Cardeña Sánchez Víctor Armando

Energía eólica en México

La energía eólica es una de tipo renovable que se obtiene a través del viento, tiene como ventajas no
generar desechos o residuos peligrosos, es abundante, económica, segura, etc. Y lleva existiendo o
siendo popular desde la década de los 70s. En la República Mexicana hay un total de 70 parques
eólicos operando en 15 estados, entre ellos Yucatán, el cual produce un total de 244 MW.
Esta fuente renovable ha sido cuestionada por muchas personas, poniendo obstáculos ficticios y
retrasando la transición a energías limpias en el país. Entre las críticas más populares a la energía
eólica es el hecho de que afecta el paso de las aves, lo cual altera a mucha gente sin saber que gracias
al monitoreo de su comportamiento se obtienen rutas seguras.
Desde el 2010 la evolución de la capacidad instalada ha progresado demasiado, pues pasamos de 519
MW en dicho año a 7154 en 2022. En 2019 se instalaron un total de 1148 MW.
En 2019 sólo se contaba con parques eólicos en 13 estados, generando un total de 6107 MW, en 2020
la cifra subió a 6681 MW, en 2021 ya se contaba con 14 estados y una generación de 7154 MW.
Finalmente, en 2022, con 15 estados, se generan 7312 MW. Hoy en día, aproximada el 6% de la
electricidad en la República es gracias a los aerogeneradores.

Figura 1. Infografía de la Evolución de la capacidad instalada eólica en México de 2010 a 2021 por parte de la AMDEE.

Capítulo 1 PRODESEN
En el capítulo 1 del PRODESEN se explora el plan de 15 años con respecto a las energías en
México. Es importante considerar la demanda energética en el país para diseñar estrategias
que permitan a los usuarios gozar de esta, de igual manera de deben considerar los costos de
los suministros y contribuir a la conservación ambiental.
Sin embargo, no todo es sólo instalación de paneles o aerogeneradores, se debe procurar que
la energía generada sea equivalente a las fuentes convencionales que ya tenemos y no cause
más daño a los ecosistemas.
Es importante que en México vivamos una transición a las energías renovables de manera
segura y con la mejor infraestructura posible para alcanzar los objetivos ambientales, pues a
final de cuentas lo que importa es la seguridad de las familias mexicanas.