a ser intervenidas; así como, los corredores humanitarios de
acceso de socorristas intervinientes.

2. COORDINACIÓN EN LAS OPERACIONES POLICIALES

a. Coordinar permanentemente con las autoridades reconocidas, líderes,


representantes y dirigentes de los gremios en conflicto, con la participación
de los Comandos de las unidades de refuerzo o apoyo comprometidas con
la finalidad de evitar las expresiones de violencia.
b. Determinar conjuntamente los itinerarios, horarios y acciones a realizar,
haciéndoles conocer los derechos que les asisten, las restricciones de
estos y sus obligaciones en relación con los derechos de los demás.
c. Efectuar las coordinaciones con el Ministerio Público con la finalidad de
asegurar, de acuerdo a las circunstancias, la participación de sus
representantes en la intervención policial.

3. CAPACITACIÓN Y ENTRENAMIENTO DEL PERSONAL

a. Los Órganos de Instrucción ejecutarán permanentemente la capacitación y


entrenamiento del personal PNP en los aspectos físico y psicológico,
haciendo énfasis en el control de emociones.
b. En la capacitación y entrenamiento se desarrollarán técnicas y tácticas
relacionadas a formaciones de control de multitudes, empleo del equipo,
uso de armas especiales (escopetas lanza gas y escopeta de caza con
perdigones de goma) y agentes químicos (balones lanza gas, granadas y
cartuchos lacrimógenos y otras sustancias químicas utilizadas para
controlar a las personas).
c. La instrucción debe considerar, entre otros, los contenidos de los Principios
básicos sobre el empleo de la fuerza y armas de fuego y el Código de
conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
d. Los Órganos de Instrucción de las unidades especializadas en
mantenimiento y restablecimiento del orden público, desarrollarán cursos
dirigido al personal PNP de otras unidades que pueda ser empleado en
estas tareas.

4. CONTROL, SUPERVISIÓN Y EVALUACIÓN PERMANENTE DEL


DESARROLLO DE LAS OPERACIONES

a. Antes, durante y después del desarrollo de las operaciones se efectuará su


control, con la finalidad de observar y velar por el estricto cumplimiento del
diseño de la operación, estando en condiciones de poder efectuar
modificaciones si el caso lo amerita.
b. Supervisar el desarrollo de las operaciones para la toma de decisiones
oportunas que permitan el cumplimiento de la misión.
c. Acceder, recopilar y centralizar el material audiovisual obtenido de la
ejecución de las operaciones policiales para su posterior análisis y
evaluación.

C. EJECUCIÓN DE LAS OPERACIONES

Es asumida por todo el personal policial que participa directa o indirectamente en


las operaciones de mantenimiento del orden público, debiendo necesariamente
cumplir con las siguientes disposiciones:

1. ANTES

a. Informar al personal policial el tipo de operación a realizarse, la línea de


Comando, el lugar donde se efectuará y la percepción del nivel de riesgo
de la misma.
b. Verificar que el personal esté adecuadamente equipado.
c. Prever el empleo de equipos de filmación que permitan perennizar los
hechos fortaleciendo la evidencia de la investigación.
d. Instruir al personal policial que el equipo que porta (grilletes, defensa de
goma, cascos, escudos, traje antimotín, agentes químicos o armas
especiales) es de DEFENSA y no de ataque y será empleado únicamente
cuando las circunstancias lo requieran o se disponga por la Línea de
Comando.
e. Reiterar las disposiciones con relación al uso diferenciado y proporcional de
la fuerza basada en los principios de legalidad, necesidad y
proporcionalidad.

2. DURANTE

a. No asumir el desarrollo de la operación policial como problema personal


con el fi n de evitar reacciones violentas.
b. Evaluar el comportamiento de los manifestantes con la finalidad de
establecer la posibilidad de emplear el Equipo de Negociación.
c. Priorizar el nivel preventivo del empleo de la fuerza cuando se dispersen
reuniones no violentas.
d. Evaluar la participación de mujeres, niños, ancianos, personas con
discapacidad u otros grupos vulnerables dentro de la manifestación con la
finalidad de adoptar los medios de disuasión, protección y/o control más
adecuado.
e. Advertir verbalmente de la intención de usar la fuerza con tiempo suficiente
para que ésta sea tomada en cuenta, teniendo en consideración que, en la
mayoría de los casos, la advertencia del uso de la fuerza no basta para
dispersar a la multitud.
f. Emplear las técnicas y tácticas de mantenimiento del orden público, así
como el empleo de la fuerza de manera proporcional, cuando la actitud
violenta de los manifestantes genere grave alteración del orden, daños a la
propiedad o agresión a las personas (civiles o policías).
g. Evitar el empleo de material lacrimógeno en inmediaciones de
edificaciones donde se congreguen personas con mayor riesgo de sufrir las
consecuencias de los agentes químicos, tales como hospitales, asilos,
colegios, etc.
h. El empleo de las escopetas de perdigones de goma y lanza gas debe ser
efectuado por personal debidamente capacitado
i. y entrenado para tal fin de conformidad con las directivas vigentes.
j. Para disolver a la multitud es recomendable proceder por el lado menos
compacto o que ofrezca menor resistencia, adoptando formaciones de
control de multitudes. De esta manera se podrá dividirla y dispersarla en el
sentido o dirección de la vía que se haya previsto.
k. Mantener la disciplina en las formaciones, así como en el empleo del
equipo y material, demostrando un alto grado de preparación.
l. No arrebatar banderolas o pancartas utilizadas por los manifestantes para
no exacerbar los ánimos, limitándose al decomiso de objetos contundentes
o punzo cortantes que puedan ser utilizados contra las personas (civiles o
policías).
m. Emplear la fuerza únicamente contra los individuos identificados que
ofrezcan resistencia física y/o agredan al personal policial con la finalidad
de lograr su reducción y conducción a la dependencia policial, respetando
su dignidad.
n. No hacer uso de la fuerza contra las personas que huyen o caen mientras
corren y que no participan en hechos violentos.
o. No arrojar contra los manifestantes objetos contundentes (piedras, palos, fi
erros, etc.) que estén al alcance o que sean lanzados al personal policial,
manteniendo las formaciones tácticas y empleando adecuadamente los
equipos de protección.
p. Sólo en circunstancias extremas, cuando peligra de modo inminente su
vida o la de terceros, será legítimo el uso de cualquier medio a su alcance
para protegerlas.
q. Dejar de utilizar la fuerza inmediatamente al cese de la resistencia o
violencia, adoptando las correspondientes medidas de seguridad.
r. Al emplear la fuerza (uso de la defensa de goma, agentes químicos y
armas especiales) se dará cuenta de su intervención mediante el parte
correspondiente y, de ser el caso, de la existencia de detenidos, heridos o
muertos, así como del deterioro del equipo policial.
s. Procurar asistencia a las personas que resulten lesionadas y evacuar a los
heridos a los centros de atención médica más próximos, además de
garantizar la existencia de corredores humanitarios y el acceso de
socorristas.
t. Si se presentasen hechos o situaciones no previstas, los Jefes Operativos
actuarán en base a sus conocimientos y experiencia, disponiendo las
medidas necesarias con la finalidad de superarlos .

3. DESPUES

a. En caso de haber detenidos, éstos deben ser trasladados inmediatamente


a los lugares establecidos de acuerdo a los procedimientos operativos
vigentes.
b. De existir detenidos, lesionados o muertos, comunicar de inmediato a sus
familiares.
c. En ninguna circunstancia las personas arrestadas o detenidas serán objeto
de tortura ni de tratos crueles, inhumanos o degradantes.
d. El Jefe Operativo formulará el parte y/o informe dando cuenta del empleo
de la fuerza (uso de la defensa de goma, agentes químicos y armas
especiales) haciendo constar, de ser el caso, la existencia de heridos o
muertos y las medidas tomadas.
e. Se realizará una evaluación final de cada intervención policial destacando
las fortalezas y debilidades

CAPITULO V

MANEJO DE CRISIS

A. CRISIS

Es la alteración grave del orden público, previsible o imprevisible, ocasionada por


acción humana o de la naturaleza que puede afectar la vida e integridad de las
personas, la propiedad pública o privada, las relaciones internacionales del
Estado o la seguridad nacional, demandando una respuesta especial de la Policía
y, en algunos casos, la intervención de las más altas autoridades del gobierno.

La respuesta a la crisis se dará en atención del derecho internacional de los


derechos humanos, las normas nacionales y otras normas relativas a la función
policial, como los Principios básicos sobre el empleo de la fuerza y de armas de
fuego. Bajo ninguna circunstancia o situación pública de emergencia podrán
quebrantarse dichos principios.

B. NIVELES DE RESPUESTA

1. Alto riesgo

Puede ser resuelta por las fuerzas propias de la comisaría del sector u otra
unidad policial.

2. Altísimo riesgo

En estas situaciones se requiere la intervención directa de unidades


especializadas de la Policía. Puede comprometer la intervención de las más
altas autoridades del sector.

3. Riesgo extraordinario

Es necesaria la participación de otros sectores y organismos del Estado,


pudiendo comprometer la intervención de las más altas autoridades del
gobierno.

4. Riesgo excepcional
Situación que compromete la seguridad nacional o afecta las relaciones
internacionales del Estado. Por tanto, la respuesta a este nivel de crisis
siempre comprometerá la intervención de las más altas autoridades del
gobierno en coordinación con organizaciones internacionales u otros estados.

Los niveles de respuesta de la Policía se enmarcan en los principios del uso


de la fuerza desarrollados en este manual y están en relación directa al grado
de amenaza.

C. DISTRIBUCIÓN TÁCTICA

1. Cordón interior: Evita las fugas, contiene a los sospechosos e inmoviliza.


2. Cordón exterior: Crea un área despejada, sin personas ni tráfico.
3. Punto de control anterior: Jefe Operativo 1.
4. Punto de encuentro: Donde ingresan o salen las personas involucradas
5. Equipo necesario.
6. Negociadores.
7. Equipo de intervención.
8. Equipo de investigación.
9. Equipo de seguridad.
10. Equipo de francotiradores.
11. Perros.
12. Ambulancias.
13. Bomberos.

D. PROCEDIMIENTO PARA EL MANEJO DE CRISIS

No obstante que toda crisis requiere una respuesta especial de la Policía, se debe
tener en cuenta que aquellos efectivos policiales que intervienen inicialmente
deben adoptar los siguientes pasos:

1. Contener

Adoptando las medidas necesarias para determinar el espacio geográfico que


está comprometido y que constituye la zona de riesgo, evitando su expansión
y evacuando al público.

2. Aislar

Estableciendo un perímetro de seguridad que permita controlar las


comunicaciones, ubicación del puesto de comando, servicios de salud,
bomberos, etc. se impedirá el acceso de personas ajenas al evento,
facilitando la salida y evacuación de la zona de riesgo.

3. Negociar

Es el conjunto de acciones planificadas y ordenadas que permiten intervenir


dentro del marco de la ley con el propósito de persuadir a un presunto
infractor, a fin de garantizar la vida e integridad de las personas y resolver con
éxito la crisis.

IMPORTANTE:
las negociaciones deben estar a cargo de un NEGOCIADOR PROFESIONAL
DE LA POLICÍA. A falta de éste, asume la responsabilidad el efectivo policial
que reúna condiciones para desempeñarse como tal. Nunca debe asumir este
rol el responsable del grupo. Se deben considerar las pautas que a
continuación se indican para actuar como negociadores no entrenados.

E. GUÍA PARA NEGOCIADORES NO ENTRENADOS

1. Tipo de causante

a. Delincuente común.
b. Delincuente “profesional”.
c. Persona con discapacidad mental.
d. Terrorista.

2. Situaciones de toma de rehenes.

a. Político.
b. Social.
c. Criminal.
d. Psicológico.
e. Terrorista.

3. Seguridad del negociador

a. No exponerse.
b. Usar chalecos balísticos.

4. Equipo

a. Teléfonos (convencionales y/o celulares).


b. Megáfonos (portátiles o del vehículo patrullero).

5. Lo que se debe hacer

a. Nombrar a un segundo negociador.


b. Procurar negociar a través de una línea telefónica.
c. Tomar nota de todo lo sucedido.
d. Establecer una relación para luego comenzar a trabajar en la solución.
e. Identificarse con su nombre, sin grado.
f. Siempre conversar usando el término “NOSOTROS”.
g. Reaccionar con sensibilidad ante las emociones del causante.
h. Transmitir con la voz sentimientos de comprensión, amistad, calidez y
respeto.
i. Distraer al causante cuando esté por cumplirse un plazo de tiempo fijado.
j. Siempre intentar ganar tiempo.
k. Sugerir periódicamente que debe detener o acabar con esta situación.
l. Planificar la entrega de alimentos, medicinas, ropa, etc.
m.El negociador no debe entregar las cosas, sino otra persona.
n. Elaborar el plan de contingencia ante una posible rendición.

6. Lo que no se debe hacer con el causante

a. Ignorar el contacto (siempre responderle).


b. Discutir.
c. Enojarse.
d. Preguntar por sus exigencias.
e. Aceptar exigencias sin hacer cuestionamientos.
f. Prometer algo que no se pueda cumplir.
g. Establecer un tiempo límite.
h. Presentarse como el que va a tomar las decisiones.
i. Usar las palabras “sí” o “no” (siempre emplee “tal vez, “quizás”, “es difícil”).
j. Aceptar violencia o amenazas contra los causantes.
k. Darle droga, alcohol, armas.
l. Intercambiar personas

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