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EL LIBRO DE LOS SIGNOS sohn erhdht habt, werdet ip, doll Schnackenburg, (eda) ey " Rudoll Tale, Herdet, Friburgo 1 75, 7, My jr Anton Vit ean VIIL21-59", RY am 89 (198) 7, jntéraire Oe jibres” (Jn 8,22 a la luz de TPy G, M "lb, CS via Verclad os bard «of the Book of Zechariah, RB 100 (1 ™ cng oF isle Szene», ZNVWBO (1989) 12) nella fede in Gr 31.32, 9% ren gg mange of pepisteukotas in John 8,12-30», BibGy (y «The eee Aelinction in John 8,12-30», Annu ga Tauchido, Ks * (30) 56-75. ' Insitute (1980) 507% ard libres: Ju 8, 12-30: Liberacin 1 era a lad 0 swag vances, On Lt eat te eeelona 1973. 5 judy of the Mishnah», en Jacob Neus Is), KTAV, Nueva York 1981, 297,96 en Menscheh 14( sehaete ail ha perseveranza syvetnatn are juaism, 290 oe ey i judas, ’ er __ The Sty ich, «Das absohte ag cit als nevtesamentche Fimngstormels, BZ 4 (1960) 54-69, 266-276. Offer, iv. JesUs ¥ LOS "TABERNACULOS: IT (9,1-10,21) Jn 9138 1. Mientras caminaba, Jestis vio a un hombre que era ciego de nacimienn Sus diseipulos, al verlo, le preguntaron: «Maestro, zquién pec6, éste homeo sus padres, para que naciera ciego?>. 3. Jesiis respondio: «Ni él pecé nisuspa dres; es para que se manifiesten en él las obras de Dios». 4. Debemos hacerls ‘obras del que me envié mientras es de dia; llega la noche, cuando nadie pur de trabajar. 5. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo». 6. Dicho esto, escupié en tierra, hizo barro con la saliva, y unt6 con elbe 170 los ojos del ciego, 7. diciéndole: «Ve a lavarte en la piscina de Siloé» (que quiere decir Enviado). Fue, se lavé y recuperé la vista. 8, Sus vecinos y quienes no lo habia visto antes como mendigo, deci te el que se sentaba para mendigar?» 9, Algunos decian: eb otros decian: «No es él, pero se le parece». El les dijo: «Soy yo». 10. Ellos le «Entonces, zcémo se han abierto tus ojos?». 11. Les respondié: ‘EL hom mado Jestis hizo barro, unt6 mis ojos y me dijo: “Ve a Siloé a lavarte que fui, me lavé y recuperé la vista», 12, Ellos le dijeron: «gDénde esti? les respondid: «No lo sé», ia quel le acd sabbath, 15. Los fariseos le pregun'ts% huevo como habia reeuperado la vista. ¥ él les dijo: «Puso barron ms ee is y na veo». 16. Algunos fariseos dijeron: «Este hombre no viene de ie es pemitr¥a el subbath», Pero otros decian: «gGémo puede uh Le Pecadlor hacer estos signos?s, Y se produjo una divisién entre ‘iron a los fariseos al hombre que antes era ciego. 14. Eli 10 y abrié sus ojos era 1 impulsado por CamScanner EL LIBRO DE LOS siGnos 305 _ on de nuevo a preguntarle al ciego: «Puesto que i vole as de GP» El es dio: «Es un profetan, "© Abert Ls os, Aa ios juos no erefan que habfa sido cie 18. We fiamaron a los padres del hombre qui sas Tinton zs éste Muestro hijo, de quien decfais que habia nacido ciegod le presque ve ahora’». 20. Sus padres respondieron: Sabemos ius ea cg owstro hijo y que naci6 ciego; 21 Pero cémo vé ahora no lo sabemos, ni tam- ae pemos quién abri6 sus ojos. Preguntad a él; tiene edad para hablar por poe for. 22. Sus padres hablaron asi porque tenian miedo alos judfos pce sirvaios a se habfan puesto de acuerdo en que todo el que confesara ie él M e) a " M Grist serfa expulsado de la sinagoga. 23. Por eso sus padres diferon: ert xe edad para hablar por sf mismo». " Ti ‘94, Por segunda ver Hlamaron al hombre que habia sido ciego y le dijero «pa gloria a Dios; sabemos «ue este hombre es un pecador». 25. El respondié: ‘Rosé s eso no un pecador; s6lo sé que yo era ciego y ahora veo». 26. Fllos le ieron: «gQué te hizo? Como abrié tus ojos?». 27. El les respondi6: «Ya os lo {iNgjeho y no habéis prestado atenci6n. :Por qué queréis oirlo de nuevo? :Tam. tien queréis ser sus discfpulos?». 28, Ellos le lenaron de injurias y le dijeron: tint eres discfpulo suyo; nosotros somos discipulos de Moisés. 29. Sabemos que Dios hablé a Moisés, pero en lo que respecta a este hombre no sabemos de don- de viene». 30. El hombre respondié: «Esto es lo sorprendente. No sabéis de onde viene y sin embargo abrié mis ojos. 31. Sabemos que Dios no escucha a tos pecadores, pero si uno venera a Dios y hace su voluntad, Dios lo escucha. 32. iamis se ha odo decir que nadie abriera los ojos a un ciego de nacimiento, 22. §ieste hombre no viniera de Dios, no podria hacer nada». 34. Ellos le respon- dieron: «Has nacido todo entero en pecado zy vas a darnos lecciones a noso- t1os%. Ylo echaron fuera. 35, Jestis oy6 que lo habian echado fuera y, encontrandose con él, le dijo: «Crees en el Hijo del hombre? ». 36. El le respondié: ZY quién es, sefior, para que crea en él?>. 37. Jesiis le dijo: «Ti lo has visto; es quien esta hablando con- tigo>. 38. El dijo: «Senior, creo»; y se postré ante él. 0 y habia recuperado la vista © haba recobrado la vista 19. y INTERPRETACION Introduccién a 9,1-10,21. Este pasaje es ampliamente reconocido como tna de las obras maestra del arte narrativo joanico. Su belleza literaria fue captada en el antiguo oratorio (1896) de sir Edward Elgar, The Light of Life (opus 29). El pasaje posee unidad de tiempo, espacio y tema. Se da por su- Puesto que prosigue la celebracion de los Tabernaculos. No hay ninguna indicacién de cambio temporal, pero Jestis habia dlejado (exélthen) el tem- p10 (8,59), yal pasar (paragon) vio a un hombre ciego de nacimiento (9,1). picgnaltsion de un episodio con un aoristo (exélthen) y la apertura del si ene! UM participio presente (paragén) une la salida del templo con tepig. m2 CoH el hombre ciego de nacimiento. En algtin lugar fuera del que tog dint 8° ega a la vision y la fe en el Hijo del hombre, mientras étos gp si'iBentes judios se mueven en direccin a la ceguera (9,1-38). A © condena por ciegos, ladrones, bandidos, extraiios y mercena- impulsado por CamScanner EL LIBRO DE 1.08 SIGNOS 306 idan de sus ovejas (9,39-10,13). La celebracig, tuidan ela revelacion que hace Jesiis de sf mic loo, (10,1418) y la division que se produce enc slog rios que no ¢\ berndculos concluye con el Buen Pastor mesiinico judtos» (wv. 19-21). ve es antigua maxima, segdin Ta cual no deben parecer en nortalaente as de dos personajes actives, por To que es fecyeg retcenas sc dividan segin esta norma» (Martyn, History and Tha tas eseormjo con esto, Jn 9,1-10,21 puede dlvidirse en ocho escengy®??) 1, 91-5: Jesis y los discipulos. IL, 9.6.7: Jesis y el ciego de nacimiento. IIL, 948-12: El ciego y sus vecinos. 9,13-17: El ciego y los fariseos. 9,18-23: Los fariseos y los padres del ciego. 9,24-34: Los fariseos y el ciego. 9,35-38: Jestis y el ciego. VIII. 9,39-10,21: Jesis y los fariseos. Bs< La primera escena (9,1-5) se abre y la tiltima (9,39-10,21) concluye con una referencia al ciego de nacimiento. El relato del ciego de nacimiento y el discurso de Jestis sobre los pas tores prosiguen sus palabras y acciones durante la fiesta de los Taberné culos. 1, Jestis proclama que él es la luz. del mundo (9,5; cf. 8,12); el trayecto del iego de nacimiento porque él llega a ser un creyente que confiesa la fe en el Hijo del hombre, a quien ve y oye (9,345), muestra cima, efeci- vamente, es verdad lo anterior. 2, Jestis anuncié que él era el agua vivificante (7,27-28). El agua de Siloé, ‘que realiza la curacién del que habia sido antes ciego, se interpret como «el Enviado» (9,7) y muestra cémo son ciertas las afirmaciones de Jesis. 3. La celebracién de los Tabernaculos se ha caracterizado por el debate y el conflicto sobre el estatus mesidnico de Jesiis (7,27-29.31.37-38.Alalb- 42). Su afirmacién de que es el Buen Pastor que da la vida por sus ove Jas (19,1418) nos dice cémo ejerce su papel mesianico. Aunque hemos de considerar 9,1-10,21 como una unidad literaria, no sotros la dividiremos en dos secciones. El ciego de nacimiento se mueve hacia la vision plena en 9,1-34, pero este trayecto también se caracteriza por una creciente «ceguera» de los fariseos. Al igual que el que habia sido ciego tiene un encuentro final con Jestis (w. 35-38), también lo tienen !os fariseos (9,39-10,21). La extensién de la seccién dedicada a las palabras que Jestis dirige a los fariseos y la importancia de su autorrevelacion como el Buen Pastor mesianico (10,14-18) exigen un tratamiento por parado. impulsado por CamScanner EL LIBRO DE LOS SIGNos 307 “Sus padres, que habjan Recdare ering mal que padece e ‘orn pit et yientre materno? (V. 2). Los discfputos n que peco mien- et ad humana, Ye dirigen a Jess como on Se Preguntan por ett pero l trascende esta discusion, Les dice > (ef. 138.49; gut Ht rido «para que pudieran manifestarse en este hombre tas obras Me 86) os revelaré sus obras en los acontecimientos de awe ED. Ne se nos comaran a continuacion, Jets establece as su pun: fanonbt Fis este momento, Jess habia dicho que él no hacia aus pe pia autoridad (cf. 3,11-21.8136; 5.1930), Ahora incluye xp Pat bra: «Debemos hacer las obras del que me envioe( 3d Ca a la tarea de Jess, a realizar las obras del que le envio ) Se Is 1 nitaciones se habian impuesto a esta obra de dar a conocer mt yevlacion que Jestis hace de Dios tae la zal mundo (1). Honament, fests €8 Fa luz del mundo (8,12). Pero la oscuridad de la «no- "pone fin al dia, cuando Jestis esta ausente de la historia humana, En este situacion nadie puede dar a conocer a Dios (v. 4b). Jestis asocia a sus dicipulos con esta tarca para que esto no ocurra. La presencia de la luz en aie, por la que el Padre sigue revelindose, no estar imitada ala ida historica de Jesis, sino que continuara en la presencia de Jestis entre aquellos a Jos que asocia a su tarea, ¢s decir, entre los discipulos. El tema delos Tabernaculos sigue estando en el centro del relato, pues Jestis rea- Fim toque ya habia dicho en 8,12: él es la luz del mundo (v. 5). Los dis Gus de Jens prosiguen las obras de Jesis (v. 4a), pero es la presencia de fess en el mundo la que trae luz a este mundo (¥. 5). toon taserie Js ye ciogo de nacimiento (vv. 6-7): Jesiis adopta la préctica tradicional éehacet barro para ponerlo en los ojos del hombre (v. 6). Esta accién ceauna situacion en la que Jestis puede dar una orden y el narrador hace unconentario: «Vé a lavarte a la piscina de Siloé (que quiere decir En- ado)» (v El hombre responde sin rechistar. La respuesta radical a esis se pone de manifiesto mediante la utilizacién de cuatro verbos: fue, a recuperé el ver (v. 7b: apélthen oun kai enipsato kai élthen blepon). ca en situaciones anteriores (cf. 2,1-12; 4,46-54; 5,2-9a), la a eaten i palabra de Jestis conduce a un milagro. Pero se acenttia poco : is inient fisico de la recuperacion de la vista, Bn el contestod& is Sic Ey be Tabernaculos, es importantisima la mencion ae a ey ois te tttdor afiade una explicacion para dejarlo claro. Ne Contacto Cond Ey tBu de Siloé lo que produce Ia curacion, sino rox Midd lin ‘ado. Esta identificacion, que se hace sobre la t — a ica y, quizd, por ciertas asociaciones mesiani perfectamente bien al relato. Se pone @ Prue ‘«ontecimien ; que habia M Slog. sin impulsado por CamScanner EL LIBRO DE.LOS SIGNOS 308 : el templo di «4 ne, hecho durante su estancia en ode que cin que ext bi endo (12) fess To del mandy ge ehagua viva (722 3.17.34; 5,86), ha devuel’o un homie’), el Enviado (9475 oF 3.077 primeras dos escenas del drama fancig a vi Incioy nunca ree 1-5) y cumplimiento de la promesa (wv. 6-7) ( Sot como promes ct Sa Seumpting in the Dark» 64-65). La acci6n de Jestis no conduce a a 1 hombre? (v. 8). Algunos dicen we un schismar 2° Coro otros afirman que €S UNO que se |e tata de a ene Po simiara la propia idenificacion que Jest aged, ea Oe 9 8.20% 8,58), el hombre que habia sido curado se refer 3 oy yor (9b: eg cin). No sabe COMO O POF qué le han ogy. aes aie: Al interrogarle, cl hombre solo puede volver a conta jg, ide ea coed milagto, el barro, la uncidn, Ia orden, la obediencia yj, Ggon (w. 10-11). Es la primera vez que se plantea la cuestion de cme vision (wv. la vista. La respuesta a esta cuestion tan frecuentemente mopetida seguir siendo la misma (cf, w. 10.15.16.19.21.26). Con respec erjan er el que lo habfa curado, s6lo puede replicar «el hombre lama eats (0 i: ho anthrpos ho legomenos esous). Cuando le preguntan poy el paradero de Jesis, responde, por primera vez, «No lo sé» (Vv. 12: uk Sida), El hombre es incapaz de reconocer que le ha sido dada la luz me. Giante la intervencidn del Enviado de Dios, pero admite su ignorancia: «No lo sé». i $-12). Bl ciego y sus vecinos (vt. 8+ ioe, sino aun schisma: QBs éste cl Bl ciego y ls fariseos (vu. 13-17). Los vecinos y conocidos crean un puen- te entre las escenas al conducir al hombre hasta los fariseos (v. 13). Otro factor se introduce en el relato mediante la observacién que hace el na- rrador de que el dia en que Jestis habia hecho barro era sabbath (v. 14), Los fariseos preguntan cémo ocurrié el milagro y el hombre curado les in- forma (v. 15). De este modo, los fariseos se enteran del delito contra el sabbath: Jesis habia hecho barro. Entonces es cuando muestran interés por el milagro, pues dirigen su atenci6n al quebrantamiento de la Ley por Jess (cf. m. Sab. 7,2; 8,1). Ellos no estan interesados por la persona de Je- siis, sino por mantener la tradicién legal (cf. 5,16-18). Pero surge otro schisma. Algunos fariseos afirman que Jesis no puede venir de Dios, pues no observa el sabbath (¥. 16a), mientras que otros remiten a los signos de Jestis como indicio de que no puede ser un pecador (v. 16b). Vuelven al debate sobre sus origenes. En su conflicto anterior con Jestis, éste les ha- bia explicado su actividad a partir de sus origenes (5,19-30), pero yase ha- bia olvidado este asunto, Algunos fariseos niegan que Jestis procediera de Dios (v. 16a), mientras que otros siguen abiertos a esta posibilidad (¥ 16b). Hay un dato que no se pone en cuestién: el hecho del milagro; pot 20 8 wichen hacia cl hombre curado y le preguntan qué opinaba del tenis wie 7 ae curado. Anteriormente habia descrito a Jestis como 11), pero ahora confiesa: «Es un profeta» (v. 17). impulsado por CamScanner EL LIBRO DE LOS SIGNOS 309 riseos y los padres del ciego (vv. 18-23). En paralelo al progreso del 105 fn, 7.11.17) los fariseos se mueven en difeceiGn opteste «Las fur mbt, crefan (otk episteusan) que habia sido ciego y habia recuperado la dios W(x. 18a). La fe esta fuera de su alcance; tienen que tener los hechos. visor jmtentan probar que un hombre que habia nacido ciego no habia Abort a a vision y 1a luz convocando a las personas mejor cualificadas legeeeaificar: & quienes le habian dado a luz (¥. 18b), Intentan refutar me la luz del mundo (v. 5) habia dado la vista (v, 7), pero sus intentos fra- san. Someten a los padres a una sutil manipulaci6n, sugiriendo que ha- cast estaco mintiendo sobre su hijo. El interrogatorio de los judios» pre- binge que el hombre no haba nacido ciego y que los padres no debian sito contrario (¥. 19a), Aunque no estin dispuestos a ir mas alla de la egunta sobre céma habia ocurrido aquello, ellos siguen preguntando: Prego es que ve ahora?» (v. 19b). Los padres s6lo pueden afirmar que taba nacido ciego (V. 20), y se apartan de la discusion (v. 21). El hecho tel milagro se ha contado y recontado tres veces hasta ahora (w. 11.15.20- $1) La fe en Jesis no depende de estos hechos, sino de su identidad, es ‘ecir, de ser la luz del mundo (v. 5), el Enviado de Dios (v. 7), a quien se Je esta juzgando in absentia. Los padres tenfan miedo de «los judios» porque habian tomado la de- cision de expulsar de la sinagoga (v. 22: aposynagogos genétai) a todo el que confesara que Jestis era el Cristo. Por esta raz6n evitan el debate cristol6é- gico con «los judios» y los remiten a su hijo (v. 28). Por lo que nos cuenta él relato, la amenaza planea tanto sobre los padres como sobre el hijo, y los padres no estan preparados para afrontarla, Nos queda por ver como se comportara el hijo. Los primeros lectores del relato, los cristianos de la comunidad jodnica, también vieron reflejada su experiencia en éste. Ellos habian forjado su cristologia en un contexto de hostilidad y conflicto. «Los judios» rechazaban las afirmaciones de Jestis y, en consecuencia, tam- bién rechazaban a todos los que las aceptaban (cf. 12,42; 16,2). Es proba- ble que no sdlo los padres del ciego de nacimiento hubieran decidido que no querfan verse involucrados en un debate sobre el estatus cristolégico de Jesis de Nazaret. Las generaciones posteriores habjan experimentado una similar debilidad de corazén. Los fariseos y el ciego (vv. 23-34), De nuevo llaman al ciego. Anterior- mente les habia dicho que no «sabia» donde estaba Jestis (v. 12), pero «los coe ho tenjan tales dudas sobre su propio «conocimiento». Utilizando cou formula de juramento, empleada antes de dar un testimonio o hacer Son ‘siOn de culpabilidad (cf. Jos 7,19; 1 Cr 30,65; Jr 18,16; 1 Esd 9,8; m. Dies .2), ordenan al hombre que alabe (doxa) a Dios. Pero se trata del ben, ne,2 les les interesa, no del Dios de Jesucristo, porque ellos «sa- carsales oidamen) que Jesas es un pecador. El hombre que habia sido “sabes (1°, ©4 preparado para aceptar este «conocimiento», pues no Erplga 2 2ida) si Jesus es un pecador, pero si es consciente del milagro. tea la cuestion que algunos fariscos habian hecho en el v. 16, antes impulsado por CamScanner EL LIBRO DE LOS SIGNOS as: epuede ser pecador un ontra Jesus: éP eran mente conta JE etensa a part del de que ¢ cas? El hombre p! defo Part deh Ja esas COS reguntarl cu re hacia esas CO" Iven a pl fen Cling, Irilagro y fos ariseos quign sigue estan do ne ee ect disusg a n lugar del quer = on volver a escuchar la historia, Ryo" tion del edn oanta por qué que este momento; gpors'* Bl hombre Pres ar» (uk Ahotsate ae en coven eeot ue han resistido @ “eyo? A as oveas. El adn solo viene pars robar, alt afirmando nada vivificante en quienes han venido antes de Jesis teadores, Pero que, de hecho, sélo eran ladrones y sa : ara que las ovejas pudieran tener pastos (cf. EZ ae cran pastores, Jestis ha venido p: impulsado por (J CamScanner IP EL LIBRO DE LOS SIGNOS 319 34,14), por tanto, para que tuvieran vida de forma abundante (cf. Ez 34,25-31). Jestis es la «puerta» mediante la que el acceso a los buenos pastos esta disponible y con la que el redil se encuentra protegido, Quienes en- tran (v. 9: eiselthe) se salvan; quienes salen (v, 9: exeleusetai) encuentran pas- tos. Jess, la puerta (¥. 7), offec ministra a las ovejas una vida abudante (¥, 10). Mediante él (v. 9: di’emou) tienen vida los demas (cf. 1,3-4.17). En esta polémica con los fariseos, «la puerta» del v. 2 se ha interpretado cristol6gicamente en los w. 7-10. EI contraste entre Jestis y otros prosigue cuando afirma, «Yo soy el Buen Pastor» (¥. 11a: egd eimi ho poimén ho halos). La ubicacién del adjetivo tras el sustantivo subraya que Jestis es el buen pastor en contraste con los malos pastores, pero atin hay ms. El pastor del v, 2 se interpreta cristolé- gicamente en los w. 11-13, La introducci6n de la imagen del Buen Pastor yincula a Jestis con la tradicién del pastor me: ico del pueblo de Dios. Sin embargo, desde el primer momento en que utiliza la imagen para su autorrevelacién, Jestis también introduce su singularidad: «el Buen Pastor da su vida por las ovejas» (v. 11b). Esta autodonacién del pastor, hasta la muerte, por sus ovejas no tiene paralelo en los textos judios que hablan del pastor mesidnico. Es posible interpretar estas palabras como «arriesgar la propia vida», pero hay muchos elementos en el relato que apuntan al fin violento de la vida de Jestis (cf. 2,20-22; 3,13-14; 5,16-18; 6,27.51.53- 54; 7,30; 8,20). Jestis no se ajusta al modelo del esperado mesias-pastor da- vidico. En contraste con la autodonacién del Buen Pastor, el asalariado huye ante el peligro, dejando a las ovejas expuestas a la presencia asesina ydispersadora del lobo (v, 12). La tradicin judia ya habia hablado de sus falsos dirigentes como aquellos que no realizaban las responsabilidades dadas por Dios, sino que dejaban al pueblo a merced de los lobos (cf. Jt 23,1-8; Ez 34; 22,27; Sof 3,3; Zac 10,2-3; 11,4-17; 1 Hen 89,12-27.42-44.59- 70.74-76; 90,22-25; Test XII Gad 1,2-4). Con una palabra final de condena, Jess acentiia el caracter negativo de la relaci6n entre el asalariado y las ovejas (v. 13). El Buen Pastor da la Vida por su ovejas, mientras que el asalariado esta solamente interesado en su beneficio personal. La huida del asalariado se debe al tipo de relacin con las ovejas. El lector relaciona al asalariado con «los judios», que rei- teradamente han rechazado aceptar las afirmaciones que hace Jess de que él viene de Dios, que junto a El regresara y que lo da a conocer. Nada de cuanto dice 0 hace Jestis sacude a «los judios» de su resuelta adhesion al primer don que se dio mediante Moisés. Su propio interés les bloquea Para aceptar Ia plenitud del don que acontece mediante Jesucristo (ct 11617), Jestis, el Buen Pastor mesidnico (vu, 14-18). Todo conflicto desaparece al anunciar de nuevo Jesiis «Yo soy el buen pastor» (¥. 14a). Jestis ya no se ocupa de los otros que dicen que son pastores, sino de la relacién que él tiene con su rebaiio (wv, 14-16) y con su Padre (wy. 17-18). Esto queda cla- To mediante un juego en espiral con el verbo «conocer» (ginaskein). Jestis impulsado por CamScanner EL LIBRO DE. LOS SIGNOS 320 ‘ a sus ovejas, ¥ Sus OVE}as 10 conocen (y, es el Buen Pastor que, ono 0) ‘Buen Pastor Y sus ovejas subyace eh ro tras esta reciproci Had ent lr y esis: asi como el Padre gone Fiprocidad fundamental ent Gre (v. 15a). La utilizacion de hajg, Peieete tambien cone al Pade entre el mutuo conocinie” (como)... kag (¥ YO), Carre dad puede verse en la autodonacién doy to de Padre ¢ Hijo. Esta rer Pa mpartido y la unidad entre Jests yas oy, Buen Pastor: El conocimiena ie, conduce, égicamente, a que el Bue js ast como entre Jest yl Pate, Om esas pasion davidico Pru entree ida por BS ve Ce Pastor que daasey pera ha sto ecipado Pr ea ce an oceder dels te por sus ovejas, La imagen vet hecho de que Jests sea este Buen Pastor oe Ee Hod Dios (w. 14-15). Precisamente, es este punto el que ee oes nd aceptaran. En efecto, tratan de matar a Jestis por hacer tal afirmacién (cf. 5,16-18). 4 eerie Fi inuacién, Jesés deja pasmada a su audiencia al decir que hay es Sei que no Ne sae ene reds -(W16: ok ts auléstauté). «Bl aulées Peal dead hay unos que son las ovejas propias de Cristo y otros (los j dos no ereyentes) que no lo son» (Barrett, Gospel 376). A otros se les le ‘ara al redil para que haya un solo pastor y un solo rebafio. Esta idea de tn solo pastor que conducira al tinico pueblo de Dios procede de la tra- dicion biblica (cf. Mig 5,35; Jr 3,15; 23,4-6; Ez 34,23-24) y prosiguio en la literatura judia posterior (cf. SalSt 17,24.40; cD 13,7-9; 2 Bar 77,1317), pero Jestis dice algo més, No abandona la tradicional imagen del Buen Pastor, pero la expande de un modo desconocido en la tradicién judia. El Buen Pastor da su vida por sus ovejas por la unién que existe entre él el Padre (v. 15). El mundo exterior a Israel sera atraido al rebaiio de Jestis mediante el don voluntario que hace de si mismo hasta la muerte (v. 16). La funcién fundamental de la relacion entre Jestis y el Padre domina las palabras finales sobre el Buen Pastor (vv. 17-18). El amor del Padre a Jesiis se muestra en la entrega de su vida para poder recuperarla de nue- vo (v. 17). «Lo que se nos dice aqui es que en su sacrificio se hace real- mente presente el amor que el Padre le tiene, y que este sacrificio es, por consiguiente, una revelaci6n del amor del Padre» (Bultmann, Gospel 384). La muerte de Jesiis ha sido fundamental en su autorrevelacién como el Buen Pastor (cf. w. 11.15), pero la entrega de su vida conduce a que la re- Cupere de nuevo (v. 17b). Jesiis sufrira voluntariamente una muerte vio- lenta, pero recuperard su vida de nuevo porque el Padre le ama. Son mu- chas las cuestiones que se han suscitado por estas palabras. ¢Cémo puede = la muerte la accion del Buen Pastor? (v, 14). ¢Como es posible que la 1) ein gu el eee ar ae Page el fan Gols ape que el amor de Dios se muestra en la donacién volun Surgen cuestiones que conde eee teoueratia de uerel lT en al lector a seguir avanzando en Ia hist” tia y que le hacen pre el -guntarse sobre c6 4 Jos acontecimientos posteriores ‘6mo acontecera todo esto en impulsado por CamScanner EL LIBRO DE LOS SIGNos 321 jess concluye su discurso hablando de su autoridad (¥ 18h: exousia a historia que sigue nos contard el sufrimiento, la muerte y In renee Mig de Jess, Pero estos acontecimientos no le vendran encimne s Jerr ci jan terrible accidente 0 como mero resultado de ; ‘ como mero rest a perversa volun- tad de quienes le odian y le persiguen. Es Jestis quien, ejerciendo su auto. fidadl, decide entregar su vida y recuperarla de nuevo (¥. 18b). Nadie (ou- tis) se la quita (v. 18a). Pero las palabras finales del Buen Pastor (chevy 11.14) se ditigen al Padre. La transformacién que hace Jesits de la expec- iacion mesidnica tradicional del mesias-pastor davidico que reunira & un golo rebario bajo un solo pastor por medio del don incondicional de si mnismo hasta la muerte, solamente para recuperar su vida de nuevo, es un encargo recibido del Padre (v. 18c). La autorrevelacién de Jestis como el Buen Pastor mesidnico vuelve al punto de partida, Comenzd con su ense- jianza sobre la unién del mutuo conocimiento entre el Padre y el Hijo (v. 15) y concluye con el reconocimiento de que cuanto hace es el cumpli- mniento del mandato (entolé) del Padre (v. 18). Conclusién: Un schisma entre «los judios» (vu. 19-21), A lo largo de la ce- lebracién de los Taberndculos ha sido habitual que las palabras de Jestis produjeran un schisma entre «los judios» (cf. 7,12.25-27.31.40-41; 9,16). La cronica de la presencia de Jestis en la fiesta concluye concluye con otro schisma (y. 19). Por una parte, la mayoria (polloi ex autén) rechaza total- mente st palabra, considerando que esta posefdo por un demonio y que esti loco, Por consiguiente, no merece la pena escuchar sus palabras (v. 20). Pero hay un grupo minoritario (alloi) que sigue abierto a las posibili- dades de su palabra. Se evoca la curacién del ciego de nacimiento, el acon- tecimiento que Hevé a Jestis a hablar sobre las ovejas y el pastoreo (¥. 21). Hay dos detalles que indican que Jesis podria no estar posefdo: no habla como un poseso y ha curado a un ciego. Por muy determinante que pu- diera ser el rechazo de un grupo numeroso, la cuestion de la identidad de Jesits sigue abierta para un sector de su audiencia, El relato del encuentro de Jestis con «los judios» no ha terminado. Algunos estan atin dispuestos aescucharle (v, 21), aun cuando «muchos» hubieran decidido que ni Je- sis ni sus palabras tenfan valor alguno (v. 20). Conclusion a 7, 1-10,21. Durante la celebracién de la fiesta de los Taber haculos, Jestis se ha presentado como el agua viva (7,37-38), la luz del mundo (8,12; 9,5), el Hijo, el Enviado, y, por tanto, el revelador del Dios Verdadero (7,14-24; 8,39-59; 9,7). La cuestion mesidnica se ha planteado reiteradamente (7,25-31.40-44). Jestis abandona el templo para escapar de la violencia de «los judios» (8,59); sus palabras y acciones de 9,1-10,21 po- nen fin al tema de los tabernaculos. Jestis, el Enviado, transforma las aguas de Silog (9,7) y da luz a un hombre que nunca habia visto. El milagro fi- sico pone en movimiento un itinerario de fe que conduce al Homie a Postrarse ante Jestis, el Hijo del hombre, confesando «Sefior, creo» (9.38). “Los judios», que se volvian hacia el Santo de los Santos cada dia para impulsado por CamScanner EL LIBRO DE LOS SIGNOS = Dios verdadero, h: , . | tinico Dios verdadero, han Iebrar su fidelidad inguebrantable 4 Padre. Ellos se han desplazado de do que Jestis fuera 1a ree era y la oscuridad. Condenados por gy ° una visin inicial hacia Ja Cet como ladrones y salteadores, extraiige” guera (9.5941), Ses Pr Jexis, el Buen Pastor (10,1-18). y a co el tea meso? Jets tends fod Hse i ‘eas que entonces estaban en ~el Mesias ocu peggy), el Me ri Mor de milagros (7,81), el Mesias que da agua Wee Gatdla) y cl Mestas davidico (7,41b-12)~. Reiteradamente afitma vi art ton Dios, su Padre, y el misterio de sus origenes y destino, Ly crénica de la celebracién concluye con la aceptacion Per parte de Jestis Senet Gpectacién mesianica tradicional del judaismo: él es el Buen Pag for (10,11 14). Las raices de esta figura se encuentra s6lidamente esta blecidag en la tradicion judia, pero Jesiis trasciende y explota las posibili dades de la imagen. St pastoreo brota de su conocimiento y amor al Padre, reciprocamente correspondido por el conocimiento y el amor que clPadre le tiene. Aceptando el encargo que el Padre le ha dado, Jess en. tregaré su vida por sus ovejas, pero volver a recuperarla de nuevo, «Los judios» conocen que Dios habl6 a Moisés, pero no saben siquiera de dén- ‘de ha venido este hombre (9,29). Muchos de ellos consideran que las pa labras de Jesiis carecen de todo valor, pues son las palabras de un poseso (10,20). En un documento que apareci6 en la misma época en que se redact6 el euarto evangelio y que escribié para afrontar los problemas derivados de la pérdida de Jerusalén y su templo, el autor de 2 Bar dice: asalariados, Pero equé pas Todo el pueblo respondié y me dijeron: Los pastores de Israel han perecido, las kimparas que daban luz se han extinguido y las fuentes de las que soliamos beber han ocultado sus manantia- les. Hemos sido abandonados en la oscuridad, en el espeso bosque y en la art dez del desierto». Yyo les respondi endo: «Los pastores, las iluminarias y las fuentes tenian su origen en la Ley, ¥ cuando desaparezcamos, la Ley continuara. Por tanto, si tomais en serio la Ley y 0s decidis por la sabiduria, entonces la limpara no faltard, el pastor no pere- cera y la fuente no se secara» (2 Bar’77,11.13-16). Tanto el judaismo como Ia forma joanica del cristianismo postbélico, que luchaban por crear su propia identidad, recurrian a su herencia judia. El autor de 2 Bar remitia a la Ley para la presencia permanente del pas- tor, la luz y el agua. Estos simbolos, que estaban intimamente asociados con la celebracion de la fiesta de los ‘Taberndculos, no habfan sido aban- donados por el cristianismo joanico. El relato jodnico de la presencia de Jesiis en Ia celebracién de los Tabernaculos, anuncia el accese al agua viva, a Ta luz y al pastor. Sin embargo, Jestis es el agua viva para lado el que tuvie: ra sed (7,37), la luz del mundo (8)12; 9,5) y el Buen Pastor que da su vida POF sus ovejas, para reunir en un solo rebario a quienes todavia no pertenecen @ impulsado por CamScanner EL LIBRO DE LOs si oe 323 fate (10,15-16). «Los judios» insisten en que saben que Dios hablé a Moi- sés (9,29), por lo que estén de acuerdo con el autor de 2 Bar sobre la ne. cesidad de mantenerse firmes en la Ley. Esta era fundamental para el de- sarrollo de la identidad postbélica del judaismo. Pero los cristianos de la comunidad josnica responden que Dios habia perfeccionado el don pri mero dado a través de Moisés. Dios se la ha dado a conocer mediante Je- suctisto. Han desaparecido las fronteras nacionales, como también la cen. tralidad del don primero de la Ley. Los signos y las sombras de la celebracién de los Tabernaculos en el templo, y solamente para los judi- os, s¢ han encarnado en la persona de Jestis, el Enviado del Padre, El Agua, la Luz y el Pastor son accesibles para todo el que crea en Jestis, de cualquier raza, pueblo o nacién. Notas 39. Para un juicio he venido a este mundo: Cada vez hay un mayor consenso en- tre los especialistas de que 9,1-39 y 10,1-21 constituyen una unidad literaria. En la introducci6n a una reciente obra sobre Jn 10, J. Beutler y R. T. Fortna consideran la unidad de 9-10 como «uno de los resultados mas importantes de dos afios de es- tudio» (The Shepherd Discourse 3). Cf. también de Villiers, «The Shepherd and his Flock» 90-91; Busse, «Open Questions» . Menken, Numerical 193-197, afirma que los w. 39-41 funciona como conclusién de 9,1-39 y también como punto de partida de lo que sigue. 40. Algunos fariseos: A lo largo de este relato se siguen utilizando, de forma in- tercambiable, los términos «los judios» y los fariseos en referencia a los adversarios de Jestis. Sobre la ironfa de esta pregunta, cf. Stibbe, John 110-111. 1. es un ladron y un salteador: La expresin lfstés («salteador»), aplicada a «los judios», indica, tal vez, que quienes se supone que gobiernan Israel estén, de he- cho, absortos en sus propias opciones mesianicas. Sobre la utilizaci6n de estes en referencia a los zelotas, cf. M. Hengel, The Zealas: Investigations into the Jesh Freedom Movement from Herod until 70 A.D., T. & T. Clark, Edimburgo 1989, 24-46; T. Rajak, Josephus: "the Histon and His Sociey, Fortress, Filadelfia 1984, 78-108, y, es- pecialmente, Simonis, Die Hirtenrede 127-142. La posibilidad de esta interpretacion se hace mas probable en el v. 12. 3. a él le abre el portero: Las interpretaciones alegoricas dle este pasaje intentan identificar al Saree con algun personaje en el conflicto entre Jestis y slos judios». Ahora bien, no es necesario, puesto que pertenece al Mfusfondo pastor eel oa Junto y se trata de algiin tipo de ayudante del pastor. Of Léon. luufont, Laerure 380 2, 69. Algunos especialistas (p. ej» Robinson, (1,41; 3.8.99 ee asi no perescaentico creyente.Un creyente «oye» (1,41; 3, 4,49. cripcién del auientleos 3.16) tiene «vida Sterne {3:15.16.86, 414.36, ; 65; 8,388.08: OY’ csiowse> a Jesas (1,87-44; 8,12; 10,4 pate 3ot 30,627 40.47.54.68), «sigue ae de la consistente ene nee (3,16; 6,12.27.39; 10,10). Fa Ne oe segin sus propaga aa Jestis insiste en que eet en el come 6 Jess (w.27.28) ‘Auman ras dara vida, y nadie podra arrebat i6n de lo que nole ocurring ese pian oblicuamente, en una descripc ign bs Yerdad Une oe ee inca pereceran»-, lo contrario también es dares Man a respontler mas alld de ls limites de sus propias categorias, condueiri 2 alos judiose ala muerte, Alas ovefas no se les puede ditperar mate 4c Jess potqae ta vids queel erofenie sabe eee ae aélesun eee eae an es mis grande que el de Dies, por ia que esti song E cate Me hey poder s del creyente con Dios. El Padre de Jesis garantizada ements a unién . eae (29), Al ecleteas Israel la pre €s mas grande que todos los otros pod 20) Al celeb are a ia de Dios en la fiesta de la Dedicacién, Jestis ij hay otro modo mediante el que Dios se les hace presente, Pueden sar seguros de que estan en las manos del Padre si creen en Jestis. Al cele rat Fr Detlcacion, sos judios» estaban orgullosos de su templo reconsagrado, Prueba fisica de que ellos pertenecian a Dios y de que, en cierto modo, Bae nes tes Pertenecia a ellos. Pero Jestis insiste en'que la fe en st bra no s6lo vincula al creyente con éi, sino con Dios, 21 Padre de Jest. J2 afirmacién de 10,30 prosigue con este tema: «El Padre y yo somos Maar Ya no hay necesidad alguna de mirar « le construccién fisica del Monte del Templo para saber que Dios esta presente en su puchlosjess £n pie ante «los judios», se sefiala a st mismo y afirma que él es la prese! cia Visible de Dids en medio de ellos. En ninguna de las diferentes forme £0 que los judios esperaban al Mesias, jamas aparece que éste sustuiria a templo, pero esto es lo Aue afirma Jestis en el y, 30, La promesa del pro- logo se realiza en la histerig de Jestis: «Y la Palabra se hizo carne y habit6 tempts, la plenitud de un den Que es verdad. Nosotros hemos coo templado su gloria, glor somo del Hijo unigénito del Padre» (1,14). Ne se trata de una proposicige mctalisica, sino de una afirmacion sobre a rye une al Padre y al Hijo, creada por una unién de velit ubicacion de estas Palabras de Jestis en el marc plo, considerade Io nio8 indica ademas gee Te eigen Dine . . . fecciona en Jorn ingrid Dios en medio de su pueblo, Pe Jest por su union eon Padre. son incapact fin) sy impulsado por CamScanner EL LIBRO DE LOS sIGNos 331 «Los judios» siguen rechaxando a Jestis (vu, 31-39). La afirmacién de 10,30 constituye ta base del argumento desarrollado a lo largo de los caps. 5-10. Por la unidad que existe entre el Padre y el Hij zt , Jestis puede reivindicar el rivilegio del sabbath de juzgar y dar vida (5,190), y puede aseverar que és el pan del cielo, que perfecciona el alimento dado por la Ley (6,44 50), como también el agua de vida y la luz del mundo (7,37-38; 8,12; 9.5), el Mesias que perfecciona las esperanzas mesianicas de Israel celebradas en la fiesta de los Tabernaculos (10,1-18). Pero hay otro recuerdo que esta aso- ciado con la Dedicacién: ¢se mantendran «los judios» en su resolucion de no volver jamas a traicionar a su tinico Dios? Cogen piedras contra Jestis (v. 31), repitiendo la profanacién de Antioco IV y sus dirigentes. Estan inten- tando quitarle a Israel la presencia visible de Dios en medio de ellos. Jesiis se refiere de nuevo a sus obras (cf. v. 25b), preguntando por cual de ellas le apedrean (v. 32). ¢Qué particular revelacién de la doxa de Dios (cf. 2,11; 4,46-54; 5,1-9a; 6,1-15; 9,1-7) ha motivado que «los judios» in- tenten matarle? De nuevo, la respuesta muestra que no reconacen la ver- dad de la cuesti6n con la que Jestis les acusaba, Recurren a una interpre- tacién superficial de la Ley, afirmando que no le apedrean por ninguna «obra buena» (kalon ergon), sino por blasfemia. La blasfemia de Jestis con- siste en haber afirmado, como ser humano, que era divino (v. 33). Puesto que lo que ellos rememoran es la reconsagracién de un templo construi- do de piedra por seres humanos, ignoran las afirmaciones que Jestis habia hecho de que era la presencia viviente de Dios en medio de ellos. Su com- prensién de Jestis como blasfemo es altamente irénica. La respuesta de Jestis desarrolla lo que habia dicho en el v. 30. Si es cierto que él y el Padre son uno, y no puede eludirse esta verdad, enton- ces acusar a Jestis de blasfemia es una grave traicién al Dios de Israel. Je- sits aplica la técnica interpretativa judia de argumentar de lo menor a lo mayor (qal wahomer, cf. Manns, L’Evangile 313-314). Al referirse a «vuestra Ley» (en t6 nomg hymon), que engloba toda la Escritura, Jestis cita el Sal 82,6: «Yo he dicho: sois Dioses». Si las Escrituras, que siempre tienen vi- gencia, aman «dioses» al pueblo de Dios (v. 35: lo menor), cuanto no més puede aquel al que Dios ha creado y enviado Ilamarse «el Hijo de Dios» (v. 6: lo mayor). «Los judios» son condenados por sus propias Es- crituras, Jestis afirma que no comete delito alguno contra la auténtica tra- dicién de Israel, sino que perfecciona lo que Dios habia prometido al con- sagrar (hégiasen) y enviar al Hijo al mundo. Esta es la primera vez que se describe a Jestis como el consagrado por Dios, y esta consagracién evoca el acontecimiento que subyace en la celebracién de la fiesta de la Dedica- cién: la consagracin del altar de los holocaustos que reemplazé «el sacri- legio de la desolacién» de Antioco IV. La presencia de Jesiis en la fiesta como el enviado por el Padre, la presencia visible de Dios en el mundo, lleva a su perfeccién lo que s6lo era un signo y una sombra en el acto de consagracién realizado por Judas en cl aiio 164 a.C. Ya no hay necesidad alguna de buscar a Dios en el altar de piedra consagrado; Dios se da a co- nocer en la persona del Hijo de Dios consagrado y enviado (v. 36). impulsado por CamScanner ue LIBRO DELS SIGNOS «, viviente del Hijo de Dios entre «los judiog, cia ve cles Pade. Si ells desean mostrar pt : i ‘dre de Jestis, entonces tienen que aceptar tod cut Tidad a su Dios, el Padre ce sgica interna en el argumento de Jesg to Jess dice y hace. Hay Hi desencaciena todo Io demas. $i jeagg nt se acepta SY origen Yas obras de Dios, entonces «los judos» tendrian bd a reer en él; pero se trata de una situacion a YANO es posible 261.3 no os joss han visto y 010 ($7). Elles eelebran Jespués de lo ave “1 fgracl, presente en ¢l templo, pero 0 estin qi alanza com eae ese mismo Dios que se ha hecho visible en ls obray nm Reais, Finalmente, Jess Tes pide que acepten In verdad de que et Dig de Israel, que otrora estaba presente en el edi aa el temp lo consagrado, cles hace presente ahora en las obras visibles del Hijo de Dios (v.38). Sy, iltimas palabras en la celebracién de la Dedicaci6n son una reafirmacién Ln Pareps ay un camino hacia Dios, el que pasa a través del Hijo de ike solo hay un lugar donde se puede encontrar y comprender al Padre, aioe seen Ia historia de su Hijo. Jestis apela a sus interlocutores incre. sentes, exhortindoles a aceptar la revelacién de Dios en sus obras, Silo Menem’ podran entender («para que pois entender y comprender») I hacen, Frcha en el v. 30, que Jesis y el Padre son uno: «El Padre esta en mi y yo estoy en el Padre» (v. 38). La fiesta de los Tabernaculos provocé un schisma y un rayo de espe- ranza en slos judios». Algunos vieron la posibilidad de que Jesis pudiera ser un Mesias hacedor de milagros (10,21). En la celebracion de la Dedi- Cacién, unos tres meses después, esta esperanza desaparece. «Los judios» han querido apedrear a Jess (vw 31.38) y han intentado arrestarle, pero at se les desliz6 entre suis manos (v. 39). Aun cuando la violencia pende amenazadoramente, el lector sabe que todavia no ha llegado la hora (cf 214: 7,30; 8,20): por el momento, «escapd de sus manos» (v. 39). esis es la presen 36b), y sus obras son Conclusion (vv. 40-42). A pesar del rechazo de Jestis en los w. 31-39, los w. 40-42 mantienen viva la historia de una respuesta a Jestis segiin la cual un nutrido grupo de gente empezé a creer en él en un lugar diferente (v. 42). Jestis deja el escenario violento del templo y abandona Jerusalén para cruzar el Jordan y dirigirse al lugar donde Juan habia bautizado; alli se que- dé un tiempo (¥, 40). Aparte de su presencia en Galilea durante la celebrex cién de la Pascua (6,1-71), Jesiis ha estado en Jerusalén celebrando las fier tas judias desde que el narrador anuncié el tema de las fiestas de «los judios» en 5,1. El hecho de que retornara al lugar donde Juan habia baut zado recuerda el primer dia del ministerio de Jess (1,19-28), que conclu ye con las siguientes palabras: «Esto tuvo lugar en Betania, al otro lado del oe donde Juan estaba bautizando» (1,98). El ministerio ha regrestdo a punto de partida al retornar Jesis al lugar desde donde Jo habia comer: aca anaes del «primer dia» podria ser un indicio de que esta cerce eee y lag fad (cf. Thyen, «Johannes 10» 123-124), Por el momento, laa y las palabras de Jestis se interrumpen en esta nueva localidad (v. 40)- impulsado por CamScanner EL LIBRO DE LOS SIGNOS 333 pero muchos (polloi) lo buscan. Emerge de nuevo la posibilidad de que exis pudiera ser e! Mesias, Juan el Bautista no habia hecho ningiin signo, J sro muchos creen que eran ciertas sus profecias sobre Jestis (10,41): el pergero de Dios que quita el pecado del mundo (1,29.36), una persona hena de Espiritu (1,82) que bautiza con el Espiritu (1,88)- Jests es el no- uc tiene a la novia (3,29), y si el Bautista no es el Cristo (1,20.25; 9,28), se infiere entonces que J es el Cristo. Por tanto, muchos creye- von en élalli (10,42). La esperanza retorna cuando algunos miembros de eae! llegan a creer que Jestis es el cumplimiento de las profecias de Juan Bautista, el testigo enviado por Dios (cf. 1,68). «Por el momento, en un jugar donde atin resuena el grito del testimonio de Juan y sigue brillando Jnluz de su Kimpara (v. 35), Jestis hace un pausa y es recibido con fe. La oscuridad no ha Hegado todavia» (Brown, EU evangelio 1:667). vio q Conclusién a 5,1-10,42, En un sabbath, Jestis insistié en que estaba tra- bajando como su Padre trabajaba, ejerciendo la autoridad de dar vida y juzgar que el Padre le habia otorgado (cap. 5). Durante la Pascua, Jest Feclaré que él era el agua viva y la luz del mundo, y la historia del ciego de nacimiento mostré que sus afirmaciones eran ciertas. Jestis es la au- téntica revelaci6n del tinico Dios verdadero, el Buen Pastor mesidnico que entrega libremente su vida por sus ovejas para que éstas tengan vida y na- die pueda arrebatarlas (7,1-10,21). Los relatos de la presencia de Jestis en la celebracién de las fiestas de «los judios» expresan que él personifica, cumple y perfecciona los signos y las sombras de las fiestas judias, la cele- bracién de los zitharon de la accién de Dios entre su pueblo. Las afirma- ciones hechas por Jesiis desde 5,1 hasta 10,21 son ciertas porque Jestis y el Padre son uno (10,30.38). Puesto que Jestis es la presencia viva de Dios en- tre su pueblo, la perfeccién de todo lo que Israel pensaba de su templo, puede afirmar que él es el Sefior del sabbath, el verdadero pan del cielo, laluz del mundo, el agua viva, la revelaci6n del inico Dios verdadero y el Buen Pastor mesidnico. Este evangelio no pretende denigrar los modos institucionales tan apreciados para recordar y hacer presente la accién salvifica de Dios en el pueblo de Israel. El relato de la presencia de Jestis en sus fiestas Sabbath, Pascua, Tabernaculos y Dedicacién- confirma que no se ha destruido el orden antiguo, sino que se ha perfeccionado, La diferencia fundamental entre los dos érdenes reside en la persona de Jesucristo. El conflicto entre Jestis y «los judios», tal como se nos describe en estos relatos, no es un con- flicto entre Jestis ¢ Israel, sino, mas bien, un conflicto entre algunos miem- bros de Israel que se habfan decidido definitivamente a favor o en contra de que Jestis fuera el Cristo; todo el que lo confesara tenia que ser expul- sado de la sinagoga (cf. 9,22). Asi como Jesits y «los judios» estan en un Proceso de confrontacién, de igual modo les ocurre a «los judios» y los cristianos de Jas comunidades jodnicas, pero estos tiltimos se sienten or- Bullosos de recordar su herencia judia para ver en sus antiguas celebra- ciones festivas de Dios en Israel, los signos y las sombras de la presencia de impulsado por CamScanner EL LIBRO DE LOS SIGNOS ador de vida (Sabbath), el verda, aia) Ja luz del mundo, el Buen Pastoy cielo (Pascua), sntregar libremente su vida por los sy. viado por Dios Para Cresencia del tinico Dios de Israel, sulos), la ve ellos (Dedicacién). i edio de de Dios en medio ‘ ‘ se revela en el testimonio del AT y en la Palabra he. revela Mf roria de la salvacion. Pero la llegada hec Kiouidad exmplida cl testimonio del AT aboliendo sy de la Palabra hech carne addon (Painter, John 82). La tragedia de «los relevancia como sien reside en decidir que Jests, el Hijo de Dios, Jee oe Maa) or tanto, que debe morir. En su incapacidad para ir es.un blasfemo, } Dot Mferrado», «los judios» rechazan la Palabra encar mis al eo do, as, ol objetivo satifico de Dios. Lo que queda sata narracion dedicaré la atencién al enigma de un Dios que revela su propia gloria y glorifica a su Hijo a través de la muerte de éste. 334 es juez y don dio de ellos Fh el agua viva, lestis en Me ‘dero pan del mesianico em s (Tabernact templo viviente «La Palabra tini cha carne. Hay con’ NOTAS 99. Se celebraba la fiesta de la Dedicacién en Jerusalén: Sobre el trasfondo y la in- formacion acerca de la celebracion de la Dedicaci6n, cf. Rankin, The Origins; No- det, «La Dédicace». 321-375; Yee, Jewish Feasts 83-86. 23. era invierno: Las indicaciones de que se celebraba la fiesta de la Dedicacion y de que era invierno concuerdan entre si. Deben tomarse con seriedad (cf. Bus- se, «Open Questions» 6-9). Algunos autores (p. ej., Westcott, Gospel 143 [9,1- 10,39]; Talbert, Reading John 164-165 [10,1-11,54]; Kysar, John’s Story 51-55 [10,1- 42]) pliegan los acontecimiento de esta seccién del evangelio en una seccién mayor, ignorando asi las indicaciones del v. 22. y Jestis paseaba por el templo, en el pértico de Salomén: Sega Josefo, Bell. 5,184-185; Ant. 15,396-401; 20,220-221, el pértico se encontraba en la parte oriental del tem plo. Sobre lo acertado de pasear por este lugar a mediados de invierno, cf. Brown, EL evangelio 1:652-653. VanderKam, John 10» 205-206, considera la mencién del Pens de satombn come un referencia a la tinica parte del templo original que Ne en tiempos ui rf plo del pica te east ee eo y que pronto seria reemplazada por el tem 24. Los judios se reunieron en torno a él: Los comentadoes observan en ocasiones que esta «reunién» de «los judios» fis tis ‘i pices los judios» (ekylésan) en torno a Jestis tiene un caracter ?: No conocemos bien el significado que te que traducimos por stenernos en vilo» (len pe an mbién un indicio de i dria radu suas ai. Paede cont 'n un indicio de ira, por lo que podria ne, ¢Hasta cuando nos estards fastidiando/irritando?» (Barrett, Gospel 26. vosotros ‘5 ; toreo ha levada, ean 4 mi redil: Este retorno a las imagenes del redil y €! P®* bio de tiempo y Tuga ee 1a bedialistas no hagan caso de las indicaciones del cam los W. 22-23, o sugieran que el relato es confuso, pues !os impulsado por CamScanner EL LIBRO DE LOS SIGNOS. 335 96b-20 (30) estan fuera de lugar. Aunque s . . even st asentimiento, El argumento del menage eh ones ge seerencias 97. eseuchan mi vor... me siguen: Como indos en [a interpretacién, existen muche Nahlde, «Literary Structures 575-584, y podemos apreciar en los textos presen- 8 vinculos entre 10,25-29 y 6,31-59. Von ti 39 es tun sumario de Jn se han reunido en estos 29. Mi Padre, que me los ha dado a mi, es mas grande que todo: Esta traduccién de un original griego cuestionado, afirma el caracter exclusive del Dios de Isracl, el re de Jestis. Hay cinco variantes bien atestiguadas de la primera parte del v. 29. Para la dscusin ef, Birdsall, John x.29» 342-344; Whitaker, «A Hellenistic Con- text» 241-260. nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre: El tema de la atencién de Dios ha- cia el pucblo elegido, que aqui se transfiere a quienes creen en Jestis, constituye otro vinculo entre los temas que son comunes tanto a la celebracién de los Taber- naculos como de la Dedicacion. 30. Yo y el Padre somos uno: Aunque los comentadores advierten, con acierto, que no se trata de una proposicién metafisica, hay, no obstante, un destello «de las profundidades metafisicas contenidas en la relaci6n entre Jestis y el Padre» (Sch- nackenburg, Gospel 2:308). Cf. especialmente Bithner, Der Gesandte und sein Weg 209.235, Para un estudio detallado de las posibles interpretaciones de hen esmen («somos uno»), ef. Carson, Gospel 394-895. Sobre la importancia de este versiculo en el debate trinitario posterior, cf. T. E. Pollard, «The Exegesis of John X,30 in the Early Trinitarian Controversies», NT'3 (1956-1957) 334-339. 33. ti, siendo un hombre, te haces Dios: El texto griego poieis seauton theon, sin ar- ticulo antes de theon, es, practicamente, de caracter adjetival. Cf. Lindars, Gospel 372. Constituye un confortable paso a la cita que hace Jestis del Sal 82,2: «Sois dio- ses» (theoi este) en el v. 34. 34. No estd escrito en vuestra ley: Se acepta ampliamente que el término griego rnomos («ley») significa aqui las Escrituras en su conjunto. Algunos testimonios (P*, primera mano del Sinaitico, Beza, etc.) omiten «vuestra» (hymon). Resulta extrano que un judio (Jestis) hablara a Jos otros juidios con la expresion «west ley». Sin embargo, las palabras de Jestis muestran el abismo que existe entre Ia idea que e- nen «los judios» de Dios y la suya propia. ; osotvos sois dioses: Es dificil averiguar el significado de lo que Bauer denomina el cardcter eldstico de la antigua expresion theo (Bauer, ene sealers ). El salmo original podria referirse con «ioses» a los jueces de Israel, al pueblo, a los poderes angélicos o a los dioses de las naciones. Para los rabins, la Ley le fue dada a angeles/dioses. En nuestra interpretacion asumimos que se rel hare Ele 4 blo, a los seres humanos, a los que se llama «dioses», Cf. la discusi6n en 7 itai lythénai, wangelio 1;659-663. 35. » la eseritura siempre estd vigente: Sobre esta traduccion de ou dynal cf. Lindars, Gospel 375. impulsado por CamScanner L1nRO DE. LOS SIGNOS 336 ELL cos especialistas establecen el vineu. Muy powlor y la celebracién de la Dediea. Mie Brown, El evangelio 1:663-664. En ‘on los siguientes términos: «Jess ; también VanderKam, el Padre consagré: de Jestis como «con Ja excelente discust de su comentario non). ie 36. aquel a qui Jo entre la descripcién in embargo, itula esta seccion del altar del templo» efecto, é es consagrado en ga «John 10» 206-20' i padre: Vanderkam,

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